Domingo 28 de octubre de 2018. La Paz, Bolivia.
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El misionero del cementerio | La democratizaciรณn del arte | La frontera El ajayu de la agencia | Combos funerarios | La soledad del chaki | Yadir Vรกsquez | Ojo al parche
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IDENTIKIT / El misionero del cementerio / Leonie Marti
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PIRUETA NEGRA / Morir danzando / Camila Rocha Scardino AGENDA LaEscobaEscultural / Claudia Daza
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10 ARTES / La democratización del arte /
Los adioses
Santiago Gutiérrez
12 CRONIQUITA / La frontera /
Álex Aillón Valverde
15 FOTOGRAFÍA / Merlina Acevedo
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16 CRONIQUITA / El ajayu de la
ICEN QUE CHAVELA, la Vargas, esa musa bohemia del cante jondo mexicano, había llegado tan al borde tantas veces en su vida bañada de dichosos alcoholes, que la muerte la visitó varias veces. La muerte. La Parca. Y entonces Chavela, un día de esos se compadeció de La Parca –pobrecita– y mirándola de frente y con desdén, le dijo: “Ay, cabrona, de una buena vez: me llevas tú o te llevo yo”. Y se la llevó a la cantina y siguió bebiendo. Dicen que Chavela, la Vargas, creía que el color negro estaba muy desprestigiado, y que qué afán el nuestro –pobres mortales, temerosos de La Parca– de emparejarlo con la muerte y el duelo, si es tan hermoso. Los modos de vivir la muerte –valga la metafísica – son tan diversos como diversas son las culturas y las gentes. Por eso, ante la congoja cotidiana por esas otras muertes de un mundo indeseable, intentaremos aquí, más bien, acercarnos a ese lugar compartido entre vivos y muertos donde suceden los encuentros, desencuentros o rencuentros, las bienvenidas y las despedidas entre un mundo y el otro, al modo de Chavela si es posible. O al modo de doña Elsa Ocampo, en Oruro, de quien Alex Ayala, el cronista, dice que dicen que se pasa la vida honrando la muerte, y que a lo largo de sus más de ochenta años tuvo más citas con La Parca que con su médico. Elsa es la mujer que ama las despedidas. Preparen para ella un avemaría y, si gustan, un trago de singani. Cecilia Lanza Lobo
* Rascacielos abre este espacio a la buena crónica, perfil, historieta, diario de viajes, testimonio, fotografía, fotoreportaje y otros vicios. Pueden enviar sus aportes a: rascacielosrevista@gmail.com Las publicaciones estarán sujetas al criterio del comité editorial que se comunicará con la autora o autor.
Revista Rascacielos
@revistarascacielos
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agencia / Martín Díaz Meave
18 CRÓNICA / La mujer que ama las
despedidas / Álex Ayala Ugarte
22 TODOS SANTOS / Combos
funerarios / Willy Camacho
24 FOTOGALERÍA / Freddy Barragán 26 CRONIQUITA / ABUELAS / Quiero
olvidarlo todo / Mauro Gatica Salamanca
27 EL MAnGO DE OZ / La soledad del
chaki / Óscar Martínez
28 DISEÑO Y COMUNICACIÓN VISUAL /
De chispas creativas y creatividad / Cecilia Mariaca
30 RETR ATO/ Yadir Vásquez /
Marta Monzón / Cecilia Fernández
32 CARTELERA / Ojo al parche /
Adrián Nieve
34 HISTORIETA / CTX
Editora: Cecilia Lanza Lobo. Asistente de edición: Fabiola Gutiérrez. Coordinadora: Claudia Daza. Redes: F. Gutiérrez e Isabel Navia. Reportera: Leonie Marti. Diseño editorial: Edmundo Morales. Fotografía:
Cecilia Fernández, Víctor Gutiérrez, Freddy Barragán, Sara Aliaga y Agencias. DISEÑO DE PORTADA: Ariel Chuquimia / DGR-UCB.
Rascacielos y la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad Católica Boliviana se unen para el diseño de las portadas de esta revista. Coordinador: Sergio Vega. Estudiantes en pasantía: Ericka Vargas, Marcos Luna, Sergio Salazar, Josefina Rojas, Ariel Chuquimia y Adiba Rojas.
Compañía Editora Luna Llena S.A. Nº de Depósito Legal: 4-3-25-10 Dirección: Achumani, Calle 9 N°6, La Paz. Teléfonos: Central: (591) 2-2611700; Comercial: (591) 2-2611731 - 2611707 2611709. Suscripciones: (591) 2-2611734. Web: www.paginasiete.bo - La Paz, Bolivia Directora: Isabel Mercado Heredia. Subdirectora: Mery Vaca Villa. Jefe de Redacción: Alcides Flores Moncada. Jefe de Informaciones: Juan Carlos Véliz Morejón. Presidente del Directorio: Raúl Garáfulic L. Vicepresidente Ejecutivo: Carlos Saravia. D. Gerente Comercial: Nadia Diab Linale. Distribución: Marco Téllez. Distribución nacional: Douglas Azurduy. Impresión: Papel Principal S.A.
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CAMILA ROCHA SCARDINO es bailarina, actriz, docente y coreógrafa de danza contemporánea. Actualmente dirige y escribe obras de danza-teatro-performance. Trabaja como cocreadora en kiknteatr.com y es directora de la Compañía Opus Nigrum.
HUAYLLAS es paceño, vicepresidente de la Asociación Boliviana de Artistas Plásticas de La Paz, administra la Galería Jaén y vive del arte en todas sus formas.
WILLY CAMACHO es paceño y boliviano. Dice ser un cholo urbandino orgulloso, por eso no se cansa de cantar esa cueca que dice: “... cholo, cholo he nacido, cholito voy a morir...”. MARTA MONZÓN es actriz de teatro y cine, directora y profesora. Es productora teatral y gestora cultural. Tiene más de 40 años de experiencia ininterrumpida en el quehacer teatral. Invitada a múltiples festivales en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, España y Francia.
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COLABORADORES 40|18
ÁLEX AILLÓN VALVERDE es periodista y comunicador social en su tiempo libre, y es un activo miembro de la Casa Real de los Pajpakus a tiempo completo. Ha publicado Para leer al Pato Donald desde la diferencia; Pop y otros escritos; 4000; y Revolución.
ÁLEX AYALA es periodista independiente. Colabora con El País, Etiqueta Negra, El Malpensante, Emeequis, Internazionale, Gatopardo y Esquire, entre otros. Alumno de Jon Lee Anderson, Francisco Goldman, Julio Villanueva Chang, Alma Guillermoprieto y Alberto Salcedo. Tiene tres libros publicados.
SANTIAGO GUTIÉRREZ es escritor, economista, y cree en el nihilismo. Transita entre las lecturas, las personas y el trabajo. Busca aprender del mundo para que algún día el mundo pueda aprender algo de él.
MARTÍN DÍAZ MEAVE es publicista, profesor universitario, cronista y actor. Hincha del Tigre, por eso las canas y el aguante. FREDDY BARRAGÁN GARCÍA es fotógrafo reincidente. Trabaja en medios de prensa hace nueve años y es amante de la naturaleza en todos sus aspectos. Ganador en 2018 del premio Municipal de Fotografía Freddy Alborta, en la categoría de fotoperiodismo,
CECILIA MARIACA es comunicadora social y diseñadora gráfica con estudios en cine e historia del arte. Dirige la carrera de Diseño Gráfico y Comunicación Visual de la Universidad Católica Boliviana San Pablo en La Paz. DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
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IDENTIKIT Texto y foto de Leonie Marti
Jorge Vargas Hudson canta para los muertos.
