TEMA 11
Las pruebas y la grandeza de Dios
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Hace algunos años vi el testimonio de una adolescente llamada Victoria Martins. Que en la ocasión tenía 14 años. Victoria sufre de Epidermólisis ampollosa distrófica. Una enfermedad terrible, en la que el cuerpo se llena de ampollas y se atrofian los miembros. Su rostro mostraba claramente el sufrimiento. Mientras duerme, las ampollas de pus revientan y la ropa y las sábanas se adhieren al cuerpo. ¿Se imaginan lo que es tener que despegar todos los días las sábanas y la ropa? ¿Sentir que la piel se desprende del cuerpo y al leve toque de alguien retorcerse de tanto dolor? Su nombre es la realidad de su vida. Ella sobrevivió al diagnóstico médico que decía que no viviría más de dos meses. La niña creció y aprendió a amar a Dios; a pesar de su situación y las muchas dificultades financieras, decidió reunir un grupo pequeño en su casa, después de haber participado de la capacitación en su iglesia. Vitoria era la líder y quien coordinaba todas las actividades. Contando esa experiencia en su testimonio, con una voz dulce la pequeña adolescente declara: “Ahora sé que es fácil, no duele y no arranca pedazos hablar del amor de Dios”. Esa niña podría haber desistido de todo, pero declara con fe: “Si Dios quiere, él puede curarme. El ánimo ahora es parte de la rutina. El dolor no pasó, pero el corazón está lleno de alivio. Dios no nos da lo que no podemos soportar”. Me detuve a pensar en miles de personas que encuentran todas las escusas posibles e imaginables para no hablar a otros sobre el amor y la grandeza de Dios. Victoria, independientemente del sufrimiento y limitaciones afirma: “Con mi limitación intento y sé que lo consigo”. ¿Una muerte en la familia? ¿Falta de empleo? ¿Alguna enfermedad grave o familia destruida? ¿Inundaciones, sequía, terremotos? ¿Dificultades para terminar el año escolar? ¿Ausencia de amigos? ¿Qué perturba tu vida? ¿Qué pruebas te impiden hablar de Jesús? Lean con atención: “Hermanos míos, tomad por modelo de aflicción y paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. Consideramos felices a los que soportaron con paciencia. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor. El Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 50, 11). HACEMOS UN GANCHO Charla a. Si Dios es siempre bueno, ¿por qué suceden cosas malas? (Porque estamos en un mundo de pecado, y Satanás ataca a Dios lastimándonos a nosotros). b. Si estamos intentando vivir una vida de acuerdo con los principios del Reino de Dios, pero suceden muchos problemas: enfermedad, falta de dinero, dificultades en la escuela, etc. ¿Estas pruebas pueden ayudarnos en algo? Si es así, ¿en qué nos ayudan? (Nos hacen confiar en Dios y entregarle a él el control de nuestra vida). c. ¿Conocen la historia de Job? Él pasó por muchas pruebas. Job nunca cuestionó la existencia de Dios, así debemos hacer nosotros. La pregunta que debemos hacer es: ¿cómo podemos entender la bondad de Dios y enfrentar las tentaciones que nos sobrevienen? (Tenemos que entender que estamos dentro de un Gran Conflicto, y aunque estemos enredados en los problemas y dificultades, podemos percibir la bondad y misericordia de Dios al mantenernos vivos y protegidos). d. Las pruebas nos ayudan en el desarrollo del carácter. Pero, ¿por qué muchos utilizan sus pruebas como excusa para no integrarse en la misión? (Porque es más fácil echarle la culpa y la responsabilidad a otro que asumir la responsabilidad por las decisiones). 34
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