Revista Universitaria No. 55

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Año 4 • nueva época • núm. 55 • julio-septiembre de 2006

Revista universitaria de la UABC

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un versitar a UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA Departamento de Editorial Universitaria Av. Reforma 1375. Colonia Nueva C.P. 21100. Mexicali, Baja California

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ISSN 1665-9724

Año 4 • nueva época • núm. 55 • julio-septiembre de 2006 • Universidad Autónoma de Baja California


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DIRECTORIO

REVISTA UNIVERSITARIA DE LA UABC

Coordinación general • Rosa María Espinoza Galindo Coordinador editorial • Alfredo Gómez Sepúlveda Asistente • Ana Gabriela Rubio Moreno Editor literario • Tomás Di Bella Diseño editorial • Natalia Rojas Soler Operadora de sistemas tipográficos •Paulina Wong Hernández EDITORES RESPONSABLES POR ÁREA

Divulgare. Ciencia para todos • (ciencias naturales y exactas) Margarito Quintero Núñez Paradigmas • (económico-administrativo-contable) Martín Ramírez Urquidy Semillero • (ciencias sociales) Gabriel Trujillo Muñoz Yubai • (arte y humanidades) Gabriel Trujillo Muñoz

Revista Universitaria de la UABC, nueva época, año 4, número 55, julio-septiembre de 2006. Revista trimestral publicada por la Universidad Autónoma de Baja California. Los artículos firmados son responsabilidad de su autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los materiales publicados siempre y cuando se cite la fuente. Certificado de licitud de título núm. 12827. Certificado de licitud de contenido núm. 10399. Reserva de derechos núm. 04-2004-030411472300102. Tiraje: 1 000 ejemplares Impresión: Preprensa digital S.A. de C.V. Caravaggio 30. Colonia Mixcoac. Ciudad de México, D. F. Tel. (55) 56 119653. Revista incluída en la base de datos bibliográficos Latindex (Sistema regional de información en línea para revistas científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal) así como CLASE (Citas latinoamericanas en ciencias sociales y humanidades), su índice puede consultarse en la dirección: http://dgb.unam. mx/clase.html Correspondencia: Revista Universitaria de la UABC. Coordinación General. Departamento de Editorial Universitaria de la UABC. Av. Reforma 1375. Col. Nueva. Mexicali, B.C., C.P. 21100. Teléfono (686) 552 10 56, o a los correos electrónicos: revista@info.rec.uabc.mx, y revista_uabc@hotmail.com. Imagen de portada: Arturo Esquivias, fotografía digital.

Y en el caso de las citas de documentos en línea, la citación será: Dr. Alejandro Mungaray Lagarda Rector Dr. Gabriel Estrella Valenzuela Secretario general M.C. María Guadalupe García y Lepe Vicerrectora Campus Ensenada Méd. Jaime Enrique Hurtado de Mendoza y Bátiz Vicerrector Campus Mexicali Dra. Adriana Carolina Vargas Ojeda Vicerrectora Campus Tijuana Lic. Ángel Norzagaray Norzagaray Secretario de Rectoría e Imagen Institucional COMITÉS EDITORIALES POR SECCIÓN

Divulgare. Ciencia para todos • Patricia Bonilla, Octavio Robinson (Facultad de Medicina); Laura Viana Castrillón, María Consuelo Espinoza Valle, Miguel Humberto Carrillo Mendívil (Facultad de Ciencias); Roxana Peláez Molina (Facultad de Odontología); Jorge Augusto Arredondo Vega (Facultad de Arquitectura); Ana Luz Quintanilla Montoya, Eugenio Carpizo Ituarte (Instituto de Investigaciones Oceanológicas); Marco Antonio Reyna Carranza, Onofre Rafael García Cueto (Instituto de Ingeniería); Daniel Hernández Balbuena, (Facultad de Ingeniería) Paradigmas • Juan Manuel Ocegueda H., Felipe Cuamea Velázquez (Facultad de Economía y Relaciones Internacionales); Jorge Morgan (Facultad de Turismo y Mercadotecnia); Candelaria Pelayo (Facultad de Derecho); Patricia Moctezuma Hernández (Facultad de Ciencias Sociales y Políticas); Daniel Muñoz Zapata (Facultad de Administración y Contaduría Tijuana) Semillero de ideas • José A. Moreno Mena (Instituto de Investigaciones Sociales); Rodolfo Gómez Castellanos (Facultad de Ciencias Sociales y Políticas); Hugo Méndez Fierros, Marcos Ramírez, Alfredo Padilla (Facultad de Ciencias Humanas); Isabel Reyes (Facultad de Pedagogía); Elvia Méndez Fregozo (Escuela de Humanidades); Alberto Gárate Rivera (Centro de Enseñanza Técnica y Superior-Mexicali); Yubai • Sergio Rommel Alfonso (Escuela de Artes-Tijuana); Alfonso García Cortez, Hugo Salcedo (Escuela de Humanidades), Raúl F. Linares Borboa, Carlos A. Gutiérrez Vidal (Facultad de Ciencias Humanas); Fernando Vizcarra (Centro de Investigaciones Culturales-Museo), Roberto Castillo Udiarte (Universidad Iberoamericana Noroeste). CONSEJOS EDITORIALES POR SECCIÓN

Divulgare. Ciencia para todos • Sergio Romo Barraza (Facultad de MedicinaMexicali); Roberto Millán Núñez (Facultad de Ciencias Marinas); Isaí Pacheco Ruiz (Instituto de Investigaciones Oceanológicas); Nahara E. Ayala Sánchez (Facultad de Ciencias); Sara Cortés Bargalló (Facultad de Medicina-Tijuana); Miguel Cervantes Ramírez (Instituto de Ciencias Agrícolas) Benjamín Valdez Salas (Instituto de Ingeniería) Paradigmas • José David Ledezma Torres (Facultad de Economía y Relaciones Internacionales); Rolando Gómez García Rojas (Facultad de Turismo y Mercadotecnia); José de Jesús Díaz de la Torre (Facultad de DerechoTijuana). Semillero de ideas • Manuel Ortiz Marín (Facultad de Ciencias Humanas); Adela Figueroa Reyes (Facultad de Ciencias Sociales y Políticas); María Aurora Lacavex Berumen (Facultad de Derecho-Mexicali); Pablo Jesús González Reyes (Instituto de Investigaciones Sociales) Yubai • Aidé Grijalva Larrañaga (Instituto de Investigaciones Históricas); José Gustavo Mendoza González (Escuela de Humanidades).

López, B. M. (2004). Salud pública: El precio del desarrollo. Recuperado el 2 de junio de 2004, de http://www.elmundo.es/ Salud/293/07No118.html Adonis, M., Caceres, D., Retamal, C., et al. (2001, enero). Indoor air Pollution in zone of extreme poverty of metropolitan Santiago [Contaminación intradomiciliaria en un sector de extrema pobreza de la comuna de La Pintana]. Revista Médica de Chile, 129 (1), 33-42. Recuperado el 17 de febrero de 2006 de, http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S003498872001000100005&lng=en&nrm=iso

4. Las figuras, fotografías o gráficas deberán presentarse por separado, impresas en papel de buena calidad o elaboradas por computadora y almacenadas en el mismo soporte en el que se entrega el texto, pero en archivos separados. En este caso son aceptadas las extensiones TIF, CDR, JPG o EPS mayores de 300 puntos por pulgada (DPI). Al preparar las figuras deberá tenerse en consideración que comúnmente éstas se reducen de tamaño, por ello la simbología deberá ser clara y diferenciable. Al final del texto se deberán incluir los pies de todas las imágenes. No incluya imágenes que no se mencionen en el texto. En lo posible se deberá evitar el uso de material gráfico previamente publicado; sin embargo, cuando ello se considere indispensable, será responsabilidad del autor obtener los permisos necesarios para su reproducción. 5.El o los autores del trabajo deberán anotar su nombre completo, dirección postal y electrónica, así como números telefónicos donde podrán ser localizados, además de la institución a la que se encuentran adscritos, y una breve semblanza de su trabajo, no mayor de media cuartilla. En caso de no cumplir con estos requisitos en el tiempo solicitado, Revista Universitaria de la UABC se reserva el derecho de publicar el trabajo. Tipos de colaboraciones • Ensayo, reflexiones, artículos. • Traducciones de ensayos y artículos. • Entrevistas • Reportajes

• Resultados e informe de investigación: Trabajo en los que se den a conocer los resultados generales o parciales de una investigación original. • Revisión comentada de un libro o cualquier otro tipo de documento (reseña). Se recomienda que el autor retenga una copia original del texto. Una vez recibidos los archivos o documentos, se le notificará al autor de su recepción en un plazo no mayor de cinco días. Toda la correspondencia se establecerá con el primer autor del manuscrito. Si la coordinación editorial de la revista no recibe respuesta del autor en un lapso mayor a los seis meses después de que se le hayan indicado los cambios a su trabajo, este será dado de baja. Formas de envío El material podrá ser enviado por correo electrónico, mensajería o personalmente. Si lo hace por correo electrónico será necesario que anexe en un archivo los documentos e incluya en el cuerpo de la carta el listado de los archivos enviados. La dirección electrónica a la cual deberá dirigir su mensaje es: revista@info.rec.uabc.mx, revista_uabc@hotmail.com. En el caso de mensajería, deberá incluir una impresión del documento original; una hoja con los datos de identificación del autor o autores (nombre, institución, dirección, teléfono, fax y correo electrónico); dos copias ciegas del documento (sin datos de identificación del autor); disquete de 3.5” o disco compacto conteniendo archivos. La dirección de envío es: Revista Universitaria de la UABC, Av. Reforma 1375. Colonia Nueva. Mexicali, Baja California. C.P. 21100. Derechos de autor Una vez aceptado el trabajo, los autores cederán a la UABC los derechos para publicar y distribuir el texto en forma impresa y electrónica, así como para archivarlo y hacerlo accesible en línea. Los autores podrán distribuir su propio material sin solicitar permiso del editor, siempre y cuando sea sin fines comerciales y la fuente original sea citada. En el caso de que se presenten trabajos firmados por dos o más autores uno de estos deberá presentar una carta en la que los co-autores autoricen la publicación del trabajo en cuestión y en donde se confirme su legitimidad.


CONTENIDO Divulgare La camaronicultura: Panorámica del desarrollo de una industria millonaria en México y en el mundo Jorge de la Rosa-Vélez Químicos modernos… químicos cuánticos: Historia de la química (parte 2) Guadalupe Lydia Alvarez Camacho Amelia Olivas Garcia Por qué y cómo cuidar el agua Jorge Augusto Arredondo Vega Ana María Fernández Butchart Paradigmas Política industrial sostenible en Baja California basada en criterios de competitividad Luis Alberto Morales-Zamorano Alejandro Mungaray Lagarda Semillero La importancia de la ciencia de las relaciones internacionales en el desarrollo de la política exterior de México Kenia María Meda Ramírez Cotidianidad y tragedia en la frontera San Diego y Tijuana. Apuntes sobre paradojas y contradicciones en la dinámica fronteriza Magali Muriá Tuñón Yubai Mis abuelos de José Javier Villarreal: Ejercicio de lectura Sergio Rommel Alfonso Guzmán Desconcierto en el lenguaje de la calle Felipe Moncada Arráez Santiago Montobbio El septentrión, origen del microrrelato mexicano Javier Perucho Escrituras travestidas o metrosexualidad literaria Eve Gil Textos y Discursosos Ensayo de cultura transfronteriza: Mojados donde zero rain Ernesto Moncada

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Explorare Un río y sus pescadores nativos en peligro de extinción Alberto Tapia Landeros Entrevista a Everardo Garduño, Fernando Vizcarra y Alberto Tapia Rebeca Ron Noriega

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Reseñas Mexicali como puerto estelar: El arte fantástico de Pablo Castañeda Gabriel Trujillo Muñoz

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La camaronicultura: Panorámica del desarrollo de una industria millonaria en México y en el mundo Jorge de la Rosa-Vélez

Ante una demanda sostenida del producto “camarón” en el ámbito mundial, la camaronicultura se ha convertido en la respuesta al mercado creciente y globalizado, contribuyendo con 26% de la producción mundial en las postrimerías del siglo XX, calculada en 3.2 millones de toneladas. En particular, a partir de 1980 el cultivo de camarón ha presentado un desarrollo expansivo con un incremento de alrededor de las 50 000 toneladas en ese año, a casi un millón al finalizar el siglo. Asia destaca entre los productores con un aporte de 80% de la producción mundial por cultivo. Al arranque del siglo XXI, Tailandia, China, Indonesia e India se ubicaban dentro de los cinco primeros lugares en producción, con Ecuador, el productor americano más importante, ocupando el cuarto lugar. La producción mundial de camarón en cultivo recae principalmente en seis especies: Penaeus monodon (camarón tigre, 56%), Fenneropenaeus merguensis (camarón blanco asiático, 17%), Litopenaeus vannamei (camarón blanco occidental, 16%), Fenneropenaeus chinensis (camarón blanco chino, 6%), Litopenaeus stylirostris (camarón azul occidental, 4%) y Marsapenaeus japonicus (camarón kuruma, 1%).

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Figura 1: Jaulas de acuacultura. Fuente: CortesĂ­a de G. C. Mair, Aquaculture & Aquatic Resources Management (AARM).

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Figura 2: Jaulas de acuacultura. Fuente: Cortesía de G. C. Mair, (AARM).

Figura 3: Granja de camarón en Tailandia. Fuente: Cortesía de Vinij Tansakul, AARM.

Figura 4: Bomba de agua utilizada en granjas de cultivo de camarón en Tailandia. Fuente: Cortesía de Vinij Tansakul, AARM.

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La camaronicultura basada en estas especies se ha venido desarrollando en un ciclo de “auge y fracaso”. Aunque se han logrado importantes avances en cuanto al conocimiento y manipulación del ciclo biológico del camarón, al diseño de sistemas de cultivo más eficientes y eficaces, y a los requerimientos nutricionales de las distintas especies en cultivo, se considera que, en comparación con la crianza de animales terrestres, la domesticación del camarón está apenas en sus inicios. Por añadidura, la camaronicultura enfrenta retos muy importantes en cuanto a su ubicación como actividad económica en equilibrio con el ecosistema. El establecimiento de granjas en la zona costera de las regiones tropicales ha afectado seriamente a los ecosistemas de manglar, desplazándolos para ubicar las granjas de cultivo. Lo anterior ha tenido influencia en la topografía costera y en la productividad litoral. Además, debido al retraso de la mayoría de los países productores en cuanto a ordenamiento territorial, los asentamientos se han dado sin norma alguna. Un problema grave, que inclusive se revierte contra la misma actividad camaronícola, es que las aguas que libera una granja eutroficadas y deterioradas en su calidad, son incorporadas al sistema de las granjas vecinas provocando pérdidas en la producción. Este último problema incuba lo que en este momento es quizá la amenaza más grave para los inversionistas en camaronicultura, es decir, la transmisión de enfermedades provocadas por diversos agentes patógenos, entre los cuales los virales son los que han generado las más altas mortalidades. Desarrollo de la camaronicultura mundial En el sudeste de Asia se originó la camaronicultura pero de manera integral, en policultivos, que eran mantenidos por los granjeros como fuente de alimento. En conjunto con el camarón, se cultivaban peces herbívoros y algunas plantas acuáticas comestibles. Se considera a Motosaku Hudinaga, un estudiante graduado de la Universidad de Tokio, como el padre de la camaronicultura, ya que en la década de los treinta logró cerrar el ciclo reproductivo del camarón kuruma (M. japonicus) en condiciones de laboratorio. Desarrolló, además, la técnica para crecer juveniles hasta adultos e, inclusive, escaló el cultivo hasta proporciones comerciales. En los primeros años de la década de los sesenta, surgió una pequeña industria camaronera en costas


japonesas. El volumen de 1992 del World Shrimp Farming, una colección clásica de las estadísticas en la camaronicultura, tasó la producción japonesa de camarón cultivado en 3 000 toneladas métricas (peso vivo), a partir de 150 granjas semi-intensivas e intensivas con 400 hectáreas de estanquería. En las granjas más dinámicas se lograron hasta 20 toneladas por hectárea. Pero ni el clima, ni el tipo de costa —que es sumamente accidentada en Japón— fueron factores a favor de la camaronicultura en ese país, por lo que la nación que vio nacer esta actividad productiva nunca ha sido líder productor de camarón cultivado. Los Estados Unidos llegaron a la actividad de una manera colateral: Las pesquerías de la costa del golfo de México se estaban viendo seriamente afectadas por las mareas rojas, así que en Galveston, Texas, se estableció una estación de investigación marina dedicada a resolver el problema. Esto sucedió en la década de los cincuenta. Se estandarizaron grandes cultivos de fitoplancton y alguien empezó a crecer larvas de camarón, utilizando algo de ese fitoplancton para alimentarlas. Para el final de la década de los sesenta, la gran pesquería mundial del camarón empezó a dar visos de que estaba llegando a su rendimiento máximo. Las estadísticas mostraban que había algún grado de declinación en la curva de producción. Fue en el hemisferio oriental donde chinos y taiwaneses empezaron a investigar de manera sistemática la forma de impulsar la actividad camaronícola mediante estudios tecnológicos que resultasen en una actividad más controlada y, por lo tanto, segura para el inversionista. Por su parte, los investigadores franceses del Centro Oceanológico del Pacífico, en Tahití, trabajando con varias especies de peneidos, entre las que se contaban M. japonicus, P. monodon y eventualmente L. vannamei y L. stylirostris (estas dos últimas son especies nativas del hemisferio occidental), desarrollaron técnicas exitosas para la reproducción y crianza en estanques intensivos. En China, los investigadores de la Estación de Investigaciones Pesqueras del Mar Amarillo, hicieron crecer enormes poblaciones de F. chinensis en grandes estanques semi-intensivos. En Taiwán, los investigadores del Laboratorio Marino de Tungkang, trabajando principalmente con P. monodon, desarrollaron técnicas para el cultivo de camarón en pequeños estanques intensivos.

Estados Unidos no se quiso quedar a la zaga y funda el Programa Colegiado Nacional de Financiamiento para el Mar (conocido mundialmente como el “Sea Grant”). Se considera que esta inyección de recursos financieros a la investigación en camaronicultura fue decisiva para el avance de la actividad. Se dio respaldo a diversas instituciones costeras, como la Universidad de Texas A&M, la cual es aún considerada como líder en el desarrollo de tecnología para ese propósito. Los Estados Unidos poseen muy poco territorio donde el cultivo de camarón pueda desarrollarse óptimamente, quizá sólo en alguna fracción de la costa texana y en Hawai. Por lo mismo, consultores, grandes corporaciones, compañías fabricantes de alimento e inversionistas llevaron las nuevas tecnologías a Latinoamérica, particularmente a Honduras, Panamá y Ecuador, donde hicieron equipo con empresarios locales para construir granjas, laboratorios y plantas procesadoras. A nivel mundial, investigadores y granjeros probaron docenas de especies de peneidos con respecto de su potencial de cultivo. En el proceso, obtuvieron técnicas de maduración y reproducción para la mayoría de las especies en domesticación. Otro enfoque de las investigaciones fue concentrado en el desarrollo de tecnología para el crecimiento, la nutrición y la prevención de enfermedades. Estos esfuerzos tempranos se convirtieron en la base para una industria que ha venido en expansión desde entonces. En la década de los setenta se dio uno de los pasos más significativos para la actividad, cuando los productores de larvas de laboratorio empezaron a surtir grandes cantidades de camarones juveniles a los granjeros. En este momento, la producción de los camarones cultivados realmente despegó. Los granjeros de alrededor de una docena de países descubrieron que colectar, alimentar y bombear era la clave de las ganancias. Las granjas ecuatorianas fueron altamente exitosas; recuperaron completamente su inversión en el primer año. En Taiwán, las granjas pequeñas intensivas produjeron la nueva clase de millonarios camaroneros. Mientras que en China, las granjas gubernamentales semi-intensivas ubicadas en terrenos nunca antes aprovechados, captaron enormes ganancias. En 1975 la producción mundial por cultivo probablemente alcanzó las 50 000 toneladas

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métricas o 2.5% de un suministro mundial de camarón de aproximadamente dos millones de toneladas métricas. En Latinoamérica, Ecuador se colocó como el líder productor de camarón cultivado en el hemisferio occidental. Las planicies salinas alrededor del golfo de Guayaquil se convirtieron en áreas ideales para el cultivo de camarón. En el sudeste de Asia, Taiwán y China fueron los líderes, aunque Tailandia, Indonesia y Filipinas, que estuvieron produciendo algo de camarón durante siglos, empezaron a experimentar con monocultivos de camarón y granjas camaroneras semi-intensivas. De 1975 a 1985, la producción mundial por cultivo creció de 50 000 a cerca de 200 000 toneladas métricas, lo que significaba 10% de la producción mundial. Cerca de 75% de ese volumen fue producido por el sudeste asiático. Increíblemente, para 1986, tan sólo en un año, la producción se incrementó a 300 000 toneladas métricas. La industria ya estaba montada en la parte de la curva de crecimiento rápido. En 1988, los camaronicultores del mundo produjeron un estimado de 450 000 toneladas métricas de camarón. China, Ecuador, Taiwán e Indonesia fueron los líderes. Filipinas y Tailandia fueron contribuyentes mayores. Pero fue en estos años cuando se presentó la primera inflexión de esa curva. Cientos de pequeñas granjas intensivas en la costa oeste de Taiwán experimentaron repentinamente mortalidades inexplicables. En un año, la producción cayó de unas 100 000 toneladas métricas a 20 000 toneladas. ¿Qué sucedió? La contaminación doméstica y la industrial, combinadas con los ricos efluentes de demasiadas granjas intensivas ubicadas pared con pared, colmaron la capacidad de carga de las aguas locales. En un momento dado, los granjeros estaban bombeando los efluentes de los otros. Los granjeros no supieron qué hacer con los lodos que se acumulaban en el fondo de sus estanques, así que lo apilaron en los bancos del estanque generando condiciones ideales para albergar patógenos y toxinas. Conforme la calidad del agua se deterioró el camarón estresado devino susceptible a los patógenos siempre presentes, particularmente virus, quienes irrumpieron brutalmente, generando serios problemas de epizootias que nos alcanzan hasta el presente. Aunque ha habido esfuerzos para revivir la industria taiwanesa, las enfermedades virales han eliminado cada intento.

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Después del colapso de la camaronicultura taiwanesa en 1987-88, los empresarios de ese país llevaron su tecnología a otras regiones de Asia, como Filipinas, Indonesia y Tailandia, y a diferentes puntos del hemisferio occidental, entre ellos Brasil, la República Dominicana y Texas, en los Estados Unidos. Pero fue en Tailandia donde la tecnología taiwanesa encontró terreno fértil. Repentinamente, había miles de pequeñas granjas intensivas en Tailandia, y en 1992, ese país se convirtió en el líder mundial productor de camarón cultivado. Para 1989, este auge global de la actividad empezó a tener uno de esos efectos curiosos de la economía. El mercado se empezó a inundar con camarón cultivado y el precio disminuyó dramáticamente. Durante la década previa, la producción mundial se tasó en alrededor de dos millones de toneladas métricas. Ahora, debido al incremento en producción de las granjas, fue alrededor de 2.5 millones, lo que representó un aumento de 25% en el suministro mundial. La caída de precios del 89 pudo haber sido la forma en que el mercado se ajustó a la nueva realidad del camarón cultivado. China encaró una nueva vicisitud en 1993. Su producción de camarón cultivado creció rápidamente de alrededor de 100 000 toneladas métricas en 1988 a 200 000 en 1992. Entonces, en 1993 y 1994, se precipitó a 50 000. Un virus pareció ser el culpable, aunque la contaminación doméstica e industrial alrededor del golfo de Bohai quizá también jugó un papel preponderante. Muy probablemente ambas causas estén ligadas. Otros países sufrieron pérdidas cuando se concentraron demasiadas granjas intensivas en un área. Las granjas intensivas empezaron a considerar en bajar la “intensidad” de su actividad. En Tailandia, a principios de los noventa, cientos de granjeros cerraron. Las aguas locales estaban tan contaminadas que no se podía cultivar al camarón. Al mismo tiempo, la costa norte de Java, la isla principal de Indonesia, soportaba miles de granjas. En la actualidad no hay más actividad camaronícola en esa área. La historia se repetía en cada región productora: Los efluentes de las granjas intensivas colman la capacidad de carga de las aguas locales. Entonces, los efluentes regresan a las áreas de cultivo en las granjas. La forma en que los granjeros respondieron a este hecho fue bombeando el agua subyacente.


Figura 5 y 6: Diferentes etapas del trabajo en una granja dedicada a la camaronicultura en Tailandia. Fuente: Cortesía de Vinij Tansakul, AARM.

Pero aguas más frías y turbias provocan una reacción negativa en el equilibrio fisiológico del camarón, haciéndolo susceptible a los virus que se encuentran en las aguas ricas en contenido orgánico de los estanques de granjas con sistemas intensivos. A principios de los noventa varios países nuevos desarrollaron industrias considerables de cultivo de camarón. En el hemisferio este, Vietnam, India y Bangladesh se convirtieron en productores de clase mundial. En el hemisferio occidental, Honduras, México y Colombia empezaron a ser considerados contribuyentes mayores. Para 1992 la producción de camarón cultivado alcanzó las 700 000 toneladas métricas y continuó en ese nivel hacia mediados de los noventa. En 1995 la pesca comercial produjo alrededor de dos millones de toneladas métricas por año, así que las 700 000 producidas por cultivo representaron cerca de 25% del suministro mundial de camarón. Desde 1995 las enfermedades virales y bacterianas han reducido el crecimiento de la camaronicultura en ambos hemisferios; otra inflexión más en la curva. Los costos se han incrementado conforme la industria se ajusta a los estándares internacionales respecto a la calidad del producto y respeto del ambiente. Sin embargo, la producción estableció un nuevo récord en 1999 (regresó el auge). Con gran cantidad de nueva tecnología al alcance, con nuevas cepas de camarón en el mercado, con historias de caso de varias enfermedades, la industria parece equilibrarse nuevamente en términos de producción. En la actualidad, si se puede identificar uno de los problemas de la camaronicultura como prioritario para su resolución, es el de las epizootias virales.

El crecimiento sostenido de esta pujante industria mundial radica de manera preponderante en poder establecer un control sanitario efectivo que evite la dispersión de los virus tanto entre las granjas como hacia el medio natural. Los avances en biología molecular parecen ofrecer una solución en este sentido. Desarrollo de la camaronicultura en México No existen muchos datos bien documentados acerca de la evolución de la camaronicultura en México. No obstante, se acepta que la actividad, a nivel experimental, se ha llevado a cabo desde la década de los sesenta. Debe reconocerse la labor pionera del Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora, el cual, en conjunto con la Universidad de Arizona, desarrollaron las primeras experiencias en laboratorio y a nivel piloto en la década de los setenta. Con esas bases, a principios de los ochenta se iniciaron diversos cultivos comerciales en Sonora, Nayarit y Baja California Sur, empleando técnicas de cultivo semi-intensivas, intensivas e hiperintensivas, con tres especies, principalmente: L. vannamei, L. stylirostris y Farfantepenaeus californiensis. En la actualidad el desarrollo más explosivo de la camaronicultura basado en técnicas semiintensivas, o intensivas en algunos casos, se da en Sinaloa, donde están en funcionamiento más de 100 granjas cuya producción en 2000 fue de 15 469 toneladas métricas. Sonora es el siguiente estado en importancia con una veintena de granjas y con una producción, en el mismo año, de 12 800 toneladas métricas, dejando a Nayarit y Chiapas como los

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la camaronicultura mexicana sólo aporta 2% a la producción mundial por esa vía. A principios de la década de los noventa, entre las principales razones que impedían el franco desarrollo de la camaronicultura en México, se pueden mencionar: 1) las restricciones normativas que conferían derechos absolutos de explotación del recurso camarón a las sociedades Figura 7: Vista áerea de granjas de camarón en el estado de Sinaloa, México. cooperativas, Fuente: Fotografía de Jorge de la Rosa-Vélez. agrupaciones otros estados, todos ellos de la cuenca del Pacífico, éstas generalmente incapaces económica y contribuyentes mayores a la producción mexicana de administrativamente para instaurar granjas camarón de cultivo. La producción sumada de estos productivas con altos niveles tecnológicos; 2) la dos últimos estados fue de 2 786 toneladas métricas falta de programas gubernamentales de apoyo a en 2000. En el golfo de México, el único estado con la actividad, con oficinas netamente normativas, producción apreciable es Tamaulipas, que contribuyó incapaces de impulsar y fomentar la actividad; 3) la con 738 toneladas métricas en ese mismo año. falta de tradición de la población en esa actividad, De las 85 000 toneladas que México produjo al con pescadores improvisados como acuicultores; terminar el siglo XX, 30% correspondió a los aportes y 4) la carencia de personal calificado para de la camaronicultura. En estas fechas, la camaronidesarrollarla. En fechas recientes se han logrado cultura aporta ya 46% de la producción total. algunos avances en las tres primeras, al abrir a la Una actividad que ha jugado un papel inversión privada la actividad, al generarse la red de preponderante en la eficacia de la camaronicultura investigación en cultivo de crustáceos organizada ha sido la puesta en marcha de un número por la Dirección General de Investigación en considerable de laboratorios productores de larva en Acuacultura del Instituto Nacional de la Pesca (hoy desentendido de la actividad acuicultural, la cual territorio mexicano. Con este hecho se ha reducido pasa a ser organizada por el Consejo Nacional de la dependencia de la disposición de larvas del medio Pesca y Acuacultura, Conapesca, dependiente de natural, dando mayor confiabilidad al cultivo. Estos la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo laboratorios se ubican principalmente en los estados Rural, Pesca y Alimentación), y haberse iniciado de Sinaloa, Sonora, Baja California Sur, Nayarit y una tradición antes inexistente de ocupación en la Yucatán. Los 18 laboratorios más importantes en el actividad entre los pobladores de las zonas costeras país, a juzgar por su capacidad, produjeron 4 000 mexicanas. Sin embargo, la formación de recursos millones de larvas en el ciclo del año 2000. humanos de excelencia en quienes depositar la No obstante el incremento en la intensidad responsabilidad de la resolución de los problemas y la extensión de la actividad camaronícola, así más urgentes y prioritarios para el despegue final como los esfuerzos aplicados para el desarrollo de la camaronicultura confiable y sostenida, es tecnológico en las granjas mexicanas y el despegue quizá labor aún inconclusa por su propia naturaleza de la producción de insumos en forma de post-larva,

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compleja. Aunque debe reconocerse la labor que en ese sentido diversas instituciones públicas estatales y federales descentralizadas realizan en pro de la formación de recursos humanos dirigida a apoyar la evolución de esta actividad, entre otras labores urgentes para el uso racional de los recursos marinos. Empero, en la medida que la camaronicultura se convierte en una actividad más compleja y globalizada, los problemas que presenta su desarrollo son cada vez mayores y multivariados. En esa misma medida los planes y programas de estudio para la formación de los recursos humanos que estarán a cargo de su conducción deberán cumplir puntualmente con las necesidades emergentes en la actividad. En ese sentido, si estamos de acuerdo en que el control de epizootias es una acción prioritaria para el crecimiento confiable de esta actividad productiva, y que, como se pretende establecer en esta contribución, el enfoque molecular puede jugar un papel preponderante en el logro de ese objetivo, entonces, nos encontramos con una carencia lamentable en los programas de la mayoría de los planes de estudios enfocados a las ciencias del mar. La biología molecular en nuestro país tradicionalmente ha sido tema del área biomédica. En biología marina se mantiene aún, preponderantemente, la enseñanza tradicional con un enfoque organísmico-ambiental que no toca, en ocasiones, ni superficialmente las funciones

moleculares de la célula. Sin formación temprana en esta imprescindible disciplina es muy difícil que ciertos problemas puedan ser abordados con la profundidad requerida, y resueltos eficientemente. Esta es una carencia que debe de subsanarse de inmediato. Bibliografía De la Rosa-Vélez, J. & Bonami J. R. (2002). Herramientas moleculares: una estrategia para la prevención de epizootias virales en cultivos de camarón. En L. R. Martínez Córdoba (Ed.), Camaronicultura. Avances y tendencias (pp. 83-110). México: AGT Editor. — (en prensa). Detección molecular de agentes virales que afectan al cultivo de camarón. Hidrobilológica. Martínez Córdoba, L. R. (1999). Introducción. En L. R. Martínez Córdoba (Ed.), Cultivo de camarones peneidos. Principios y prácticas (pp. 13-16). México: AGT Editor. Rosenberry, B. (Ed.). (1992). World Shrimp Farming, 1992 [Cultivo mundial de camarón, 1992]. Shrimp News International, 11. Rosenberry, B. (Ed.). (2001). World Shrimp Farming, 2001. [Cultivo mundial de camarón, 2001]. Shrimp News International, 14. Agradecemos la valiosa colaboración del centro de investigación: Aquaculture & Aquatic Resources Management, en especial a Dao Huy Giap por facilitarnos las fotografías que ilustran este artículo.

Jorge de la Rosa-Vélez Facultad de Ciencias Marinas, UABC, Ensenada.

El libro Aprovechamiento de los productos pesqueros tiene como principal propósito contribuir al conocimiento de los factores que determinan la frescura, calidad y estabilidad del pescado y los mariscos; así como de los criterios metodológicos y normativos que permiten su óptimo aprovechamiento como alimento, y la utilización de métodos de elaboración y conservación considerando la factibilidad de su aplicación en los ámbitos local, regional y nacional.