El misionero del Cementerio General Jorge Vargas Hudson enseñaba matemáticas y física en el colegio. Desde que se ha jubilado hace cuatro años, su oficio es –con su guitarra y su voz– homenajear a las almas. En el Cementerio General de La Paz, Jorge acompaña a sus prójimos en un momento muy íntimo: recordar a un ser querido que ha fallecido. Entre los muros del cementerio, delante de los nichos decorados con flores frescas y objetos en miniatura que le gustaban al fallecido, el músico se reúne con los dolientes. Las primeras canciones son litúrgicas. Después, los familiares y amigos hacen pedidos de canciones que les gustaban al difunto: tangos,
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cuecas, boleros. Así que Jorge necesita tener un extenso repertorio. También ha tenido que aprender canciones en quechua y aimara. Este “hobby”, como dice él, le da mucha satisfacción. Puede ampliar su repertorio musical, conoce a mucha gente y llega a compartir su dolor. “A veces, los dolientes necesitan un desahogo”, dice, y sus canciones lo hacen porque “la música tiene esta magia que hace llorar a las personas”. Pero eso no es todo. Una vez reunidos delante del nicho, Jorge no sólo desempeña el rol de músico sino que también ejerce tareas de pastor, ya que reza para el difunto. “Muchas personas han llegado a comprender esta faceta
de mi personalidad”, cuenta. Unas señoras le decían, después de escuchar su relato y sus canciones, “siga usted con esta misión tan linda que se ha impuesto”. Y Jorge sigue. De ahí proviene su pseudónimo, que muchos conocen: el misionero del Cementerio General. El talento de Jorge no pasó desapercibido para el equipo de la película boliviana Muralla, que filmó varias escenas en el cementerio. Jorge es el músico que acompaña el entierro del hijo del protagonista. Lo habían elegido entre varios músicos del cementerio. “Todavía no he visto la película”, dice Jo. Pero le hace mucha ilusión verla. DOMINGO 28 DE OCTUBRE 39|18
PIRUETA NEGRA Camila Rocha Scardino
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xiste un lugar incómodo al que mirar en las artes hoy. Un espacio íntimo al que Juan Carlos Arévalo, en su obra NHLCLD/NHLPLD, con Proyecto Border, nos invita a mirar. Inspirada de manera libre en el mito del Jach’a Danzanti donde los conceptos de ofrenda, sacrificio y muerte serán cruciales para transportarlos hacia la experiencia de ser artista aquí y ahora, Juan Carlos se pregunta: “¿Qué significa morir danzando en la actualidad?” Su obra empieza con los pies golpeando la tierra y como un latido incesante la obra cobra vida, aunque luego vemos que lo difícil es detenerse, procurar dejar de latir el paso, y quizás así sentir un poco morir. El recorrido nos lleva al lugar que se oculta en el día a día de un artista. La agotadora gestión a través de correspondencia online entre gestor-artista, festival-artista, medios de comunicaciónartista, industria cultural-artista-sociedad. Se leen cartas –en efecto reales– de la gestión de Proyecto Border para sus obras en diversas plataformas y, al mismo tiempo, un par de cartas y conversaciones personales que hablan sobre el oficio de la danza y el difícil estado que atravesamos alrededor de la gestión y producción de obras en todo el DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
mundo. Juan Carlos suma a su paso-latido la acción de envolverse la cabeza con un cordón, sin pausa. En la progresión de la pieza se invita al público a leer algunas de las cartas colgadas en el tendedero del espacio escénico, al lado de calzoncillos blancos. Pero no se invita a cualquier espectador sino a los artistas que están inmersos entre el público y ahí aparecen actores, actrices y músicos convocados de manera puntual para hacer su aporte al discurso dentro la obra. Más allá de las acciones, es la danza lo que verdaderamente carga la obra, es el paso incesante hacia la tierra, un paso de “resistencia” –diría yo–. Y que, como concepto,
además de cerrar el discurso de dificultad cuando te empecinas en hacer de la danza una carrera, nos deja ver la resistencia hacia ella misma como forma establecida en cánones de belleza obsoletos. Además, se le propone un espacio a la monotonía del ritmo, a la persistencia del golpe que hace que ese cuerpo resista, que hace que el artista resista y hace que la danza retome el pulso primario en la necesidad de moverse, quizá más bien para no morir. Esta obra es una cápsula polisémica que dentro de la mayor simpleza de puesta y acción, ha logrado llevarnos con cada paso hacia un lugar más y más hondo, verdaderamente esencial. Inevitable encontrarse ahí, mirarse artista, mirarse boliviana/o, mirar nuestra historia y, más aún, sentirla. NHLCLD/NHLPLD (no hay lugar como la danza, no hay lugar para la danza) abre una comunicación no intelectual sino neta del cuerpo y del ritmo del pulso, que resignifica la danza y resuelve paradójicamente el título; le habilita un lugar a la danza y no habrá mejor lenguaje para sentir lo que Juan Carlos nos quiso decir en su “rito, ofrenda y grito de guerra” para seguir en este oficio y resistir, aguantar, agotar el paso hasta morir, agotarlo hasta el final, mientras sea danzando. www.paginasiete.bo
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ANDRIÁN GARCÍA
Morir danzando
A G E N D A LA ESCOBA esCULTURAL Claudia Daza
Lugares para no bailar
A GUITARRA empieza a sonar, nos impulsa a bailar pero al primer minuto nos damos cuenta de que no se trata de una fiesta sino de un encuentro casi disfuncional entre los silenciosos y los que aman el ritual de los encuentros. Aquí una lista de esos espacios donde bailar es un despropósito. El primero en ponernos a prueba es el actor y director de teatro Kike Gorena, quien junto a la plataforma Teatro. Bo nos trae la obra de humor negro Los Maderfa ke r s , una propuesta artística de Teatro la Cueva. Podremos deleitarnos con una familia súper disfuncional, con la actuación de Erika Andia, Miguel Valverde, Mauricio Toledo, Alejandro Viviani, Winner Zeballos y Kike Gorena. Ya nos imaginamos el peso de la obra con semejante participación actoral. La obra, ya estrenada, vuelve a las tablas el 31 de octubre, 3 y 4 de noviembre en el Teatro Nuna. El 31 de octubre, día de la trancadera por Hal lowen en la ciudad, el C in e Teatro 6 de agosto ha preferido proyectar a las 15:30 la película boliviana Jonás
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FOTOGRAFÌA GENTILEZA DE WILLY CLAURE
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GUITARRA WILLY CLAURE EN CONCIERTO / LA PAZ / 3 de noviembre / Teatro 16 de Julio/ av. Mariscal Santa Cruz, El Prado / 19:30 y la ballena rosada. Es así cómo va recorriendo su ciclo Joyas del celuloide boliviano. Una escapada en la tarde no nos haría nada mal para ver el clásico de Juan Carlos Valdivia, cineasta que pronto nos traerá una nueva película. El plato fuerte en la ciudad de La Paz e s t á a c a r go d e l g u i t a r r i s t a Wi l l y Claure, quien se presenta únicamente el 3 de noviembre en el Teatro 16 de Julio. Al lí nos prohibirá bailar sus cuecas porque la nostalgia y el romance se apoderan del ambiente, tanto que sólo queda suspirar, llorar y evocar a los grandes de la cueca. Fija nos provoca con su Cueca para no bailar y su clásica No le d iga s . Hay que l levar pañuelos para secarnos el rostro.
Santa Cruz no se queda atrás con sus sonidos experimentales, y es que Eddy Bailaba, Heber Durán y Frank lin Coronel, prodigios en el cello nos ofrecerán el concierto 3 Cellos, una mezcla hermosa entre la fuerza de rock y la música clásica. Serán dos días de concierto en la Casa Municipal de Cultura Raúl Otero Reich. Nos vemos allí, el 31 de octubre y el 1 de noviembre. Una semana especial porque nos visitan nuestros muertos, una semana de rezos y masitas, una semana que nos sirve para pensarlos, para no bailar. Es una semana para silbar y caminar junto a un perro, tomar un bus e irse directo al teatro para escuchar y cerrar los ojos. Allí nos vemos, en esa oscuridad. DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
OTROS ANTOJOS LA PAZ Bodas de orégano / 31 de octubre / Teatro de Cámara / c. Genaro Sanjinés / 19:30 / Info: 76705121 Obra teatral basada en los poemas de Jorge Campero. Es una especie de fotografía cronológica de amigos cercanos, lejanos y muertos, desarrollado en un cementerio o purgatorio. Personajes urbanos crean una estética propia y peculiar bajo la dirección de Antonio Vargas.
CINE JONÁS Y LA BALLENA ROSADA / LA PAZ / 31 de octubre / Cine Teatro 6 de Agosto / av. 6 de Agosto / 15:30
MÚSICA CONCIERTO 3 CELLOS / SANTA CRUZ / 31 de octubre y 1 de noviembre / Casa Municipal de Cultura Raúl Otero Reich / c. Libertad 65 / 20:30 DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
PARA VIAJEROS Hay que pedirse licencias y desaparecer de la rutina, apostar por las cosas interesantes afuera, inspirarse y volver recargados con las ofrendas que hacen los artistas por el mundo. Los grandes pasean por Latinoamérica. Qué más podemos pedir. BUENOS AIRES
La danza integradora de culturas / 26 al 28 de octubre / Teatro Municipal Alberto Saavedra / c. Genaro Sanjinés esq. Indaburo / 19:30 Llegarán elencos de Colombia, Ecuador y Perú para integrarse con Bolivia al Octavo Festival Internacional La Danza Integradora de Culturas. Tres galas de danza folklórica. SUCRE
TEATRO LOS MADERFAKERS / LA PAZ / 31 de octubre, 3 y 4 de noviembre / Teatro Nuna / c. 21 Calacoto N° 8509 / 20:00
el templo del Socavón, donde los danzarines ante el Altar Mayor prometen a la Virgen del Socavón bailar en su honor durante tres carnavales consecutivos. Como parte de este rito, se inaugura el Calvario, la Danza dominical y las Veladas sabatinas.
