Poemario ganador del I Certamen de Poesía Joven “Laura Damián”
Christian Andrés Luna Castro
Bestias, míralas
Colección: Laura Damián
SIÓN EDITORIAL
Bestias, míralas Christian Luna Primera Edición Enero 2019 Quetzaltenango, Guatemala Colección: Laura Damián Cuidado editorial: Sión Editorial sioneditorial@gmail.com
Diseño de portada: Sión Editorial Diseño y diagramación: Manuel Rodas
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Disolutos Que reflejo, con el barullo como pelo, se me cae el pellejo. Vamos, póntelo.
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I Disolutos 1 Disolutos problemáticos, de emociones y sensaciones. Colores grises de la panacea mediocre, miedo. Las turbas de astronautas emocionados, resumidos en una sola palabra: furia. Disolutos de miembros, encadenados al éter aburrido que le ha brindado el miedo a mi ego. Disoluto de ego, flores, regresos, amores, necedades y de nuevo furia verde, en ojos verdes, de miel cual cubierta. Camino dorado de nuevo valor y riesgo. Al cabo y al fin lo peor de este mundo es sístole y días. II Abrázame, mírame. Sólo he sido un mal sueño, no me persigas en el aire, bésame con un adiós en los labios. Retuerce la vida de los mortales y destructivos sueños que ha plantado este sueño. Lame las lágrimas de mi rostro. Desde este mundo, ajeno al tuyo. ¿Oyes cuando grito y la desgracia está en mi lengua? A
d
i
o
s Recoge y come, mis últimas palabras.
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III Mañana no la veré, ni el domingo. Una oportunidad perfecta para perfeccionarme el rostro. Puyaré lo que menos me complace en un inicio, con tijera eliminaré mis amplias alas cartilaginosas. Que me sangre la piel entre las uñas. Mientras, en jirones arrancó esto, entre carmesí y coágulos aquello. Me sacare los ojos con cuidado, los guardaré en una estuchera para regalárselos. Limare el hueso de mis cuencas, y comenzaré a amoldar, con la argamasa de mi carme deshilachada, lo que tu deseas. Los coágulos se caerán el lunes al despertar y tú amarás el rostro que me he hecho, con la uña, tijera y lima. Ahora, que me miré donde estuvieron las puertas que usted amó, y vea el resto de re(des)figuración.
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IV Un día José se levantó y sentó a la orilla de la cama. Una noche José Feliciano sentado a la orilla de la cama lloró, y se tragó la dignidad en forma de bote para dormir. Algo alguna noche dejo de huir, y se dispuso a enfrentar sus demonios. Un día Clérigo Delfino asediado por el insomnio recogió todo el manto-mundo que pudo y escribió poesía. Una madrugada José, pero no Feliciano, despertó, con el cigarrillo en la mano. Un medio día Feliciano se cayó del triciclo, con todo y
sueños, se golpeó la frente, contra la suave tela del mundo.
Un atardecer alguien se sentó a hablarle al aire los mensajes de su vida, para la que fue “mi vida”. En algún momento se levantó un algo y ya no estaba ahí, no era.
V Y a veces pareciera que la soledad no es tan grave, con música y compañía, falacia compañera que miente y finge.
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VI Un maldito poeta. Y que, si la vida se me desgarro al nacer, tendré por mundo una marabunta de ideales y sueños, realidades de más comprendidas, de amores/fulgores, que conozco amores. Moriré joven, de venéreas o hambre, cirrosis o ideas en enjambre, suicidio o alambre.
más bien del cuello por
¿Pero quién me desmitificará? El tiempo o los críticos, mis miedos o deseos, que pregonero.
la lascivia humana
¿Los ojos de las señoritas que han visto mi alma? ¿Los estoicos hombres contra los que he luchado? Calíope, baja, llévame. Un maldito poeta, una mierda de poeta. Qué en los anales del olvido quedé inscrito mi intento, de crear a la historia un latido.