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Químicos Químicos modernos... químicos cuánticos: modernos... Historia de la química (parte 2) químicos cuánticos:

Guadalupe Lydia Álvarez Camacho Amelia Olivas Sarabia Ilustraciones: Ernesto Israel Santillán Anguiano

En el artículo anterior contamos cómo la diversidad de sustancias a nuestro alrededor impulsó a los filósofos griegos a buscar una explicación. También hablamos de cómo la filosofía de Aristóteles había convencido a los alquimistas de que era posible transmutar el plomo en oro. Discutimos también de cómo el método experimental de Robert Boyle, los precisos instrumentos de Antoine Lavoisier y el renovado concepto de átomo de John Dalton convirtieron a la química en una ciencia hecha y derecha.

Humphrey Davy y los nuevos elementos Con el correr de los años, la lista de nuevos elementos se fue volviendo cada vez más larga. Cuando Alessandro Volta inventó la pila eléctrica, Humphrey Davy descubrió en ella un valioso instrumento para la descomposición de sustancias. Armado con su poderoso aparato, Davy se dio a la tarea de separar las sustancias conocidas en sus componentes fundamentales e intentar identificar a los elementos que las constituían. Entre los principales logros de Davy están la descomposición de los álcalis sosa y potasa, que encontró aún en la lista provisional de elementos. Al hacer esto, descubrió dos metales nuevos, a los que llamó sodio y potasio. Los símbolos del sodio y del potasio, se derivaron de sus nombres en latín natrium y kalium: Na y K respectivamente. Las fórmulas de la sosa y la potasa son respectivamente NaOH y KOH. Ya que desde tiempos de Lavoisier se creía que el oxígeno era el principio generador de

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ácidos, fue sorprendente descubrir que entraba en la constitución de dos álcalis. Otra sustancia que estaba en la lista de elementos era ese gas verde que forma parte del ácido muriático. Lavoisier creía que ese gas era en realidad un óxido, así que Davy se dispuso a descomponerlo y a descubrir un nuevo elemento. Sin embargo, por más que aumentó el voltaje de su pila eléctrica, nunca pudo lograrlo. Finalmente, se rindió, consideró al gas un elemento y lo bautizó como cloro, que quiere decir verde. Esto llevaba a concluir que el ácido muriático no contiene oxígeno a pesar de ser un ácido. Junto con la composición de la sosa y la potasa, este resultado demostró que el oxígeno no tenía nada que ver con las propiedades de acidez. En esto, el padre de la química moderna se había equivocado. El símbolo del cloro quedó como Cl, y a los compuestos en los que participaba este elemento se les llamó cloruros. El ácido muriático se forma


con 1g de hidrógeno y 35.5g de cloro. Su nuevo nombre llegó a ser ácido clorhídrico y, de acuerdo a la hipótesis de simplicidad, su fórmula debía ser HCl. A partir de estos datos, es posible calcular su masa atómica como 35.5 umas.

idea clásica de que los átomos se unen de acuerdo a sus semejanzas. La teoría de Berzelius aseguraba lo contrario y afirmaba que era imposible que dos átomos iguales se unieran. El fracaso de la hipótesis de simplicidad El descubrimiento de tantos nuevos elementos llevó a la necesidad de deducir muchas fórmulas nuevas. Por ejemplo, después de identificar al cloro, fue necesario deducir las fórmulas de los cloruros. Al hacer esto se encontraron algunos problemas serios. Por ejemplo, existen tres diferentes cloruros de cobre, que se combinan en las cantidades mostradas en el cuadro 1. Estas cantidades se encuentran en proporción 1:2:3. Si aplicamos estos datos y la hipótesis de la simplicidad, debemos concluir que la fórmula del compuesto de 64 g de cobre y 35.5 g de cloro tiene por fórmula CuCl. Esto no representa un problema, pero si utilizamos la masa atómica del cloro para calcular la del cobre, encontramos que debe ser de 64 umas y no de 32, como habíamos calculado antes. Cobre

Cloro

64g

35.5g

64g

71.0g

64g

106.5g

Cuadro 1: Existen tres distintos cloruros de cobre. Figura 1: Al separar compuestos por medio de la pila eléctrica, Humphrey Davy logró determinar que el óxido entra en la composición de los álcalis y que existen ácidos que no contienen oxígeno, contradiciendo así a Lavoisier.

Mientras se descomponían sustancias a través de la pila eléctrica, fue posible darse cuenta de que distintos elementos tenían tendencia a aproximarse a distintos polos de la pila. A los que se aproximan al polo positivo se les llamó electronegativos, mientras que a los que se aproximan al polo negativo se los llamó electropositivos. Basándose en esto, Jons Jacob Berzelius afirmó que la fuerza que une a los átomos es de naturaleza eléctrica y que en la formación de una molécula siempre tiene que participar un átomo electronegativo y uno electropositivo. Por ejemplo, el sodio es electropositivo y el cloro es electronegativo. Estos dos átomos tienen una gran tendencia a unirse para formar una molécula de cloruro de sodio o sal de mesa, con fórmula NaCl. Esto iba en contra de la

Fueron muchos los casos en que las masas atómicas calculadas con dos fórmulas diferentes no coincidían. En la mayoría de estos casos, la duda estaba entre un valor y el doble del mismo. Debido a estas ambigüedades, fueron muchos los que empezaron a dudar de la validez de la hipótesis de simplicidad. No obstante, era necesario encontrar otras guías menos arbitrarias que nos pudieran ayudar en el cálculo de las masas atómicas. Estas guías no tardaron en aparecer y todas ellas parecían tener que ver más con la física que con la química. Fue a partir de este momento que las dos ciencias entran en contacto y muchos de los científicos que mencionaremos a continuación no podrían ser llamados con justeza físicos ni químicos sino más bien, fisicoquímicos. La primera pista provino del estudio de la física del calor, la termodinámica, en particular, del estudio del calor específico por parte de Pierre Louis

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Dulong y Alexis Therese Petit. El calor específico es una medida de la proporción en que una sustancia aumenta su temperatura con respecto al calor que absorbe. Los metales tienen un alto calor específico, mientras que la madera lo tiene bajo. Es por eso que en el ardiente verano, tenemos que cuidarnos de no quemarnos al tocar el chasis de un automóvil, mientras que las bancas del parque no representan mayor peligro. La ley de Dulong-Petit dice que si se multiplica el calor específico de un material por su masa atómica, el resultado es una constante. Este resultado se cumplía para una gran cantidad de sustancias, pero no para todas. En el caso del cobre, la ley de DulongPetit se cumple a la perfección si utilizamos el valor de 64 umas, pero falla si utilizamos 32 umas. Para muchas otras sustancias, eran los valores doblados los que cumplían la ley de Dulong-Petit, por lo que la intuición señalaba que eran éstos los valores correctos.

La segunda pista provino de Joseph Louis GayLussac, quien descubrió que los gases obedecen a una ley de combinación de volúmenes similar a la ley de las proporciones constantes de Dalton. Por ejemplo, para formar agua se combinan dos volúmenes de hidrógeno con un volumen de oxígeno, lo que resulta en dos volúmenes de agua. Para reconciliar este resultado con la ley de las proporciones constantes, Amadeo Avogadro propuso que a la misma temperatura y presión, un mismo volumen de gas contiene el mismo número de partículas. Su propuesta se conoce hoy como la ley de Avogadro. La ley de Avogadro implica que en la formación de agua, dos partículas de hidrógeno se combinan con una partícula de oxígeno para generar dos partículas de agua. Esto es desconcertante porque quiere decir que la partícula de oxígeno se parte en dos y cada una de sus mitades se traslada a una diferente partícula de agua. Ya que los átomos no se

Figura 2: Hoy en día, hasta los niños de primaria saben que la fórmula del agua es H2O y no HO como se pensaba en el siglo XIX. Sin embargo, lo que muy pocos saben es el gran esfuerzo que hubo detrás de la determinación de la fórmula correcta.

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pueden dividir, Avogadro planteó que en realidad las partículas de gas no son átomos, sino moléculas formadas por dos átomos iguales, esto es, moléculas diatómicas. Otra consecuencia de la ley de Avogadro es que el cociente de las masas entre las partículas de dos gases es igual al cociente de sus densidades, a condiciones de temperatura y presión constantes. De los datos en el cuadro 2 podemos darnos cuenta de que una molécula de oxígeno debe pesar 16 veces más que una molécula de hidrógeno. Ya que estamos considerando que ambas moléculas son diatómicas, nos vemos obligados a concluir que la masa atómica del oxígeno es de 16 umas y no de 8 como se había supuesto al principio. Elemento

Densidad

Proporción

Hidrógeno

0.0825 kg/m3

1

Oxígeno

1.32 kg/m

3

16

Cuadro 2: Densidades del hidrógeno y el oxígeno a 20oC.

Si aceptamos ese nuevo valor para la masa atómica del oxígeno, muchas fórmulas químicas tienen que cambiar. Ya que los pesos de los átomos de hidrógeno y oxígeno están en proporción 1:16 y las cantidades que se utilizan para formar agua están en proporción 1:8, la fórmula del agua tiene que ser H2O. El valor de la masa atómica del oxígeno puede también utilizarse, junto con la proporción 8:1 y la fórmula CuO para obtener la masa atómica del cobre que resulta ser de 64 umas. Esto es el mismo resultado que se obtiene al usar la fórmula del CuCl y es también lo que requiere la ley de DulongPetit. Con muchas otras sustancias se encontraron resultados similares, con lo que se resolvieron muchas incongruencias. A pesar de sus grandes éxitos, la ley de Avogadro presentaba algunas inconsistencias. Por ejemplo, el cloruro de amonio, NH4Cl, parecía ocupar el doble del volumen que le correspondería de acuerdo con esa ley. Sin embargo, pronto se encontró la causa del error: las partículas de cloruro de amonio en fase gaseosa se disocian, esto es, se dividen. De este modo, la cantidad de partículas es el doble de la esperada y, por tanto, el volumen debe ser también el doble, lo que es consistente con la ley de Avogadro. El entendimiento de la disociación reforzó la confianza en la ley de Avogadro y en los cálculos de masas atómicas que se desprenden de ella. Así

fue que, poco a poco, el rompecabezas de fórmulas químicas y masas atómicas empezó a tomar forma. Todo estaba muy bien, con excepción de que era necesario aceptar la existencia de moléculas diatómicas. De acuerdo con Berzelius, esto era poco menos que imposible. Berzelius era un estudioso de la química inorgánica, esto es, la rama que estudia las sustancias minerales. Sin embargo, para los estudiosos de la química orgánica, cuyo campo de trabajo son las sustancias de origen vegetal o animal, la idea de moléculas diatómicas no presentaba mayor problema. De hecho uno de los principales exponentes de la química orgánica, Auguste Laurent tenía ideas muy diferentes a Berzelius acerca de la forma en que los átomos se unían entre sí. La química orgánica Hubo un tiempo en que se creyó que sería imposible desarrollar la química orgánica, ya que se suponía que las sustancias provenientes de los seres vivos eran de naturaleza completamente diferente que las provenientes de objetos inanimados y que resultarían imposibles de descomponer. Sin embargo, esta pesimista visión no resultó cierta. La gran mayoría de las sustancias orgánicas están formadas por cuatro elementos, los que también entran en la constitución de infinidad de sustancias inorgánicas. Estos elementos son carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Sin embargo, es cierto que hay algunas diferencias claras entre la química orgánica y la inorgánica. En la química orgánica, la ley de las proporciones múltiples

Figura 3: La química de las sustancias minerales fue mucho más fácil de desarrollar que la química de las sustancias animales y vegetales.

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llega a su máxima expresión: las diferentes sustancias que se pueden formar combinando carbono e hidrógeno, son incontables. Por ejemplo, la serie de los alcanos, consiste en compuestos con fórmulas de la forma CnH2n+2. En este tipo de fórmulas, el parámetro n puede tomar valores muy grandes. Otra peculiaridad de las sustancias orgánicas es que a veces no basta la fórmula química para describirlas. Por ejemplo, la fórmula C4H10 puede corresponder a dos distintos alcanos conocidos como butano e isobutano. Las moléculas de estas dos sustancias contienen ambas cuatro átomos de carbono y diez átomos de hidrógeno, esto es, son isómeras y, sin embargo, no tienen las mismas propiedades. Para poder tomar en cuenta el ordenamiento de una molécula, las fórmulas tradicionales no son suficientes y en su lugar se usan las fórmulas estructurales. En la figura 4 pueden apreciarse las fórmulas estructurales del butano y el isobutano. Para la creación de estas fórmulas estructurales, Laurent propuso la utilización de cuatro moléculas prototipo: hidrógeno diatómico, ácido clorhídrico,

Butano

Isobutano

Figura 4: Fórmulas estructurales.

agua y amoniaco. Pronto fue obvio que a esta lista había que añadir el metano. Los átomos se caracterizan de acuerdo a cuántos enlaces tienen permitidos. Por ejemplo, el hidrógeno tiene permitido uno, el oxígeno dos, el nitrógeno tres y el carbono cuatro. Para conformar una molécula, todos los enlaces deben ser utilizados. En algunos casos, cuando dos átomos se unen entre sí, pueden hacerlo por medio de un enlace doble o triple. De acuerdo con estas reglas, pueden, generarse las fórmulas estructurales de infinidad de compuestos orgánicos. La existencia de isómeros hacía pensar a Laurent que las propiedades de una sustancia tenían más que ver con el ordenamiento de sus átomos que con su

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Figura 5: Moléculas prototipo propuestas por Laurent, más el metano que se añadió posteriormente.

composición en sí. Otro fenómeno que lo hacía pensar lo mismo era la sustitución, que es cuando una molécula mantiene su estructura pero uno de sus átomos es reemplazado por otro. Entre sustancias orgánicas es común que un átomo electropositivo sea reemplazado por otro electronegativo, sin que ocurra un cambio radical de propiedades. Esto también hacía creer a Laurent, que en la unión entre átomos, la electricidad no tenía nada que ver. La tabla periódica Poco a poco las fórmulas químicas y valores de masas atómicas calculadas de acuerdo con las pistas aportadas por la ley de Dulong-Petit, la ley de combinación de volúmenes y la ley de Avogadro, cobraban nuevos seguidores. Los nuevos valores eran tan consistentes, que era difícil darse el lujo de ignorarlos. La idea de moléculas diatómicas era consistente con el tratamiento de la química orgánica, lo que ayudó a que el consenso pudiera irse estableciendo poco a poco. Además, hubo una nueva señal de que se avanzaba en la dirección correcta. Si los elementos se ordenaban de acuerdo con su masa atómica podían encontrarse regularidades en sus propiedades. Dimitri Mendeleiev logró armar una tabla periódica, en la que estas regularidades se hacían evidentes. En esta tabla, los elementos se clasifican en grupos. Por ejemplo, el litio, el sodio y el potasio pertenecen al grupo de los metales alcalinos. Por su parte, el cloro, el bromo y el yodo pertenecen al grupo de los halógenos. Este tipo de agrupamientos hizo posible deducir las propiedades de un elemento de acuerdo con las de sus compañeros de grupo, facilitando así el trabajo. Sin embargo, había algunas inconsistencias. Cuando Mendeleiev quiso acomodar al yodo y al telurio en la tabla, encontró que si los colocaba de acuerdo con su masa atómica, no quedaban en los


que hizo a la química aún más precisa. Este instrumento analiza la luz emitida por un elemento y la separa en sus componentes fundamentales. El resultado es un espectro, esto es, una gráfica en la que cada longitud de onda emitida se representa por medio de una línea vertical. Los espectros son característicos de cada elemento y pueden usarse para su identificación del mismo modo que se usan las huellas digitales para identificar a una persona. La figura 7 muestra el espectro característico del elemento más simple de todos: el hidrógeno. Justo al empezar el siglo XIX, lord Rayleigh y sir James Jeans encontraron una fórmula que relacionaba las longitudes de onda de la luz que

0

2

4

6

8

λ (miles de angstrom)

10

12

Figura 7: El espectro del hidrógeno. Figura 6: Mendeleiev se dio cuenta de que si ordenaba al yodo y al telurio según su masa atómica, no quedaban en los grupos a los que correspondían según sus propiedades.

grupos a los que pertenecían de acuerdo con sus propiedades. Al contrario, si los colocaba de acuerdo con sus propiedades, violaba la secuencia de masas atómicas. Siguiendo su instinto, Mendeleiev los acomodó según sus propiedades y aseguró que los valores de masas atómicas estaban mal calculados. Lo mismo pensó William Prout al observar que la mayoría de las masas atómicas se aproximaban mucho a números enteros. Prout creía que los valores correctos eran enteros y que eso indicaba que los átomos de hidrógeno eran los bloques de construcción con que se formaban los átomos de los otros elementos. Sin embargo, el refinamiento de los cálculos confirmó que las masas atómicas no son enteros exactos, lo que hizo que la hipótesis de Prout fuera desechada como inverosímil. Los cálculos también confirmaron que las masas atómicas del telurio y del yodo no estaban equivocadas y, por tanto, el lugar que le asignó Mendeleiev en la tabla periódica no era consistente. La disección del átomo En la última mitad del siglo XIX, Robert Bunsen y Gustav Kirchhoff diseñaron un poderoso instrumento

emite un cuerpo al calentarse con su temperatura. Para no confundir la luz emitida debido a la temperatura con la luz reflejada por un cuerpo específico, el problema se idealizó a un cuerpo que absorbe toda la luz que recibe, esto es, un cuerpo negro. La fórmula de Rayleigh-Jeans para la radiación del cuerpo negro funcionaba muy bien para longitudes de onda largas, pero fallaba para longitudes de onda más cortas que la del color violeta, esto es, del ultravioleta. Poco después, Max Planck logró desarrollar una nueva fórmula para la radiación del cuerpo negro, que corregía este inconveniente. Para lograrlo, Planck tuvo que suponer que la energía no se emite en forma continua, sino en pequeños paquetes discretos, a los que se llamó cuantos. Para aquel entonces, Joseph John Thomson había hecho ya un descubrimiento que revolucionó tanto a la física como a la química. Thomson estudiaba los rayos catódicos, que no son más que la forma en que fluye la electricidad en el vacío. Thomson demostró que estos rayos están formados por pequeñas partículas cargadas negativamente a las que llamó electrones. Ya que la electricidad puede obtenerse a partir de cualquier tipo de sustancia, la conclusión obvia era que los electrones eran constituyentes

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de todos los átomos. Esto fue sorprendente, ya que implicaba que los átomos se podían dividir y por tanto el nombre griego “átomo”, ya no parecía muy apropiado. Las masas de estos electrones eran pequeñísimas y no parecía que contribuyeran de manera importante a la masa atómica. Ya que los átomos son eléctricamente neutros, era evidente que además de los electrones, dentro de los átomos debía haber también cargas positivas. Thomson elaboró su nuevo modelo de átomo, el cual consistía de una esfera cargada positivamente con electrones incrustados aquí y allá. Este modelo se conoce popularmente como el modelo del panqué con pasas. Es interesante notar la asimetría del modelo; aunque Thomson sabía que la carga negativa estaba cuantizada, siguió suponiendo que la carga positiva se presentaba en forma continua. Más o menos al mismo tiempo, Ernest Rutherford estudiaba el novedoso fenómeno de la radioactividad. Los elementos radioactivos,

Figura 8: Los descubrimientos del electrón, el protón y el neutrón demostraron que después de todo, el átomo sí podía dividirse.

como el uranio, no son estables y emiten varios tipos de radiación que eventualmente los llevan a transformarse en otro elemento distinto. Se descubrió que uno de los tipos de radiación consistía en partículas alfa, las cuales son partículas cargadas positivamente. En un experimento, Rutherford bombardeó una hoja delgada de oro con un haz de estas partículas y encontró con que casi todas las partículas atravesaban la hoja sin problemas. Sin

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embargo, había una pequeña cantidad de partículas alfa que rebotaban en la hoja. Este resultado lo llevó a cuestionar el modelo atómico de Thomson. La razón de que el viejo modelo no resultara satisfactorio, se entenderá mejor con un ejemplo. Las balas no tienen problemas para atravesar la madera. Si disparamos una ráfaga contra una cerca de este material, no esperaríamos que ninguna bala chocara con la cerca, rebotara y regresara hacia nosotros. Sin embargo, si eso ocurriera con alguna bala, pensaríamos que chocó contra un clavo y no contra la madera. Así, Rutherford se dio cuenta de que los átomos no podían ser uniformes. La mayor parte del átomo dejaba pasar a las partículas alfa, así que debía estar vacía. Las regiones que hacían rebotar a las partículas alfa debían estar cargadas positivamente y además ser muy pequeñas, porque si no, los rebotes ocurrirían con muchísima más frecuencia. Por eso Rutherford planteó que todo átomo tiene un pequeño núcleo cargado positivamente, alrededor del cual giran los electrones, así como los planetas giran alrededor del sol. Este modelo estaba en conflicto con la teoría electromagnética, que predice que una carga que gira, debe emitir radiación electromagnética, la cual la haría perder su energía cinética y girar en espiral en dirección al núcleo. Sin embargo, hasta el momento, no había una idea mejor. Al continuar sus experimentos con partículas alfa, Rutherford descubrió una partícula aún más ligera, a la que llamó protón. Pronto se dio cuenta de que esta partícula es uno de los constituyentes del núcleo de un átomo. La carga del protón es igual y opuesta a la del electrón. Todo átomo tiene un núcleo con una cierta cantidad de protones y la misma cantidad de electrones girando alrededor. La masa del protón es mucho mayor que la del electrón y es suficientemente grande para que su aporte a la masa atómica total de un átomo sea significativo. Sin embargo, los protones no bastan para explicar la totalidad de la masa atómica. Hacía falta que se descubriera una tercera partícula, sin carga, el neutrón, que también forma parte del núcleo. Se encontró que el valor de la suma de las masas de protones y neutrones en un átomo se aproximaba mucho al valor conocido de su masa atómica. Al número de protones o de electrones en un átomo se llamó número atómico. Se encontró que las inconsistencias en la tabla periódica, tal como la inversión de lugar entre yodo y telurio, se resolvían


si se usaba este valor en vez del de la masa atómica para determinar el lugar de un elemento en la tabla. En cuanto al número de neutrones, se encontró que no tenía influencia en las propiedades del elemento. De hecho se descubrió que existen átomos con el mismo número atómico, pero con diferente cantidad de neutrones. Estos átomos, llamados isótopos, tienen obviamente diferentes valores de masa atómica. El valor de masa atómica calculado experimentalmente es un valor promedio ya que se mide sobre una gran cantidad de átomos entre los que se encuentran diferentes isótopos. Esto explica porqué las masas atómicas se aproximan mucho a números enteros, pero sin llegar nunca a serlo. Para retomar el modelo planetario de Rutherford, Bohr anuló sus incongruencias al decretar que no hay ninguna razón para esperar que las leyes de la teoría electromagnética se cumplan en el interior de los átomos. Bohr planteó que cuando un electrón gira en una órbita permitida, su energía se mantiene estable. Cuando un electrón absorbe energía, salta a un nivel más alto. Cuando pasa de este nivel más alto a un nivel más bajo, libera la energía recibida en forma de radiación electromagnética. Eso explica porqué las longitudes de onda de la luz que un átomo emite tienen valores característicos. Utilizando una hipótesis cuántica, similar a la de Max Planck, Bohr desarrolló un cálculo de las energías del átomo de hidrógeno con el que pudo calcular a la perfección las posiciones de las líneas en su espectro. Configuración electrónica y enlace químico Las propiedades de un átomo se ordenan a la perfección en la tabla periódica de acuerdo con su número atómico. De la teoría de Bohr puede desprenderse que lo relevante para las propiedades de un elemento es el número de electrones. El modelo de Bohr es perfecto para el átomo de hidrógeno, pero es incapaz de explicar los espectros producidos por el resto de los átomos. No obstante, Werner Heisenberg y Erwin Schrödinger no tardaron en desarrollar una teoría completa, llamada mecánica cuántica, que sí cumple con este propósito. En mecánica cuántica cada electrón se asocia con una función de onda, que debe obedecer ciertas restricciones impuestas por el núcleo y los otros electrones en el átomo. Para cada átomo puede encontrarse un conjunto de funciones de onda aceptables y cada una de ellas puede ser ocupada por máximo dos electrones. Con frecuencia, a estas

funciones de onda se les llama orbitales, aunque el nombre es engañoso porque no nos dan la órbita de un electrón sino su posición más probable. A la forma en que los electrones se acomodan en los diferentes orbitales de un átomo determinado, se le llama configuración electrónica. A la derecha de la tabla periódica se encuentra un grupo de elementos que fueron muy difíciles de detectar, los gases nobles: helio, neón, argón, kriptón, xenón y radón. Estos gases, con números atómicos 2, 10, 18, 36, 54 y 86, son extremadamente renuentes a participar en reacciones químicas. ¿No sería que cuando los átomos interaccionan entre sí, lo que andan buscando es ser más estables, es decir, conseguir una configuración electrónica similar a la de un gas noble? Por ejemplo, el sodio tendría tendencia a perder un electrón para así adquirir la configuración del neón. Esta pérdida lo dejaría con una carga positiva. El cloro, por su parte, tendría tendencia a atrapar un electrón extra, para adquirir la configuración del argón. Esta ganancia lo dejaría con una carga neta negativa. Los átomos cargados, o iones de sodio y cloro, se atraerían entre sí debido a sus cargas opuestas, para formar cloruro de sodio. La explicación de este enlace iónico concuerda con la planteada originalmente por Berzelius. Por otra parte, también podía ser que se permitiera que un mismo electrón perteneciera a dos átomos simultáneamente. Los átomos de carbono deseaban tener 10 electrones para parecerse al neón, así que podían hacer sociedad con cuatro átomos de hidrógeno que deseaban tener dos electrones para parecerse al helio. El carbono podía compartir cada uno de sus electrones con uno de esos átomos y así ganar los cuatro electrones requeridos. Los átomos de hidrógeno ganan cada uno un átomo, y completan los deseados dos. De este modo, se formaría el metano. Este enlace basado en la compartición de electrones o enlace covalente pudo usarse para explicar la formación de infinidad de compuestos orgánicos, y coincide con el uso probado de las fórmulas estructurales al estilo Laurent. El encuentro entre la física y la química que había comenzado a mediados del siglo XIX, se volvió mucho más estrecho después de la aparición de la mecánica cuántica. Existen muchos fenómenos naturales que son de interés tanto para los físicos como para los químicos. La diferencia entre las dos disciplinas no es tanto su diferente objeto de estudio, sino su enfoque.

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A la física le interesa entender las leyes que rigen el comportamiento de todos los cuerpos del universo. A la química le interesan las leyes que rigen la transformación de sustancias. Cuando se utiliza la mecánica cuántica para estudiar la transformación de sustancias, recibe el nombre de química cuántica. Es importante destacar que las leyes desarrolladas por Heisenberg y Schrödinger son extremadamente abstractas y existe mucho debate sobre su interpretación. No obstante, la mecánica cuántica puede dar predicciones asombrosamente correctas sobre los valores esperados de las propiedades de un sistema. Son estas predicciones, que no dependen de ninguna interpretación en particular, las que han convertido a la mecánica cuántica en una de las teorías más exitosas en la historia de la ciencia. Los químicos cuánticos pueden imaginar una sustancia, verificar si puede existir y predecir cuáles serían sus propiedades. Sólo si estas propiedades resultan ser interesantes, este nuevo tipo de químicos se tomará la molestia de intentar sintetizar la sustancia imaginada. Conclusiones La corazonada de William Prout no resultó tan descabellada después de todo: el átomo de hidrógeno está formado por un electrón y un protón y todos los otros átomos están formados también por electrones, protones y neutrones. Del mismo modo, la idea de la transmutación no resultó ser tampoco una locura. Es perfectamente factible transmutar el plomo en oro; simplemente hay que encontrar una forma de quitarle tres electrones y tres protones al plomo, y se convertirá en un flamante átomo de oro. La razón principal por la que los alquimistas no pudieron lograr sus objetivos se debió a sus escasos conocimientos y a sus rudimentarios métodos de trabajo, no a que sus metas fueran inalcanzables. En 1980, en la Universidad de California en Berkeley, se consiguió transmutar una pequeña cantidad de bismuto y convertirlo en oro. Por desgracia, el proceso resulta extremadamente caro, así que esa tecnología no volverá rico a nadie.

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Figura 9: Los alquimistas no estaban equivocados: simplemente no tenían los conocimientos ni la tecnología suficiente para alcanzar sus objetivos. Los científicos de hoy han realizado en buena medida los sueños de los alquimistas.

Sin embargo, otras tecnologías, que ni siquiera involucran la transmutación, sí han traído riqueza a muchas personas y países. El ejemplo más evidente es la tecnología de fabricación de dispositivos semiconductores, base de la pujante industria electrónica. Por otra parte, la industria farmacéutica ha encontrado no una, sino muchas sustancias que nos ayudan a conservar o a recuperar la salud. El gran Paracelso, con toda su sabiduría, sólo vivió 47 años; hoy en día, una persona de esa edad se considera joven, ya que nuestra esperanza de vida sobrepasa los 70 años. Además, las probabilidades de vivir esa larga vida gozando de buena salud son muy altas también. Por si fuera poco, existen infinidad de tintes que pueden regresarle el color perdido a nuestro cabello y crear la ilusión de que hemos encontrado el secreto de la eterna juventud.

Guadalupe Lydia Álvarez Camacho y Amelia Olivas Sarabia Instituto de Ingenieria, UABC, y Centro de Ciencias de la Materia Condensada, UNAM, Ensenada, respectivamente.


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Por qu Poé r qyuécyóm cuidacurid cómoo ealr aelgauguaa Jorge Augusto Arredondo Vega Ana María Fernández Butchart

El agua es un recurso que a pesar de que es casi imposible que se acabe, de nada nos sirve si está contaminada. Se ha dicho que las próximas guerras ya no serán ni por petróleo ni por territorios, sino por agua, ese preciado líquido que cada vez se hace más escaso en su estado puro. De acuerdo con Tapia Landeros (2004), Estados Unidos, en su afán por asegurar sus reservas de agua, ha almacenado a lo largo del curso del Río Colorado el equivalente a 10 trillones de toneladas, ocasionando con el peso resultante, el giro desbalanceado de la tierra y una modificación en la inclinación de su eje, cuyos impactos al medio ambiente apenas se han iniciado. En el ámbito nacional, las noticias sobre las “recomendaciones” del ex secretario de Estado, Collin Powell y la delegación de Texas ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos, sacudieron fuertemente las esferas gubernamentales, ya que suspenderían el envío a México de la cuota del Río Colorado estipulada en el Tratado internacional de 1944, ante el rezago en la devolución por parte de México del agua correspondiente del Río Bravo. Independientemente de que se trate de cuencas diferentes, una acción de este tipo por parte de los Estados Unidos no sería de extrañar y pondría en riesgo no sólo la actividad agrícola y la biodiversidad del delta del Río Colorado, sino que también dejaría sin agua a la población de Mexicali y Tijuana (Enciso, 2003). La condición geográfica de Mexicali, como desierto y frontera, debiera ponernos en una situación de alerta al buen uso, consumo racional y cuidadoso del agua. En algunas ciudades del país, hace ya algunos años que existen programas oficiales de racionamiento del preciado líquido. En la ciudad de Hermosillo se ha establecido el uso restringido del agua como medida para cuidarla (Lara, 2005). En el Distrito Federal existen sectores de la ciudad en los que

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solamente hay agua durante la noche, o ciertos días de la semana, además de tener limitado su uso para el riego de jardines; sin embargo, en Mexicali no existen programas gubernamentales, ni conciencia ciudadana para su uso de manera responsable. De acuerdo con Peña (2001), en el terreno agrícola regional, el sistema de riego por inundación no tiene la eficiencia técnica propia de una región árida como los sistemas de riego presurizado (conocidos también como sistema por goteo o riego subterráneo), utilizados en las regiones desérticas de otras partes del mundo, por lo que existe un gran desperdicio del recurso. De igual manera, en el ámbito urbano no existe la cultura de ahorro del agua, ni en usuarios ni en autoridades, pues un alto porcentaje de ella se pierde debido a fugas en las redes de distribución y falta de mantenimiento de las mismas. Además, se lavan carros y banquetas a manguera abierta (Peña, 2001, p. 33), se siguen regando los jardines con la técnica de inundación, se plantan árboles que requieren de mucha agua como los yucatecos, condenados a perecer en el momento en que el agua comience a ser racionada. En nuestras casas seguimos teniendo aparatos de uso doméstico que consumen grandes cantidades de agua, como las lavadoras de ropa, de platos y los antiguos sanitarios de 20 litros. En este contexto, una manera de aprovechar al máximo el agua reduciendo su consumo es reutilizarla, es decir, que después de usada puede pasar por un proceso para eliminar las impurezas y volverla a usar antes de desecharla. Este proceso puede iniciarse en nuestras casas, nuestras colonias y posteriormente llevarlo al ámbito de nuestras ciudades, reutilizando parte del agua que no requiere de procesos muy sofisticados para su filtrado. A escala urbana existen ejemplos exitosos de reúso del agua. En la ciudad de San Diego, California, en los Estados Unidos, desde 1997 se adoptó un programa de reúso de aguas negras o “aguas reclamadas”, que son utilizadas para el riego de grandes campos de golf, parques y jardines, así como para usos industriales diversos. Esto requirió de la incorporación a la infraestructura existente, de una nueva línea de suministro, conocida como purple line o línea morada, y cuyo contenido se vende a un costo menor que el agua común. Esta agua también es usada para el llenado de reservorios para la recarga de mantos acuíferos, así como para la inyección directa al subsuelo, ya que los pocos

microorganismos existentes en ella finalmente son retenidos por los filtros naturales del subsuelo en su trayecto a los mantos freáticos. Además, la agrupación de distritos de agua de California ha instrumentado varios programas de ahorro, como el reemplazo de todos los inodoros de modelos anteriores a 1981, que gastan un promedio de 18.9 a 26.4 litros de agua por descarga (cinco a siete galones), por modelos ahorradores de flujo ultra bajo Ultra Low Flush Toilet (ULFT) que sólo requieren seis litros de agua por descarga (1.6 galones de agua). El incentivo son cupones de descuento de hasta $75.00 (dólares). También se está promoviendo el uso de lavadoras de ropa de alta eficiencia HighEfficiency Clothes Washer o HEW, que ahorran hasta 40% de agua y 55% de energía, comparadas con las

lavadoras comunes. En este caso los incentivos son cupones de descuento de $100.00 (dólares) para lavadoras tipo residencial, y de $150 a $775 (dólares) para lavadoras de tipo industrial (San Diego County Water Authority, 1997). En la ciudad de Tijuana, B. C., el Eco Parque es un proyecto de reutilización de aguas negras iniciado, instrumentado e impulsado desde 1986 por el Colegio de la Frontera Norte A. C., (Colef), que opera con un sistema de tratamiento secundario de aguas residuales de mínima inversión y con bajos costos de operación, con la finalidad de ser usadas para el riego del mismo parque. Actualmente se obtienen 345 192 litros de agua recuperada por día (91 200 gal/día) y los desechos sólidos que ahí se generan son procesados de manera natural mediante el uso de lombrices de tierra, las que en un lapso de tres semanas, convierten los desechos en tierra útil para las plantas. Así mismo, Eco Parque tiene excedentes de agua tratada, misma que está ofertando para el riego de los camellones de la segunda sección del

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Río Tijuana (Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza, 1997). La ciudad de Ensenada B. C., desde hace varios años utiliza agua recuperada, producto de un sistema de tratamiento secundario para el riego de jardines en la zona del malecón, con una red similar a la línea púrpura usada en la ciudad de San Diego, la cual corre por los camellones llevando agua recuperada de menor costo que el agua doméstica. Su uso es exclusivo para riego y no apta para el consumo humano. Se puede decir que en general en México no hay una cultura generalizada del reúso del agua. A pesar de la existencia de estos casos, del total de plantas de tratamiento de agua en el país, 17% no opera, 80% trabaja a 60 u 80% de su capacidad y sólo 3% cumple con su meta; y del volumen total de agua residual producida, sólo 17.5% recibe tratamiento y de esta agua tratada, sólo 1% se reúsa (Kurita de México, 2005). Para el caso de Mexicali aún no se inician las acciones tendientes a aprovechar el agua al máximo y seguimos pensando que el recurso es inagotable porque viene del Río Colorado. No nos percatamos de que finalmente dependemos de una decisión política de los vecinos del norte para que el suministro del líquido sea interrumpido y esto debería ser uno de los tantos detonantes para que se iniciaran distintos programas de ahorro, aprovechamiento y reúso del agua, tanto en el ámbito urbano como doméstico. Estas acciones definitivamente requerirán de una fuerte inversión, así como las voluntades gubernamentales, empresariales, industriales y, por supuesto, la voluntad ciudadana. Independientemente de lo anterior, lo importante aquí es que a escala doméstica se puede iniciar un proyecto de reúso de agua, aplicando un sencillo sistema de filtros de fácil mantenimiento. Lo curioso aquí es que esta aplicación del Manual del arquitecto descalzo (Van Lengen, 1982, pp. 480-481), dirigido a resolver problemas de diseño y construcción en medios rurales sin técnicos o variedad de recursos, nos da la posibilidad de convertirnos en pioneros mexicalenses del reúso del agua a escala doméstica, 23 años después de la publicación de dicho libro. Lo más inmediato es iniciar con las denominadas “aguas grises” resultantes de los lavabos, fregaderos, tarjas de cocina, lavaderos y/o lavadoras, que por lo regular son aguas jabonosas que sólo requieren de un proceso de filtrado, a diferencia de las aguas negras resultantes de sanitarios y mingitorios que contienen

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deshechos sólidos y requieren de procesos especiales para su reúso. Si consideramos el agua que se desecha en el proceso de lavado de ropa, dispondríamos del equivalente a 150 litros de agua por cada ciclo (una lavadora promedio usa el equivalente a 20 galones o 75 litros de agua para el proceso de lavado y otros 75 litros para el proceso de enjuague), que pueden ser filtradas y reutilizados para regar el jardín, lavar los sanitarios y/o llenar los tanques de los inodoros. Para tal efecto Van Lengen propone usar un tambo de 200 litros al cual se le debe quitar la tapa y proteger su interior con pintura anticorrosiva (véase figura 1).

tapa

Tambo de 200 litros

Figura 1: Tambo de 200 litros de capacidad. Fuente: Van Lengen, 1982, p. 481.