I Festival Internacional del Arte en la Palabra / 1 al 4 de noviembre / Casa de la Libertad / plaza 25 de Mayo / 10:00 Evento que celebra las formas en las que la palabra (oral, escrita, en idiomas originarios o europeos) atraviesa y transforma las distintas artes. Historia de pueblos indígenas, migración y viajes, obra de teatro y visitas culturales. ORURO Ensayos Primer Convite Carnaval de Oruro 2019 / 4 de noviembre / c. Potosí y Aroma / 7:00 Se realiza el primer domingo del mes de noviembre y consiste en el ingreso de los conjuntos folklóricos danzando hasta
Serrat en concierto / 30 de octubre, 2, 3, 6, 7, 13 y 14 de noviembre / Teatro Gran Rex / av. Corrientes 857 / 20:00 Mediterráeo Da Capo es el nombre de la gira por Argentina con la que Joan Manuel Serrat ha decidido desplegar velas para navegar de nuevo con su disco Mediterráneo (1971). En el viaje repasará las 10 canciones de aquel LP fundamental donde joyas como Lucía, Aquellas pequeñas cosas, Pueblo blanco, Barquito de papel y el mítico Mediterráneo navegarán junto a lo mejor de su repertorio. SANTIAGO DE CHILE Judas Priest y Alice in Chains / 2 de noviembre / Movistar Arena / av. Beaucheff 1204 / 9:00 Judas Priest y Alice in Chains volverán a Chile en 2018. Así se confirmó tras conocerse que el Santiago Gets Louder oficializara que ambas bandas se presentarán en el escenario del Movistar Arena. Además, se confirmó la participación de Black Star Riders, Criminal, Temple Agents y Recrucide, que se presentarán en el evento más estremecedor del rock en Chile. www.paginasiete.bo
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ARTES Santiago Gutiérrez
La democratización del arte Fácil nunca fue para los artistas. Mayor el desafío, mayor la creatividad.
“
S O N T IE M P OS difíciles para los soñadores”, se mencionaba casi de pasada en una película de los 2000 que muchos atesoran con cariño. Pues bien, me tomaré la licencia de interpretar la frase así: Son tiempos difíciles para los artistas. ¡Claro! No todos los artistas son soñadores, pero hacer arte es manifestar una idea; y vamos, que plasmarla bien es, en muchos casos, una persecución inalcanzable. Perseguir sin alcanzar tiene mucho de soñar. Son tiempos difíciles para los artist a s… ¿Es que alguna vez no lo fueron? Hace 700 años el artista medieval vivía en el anonimato; en la Grecia antigua, el artista era tan poco valorado como un artesano, con excepciones como Policleto o Praxíteles, que sobresalieron gracias a su talento excepcional. Al final del día, solo los sobresalientes viven del arte. Eso sí: buscar la popularidad como fin puede conducir a un arte banal, complaciente o inconsciente. El sublime arte de Baudelaire y de Leonora Carrington no parecen surgir de un afán de hacer arte para vivir (vendiéndolo), sino del afán de vivir para hacer arte. ¿Pero qué tan fácil es dedicarse al arte? Cualquier obra de arte resulta de, básicamente, dos recursos: la experiencia vivida por el artista y los materiales que usa para trabajar. Ambos recursos requieren de algún financiamiento. Para esto, siempre existieron los familiares, los mecenas, los representantes, las fun-
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daciones y otros. El único problema era que el arte, a diferencia de otras profesiones, solía ser una apuesta de alto riesgo: la probabilidad de vivir en la escasez era elevada, incluso en desmedro del talento. La cosa está así: El mundo está sobrepoblado, y de artistas también. Cuando el
bolsillo queda estrecho, los recortes los apartan, a menos que ofrezcan algo útil, como un anuncio publicitario. Ya se ha experimentado con un sinfín de ideas, desde cuadros complejos pintados dentro de otros cuadros complejos hasta un cuadrado blanco sobre un fondo blanco. Hoy en día el artista vive lo que DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
Harold Bloom llama el “afán de influencia”: éste no llamará la atención si no convence al público de que está haciendo algo nuevo, y en un mundo donde el dadaísmo y el hiperrealismo ya existieron, esto es muy difícil. Ahora hay arte postmoderno hasta en la sopa (sí, Andy Warhol), comúnmente arte cínico, DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
crítico, con referencias a la cultura pop y a todo lo anterior porque, claro, qué lindo recordar esa pintura de Da Vinci, y qué lindo criticar al sistema, en esta era que ha perdido la fe en tantas ideas que fracasaron. Por siglos, las tendencias del arte eran definidas por las élites capaces de finan-
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FOTO PIXABAY
ciar a los artistas. La pirámide de Giza, la puerta del Sol, la ciudad de Petra, todas eran erigidas bajo el mando de sacerdotes y gobernantes. Con los artistas individuales -como El Bosco, Miguel Ángel, o Melchor Pérez de Holguín- pasaba lo mismo: servían a las iglesias y a las poderosas familias. Las pinturas del siglo XX alcanzaban mayor éxito gracias a las galerías y a los inversionistas. Las estaciones de radio eran sobornadas por las discográficas para que sus canciones fueran transmitidas todo el día. De la centralización del poder en la industria del cine ni hablar. Con la llegada del Internet, todo esto está comenzando a cambiar. El éxito de un artista ya no depende de las élites como antes. Ahora depende de la gente. A esto le llamo la democratización del arte. Las redes han facilitado la difusión e incluso el financiamiento a un artista. Están Spotify, Soundcloud, Pinterest, WordPress, Creative Commons, Patreon y un largo etcétera. Ser artista independiente es una opción más factible que nunca. Incluso los dominios de alto presupuesto como el cine son posibles, pues la tecnología actual permite generar material audiovisual decente a bajo costo. Ver pinturas, leer un libro ya no son más un lujo burgués. Parece que esto da esperanzas y razones para gritar: “¡pero qué gran época para estar vivos!”. Puede ser, puede ser, pero... ¿se han preguntado cuánta competencia surge a raíz de todo esto? Ok, ok, basémonos en el principio de la supervivencia del más fuerte: Solo los mejores artistas triunfarán ante tanta competencia… ¿O no? Quizás la democratización del arte no garantiza el triunfo de los mejores, solo el de los más complacientes. La democratización llevará a un arte que simbolice nuestra era digital pero no garantizo que todo el arte sea, por este motivo, genial. ¿Es esta una razón para angustiarse? Por supuesto que no. Es un llamado al buen arte. Hagamos buen arte. Son tiempos difíciles para los artistas, pero los tiempos difíciles hacen buenos artistas.
CRONIQUITA Álex Aillón Valverde Ilustración de Huayllas
La frontera Una crónica futurista de nuestra salida al mar
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OMENZAMOS POR racionar las galletas. La descom u n a l Vi r ge n d e l Socavón, señorona sin los labios pintados, nos daba la espalda y el culo sin misericordia. Nos recordaba que, de lejos, no somos sus favoritos. Oruro sin carnaval es como un mar ajeno y seco
aunque las salteñas son baratas. Nuestro enlace en esta ciudad jamás apareció, lo más probable es que estuviera borracho. Es culpa de los enlaces que el régimen haya triunfado, aquí los androides andan a sus anchas, la resistencia ha perdido mucho terreno, mientras se acaban las entradas para el carnaval y las filas para los rostros asados son infinitas. Un platillo volador se acerca y se detiene como una nube blanca sobre la estación repartiendo sobres de cocaína y máscaras de diablo. Es hora de partir hacia la frontera. El altiplano brilla como polvo de ángel y en la cordillera se asienta una bruma desafortunada y tóxica.
¡Vamos rumbo a la frontera! Poetas, contrabandistas, cholas belicosas, robots alcahuetes, pajpakus ciberfascistas, teóricos posmarxistas, crimina-
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les de guante negro, asesinos viajeros del tiempo, haiku-escribidores de la brevedad, políticos atorrantes, políticos a secas, organismos moleculares en forma de un cuadro de Bracque, amantes tristes de la tristeza.
¡Vamos rumbo a la frontera! A unos minutos de la estación la incomunicación ha comenzado. Estamos aislados entre el cielo y la tierra. La nube no llega aquí. Tupak Katari es un cuento chino. Ya nada está bajo nuestro control. La gente y las máquinas se ponen serias e inquietas. Es peligroso el contacto entre las palabras y el alma. Un terodáctilo de cobre brillante da vueltas sobre nuestra nave. De rato en rato una turbina se enciende, la máquina ruge y exhala un poco de radioactividad. ¿Han visto las copajiras lamidas por el viento? ¡Las copajiras! Grita un viejo sonámbulo con los ojos rosados por el frío, el alcohol y las drogas sintéticas. Pasamos pueblos y pueblos tragados y vomitados por el desierto una y otra vez, algunos fueron visitados por algún dios o por alguna bomba, que es lo mismo, las ruinas de los cementerios se confunden con los cables de energía atómica que vendrán. La frontera está a horas de camino, mientras tanto nosotros plagiamos a Maquieira. Teníamos fuerte afición por la chicha Le rendíamos culto a las líneas de coca Y éramos cabrones, incrédulos y pacifistas. Preferíamos la vida a ganar la libertad Y llevábamos la amargura del amor DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
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CRONIQUITA
Hasta las puertas del cielo Hasta desafiar la propia vida Vistiéndonos en pleno combate O achicando las heridas recibidas Y si veíamos en peligro la vida De nuestras mujeres y la nuestra Nos echábamos a correr como unos maricas Y éramos tan cobardes en la guerra Que jamás actuábamos sin plan No conocíamos la humildad Ni la caridad ni la abnegación Éramos unos payasos fabulosos Y odiábamos a nuestras esposas Que odiaban el falo y el oro.
