o en los tecintos unirersitarios de su ciudad. Para más información visítenos, estamos en el edificio de Rectoría en A. Obregón y Julián Carrillo s/n. en Mexicali, B.C., o bien, comuníquese con nosotros al (65) 51 82 63 o a través de nuestro correo electrónico: editorial@info.rec.uabc.m¡
ILos afan un historia
Los afanes c/e //t/ lt l¡to i aclor
Los amigos v colegas de Dar icl Pircr-r R-..::- :=-. - eoto aI
impottante üabajo que como historiador ha ller-¿do a cabo. \Iiguel kóa-PorclXr- -\rmro Azueh, Ávaro Matute, José María Muriá, Paul Gaaster, \Iaia Luisa Rodrguez-Sala
Alfonso Rangel Guerra, Celso Garza Guajatd,o, Eiizabeü Foaseca Carrer4 A¡tonio Meza Estrada, Gabdel Ttujillo Muñoz, Jesús Ordz Figueroa, \ngela \fo¡ano, María Eugenia Bonifaz de Novelo, Lawtence Taylo¡ A¡rtonio Padilla Corona, Miguel Gárate Velatde y Aidé Gtiialva colaboran pan dekneat las diferentes facetas de la htctifera labor académica del maesffo David Piñera Ramírez.
En esle número de Yuáoivolvemos o reofirmor de nuevo (uento el rompromiso que dio origen o su oporición público hoce yo siele oños: ronverlirse en un espocio poro olenlor lo reflexión y el onólisis, osí (omo por0 fomenlor lo creoción cuhurol y ortktic0 entre los universilorios y lir comunidod boiocoliforniono. Al mismo liempo que se esloblecío el compromiso de propicior el diólogo entre los diferentes generociones de inteleduoles, orlilos e invefigodores que lrobojon dentro del compo de los humonidodes.
En sus diferenles ediciones publicodos o lo ferho, ho quedodo constoncio de ese compromiso.
Lo diversidod de voces y de expresiones ortíst¡(os que hon oporecido en sus póginos, hon conhibuido con sus oporlociones ol enriquecimiento de nuestro vido culfurol. Y no ho sido menor lo oporloción de quienes, desde lo reflexión histórico, sociol o filosófiro, hon rontribuido con sus ideos o pensor nuestro condición sociol y humono, t0nlo (omo o voloror nuestro posodo y oún nuelro porvenir. Somos ohoro meiores universilorios y mejores ciudodonos.
En esto último porte del siglo xx, en donde, por neresidod o por cofumbre, se hoce imperioso io ,e. lo vrsto olrós poro trozor los nuevos cominos o seguir, Iuáoimontiene vigente el compromiso :: ::' ::-:: ¡ os mos diversos monifeloriones de lo rreoción y los ideos. Tonto ocerco de litero'-': : ::-:: .- '..',. .- : ¡: los trodiciones populores, los ortes plÍsticos en generol (fotogrofro p ru': :;:" r-': ::-: :: : ':flexión histórico, sociol y filosófico. En sumo, uno revilo multidisciplinorio o! a-: : : -::- :: : rulluro en lodos sus expresiones-
Aspiromos 0 QUe rr.!i'! .:-:'-- '!.: :c ::r,ribryendo o forjor e1 perfil de nuestro reolidod cuhurol. sociol e hifcr'¡¡
C.P.Víctor Everardo Beltrár Corona Rector
NI.C. Juan José Sevilla García Sec¡etario qeneral
C.D. René Andrade Peterson Viccrrcctor 7oo¡ costi]
Dr. Gabriel llstrella Valenzuela
Drrcc.(,r !cllcrrl-lü I \tLrr\rLrll [ llr\Jl\lLJrrJ
RevistaUnivusitaria
COORDINACIó\ GtsNERAL
Rosa \{aria Esfinoza
ASISTENTE
Ana Cabriel¡ Rubio More¡o tsDITOR LITERARIO
Tolnás Di Bella DISEÑO EDITORIAL
Benito Gaytán NlorenL)
IlLLitr-an esle núLireroi NI¿nuel Bojórkez. Frrncisco Chír,ez Ctrrrugec[r ¡ Car'1os A. GutiJlrcz Vidal. Fotogralia cle portirda: De 1l serie -áro.r / de \lanucl Boiórkez. Fotogrífia en úrclicc: Nfanuel Boiórkez.
Coronado O ega (Me\icali): M¿nue1 BLrjórkez y Francisco
Ch,lvez Co ugedo (Tijuaia): -\1!aro Blirncarte I Florid¡lma
Allbnzo (Tecate): Altbnso C¿rdona rEn!r-n¡dr )
ulio-septiembre. Revista trimestral publicada por la Unjversidad Autónoña de Baja Califbrnia. Los a¡!íclrlos Lde su nutor. Se ¡utodza la reproducción total o parcial de los materiales publicados siempre y cuando se cite :r:d de rÍlulo ¡úmero 7432. Cerlilicado de licitud de conlsnido üÍrm. 5346. Rese a de título de de¡echo de : r -i.mplares. Inrpresión: Sonora Container. Quintana Roo 402-8, El Choyal, 83130, Hemosiuo Sonora. : =!:,rrJen.i¿: Re\'¡sta Utliversitaia, Coordinaciór gereral uABc-Rectoría, Av. Obregón y JuIiá¡ Calfillo , -' i. il il \ -i1 LABC 3176#. Dirección elecrónica: ¡evista@info.rec.uabc.mx
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EsP¡¡o Ps lcu Mendoza EntreYista con GustaYo
Rur¡ oB P'lso e surgió en medio Acerca de un valle qu reflexíón sobre M exicalí a fines del una
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I{umberto FAixBenrmen
Aidé Grijalva NúriaYilanova
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CoLLIMNAS AruNrss oe NOVEMBRE
Mtle.Nto D eP¡rr¡ue'¡ro DE QUEJAS
§.* fl E¡Bnctcro osl- CRITERIo: (RESEÑAs)
José Manuel Di Bella del desierto: siglo w
Peilro Ant0nio Campos AffredoLucero Montaño
Rodúguez aCatifumia
Alfonso García Cortés f rancisco Morales
c¡rlos Gutiérrez Viild' f ran trich' Jaüer Gonzátez Cároenas
Jerome Rothenberg
Hfl"lffifri:txtr; Tomás Di Bella
Inicios urbanos del norte de Baja Calffornia. Influencias e ideas, 1821-1906
Para el historiador David
Piñera Ramírez la obla de Antonio Padilla Corona "hace aportaciones sustanciales a la historiografía de Baja Calilornia, ya que al estar enfocada en 1os inicios urbanos de la región. trata un aspecto fundamental, pues por una serie de circunstancias peculiares. las ciudades son 'personajes centrales' en la historia bajacaliforniana".
Itlitios lltbanos deL norte de Baja CriliÍornio. ltl.ftuenc¡ds e ideds, 1821'1906, Antonio Padilla Corona.
Mexicali, B-C., Universidad
AutónoDa de Baja California/lnslitulo de Investigacioües Históricas. 1998. 229 pp.
Literatura b qjacalifu rniana siglo xx
Mujeres y frenteras. Una perspectiva de género
Desde rLna pe.pectiva de género. Socorro Tabucnca análiza la oblir narati\,!r dc dos escritot'as dc 1a fronteru noÍe. Rosil'la Conclc y Rosario SaurigueJ. E1 objetivo de su nabajo es el de analizar la inarginalidad cn la obra de Conde y San Miguel. en dos sentidos: comc literatun escrjta por mujeres y como literatura producida desde la frontera norte de México.
Mujetes t Jrc,¡k'ras. Ulu pe^p?Ltita de s¿neru, Socorro Tabuenca Córdoba, ln!tituro Coahuile¡se de la Cultura/Fondo Estatal para 1,r Cultura I las Artes. Chihuahua, Chihuahua Co1. Solar, 1998. 107 pp.
Meyibó
Mqrrtó
Los ensayos. sembJanzas y reseñas ¡eunidos en este volumen ofLecen un panorama amplio y documentado de lil que ha sido Ia literalura de Baja Calilbrnia a 1o largo del siglo xx. El lector podrá cncontrar infbrrnación de prirnera mano pala hacer cl recuento de la litcratura que se dio a conocer durante el transclrno de este siglo. Como empresalio-pioncro en el norte de Baja Califolnia.
señala el autor "es un buen momento para hacer. con criterio a 1a vez amplio y riguroso. un balance general de la literatura de nueslra entidad. tomando en cuenta no sólo la madurez alcanzada a últimas lechas. sino los rcconocimientos otrtenjdos por nucstros literatos a nivel racional e internacional".
En sll nu.\ ¡ época la revista del Instituto de Investigaciones Hjstó¡icas dc la rrrBC. incluye 1as colabo¡aciones de r'¿r¡ios historiadores de reno¡rbre. Sobresalen los trabajos "Treinta años de miner'ía en Baja Calilbmia. I870- I990 ' de Hilarie J. Heath: GLrilletnro And¡ade. Los alanes de un
187:l- I88E' de José Alfiedo Gómcz Estlada r "Prcdit¡. El monumento en Tijuana. Baja California: unahisto a de arubicioncs extranierrs'de Anlonio Pxdilla Corona entre otros.
Meríbó, Revista del Instituto de Investigaciones Históricas, Nueva época. vol. l, núm. 1, 1998, 159 pp.
Entrevista con Gustavo Mendoza
t ,-T\ , , aL , h¿ t,tado crt¡u-de olutnnt¡. .o D parfe de lo ¡trünera generació|l, fdútbiét1 cü o lnaestro \ dllora cttl«t director de la núsnu. ¿ Cón.o valoras lct,\¡tLlucíót¡ tle la EscueLa de Ilunattidades q trcce dño,y tle lnberse.find«do?
Creo que una buena manera de J..:n^. r.lrr c. .rPuiCIJu lu\ lrc\ eje. iu¡damcntales de Io que es la función de l¡ unir ¡rsiihcl En cl campo de la doc'encia rr inJud¡ble que ha habido al-eunos arances pero cs necesario consolidal lo que se reliele a la espccialización del prof'esorado. Necesitarnos que los propios maes tros y la unversidad geflelen ]as estrategias necesarias para que toda la p]anta de doccntes tenga un grado ruper¡,-rr'. eu¡ndo tneno\. al que e.tii enseñando.
El álea más importaDte, con]o complemento a 1() anterior, es el de lil investigación, en la cual también lalr¡
mucho trabajo por hacer. Los proyectos han generado algunos productos: sin embargo, toda\ría se requiere lrabajal mucho más lo que es su vinculación con el trabajo docentc.
A lo que rne refiero es quc las habilid¿des de investigación cn los estudiantcs requieren de estructuras, apoyo y de práctica totalmente ¡dicionales ¿r lo que se ve en clasc. El tercer aspccto cs cl de lir r,inculaciirn. El rran problema que tenetttos er el área dc hu¡r¡niclacles es quc los ployectos de vinculación están pelsados como prestadores cltscrvicios ¡rara la iniciativa privada. cn el área dc ingeniería, diagnóstico de mercados, de proccsos Llnrin¡\tlijti\t\\. Sin (nt1..t':, dc hurnrnidr.lc. tLI ... urodeb parl poder .:lr:-- .::: -, -,.
Humberto Félix Berumen*
Algunos muchachos que entran a trabajar en estaciones radiodifusoras se encuentran con que tienen que aprender a trabajar con equiPo digitalizado, y que no tenemos en la escuela
polfri:as culturales de k ixtitr¡cioaes de soti=E-
Una líaeage ha ffitqlt:re en este modelo & lidhá- = aquélla que tiae rye ¡scq k estategias de consa¡'ri¡io áei patrimonio cultural- !§o - ha trabaiado de una marer¿ si§rñfuic¿ en la escuela y es un área que necesitamos tambiéa elaborar.
El cuarto aspecto es el de la extensión cultural- E¡ esta iárea sí ha habido, aunque modesta, uEa oferta cultural que se ha sostenido a 1o largo de trece años. Aunque la política de extensión cultural de la u¡iversidad ha sido la de concentra¡se hacia el interior de las Fopias unidades académicas. Sob¡e todo con la ofena de sewicios que Ya úenen uo Púbüco establecido, como es el cine club, los talleres culturales y los talleres de poesía o de literatura Ha faltado generar otras es¡rategias que pemitan 1a salida de las áreas de historia" frlosofía y de comudcacióo más allá de la elaboración de malerial audiovisual, que eüdentemente es una de sus funciones.
En general. el diagnóstico es que falta consoüdar esos cuaÍo aspectos de la escuela.
Menc¡onaste la falta de trabajo de investígación en la escuela, ¿Sobre este punto existe Llgún ProYecto o algún plan?
Existe un Proyecto que está elaborando el actual rector, Vlctor Beltrán. Lo que se hacía antes era elaborar proyeclos de inve:ti gación que permitían el desarrollo de temáticas que son de interés para los profesores. En general, el problema que se ha tenido es al momento de a¡ticular esto con el Proceso =.<i,r:-z:-:r'- readizaje de los
:gfu- I r:- ¡:-¡¡-- a la Escuela &fu.¡r.i.L
QEÉ i .§-3¡ás'¿=i¡sso sea el ¡E€-* !É-"¡'{. ea Esenad4 Ya fE 1*.=r+'q{i'!r ie úE Eá¡erias -rr:-d¡cdE&ode'
ryr=:r- r rr -r-sr:.-i<iu con iu irte*§rictts ¡ r¡ge- además, É-'d ryñür+olod¿l Clr-tSI
Eso les b güe qrr Prácúcas iryutantes, couo el cultivo de la totoaba, se en¡ietrdan clmo úna ¡nane¡a de vincular la investigación con la docencia-
¿No se ha Pensado en crear algún ifisti tuto de inve stigac i o ne s humanísticas ?
l-a respuesta, en 10 inmediato, es no. Lo que se quiere ¡eadecuar'son las polÍticas de invesÚgación en las propias unidades académicas. De en:rada hay un Problema imporlante: no tenemos la flgura de Profesorinvestigador, por 1o menos en la Escuela de Humanidades.
Esto rcquiere que se hagan varios cambios en e1 aspecto administrativo. Primero, que Permitan el reconocimiento estatutario de 1a hgura del profesor-investigador. Dos, geoerar 1os prcyectos para e1 apoyo a 1as áreas y 1as materias que se imparten en 1a escuela. Y tres, que las materias estén articuladas Para persritir una atención más esmerada a los estudiantes y que la carga efectiva de 1as materias teflga una mayor presencia de la investigación.
Ahora, generar iáreas esPecíficas de investigación es también otla tarea por hacer Porque si bien existen trabajos importantes que en lo individual han sido sobresalienres. como en el caso de la maestra Lourdes Gavaldón, no se ha Podido generar que ésta sea la pauta de toda la escuela.
Hay desde problemas de tipo presupuestario hasta estrategias que ha generado la propia universidad, como la de ofertar apoyos hasta de 40 000 pesos en un año a través de insituciones como cnl.o.c.
Mencíonttbas eL ¡enn de la capdc¡taciót1 de los mt¡astros, en el sentido ¿e que deberían tener cu¿tntk¡ rlenrLs un gratlo otiba deL que estón impdrtien(Lo. Sobre esfo, ¿existe oLgún pro\ecto o programd ?
Sí. Me refc¡ía al Programa pala el Mejoramiento del Profesorado (Plomep), que es un programa federal. Y la irrren..i,'n i. creaIpro!tiUn,r\ Lle pclsgrado, maeslr-í¡s y doctorados, clue no scan residenciales. De esta manera. los naestros quc cstán en las tlniver-sidildes del país, pueden tener' acceso a centros como la Univelsidad Nacional Autrinoma de N{éxico. la lJniversidad Autónona Mctropolitana, los diierentes sistemas de colegios quc existen en los estados y ofrecer programas tutori¡lcs a distancia.
Actualmente. los quc se hallan más const¡lidados cn la UABC son los que estin en el íircr dc ingeniería y de cieocirs rnalinas. Pero es un programa toda\,ía por desafl ollarsc. Se liene pensado incorpolar litelatu¡l, comunicación i tilosofía. En cuanto a l¿ histori¡. la Universidad Autónoma Mehopolita[a ya esIá oflecicndo u]'l plograma de maestría de este lipo. En relaciótt «»t el ni¡eL de los egtestdos de la Escuelo tle Htonanidades, ¿ e.r¡.\ t? ctlgLola itled tespetto uI tipo ¿le estLtdioltet (lue ¡'eultlrctúe e\f á11 cl¿t'e sdndo.)
El programa de sesuiniento üe egresados que rellizl l¡ Dir.-¡¡r ,:: C(r.r.r'J.'f \. . I que bu.,-.: t' l:: -:-:::: :. :: :- : :¡ri.¡::: l, --:-- : -:
egresados. No diagnostica de manera sistemática, por ejemplo, cuál es el desempeño'que tienen todos los egresados en el mercado laboral. Existe un seguimiento que se ha hecho desde 1994 de manera sistemática, y que ha genetado varios bancos de datos. Estos bancos de datos siwen para auxiliar sistema de bolsa de trabajo de la unive¡sidad. Sin embargo, no tenemos un instrumento de diagnóstico acerca de cuáles son los problemas que el egresado riene que enfrentar al momento de estar 9n el mercado labo¡al.
Ha¡ indicadore.. por ejemplo. de que existen casos exitosos de ilcorporación de estudiantes.
Sabemos también que algunos muchachos que entran a trabajar en estaciones radiodifusoras se encuentran con que tienefl que aprender a trabajar con equipo digitalizado, y que no tenemos en la escuela. Pero es un panorama que conocemos de manera muy ftagmentaria.
No tenemos 1os elementos que nos indiquen en qué estamos fallando, por ejemplo, en el área de comunicación, en 1o que se refiere a comunicación organizacional o qué es lo que estí sucediendo con los muchachos que egresan de literatua. Sabemos que existe un porcentaje bastante considerable que está en 1a docencia en el nivel medio superior. Pero no ¡eEemos fuformación para elaborar un diagnóstico general y que nc permita. sobre todo. -!merü indicadores d€ cóm r-amc a redir la calidad y el desempño del egesae-
Tu nombranieao eaztit¡e w reconrx:ir¡ienfo pa¡a st mia nbru dc la prit*m ganzrrióa pr *r cl primtr diretur cgrcsdo dc la mis¡u c«ulo- ;sigtfica cso tm cierlo nir'el,
No tenemos los elementos que nos indiquen en. qué estamos fallando, por ejemplo, en el área de comunicación, en lo que se refiere a comunicación organizacional o qué es lo que está sucediendo con los muchachos que egresan de literatura
utla cierta estabili:aciófi e la escuela?
Por deformación profesional descreo de los mitos fundacionales. No puedo decir que sea el inicio de una nueva etapa. Creo que sí existe una conciencia en Ia comunidad docente de Ia escuela de que necesitamos imprimirle otra dinánica a nuesra propia institución. Existen problemas importantes que requieren de planes de desarrollo específicos. Como. por ejemplo, la universidad pilblica en México tiene como característica que entre el setenta y el ochenta por ciento de su planta docente está integrada con maestros por asignatura. No es pues, un probiema só1o de la u,rec. En segundo )ugar. no tenemos la figura de profesor-inr estiuador.
Todo esto crea problemas como. por ejemplo. 1a altísima rotación que lenern,'. de r lrc.lro.: que lr docencia se hala. si no estancado. por lo menos atlanzildo sóiidamente en un modelo fund¡ment¡lmcnte reproductir.r de l¡s conocimjentos que ¡ a eri:teD J .lue oo 5e pellnita trabajar otr.. trprr de nrodelos quc in.tplican nti' ir;'r¡¡ P'rr f¿flc de1 docente. E\r'.. :.-n:rn'lo sobre todo. en el conilrLaii'. l.rtl,t alrrtrl) instrunren¡¡ ¡:¿-,._:r :
Este es ür :: t.i:tt-1 .lrle lrenil cualquier p1,..:::::'. -: CL,¡1ar gerrelar lrnc-.J.'i\-.: :.. ..-. r.u\e/ permitan un ::_:-::::::::¡,.- :tllndo el profe.orrJ...!.:. :r.:r: no está de mane¡a J::l¡:::.. ,: qx: e¡tai aa,ntialrd¡ !.'-t : : :,i,:¿i L¡s e\paa:.iti....i :r:: a .:a::.lol1o. ¡anto ::rcir iiu:. .'r:: - i::ili,r en su árca ::'iani,i:i: iar: .:'.:rl illilild¡S en
:.::.. -: , -::a :il- q'.le el a a:,: : ..:.:: :.::'Ult¡dOr
de la evaluación que se hizo el año pasado a las diferentes escuelas de la universidad. Con excepción de Enrcnadr. en ca.i todas las e.cuelrrr se ha señalado cómo pensar en una universidad de investigación, cuando tenemos el setenta o el ochenta por ciento de nuestros maestros contrat¡do\ por asignatura ¡, sin la posibiliilad innediara o mediata de generar pro-vectos de in!estigación ¡ que, a su vez. per'[1itan generar estudiantes que sepan diagnosticar los problemas de su disciplina ¡ presentar soluciones a Ios plc¡blenas disciplinarios.
La prospectiva en este sentido sí está complejizada por esta estruclura que ha tenido la propia universidad. Existe el caso exitoso de Ensenacla. pelo desafbrtunadamente no es el patrón de toda la UABC.
Se contental¡a h posibílitlutl de que la escuekt ubrieru estutlíos tle posgrado, coltcretafilenle una nute.¡t ría-
Es un proyecto que está en marcha. Porque de hecho el plan de desarrollo de Víctor Beltrán lo contempla. Y
Acerca un valle ues
una reflexión soi:re Mexicatri a f;nes Ce1 siglo rxx
Cuando venía llegando a Nrlexicali, desde la ventanilla del avión. contemc a3e con arrobo y admiración a nuestro valle. Las formas geométricas. de trazc cas perfecto, de las parcelas de nuestros ejidos y colonias agrícoas, atra'.esaias por infinidad de canales y caminos vecinales, ofrecen un suculen:c es3e::ac-lo a la vista. Como un mosaico de tonalidades verdes, el ,,'a 'e oe ¡,lex caii deslumbra en medio del desierto, enrnarcado por la cordi era per .su,ar que por allá se avisora, con sus azules y morados nostáLgcos l.re ian ben ha reproducido con su magistral pincel nuestro prntor Carros Coronado Ortega.
*ConÍercncia prcnunciada en el 96 aniversa¡io de la ciúdad É Mexical¡. -*lnstituto de I nvestígac¡ones Históicas-uA4c.
AidéGrijalva..
