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Zozobra

Bernardo Ávalos*

El mundo se encuentra como nave en mar proceloso: “peligrando por la fuerza y contraste de los vientos”. Zozobrando.

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Se cimbran gobiernos robustos; se pierde la esperanza en una democracia eficaz y se deposita en gobiernos populistas o autoritarios, o en gigantescas plataformas digitales. Tras la guerra en Ucrania, el orden geopolítico acelera su mutación. Los países se alinean en un lado o en otro. Las cuatro grandes potencias (Rusia, China, EUA y la UE) buscan su propios dominios por el flanco este-europeo, por el Báltico o por el flanco del Mar de China, teniendo a la vista una despiadada guerra tecnológica cuyo horizonte (cercano) es el Viaje a Marte (Journey to Mars, como le llama la NASA).

La crisis pandémica paralizó el Globo; pero la reactivación postpandémica generó una sobredemanda inesperada de bienes y servicios procedente de una ciudadanía-con-bolsillos-llenos, debido a las ayudas recibidas. Aquella sobrepasó la capacidad de la oferta; y la masa dineraria acumulada se convirtió en inflación. Las cautas esperanzas postpandémicas tras el Encierro fueron un globo al aire que Ucrania pinchó súbitamente.

El Mundo también está en zozobra porque la Nave-Espacial-Tierra en la cual todos deambulamos por el espacio está zozobrando. El hiperconsumo voraz, continuamente aupado por el marketing, nos hace consumir ya el doble de lo que Natura puede darnos. Esa sociedad consumívora es también energívora (petro-eléctrica). Los efectos invernadero del consumo alteran ya el clima del planeta, cuyos síntomas fueron evidentes durante este verano/invierno: se incendian los bosques, se extiende la sequía, se funden los glaciares, se alteran las grande corrientes oceánicas, se afectan cultivos. Centenas de millones padecen hambre.

La zozobra en el Mundo

No resulta extraño que la gente que habita en ese mundo zozobrando zozobre a su vez, pues la crisis se ha introducido ya dentro del primer metro cuadrado de su vida. Y va tomando posesión de su intimidad (ahí donde se fraguan los deseos, punto de inicio de toda Economía).

*Bernardo Ávalos es considerado un experto en análisis de coyuntura y en Sistemas de Información Complejos. En 1976 fundó y dirigió durante 35 años Información Sistemática, proyecto pionero en la sistematización de información mediática. Ha sido consultor de instituciones públicas y privadas, y asesor presidencial en dos ocasiones. A partir de la crisis global de 2008, lleva a cabo una investigación de largo hálito para caracterizar nuestro siglo, hijo del siglo XX. Es asesor de Antonio Sola y consejero de su fundación.

En zozobra continua, al ritmo de los intermitentes sonidos de su inseparable celular. Sufrimos adicción digital que nos angustia, pues los servicios ofrecidos son diseñados por novedosas ingenierías psicológico-skinnerianas. Angustian a los padres sus hijos menores (que ya ven porno desde los 3 años). Poco a poco, la presencia física cede ya paso franco a los avatares digitales (nuestros representantes-en-pantalla), que constituyen la piedra angular del salto cuántico que las redes sociales piensan dar en el abismo de Metaverso y el internet of Things.

La gente vive en el seno de instituciones ahogándose, atrapadas en el pasado, en opacas urdimbres de intereses, o siendo incapaces de adaptarse a los actuales tiempos bio-electrónicos. Sin poder dar sentido a la vida comuni- taria. El sentido que dan no tiene nada que ver con el sentido común ni con la grave zozobra que nos acongoja. La gente o se refugia en el Carpe Diem, a la deriva de las excitaciones; o recurre a todo tipo de idolatrías para practicar las más absurdas veneraciones-tabla-de-salvación; o se provoca todo tipo de alteraciones en su estado de conciencia (drogas). Una fuga mundi masiva por varios flancos existenciales.

Por todos estos síntomas, la gente se encuentra en zozobra. Aquello: “Inquietud, aflicción y congoja del ánimo que no deja sosegar, o por el riesgo que amenaza, o por el mal que ya se padece”.

No solo aquí, pues se vive en el Interregno entre dos civilizaciones: la moribunda y la nonata. Para decirlo con los Daniel´s, ganadores del Oscar: “Todo. En todas partes. Al mismo tiempo”.

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