¡Vamos rumbo a la frontera! Futbolistas fracasados, esposos abusivos, curas pedófilos que no creen en el perdón de Dios, ni del Vaticano, pero sí en el de los juzgados, testigos de Jehová que no creen en el poder de Dios, pero si en el de la bomba, robots esquizoides, corderos y llamas sodomizadas por carabineros chilenos, sicarios alterados, jilakatas evangelizados, mallkus desangelados, replicantes defectuosos, criaturas verdes de la zona wyz, ángeles que buscan, como nosotros, desesperadamente la salida. Alguna vez soñamos que la cumbia cambiaría el mundo, nos dice un fugitivo peruano, ahora sabemos que no será así.
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En cambio, Julio Iglesias y su hijo sobrevivieron al Apocalipsis. Alguien ordenó torturar a la resistencia con Natalie, Me olvidé de vivir y Soy un truhan, soy un señor. El régimen no puede ser más cruel. Nos prometieron la libertad, los mejores caminos, la mejor nave y en cambio nos dan por el culo. A nuestro alrededor todo es barro y estiércol. Nos prometieron leche Nestlé, no tendremos ni orín si seguimos cantando Bob Dylan. Jhonny ha comenzado a desvariar. Jura que tiene conexión. Hola amor, te extraño tanto. Estas máquinas me están volviendo loco. Hay un falangista que me conoce y creo que quiere agredirme o matarme. Por favor no me olvides si muero y no te cases con un facho, son de lo peor, por favor, no hagas eso y no vendas la máquina de hacer helados, puede serte de utilidad, en el futuro todos querrán chupar helados mientras miran como se hunde el planeta. Cincuenta horas sobre la carretera en una nave como ésta, con gente y máquinas como éstas, pueden hacer perder la cabeza a cualquiera, pero no a quienes ya hemos estado presos, sabemos que tenemos que hacer nuestro tiempo y no desesperar. Alguna vez hicimos reventar un Kentucky Fried Chicken en Ciudad Pata de Pollo. Si salimos de ésa, entonces llegaremos a la frontera, me repito. Llegamos a la frontera. ¿Esto es Chile? ¿Esto es el océano? Este país, ya lo dijo Parra, es apenas un paisaje. Vamos, tomen todo lo que puedan, infecten estas agua de mierda y démonos la vuelta. Apuren. Cavernícolas. DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
FOTOGRAFÍA Merlina Acevedo México, DF
MERLINA ACEVEDO ©
Acá la calaca tilica, flaca, juta. ¡A tu jacal, facilita!, ¡cala, calaca! #cdmx #mexico #diademuertos #dayofthedeath #storyofthestreet #streetdreamsmag #streetphoto #streetphotography #wearethestreet #woman
La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de tristezas. Pedro Páramo (Juan Rulfo)
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CRONIQUITA Texto y foto Martín Díaz Meave
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OMENZARÉ DICIENDO que soy un escéptico. Así de simple. Un día dije “ ver para creer” y resulta que no vi nada. Ni ovnis bajando a secuestrar vaquitas, ni el espíritu de Santa Catalina saliendo del Baldor, ni desdoblamientos que no son otra cosa que la muy poco deseable parálisis del sueño. Pero, eso sí, nunca me niego a una buena historia. Y esta pasó hace tiempo, en una fría noche de lluvia paceña*. McCann-Erickson funcionaba en una casa de San Jorge, de esas construidas en los años 40 y que son reflejo del período artdecó de La Paz. La puerta de garaje daba a la calle Clavijo, al lado de las oficinas de la CAF. Se accedía a la casa bajando a un pequeño parqueo. En la puerta había un foquito que no se apagaba nunca y el encargado de tenerlo así era Don Ponciano, nuestro sereno, hombre de pocas palabras y mirada inquisidora. Eran las nueve de la noche, tarde para una jornada laboral, pero normal para un San Viernes Publicista. El equipo creativo lo formábamos Marcelo, Titico (que en paz descanse) y yo. La ejecutiva de cuentas era la Negra, quien, habiendo 500 mil ejemplares masculinos disponibles en La Paz, había decidido arreglarse con su cliente, quien además de feo era uno de los más antipáticos analistas de marketing de nuestro anunciante. De hecho, cuando nos tocó hacer la tarjeta de Navidad y se sacaron la típica foto de grupo en la puerta de la empresa, nos encargamos de despeinarlo y ponerle ojeras con Photoshop. Pero esa es otra historia. En aquella época, Coca-Cola daba auspicios a todos los restaurantes y boliches de La Paz y eso implicaba preparar no menos de 30 artes de prensa distintos para el fin de semana, que debían tener diferentes líneas gráficas y llamados a la acción. Marcelo, director creativo, revisaba los artes que Titico iba diseñando, a la vez que yo generaba textos para todos los que aún faltaba hacer. Estábamos en eso cuando nuestra ejecutiva entró al departamento de creati-
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El ajayu de la agencia
vidad, que ocupaba un entrepiso en la parte baja de la casa. Traía de la mano a su noviecillo, quien se dirigió a nosotros. — ¡Cómo están muchachos! (sentados y hambrientos, qué te parece) ¿Trabajando? (no huebastián, rascándonos en la comodidad de nuestros hogares) Qué grave, ¿no? (llega a ser agudo y te avisamos, jetón) ¿Ya están mis artes? (ahora resulta que son tuyos, mensajero del gerente, cabeza de papaya). — To d o t r a n q u i – r e s p o n d i ó Marcelo–, apenas terminemos le daremos todo el material a la Negra para que te lo lleve en persona. La aludida se incomodó. —Ee eh , Marce, pasa que estamos yendo al cine… Marcelo se dio la vuelta hacia nosotros. — Muchachos, apaguen las compus.
Nos vamos. —¿Qué? –se sobresaltó ella. Marcelo la miró y le habló de frente: —Negrita, aquí trabajamos como un equipo. Si nosotros nos quedamos a trabajar, lo justo es que tú también te quedes. El momento fue incómodo, pero el cliente/galán de pueblo entendió a la perfección. — Amor, tranquis, yo te espero (más te vale, arrastrado). Puedo hacer hora aquí cerca, en casa de mi primo (sí, porque aquí no te vamos a invitar ni agua, pedazo de gil). De modo que nuestra ejecutiva, impaciente e incómoda, se unió al equipo preguntando a cada rato si ya habíamos terminado. Don Ponci también nos esperaba, mirándonos de lejos, deseoso de irse a dormir. —¿Falta mucho? ¿Este arte no lo vimos DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
Si las ciudades se fundan en los textos, por qué no los fantasmas en la mente creativa de Don Ponci, sereno en una agencia de publicidad.
ya? ¿Ya podemos mandar a imprimir? —Tranquila, nosotros también nos queremos ir –respondió Marcelo–. No queremos que nos encuentre el ajayu de la agencia, mintió. La Negra se puso blanca. —¡¿El qué?! –preguntó. —El ajayu. Esta casa tiene su fantasmita, ¿no ve, Don Ponci? –dijo Marcelo, guiñándole un ojo al cuidador. Y el viejo Don Ponciano, quien rara vez pronunciaba palabra, hizo alarde de su creatividad frente a los creativos. —Claro pues, señorita. ¿No ve que estamos cerca de la casa del Presidente? Aquí traían presos políticos para torturarlos en la época de las dictaduras. Luego los botaban a este terreno baldío de aquí atrás. DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
Nos miramos fascinados, riendo entre dientes. De un solo chispazo epifánico, como quien cabecea un centro y hace un golazo, Don Ponci había acuñado una leyenda urbana. — ¡ Ch i c o s, v á mo n o s, po r favo r ! –exclamó nerviosa la Negrita– ¡Yo soy bien susceptible a esas cosas, atraigo energías! —Nada, nada, nos falta para acabar… —Además, fijate cómo es la casa –yo aume nté–. Ángulos curvos, paredes gruesas, ventanas que no se abren… por eso los espíritus se quedan, no pueden salir. —¡Chicos, no sean así, vámonos! **** Desde ese día en adelante, “el ajayu de la age ncia” fue culpable de la pérdida de
objetos, de ruidos extraños y de súbitos apagones de las computadoras. Como a todo ente imaginario, se le comenzó a atribuir bendiciones y maldiciones: si ese cliente al que le gustaba atornillarse en la agencia se iba rápido, era que el ajayu lo había asustado. Si la impresora tornadiza decidía no trabajar, era el ajayu que se había encaprichado. Una noche, tiempo después, tuve que salir a cubrir una emergencia personal, prometiendo volver después. Cuando llamé para anunciar que estaba de vuelta, resulta que todos se habían ido, escapando en quinta. —¡Ha aparecido el ajayu! ¡Hemos escuchado una risa y se ha caído algo! —A ver, nabos. No hay ningún fantasma en la agencia, el ajayu nos lo inventamos nosotros con Don Ponci–. Siempre que daba esta explicación, surgía un silencio de duda. — ¡No, no, te juro que hemos visto algo! ¡Hay que hacer milluchar la casa! No hubo forma de convencer de lo contrario a todos los que llegaron a trabajar a la agencia después de eso. Todos preferían irse temprano y si había que ir a la cocina a hacerse un café por la noche, preferían ir acompañados “por si acaso”. Cuando les contábamos que todo el cuento del fantasma era una invención de Don Ponci, simplemente no se convencían. Muchos años han pasado, pero cada vez que paso por San Jorge no puedo evitar mirar al costado de la avenida Arce para ver cómo está aquel la casona en la que pasamos noches de desvelo, craneando ideas, escribiendo guiones, retocando afiches y armando campañas que después estarían en vallas, en la radio o en la tele. Y pese a que yo sé la historia del fantasma, si veo ese foquito encendido en la puerta me acuerdo de Don Ponciano y de una parte del esfuerzo que dejamos en esas noches, que a punta de trabajo duro forjaron nuestro propio espíritu. Creo que el ajayu de la agencia está en esos recuerdos y sale a pasear cada vez que quienes allí estuvimos pasamos por San Jorge y lo saludamos desde la avenida. [*] No llovía, pero cómo le añade ambiente a la cosa, ¿vieron? www.paginasiete.bo
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CRÓNICA Álex Ayala Ugarte
Lee las necrológicas en el periódico todas las mañanas. Sabe cómo es una morgue por dentro. Estuvo presente en la autopsia de una de sus primas. Y ha pasado gran parte de su vida en velatorios y entierros.