En su parte inferior se hacen dos perforaciones, una para las conexiones de entrada, otra para el desfogue de limpieza; y en la parte superior otra perforación para el tubo de salida del agua filtrada, ya que el proceso de filtrado se realiza de abajo hacia arriba. En el interior del tambo se coloca una cama de piedras al fondo, no mayor de 15 cm de altura, arriba de éstas, una placa metálica perforada y sobre ésta, una capa de grava de 3 a 4 mm, de 15 cm de espesor y finalmente una capa de arena de río de 30 cm de espesor. El tubo de entrada en la parte inferior coincide con la cama de piedras y el tubo de salida, que irá inclinado hacia fuera, se ubica en la parte más alta del tambo sin llegar al extremo superior o boca. Después de algún tiempo de uso, será necesario sacar los sedimentos que quedaron en la arena, cerrando la llave de entrada del agua y quitando el tapón del tubo de desfogue. El agua dentro del tambo saldrá por gravedad limpiando la arena y llevándose las impurezas. Después se tapa el desfogue y se vuelve a abrir la llave de entrada para


continuar con la circulación y filtrado de agua (véase figura 2). Este sistema puede también elevarse del nivel del piso colocándolo sobre una estructura metálica y anexándole otro tambo colocado en sentido horizontal y a un nivel más elevado, que funcionará

Figura 2: Interior del tambo. Fuente: Van Legen, 1982, p. 481.

como depósito de agua. De esta manera el agua podrá almacenarse y usarse para regar por gravedad cuando se deseé. Si el agua filtrada va a permanecer en el depósito más de tres días, se recomienda agregar una dosis mínima de cloro para albercas, para eliminar el posible crecimiento de algas (véase figura 3). Cuidándola de esta manera, nuestros recibos de consumo de agua se verán reducidos, trabajaremos por preservar los recursos naturales para las nuevas generaciones, tendremos agua suficiente para nuestros jardines, con el estímulo de crecer en nuestro ingreso e impactar de manera favorable a nuestro presupuesto familiar.

Figura 3: Sistema de filtro y depósito de agua para regado de jardín.

Bibliografía Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza. (1997, abril). Expansion of the Ecoparque wastewater treatment plant [Expansión de la planta de tratamiento de aguas residuales Ecoparque]. Recuperado el 22 de octubre de 2003, de http://www.cocef.org/aproyectos/ecopar-ing.htm Enciso, A. (2003, 3 de noviembre). Estados Unidos “pelea” a México cada gota del canal Todo Americano. La Jornada. Recuperado el 9 de mayo de 2005, de http: //www.jornada.unam.mx/2003/nov03/031103/ 016n1pol.php?origen=politica.php&fly=1 Kurita de México. (2005). Proceso de reutilización de aguas residuales. Recuperado el 10 de mayo de 2005, de http://www.kurita.com.mx/reutiliz.htm Lara, S. (2005, 16 de marzo). Llaman a hermosillenses a cuidar el recurso, multas hasta de mil a quien tire el agua. El Imparcial. Recuperado el 10 de mayo de 2005, de http://www.elimparcial. com/EdicionImpresa/ejemplaresanteriores/ BusquedaEjemplares.asp?seccion=53&fecha=16/03/ 2005&numpagina=1&semanal=N Peña Salmón, C. Á. (2001, julio-septiembre). El agua: un recurso que debemos conservar ahora para disfrutarlo mañana. Divulgare, 35, 30-34. San Diego County Water Authority. (1997). Water managment [Manejo del agua]. Recuperado el 10 de mayo de 2005, de http://www.sdcwa.org/manage/ conservation.phtml Tapia Landeros, A. (2004, 22 de octubre). Las presas del Colorado ¿desequilibraron el planeta? La Crónica de Baja California, p. A8. Van Lengen, J. (1982). Manual del arquitecto descalzo. México: Concepto.

Jorge Augusto Arredondo Vega y Ana María Fernández Butchart Facultad de Arquitectura, UABC, Mexicali.

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Paradigmas

Política industrial Política industrial sostenible sostenible en en Baja California Basada criterios de competitividad Bajaen California Luis Alberto Morales-Zamorano Alejandro Mungaray Lagarda

México se encuentra ante un problema de competitividad estructural. Desde hace más de una década, autoridades de los tres países de América del Norte, con la firma TLCAN, lograron un éxito sin precedentes, conformando con ello un nuevo ambiente político en el que se están dando cambios institucionales de gran alcance. Sin embargo, como consecuencia de este tratado, la gran cantidad de inversiones extranjeras —como actividades industriales y comerciales asociadas— han creado serias consecuencias nocivas en la calidad de nuestra sociedad y recursos naturales. De continuar con las actuales políticas industriales de nuestro gobierno, basada sólo en un crecimiento económico, la sostenibilidad de nuestro desarrollo, la calidad de vida y nuestra cultura como sociedad fronteriza, pueden verse seriamente amenazadas. Política es la búsqueda de consensos sobre valores comunes que promueva un sentido de armonía y solidaridad entre las partes interesadas. Tamayo (Gascó & Equiza, 2002) define a la política como un conjunto de decisiones y acciones adoptadas como solución a una dificultad, considerada por el propio gobierno y los ciudadanos como prioritaria, mientras que Mintzberg (1977) la define como una forma específica de gestión estratégica. Para lograrlo, los políticos deben adoptar compromisos con la sociedad basados en principios y fomentar actividades de concertación para la toma de decisiones correctas. Es por ello indispensable que todo político desarrolle cualidades como el saber escuchar, respetar, analizar, tolerar y comunicar resultados, entre otras. Como actividades relacionadas con el establecimiento de políticas de desarrollo industrial se encuentra la creación de lineamientos, planes y programas sectoriales y específicos, la promoción de instrumentos de apoyo, convenios e incentivos que marquen las acciones a seguir para el logro de una “sinergia” entre el

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Estado y el mercado, a fin de que conduzcan al reforzamiento en la competitividad de empresas y demás sectores productivos. Así, “política industrial” significa entonces, iniciar y coordinar actividades gubernamentales destinadas a elevar la productividad y competitividad de una economía, o bien de industrias específicas dentro de ella y debe estar acompañada por el uso de criterios de competitividad internacional (León, 1998). El mismo autor menciona que esta política debe ser primero una actitud y después una cuestión técnica. Bajo esta perspectiva, Mungaray (2001) considera que es necesaria una estrategia industrial y que ésta no se hace sola, sino al tambor de las acciones políticas. La formulación de políticas puede realizarse mediante un método de evaluación multicriterio, en el que se incorporen criterios económicos, sociales y ambientales de naturaleza cualitativa y cuantitativa. Con el uso de este método han sido establecidas diferentes políticas como las de uso de suelos, siguiendo técnicas descritas por Fischer (1999). Establecer políticas en materia de protección


ambiental normalmente implica la intervención de los gobiernos en la economía y con frecuencia resulta difícil decidir el grado y la naturaleza adecuada de dicha intervención. El análisis de costo-efectividad es una técnica de análisis que debe utilizarse con mayor intensidad cuando con propósitos de sostenibilidad no exista una posibilidad razonable de expresar los beneficios en términos monetarios o de eficiencia (Fischer, 1999, p. 143). Es decir, es necesario saber si estas políticas industriales sustentables son eficientes en costos en el cumplimiento de objetivos y metas. Planteamiento del problema México se encuentra ante un problema de competitividad estructural. Desde hace más de una década, autoridades de los tres países de América del Norte, con la firma TLCAN, lograron un éxito sin precedentes, conformando con ello un nuevo

ambiente político en el que se están dando cambios institucionales de gran alcance. Sin embargo, como consecuencia de este tratado, la gran cantidad de inversiones extranjeras —como actividades industriales y comerciales asociadas— han creado serias consecuencias nocivas en la calidad de nuestra sociedad y recursos naturales. De continuar con las actuales políticas industriales de nuestro gobierno, basadas sólo en un crecimiento económico, la sostenibilidad de nuestro desarrollo, la calidad de vida y nuestra cultura como sociedad fronteriza, pueden verse seriamente amenazadas. El desarrollo sostenible se confunde fácilmente con un crecimiento económico que no necesariamente favorece al desarrollo social. Este desarrollo no busca la simple supervivencia de una sociedad; tampoco busca sólo un desarrollo económico sostenido asociado a una maximización

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de ganancias. Cuando se tiene una visión estrecha del futuro, se pierde la perspectiva de bienestar social. Es por ello que el desarrollo sostenible busca que las actuales generaciones satisfagan sus necesidades sin que las futuras generaciones vean amenazada la satisfacción de las suyas. Sin embargo, debido a que el ser humano y las organizaciones tienen la libertad de desempeñarse como mejor les convenga, se hace difícil lograr un consenso sobre la mejor manera de aprovechar los recursos naturales comunes. Esto se puede explicar debido a que las decisiones han sido tomadas generalmente por intereses personales, políticos o económicos, llegando a descuidar totalmente el compromiso social de las empresas. Es muy posible que la existencia de una política industrial, con procedimientos que conduzcan al logro de objetivos y metas claras, pueda satisfacer el interés de todas las partes involucradas a largo plazo en las organizaciones. Todas las partes involucradas (funcionarios públicos, industriales, sociedad civil) serán mejores tan pronto como todos reconozcan una verdad fundamental: “La sociedad no puede tener un crecimiento económico a largo plazo sin proteger el ambiente, ni puede el ambiente ser protegido, excluyéndolo de un crecimiento económico sostenible en el mundo competitivo actual” (Ludwiszewki, 1992). Este mismo autor señala en su artículo que “Una nación que ha perdido su libertad, puede recobrarla; una nación dividida se puede reunificar; pero una nación, cuyos recursos naturales han sido destruidos debe inevitablemente pagar la penalidad de la pobreza, degradación y decaimiento”. Política industrial El objetivo de establecer una política industrial es contribuir a mejorar el funcionamiento de las empresas de Baja California y de la sociedad en donde éstas se encuentran, con base en criterios de competitividad y sostenibilidad. Cualquier política debe estar cimentada en una serie de principios básicos. El establecimiento de una política para el desarrollo industrial sostenible no puede prescindir este fundamento. Por esta razón, con el propósito de contribuir a una mayor competitividad industrial, el ejecutivo de la entidad federativa que corresponda, así como los representantes de cámaras industriales y comunidad en general, deberán observar lo siguiente.

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Principios de una política industrial sostenible 1. En la toma de decisiones de carácter económico, tanto las organizaciones públicas como privadas deberán medir, evaluar y prevenir consecuencias negativas sobre la salud (física, mental y social) y bienestar de la sociedad en donde éstas se encuentren, así como la conservación a largo plazo de sus recursos naturales (principio de interdependencia). 2. La competitividad de cualquier empresa en los mercados internacionales dependerá del compromiso que la empresa tenga por superar y mantener las exigencias impuestas por el mercado y los estándares internacionales. 3. La prevención de las causas que los genera es el medio más eficaz para evitar daños y pérdidas materiales y sociales. 4. Quien realice obras o actividades que afecten o puedan afectar tanto a la salud y seguridad del ser humano como a sus recursos naturales, está obligado a prevenir, minimizar y reparar los daños que cause, así como a asumir los costos que dicha afectación implique (Conanp, 2000). 5. La sobrevivencia de cualquier empresa no va a depender sólo del incremento de su rentabilidad, sino del uso racional, integral y con una visión a largo plazo que se le dé a los recursos humanos y naturales implicados en el proceso de producción. 6. A través de una continua medición y monetización de pérdidas, la empresa podrá prevenir fuentes de contaminación y daños a la salud de ella misma y de comunidades asociadas. Instrumentos de política industrial 1. Instrumentos financieros. La falta de recursos materiales y financieros impide un desarrollo industrial deseable. Es por ello que es necesario fomentar: a) Financiamientos suficientes y automáticos para empresas nacionales con visión hacia la exportación, orientadas con más intensidad hacia el apoyo de micro, pequeñas y medianas empresas, dando prioridad a inversiones que prevengan la contaminación o el despilfarro de recursos naturales. b) Simplificación para la obtención de créditos blandos, con tasa de interés preferenciales para la adquisición de tecnologías de protección ambiental o para empresas de nueva creación con

fines de manejo integral y aprovechamiento de residuos domésticos e industriales. c) Préstamos por periodos largos de recuperación, particularmente a inversiones en tecnología de protección ambiental. 2. Descentralización. Con el fin de promover la creación de nuevas empresas y no entorpecer el funcionamiento de las ya existentes, se requiere lograr tanto una mayor simplificación de trámites que el gobierno federal les requiere como una mayor eficiencia en la toma de decisiones. 3. Capacitación. Es de imperante necesidad la capacitación de recursos humanos en la toma de decisiones públicas, que permitan fortalecer continuamente al sector industrial y social de forma sostenible. Así, debe existir el compromiso mutuo (gobierno-empresa) de fomentar la formación, capacitación y actualización permanente de personas involucradas en los procesos públicos y productivos. 4. Acuerdos reguladores. El poder político del gobierno ha sido siempre ejercido con bases impositivas. Esto significa que ha existido una regulación directa basada en coerciones para hacer cumplir una legislación apoyada en sanciones con la lógica de una política de protección, conocida como de “mando control” o con políticas de castigos económicos. Debido a la ineficiente funcionalidad de estas estrategias reguladoras, es necesario reconocer que la política industrial deba basarse en acuerdos y compromisos de cada empresa con el gobierno estatal, con la participación de los sectores social y académico en calidad de partes interesadas. Dicho acuerdo regulador deberá establecer compromisos responsables con la sociedad, basados en políticas y reglamentos internos que contengan objetivos y metas auditables a ser cumplidos en plazos acordados por las partes interesadas, bajo condición de continuar realizando sus actividades productivas. 5. Uso de suelos. Los sitios donde cualquier industria pretenda establecerse, deberán ser áreas previamente acondicionadas para tales fines, compatibles con la vocación o aptitud de uso del suelo seleccionado, conforme a los planes de desarrollo local y regional. Cualquier actividad industrial que amenace el bienestar y calidad de vida de comunidades en donde la empresa pretenda instalarse o esté ubicada, deberá ser

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rechazada o estrictamente corregida. El Estado deberá reglamentar condiciones y establecer acuerdos bajo los cuales las empresas extranjeras podrán establecerse en suelos de territorio nacional. Como criterio de asignación de uso de suelos por parte de estas empresas, se deberá considerar que garanticen la salud y bienestar de sus empleados, de las comunidades vecinas en donde se deseen instalar y de sus recursos naturales, bajo una normatividad igual o más exigente que en su país de origen. 6. Manejo de residuos peligrosos. El manejo de residuos peligrosos debe ser realizado en función de prioridades y bajo la consideración de un análisis costo-efectividad. A este respecto, la Semarnap (1996) publicó una relación de prioridades de manejo en el siguiente orden: a) Prevención: Es la estrategia de manejo más recomendada debido a su sustitución de materias primas peligrosas por otras de menor riesgo a la salud de las personas y el ambiente. b) Minimizando en la generación de los residuos. c) Reúso y reciclaje de los residuos generados. d) Tratamiento: Es considerado como muy caro por la categoría requerida para incinerar, desactivar, inmovilizar o neutralizar el residuo generado. e) Disposición final: Es la forma de manejo más cara porque suma los gastos de transporte y seguros a lo largo de todo el proceso. Es además la menos recomendable, porque sólo transfiere de lugar el problema. A pesar de ello, esta forma es la más utilizada en México. Al ser la última actividad de manejo la más generalizada de las cinco listadas, los esfuerzos se han enfocado a solucionar el problema “al final del tubo”, olvidando las grandes oportunidades de costo-beneficio que ofrecen las otras opciones. Es importante que la industria promueva, de manera voluntaria, un rediseño periódico de sus procesos de producción a fin de lograr lo que se ha llamado como “producción más limpia”. 7. Innovación tecnológica. La innovación tecnológica de productos menos contaminantes o riesgosos a la salud, así como de procesos que aprovechen los residuos urbanos e industriales para reciclaje, puede mostrar oportunidades que se alcancen a apreciar como “señales de mercado”. Es por ello

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necesario impulsar la adquisición y uso de tecnologías que hagan más eficiente el uso de recursos utilizados en procesos productivos y fomenten un posicionamiento más competitivo de las empresas. Lo anterior implica establecer condiciones y un ambiente de innovación, diferenciación y diversificación. En países industrializados ha existido un importante cambio de actitud en la forma de incorporar nuevas tecnologías a procesos productivos, mientras que en otros países existe una lenta penetración de los valores por una “cultura tecnológica”. Céspedes (Centro del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable) realiza en México trabajos de investigación y aboga por soluciones basadas en el mercado, capacita profesionistas y refuerza políticas corporativas para el logro de un desarrollo sostenible (Quadri de la Torre, 1995, p. 22). Particularmente en el estado de Baja California, existe creciente interés de vincular a las universidades con las empresas. Un ejemplo es un organismo de reciente creación en Tijuana llamado Centro Integral de Gestión Ambiental (CIGA) el cual incorpora esfuerzos de cámaras, gobierno e instituciones de educación superior en apoyo de la industria. Con estos avances se puede apreciar que, las políticas de producción de nuevo conocimiento en universidades por un lado y la necesidad de creación de nueva tecnología por el otro, constituyen actualmente atractivas áreas de oportunidad. Una posible solución a estos “huecos” del desarrollo industrial sería el apoyo del gobierno y la universidad a la industria con la creación de un instituto de investigación de nueva tecnología para el desarrollo industrial y la protección al medio ambiente, descentralizado y autofinanciable. 8. Autorregulación y competitividad. Asociado con mayores capacidades de pensamiento estratégico, en los empresarios se encuentra el deseo de ser competitivo. Si las empresas pretenden ser competitivas deben incorporar a sus políticas corporativas consideraciones de naturaleza preventiva con base en una estricta autorregulación. Lo anterior implica el adquirir un compromiso de responsabilidad social y de protección ambiental acorde con las exigencias de los mercados internacionales. Se dice que esto constituye una “selección de ganadores”, porque abrir puertas al mercado internacional, no sólo


representa una mayor expansión sino también una mayor rentabilidad y supervivencia a la empresa (Porter, 1995). Certificaciones como la de industria limpia nacida como consecuencia de la firma del TLCAN, la ISO 9000-2000 y la certificación del estándar de administración ambiental ISO 14000, pueden ser instrumentos que refuercen la competitividad en cualquier empresa. Un enfoque voluntario ofrece a las empresas una vía efectiva para el logro de su competitividad, cuando se respaldan con productos publicados (Thompson, 1994). 9. Empresas de servicios. Para el logro de los objetivos de la política industrial propuesta es necesaria la creación de empresas privadas de prestación de servicios que apoyen a la industria a aumentar su productividad con el uso y manejo eficiente de sus recursos, a fin de que coadyuven con el cumplimiento de su responsabilidad social, mejoren con ello la productividad de sus procesos productivos y aumenten con ello la competitividad empresarial en nuestro país. Tal puede ser el caso del fomento a empresas recolectoras de residuos, de manejo y aprovechamiento integral de residuos industriales, de bufetes jurídicos de apoyo al cumplimiento de la normatividad ambiental, servicios técnicos en materia de monitoreo de emisiones a la atmósfera, de instalación de equipo para la prevención, conducción y control de emisiones contaminantes, en la elaboración de documentos de carácter preventivo como estudios de riesgo y manifiestos de impacto ambiental, entre muchos otros (Morales-Zamorano, 1993) que ayuden a las empresas con el cumplimiento de su autorregulación y competitividad. 10. Sistemas de cuentas ambientales. La industria puede generar costos no contabilizados que afectan la calidad de los recursos naturales comunes, así como a la calidad de vida de la comunidad asociados a ella. Internalizar estos costos ambientales, ya sea recurrentes o no recurrentes en las industrias, implica la necesidad de fomentar la creación de un sistema de cuentas ambientales que “moneticen” el derroche de materia prima, energía y combustibles y daños a la población, entre otros. Con ello sería posible cuantificar de manera continua y permanente los riesgos de las empresas por pérdidas de calidad y cantidad de recursos materiales y humanos a fin de prevenir la generación de daños a su imagen,

confianza y credibilidad hacia una sociedad, dentro de la cual se encuentran sus clientes. Esta mejora de la imagen empresarial constituye un pasivo de alto valor agregado. Conclusiones Cualquier empresario o funcionario público que tenga una visión del desarrollo de su organización para el logro de una mayor competitividad y sostenibilidad, debe empezar por incorporar nuevos valores a su organización. Esto último conlleva a la necesidad de fomentar el compromiso de una responsabilidad social y medio ambiental en tomadores de decisiones (políticos y gerentes empresariales), a fin de prevenir impactos ambientales evidentes sobre el bienestar de comunidades asociadas a industrias y sobre los recursos naturales públicos. Un aprovechamiento de oportunidades en el mercado competitivo debe tener la consideración de un mercado ambiental. En éste último se encuentran actividades de negocio que se resumen a continuación: a) Inversión en empresas o actividades de manejo y aprovechamiento integral de residuos industriales que participen en la reducción, rehúso, reciclaje, comercialización y tratamiento de residuos peligrosos y no peligrosos; b) Diseño, creación y administración de parques o ciudades industriales eco-funcionales que reduzcan los impactos ambientales que se pudieran producir hacia centros de población; c) Investigación, innovación, creación y producción de productos y servicios que no causen problemas de contaminación, cubriendo al mismo tiempo necesidades reales a industriales y particulares; d) Mercados ambientales: Mercados de productos y tecnología ambiental. El fortalecer la imagen de la empresa, no sólo por sus precios y calidad de productos o por la eficiencia en servicios, sino además proyectando dicha imagen hacia su exterior inmediato, con las comunidades vecinas en donde se encuentre, puede ser una oportunidad que impulse un mejor desarrollo de todas las empresas establecidas en México. Finalmente se resalta que no es posible la creación de políticas industriales regionales si sólo

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se consideran los aspectos de una sola jurisdicción. Por lo tanto, políticas para el desarrollo industrial regional deben, obligadamente, involucrar consideraciones de competencia federal. Bibliografía Conanp. (2000). Ley general del equilibrio ecológico y la protección al ambiente. Publicado en el Diario oficial de la federación el día 28 de enero de 1988. Fischer, D. W. (1999). Técnicas para la formulación de políticas en Zonas Costeras (T. Di Bella, Trad.). Mexicali, B. C., México: UABC. Gascó, M. & Equiza, F. (2002, noviembre). Formulación de políticas públicas de transición a la sociedad del conocimiento. Revista electrónica: Desarrollo humano e institucional en América Latina, 36 (4). Recuperado el 20 de octubre de 2004, de http://www.iigov.org/dhial/ ?p=36_04 León, J. L. (1998, 1 de junio). Diez reflexiones para una nueva política industrial en México. Recuperado el 20 de octubre de 2004 de la base de datos de INFOLATINA. Ludwiszewki, B. R. (1992). The interdependence of economic development and environmental protection. Economic Development Review, 10 (3): 1-5. Mintzberg, H. (1977). Policy as a field of management theory. Academy of Management Review, 2 (2): 88-103. Morales-Zamorano, L. A. (1993). Las universidades mexicanas como prestadoras de servicios ambientales. Revista del Colegio de la Frontera Norte: Frontera Norte, 5 (10): 167-174. Mungaray Lagarda, A. (2001, septiembre). Estabilización macroeconómica y desarrollo microempresarial. Comercio exterior, 51 (9). Porter, M. & Van der Linde, C. (1995, septiembre-octubre). Green and Competitive, an underlying logic links the environment, resource productivity, innovation and competitiveness. Harvard Business Review, 73 (5): 120-134. Quadri de la Torre, G. (1995). Programa de protección ambiental y competitividad Industrial. Convenio de concertación presentado por el Instituto Nacional de Ecología de la Semarnap. Semarnap. (1996). Decreto por el que se aprueba el programa sectorial de mediano plazo denominado Programa del Medio Ambiente 1995-2000. Publicado en el Diario oficial de la federación el día 3 de abril de 1996. Thompson, C. H. (1994, octubre). Competitividad y desarrollo sostenible. Revista Ingeniería Química, 26 (306):53-60.

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Luis Alberto Morales-Zamorano y Alejandro Mungaray Lagarda Facultad de Ciencias Adminstrativas y Sociales, UABC, Ensenada; Rector de la UABC, respectivamente.


El interés por los temas de ética profesional crece considerablemente en nuestro tiempo, por lo que esta materia ha sido incorporada como asignatura en la mayoría de los planes de estudio universitarios. En el caso de la licenciatura en derecho de la Universidad Autónoma de Baja California, por el convencimiento de la necesidad de profundizar en la formación valoral de los futuros profesionistas. Esta obra pretende servir como libro de texto para la asignatura de ética profesional, en consideración a que después de varios años de estar impartiendo esta materia se ha encontrado que no existe una obra que integre todos los contenidos propuestos en el curso, ni que cumpla con las aspiraciones de los objetivos universitarios. El libro está estructurado en tres apartados: en un primer apartado se presentan los principios y fundamentos de la doctrina ética; en un segundo apartado los principios y normatividid de la ética profesional; y para concluir en un tercer apartado los sustentos de la ética profesional en el desempeño del derecho. La profundidad y extensión con que se abordaron los temas se ajustan a los objetivos y competencias profesionales que delimitan los planes de estudio de la licenciatura en derecho en México, específicamente a los que plantea el programa de estudio de la asignatura de ética profesional. Aportación importante de esta obra es la integración de los principales mandamientos éticos en materia jurídica, así como los códigos de ética de colegios y barras de abogados.

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Semillero

Laimportancia importancia p de lade La de la ciencia las relaciones internacionales ciencia relaciones En el desarrollo de la política exterior de México

internacionales Kenia María Ramírez Meda

El presente ensayo analiza la evolución de la ciencia de las relaciones internacionales. Plantea primeramente cómo, desde su inicio, la guerra era la esencia del análisis de esta ciencia. Posteriormente, se examina cómo se diversifica el objeto de estudio llegando a abarcar como campo de acción, la resolución de una infinidad de temas que aquejan a la sociedad internacional. Por último, se enfatiza como esta diversificación resulta beneficiosa para los países de América Latina y específicamente para México, ya que los nuevos objetos de estudio de la ciencia de las relaciones internacionales, son precisamente los problemas que más aquejan a los países pobres.

Nacimiento de las relaciones internacionales como ciencia En su evolución y por su naturaleza, la ciencia de las relaciones internacionales se ha visto supeditada, en gran medida, por el progreso de los acontecimientos históricos y el panorama del sistema internacional el cual dio lugar a su nacimiento. Durante mucho tiempo la ciencia de las relaciones internacionales fue concebida como la ciencia que estudia la guerra, entendida como aquella que se ocupa más de analizar el conflicto entre los actores internacionales de un sistema de “gobernanza” mundial, que la cooperación entre los mismos. Esta desafortunada concepción del objeto de estudio de la ciencia de las relaciones internacionales se debe principalmente, a que nace sólo después de la primera guerra mundial, y por la necesidad de dar explicación y respuesta a los conflictos internacionales y al surgimiento de nuevos sistemas. Hasta entonces, el campo de estudio de las relaciones internacionales como ciencia, había sido ocupado por otras disciplinas como el derecho, la historia e incluso la filosofía como señala Celestino del Arenal: esto no significa, como es lógico, que no se haya indagado científicamente con anterioridad, sobre la realidad internacional, tratando de comprenderla e interpretarla, pues, dejando al margen aportaciones

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más antiguas, ello se ha venido haciendo desde la perspectiva particular, sobre todo del derecho internacional y de la historia diplomática (Del Arenal, 1994).

Aunado al hecho de verse supeditada a los acontecimientos de la historia y del sistema internacional como fuente de su nacimiento, este matiz de “ciencia de guerra”, lo obtiene precisamente de sus creadores, los estadounidenses, en donde la diplomacia siempre ha implicado más un ejercicio de poder, en ocasiones de manera justa, y en otras no tanto. A pesar de haber obtenido desde sus inicios esta infortunada concepción, la ciencia de las relaciones internacionales fue logrando cierto grado de diversificación en lo que a su objeto de estudio se refiere. Como una ciencia naciente, inicialmente se planteó que explicaba las causas de la guerra y el establecimiento de la paz, sin embargo, la rapidez en los cambios del sistema mundial, el fin de la guerra fría y el surgimiento de un nuevo orden mundial le diseñaban nuevas tareas. Diversificación de su objeto de estudio Como fue anteriormente señalado, el rápido cambio en el sistema mundial provocó importantes cambios en


la naciente ciencia. Es importante señalar cómo ésta, en tan sólo 70 años, nace, crece y se reproduce, trayendo consigo importantes paradigmas y teorías, integrándose así a ciencias tan grandes y desarrolladas como la economía y la política, las cuales observaron su nacimiento y de las que se volvió un importante complemento. Los procesos de globalización y mundialización de la sociedad que se llevan a cabo después de la guerra fría, dan paso a la creación de una sociedad mundial que se caracteriza principalmente por la existencia de valores comunes que la sustentan como la solidaridad, la cooperación y la búsqueda de intereses comunes entre los actores, hemos pasado de una sociedad internacional en la que los intereses comunes y solidarios brillaban en general por su ausencia a una sociedad mundial que encuentra precisamente en la afirmación de estos intereses comunes y solidarios, su razón de supervivencia (Del Arenal, 1994).

