Volumen 14, Número 2
Fuete y Verguilla agosto 2020
Programa de Colegio Sea Grant y el Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL) de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez
¿Cómo afectó el huracán María nuestro sustento?
Volumen 14, Número 2
agosto 2020
Pescadores llegando de pescar luego del paso de María en El Bajo de Patillas.
¿Cómo afectó el huracán María nuestro sustento? Por: Juan Agar, Manoj Shivlani y Daniel Matos-Caraballo Esta es la gran pregunta que muchos y muchas nos hemos hecho, pero resulta muy difícil, sino imposible, tratar de contestarla. Probablemente, se necesitarán muchos años de investigación para entender cabalmente cómo nos afectó María ya que, algunos de sus impactos, especialmente en las pesquerías y hábitats, tardarán años en manifestarse. A pesar de esto, queremos compartir algunos resultados preliminares de un estudio socioeconómico que NOAA Fisheries y el Laboratorio de Investigaciones Pesqueras han llevado a cabo para entender esta dinámica. Hábitats son los lugares con condiciones adecuadas para la vida de ciertas especies. En este caso, son los espacios donde viven los peces y mariscos. La pesquería se define como como la actividad pesquera dirigida a la captura directa de una especie o grupo de especies. En otras palabras, es la actividad de extracción de poblaciones salvajes (silvestres) de peces y mariscos pertenecientes a un recurso en común (en este caso, el mar que es de todos).
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Mucho se ha especulado del impacto de María en nuestras pesquerías, pero poco se sabe a ciencia cierta. Datos de las estadísticas de pesca comercial muestran que nuestros pescadores no se rindieron a pesar de los destrozos que María causó. Ciertamente, el huracán María provocó una reducción significativa en la actividad pesquera y en los desembarcos comerciales reportados. Según los datos de pesca comercial recopilados tras el paso de este huracán, las capturas, los ingresos y los viajes de pesca se redujeron significativamente en Puerto Rico en los últimos meses de 2017. Se observó una caída dramática en la actividad pesquera comercial durante el periodo de septiembre a diciembre de 2017. Una vez se fueron reestableciendo los servicios de agua potable y energía eléctrica, y las personas comenzaron a recuperarse, ocurrió un aumento en los desembarcos, viajes e ingresos devengados de la pesca. A comienzos de 2018, la producción pesquera pegó un fuerte repunte (esto es que volvió a aumentar) lo cual le dio vigor a la recuperación de nuestras economías regionales. Para poder entender esta aseveración, les invitamos a ver los datos que aparecen en la tabla a continuación.
Desembarcos, ingresos y viajes en el periodo de septiembre 2017 a abril de 2018* Mes
Desembarcos (en libras)
Ingresos
Viajes de pesca
mayo 2017 junio 2017 julio 2017 agosto 2017 septiembre 2017 octubre 2017 noviembre 2017 diciembre 2017 enero 2018 febrero 2018 marzo 2018 abril 2018 mayo 2018
217,699 187,774 158,094 121,814 35,273 17,825 73,594 79,380 152,679 163,887 217,360 208,364 189,354
$1,066,621 $827,128 $757,449 $531,456 $155,809 $76,882 $339,469 $406,570 $741,373 $763,469 $1,033,085 $1,033,010 $939,766
2,663 2,545 2,047 1,531 487 150 801 986 1,603 1,802 2,230 2,288 2,232
*Estos números se obtienen a base de los reportes de las estadísticas de pesca comercial. A todos se les ha aplicado el factor de corrección. Este factor de corrección toma en cuenta los datos que han recogido los agentes pesqueros en los distintos puntos de desembarco. Al final de año, con los datos reportados por los pescadores comerciales y los datos recopilados por los agentes pesqueros, se hace un ajuste y se obtiene un estimado.