LA MUJER QUE AMA LAS DESPEDIDAS 18
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ILUSTRACIÓN SERGIO SALAZAR / DGR-UCB
D ICEN QUE SE LLAMA Elsa Ocampo Mendizábal. Que tiene ochenta y cuatro años. Que reside en Oruro. Dicen que está suscrita al periódico más influyente de la c i u d ad – L a Pa t r i a – . Q u e to d a s l a s mañanas, como quien marca tarjeta en una oficina, repasa las esquelas grandes y las esquelas chicas para ave r ig uar quiénes son los muertos del día. Que lo hace sentada en un silla o recostada en la cama, tras ajustarse los lentes. Que no suele levantarse hasta que revisa de principio a fin esas necrológicas que le recuerdan que nadie es eterno. Dicen que hace comentarios en voz alta sobre los difuntos como si estuviera en un ascensor hablando del clima. Que casi siempre repite lo mismo: “¡Uf, qué triste! ¡Qué desdicha! ¡Pobrecito!”. Que piensa que no hay novia fea ni muerto maligno. Dicen que hasta hace algunos años solía vestir de negro. Que guardó duelo por su padre y por su madre, por sus tías y sus tíos y por su segundo esposo. Que, cuando era joven, acudía a más de un velorio a la semana. Que tenía más citas DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
con los muertos que con su médico. Que también iba a funerales y entierros. Que no le importaba hacer las maletas y subirse a una flota cuando fallecía algún familiar cercano que vivía lejos. Dicen que en Oruro todos la respetan. Todos: sus vecinos, las vendedoras de los mercados, los anfitriones de las casas funerarias, los jubilados, las viejas chismosas y los desahuciados. Dicen que no hay día que no tenga un muerto en la boca. Que ya ha perdido la cuenta de los cadáveres que ha despedido. Que ha estado en velorios de gente muy joven y de personas mayores, de amistades que no lograron superar un cáncer y de accidentados, de conocidos y desconocidos. Que es muy empática y muy solidaria. Que siempre tiene una palabra amable para los deudos. Que es como una enciclopedia de la pena ajena y del ritual del duelo. Que la muerte es menos muerte si ella no está presente. Dicen que desciende de una familia adinerada que cayó en desgracia –de una familia que perdió sus privilegios, sus tierras y hasta un castillo con torreones–. Dicen que supo lo que es vivir casi con lo puesto. Que algunas de las casas que habitó eran tan antiguas que crujían por fuera y por dentro. Que eran casas de muros rollizos donde se ocultaban las ratas. Que eran casas con cocinas desangeladas y baños oscuros. Que eran casas que daban miedo. Dicen que se sobrepuso a la escasez y al infortunio. Que trabajó de secretaria en una escuela para garantizar el alimento y la educación de sus hijos: tres mujeres y dos varones que le han dado una decena de nietos. Dicen
que ha aprendido a disfrutar hasta de las cosas más simples, como colocar la ropa en el tendedero después de hacer la colada. Que le gustan los chocolates, el ron Abuelo y las misas televisadas. Dicen que la muerte siempre la ha atraído. Que cuando Bolivia era un país en la cuerda floja –caracterizado por los golpes militares, los sentimientos revolucionarios y las masacres– en una ocasión se trepó hasta un cerro para tener una vista panorámica de los enfrentamientos. Que jamás olvidará el ruido de las ametralladoras. Que a veces hacía caminar a una de sus hijas entre hombres armados para que llegara puntual a unas clases de piano que consideraba sagradas. Que solía acercarse a la morgue de la ciudad para contemplar el rictus ausente de los caídos y a los predios de la universidad pública para ser parte de los velatorios que se improvisaban para homenajear a los estudiantes rebeldes. Que podía haberse convertido en una excelente redactora de obituarios locales. Que podría escribir un libro implacable con todo lo que vio mientras las balas chillaban. Dicen que tiene homólogos en otros lugares. Que, en Argentina, María Eleuteria Quiroz –la Mary– trata de no perderse un solo entierro de famosos, personalidades y víctimas de hechos fatídicos; que la Mary acompañó en el último adiós a los cantantes Mercedes Sosa y Rodrigo, al dirigente deportivo Julio Grondona, al expresidente Raúl Alfonsín y a los calcinados en la discoteca Cromañón en 2004; y que posó con flores y una pancarta para expresar sus condolencias tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Dicen www.paginasiete.bo
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CRÓNICA
FOTOGRAFÌA GENTILEZA DE LA FAMILIA SANJINÉS BELTRÁN
Dicen que cuando se muera tendrán que velarla en el estadio de fútbol. Que no hay ningún otro sitio en Oruro con la capacidad suficiente para acoger a los que le deben una avemaría y un padrenuestro.
que en Brasil hay otro adicto a los velorios llamado Luis Squarisi que se entera de los decesos a través de las estaciones de radio, las funerarias y los empleados de los hospitales. Que en Oruro “nadie sabe de la mue r te tanto como el la”; que siempre se ha sentido la mujer más dicharachera de su familia; y que nunca ha hecho el ejercicio de imaginarse con una mortaja encima y el forro acolchado de un ataúd debajo. Dicen, además, que a veces cuenta la historia de una amiga que fue enterrada viva y desenterrada muerta –con las uñas ensangrentadas–. Que otra de sus amigas murió aplastada por un camión y que aquel incidente le afectó muchísimo. Que algunas de las reuniones a las que asistía antes para honrar a los difuntos tras la misa de los nueve días acababan en farra. Que durante una temporada aparecía en ellas junto a Miguel Jimenes, su segundo
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marido, un contador elegante que se duchaba muy temprano en la mañana, a esas horas en las que aún se puede intuir la luna. Dicen que, cuando él falleció, empezó a hacerse acompañar de otras señoras que entendían la muerte como una oportunidad para fortalecer los lazos con los que seguían vivos. Que así se socializaba antes. Que en aquel los encuentros se servía café y algún traguito. Que allí charlaba, reía, bailaba, lloraba. Dicen que es única en su estirpe. Que ningún otro miembro del clan familiar es tan detallista como ella con los ausentes. Que jamás ha temblado ante los cadáveres. Que, cuando su prima Marica se suicidó, se paró al lado del méd ico forense asignado por las autoridades. Que presenció la autopsia sin inmutarse. Que se aficionó durante una época a comprar una revista chilena de nota roja
que publicaba crónicas sobre desapariciones y criminales. Que suele llamar a sus hijas por teléfono para que no se olviden de dar el pésame a algunas de sus comadres. Y que a veces son estas mismas comadres las que la llaman a ella para informar de los difuntos del día. Dicen que apila los diarios en los que lee las esquelas como si fueran correspondencia íntima. Que a veces los mira como si se tratara de las lápidas de los cementerios. Que cuando son hartos hace limpieza DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
Elsa Ocampo, al centro, en una antigua fotografía con el niño en brazos.
y los tira. Y que luego comienza a armar otra vez su “ torre necrológica” con la misma dedicación de siempre, como si cada esquela fuera un trofeo de caza y cada periódico un mausoleo. Dicen que su pelo es ondulado. Que rara vez se queja del frío invernal de Oruro. Que suele cocinar cordero y utilizar falda. Que desde que su hija Charito le manda trajes y chaquetas de Estados Unidos ha añadido colores más vivos a su indumentaria; y que para los velorios DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
sigue prefiriendo los tonos oscuros, los más funerarios, las diferentes gamas de grises y negros. Dicen que disfruta como una colegiala cuando sale a pasear y cuando desay una en su cuarto. Que piensa que siempre habrá alguien a quien enterrar y alguien que se acuerde de los finados. Que no suele llamar la atención ni en los velorios ni en los entierros. Que es dura como un caparazón. Que cuando sufre lo hace en silencio. Dicen que nadie se identifica con el
dolor tanto como ella. Que no fuma. Que se cuida. Que es muy ágil, que es bromista, que es muy activa. Dicen que cuando se muera tendrán que velarla en el estadio de fútbol. Que no hay ningún otro sitio en Oruro con la capacidad suficiente para acoger a los que le deben una avemaría y un padrenuestro. Esta crónica se publicó originalmente en 2016, en el libro Rigor mortis de la editorial El Cuervo. www.paginasiete.bo
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TODOS SANTOS Willy Camacho
Combos funerarios* No Todos son Santos. Hay quienes encontraron en la muerte un nicho de mercado lucrativo y muchas almas dispuestas al shopping funerario. Imaginemos algo así.
