La duquesa condenada
Retratodecasada, la reciente novela de Maggie O’Farrell, es la historia de la enigmática, sensual, trágica Lucrezia de Medici, y los laberintos de su intimidad frente a la muerte. O’Farrell ya nos conmovió con su novela anterior, Hamnet, basada en el personaje de Anne Hathaway y la pérdida de su hijo Hamnet en 1596 (todo indica que el hijo perdido se reencarnaría en el Hamlet de su padre, William Shakespeare). Aficionada a la muerte como un modo de perfilar el destino de sus personajes, O’Farrell cuenta la historia de Lucrezia que murió en 1561 en Ferrara, envenenada por su esposo el príncipe Alfonso. Por entonces ella tenía 16 años y había vivido una enorme cantidad de experiencias que este libro desentraña con una prosa refinada y una facilidad para contar historias que nos lleva a recorrer sus páginas.
Lucrezia de Medici, en quien se basa la novela, se casa con Alfonso, príncipe de Ferrara, en reemplazo de su hermana María que muere antes de la boda. Esta se produce por interés de su padre, Cosme de Medici, que busca estrechar relaciones con Felipe II y con España (Cosme estaba casado con Leonor Álvarez de Toledo, una española hija del virrey de Nápoles). El personaje de Lucrezia y su corta y trágica vida despertaría la curiosidad en obras de al menos dos artistas posteriores. Una de ellas es una pintura de Bronzino donde Lucrezia aparece con la mano derecha alzada cerca del cuello, y la otra es el poema de Robert Browning, “Mi última duquesa”, que empieza con la frase: “Esa es mi última duquesa pintada en la pared, luciendo como si estuviera viva”.
Y puede decirse que también luce viva en esta novela. La lucidez de la protagonista aparece desde la primera escena, cuando se encuentra frente a una mesa impecable, con una coronita de ramas de abeto. Su esposo, a su lado, es tan refinado y atildado como el escenario que la rodea. Por algún motivo, Lucrezia no tarda mucho en convencerse de que pronto él buscará matarla.
Una de las escenas fundadoras del libro es sin duda la de su encuentro con el tigre, en el palazzo de Florencia en 1552. Los movimientos líquidos, “como la miel al gotear de una cuchara”, la aparición de la fiera en la oscuridad de la jaula “como si pisara el sucio barro del suelo de Florencia con las zarpas”, son un preámbulo para el maravilloso momento en el que la niña Lucrezia le toca la espalda al tigre en un rito de reconocimiento mutuo.
La traducción de Concha Cardeñoso en esta edición de Libros del Asteroide recoge toda la fluidez y la musicalidad del lenguaje de O’Farrell. La exploración de una joven condenada a un matrimonio por conveniencia es realzada desde la perspectiva contemporánea como un despojo de su identidad. Uno puede cuestionar esta visión por no pertenecer a los códigos de la época. Sin embargo, O’Farrell se las arregla para que lo parezcan. Su Lucrezia está viva, está hablando y sintiendo, está protestando. En esta novela, su vida es corta pero justa y digna. Su mente lo comprende todo y su cuerpo mira a la muerte sin moverse. _
La relación entre Sartre y Close(disponible en Mubi) ha sido ya pensada. El título remite a A puerta cerraday a la frase, el infierno son los otros. Pero, además, hay algo que sucede a la mitad, que está relacionado con la obra teatral. Para el existencialismo, la vida ofrece tres opciones: aceptación, religión o suicidio. El director de Closedescubre una más: la de un héroe de trece años que se niega a dejarse esclavizar por la culpa. ¿Cómo? Es necesario ver esta joya que ganó la Palma de Oro en 2022; es necesario meditar la constelación de interpretaciones que ofrece esta historia que es más bien un tópico que se remonta al inicio de la literatura.
