¿Cómo nos metimos en este desastre?, adelanto

Page 1



ÂżCĂłmo nos metimos en este desastre?



¿Cómo nos metimos en este desastre? Política. Igualdad. Naturaleza

George Monbiot Traducción de Carme Camps


Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida o almacenada de manera alguna sin el permiso previo del editor.

Título original How Did We Get into This Mess?

Copyright © George Monbiot, 2015 Originally published by Verso Books Primera edición: 2017 Traducción © Carme Camps Copyright © Editorial Sexto Piso, S. A. de C. V., 2017 París 35-A Colonia del Carmen, Coyoacán 04100, México D. F., México Sexto Piso España, S. L. Calle los Madrazo, 24, semisótano izquierda 28014, Madrid, España www.sextopiso.com Diseño Estudio Joaquín Gallego Formación Grafime Impresión Kadmos ISBN: 978-84-16677-43-6 Depósito legal: M-13187-2017 Impreso en España


Para Rebecca, Hanna y Martha



ÍNDICE

13

INTRODUCCIÓN PRIMERA PARTE. EXISTE ALGO LLAMADO SOCIEDAD El desmoronamiento Descarriado y orgulloso Fuerza laboral Adictos al bienestar La zona cero Ayudad a los adictos, pero encerrad a los consumidores ocasionales de cocaína

19 21 25 29 33 37 41

SEGUNDA PARTE. LA JUVENTUD PERDIDA Que el niño vuelva a la naturaleza El niño de interior Amputar la vida cerca de la base Insectos espachurrados Maldita familia La casta del sacrificio Una modesta propuesta para hacer frente a los jóvenes A favor de la muerte TERCERA PARTE. LA VIDA SALVAJE Todo está relacionado La civilización es aburrida El fin de una era El mito de la población El amanecer

47 49 53 57 61 65 69 73 77

83 85 93 103 107 111


CUARTA PARTE. FRENESÍ POR LA ALIMENTACIÓN El desastre de las ovejas Destrucción de la estructura de la nación Inundados de dinero Lo pequeño es fecundo

119 121 125 133 141

QUINTA PARTE. LOS VAMPIROS DE LA ENERGÍA Que los dejen donde están Se aplauden a sí mismos a rabiar La porquería tras el crimen Seamos críticos Obsesionados con la energía nuclear

147 149 155 163 167 171

SEXTA PARTE. RIQUEZAS Y RUINAS La imposibilidad de crecimiento Contenga su malthusiasmo Cleptorremuneración La falacia de la autoatribución Las guaridas del estudio El hombre que quiere convertir el planeta en el banco Northern Rock El regalo de la muerte

197 203

SÉPTIMA PARTE. BAILA CON QUIEN TE FASTIDIÓ Cómo los multimillonarios destrozaron el sistema Los cabezas rapadas de la plutocracia ¿Cómo nos metimos en este desastre? Me desnudaré

207 209 213 217 223

OCTAVA PARTE. OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE El holocausto que no veremos El Imperio contraataca

227 229 233

175 177 181 185 189 193


Dolor que no remite Bombardear a todos

237 241

NOVENA PARTE. RESISTIR Prohibición global de política de izquierdas Inocente hasta que se demuestre que está muerto El escuadrón de la paranoia Unión con el diablo

245 247 253 257 261

DÉCIMA PARTE. ENCONTRAR NUESTRO LUGAR La historia de otro Highland Spring Un silencio revelador Los valores de todas las cosas

267 269 273 277 281

AGRADECIMIENTOS

287

NOTAS

289

ÍNDICE ANALÍTICO

327



INTRODUCCIÓN

En El capital en el siglo xxi, Thomas Piketty declara que ningún programa de Gobierno podría sostenerse sin un «aparato de justificación».1 Sin la prensa corporativa, los spin doctors, los grupos de presión y los laboratorios de ideas, los innecesarios programas de austeridad que varios Gobiernos han impuesto serían políticamente imposibles. Los actuales niveles de desigualdad se considerarían intolerables. La destrucción del mundo vivo sería motivo de protesta constante. Este aparato de justificación, o infraestructura de la persuasión, y las excusas que genera permiten a los ricos apoderarse de gran parte de nuestra riqueza común, pisotear los derechos de los trabajadores y tratar el planeta como si fuera su cubo de la basura. Lo que dirige el mundo son las ideas, no los ejércitos, ni tan siquiera los bancos. Las ideas determinan si la creatividad humana funciona en favor de una sociedad o contra ella. Desde los tiempos en que Andrew Carnegie, John D. Rocke­feller y Thomas Edison financiaron la publicación de las obras de Herbert Spencer en el siglo xix, 2 que afirmaba, entre otras cosas, que los millonarios se encuentran en lo alto de una scala natura creada por la selección natural, en la que sería una tontería interferir, y que las grandes desigualdades económicas son naturales y necesarias, los oligarcas globales han invertido muchísimo en la infraestructura de la persuasión. Los periódicos cuya propiedad ostentan y los laboratorios de ideas que fundan buscan las mejores mentes que el dinero puede proporcionar para que produzcan argumentos persuasivos en defensa de la élite. Por cada voz independiente con una plataforma nacional hay un centenar que trabajan en beneficio del poder