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OMO OCURRE en l a m ayo r í a d e l a s ciudades, en La Paz, el hecho de morir se ha conve r tido e n una preocupación social. Y por “social”, me refiero al aspecto frívolo del término; es decir, todo lo que atañe a las normas de etiqueta que, hasta en este caso, no dejan de preocupar al futuro difunto ni importunar a sus potenciales deudos. Pa r a e m p e z a r, ya n o s e t r a t a d e
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morirse y punto. Hay que tomar previsiones para que los cuervos que criaste no te conviertan en ceniza y te almacenen en un frasco de mayonesa junto con otros cachivaches en el sótano de la casa. Y actualmente, varias empresas se encargan de que el reposo eterno sea más digno. Claro que esta dignidad cuesta, y no poco, pero la inversión vale la pena si asegura que el último acontecimiento social del inversor será elogiado y envidiado por amigos y familiares. Los negociantes entienden muy bien la psicología humana. Así, notando que
desde hace algún tiempo los paceños toman como signo de prosperidad y estatus social vivir en la zona Sur, sospecharon –con acierto– que sería fácil extender esta tendencia hasta la eternidad: la gente “bien” no sólo debe vivir en la zona Sur sino también enterrarse ahí. Entonces aparecieron los cementerios sureños, totalmente diferentes al viejo –y norteño– Cementerio General, e hicieron una efectiva labor de marketing a través de un regimiento de promotores que se encargaron de difundir la “buena nueva” de casa en casa. DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
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nota, pero ya vamos a ver cuando llegue el otoño, ahí sí que ventea grave…”. Yo no quise replicarle nada. El caso es que, ya que la muerte se ha convertido en un negocio lucrativo y ha generado toda una industria, me imagino que el promotor del cementerio, cuando hubo enganchado a mis viejos con su primer charle, pasó el dato a un colega y, pocas horas después, éste se apareció en la casa para ofrecerles “el mejor servicio de atención póstuma”. Y ellos, que ya estaban metidos en la onda fúnebre, no necesitaron escuchar mayores explicaciones para atender toda la verborrea mercadotécnica del “Lic. Adán P. Bueno, Promotor de eventos funerarios”, tal
como figuraba en su tarjeta. Dijo tener planes para todo bolsil lo, desde el paquete básico, que incluye lecho eterno de pino, maquillaje, salón velatorio para treinta personas (baño compartido), cirios medianos, tres rondas de café, diez cajetillas de cigarrillos y traslado al cementerio en vagoneta Toyota (dos minibuses para los deudos), hasta el paquete VIP, que incluye lecho eterno de r oble p iin n tad o a ma n o po r Ma ma n i Mamani, maquillaje, manicura, peinado, traje a medida, salón para trescientas personas (con baño privado y sala de descanso), cirios ultragruesos aromatizados, bar abierto, bocadillos, fricasé al amanecer, habanos, maestro de ceremonias y traslado al cementerio en limusina Mercedes Benz (flotilla de BMW para
los deudos). Eso, en líneas generales, porque cada ítem, según el paquete que se elija, tiene características particulares y a cualquiera se le puede añadir extras. “Y si ningún paquete es de su agrado –dijo el Lic. Bueno–, podemos armar uno a su medida”. Mis viejos, como si de ordenar pizza se tratase, optaron por elegir los “ingredientes” de su paquete, eligiendo algunos de lujo, otros económicos, y desechando los que, a su modo de ver, resultaban innecesarios como el servicio de traslado al cementerio, pues, “nuestro hijito nos puede l levar ”, le ex plicaron al Lic. Bueno. En fin, el caso es que tan entusiasmados estaban con sus pedacitos de cementerio y con el paquete de servicios funerarios, que incluso daba la impresión de que querían morirse de una vez. Comentaron el asunto con amigos y familiares, intentando convencerlos de que tomaran recaudos similares: “El l uga r e s u n a m a r av i l l a , m á s parece jardín botánico que cementerio. Anímense, todavía hay sitio en el sector Los sauces, así vamos a ser vecinos…” . Con el paso del tiempo la euforia se fue calmando pero, hasta el día de hoy, por lo menos una vez al mes acuden al cementerio para sentar presencia propietaria en sus parcelitas ya que, desconfiados como son, creen que si no lo hacen, algún loteador inescrupuloso puede revenderlas. Al ig ual que mis padres, muchos paceños que han superado el medio siglo de vida ya tomaron –o piensan hacerlo– previsiones para su velorio y entierro porque, aunque resulte ridículo, la muerte se ha convertido en un asunto de suma importancia social para los vivos. Lo único bueno de esto es que, llegado el momento, quienes suframos la partida de nuestros padres no tendremos que preocuparnos por ningún gasto (excepto la gasolina, en mi caso). [*] Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia. www.paginasiete.bo
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FOTOS PIXABAY
Mis padres cayeron en el charle de uno de estos promotores que les ofreció dos pedazos de tierra en el cementerio más nice de la ciudad, explicándoles las ventajas de adquirir “ parcelas en la sucursal del Paraíso”. “Si es propietario, no hay pecado que le impida ingresar”, les dijo con absoluta seriedad, y mis viejos mordieron el anzuelo. Para definir en qué sector del cementerio comprarían sus pedacitos de cielo, concertaron una visita g uiada que se efect uó alg unos días después. Como en esa época yo no tenía auto propio y tenía que prestarme el de mis padres, para ganarme el derecho de usarlo estaba obligado a fungir de chofer en cualquier momento que ellos lo solicitaran. Así, no tuve más remedio que aceptar llevarlos al cementerio, donde el promotor nos hizo un tour por todos los sectores, explicando las bondades de cada uno. Al final del recorrido, estaban indecisos entre dos lugares pues el sector L os s auc e s, según mi madre, tenía buena vista, y Los álamos, según mi papá, era el menos ventoso. Pa r a d i l u c i d a r l a c u e s t i ó n , optaron por preguntarme qué opinaba, “¿Cuál te parece mejor, hijito?”. ¿Qué les podía responder? ¿Que la vista no importaba un carajo p o r q u e , h a s t a d o n d e s e s ab e , a l o s muertos les cierran los ojos antes de enterrarlos? ¿Que estando tres metros bajo tierra y metidos en un cajón no iban a ver nada, a menos que tuvieran visión de rayos X? No, imposible ser tan racional en esa circunstancia; de modo que tuve que responder de acuerdo a mis propias previsiones: Los sauces quedaba más cerca del parqueo que Los álamos, lo cual facilitaría mis visitas futuras. Así que: “Los sauces”, dije, sin titubear. Mi padre no quedó muy conforme pero tuvo que aceptar la decisión democrática, aunque, ya de regreso a la casa, no se cansó de hablar sobre lo fuerte que soplaba el viento en el sector elegido: “En otoño debe ser peor, ahorita casi no se
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FOTOGALERÍA Fotógrafo Fredy Barragán Página Siete
Murales de la vida y de la muerte
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ada nicho en el Cementerio General de La Paz es una pequeña obra artística en sí misma. Pero se encuentra aún más arte en estos 92 mil metros cuadrados: Los murales. Éstos fueron pintados en 2017 por el colectivo de artistas Perros Sueltos durante el encuentro de muralistas
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Ñatinta. Participaron artistas nacionales como Sak Crew, y muralistas del exterior como Coche (Argentina) o Le Dorian (Chile). Este año se realiza la tercera versión de este festival de arte urbano en el cementerio paceño. En seis días, 37 creadores pintarán 30 paredes. Así insuflarán nueva vida a este lugar que nos conecta con el mundo de los muertos. Leonie Marti
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CRONIQUITA / ABUELAS Mauro Gatica Salamanca
Quiero
olvidarlo todo
El niño mira. ¿Va a despertar la abuelita?, pregunta. Hay un vaso de pisco.
