Foto: Pichón Duarte
Erizo negro en aguas de la Reserva Marina Tres Palmas de Rincón, P.R.
La falta del erizo negro y el manejo de las pesquerías Por René F. Esteves Amador, PhD Director de Extensión, Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico
Cuentan los pescadores activos antes del 1984 que la combinación de corales ramificados (Acropora palmata) y erizos negros (Diadema antillarum) hacían del área menos profunda del arrecife un refugio y criadero perfecto. Era común que el pez o la langosta que no atrapabas del primer intento lo perdías rápidamente entre las múltiples cuevas llenas de espinas. Como detallan los artículos anteriores de esta edición de Marejada, el erizo negro tiene una función clave como herbívoro del arrecife. La falta del erizo negro causó que macroalgas dominaran el arrecife y evitaran que el nuevo coral pudiese recolonizar el fondo. Poco después, nuevos organismos (como los peces
loros) ocuparon espacios donde anteriormente se encontraban los erizos, y otros tuvieron que cambiar su dieta. Era evidente a simple vista que el sistema había cambiado dramáticamente en corto tiempo. Existen múltiples estudios que lograron medir cómo se alteraron las comunidades de organismos sésiles (que viven pegados al fondo). Sin embargo, aunque ya en aquellos años se comenzaba a hablar de sobrepesca, no se documentó ninguna merma en las capturas de pesca comercial. Esto no significa que las pesquerías estuviesen inmunes a la falta del erizo negro; más bien, la falta de 13