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EN LA ESCUELA PÚBLICA
EL RETO DE INNOVAR EN LA ESCUELA PÚBLICA
9.
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Podríamos decir que es la educación cívica, más que la innovación, el concepto que históricamente ha formado parte de la razón de ser de la escuela pública, con la intención de crear un marco de valores comunes que está por encima de los valores culturales específicos de los colectivos diversos que integran la sociedad. Señala Tedesco (1995) que los sistemas educativos nacionales nacieron ligados a la formación de la ciudadanía, de la que debía hacerse cargo el Estado, sin dejarla a la sociedad civil o a las familias. Esto no significa que lo público haga referencia al Estado, sino a los marcos comunes y universales, dejando fuera lo que particulariza y diferencia.
Lo que hace pública a una escuela es la referencia a lo común (Angulo, 2016: 17). La escuela pública, por tanto, debe servir al bien común y, especialmente, a los más necesitados, que encuentran en este espacio un acceso privilegiado a la cultura y al conocimiento, así como la posibilidad real de crecimiento personal y social. Es uno de los principales instrumentos de equidad social que ayuda a materializar el Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos y todas” (Naciones Unidas, 2018). En este sentido, la escuela pública realiza una labor insustituible para llegar a todos los rincones, tratando de ofrecer a todos y todas una educación de calidad, como base para mejorar la vida de las personas y para lograr un desarrollo sostenible.
Aunque la innovación, como tal, no haya sido un concepto nuclear de la escuela pública, existe un vínculo muy estrecho entre ambas, pues “la tarea educativa supone transmitir a los niños y jóvenes las actitudes y herramientas necesarias para su incorporación a la vida activa en la sociedad. En este proceso importa el legado de saberes, destrezas y valores que las sociedades quieren transmitir a las nuevas generaciones y que conforman el currículo, pero también importa el futuro, porque se educa para vivir en un tiempo en el que serán determinantes las competencias para afrontar la incertidumbre y las capacidades creativas para hallar soluciones a problemas aún no planteados” (Martín-Gordillo y Castro-Martínez, 2014).