A lo lejos, serpentea el viejo
Cauce det Ríocororado,cuyadesembocadura habíamos contemplado también desde el avión. Asombrada, reflexionaba sobre Io que la mano del hombre ha podido crear en un lugar en donde hace menos de 100 años, apenas, vivían los habitantes milenarios de esla región, los cucapá, y que ahora es uno de los valles más desarrollados de l\4éxico. Un lugar en donde un río, el Colorado, durante miles y miles de años, depos¡tó todo el material que acarreaba durante un largo recorrido que inicia en las montañas Rocallosas y termina en el golfo de California. Un lugar en donde un río de aguas cenagosas, poco a poco le fue cubriendo de l¡mo hasta convertirlo en un valle de gran fert¡lidad. Un delta en donde por mucho tiempo, ese acaudalado río se abrió en forma de abanico, en infinidad de riachuelos por donde se desbordaba, antes de morir del todo, en las calidas aguas del mar califorriano.
Porque la historia del valle de N.4exicali es la del Rio Colorado. Agua y tierra que unidas han transitado caminos paralelos. Porque si bien, el valle de Mexicali tiene una historia agraria y otra historia agrícola, éstas sólo se puede- entende'si seguimos la memoria de este río de agJas caudaiosas. al que fue necesario domesticar para que nuestro valle no viv¡era al arbitrio de sus desbordamientos e inundac¡ones o de sus sequÍas.
¿Por qué hasta este siglo surgió en medio del des¡erto del Colorado un valle agrícola como el de l\4ex¡cali? ¿En qué circunstancias históricas tiene lugar el nacimiento de una población nofteña y fronteriza como es la de Mexicali? ¿Cuál es la razón por la que estamos aquí reun¡dos para reflexionar sobre un aniversario más de la existencia de una ciudad y de un valle que, son sobre todas las cosas, h¡jas del siglo xx?
Lo cierto es que hasta hace 100 años, este fért¡¡ delta vivió ajeno a la mano transformadora del hombre. Los cucapá, sus habitantes orig¡nales, aprovechaban las periód¡cas avenidas del río y recolectaban las sandÍas y melones que crecían silvestres en las or¡llas de los canales. Tamb¡én pract¡caban una agricultura pr¡m¡tiva e incipiente que les permitió vivir en un frágil y delicado equil¡brio con la naturaleza, adivinando y precediendo el comportamiento del río y, sobre todo, huyendo de sus inundaciones.
Porque la fertilidad de la región della del Río Colorado, no era un hecho desconocido. Ya en los tempranos informes de los primeros expedicionarios que caminaron por la reg¡ón, siempre hay la
referenc¡a a las grandes posibil¡dades para el desarrollo agrícola de la zona. Hace dos siglos, José Joaquín de Arr¡llaga, gobernador y comandante militar de la entonces provincia de las Californias, en uno de sus viajes de expedición por el norte peninsular realizados a fines del siglo xv r, registraba en su d¡ar¡o su sorpresa y asombro al conocer la región del Río Colorado a la que le auguraba un gran porvenir, sobre todo si se dedicaba al cultivo del algodóbn. lgual sorpresa manifestaron los viajeros que por distintas circunstancias conocieron el lugar en donde las altas temperaturas sorprendían tanto como ta fertilidad de la misma. lgual sucedió con los reportes de los comis¡onados mil¡tares estadunidenses que pe¡naron la zona a mediados del s¡glo xrx en busca de una ruta de ferrocarril y
incluyendo las del puerto de San Felipe. Sin embargo, salvo algunos intentos de colonización (como los de Ciudad Lerdo y la colon¡a Lerdo) y algunos proyectos fracasados por constru¡r varios caminos en la parte norte de Baja California, además de la explotación del cáñamo que crecía silvestre en las orillas del Río Colorado, es poco lo que el sonorense hizo por la transformación de las tierras que poseía. Lo que sí hizo fue venderlas a varios grupos de capitalistas, hasta que finalmente se deshizo de ellas a cambio de una muy buena ganancia económica. Andrade también tuvo un papel fundamental en la formac¡ón de la California Development Company y su filial, la Sociedad de lrrigación y Terrenos de la Baja California, a las que les vendió la porción de terreno fronterizo que los ingenieros de
La historia del valle de Mexicali es la del Río Cslorado. Agua y tierra que unidas han transitado cam¡nes paralelos
que descubrieron el lugar, asombrándose por su gran potencial agrÍcola. ln¡ciaron con esto una etapa en la que las tierras del delta mexicano del Río Colorado fueron objeto de un s¡nfín de especulaciones. Por eso, durante la segunda mitad del siglo pasado, las tierras localizadas en la esquina noroesle de Baja California, fueron concedidas, vend¡das y vueltas a vender, traspasadas en varias ocasiones, algunas veces por el gobierno mexicano, ofas por particulares y compañías que bajo promesas de colonización se había adueñado de los terrenos. Fue una época en la que los proyectos para desarrollar las desérticas tierras se sucedían uno tras otro- Pero no fue hasta que Guillermo Andrade logró la conces¡ón primero y la compra después, de todas las tierras queformaban eldelta mex¡cano del Río Colorado, que éstas supieron de lo que el hombre es capaz de transformar y... también de destru¡r.
Guillermo Andrade, un nav¡ero sonorense am ca a¿ Porfirio DÍaz es, según algunos estudrosc-3 .3-: W¡lliam Hendricks. el padre de !a"e::'.':,:: Esto es asÍ porque fue e prirre'o a c-9:: ::: -:. caron los trtLlos de p.opiedao :e 3s':--;s :: -::'
dichas compañías necesitaban para llevar las a..r as del Rio Colorado a través del canal de, ^ta-:' .2-z regar las t¡erras del Valle lmperial en el s!. c: a: fornia. Andrade también vendió una o-e- : : :': :de sus tierras a un grupo de e^10'e-.a' :: :: -.:Francisco, California, los cuales a s- .:: .! :- : =ron a una compañía que se hao z a')=' :aa'. i- ' :'.y que seria la que converti. a :s'::,r ::i-::-:::i tierras en uno de los .a.rcr-os : : :,: : - :- : i - a': : -.desdel mundo: nos re'e'*--. z -= l:::::: : Land Company.
durante el per¡odo comprendido entre 1902 y 1 946' hasta que vend¡ó al gob¡erno mexicano las cerca de 200 000 hectáreas de tierras que aún tenía después de la expropiación agraria de 1937.
Pero la "Colorado" no estuvo sola en su aventura mexicana. La compartió con la dueña del agua con la que se regaban las tierras del valle. Nos referimos a la Compañía de Terrenos y Aguas de la Baja California, S.A,, propietar¡a del permiso para derivar las aguas del Río Colorado y de todo el sistema de distribución de las mismas. D¡cha compañía tuvo el control de las aguas mexicanas del Río Colorado, desde que adquir¡ó, mediante remate, el permiso que el gobierno de Porfirio Díaz le había concedido en mayo de 1904 a la Sociedad de lrr¡gación y Terrenos de la Baja California, para que esta úll¡ma llevara agua a Californ¡a a través del territorio mex¡cano, siempre y cuando una parte de dicho líquido se usara en México"1 Dicho perm¡so lo había perdido la mencionada Sociedad de lrrigación, cuando fue embargada debido a la bancarrota en la que quedó cuando ¡ntentó controlar la inundación del Río Colorado en 1906. Estas dos compañías, la "Colorado" y la de Terrenos y Aguas de la Baja California fueron, durante la primera m¡tad de este siglo, dueñas de los dos medios de producción fundamentales del valle: la t¡erra y el agua. Pero no sólo eso. En ambos casos sus prop¡etar¡os fueron extranjeros. En el caso de la "Colorado", eran cinco acaudalados inversionistas, dos de ellos propietarios del periód¡co Los Angeles Ti,res, Harr¡son Gray Otis y su yerno Harry Chandler y los otros tres, importantes hombres de negoc¡os: Moses H. Sherman, un adinerado tranviario, Otto Brant y William H. Allen, dueños de una compañía
aseguradora, a los que la historiadora estadunidense Dorothy P. Kerig bautiza, sin empacho, como los "cinco grandes", por haber sido en gran medida los responsables del tipo de desarrollo que tuvo el sur de California en las primeras décadas de este s¡glo. En cambio, la Compañía de Terrenos y Aguas de la Baja California sÓlo tenía un propietario: el lmperial lrrigat¡on Disf¡ct, esa agencia del gobierno federal estadunidense creada para llevar a cabo las obras de irrigación requeridas por los agricu tores delValle lmperial. La CompañÍa de Terrenos y Aguas habÍa sido organ¡zada por esta agencia federal con un obietivo principa!: garanlizar el suminlstro del agua del RÍo Colorado a los habitantes del Valle lmperial, en tanto no se construyera el canal que les permitiera derivar directamente desde territorio estadunidense las aguas del Colorado.
Dentro de este contexto fue que surgieron Mexicali y su valle. El caserío de princ¡pios de siglo, que después sería laciudad, se nutrió de vida con toda aquella gente procedente de dist¡ntos rincones de Sonora y del sur de la península, principalmente, que llegó atraída por la apertura de los canales de irrigación. El valle, en cambio, tuvo que ser primero desmontado, lEn dicho permiso se autorizaba a la mencionada sociedad para que por el cauce que había construido por territorio mexicano -y por otro que pudiera construir si-les convinieralonárprá náiu ra r""há, lá cantidad de 248 ,'/" d" las uguas del Bío Colorado en el territorio de los Estados Unidos Esto imDlico oue Mexico adquiriera, desde entonces un derecho a las aguas del Rio Colorado por un volumen oe 3 900 000 m anuales.
limp¡ado de maleza y arbustos, nivelado, y sus t¡erras, poco a poco, destinadas al cult¡vo. Para 1908, alrededor de 7 000 acres (unas 3 000 hectáreas) estaban ¡rr¡gadas y cuatro años después, en 1 912, se registraría oficialmente la primera cosecha de algodón: 1 5 pacas obtenidas en 12 hectáreas sembradas.
Así fue que mientras una compañía abría las tierras al cultivo, la otra construía canales, represas, bocatomas, puentes. Mientras Ia "Colorado" arrendaba las tierras y financ¡aba a sus arrendatar¡os, la compañía de irrigac¡ón, con autor¡zación del gob¡erno mexicano, establecía la tar¡fa del agua y la cobraba a los agricultores del valle de Mex¡cal¡. Y s¡ la "Colorado" enviaba sus guardias a v¡gilar las obras de irr¡gación que hacía la compañía de aguas, ambas se asociaban con una ¡mportante empresa ferrov¡aria para trazar puentes y vías de ferrocarril. Juntas acordaban sobre los bordes de defensa que levantaban para evitar desbordamientos del río y planeaban las obras de ¡rrigación necesarias. lvluchas veces sus intereses co¡ncidían pero otras muchas no. Algunas veces, la "Colorado" defendía el aumento del uso del agua del Río Colorado para regar las tierras del valle, mientras que la otra compañía quería que
portantes productores de algodón, y sus tierras atravesadas no sólo por canales y bordes, puentes, bocatomas, presas, represas y sifones, sino por caminos vecinales y vías ferroviarias que sacaban el algodón y los otros productos cultivados hacia el mercado exterior. De la noche a la mañana, en donde durante siglos la huella del hombre habÍa sido sólo la de sus habitantes oiiginales, llegaron hombres de todas partes del mundo: ch¡nos, japoneses e hindúes desde Oriente; empresarios estadunidenses y trabajadores mexicanos de los estados vecinos que acudían atraídos por la bonanza y riqueza de una economía agroexportadora, que demandaba mano de obra, inversiones millonar¡as de capital y tecnología moderna. Éramos, como d¡ce Gabriel Truj¡llo, un muestrario de distintas nacionalidades. De esta manera, el ritmo de crecim¡ento del valle de Mex¡cali estuvo dado por ese dif ícil equilibrio que existió entre los intereses de los dueños de la tierra y los controladores del agua. La filiación extranjera de dichos intereses or¡g¡nó que nuestro valle fuera, muchas veces, la arena en donde se dir¡m¡eran confl¡ctos cuyas raíces estaban más bien en la esfera de las relaciones bilaterales entre N,4éxico y Estados Un¡dos.
Para 1908, alrededor de 300 hectáreas estaban irrigadas y cuatro años después en 19'12, se regislraría o{icialmente la pr¡mera cosecha de algodón: 15 pacas obtenidas en l2 hectáreas sembradas
la mayor parte de esa agua se destinara a los usuarios del sur de California. Y mientras la "Colorado" rentaba más tierras, la compañía de aguas protestaba. Cuando la dueña de las t¡erras necesitaba abrir sus propios canales. contaba con ingenieros como el famoso J.C. Allison, quien había trabajado antes para la compañía de irrigación. Y cuando la dueña de la compañía de aguas cabildeaba con el gobierno de Estados Un¡dos Ia construcción de un canal que terminara con su dependencia de las obras construidas en Baja California, los dueños de la compañía terrateniente cabildeaban con el gobierno de [.4éxico su oposic¡ón a dicho canal, salvaguardando así Ios intereses de nuestro país. Y así, en medio de este estira y afloja. el valle de lvlexicali se fue convirtiendo en uno de los más im-
Por eso, la "Colorado ha ca.aaa: :-'z"achosañosconunahistorao-: : :-.: :-:::=l:-justificar el repartoagrarios -: -:: : -1:--::::': exprop¡ar la tie'ra' -o c E1: :: :-: :; - -: r:: : que20añosdesoués ¡e' - :: 2'.. a,a a-' a, a.=na, existiera L.l" a:',^: : ::- a:: ^.:-::-:s:a millo']deac'e::-:'.:- a: z-:-::: z l: :'::'. en Baia Ca ::-' ¿ S - .-..':. '-.:': : :: --. ^1. n_vec::' - a-,-'"-:-a =:a a'aaa - :: :- a ,a e aS: a'-aS :a - -: :'3- =aa'.aa a-: .::-:a-:OaC -;-:-::-:'-as eslu,: ',a '-:-.:- l--: ;':::-::: ;ll:- :-: : l: zaCa as a-a a-a -:l- .s ! e o!e ex st era este enc ave -' -'a z:' i' '-''.¿' z¿. ¿- ro'oe a -aro de obra
mexicana era despreciada, pero no hay que negar que las bases de la estructura agrícola del valle fueron establecidas por esta empresa, al punto que el monocultivo del algodón siguió durante mucho tiempo en el valle. También es cierto que la "Colorado" recurr¡ó al sistema de aparcería y arrendam¡ento de sus tierras para cultivarlas, estableciendo un sistema de explotación que no favorecía mucho a los agricultores, pero la fibra que se producía era vend¡da en el mercado internacional, dinamizando la economía de toda lazona. La "Colorádo" estableció las bases de una estructura agroindustr¡al que permit¡ó no sólo empacar y comprimir el algodón que se exportaba, sino industrializar su sem¡llay producir aceite, jabón, glicerina y otros derivados.
Por eso invitamos a que esta v¡s¡ón condenatoria de Ia
"Colorado" sea sometida a una profunda reflexión. HabrÍa que cuestionarnos hasta qué punto el valle de Mexicali forma parte de esa mitología oficial que se creó alrededor de los efeclos positivos de la reforma agraria en Méx¡co. En el punto culminante de la ideología nacionalista revoluc¡onaria, el rescate de las tierras que eran propiedad extranjera fue sacral¡zado. El ritual que conmemora año tras año dicho rescate pierde vigencia al comprobarse que los resultados de dicho reparto no fueron tan positivos como se esperaba. Aún así, el valle de [,4exicali comparte junto con otras regiones agrícolas mexicanas, la gloria histórica de haber sido arrebatado a propietarios extranjeros y de representar uno de los aspeclos culminantes de la ideología de la revoluc¡ón mexicana. Por otro lado, ¿cómo explicamos que una agencia del gobierno estadunidense controlara a travás de una compañía espuria el agua de un río que nos pertenecía por derecho internacional? ¿cómo justificar que dicha agua fuera vendida a los mexicanos, bajo elargumento de que ellos habian construido los ductos y canales a través de los cuales llegaba a
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IMexicali? ¿Por qué no estigmatizar tam bién a la compañía que se apropió indebidamente de las aguas de un río que nos pertenecía? Por una sencilla razón. lvlientras que la reivindicación agraria fue uno de los pilares rundamentales del discurso ideológlco de los gobiernos posrevolucionarios, el asunto del agua estaba sometido a un arbitraje internaciona No es casual que el nuevo tratado de aguas nternac onales se firmara en 1944. a casi 100 años del tratado de Guadalupe H dalgo. No fue hasta que se construyó el canal Todo Americano por el cual se envió a través del desierto del sur de California el agua del RÍo Colorado, que e gob erno de Estados Unidos accedió a flrmar un nuevo tratado que normara las entregas de las aguas de los ríos cuyo cauce compadían.
Por todo esto no debemos soslayar el contexto fronterizo en el que se ha dado el devenir histórico delvalle. lnversión e intereses extranjeros han tenido, desde el pr¡ncipio, un papel clave en el surgimiento y desarrollo del lugar. No es casua¡ que su nombre sea el resultado de la comb¡nación de las dos primeras sílabas de las palabras México y California, algo bastante simbólico, porque en efecto, el valle de Mexicali es el resultado de dos cruces.
Por otro lado, no hay que olv¡dar que la línea polÉ tica que separó a las Californias, la vieja de la nueva, también dividió a ta región deltáica del Río Colorado. Desde 1848, la parte sur del delta quedó como territorio mexicano y una pequeña parte del largo recorrido del Río Colorado pasó por tierras mexicanas, sirv¡endo además de d¡visión política de los estados mexicanos de Sonora y Baja California.
Desde entonces la región deltaica del Río Colorado fue divid¡da y después bauiizada con dos nombres: el estadunidense de Valle lmper¡al y el mexicano de valle de Mexicali, formando un espacio en el que tuvo lugar el desarrollo de una agricultura de altos
rend¡mientos, pero con efectos devastadores en el entorno geográfico, sobre todo en la parte mexicana de d¡cho delta. Por eso, la historia del desarrollo del valle de Mexicali no es posible separarla de la del Valle lmperial. Cual hermanos gemelos compadieron los dolores de parto aunque después crearon espacios agrícolas d¡ferenc¡ados.
Este contexto fronterizo ha sido a Io largo de la evolución agrícola del valle de lvlexicali, eltamiz que ha coloreado dicha evolución, ensombreciéndolo e iluminándolo en v¡dud de las circunstanc¡as y coyunturas históricas. Debido a su ub¡cac¡ón fronteriza, el valle de Mexicali ha regado sus t¡erras con las aguas llenas de sal de un río; por este mismo motivo, el valle de l\4exicali ha tenido que subsistir en condic¡ones de desigualdad polít¡ca, defendiendo el derecho al uso de un volumen mayor de agua y a una mejor calidad de las mismas; por esta razón, las aguas del Río Colorado están regidas por un tratado ¡nternac¡onal que no perm¡te a Baja Californ¡a una mayor expansión de su frontera agrícola y de su mancha urbana.
Lo cierto es que el valle de Mex¡cal¡ se enfrenta a fines de este siglo, a una de sus crisis económicas más agudas. El rancho del millón de acres es ahora un compacto valle dedicado al cultivo del trigo, algodón y diversas hortalizas, con diversos problernas que ¡ncluyen plagas depredadoras hasta onerosos endeudamientos bancarios.
¿Qué es lo que suced¡ó con este valle que producía un algodón de excelente calidad? ¿Dónde quedó el fértil valle que atrajo una migración impresionante y que fabricaba agr¡cultores ricos en pocos años? ¿Es que acaso estamos, a fines de este siglo presenciando los estertores de un "oasis" de vida efimera que surgió en el desierto y que en el sigLr e.:3 milenio será estudiado como ejemp o de Lo q-e e hombre es capaz de crear y también de desti- '.