Esto viene a incidir directamente en la creación de nuevos sistemas político-económicos más dinámicos, como son los llamados procesos de integración económica, la globalización y la universalización de una sociedad internacional. Entonces la ciencia de las relaciones internacionales debe diversificar su objeto de estudio, condicionada una vez más por los acontecimientos del sistema internacional, para pasar a ser una ciencia que se encarga del estudio de la guerra y el conflicto, a una ciencia que estudia la cooperación en un ámbito global. Otra de las temáticas que abordará ampliamente es el progreso del multilateralismo como forma de conducir una política exterior basada en la cooperación. Sin embargo, no debe considerarse que las relaciones internacionales han abandonado por completo el estudio de la guerra y el conflicto ante todo, las relaciones internacionales han de continuar ocupándose del problema de la guerra y del conflicto internacional (…) pero junto al peligro de la guerra, nuestro tiempo conoce otros problemas que están en íntima relación con la paz y la guerra como son: el subdesarrollo, el desarrollo igual entre estados, el hambre, las privaciones socio-económicas, la opresión, los problemas ecológicos, los derechos humanos, la soberanía, la educación (Del Arenal, 1994).

Actualmente la ciencia de las relaciones internacionales debe concebirse como aquella que se encarga de estudiar el conflicto, pero también de analizar y lograr la cooperación no sólo en los ámbitos de la paz y la guerra sino de igual forma, de los grandes problemas a los que se enfrenta hoy en día una sociedad global. El estudio de las relaciones internacionales en América Latina y México Como menciona Celestino del Arenal, el estado de la ciencia de las relaciones internacionales en los países latinoamericanos ha representado una situación de desventaja en comparación a Estados Unidos y Europa. A pesar de la cercanía geográfica y de ser Estados Unidos el principal promotor y difusor de la ciencia, los intercambios científicos y académicos se dieron de manera más dinámica entre los estudiosos de Estados Unidos y Europa, aunque también de manera tardía. América Latina no propició un espacio para el desarrollo de la ciencia debido a que, como sucedió en otros lugares del mundo, el objeto de estudio de las relaciones internacionales estaba ya ocupado por otras ciencias. Aunado a esto, Del Arenal considera también que la rigidez académica ocupó un lugar fundamental en el atraso del desarrollo de la ciencia, la cual se negaba a ser aceptada en los círculos académicos e intelectuales como tal. Una vez más, el contexto histórico condicionó el progreso de la ciencia, ya que se considera que otra de las razones del retraso en la recepción de la misma en los países latinoamericanos, es su desarrollo histórico el contexto histórico-internacional en que se han movido los países latinoamericanos, ha estado dominado por una problemática específica muy diferente a la que provocó el desarrollo de las relaciones internacionales en Estados Unidos y Europa (Del Arenal, 1994).

La problemática latinoamericana como objeto de estudio actual de la ciencia de las relaciones internacionales Históricamente los países latinoamericanos han buscado la consolidación de sus sociedades a través de la política. El hecho de fortalecer y legitimizar sus instituciones internas ha ocupado gran parte

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de su tiempo y si bien han prestado atención a los grandes cambios del sistema internacional, estos no contribuyeron de manera significativa a la consolidación de sus naciones como entes democráticos. Los países latinoamericanos no se han mantenido completamente al margen del acontecer internacional, por lo tanto, se han enfrentado con la adversidad de la consolidación de un nuevo orden mundial asumiendo una política exterior de

tipo “latinoamericana” en la cual ciertos problemas ocupan la atención de estas naciones llegando a comprender el pilar fundamental tanto de sus políticas internas como exteriores. En México y en América Latina la atención a nivel internacional ha estado centrada en problemas muy concretos, sobre todo en las propias relaciones interamericanas y en la preocupación por la problemática del desarrollo y subdesarrollo, de la dominación de nivel internacional y del mantenimiento de la soberanía. Esta problemática específica que señalamos se refiere precisamente a los grandes temas en los cuales la ciencia de las relaciones internacionales ha puesto sus ojos al diversificar su objeto de estudio.

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La importancia de la ciencia de las relaciones internacionales en el desarrollo de la política exterior de México La importancia de la ciencia de las relaciones internacionales en México radica precisamente en el tratamiento de los nuevos objetos de estudio. Estos objetos de estudio se definen como los “nuevos temas de la agenda internacional”, los cuales son primordiales para México debido a que, como actor internacional, ha definido su estatus como una potencia media, interesada en trascender en el ámbito internacional logrando su participación en los principales organismos multilaterales. Una muestra de lo anterior son los más de 2 000 tratados internacionales celebrados por México, de los cuales 1 624 se encuentran actualmente vigentes. Precisamente estos “nuevos temas de la agenda internacional” son los principales protagonistas de los lineamientos en la política exterior mexicana que contempla una multiplicidad de asuntos tales como: problemas de subdesarrollo, guerras, hambre, opresión, desarrollo sustentable y medio ambiente, democracia, educación, multilateralismo, comercio justo, desarrollo económico y social, promoción cultural, derechos humanos, integración económica, soberanía, entre otros… En el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del presidente Vicente Fox se contempla una política exterior basada en multilateralismo y orientada a promover y atender los “nuevos temas de la agenda internacional”. Como prioridad se toman cinco objetivos estratégicos (Instituto de Investigaciones Legislativas del Senado de la República [IILSEN], 2003): 1. Promover y fortalecer la democracia y los derechos humanos como bases fundamentales del nuevo sistema internacional.


2. Fortalecer nuestra capacidad para proteger y acceder los derechos de todos los mexicanos en el extranjero. 3. Intensificar la participación e influencia de México en los foros multilaterales desempeñando un papel activo en el diseño de la nueva arquitectura internacional. 4. Utilizar los esquemas de concertación regional para equilibrar la agenda de política exterior, creando nuevos ejes de acción política y 5. Apuntalar y encabezar los esfuerzos de promoción económica, comercial, cultural y de la imagen de México en aras de un desarrollo nacional sustentable y de largo aliento. Asimismo, con el objetivo de fortalecer el multilateralismo y la participación de México en los principales foros internacionales y como parte de una estrategia integral de la política exterior de México, se contemplan los siguientes objetivos (IILSEN, 2003): 1. Un renovado activismo en los foros multilaterales. 2. La consolidación de México como puente hacia otras regiones, de manera destacada hacia Europa, América Latina y los países miembros de APEC, con el fin de profundizar y diversificar nuestros vínculos políticos y económicos. 3. El desarrollo de una relación estratégica con las naciones de América del Norte. Por lo tanto, si México desea impulsar su política exterior hacia las áreas del multilateralismo y quiere trascender como un líder en Latinoamérica, debe seguir promoviendo la inclusión de los “nuevos temas de la agenda internacional” como objetivos prioritarios en los lineamientos de política exterior. Es necesaria la presencia de disciplinas como las relaciones internacionales en las instituciones académicas para impulsar una concientización de la importancia de actuar siempre siguiendo los principios y pilares básicos de la política exterior mexicana pero también, puntuar la importancia de continuar trabajando conjuntamente con otros actores internacionales para la resolución de los problemas económicos, políticos y sociales que aquejan de manera más directa tanto a México como a otros actores internacionales que se encuentran en la pobreza. Precisamente mediante el estudio de la disciplina de las relaciones internacionales es que podremos lograr un lugar en la sociedad mundial como un país impulsor del multilateralismo, promoviendo siempre

la inclusión de los “nuevos temas de la agenda internacional” en nuestros principios básicos de política exterior. Conclusiones Ante todo, debemos reflexionar que si se quiere atender estos temas de nivel internacional, se deben resolver primeramente dentro de nuestro país, ya que la política exterior de cualquier nación debe ser siempre congruente con su política interior. Sin embargo, México por sí solo no será capaz de resolver todos sus problemas, es necesario reconocer que necesitamos la ayuda de otros actores internacionales que sí hayan logrado avances en el tratamiento y la resolución de estos temas. Es por eso que la ciencia de las relaciones internacionales, nuestra ciencia, es de suma importancia para el país, porque los estudiosos de estos temas, profesionistas, académicos e investigadores, debemos lograr que otros Estados nos conciban como un país dinámico, merecedor de ayuda, merecedor de cooperación para el desarrollo, como un país multilateral, y así poder como nación resolver los problemas que nos aquejan con apoyo de otros Estados, ya que en este mundo interdependiente todos necesitamos la ayuda de los demás. Bibliografía Del Arenal, C. (1994). Introducción a las relaciones internacionales. Madrid: Tecnos. Instituto de Investigaciones Legislativas del Senado de la República. (2003). Principios históricos de la política exterior mexicana. Recuperado el 5 de enero de 2005, de http://www.senado.gob.mx/iilsen/docs/ investigaciones1.html#28 Senado de la República. (s.f.). Tratados celebrados por México. Recuperado el 6 de abril de 2005, de http://www.senado.gob.mx/internacionales/assets/docs/ agenda_analisis/numeralia/mexico2.pdf Vargas Suárez, R. & Castro Rea, J. (2003). Las políticas exteriores de EE. UU., Canadá y México en el umbral del siglo XXI. México: UNAM.

Kenia María Ramírez Meda Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, UABC, Mexicali.

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Cotidianidad y en la Cotidianidad y tragedia tragedia lay Tijuana frontera San en Diego

frontera San Diego y Tijuana

Apuntes sobre paradojas y contradicciones en la dinámica fronteriza Magali Muriá Tuñón

Una de las peculiaridades de la guerra es que conviven en ella, de forma flagrante e implacable, la rutina y la tragedia, pues los imperativos del conflicto bélico obligan a adaptar la cotidianidad con el estado de excepción. En el caso de la frontera entre México/Estados Unidos sucede algo parecido: Mientras miles de personas se trasladan diariamente de un país a otro por puertos de entrada para trabajar o estudiar, cientos de migrantes pierden la vida cada año por su pretensión de cruzar los desiertos y barrancos que les separan del mercado laboral más grande del mundo. La realidad fronteriza está poblada de paradojas y contradicciones difíciles de resolver, algunas de las cuales se exponen a continuación, con el propósito de resaltar el tono cotidiano con el que se tiñen los episodios trágicos que tienen lugar en la frontera, y sus manifestaciones culturales al respecto.

Los límites de la amistad y la división territorial Con sus binoculares, los agentes de la patrulla fronteriza estadounidense vigilan detrás de los muros que separan a su país del tercer mundo, al tiempo que los reflectores barren las sombras nocturnas y los dispositivos tecnológicos de punta (sensores de movimiento, vehículos ultra equipados y armas sofisticadas) se despliegan estratégicamente para detener el tránsito de personas y productos no autorizados. Sin embargo, a diferencia de otras zonas donde se desarrolla un conflicto bélico, aquí no hay guerra declarada. Al contrario, todo ello tiene lugar en la frontera de dos países que se dicen amigos. Tal como la conocemos hoy, la línea fronteriza entre México y Estados Unidos fue definida por el Tratado de Guadalupe Hidalgo que se firmó en 1848 al término de la guerra que sobrevino entre ambos países. Con este tratado, México tuvo que ceder a Estados Unidos la mitad norte de su territorio. Luego siguió la venta forzada de partes que se incorporarían a Nuevo México y Arizona, en 1854, lo que acabó de darle forma a la obra negra de esta división territorial. Mas no por ello acabaron las disputas y controversias territoriales, aunque éstas resultaron ser mucho más localizadas, debidas mayormente a las desviaciones de los ríos.

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Uno de estos conflictos fue el llamado del Chamizal. Se trata de una franja de 255 hectáreas, inmediata a Ciudad Juárez, sujeta a una disputa territorial que concluyó en 1970, a favor de México. En el año de 1852 se había establecido, de acuerdo con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, que la frontera estaría delimitada por el centro del cauce del Río Bravo, no obstante que éste mutaba ocasionalmente debido a su periódica impetuosidad. En 1864 cambió el curso del río y dejó al Chamizal “del otro lado”, lo que provocó el diferendo que tardaría más de un siglo en resolverse en los tribunales internacionales. De esta manera, en 1970 el Chamizal volvió a formar parte de México, pues también se había previsto en el tratado que los límites entre ambos países quedaría establecido originalmente por la ubicación que en ese momento tenía el cauce de las aguas. La línea fronteriza que resultó de estos pugilatos tiene una longitud de casi tres mil kilómetros. Comienza al oeste en la costa del Pacífico. Corre hacia el este remontando las escarpadas cimas de la Sierra Madre Occidental y luego se extiende por la llamada meseta central. Al llegar a Ciudad Juárez la elevación sobre el nivel del mar ha disminuido a 1 300 metros, pero aumenta nuevamente, aunque no tanto, al cruzar la Sierra Madre Oriental. El


extremo este se halla formado por las planicies costeras que se extienden hasta el golfo de México. En cuanto a división política, colindan en la frontera México-Estados Unidos seis estados mexicanos: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas; y cuatro estadounidenses: California, Arizona, Nuevo México y Texas. Si acentuamos el detalle, encontramos que las comunidades fronterizas están divididas en 23 condados del lado estadounidense y 35 municipios en el mexicano. Esta región, considerada por muchos como un tercer país donde se funden dos culturas, la estadounidense y la mexicana, ha atravesado por un proceso de transición sumamente interesante a lo largo de la historia. De mito remoto a lugar común Durante siglos, la región fronteriza entre México y Estados Unidos se consideraba como una zona remota, desierta y alejada de la mano de Dios, fuera de la órbita donde se construía la identidad y cultura de ambas naciones. Para México, fue protagonista de leyendas e historias de misioneros, exploradores y bandidos, fuentes mágicas, ciudades de oro y amazonas. Para los Estados Unidos, se trataba de un territorio salvaje, de frecuentes ataques de indios y pueblos fantasma, que nutrió el mito de lo que hoy se conoce como el “viejo oeste”. La frontera se veía como una zona colchón o limbo estratégico, que no era “ni aquí ni allá”, cuya función era resguardar y proteger la identidad cultural y soberanía territorial de cada una de ambas naciones. Esta percepción de lejanía venía aparejada por una distancia geográfica importante entre las poblaciones fronterizas y las correspondientes capitales, se tradujo también en un distanciamiento cultural y político. Es quizá por esta razón que las comunidades fronterizas crearon su propio estilo de vida y, con muchas influencias recíprocas, crecieron de forma interdependiente, sin importar demasiado de qué lado de la línea divisoria se estaba hablando. Incluso, en muchos de los casos, la frontera no era más que una marca arbitraria que dividía pueblos y ciudades por la mitad. La dependencia mutua de ambas partes era tal, que varias de las llamadas “ciudades gemelas” comparten hoy el mismo sistema de drenaje. En este ambiente de interacción cotidiana, los pobladores de las ciudades gemelas han vivido en una condición de binacionalidad, incorporando elementos de dos naciones tan intensa y radicalmente distintas como lo son México y Estados

Unidos. Esto le ha dado a la frontera un carácter singular, pues quienes cruzan la línea frecuentemente para hacer compras, comer en algún restaurante, visitar parientes o simplemente pasear, están haciendo converger dos mundos opuestos: lenguas distintas, costumbres diferentes y formas culturales contradictorias. Pese a que en el mundo hay muchas fronteras, ésta tiene la singularidad de que, en su enorme longitud, hace chocar al tercer mundo con el país más poderoso del planeta. Asimismo, es en esta región donde se pone en evidencia, como en ningún lado, la enorme brecha entre la cultura hispanoamericana con la tradición anglosajona de los Estados Unidos. Incluso hoy, son frecuentes los casos de niños que cambian de país todos los días para ir a la escuela o habitantes de alguno de los dos lados que trabajan en el otro. Sólo en el caso de Tijuana-San Diego, se estima que 35 000 personas se trasladan del lado mexicano a Estados Unidos de forma rutinaria. En general, estos “fronterizos” son personas que se manejan cómodamente en los dos códigos culturales, sin darse cuenta cambian de un idioma a otro y han llegado a crear uno nuevo, producto de la mezcla de ambas lenguas: el famoso “spanglish”. Hacia la década de los sesenta, la actividad económica de la región fronteriza mexicana comenzó a volverse más dinámica con la instalación de plantas maquiladoras o unidades de ensamblaje de partes provenientes del lado estadounidense, sacando provecho de que al sur de la frontera la mano de obra es más barata. También contribuyó con este crecimiento un régimen de exención de impuestos que aplicaba únicamente a la franja fronteriza. Las maquiladoras, al igual que el trato de “puerto libre” que tenían las poblaciones de la zona, dieron un fuerte impulso económico a esta región, donde podían circular libremente mercancías importadas cuyo transporte al resto del territorio mexicano estaba bloqueado por fuertes aranceles. En tiempos recientes, con el revuelo de la globalización, la visión tradicional de la frontera distante que prevalecía en ambos países se ha trastornado radicalmente. En 1994, México firmó con Estados Unidos y Canadá el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), creando con ello uno de los bloques comerciales de mayor magnitud en el mundo. La firma del tratado incrementó de forma aguda el tránsito transfronterizo, pues gran parte del comercio pasa por la frontera

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común. Esto transformó radicalmente el papel de esta región que, de considerarse una zona periférica, pasó a convertirse en la arteria más importante que articula la integración económica entre México y Estados Unidos. Hoy, la zona fronteriza se ha convertido en un verdadero microcosmos de la relación entre ambas naciones. Riqueza cultural en la intersección de dos mundos Podría decirse que, cuando menos del lado mexicano, la región se ha convertido también en un microcosmos de la realidad que prevalece en el resto de

México. En Tijuana, por ejemplo, personas de todos los rincones de ese país se han establecido en fecha reciente, atraídos por la oferta de empleo que deriva de la intensa actividad económica. Todos ellos llevan consigo las costumbres propias de su región, los idiomas que hablan y su comida tradicional. Por ello, no es extraño escuchar hablar mixteco, una lengua indígena originaria del estado sureño de Oaxaca, en la avenida Revolución, favorita entre los turistas de Estados Unidos por sus bares y tiendas de artesanías. Asimismo, llaman la atención del visitante los orígenes diversos de la comida que, al anunciarse,

Figura 1: “Los niños son más grandes que la frontera que los rodea”, se puede leer en este mural donado por niños mixtecos, al museo de los niños en San Diego, California. Fuente: Fotografía de M. Muriá.

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destacan la región de México en la que se especializan: los letreros que dicen “tamales estilo Sinaloa” o “pozole estilo Jalisco” causan sorpresa entre los residentes de otras ciudades de México, donde sencillamente se hablaría de “tamales” o “pozole”. Esta diversidad cultural, enriquecida por la cercanía con Estados Unidos, ha convertido a Tijuana en una ciudad muy dinámica en términos artísticos y culturales. Hay quien dice que el caos que genera el choque y la fusión entre culturas tan distintas hace de Tijuana terreno fértil para el trabajo de músicos, artistas

plásticos, cineastas y literatos, quienes expresan en los espacios públicos la intensidad con que se vive cotidianamente en ese punto fronterizo. La más actual de estas experiencias es el proyecto denominado “La Tercera Nación”, que tiene por objeto utilizar la dimensión binacional del espacio para exponer formas artísticas al alcance de todos. En este y otros proyectos de tipo artístico y político, la barda de lámina que separa a México de Estados Unidos se ha convertido en un espacio medular, donde se exponen obras de arte y se plasman todo tipo de formas de expresión. Ejemplo de ello es la celebración del día de muertos, de herencia prehispánica, que tiene lugar el 2 de noviembre. Se trata de una fiesta popular muy importante para los pueblos indígenas del centro y sur de México que consiste en construir altares efímeros a los “fieles difuntos”. En Tijuana, al igual que en el lado norte de la frontera, el día de muertos se hace cada vez más presente, sobre todo en el terreno político, pues las asociaciones de defensa de los derechos humanos aprovechan la ocasión para honrar a los cientos de migrantes fallecidos al intentar cruzar hacia los Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. A lo largo de la barda fronteriza se han colocado cruces con los nombres de aquellos que perdieron la vida en su viaje hacia el norte. Se trata de un cementerio colgante que cuando se acerca el día de muertos se puebla de unas flores amarillas llamadas “cempasuchitl”, que normalmente se utilizan para adornar los altares. Cada vez hay más cruces pues, como resultado del endurecimiento del control migratorio en Estados Unidos, la cifra de muertos se va incrementando de manera escalofriante: durante el año 2004 murió, en promedio, una persona al día. La normalización de la tragedia Aunque los intentos por restringir la migración de mexicanos a Estados Unidos se registra desde mucho tiempo atrás, fue a principios de la década de los noventa que el gobierno de ese país comenzó a implementar una serie de medidas legales y policíacas con el fin de dificultarla. Entre estas medidas se cuentan la operación Hold the Line, en la zona de Ciudad Juárez y El Paso, y Gatekeeper, en Tijuana y San Diego. Estas operaciones consisten en la construcción de barreras físicas a lo largo de la frontera y el fortalecimiento de agencias como la Patrulla Fronteriza, cuerpo policiaco que tiene a su

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cargo la persecución y aprehensión de individuos no autorizados en territorio estadounidense. En el paisaje fronterizo de Tijuana y San Diego, la Gatekeeper se hizo presente en 1994, con la inauguración de una barda de metal y posteriormente una de concreto, que se extiende a lo largo de 50 kilómetros. Estas construcciones cercenan el terreno, que ha sido previamente depilado de árboles y todo tipo de vegetación, dando al paisaje un tono militar. Por la noche, el área queda a merced de los reflectores y se sacude con el ruido de las persecuciones que, en ocasiones, han escalado hasta convertirse en verdaderas balaceras transfronterizas. Los migrantes arrojan piedras a los agentes y éstos responden a tiros. Irónicamente, fue también en 1994 que Estados Unidos firmó el acuerdo de libre comercio con México, abriendo paso a lo que los expertos han denominado la entrada formal en una economía sin fronteras con una frontera apertrechada. Las operaciones policíacas a lo largo de la frontera no han logrado detener el flujo de migrantes, pero sí han convertido a la zona fronteriza en una verdadera trampa mortal, donde han perecido miles de personas. De sed en el verano o hipotermia en el invierno, ahogados en los ríos o perdidos en los barrancos, siguen muriendo personas que provienen de todas partes de México y Centroamérica. Muchos desaparecen y no se vuelve a saber de ellos. En algunos casos llega a encontrarse una camisa, un zapato o incluso un esqueleto, que lleva a las ansiosas familias las dolorosas nuevas. Y es que al dificultarse el paso por las zonas que habían sido más accesibles, los migrantes han optado por rutas cada vez más peligrosas, donde se ven obligados a caminar durante varios días y muchas veces son víctimas del abuso y abandono de los “polleros” o “coyotes”, como comúnmente se conoce a los traficantes. El tiempo va pasando, la cifra de muertos creciendo y los gobiernos de México y Estados Unidos siguen debatiéndose en negociaciones interminables que se mueven al ritmo de los intereses políticos del momento. En 2001, los atentados del 11 de septiembre acabaron por dar jaque mate a los procesos de negociación que habían comenzado algunos años antes, con los que se consideró la posibilidad de celebrar un acuerdo migratorio entre los dos países. Desde entonces, la intención de acabar con este conflicto humanitario no ha pasado de declaraciones esporádicas por parte del presidente Bush, algunas iniciativas sin futuro

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en el Congreso de Estados Unidos y la creciente insensibilidad de la sociedades de ambos países, cuya atención al problema ha ido menguando. La paradójica coexistencia del puente y la barrera Mientras tanto, los habitantes de la zona fronteriza viven sus vidas en un entorno de constantes paradojas y contradicciones, donde dos mundos distintos se abrazan y chocan a la vez. La frontera entre México y Estados Unidos es al mismo tiempo puente y escudo: une con la fuerza de la vida cotidiana, la solidez de las redes familiares y el dinamismo del comercio y el diálogo cultural a dos naciones adheridas por la inevitable geografía; pero también protege al fuerte del débil, a los ricos de los pobres y ayuda a construir identidades impermeables o, por lo menos, a mantener la ilusión de que lo son. A finales de la década de los noventa, un grupo de niños mixtecos de Tijuana donó al museo de los niños de San Diego un mural cuya fotografía se anexa. Estos niños encontraron la forma de expresar el significado que tiene para ellos algo que muchos adultos no hemos logrado entender aún. En la obra la frontera los rodea, como si fuese una jaula, un corral o una cárcel. Sin embargo, en él se decía que los niños son más grandes que la frontera que los encierra. Siempre me pregunto si es así. Bibliografía Andreas, P. (2000). Border Games: Policing the U.S.-Mexico Divide [Juegos en la frontera: Politizando la frontera EE. UU.-México]. Nueva York: Cornell University Press. Ganster, P. & Sweedler, A. (1988). The United StatesMexican Border Region [La región fronteriza EE. UU.México]. Claremont, California, EE. UU.: Keck Center for International Strategic Studies. Martínez, O. (1994). Border People: Life and Society in the U.S.-Mexico Borderlands [Fronterizos: Vida y sociedad en la frontera EE. UU.-México]. Tucson, Arizona, EE. UU.: University of Arizona Press. Santibáñez, J. (2004, mayo). Muerte en el desierto. Nexos, 317, 46-49. Valenzuela, M. (2000). Entre la magia y la historia: Tradiciones, mitos y leyendas de la frontera. Tijuana, B. C., México: Colegio de la Frontera Norte.

Magali Muriá Tuñón Instituto de Investigaciones Históricas, UABC, Tijuana.


Yubai

Mis abuelos Mis abuelos

de José Javier Villarreal:

Ejercicio de lectura Ejercicio de lectura

Sergio Rommel Alfonso Guzmán

Mis abuelos a mis padres De madrugada platico con los muertos de mi familia, con mi abuelo pulcramente vestido en su despacho viendo su ventana que nunca estuvo frente al mar; platico con la abuela, con sus tardes y lecturas, sus castillos encantados y sus príncipes hermosos; platico con ella frente a una iglesia que todavía existe. De madrugada Tecate es una casa inmensa, un laberinto, un parque público, los ojos de un niño, mordido por el miedo, que no me reconocen. De madrugada Tecate es un reptil oscuro que me sale al paso, Un ángel con la mirada dura, una mujer vencida: el viento. Platico con mi abuelo y su dureza alcanza los márgenes del llanto, Me alcanza en el juego de pelota cuando ni siquiera llego a la primera base, cuando me quedo callado conteniendo las lágrimas, escuchándolo, odiándolo; pero está ahí la abuela con su ternura bordada al vestido, son sus sueños de muchacha quebrados contra el muro, con su beso apasionado que me da por las tardes cuando el abuelo duerme. Tecate vuelve a ser entonces un solar que se mira por la ventana, la historia de aquel adolescente que se fue y jamás volvió. Tecate vuelve a ser un borracho que se queda dormido en la avenida Juárez. De madrugada platico con mis abuelos, o mejor dicho, ellos platican entre sí. José Javier Villarreal

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En el presente ejercicio de lectura del poema Mis abuelos (MA) (Villarreal, 1991, p. 69), del ensayista y poeta tecatense José Javier Villarreal1 (JJV) partimos del supuesto que, sin soslayar el factor individual en la producción de obras literarias y de arte; detrás de los procesos de creatividad artística individual subyace un tejido social que se extiende y textualiza en la obra. Siguiendo a Arnold Hauser en Historia social de la literatura y el arte, cuando analiza —por ejemplo— el tránsito del arte del paleolítico al neolítico, creemos que no sólo los contenidos (fondo) sino también los estilos artísticos (forma) son resultado de transformaciones económicas y sociales de las comunidades en donde se originan. En este sentido, “la conexión existente entre los moldes sociales y las formas artísticas” (Hauser, 1998, p. 36), nos permite leer la obra de arte como otro texto en donde lo social se circunscribe. Así, no solo la obra literaria irrumpe en lo social y lo transforma (pensemos, por ejemplo, en el efecto de la novela La cabaña del tío Tom en los movimientos abolicionistas de la esclavitud en Estados Unidos de Norteamérica) sino a la vez “la sociedad se adentra en la literatura” (Pérez, 1989, p. 496); lo social se construye y configura sintácticamente en los textos, de tal forma, que en estos subyacen elementos de ideología e identidad que es posible leer.2 Régine Robin (1994, p. 263) acuño el término “socialidad del texto”; es decir, “lo social que se desplega en el texto” para referirse a la inserción y reconstrucción de lo social en obras literarias. Robin y otros autores inscritos en la corriente de la sociocrítica literaria se oponen al formalismo de críticos como Jakobson, Propp, Greimas y Todorov y apuestan por devolver a los textos su densidad social; reconociendo el carácter social e ideológico de toda propuesta artística; enfrentándonos de lleno a la cuestión de “el estatuto de lo social en el texto y no el estatuto social del texto” y de “el estatuto de la historicidad en el texto y no el estatuto histórico del texto” (Robin, 1994, p. 269). El discurso social se textualiza en la obra literaria a través de estrategias de carácter informativo, indicial y valorativo. En un primer momento, el texto literario nos remite a nombres, títulos y números que poseen un referente extra-textual específico. Así en MA el toponimio “Tecate” y el nombre propio “avenida Juárez” fungen como “radares” que atraen las “ondas” del rumor social a fin que éste inicie el proceso de textualizarse en una obra literaria particular. El primer sustantivo traza las coordenadas geopolíticas en las cuales el autor-protagonista ubica su discurso; el segundo, estratifica social y urbanamente dicho posicionamiento ya que la avenida aludida es la principal de la ciudad y el centro económico de la misma. A partir de allí, en un segundo nivel de textualización, el indicio nos “remite al universo de los discursos, a lo real ya semiotizado, al campo de las ideologías y los complejos discursos” (Robin, 1994, 281), efecutuándose el tránsito de lo discursivo-social a lo textual-individual. En el primer verso del poema (“De madrugada platico con los muertos de mi familia”) tres sustantivos se relacionan para llevarnos del macrocosmos de la naturaleza (“Madrugada”) al microcosmos social (“Familia”); fungiendo como nexo 1 2

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José Javier nació en Tijuana, B.C. sin embargo residió desde su nacimiento en Tecate, B. C. c.f. Hans-Georg Gadamer (1999, p. 43), sostiene: El artista tiene la pretensión de hacer de la nueva concepción del arte, a partir de la cual crea, a la vez una nueva solidaridad, una nueva forma de comunicación de todos con todos. Y con ello, no me refiero sólo al hecho de que las grandes creaciones artísticas desciendan de mil maneras al mundo práctico y a la decoración de nuestro entorno, o, digamos mejor: no que descienden, sino que se difunden y se extienden, propiciando así una cierta unidad de estilo en nuestro mundo humanamente elaborado.

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vinculante entre el primero y el tercero el sustantivo “Muertos”. El único verbo (“platico”) en el verso se repetirá cinco ocasiones adicionales a lo largo de los veinte versos del poema. Así, desde el principio, MA alude a la práctica social de la conversación; misma que se lleva a cabo entre nietoabuelo, nieto-abuela y abuelo-abuela con la ausencia total de los elementos “padre” y “madre”. Dos elementos del verso segundo trazan una tercer coordenada: el estrato económico-social del autor-protagonista. La pulcritud de la vestimenta del abuelo así como la alusión a su “despacho” definen un estatus alto. Mientras “Tecate” ubicó geopolíticamente el elemento social que habrá de textualizarse en MA y “avenida Juárez” definió un escenario urbano y no rural; el “despacho” del abuelo confiere el dato de la estratificación económicosocial alta del autor-protagonista. Un dato extratextual nos permite ubicar la historicidad en MA en la década de los sesenta del siglo XX, ya que autor-protagonista es un niño y JJV nació en 1958. Es importante señalar que nos referimos a la historicidad en y no de MA. Es decir, la historicidad de la social que se configura en el texto y no la fecha de escritura del poema. La práctica social general de la conversación es particularizada en el cuarto verso con la inserción del personaje “Abuela”. El verso inicia con el verbo platicar conjugado en la primera persona del singular; segunda referencia en apenas 27 palabras transcurridas del texto lo que nos sugiere la preeminencia que dicha práctica tiene en el texto. Aquí habría que preguntarnos qué nos dice MA acerca de las relaciones abuelos-nietos en una comunidad fronteriza del norte de México en familias de clase social acomodada en la década de los sesenta del siglo XX, y cómo esa ideología se textualiza en la obra literaria. Con una hipótesis a todas luces provisional, es posible señalar que para los tecatenses de clase media alta y alta de la década de los sesenta del siglo XX los adultos mayores constituían un capital activo a quienes era confiada la tarea de la reproducción y transmisión de valores sociales a las nuevas generaciones. Dicha transmisión estaba perfectamente diferenciada según el género del agente transmisor: así, mientras los valores del trabajo y la eficiencia (el abuelo “pulcramente vestido en su despacho”) competían a los abuelos varones; los valores religiosos (la abuela “frente a una iglesia que todavía existe” del verso seis) y de la recreación y el esparcimiento cultural (“la abuela con sus tardes y lecturas” del verso cuatro) eran responsabilidad de las mujeres mayores. Estos seis primeros versos de MA ejemplifican los modos cómo lo social se textualiza en la obra literaria y cómo ésta es reveladora —por tanto— de idiosincrasias comunitarias e identidades sociales.

Las imágenes que ilustran este artículo corresponden al estudio fotográfico realizado a Indra Devi, por Rocío Alejandra Villanueva, pertenecientes al archivo fotográfico de Revista Universitaria de la UABC.

