Volumen 12, Número 2
Fuete y Verguilla agosto 2018
Programa de Colegio Sea Grant y el Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL) de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez
Villa pesquera El Ojo de Agua – Crashboat A un año del huracán María Ramón Blas, pescador
Volumen 12, Número 2
agosto 2018
A un año de María
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uete y Verguilla comenzó el 2018 trayéndonos una visión Huracanada sobre los estragos que causaron los huracanes Irma y María sobre nuestras costas. Pero no sólo fueron los dos huracanes, sino que meses después, una bravata también azotó nuestro litoral, dejando a su paso una estela de destrucción. En este número y en el próximo, les traeremos dos vertientes diferentes de cómo ha sido el proceso de recuperación de algunas de las villas pesqueras más icónicas de nuestro archipiélago. Primero, leerán sobre lo ocurrido en la Villa Pesquera El Ojo de Agua en Playuela o Crashboat en el municipio de Aguadilla y la forma en cómo esta Villa ha respondido a un año del paso del huracán María. Luego, en el número final de 2018, les traeremos las historias de dos villas pesqueras que han sido ejemplo de resiliencia: Punta Santiago en Humacao y Virgen del Carmen en Añasco. Playa de Crashboat
Mencionar la playa de Crashboat nos trae imágenes de un mar cuyos tonos azules van desde azul pálido a tonos de azul intenso, el islote de Desecheo al fondo, un cielo que parece no terminar en el horizonte y los pelícanos que son amigos de los pescadores que hacen de ese espacio, su lugar de trabajo. Crashboat también se distingue por las yolas aguadillanas con sus colores brillantes y alegres, que engalanan su orilla. Estas yolas combinan lo práctico con lo atractivo; están diseñadas para navegar las olas del mar abierto y utilizar la orilla de la playa como rampa natural. 2
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Antes de María y la bravata, la villa era otro de los atractivos que tenía esta hermosa playa de arena blanca. Ver pulular a los pescadores por sus alrededores era impresionante. De madrugada, podíamos encontrar a Ramón Blas cuando salía a tirar la tarraya y luego, la recogía con los primeros rayos del sol. Una vez recogida, regresaba en su bote a la orilla a descargar el producto de su trabajo: cojinúas, sardinas, colirrubias, entre otras especies. Allí esperaban los pelícanos, sus compañeros pescadores y alguna que otra persona madrugadora que temprano en la mañana se deleitaba con la inmensidad del mar y su entorno. Ya llegado el fin de semana, el restaurante de la villa se convertía en el punto de visita de muchas personas que por un precio módico podían disfrutar de comer pescado fresco, empanadillas y otros manjares comunes en nuestras costas. La pescadería era una de las más visitadas en Puerto Rico dado que en ella se podían conseguir atunes, dorados, chillos, meros y otros pescados apreciados por el público consumidor. En fin, que era un espacio idílico, próspero y que llenaba de orgullo a los pescadores que allí se reunían. Pero, el 20 de septiembre de 2017, todo cambió y todo lo que, con mucho esfuerzo, los pescadores habían construido, se fue abajo sin que ellos pudieran hacer nada. A un año de María, ¿qué ha pasado en la villa? ¿Se recuperaron, regresaron a la antigua normalidad y al espacio que durante muchos años habían ocupado en Playuela? A continuación, les ofrecemos en Fuete y Verguilla un breve relato de lo que ha acontecido en esta villa pesquera. 3
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Villa pesquera El Ojo de Agua – Crashboat A un año del huracán María
Por Jannette Ramos García
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a pasado un año desde que el huracán María impactó nuestro archipiélago. Todavía no nos hemos recuperado, casas, negocios, alcaldías, iglesias y otros edificios continúan cubiertos con toldos azules sobre sus techos. Aún quedan sectores sin energía eléctrica y gente desamparada. En Aguadilla, la Villa Pesquera del Ojo de Agua en Playuela o Crashboat quedó prácticamente destrozada con el impacto del huracán. Semanas después del mismo, Ramón Blas (en la foto de portada), un pescador que vive muy cerca me contó que desde su hogar veía como las olas arremetían contra ella hasta destruirla casi en su totalidad. Pero no la derribó por completo y los pescadores se dieron a la tarea de salvar lo que quedaba en pie para poder continuar pescando y vendiendo allí su pesca.
Yola aguadillana.
