LOS COBENEFICIOS DE LA MITIGACIÓN PARA LA SALUD LAS OTRAS VENTAJAS PARA LA SALUD DE QUEMAR MENOS COMBUSTIBLES FÓSILES Y OTRAS ACCIONES DE MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO
En el punto 7 del decálogo anterior se invitaba a los profesionales sanitarios a abogar por los beneficios para la salud que representa la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación del cambio climático) y otros efectos colaterales beneficiosos para la salud de las políticas de mitigación. Se trata de un punto importante y que quien primero debe conocerlo y asumirlo son las autoridades sanitarias, el propio sistema de salud, el conjunto de la salud pública, los profesionales sanitarios y otros agentes de salud de la comunidad. Por eso queremos profundizar un poco más en este tema en esta página y las dos siguientes. Actuando para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se protege de forma evidente la salud humana de los efectos directos e indirectos del cambio climático. Por otra parte, también se producen importante beneficios para la salud humana a través de mecanismos independientes de los logros en mitigación dirigidos a reducir los riesgos climáticos. Las actuaciones de mitigación llevan asociados numerosos beneficios en términos de calidad del aire, salud humana y beneficios a los ecosistemas: son los denominados co-beneficios o beneficios colaterales de la mitigación. Para evitar los impactos más perjudiciales del cambio climático, la sociedad necesitará tanto mitigarlo como adaptarse a él. Entre mitigación y adaptación existen unas sinergias y una complementariedad evidentes: incrementando los niveles de mitigación, en el futuro habrá menos necesidades de adaptación. La propias actuaciones de adaptación al cambio climático también pueden presentar notables beneficios y cobeneficios.
Por ejemplo, las acciones para conseguir que la industria reduzca su consumo energético, aumente su eficiencia energética y reduzca sus emisiones, aplicando las mejores técnicas disponibles para reducir su intensidad energética o mediante la innovación, presentan importantes cobeneficios para la salud y el medio ambiente en forma de menor contaminación del entorno o mayor salud laboral. Las acciones de mitigación en los edificios además de reducir sus emisiones a través del ahorro y la eficiencia energética, consiguen menor dependencia energética, menor contaminación del aire exterior e interior, aumento de la productividad, de las ganancias netas de empleo, alivio de la pobreza energética, reducción del gasto en energía, mayor valor del edificio y mejora del confort. Las medidas que reducen las necesidades de movilidad urbana (cercanía, proximidad) y promueven modos de transporte activos (caminar, ir en bici) no solo reducen las emisiones y ahorran energía, sino que globalmente reducen el coste de los desplazamientos, mejoran la movilidad urbana, ahorran tiempo en desplazamientos en muchas ocasiones y mejoran notablemente la salud y las seguridad de las personas a través del incremento de la actividad física y el menor uso de vehículos. Algunos cambios en la dieta humana (menor consumo de proteínas de origen animal en zonas del planeta donde se hace en exceso y aumento del consumo de frutas y verduras) y la reducción del desperdicio en la cadena de suministros de alimentos no solo aminoran notablemente las emisiones de gases de efecto invernadero como el metano, sino pueden mejorar la salud de la población reduciendo el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades asociadas.
Como señalan en el informe de The Lancet 2015, la mitigación del cambio climático no solo reduciría significativamente el riesgo para la salud del cambio climático, evitando que alcance dimensiones catastróficas, sino que produciría sustanciales beneficios para la salud. Son muchas las barreras sociales, de conflicto de interés y de comportamiento que esos cambios han de superar, pero sabemos que incluso desde un punto de vista económico cada vez son más los estudios que están concluyendo que los costes de mitigación y adaptación al cambio climático se compensan por los importantes ahorros en costes para la salud (y otros ámbitos) frente a no actuar y además por los cobeneficios o beneficios colaterales que dichas acciones pueden tener en otros ámbitos de la salud. Por último queremos recoger otra frase del informe de The Lancet que nos parece que puede proporcionar un nuevo marco de acción que todavía no se ha desarrollado suficientemente, el de abordar el cambio climático no como un problema ambiental, que no lo es, sino desde una perspectiva de salud global planetaria y humana que puede resultar mucho más cercana, de consenso entre personas, comunidades y países y más movilizadora a la acción “Una perspectiva de salud pública frente al cambio climático tiene el potencial de unir a todos los actores tras una causa común: la salud y el bienestar de nuestras familias, nuestras comunidades y nuestros países. Esto conceptos, más tangibles y esenciales que las toneladas de CO2 en la atmósfera, son comprendidos y reconocidos en todas las poblaciones, independientemente de la cultura o del nivel de desarrollo.”
“La mitigación del cambio climático podría prevenir muchas muertes relacionadas con el clima. La moderación activa de las emisiones tiene beneficios para la salud” Dr. Marco Springmann
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