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VII De despedidas y otras geniales deconstrucciones. Gracias, pero que te cargue el olvido en aras de algo. ¿Qué? Mi muerte pacífica y desdichada. Se acabó, y a mí me comerán los gusanos, y tú me dejaras flores el día de mi cumpleaños. Es irónico ser la vida en el día de los Santos. Que te cargue la vida a algo que no conoceré, que sientan tus sienes mis caricias cuando me extrañes. Adiós, y recuerda brillar color amarillo, e iluminar el mundo profesando lo que rosas rojas y fantasmas de humo.
VIII Siempre Quise camino por la vereda frente a mi casa. Me invitó a seguirlo. Siempre Quise fue amable, aunque impasible. Le picaron los pies, se fue. Hasta el día de hoy siempre me siento incómodo cuando hablan de Siempre Quise.
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IX Adiós. Cuando me cargue el recuerdo hacia el velorio del sol no llores. Mírame a los ojos; imposible. Solo me has visto cuando los tienes cerrados. Has caminado con mi voz en tus oídos, narrando cuentos para dormir, esos donde alguien sí te quiso. Permitiéndote soñar en el tiempo carente, bailando ballet mientras yo te contaba el tiempo, y atardecía. ¿Has sanado al oírme? ¿Lo hiciste al oírte? Yo soy esto que desaparece con la luz Soy un mal sueño, recuerda. Es hora de despertar. X Los ojos en lágrimas, roció de mañana perecedera. Trompetas fatuas narran la historia del ángel que veo. Toca el piso, lloro esas vistas, mechones largos, pelos rosados. Insensato el ángel corrió por el mundo extasiado por lo humano, por percibir y amar de pasión, no de santapuridad. Cuando regresó al jardín donde lo esperaban murió. Recurrir al negro en casos de esperanza recular. Ese verde que se escapa, en el halito dorado de ese ser ala 10
XI Y cuando el creador duerme otro sueño teme. En su anhelo, el creador, con su creación busca ser por el olvido recordado, y cuando más humano, no tan dislocado sueña, él más falla. Y resulta el blanco siendo morado, y cualquier letra una “S”, y el olvido amando recordar, pero siempre será su olvido.
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XII me fui envolviendo en aquel sin sentido del mundo
Me contaste tu respectivo
FIN del MuNdo Empezó toda la locura de lo conocido, como usted yo y ella lo conocimos
Con tus poderes, de nube que de arriba a abajo va flotando
Me presentaste tu mundo La locura El fluir dolor
vida
ES EL FIN DEL mundo COMO LO conocimos
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XIII Cuando la soledad te carcome, te patea y juega. Cual ola entre zarpas vuela la mirada. Y tú, ser errante. En tus adentros, buscas una compañía En
forma
de
tregua
alto al fuego una voz amigable Un rostro Uno de esos amados, conocidos Aunque sea odiado pero conocido Visto y trillado De desdén entornado Pero, por favor, de ojos sonados Arriba, el murmullo se me arremolina en el pensamiento. Abajo, cual océano, te toma y te vuelve suyo. Te asedia de frío y frases sueltas. De frío y felicidades ajenas. Cresta, que el sol, la sed, mi dios Que me ahogue Me haga suyo el mar del bullicio. 13
XIV En el aire se dibuja mi conciencia
Un paso adelante, otro, potro y otro paso Dos de revés y uno vuelta
Toma ritmo la vida En el instante de voltear a verla se mira furibunda la existencia
Con las hojas y su vaivén al suelo Y el dueño de la sinfonía observaba el risueño desencanto Como en principio se creía nota
luego hoja más adelante trovador y de último un mueble
Sus hijos bailaron de su realidad a la realidad, de su ser a la comedia, a la existencia.