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O QUE EL NIÑO mira con detenimiento es la cara de la abuela. Sorprendió a su madre arrimada junto al ataúd, besándola con los ojos, hablándole sin palabras. El hijo acercó una silla para mirarle la cara. Secó con su camisa el vapor que empañaba el vidrio y sin dejar de mirar, dijo: “¿Qué hace durmiendo ahí la abuelita?, a ella no le gusta dormir en camas chicas, llévenla a su pieza, que a ella le gusta dormir en camas grandes”. El hijo aún recuerda los algodones en la nariz de su abuela teñidos de rojo. También recuerda el algodón taponeándole los oídos; recuerda el peinado glamuroso adornando su cabeza, la blusa de raso roja, el vestido claro que tanto le gustaba vestir, los aros con semillas de guairuro, la desnudez de los hombros, los pechos asomándose a través del escote, el collar de perlas plásticas atado a su cuello; en fin, el rubor en sus mejillas, el rojo carmesí en sus labios. La música sonó toda la noche como si el velorio fuera una fiesta, tal como lo exigió la difunta en vida. Se oían las guitarras psicodélicas de Los Destellos, las suaves cadencias de Los Galos y Los Ángeles Negros, los boleros de Lucho Barrios y la Palmenia Pizarro. La banda de bronce y los bailarines de su congregación religiosa no se callaron nunca, danzaron hasta medianoche como si fuera carnaval. Las trompetas tampoco se callaron, ni el trombón entrando lento como veneno, ni el bombo desgarrando el pecho como una explosión. El niño jamás volverá a ver tanta gente reunida en su casa. Pero de ese día negro tampoco olvidará las moscas pegadas al vidrio del cajón, con su musiquilla desgarradora metiéndose en los oídos. Un reflejo, su cara, la silueta de ella; su rostro reflejado como sombra en el fondo, superpuesto al de su abuela, tan cerca, tan cerquita como en un beso, eso piensa el niño. Ahora las moscas pegándose en su cara, metiéndose dentro de su propia boca. Recuerda los ojos maquillados, los labios rojos, el lunar sobre su boca pintado con lápiz de ojos y
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sus mejillas ruborizadas con un labial. Estaba como dormida, pensaba el niño mientras miraba esa carita estática, esa sonrisa dibujada en su boca. ¿Va a despertar la abuelita?, se preguntó a sí mismo mientras miraba a su alrededor. ¿Va a despertar la abuelita? ¿Va a despertar la abuelita? ¿Va a despertar la abuelita?, pregunta esta vez a la madre, pero no le responde. Los jotes revoloteando en círculo sobre la población como un mal recuerdo, como una cicatriz que se mueve, que cambia de forma, que nunca se marcha. Ella, de pie junto al cajón, seca su cara con el trapo de cocina. Bebe un vaso de pisco con dos pastillas para el dolor de cabeza. Pide otro vaso. Quiero emborracharme le dice a su hermana, quiero olvidarlo todo.
Mauro Gatica Salamanca (Arica) es editor de Electrodependiente. Ha publicado nueve libros. DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
EL MAnGO DE OZ Óscar Martínez
La soledad del chaki
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L CHAKI ( re saca) e s u n e s t ad o d e gracia, decía el personaje principal de Cuestión de fe inter pretado por el inmortal Jorge Ortiz, el mejor borracho del cine nacional. El chaki es cultura, y desde que uno es wawa y ve a sus mayores dando ayes adoloridos, revolcándose de sed y dolor de cabeza en la cama, sabe muy en el fondo que tarde o temprano se las verá enfrentado a tal tesitura, y entonces tendrá que aprender bien las mil artimañas y rituales que acompañan a la extendida institución boliviana de la resaca. A fines de los años noventa –arg uyendo razones de seguridad ciudadana y para aplacar las olas de violencia, atracos y robos que de tanto en tanto azotaban la ciud ad– la entonces prefect ura del departamento de La Paz decretó Ley seca en todos los locales de venta y consumo de alcohol (boîtes, clubs nocturnos, discotecas, pubs, whiskerías y otros) desde las tres de la mañana los fines de semana y desde la una de la mañana los días corrientes. En consecuencia, el siguiente domingo salieron anuncios de prensa donde los clubs nocturnos, whiskerías, boîtes, discotecas, pubs y otros locales publicitaban sus nuevos horarios de atención: atendemos desde las cinco de la tarde, decían. No parece la gran cosa pero así fue como empezó a cambiar la cultura del DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
chaki. Por ejemplo, el decreto de Ley seca significó la extinción de las fricaserías de madrugada que había en la calle Ecuador cerca de Forum o el ocaso de La Salud y otras antiguas fricaserías de la calle Pando y la Plaza del Maestro que también eran usadas como locales de remate. De
ahí la costumbre de que si querías continuarla tenías que comprar un plato por cada dos cervezas y así obviamente no había bolsillo ni parroquiano que aguante las refriegas hasta mediodía. Es así que los domingos por la mañana dejaron de ser lo que eran: espacios de tiempo perdidos para siempre jamás en la historia de la memoria porque uno llegaba a las siete u ocho de la mañana, prendía la rad io para soñarse algún programa de debate y comedia política y se metía a la cama para resucitar a eso de las tres de la tarde. De ahí que ahora, en vez del sacrosanto fricasé de madrugada, se haya reemplazado el acompañamiento de la soledad de la perseguidora y el tistaphi (tembladera) con ese producto foráneo llamado ceviche (con canchita y chilcano de cortesía). Ese platillo que es venerado por el nutrido séquito de muertos vivientes que van en procesión –entre temblores y los párpados por los suelos– al Parque Triangular a lamentarse de que por ahora ese ceviche sea de un mar ajeno, y aprovechan para renovar sus promesas de no volver a beber jamás y retornar a los puertos del progreso, cosas que por supuesto algún día cumplirán. Y un domingo sin fútbol y con chaki es, por definición, un largo y tedioso encuentro con la depresión y la soledad. Horas de borrosos recuerdos y arrepentimientos que –mientras sacas al perro y compras el pan, el periódico y la soda sin azúcar– conviene dejar atrás. www.paginasiete.bo
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DISEÑO Y COMUNICACIÓN VISUAL Cecilia Mariaca
Universidad Católica Boliviana
De chispas creativas y creatividad Hace pocos días finalizó en la ciudad de La Paz el MICC3600, primer encuentro de mercados culturales y creativos, organizado por el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz. Aprovechamos este espacio para reflexionar sobre las “chispas creativas” como vehículos de crecimiento y bienestar.
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L CONCEPTO CONTEMPORÁNEO de industrias creativas, que ha sido altamente difundido por la UNESCO, busca desarrollar la diversidad de expresiones culturales y de productos o servicios creativos. Por otro lado, con los últimos avances en distintos campos, desde la academia nos encontramos con estudios e investigaciones fascinantes que amplían el conocimiento sobre la naturaleza humana, donde el gran impulsor del progreso de nuestra especie es precisamente nuestra capacidad creativa. Agustín Fuentes, catedrático de antropología de la Universidad de Notre Dame, explorador de National Geographic Society y autor de La chispa creativa, dice que es la imaginación y la capacidad creativa la que nos hizo humanos. La capacidad creativa permitió a una especie vulnerable desarrollarse con tanto éxito que desde hace 25 mil años hemos eliminado del planeta a cualquier otra competencia. Cuando consideramos la creatividad como factor de cambio, a veces nos imaginamos a individuos excepcionales: Leonardo DaVinci, Madame Curie, Coco Chanel, Stephen Hawking, Steve Jobs o Paula Scherer. Tendemos a pensar que la creatividad es dominio de los artistas, de ciertos grupos privilegiados o que se limita a ciertos periodos iluminados de la historia de la humanidad. Sin embargo, hoy sabemos que la creatividad está formada por interconexiones y combinaciones de ideas; así la imaginación, la intuición, la información, el conocimiento y las experiencias son lo que nos hace creativos, y esto no es exclusivo de unos pocos, es parte de nuestra naturaleza como seres humanos. Todos los campos de la creación son
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intervenidos por la “chispa creativa”, como inquietantemente propone el título del libro de Agustín Fuentes. Hoy en día se reconocen cuatro sistemas de herencias que se filtran de generación en generación y que influyen en los procesos evolutivos: la herencia genética, epigenética, de comportamiento y simbólica. Esta última, exclusiva de nuestra especie. Imaginemos lo emocionante y alentador que debió ser la creación del primer botón para cerrar una piel que nos permitiría protegernos de un crudo invierno, y a su vez dejarnos las manos y la cabeza libres para precisamente seguir creando. De las pinturas rupestres al diseño paramétrico no hemos dejado de manipular soluciones y de transformar nuestro entorno. El diseño y la creatividad no son cosa de moda; hemos aprendido a diseñar nuestro entorno, modificar nuestra apariencia, nuestro comportamiento, y solucionar creativamente problemas para sobrevivir como especie. Hemos aprendido a cooperar y utilizar la creatividad para encontrar respuestas a conflictos externos y a los que nosotros mismos nos inventamos. El cambio y la innovación son parte de esta ecuación que de forma continua nos han impulsado a re–diseñar y re–inventar el mundo. Las necesidades primarias: alimentación, vestimenta, expresión, se han transformado hoy en arte, cultura, diseño de indumentaria, diseño gráfico y gastronómico. Todas estas actividades forman parte de una nueva revolución en este siglo XXI, donde el conocimiento y la investigación nos devuelven a lo esencial, a lo primario: no consumimos azúcar refinada, la indumentaria debe ser reciclable y amable con el medio ambiente. La interrogante es: ¿Cuánto pensamos que hemos cambiado realmente?, ¿estamos corrigiendo nuestros DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
PUNTA DE CHATELPERRÓN: PUNTA CONSTITUIDA POR LA CONVERGENCIA EN ÁNGULO AGUDO DE UN BORDE CON RETOQUE ABRUPTO Y OTRO BORDE NATURAL DE LA LASCA. EL BORDE PUEDE SER RECTILÍNEO, COMO OCURRE CON LAS PUNTAS DE LA GRAVETTE, O CURVO.