Hace 100 años elvalle de [,4ex ca -o e{:-: -:: mapas de la época registraban e ter:ric.: ::- = nombre de "Colorado Desert ¡,4edlo s g : r.:c -:s el valle de l\¡exicali se desp'err.o ia ¿'.-'.= ¿:a'=-dunidensealdejardese'e la':'--l a )i'= :'. :'a:: River Land Company. ootu,c e ---"- -- :r ::-:: del FíoColoradoa asquÉ:É-n r:-:r-: : -rl sus primeros pasos autónor]cs c3- -D'a. ras a-j-: s Ahora, a fines de su p' n:' s 3 a rE :)i s:e-c a nuestro valle se e-''e-:a : i -::i )-^^:ri ri :futuro. ¿Soo'e. -a: .¿ 9 r:',':.:2 a a c-ss generalizada de ca¡ca '1'¿xcanc? ¿Podernos aprender a se' cor-3et:','cs e. esta era de g oba izac ón econot: ca? .',/o verer¡os a ser. algún dÍa aque juga. en donoe. segú¡ nuestros abuelos. se bar. a co¡ escoba e dinero? Y
I{ ornena_Je a Jesús Gardea
Núria Vilanova*
Ilustracione\ dc F¡ancisco Chávez Cotru¡lctlo
Jo, o*0"" representa. sin duda. una de las voccs más signillc¿itivas y más bellas de la nanativa rnexicala. Tal vez su obra ha sido denr¡sirdas vcccs encasillada y encorsetada cn lo que desde el centro se percibe en muchas ocasiones cono la periferia. en este caso Ia pefiferia noleña. Y al decir esto no estoy irnplicando una descon textualización de la nanativa de Gadea de] entorno cn cl que se crea; al contrario. ürco. precrsJrrente. que Iir esteti. .r y la poética de la obra n¡¡rativ¿ cle Cardea están permcadas de esle no¡ te chihuahuense suyo. el cual no la constriñe. sino que la hace más universal. es decir. un poco más de todos. EJ iugar de nacimiento y residencia de un autor, además. no deberían ser elementos dete¡¡inantes. como son lantas veces a lr llora de establecer criterios de estéti- -.,..rticr litclariirs: ni siquiera debe '. - rI:.'i,,¡.lntes curndo sc . ::.. . on iitrc. - :.tr¡.¡l
Si el peluano José M¿ría Argucdas hubiera tenido la posibilidad de co nocel a Jesús Galdca, csloy convencido de quc io habría considerado entre los escrilores que él bautizó como rulli:rr¡.rr. Y c\ quc con e.lr ui'liti. ¡livo, Arguedas quiso distinguir a los novclistls l¿rtinoarnelicanos como Rullo. Roa Basbs. Guimaraes Rosa y el mismo Arguedas, cuya estética narrativa se aleja de las tendencias naLtativas hegemónicas plra impregnrlse de un \u.lrrlo rullLrr.rl que na. e de Ir lielIa, que se expresa oralmente y quc cstá profundlmente vinculado a esfas otras CltllUrir. .rrneriL.Jn.r.. lilttll\ \ (Ce. ul\ dadas y no siempre necesa amente indígenas- comlr cn cl caso dc Rulfo y tambión de Gardea. lo que en taltas :.:-:,'., i\ ur'r es!-ritor prolífico. Ha 1. , !li noelltAs \ nu_
1llerosos cuentos ! n(]\'clas: aunque poesía ¡ niilratira se cncuenfrao estrecharnente rinculadas en toda slr producción. Su cxtelsa obra. l]autizada col1 sugelentes 1' hern,lsos lítulos. contras ta con su nan-ati\ ¡ bre\ e. sintética. austera. casi palca. La tónica gcncrai de su n¿lrrati!a es l¿i lcntitud de hs acciones. la creación de arnbientes r veccs so focantes. oprcsivos. cl misleri,l que rodea a sus personajes. sieruprc soli tarios, periféricos. el detxllc de las des cripciones, transclitas en el plpel conro si procedielan de una cí¡u¡r¡ cinena togrl..rtlca impresionista y, lin¡lmentc. cl gran lirismo del len-quaje, sensori¡1. en el que subyace la oralidad del mundo que está e\,ocardo. Se vacía c1 texto de anécdotas. de acción, de personajes y se llena de lirismo y de la firetza de ll paiabra. Decía Gardea en el I EDcuenlro de Naradorcs Edmundo Valadés sohre Teoría ),Práctica del Cuenlo. que tuvo lug.rr crr Chiaprr. lrrcc rn¡. dr unr Jé.
cada, que lq palabra es el cuento, y así tituló su intervención en el evento. Voy a citar un fragmento que habla por sí solo. Cito a Gardea;
Escribir cs \illvitrse lor l¡ p¡l¡br¡ \, n¡C¡ nrís qre por lir pall¡lbr¿r. ll li¡r de üuertlll\ \, ale ,rue¡Los. De l¿ r acieded l .le l¡ (lLrielud de la rnue edelah(¡uen blanco cn qLlc Drc crcLlcillro. tin atinar' r crino s¡li¡. sólo la falabra- parccc. c¡lieDdo ilhoril. podrii saca¡lle. Y r ellr nra cntrego. Y a ellxlne ¡lengo. Y ¡ eIla !uelvo. Pü¡o. i.! cl cuento a conlürl) ¡.Y aqucllo dc qllc \'o so_\' el cueütol i.Y qué tiene que ver l¿ prlah¡¡ dicho\¡ con esla tesis ya abandonada, arbilr-¡r-iit? Mi solrrción es la palabra. Y¿ quedé en eso. Pcro. i.cuiil cs la solución que la pala bra me otiecc cu sí y po( sí lrisma'l
¿,LIave nonás para abrir la puerta de Ia hoja intacta al Diablo y que haga de las suyas y de las mías? ¿O puro pretexto para que Dios tienda su puente y vengan sus legiones a poblar las blancas \oledades que tanto me acongojan? ¿O, finalmente, chispa para encender guer.a entre Dios y el Diablo, que lne llenarán, luego, el aire de pestilencia¡ azulie y de suaves irciensos l lndudablemente, la palabra es todas estas cosas. En estas llave, puente y chispa, radica, también, indudablemente, parte de la solución que ella me ofrece, pero sólo pafte. Porque ¡a palabra, y aquÍ asumo, con lo que luego sigue, mi siguiente tesis, teoría, i[vento; porque la palabra, repito, es el cuenlo. Tie¡e el cuento. Lo encierra como la cáscaaa al tiuto. Y no hay de otra sopa. Y yo no soy, si no deseo salir sobrando, más que mero servidor de Ia palabra y sus mundos -
Y efectivanente, la palabra encierra la narrativa de Gardea. La palabra se despqa de sí misma para irse depurando y crguirse corno Ia principal protagonista de cada r¡no de sus cuentos y novelas. Si la palabra es el cuento. en la n¡n ati\ a dc Gardca t¡mbién es la vida.
Ii'l ias plitncils lirirus rlt su ¡r'irircl liLrlo di' rl¡r-,Llirtr i¡,¡ ,i¿¡'¡tt'¡ i.l! Latliatl I l!li!)]. ¡e fireseotiLll ) a los rirsgos rlu.' n¡a.ca¡'irn lodr sLr obril. C()nro an Rüllil. cl disculso nar..rti!o de CiLrdea esti c u idlidosanre nta ellborado [)¡rx tllL\l,.ti. r ,l, r.rl,icrlL J. \L L¡ r;\fl\,' fi.r i,,ni¡lr/i..1,, \ Llc \l]. ft1.. rll{, '.r 1.. r].lil del terto ¡ a la propia conshlccirin del nrisrno. Sc minimizl la inrpoltancia dcl argumelto y la al)écdota. para destacar' iir clei lcnguaje y 1a construcción textual en este sentido. Elerlenlos csenciillcs de la obra de Gardea. vinculados. cor¡o ¡.r r' h.r Ji;hn lirnrir\ \ L'('(.. rl e.prcio del desie¡to. como el sol, el calor, el ueur. lr soled¡d. lr hrltr de comLrni cación humana están impresos en el lenguaje y en la sintaxis de cada uno de sus cuentos y novelas. "Los vie¡lles de Lautaro" empieza así:
Lautaro Labrisa contempla el zopilote. Sin quitarle la vista, toma el miralejos. Ve primero las terrazas solares del ai¡e. "I-as ter¡azas -mu¡mura- siempre serán las mism¿s: Puro reflejo de acá". Conforme se va ace¡cando al pájaro, el aire azul se oscuece. De la bolsa del pantalón, Lautaro saca un pañuelo para limpiarse el sudor de la nuca. Hacia el mediodía ya no [e bastará y tendrá necesidad de su tina de porcelana, con agua del pozo.'
La reiterada mención de palabras referentes al sol, al agua y al calor, junto con Ia ausencia de adjetivos y una sintaxis compuesta de frases cortas. lleva la aridez del ambiente al propio texto. Una aridez compartida también pol1os personajes, personajes muchas veces desdibujados que casi siernpre se proyectan desde dentro de sí mis¡ros. des de su propio mtLndo interior mis que desde su interacción con el c\tcriL)r. Personajes que. en nruch;rs ocitsiones. r(mitelr ¡ lr "r,,nr('r.r. r.l'..\ ,, .Ir l..ntl
IiaI plLl CilLlrirlr. So|r con fLc'cuc¡cr¡ g.utc lic pir\o. ciua \e (li\ i\ln (Le\d. L'l horizonie ¡'c¡rie llegan l)rra desal)arccer. Lln concicrto dc pcrsonaics cn mo vinricnto. muchas veccs r iljelos. clLLe van v licncn ),no pernaoecer. perso najc's de paso que ilenotali, de alguna rnanela. la movilidad y la dinirrnica humana del espacio ill)ntclizo. Pcrsona jr. quu.c jrcuentrLr¡ en tolul .rtmunr¡ con el texto. forma¡do una estlecha ¿llianza enlrc lo que tantils veces se quicle separar cuando err realidad es indivisible. como rnagistralmente lo ¡nuc\lra Cardea: la lornru ¡ el eorrteni do. Personaies, en definitiva, que se .umi}lr il lJ irridL / r. \lurl. rolrl. ), ' dinir. ya que esta aridez tiene qLle ver corl cada uno de los aspectos que forman el engranaje narratiro y que \ellJ la e\tetica y la poética na¡Tativas de Gardea. Es una aridez que vacía de acción, de anécdotas y de pe$onajes, sus noveIas y cuentos, para llenarlos de lirismo y belleza poética.
Es, realmente, un universo nanati\ o nuevo el que nos abre los textos de Gardea. Al que el lector tal \ ez debe entrar con otras llaves. que le permit.:n dejarse encantar por la palabra ) a tr.lvés de ella romper el cascarón¡ en;on trarse con el cuento. la bellez:r. l¡ soledad y Ia vida que lo impregn;n. i que son. en realidad. una iol¡ uni.j¡,i en armonía consigo misna V
'Jesús Gardea, "I-a palabr¿ es el cuento" en E1 cuento está en creérselo. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Urive6idad Autónoma de Chiapas, Colección Maciel. 7, 1985.
rJesús Gardea. "Los viernes de Lautaro" en los tie.nes de Ltu¡dro, México, Siglo xxt, 19'79, p. 25.
Administración de documentos
| ' 'stica en el y arcnlvll
estado de Ba laCalifornia
Pedro Antonio Campos Rodríguez* llusÍac¡ones de Francisco Chávez Corrugedo
S¡n el of icio de escribano, andaría la verdad por el mundo a sombra de tejados. carr¡da y maltratada. E¡ Licenc¡ado Vidrieral
Í a L-t a primera impresión que tenemos acerca de un archivo en el que se administran documentos es vaga e imprecisa. Casi por regla general lo consideramos como un edificio inhóspito y lúgubre, donde se guardan papeles húmedos, sucios y malolientes, cubiertos de polvo, con telarañas y atendido por personajes de cara siniestra, salidos de los peores cuentos de espantos jamás escritos.
' Escuela de Humanidades. úaBc. ' Tomado de lvonne fvlijares Rañkez, Escr¡banos y escriluras públ¡cas en el s¡glo xvt, r.rNAr¡, I\,4éxico, 1977, p. 13.
Parecerá que lo anteriormente descrito es exagerado, pero basta con salir a la calle y aplicar un pequeño cuestionar¡o que a la letra pregunte: ¿Sabe usted. qué es un archivo público? ¿En qué le puede ser út¡l en su vida cot¡d¡ana? ¿Cómo imagina que son sus instalaciones? Se encontrará que, desgraciadamenté, cuando haya terminado de codificar el cuestionario en cuest¡ón sus resultados arrojarán, entre otras, conclusiones como las que a cont¡nuación citamos:
1. Es un sit¡o feo, ubicado en la planta baja de un edificio, con escritorios apoyados en su parte inferior por libros o ladrillos que evitan su total derrumbe y con olor a cebolla, producto del guisado matutino.
2. Ahí, entre un sinnúmero de desvencijados anaqueles, se encuentran hospedadas montañas de caóticas cajas con las solapas desbordadas, expulsando a diestra y siniestra fotografías, mapas, sellos, planos y todo tipo de papeles viejos, polvorientos, llenos de clips oxidados.
3. Lugar de convenciones de arañas, ratones, cucarachas, polillas, or¡nes de vaya usted ha saber de qué ralea de animales. Amén de estar llenos de hongos y apestando fétidamente a una humedad que pica la nariz y los ojos.
Triste y desafortunada, pero cierta, es la imagen que la sociedad t¡ene acerca de su patr¡monio documental. Pero aún hay algo peor: nuestras propias autoridades comparten esta idea. En el estado de Baja Californ¡a, por desgracia, no contamos con una tradición en la adm¡n¡stración de documentos. Históricamente hemos cultivado, "magistralmente", polÍticas archivísticas infecuridas ytradicionalistas. Nos cuesta mucho trabajo aceptar que los acervos documentales no son depós¡tos de burocracias con sabor a letra muerta, ni un montón de papeles v¡ejos o, como insulsamenle se les Ilama, "archivos muertos". Los esfuerzos hechos hasta ahora por preservar, clas¡ficar, organizar y sistematizar nuestros repositorios documentales se han concretado en acciones aisladas. La mayor parte de ellas realizadas por personas que a título personal-desprovistas de recursos económicos, materia¡es, de infraestructura y humanos-, han decidido abocarse al rescate de nuestro testimon¡o escrito sin más incent¡vo que la concienc¡a de que la memoria documental bajacaliforn¡ana dÍa a día se extravía, deter¡ora y dispersa, por lo que es necesario rescatarla. Como señala don Lu¡s Gonzálezy González en el prólogo de su libro Pueblo en vilo: "Quizá sea de algún valor comunicar esta ¡mpres¡ón: las huellas manuscritas que se han extraviado parecen ser mucho mayores en número que las supervivientes".
La polít¡ca estatal en materia archivÍstica es ¡nadecuada y obsoleta. No se cuenta con un organismo regulador encargado de la protección, conservación y rescate del acervo documental bajacaliforniano. No ex¡sten consejos o ¡nstancias intermunicipales que permitan la organizac¡ón archivÍstica adecuada y profesional de la documentación que generan las diferentes instituciones públicas del estado, ni mucho menos se tiene en mente el valor informativo, científico y cultural que proveen los archivos a la sociedad. Las acciones del gobierno de Baja California no han ido más allá de emitir un edicto en el Per¡ód¡co of¡c¡al,lechado el I2 de noviembre de 1993, donde se incluye en el Reglamento interno de la Oficialía Mayor (capílulo lt) al Departamento del Archivo Histórico dependiente del Archivo General del Poder Ejecutivo. Este archivo histórico, ubicado en el sótano de esta dependencia en l\,4exicali, se caracteriza por no contar con facultades propias e independencia. Lo que ocasiona que sus tareas de localización, organización, preservación y adm¡nistración de material escrito se pierda en ¡a mar de las burocracias que lo circundan.
IEs indudable que todavía no acertamos a comprender que un arch¡vo es letra viva, un ciclópeo excepc¡onal de gran riqueza. Edificio sólido en el cual se hospedan macizos documentales que son el patrimonio cultural de nuestros pueblos. Los archivos no son monolitos, son instituciones de noble prosapia. En ellos habita la evocación de nuestro pasado, la explicación de nuestro presente y el anuncio del porven¡r. Por eso merecen "ser atendidos, respetados, conocidos y dignificados" a través del trabajo de profesionistas altamente capacitados en el campo archivístico; que dejen de ser eruditos con inquietudes h¡stór¡cas y contribuyan al desarrollo de un esfuerzo consciente que guíe, oriente y estimule a nuestras autoridades y al público en general a conocer, usar y revivir la fuerza y función original del archivo, su memoria para el presente. Los repositor¡os documentales son ante todo, un proceso de gestiÓn cultural que permite interpretar las manifestac¡ones sociales, políticas, religiosas y económicas de nuestras comunidades. Por ello precisan hoy en día de proyectos creadores y metodologías integrales "que regulen la producción, reproducción, circulación, uso, selección y eliminación de los documentos púb¡icos", a fin de estar profes onalmente diseñados y preparados para rcalizar s- {u nc ón social de responder a los requerimientos -':--::'.,cs de la sociedad. Es tarea urgentísima : - : r: : :: r -: -cs dedlcamos a la administra- : - : - .:.' -.. .stos emerjan de la :: :-:-:s s iuados; y : . - :-: :: lL,a
Ilos archivos son inslrumentos valiosos de servicio integral que perm¡ten al ¡ndividuo, a las instituciones y la sociedad, no sólo reconstruir su pasado sino encontrar en las riquezas documentales que contienen una respuesta a la problemát¡ca jurídica, política y administrativa que cotid¡anamente encaramos. Porque, ¿qu¡én de nosotros no ha tenido que recurrir a un acervo en busca de algÚn documento que es relevante para su cotidiano acontecer?
Para que nuestros archivos recobren su importancia, es necesario dar un verdadero vuelco a las circunstancias adversas de abandono, falta de control y saqueo por parte de achispados d¡lapidadores de documentos, asícomo de negl¡gencias que han soportado a través del t¡empo. Es a Ia vez tarea urgente contar con una deontología archivística que frene y ponga orden a este anquilosado sistema de concepción de la admin¡stración documental que pr¡va en Baja California. Esla deontología deberá ser fruto de la reflex¡ón y análisis s¡stemát¡co de personas e instituciones públicas y privadas especializadas en la materia que, apoyados en trabajos de investigación. presenten proyectos de organización y conservación de unidades documenlales al Congreso del Estado. De esta manera, los diputados podrán votar y aprobar una ley general de documentación, normatividad que debe contemplar, entre otros aspectos, la creación de un sistema para la administración de la documentación estatal, el establecimiento de órganos colegiados para vig¡lar y aplicar el cumplimiento de la ley y el establecimiento
de infracciones y sanciones a func¡onarios y servidores públicos que durante su cargo no administren adecuadamente los documentos bajo su responsabilidad; o b¡en, omitan por dolo o negligencia Ia entrega de documentación durante su gestión; causen daño, mutilación, destrucción o extravíen algún documento, así como aquéllos que '?asuren" documentos alterando la informac¡ón contenidos en ellos para benef¡cio propio o de terceras personas. Dicha normatividad deberá contemplar la creación de una entidad operativa denom¡nada lnstituto Estatal de Documentación del Estado de Baja California, que. como órgano desconcentrado de la Secretaría General de Gobierno, tuviera como func¡ón, normar, regular, custodiar y preservar los acervos y registros del estado, y con ello, garantizar la defensa de nuestro patrimonio documental y contribuir a que la sociedad en pleno tenga acceso oportuno, fidedigno y expedito a reg¡stros documentales debidamente organizados y de fácil consulta.
Este instituto, como entidad especializada en la adm¡n¡strac¡ón de documentos y archivística, tendría como objet¡vos:
1 . El diseño y aplicación de mecanismos técniconormat¡vos que permitan integrar los diferentes arch¡vos bajacalifornianos en unidades documentales, creando una gran red eslatal de documentac¡ón.
2. ldentificación de fondos. Es decir, analizar la evolución histórica de los archivos en Baja California para conocer su estructura, dependencia orgánica y administrativa; comprender las "claves" de la lbrganizac¡ón" de sus documentos a través de un trabajo de valoración, principio de procedencia, integr¡dad de fondos y descripción general del acervo.
3. Proyectos para la organización de archivos. Contempla la localización de documentos y elaborac¡ón de proyectos para la organización de archivos que incluyan práct¡cas preliminares de clasificación y ordenación de fondos, lo mismo que ¡nventar¡os.
4. Ser instancia de capacitación para los diferentes funcionarios públicos de los tres sectores de gobierno en técnicas archivísticas, para que sean capaces de responder a los requerimientos informativos de sus instituc¡ones y la sociedad.
5. Asesorar a instituciones públicas y privadas sobre descr¡pción. ordenación. clas¡ficación. preverción.
valoración, consulta, manejo, normatización y funcionamiento de archivos.
6. Preparar personal especializado para la dirección, administración y organización de archivos administrativos e históricos de ¡nstituciones públicas y privadas.
7. Despertar en la conciencia de las comunidades e deseo de la defensa de su patrimonio documental y formular retos para la investigación de sus tradiciones y vivencias que los lleven a encontrarse con su propia realidad e identidad.
L Formar investigadores en la línea del patrmonio documental y en el trabajo de nuevas corrientes rnetodológicas y técnicas de la archivística.
9. Vigilar el funcionamiento y aprovechamiento de los archivos históricos, de trámite y administrat vos del estado, a través de programas y acciones de prevención, conservación, restauración y uso adecuado.
10. Est mular la investigación histórica, social, económica y cultural del estado de Baja California.
11 Propiciar el aprovechamiento de los aceruos documentales del estado entre los diversos sectores de la sociedad.
12. Celebrar convenios con los gobiernos municipales. organizaciones públicas y privadas y universidades para establecer programas que generen la constante modern¡zación de los archivos.
13. Organizar exposiciones de los documentos y materiales que custodie el instituto, no sólo en lo que podrÍa ser su propio inmueble sino en las diferentes instituciones, en especial las educativas.
14. Publicar mater¡ales impresos que faciliten el acceso, uso y reconocimiento de los fondos que se conservarían en el instituto.
15. Coordinar programas con los cinco municipios de Baja California con el fin de que se inlegren a la tarea de rescatar y organizar acervos documentales.
16. Desarrollar un programa de rescate de documentos históricos para su preservación y sistematización.
1 7. Elaborar lrabajos de investigación sobre la incidencia de los archivos en la educación. De esta manera, ejecutar trabajos que muestren el compodamiento y los resultados de los archivos en el proceso educativo de las instituc¡ones.
18. Bealizar trabajos de investigación para localir:. conc entlzar. valorar y preservar el patrimoniocul:: - -isr'¿s (orLrnidades y municipios. :--:.'=- --a .,]stltuc ón de tal envergadura para , . '.. - :-r -"a utopia. es más bien, una . : -: :i-: -:::-:c :erminarÍa con las a: : -' - .'.- a-a)-'zac ón archi. . :: =-9'
gería de él una nueva logÍstica en la organ zac ón de nuestros testimonios escritos, ofreciendo serv c os de información fidedigna, oportuna y precisa al públlco en general. Asimismo, a nuestras autor dades les permitirÍa contar con información debidamente organizada para la toma de decisiones, vital para una gestión de calidad en los servicios admlnistrat vos.
Por último, creemos que nuestra reglón requiere contar con especialistas de máximo nivel para 1a gestión y dirección de archivos y servicios de lnlormación. Especial¡stas que a partir de un conjunto cie ciencias y técnicas de la administración de docurnentos, hagan posible la organización de los arch vos. su accesibilidad y disenrinación. Este hecho const tuye un saber fundamental para el clesarrollo regional y nacronaL en un rnomento en que se reconoce la capital mpcrra.cia de la nformación para la toma de decisio^e> ,oL a cs. cco.]o'nrcds y polrticd-. asr corru pdro e avance de a ciencia y para asegurar la conservac ón, uso y d Íusión de patrimonio documental de todos. Y
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VILL IL IR U IL VflL fl.
Alfredo Lucero Montaño**
llustraciones de Francisco Chávez Conugedo
1. En el prólogo de Creer, saber, conocerl , Luis Villoro expresa abiertamente sus preocupaciones filosóficas: "estudiar las relaciones entre el pensamienlo y las formas de dominación... lesto es, aclararl cómo opera la razón humana, a través dé la historia, para reiterar situaciones de dominio o, por el contrario, para liberarnos de nuestras sujeciones".
Estas son las preocupac¡ones que recorren, en última instancia, la vasta y diversa obra de Villoro, cuyo rasgo característico es justamente la originalidad.
Originalidad en el sentido de capacidad para enfrentarse a su propia realidad, para tomar conciencia de sus problemas y buscar las soluciones adecuadas:
El conocimiento -nos dice Villoro- no es un fin en sí mismo. Besponde a la necesidad de hacer eficaz nuestra acción en el mundo y darle un sentido. Su logro es una meta regulativa en la realización y el perfeccionamiento de todo hombre... Para alcanzarlo tenemos que superaf varios impedimentos. Ei primero está nscrtc el las limitaciones de nuestra propa natLraeze Pero hay otros obstáculos que mpíle" e
conocim¡ento: nuestros propios deseos e intereses... [que] responden a situaciones históricas..., lesto es] son producto de relaoc.es sociales concretas.