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Si de los versos uno al seis se explicita la distribución por género de las acciones de reproducción de los valores sociales, a partir del verso once y hasta el dieciséis se describen las formas o estilos en que dicha transmisión se realiza. Los versos 11 al 13 enuncian las características de la reproducción social a través de un agente masculino mientras que los versos 14 al 16 se avocan a las especificaciones de la reproducción social por medio de un agente femenino. Los verbos de los versos 11-13 aluden a la insuficiencia que el autor-protagonista experimenta ante el modelo masculino, a la incapacidad de cumplir con los índices de desempeño exigido (“cuando ni siquiera llego a la primera base”). El adjetivo que alude al agente reproductor es “dureza”; el que describe la actitud del receptor es “callado”. Frente a la reproducción de los valores “masculinos” del trabajo, la responsabilidad y el alto rendimiento poco o nada queda por decir. El receptor es un ente pasivo que calla y escucha, que sólo interna y tímidamente se rebela (el “odiándolo” del verso 13) a dichos valores que terminará por asimilar. El contraste entre los modelos “masculino” y “femenino” de reproducción social se evidencia en la conjunción adversativa “pero” que inicia el verso 14, mientras que en versos 11-13 abuelo se vincula a “llanto” y “lágrimas”; en versos 14-16 abuela se relaciona a “sueños” y “beso”. Particular atención merece el verso 16 (“con su beso apasionado que me da por las tardes cuando el abuelo duerme”).3 La tensión entre los dos sistemas de valores transmitidos aumenta a tal grado, que la transmisión de los valores confiados a los agentes femeninos se realizará de forma subrepticia, a “espaldas” de los agentes masculinos. Una vez aceptado el supuesto que “la literatura es una ideología” (Eagletón, 1998, p. 35) hemos de enfrentarnos al problema del cómo diversas instancias de lo ideológico se entrecruzan y configuran en el texto literario. Dicha cuestión se problematiza aún más cuando el propio autor se asume como personaje y protagonista de su texto y conceptua tanto el mundo como la vida propia, como texto.4 Por lo menos la primera parte del enunciado pasado es aplicable en el caso de JJV y MA. En el proyecto escritural de un autor confluyen, por un lado, el proyecto ideológico explícito del autor, la visión del mundo que se propone configurar en su obra. Por otro, el marco ideológico a partir del cual inicia su trabajo, es decir, el sistema de creencias y valores hegemónicos en su sociedad y el cual enfrentará o confirmará en su producto textual. En tercera instancia la ideología de referencia del autor y; finalmente, la ideología que emerge del texto final. La narratividad de MA apela a un tono confesional y cuasi-biográfico, donde el propio autor se inserta en el texto como personaje. Si analizamos el cotexto5 de MA encontramos que forma parte de 13 poemas que con el título de “Poemas bajacalifornianos” JJV colocó como primera sección del poemario Mar del norte, e incluido posteriormente en el volumen compilatorio La procesión. Dichos textos, 3

José Manuel Valenzuela en el libro inédito Retazos tecatenses postula una interpretación psicoanalítica del verso que alude a la noción freudiana del complejo de Edipo. 4 Esto ocurre de modo emblemático con F. Nietzsche. Nietzsche entiende el mundo en general como si se tratase de una suerte de obra de arte; en concreto, lo concibe como si se tratase de un texto literario. Y muchas de sus conclusiones sobre el mundo y cuanto lo compone, incluidas sus nociones sobre los seres humanos, parten de extrapolar ideas y principios aplicables casi intuitivamente a la escena literaria, a la creación e interpretación de textos y personajes literarios (Nehamas, 2002, p. 19). 5 “El cotexto es lo que acompaña al texto, el conjunto de los otros textos, de los otros discursos que resuenan en él” (Robin, 1994, p. 269).

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según declaraciones explícitas del autor, constituyen una recreación literaria de su Tecate. Si bien, de acuerdo con M. M. Bajtín (1999, pp. 14-15) “uno mismo es la persona menos indicada para percibir en sí la totalidad individual” y “el artista nada tiene que decir acerca de su proceso creativo: [ya que] todo él está en el proceso creado, y lo único que le queda es señalarnos su obra” nos referiremos a una extensa conversación sostenida con el autor en 1997, en una de sus visitas a Tecate una vez que instaló su lugar de residencia de forma definitiva en Monterrey, Nuevo León.6 En la entrevista JJV alude a su antecedente familiar: “mi abuelo materno, quien sale del D. F. por asuntos que todavía son un misterio. Quiso ser escritor”. De esta forma, las lecturas de “castillos encantados y príncipes hermosos” del verso 5 de MA adquiere un referente extra-textual. El propio autor reconoce la importancia que su comunidad de origen desempeñó en la conformación de su proyecto escritural: “A Tecate no lo compartimos en la nostalgia —como tú dices—, me doy cuenta de que si bien no vivo aquí, no me he ido. Es decir, yo me muevo, me siento muy bien en Tecate. En mi literatura siempre está”.7 Un elemento importante en MA y todo el libro Mar del norte es la contrastación entre el Tecate de infancia y el Monterrey de adultez. Señala JJV: Los poemas sobre Tecate y sus alrededores fueron como un bombardeo, empezaron a salir, y cuando escribí La procesión, pensé que había acabado, es decir, que pagaba mi cuota, ya no tenía nada que ver con estas añoranzas bajacalifornianas, pero me di cuenta de que no. Scott Bennet, quien tradujo Mar del norte, me dijo que este libro no se habría escrito si no hubiera un enfrentamiento entre Monterrey y Baja California. Creo que tiene mucha razón; en todo lo que he escrito, no nada más en Mar del norte, sino en La procesión, Portuaria, hay una mezcla de Baja California, Tecate, San Diego, La Mesa Spring, Ensenada, de todo. Ahora me doy cuenta que no me fui porque no he salido de aquí. 6 7

Las declaraciones de JJV provienen de Sergio Rommel Alfonso Guzmán (1998). Si bien, este no es el espacio para extendernos al respecto insistiremos que la mirada de JJV a Tecate se efectúa desde la nostalgia. De hecho, en MA a partir del verso 17 se confirma esta tesis: una vez que —a través de la remembranza— el personaje-autor platica con sus abuelos, sólo entonces “Tecate vuelve a ser”. Entre lo “Tecate vuelve a ser” está “la historia de aquel adolescente que se fue y jamás volvió” del verso 18.

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El enfrentamiento entre Monterrey (ciudad a la que JJV se traslada a los 17 años a estudiar)8 y Tecate se textualiza en MA. La comunidad que se recupera a través del ejercicio de reconstrucción memorística es provinciana (“un solar que se mira por la ventana” del verso 17) y con un repertorio limitado de oportunidades. Las imágenes que el poeta utiliza para representarla connotan lo mencionado: “un reptil oscuro” (v. 9), “un ángel con la mirada dura, una mujer vencida: el viento” (v. 10).9 Por el contrario, Monterry, espacio desde donde se escribe, es una urbe dinámica y propicia en oportunidades de desarrollo profesional. La reconstrucción del Tecate de infancia por JJV se extiende a otros textos no solamente de Mar del norte sino –por ejemplo- del volumen antológico Noche de fundaciones (Villarreal, 1996). “Brujas”, uno de los textos más importantes de JJV, es producto de un ficcionar desde Monterrey acerca de lugares de su natal Tecate. Señala el autor: “Empiezo a ficcionar, a jugar con sitios europeos que no conozco y que en realidad son lugares de Baja California… Brujas, por ejemplo, es un poema sobre un paraje que a mí siempre me ha gustado mucho, que está enfrente del rancho La Puerta, en la carretera hacia Tijuana”.10 Seguramente, la propuesta de extraer de un poema indicios de identidad comunitaria implica riesgos metodológicos y epistemológicos que requieren aproximaciones de mayor rigor que la aquí sencillamente avizorada. Sin embargo, creemos que en la bifurcación de los senderos que conducen a la búsqueda de la identidad de los tecatenses, la sociocrítica literaria depara felices hallazgos a futuros transeuntes. Bibliografía Alfonso Guzmán, S. R. (1998, julio-septiembre). El interminable viaje Tecate-MonterreyItaca: Una conversación con José Javier Villarreal. Yubai, 23,19-27. Hauser, A. (1998). Historia social de la literatura y el arte. (Vol. I). Madrid: Debate. Bajtín, M. M. (1999). Estética de la creación verbal (10a. ed.). México: Siglo XXI. Eagletón, T. (1998). Una introducción a la teoría literaria. México: FCE. Gadamer, H. G. (1999). La actualidad de lo bello (A. Gómez Ramos, trad.). Barcelona: Paidós. Nehamas, A. (2002). Nietzche. La vida como literatura (R. García, trad.). Madrid: TurnerFondo de Cultura Económica. (Trabajo original publicado en 1985). Pérez Gallego, C. (1989). Literatura y sociología. En J. M. Diéz Borque (Coord.). Métodos de estudio de la obra literaria. Madrid: Taurus. Robin, R. (1994). Para una sociopoética del imaginario social. En F. Perous (Comp.). Historia y literatura. México: Instituto Mora. Valenzuela, J. M., (s. f.). Retazos tecatenses (libro inédito). Villarreal, J. J. (1991). La procesión. México: Joaquín Mortíz. — (1996). Noche de fundaciones. México: Conaculta. 8

En Monterrey publicará su primera plaquette de poesía: El valle / De cómo llegó la noche a comerse un sanwich. Universidad Autónoma de Nuevo León, 1982. 9 No resistimos la tentación de suponer en la visión de JJV de un pueblo áspero y agrestre en oportunidades una alusión al cuento “Luvina” de Juan Rulfo; donde el pueblo es —al igual que en MA— no sólo escenario sino personaje. 10 La imagen de pueblo semiabandonado se evidencia en los siguientes versos del poema: “Es domingo, y ni siquiera las gaviotas se ven por las calles, / ni una sola muchacha de trenzas amarillas me espera frente a su ventana, / nadie ha levantado el periódico que, en el porche, el viento comienza a deshojar.” (Villarreal, 1991).

Sergio Rommel Alfonso Guzmán Escuela de Artes, UABC, Tijuana.

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Desconcierto enelel Desconcierto en lenguaje de lenguaje delalacalle calle Felipe Moncada Desconcierto en el lenguaje de la calle Si el sueño de la razón produce monstruos el de la sinrazón produce ángeles en serie: Murciélagos de luz incubados según la lógica de Ford Chucherías de persa Querubines despojados de nube y encanto Novedades del comercio callejero que sus representantes (peces abisales vigilando la turba) esconden a la fuerza de la fuerza pública. Películas porno/Música porno/Literatura porno Biblias en braile Transfusiones de tinta de pulpo De una u otra manera salvoconductos para cruzar los meses de invierno: un laberinto de carros de sopaipillas* para cruzar nuestro valle de lágrimas en miniatura. En un río llamado Claro Los amantes miran abrazados las ondas del río. Juegan a tirarse en la corriente y desaparecer en los reflejos; a entrar para siempre en el país de los peces. Se besan bajo los eucaliptos donde duermen aguiluchos y sueñan con entrar para siempre en la corteza.

* Las sopaipillas son una especie de empanada que se venden en las calles de Santiago.

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Definiciones de corazón El corazón es un bosque al que entra un niño en busca del conejo lunar; un laberinto de rosales donde yacen pequeños pájaros en las espinas. Pero satisfecho de lluvia: el corazón es una casa invadida por la ortiga donde acuna su melodía de olivo viejo. Oferta y demanda Frente a la posta central funerarias y tiendas de ortopedia. Frente a los tribunales mujeres con fotografías de familiares. Frente a la municipalidad columnas de cesantes bajo el sol.** El misterio de la poesía Escribir no constituye ningún misterio: afeitarse sin pensar en la muerte partir un pedazo de pan lograr que el trabajo sea un canto eso sí que constituye un misterio. Condenado El hombre que no mira crepúsculos por cuatro años consecutivos está condenado sin remedio a que: sus manos, su calva, sus párpados sus ojeras de condenado, su iris su cabellera desteñida, sus labios se conviertan en ceniza en ceniza y sal en ceniza, sal, cemento y piedras y que su alma un elefante de cemento concreto aúlle ante las nubes de la memoria.

** La posta central es el hospital central; a los desempleados se les llama cesantes.

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Felipe Moncada (1973) Escritor chileno.


Arráez Arráez Santiago Montobbio Arráez Como tendría la soberbia fácil, jamás me la permito. Pues capitán verdadero desde pequeño fui, de otro modo más justo tenté yo gobernar la vida, y es por ello que no dejé a esa norma olvido. Y para empezar tan ingrata tarea por mí mismo me disfracé harapiento y abjuré de las medallas haciendo que el silencio les dijera adiós levantándoles las cejas. Fracasos por todo ello me brindó el tiempo y difícil de soportar resulta su soledad injusta. Pero tozudo como en dañarme he sido cada día pido perdón por crímenes que merecen gran castigo. Nadie sabe quién los ha cometido.

Boceto del artista adoloscente y jubilado Como he tenido éxito , estoy completamente abatido. Por primera vez nadie se queja de que me levante a la hora de las comidas, en casa hasta se interesan por si escribo y podrías dedicarte al teatro, la gente que ha hecho dinero, uy, con lo de las giras: bien se ve que mi familia vive anclada en tiempos antiguos, pero como he hecho siempre con todo el mundo yo les digo que sí a cualquier cosa, hago ver que les atiendo

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muy en serio y a veces hasta les sonrío. Pero no pienso escribir más tiros.

Gris Cenizo como de profesión he sido he de decir no obstante que conocí la vida, que recuerdo miradas con vocación de lagos y también el modo en que volvías crecida para mi amor la dicha, aquella campana oscura que no teníamos y la extraña risa de la vida en vida. Después la derrota no nos deja ni cornisas y así resulta que el ser (que sólo es ser con otro) para siempre es sido. Pero aunque muy común se hace en él la cobardía del olvido todavía alguna tarde madrugadas tengo si en tu nombre abrazo lejanías.

Parábola del distraído de todo menos de lo más hondo de sí mismo Tengo mucha imaginación, pero en general no la uso. De mi propio infierno no huyo. Para qué va a contar uno historias que no tengan que ver con uno: en todo dolor hay algo mío.

En el cumpleaños de una amiga Pero en este día no puede ser justo que hablemos de ceniza; y que una frase es una frase es algo casi tan sabido como que el primer verso de un poema puede volverse un hilo

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del que vayamos estirando hasta que nos canse la mano la madeja. Pero no quiero palabras hoy, menos aún volverlas ríos y tampoco pienso en proseguir la frase que después de tanto tiempo me ha sacudido la pluma y la pereza: a solas le he de dejar yo en su precipicio. pues en este día no puede ser justo que hablemos de ceniza, el mundo es muy extraño y si venturosamente vivires aún hay como el misterio nada más podemos hacer que celebrarlo. Porque nadie he haber que no recuerdo que es sólo la amistad quien hace todas las noches navegables.

Tiempo No es el tedio, no es la falta de amor (amor a ti y a mí, eso que no nos tengo) lo que me oprime y como polvo me cepillo; no es el gris tacto con que se van los días sobre mi ciudad oscura ni el modo en que puedo llegar a sentir que le engancho y como si fuera una propina algo de mi alma cuando me despido cada noche del portero: es que noto y siento que quizá de la felicidad sí supe, que incluso hasta es posible que de verdad te quise pero que ahora no me quedan sino tiempos donde vivir ajeno, como el dolor lo dicta.

Segunda clave Aunque destruyéndome es siempre como he vivido y adiós, adiós, adiós, lo único que he dicho también sé que todo vivir es un despido y así no quiero en mis incendios guardar trucos: que maestro como he sido en hacer difícil lo vivo, siendo un fracaso que tuviera algo de dulce todo lo que he pedido no quiero ya quedar en nada sino en la nada de mí mismo.

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Tractatus Cuando resulta excesiva la carga de otoño que puede soportar un día trenzo el desesperado modo en que te quise y recuerdo cómo después la vida hace que toda historia pertenezca a la bondadosa región de las mentiras pero también comprendo que aparte de algunos gestos el verdadero amor está condenado a no ser entendido y por eso para amar de verdad hay que hacerlo en el a pesar, en el incluso.

Extremidades del estío (Por la tarde gris II) Todo los libros se me caen invariablemente de los dedos, y si por casualidad hojeo a alguno de los grandes maestros me sorprendo de cómo me roban mi talento: cierto o no cierto es la sensación que tenemos quienes por dentro lo hemos escrito todo desde pequeños. Es quizá por eso que sólo consigo escribir notas sueltas, que se me va la vida con ellas. Si alguien dice que soy un poeta muy viajado por mi alma: a quien esto le haga gracia que, como todo lo que he dicho, lo digo absolutamente en serio. A mí mismo que estas notas debería juntarlas, no fuera que alguien como novela de humor las publicara.

Santiago Montobbio (1966) Escritor español radicado en Barcelona.

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El Elseptentrión, p , origen gdel septentrión, origen del microrrelato microrrelato mexicano mexicano Javier Perucho

El lindero norte de la república ha sido un reservorio de hombres, avances civilizatorios, procesos sociales o innovaciones literarias, entre otros muchos fenómenos socioculturales que han impactado en el acervo cultural de la nación. A mí me corresponde hablar sobre los adelantos narrativos que han tenido lugar en dicha región, particularmente el caso del microrrelato, esa novedosa arquitectura narrativa que se configura como el Benjamín de los géneros literarios, que nació, como trataré de demostrar a partir de esta inicial hipótesis de trabajo, en los estados septentrionales de nuestro país hace ya un siglo. Las figuras en que me baso para afirmar mi dicho, son el sinaloense Genaro Estrada, las figuras capitales de Alfonso Reyes, Julio Torri y Edmundo Valadés, además —por una licencia geográfica— de los escritores nacidos en el occidente de México: Juan José Arreola, Felipe Garrido y Martha Cerda, y concluyo con la pluma emergente de Luis Humberto Crosthwaite. Pero antes de sustentar dicha afirmación, veamos primero los antecedentes del género. Panorámica de la microficción El interregno literario que va del virreinato a la vida independiente nacional, da consistencia a una precisión que proporciona un campo ya desbrozado y abonado a los estudios literarios del presente siglo. Las formas propias de la oralidad indígena (consejos, adivinanzas, fábulas, relatos orales) y mestiza (tradiciones, leyendas, dichos, refranes), aparte del caldo de cultivo que significó la herencia hispánica, amalgamaron el humus para el arraigo y florecimiento de esta institución literaria del microcuento, tanto en México como en el resto de Latinoamérica. Para el siglo decimonónico, debemos buscar como prioridad en las prosas breves de (Micrós); en los textos concentrados y epigramáticos de Carlos Díaz Dufóo Jr. y en los poemas en prosa de Mariano Silva y Aceves, literatos a caballo entre los siglos XIX y XX, compinches en las andanzas literarias de Julio Torri. Francisco Monterde (1894-1985) por pertenecer a una promoción literaria filial del siglo XIX que recreó los avatares, cuitas y nostalgia de una época perdida: la colonia, o la escuela colonialista, deben buscarse o, mejor dicho, debemos contemplarlos en una historia decimonónica de las arquitecturas narrativas cuyos formatos se valen de la brevedad para su expresión estética. Sí, en cambio, están presentes la figura tutelar de Alfonso Reyes; el padre fundador del microrrelato y el poema en prosa en México, Julio Torri; el maestro Edmundo Valadés, que sin

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sus fundamentales empresas editoriales el género aún seguiría permaneciendo sin categoría, cualidad y distinción narrativas; Juan José Arreola, por quien renació la fábula y el bestiario, dos géneros en desuso a mitad del siglo; Raúl Renán, en cuyos relatos breves el palimpsesto sobrepasa la mera estrategia literaria; Salvador Elizondo, en el que el sueño de la escritura es el soporte de la microficción; José de la Colina cuyos microcuentos se convierten en una miscelánea creativa; José Emilio Pacheco, sus historias rescatan segmentos olvidados de la historia trágica de la nación (cristeros y federales; migrantes desplazados a EE. UU. por motivos religiosos); René Avilés Fabila, donde los cuentos gota se amasan con la materia prima de la fantasía, se urden con los entretelones de la política y se sazonan con la voluntad de la imaginación; Felipe Garrido ha dado consistencia a una obra imprescindible para el entendimiento de la evolución del microrrelato; Guillermo Samperio trasplantó a la ficción breve los temas, hablas y sujetos arquetípicos de la ciudad de México. Las escritoras que importaron los temas ligados a la condición de la mujer, son Martha Cerda, quien los expresa con una escritura fallida, carente de voluntad crítica; Ethel Krauze, con mejor acierto, voluntad de estilo e imaginación literaria, da cuenta de las cuitas de la feminidad en el umbral del siglo XX, al igual que la novelista Rosa Beltrán, más cercana a la tradición anglosajona de la ficción súbita al modo de Ernest Hemingway. Y finalmente, Luis Humberto Crosthwaite, el escritor más joven en este recuento que habita en la ciudad más septentrional de la república, Tijuana, geografía que ha dado en estos últimos tiempos las novísimas voces que han refrescado el ambiente republicano de las letras. Por parte de los transterrados europeos o latinoamericanos, destacan el gran tertuliano Max Aub, a quien debemos la promoción y educación literaria de varias generaciones de literatos; el suizo argentino Sergio Golwarz, que en su peregrinar por tierras mexicanas dio a la imprenta un olvidado cuentario que lo coloca como uno de los artífices de la microficción en los años sesenta; Augusto Monterroso, a pesar de que sus microcuentos trabajosamente suman una treintena, logró imprimir al género una consistencia nunca lograda y convertir a uno de sus cuentos en el paradigma literario del cuento brevísimo; Otto-Raúl González, aunque gira en la órbita de su compatriota, plantea en sus fabulaciones palimpsésticas novedosos acercamientos a los mitos literarios; Alejandro Jodorowsky, el escritor fundador del teatro pánico, también incursionó en el género atrayendo los desgarramientos sociales que el cono sur padeció en décadas pasadas e importó el tema del tirano al ámbito de la microficción. Linderos del norte ¿Qué es el Visionario de la Nueva España? Aparte de una recreación del tiempo ido de la colonia, es la invención de un microcosmos atado a la idiosincrasia criollista. Genaro Estrada (Sinaloa, 1887-1937) dio a la imprenta esas “letras minúsculas” en 1921, como llamó él mismo a sus prosas breves. Michoacán (Mariano Silva y Aceves), Coahuila (Julio Torri) y Sinaloa (Genaro Estrada) fueron los hombres y las tierras fértiles de donde surgió la literatura colonial. Esas fantasías mexicanas, qué son genéricamente, ¿estampas?, ¿viñetas?, ¿o un antecedente de lo que hoy llamamos microrrelato? Reúnen todo para considerarlas como tales: son breves, se ajustan a la brevedad natural del género, también son concisas, por ello han sufrido un proceso de condensación narrativa; la elipsis es otro de sus atributos literarios y, sobre todo, encierran una epifanía, donde hay una revelación súbita en cada fantasía.

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Las obras que ilustran este artículo pertenecen a Pablo Castañeda, tomadas de la serie Bang-Kali, 2004, técnicas varias, originales de 42 x 42 cms.

Por su parte, Alfonso Reyes (Monterrey, 1889-1959) nos sentó definitivamente en el banquete de la cultura; en su mesa nos enseñó la diferencia entre lo crudo y lo cocido, la miel y la sal, el vino y el agua. Las maneras de mesa. Junto con Jorge Luis Borges, el regiomontano acuñó las primeras ficciones breves donde el sueño y la vigilia, la metaficción y el palimpsesto, la economía verbal y el adjetivo sopesado, convivieron por primera vez en la narrativa microficcional; sin embargo, por su alto prestigio y proyección internacional o de plano puro malinchismo, Borges se constituyó en el paradigma prosístico del cuento cortísimo desplazando, a veces eclipsando, en otras iluminando, a la ficción alfonsina. Empero, ubico otras dos causas por las cuales desconocemos o nos resulta poco familiar la obra del regiomontano en su faceta de relator de microcosmos: el inmenso sarcófago que suman veintitantos volúmenes —y los que restan— en que se ha enclaustrado su obra completa, nada fácil de manejar, complicada en su orden, sin facilidades editoriales de lectura, pues carece de una cartografía para su navegación (índices general, onomásticos o de obras, entre otros referencias). Por último, en la academia no hemos sabido transmitir el inmenso saber cultista que acumuló en sus papeles, tampoco hemos logrado facilitar y acercar su lectura a nuestros estudiantes de bachillerato o licenciatura. Muy pocos de ellos podrán responder —en caso de interpelación— a la pregunta, ¿conocen Ifigenia cruel, La afición de Grecia o Ficciones? Siendo Reyes un fundador de instituciones, además de un polígrafo versátil, el establecimiento y la aclimatación del microrrelato en México no le fue ajeno. A él debemos también el impulso definitivo que recibió Julio Torri para proseguir y concluir una empresa literaria que, aunque escasa, es canónicamente una de las más perdurables de la república literaria. Aunque don Alfonso publicó muy dispersamente sus cuentos cortísimos en cuanta revista literaria le cedió sus páginas, no fue sino hasta Ficciones donde recogió de manera plena sus cuentos, en apariencia de menor envergadura, que

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hoy podemos leer con asombro, placer y deleite por los microcosmos que en ellos fueron recreados. También fue autor de un disperso bestiario, que José Luis Martínez se encargó de recopilar y Juan Soriano de ilustrar en Animalia (1990), cuya fauna doméstica, ordinaria o autóctona —el colibrí, la sirena, el manatí— se encuentra muy distante de la zoología fantástica que pastorea en el universo borgiano. En una buena parte de dichos cuentos prevalece —afirmación sin ningún afán de enmienda o insensata corrección estilística— ese hábito muy suyo proclive a la reflexión, la crítica o el análisis más propio de su obra ensayística. Aun así, “La elefanta”, “El basurero” o cualquier otra historia cortísima suya, se lee con el más profundo agrado, por la revelación que contiene la clausura de la historia, por la súbita epifanía que nos conforta, tal como confortó el narrador oral en la primitiva noche, apenas iluminado y abrigado por la llama de la hoguera, en medio de la inhóspita llanura. Ahora bien, del reyismo literario pasemos a la cepa del torrismo. Se ha afirmado que el microrrelato es un género inédito y novedoso, pero sólo en apariencia lo es, porque se trata de una institución literaria con al menos un siglo de antigüedad en nuestras letras. Por el establecimiento de la historia literaria se puede establecer que el primer cuento brevísimo mexicano, fue publicado por Julio Torri, bajo el nombre bautismal de “Werther”, en las páginas de una publicación llamada La Revista, que se editó en Saltillo; microcuento de cuyo excipit extraigo la siguiente frase: “Yo no pude contenerme, lancé un grito y desperté; me había quedado dormido sobre el Werther.” Alteraciones de la vigilia en el sueño, palimpsesto y metaficción, valores predominantes del microrrelato contemporáneo, que se convierten en innegables aportaciones del coahuilense. Por ésos y otros valores lo considero el padre fundador del microrrelato contemporáneo. El paso del tiempo prueba mi dicho: acaba de cumplirse el primer centenario de la publicación de su minicuento “Werther”, piedra de fundación del microrrelato mexicano que, como ya se dijo, fue publicado en La Revista el 1 de febrero de 1905. Don Julio nació al mundo en Coahuila (1889), y murió en la ciudad de México en 1970. Él y Genaro Estrada fueron dos de los pilares del Ateneo de la Juventud; fueron dos de los escritores que junto con Alfonso Reyes abrieron el surco para el cultivo y florecimiento de un género legitimado por su práctica durante el siglo pasado en América Latina y España. La primera edición de Ensayos y poemas data de 1917 (Librería y Casa Editorial de Porrúa Hermanos), hoy, escritores y analistas literarios la hemos convertido en la Biblia de la microficción, pues en ese esbelto volumen se contienen los temas campo por los cuales los narradores del siglo pasado transitaron, verbigracia: el escritor derrengado o imposibilitado de escritura (presente en Arreola, Monterroso, Renán et al.), la sirena —a partir de “Circe”, el cuento circadeano está presente en todos los literatos incursionados en el microrrelato, desde Raúl Renán hasta Marcial Fernández—; el conflicto entre civilización hispana y anglosajona vislumbrado en “De una benéfica institución”, preludio al cuento monterrosiano “Mr. Taylor” y al doctorando de Minnesota que Arreola boceta irónicamente en “De balística”. Los temas que arropa dicho libro inaugural están anclados a su época —decenio de 1910-1920—, durante la cual la revolución mexicana estaba en su más alto fulgor. Fenómeno social que no se encuentra registrado en Ensayos y poemas, al contrario, la conquista de la Luna, el deseo de pérdida, la sinceridad, la vida de ultratumba, la patria mendicante, el escritor sin genio, el pretendiente timorato y la idiosincrasia del criollismo, lo alejan de su reconocimiento. Tal vez sólo “Noche

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mexicana”, narración que tiene como proscenio la sublevación de La Ciudadela, en la que falleció el padre de Alfonso Reyes, y la parodia que se gasta en “De fusilamientos” —que por cierto, es el único texto datado (1915) en su obra, como si el autor quisiese atraer la atención hacia el contexto histórico nacional— sean las escasas referencias al fervor revolucionario. Sin embargo, también fue un adelantado de los mundos descubiertos por la ciencia ficción (“La conquista de la Luna”), la reconstrucción de la mentalidad, vida cotidiana del virreinato y la idiosincrasia del criollismo que ofreció la literatura colonial en la recreación de sus minificciones identitarias “Fantasías mexicanas” y “Vieja estampa”. Los precursores del microrrelato latinoamericano fueron Julio Torri con Ensayos y Poemas (1917), el colombiano Luis Vidales, por Suenan timbres (1926) y José Antonio Ramos Sucre, de Venezuela, por El cielo de esmalte (1929). Edmundo Valadés (Sonora, 1915-1994) en el medio siglo mexicano, se convirtió en el promotor, divulgador y animador del “cuento brevísimo”, así llamado por él en las páginas de El Cuento. Revista de Imaginación —revivida en 1964, pero su primera época se remonta a junio de 1939—. El primer concurso que premiaba el relato cortísimo fue celebrado en su número 3, de julio de 1964. También el maestro Valadés recogió su experiencia como editor y fabulador de minificciones en su olvidada pero luminosa e ilustrativa “Ronda por el cuento brevísimo”, en la que compartió con las generaciones inmediatas, próximas y futuras su sabiduría literaria, donde definió la naturaleza del género, así como sus diferencias con otras modalidades expresivas, y preliminarmente estableció una taxonomía y una deontología del cuento jíbaro. Nunca estará de más recordar que sus microficciones dispersas en los diarios, suplementos, revistas y demás publicaciones que dirigió o en las que participó, aún no han sido recopiladas en volumen, las que calculo —por las que tengo noticia y registro— en más de un centenar. Sonora, por ser uno de sus hijos ilustres y nosotros (analistas de lo literario) estaremos en deuda con él hasta no recoger en un volumen todas y cada una de sus ficciones mínimas. Al inicio del ensayo anuncié una licencia geográfica a mi establecimiento de los linderos del norte mexicano, pues ni Juan José Arreola (Jalisco, 1918-ciudad de México, 2001), ni Felipe Garrido (nacido en Jalisco en 1942), ni menos aun

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Martha Cerda (Jalisco, 1945), nacieron en los confines de la patria, muy al contrario, nacieron al mundo en el mero occidente del país. Pero sin ellos este recuento quedaría muy incompleto. Sobre todo si no se habla de Arreola, hijo legítimo de Torri, su heredero en la continuidad de los temas, amor al terruño, relatos telúricos, obcecada obediencia a la economía verbal, al laconismo y a la precisión léxica. La brevedad y concisión de las invenciones arreolistas, así como la condensación, elipsis y lograda epifanía, son sus mejores atributos narrativos, bebidos del manantial torriano. Habitualmente, se consideraba que después de Reyes y Torri se producía un vacío autoral en el terreno de la minificción, se pensaba que había un brusco salto generacional que aterrizaba hasta Augusto Monterroso, también se creía que en ese ínterin no existía continuidad de obras y autores que prolongara el cultivo del género. Mas ahora se puede afirmar que Arreola fue el puente, la correa de transmisión entre aquel soberbio grupo literario que inauguró el siglo literario y las sucesivas hornadas de escritores que contemplaron en el cuento brevísimo una expresión genuina y legítima de las artes de la narración. Arreola fue, entonces, el paso franco que dio continuidad a la tradición, desde sus empresas editoriales (que impulsaron a los entonces jóvenes talentos Pacheco, De la Colina, Avilés Fabila y muchos más, y a los consagrados, entre ellos la figura binacional de Max Aub), o desde su obra, cuyo derrotero inicia con Varia invención (1949), libro inaugural de su bibliografía, otra piedra de fundación en el arte de buen narrar; le siguieron Confabulario (1952); Bestiario (1958), obra renovadora en las letras latinoamericanas de un género cuyo cultivo más cercano se remonta al medioevo; La feria (1963) y concluye con Palindroma (1971), libros representativos que sintetizan las temáticas, modos, estructuras y topografía del legado arreoliano. Las series Cantos de mal dolor, Prosodia y Variaciones sintácticas, se desprendieron, las dos primeras, de Bestiario, y la tercera, de Palindroma. Cinco libros que despliegan un arco creativo que abarca dos décadas de escritura e invención. Los personajes que transitan de un libro a otro, son: el cuentero, el comerciante, el marido, el cornudo. Las problemáticas sociales, las paradojas morales, los conflictos humanos. Los rasgos del estilo: el prodigio en la economía de los vocablos, la conciencia de la palabra justa, el dominio del oficio, los ardides del narrador que administra lo dicho y lo callado, los mecanismos sutiles del cuento. La inocencia del adolescente. Los estímulos de lectura convertidos en ejercicios creativos. El costumbrismo. La fantasía. El cosmopolitismo. La mexicanidad. En fin, la extemporaneidad de un artista ajeno a las modas, las corrientes, las vanguardias. Sin embargo, a pesar de todas esas virtudes, también se notan las fallas estructurales en el diseño de interiores. Varios de sus libros no cuajan por los constantes cambios de tono, registros, saltos abruptos de espacialidades a temporalidades; extensiones y brevedades. Vaya un solo ejemplo que no intenta la enmienda del escritor, menos aún la profanación de su memoria. Si descartamos de Confabulario los relatos largos “El guardagujas”, “El prodigioso miligramo”, “De balística”, “Pablo”, “Un pacto con el diablo”, así como “El silencio de Dios”, ya que encuentran su logro estético en la extensión, nos quedamos con veinticuatro textos breves, y si a este primer cernimiento restamos la “Parábola del trueque” y la “Carta a un zapatero que compuso mal unos zapatos”, por pertenecer a otra tipología narrativa, tendremos entonces veintidós relatos que cumplen cabalmente con las características buscadas y solicitadas al microrrelato. Entonces hallaremos el paradigma del microrrelato. Torri, Arreola y Monterroso, entonces, conforman lo que he denominado el canon Torremonte, que soportan valores

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narrativos y un paradigma de escritura que rigen la invención y la trama de las microficciones mexicanas, latinoamericanas y acaso, españolas. Absolutamente septentrional y reciente, Luis Humberto Crosthwaite (Tijuana, 1962) pertenece a la nueva ola de narradores que se ha desparramado del norte literario. Sus primeras incursiones en la microficción se pueden rastrear en el libro No quiero escribir no quiero (1993), donde se prefiguran sus temas (la mujer, el pachuquismo, la adolescencia, el cholismo, el convivio con los gringos), escenarios (la frontera: los linderos de la patria: Tijuana), las innovaciones lingüísticas (caliche, bilingüismo, regionalismos, neologismos), sintácticas (uso indiscriminado de mayúsculas, alteraciones del párrafo oracional, coma lúdica), estilísticas e influencias más inmediatas (los narradores de la Onda, la música mexicana, el rock y el bolero, además del uso sopesado de los epígrafes). Este libro de cuentos prefigura en su estructura una de sus novelas más recientes: Idos de la mente. La increíble y (a veces) triste historia de Ramón y Cornelio (2001), porque está elaborada por breves segmentos narrativos subordinados a la anécdota principal, elaborados con el mismo principio de autonomía narrativa que distingue al microrrelato. Como en sus cuentos, los aparentes fragmentos que constituyen cada capítulo, estriban entre cinco y diez líneas que son contenidas en una sola parrafada. Los susodichos Ramón y Cornelio, dos fenómenos de la música norteña, son los protagonistas de esta historia que transcurre en el norte mexicano. Junto con Cristina Rivera Garza, Luis Humberto inaugura un nuevo paradigma en la república literaria mexicana. El tijuanense y la tamaulipeca han roto con la regla dominante que subordinaba desde el centro del país. Tradicionalmente, los escritores nacidos fuera de la capital federal hacían su carrera en el Distrito Federal, desde donde a veces la iniciaban, aprendían el oficio, o consolidaban y difundían su fama y gloria al resto del país o, en el mejor de los casos, las promocionaban hacia el extranjero. Desde San Diego y Tijuana, Rivera Garza y Crosthwaite se han proyectado como dos figuras indispensables en el horizonte de la joven literatura mexicana. En sus obras, Cristina y Luis Humberto han cristalizado dos estéticas en el último confín de la patria. Los escritores que se revisan en este rápido panorama dan cuenta de los avatares de la microficción hecha en el norte mexicano; en él se trazaron las coordenadas espacio temporales para la ubicación de obras, comprobación de fechas y seguimiento de los escritores adeptos al género. En fin, en esta vista panorámica se procuró dar noticia certificada de un género, en una región específica del país y en un mismo siglo, a partir de una pesquisa basada en indicios, rendición de pruebas y la comprobación de las hipótesis de posibilidad planteadas. Su ejecución, conclusiones y claridad de exposición a ustedes les corresponde evaluar.