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Resulta que desde mucho antes del huracán María, la villa era un ejemplo para otras asociaciones de pescadores. Brillaba por su organización y buena administración. Tanto así que, en un momento dado, la Asociación de Pescadores de Punta Santiago en Humacao nos llamó (al Programa Sea Grant) para que les ayudáramos a organizarse y conseguimos que viajaran hasta Aguadilla para que fueran los pescadores de Crashboat quienes les explicaran cómo era que ellos eran tan exitosos en la administración de la asociación. Las mujeres trabajaban en el restaurante de la villa. El más viejo de todos los pescadores, Alberto Badillo Blas (ya fallecido), que ya no salía a pescar, era uno de los que se dedicaba a limpiar los alrededores.
Volumen 12, Número 2 Además, se les pagaba el seguro social para que cuando llegaran a su vejez, tuvieran una ayuda económica para que no quedaran desprovistos. Corría todo como un reloj suizo. Pero María tiró todo al piso. La imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, que mantenían en una capilla, quedó metida en el agua, casi como una alegoría de lo que le iba a ocurrir a la villa pesquera de ahí en adelante. Meses después de María, cuando los pescadores habían levantado un pequeño espacio en la estructura devastada, una fuerte bravata destruyó lo que a duras penas habían levantado. En el piso, así quedó el ánimo de los pescadores nos dijo Félix Morales, pasado presidente de la asociación. Ya no tenían villa, ni estructura, pero sí batallaron
agosto 2018 la desazón y consiguieron que una organización religiosa les donara varias embarcaciones que al menos sustituían parcialmente todas las que perdieron. Tiempo después una compañía les donó un vagón refrigerado para que pudieran guardar allí su pesca y sus artes de pesca. Sin embargo, el vagón solo podrá ser utilizado una vez el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales se encargue de hacer el deslinde del terreno, ya que parte de la costa se perdió luego del huracán y la bravata. Así las cosas, la villa aparenta haber quedado en la zona marítimo terrestre; aún así, la asociación es dueña del terreno. De igual forma, el Departamento de Agricultura, por ser la agencia a cargo de la villa, es el llamado a remover los escombros que quedaron de la misma.
Félix Morales junto a Christopher Ray Alma, pescadores.
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Vista del vagón que utilizan los pescadores para guardar sus artes de pesca.
Mientras, un vagón sin refrigeración que lograron poner en el perímetro, es la única estructura que tienen en este momento para guardar sus artes de pesca. Sus capturas se las lleva un pescador a su casa, de donde sale a venderla ya que en el vagón no la pueden refrigerar. El que les regalaron tiene que esperar a que las agencias de gobierno concernidas les den el visto bueno para que puedan ponerlo en el lugar. El mismo estará sobre ruedas, por si se avecinara mal tiempo, se pueda mover con premura para evitar que se dañe.
Vista del vagón que utilizan los pescadores para guardar sus artes de pesca.
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Los hombres y mujeres que componen la Asociación de Pescadores del Ojo de Agua de Playuela se han distinguido por batallar férreamente contra las adversidades y los atropellos que se cometen hacia ellos y ellas. En sus archivos existen fotos de protestas en las que sus botes y reclamos lograron detener la cotidianidad de los tribunales y de las calles aledañas.
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Y ganaron, ganaron porque no perdieron su norte, porque se sabían dueños y dueñas de la verdad, porque sus reclamos eran legítimos. Esperamos que así mismo ocurra ahora, que, a pesar del desánimo, de las penurias, de los atropellos, la Villa Pesquera del Ojo de Agua, vuelva a brillar, a ser ejemplo, a superar todas las adversidades. Valentía tienen demás.
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Créditos Dirección Ruperto Chaparro Serrano René F. Esteves Amador Redacción Jannette Ramos García
La misión de Sea Grant consiste en promover la conservación y el uso sustentable de los recursos y los ecosistemas marinos y costeros. Para alcanzar su misión, el programa cuenta con proyectos de investigación, de educación y de extensión marina.
Edición Cristina D. Olán Martínez Revisión Ruperto Chaparro Serrano Cristina D. Olán Martínez René F. Esteves Armador Diagramación y diseño gráfico Cynthia L. Gotay Colón Jannette Ramos García Fotografías Jannette Ramos García Impresión Imprenta del Programa Sea Grant Puerto Rico
Contacto Teléfono: (787) 832-8045 Fax: (787) 265-2880 Correo electrónico: seagrant@uprm.edu comepezleon@gmail.com
El Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL) es un centro de investigación adscrito al Departamento de Ciencias Sociales, de la Facultad de Artes y Ciencias del Recinto Universitario de Mayagüez. A partir del estudio interdisciplinario y de la investigación aplicada, CIEL investiga, educa y disemina información acerca de procesos sociales costeros con énfasis en la relación entre el ser humano, la sociedad y el medioambiente. https://cieluprm.weebly.com