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Hierbas, especias y aderezos
Hierbas, especias y aderezos
Frescas o secas, las hierbas aromáticas son un regalo de la naturaleza y un auténtico arsenal de fragancias para nuestra cocina. Las variedades más familiares de hierbas aromáticas, como el laurel, el perejil y el tomillo - el clásico ramillete propio de guisos, estofados y escabeches - conviven en la cocina actual con otras especias y condimentos cuyo uso se ha revalorizado: son la albahaca fresca, la hierbabuena o el eneldo, que utilizamos en sopas frías, ensaladas y alimentos marinados; y las "finas hierbas" (perifollo, cebollino, estragón), esenciales para los revueltos y la tortilla.
La albahaca:
Es una de las hierbas aromáticas que más sabor tiene, éste es tan intenso que se utiliza preferentemente sola. La albahaca realza las ensaladas, las sopas de verduras, los pescados grasos, los platos a base de tomates, calabacines, berenjenas y pimientos, las pastas - es la base del "pesto" italiano - y aromatiza delicadamente los aceites y vinagres.
El perejil:
Es la hierba aromática más conocida, corriente y polifacética de todas las especias y condimentos que se utilizan en el mercado. El perejil es adecuado tanto en platos de carne y pescado como en los de verduras y patatas. Asociado con el ajo, esta hierba aromática resulta imprescindible en multitud de platos de nuestra cocina. El perejil clásico tiene un sabor más pronunciado que el rizado, que hay que reservar para la decoración de los platos. El perifollo lo sustituye en muchos platos a base de verduras ligeras, huevos o salsas suaves y, dado a su aroma intenso pero fugaz, debe añadirse siempre al final de la cocción.
El cebollino:
Esta hierba aromática tiene un suave sabor a cebolla que liga perfectamente con los pescados grasos como el salmón, los platos de huevos y las preparaciones a base de queso fresco o yogur. El cebollino también resulta excelente con las sopas de verduras, las ensaladas y para aromatizar vinagretas.
El estragón:
Tiene un aroma suave y ligeramente dulce pero muy personal, por lo que admite pocas combinaciones con otras hierbas aromáticas. Sienta muy bien en carnes de sabor suave, pescados, aves y salsas finas, y aromatizar las ensaladas y las vinagretas.
La hierbabuena o menta:
Fuerte y olorosa, la menta es una de las hierbas aromáticas más clásicas. Tradicional en los asados de cordero, los platos de carne picada y los guisos de habas, guisantes o patatitas nuevas, la hierbabuena ha ampliado sus usos en la cocina actual, enriqueciendo las salsas a base de yogur y queso fresco y perfumando las macedonias y los sorbetes.