errores?, ¿estamos reajustando nuevamente nuestra forma de ver y vivir nuestro entorno? En diseño equivocarse está bien porque es en el proceso donde realmente aprendemos. Tal vez hoy estamos volviendo a probar lo que ya conocemos pero con un giro creativo. Finalmente, nunca hemos parado de evolucionar. Entender el diseño como agente de cambio es reafirmar el carácter y la condición de esta disciplina –nueva en el campo académico y que no cuenta con la tradición de otras especialidades– pero se evidencia que es y ha formado parte esencial del desarrollo humano. Con una mirada contemporánea, desde la carrera de diseño de la UCB se ha identificado el potencial de esta rica disciplina como vehículo para la difusión del patrimonio y de procesos culturales. La cultura visual es dinámica y está acompañada de una estética particular. Una mirada al pasado es complicada y a veces difícil de asimilar para las nuevas generaciones que tienen otro ritmo visual. El diseño puede contribuir a dar una nueva impronta a trabajos académicos de investigación que ciertamente contribuyen a la comprensión de nuestra cultura. Investigar, catalogar, vectorizar, producir contenidos y ciertamente diseñar, han sido parte de las tareas desarrolladas por docentes y estudiantes, que han derivado en propuestas innovadoras contribuyendo a documentar, divulgar, y a la puesta en valor de nuestro patrimonio tanto material como inmaterial. Tal vez el aprendizaje que nos viene de un pasado lejano nos induzca a pensar que podemos sobrevivir como especie si continuamos colaborando e innovando, utilizando la creatividad como nuestra arma más poderosa. DOMINGO 28 DE OCTUBRE 40|18
EXPRIMIDOR JUICY SALIF DISEÑADO POR PHILLIPE STARCK, 1986. www.paginasiete.bo
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RETRATO Marta Monzón Fotografía de Cecilia Fernández
El maestro cubano Hace unos diez años ya había escuchado acerca de él, y esas voces decían el “maestro cubano”. Nuestro primer encuentro fue una casualidad. Él pegaba afiches de su obra y yo de la mía. Acordamos en que “habiendo tan pocos postes para difundir nuestras actividades, no ‘nos’ colaríamos encima”. Elementales principios de respeto y de ética. Nos quedamos en esa esquina charlando mucho tiempo, dimos la vuelta al mundo hablando de su Cuba, de mi Argentina y de nuestra Bolivia. Con maneras expansivas y volumen fuerte, típicas de nuestras idiosincrasias gestuales, coincidimos en las formas de concebir nuestros procesos creativos, en la inclaudicable condición de aportar al desarrollo de nuestras artes y en el privilegio de administrar las enseñanzas que nos heredaron los maestros que cada uno había tenido. Nos despedimos con un fuerte abrazo. Y llegó Hermanas del Alba, un proceso que dio inicio a la colaboración, la amistad, la complicidad y a nuevos proyectos. Me contagió su pasión por la danza española y el flamenco. Me impactó la rigurosidad para con sus bailarinas. Me inspiró su inconmensurable generosidad. Ahora sé que la maestra Alicia Alonso y Antonio Gades están bailando en Bolivia.
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Yadir Vรกsquez
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C A RT E L E R A Ojo al parche Adrián Nieve
Una para los muertos
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Í, SÍ, COCO FUE HERMOSA. Pero más allá de lo vistoso y de esa lección para recordar a tus muertos, lo que me gustó fueron esos recursos que la película entrega para lidiar con la muerte y la pérdida. Y con Todos Santos tan cercano, se me ocurrió escribir acerca de películas y series que hablen de la muerte, pero desde el lado que más nos duele: cómo afecta a nuestras vidas y cómo lidiamos con ella. Todas las películas y series sobre las que leerán en esta cartelera muestran más o menos lo mismo: dolor, dolor, dolor, aceptación. Porque ese es,
supuestamente, el orden en que tendrían que llegar las cosas. Pero la realidad nunca es así de sencilla y ninguna película capta mejor los sinsabores de la realidad que The Descendants (2011, Alexander Payne. Drama). En ella seguimos a un empresario hawaiano (interpretado por George Clooney) que tiene que lidiar con la inminente muerte de su esposa en coma mientras se entera y confronta que ésta no le fue fiel durante su último año consciente. La película es poderosa, sobre todo porque juega con eso que nunca se dice en los panegíricos: aquellos sentimientos de rabia y rencor que no tienen cabida porque, claro, todo muerto es un santito. Ver a una familia intentar encontrar el balance entre cómo decir “adiós” y “vete–a–la–mierda” a un ser que ya no los escucha, es una forma sencilla de adentrarse en el meollo de vivir el duelo por alguien o por algo: duele, es confuso y está lleno de sentimientos que no siempre sabemos cómo manejar –o siquiera expresar–, pero que igual necesitan ser. Así, a secas. La vida es un desorden, pero Payne le saca un lado tan trágico como gracioso. No es una película llena de dolor, es una película al servicio de que ese dolor salga, se lo deje ir satisfe-
cho. Como ese algo que te provoca una verdadera sonrisa en medio del llanto. Payne quizá juega demasiado al equilibrio. Esto se ve en los ritmos de la peli y en la atención que le pone a las diferentes subtramas. Quizá no todo el mundo ría con los chistes, quizá no todo el mundo llore con el drama, pero el guión está tan bien planteado que la interpretación del director y del elenco le añaden riqueza. El filme mueve memorias o plantea una posible situación. En otras palabras, te hace sentir empatía. Y ese es un tipo de inmersión que no todo cineasta logra.
6 pelis para aprender a dejar ir
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DEMOLITION. 2016, Jean Marc Vallée. Comedia, drama. El duelo revela verdades que en vida no quisimos aceptar. Acá un viudo pasa por la locura de querer destruir y desarmar cosas antes de aceptar todo aquello que negaba mientras su esposa estaba viva. THE LAST TEMPTATION OF CHRIST. 1988, Martin Scorsese. Drama. Todos tenemos que lidiar con nuestra
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The last ation of Christ last tempt temptation Christ
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muerte y Scorsese se pregunta cómo fue el proceso de Jesús en un filme brillante, osado, y que al cuestionar a una figura como la de Jesús, nos cuestiona a todos. RACHEL GETTING MARRIED. 2008, Jonathan Demme. Drama. Muchas familias prefieren el silencio, pero eso tiene un coste como claramente se ve en este drama ligero con una de las mejores actuaciones de Anne Hathaway. THREE COLORS: BLUE. 1993, Krzysztof Kieslowski. Drama. El inicio de una sorprendente trilogía. Un filme que lidia con el coste de guardarse el dolor. Visualmente sorprendente, espectacularmente actuado, tan poderoso que su complejidad es más atractiva que repelente. MAR ADENTRO. 2004, Alejandro Amenábar. Drama. Morir es sagrado y no siempre podemos verlo así. Quizá estamos muy parcializados por nuestra condición de vivos, pero hay historias como ésta que nos recuerdan que la vida es más compleja que simplemente sacralizar el hecho de vivir. I K I RU. 1952, Akira Kurosawa. Drama. La rutina y la burocracia te comen… hasta que la muerte te devora. Saber que estás a punto de ser engullido te invita a explorar lo que significa vivir. Kurosawa lo expresa mejor y hasta le da varios giros tremendos en uno de sus filmes más bellos.
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6 series para vivir el duelo
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THE GOOD PLACE. 2016, Michael Schur. Comedia. Gente en el más allá filosofando acerca de qué significa ser bueno. Michael Schur logró hacer con la muerte y la filosofía un programa muy divertido y de giros inesperados. TREME. 2007, David Simon. Drama. A Simon le encanta construir series donde el personaje principal es una ciudad. En esta ocasión nos lleva a una Nueva Orleans tratando de reconstruirse tras el huracán Katrina. El proceso de duelo a nivel comunitario. SIX FEET UNDER. 2001, Alan Ball. Drama. La muerte lo sacude todo. Y si la familia esconde mucho, una muerte la puede defenestrar por completo, como vemos en esta serie de una familia que se descubre y lucha por mantenerse junta y en pie. YOUR LIE IN APRIL. 2015, Kyohei Ishiguro. Drama. A veces simplemente somos algo tontos. No queremos despedirnos o decir que tendremos que hacerlo. Y este animé lo analiza muy bien, mientras brinda unas excelentes interpretaciones de música clásica. THIS IS US. 2016, Dan Fogelman. Drama. Si una pérdida repercute tanto en la gente involucrada es porque tiene una historia poderosa por detrás. Esta serie es algo ñoña pero cumple bien sus objetivos y sorprende en el trayecto. SORRY FOR YOUR LOSS. 2018, Kit Steinkellner. Drama. Producida durante tres años, esta serie fue estrenada en Facebook y nadie le tenía fe por eso, pero probó ser una poderosa historia sobre el dolor de una joven viuda que no glorifica el sufrimiento, ni se vale de falsos consuelos o esperanzas.
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Samurai Jack
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Westworld www.paginasiete.bo
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HISTORIETA CTX
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