Dos niños de trece años se han enamorado. Pero comencemos con los valores fílmicos. Dhont nos sitúa en un valle en el que se cultivan flores. Leo y Remi son inseparables. Juegan a ser caballeros en el medievo, que inventó el amor. Este valle belga ofrece al director la locación para el encuadre perfecto pues aquí, en poco tiempo, hemos pasado del atardecer dorado a la noche lluviosa, esa noche oscura del alma de la que dice San Juan de la Cruz: “el rostro recliné sobre el amado”. Transcurre, además, un año escolar. Las estaciones cambian con el protagonista, como en Primavera,
HOMBRE DE CELULOIDE
verano, otoño, invierno... y otra vez primavera de Kim Ki-Duk. La foto en Close está íntimamente ligada a cada locación; al clima y al vestuario, al color de las paredes y al cielo. Las actuaciones de los niños, además, resultan tan inquietantes que uno se convence de que el director ha conseguido hacerlos entrar en el mundo doloroso y ambiguo de un primer amor transgresor. Las lágrimas corren de verdad. Resulta evidente. Y es aquí donde entra Sartre, quien en una de sus obras de teatro sostiene que los muertos miran, desde el infierno de su encierro, lo que hacen los vivos cuando ellos ya no están. Cuando tiene lugar el giro dramático, el punto de vista parece cambiar. El protagonista se siente observado. “Qué rápido pasa el tiempo en la Tierra”, dice Estela en Apuertacerrada. Aquí, en Close, un año pasa en diversas secuencias hiladas por la belleza de quien admira al amado desde un lugar en el que ya no puede vivir. Es un ojo que parece mirar al protagonista. Y el amor se transforma en culpa y algo
más: un intenso deseo de vivir. Así se explica el cambio en el amante: debo sobrevivir. Gilgamesh, el primer relato que conocemos, habla de esta clase de erotismo y, en “El banquete”, Platón discute de un deseo como el que se establece entre estos dos niños. Virgilio, en su segunda bucólica, escribe: “El pastor Coridón ardía por el hermoso Alexis”. En este lugar idílico, un campesino aprende a plantar flores. Su amigo toca el oboe. El campesino juega al hockey y sucede, como en Gilgamesh, que la muerte nos pone frente a la resolución de vivir. Por eso es necesario atender a todo lo que sucede en las últimas dos secuencias. Tres obras de muy distinta naturaleza hablan de esto en distinto tenor. En Lasamistadesparticulares todo sucede sin mencionar la palabra infame. En Novecento, Bertolucci llega a un extremo erótico que hoy sería imposible filmar. Close documenta estos amores desde nuestro tiempo. Descubrimos que el deseo no ha dejado de volvernos vulnerables. Como en Girl, de este mismo director, un artista extraordinario que ha filmado una bucólica del siglo XXI y, además, da a Sartre una posibilidad más para la náusea de existir: la de luchar por salvarse del infierno de los otros cuando encuentras que el amor no va a volverte inmortal. _
El amor se transforma en culpa y algo más: un intenso deseo de vivirClose. Dirección: Lukas Dhont. Bélgica, 2022.
O’Farrell cuenta la historia de Lucrezia de Medici que murió en 1561 en Ferrara
POESÍA
Autorretrato a las 03:30
ADÁN BRAND
El caballo feroz de la vigilia; el potro de la fe
─que no es caballo; las espuelas del amor, del odio, ─que se clavan igual en los ijares; las palabras que me bebo, las críticas: su dorado sabor al masticarlas en el tibio abrevadero del café, los restaurantes, las barras ferrosas de los frenos que otro va imponiéndome ─sin apenas darse cuenta. Y bramar con labios apretados por temor a recibir el fuete en las espaldas.
Ir de purasangre a rucio o galgo tras la liebre ilusoria del dinero; o marido burócrata con prole y un establo de interés social. Ir del fuete del padre a la correa de la culpa y el oscuro confesor ─su inútil penitencia de credos y rosarios; al psiquiatra ─la inútil sertralina. Los temblores. La pérdida de bríos. El insomnio.
Este poema forma parte del volumen Todas las piedras angulares, que obtuvo el XIX Premio Nacional de Poesía Amado Nervo.
EX LIBRIS
LOS PAISAJES INVISIBLES
Las mascotas del Jurásico
IVÁN RÍOS GASCÓN @IvanRiosGascon
Francis Scott Fitzgerald escribió Aesteladodel paraísoa los 26 años, una novela lo suficientemente lucrativa como para ponerlo en el aparador de la crítica y en los salones de la alta sociedad. A los 24, Truman Capote publicó Otras voces,otrosámbitos, libro que lo encarriló a la fama que tanto ambicionaba. Bret Easton Ellis tenía 21 cuando Menosquecero sumó cifras de seis ceros a su cuenta bancaria, y lo colocó en la lista de los estudiantes millonarios del Bennington College. En contraste, John Kennedy Toole escribió LaBibliadeneóna los 16, pero solo la envió a un par de editores y luego la guardó en un cajón: a pesar de que todavía era adolescente, tenía el criterio de un hombre mayor, y ese otro yo le dictó una rígida autocrítica que lo hizo perfeccionar su estilo para escribir y luchar por Laconjura delosneciosque, si bien, resultó una obra maestra propia de un viejo sabio, fue menospreciada por editores con juicio de carcamales.
La juventud, en el caso de Kennedy Toole, fue un valor agregado a la madurez creadora, la inteligencia y la honorabilidad de un artista cuyo destino fue fatal. Juventud que no era sinónimo de insensatez o inexperiencia, al contrario: alentó el estoicismo, la brillantez y la nobleza. Por eso, cuando consideró batalla perdida la publicación de La conjura de los necios, prefirió suicidarse con el humo de su coche, que comprar un rifle y buscar venganza, como sucede a cada rato en las high schools, universidades, empresas, expendios de fast food, y hasta en los supermercados gringos.
Recientemente, en la Cámara baja se aprobó una iniciativa para reducir las edades mínimas para ser diputado, y para secretario de despacho en el gabinete presidencial. De 21 a 18, en el primer caso; de 30 a 25 en el segundo. Cualquiera diría que tres o cinco años no marcan diferencia alguna, sea en lo técnico, lo profesional, lo intelectual, lo moral incluso, y pienso lo mismo. Sin embargo, ese cambio tiene, en los hechos, menos ventajas y más inconvenientes en los congresos, local o federal, convertidos hoy en parcelas de rebaños de ovejas y cabríos sin criterio, sin responsabilidad, sin principios ni méritos profesionales o intelectuales, sin respeto a la investidura ni, mucho menos, vocación parlamentaria.