Javier Perucho (1954) Periodista mexicano.

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Escrituras travestidas o Escrituras travestidas metrosexualidad literaria metrosexualidad literaria Eve Gil

Agradecemos la colaboración de Guadalupe Dávila por permitirnos utilizar las imágenes que ilustran el presente artículo. Cuando Flaubert exclamó “Madame Bovary c´est moi!”, créanme, no estaba borracho. Marguerite Yourcenar jamás dijo “Adriano c´est moi!”, no textual y rotundamente, más aún, consideraba “groseros” a quienes le insistían: “Adriano es usted”. A cambio dejaría escrito en su diario: “La vida de las mujeres es más limitada, o demasiado secreta. Basta con que una mujer cuente sobre sí misma para que de inmediato se le reproche que ya no sea mujer. Y ya bastante difícil es poner alguna verdad en boca de un hombre. ” No ha faltado quien se pregunte qué en común puede tener un escritor a todas luces viril, Flaubert en este caso, con una dama aficionada hasta la locura a los folletones rosas: Emma Bovary. La semejanza entre Yourcenar y su exquisito emperador resulta más que clara, amantes ambos de la belleza, la literatura y el buen vino, con una visión del mundo sospechosamente parecida. Más semejante que la de la propia Marguerite y su inolvidable personaje Alexis de El tratado del inútil combate (1929), su primera novela, escrita a la edad de veinticuatro años cuando, enamorada sin esperanza de un editor gay, se inspiró para crear al conmovedor remitente de esa extensa carta en la que se confiesa ante su esposa: No creo que la palabra veneración sea excesiva cuando me refiero a una mujer buena —escribe Alexis, con una prosa prístina, suave, delicada, del todo semejante a la de una mujer y sin embargo, y como el propio personaje puntualiza, sutilmente distinta—. Lo creo cada vez menos; sospechaba ya entonces (incluso exagerándolo) lo que tienen de brutal los gestos físicos del amor y me hubiera repugnado unir aquellas imágenes de vida doméstica, razonable, perfectamente austera y pura a otras ideas más apasionadas. No se siente pasión por lo que se respeta, ni quizás por lo que se ama. Sobre todo, no se enamora uno de quien se le parece y yo no diferiría mucho de las mujeres.

Partamos, pues, del supuesto que existe una literatura femenina. ¿Qué elementos esperamos encontrar en una obra literaria dirigida a un público femenino?, femenino, huelga decir, en el más clásico de los sentidos, ergo, estereotipado: amor, pasión, cocina, moda, desmayos, niños, flores, mascotas, primores, bordados, clases de piano, chismes, etcétera. Pues bien: Madame Bovary los contiene todos, y es una obra maestra de la literatura escrita por un varón. El mayor logro de esta novela es conseguir que las mujeres nos reconozcamos plenamente en ella, en su femenidad, aspecto, por cierto, mucho más profundo que un suspiro. Es decir: nadie en su

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sano juicio dudaría por un segundo que Emma Bovary es una mujer. Y sin embargo, suele decirse de toda obra literaria escrita por una mujer que es literatura femenina. ¿Es factible denominar Memorias de Adriano como “literatura femenina” por el mero hecho de haber surgido de una pluma de mujer? Le estoy hablando de una de las obras más viriles y potentes de la literatura del siglo XX. Repito la pregunta: ¿Se atreve alguien a meter Memorias de Adriano en el rubro de literatura femenina? El dilema no resulta tan sencillo de resolver en el caso de Alexis o el tratado del inútil combate, pues el narrador homosexual luce demasiado enterado del ámbito femenino. Volviendo a Adriano, les pido colocar la siguiente frase en unos labios femeninos, insisto, estereotipadamente femeninos: “El catador de belleza termina por encontrarla en todas partes, filón de oro en las venas más innobles, y goza, al tener en sus manos esas obras maestras fragmentarias, manchadas o rotas, un placer de entendido que colecciona a solas una alfarería que otros creen vulgar.” Quiero suponer que bastan estos ejemplos para empezar a vislumbrar el absurdo de emplear tan indiscriminadamente el término “literatura femenina”, pero aplicaré un ejemplo todavía más extremo: quienquiera que lea las Cartas portuguesas de Mariana Alcoforado, no albergará la mínima duda de que se encuentra ante textos de autoría femenina. Ni la más leve sombra de impostura se perfila en líneas como esta: “soy más feliz que tú, porque amo mi propio amor”. No se trata sólo del tono en que están dichas las palabras, sino en cómo y qué dicen, y todo cuanto encierran de la naturaleza femenina, me parece, ya no tan estereotipada, no obstante la suspicacia de Rousseau que manifestó su escepticismo respecto a la procedencia de estas cartas pues, según sus propias palabras, las mujeres somos incapaces de semejante intensidad, “ignoran cómo escribir sobre el amor”. Punto. Hablamos sin embargo de la más asombrosa trastada de la historia de la literatura universal, del más admirable acto de travestismo literario, pues Mariana, la monja portuguesa consumida de pasión por un enigmático galán, no es autora sino personaje, y quien verdaderamente redactó las cartas fue Gabriel Joseph de Lavergne, vizconde de Guilleragues (Burdeos, 1628-Estambul, 1685), diplomático, amigo de Molière, de La Fontaine y de Racine, secretario y protegido de Luis XIV, autor de poesía galante y satírica. El desencanto, claro, no se deja esperar... ¡Tener que concederle la razón a Rousseau! Pero una vez recuperado uno, no puede dejar de admirarse de la extraordinaria habilidad de un cortesano francés para meterse tan íntimamente en la delirante piel de una monja portuguesa. El libro, hasta la fecha, continúa publicándose bajo la firma de Mariana, y algunas ediciones prescinden de la desmotivante nota aclaratoria: este libro no lo ha escrito una mujer sino un hombre. Como bien señala Laura Emilia Pacheco en una de las ediciones más recientes (Océano, 2002): “La fascinación que ejercía su contenido eclipsaba todo interés por la verdadera identidad de “Mariana”. Al principio le pareció suficiente que fuera la portadora de una voz imprescindible e insólita. Resultaba mucho más atractivo saber quién era ese destinatario tan brutal en su pasión como en su abandono de la amada.” La concepción de este personaje

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femenino por parte de un varón, sin embargo, bien pudiera ser el resultado de lo que Enrique Gil Calvo denomina “el proceso de afeminamiento de los aristócratas masculinos”, que sin embargo afectó asimismo a las cortesanas. Hablar de travestismo literario no concierne específicamente a la construcción de personajes del sexo opuesto al del autor o autora, sino también a un deliberado ocultamiento del género del autor para diversos fines. En el caso del desconocido vizconde de Guilleragues, ya hemos visto, se debió al afán de mantener el encanto y la inocencia en el lector. Por su parte, Cecilia Böhl de Faber, quien a mediados del puritano siglo XIX publicó tres exitosas novelas bajo el seudónimo masculino de Fernán Caballero, lo dice muy claramente en unas cartas a su editor: “Si se hubiera dicho que era una señora nadie la lee.” Los críticos cayeron redondos en la trampa. Eugenio de Ochoa no vaciló en decretar al insigne y misterioso señor Caballero, “el Walter Scott español”. En efecto, la literatura de Fernán Caballero denota el afán de su autora por pasar por hombre de pelo en pecho, particularmente porque sus personajes femeninos, como Marisalada, protagonista de La Gaviota, son reiteradamente ridiculizadas en sus afanes emancipatorios. Sin embargo, el estilo de la escritura de Fernán es profunda y deliciosamente femenino, como cuando dice: “En el azul turquí del cielo no se divisaba más que una nubecilla blanca, cuya perezosa inmovilidad la hacía semejante a una odalisca, ceñida de velos de gasa, y muellemente recostada en su otomana azul.” Ninguno de los señores contemporáneos de Fernán hubiera escrito algo tan diáfano, tan cargado de emotividad, tan, insisto, femenino. Respecto a los equivalentes inglés y francés de Fernán que son las dos Georges, la Eliot y la Sand, ninguna se propuso escribir como varón, y sus novelas se manifiestan abiertamente a favor de sus personajes femeninos, víctimas de los más rancios convencionalismos sociales. Para Mary Beth Evans, alias George Eliot, emplear un seudónimo masculino fue mero formulismo pues todos en su círculo sabían que era mujer, e incluso y a pesar suyo, admirada. Aurora Dupin, alias George Sand, pionera de la metrosexualidad (le gustaba disfrazarse de hombre a pesar de ser una heterosexual más que empedernida), asumió nombre varonil para atraer la atención sobre un atributo considerado exclusivamente masculino y que ella sin duda poseía: genio literario. El caso más reciente de travestismo autoral es el de la libanesa Yasmina Khadra, quien resultó ser Mohamed Moulessehoul, ex comandante del ejército argelino que optó por escudarse tras un nombre femenino para denunciar la brutalidad de las autoridades islámicas de su país. Paradójico que sea precisamente un musulmán quien haya recurrido a un seudónimo femenino, en vista de la opresión padecida por las mujeres de aquella sociedad... pero más paradójico aún que Moulessehoul no se haya limitado a adoptar un hermoso y poético nombre de mujer, sino que su escritura misma sea eminentemente femenina, de una depurada, delicada y exquisita inteligencia. En su segundo libro, El escritor, donde ya refugiado en París se siente en libertad de arrancarse su máscara de mujer, narra su experiencia como militar, poniendo particular énfasis en su brutal formación como cadete y la serie de dolorosas circunstancias que lo llevaron a refugiarse en la lectura y en

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la escritura. Aunque se trata de la vivencia de un varón al que su propio padre arranca de la falda de su madre a los nueve años para recluirlo en una escuela militar, la narración nos rebela a un ser de extraordinaria sensibilidad, incapaz de matar, que sufre lo indecible mientras se ve forzado a aparentar dureza y nunca logra dominar las lágrimas: Aunque yo no fuera más que una gota de agua en medio del océano, estaba convencido de ser la que haría desbordar la playa para ir hacia las tierras más retiradas; mas no entre el tumulto de una tempestad, sino sólo como gota de agua rutilante arrastrada por el viento o por el grito de una gaviota. ¿Era eso poesía? (...) Como una chiquilla espantada de su primera regla, descubría mi auténtico metabolismo. Mi sufrimiento no me abatía; me despertaba ante mí mismo, me hacía ser consciente de mi singularidad; yo era aquel que sabía mirar, que estaba atento al dolor de mis compañeros.

“¡José García soy yo!”, pudo haber exclamado a voz en cuello Josefina Vicens, y nadie se hubiera atrevido a contradecirla. ¿Por qué narrar desde el punto de vista masculino?, increpan las críticas feministas a la autora mexicana. No faltó quien la acusara acremente de querer congraciarse con los críticos literarios, predominantemente varones. Sin embargo, dado el contexto en que Josefina se movía, resulta comprensible que optara por travestirse; que haya preferido cederle la batuta a José García y no, por ejemplo, a la señora de José García: ¿Cuál hubiera sido la recepción de El libro vacío, si en vez de un burócrata cincuentón, hubiera sido, por ejemplo, la señora de José García quien tomara la pluma y volcara sobre un cuaderno la espantosa sensación de vacío que le producía cocinar y zurcir calcetines cuando lo que realmente quería era escribir? Una década más tarde, Aline Petterson, alumna de la Vicens, publicaría Círculos, una suerte de versión femenina de El libro vacío que no obstante su calidad literaria, pasaría virtualmente desapercibida pues los señores críticos se alzaron de hombros preguntándose: ¿y a mí qué me importa una señora frustrada que tuvo que renunciar a sus sueños de ser bailarina? Finalmente, lo que Josefina necesitaba desarrollar, de donde viene la vocación de escritor y la angustia creativa en quien no se decide a abrazar dicha vocación, arrastra consigo una serie de circunstancias que son exactamente las mismas para un escritor que para una escritora, y la usurpación de una identidad masculina pudo haber sido, sí, un recurso para hacerse escuchar, o algo meramente circunstancial. Finalmente, el hecho de ser mujer no facilita en automático la posibilidad de expresarse como tal (releamos la declaración de Yourcenar: “Basta con que una mujer cuente sobre sí misma para que de inmediato se le reproche que ya no sea mujer”), particularmente si se ha desarrollado en ambientes inminentemente masculinos como es el caso de la propia Vicens, cronista de corridas de toros a través de una columna que, por cierto, firmaba con seudónimo masculino: Pepe Faroles. Escuchemos de nuevo a José García: “Mi mano no termina en los dedos: la vida, la circulación, la sangre, se prolonga hasta el punto de mi pluma. En la frente siento un golpe caliente y acompasado. Por todo el cuerpo, desde que me preparo para escribir, se me esparce una alegría urgente. Me pertenezco todo, me uso todo; no hay un átomo de mí que no esté conmigo, sabiendo, sintiendo la inminencia de la primera palabra.” Las sensaciones por él descritas, la vida circulando por la sangre, el golpe caliente en la frente y en el corazón, la respuesta del cuerpo al ejercicio creativo, el amontonamiento de las palabras en el estómago... ¿no son acaso las mismas que experimenta la mujer que escribe, la escritora?... ¿Exactamente las mismas?

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Veinte años después, Ana García Bergua repetiría en cierto modo la historia: por un lado, la crítica feminista insistía en remarcar la preferencia de Ana por narrar desde el punto de vista masculino, y llegaba a la conclusión de que , como Josefina, la joven autora quería echarse a la bolsa a los críticos varones. Estos, por su parte, parecieron ciegos ante los múltiples atributos narrativos de Ana y, como en el caso de Ricardo Sevilla, centraban todo el valor de su obra en el hecho de que no escribiera como mujer: “El hecho de que la narración corra por los oficiosos cauces cristalinos a que nos tiene acostumbrados Ana García Bergua, hace que su obra se deje leer de un solo jalón, en un franco desacato a la feminidad”. El verdadero desacato de Ana no es el pasar por encima de su feminidad (lo cual no es exactamente así), sino cultivar una prosa a un tiempo elegante y pletórica de humor. Su narrativa es una verdadera explosión de juegos artificiales que poca tregua deja al lector para dejar de reír y sorprenderse con las peripecias de sus pintorescos personajes. Su creación más delirante lo es sin duda Púrpura, cuyo narrador, Artemio, es un muchachito de “sexualidad ambigua” que en plena década de los cuarenta en México, la de los ídolos machos de potente voz y pistola al cinto, ingresa al ambiente cinematográfico y vive una serie de alucinantes experiencias que no le dejarán más remedio que aceptar su homosexualidad. De la misma generación de Ana, Cristina Rivera Garza aporta a la literatura mexicana un inolvidable personaje varón que, aunque ubicado también en otra época, en este caso el México post revolucionario, cuestiona los estereotipos de masculinidad: Joaquín Buitrago, protagonista de Nadie me verá llorar, aristócrata venido a menos, fotógrafo morfinómano, obsesionado con las prostitutas, los locos y los muertos, se propone despejar el misterio de Matilde, una mujer a la que conoce en un prostíbulo y que, tras su repentina desaparición, reaparece en el manicomio La Castañeda, a donde Joaquín acude regularmente en busca de modelos: “Para Joaquín, el milagro de las mujeres tras la lente no sólo era obvio, sino además irreversible. No había que cambiar nada, lo que tenían que hacer era aprender a ver. Todas estaban ahí, suspendidas dentro de ellas mismas, tan contenidas que su fuerza amenazaba con destruir el ojo que las espiaba.” Si bien la novela de Cristina no es narrada por Joaquín en persona, el punto de vista de la narración es inminentemente masculino. Sin embargo, la sensación de no pertenencia, de incomodidad del sensible Joaquín mientras departe en círculos “de hombres” donde se habla de las mujeres como de simples objetos y se perora sobre los privilegios de la hombría, salta a la vista. El español Álvaro Pombo es, a decir del periodista Miguel Ángel Quemain, un hombre tosco, de modales más bien rudos. Sin embargo a él le debemos una de las novelas más dulcemente femeninas que se han escrito en nuestra lengua: Donde las mujeres, narrada por una jovencita inmersa en un ambiente familiar predominantemente femenino (la mamá, la tía, la hermana...) donde en medio de las labores de punto, el chismorreo y la tragedia romántica de una tía que se vuelve monja tras la muerte del hombre amado, se destapa una suerte de caja de Pandora que expone los inconfesables secretos de todas esas virtuosas mujeres. “Lo triste, más que entristecer, ennoblecía, embellecía la propia situación”, dice la inocente, poética narradora. Finalmente Pombo, desciende de Federico García Lorca. La sutil diferencia entre un autor y otro, dirán algunos suspicaces, es la homosexualidad del segundo: ¿Contribuye la orientación homosexual a una mayor identificación con el sexo opuesto? Yo más bien creo que Lorca, como Pombo, se había reconciliado, más aún, fascinado con su parte femenina, amén de haber crecido entre ecos dulces, afectadamente femeninos que forzosamente influyeron en su literatura. En el terreno dramático, resulta evidente, el poeta granadino se sentía mucho más

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cómodo dentro del cuerpo y el alma de una mujer, por completo compenetrado con una situación de marginalidad del todo semejante a la propia condición de homosexual. Nos dice Susana Degoy, entusiasta estudiosa de la dramaturgia lorquiana: “Lorca, como Eurípides, arroja sobre la misma arena a reinas y criadas, a viudas y novias, a madres y vírgenes, que no mueren combatiendo heroicamente como los hombres, sino que se desangran poco a poco mientras esperan que la marea las arrastre aún más lejos, donde los amos dispongan.” Y añade: “El hombre (en la obra dramática de Lorca) es el gran ausente, porque su lugar es un ámbito enorme, fuera de la casa, y cabalga, cuida las viñas y el ganado, recorre otros pueblos o cruza el mar (...)” Finalmente, el Hombre, alegorizado en la sociedad patriarcal, aísla de su visión del mundo lo mismo a la mujer que a los hombres que no están dispuestos a asumir el absurdo rol que se les impone. Dentro de la reciente generación de escritores mexicanos, varios han narrado desde el punto de vista femenino con singular fortuna. Destacaría los trabajos de Antonio Tenorio Muñoz Cota, autor de la novela El permanente estado de las cosas, narrada simultáneamente por tres mujeres de una misma familia aunque pertenecientes a distintas generaciones (lo cual implica no solamente escribir como mujer, sino además, como mujer de otra época); y Un siglo tras de mí, de Eloy Urroz, donde una maestra treintona narra su pasión ampliamente correspondida por un adolescente. En este caso, viene a cuento rememorar a la Lolita de Vladimir Nabokov, pues mientras Hubert-Hubert desarrolla una fijación sexual por la ninfeta de coletas y tobilleras, la Silvina de Urroz, aunque no exenta de erotismo, experimenta hacia su joven amante un amor genuino y sublime. Tanto Tenorio como Urroz logran crear personajes femeninos sumamente complejos y convincentes. Tryno Maldonado, probablemente el más joven de la generación de autores antes citada (Zacatecas, 1977), bien podría exclamar: ¡Friedl Aichinger soy yo!, aunque resulta un tanto complicado asociar a este joven risueño y juguetón con su trágica heroína. Respecto a Tryno tengo una anécdota que vale la pena sacar a colación: alguna vez le pregunté quien era su autor favorito, así, en masculino. Su respuesta no pudo ser más sorprendente: Fleur Jaeggy, una excelsa narradora suiza de lengua italiana, desgraciadamente poco conocida en México. El joven escritor siguió citando nombres, casi todos femeninos. Pensé entonces que posiblemente en los autores más jóvenes ya no existiera ese absurdo prejuicio contra las mujeres que escriben, y a las que sus antecesores decían no tener el menor interés de leer. Heterosexual y feminista, Tryno aporta a las letras mexicanas una de las novelas más brutales y hermosas de los últimos años: Viena roja, compuesta por una serie de cartas que la violinista Friedl Aichinger hace llegar a su maestro, Aaron Schönberg, entre una guerra y otra. Y si bien Friedl se expresa

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despectivamente del padre del psicoanálisis, no tengo duda de que Tryno leyó a Freud para construir a su maravilloso personaje, que calla muchas cosas que es factible leer entre líneas. A partir de Friedl, Tryno plantea un conflicto que parecería tradicionalmente masculino: la vocación artística truncada: “(...) es el dolor lo que nos mantiene en estado de vigilia, lo que realmente nos mantiene vivos. La vida no es más que dolor, dolor físico, un padecimiento constante. El parto es la fuente del dolor. La muerte, en cambio, es la vuelta a la placidez.” El travestismo como tema alcanza su apoteosis en Orlando, de Virginia Woolf. Aunque lo más correcto sería hablar de transexualidad pues se aborda un cambio de sexo, no un simple caso de travestismo (como no sea el del personaje de la archiduquesa que resulta archiduque), nos encontramos ante una obra que cuestiona abiertamente los estereotipos de feminidad y masculinidad. El Orlando de Woolf presenta rasgos andróginos desde el arranque mismo de la trama: “Él —porque no cabía duda sobre su sexo, aunque la moda de la época contribuyera a disfrazarlo (...)” No obstante el afeminamiento del personaje, cuya descripción física bien podría ceñirse a los más estrictos convencionalismos de la estética femenina, Orlando parece un hombre “normal”, un príncipe valiente y audaz que va por el mundo cortando cabezas moras, bebe en abundancia y retoza con rameras. Su carácter empieza a sufrir alteraciones tras su primer desengaño amoroso. Se recluye entonces en sus habitaciones palaciegas a escribir poemas, dejándose poseer por el dulce demonio de la melancolía: “Orlando ya sabía por su propia experiencia de hombre que éstos lloran tan a menudo y sin razón como las mujeres”. Fuera de la vista de los intrusos, el joven Orlando, heterosexual a todas luces (su gusto por las joyas y los encajes no interfiere en su orientación sexual), deja fluir su lado vulnerable, tierno y contemplativo de la naturaleza. Tras una segunda decepción, provocada esta vez por un poeta al que admira y que se mofa públicamente de sus escritos, retornará Orlando a las actividades bélicas, resultando herido de muerte. Sin embargo, en vez de morir, despierta convertido en una hermosa doncella. Como lady Orlando, desarrollará una visión crítica respecto a las imposiciones socioculturales en los roles de género: (...) le horrorizó advertir la baja opinión que ya se había formado del sexo opuesto, al que había pertenecido con tanto orgullo. “Caerse de un mástil —pensó—, porque una mujer muestra los tobillos, disfrazarse de mamarracho y desfilar por la calle para que las mujeres lo admiren; negar instrucción a la mujer para que la mujer no se ría de uno; ser el esclavo de la falda más insignificante, y sin embargo, pavonearse como si fueran los Reyes de la creación. ¡Cielos! —pensó—, ¡qué tontas nos hacen, qué tontas somos!

Inspirada precisamente en Orlando, la autora mexicana Ana Clavel, quien se caracteriza por su radical originalidad, nos relata en su novela Cuerpo náufrago una experiencia invertida: Antonia despierta convertida en Antón. Lejos de mostrar horror, Antonia, como Orlando, asume con naturalidad su nuevo rol sexual y va descubriendo en el camino no la riqueza de ser específicamente macho o hembra, sino de haber vivido en dos cuerpos distintos. Desde su recién estrenada anatomía masculina, Antonia descubre asombrada que en el varón cohabitan el poder y la vulnerabilidad de una perpetua lucha marcada, básicamente, por los designios de la sociedad: “Se construye una arma-dura para guarecer una armablanda. Un apéndice poderoso en vigor y vulnerable en reposo que no obedece a tu voluntad. No depende de ti. Al contrario, tú eres su siervo y su fuerza es tal que te pone a gravitar según el objeto de su deseo (...) el deseo de los hombres

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Guadalupe Dรกvila, Ultrapixel cutรกneo megacompartido, 2004, arte instalaciรณn (acero inoxidable, impresiรณn digital, vynil adherible, cable de acero inoxidable, argollas y armellas metรกlicas), original 155 (variable) x 125 (imagen) cms.

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es así, un movimiento unidireccional, hacia el frente, sin retroceso. Y nada más”. Como la Woolf, Ana cuestiona los estereotipos sexuales, particularmente en el aspecto de las relaciones carnales donde se supone existe un sexo dominante y otro dominado. Convertido en Antón, Antonia se percata de hasta qué punto los dos sexos conviven en cada individuo, si bien se nos ha enseñado a reprimir la parte correspondiente al sexo opuesto a pesar de que, bien dice Virginia Woolf en Un cuarto propio, una verdadera inteligencia siempre será andrógina: “Hasta en un hombre, la parte femenina del cerebro deje ejercer influencia; y tampoco la mujer debe rehuir contacto con el hombre que hay en ella. Esa tal vez fue la intención de Coleridge cuando dijo que una gran inteligencia es andrógina (...) Quizá una mente del todo masculina no puede crear, así como tampoco una mente del todo femenina (...)” Hablar en femenino no significa, como han supuesto algunos ingenuos e ingenuas, salpicar de monerías, cursilerías y diminutivos un discurso, como tampoco, hablar en masculino, necesariamente implica hablar como carretonero. Es cuestión de enfoque, una inteligencia que se manifiesta y se aplica de manera sutilmente distinta. Los hombres y las mujeres somos, intelectual, política, socialmente hablando, seres con idénticas capacidades, derechos y obligaciones, pero, claro, los procesos creativos e intelectuales están vinculados, de alguna manera, a la biología. Por supuesto, no se trata sólo de “ser hombre” o de “ser mujer”, pues cada personaje, independientemente del género de su autor o autora, acarreará consigo una serie de factores por considerar: infancia, crianza, educación, traumas, enfermedades, nivel cultural; es decir, una historia personal no forzosamente vinculada a su género. Así pues, no todo discurso masculino o femenino queda determinado a partir de su sexo: habrá discursos femeninos con mucho de visión masculina y viceversa. No solamente los hombres pueden ser misóginos y las mujeres, feministas, por poner un ejemplo: hay mujeres misóginas y hombres feministas; hay mujeres astutas y hábiles para los negocios y hombres sensibles y tiernos; hay mujeres capaces de asesinar a sangre fría y hombres capaces de entregarse en cuerpo y alma al amor. Hay mujeres más parecidas a Vronsky que a Ana Karenina, y viceversa (yo, en lo personal, me identifico enormemente con Levine). Hay una feminidad agresiva y brutal, pero feminidad al fin, en Elfriede Jelinek, y una masculinidad sensitiva y poética, pero masculinidad sin lugar a dudas, en Goethe o en Eliseo Alberto. En este sentido, los discursos empiezan a sufrir una interesante metamorfosis: muy poco se creerían la voz de un hombre enteramente masculino o de una mujer enteramente femenina, menos aún tratándose de personajes contemporáneos, pues en nuestro tiempo ya un sexo no le es tan enigmático al otro. Asimismo empiezan a diluirse los aspectos culturales que determinan tajantemente lo masculino de lo femenino... afortunadamente.

Eve Gil (1968) Novelista sonorense radicada en la Ciudad de México.

