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9.1. Contexto histórico

En los apartados siguientes abordaremos algunos retos y dificultades a los que se enfrenta la educación pública, a través de un recorrido evolutivo que ayude a entender las tensiones entre un entorno organizativo muy regulado y las demandas de mayor flexibilidad y autonomía para atender las nuevas necesidades de la escuela, y los énfasis que debería hacer para resolver con éxito esta tensión.

En el siglo xix se produjeron grandes cambios políticos, sociales y económicos en un buen número de países occidentales. Entre estos cambios destacan la consolidación de los estados nación, una creciente secularización y una gigantesca expansión de la industrialización, hecha posible por desarrollos tecnológicos sólidamente fundamentados en los grandes avances del saber científico de los siglos xvii y xviii y del propio xix. La proclamación en 1791 del derecho universal a la educación por parte de los revolucionarios franceses dio alas a la idea de educación para todos, idea que arraigó profundamente a lo largo de los dos siglos posteriores, aunque siempre con matices, limitaciones y contratiempos. Es en este marco general cuando unos estados cada vez más influyentes, poderosos y asertivos, concibieron y pusieron en marcha los sistemas educativos para toda la población en edad escolar que conocemos en la actualidad. En estos países, así como en los entonces recién independizados de América Latina, la extensión de la educación bajo el impulso y el control del Estado (incluso la gestión directa de la educación, en ciertos casos) se vio como un factor imprescindible de modernización económica y de desarrollo social y ciudadano18. De este modo quedaron firmemente institucionalizadas y establecidas las bases de esa escolarización para todos que actualmente existe en la práctica totalidad de países. Los fundamentos de la educación pública

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18 En 1794, mucho antes que cualquier otro país, Prusia proclamó la supremacía del Estado en la educación. El principio de educación pública obligatoria para todos quedó firmemente establecido mediante la adscripción de las escuelas al Ministerio del Interior en 1807. En 1810, la exigencia de certificación estatal para ejercer la enseñanza eliminó al profesorado no cualificado, y elevó la profesión docente a altos niveles de dignidad y eficacia.

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