Con algunas excepciones, los diputados y los senadores de este tiempo mexicano no sirven para el bien común ni a nadie representan. Son un ejército de alza dedos que aprueban leyes o decretos sin leer un solo párrafo, el modelo perfecto del analfabeta funcional: útiles para los propósitos de las cúpulas partidistas; inservibles, improductivos, o francamente dañinos, para la sociedad, porque esos charolastras no alcanzan a dimensionar las consecuencias que sus índices levantados producirán en el destino nacional.
¿Quiénes ganan con diputados de 18 años, recién desempacados de la preparatoria y con una ignorancia olímpica de las leyes y de la Constitución? ¿Quiénes perdemos con “legisladores” de esa ralea?
Una reforma de “gran calado”, para usar la jerga politiquera del Jurásico, consistiría en agregar los requisitos de la formación académica, de la experiencia laboral, y de una rigurosa rendición de cuentas. Una reforma sensata obligaría a debatir, razonar las iniciativas, y prohibiría insultos y vejaciones entre pares, derogaría la execrable tradición de los herederos del priismo rancio, ese de la Roque señal y demás vulgaridades.
Ah, qué tiempos aquéllos en que las curules eran ocupadas por jóvenes como Francisco Zarco o Ignacio M. Altamirano (ambos con menos de 30), épocas tan, pero tan lejanas, porque ahora, los diputados de 18 serán los juniors, los recomendados, los personeros, los hijos putativos de la fauna empeñada en demoler lo que queda del país. Por mi parte, no vuelvo a votar por nadie que aspire a dietas, fueros y charolas. _
En entrevista exclusiva, la astronauta Katya habla de su papel inspirador y de los pasos para potenciar la industria espacial en México “Para competir con un mediocre debes ser una mujer excepcional”
LAURA CORTÉS FOTOGRAFÍA FELIX KUNZE
raspasar las fronteras terrestres no ha sido suficiente para la astronauta Katya Echazarreta (Guadalajara, 1995), reconocida internacionalmente por ser la primera mexicana en orbitar el espacio exterior y también la estadunidense más joven en lograrlo. En junio de 2022 cumplió el sueño de ir al espacio, pero eso no ha sido suficiente. La ingeniera electrónica dobla la apuesta: impulsar la industria espacial en México y formar misiones de astronautas mexicanos entrenados en su propio país.
El proyecto se antojaba titánico; sin embargo, contra todo presagio y luego de meses de arduo trabajo, el 30 de marzo pasado, con 462 votos a favor, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen con proyecto de decreto para reformar los artículos 28 y 73 de la Constitución en materia de regulación de actividades en el espacio ultraterrestre, lo que incluye la Luna y los cuerpos celestes. De forma paralela, en mayo Echazarreta lanzará su Fundación Espacial para apoyar el talento de las nuevas generaciones.
Para quienes conocen a Katya Echazarreta este logro no les sorprende. La investigadora jalisciense es experta en superar obstáculos que parecen insalvables. La suya es una historia de esfuerzo. Emigró
Tcon su familia a Estados Unidos cuando era niña, se graduó en la prestigiosa Universidad de Los Ángeles California (UCLA), fue contratada en la NASA donde participó en cinco misiones. Entre los muchos reconocimientos que cuenta en su trayectoria está el doctorado honoris causa por sus contribuciones humanitarias a la sociedad y a la tecnología. La firma Mattel lanzó una nueva Barbie inspirada en la astronauta mexicana, quien ahora es la inspiración de cientos de niñas que sueñan con llegar a las estrellas.
¿Cómo fueron esos diez minutos que estuviste en el espacio? ¿Qué pensabas mientras estabas ahí?
Creo que mi respuesta no va a ser la que muchos esperan. Al estar en el espacio no puedes pensar en nada, no tienes pensamientos profundos ni esa sabiduría de cosas como “somos tan pequeños y el universo es tan inmenso”. Eso es lo que normalmente imaginamos que una persona va a pensar o a sentir cuando vive una experiencia así. Pero al menos para mí esa no fue la realidad, porque en ese momento tenía tantos sentimientos y estaba viviendo las cosas tan rápido que me sentí hipnotizada, como si tuviera la mente en blanco, enfocada en el planeta, viendo todo sin poder definir lo que sentía o lo que estaba pensando.
Vista desde el espacio, ¿la Tierra es como la habías estudiado?
Lo que me hipnotizó fue esa diferencia entre las imágenes que hemos visto y la realidad que estaba frente a mí. En ese momento me di cuenta de que la realidad es algo que no siempre podemos ima-
ginar. Después me puse a pensar en cuántas cosas en el universo son así. Cuántas otras cosas creemos que entendemos, pero no lo hacemos realmente. Tenemos imágenes de Júpiter, tenemos imágenes y videos de otros planetas, de otras lunas, y por eso creemos que sabemos cómo son, pero al ver la realidad en tres dimensiones nos damos cuenta de que no siempre podemos calibrar la realidad.
Pongo un ejemplo: si nosotros no fuéramos de este planeta y viéramos una fotografía del planeta Tierra con nubes, montañas, desiertos y océanos, como no somos de este planeta no podríamos entender lo que estamos viendo. No entenderíamos que el azul que vemos es el océano, que las montañas están en este lugar y las nubes están en otro. Todo eso lo entendemos porque aquí vivimos. Cuando lo ves en una imagen parece que todo está en un mismo nivel porque es una imagen en dos dimensiones, pero cuando lo ves en persona es como si estuvieras viendo hacia dentro desde una ventana, viendo las nubes moviéndose o cómo brilla la atmósfera. Por primera vez entendí el concepto de dimensión.