Comentar el texto que hoy nos ocupa. supone remontarse al texto mencionado. pues -era pa(e de una reflexión continuada" que pre udia es:e otro trabajo que intentará responder a as p.¿: -.tas con que aquél terminaba. De esta rña.e.a Villoro. fiel a su pafabra. -os e^r-:;a s- :i '': I poder y el valof Otro f ruto maC i rc 3-,,'a c'a: i s :a es formular sistemátlcar¡ ente s!s a'aca-caa 3-es práct¡cas y reflexionar sob.e .s :.::::::: .a ...a ética politica. Texto inSc.lc :-,^ a':..:::: l: reforrna del pe-s¿- e-': a'- '. .:' ::1-^
2. Para Villoro el conocimiento no puede ser analizado en abstracto, desl¡gado de sus circunstancias. El conocimiento, en tanto producto de suJetos empíricos, está, por un lado, l¡gado a sus intereses prácticos y, por el otro, condic¡onado por una situación soc¡al. He ahílas dos vertientes del pensamiento de V¡lloro: una, la reflexión dedicada a la empresa ep¡stemológica, y la otra, el pensamiento práctico sobre problemas en torno a la ideología, la dominación, la servidumbre. En esta última vertiente debemos ubicar el trabajo que hoy nos ocupa.
AquÍ la pregunta pertinente es cómo leer a Villoro. Ouizá la clave debemos encontrarla en la circularidad del método f¡losófico, donde el primer paso (de ida), intenta dar una explicación de los conceptos fundamentales de la razón; y el segundo paso (de vuelta), intenta hacer la expl¡cación de a naturaleza humana por los conceptos de la 'l::''r En Vil oro, este proceso lo ilustra la forma ,: - - :- oensam ento se elabora y reelabora - : :-::-:-:c :r circulos de análisiscadavez -:: r-: :-r . -l--:scs cero cuya temát¡ca se : : - , ::'.:'. -^a -:aóncua piedra ' .- .'-;]..'-:l'.,- . , , - ,-i,=, -
históricamente y a la vez conducir Ia crítica de Ia razón sobre nuestra pretensión de saber, es decir, cumplir una función de ruptura de las creencias usuales y usadas, y además, comunicar la neces¡dad de esta ex¡gencia. En lo que sigue, comentaré algunos aspectos de su teoria del valor y sobre su pensamiento ético, sin intentar hacer una reseña del libro.
3. Una teoría del valor, en sentido estriclo, es una parte de la ética, pero en el caso de Villoro, su teoría del valor está ordenada a una ética específica. El autor declara que su interés se centra en los valores morales, y entre ellos, "los concernientes a la vida en sociedad sometida a un sistema de poder, es decir de la polÍtica". En otras palabras, el interés de Villoro gravita en exam¡nar las relaciones entre la moralidad social existente y la ética.
Ahora b¡en, el compromiso de claridad conceptual se hace patente en V¡lloro al distingu¡r los diversos niveles que una rac¡onalidad valorativa, orientada hac¡a la política, supone con respecto del objeto y sujeto del valor, así como de la s¡tuac¡ón social dada" Así, la tarea de una ét¡ca política, señala Villoro, es delerminar cuáles son los valores comunes d¡gnos de ser estimados por cualquiera; fundar en razones el carácter objetivo de dichos valores, e ind¡car los principios regulativos de las acciones polÍticas para realizarlos.
Aqui nos interesa revisar dos aspectos del valor: su descubrimiento y su justificación; en los términos de Villoro, se trata, por un lado, de la exper¡encia y realidad del valor y, por el otro, de las condiciones de objetividad del valor.
La teoría del valor en Villoro dibuja tres círculos concéntr¡cos: el primero, aprehende por "valor" las caracterÍst¡cas por las que un objeto o s¡tuac¡ón es término de una aclitud favorable. Pero la atribución de valor a un objeto o situación, rebasa su simple descubrimiento subjetivo y se requiere pasar a la justificac¡ón de las razones que aseveran que ese objeto o s¡tuación es efectivamente valioso con independencia de la actitud delsujeto. He aquíel segundo circulo comprensivo. El último círculo examina las relaciones de los juicios de valor y la política.
Ahora bien, Villoro distingue, respecto al descubr¡miento del valor, dos vías: la primera -en clave husserliana-, cuando los valores "pueden mostrarse en objetos y situac¡ones experimentadas... dados como cualidades del mundo vivido... El mundo tal como es vivido d¡rectamente, no se reCuce a cosas o a hechos fisicos, n¡ sólo se muestra en datos sensoriales, Está constituido también por objetos y s¡tuaciones términos de... valoraciones". La postura frente al mundo revest¡do de valores y sentidos corresponde a otro nivel de factic¡dad, pues los valores son hechos "del mundo v¡vido d¡rectamente por el sujeto". La experiencia del valor, que presupone actitudes subjet¡vas previas a la misma, funge como razón de un conocimiento personal.
La segunda vía del descubrimiento del valor es la privación del mismo. Señala Villoro: "La d¡spos¡c¡ón favorable hacia un valor tiene su reverso: la percepción en el sujeto de una carencia... justamente de aquello que se cons¡dera valioso". Toda caplación de un valor implica la vivencia de una falta. Esta falta origina una tensión que se dirige a un valor posible. "Valor es lo que nos falta en cada caso", afirma Villoro. La percepc¡ón de una carencia comprende la comprobación de una privación en la existenc¡a vivida. Es esa conciencia la que está en la base de todo proyecto de vida buena, personal o colectivo. "La realización del valor en un bien determinado suspenderÍa... la sensación de carenc¡a" (loc. cl¿). Pero la vivencia de una privación es la que conduce a proyectar valores en el mundo. "Ya no se trata de aprehender valores en el mundo, sino de introducirlos en él mediante nuestras acciones". AquÍlas acciones que impotan son las animadas por una intención consc erte. La ¡ntención consciente de lograr una acción o estado de cosas es un f¡n. Y éste es justañrente lo que explica la acción.
Pero en ambos órdenes de valor. poi un lado e de las cualidades valorat¡vas experimentadas e- iobjeto o situación, y por el otro. el de las c!a :ades atr¡buidas a los estados frnales de nLres:'¿s acciones. que se traducen er a p-o.. ecc I : - :: valoresposibles. eljuiciodeva o' fe::.-:: - :: :: en razones. Porque nos propo e -r:: ::::: -de los valores como estados ir. a ss ra- a:: -:: accciones, pore¡lo pretende-:: : -: --:::-:: juicios de valor se fu.roei e- --:::: :::-.:
Una vía para dar razót 2a ¿ -a:: . ::: :: valor, sería comprobar er :
Los juicios de valor, según Villoro, estarían objetivamente justif icados s¡ pud¡éramos mostrar que satisfacen de hecho una necesidad existente, donde habría que distinguir entre las percepciones de carencia del sujeto y sus verdaderas necesidades. Con este propósito, Villoro caracteriza los juicios de necesidad en los términos siguientes: podemos juzgar un objeto X como una necesidad para S, si t¡ene las propiedades para contribuir a realizar sus fines específ¡cos. Así, la distinción enlre los valores subjetivos y necesidades objetivas depende de los fines que elijamos. La necesidades son relativas a los fines propios de todo hombre y constituyen la posiblidad de cualquier otra necesidad. Los valores que las salisfacen son condición de realización de cualquier otro valor. Villoro reconoce tres necesidades básicas: los valores de subsistencia, los de pertenencia a una soc¡edad y los de sentido o autodeterminación.
4. En otro orden de ideas, Villoro d¡stingue dos tipos de lenguajes en los d¡scursos y textos políticos. Por una parte, el discurso justificat¡vo que se refiere a un estado social deseable, que supone una concepc¡ón de una sociedad posible que respondería al bien común, y cuya razón es práctica. Por la otra, el discurso explicativo que tiene que ver con los hechos y las relaciones al interior de la eslructura social. Este se ocupa de las fuerzas soc¡ales que podrían favorecer u obstacul¡zar la real¡zación de proyectos valiosos, no formula fines sino medios necesarios para realizarlos y ejercita una razón teórica sobre los hechos, y al tiempo, una razón instrumental sobre la relación entre medios y f ines.
La filosofÍa po Ítrca no se entiende sin la confluencia y relación recÍproca de uno y otro d scurso. Esta reiación suscita una antinomia. El lenguaje explicativo intenta dar razón de las relaciones polÍticas mediante hechos que comprenden las acciones intencionales de los agentes. que incluyen fines y valores. AsÍ, la politica (de ser una ciencia) pretendería explicar la dinámica del poder a partir del conflicto de intereses particulares entre los distintos grupos y clases sociales. Pero de os particulares no puede inferirse, sin otras premisas, el bien común. La diferencia de intereses no puede salvarse por el sólo discurso explicativo.
Por su parte, el discurso justificativo pretende determinar lo bueno para cualquier sujeto. más allá de los deseos indiv¡duales excluyentes de los demás. Pero del valor objetivo no se puede infer¡r, s¡n un razonamiento suplernentario. los fines y valores que, de hecho, rnueven a cada grupo social.
Para explicar la política, no se puede prescind¡r de la pretensión de objetividad de los proyectos colectivos; esta pretensión tiene que establecer una mediación entre los intereses parl cLr ares y los valores objetivos. Ahora bien, para justif lcar la política, no se puede simplemente describrr las caracterÍst¡cas ideales de una sociedad justa porque lo que se pretende es la realización en los hechos de ese bien común y para ello se necesita conocer la real¡dad social. La explicac¡ón de las acciones y creencias politicas pone en relación dos niveles de facticidad: por un lado, las situaciones y relaciones sociales efectivas y, por el otro, los proyectos colectivos que suponen la
aceptac¡ón de valores relat¡vos a los intereses particulares de cada grupo social-
Para vincular uno y otro orden de hechos, se requiere establecer cierta relac¡ón causal entre ellos. Aquí, Villoro recuerda un esquema teórico esbozado en un trabajo anterior que intenta precisar la relación entre las creencias de un grupo social determinadas por su posición en el conjunto de las relaciones de producción.3
Las tesis son las siguientes: la situación de cada grupo en el proceso de producción y reproducción de la v¡da real condiciona su situación social; la situación soc¡al de cada grupo cond¡ciona las carencias percibidas por sus miembros; esas carencias t¡enden a ser satisfechas generando impulsos y actitudes positivas hacia ciertos objetos de carácter social, actitudes que a su vez constituyen disposiciones a actuar de manera favorable o desfavorable en relación con aquellos objetos; y las actitudes en relación con los objetos sociales condicionan c¡eñas creencias sobre los valores. Este esquema explica la aceptación de c¡enas creencias, entre las que han de contarse las valorativas, por su condicionamiento social, mediante dos eslabones ¡ntermedios: carencias y act¡tudes. AquÍ debe notarse que el esquema propuesto no establece una determinación necesaria entre los hechos soc¡ales y las valoraciones. sino una condición en las circunstancias del grrcc soc¡al. Esto supone la admisión de otras co-C c cnes in¡c¡ales.
Los intereses de cada grupo social están condicionados en gran med¡da por sus situaciones; los valores y fines colectivos serán pues, diferentes de uno a otro grupo, pero sería excesivo establecer necesidades uniformes para todos los grupos. Sin embargo, las valoraciones de los d¡stintos grupos sociales, aun si responden a oarencias y actitudes particulares, tienen la pretensión de ser objet¡vas. Los valores que se proyectan se presentan como un bien común. Pero esta pretensión puede dar lugar a una maniobra: presentar, sin justificación suficiente, los valores que responden al interés exclusivo de un grupo, como si fueran de interés general. Esta es la operación de las ideologías.
Pero el proceso de justilicac¡ón puede seguir la línea de la racionalidad valoraliva, que con independenc¡a de las actitudes del sujeto colectivo, fundamenta la objetividad de los valores, aduce razones para determinar cuál es el bien común y postula la coincidenc¡a del ¡nterés particular con el interés general.
Pero el lenguaje justif¡cativo, s¡ bien plantea no sólo la elecc¡ón de los valores objetivos, también quiere su realización.Y ésta no es posible s¡n acudir a la realidad de los hechos sociales. La acción y el orden político no se entienden sin referirse a la distinc¡ón entre esos dos lenguajes; así, la tarea de una ética polÍtica es justamente comprender también su articulación.
5. Ahora bien, el punto de llegada de la reflex.valorativa en V¡lloro, se le presenta como una d¡syuntiva. La disyuntiva entre dos conceo. :=s de la ética: la pr¡mera. supone L1a ac: :-c : - : :: una posición autónoma del indiv:o -o '-:-:: : : moralidadexistente; la segunda 3cs:- ¿ :-: :::: ética eslá cond¡cionada por !a -a'a .¿= :a a comunidad a la que perle^ec: : -: : -: ,r : : puede desarrollarse e- s- ¿ *: : l
La primera posicio^ d€ i+ : . -a-' z- : r:'-- :': en una razón p.áct ca: : z':.a:::: ---:::: irazones: solo e -o,:-::-'t-:-::;::: : mofal: ylosp.'cc:S:. z =:: - ---: -:.:::universales.
¡ndividuo no existe, pues el verdadero agente moral es un sujeto empír¡co cond¡cionado por su situación social: y la aplicación de las normas universales, en tanto puramente formales, no son suficientes para deducir en cada situación part¡cular la conducta a seguir.
Las dos posiciones, según Villoro, exponen condic¡ones necesarias de una ética política y, por ello, las pone en relación dialéctica, integrándolas en una sÍntesis:
Un comportamiento ét¡co incluye la aceptación autónoma de valores objetivos y normas generales, pero también su aplicación en una moralidad social.
Una ét¡ca política debe comprender dos momentos: la determinación de valores objetivos fundados en razones y el establec¡miento de las condiciones que hagan posib¡e su real¡zación en bienes sociales concretos.
Pero. además, toda ética supone necesariamente una concepc¡ón de la naturaleza humana. En la ética política de Villoro, si he entendido bien, convergen dos ¡Íneas de reflexión: Ia pr¡mera, sería la que señala "actitudes positivas hacia los otros, las cuales son una condición de posibilidad de loda asociación". La tendencia a la asociac¡ón, y por ende, a la cooperación, se convierte en una condic¡ón necesar¡a en la vida soc¡al, pues ninguna asociación sería posible sin inclinaciones de sus m¡embros a identificar su propio b¡en con el b¡en común. Esta tendencia sería expres¡ón de su naturaleza "desprend¡da" como ser libre y racional.
La otra línea nos sugiere una conceDc ón de a naturaleza humana abieña, un cleño grado de mutabilidad, condicionada por relaciones sociales específ¡cas. En este sentido. Vi loro seña a que cada individuo está inscrito en un plexo de relac ones sociales diverso y cada conjunlo de relaciones puede verse como una totalidad imltada que trata de satisfacer necesidades especÍficas en tanto valor común para todos sus miembros. Así. los valores se real¡zan en la red de relacrones que componen una asociación y corresponden a una estructura relacional socialmente condicionada.
En suma, para Villoro, la razón valorativa pone en cuestión las creencias convencionales adquirldas para acceder a otras basadas en la propia razón. Su operación crítica cumple una función de ruptura de las creencias adquiridas no justificadas. Pero la ética política no puede mantenerse en la abstracción respecto de la sociedad real, tiene, por una parte, que molivarse en intereses que se expresan en el ámb¡to de la moralidad existente, condicionada socialmente, y por la otra, t¡ene que responder a las situaciones particulares de los grupos sociales. En otras palabras, el cambio social requiere, según Villoro, la proyección de una ética crÍtica capaz de oponer a la sociedad exislente un orden socialjusto; consecuentemente, la ética forma parte de un pensamiento d¡sruptivo" Para terminar, el carácter riguroso y s¡stemático de El poder y el valor, su acusiosa reflexión valorativa y su palhos liberador, justif¡can por completo su lectura y discusión. V
at malecón de
Entonces era otro rollo; al menos en aquel tramo del Paseo Costero que corría del parque Méx¡co hacia el norte, para topar al cabo con la lÍnea: sólo unas cuantas calles dominadas por Ia presencia enorme del mar y un verano exlendido, a las que ampulosamente llamábamos "el malecón". En ellas conv¡vían holgadamente viandantes y c¡clistas, mágicos de la luz que detenian el tiempo en instantáneas polaroid, vates de la cerveza con la cruz de su instrumenlo a cuestas; un holelito, restaurantes, Ios "Baños Del Mai', tan concurridos; los altos resbaladeros por los cuales lanzábamos, a opc¡onal velocidad, nuestras temeridades infantiles, montados en costales de arpillera. Hasta aquí, de media en media hora, desafiando la méndiga calor, el gentío sudoroso llegaba retacado en aquellos autobuses azul y blanco, de puntas redonditas y ventanas minúsculas: hasia el
Alfonso García Cortés*
"Ahora ya no existe e¡ paseo costero. Lo que hubo fue una tormenta que dejó a las calles mordidas como una gran torta de atún, los restaurantes y s¡tios bonitos hechos pedazos, carcomidos como víctimas del tiempo y no de la marea alta con sus olas y su sal. Las esquinas sin semáforos. Las cuadras sin esquinas. Ya no hay gente. A nadie le gusta el espectáculo triste del Paseo Costero. Unos cuantos bañistas de vez en cuando-"
Marcela y el Rey al l¡n junlcs en el paseo ccsle'a L.H. Crosthwaite
malecón, bonito de geranios y palmeras C:':: unas escaleras anchurosas co^duc ¿- = =a z,=concurrida desde temprano por ie- €'a' : s ''surfers por bañistas. po'la c- :- : : , i curiosa de gaviotas y na'ea-< : a: :-.a -:-:-- : final delcerco fronle'za. -- l:- ::: : -: - ::: colocara una pJera ez- :-::i : --: .-::l queabflaparac--z¿'a'2.2-z- a ¿ : .::. aqur.u^doa'-:::;':.. ::: : ::::- :,: r: porteroco-c-:::::- ::-: --. : : -:- ::,'.;:: ''^hó. ^ r.¿r' se': ¿: -:'a aa'a:':-|:a'a -:t --'::',--:-',: a :'.- -': '=:':-:':+ =, j,a.,r'::- :---::: a:" ,'.: :: -,:;,I a a.':::,4
Pero un dÍa las lluvias y las olas voraces de un iracundo "Niño" mataron a bocados el Paseo Costero. Abajo se vinieron música y edificios, restaurantes y juegos, la caseta vigía del salvav¡das. Pasadas Ias tormentas, llegaron ¡os curiosos a contemplar atón¡tos el espectáculo de escombros, a constatar que somos nada frente a la naturaleza caprichosa. Muchos vecinos pref irieron marcharse; olros, los más tenaces, hubieron de mudar sus esperanzas una calle hacia arriba, a la avenida del PacÍfico, temerosos del mar que había crecido a costa de la playa. Así, el viejo malecón fue quedando a su suerte, desgarrado, solito, en una larga decadencia atestiguada por vestigios ruinosos de su pasada glor¡a,'loggers" madrugadores, parejitas nocturnas, cervecero's, pescadores, nostálgicos.
Todo esto sucedió hace años y años.
Lo anunciaron en la tele y los periód¡cos: Playas de Tijuana ya tiene nuevo malecón. Un malecón flamante que intenta recuperar su atmósfera festiva poblándose de aromas a marisco y a ceNeza, frituras de pescado, vendedores de cocos, caminantes tranquilos, de una bullanga que por mucho tiempo se creyó perdida.
Tres arcos amar¡llos señalan el conjunto de mirador y teatro al aire libre, desde donde descien-
den escaleras de acceso a un paseíto adoquinado. Luego. la playa llena de bañistas. parejas besuconas, vendedores y mús¡cos, de gritería infantil y precauciones de los últimos y lagañosos días de calor.
Domingo, y todo es una fiesta que tiene como protagonista al mat al horizonte que parece elevarse, al agua enorme y dividida por un muro que impone el mar, también, el recuerdo constante de la frontera y sus modernidades exces¡vas. Ahora ya nadie cruza puertas azules colocadas al extremo de esta pared al agua y a la arena; este monumental palo de gaviotero; estas rejas enormes donde se citan los domingos, para verse y tocarse a través de ellas, famil¡as separadas por la frontera y sus disposiciones migratorias.
Pero ahora es domingo y el nuevo malecón, a espaldas deltoreo, hierve de vida desde el faro hasta el parque- Y acodados en el mirado¡ adornado en su piso con una rosa de los v¡entos, o sentados en las gradas del teatro, nostálgicos y pensat¡vos asisten al cotidiano, magnífico crepúscu¡o. Acaso también vigilen por si algún otro y altivo "Niño" se anunciara.
La noche va cayendo lentamente. Y
Dan«t en ruio I
l)an:t en roio 3
Dunza en roio 4
Danza en roio 5
5 Dsrzn en ro jo 6
f)e l¡ serie Eros J
Apenas ayer
Llegué a scntarme a la mesa hora principal del dra ancla cle n¡istificaciones v ci sol no clijo ;av! un ¡todar.íal
I-legué a sentarme hambte que te vas al alba v en la noche r.uelves altzana vbictta sempiterfla ubicua.
(]ué clirían las manos: a las partes del plato v e la cuchara al tenedor incluieto cuando a Ia mesa paz de mistilicación a sentarme 1legué v el sol no dijo nada un ¡avl ;oh todar-ía!
* Fra cisco MoraLes nació en, Sonora, eñ 1941. En 1999 obtul)o el Premio Nacíonal de Poesía d. Ttjyt na ún tt liái, Sa l-i¡ts ZrHa publicado los poeñaríos La ciadad qúe rEco.ro. AE Éi!a- aürz afrot-
Francisco Morales*
Discurso
Aunque presos de noctívagas furias hemos de escarmenar la piel del habitente intciflo )r aunque duela lo mismo en todo modo ¡seal que alguna flecha Y Otfas ya vendrá a nosotros mustiamente.
Aunque itacundos con la cisca rumiando en cotidian<r estamos obLigados a decir ¡basta! al cepillo y su blancura de alma: ganado está lo habremos merecido.
Ante la prisa o nr¡ctámbula aflicción en los quehaceres de prosapia de gran aristocracia ciudadana clefinitivo es 1- necesario buscar siquiera un mal plantado pelo tras corbata r. rlecencia inmaculadas al animal perfecto que ve somos
dicho he diho he... "-
Billar a las diez y media
Del billat les intensas bírsqueclas multiplicaclos atanes c1e Ias boles ¡l tod¡r chocat
,. irt .rnsr rrbir l¡. r-t¡rL. di u r i¿jc ¡oh /o-r nttito.r drl l¡anl.¡ru cr¡íli/ rL¡t.t ¡ttura! tl1\:e que d¡r rtz(¡n ertrañlmiento tlesde mis ensiedacles Ia trágil opinirin de1 espectirdor ebrio.