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XV Caminando sobre una cuerda iba un ente, sin luz en la frente, entre abismo y tinieblas. Empujando por dulces voces. Con aguardiente lo hidrataban. Recogía negros hilos, formaba una bola de estambre. La bola tan grande el día de hoy, sobre su cabeza lo tira de un lado al otro. La cuerda se clava en el pie, y la luz esta tan lejana, los brazos cansados. La voz lo empuja, ofrece aguardiente, finge cariño, le da lentes rosas, ronronea como gato. Y cuando harto se encuentra Cansado de que la luz amarilla tan lejana se encuentre, la voz le rosa los labios con sabor a miel y gloria. El ente se reanima, carga en alto su pesa hecha de estambre y la luz esta tan lejana.
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XVI Disolutos 2 Pretérito inverso La menos imaginada, perdón. La negra iluminada, con opaca esperanza; se cierne en los hombros del niño que toma la pluma. Con sueño de la nula existencia abate la pesada, fina, capa de desdén y polvo. Miedo Pavor Terror Color negro iluminado que estremece con amarillo. Y yo aquí con la diástole, sístole. Te veo futuro que asomas en la esquina, la pesuña de cabra negra, con fuego en los ojos, rosas en los cuernos. Diástole, sístole. Y contoneadas las rocas de salto en cerca, con tus rápidos circulares, con mi caída del acantilado, pero no, me montas en tu lomo, pesuñas al viento, cabeza altiva, cuchillas en los cuernos. Diástole, sis.
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Bestiario Hombres, mujeres y payasos, vean su espejo. ¿Oscuro no?
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Luciérnaga La luciérnaga revoloteaba, pequeña. Brillaba, ¡alumbraba! 1, 2, 3 luz. Arriba para abajo, la luciérnaga flotaba en aquel baldío. Negro todo, hasta negra la luz, hasta negro el pasto. Cándida titilaba entre árboles oscuros. Ella era la única lumbre del sitio renegrido. 1 ,2, 3 Luz. Era única y feliz, sola pero feliz. Furiosa con sonrisa, llantos de risas. Le intrigo otra luz, fija y hermosa, deslumbraba. Pero ella era hermosa, era viva, titilaba. La luciérnaga brillante. Confundida por aquella voló hasta la casa de enfrente. 1 ,2, 3 Luz. Risas de niños y los dados del risk, los vasos de vidrio contra hielo. Ella era brillante y hermosa, ellos no brillaban, solo vivían, de a instantes, pero sobrevivían. Y ya solo 1, 2 y mejor no. Tocó el timbre, le abrieron con sonido de tacones. La luciérnaga encendió un cigarro, tomo whisky. Y que si era mejor vivir su único día siendo otra alma vacía al compás de los dados de risk y jazz.
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Costureras Había frío en ese minúsculo cuarto color hueso, dentro de la absorbente atmósfera estaban, Santa María madre de Dios ruega, dos viejitas encorvadas y pacíficas. Los dedos se les movían con la gracia de colibrí. Las paredes eran a penas visibles, escondidas entre carretes, un ropero, Dios te salve María, la televisión sin volumen, llena eres de gracia. Cuarenta años en fotos de hijos, nueras, bendita tu eres, y esposos. La máquina de coser y unos pantalones con la entrepierna abierta, mil camisas en la esquina, tierra como en el cielo, y las cuentas brincando, colgando, rápido en sus manos. Danos, tenía, el pan, frío, de cada, en las, día, piernas. El mayor problema de todo fue esperar dos horas para que, líbranos de todo mal, me dijeran que estaría mañana, amén.
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Ego Nombre: Zombie Complexión: Extraña Ojos: El Amarillos cuando la suerte le baila. Miedos: la soledad, que lo carcome cuando se pierde, que lo afronta y se le monta. Amores: la soledad Mendiga: conocimientos y experiencias. Sueños: ninguno Valor: no posee mucho, fuera de algún consejo, un alcoholismo en sus principios, ningún valor. Atribuciones: la soledad
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Lop Pronombre: mi negra. Forma: de Lop hecha vuelta, colochos crespados. Gruñido: voz relajada, sílabas contoneadas, entre dientes arrastrados. Sueños de sonido en ronquidos relajados. Recuerdos: cosas blancas, bolsas y aullidos, sonidos las existencias solo gruñidos. Tres eternidades de fríos en la espalda, 56 kilosesterores llenos de colores. La gravedad de su ser le pesa.