¿Cómo surgió el sueño de viajar al espacio? No lo sé. No sé cómo comenzó todo esto. Siento que nací con el deseo de viajar al espacio. A los siete años dije que lo iba a lograr, pero desde antes ya tenía esa fascinación por el espacio, por las matemáticas, por la astronomía, antes
de que entendiera que ese era mi sueño. Las primeras memorias que tengo, cuando era muy niña, son jugando con estrellas y planetas. Eso era lo que me gustaba. Mientras otros niños decoraban con corazones yo decoraba todo con estrellas y planetas. Desde chica sentía mucha curiosidad y me hacía muchas preguntas: ¿qué es eso que está en el cielo?, ¿qué es esa bola blanca y esas luces que se ven de noche? No podía entender qué estaba pasando porque era una niña. Era una sensación muy interesante pero también muy rara porque sentía que las personas a mi alrededor no estaban lo suficientemente confundidas como yo.
¿Qué fue lo más difícil para cumplir ese sueño?
Lo más difícil ha sido ser quien soy. Muchas personas en este mundo, en estos tiempos, tienen aún esos pensamientos sobre qué tipo de persona merece algo así, qué tipo de persona es capaz de realizar algo como viajar al espacio. Para esas personas yo tengo todo lo que ven como malo: soy mujer, soy mexicana, soy morena, soy chaparrita (soy una de las personas con más baja estatura que ha viajado en misiones al espacio). Si una de estas cosas por sí sola ya es suficiente para sufrir discriminación, imagínate cuando combinamos todas estas cosas que soy. Así que ha sido muy difícil. En Estados Unidos todavía existe el problema de la discriminación. Lo viví cuando estaba estudiando y después cuando ya estaba trabajando, pero lo que me ha ayudado a seguir adelante es confiar en que mi trabajo va a hablar siempre más que todas las palabras que pueda usar para
defenderme.
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Sin embargo, que esforzarte cualquiera. Sí. Cuando niera mujeres por ciento, bien visto, go para mujeres los salones versidades Unidos NASA es nas solo cuenta son las experiencia; grados nen más que están pre son solo así a un labras bonitas realidad un hombre debe Eres niñas do tu Siempre ría hacer no muchas habían muy caba pudieran gar sobre me daba era muy caba algún mucho
“Al estar en el espacio no piensas en nada, no tienes pensamientos profundos”
Katya Echazarreta pasos que ha dado México mediocre excepcional”
defenderme. Y así ha sido: mi trame ha respaldado.
embargo, para eso has tenido esforzarte mucho más que cualquiera.
Cuando me gradué como ingeniera eléctrica el porcentaje de mujeres era de alrededor del 13 ciento, y ese porcentaje era visto, considerado ya como alpara presumir. El promedio de mujeres que están en lugares como salones de ingeniería de las universidades prestigiosas de Estados
Unidos o las salas de juntas de la NASA es muy bajo: de 100 persosolo diez son mujeres. Y me di cuenta de que esas pocas mujeres las que tienen más títulos, más experiencia; son las que tienen los grados más altos de educación, tiemás de todo que los hombres están ahí. Sus currículos siemson los mejores y eso es porque así las mujeres podemos llegar lugar como la NASA. Las palabras que voy a decir no son muy bonitas pero, aunque suenen feo, la realidad es que para competir con hombre mediocre una mujer ser excepcional.
una inspiración para muchas niñas y mujeres, pero ¿quién ha siinspiración?
Siempre entendí que lo que quehacer era algo diferente y que muchas personas como yo lo habían logrado. Recuerdo que fue difícil para mí cuando buspersonas cuyas historias me pudieran guiar, porque al investisobre personas que admiraba daba cuenta de que mi realidad muy diferente a la suya. Si busla historia de un ingeniero o algún científico del que me gustara mucho su trabajo o su carrera, me
daba cuenta de que esa persona había tenido los recursos necesarios, que sus papás o abuelos lo habían apoyado desde que era niño para que pudiera competir internacionalmente. Era ahí cuando yo decía: yo no soy así, yo no tengo esas cosas. Me decepcionaba tanto al ver cómo hacen falta modelos para las personas que no nos vemos así. Desde que era niña, desde que estaba en la primaria quería ser ese modelo para los niños de kínder. Aunque suene raro, mi inspiración siempre ha sido esa imagen de la mujer que yo quiero ser.
Muchas niñas en México quieren ser como tú, pero muchas de ellas viven en entornos violentos. ¿Cómo ayudarlas a materializar sus proyectos?
