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CULTIVO AVANZADO
José T. Gállego
GERMINACIÓN Y SELECCIÓN DE PLANTAS CÓMO ESCOGER LA MEJOR DE CADA VEINTE
Con la llegada de la primavera, los cultivadores se impacientan por germinar las primeras plantas. La mayoría escoge sus genéticas en los catálogos de los bancos de semillas, pero algunos prefieren sembrar sus propios cruces, de los que disponen gran cantidad de semillas, y aplicar la selección artificial de plantas para quedarse con las más prometedoras.
GERMINACIÓN La germinación es el proceso por el que una semilla se transforma en una nueva planta. En el cannabis silvestre sucede naturalmente en primavera, cuando el calor y las lluvias primaverales activan
son necesarios hasta después de la germinación, cuando las plantas salen a la superficie y empiezan a crecer. La forma más sencilla de germinar las semillas es sembrándolas directamente en el sustrato a poca profundidad, aproximadamente 0,5 centímetros. Basta con hacer un pequeño hoyo en la tierra e introducir en él la semilla y cubrirlo delicadamente con tierra, sin apelmazarla. A continuación, hay que regar con mucho cuidado para que el chorro de agua no desentierre la semilla, y sólo queda esperar a que nazca la plántula, lo que ocurre entre tres y siete días después si hace calor y las semillas son frescas. En tiempo fresco o con semillas viejas, la germinación puede tardar hasta dos semanas. Las semillas comerciales de cannabis son muy caras, es habitual pagar varios euros por cada semilla, una auténtica barbaridad si tenemos en cuenta que una sola planta puede producir miles de semillas. No existe ninguna otra especie cultivada cuyas semillas se paguen a un precio similar. Comprándolas a ese precio y
SELECCIÓN DE PLANTAS Los tomates silvestres no se parecen en nada a los que nos comemos cada día. A lo largo de los siglos, los agricultores han ido seleccionando semillas de los mejores frutos para sembrar al año siguiente, y así desde mucho antes de saber nada sobre la herencia genética, han ido creando y modificando las características de las plantas hasta lograr frutos más grandes, más dulces y, en definitiva, mejores. El mismo proceso se ha producido en el resto de las plantas cultivadas, desde los cereales a las frutas, las hortalizas o el cannabis. Ésta es la labor que hacen actualmente los criadores de variedades, seleccionan plantas con características determinadas y las van cruzando para reforzar los rasgos que les interesan y eliminar los que no. Por ejemplo, si buscan una variedad que
Lo mejor es esperar a la floración para seleccionar, pero se necesita demasiado espacio.
aprovechar y cosechar cada planta, por lo que la selección que ejercen es mínima. Al fin y al cabo, casi nadie está dispuesto
En un metro cuadrado, donde cabría una sola planta adulta, caben quince pequeñas.
Desde el momento en que sale a la superficie, la plántula empieza a realizar la fotosíntesis. las semillas que cayeron al suelo en otoño. Los cultivadores de exterior suelen germinar las semillas entre marzo y junio. Por lo general, los cultivadores que plantan en el suelo y quieren que las matas se hagan muy grandes germinan en marzo y abril, mientras que quienes cultivan en macetas y/o quieren plantas de tamaño más contenido suelen hacerlo en mayo o junio. Para germinar, las semillas sólo necesitan agua y calor. La luz y los abonos no
por unidades es comprensible que los cultivadores quieran aprovecharlas todas y asegurarse de que realmente germinan antes de sembrarlas. Para ello, se desarrolló una segunda técnica de germinación que consiste en colocar las semillas entre servilletas de papel húmedas dentro de un tupper de cocina. El papel debe estar húmedo, pero no chorreando, y las semillas se deben revisar cada día para trasplantarlas al sustrato en cuanto se abran.
huela a piña, seleccionan de entre todas las plantas aquellas que huelen a piña y las cruzan entre ellas. Luego siembran las semillas que recogen y repiten el proceso. En cada generación habrá más plantas que huelan a piña y el olor será más intenso hasta que todas nazcan con esa característica. Este proceso se puede llevar a cabo con cualquier rasgo (olor, altura, producción, época de cosecha, cantidad de THC...) y permite ir moldeando las variedades según la voluntad del criador. Los cultivadores de cannabis actuales se han acostumbrado a los bancos de semillas que les venden un producto de alta calidad garantizada, pero a un alto precio, lo que les lleva a querer
a pagar cien semillas para cosechar sólo diez plantas. De todos modos, hay ocasiones en las que se ponen a germinar semillas de sobra por si acaso alguna no nace, y si al final germinan todas, el cultivador tiene que eliminar algunas y debe saber en qué rasgos fijarse para quedarse con las mejores. No necesariamente hay que cultivar a partir de semillas de bancos para cosechar la mejor marihuana. Hacer unas semillas nosotros mismos es fácil, podemos obtener cientos de ellas simplemente polinizando un cogollo de cada planta con un pincel y quedando el resto de los cogollos de las plantas libres de semillas. La clave está en sembrar cada año algunas semillas regulares de un buena variedad, para obtener un