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La televisión abierta ¿Retoma su cetro? Gabriela Seoane 52 Maximino Javier Helio Pareja

La televisión abierta ¿Retoma su cetro? Gabriela Seoane*

Desde que empezó el confinamiento como consecuencia del COVID-19, circularon múltiples recomendaciones para que las personas pudieran sobrellevar mejor el “encierro”. En las redes sociales, por ejemplo, se multiplicaron los consejos para ejercitarse desde casa sin tener contacto con el exterior. También proliferó la distribución de recetas para preparar innumerables platillos. Así, se encontró una fuente inagotable de información para ejercitarse y su aparente contraparte, la comida.

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Afortunadamente también surgieron múltiples ofertas para presenciar espectáculos de teatro, danza, ópera y música en general en línea. Muchas bibliotecas abrieron sus catálogos de manera gratuita y los museos y galerías no se quedaron atrás.

Los psicólogos y psiquiatras abrieron espacios en diversas redes sociales para ofrecer asesorías o pláticas a las personas que lo requirieran. Historiadores, antropólogos, especialistas en arte, entre otros profesionistas, compartieron generosamente sus conocimientos e hicieron más placentero el encierro de millones de personas.

En México, conforme se regresa a la “nueva realidad”, paradójicamente comienzan a cerrarse algunos de los espacios mencionados u otros permanecen, pero ya con un costo, lo cual es comprensible porque todo mundo tiene que “pagar renta y comer”. Sin embargo, en los medios de comunicación tradicionales, como la radio y la televisión, el acceso a la información, la educación, la cultura y el entretenimiento sigue siendo gratuito y para muchos millones de personas más accesible que una señal de Internet.

De acuerdo con datos de Nielsen IBOPE1 , durante el primer trimestre de la pandemia, el número de radioescuchas y de televidentes aumentó en México. En la televisión este incremento se registra más en canales de paga, así como señales de streaming, entre otros.

En el reporte de Nielsen IBOPE, se destaca que los noticieros de televisión incrementaron su audiencia en un 23.1% durante la semana 12 del confinamiento. Esto lo atribuyen a “la necesidad de los mexicanos por mantenernos informados”.2

Estas cifras son muy congruentes con la realidad mexicana. Al iniciarse el presente ciclo escolar, quedó claro que la señal de Internet todavía no llega a todos los mexicanos. Muchos de ellos accedían a la red desde sus trabajos o en cafeterías que lo ofrecen de manera gratuita. Esto explicaría por qué una mayoría se informa, ahora, a través de la radio y/o la televisión abierta.

Pese a que en México hay más de 50 millones de personas en situación de pobreza, no es raro que hasta en las casas más humildes se tenga al menos una televisión. Es por eso que, en los mejores momentos

*Gabriela Seoane es licenciada en periodismo y comunicación por la UNAM FES Acatlán y Maestra en educación también por la UNAM. Se ha desempeñado como guionista, redactora y reportera de radio y televisión. Ofrece capacitación para entrenamiento en medios y ha sido profesora del ITESM CCM en el Departamento de Español, Literatura y Arte de la preparatoria. @Gabseomx

de la televisión abierta, se consideró a la empresa más relevante en el rubro, Televisa, tan importante como al presidente de la República.

Pero ¿qué tipo de información es la que tienen a la mano las personas que ven los noticieros de la televisión abierta? La misma de siempre. Una serie de notas de 30 segundos a un minuto de duración en la que se da cuenta de los hechos, sin análisis ni seguimiento. Cada vez aparecen menos los reporteros y más los lectores de noticias. Prevalecen la visión superficial y las posturas oficiales. Por ejemplo, cuando se menciona el desabasto de medicamentos, se presenta al portavoz gubernamental dando una serie de explicaciones, pero no se analizan ni los alcances ni las repercusiones de problema. Se trata de información rápida, superficial y con poco contexto. Se omiten críticas fuertes al presente gobierno o bien se matizan.

Tanto en la televisión privada como en la pública (esta última por cierto ha registrado una baja de audiencia) los noticieros se han convertido en transmisores de hechos con imágenes de manera muy rápida. La gente sabe lo que pasó, pero tendrá que averiguar por otros medios más detalles.

Cabe señalar que son los noticieros los que han mostrado un incremento en sus audiencias, en la televisión abierta, pero como se mencionó, el mayor número de televidentes pertenece a la televisión de paga y a rubros como el streaming. Es decir, los televidentes, sobre todo los más jóvenes, buscan sus propios contenidos: series, películas, documentales.

Contenidos que no encuentran en la televisión abierta, pues pese a que ahora hay más canales, la programación parece una “copia al carbón” de lo que hacen las televisoras más grandes Televisa y Televisión Azteca. Como ejercicio, elijan una hora y hagan un recorrido por todos los canales y verán como son programas con el mismo formato y hasta los mismos anunciantes, pero con diferentes conductores, quienes, por cierto, saltan de un canal a otro.

En México, por años, la televisión se convirtió en la “reina del hogar”. Las familias se reunían para verla. Los noticieros formaban opinión, aun sin informar. Los programas de entretenimiento permanecían por años. El mundo cambió y la audiencia también. Los dueños de las televisoras parecen no entenderlo todavía. Será interesante ver qué sucede una vez que pase la pandemia y las personas puedan salir nuevamente de su casa.

REFERENCIAS

1. Nielsen IBOPE (2020). La televisión y los medios digitales en tiempos de COVID-19. México: nielsenibope.com. Recuperado de: https:// www.nielsenibope.com/coronavirus-covid-19/ 2. Idem

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