Sucede algo que muchas personas no logran entender. Si analizamos el panorama completo nos damos cuenta de que es un problema que viene desde la niñez: enseñamos a los niños y a las niñas que son diferentes, la ropa, los juguetes son diferentes. A las niñas todavía les dan juguetes para cocinar, para limpiar la casa, para cuidar bebés, y a los niños les dan legos, carritos, kits de ingeniería, cosas para construir, juguetes para que se desarrollen mentalmente, pero a las niñas les dicen: tú vas a cuidar a bebés o vas a limpiar la casa. Los tratamos de manera diferente. Los niños pueden jugar y las hermanitas deben limpiar y lo hacen porque crecen viendo que las mamás también hacen eso. Es algo tan común, sucede en México, en Latinoamérica y en muchas partes del mundo… pero ¿qué sucede cuando estos niños que ya se acostumbraron a
que la mujer está ahí para hacer el quehacer, para cocinar, para servirles, crece? Esta mujer a la que toda la vida le dijeron que tiene que servir también crece y ya no quiere hacer esas cosas, quiere su propia vida, quiere educación, quiere ser independiente. A ese hombre no le gusta eso, porque creció acostumbrado a que no tiene que hacer nada en el hogar. Este es el problema y por eso hay tanta violencia, por eso no hay suficientes mujeres en puestos de autoridad. No hay suficientes mujeres en la ciencia o en la ingeniería, porque existe esa violencia, el abuso verbal y físico contra la mujer, que llega al ámbito laboral.
¿Qué opinas de la migración de mexicanos a Estados Unidos? Ser inmigrante es una experiencia muy difícil. La situación de los latinos en Estados Unidos es muy compleja. Siguen viviendo situaciones de abuso por no tener los documentos necesarios para trabajar legalmente, y muchas personas se aprovechan de ellos de una manera horrible. Los trabajos que ejecutan son increíblemente difíciles y lo hacen para mandar dinero a su hogar, pero sucede que muchas veces en México tampoco les tienen la compasión necesaria porque creen que están ganando muchísimo dinero y ya no los ven como mexicanos: les quitan su nacionalidad y eso es algo duro para ellos. Mi mamá me dijo algo que siempre se ha quedado conmigo: “No vas a conocer a una persona más mexicana que a un mexicano que vive en el extranjero”.
Háblanos del proyecto para impulsar la industria espacial en México.
Cuando dediqué mi vuelo (al espacio) a México, hice la promesa de que México seguiría haciendo historia. He estado luchando junto a los legisladores, junto al diputado Roberto Briano y con la Agencia Espacial Mexicana, para lograr esta Reforma de Actividades Ultraterrestres. Buscamos crear la base legislativa para tener lanzamientos desde México. En México no existe un programa espacial porque legalmente no se podía, pero con esta reforma vamos a poder lanzar cohetes mexicanos, con astronautas seleccionados y entrenados en México.
Tenemos un largo camino por delante. Ya estamos trabajando en nuestra estrategia, hablando de oportunidades para estudiantes, ingenieros, científicos y empresarios mexicanos. Estamos hablando de soberanía tecnológica. Estamos hablando de que el futuro de México será para los mexicanos. _
Tríptico del Cangrejo*
Entre2008y2022,ÁlvaroUribeenfrentóelcáncerentresocasiones:en elpulmónderecho,enlapróstatayen elpulmónizquierdo.Registróenun diariocadaunadeesasbatallas,o,mejordicho,sucotidianeidadtrastocada pordondepasabanloslibros,losamigos,lasnochesdeinsomnioylosdías sinsosiego,lasalvaciónporlaescrituray,porencimadetodoesto,TediLópezMills,suesposa.
Comoellectorverá,vidayescriturafueronindistinguiblesparaÁlvaroUribe,quienmurióel2demarzo de 2022.
El 27 de diciembre de 2007, luego de varios meses de olvidos y postergaciones, me sometí a una tomografía del tórax con el propósito de estudiar mis arterias coronarias. Yo tenía entonces 54 años y medio y en los últimos tres había padecido, o sabido que padecía, una hipertensión crónica ocasionada por el exceso de colesterol en mi sangre. El médico me había recetado cuanto remedio conocía su ciencia: desde los clásicos Lipitor y Crestor, que atacan el problema de raíz, hasta una osada mezcla de vitaminas, pasando por el uso innovador de Avandia, que se destina normalmente a estimular las funciones del páncreas. Todo fue en vano. Ningún tratamiento lograba que el colesterol “bueno” contrarrestara al “malo” en mi torrente sanguíneo, y mi presión arterial se mantenía en rangos aceptables solo mediante el consumo de una gragea de Seloken Zok tres veces por semana.
Lo peor, que terminó siendo lo mejor, era que mi organismo reaccionaba negativamente a las medicinas. Como la hipertensión y el colesterol alto, los fármacos que los controlan suelen ser asintomáticos. Conmigo, sin embargo, no resultaba así en los últimos meses. Ciertas noches y ciertas mañanas, sobre todo si la tarde anterior había tomado vino, yo sentía náuseas. Varias veces llegué incluso a vomitar. Temí que el médico me
prohibiría la bebida. Él por fortuna se mostró comprensivo y antes de vedarme mi único placer pecaminoso prefirió someterme a un estudio que lo ayudara a entender de qué modo y hasta qué punto me afectaba el exceso de colesterol. Fue así como mis hábitos dionisiacos y la informada complacencia de mi doctor se conjugaron para salvarme la vida.