De equel billar -t¿lco azul mesa común de paño verdecon la historia enferma siguiente que había páre contar.
Inefable
Agua en e1 cuenco de las manos \ricnto cn ei colre del recuerdo Nube en la piel cle 121 tormenta Ri..r dqrde el pech,, rra'rurnad, r Aires sin alas
Flores del cielo \roz suspcndida Canto caído
Luna presente I-una cscondida: i.a mujer -ángei a\rc
que no tengo ni tuve que jamás
POSCefemos camaradas.
Dos cetvezas en el ttlntimo" (actóstico),
Bravos han siclo los tiempos; Establecimos el ensueño.
Las ilusiones
blancas palomas en el aire Inocentes como nuestra risa.
Arre ,v sólo aire la vida.
Nfañana r-endrán las nubes negras Olisqueando aquí allá perras dispuestas Royendo el cuerpo
Aviesás contra la terflurx
Letras rios de palabras podrán conta o. Eres afortunada
¿cuánto podría decirte?...
Sombra y luz todo se hace recuetdo.
(Cananea, Sonora.)
Croupier
Asumit la nada la humildad del polvo.
¡oh ver que el sol emetge y la mañana envuelta en color y' rumores aún se ofrece ondulante al placer de los sentidosl
Aceptar la paradoja y no -elemento inevitable en 1a partida... \¡eamos: en el juego de naipes
=,=¿ ¡ ich¡s son ler'.
Sangre y fuego
José Manuel Di Bella**
Ilustraciones de Carlos A.
Está solo frente aI asador. El carbón chisporrotea como fuego fatuo.Tiene memoria de árbol eI carbón y su corazón se ilumina, casi listo para cocinar Ia carne para los clientes. Brisa de octubre corre ligera y aviva la brasa, concentra el calor de los pedruzcos. Una mano surge para mover los tizones: niños de cuna que con cuidado se les acomoda. Prepararlos para la cocciónprecisa es laprincipal ta.rea, ese punto exacto en que las proteínas serán más digeribles, dirigibles aI desperdicio y a Ia nutrición. Otras faenas acomparlan a Dionisio, eI taquero: socavar los aguacates, remover el hueso: preparar Ia salsa, trüar
* ,e"/ -¡r'¡ro Nadie pinta lunas lienas. riréCi¡¿ *+ Escfitor ypÍomotar cultuÍal, es autar Ce ¡¡-..'r:-.:,. :. .uer¡os f' drtista d-1 "sco 1984 , P. c. .. - ::.. (1993), traducido al inErlés con el ¡r:!jó li:::.i :. :-: Wo,j d, (1993).
GutiérezVidal
la verdura; degollar cilantro y cebollitas. Apenas la tarde se insinúa y ning'ún cliei.te, ningún diente voraz hasta el mo¡:.e:'.:: Después, muy seguro el conglomelac: exagero, acaso grupos de drez c:-.:: más entraficado, exigirárL su p cr.:::. : Dionisio.Y é1: como ver.de=-:: : :: : --curatodo.A tanto y a c.::-¡::::: l--ar.:- t: satisfacer. Por ahorr :---:'.' : : :': : :-. : :- : ción. apenas or.:-: i: -.'::'-:j -: ::y sacar Ios r:: i---:: :. - :: --: --- :- : : : moler ch-:-e r= _: -:. :--: -. - ---: --- - : : -. . j ^;^-,.¡.l- ---::r-i -i-_:- :: --_-I;-:._-:. it- -t:
aire puro, su frescor del hábitat. Entonces quieto en eI instante de los humos entremezclados: Gúliver frente a la metrópoli de pacotilla. En efecto, todo Iisto y preparado como mostrador de botica. Carne en Ia sazonada, carne dorándose al so1 de los pedruzcos, carne lista para el rebane en cuadros sin grasa o en tiritas, dependiendo del carnívoro, del antitético vegetariano.
Dionisio ]evanta su mirada al cielo como buscando la seña.Y nada. Nubes sigilosas y peregrinas hacia el fin del mundo.
Parece que ni se mueven, pero sí: son más misterio que realidad: óptica ilusión del tiempo blanco. El vivaz anaranjado todavía se alcanza a ver manchando eI mantel del cielo de hoy. Coyuntura para el recuerdo y Ia inspiración. Como niño moquiento que saca penoso eI pañueIo, así Dionisio saca d e i a c a¡tera a su mujer. Se ve muy bien, : :: :rer: c, con su vestido rojo estampado :: '- : ::: ie i,'e¡acruz, sonriente, eI colmis: ca-bellera Iisa-lisa, y j r _-:- ::=s :::a cosa muy
cito y prudencia razonable, Dionisio se activa un tanto, mueve de nuevo las brasas y animoso pregunta al cliente con quien hará la cruz de la noche: ¿Cuántos jefecito? ¿De harina o de maíz? Á¡dele, pues, la verde es Ia picosa.
Aquel tipo bigote tupido y botas de vaquero sólo se anima a decir que tres de harina, pero de la recién salida. Chasquea los dientes como felino a punto de hincar los colmillos. Se mueve sobre ia barra de salsas y aderezos y termina por meterse un rábano en la boca. Después arroja Ia colilla del rábano al bote de basura, entonces Dionisio ie extiende el plato de plástico con Ios tacos. Aquella mole de músculos y üentre cervecero abre el compás de las piernas, levanta un poco el trasero, ahueca Ios brazos, sirve en vuelo rasante la salsa y el guacamole, sacude el salero, y en cuarenta y cinco gnados perfectos,le pegra Ia mordida al primer triate indefenso. Paladea cada mordisco, entre dentelladas a los rábanos y a las cebollitas de cambray. Apenas termina con la vulnerabilidad del tercer taco cuando alguien 1o llamapor el radio instalado en el Towncat. No alcanza a pedir ningún refresco, se limpia eI bigote y sale en estampida. "A Ia vuelta te pago, compad-re", alcanza a decirle a Dionisio, quien acostumbrado al numerito del judicial sólo se permite sorueírle, como quien despide a un primo Iejano, mezcla de alivio y ojalá no vuelvas pronto. Estos cabrones están como para Ias novelas.Actorazos de poca madre. Sí, mira, al pendejo del taquero nos lo volvemos a chingtar. Dame unos quince minutos y después hazla de pedo con eI radio.Yo me desafano en chinguiza en cumplimiento del deber. "Sí, aquí tienen a su güey", piensa Dionisio sabiendo que son Ias cuotas por estar en esa esquina. Buena esquina sin duda, donde el agasajo es con
Ias nochrrnas de los tugr:rios. Ésas sí que pagan y embodegan gue es un contento, EI otro día Ia Rufina se atragantó como doce. Aunque el récord es de Ia Pitufa.
Veinte al hilo.Y eso clue esa noche un cliente Ia había hecho enojar. Según cuenta eI pimpinela de Ia zona: un bato carita Ia engatuzó y aquella cayó redonda, Iiteralmente. Se fueron al hotelito de Ia Mancha, culturizado eI dueño, ve tú a saber, pero entraron al Don Quijote como Sancho por su ínsula. La Pitufa iba recontenta. Pues cómo no. Guapo el muchachón y cintr¡rita. Se imagÉnó como en ciáma.ra lenta trotando rumbo aI cuarto, el pelo y Ia mascada ondeando por Ia brisa fresca del otoño. El joven bien adrenalino en un acto de sospechoso alarde pidió tres condones a la recepcionista. ¡A chingao! Amarren al toro. Y la Pitufa se 1o creyó Lo quería creer.
Ne-ce-si-ta-ba creer. Oronda, con su pedazo de nomeolvides, se metieron a ia cueva. Nadie sabe con certeza qué fue 1o que pasó exactamente. El personal de intendencia del hotel, es un decir, sobre todo eI barrendero bizco, dijo que se oía un rechinar de poca madre. No lo asegura, porque no pudo ver por eI ojo de la cerradura (el ojo izquierdo se le extraviaba), pero por mi mamacita que la Pitufa estalra pegando unos estertores impresionantes. Parecía que se ahogaba ahí mismo. Para no hacer el cuento largro, eI "g,eorgemichael" de la A.lamitos salió corriendo con la bolsa de la Pitufa. AqueIla puros cueros y mentadas. Hasta la patrulla llegó al ratito. Pero como siempre
tarde y sixviendo para nada. Puras pendejadas de investigación. ¿Cómo era el sujeto? ¿Por dónde se fue? ¿Y cuánto le robaron? ¿Por qué nomás usó un condón en la escena d.el crimen? La Pitufa sentada en la cama tronadora empezó a vestirse en silencio, Un par de lágrimas se le escaparon. ¿Qué ven ustedes?Y todo el mundo se hizo a un lado, especie de valla para que la reina agraüada pasara, orgr:llosa y altiva, acomodándose los mechones del pelo. En lugar de meterse al congal y des-
quitarse con alguien, se fue directo a Ia taquiza.Veinte tacos engulló enajenada. Dionisio le acercó un vasito de agiua, no fuera a ser que se desplomara en su changarro. Después,la mala fama ni quien se 1a quite: "Ia giente cae muerta con los tacos del Dionisio". A.l termina¡ de comer eI rostro de Ia Pitufa se apacignró. Después te pago, Dionisio, ai me los apuntas. Me dejaron sin lana. ¿Y yo qué? Ni modo. Otro numerito que le arriman. El pimpinela quiso hacerse el modosito, el meiportasmuchotú con Ia Pitufa cuando regresaba al Dallas,pero eIla no estaba p¿ua arrumacos o falsos desplantes. Le volteó la cara al corre-ve-y-di1e y 1o empujó. Una vez en el antro se fue dÍrecto a su rincón, al lado de Ia sinfonola, y le pidió un brandy triple al mesero de turno.4.1 rato me reporto, no seas deshumanizado, ¿no vez cómo me ha ido?Y todo siguió tan normalote como siempre.
La flama del carbón se apacigua: tronante minera.l de saüa endu¡ecida: pequeños filamentos de luz finita se
elevan por eI aire para morir de inmediato. La mano sabia de Dionisio remueve eI fogón como quien aviva los pensamientos y Ia memoria.Y otra vez su Margarita. Acaricia la foto. Se los juro, huele el perfume que eIIa usaba ese día de feria'Tiempo detenido y feliz la instantánea. En la feria del algodón se subieron a todo. Cuando entraron a la casa de los espejos esta.llaron sus risas de metal. Qué parej as más extrañas: gordo con delgaducha; orejón con cachetona; enalo con giganta; alargado con estrecha;necio con posesa; cóncavo y corwexa. Las risas despertaron el apetito. Unas cervezas con huaraches picosos de Michoaciírr' Después eI dulce de leche o eI higo azucarado. Cuando se treparon a la rueda de Ia fortuna por poco y bañan a medio mundo. Pero no. Sus diafragmas firncionaron perfectamente. En la cima de ese Pequeño universo se sintieron cada vez que Ia rueda Iuminosa tocaba eI cenit. MargTarita se Ie juntó. No por miedo sino por solidaria. Si la rueda se despeña que nos lleve a los dos. Para buena o mala suerte pero nunca separados. Sí, Margarita creía en eI amor, pero en ese tiempo aletargada la fuerza del instinto,Amaba con dulce candidez a Dionisio y no sabía de Ia pasión. Aquél nada más la pastoreaba esperando su momento. Eso sí, nada de vulgaridades. Al menos, así pensó ese día.
Y tuvo que suceder: gózala Y gózala Y gózala, sin ponerle operativos al sentimiento. Todo espontáneo y natural.Fuera Ios famosos cáIculos. ¿Me conviene o no? De ambos lados Io mismo. Fluido de la emoción que se encabalga con los ritmos de la vida. No haY sincoPados ni estridencias: rico valsecito sobre las nubes. Sin mucho cerebro el asunto. Puro corazón del bueno. El que cielto encuentra Io que quiere, no pide permiso o se
arrepiente, ignora culpa, agravro o mezguina recompensa. Como Ia fauna o Ia floresta. Química del instinto jugueteando en el mortero.Ira sabia savia vasoconstructora cambia¡te sobre Ia avenida de los deseos nunca más postergados.
Cuando dejaron atrás luces y bullicio de feria (siempre mundo extraño y distarte), Margarita se abrazó con fuerza al cuerpo de Dionisio; éI soruió para sí mismo: pues cómo no: final feliz de feria que no se olvida y en Ia memoria eruaiza. Desde entonces, época de vino y rosas, hasta que pasó lo de desPués.
Como marea, vaYviene Ia clientela, pero el vínculo con Ia fuerza lunar nadie se lo e>rplica, menos en este caso, cuando de pronto calma chicha rodea aDionisio, perdido en eI recuerdo --camino del retorno- de una Margarita de otro tiempo y lugar. Ttanquilo, en apariencia, eI rostro sudoroso del taquero, fija de nuevo su mirada al cielo. Puro lalroro y laboro, jornada de todo el día, ir y venir hasta instalarse con la carpa de Ia noche en la esquina de Ia suerte y el folclor. Aquí anida sabiduría aI estar por años viendo eI desfile de los milagros con rostros de toda clase: gestos, muecas, modos, movimientos: escaparate deslumbrador de Ia cond! ción a veces humana, a veces casi no.
La fiereza del ulular nocturno convierte a los mortales en armaduras andantes' Sin avisos de tormenta, a veces, el chaparrón se desprende Y a muchos los agarra descuidados: desPués eI lamento, Ia imagen que en el sueño clarito lo proclamaba.Y por ahí nos conducimos presumiendo gEotesca anteojera directo aI error de los diciembres.
Atiza Ia brasa Dionisio con cautela de pensador sencillo pero atinado, sin marear las ideas, directo al grano tan difícil
de rodear;totaI, función de vendetacos ostenta humana genealogía de no meterse en honduras, sóIo verle a las personas pinta y destino, imaginar procedencias y espaldas de agravio o venganza, y tal vez, sepultar Ia propia tradición de Ias tradiciones y eI olvido imperdonable: tenemos, pues, a nuestros enemigos bien ganados después de todo y a nuestros amigostambién.
Un momento para lavar platos, limpiar los alrededores de las salseras y los guacamoles; al punto de la media noche, luna de otoño en su apogeo, resulta mejor tiempo para vaciar nuevo cargamento de pedruzcos sobre el calorón del brasero: así de simple: negro alud sobre el gris espumoso y eI rojo encendido apenas. Nubecita claroscura se levanta en señal de aparente sofocamiento : al rato, atízale con el cartón de la virgen, y sí, se produce eI milagro: shamán cavernícola la flama enciende. Acto soso y reiterado en nuestros tiempos, pero con dejo del asombro y los temores primigenios: ¿salvación o condena?: hoy muere Ia sangre. Y todas las noches de todos los días igual la rutina del fogón. Como ya lo dije, fauna humana en pasarela ftente a Dionisio urgido de terminar Ia jornada y volver con su mujer, a la vuelta de la esquina, por la madrugtada, dos tres de la mañana, eIIa Io espera, ardiente impaciencia, desde un sueño profundo y caimo, mientras gue él con paso cansino crr¡za el canal Pero esa noche las cosas no fueron como de constumbre. ¿A qué se debió?
Sí, en efecto atendió al ultimo cliente gargóIico: un tipo con facha de abogado, aliento de dragón y hablando en criptogramas. Después, levantó la parafernalia de su puesto, contó eI dinero de la ganancia y apagó eI fogón. En ese momento, cosa por demás extaña, otra
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lumbrada estaba prendida y él sin saber, con el sudor de lajornada escurriendo todavía por los surcos del cansancio: respiró profundo, y algo intuyó que no andaba bien. Aceleró el paso con 1a sangre brinque y brinque entre el corazón y el orgullo;jadeando bajó por el puente dejando atrás la estación de bomberos, apresuró 1a marcha unas dos cuadras antes de llegar y fue cuando vio las l-::-.-:radas saliendo de su mismita casa. Fe:s: ¿No será ilusión, engaño de ia'. .s:: :sancio alucinador? Mas r.ugenc:: :: :-: queriendo comprobar que :c :: =::: --: cuento de su fantasía. tra!c:c:.e:: ción: pero no: el To,nnca: s los hules dejando u¡.: es::.: := ; ,j-: : gris. igualrto al :.r:::.: r--: :: -: r- ":enfriar el fooón; b:-=::
Instalados va en los albotes dcl nue \,, .r lu. c0l\'. Irrnilc5de l,'quchrbtri dc ser también cl próximo milenio. tres ver-tientes parecieran ilse perfilando clcstle la obr¿r n¡irrafiva cle lc¡s escrito¡'ts hrrj.rr llil' '¡niirtt, '\ lnas in\ ellc. I ('*'i todc¡s nacidos de los años setetta en ildelante). Acaso cotno una suerte de anticipo de lo t¡ue vendrh, lt¡s escritores cle las nuevas ptonociones han ido cc»rfigurardo los carninos por los cuales hlb¡¿i de transitar la narativa clue nos espcrn. Sin aspavicnlos. pero con llaso seguro. los narradoles dc eslos años han lLazado en cl¡cto ias seña\ pr.rr las c¡te h¡brcrut¡s de tecont¡ccL cl r-osll-o que nos idcnlitlque. Tal rcz los sinlomas ruírs eliilenles cle c\c nue¡'o ro\1lo se localiccn en lo que podría-
rnos identificar como la ptesencia dc una nucva sensibilidad liter¡ri¿r. Col tres vertientcs. cualdo mcnos. y c]uc podríal cortsiderarsc asimismo corlo tres actiludes dilclentes en torno i1l hecho na]:Ialivo. No oecesariamente distantes ent¡ e sí.
1. La ¡¡arr(Ltittt Llt ruigLrrttbrt' lite,1¡rlr,. A esta ve ie¡te PL'ltencccn los ercrikrrcs cuvas Leferellcilts \c encLren_ tr'¿n todit\ía en irs lccLu¡ris asinrilarl¡s dc lo-§ escritores dc renombrc. Su for ru¡citin plrtc dc la litelatula y dc'ella rctomar] sus rclirentes plimoriliales.
Sus modelos naratilos se localizirn en aqLlellos autores a quienes consideran como sus mayores ejentplos. Escrito te\ rll(. c,,nto Rcs' in¡ Su ¡in , §¿¡i,,r il,, 5ttl, tt,t.tt, .t t,lt'd\ tltlt¡.'¡ t\. | 091: N¿lr, rtí sicltiera lt llLtt'i¿t. 1995): Javier f-cminder Ace\cl t.Si tttr'lt n,t,-lt' ttti ¡///J,1/, i4, t(¡r¡:l: JJr ier Conz rlez C¡rden.Is (¿s¡o c.r /o q¡rd ¡tienso L1e ti, 1991); Alejandro Espinoza (I-r¡.i |lsi¡¿¡.s. 1997): ), Bruro Ruiz Pusateri (Ki/r.¡. 1996). tienen su pllnto dc patticla cl 1a literatutir. Prr, ' ' gLl:rl qtte l, '' 'r r'it, '1. ' mc r i canos de esta pa e dei siglo, cl1os han encontlado tanibién cn el hul¡or lcs tivo y la plrodia. 1os c'letrentos que nutrcn su visi¡in c1c la rcalicltd. A este grupo se sunril ademits lit ¡ttcseucia clc Heribeto Yépez.
2. Ltt narrafiva con l¡ase en la cul tul'.t púp \ \ubtt il,ttt, tl. Una tCtttibilidad ali¡nentada sobre todo en los videoclips musicales. en las irnágenes de MTV e intenret. en el uso rle los nuevos sistemas de comunicación. en el empleo de herramientas como las computadoras, y en actitudes como el humor negro y el desencanto social, son algunos de los elementos de los que se ha nutrido un bucn número de escritores jóvcncs. No se trata tan sólo dc rcferencias culturales más o rnenos evidentes. más o menos expJícitas, sino de elementos que condicionan o detelminan la percepción cultural que sc ticne de la vida contemporínea.
Rlfa S¡rrrcdr¡ e. el ejenr¡1,, rrrr. r isiblc dc este grupo. Eü sus dos lib¡os publicados a la fecha. Esto tlo es uno suLida, Pt¡sfcards Lle oL-io t odio ,1996) y llutett Sntíle,'t (1997). las anécdotas casi no existen y a nlenudo el rel¿ilo es apcnas cl prctcxto par¡ le-gistr'¡r un estado de irnirno o para hacer todrr suertc de con¡tnt¡rirrs. LLrs rLLr¡,' '¡:: lL.\lrr. cll 1.. . ., r, .l ..-, .,.¡sl:ll'. l. I l. l¡.u. l.< '. -
consecuencias rrrás ostensibles. abundan las referencias relacionadas con la cultura pop, cl inglés se ¡rezcla in distintamente con el español y los neologismos son parte de una fbrma de comunicación en la que, sin embargo, no se reconocen como tales.