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Textos y discursos

Ensayo de cultura transfronteriza: Mojados donde zero rain Ernesto Moncada

“Frontera” es una de esas palabras que se ajusta a su significado como guante: algo que suena a “frente” y “pantera” nos connota murallas, defensas, límites obligados. En inglés, el idioma más comercial del planeta, es “Border”, la orilla más vigilada de un territorio; el escote de una reina mitificada. En finlandés, uno de los lenguajes menos conocido en el mundo civilizado, es “Raja”, pronunciado “Raya”, una línea que divide soberanías, control, poder; las paredes que guardan nuestros tesoros y vergüenzas. Estados, países e imperios marcan su extensión como ganaderos paranoicos: de aquí para allá ustedes. Cercados por mares, ríos y montañas, necesitábamos cerrar el cubo con delimitantes de nuestra propia creación (porque ninguna deidad inteligente ordenaría a su pueblo: “Divídanse las tribus en áreas desiguales, de manera arbritraria y sin vigilar proporciones, y levanten grandes muros que dibujen la simetría de cada dominio”). Separamos nuestras ideologías con la misma estrategia usada para mantener a la población de un zoológico tranquila: mi cultura acá y la tuya no sé dónde. Habitamos un cuerpo celeste con suficiente espacio para que cada uno de nosotros tuviera varias hectáreas a su nombre, pero insistimos en convivir amontonados para sentirnos aislados de los demás. Colocamos vidrios

Fragmento de la colección La ciudad del polvo: Arquitectura poética o poética de la arquitectura, 2002, técnica mixta, de Guadalupe Dávila.

rotos en las bardas que nos separan. Entrenamos caninos malhumorados, dispuestos a comerse al primer infeliz que invada nuestra embajada personal. Instalamos sistemas de circuito cerrado, sensores de movimiento, alarmas sordas, mudas y ciegas; tecnología en servicio de la conservación de nuestro patrimonio. Un extraterrestre podría deducir que nos estamos autoencarcelando en la búsqueda por una seguridad falsa, pero claro, semejante extranjero tendría que mostrar identificación, decirnos el motivo de su visita y declarar objetos sujetos a cuotas de importación, antes de que le permitiéramos levitar sobre nuestro preciado suelo. Los pasillos de tránsito que conectan aquís con allás: filtros de identidades, embudos de humanidad. Las garitas entre países son los agujeritos por donde la economía sangra, enferma, se fortalece y alimenta. “Inmigración” es un término político para describir el proceso de apareamiento entre naciones de cunas desiguales. “Mestizaje” era más certero y menos ambicioso. Un ejemplo lascivo: los gringos hablan mucho de cogerse mamasitas tirándoles unos cuantos bucks, mientras que los paisas sólo

discuten chingarse güeras en contextos pervertidos. “I want to fuck you” baila con “Te voy a meter el brazo por el culo”. Los países funcionan como hombres y mujeres porque eso es lo que son, están repletos tanto de ellos como de ellas (en los más afortunados, las segundas son mayoría demográfica), fueron construidos con las hemorragias, obsesiones y orgasmos de ambos. Ayer leí en el periódico sobre una república menopaúsica que decidió invadir un reino impotente, por mero capricho. Hoy veo en la televisión como un Estado novicio requiere una democracia prostética para superar el shock de la independencia. Mañana escucharé las trompetas fúnebres de una dictadura caída, y entenderé que extirpar el tumor no garantiza la derrota del cáncer. Después de milenios concientes de ello, parecemos no haber comprendido el verdadero significado de girar alrededor del Sol: estamos destinados a seguir patrones cíclicos; somos imitadores de la naturaleza que nos parió. Tú en aquel lado y yo en éste, porque eso hacen el resto de los animales. Perros en el jardín y gatos en el tejado. Roedores subterráneos

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y águilas en los cielos. Ballenas en los mares y elefantes en la selva. Todo en su lugar de aparente origen. Nuestras fronteras son copia de los límites marcados por ecosistemas, fenómenos climatológicos y la evolución de las especies. Definidos por nuestro modus vivendi, seguimos el ejemplo de las abejas y nos organizamos para defender el panal. Guiados por un instinto de supervivencia, orinamos puntos clave del espacio que nos conforma. Las fronteras nos rodean, están por doquier. Cualquier lugar que no podemos pisar: el centro de la luna, las estrellas, los sueños. Toda realidad intangible: pensamientos, secretos, emociones. Aquello imposible de lograr por uno mismo sin ayuda de nada ni nadie: unificar el razonamiento de las masas, iluminar a los que aman la oscuridad, sanar a los enfermos sin interés en mejorar. Todo concepto utópico: editar personalidades, impedir el libre albedrío, revivir a los muertos. Fronteras, fronteras y más fronteras Yo mismo escribiendo esto: la frontera entre el hoy de la redacción y el mañana de la lectura. También ahorita, leyéndolo: una frontera separando el orador de la audiencia. La única manera de encontrar culpables, sería adoptando una postura teológica. Dios, en el Antigüo Testamento, le dice al primer hombre, hecho a su imagen y semejanza: “Puedes comer de todos los árboles del Edén, pero no comerás del árbol del conocimiento del bien y del mal porque el día que comieres de él morirás ciertamente” (Gen. II, 17). Si eso no representa el debut de la frontera en la creación según el cristianismo, que la víbora satánica nos señale un ejemplo mejor. No mentirle a Adán con algo como: “No te acerques al árbol del veneno y la miseria”, es una de las muchas incongruencias del supuesto bienhechor responsable de que estemos aquí, marcando acás y ahís. La frontera específica donde experimento la aventura de respirar

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noche a noche, está lejos del Paraíso, gracias a Dios, y los pocos árboles que crecen ahí dan frutos amargos, aunque carentes de pecado mortal. Las pitahayas son dulces y crecen en los sahuaros, plantas cactáceas que forman bosques espinosos a lo largo y ancho de un desierto caníbal (otra gran frontera por sí sola), e ingerirlas no implica ninguna epifanía. Aquí ustedes, allá yo Fronteras y más fronteras Consumo oxígeno en una zona semi-desértica entre Arizona, EE. UU., y Sonora, México. Sus respectivas capitales, Phoenix “El Valle del Sol” y Hermosillo “La Ciudad del Sol” (nuestro sudor es una ofrenda indirecta a Ra, por lo visto), son entidades hermanas según la comisión gubernamental que lleva ambos nombres y se encarga de regular algo impreciso relacionado con inversiones e industrias. Somos un plato de apariencia desechable, donde estofados de cocinas distintas se mezclan entre sí a pesar de contrastes de sabor, discrepancias en temperaturas y sazones opuestos: tamales de elote son invadidos por chilli beans; jalapeños dan carácter a ciertas hamburguesas; tacos humillados con catsup se vengan con legiones de carbohidratos antimetrosexuales. El mestizaje entre whities y brownies implica, como en muchas otras de sus combinaciones, una fuerte indigestión por exceso de placeres culpables. Uno de los changos más pesados en la espalda del pueblo guadalupano es el derroche de pesos devaluados en el lado equivocado: legiones de Marías y Josés gastando sus ahorros en malls, outlets, swap-meets y atracciones turísticas inspiradas por caricaturas fascistas. Hoy, un Washington puede ser obtenido con once águilas y algunos centavos, pero estamos hablando de monedas en constante síndrome premenstrual, que se comportan acorde. En los estados con patio hacia los gabachos, el asunto no se limita al síndrome de la Malinche consumista, sino que se

extiende como buen cáncer: un alto porcentaje de alumnos titulados en carreras tecnológicas, sociopolíticas y fisicomatemáticas emigra al norte del águila calva; millones de campesinos sin parcela, desempleados hambrientos y madres solteras desesperadas atraviesan un mar de fuego para burlar las patrullas y helicópteros de la migra, los catorce cuadros de la Pasión del Wetback se recorren sobre la filosa dentadura del desierto, cargando cruces generacionales y coronas de analfabetización. Los llamados “mojados” son líderes en transmutar una muerte horrenda por deshidratación en un sacrificio de tintes mesiánicos. Existen santos para los Coyotes y en la radio se escuchan corridos dedicados a estafadores valerosos y forajidos sombrerudos; hemos aprendido a mitificar los crímenes de narcotraficantes cocainómanos. Si las fronteras son usadas como coladeras, es obligada la acumulación y posterior crisis de escoria flotante. Por eso el Tío Samuel cree que demasiadas ilusiones caducas impiden el flujo de consumidores potenciales, y acostumbra quemar esperanzas para producir decepciones en serie. Así, los “cafecitos” ingenuos creen que sus problemas se resolverán en dólares, mientras los “cuellosrojos” canivalizan al peso mexicano para adquirir playas inexploradas en bahías que un gobernante corrupto nunca visitó. El American Dream canta el intercambio de harapos por riquezas. El Mexican Dream es la unión imperecedera de la familia y su futura bonanza. El chicano sueña con alcanzar el American Dream agitando la bandera del Mexican Dream. Prostituirse a la gran puta rubia es lo de menos, si los bigotes de Zapata encerrados en orgías populistas pueden ser aún más crueles con sus propios vástagos. Cuando escuches que un mexicano es distinto a un chicano, créelo. Si te dicen que todos los hispanoamericanos somos iguales, cuidado con el reloj y la cartera. No es ninguna casualidad que


Fragmento de Desierto rasgado, 2002, técnica mixta, medidas: 80 x 75 x 32 cms., de Guadalupe Dávila.

el chantaje derrotista de un revolucionario nazareno sea tan exitoso entre los nietos descendientes de los ex convictos de Coateocalli, donde los aztecas tenían prisioneros, en jaulas de madera, a los dioses de pueblos vencidos. El inocente atormentado es tierra fértil a cualquier semilla que prometa algo mejor, cualquier otra cosa, en un limbo indoloro situado muy lejos de la peste diaria. El milagrista tuvo mucha razón al final: en realidad no sabemos lo que hacemos. El secreto oscuro de vivir en plena entrada sur al imperio más armado y egoísta de nuestra era, es tener que sobrevivir mini-dictaduras y evitar cualquier movimiento armado que pueda desatar una guerra civil; por eso convertimos al Ejército Zapatista en un instrumento político. El subcomandante Marcos es una cool T-Shirt, gratis en la compra de una tanga psicodélica con cheguevaritas fosforescentes en espiral.

Si puedes vender ideas e inspiración, ¿qué te impide ponerle precio a la inmortalidad de tu mitología aún por escribirse? Total, hay que pagar la renta y el sobrecargo de la tarjeta. Nos estamos colgando en un puente entre islas de razas distintas, somos el impacto de dos océanos chocando en arrecifes de fierro, cemento y alambre. En cualquier globo terráqueo escolar: caos tercermundista por debajo, potencia atómica por encimita; un cóctel de tequila sin reposar y bourbon de colección. Resulta un poco coherente si analizamos las diferencias escenciales en cuanto a sus filosofías progresistas: Si Dios quiere jamás se traduce como I can do it; tampoco Ahí se va ha sido sinónimo de Doing it right; y Mañana nunca fue ni será Right now. En lo único que parecemos estar de acuerdo es en Esta es my property, por las alas del Fallen Angel.

Diría que estamos contaminados de toxinas fronterizas, si fuera poeta optimisma de masturbaciones épicas. Temo que debo someterme a la flagelación de la realidad desnuda: los peldaños de una entropía en ruinas, aún fuerte pero herida y enferma, hambrienta y vengativa, que aún puede ser llamada “hogar”, aunque sea imposible reprimir una sonrisa sarcástica.

Ernesto Moncada Escritor mexicano residente en Phoenix, Arizona.

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Explorare

Un río y sus pescadores nativos en peligro de extinción Alberto Tapia Landeros

El Río Colorado fue primero. Los peces después. Luego llegaron sus primeros pobladores. Los colonizadores llegamos al último. Estricto orden cronológico. ¿Sustenta acaso un derecho?

Figura 1: Pescador ribereño Fuente: Archivo CIC-Museo. UABC. Autor desconocido

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Llamamos pescadores nativos del Río Colorado a los grupos indígenas que encontraron establecidos los exploradores europeos y luego mexicanos, desde el lejano año de 1540, cuando Hernando de Alarcón por mar y Melchor Díaz por tierra, “descubrieron” este prodigioso delta único en América (Ronald, 1973, pp. 18-21). Pobladores que vivían en lo que hoy es el actual delta en territorio mexicano, como quechanes y yumanos en el norte, cucapás hasta la desembocadura del río, con la presencia esporádica de grupos kiliwas. Todos ellos eran gente de río, cultura ribereña, atados a los flujos y reflujos periódicos de sus aguas. Conocida genéricamente como “gente del río”, estos grupos habían logrado un grado conveniente de adaptación al medio físico, pues no dependían “totalmente” de sus aguas. No obstante, unos pasaban la mayor parte del año en él, quizá de noviembre a junio, dos tercios del año. Otros vivían todo el año entre las márgenes del río, y la falda de la sierra Cucapá, cuando los desbordamientos los obligaba a dejar la ribera. Para sustentar lo anterior, permítaseme tratar de explicarlo en estos términos. Adaptación social al medio físico y estrategias de aprovechamiento, durante un hipotético ciclo anual Empezando su ciclo con el verano, cuando su hábitat ribereño cambiaba drásticamente debido a los desbordamientos causado por los deshielos de la cabecera y cuenca alta, así como al intenso calor del verano en la cuenca baja, grupos de cucapá hacían migraciones a tierras altas, en la sierra de Juárez, en dónde encontraban madurando al nopal, Opuntia, spp. Del cual aprovechaban, además de sus tunas, su semilla y la pulpa de sus aplanadas ramas. En la montaña se reunían con otros grupos, como el de los kumiai, y aprovechaban el fin del período caliente para recolectar piñón y bellota. En el chaparral de montaña, caracterizado por especies como los piñoneros Pinus monofila y Pinus quadrofila; encinos Quercus agrifolia y Quercus chrysolepis, productores de los frutos mencionados, seguramente cazaban ardilla de tierra, Citellus beecheyi, especie que también se alimenta de piñón y bellota para acumular grasa que le permita sobrevivir a los crudos inviernos de las tierras altas, esto es, a más de 1 000 metros sobre el nivel del mar. Personalmente hemos cazado esta especie a fines del verano en la sierra de Juárez, cuando la grasa del roedor producida por comer piñón y bellota, le dan el mejor sabor del año a su carne.

Al presentarse la primera helada a fines del otoño, los animales reciben una señal muy importante en su ciclo natural, por ejemplo, desencadena el celo del venado bura. La ardilla busca una madriguera segura para hibernar, y deja de ser alimento de los humanos. Es fácil imaginar que para los cucapá que aún estaban en tierras altas, esta primera señal les indicaba la proximidad del invierno con seguras nevadas y los hacía voltear al oriente e iniciar el regreso al río, a encontrarse con sus hermanos que seguramente pasaban el verano en él, a juzgar por testimonios como los citados adelante por Francisco Eusebio Kino. Hacían sus migraciones cruzando el hábitat borreguero, que es la escarpa oriente juarence, utilizando ancestrales senderos como el del cañón del Tajo y el de Guadalupe, que con sus múltiples tinajas y manantiales, les aseguraba un viaje sin faltarles el vital líquido al cruzar el inerme llano de la Laguna Salada y la árida sierra Cucapá, que al trastumbarla, los colocaba de nuevo en el río con todas sus riquezas. Pasaban el invierno lejos de las nieves serranas, pescando con redes y trampas en un río tranquilo y estable. Variaban su dieta cosechando calabaza y otras especies que el mismo Kino consigna en su memoria y que comentamos adelante; siempre con la posibilidad de cazar en la ribera aves acuáticas migratorias visitantes de invierno, como patos y gansos; y mamíferos residentes como mapache, Procyon lotor; castor, Castor canadensis; nutria de río Lutra canadensis; rata de agua, Ondatra zibethica; venado bura, Odoicoleus hemionus; liebre, Lepus californicus; tejón, Taxidea taxus; conejo, Sylvilagus auduboni; y juancito, Citellus tereticaudus, en el entorno inmediato al río.

Figura 2: Trampa para pescar hecha de fibra de tule, construida por indígenas cucapá. Fuente: Objetos históricos familia Mozqueda, El Mayor-Hardy, B. C.

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Al finalizar el tiempo de frío, la primavera les ofrecía miel fresca en panales de abejas y avispas producida por la floración de la estación. Además de los peces nativos y hoy desaparecidos, los cucapá recibían peces migratorios hasta sus playas, como corvinas golfinas, lisas, machetes y una que otra totoaba, con algunas mareas altas que subían hasta El Mayor y Río Hardy. Esta posibilidad pudimos confirmarla en noviembre de 2005, con uno de los pioneros del Mayor-Hardy, don Jesús Mozqueda, que conserva fotografías (en exhibición) de mediados del siglo XX, de totoabas capturadas en la región del Mayor-Hardy. Durante la década de los años cincuenta, vimos pescar en varias ocasiones, accidentalmente, tortugas marinas o caguamas, probablemente de la especie Caretta caretta, en aguas Cucapá. En esta estación variaban su dieta aprovechando la péchita de mezquite dulce, Prosopis glandulosa, y mezquite tornillo, Prosopis pubescens, huevos de reptiles y aves que seguramente abundaban en primavera, a juzgar por la larga lista de aves residentes en el delta del Colorado. A partir de la presencia, floración y maduración de fruta silvestre, así como la movilidad de humanos y fauna silvestre, podemos deducir este hipotético ciclo anual de aprovechamiento de los recursos naturales de su entorno.

Figura 3: Esta fotografía de 1901 nos muestra una casa cucapá junto al Río Colorado. Los cestos en el techo guardaban alimento deshidratado, como pescado, calabaza, carne seca, etcétera. Fuente: Henry E. Huntington Library and Art Galery. Archivo CICMuseo. UABC.

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El Colorado, un río distinto Los ríos del norte (del Colorado) que desembocan en el océano Pacífico están caracterizados, entre otros elementos naturales, por las especies piscícolas que los habitan. Así, estos ríos fríos producto de aguas de deshielos, desde Alaska hasta California, comparten las mismas especies de truchas y salmones que emigran al mar y regresan. Ejemplos: El salmón plateado, Oncorhynchus kisutch, y la trucha cabeza de acero, Salmo gairdneri gairdneri. Los ríos del sur (del Colorado) que desembocan también en el océano Pacífico, de Sonora a Chiapas, producto de aguas de lluvia, comparten especies también, que no son las de los ríos fríos del norte. Ejemplos: El robalo plateado, Centropomus viridens y el robalo negro, Centropomus nigriscens. Aquí entra en escena el Río Colorado, que para efecto de este trabajo diremos que ni es del norte ni es del sur. Es un río único que corre 2 700 kilómetros y desemboca en un alto golfo que no es el océano Pacífico, que a pesar de haber sido su origen, posee condiciones físicas propias y diferentes. Sin embargo, se encuentra enmedio de los dos grupos. Tal distinción tiene sus consecuencias, el Colorado mexicano nunca tuvo las especies que caracterizan a los ríos fríos del norte, ni las especies de los ríos templados del sur. El original Colorado, en el que se asentaron sus primeros pobladores, principalmente los cucapá, tenía sus propias, únicas y endémicas especies: peces de un río intermedio, ni frío ni caliente, ni norteño ni sureño. Como ejemplo mencionaremos algunos peces nativos del Río Colorado: El matalote jorobado, Xyrauchen texanus; el cacho cola de hueso, Gila elegans; el charal jorobado, Gila cypha; el cachorrito del desierto, Cyprinodon macularius, y la india del Colorado, Ptychocheilius lucius, que llegaba a crecer hasta los dos metros de largo. El hecho que ninguna de estas especies se encontraba en ningún otro río americano con desemboque en el océano Pacífico, ni que tampoco hubieran poblado los llamados aquí ríos fríos norteños, como tampoco los llamados en este trabajo ríos templados sureños, nos lleva a afirmar que el Colorado era un río único, intermedio en la América del Norte. Y los grupos indígenas asentados en él, ligados ecológicamente a este elemento vivo y silvestre, tenían que ser distintos al resto de las tribus aledañas. Vaya, el simple hecho de ingerir por siglos la proteína


de las especies mencionadas,1 que jamás comieron otros grupos humanos, distingue de por sí a esta gente de JAK YA’ UR.2 Comer pescado, ¿una ventaja? El pescador cucapá y otras tribus río arriba que también aprovecharon este valioso recurso natural desaparecido, alcanzaron la estatura y fuerza que sorprendió a los exploradores europeos, en buena medida por la calidad proteínica que a su dieta aportaban las especies mencionadas. Como sustento al concepto de “pescador nativo”, citemos un fragmento de la memoria de Francisco Eusebio Kino (1976): “además de sembrar varias clases de vegetales, los indios son pescadores, usan redes y arreos”. Una evidencia más: En septiembre de 1700, caminando por la ribera del Colorado hacia el sur, el padre Kino fue recibido por los primeros yumas de “San Pedro y San Pablo”: “Nos dieron grandes cantidades de pescado, cocido y crudo, porque a pesar de cultivar maíz, frijol, calabazas y sandías, el maíz y el frijol aún no maduraba”. Evidencia que demuestra eran pescadores. Por otra parte, como prueba de la superioridad física de la gente del río, al menos en relación con las tribus del desierto de Sonora y los propios europeos, en el diario de Juan Bautista de Anza, primera expedición a California en 1774, el 11 de febrero se anota: “Los Yumas muy robustos de más de ocho palmos de talla, festivos, cariñosos y liberales...”3 Al día siguiente se anota: “la nación Cojar (Cucapá) que vive sin dependencia de jefes o capitanes, son de buen talle y más trigueños que los Yumas...” Esta evidencia histórica revela que para los europeos, aunque de Anza era sonorense, el escribano de su diario fue el padre Francisco Garcés, de origen español, los yumas, quechanes y cucapás eran notoriamente mejor constituidos y también, mucho más fuertes. Evidencia de su fortaleza se sustenta en la siguiente anécdota. “Cómo seis soldados españoles no pudieron levantar un tronco para acercarlo al fuego, un joven nativo los hizo a un lado y el solo, levantó el tronco se lo echó al hombro y lo acercó a la lumbre” (Forbes, 1965). Primer atentado contra su fuente alimenticia Pero el Río Colorado estaba condenado a ser sobrepoblado y sobreexplotado, y para principios del siglo XX sus peces nativos mencionados empezaron a

Figura 4: Caravana de colonizadores en 1900, utilizando un brazo del Río Colorado para avanzar entre el tupido monte del delta. Fuente: Sherman Library, Corona del Mar, California. EE. UU. Archivo CIC-Museo. UABC.

escasear. No se tiene fecha exacta de su desaparición de aguas mexicanas, pero de pocos que quedaron en el Colorado estadounidense, se han mantenido en acuacultura evitando su extinción en el vecino país. El tiro de gracia para estas especies nativas llegó en 1935, con la construcción de la primera presa, la Hoover. Antes el río natural era de aguas turbias, lentas, tibias y predecibles. A estas características estaban adaptados peces y pescadores. Después de construirse la serie de presas sobre el Colorado, las aguas ya no corren lentas ni son turbias, tibias ni predecibles. Ahora se almacenan en grandes volúmenes en donde se sedimentan, se aclaran. Cuando corren, lo hacen en el tiempo y velocidad que el hombre elige. Al salir del fondo de las presas, son casi 10°C más frías que antes. Total: otro hábitat muy distinto al original. Otro hábitat en el cual no pudieron sobrevivir sus especies originales. Las que hicieron a los humanos altos, fuertes y fornidos que asombraron a los exploradores de antaño. Sin embargo, a pesar de la desaparición de las especies endémicas mencionadas, el pescador cucapá siempre tuvo a su disposición algunos peces de mar, que entraban hasta sus playas (del río) con cada marea. Al encontrarse la corriente de agua 1

Excepto el cachorrito del desierto, todavía presente en Cerro Prieto y Cienaga de Santa Clara, las demás han desaparecido del Colorado mexicano. 2 JAK YA’ UR, significa “la orilla del río” en cucapá. 3 Un palmo mide aproximadamente 21 centímetros, y representa un cuarto de vara. La vara medía 0.838 metros. Luego más de ocho palmos de talla sería una estatura mayor a 1.68 metros.

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dulce con la del mar que subía cada 12 horas, éste la detenía y empujaba río arriba formando el llamado “burro”, que todo lo arrasaba a su paso. Después de perder fuerza, quedaban flotando corvinas golfinas, Cynosción othonopterus; corvina aleta amarilla, Cynoscion xanthulus; caguamas, Caretta caretta; lisas, Mugil cephalus, y totoabas, Totoaba macdonaldi, que el pescador cucapá atrapaba con relativa facilidad. Segundo atentado contra su fuente alimenticia Pero al construirse tantas presas como fue necesario para impedir que se fuera a México volumen adicional de agua, al pactado de 1 860 000 metros cúbicos anuales, ahora el raquítico escurrimiento que si acaso llega al mar, ya no produce el fenómeno conocido como “el burro” y las corvinas ya no llegan hasta las playas de la nación cucapá. Sin embargo

cucapá. Hoy los cucapá cuentan con unas 25 pangas y sus competidores de Guaymas, Puerto Peñasco, golfo de Santa Clara, del estado de Sonora; y San Felipe, Baja California, suman unas 600 embarcaciones. La orilla del río Agua dulce, agua salada, ven a pescar de madrugada. Arma liviana, arma pesada; brazo muy fuerte, molote enredado. Agua revuelta, tierra mojada; todos descansan, bajo la enramada. Agustín Sandez G. Mayo de 1976, Comunidad Cucapá, El Mayor Indígena.

Con tal depredación “foránea” empezó a escasear el pescado, particularmente la totoaba, Totoaba macdonaldi, y un pequeño mamífero marino también endémico del alto golfo, la vaquita marina, Phocoena sinus, además de llevar al borde de la extinción a la caguama, (tortuga de mar) por lo que el gobierno mexicano decretó en 1992 la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo y Delta del Río Colorado, prohibiendo la pesca comercial y de subsistencia, en donde por siglos, fue la gran nación cucapá. Evaluación de la situación actual En el primer semestre de 2002 acudimos a indagar sobre este problema eco-social como materia de estudio para alumnos de derecho ecológico de la Facultad de Derecho UABC-Mexicali. Los estudiantes prestaron su Servicio Social Asociado a la Currícula,

Figura 5: Pescadores cucapá pescando corvina golfina en la desembocadura del Río Colorado. Fuente: Fotografía de Osvaldo Santillán Langarica.

había que sobrevivir, y el pescador cucapá tuvo que modernizarse. Adquirió botes, redes y motores fuera de borda. Con ellos salió a buscar el pescado que el “burro” ya no les arrimaba: lo encontró en la desembocadura del río en los meses de marzo a mayo. El pescador cucapá no sabía porqué, pero cada año se abastecía de pescado en estas aguas. Nosotros sí sabemos porqué: es la época y lugar de desove de la corvina golfina. En unos cuantos años se percataron de esta fuente proteínica pescadores comerciales, algunos pertenecientes a grandes empresas industriales, y empezaron a competir con mejores equipos de captura y en mucho mayor número que el pescador

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Figura 6: Cucapá con turbante, 1940. Fuente: William Nelly, Sherman Foundation. Archivo CIC-Museo. UABC.


investigando este caso de injusticia, con el fin de prestarles asesoría legal. Para ello, aplicamos un cuestionario a todos los pescadores cucapá que encontramos en tres viajes de campo que hicimos durante los meses de marzo y abril. Encontramos que los pocos cucapá que persisten, están irreconciliablemente divididos en dos grupos que, por desconfianza, evitan hacer contacto y expresarse ante cualquier visitante. Sin embargo, logramos realizar 19 entrevistas que aunque pocas, son representativas del reducido número de pescadores cucapá, que según ellos mismos no llegan a tres docenas. Esta división del grupo ha puesto a prueba su identidad y cultura, ya que mientras una parte de ellos aceptaría dinero del gobierno federal a manera de indemnización por dejar de pescar, el otro grupo se ha negado a este ofrecimiento declarando que no abandonarán su costumbre de pescar, porque es herencia de sus antepasados y contacto de sus nuevas generaciones con la naturaleza. En 2002 su edad fluctuaba entre los 21 y 69 años, con una media de 38.6. De los 19 encuestados, 14 son mujeres y 5 hombres. Su escolaridad promedió 6 años. El 95% declararon que pescan para mantenerse, por lo menos, esos tres meses del año. El 100% pesca solamente la especie corvina golfina. Todos lo hacen en “la bocana” y “el sanjón”, nombres con los que designan a la desembocadura del Río Colorado, hoy zona núcleo de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo y Delta del Río Colorado.4 Intentar pescar corvinas golfinas en otras aguas del alto golfo es improductivo, pues la especie se encuentra tan dispersa que el esfuerzo pesquero es mayor al valor de la captura. Todos los encuestados pescan de marzo a mayo. De los que pescan, 84% lo come también. El 100% vende lo que pesca. Hay quienes lo hacen desde 1950, pero 47% empezó a pescar en esa zona en 1996. El año de 1996 marcó el repunte de la corvina golfina. Durante la década de los ochenta, la especie desapareció y se creía extinguida. Regresó en 1993 y en 1996 estuvo presente con mayor fuerza, llegando su captura a 5 000 toneladas. De la captura anual, se estima que el pescador cucapá solamente participa con 5%. Esto nos dice que su pesca de subsistencia es de bajo impacto, no amenazaría la supervivencia de la especie, como jamás la amenazó durante los siglos anteriores a 1935, que la etnia la capturó en las playas de su nación.

Figura 7: Pescador cucapá con una corvina golfina.

Pero la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Sagarpa, aún conociendo la injusticia que cometen los pescadores foráneos en contra de la etnia y la propia especie, continúa concediendo permisos para pesca de escama que sabe muy bien, van a ser utilizados en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera. Por su parte, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Profepa, castiga a los muy pocos que alcanza a detener dentro de la zona núcleo, pero por cada detenido otros cien 4

En la zona núcleo de las Reservas de la Biosfera, está prohibido pescar. Artículo 49 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.

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pescan ilegalmente, exterminando la última fuente de proteína marina que tiene a su alcance el pescador cucapá. Conclusión Decíamos al principio que en orden cronológico ellos llegaron antes que nosotros. Fueron primero en tiempo. Son pues, los auténticos dueños del delta del Colorado. Sin embargo, no tienen “personalidad jurídica” para reclamar, ya que desde 1856 fue decretada la llamada “desamortización” de bienes de las comunidades indígenas, extinguiéndolos como personas jurídicas. La reforma constitucional del artículo 4° en 1991, intentó dejar, a favor de las etnias mexicanas, el reconocimiento de derechos adicionales a ciertos grupos o sectores de la población, dentro del principio de igualdad ante la ley. El movimiento en 1994 del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, es prueba de que la reforma de 1991 no acabó con las injusticias a las etnias mexicanas. Desde el punto de vista jurídico, podríamos resumir que en México, el derecho de igualdad ante la ley, sigue prevaleciendo sobre el derecho a la diversidad y a la diferencia. A pesar de tal represión histórica, primero despojados de sus tierras, luego “secando” su río y extinguiendo su alimento ancestral; después compitiendo en desigualdad, tecnología y número por la misma especie y, por último prohibiendo pescar en dónde ellos solamente pueden pescar esa especie, el pescador cucapá continúa de pié. El río fue primero. Luego sus especies piscícolas. Después sus pobladores nativos, los cucapá; nosotros llegamos al último. ¿Orden jurídico? Así es. La prohibición a pescar en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo y Delta del Río Colorado, es un perjuicio para el pescador cucapá. Se está aplicando una norma contra usos y costumbres centenarias. El artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice textualmente: “A ninguna Ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna”. Jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha interpretado esta garantía constitucional en el sentido de que prohibir al ciudadano cualquier actividad que éste realizaba, con una norma posterior, es dar efecto retroactivo a una ley en este caso, en perjuicio del pescador cucapá (Semanario Judicial de la Federación).

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Si ambos grupos de cucapás toman la decisión, el siguiente paso es hacer valer la garantía constitucional mediante el procedimiento judicial que corresponda. Cabe mencionar que ya les fue rechazado un amparo, por lo que el único camino por recorrer, sería el de promover una modificación al Plan de Manejo de la Reserva de la Biosfera y de ser posible, a la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. Todo esto, después de llevar a cabo una estimación precisa de la biomasa de la especie, para sustentar un posible aprovechamiento de bajo impacto mediante la pesca de subsistencia. Este caso es claro ejemplo de la importancia de conservar una especie endémica y única. Y no es que la corvina sea más importante que el hombre, sino que salvando al pez, aseguramos el alimento del grupo indígena y su viabilidad como cultura ribereña americana. Mientras tanto, persiste la injusticia en contra de la identidad y cultura del pescador nativo del Río Colorado, el cucapá. Bibliografía Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cudney Bueno, R. & Furk Boyer, P. (1998). Pescando entre mareas. Pto. Peñasco, Sonora, México: CEDO, A. C. Escobar Fernández, R. & Siri, M. (1997). Nombres vernáculos y científicos de los peces del Pacífico mexicano. Ensenada, B. C., México: Instituto de Investigaciones Oceanológicas-UABC. Forbes, D. J. (1965). Warriors of the Colorado. EE. UU.: Norman University of Oklahoma Press. Investigación Reinvindicación del derecho a pescar Cucapá. 2002. Facultad de Derecho Mexicali, UABC. Kino, F. E. (1976). Kino’s Historical Memoir of Pimería Alta. Nueva York, EE. UU.: AMS Press. Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. Ley Federal de Pesca. Ochoa Zazueta, J. Á. (1976). Esta es la escritura cucapá. Mexicali, B. C., México: UABC. Plan de Manejo de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo y Delta del Río Colorado. Semarnap, México. Ronald, I. V. (1973, agosto). La última jornada de Melchor Díaz. Revista Calafia, 2 (2): 18-21. Semanario Judicial de la Federación. Sexta Época. Tomo LIV, Segunda Sala, páginas 45 y 46. México.

Alberto Tapia Landeros CIC-Museo, UABC, Mexicali.


¿Quiénes somos?

Dr.

Everardo AgustínGarduño Ruiz Everardo Agustín Jefe del Centro de Investigaciones Culturales-Museo Rebeca Ron Noriega

Everardo Agustín Garduño Ruiz jefe del Centro de Investigaciones Culturales-Museo anteriormente conocido como Centro de Estudios CulturalesMuseo, platicó con nosotros en agosto del año pasado para comentarnos sobre el funcionamiento y el objeto de estudio del Centro. Hoy, a casi un año de esta plática, somos testigos del fruto de este excelente trabajo. Con tan sólo tres años de haber sido fundado, el CIC-Museo ha logrado las metas contempladas para sus primeros años de vida, tales como: la transformación de lo que conocíamos tradicionalmente como el Museo Universitario, ahora un centro de investigaciones culturales en toda la palabra. Durante su primer año de gestión como director del Centro se propuso consolidar al CIC como el referente cuando se habla del estudio de los fenómenos propios de la frontera y de las manifestaciones en general de la cultura regional, esto a través de: coloquios, seminarios, publicaciones, y una interminable lista de actividades, haciendo al Centro uno de los elementos más dinámicos de nuestra Universidad. Así, para el segundo y tercer año, se planteó la consolidación y transformación del Centro de Estudios Culturales en un Centro de Investigaciones Culturales. Reflejo

de esta dinámica ha sido la ininterrumpida labor editorial del CIC, lanzando exitosamente su revista semestral arbitrada Culturales, así como la renovación de los catálogos museográficos que contienen las reseñas de las exposiciones montadas. Otro proyecto consolidado es la creación de la maestría en estudios socioculturales que se oferta en coordinación con el Colegio de la Frontera Norte (Colef), de Tijuana. La creación de un centro de documentación con acceso a las colección de carácter etnográfico, histórico y arqueológico, que cuenta con fototeca, archivos históricos y demás fuentes de información que preserva el museo para investigadores, maestros y estudiantes de distintos niveles educativos. Así como la transformación de una sala permanente que llevará por título Desierto, migración y frontera. Pregunta (P). ¿Qué tan difícil es desarrollar, continuar y darle seguimiento a los proyectos de investigación que emprende el Centro? Respuesta (R). Las limitaciones que podemos tener son las mismas que tienen los demás investigadores en todos los otros institutos de México y siempre están relacionadas con la cuestión de los recursos; mi punto de vista es que viendo como trabajan nuestros investigadores aquí

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en el CIC han sido exitosos en la consecución de fondos para trabajar sus propios proyectos y esto se ha visto reflejado. Estos éxitos los podemos observar en las 43 publicaciones que el Centro obtuvo en el periodo comprendido entre el segundo semestre del 2003, al primer semestre del 2005 entre los que se encuentran libros y cuadernos, capítulos de libros, artículos de investigación arbitrados, introducciones y prólogos así como ponencias en extenso. P. ¿Qué impacto impacto nacional o internacional han tenido las investigaciones que se emprenden en el Centro? R. La actividad, por ejemplo de nuestro compañero Alberto Tapia Landeros, ha sido importante en el terreno de la divulgación con sus investigaciones relacionadas con la problemática ambiental de la frontera, no sólo en Baja California ha tenido una atención muy importante, también por parte de la federación en proyectos relacionados con educación ambiental; con las investigaciones que realiza Fernando Vizcarra en el terreno de la comunicación y que le ha valido una presencia en la comunidad científica incluso en la comunidad científica internacional, él estudió su doctorado en España lo que le ha permitido que sus trabajos y sus productos tengan un impacto en ese terreno; en el caso de Paola Ovalle, que trabaja el fenómeno del narcotráfico, su trabajo de investigación la ha vinculado al sector público, cuyos integrantes frecuentemente acuden a ella para realizar algún tipo de proyecto conjunto relacionado con esta línea de investigación; Mario Alberto Magaña, quien trabaja la historia de las misiones coloniales, se encuentra en proceso de concluir su doctorado, también tienen un impacto en la comunidad científica; en mi caso yo trabajo cuestiones de grupos indígenas y fui invitado a participar en una reunión con la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y regularmente mi trabajo retroalimenta y apoya el trabajo que están realizando instituciones como la Comisión Nacional para los Derechos de los Pueblos Indígenas que ha sido parte de mi trabajo durante muchos años, el vínculo con ellos permite que mi actividad se traduzca no solamente en libros sino también en estrategias de atención a los grupos indígenas.