plutocrático. Por supuesto, este papel no está especificado en sus contratos. Dudo que haya mucha gente que antes de escribir una columna o un documento de posición se pregunte: «¿Cuál es la mejor manera en que puedo servir hoy a mi propietario multimillonario?». Pero no se tarda mucho en descubrir cuáles son las posiciones y los argumentos que aseguran el ascenso, y cuáles lo ponen en peligro. En los medios de comunicación, los propietarios eligen editores a su imagen y semejanza; y los editores tienden a contratar y a promocionar a periodistas cuyos puntos de vista les gustan. Los oligarcas gastan su dinero generosamente. Algunos, por ejemplo, fundan un gran número de laboratorios de ideas, para dar la impresión de que lo que piden expresa un consenso existente; que centenares de pensadores han llegado a la misma opinión independientemente. Emplean su poder para intimidar y marginar a las pocas cadenas de noticias que no controlan: son testigos del ataque global a los medios de comunicación públicos. Son tan pocas las voces que contraatacan, y han sido excluidas tan meticulosamente de la mayoría de medios de comunicación, incluidos los públicos (ahora prisioneros de un estado de terror permanente y de conformidad anticipatoria mientras aguardan los siguientes ataques a sus presupuestos), que las formas de poder que dominan apenas si tienen competencia. Tomemos por ejemplo la ideología que ahora rige nuestras vidas. No sólo en raras ocasiones ha sido objeto de polémicas, sino que raras veces ha sido siquiera identificada. Como consecuencia de ello, nadie parece saber cómo llamarla. ¿Neoliberalismo? ¿Fundamentalismo mercadológico? ¿Economía del laissez-faire? Aunque es un sistema de creencias claro y coherente, aunque es la ideología a la que se adscriben la mayoría de los Gobiernos y los principales partidos de la oposición, y aunque lo determina todo, desde la distribución de la riqueza hasta el tratamiento del planeta vivo, no posee un nombre estándar o que sea reconocido de forma general. 14


Todo el mundo sabe o cree saber qué significan comunismo y anarquismo, aunque en la actualidad son dos especies en peligro. Pero mencione en una conversación la ideología dominante –como quiera llamarla– y la mayoría de los presentes le mirarán con cara de no entender. Aunque ya hayan oído en otras ocasiones el término que utilice, es muy poco probable que sepan definirlo. ¿Qué mayor poder puede existir que el de obrar anónimamente? El término «neoliberalismo» se ha generalizado tanto que pocas veces lo reconocemos siquiera como ideología. Al parecer aceptamos la proposición neoliberal de que esta creencia utópica, milenaria, que sostiene que el mercado libre, sin la intervención gubernamental, satisfará todas las necesidades humanas, no es más que la descripción de una fuerza neutral, natural; una especie de ley biológica, como la teoría de la evolución de Darwin. En realidad, el mercado libre es una construcción política, que a menudo tiene que ser impuesta mediante la violencia, como las masacres de Suharto en Indonesia, el golpe de Estado de Pinochet en Chile y la supresión de las protestas contra el ajuste estructural y la austeridad en todo el mundo.3 Lejos de ser un fórum neutral, el mercado está dominado por agentes poderosos –corporaciones y oligarcas– que utilizan su posición para reclamar un tratamiento especial: contratos, notas de prensa, exenciones tributarias, tratados, aplastar a la resistencia y otros favores políticos. Extienden su poder más allá de sus relaciones comerciales a través de los medios de comunicación que son de su propiedad, y de la financiación y el control de los partidos políticos. La libertad del tipo que defienden los neoliberales significa estar libre de conflicto de intereses. Significa estar libre de las peticiones de justicia social, de las limitaciones medioambientales, de los regateos colectivos y de los impuestos que financian los servicios públicos. Significa, en suma, estar libre de la democracia. La libertad negativa de la que gozan las corporaciones y los multimillonarios (la libertad de 15


ser o de actuar sin que los demás interfieran, como lo define Isaiah Berlin en su ensayo Dos conceptos de libertad)4 irrumpe en la libertad negativa de que gozamos los demás. En consecuencia, el gran florecimiento de la libertad que ha mejorado tantas vidas desde que terminó la Segunda Guerra Mundial ahora está en peligro. El derecho de la élite a librarse de las restricciones que impone la democracia restringe el derecho de los demás a no pasar hambre, a no vivir en la pobreza y a no sufrir las pésimas condiciones de empleo. Limita el libre acceso a la salud y a la educación; el derecho a no sufrir daños industriales; el derecho a estar libres de contaminación, de adicciones, de usureros y de embaucadores. Para el sector financiero, libertad significa caos especulativo, crisis económica y rescates que los demás debemos pagar. Sofocar las protestas y fomentar el poder corporativo (mediante instrumentos como por ejemplo el propuesto Transatlantic Trade and Investment Partnership) no son más que dos formas de la extrema intervención del Gobierno que se requiere para crear un sistema que clama por verse libre de la intervención del Gobierno. Otro ejemplo es la vasta infraestructura de leyes y presiones necesarias para convertir en objeto de compra-venta la tierra, el trabajo y el dinero, nada de lo cual entra orgánicamente en una economía de mercado.5 Otro es la invención de la responsabilidad limitada, que permite que las empresas se liberen de sus pérdidas y se nacionalicen. El neoliberalismo, lejos de revelar leyes biológicas, describe un sistema que crea su propia realidad. Todo esto permanece en gran medida invisible a los ciudadanos: sin que se mencione, sin que se examine y envuelto por los misterios de la fe. El anonimato del neoliberalismo no sólo es una expresión de poder: es una fuente de poder. Se puede juzgar la apertura y el pluralismo de una sociedad por la medida en que sus fuerzas dominantes se identifican. Según este criterio, la nuestra [Gran Bretaña] goza de muy mala salud política. 16


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.