3. Narrdtiva hípertertudl. La fercera vefiiente es, tal vez, la más abierta en cuanto a la burqucda tle nue\ os c¡mrnos de expresión artística. Su propues la prrd iera plrecer radic¡l en erlremo. 'i no pol su temática, sí por los rncdios dc cdición empleados, por el afán expe rimental y por Ia actitud que se ¡sunre Irente a las nuevas posibilidades de 1a larración por medios electrcínicr¡:. En esle terreno sobresalen dl]¡ :,-r' lore.: Fran Tlich v Curl.,. C-:.Vid.rl. Fl ¡rimero c. :' i '- J. .' ." nlcru norcla. \4, t P qIe .e nl-r'r.'( .rn L:' ne. ilL,l Iürrr ,.Es aur,-¡¡' trntlt:;:: -:;D]
A Guiérrez Vidalse deben dos colecciones de relalos, El'cínífe (1996) y B erlín 77 (1997), er 19 eue ya se puede advertir el camino por el que intenta úansitar; pero es sobre todo su novela virtual (cuya localización en intemet es la siguiente: http://www.goecities.com/So Ho,il-ofts/9023/hypergoygoldenshltm), en donde, junto con oÍos escÍitores menos conocidos, la búsqueda comprende también la necesidad de enconfar otros medios de expresión. Entreesos medios se encuenta la llamada narraüva hipertextual. Sin embargo, no se trata de ediciones hipertextuales de obras escritas para ser publicados en forma de libro y sólo más tarde editadas con elementos hipermedia (sonido, imagen, etcétera)Goldenshowérs: Platero y tú, es la primera obra narrativa hipertextual d6 la literatura del estado. En est¿ novela la lectura lineal o consecutiva oede s lugar para dar paso a una lec&n o secuencial y en 1a que el texto se lifuca para que sea el ledr qui! c[É b caminos a seguir- Itbmüe úd por lo mismo, exige bc -ir, co¡scietrt€s de slqrla h.-!-B cióud€lteeE in
Hip {, er
Carlos A. Gutiérrez Vidalx* llustraciones de Carlos A Gutlerrez Vidal
Ahí esrás. refuntuiiando como siempre. Estás ahí como todos los días. clavado en la profundidad de un hipertexto. refunluñando soio, tratando de mantenerte al margen del mundo exte dor. Has delimitado tu espacio; la puerta está cerrada. la ¡núsica suena tan fuefe qug no pennite pasar ningún otro sonido. ni siquiera las liecuencias más altas, porque para eso est¡in las colchG netas y los tlltros; acabas de near lo suliciente y ahí estás, r'clunfuñando como siempre, clavado cn la profunidad de un hipertexto. A ver qué nuevas traen los seguidores del frenesí po sestructuralista. El monitor está ftelltc a tus (ios. ¿,quióres que te 10 describa? Bien. Ios pixeles, tú sabes, es¡s unidades pequeñísimas. es de lo clue no puedes hablar como lo harías dc una rnancha, Lln punto bendei o una línea. Y no, ro es que un pixel pueda comParar sc con Djos, sea como sea un Pixel no es un pixel y se rcabó el telato: un pixel es algo así como la uniclad de nreclida del rastro que un electrón imprime sobre una pantalla. conste que no sobre cualquier superficie. Un pixel es un pixel. como la luz de las estrcllas quc
brillan a pesar de que dejaron de existir hacc mil ¡ños. sólo que un pixel está pensado para ofrecet una imagen de continuidad y permanencia. Un pixel es la simulación dcl espacio. Pero, ¿,valc la pena describir un pixel ) ;Oh prolana ción de [a tendencia iconoclasta de estos tiempos, la imagen no se cucstiona. la imagen no sc representa. la imagen no se descompone hasta reducitla a sus componentes mínimos! Lo siento. pero es que sólo estás ahí, r'efuntuñantlo. absorto en lt profundidad de un hiperle\l(, firrr \eJ (luc tlu(\I\ lrJc llt.rieJJ ciencia del profesor Landow. y alguiel tiene quc hacertc entrar en razón. No hablemos dcl pixel. se que te nolesta. que alguien te inculcó cluc 1() real e\lí fuera y no detrás cle la pantalla. Como sea. el monitor est,I liente a tus oios y todo lo clue Iees tc lecuetcl¡ l¿rs cllses de quúricadcl colegio: hiper. hipo. ¡Stt per'1, glitas. porque crees que ¡cab¿ls de descubrir 1a libra óptica. ¿,Quieres quc lc la describa'l Sí. ya só, sería crucl de Iri partc. sobre todo descortés. y los buenos nalrailores nunca dehcn tratal de atosigal a sus lectores. tampoco ¿r sus persouaies. Llc hecho todo cstá mal.
repasenos. Un buen n¿rrador debe empezar por el principio (esto es Lrn poco exlgerado, lo sé. pero funciona), respetar la sintaxis y las normas de la Iengua, establecer una kigica adecuad¡ al discurso nar¡ativo lrL,ia¡1./). desarollar ura anécdota y llegtu al clírnar. concluir como es debido o corlar pot lo sano; pt:ro sobrc fodo. nunca. nunca emitil.juicios de valor sot¡re los hechos o sobrc los personajes y no alimentar a éstos después de la nledianoche porque elgoldan. El caso es que no, no rol u rlc.rtihitte ur hilo dc lihrJ,rPtrca. allnquc he de confesalte que nada rne dará mís gusto porque ne caes mal, porque sicmpre tc la pasas encerrado, absorto en la profunclidacl de un hipertexto para vcr que nuc!as trtcn los §cguidoles del fienesí posestructLn-llis1a. Basta. A qué r'icne todo eslo. Ciena los r.rjos y dirnc Io que lcs. Ah. sí: hipettexto. hipérbaton. hipérbole. hipotá lauro. Las esdrújtLlas sott lindas y vde nrás callal potquc lo real espera. Y
Fran Ilich'k lustraciones de Carlos A. Gutierrez Vidal
Wediodíainerchopo.ca
lor Sudor Vendedores de música que por lo regular no llama mi atenció¡. Camisetas de grupos punkies, aglomeraciones humanas de adolescentes con los pelos parados u hoyos en los pantalones. No muchas mujeres: algunas. Poca música electrónica; Íxís bien nada. Julio hojeando übros en un puesto; impresionado, feliz; casi llegando a tener el efecto del écstasy, pero sin haber tomado uno. Intenta disimular su son¡isa, no lo logra. I-os vendedores intentar vender todo a quien se deja. Hacen descuentos geniales a precios exageradamente caros y ñnalmente teminan vendiendo cosas que nadie desea y al doble. La gente las compra. Julio hojea dia¡ios de escritores relegados que no interesan a sus amigos en Tijuana: libros de ciencia ficción, viñetas de poesía dark, beatni-k, compendios piratas de los mitos del Cthulhu. Julio no podra creer que existieran libros así y en español.
La gente caminaba alredetlor de los dos plsilkrs del Chopo, perseguían a una ¡ruchacha medio rubia y a otr¿t rredio gótica. Julio tcnía gaaas de coner hasta el trampolín más alto de la albcrca olímpica y ¡zazl... clavarse en Lul sallL, rnoftal co¡r tres vucltas y dos torcione: Aler llc:ti. tonro L-, .rc 1, ;' lo hojeo L't-h:r ¡rnl,'h. 1 ..' ' ' pcro a nadie le imp,rrt¡1..::.
Veo que te gusta el ho \:.':.::: , dial -rlij Lr JL:1i,..1;::-:r. ,Si .¡'rir.: - i. 1e r i..
cer unl lalga e interesante con\er\¡ ción que pudiela ser el inici,r de u¡-L lalgn y ¡rrometedora amistatl.
Sí. 1'uc uno de los plinr:r,,:, Y que tll' 1. .iL. do err ln qr., ¡r..Jc er el Trbit..r, P, México ct¡ncuer.l-r i::r-:::: : i malditar.-uli,l.rJ. :' Sr-,,::i.'. .:.do r ¡r'i¡' a-
t:.. : ,
copia poco legible y que de ahí surge la edición que circula entre los creyentes. Y que por ciefo no pasa de los 1000 ejemplares alrededor del mundo. La última edición la imprimió un culto diabólico en California, fueron llamados "Dark Hippies", "Bad Brothe¡s", "Sons of Balcebf' y otros nombres parecidos. Nunca he visto una copia, aunque he escuchado sobre un vieio loco que posee una, allá en Cuemavaca. ¿Por qué, no me digas que tú tienes una? -Julio agitó la cabeza diciendo que sí.
-¿De qué se trata? -preguntó Alex, pero Julio, que habla más o menos heredado el libro de manos de sus padres hippies, cambió la conversación o.
s un poco como el secreto de los Lr¡¿s. No como el libro de Lord -.- .i¡o como esas cosas que se
Julio: tjjuanense. Alex: defeño. Se metieron mucho en sus rollos y no compraron discos. Creo que sólo uno de Diamanda. Ambos tenían 18 años y apafte de los clásicos y esenciales es critores, leían literatura prohibida. les gustaba mucho Ia electo-música y querían torturar policías. ¿Metas en la vida? Solo una pizza por semana, Nada menos que eso.
Alex le presentó muchas amigas a Julio y después le confesó estar seve ramente enamorado de Tijuana y su culttrrt'. El gran preténder, la película Llwt ciudacl sin estílo, la música de Cyber-Cholo y sobre todo, de las muchachas pochas. Las amigas de Julio tenían planes para asistir a una fiesta; ellos no. Alex invitó a Julio a un bal en Coyoacán.
Vodkas. Celvezas. Idas a[ baño. Lagunas mentales. Cuando más grave estaba ia situación, Alex quiso saberlo todo sobre Tiiuana.
.Qué tal el techno rock?
--El qüé'l{otrtestó Julio. pensan-
do en 1o ridículo y achilangado que sonaba la palabra techno-rock. Como si el techno y el rock tuvieron algo que ver
-Los grupos techno de Tijuana.
-¿Cuáles grupos?
¿Que Tijuenl no e. Ia capiLal mericana del techno?
-S upongo que comparada con México, pues sí, un poco.
-¿Rovesl
-¿-Raues? -contestó Julio- ¡Fiestas con Kíller Juicet
-¿Y los cholos?
-Con 1as cholas.
-¿La playa?
-Fía.
-¿Otra cerveza?
-Otra, {ontestó Julio.
Poco apoco se tomüon lanoche y fumaron una mínima cantidad de smog capitalino. Julio regresó a Tijuana y Alex quedó de visitarlo pronb. Alex queía verlo todo: los raves. las mujeres, los cholos, la Revolución, el grafTiti, los conciertos de rock. No había nada que no quisiera ver.
Durante algunos mescs: abuÍimiento. mcnte ausente y un día se plecipitó y tomó un camión hacia Tijuana. De la central camioncra telefoneó a Julio. "El rclelbno que u.ted rlrrL ¡, nu c\i.te. f'3vor de ¡ectificarlo". Una vez. Dos. Trcs. Tijuana estaba aquí.
¿.Taxi al ceotro? iBarato
Pero no, Alex caminar'ía. Camino lumbo a la 5 ¡, 10. Calafias rojas ¡ r,erdes: gtupos cle linrpiaviririos en plrn Rochc 2: l:l\i\til. (n COC:rrrli -' ,rll h: her'.r h¡11,do. recolr'í¡n las calles en sus taris roios. Gente e\llailil colr acer'rtos broncos clue no sabía Io clue eLa un rave. cholos <1uc no habían oído c¡uc existicra la litelatura sobre cholos. rockeros fanálicos de grupos chilangos que en la ciudad de N{éxico nadie quicrc oír, Dlontones de nar-cos er sus carros escuchando rnúrsica de banda. Julio no se veía por ningún lldo y no había naclie quc se le parccicrl en su fonna de ser. Alex ela optimista y dijo:
No hay problerla, Tijuana es una cjudad chica, pronto lo veré.
Quince dÍas después. Alex todar'ía marcaba el telétbno de Julio y ctcia vez que lo hacía, su llamada era contestad¿r en el Ministerio Público de la ciucl¡d de Tijuana. Estaba cansado. Cómo podía ser que desde N{éxico ya se había comunicaclo r,¡rias veces y desde aquí no fu llc ior ¿rra \o hrrbi.r lirtrrro Tijrrrn.r c.l:rbu in festada de rockeros sociales que tonraL¡an cerveza er cl b¿ir Hcccs con cl dinero c¡ue sus papás les daban. de alte¡ nativos sociale\ clue r,ir'ían escrLchrn do la nueva músic¡ de \tT\'\ are\ e¡.1 .cr.limi Hendrir rniL:rrrin . T -
marihuana; de escritores incomprendidos tomando café sin haber escrito una sola línea en más de dos meses; y cholos que nunca salen de sus banios impenetrables para un civiJ. NadJe quiere tener nada que ver con un chilango. Nadie quiere hablar de Gjurdieff. Nadie conocía la música de Kosmic Orde¡. Nadie se interesa en nada, mucho menos en los Okuras o Ceru'ude Stein.
¿Qué hay que hacer? A Alex no 1o quieren en el bar; se consideran superior a é1. No lo quieren en la calle. Se dio cuenm que el mor imiento újuarense no existe: que ha¡ escritores gorditos de casi 30 años jugando al cool dude y plagiando descaradamente a niños de 19: músicos de rock que no satren toca¡ ningún instrumento, mrisicos gritarilo en sus conciertos que chingue a sr madre Pete Wilson y que Viva Chiln después de haber inhal& uo dL¿ & crystal y sitr la posibilild & qe :e bala perdida del ejércifo ¡¡rri:-¡ o d
EZ.\ pueda Ilegara ffi. ¡GÉ &esperación sintió AIex d tEr rúID. rH¡¡mhe!
No tenía dinero. Cqnsiguió habajo en un taller de helrería. Se las ingerió para ma1-vivir y comeil No salÍa de fiesta, porque no tenía dinero.
Un domingo conoció al encargado de un puesto de ropa tagger en un swap7?reef Platicaron mucho.
Alex se enamoró de 1a pemonalidad alegre de Jorge. Jorge trabajaba ahí y espeLaba ansiosamente e1 día en que pudiera irse a vivir a la ciudad de Los Ángeles. No tenía pasapofie, pero podría hacerse pasar por conerican cítízen. Fácil, decía. Jorge dijo que los raves estaban allá. Habtó de CPU I 0 1 , la avedda Melrose, 1os gangstem que colorean las paredes con sus graffiti, Ios museos ilegales escondidos en trastieldas misteriosas, la bola de artistas incoúprendidos y cineastas olvidados que nurca nadie conocerá, 1as miles de gmupieslos pochos, los turistas esca.ndi¡aro que viajan desde Eumpa ptra tmase una foto junto a ura Selena o Ric*i l-al= de cartón. lá mdti{uftE-a- l¡ u!l*di4 las multitudes- I-os crf<z-lavs- ir rieodas de se-eund¿- Io,s Jzrc -:it ¡ Ios ¿a¡n- t¡¿¡rs
das tiendas de discos de San Diego, Ios co.ffee houses y las bibliotecas. Pensó que la mejor opción era pagarle a uno de esos polleros que cobran 300 dólares por un pasapofie prestado. Así lo hizo. Y al c¡uzar la tiontera, buscó co[ro pudo las tiendas en el famoso poblado de San Ysidro, más i'amoso por hospedar temporahnente a inmigrantes ilegaler que por.u nir el dc civilizircion. Obviamente allíno halló ninguno de los grandes fenómenos que Jorge platicaba. Se puso a pcdir ride hncia San Diego, en la poblldtsimi.r. transitudr.ima ) r igilada calle San Ysidro Boulevard y como nadie se io daba. uno de los narcotrat'icantes callejeros locales, ¡postó 5 dolares con sus amigos a que -{ler era otro chilango pendejo y le su='-, * .\lcr quc lo pidiera en l3 rultrni.:. Il¡¡r.r¡te -í. Una ¡rligra se detuvo por : r rr jia después lo regresó a Túuana. :- :'. i: ientía mal y tenía ganas de : 1.: .r,1.1 con mucha nostal' , _ .: -: :rrrs clue viven _- _ t- \1:rr . ?.-..
¿,Cómo puede sucede¡ esto? se pregunta.
Creyó ver a Julio en una banca de la Revolución. En ese lnomcnto. Julio continuaba regando las plantas en su casa, se sintió alegre de no salir a la calle desde hacía mi¡s de dos mescs y se preparó parti leer un libro sobre la vía láctea. Era marles y Atex consideró que era hora de legresar al Chopo. Tijuana continuaba su ritmo. peto a trar,és de lt¡s ojos de Aiex cobraba una gravísima dcn sidad en el ambiente. A1díasiguiente, Alex abandonó su casa par¿l no pagar otro mes de renta y se preparó para irsc cl síbado. a su ciudad.
Vicmes 5:00 PM. Alex visita a Jorgc para decir adiós y desea¡le suerte en la jun-ela angelina. Jorge quiere presentarle a un tal Julio. Julio está sentado leyendo en un sillón y ¡l vcr a Alex suelta la revista Ur12 que trae en la mano y dice:
-¡Hey. Alex!, ¿cómo has estado, .rmilo.' ;P('r fin en TJ. la ciudad.in esrilo. Ia mitad de.
\le\ siente un profundo asco por la r,. \¡ puedc creerlo. Meses en :-.,--:rJir r Julio \ sucede
Jorge y Julio salen a Los Ángeles mañana- van a un ¡?r,¿ masivo. lnvitan a AIex con ellos, como quien invita a alguicn a iniciarse en algún rito pagano, desconocido y prohibido.
A ler rluictr. ptro nu. Cree quc [ue suficiente. Podría divertirse, pero ya no an iesgará nada. Alex quieLe conocet el bouleva¡d de Hol1""-r!ood. el D.)u)l¡ohl¿ dc L.A. Peto no. )'a es tarde. Ya no vale la pena. No después de 1o que viviti en Tijuana. Extraña lnsurgenles. el lr1etro verdc, Cole¡cárt. el bar de todos los viernes. los libros que roba de la librcría Ghandi, las ntuchachas ricas clue caninan con cxtrema precaución Por l¿rs calles.
Sin decir adiós. Alcx se da la media vuelLu 1 'e prepi'rl p.rrl lo. lrt'go'.ltl. que siguen. Julio y Jorge experi[rentan una gran sensación de vacío. Es vier nes, ya 10 olvidarán. Y
Me habla cl m¿r-con su arLogancia, cotl sus súbitr)s rettansos de scductor enlbravecirio. Sor ciel mat y el ángulo perfeclo dc lris piernas es cl ¡únel de sus li[l¡s. N,Ie lrabla el rr¿1r coI el galope cle slt espún]lr. con el algoda)n de sus cal¡allos v el r,iaie sul¡cclcste de su azul. N,le entrego al mar porcllrc hay un hotlble en cadr una dc slrs olrs. u]] fucgo. Llno flialtlad. ultr artlcntíiri. Lnl cc¡tcier to ,1, ¡et'etrtt<.'nlriJ,'\.lrlc rr,. lr.'l,l.r. Soy la gualida dc su lailico disculso. ll razón dt: su gll-bo tcnaz. so\ su tatuaje. cl laro quc dcspicrta sus blancos gemiclos. e) plácido singulto de su oleaje. una pierna eluedada en su anguila, un cuerpo eDclaL¡stlaLio en ll rlcctrier 'alirr Jc su. Dio'c.. un beso de ba)lena. una Ienguir conducida por delfines. u[a obscena caricia de pulpos peregrinos. VtLelvcr al mar para que lle¡re mis ranur¿s. p¿ira que ausculte mis vacíos y violente mis brazos y nris senos. Vuelvo a sus líqLridos !estes para estar desnuda. gozo del abrazo de sus sales y sus algas lujuriosas. Sueño. nrientras t1oto. con sus ojos. con.t¡\ tnJn,'\. trt,¡nlrdr etr. Llutt,, de cristales innro¡tales. ahogando mjs conductos, ,ris labios y orificios, lo/anJo el ¡¡¡.11¡l9sr, (l(.\Jío Je sus savias. sus enrbates. Esto"y dcsnuda. a solas con mi piel como vestido de mi ahna. a solas con el mar como el clislraz de lrli locura. ir solas con los homhres de c¡rl¡ ol¡. co¡ olas desoudas de hombres desnudos
a a
Iavier González Ciírdenas * *
que n1e cLrbrcn. qllc []landen su espada ¡' arrojan sus escudos \ cantaD prra mí clcsdc su rojo conba tiente. Soy del mar, le pertenezco. porque me habla con el ronco accnto clc sus reslJgios marinos, porqlle clrupa mis piernas y mis pies con \u\ pcscados, porque Iava mis herida\ l olvida rnis pecaclos. y toca el arpa del viento con las or-est¿s de sus olas. Soy del trrar, elteramente, soy mis húmcdas pestañas cooro re¡nos de b¡r¡cr¡s. mis cabellos llotantes como sombras de algas, mis cílidos r'f3ir\t t,\ (,Ino n'lú, dc |e!nlli': rrri. uñas pr_esur_oslrs, conchas cle encarcelado deseo; tr. is g[úteos ¿nbclanlcs. bancos de tibia y palpitantc arcna; nris ojos. ncgras lun¡s de tibur'ón en franco acecho. Me enliento al m¿rr desde nis pensamientos, desde ni olfato ¡ mi c¡rnr'..lcr.le rllr rni.nlJ p.rr, .,...,r L tierra de nli -sexo. piil a ilr ir rr el centro de su mlstelio'n aleg,'r.i. ¡,rr¡ coirtt¿u-su \cnusto nronlr a\rr Ii¡iri. aletazLrs. paraL que .u t¡liz alr¡l,r!'
" Bucntts n¡:¡tltes ciudatl T. Buena-s noclt¿.t Méxict¡. Bicnt,attilo¡ ol juego de ¡educción Clr.lc\¡' Ccrrti. L n ( I {'lJirori,, Municipal Fausto Gr¡tiérez. I989. altele rnis oíclos 1,sus olores de cr-us(¿íceos puedan seducir mis ht'r't,¡rti.rs irt.¡iirhle.. L.tu¡ JL 'nrralx. a sol¿rs cor la sangte tzul quo ¡.r¡¡ ¡¡ri. p¡¡x¡¡r,,.,1c rclL,, r, lerrtin,'. a solas con l¿ sal o pollo ilerralnac[t pol ostrellas. a solas con el can«t de su lnultitud ceticca. Lic sus agriar re\ csas: por-qlle el ltar ne habll ¡ vu.l\o a él c{lrro ¡ 1a iltlilncia. a l¡ebellr¡: r,nelvo ¡ él r:o¡ro;r Ios bosques. pitra olerlot r uclr o I il .urrr,' .r l¡ ¡J',r. ..lo cn mis par'te. t'-:-rr: -r.. : \ iill¡rl¡ a,rIl .-. . -gL j\ r. It:-:a:. ::
4.. -.:a a 'J.:' !i,1.:- -:ia:: -:mal. pill ll Cclldi i. .dos océanos qlle se ¡br.:z-,r. :: . , hailar con carl¡ u¡t¡,le l,r. ha-'r''::. cle sus olas. Y
**Escitor bajacalifomiafuo, ganador del prenio Abi4ael Bóhorqacz co¡ b novela Esto es lo q¡re pienso d€ ti 11997). *Fragmcto de la naver¿ kve Son, Escri¡a coñ el apoJo del Fondo Estatal pnru la Cuhura y las Artes.
