Foto: Ruperto Chaparro
La costa y la construcción ilegal Por Rima Brusi, Centro de Investigación Social Aplicada1 Recientemente, el Centro para la Investigación Social Aplicada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez, ha trabajado con varios estudios de casos en los que se examina la construcción ilegal de residencias de temporada en la costa —segundas viviendas o residencias para vacacionar— por parte de personas relativamente acomodadas. Nuestros datos sugieren que este tipo de construcción suele hacer uso de antiguas políticas y prácticas gubernamentales que, originalmente, estuvieron destinadas a proteger las viviendas construidas por los más pobres. Aquí haré referencia a los estudios de caso de dos comunidades que recientemente se han transformado en importantes destinos turísticos en Puerto Rico y que, por ende, se han tornado particularmente vulnerables a la expansión de esta modalidad ilegal de construcción. Contexto Para entender el proceso que, de acuerdo a algunos artículos publicados en diversos rotativos del País, promueve “la construcción ilegal por los ricos,” es importante contextualizarlo en la historia del área. De acuerdo a las estadísticas que arrojó el censo del 2000, el poblado de La Parguera tiene 1,141 residentes permanentes. La mayoría viven en el sector conocido como Parcelas, nombre que tiene sus raíces en la distribución de tierras y en políticas de vivienda iniciadas en la década de 1940 y que continuaron hasta los años 70, cuando los residentes recibieron títulos de propiedad permanentes. Estas parcelas fueron distribuidas a un grupo poblacional conformado principalmente por agregados, es decir, peones sin tierra que vivían en propiedades pertenecientes a grandes terratenientes quienes a su vez, les proveían, según la temporada, La autora agradece el insumo de Michael González (CISA), Emely Medina (CISA), y el equipo editorial de Marejada en la preparación de este escrito. Una versión anterior del mismo apareció en Anthropology News, en diciembre de 2008 (Vol 49. Núm. 9), bajo el título Claiming Coastal Property in Puerto Rico.
trabajo agrícola. Esto ocurrió así en La Parguera y en muchos otros pueblos de la Isla. Las casas eran construidas en estas parcelas o porciones de tierra mayormente a través de un sistema conocido como ayuda mutua, mediante el cual el estado proveía materiales y un plano básico, y los vecinos organizaban equipos de construcción y erigían las casas. La comunidad Stella, ubicada en el pueblo de Rincón, parece haber surgido de forma similar. Su población actual, de acuerdo al censo del 2000, es de unos 1,293 habitantes. En las entrevistas de historia de vida llevadas a cabo en Stella y en La Parguera sobresalen las políticas de distribución de tierras, la construcción de viviendas a través del programa de ayuda mutua y un rápido proceso de construcción de comunidades que en algunos casos fue complementado con centros comunales y escuelas. Sus poblaciones comparten también un componente particular, propio de las parcelas costeras: Residentes que son o que eran pescadores artesanales independientes o cuasi-independientes y que suelen llevar, como grupo, cierto rol simbólico de representar a la comunidad y su noción de lugar2. Aunque originalmente, la proximidad al mar no parece haber sido un criterio importante para los solicitantes de parcela (de hecho muchos pedían explícitamente estar separados del mar) es justamente debido a la costa cercana que ambas comunidades se han vuelto tan atractivas para la industria del turismo en Puerto Rico, y este atractivo refuerza el proceso de construcción ilegal que discutimos aquí. Construcción ilegal Históricamente, La Parguera ha experimentado dos tipos de construcción ilegal. El primer tipo—hoy día reconocido y documentado como legal—involucra a los hijos de los dueños de parcelas, quienes durante la década de los 80 construyeron en un terreno baldío pequeñas casas de
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Para una mirada más profunda a la historia de las comunidades pesqueras en Puerto Rico, puede consultar los trabajos de Griffith y Valdés-Pizzini, “Fishers at Work, Workers at the Sea,” y Ricardo Pérez, “The State and Small-Scale Fisheries in Puerto Rico.”
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