Hacerse una tomografía no es una experiencia grata, por decir lo menos. No solo hay que entrar semidesnudo y con los pies por delante en una cavidad cilíndrica que, sin ser demasiado imaginativo, semeja un ataúd. Además, a uno le inyectan en las venas del brazo una solución llamada “de contraste”, que puede provocar una catástrofe en un organismo alérgico y, en cualquier caso, produce una
desagradable sensación de hervor en la garganta y en la zona genital. Por si fuera poco, cuando el estudio es de las coronarias uno debe tomar, para que las arterias se expandan adecuadamente, una pastilla de nitroglicerina que los cardiacos ingieren al menor asomo de un infarto y que a los no cardiacos les suscita un inmediato y duradero dolor de cabeza.
Yo tenía una vaga noción de estos inconvenientes. Sabía también, con toda certeza, que el procedimiento es caro y que la compañía con que tengo contratado mi seguro de gastos médicos mayores multiplicaría los trámites para pagármelo. Por estas razones y porque soy desidioso y porque cultivo la superstición, confirmada hoy por los hechos, de que un estudio médico tiende a encontrar si no a generar enfermedades insospechadas, tardé en hacerme la tomografía. Recuerdo que los
enfermeros, dos varones forzudos de 30 a 40 años, me trataron de entrada como a uno de los suyos: con rudeza e indiferencia. Recuerdo que al terminar se atropellaban para auxiliarme y que, en vez de secamente “señor”, me llamaban con falaz cariño “don Álvaro”. Aunque yo no lo supiera todavía, ese cambio de actitud hacia mí, esa repentina conmiseración que me transformaba ya en un paciente, era la entrada a un túnel del que creí al principio que nunca iba a salir.
Las páginas que pueden leerse a continuación las escribí a vuelapluma mientras atravesaba ese túnel. No son más, pero tampoco menos, que la bitácora de un tránsito interior que me llevó de la oscuridad cierta a una incierta luz. Salvo para abolir alguna repetición que lastimaba mi oído, para esclarecer o desechar alguna frase que ni yo mismo podía entender o para reducir los nombres propios a sus letras iniciales, no las retoqué. Habrá quien las encuentre demasiado llanas: le digo que la llaneza suele ser el sello de garantía de la sinceridad. Habrá por contra quien las juzgue demasiado escritas: le recuerdo que la sinceridad, como todas las características conscientes y muchas de las inconscientes en un texto, es una estrategia literaria. La decisión de publicarlas no fue fácil pero se derivó lógicamente, en la medida en que la literatura también tiene su lógica, de estas dos premisas. Luego de tantos años de ejercer un oficio que comparte con el más antiguo del mundo la necesidad o el afán de desnudarse ante el prójimo, uno ya no escribe, incluso en los momentos de veras íntimos, sin pensar, aunque sea al sesgo, en un hipotético lector. _ Marzo de 2009.
*Con autorización de Penguin Random House.
Invitamos a nuestros lectores a que visiten nuestra edición digital (www. milenio.com/cultura/laberinto), donde encontrarán el primer capítulo de Tríptico del Cangrejo
Presentamos el prólogo a los diarios que llevó el autor de Eltallerdeltiempo cuando el cáncer trastocó su vidaÁLVARO URIBE FOTOGRAFÍA VÍCTOR BENÍTEZ
Juárez
POESÍA EN SEGUNDOS NARRATIVA, ENSAYO
Los actores perversos
La educación física
La casa Octavio Paz y su avatar Marie-Jo
VÍCTOR MANUEL MENDIOLA mendiola54@yahoo.com.mx
Para la historia oficial, los héroes son “buenos” y no hay de otra. Los escritores, sin embargo, los ven como individuos que tienen sus claroscuros. Juárez no es la excepción y en esta novela el autor enfatiza desde las primeras páginas la parte oscura de su personalidad. Trueba Lara describe su mirada como la de un animal muerto.
Lecciones de química
José Adiak Montoya
Seix Barral México, 2023 208 páginas
Honrando a la tradición gótica, esta novela narra las peripecias de tres marginados por su apariencia monstruosa: Gottwald, que carga cola; Levert, cubierto de escamas; y León, lleno de pústulas. Viven bajo la protección de un tallador de máscaras hasta que la aparición de un libro trastoca su rutina y los guía en su venganza.
Mecanismos internos
Rosario Villajos Seix Barral México, 2023 304 páginas
Con los miedos y las esperanzas de la década de 1990, esta novela trata sobre el cuerpo y sus demonios. Su protagonista, una adolescente fascinada con autoinfligirse toda clase de heridas, decide romper la estricta disciplina familiar para embarcarse en una huida hacia donde la lleve el primer automóvil que responda a su señal de aventón.
Estación Bradbury
Es una grata sorpresa, en medio de tantas malas noticias políticas y económicas, observar los inicios de la recuperación del acervo literario e intelectual de Octavio Paz con la formación de un nuevo fideicomiso. Durante largo tiempo, todo parecía perdido y muchos sentimos zozobra. Ahora, de acuerdo con el acto oficial realizado el viernes 19 de marzo de este año, con la presencia de Claudia Sheinbaum, Alejandra Frausto y Lucina Jiménez, en la Perulera (una agradable casa de finales del siglo XVIII, propiedad de una familia peruana, ubicada en el barrio de Tacuba), los archivos, la biblioteca y una parte significativa de los objetos personales de valor histórico del gran poeta mexicano y de su compañera, Marie-Jo, ya tienen un lugar de exhibición. A este sitio podrá acudir toda clase de público y, lo que no es menos importante, escritores e investigadores podrán efectuar consultas o iniciar nuevos estudios. La noticia tiene un valor muy positivo porque implica el reconocimiento de que, sin importar el carácter social y político de la visión crítica de Paz, su enorme grandeza en la invención poética y en la creación de ideas de muy diversa índole es un tesoro extraordinario para todos los mexicanos, independientemente de la clase social, la actividad de trabajo o la ideología.
