Conozcamos al erizo negro (Diadema antillarum) Por Mariana González González, MA Editora, Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico
Para los años 1983 al 1984, el Diadema antillarum sufrió un evento de mortandad en el que la población del Caribe se vio brutalmente afectada. Cerca del 95 % de la población de esta especie desapareció de varias localidades. Este suceso es conocido como uno de los más devastadores entre los organismos marinos; con decir que al día de hoy las poblaciones no se han recuperado en su totalidad y las densidades siguen por debajo de la población previa al fatal evento. Las causas de la mortalidad no han sido establecidas, pero una de las teorías habla sobre patógenos que se transportaron por las corrientes marinas y que enfermaron a estos erizos. Se dice que este patógeno viajó desde Panamá al este y oeste del Caribe. Entre el Diadema antillarum y los arrecifes de coral existe una relación simbiótica conocida como mutualismo; es decir, una relación Imagen de un recluta de erizo negro tomada en laboratorio. 6
donde dos especies diferentes se benefician mutuamente. La estructura del arrecife de coral provee refugio a los erizos, mientras que los erizos se alimentan de las algas que crecen en el coral. Es debido a esta correlación que los efectos de este evento de mortalidad comenzaron a reflejarse inmediatamente en las comunidades de arrecifes. Los Diadema antillarum son los principales herbívoros en estos arrecifes de corales y su importancia se ha manifestado grandemente desde que se empezó a observar el deterioro de los arrecifes ante su desaparición física. Las macroalgas cubrieron los arrecifes y alcanzaron tales tamaños que incluso llegaron a matar colonias de corales. Los Diadema antillarum, gracias al mutualismo, no solo incentivan la estabilidad y el crecimiento de los arrecifes de corales, sino también la preservación de organismos que habitan estos
Foto: Héctor Ruiz
El Diadema antillarum, conocido como erizo negro, se encuentra en las aguas poco profundas del océano Atlántico, del mar Caribe y del Golfo de México. Su principal característica son las largas espinas que típicamente son negras con algunas color grisáceo entrelazadas. Estas espinas pueden llegar a medir hasta 12 pulgadas de longitud y son venenosas. Aunque el veneno no es letal, se recomienda no tocarlos porque sus espinas son finas y quebradizas, y el contacto puede llegar a ser lastimoso y muy doloroso. Se pueden hallar en los arrecifes de coral que se encuentran en aguas llanas de menos de 30 pies, pero pueden encontrarse en aguas de hasta 400 m de profundidad. Estos se esconden en las grietas del arrecife durante el día y salen solo en la noche para alimentarse.