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P. ¿Quiénes resultan beneficiados con las actividades del Centro? R. Los universitarios básicamente y los universitarios interesados en las humanidades, en las ciencias sociales. P. ¿Podemos decir que en este corto tiempo se ha logrado construir un vínculo entre el CICMuseo y la comunidad estudiantil? R. Sí, creo que hemos sido exitosos en situarnos como una instancia que se dedica a la investigación y a la difusión del fenómeno sociocultural en Baja California. Aún nos falta mucho por hacer, en el sentido de incrementar nuestras audiencias e incrementarlas no solamente en número, sino también en diversificación, pero en cuanto al vínculo con la universidad, con los universitarios creo hemos sido exitosos.

Figura 1: Revista Culturales publicación semestral del CIC-Museo. Fuente: Archivo del CIC-Museo.


Mtro.

Fernando Vizcarra Schumm

Investigador del Centro de Investigaciones Culturales-Museo

Fernando Vizcarra Schumm, nació en Mexicali, Baja California, se autodefine como un ciudadano común con obligaciones y responsabilidades, comprometido con su profesión, con la institución, y con su proyecto de vida, “siempre en búsqueda de nuevas cosas, cuestionándome sobre las cosas de la vida, de mi vida”. A sus 44 años es licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco en la Ciudad de México, maestro en comunicación por la Universidad de Guadalajara y doctor en sociología de la cultura por la Universidad de Zaragoza en España. Llega a la UABC en 1991 como coordinador de la carrera de comunicación en la Escuela de Humanidades Tijuana, para posteriormente trasladarse a la Unidad Mexicali e integrándose al trabajo del Centro de Investigaciones Culturales desde el verano de 2003. P. ¿Cuál es su función dentro del Centro? R. Tengo varias funciones, la primera es ser investigador, la segunda es la coordinación del área de investigación, y por último dirijo la revista Culturales. Como parte de mi trabajo imparto la materia de sociología y lenguaje en la Facultad de Ciencias Humanas en la carrera de comunicación.

El maestro Vizcarra ha publicado en revistas nacionales como: Estudios sobre las culturas contemporáneas de la Universidad de Colima, así como en Comunicación y sociedad de la Universidad de Guadalajara, recientemente en Culturales y en Texto abierto de la Universidad Iberoamericana de León. Escribió el libro ganador del premio estatal de literatura de 1996, Altas horas, sobre periodismo cultural, publicado por el Instituto de Cultura de Baja California. P. ¿Cuál es el impacto social de sus investigaciones? R. La investigación sociocultural es una investigación normalmente de largo plazo, a grandes rasgos creo que lo que debe de hacer la investigación sociocultural es proveer de racionalidad a la sociedad, pues una sociedad que no crea nichos para pensarse a sí misma a través de su profesores, de sus académicos, etcétera, es una sociedad que está destinada a perder la memoria y el reconocimiento. En ese sentido nosotros somos parte de la sociedad, también somos actores sociales, debemos proveer elementos para que la sociedad pueda pensarse a sí misma en todos los órdenes, esto como verás

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no es algo que tenga efecto de manera inmediata. Por otra parte, las investigaciones sirven también para indagar qué hay tras bambalinas, es decir, qué hay detrás de lo visible, que hay detrás de las lógicas y las dinámicas de las instituciones y de las relaciones sociales en general; queremos saber cuáles son esas estructuras que definen el comportamiento social, de dónde vienen esas profundas estructras de nuestra desigualdad. P. ¿De qué manera influye el choque cultural que se registra en la zona fronteriza? R. El contexto de la frontera y, particularmente ésta frontera plantea preguntas importantísimas por resolver, interrogantes dirigidas a todas las ramas de las ciencias sociales, a la antropología, a la historia. La sociología de estudios culturales que es nuestra línea de investigación, tiene que ver con las transformaciones más dramáticas que la sociedad moderna enfrenta en este contexto de lo fronterizo; justamente porque es en este encuentro de culturas que denominamos en ocasiones choque, a veces, encuentro ó diálogo, e inclusive diálogo de zorros, donde se desarrollan. La interacción es extraordinaria, el intercambio tanto económico como cultural es impresionante, no sólo alcanza la esfera de lo político, lo familiar también es parte importante de esta dinámica, nuestros fantasmas y miedos también. A veces esta frontera que conocemos como la línea es una frontera muy poco importante, casi irrelevante frente a las fronteras sociales que tenemos en esta ciudad. Existen otras fronteras de clase que tenemos los mexicanos, frente a la distancia social, la línea fronteriza es menos fronteriza que los espacios que habitamos en la ciudad y que hacen que muchos jóvenes no tengan acceso a las universidades, a la educación de calidad, a centros de diversión, etcétera. Pero también esta frontera, esta línea se convierte en muro, porque la frontera son muchas fronteras. Depende de nuestras capacidad, de nuestras posibilidades de cruzarla para que algunos la perciban como muralla a vencer, y para otros sea una simple rutina, un espacio para el trabajo, la educación, las compras, la diversión y el entretenimiento. Para otros es el factor de unidad familiar, la posibilidad de trabajo, la posibilidad de buscar condiciones de vida lo más cercanas al bienestar, es por esto que hablo

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de muchas fronteras, las que se levantan aquí (mientras dice esto Fernando Vizcarra señala los escasos metros que distancian al CIC de la línea fronteriza que divide las ciudades de Mexicali y Calexico, California) y más fronteras todavía las que se levantan en el mundo social. Todas estas interrogantes deben ser planteadas y este contexto fronterizo, lo que las hace tan apasionantes y muy atractivas para otros investigadores.

Figura 2: La frontera interpretada. Procesos culturales en la frontera noroeste de México, es el titulo de la más reciente publicación de la colección Cuadernos del CIC-Museo UABC. Fuente: Archivo del CIC-Museo.


LAE

Alberto Tapia Landeros

Investigador del Centro de Investigaciones Culturales-Museo

Alberto Tapia Landeros, nació el 25 de junio de 1944 en Mexicali, Baja California. Graduado por el Cetys Universidad de la licenciatura en administración de empresas, su pasión por la aventura lo ha llevado por las más distintas profesiones, ha sido comerciante, artista, taxidermista, escultor, fotógrafo, editorialista, pero sobre todo se precia de ser ambientalista, defensor de los recursos naturales, con tono tajante nos dice: “desde 1986 he luchado fervientemente contra la cacería del borrego cimarrón”. Ya hace 10 años que se integró de lleno a nuestra universidad, “después —nos dice el maestro Tapia— de haber participado con ella externamente como fotógrafo y como coordinador de sorteos, además como publicista externo. Me dediqué en un principio a realizar estudios sobre la adaptación de hombremedio ambiente, con énfasis en los impactos que ha ocasionado, investigando y encontrando la relación hombre-naturaleza”. P. ¿Qué títulos ha publicado y en dónde ha sido publicado su trabajo? R. Mis libros son Baja California. Tierra de contrastes que es un catálogo fotográfico. Dentro de la universidad lo primero que publiqué fue

Cimarrón. Del culto a la cultura del borrego, después vino el El borrego cimarrón, una especie que debemos proteger, le siguieron Bermejo. Mar de Cortés, Reino de Calafia y Pandión; como editorialista he colaborado regularmente desde hace 20 años en La Voz de la Frontera y desde 1990 en La Crónica de B. C. He publicado esporádicamente en revistas nacionales como Trofeo, Caza, tiro y pesca y Safari, en donde han aparecido mis historias y comentarios, incluso editoriales y en una nueva revista que se llama Con caña y carrete, además de escribir para revistas jurídicas como Lex de la ciudad de México. P. ¿Cuál considera que ha sido la trascendencia de sus investigaciones en los ámbitos nacional, e internacional? R. Con el planteamiento de defensa del borrego cimarrón ganamos prestigio nacional, se vendieron muchos libros en Europa y en Estados Unidos, Reino de Calafia, por ejemplo, es hoy por hoy el manual de diario de los exploradores de Baja California, de los que suben a Picacho del Diablo y los que acampan, todos ellos traen un ejemplar de Reino de Calafia.

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P. Sabemos de lo valioso y necesario que es para la universidad la generación de conocimiento, pero a veces tenemos la impresión de que los trabajos de nuestros investigadores son demasiado especializados y la información no llega a todos, ¿qué nos puede decir al respecto? R. Creo que hay una obligación en la ciencia por socializar la información que se genera, lo dicen varios científicos sociales, si la sociedad no objetiviza y hace suya esa información de nada sirve, de nada vale y reconozco que los círculos científicos son muy cerrados. En mi caso me ha resultado muy bien escribir en forma de cuento, de narrativa, de anécdota lo que voy conociendo porque simplemente la gente no lee, tienen razón

intermedio entre el lenguaje del hombre de la calle y el científico de laboratorio, porque hablan distintos lenguajes hace falta ese eslabón, esa fusión que enriquezca nuestra sociedad. P. ¿Qué podemos esperar en los próximos años de Alberto Tapia? R. Nos quedan muchas conferencias en casi todas las escuelas preparatorias del Cobach, en las secundarias y las prepas-talleres.Veo un compromiso muy genuino en las nuevas generaciones, veo que sus padres apoyan la educación ecológica, soy optimista con lo que viene, las futuras generaciones viene menos depredadoras. ¿Qué es lo primero que le viene a la mente? Hobbie favorito

Los peces

Su mayor placer

Que mi hijo y mi nieto sean ambientalistas

Lugar favorito

Debe de ser un punto entre el desierto, la montaña y el mar de Cortés

A dónde iría si viajara...

Figura 3: Caricatura de Antonio Rodríguez, publicada en La voz de la Frontera, el 19 de febrero de 1998. Fuente: Tapia, A. Baja California. Usos y abusos de su biodiversidad, en imprenta.

los científicos, ellos escriben para los científicos; así se les evalúa, así se les dictamina, así es como obtienen sus estímulos, pero como alguien que se ha formado en la divulgación, siento que mi responsabilidad es continuar en la divulgación, entonces creo que debemos mostrar, llevar a las manos de los lectores nuestra investigación, adecuarla. La realidad es que somos pocos en la UABC los ambientalistas de profesión que escribimos para traducir el texto científico en lectura que a la gente le apasione, no hemos sabido hacer eso porque no es el papel del científico. Quizá lo que hace falta es ese eslabón

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Al espacio

Al único planeta azul que tuviera biosfera

En la tierra

Al bosque tropical del Amazonas

En el tiempo

Bueno haber nacido con el siglo y haberme muerto en 1975*

Un deseo que quisiera El principal —que no se extinga el borrego ver convertido cimarrón— en realidad *Se considera —nos explicó el profesor Tapia— al año de 1975 como la fecha en que los daños ocasionados al medio ambiente comenzaron a manifestarse.

Sección a cargo de Rebeca Ron Noriega Estudiante de relaciones internacionales en la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, UABC, Mexicali.


Palabras de mujer una vida que se vuelve historia

María Guadalupe Sánchez León, la protagonista de esta historia, nació a mediados del siglo XX y vivió su infancia, adolescencia y parte de su vida adulta en Mexicali, justo en el momento en que el valle mexicalense se había convertido en un emporio algodonero y los agricultores del lugar, en hombres adinerados. Sin embargo, a pesar de ser hija de uno de estos agricultores beneficiados por el “boom” del algodón, Guadalupe nació en el seno de una familia de modestos recursos económicos. El relato de Guadalupe empieza cuando es una niña de ocho años y termina cuando ella tiene 53, en el momento en que decide trabajar por el registro de un nuevo partido político, integrado por organizaciones civiles ciudadanas de toda la república mexicana. Es una historia de vida que aún no concluye, donde la protagonista busca que el pasado se transforme en una esperanza hacia el futuro. Como dice Italo Svevo: “La vida no es ni bella ni mala, es original”. La de Guadalupe Sánchez es una vida de lucha y de confrontación, de rupturas y de recomposiciones. A los ojos de muchos no es la vida de alguien extraordinario, ni de alguien que provoque veneración. Sin embargo, no pasa inadvertida ni es indiferente para sus conocidos. Si partimos de la premisa de que toda historia individual se encuentra enmarcada en una historia familiar y a través de ella, en una historia social, podemos afirmar que toda construcción biográfica remite a su tiempo. Esta inscripción social e histórica le otorga una impronta, una singularidad a cada biografía. Estas palabras de mujer permiten que una vida se vuelva historia. Al traerla al presente, como una fotografía, sabemos que no sólo es la de ella, sino la de muchos que, como ella, comparten sus mismos anhelos.


Reseñas

Mexicali como puerto estelar: El arte fantástico de Pablo Castañeda Gabriel Trujillo Muñoz

Barrio místico, 2004, tinta sobre cartón ilustración, original 84 x 104 cms.

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Cada pintor busca un estilo único, una manera suya de combinar materiales, disponer texturas, conjurar figuras en el espacio magnético de su obra. Los mejores artistas plásticos son alquimistas: mezclan sus obsesiones con las tendencias de su tiempo en belleza y armonía, en visión y conflicto, en originalidad y ruptura; revuelven la perfección y el azar, el rigor y el accidente, el futuro que viene con el presente en que viven. Sus cuadros son la suma de las contradicciones de su época y de las fuerzas en pugna que los animaron a volverse artistas. En un mundo donde el arte ya ha dejado, con desdeñosa posmodernidad, los materiales artesanales, es decir, manuales de sus orígenes y donde el artista plástico se ha vuelto un especialista en tecnología de punta, un catalizador de conductas extremas y un actor multimedia que ve el arte como publicidad y al creador como un modelo en pasarela, es difícil, enormemente difícil, ser un pintor a secas, simplemente un pintor que pinta su mundo con el objeto de plantear interrogantes de las que ni él mismo tiene la respuesta. Pero artistas así aún existen: creadores que abren la mirada al espectador de su obra no por el escándalo-manipulación que la rodea sino por el universo personal que habita en sus cuadros, por los personajes a los que les han dado vida e independencia, por los escenarios que han pintado con ferviente pericia, con rotunda libertad. Esta clase


de artistas, minoritarios en nuestro tiempo, es la que ha mantenido un núcleo peculiar de resistencia: son hijos del siglo XXI pero de un cosmos alternativo, donde el arte todavía es un oficio auténtico y una necesidad del espíritu humano, no un concepto empaquetado que se lanza, según los requerimientos del mercado, para venderse a los incautos y cuyo anzuelo es el snobismo de estar al día, sino una disciplina que se trabaja desde adentro hacia fuera, desde uno mismo a los otros que son nuestros semejantes y cómplices, de la ciudad que se vive y se recorre hacia el cosmos cuya última frontera es la fantasía. Tal es el caso de Pablo Castañeda (Mexicali, 1973), pintor y artista multidisciplinario cuya obra es una travesía, un camino transversal que atraviesa la tradición artística, la narración épica y el drama humano. Como él mismo lo dice: al viajar “me interesé en lo que había a mi alrededor, caminando por la calle, mirando el paisaje, experimentando con los objetos encontrados y luego regresando a mi casa, a mi estudio, para realizar una obra” que es, al mismo tiempo, literaria y visionaria, una pintura-dibujo-arte objeto que aglutina en sí lo histórico y lo mitológico, lo rupestre y lo futurista. De pronto aparecen lugares reconocibles de su ciudad natal, Mexicali, urbe fronteriza plena de mujeres sonámbulas, caseríos en medio del desierto, petroglifos que son puertas a las estrellas y coyotes que aúllan a la vera del cerco de alambre de la línea internacional, mientras visitantes de otras realidades asoman entre las sombras de un paisaje místico, mistificado, donde la luz oculta más que revela, donde el tiempo es todos los tiempos habidos y por haber. El propio Castañeda reconoce que su camino como pintor ha sido un sendero hacia lo ignoto, hacia lo desconocido. La vida cotidiana se entremezcla con seres fantásticos y lo irreal se vuelve real, la aventura se da como una nostalgia por el futuro, un recordatorio de que el arte es una irrupción de antiguas pesadillas en el mundo, de los portentos de la magia en la vida diaria. Por eso su obra plástica es un homenaje a Mexicali como puerto estelar, esto es, como un sitio de paso de todos los monstruos posibles, de todas las criaturas que van de un extremo a otro del universo, pero que aquí, en esta ciudad que es una twilight zone, una dimensión desconocida, pueden convivir sin reclamos porque son percibidos como viejos amigos

que, de vez en cuando, nos visitan y traen regalos de planetas distantes donde sueño y realidad son la misma cosa: un don que fortalece nuestra psique colectiva, nuestra cultura de brazos abiertos a los migrantes de los mundos más allá del mundo, de las vidas más allá de la muerte. Obra extraña es la de Pablo Castañeda. No sólo por los temas que toca o los personajes que nos presenta, sino por las fuentes de la tradición artística en donde abreva: el arte rupestre de Baja California, las mitologías del desierto mexicalense, la estética punk a la Blade Runner, la pintura surrealista, el expresionismo figurativo alemán, el story board y el cómic contemporáneo y, especialmente, el juego de las transfiguraciones que hace de lo animal y lo humano, de lo arcaico y lo virtual, un ars combinatoria, una jugada de maestría realista y misterio órfico. Una parábola mística donde dioses y seres humanos comparten los alimentos y conversan como iguales. Una pintura, en abundancia de rojos, azules y ocres, que Pablo nos presenta como puestas en escena de un desierto por explorar, de un futuro por nacer, de una quimera por descubrir. Tal vez lo más significativo de la obra fantástica de Castañeda es que la figura que habita, atrapada en la tela de sus pinturas, sea él mismo: un joven que trata de hallar la salida en el laberinto de matices y horizontes arenosos de su propio mundo; un artista que busca ver más allá de cercos y muros y ciudades; un visitante que ha llegado al otro lado de Mexicali, a esa urbe donde el minotauro es un ciudadano más y todos los caminos llevan hacia la misma calle, hacia la misma casa. Una metrópoli donde los muros se abren a otros universos, donde el desierto se transforma en un mar profundo y alguien, una mujer hermosa, te guiña el ojo mientras te muerde: desgarradora, eternamente. Almas gemelas unidas por la sangre que gotea, por los colores que desvanecen la frontera entre lo maravilloso y lo real, entre lo vivo y lo muerto, por esa luz que baña con sus misterios a quien acepta ingresar al Mexicalidesierto-barrio místico que nos propone Pablo Castañeda: un libro de postales mágicas libradas a la imaginación de sus espectadores.

Gabriel Trujillo Muñoz Facultad de Ciencias Humanas, UABC, Mexicali.

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Paisaje místico, 2003-04, acrílico sobre cartón ilustración, original 104 x 165 cms.

Kalaphía, 2004, lápiz sobre cartón ilustración, original 84 x 104 cms.

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núm. 56 OCTUBRE DICIEMBRE 2006

Una perspectiva de análisis de la calidad del aire de Mexicali con base en indicadores ambientales

. La naturaleza sólo se defiende

. Programa de mejoramiento del profesorado (Promep) en la UABC . La caperuza leonada (narrativa) . Migración y frontera: Los que vuelven de Juan Bustillo Oro .

Textos y discursos

. Análisis epistemológico en empresas de telecomunicaciones . Quisiera tener dientes blancos Reseñas

. Hugo Salcedo: La ley del ranchero

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El material que se presenta en este índice está sujeto a cambios sin previo aviso.


Información para La Revista Universitaria de la UABC es una publicación de difusión y divulgación científica y cultural. Es un medio de comunicación entre la comunidad académica y los estudiantes de nivel medio superior y superior interesados en ampliar sus conocimientos a través de las cuatro áreas básicas que cubre. Es abierta al público en general y acepta trabajos de cualquier especialidad. Los artículos propuestos para la revista serán sometidos a consideración del Consejo Editorial de la misma, con la finalidad de que sean evaluados por un especialista en el tema. Los criterios que se aplicarán para decidir sobre la publicación de material serán siempre: calidad, precisión de la información, interés general y pertinencia del tema expuesto, así como la forma en que es utilizado el lenguaje y si es comprensible y claro. Con base en el dictamen de los árbitros se decidirá si el material propuesto es aceptado para su publicación y si requiere o no de correcciones que impliquen sea devuelto al autor para que las realice. Se hará todo lo posible por emitir esta opinión editorial en un plazo breve —idealmente no mayor a treinta días— aunque por el carácter de este proceso, no es posible establecer un tiempo fijo para su realización. Asimismo, todos los artículos aprobados serán sujetos a una revisión a fin de ajustarlos a los criterios de estilo editorial de esta casa de estudios.

2. En la medida de lo posible deberá evitarse el emplear tecnicismos, pero cuando su uso sea necesario, deberán ser explicados claramente, al igual que las abreviaturas. Se evitará, asimismo, el uso de fórmulas y ecuaciones, pero en caso de que sea indispensable utilizarlas, se buscará que su significado sea aclarado de la forma más didáctica posible. Se recomienda también el uso de imágenes que permitan sintetizar y aclarar los conceptos más relevantes del escrito. 3. Las referencias mencionadas en el texto se indicarán conforme aparecen en el mismo. Debido al carácter de la revista, deberán incluirse solo referencias a trabajos fundamentales sobre el tema en cuestión y el número máximo será de ocho; en caso de que un artículo lo exceda, únicamente se publicarán ocho citas a juicio del editor. La lista de referencias deberá escribirse de acuerdo con los modelos que se detallan a continuación.

Presentación de los manuscritos A fin de agilizar el proceso de revisión, es necesario se envíen tres copias impresas de cada trabajo, dos de las cuales deberán ser entregadas en forma anónima, a fin de enviarlas a los revisores, quienes juzgarán sobre la pertinencia y calidad del trabajo. Los artículos deben ser entregados en disquete o disco compacto y hechos en el programa MS Word. En caso de que no se cuente con este programa, haga una copia del mismo con extensión .txt. Los trabajos deberán ser etiquetados con los nombres del archivo y del programa que se utilizó. Es requisito indispensable que los manuscritos cuenten con las siguientes características: 1. Los artículos deberán tener una extensión entre las seis y las diez cuartillas (hojas tamaño carta escritas a doble espacio con letra Arial de 12 puntos), incluidas las notas y referencias bibliográficas, escritos con un lenguaje sencillo y claro. Todas las páginas deberán estar numeradas. Los títulos de los artículos no deberán ser mayores a las seis palabras. Se sugiere el uso de subtítulos en el texto, pues facilitan la lectura.

• Con un solo autor: Juliana Tejeda (1995) comenta que para efectos de legibilidad... En un reciente estudio de los tiempos de reacción (Walker, 2000)... En 2000 Walker comparó los tiempos de reacción... • Con dos autores: Si se coincide con algunos autores (Kosslyn & Koenig, 2003)... Kosslyn y Koenig, (2003) investigaron... En 2003 Kosslyn y Koenig determinaron... • Con tres autores o más: De acuerdo con algunos estudios (Kosslyn, Koenig, Cave, et al., 2001) Kosslyn, Koenig, Cave et al., (2001) determinaron que... En 2001 Kosslyn y otros afirmaron que...

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JULIO SEPTIEMBRE 2006

Documente sus trabajos a lo largo del texto citando por autor y año (se puede, si se considera conveniente, incluir el número de la página de donde se tomó la referencia); la idea es que este tipo de citación ayude a que los lectores identifiquen la fuente en la lista alfabética de autores que se coloca al final de los artículos. Los diferentes tipos de citación de referencias son los siguientes, en el caso de libros:

La bibliografía completa deberá ir al final del escrito y se citará de la manera siguiente: Bazan, J. (1998). Manual de diseño urbano. México: Trillas. Fimbres Durazo, N. (2000). Emigración, inmigración y retorno: el ciclo de los inmigrantes mexicanos en Caléxico, California, EE. UU. Estudios Fronterizos, Revista del Instituto de Investigaciones Sociales UABC, 1 (2), 93-120.


DIRECTORIO REVISTA UNIVERSITARIA DE LA UABC

Coordinación general • Rosa María Espinoza Galindo Coordinador editorial • Gabriel Valtierra Editor literario • Tomás Di Bella Diseño editorial • Olivia Marbella De León Machuca Operadora de sistemas tipográficos •Palmira Gaxiola Espinoza EDITORES RESPONSABLES POR ÁREA

Divulgare. Ciencia para todos • (ciencias naturales y exactas) Margarito Quintero Núñez Paradigmas • (económico-administrativo-contable) Martín Ramírez Urquidy Semillero • (ciencias sociales) Gabriel Trujillo Muñoz Yubai • (arte y humanidades) Gabriel Trujillo Muñoz Revista Universitaria de la UABC, nueva época, año 5, número 60, octubre-diciembre de 2007. Revista trimestral publicada por la Universidad Autónoma de Baja California. Los artículos firmados son responsabilidad de su autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los materiales publicados siempre y cuando se cite la fuente. Certificado de licitud de título núm. 12827. Certificado de licitud de contenido núm. 10399. Reserva de derechos núm. 04-2004-030411472300102. Tiraje: 1 000 ejemplares. Impresión: Color Uno. Calle Artículo 3ero, número 611. Fraccionamiento Soler, Tijuana, Baja California. Revista incluida en las bases de datos bibliográficos: Latindex (Sistema regional de información en línea para revistas científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal), Thomson Gale, así como CLASE (Citas latinoamericanas en ciencias sociales y humanidades), su índice puede consultarse en la dirección http://dgb.unam.mx/clase.html Correspondencia: Revista Universitaria de la UABC. Coordinación General. Departamento de Editorial Universitaria de la UABC. Av. Reforma 1375. Col. Nueva. Mexicali, B.C., C.P. 21100. Teléfono (686) 552 10 56, o a los correos electrónicos: revista@info.rec.uabc.mx, y revista_uabc@hotmail.com. Imagen de portada: Maricela Alvarado, El músico, 2006, técnica pastel sobre cartulina, original de 80 x 102 cm.

Dr. Gabriel Estrella Valenzuela Rector Dr. Felipe Cuamea Velásquez Secretario general M.C. Judith Isabel Luna Serrano Vicerrectora Campus Ensenada Arq. Aarón Gerardo Bernal Rodríguez Vicerrector Campus Mexicali M.A. Alfonso Vega López Vicerrector Campus Tijuana L.C.C. Ricardo Moreno García Secretario de Rectoría e Imagen Institucional COMITÉS EDITORIALES POR SECCIÓN

Divulgare. Ciencia para todos • Patricia Bonilla, Octavio Robinson (Facultad de Medicina); Laura Viana Castrillón, María Consuelo Espinoza Valle, Miguel Humberto Carrillo Mendívil (Facultad de Ciencias); Roxana Peláez Molina (Facultad de Odontología); Jorge Augusto Arredondo Vega (Facultad de Arquitectura); Ana Luz Quintanilla Montoya, Eugenio Carpizo Ituarte (Instituto de Investigaciones Oceanológicas); Marco Antonio Reyna Carranza, Onofre Rafael García Cueto (Instituto de Ingeniería); Daniel Hernández Balbuena, (Facultad de Ingeniería) Paradigmas • Juan Manuel Ocegueda H., Patricia Moctezuma Hernández (Facultad de Economía y Relaciones Internacionales); Jorge Morgan (Facultad de Turismo y Mercadotecnia); Candelaria Pelayo (Facultad de Derecho); Daniel Muñoz Zapata (Facultad de Administración y Contaduría Tijuana) Semillero de ideas • José A. Moreno Mena (Instituto de Investigaciones Sociales); Rodolfo Gómez Castellanos (Facultad de Ciencias Sociales y Políticas); Hugo Méndez Fierros, Marcos Ramírez, Alfredo Padilla (Facultad de Ciencias Humanas); Isabel Reyes (Facultad de Pedagogía); Elvia Méndez Fregozo (Escuela de Humanidades); Alberto Gárate Rivera (Centro de Enseñanza Técnica y Superior-Mexicali); Yubai • Sergio Rommel Alfonso (Escuela de Artes-Tijuana); Alfonso García Cortez, Hugo Salcedo (Escuela de Humanidades), Raúl F. Linares Borboa (Facultad de Ciencias Humanas); Fernando Vizcarra (Centro de Investigaciones Culturales-Museo), Carlos A. Gutiérrez Vidal (Escuela de Artes); Roberto Castillo Udiarte (Universidad Iberoamericana Noroeste). CONSEJOS EDITORIALES POR SECCIÓN

Divulgare. Ciencia para todos • Sergio Romo Barraza (Facultad de MedicinaMexicali); Roberto Millán Núñez (Facultad de Ciencias Marinas); Isaí Pacheco Ruiz (Instituto de Investigaciones Oceanológicas); Nahara E. Ayala Sánchez (Facultad de Ciencias); Sara Cortés Bargalló (Facultad de Medicina-Tijuana); Miguel Cervantes Ramírez (Instituto de Ciencias Agrícolas) Benjamín Valdez Salas (Instituto de Ingeniería) Paradigmas • José David Ledezma Torres (Facultad de Economía y Relaciones Internacionales); Ario R. Estrada Gaxiola (Facultad de Turismo y Mercadotecnia); José de Jesús Díaz de la Torre (Facultad de Derecho-Tijuana). Semillero de ideas • María de Jesús Gallegos Santiago (Facultad de Ciencias Humanas); Cuauhtémoc López Guzmán (Facultad de Ciencias Sociales y Políticas); María Aurora Lacavex Berumen (Facultad de Derecho-Mexicali); Pablo Jesús González Reyes (Instituto de Investigaciones Sociales) Yubai • Marco Antonio Samaniego López (Instituto de Investigaciones Históricas); José Gustavo Mendoza González (Escuela de Humanidades).

colaboradores Y en el caso de las citas de documentos en línea, la citación será: López, B. M. (2004). Salud pública: El precio del desarrollo. Recuperado el 2 de junio de 2004, de http://www.elmundo.es/ Salud/293/07No118.html Adonis, M., Caceres, D., Retamal, C., et al. (2001, enero). Indoor air Pollution in zone of extreme poverty of metropolitan Santiago [Contaminación intradomiciliaria en un sector de extrema pobreza de la comuna de La Pintana]. Revista Médica de Chile, 129 (1), 33-42. Recuperado el 17 de febrero de 2006 de, http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S003498872001000100005&lng=en&nrm=iso

4. Las figuras, fotografías o gráficas deberán presentarse por separado, impresas en papel de buena calidad o elaboradas por computadora y almacenadas en el mismo soporte en el que se entrega el texto, pero en archivos separados. En este caso son aceptadas las extensiones TIF, CDR, JPG o EPS mayores de 300 puntos por pulgada (DPI). Al preparar las figuras deberá tenerse en consideración que comúnmente éstas se reducen de tamaño, por ello la simbología deberá ser clara y diferenciable. Al final del texto se deberán incluir los pies de todas las imágenes. No incluya imágenes que no se mencionen en el texto. En lo posible se deberá evitar el uso de material gráfico previamente publicado; sin embargo, cuando ello se considere indispensable, será responsabilidad del autor obtener los permisos necesarios para su reproducción. 5.El o los autores del trabajo deberán anotar su nombre completo, dirección postal y electrónica, así como números telefónicos donde podrán ser localizados, además de la institución a la que se encuentran adscritos, y una breve semblanza de su trabajo, no mayor de media cuartilla. En caso de no cumplir con estos requisitos en el tiempo solicitado, Revista Universitaria de la UABC se reserva el derecho de publicar el trabajo. Tipos de colaboraciones • Ensayo, reflexiones, artículos. • Traducciones de ensayos y artículos. • Entrevistas • Reportajes

• Resultados e informe de investigación: Trabajo en los que se den a conocer los resultados generales o parciales de una investigación original. • Revisión comentada de un libro o cualquier otro tipo de documento (reseña). Se recomienda que el autor retenga una copia original del texto. Una vez recibidos los archivos o documentos, se le notificará al autor de su recepción en un plazo no mayor de cinco días. Toda la correspondencia se establecerá con el primer autor del manuscrito. Si la coordinación editorial de la revista no recibe respuesta del autor en un lapso mayor a los seis meses después de que se le hayan indicado los cambios a su trabajo, este será dado de baja. Formas de envío El material podrá ser enviado por correo electrónico, mensajería o personalmente. Si lo hace por correo electrónico será necesario que anexe en un archivo los documentos e incluya en el cuerpo de la carta el listado de los archivos enviados. La dirección electrónica a la cual deberá dirigir su mensaje es: revista@info.rec.uabc.mx, revista_uabc@hotmail.com. En el caso de mensajería, deberá incluir una impresión del documento original; una hoja con los datos de identificación del autor o autores (nombre, institución, dirección, teléfono, fax y correo electrónico); dos copias ciegas del documento (sin datos de identificación del autor); disquete de 3.5” o disco compacto conteniendo archivos. La dirección de envío es: Revista Universitaria de la UABC, Av. Reforma 1375. Colonia Nueva. Mexicali, Baja California. C.P. 21100. Derechos de autor Una vez aceptado el trabajo, los autores cederán a la UABC los derechos para publicar y distribuir el texto en forma impresa y electrónica, así como para archivarlo y hacerlo accesible en línea. Los autores podrán distribuir su propio material sin solicitar permiso del editor, siempre y cuando sea sin fines comerciales y la fuente original sea citada. En el caso de que se presenten trabajos firmados por dos o más autores uno de estos deberá presentar una carta en la que los co-autores autoricen la publicación del trabajo en cuestión y en donde se confirme su legitimidad.


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