Vicente Quirarte (coord.)
El Colegio Nacional México, 2022 108 páginas
Celebrada en Estados Unidos y Gran Bretaña, esta novela representa el sueño de todo autor primerizo: un éxito de crítica y de ventas. Sigue la carrera de una cocinera que se ha convertido en un fenómeno televisivo por sus insólitas recetas, siempre a contrapié de los saberes tradicionales. Su fama, sin embargo, no anuncia solo cosas buenas.
En el escritor sudafricano reconocemos no solo a un gran novelista sino también a un agudo ensayista. Este volumen es una prueba sin enmendaduras. La mirada crítica se posa sobre la obra de autores tan disímiles como Saul Bellow, Graham Greene, Samuel Beckett, Günter Grass, Philip Roth, Gabriel García Márquez…
Este libro surgió a raíz de la celebración de los cien años del autor de Crónicasmarcianas. Su originalidad radica en que no solo participan escritores, sino otros miembros del Colegio Nacional: astrónomos, biólogos, neurocientíficos, lingüistas... Los participantes no necesariamente escriben desde su especialidad.
En la inauguración, durante el 25° aniversario luctuoso, las autoridades dieron a conocer las dimensiones del equipo de trabajo (alrededor de treinta especialistas en la recuperación de documentos) y el grado de avance museográfico en la presentación de los diversos materiales. La sensación que despertaba el acto en el ánimo de los que estábamos presentes era, por lo menos eso me pareció, de que existe una clara decisión de poner a disposición del público y del mundo de las letras este invaluable patrimonio de la cultura moderna mexicana. Ojalá que de verdad sea así. El hecho de que el proyecto de la recuperación haya ocurrido bajo las gestiones de la subsecretaria de cultura, Marina Núñez, nos deja comprender lo que parece una buena ejecución de lo realizado hasta ahora y también de que estamos ante una selección correcta, en términos de apertura y voluntad de trabajo, de quienes van a dirigir la casa que resguarde y promueva el patrimonio intelectual de Octavio Paz. Como directora, ya está al frente la escritora Leticia Luna y, como subdirector, el poeta Josué Ramírez.
El evento tuvo una resolución afortunada en las intervenciones del crítico Anthony Stanton y de la compañía de teatro del Inbal. Stanton no solo subrayó el hecho fundamental de que Octavio Paz quería que su legado fuera una propiedad de nuestro país, sino que destacó que la gran originalidad de la obra del autor de El laberinto de la soledad, Posdata y El ogro filantrópico, provenía de su acción, de su carisma como poeta. Por otro lado, la puesta en escena, bajo la dirección de teatro del Inbal, de un dueto amoroso y un coro de voces que surgían de todos los muros, hizo un homenaje inesperado y fresco a la poesía de amor y a la revelación de la cultura hindú y su avatar, Marie-Jo, en la “patria de sangre... única patria en la que creo”, de Octavio Paz. _
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HUSOS Y COSTUMBRES
Estatuas
ANA GARCÍA BERGUA
Hay quienes nacen y mueren para ser estatua. De niños corren, saltan y juegan, pero en ellos se empieza a gestar una idea fija, un ideal, una imagen, y es que la estatua ya comenzó a crecer en su interior. Cómo sucede es un misterio: poco a poco y a lo largo de los años, los gestos variados y múltiples del animal humano se van condensando en ellos hasta no ser más que unos cuantos, imperiosos y firmes, y la mente se va petrificando en un recorrido único, una vía similar al laberinto que recorren los ratones de laboratorio y conduce siempre al mismo lugar oscuro donde todo se disuelve.
Correspondiendo a su propia inmovilidad, el estatuado exige a sus seres cercanos el pasmo de la admiración, el rodeo prudente que se da a las estatuas cuando no hay niños o palomas que las despierten del hechizo. Los seres invadidos por la estatua suelen
andar por el mundo convenciendo a todos de sus buenas razones para serlo, muestran la pose heroica o meditativa, dicen o escriben palabras aptas para los pedestales. Su mirada se concentra en el punto en que la estatua solo se ve a sí misma. Y la estatua no pide aplausos, quizá silencio reverente.
Hay quien lucha toda su vida con aquella estatua que no le deja moverse, ni vivir. Hay quien se autoestatúa de una vez como el suicida que se mata por miedo a la muerte, para no esperar más lo inevitable. Hay quien muere y su cuerpo es ya una estatua, quienes en lugar de carrera, vida o amores, tienen estatua. Hay obras que ya escribió o ejecutó la estatua, pensando en la posteridad y lo eterno. Y dictaduras que ejecuta la estatua creyendo que nunca la tumbarán del pedestal.