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Cuando se realizó el estudio socioeconómico, los datos disponibles del Laboratorio de Investigaciones Pesqueras del DRNA (LIP-DRNA) y NOAA Fisheries revelaron que tras el paso del huracán María, los desembarcos se contrajeron (redujeron) en alrededor de 400,000 libras, valoradas en $1.5 millones de dólares. Esta cantidad se refiere a los precios de primera venta; es decir, los precios en los que los pescadores venden su pesca a las villas pesqueras y pescaderías. Las estadísticas de pesca también mostraron que la gravedad de los impactos de María varió por costa, arte de pesca y especie objetivo. La costa este fue la que más sufrió el embate de María, ya que sus capturas se redujeron un 49% y sus ingresos cayeron en un 57%. Cabe señalar que el huracán hizo su entrada a la Isla de Puerto Rico por el municipio de Yabucoa, precisamente al este. Entre las artes de pesca más golpeadas se hallan las nasas, la Destrozos causados por María en Yabucoa. cala y la pesca submarina, las cuales perdieron aproximadamente 20% de sus ingresos debido a la merma en las capturas del carrucho (Aliger gigas, antes Lobatus gigas), la colirrubia (Ocyurus chrysurus), la langosta (Panulirus argus), el arrayado (Lutjanus synagris), el dorado (Coryphaena hippurus) y el cartucho (Etelis oculatus). Retornando al estimado inicial de $1.5 millones, obviamente, la pérdida económica total fue mucho mayor ya que estos consideraron solamente los valores de primera venta. Por ende, ignoran el valor agregado que la pesca devenga a medida que se mueve a través de la cadena de valor. Aquí es donde el estudio socio-económico que el LIP-DRNA está realizando nos da estimados más realistas de las pérdidas totales. Según el estudio, las pérdidas, solamente de los pescadores, se calcularon en unos $17.8 millones de dólares aproximadamente. Alrededor del 51% de estas pérdidas fueron por daños a embarcaciones, equipos de pesca e infraestructura; mientras que el 49% restante fue por pérdidas de ingresos. Este estudio también detalla que los naseros y cajoneros reportaron que perdieron alrededor de 6,700 nasas y cajones, principalmente en la costa este. 4
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Pescadores en Yabucoa recibiendo parte de las ayudas provistas por ISER Caribe a través del Programa Sea Grant.
El estudio también confirmó lo que todos sabíamos: que lo que más perjudicó a la pesca, aparte de los daños a embarcaciones, equipos de pesca e infraestructura, fue la falta de electricidad, escasez de combustible y la merma de compradores. Una vez que la electricidad retornó, los pescadores pudieron comenzar a pescar regularmente y así alimentar a una población hambrienta. Si bien los datos del estudio socio-económico hablan de un fuerte impacto, el mismo también aporta datos sobre la recuperación y la resiliencia de nuestros pescadores. El estudio documenta que los pescadores se pudieron sobreponer a los diferentes obstáculos gracias principalmente al apoyo de sus familias y amigos, y también, en menor medida, a sus ahorros y duro trabajo. También, el estudio destaca que los pescadores valoraron los esfuerzos y las ayudas de entidades tales como: la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), Departamento de Agricultura, y otras organizaciones de base comunitaria y de fe. 5
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Asimismo, hay otros ejemplos de superación menos conocidos, pero de igual manera, basados en la fraternidad y la reciprocidad. Estos gestos marcaron el carácter de nuestros pescadores en tiempo de necesidad. Los pescadores de Pozuelo, por ejemplo, transformaron una pesquería comercial en una comunal para dar sustento a sus vecinos en un tiempo de incertidumbre y necesidad. Su presidente, Miguel Ortiz, repartió gratuitamente sobre 1,300 libras de pescado que se había conservado congelado, por las comunidades de Guayama. Igualmente, la Villa Pesquera de Ponce Playa, utilizando su generador eléctrico, proveyó hielo gratuitamente a su comunidad por varias semanas durante la emergencia por el paso del huracán María. Asimismo, hubo villas pesqueras que acogieron con los brazos abiertos a aquellos pescadores que resultaron desplazados por la destrucción de sus propias villas pesqueras. Las muestras de solidaridad entre la comunidad pesquera son múltiples y sabemos que acciones como estas que aquí presentamos, se repitieron alrededor de todo Puerto Rico. Las acciones tomadas por estas villas pesqueras son las que deben señalar el camino a seguir para las futuras generaciones de pescadores.
Miguel Ortiz, Presidente de FEPDEMAR, en la Villa Pesquera de Punta Pozuelo, Guayama.
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Llegando de pescar en el Bajo de Patillas, meses después del huracán María.
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La misión de Sea Grant consiste en promover la conservación y el uso sustentable de los recursos y los ecosistemas marinos y costeros. Para alcanzar su misión, el programa cuenta con proyectos de investigación, de educación y de extensión marina.
El Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL) es un centro de investigación adscrito al Departamento de Ciencias Sociales, de la Facultad de Artes y Ciencias del Recinto Universitario de Mayagüez. A partir del estudio interdisciplinario y de la investigación aplicada, CIEL investiga, educa y disemina información acerca de procesos sociales costeros con énfasis en la relación entre el ser humano, la sociedad y el medioambiente. https://cieluprm.weebly.com
Créditos Dirección Ruperto Chaparro Serrano René F. Esteves Amador Redacción Juan Agar Manoj Shivlani Daniel Matos-Caraballo Edición Cristina D. Olán Martínez Revisión Ruperto Chaparro Serrano Cristina D. Olán Martínez René Esteves Armador Jannette Ramos García
Coordinación Jannette Ramos García Diagramación y diseño gráfico Cynthia L. Gotay Colón Fotos Jannette Ramos García Papo Vázquez Impresión Imprenta del Programa Sea Grant Puerto Rico
Contacto Teléfono: (787) 832-8045 Fax: (787) 265-2880 Correo electrónico: seagrant@uprm.edu comepezleon@gmail.com