TEMA
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Ser misional
COMIENZA LA CONVERSACIÓN Andressa, era una niña de once años que vivía en el interior de Rio Grande do Sul. ¿Qué hace una chica de esa edad? Conversa con amigas, estudia, arregla su cuarto, pasa algunas horas en Internet, mira televisión o una serie. Pero para Andressa la rutina era diferente. Ella tenía un horario apretado para poder cumplir todas sus actividades. Los domingos era la locutora de un programa de radio, en su ciudad, hablaba de Jesús a todos los que estuvieran sintonizados. Los lunes, después de la escuela, iba a la casa de personas a presentarles a Jesús o conversar con quien la atendiera. Los martes visitaba el asilo de su comunidad. Los miércoles tenía un sistema de cooperativa en su propia casa, junto a su madre, donde les enseñaban a quienes quisieran aprender alguna habilidad manual, para que así, al vender el producto, la persona pudiera juntar fondos para completar sus recursos. Los jueves era el día que dedicaba a prepararse para el fin de semana; porque los viernes de noche dirigía un grupo de oración intercesora con niños en su casa. Los sábados, se levantaba más temprano para invitar a los niños de su comunidad a ir a la iglesia con ella. A veces podemos pensar que hacer misión es solo para misioneros en aldeas indígenas, tierras remotas con pueblos desconectados del mundo virtual. Aunque esa realidad existe, el testimonio de Andressa nos enseña que podemos hacer algo donde estamos y que no debemos descuidar lo que podemos hacer en la comunidad donde vivimos. Independientemente si es una ciudad pequeña del interior, en la capital, o en las mega ciudades. A pesar de que vemos a personas encerradas en sus casas, lo que dificulta la invitación para asistir a una serie de predicaciones en una iglesia; o si nuestro vecino nos conoce, está también el amigo de la escuela y hasta la maestra que no conoce al Dios amoroso de la misma forma como nosotros lo conocemos. Todos son personas que por nuestro intermedio pueden oír sobre las buenas nuevas de esperanza. HACEMOS UN GANCHO Charla a. Cuando escuchamos la expresión “ser misional”8 ¿qué sentido le damos? (Aquel que vive por un propósito, un motivo, un llamado divino). b. ¿Cuál fue la misión que Jesús nos dejó a cada uno? (Predicar a los que están cerca de nosotros, a todos los pueblos, naciones y lenguas). c. ¿Qué estrategia debemos emplear para alcanzar a quienes están cerca de nosotros? (Las más diversas. Cuando nos colocamos a disposición del Espíritu, él efectúa en nosotros una obra de amor y nos enseña qué podemos hacer para liberar a los que están presos espiritualmente). d. ¿Qué proyectos misioneros conocen? (Misión Caleb, Un año en Misión, etc.). e. ¿Qué saben ustedes sobre Misión Caleb? (Expliquen cómo se realiza el proyecto. Busquen informaciones en su Campo para saber las fechas y conseguir materiales explicativos). ¿Qué dice la Biblia? ¿Conocen la historia de Jonás, verdad? El Señor se interesa por la salvación de todos, de los que están en pequeñas comunidades hasta por los que están en las grandes ciudades. a. ¿Qué nos enseña Jonás 4:11 sobre nuestra misión y la importancia de hablar de Jesús a otros, aunque sea en “selva de piedra”? (Cristo nos dejó una comisión, y es cierto que todos debemos hacer algo). b. Existen personas que sienten vergüenza de hablar de Jesús, así como Moisés se sintió incapaz de hablar ante Faraón. Pero en situaciones como esas tenemos algo a nuestra disposición. Lean Mateo 28:18 y 72
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