En cambio, hay estatuas tan vivas que desde su creación reniegan de su condición de estatua. En cualquier momento darán un salto a la espera
del Pigmalión que las bese y las despierte. Si pudieran, bailarían y dirían poemas o pegarían de gritos. Estatuas levantiscas que sin dudarlo cambiarían de sitio con cualquiera que anhele ser estatua para poder perderse entre las multitudes, viajar por el mundo, amar y vivir aventuras. Estatuas gráciles, chocarreras, que con gusto dejarían la mirada vagar entre el calor de los cuerpos y la frescura del follaje. Leones de piedra que por ellos deambularían por las ciudades, explicando sus bellezas a los turistas o estatuas que agradecen ser bajadas de su pedestal. Pero un día en el futuro las estatuas habrán desaparecido: en su lugar habrá fantasmas portentosos, holográficos, proyecciones que cambiarán conforme cambien los tiempos de maneras aéreas y a veces imperceptibles. Los que nacen solemnes, vocación de estatua y gesto congelado, se afantasmarán también, desde chiquitos, esperando su turno. _
En los pupitres de la vetusta y espectacular biblioteca del Ateneo de Madrid pasaron largos ratos personalidades como Mariano José de Larra, Azorín, Miguel de Unamuno o Pío Baroja. Cuentan que ahí, entre esos altos muros repletos de libros y de historia, tenían lugar animadas conversaciones sobre teorías científicas, ideologías políticas y corrientes literarias o hasta pequeños cónclaves masónicos. Enclavada en el tercer piso de un elegante edificio del siglo XIX, sus numerosos volúmenes han sobrevivido a revueltas y revoluciones. Hoy cuenta con unos 350 mil, lo que la convierte en la segunda biblioteca más grande de toda España. Pero solo sus socios pueden acceder a ella. Este mes, sin embargo, cuando el espacio artístico, científico y literario privado más importante de España está cumpliendo dos siglos de existencia, han decidido abrirla (gratis) a todo el público. Por eso he podido entrar. Todos sus estantes, atiborrados de libros empastados, tienen unas portezuelas de cristal y quizá debido a ello al entrar uno no huele el singular perfume del papel viejo. La sala de lectura está bien iluminada por la luz que dejan pasar las ventanas y, además, cada pupitre tiene su correspondiente lámpara. La estancia contigua, en cambio, es más oscura y pequeña. La verdad es que se parece mucho a los rincones de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, pero por su reducido tamaño es conocida como “La Pecera”. Bajo el título Dossiglosbuscandolaluz, estos días se exhiben aquí documentos, objetos y fotografías que dan cuenta del
pasado y la importancia del lugar en la difusión de las ciencias, las artes y el pensamiento en España. Está, en primer lugar, el acta constitutiva de la Docta Casa, creada después de la caída de la monarquía absolutista con el objetivo de consolidar el liberalismo. Su primer socio, como consta en el acta de registro, fue el escritor y periodista (valga la redundancia) Mariano José de Larra, famoso en la sociedad decimonónica por la efusividad de sus artículos y columnas, por haber señalado los
males de España (“ignorancia, atraso, falta de educación y cultura”) y por haberse suicidado de un disparo a los 27 años de edad al no soportar el abandono de la mujer que amaba. También están los recibos de las primeras cuotas pagadas por sus socios, algunas primeras ediciones de obras donadas y dedicadas por sus autores, partituras compuestas para enaltecer a la institución y varias fotografías de escenas cotidianas, reuniones o eventos llevados a cabo antes y después de la Guerra Civil.
Francamente, la exposición se ha quedado corta y no está a la altura de los hombres y mujeres ilustres que han pasado (y pasan) por aquí. No obstante, la visita se compensa al recorrer sus pasillos, escalinatas y salones, su cantina, la galería de retratos y, sobre todo, el salón de
actos, donde su soberbia ornamentación plasma en imágenes la razón de ser y la función del Ateneo. Con una superficie de 220 metros cuadrados como lienzo, el pintor Arturo Mélida centralizó la composición en un templete griego que alberga tres figuras mitológicas conectadas con la sabiduría: Hermes, Atenea y Apolo. El telón, que está a punto de caer tras Apolo, deja entrever al sol, representado por el mismo Carro Solar de Apolo, encargado de recorrer el firmamento con el carruaje para expulsar a la noche y situar al llamado astro rey en lo más alto del cielo, en una escena en que la luz simboliza al hombre iluminado.
Alrededor de estos personajes se ubican doce pinturas o alegorías, que representan tanto los doce trabajos de Hércules como los doce signos del zodiaco. En la base del templo una abigarrada decoración pone en contacto con el mundo oriental, concretamente con el Japón que tanto fascinó al siglo XIX: dragones, el sol naciente y el ibis (símbolo de la eternidad). Los toldos que encuadran el motivo central muestran las doce secciones que componían el Ateneo del siglo XIX (Literatura, Matemáticas, Elocuencia…), representadas por frondosas mujeres. Dando relevancia al estrado se sitúan tres grandes paneles en alusión a los epítetos de este lugar: Ciencia (asociada a la civilización árabe), Literatura (asociada a la civilización romana) y Arte (asociada a la civilización cristiana). La imagen rancia que le dio el franquismo al Ateneo de Madrid se ha esfumado y, por fortuna, al cumplir 200 años ha vuelto a ser un faro intelectual. _
Su primer socio, como consta en el acta de registro, fue el escritor Mariano José de Larra