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Verde • Colmillitos afilados, benvingut a mi reino de sueños, toma tu ramita, bésame este cielo, sácate tu decadencia, sonríe. Cada blanco cual lluvia en el desierto, con sed raspando el gaznate. Tu torreón de abulia, que sobrevive y hasta camina, los ladrillos que se suben las enaguas y luchan, inspiran a tomar fuerza y por fin dejar de rezar. Ver el desdén por la vida y tus comisuras subir, con pausa, en la consecución de hechos desastrosos, desde tu nacimiento.
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•• 4ta descripción, la resignada. Ahora entiendo lo de verde, de amar verde. Es verla crecer, florecer y ser un ente extraño e incorpóreo. Vaga por mí mente su boca paradita, el rojo contra el blanco de sus chapitas. Me estoy negando a verla porque si desgraciadamente, por infortunio, si mi vista cae sobre ella, mi voluntad entera para detener el cielo, las estrellas, evitar la cegadora luz que nace de su mirar. La
trenza
negra
que se prevé infinita como su presencia presencia presen pres
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••• Risa de alada, ojitos bellos, de fuerza entornada. Boquita leve, miradas crespas que resbalan al alma. Noche cabello, sobre la tez brillando de plata. Risa de alada, vida enmarañada, fuerza en la tristeza. Gozo por no verla llorar. Construida de misterios, apaciguada curiosidad latente. Invierno que salta de agudo en agudo, destilación de tierra, con sueños e ilusión.
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Amarillo 1 Rosado, tu rosada, entrañable, beldad pura. Sueño fijo que veo hasta cerrando los ojos. Sueño fijo, tu risa y mi catarsis. Los desvelos, las quimeras. Niña hecha faro erguida rosada entrañable galimatías sentimentales 2 tE quieeeRo Te, con mayúscula e, estrellas regular que palpitan y palpitan, tus ojos al reír. T minúscula, te perderé y 21 gramos se irán detrás tuyo, quien se pierda en ti y no te bese los párpados no es real. Deja de ser algo así como humano. eeescucha su respiración, sus dientes castañear, calor te invade al eeescuchar. Roma de los sueños, de mis pensamientos, me quedé fascinado, empecinado, carajo enamorado por Roma pintada de amarillo.
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3 Cavilosa, encantadora, temerosa del mundo. Agudos, suaves y sedosos los hermosos, arriba hacia abajo. Ella le teme al mundo, pero lo posee y lo afronta. El girasol con espada y escudo, yelmo de plata, fulgurante su filo en los ojos. La niña encanto, martillo, escudo dorado. Con su tallo verde, lozano verde.
4 Cuando ríe el mundo se da la vuelta, se toma la pansa, ríe con ella. La primera carcajada es la gloria, reafirma su ella, te besa las ideas, te bailan los sentimientos. Ese hechizo demasiado volátil, aleja los fantasmas y demonios, brilla de amarillo, ruje girasol. Cuando se frustra se te lanza al cuello, a llorar o a la yugular. Brinca de sus nubes la tierra, se permite tomar en brazos.
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Christian Andrés Luna Castro Nacido en la ciudad de Guatemala el 2 de noviembre de 1999. Christian Luna comenzó a escribir desde que poseía 14 años. Siempre fue un apasionado de la creación, ingenioso y extrovertido. Apasionado de la lectura, amante de las ideas y la discusión, supo desde hace algún tiempo que su sueño y única aspiración era escribir y pensar. Recientemente graduado del Liceo Guatemala, sitio que considera su segundo hogar. Actualmente estudia la Licenciatura de Letras y Filosofía en la Universidad Rafael Landívar.
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