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Proporciones sexuales del carey
PROPORCIONES SEXUALES DEL CAREY EN ISLA DE MONA
Por: Karla G. Barrientos-Muñoz y Cristian Ramírez-Gallego En la escuela nos enseñan que la determinación sexual en los humanos la define el hombre, al proveer un cromosoma sexual “X” o “Y”, dando origen a una mujer o a un hombre respectivamente. Sin embargo, no es muy común que nos mencionen que, en la naturaleza, una gran variedad de especies, que no poseen cromosomas sexuales, son capaces de alterar su expresión sexual en respuesta a cambios en su medio ambiente, tales como: el acceso a la luz, la temperatura y los factores inherentes a su tamaño o edad.
Una variedad de reptiles, entre ellos las tortugas marinas, las tuátaras (reptiles endémicos de Nueva Zelanda parecidos pero no emparentados a las iguanas), los cocodrilos y algunos lagartos, poseen determinación sexual dependiente de la temperatura (DST). En las tortugas marinas, la DST se documentó, por primera vez, en la tortuga cabezona (Caretta caretta) y, en adelante, se reportó para las seis especies restantes en el mundo. Estas presentan un patrón en el cual los machos se producen a bajas temperaturas (por lo general 28ºC/82.4ºF) y las hembras a altas temperaturas (por encima de 30ºC/86ºF), respecto a un umbral denominado temperatura pivotal, donde la proporción de sexos es 1:1. Por temperatura pivotal entendemos la temperatura ambiental dentro del nido que determina el sexo del organismo. No todas las especies de fauna adquieren su sexo de esta manera. Sin embargo, para aquellas que su sexo depende de la temperatura pivotal, existe una temperatura particular. Tenemos conocimiento de estas temperaturas gracias a experimentos controlados que se han realizado para este propósito.
La ocurrencia de DST, en las tortugas marinas, conlleva a que algunas circunstancias ambientales sean relativamente mejores para la producción de machos, mientras que otras favorecen la producción de hembras. Por lo tanto, el cambio climático (teniendo en cuenta los modelos actuales que predicen un aumento en las temperaturas globales de 1.8 a 4°C/33.8ºF a 39.2ºF durante el próximo siglo), es ampliamente aceptado como una de las cinco amenazas principales, que enfrentan actualmente las tortugas marinas. En otras palabras, como consecuencia de los cambios climáticos, y los regímenes de las temperaturas, se sesgan las proporciones sexuales, con una tendencia a la produccion de más hembras. Además, disminuye el éxito de eclosión en los neonatos, ya que las temperaturas muy altas pueden ser letales para las nidadas. Para comprender la demografía y recopilar datos acerca del impacto del calentamiento global sobre
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las especies, es indispensable documentar cuáles son las proporciones sexuales naturales que se están produciendo en las playas. Es por esto que, desde hace dos décadas, el DST ha sido un tema de gran interés en las investigaciones con tortugas marinas. Sin embargo, al día de hoy, falta profundizar sobre cómo los drásticos cambios climáticos comprometerán la sobrevivencia de esta especie.
Isla de Mona es considerada la segunda colonia anidante más grande del Caribe insular y el lugar más importante para Puerto Rico de la tortuga carey (Eretmochelys imbricata). Durante 2008, el Proyecto Carey-Isla de Mona determinó la temperatura pivotal de la población de carey de Mona, siendo ésta, de 29.6°C (85.3ºF). Desde 2009, se monitorean, simultáneamente, las temperaturas de incubación de nidos y del ambiente de la arena adyacente (1m de distancia), para examinar el aumento de la temperatura dentro de la incubación de un nido por encima de la arena circundante, causado por el calentamiento metabólico producido por los embriones y por el movimiento de las crías emergentes.
Este conocimiento de los perfiles del calentamiento metabólico de los nidos es esencial al momento de estimar las proporciones sexuales de las crías que emergen en relación a las temperaturas pivotales. Con el fin de generar estimados de las proporciones sexuales que se producen todo el año, y revelar si en las playas de la Isla de Mona está predominando la producción de hembras o de machos, se miden la temperatura ambiente de la arena de las playas y la temperatura del aire.
Al llevar a cabo el estudio, se tomaron en cuenta los siguientes factores: la temperatura pivotal (29.6°C), los perfiles promedios de las temperaturas de las playas y los promedios del calentamiento metabólico de 2009 y 2010 en nidos durante el tercio medio de incubación (vea definición en el recuadro). Se encontró que casi todos los nidos depositados, durante el pico de anidación y el periodo de monitoreo (agosto-noviembre) son , en su mayoría, crías hermbras.
La principal conclusión que se ha obtenido es que, cuando tenemos en cuenta el calentamiento metabólico, la predicción de las proporciones sexuales en las crías aumenta considerablemente a favor de la producción de hembras en un 27.3%. El calentamiento metabólico, que se produce en los nidos de la tortuga carey, afecta significativamente el proceso de determinación del sexo en los nidos naturales. Es evidente, entonces, la necesidad de incorporar el efecto del calentamiento metabólico en cualquier modelo predictivo.