Traslaciones
La santita de Huautla
Jetome Rothenbetg
P rr., \l,r ^ S¡Lin" (Iraducido por Laura Jáuregui, tomado dLI lbr. / a Do.l. \t'-',1
Virne pur^ set muy vieia: su voz dolorosa a su pecho hace eco ha.ta que 1a barriga -e Ie aflnia llora al tumor ba]o su corazón: "oh niño de Ia luna "ojito de dios "pajadtos que crecell "de los árboles el boracho junto a nosotros -jovencito chimueloque anda dando tumbos para a.lcanzar lo alto de su cerro se sienta al lado de la santa y tiene hipo
"¿eres una santa?" é1 pregunta "soy gobetnante" ella contesta "soy un reloj "una llanta
"la paráüsis en los dedos del luez "albotota mis faldas "yo soy la luna "de buena gana me mareo "masco las cositas "y chiflo
"se comerán sus propios ojos "-dice el teloj"sus sombras
"se les meteráfl Por las gargantás "se les atorarán "volverán a mi certo "r.olando mártires
"repicatán Ias campanas tibetanas "el dios de la montaña "reyecito a caballo "los cortará dice la santa sc cscondc tras k¡s dicntes que 1e faltan 1a cara de I{rishna nc¡s dcr.uclvc la sonrisa la cara de ella en un brillo en el humo de cigarro mientras chadamos pequeñeces espejos pcqueños brillan en 1os hábitos de todos los santos Nféxico en verano todavía destila frutas la basura de los pobres r,-ivc las mujeres pobres saben que sus huipiles brillan de tantos pájaros r. mariposas fl,,res de l¿ d¿nz¿ de la naranja -oh casorios místicos en l{uauda de Jiménez fuimos los últimos en llegar el camión seguía trayendo krqutllos de NIéxico para comer hongos amargos con tierra y caca de chivo embarrada en los labios esto es e1 lenguaje letritas tan bdllantes en el cielo de la siera mazafeca a donde llegamos buscando su r-.-.:¡ sus pisao:. C,,-, :::' ..- ^- : :_ :: ::
Traslaciones
para ustedes es el sudor de Crjsto el semen de Cristo se convierte en Planta flor transpareflte brillando en el océano caminando con alguien la flor de Cristo como un bastón un hombre con dinero como un santo general cuvas pisadas deian joyas enteras efl fluestro cámino -e1la. cant^ buscando la nocheel i¡dio bortacho (pobtecito) le sonríe zh cara ,v tiene hipo como tambor su lenguaje muere en é1
"¿etes una estrella de cine?" é1 Pregunta "soy un calendatio" ella contesta "soy una muier cometa "un dacuache
"tomo cetveza caliente
"tiendo mi cama con ftescuta "Méico está cubierto de fotogtafías mÍas "gorgoreo como gr.rajolote
"mi voz es intetmin¿ble
"en museos donde cuelgan chales "en bares en casas arregladísimas en pistas de baile
"en concierto con los Gtateful Dead "Francia me agtatdz
"los ditectores italianos llegan de noche "a chupar mis honguitos
"e1 papa viene a Oaxaca con los otros "los ma,vordomos bailan con "las novias de dios "novias de hombre. de montaña "reyecitos a caballo
"la imagen de Shiva ba a "en mi altar "1os relojes bailan "y tlacuaches "llantas y gobetnantes "en sueños sin una sola palabra pafa efltonaf ella dice dice a d1a el übro del lenguaje dice raducido a español cortado vendido pará alimentar a 1os muertos e1 lenguaje moribundo escondiéndose de ojos extraños del modo como los hongos se ocultan retienen su lenguaje se niegan a hablat excepto cuando las voces de los niños nos dicen: casa
dinero bangas también ocultos a tus ojos Matía poetisa de estos cerros mujet que habla rápido comptada y vendida para alimenrar el lenguajc dc los rico. -cloaca de todos los lenguajcs -opfesores a quienes amzstú mujer de 1o alto de1 cetro tú muiet santa tu mujer reloj tú mujer mártr tu mujer espejo tu mujer tigre tu mujer lenguaje tú mujer flor tu mujer dinero tú mujer cerr ez.: c, ::,:. tú mi m¿d¡e ¡..: :: ¡üce
Traslaciones
oh madre de la savia (dice) madre del rocío (dice) madre de los pechos (dice) madre de la cosecha tú madre rica erguida ahora visible y sonora ante nosottos ja 1z 1z jo jo jo jo jo io ji ii ji ssi ssi ssi iham jham jham dice v se levanta a solas perdida el e spíritu err^nre a tar.és de Amética niños santos irrcotpóreos en el aire de la ciudad locos en N[éxico una ciudad perdida para gwaráar a 1os pobtes furiz de mazatccos muertos el fantasma dc Juárez hablando inglós como mi propia voz á tu puefta sacudieodo esta triste sona]a caritándo sin la esperanza de dios o relojes sin palabra entre nosotros veladas que cuestan mi1 pesos esta veladá pata tu libro y el mío para cualquier lenguaje que todavía quede pot vender.
Desde 1982 a la fecha-+scribio Édgar Félix en el artículo 'Adiós a los sueños de laclase nedid' (El f¡nancierc)- el único índice de crecimiento a la alza, ha sido lacantidad de pobres". Últimamente, también va a la alza (afortunadamente) la preocupacion por esta condición que abruma a más de cuarenta millones de mexicanos.
Sin embargo (faltaba más), la pobreza no es patrimonio exclusivo de ¡léxico. sino síndrome de índole mundial, De acuerdo con David Aponie (La iomada\ "cada minuto nacen 47 seres humanos en Ia pobreza. De los 5 700 millones de habitantes delmundo, 1 500 son desesperadamente pobres y el número aumentará en 25 millones cada año aproximadamente".
Elcaso mexicano no es -desafortunadamente- el menos grave en cuanto a pobreza se refiere. Carlos Acosta Cardoza y Mónica López escribieron en Proceso0ulio, 1998) "Tres años y medi0 de disciplina en las Finanzas Públicas atojan este resultado: el número de mexicanos en pobreza exlrema aumentó 53% alpasar 17 millones al inicio de 1a adminlstración del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León a26 millones actualmenle".
Ante realidad corno ésta, a política social del gobierno federal cobra importancla. Por ende, no es de extrañar que el presidente Zedillo otorgara la cariera responsable del combate a la pobreza y la política social del Estado a un hombre de todas sus contian' zas: Esteban Moctezuma Barragán. Economistade profesión, egresado de la urumr y de la Universidad de Cambridge, el actual secretario de Desarrollo Social explicita las estrategias yvertientes de la politicasocialdel Estado mexicano en elartículo publicado en el número correspondiente a octubre de 1998 de Ia revista Me rcado de valores. Moctezuma Barragán inicia reconociendo el desfase entre el proceso de modern¡zación de la sociedad y el incremenlo homogéneo del niveldebienestardesusciudadanos:
El crecimiento económico, las innovaciones tecnológicas, el incremento del comercio entre las naciones y la dinámica económlca del mercado han probado no sersuficientes para
¡ncrementar los niveles de bienestar y desaÍfo' llo, para cientos de millones de personas en todo elmundo, Esasíque la más apremiante laborde los gobiemos en la bÚsqueda de una mayorjusticia socialque se refleje en ladismi' nución de la marginación en que se encuentran amplios sectores de su población (p.3)
La anterior declaración, de quien también fuera senador de la repúblicay secretario de Gobernación, es relevante políticamente. lnsinúa la insuficiencia del modelo económico neoliberalpara lograr el desarrollo equilibrado y sustentable delPaÍs.
Moctezuma Barragán reconoce tres Méxicos coexistiendo en una sola nación: un sector moderno, exportador, claramente inserto en los procesos globalizadores; un sector industrial, de servicio§ yde agriculturatradicional, y finalmente, un tercersector "caracterizado por la persistencia de la pobreza exfema y elrezago social" (p.6). Esta situación se debe -básicamente- a la desigual distribución de la r¡queza. Durante la década 1984-1994, "e|20?" de la poblacion más rica incrementó su part¡cipación en el ingreso total de 49.5% a 54.53% mientras que el20% más pobre Ia reduio de 4.83% a 4.35%" (p.6).
lntegridad, impulso a la descentralización, coordinación entre instituciones y niveles de gobierno, impulso a la participac¡ón socialy promoción del desarollo regional, son las cinco estrategias principales con las cuales la Sedesol eskuctura sus acciones de polÍtlca social.
Para esta Secretaría, su funciÓn no se reduce a la atención de las regiones que padecen mayores rezagos pormedio de polÍticas asistenciales como el Programa de Abasto Socialde Leche o del Programa Social de Abastoi sino el impulso de politicas de formación de capital humano de talforma que "la población en la pobreza extrema, cuenle con servicios educativos, de salud y de aLimentación que les permitan encontrarse en mejores condiciones para desarrollar sus actividades económicas y productivas" (p.13).
Moctezuma Barragán comprende que el problemade la pobrezaes. alíinalde cuen' tas. el proolema oeloesarro',0 Dorlar!0. a polílica social que instrumenla no es exciL.lsl'
Sergio Rommel Alfonso
-No seor¡gina la pobreza en la ausencia de dinero, sino on la piesencia decodicias inmoderadas'
. Apuleyo Ptaton y su doct¡na " Libro ll, Cap. Xl
vamente de índole asistencialista: sino también de fomento a la infraestructura social básica. y elimpulso aldesarrollo productivo y regional.
En el mismo número de Mercado de valoreseleconomista Rodolfo de la Torre partici' pa con el incisivo análisis "Cambio estructural, distribución delingreso; política social". De la Torre sitúa losfinales de losocheniacomo el inicio de la operación de un "nuevo modelo económico". Sin embargo, escribe:
elabandonode unaeconomía con -orar "::' vención del Estado, inilexible y 0r e ":::3 : mercado inlerno, ha dado muv hE::': l:-::: resultados. Por un lado. s bl¿.'-::::: ' superar sucesos ccrno z aa:a :: -:: a: 50% en los prec os deipe:'::: :- l:: ,-: inflación de hasta 159'..' '::- .':--': .cias netas de rec!rs..: ? a;a': :a -.: '6.8?b de PE en 1983 :::- - :- ' : - :. Preside nte Sal nas s':-::-:::.:-:: inllació¡ prcr¡a:; :a ..-', .' .a. netas de recJrs:s l: :, : :' - : : ' PB sólololia:a::-: ---. :' .' pordebal: :: :'aa - :'. : :'. -. Por lta:::: : ::!: :::::':l' me¡:e':,::::-::-:-:: - -.-, ' _:-i:::--:":a :-:_:, :- : '_ aumento la porc ri :: - _a:-: .- 1 ..- :-. por el 20", ae i::::::-::- -: :'i: gresosde49 2aal a', - ."'.: :-. - -'.' centale de Pla a: :' :- ::. a:-. a..- a:1: de 10 3 a': l;': .--:-.:---1 - '.:-más!fÉ::-::_:::=:: ::' :1, ::: : : :slon aa :'::::,:: :--:, :: :::: r¡aal2a ::
ml enlo
Pedro Castera:
Viajero celeste*
La ciencia del siglo xxr, que aún pule sus métodos de investigac¡ón, no puede evitar la plaga de la charlatanería y la pseudociencia en muchas áreas del conocimienlo. La magia, lo mismo que la metempsicos¡s y las creencias esotéricas, son campos fértiles para la narrativa mex¡cana de aquellos tiempos. AsÍ, Pedro Castera (1846-1906), autor de "Viaje Celeste"(1870) y de la novela Ouerens (1890), hace que su protagonista sea un escritor que viaja no sólo por el cosmos materialista y newtoniano, sino que va más allá y alcanza las regiones místicas, donde las f¡guras tradicionales de la imaginería religiosa logran colarse. Más que la mente, es el alma humana la protagonista en esle cuento que, al igual que el de don Manuel Antonio de Rivas, acepta la ex¡stencia de mundos habitados entre las estrellas. Ciencia y fantasía se presentan unidas y sin contradicciones insolubles. Por otra parte. este periplo cósmico es racionalizado como una simple alucinación o pesadilla, evitando asíel adoptar una posición franca ante los acontecimientos que se relatan, ante las maravillas que suceden. Como lo explica en su prólogo a dos obras de Pedro Castera, Las m¡nas y los mineros. Querens (UNAM, 1 987), Luis Mario Schne¡der asegura que:
Es indudable que Castera por su manejo del francés y del ¡nglés podía interesarse e ¡nlormarse sobre las d¡st¡ntas especulaciones
Gabriel Trujillo Muñoz
científicas, así como del progreso de ciertas discip inas, en Europa y en Estados Unidos. Pero mucho de tales pensamlentos o invenciones solamenle os lograba asimilar superficialrnente o por lo que puede comprobarse de una rnanera original por no dec¡r extravagante. El positivismo que respiraba y del que se informaba directamente -y al cual llamaba materia srnoposibilitó la investigacióf expermental cuyos resultados de alguna forma contrariaban la ex¡stenc a de la teología clásica. Sin ernbargo el espíritu religioso de rnuchos positivistas necesitó elaborar un nuevo concepto del hombre corno ser metafÍsico. Negar al Dios tradicional, pero no destruir la_idea de armonía o equilibrio que El representaba. En épocas anteriores hubo intentos de un dios como síntesis de todo lo exístente, inmanente a su creación. En tiemPos del positivismo se revivió este concepto puesto que el cientÍfico religioso y a la vez especulativo necesitaba reencontrar la unidad entre materia y espíritu que el avance de la ciencia había quebrado.
Pedro Castera (1846-1906), no es conocido, como muchos otros autores mexicanos, por sus aportac¡ones a un género como la ciencia ficción. Su contribución más popular a las letras mexicanas fue su novela Carmen(1882), una especie de Maríade Jorge lsaacs en versión mexicanaCastera es un escritor típico de la época de la intervención francesa. A lo largo de su vida desempeña distintos oficios que Ie dan malerial su-
f¡ciente para alimentar su literatura costumbrista. Castera, nacido en 1846 en la ciudad de l\léx¡co, se dedica a ser minero. gambusino y más tarde soldado. Participa del lado de la república en el sitio de Ouerétaro en 1867. Carlos Gonzalez Peña escribe en su libto Clar¡dad en la leia' nía (1943) que de don Pedro "apenas se conocen datos y particularidades curlosas con los que pudiera construlrse su biografía. Por los ochenta escribía editoriales, con Altamirano, en La República.l\4uy entendido en quimica y ciencias naturales, en el mismo d ario inauguró un género que presumo f uese entonces nada vulgar: las revistas cientÍficas que redactaba semana a semana, ayudado, seguramente, de sus conocim¡entos en francés e inglés, que le permitían espigar en publ¡caciones especialistas europeas, de \as que, para e\ caso, echaba mano".
Con la república restaurada, Pedro Castera hace carrera política y l¡teraria. La novela Carmen lo catapulta hacia Ia fama. Y como periodista se queda a cargo de la dirección de La Repúbl¡ca, pero sus años de vejez están oscurecidos por la enfermedad mental que lo lleva a ser internado en el hosp¡tal de San Hipólito. De ahique González Deia diga que siendo un "solterón mpen¡tente, romántico y esplritista a a vez que amante del cultivo de as
'Fragmento de Libro inéd tc Lis ,-,--'-.i Cron¡c¿ de 1¿ c:e^c'a'cc':- -:' ,',
c¡encias, en sus últimos años vivió pobremente en Tacubaya", donde muere olvidado de todos en 1906. Pedro Castera, lo mismo que su antecesor, Manuel Antonio de Rivas, es un entusiasta de la ciencia de su época. Un lectorfebril que lo mismo lee a Cyrano de Bergerac que a Copérnico, NeMon y Laplace. Para Castera, "la ciencia es la nodr¡za de la humanidad, mejor d¡cho, la madre tierna. car¡ñosa y amante. que la guía y la conduce a través del espléndido vergel que llamamos creación" y es que, desde su perspectiva,
la ciencia busca, estudia, compila, reúne combinando, medita, observa y después consigna; cuanto el¡a lo hace es demostrado porque t¡ene la plena certidumbre, lafe absoluta, el hecho demostrado, palpable, real; cuando lo hace es porque tiene a la lóg¡ca en su ayuda, apoyo en la analogía, pruebas inductivas, evidencia, en fin, de la ley inflex¡ble que sujeta un hecho
Castera, como lo afirma Luis Mario Schne¡der, es un escritor prolífico y de variados talentos:
poeta, cuentista, novelista, científico, pseudofilósofo, político, que recibiera en su tiempo elogios de José l\¡artí, de Manuel Gutiérrez Nájera, de lgnacio l\¡anuel Altamirano, de Agustín F. Cuenca, de Vicente Riva Pa¡acio, de Francisco Sosa.
Y ahora podemos añadir que este autor es un pionero de la c¡enc¡a ficc¡ón latinoamer¡cana y un divulgador de la ciencia de su tiempo. Entre los libros que no llega a publicar, debido a la enfermedad mental maníaco-depres¡va que lo sorprende en 1883, está Reylstas c¡entíf¡cas, un compendio de sus anículos cientÍlicos que había publicado en las páginas del periódico La República del que
fue directo( yquetratan, como Schne¡der lo consigna,
sobre el movimiento de la ciencia en la época y que Castera escribió semanalmente apoyado en especializadas publicaciones inglesas y francesas sobre química, física, astronomía, mineralog ía, geografía, astronomía, etcétera.
Su cuento, "Un viaje celeste", publicado en 1870 e ¡ncluido en su libro Impresiones y recuerdos ( 1 882), lleva un epÍ¡qrafe de Cam¡lo Flammarion, un filósofo esotérico que asegura que "el hombre es el c¡udadano del cielo'. El relato de Castera da inicio cuando el protagonista se ensim¡sma y logra que su alma -o conciencia universal- se separe de su cuerpo y ascienda al firmamento dotada de una percepción mayor, de más largo alcance, que le permite ver
la materia toda d¡áfana, Iímp¡da, incolora y clara como el agua pura, veía infinidad de animalÍculos pequeñís¡mos habitándolo todo; los átomos flotantes del a¡re estaban poblados de seres; las moléculas más impercepl¡bles palp¡taban bajo el soplo omnipotente de la v¡da y del amor.
A esta hipervisión, el protagonista le "bastaba pensa r para que sguiese al pensamiento la más rápida ejecución por lo cual pronto sJ a - ¿ se alejó "de la tierra a una oisra - c : enorme y pudo ser testigo oe ¿ -::. lidad del cosmos. de lo que e :-: "el bellisimo jarorr oe ra :':: : :donde desc¡ore fre.r: ¿ : : -' -: mosis no o sco lÉ '-:) - :_: sorprende y enca-a :
roja como el fuego, volaba con velocidad, arrastrando en aquella carrera una multitud de esferas, entre las cuales habÍa algunas algo aplanadas por dos puntos, pero todas de mucho menores dimensiones, pues si hubieran podido reunirse no igualarÍan con su volumen al hermosísimo disco de fuego; a pesar de que se encontraban algo lejanas, las percibía con una claridad extraord¡naria, capaz de permitirme examinar hasta sus menores detalles.
Figuraos mi asombro: aquel a antorcha encendida en medio de los cielos era nuestro Sol, y sus acornpañantes, su familia de p anetas Pero no era todo, no: lo que -e dejaba mudo, absorto, enaienac: era que todas aque las n'asaenormes eran ¡mundosl más : -:, nos semejantes al nuestrc :3-: :: dos el¡os, sin excepc ón -- ---,-i hab¡tados.
Sí, sí, yo veía as ma'a-:-r : :-' cas de las nieves Dc ?.:-: :-.bes cruzando sus ai-:-.':':-. :: lunas densas. ca':¿::: :: :-,. mas, las otras p--: -:: -:--:: los mares brLta:?- ::-t t,:. plata, y los cor: -a-::: ::':: :mensas aves :_: -:: :: r_: : cansadas :: ,: =res .;-:_:: _::-:-_:: - ::
D¡PaRTAMENTo DE QUEJAs
Aronsuos PARA coNSERJEs
Tomás Di Bella
1) Af¡liación s¡nd¡cal sucu mbir ante el embale de la indiferencia o cerrar los sentimientos sofocadamente.
2¡ El ane del trapeot la soledad siempre eslará asomándose hacia la¡nvención. Un piso limpio, una mente fresca.
3) Sociedad nodema.las ganancias pueden sercosa de defomaciones humanas. lvlutaciones antinalurales, Es decir, antihistamínicos y detergenles; constipaciones y desodorantes.
4\ Ser hunano. lapetcepción fantasmal y la certidumbre del aislamiento, son constanles hasla la muerie. Lajerga másdesgarada.
5)Todo viento trae consigo augurios de bienaventuranza y lamentos aullantes de
e sp rrilus ya volarizados po' el. Nosolros
11). Sanciones adñ¡nistaf,yas guardarse las vejac¡ones de que somos objeto durante toda lavida nos convierte en seres duros y el corazón se nos enroca. La blandura es liberación.
12) Elinspectot ne v¡g¡la: adquirimos lo verdaderamente falso y lo falsamenle verídico por medio de nueslra mirada,
13) Esperanda el agu¡naido: elterror de nueskavida está presenle en nuestras expresiones de n'rpac enc a.
T4) yacacionesi o bserya r deten damenle la amou os oad de a vida nos da a sensación de I
1 51 L¡npt anda la sala de junlas la dfum naciónluntocon a diso lciónaunadoa
¿1eo- )sc¿odÉ a -celoLnDreoeir mandamos un mensale en su lomo para los quevienen. Lacargapuede desapareciendo paulatinarneniei a!da. caerfácilmente. Entonces, ¿ aaspiradoraolaescoba?
16) Hotasextra$ a vida es !na aut0pista verlig nosa por la que só o 6) Eldestape de lascloacas:elpodery su sacraltzactón. La podef¡os des izarnos con aposb dad de sumirnos en ei abismol indiferenciaes la manifeslaclón r¡ás excelsa de la ignorancia. iamás user¡os losfrenos.
7) La hora del lonche o el paraiso terrenal el qrerer capturar el maná de los dioses es un deporteen el que siempre saldremos perdedores.
8) Los mandados para la buraüac¡a.lasamnolercia delespÍrilu es una consecuencra delsonambu ismoen ellraba o. Dormires una forma de lberac ón.
9\ Mov¡endo nob¡l¡ario. se r obse ryado es u na manera de desnudarse a¡te los demás. Aidescubrir nuestro espírilu nos despojamosde lo que nos avergüenza y ahÍnos iortalecemos
10], k jub¡kc¡ón, la vejez la desesperante angust¡a por el rápido paso deltiempo sólo será eliminada por el acrecentamiento de Ia ternura: simple aritmética.
17) Desf¡le de nayo a)gún día I egaremos a la c ma de as misteriosas montañas azulesy nos sentaremos a contemplar elfostro delverdadero dlos: nueslroscuerpos s n abat rniento.
18) Me gusta la secrekria: una pierna de mujer siempre será una escala para legaraledén o un tobogán que cae hasta e fondode inferno.
19) Bona nav¡deño,las se,losiia iuente de la v da, lafuente de la juvenlud, la fuenle de ia sab duría, a fuente del placer.
20) Renunciat altrabajo: la maléfica sensación desereternos. Y
Tu propio sot tbtat o el rescate de la memoria
En el monento dc leer I¿r prolia sanbrLt de Dit\id. NIa íü del Canlpo. algo comicnza a Il¡mar la atención del lector. Es un sabo¡. una lnanera. une especie de cli a. Es su lenguajc: palabrás. cotlstf Llcciones sinlácticas, giros y modisnlo regionales o creados. De cntrada se percibe una oralidad. un carácter inmediato, pronm a la invención que encarna en las situaciones, a Ia recreación de éstas den[o del mismo discurso que denota el habla del personaje, dibuja Ia atmósfel-a que rcdea las acciones o refiere ei desarrollo de éstas a través de u¡ tiempo jamás estático.