Aunque parezca desalentador, la tendencia señala la feminización en la población del carey de Isla de Mona, al igual que se reporta en muchas otras poblaciones de tortugas marinas alrededor del mundo. Las proporciones sexuales, que se generan en una población, pueden variar con la estación, anualmente, en la misma playa e, incluso, a nivel intra-poblacional.
A pesar del pequeño número de especies de tortugas marinas, su historia de vida es un reto para el estudio. Es necesario recopilar información de la distribución de anidación, las zonas de alimentación y las historias de vida e integrarla a los datos del clima y a los modelos de información para así evaluar la capacidad de adaptación o recuperación de las tortugas marinas ante el cambio climático.
Hembra
28oC
Macho
Diagrama de la temperatura pivotal (28o C) y su efecto sobre la determinación sexual de las crías de tortugas marinas.
temperatura pivotal - Temperatura ambiental dentro de los nidos de las tortugas que determina el sexo de éstas. Si la temperatura del nido es mayor que la pivotal las tortugas son hembras. tercio medio de incubación - Periodo termosensitivo en que se fija el sexo de la tortuga.
Identificación de hábitats críticos para el carey
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Por: Patricia Rincón-Díaz
Las tortugas marinas utilizan una gran cantidad de hábitats en aguas oceánicas, en costas y en playas. En su tránsito por estos habitáculos, enfrentan una combinación de amenazas naturales y antropogénicas. Estas últimas son las provocadas por las acciones de los seres humanos. Existe un sinnúmero de amenazas antopogénicas entre las que se destacan: la contaminación lumínica que desorienta a los neonatos en su camino al mar, la aceleración de la erosión en las playas causada por la construcción de estructuras costeras, la captura intencional de hembras anidantes y la captura directa o incidental de juveniles y adultos en el océano. Estas amenazas se suman a los peligros naturales que las tortugas enfrentan como, por ejemplo, la depredación de huevos y de neonatos en las playas y en otras etapas en el mar. Ambos tipos, naturales y antropogénicas, diezman las poblaciones e influyen en la distribución de los quelonios marinos en sus hábitats. Es de suma importancia tener en cuenta que el comportamiento de los animales puede variar dependiendo de lo que un hábitat ofrezca en términos de alimentación y de refugio. Por ende, las amenazas antes mencionadas pueden influir significativamente en el comportamiento de las tortugas marinas. Ante este panorama, resulta fundamental identificar las áreas prioritarias para la población de estos organismos. Los investigadores, el gobierno y los grupos conservacionistas deben realizar esta tarea. Tanto las tortugas como otras especies marinas se benefician de estos esfuerzos.
El trabajo de los científicos y de los grupos de conservación con tortugas en el mar implica la capacitación de personal y mayor logística y presupuesto en comparación a los trabajos en las playas. Las investigaciones en el mar tienen una mayor restricción geográfica y, por tanto, existen vacíos locales de conocimiento sobre la dieta, la
identificación de hábitats usados y las amenazas para las tortugas. Una alternativa para cubrir estos vacíos son los trabajos colaborativos, como los realizados en Puerto Rico, entre agencias estatales, universidades y organizaciones no gubernamentales. Estas colaboraciones permiten que estudiantes graduados realicen sus investigaciones, generen, analicen y reporten información prioritaria para proteger las tortugas marinas en la Isla. Las colaboraciones han sido realizadas, principalmente, en Isla de Mona, Desecheo y, desde 2007, en el Archipiélago de Culebra, donde se investiga el efecto que tiene la abundancia de alimento y la composición de los fondos marinos en la distribución y la cantidad de careyes (Eretmochelys imbricata) juveniles en los arrecifes. desconocido si la cantidad de alimento para los careyes y la composición de los fondos marinos influenciaban su abundancia y distribución en los arrecifes. Para generar información sobre otras agregaciones de carey en Puerto Rico, decidí trabajar mi tesis de maestría en cinco áreas arrecifales de Culebra. Los sitios escogidos fueron la costa de la playa de Carlos Rosario, dos lados del Cayo Luis Peña, el Cayo Lobo y Punta Soldado. Dos de estos arrecifes están ubicados dentro de la Reserva Marina Canal Luis Peña (ver el mapa).
La distribución de las tortugas parece estar muy influenciada por la disponibilidad de alimento. La tortuga verde (Chelonia mydas), localmente llamada peje blanco, por ejemplo, se alimenta de yerbas marinas y desarrolla una gran afinidad por estos hábitats. En Puerto Rico, las yerbas marinas del archipiélago de Culebra han sido declaradas hábitats esenciales para el peje blanco y están designadas para asegurar la sobrevivencia de estas tortugas. Sin embargo, para careyes juveniles, no existe mayor información sobre los hábitats en términos de oferta de alimento y de refugio. En los arrecifes, entre abril de 2008 y junio de 2009, el grupo de trabajo recorrió un total 82 km para buscar careyes. Los capturamos a mano para marcarlos, medirlos y tomar muestras de comida mediante el lavado de sus esófagos, los estabilizamos y luego los regresamos al mar en el lugar de captura. Solo careyes con un tamaño mayor a 35 cm (13.7 pulgadas) fueron trabajados ya que son más resistentes a los lavados de esófagos. Una vez los componentes de su dieta fueron identificados en el laboratorio, se regresó al campo para cuantificarlos. Se tomaron fotos y se midió el área que cada componente ocupaba
Los careyes ayudan a regular las interacciones entre corales y esponjas. Ellos se alimentan de las esponjas que sobrecrecen los pólipos del coral, por lo que ayudan a los sistemas arrecifales que protegen nuestras costas. Según Robert van Dam y Carlos Diez, investigadores del carey en los arrecifes de Isla de Mona, los juveniles limitan sus actividades a un área menor de 2 km2, se refugian en zonas con mucho relieve para esconderse, se alimentan de esponjas y residen allí durante años para migrar luego hacia otros hábitats. La información sobre su dieta es muy conocida en el Caribe. Sin embargo, era
Alrededor de Culebra las zonas de color azul más oscuro muestran las áreas de hábitat importante para el carey de concha juvenil. También, se muestra en el mapa, las áreas escogidas para el estudio: 1) Carlos Rosario, 2) Cayo Lobo, 3) Cayo Luis Peña y 4) Punta Soldado.
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en 10 metros cuadrados del fondo marino, por lo que un total 1660 m2 fueron revisados en todo el archipiélago.
Además del alimento ofrecido por estos arrecifes, se contabilizó la composición de los fondos, estimando el porcentaje de coral duro vivo y muerto, gorgonios (corales blandos), esponjas, macroalgas, fondos rocosos, arena, fondos pavimentados (fondo rocoso con poco sedimento) y cascajo (escombros de coral muerto y conchas). Por último, se construyó un mapa de los hábitats potenciales para la presencia de careyes juveniles en Culebra. El mapa, preparado en 2001, se basó en las afinidades de hábitat que los careyes mostraron en los arrecifes, combinando las localizaciones donde se encontraron las tortugas con mapas de profundidad y relieve de fondos construidos en este estudio y mapas de tipos de fondos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su nombre en inglés).
Los resultados mostraron que, el arrecife Carlos Rosario tiene la mayor agregación de careyes juveniles en Culebra. La dieta de las tortugas varió entre lugares y no respondió necesariamente a la abundancia del alimento en los arrecifes. En general, los careyes se alimentan de dos especies de esponjas y de una anémona muy tóxica y prefieren una especie escasa de coralimorfo, un animal parecido a los pólipos del coral. Una de las esponjas, Chondrilla caribensis, sobrecrece agresivamente al coral, lo que destruye su estructura. Por tanto, la protección de los careyes en los arrecifes de Culebra es primordial, puesto que garantiza su rol de controlador de poblaciones de esponjas y de mantenimiento de los corales.
La abundancia de los careyes no respondió exclusivamente a la abundancia del alimento. Los resultados mostraron que arrecifes con abundante alimento, como Punta Soldado, no albergan altas agregaciones de carey. Sin embargo, arrecifes con una alta cobertura de gorgonios y coral duro sí albergan un número alto de tortugas. La presencia de estas estructuras ofrece sitios de alimentación y de refugio, como son las cuevas bajo las cabezas de coral. De esta manera, los juveniles, vulnerables a depredadores como tiburones, encuentran hábitats de desarrollo seguros. El mapa de hábitat potencial mostró que arrecifes en línea y pavimentos colonizados de esponjas y de gorgonios son fondos importantes para los careyes. Estos fondos están en la parte norte de Carlos Rosario y Cayo Lobo, fuera de la Reserva Natural. Por consiguiente, su inclusión dentro de la reserva o la implementación de alguna figura de protección para estos dos arrecifes es necesaria.
Este trabajo colaborativo, entre el Laboratorio de Ecología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, el DRNA, la organización no gubernamental Chelonia Inc. y los voluntarios del grupo tortuguero de Culebra, demuestra la importancia de unir esfuerzos para proponer alternativas de protección para las tortugas y sus hábitats. Las recomendaciones de este trabajo fueron revisadas por directivos de agencias ambientales en Puerto Rico y se espera que se inicie un proceso de concertación, que incluya a todos los usuarios de los arrecifes en Culebra.
Los arrecifes enfrentan cambios en su composición y la pérdida de cobertura de coral vivo. Esto afecta el frágil balance del mencionado ecosistema marino. Entre todos, se puede lograr la protección de los arrecifes de coral, lo que redunda en la conservación de sus cuidadores naturales: ¡los careyes!.
Hábitat de carey juvenil.
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