Tratándose a pdmera vista de dos noveletas de aventu¡as con transfondo histórico y circunstancia ronántica y estos dos ingaedientes son especi¿lmente apa¡e¡tes en la segunda de ellas: "La Bamba" es a tmvés de la manera en quc se nos van conlando las cosas que caemos cn una seducción v sonos llevados a un sentido óse sí, no tan aparente- de lo qlle sc nos cuenla.
Par:r hablar de1 signiticado o senlido que pueda yo ver en ''Los amantes rle Kim" y "[,a Bamba" (no\,e1as co ¡s que conlb¡man nt prq)i¿r .§{)rirrar), cs necesario enpezar pof eslo que se me ha alltojado llanlar la seducción. Con ¡odo lo emocio¡a¡te que pucdan scr las hislorias que se desarrollan, para un lector exige[te y sagaz no basta con lo atractivo de l¡ tftlna. Lo que en ¡ealidad nos .jala en este libro es el ir d..\cubricndo Lluc cadr nrinuto ticne \u propio enc¡nl¿rnlia lo \ ahí ¡ti!mo. cn la escen¡.
Llentro de lo qlrc se rlluesta a los ojos de 1os pcrsoniLjes v del espcctedor lector. hay una Llosis de lristcrio sullciel1te colro para rebasar de pronta) el típico interés del lector dc novel¿s policiacas o de aveoturas tradicionalcs. ¿,De dóÍde !,iene ese carácter susta¡cial dc cada inst¡nte de la naúación, más allá dc su sentido nlcramente temático l Viene de la vida coddiana dc unos Persondes nada ordinarios y dc la manem en quc el estilo deja corstancia de esa singularidad. El primero de los personajes, es decir, el personaje de "Los ama¡tes de Kim", es un desmemoriado semilotal, Odiseo Siller. Igno.ante de sí mismo lo llamacl narradur. Lo excepcional de este amnésico es la pasión que lo posee por encootrar a Kim. ul1a mujer de quieÍ solal¡ente conoce su retrato y, al ¡everso del rnismo, su lejana dirección a la que desde el principio se dispone ¿lcanzar. Esta inbatible e inexplicable pulsión lo lleva a atr¿lvesar el territorio nacjonal rumbo ¿l país del nofle. Su viaje cs nada menos que prodigioso, por los tropiezos interminablcs que vile y de los que se vnelve a levantar con Ítlayor flerza y un fi-agn1el1lo 1nás dc sí mismo, de ese p¡sado que .onf()rrne avarrza h¡cfu el norte va cediendo y dándose c¡ destcllos de lucidez. AIgo me recordó de la vidx de iiav Se¡vando Te¡esa cle Mie¡. el campe(in del escapismo iDsurgente. pol cierLo nolel¿do por ReinalJo .1rr::.,. ct1El Dtut¡tlo dluL¡¡tlit::, Y.:. bicn. harto de rl!. rrr.r:::: :elrelato au:,ii -,:: :: ::
Ho¡rert S:- ,': . . huhar..', .,:::.., (,).1:.: i
ejemplo. DespLrós de ura lucha qLre lo sal\'ó de rrrorir'a ü1anos dc un pescadol:
Eso era terer suerte. O tal la primere !'e7 quc lo iInagin¡ba h¿bí1r lnuerto Y ahor¿ reencarnrdo limone¿ba el botc paralela mente al lilor.rl. Arrastraba. conlo torero dcstriprdo. Ia manguera de la escafandra. Zafó el dücro y liberó la ntarcha. Se dcsnudó para sccar la ropa con aqlrella brisa y le libieza. casi. dcl ¡rediodía... No quis(] permitirse Pensar en lLl ocurrido. A fin de cuentas no h¡bía ocurido n¡da.
Las descdpciones grotescas, cuasif antásticas, alternan eü este páúatb con detalles realistas y narraciones donde lo objetivo y lo subjetivo luchan por convivir o predomi¡ar. Lo objetivo ayuda porque sitúa. pero Io subjetivo salvi1. Nad¡ es cierto, todo puede ocu¡rir. En Ia otra historia, "La Bamba , elpersonaje es un 'hulato lobo", lüestizo de negro e ind;a, que pasa tanbién por Llna se¡ie de cambios confomladores de su multicultural peft on¿lidrd. en nedio de la supervi\'encia- lij üue e y los golpcs de iurÍ: De luevo aquí. es el e.pir::-:. Ia rerninisccncie Prr.i,-¡li-, : instaD¡áne¡ del \rr. -,-' mueve v da se¡rii,, : : -del perst»raie .r:.:: ., circunil.lr'rar-:. :::.:. ¡dv.-riri .::.- : religi,. :, - : ::a:: : -:::
lecho er silcncio, Lrisbisc¿ndo uDa lelaúí¡ en lcnsLra b¡n¡Íl. !,ludo ) e¡carccido. Su p¡drc. Ngolo rezando sobrc aquella tumb¡, unll curiosa plcgaria dirisida a Xochipilli. que anuucia al sol matutino: a Jesús Crislo. que murió po¡ nosotros: a Chun1bé. que se lleva ¿ los ancianos ) a los cnt'ermos. Chunlbé, Xochipilli. Jesús.
Le naturalidad que cono anfes se ha dicho. sc llama oralidad, pasa en esta novela cofta por el costumbdsmo, cl ¡cscate hisló¡ico y el relato de aventuras. para inslalarse en el terreno de Io mítico. Ahí se aesarce en la creación de un mundo por delnás entrañable en eJ que que l* 'barbarie' canta a plenitud su irrenunai.t' ble libertad y la "ci\ ilidüJ ' tiene dos caninos: o periiiii: e11 su rei¡ro dominador,, dejarse seducir comlr i; :r, :-, Julia [nés por su PeJr,r \1::: :, fu ¡tropia :,'"ti"., .:entonces rqu.lli' r ::: propio- qLre.::,: .:-: ellanie: li:. a::' aieliL.;!::: : -
Como en una ráfaga orquestai. Edmundo Lizardi nos entrega en su Pequeño poemario, paisaje Y Pensamiento de una tierra oPaca que el poela hace que surla ,1e 1a sombra: 1a Península de Baja Califbrnia
La obra de Lizardi, ganadora del Primer Prernio Nacional de Poesía Tijuana 1997. mantiene el desarrollo dinámico de una visión urbana que se abre trecho a través de una voz que surge de la frontera Y un coloquialismo que va de principio a fin, Pero que nunca pierde su itmo poético. En "Baja Times"' poema extenso Y quizá el más represe[tativo de la obra. encontlamos muestras de este lenguaje: "Los batos con sus trajes de Piel negra-/Y sus moúas en ancas". Más adelante. entrevemos el estilo: "Largas Y rubias cabelleras cn busca de un poco/de sur crepuscular".
El recorrido éPico del poeta taaza toda üna geografía llen¡ de recueldos que se escapan, se diluYen coniorrnc sigue cada verso par'a formar una esPecie de c¿ll¿¡g¿: desde el Mediterráneo al mar de Co¡tés, del desierto a la urbe, "de la Revolución al Boulevard Marina". etcéteIa. vemos el encuentro filal entre un Yo Y un ello, un yo Y Ia Península' El verso en Lizardi es un tlujo y retlujo rít¡nico de palabras. choque de sonidos, una marea verbal.
En cuanto al tem¿, Porgo ahora énfasis en e) Panorama gcneral de 1a obra: Pareciera qLle 1a travesía del Poet¿
paÍe de un nauflagio interno pero que al final hay un reconocimiento externo de su tierra, una tierra de libertad' Pero el mar t¿mbién es libertad y como si estuvieramos allí, en sus orillas. escuchamos las olas en algunos versosi "Oh Baja rumorosa:/Rumol baja/la Baja/deleitoso'.
Edmundo Lizardi' muy consciente de su realidad poética, se atiene al verso libre. No hay uniformidad en el tipo de versos que maneja, y adopta un estilo ProPio Y original al mostrar el ritmo coloquial del habla cotidiana, ritmo va able lleno de voces extranjetas y neologismos. Por otlo lado, encontramos r.¡¡os pcqlleños detalles -no del todo buenos si nos ponemos ligurosos- cuando Lizardi emPlea la lengua inglesa, como en la conjuga.^ión de un verbo: I'11 rather be in Baja! ', que debería escribirse "['d rather..."; o errores como escribil "pinchi" cuando se escribe "pinche".
Pero. sea o no cuestionable lo anterior, de cualquier manera el Poeta muest¡a que es un visionario, conocedor de su medio. Maneja una poesía llena de ambiente bajacalifbrniano, con tono melódico, que Por un lado lo encolltramos concretamente e¡ los versos Por su dtmo interno, Pero que también está Plesente en el fondo Y en el ambiente al evocal Ios lugares, 1a música (Grateful Dead o Santana, Ia avenida Revolució¡ o el mar' etcélera), los momentos (la emoción e imagen). todo junto e¡ un mosaico.
Raúl Miranda Zárate
Prclwl¡o d¿ La! islls Ednundo Lizardi. Institlrlo Municipal de Arle Y Cuhura. México. 1998,63 PP.
Seremos tksde a)er (Cor.acrtJla. 1998) es el primer libro de cuentos que publica Marco Antonio Samaniego (Tijuana, 1965). Antes había Publicado la ¡ovela Dowle kx t'oces se BUard.rtl (Planeta, i99J) Y un cuento suyo, 'Polvo viejo". apareció incluido en la brevísima antología de narativa joven preparada por José Homero' l, x en la.frente. Nue|a údrratirtj ¡n¿¡icara (Edito¡ial G¡afhti' Jalapa, Veracrr-rz, 1995).
Por lo que hace al libro. llaman poderosamente la atención del lector dos aspectos. En 1o primero. debido a que varios de los pe$onajes insisten en señalar que realidad e imaginación no son sino las dos caras de una misma noneda. Mejor aún: realidad e imaginación se asül¡en aquí como si fueran lo mismo. En estos cuenlos Io real se confunde con lo irreal. y no siempre se sabe qué es verdadero Y qué no Io es. Los límites se confunden Y no h¡Y manera de ubicarlos con toda precisión. Como consecuencia. los personajes oscilan a menudo enÍe distiütas percepciones de la realidad: cu¡ndo mcnos. entre aquclla realidad que se i¡nagina o en la
cual se sueña desPierto. Y aquella otra que se inpone de manela directa. Pero no sólo los Personajes reconocen dicha situación. los distintos narradores irsisten tambié¡ ura Y offa vez eo reafirmar 1¡ imPofiancia Y e1 valor que tiene la imaginación en sus vidas. Así. en el cuento "Manuel. el otlo" el narrador apunta Io que, a su vez. bien podríamos considerar nosoffos como 1a premisa a partir de la cual se articula la visión ¡aÍativa de estos cuentos: "Y una vez más' lancé mi incomPre¡dida tesis: la imaginación es Parte de la realidad, so¡ inseParables". Si Ia presunta tesis no tiene nada de original, sí resulta interesante Ia mezcla de Planos que los llevan a pasar continuamente de lc) imagi¡ado a Io real, y vicevena. Nada es lo que Parece y todo puede suceder en los sueños.1os recuerdos o en esa atñósfera de iñe¿lidad dentro de la cual se mue\'en.
Ur¡ segundo aspecto es la esrrech¿ cohesión que existe enlre Ia ma,voría de los cuenlos incluidos en cl libro Esto debido a que se repilen \,erios elementos, tanto temáticos como formales Así' por ejcmplo, ei ¡arrador en primela person¡ es el nismo en cuando menos nueve de los quince cuen!os illc]uidos, varios de los Personajcs aPa¡ecen referidos en las dit¡¡enfes historias ) 1os espacios en Ias que éstas tienen iugar no ditielen mucho entre sí. Lo que es más, entre cuento y cuento se Pueden reconocer los distintos momentos que hay e1l la historia de varios Pctsonajes, por lo que es evidente que estos relatos folman un sólo
Seremos desde ayer
blo,:lüc. Son ¡cl¿tos ¡ukinomos a la Iez quc lft.rd.lcndic¡tcs. El restt¡ cle 1os cuentos. aurque dislinlo! cn rpft'lcncia. no.liiicrcn sLLsra¡ciah¡ente ell cu¡ll!o l h x¡rniiiltra alc irreali.liill que c¡ntpe¡ r 1() ]¡rgo de to,:l,r .l liLrrl). Es una üis¡l¡ se¡!¡aiór1,jL' inrhi!Ll¡dird qLre se hltr u i:reselte c cach rtna ,:lc las sitlLi:raione:,:Ixa den cuerpo il 1as disliDtil\ aaécdotxs.
.\nbilued¿1d quc cl n1isnrc lectu' e\peri¡re¡!a ¡ ¡avós dc la lectuú. El lienipo prescr'rte uo parece eristir sino en iLnciót de un pasaclo que vuelve a inraginru-se rrna y olra lez. Pelo só1o pala dcscubru 1a imposibiJi dad dc lleg¡]-a comprenderlo. Como asegura uro de los protagonistas: "En ese entonces estaba yo rnuy lejos de saber, como ahora, que una de mis dudas p¡incipales seía si alguien puede conocer la realidad '.
.\un(lue en lentid0 e\lr iala no \. rrrtr (l..r.n1.is [x[lúsLicr,¡ lior l¡ mu]clil cor ) re¿li(lld e irl1¡cinación \a entlcnrc'zclan. a1 glerlo dc llesrirr li colllirndir!c. !í c\ po\iblc rcconocer Lrnir ciell0 h¡lo dc irrcalidl.i cn la viLl¡ Lle los protagrrrti:ias fcotno la hrsto¡i¡ del llorrrbre Lllre irnreinabl que sus pics produaí¡¡r liúl¡r aiue rn¡¡chaba los lugures a rloncle iba 1 le irnpcdían lel:rcionlrrse corr Lrs dcnl¿is).'Ianto (lue en oaiisionas sa hr\rn dcnrasi¡do prú\i¡los ¡ lLn estildo de clesequilibrio mentul Trl rez por eso los prolagL,nist¡s calecen cle aside¡os li¡mes a los cu¡lles poder ag¡rr¡rse. Vive¡ corno en un eslaclo de pcrmanente indelel'I11inación y quc les impide dicernil entre la realidad y l¡ tantasía, ent¡e la imaginación y los recuerdos
que de ¡i(-nr[o iltlii\ los itccchan.
,A.!i pue¡. desde el tí¡ul.) nrisr¡o tcnerrLos y¡ trnu irle¡ b¡sl¡nte prcri\¿ Lic lo que h¡b¡emos rle leel: sere¡ros descLc cl ¡asaclo 1o quc lhorr imagiutrtto: rt soñanros c¡ue somos. \0 sólo porquc cl .l)r-r cs par-te clel prssenle. iino (lcbido ¿ qLle el presenle pucd. scr tanlhiéD ollil fonna dc rc¿sumi. el p¿sado. de i¡\'entxrlo. Corlo apunta uno de 10s perso¡ilics: Ahorll \é que el prese¡te es mu! clrqañoso. rlos pone ¿nte dilemrs rluc no pcrcibimos.
l-L¡eaa de su contc\to clr¡llak) lLr eslanio! !iYienclo'. Jrrz»¡or' ¿/¿'r'd¿ ¿¡'¿¡ cs un libro que bien vale la pena clctenetse a leer sin apresuramientos. Bien escrilo. con varios cucntos sobresalientes, es sobre todo el libro de un
escútor que ira logrrdo drLr' tbrDil a Lma inter'esanrc colecciór'de cüenLo\ de una rara y inaliciosa ambigiledacl. En fin. uD liblo qlre deslaca por la agilidad nan¿lti\ a alcA¡rz¿lda y por'1a eficacia en lI creaciírn de sus alistirltos persolajes. Y
II u m hrrto Fóli\ Brrum(r
Marco Anto¡io S arraniego. .\¿retu¡t Lle¡de ¿rl¿¡r F-ondo Edrtorial Tierra Adentro. nLim. 167. México, 1998. 1'13 pp.
Auüorr Grblial ltujlllo lvtr¡ñoz
eÍr.Yabil
Ia tet4staYubai,del área dc humanidades, es una pubiicación trimestral cie la Universiclrd Autónoma dc Baja Calilomia. destináda a estdiecer un Puente crle comunicaci(in ctltre la comurudad artístca l cultual de la unir'-ersiclad v el púbJico cn genetal. I os trabajos dc filosofa, lmtoria, antnrpologia, arte r. culnrra son abordarlos desde urn perspectir'z crínca t prrpositiva. Es un espacio que nos pelmite conocer\ d;u sclpmientLr a Ia obrz cle krs artistas de la regón norte clel país.
T-os trabajos pn:rpucstos será¡ evalu.rdos Po¡ cspecralisas, a t'ar és de1
Con¡né Ldirorid de le r-eristl r.delxrir rcner las s¡Sientcs caractcristi
l.lirlopopucsndeLr'sttháüta-
2.Lr errensión debe limitanie entrc la seis v cluince cuartlll¡s cscrias ¡ doblc cqrcio. Si se tiene un¡ colaLr¡aoón mas crtcnsa prlrLh pubJicar:e en dos partes. Eniíc srr lticulo por duplicad,r.
a)lin el o-so de colel»rar con lrx*í¡, si cl Fxma es mut'extcnso puedm coviar un fiagnento que ¡o crced¡ cle dos cuanillas, si éste corrsta de más dc trcs poeiras, todos sctán tomarios err cuentl pera ediciones f " i.'rr..pcn .o,, rrc* p,l¡a r f t I'l ur¡.e cr Lr rri'rru n m er,..
b)Si se tratr de nor e1a, enr'íe ñagmcntc¡s arrtónomos (quc no ercr:tlen clc 1 5 cu:rtillas), quc puecltr ser lcidos como mdependicr-ttcs.
c)Ilgrllmentc si se teta dc cucnto, c¡re su estensión sea meoor de 1 5 cu¿rtllas.
l.Prr¡ la edición clc ) 7/¡¿4 1c pedimos nos mr'íe sLr coLaboración gnbarlr en\\ ord (r'erión 6.0 en adelantQ, t dc preláencie acontpañadade dos trtrrcoplrs.
.1.t1 lenguaic de los artículos dcbe ser 1o más cl¡¡o l scncillo posiblc; común, con-ro el que u-samos e1 ennl¡l¡r unr co¡r'crsación intirn¡:r.l con nuc'stros am{ps, sin que pot el1o 1a charla sca intrascedenre. Es tcco rnenclabJe eritat hesta doncle sea posiblg el uso de tecnicismos. Sin crr, bogp, curndo éstos seu-r imprescindibles, dekr'á crliclse su s¡1ri licado r¡ecli:urtc cl uso de paréntesis, o bicn, asteriscos o noras a pic clc
P+40, 5.Pu«1e induise u¡ap«+dalisa bib)iogiica rcs citas del¡en srr suicien t:s t mmcl eiic«lerde cmco; cinúmoo nriximo sepwtle aplicu, cutxlo d ¿nicr¡io r.ene sobrc resulrrdos obtenidos de une ¡erision biblicrgtlificr- Se nrr rmimdl no citar m el terto las rcfererrcias- sah'o m cr.v¡s estriclrmmte necevrioq ra c¡re co cntorp«:e h leaur¿r- cansl ¡l lec-tor
6.Fi.n crv; dc ¡norerle refu-e¡cr.a del ar-tícub. ésta c1cl¡c:¡.i lndictse con u-l st¡pcrindict, mu¡r:r¡do eo orrlc¡ crtciente co¡fotmc sc citen en d tertcr' Ll-a bil¡li ,gr¡fi¿ deberá citarse dc 1a sigriente mancra:
RENÍTEZ, I'tm.rndo, E/lzz /z Zrlrsa,*zs tr[ésico, F.r4 1988, p. 35. IUOREN O NIenLJosó ,\ 'Ios niios ]omalcros agícoLes utt futrut tLcieno" .\)e»tillu,.t tle idea.r, núm. 3, junioagosto, 1993.
S.F-o relacirin con los tín os, es prctiriblc seleccinaruoo cotto \'$rc sct ecctsible l atz«inr ¡r:ta tcrios loslcctorcs- Considtc quc rn buen drulo y el uso de strbút.r1os constitultn u,r.a iorna infaliblc cle captuLr atcnción del lector: El ( lomiré Lilt¡orid ¿le 1i¡l¡¿ se «¡mará h libcrtad dc sLrgerit el au¡o¡ crnl¡ic¡s en el¡tul¡ cleiartícukr laclecuecioncs cn srr ti¡n¡atcr cu¡ndo 1o co¡sidcre necesado.
9.l is rccomcnclüe acompaiir su anículo dc wt iucgr otign:rl dc ti nrr gre 6.e1 así como dibujol ilusttrcrones t, en gcnctal todo aquel mltcrirJ g'rá1ico quc qx rle su traba]o.
10.I¡s autores del¡erá¡ prec-isat cn ums cu..urtas iíneas sus tia«rs pcrso ¡.r1cs, i¡rcluven¡lo ¡lirección r tléfono dondc pueicr-r scrlrrcrüaclos.
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Si riene alg,-u-ra duda o sugerencia, pot iar.ot hagánosla salrcr por fan, «rn-ttr, rclófono o Per¡rnalmo-te.
E lisur,r \alr'úcz Pl lac ir.rs
La r¡ida indigena en Chenaló
F\S,\Y(t DI.iS( Httl f tvrl
,i:rr d+¡ l»¡ t'rí¡l!g(:
quiéralo en las libretías o en los recintos univetsitarios de su ciudad. Para más infotmación visítenos, estamos en el edificio de Rectoría en Av. Obtegón y Julián Carillo s/n, en Mexicali, B.C., o bien, comuníquese con nosotfos a1 te1. (ó5) 57- 82 63 o a través de nuestro correo electrónico: editorial@info.tec.uabc.mx
CüJifo¡niñ
La uida indrgena eru Chenaló
En este ensayo escrito hace cerca de 50 años, Eliseo Narváez Palacios, profesot dedicado ala enseñastza en las escuelas primarias chiapanecas, descdbe con detalle y con una mezcla de asombto y admiración, la üda, costumbres y ritos de los indígenas habitantes de Chenaló, la comunidad locakzada en los Altos de Chiapas que fue puesta en el mapa del mundo a ratz de los trágicos sucesos a fines de 1997. En este libtq tal como señala Milton Castellanos Everzrdo, se describe cómo los propios indígenas designaban a su gobetnador, basados en el uso y en la costumbre, übremente, sin necesidad de recuttit a ningún mandato constitucional, e]emplo de una ancesúal autonomía indígena.