Solidaridad Global Nª 14 Abril 2010

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Programa de Voluntariado

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palabras de Monseñor Romero “Si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño”. “...Si denuncio y condeno la injusticia es porque es mi obligación como pastor de un pueblo oprimido y humillado… El Evangelio me impulsa a hacerlo y en su nombre estoy dispuesto a ir a los tribunales, a la cárcel y a la muerte". “En nombre de Dios, en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el Cielo cada día más tumultuoso, les suplico, les ruego, les ordeno, que cese la represión”. “Sería injusto y deplorable que por la intromisión de potencias extranjeras se frustrara el pueblo salvadoreño, se le reprimiera e impidiera decidir con autonomía sobre la trayectoria económica y política que debe seguir nuestra patria”. “El anticomunismo de las derechas no defiende a la religión, sino al capitalismo”. “Hay un ‘ateísmo’ más cercano y más peligroso para nuestra Iglesia: el ateísmo de capitalismo cuando los bienes materiales se erigen en ídolos y sustituyen a Dios”. “La Iglesia actual tiene otra noción de lo que es la historia de los hombres. No es oportunismo ni mero deseo de adaptarse al mundo lo que la lleva a pensar distinto. Es porque ha recobrado eficazmente la intuición, que recorre toda la Biblia, de que Dios está actuando en la historia humana. Y por eso, debe tomar muy en serio la historia de los hombres”. “La Iglesia se identifica con la causa de los pobres cuando éstos exigen sus legítimos derechos. En nuestro país, estos derechos, en la mayoría de los casos, son apenas sólo derechos a la supervivencia, a salir de la miseria”. “Mientras la Iglesia predique una salvación eterna y sin compromisos en los problemas reales de nuestro mundo, la Iglesia es respetada y alabada, y hasta se le conceden privilegios. Pero si la Iglesia es fiel a la misión de denunciar el pecado que lleva a muchos a la miseria, y así anuncia la esperanza de un mundo más justo y humano, entonces se la persigue y calumnia..." “Los que nos declaramos cristianos, estamos obligados a retomar las enseñanzas de Cristo, del Concilio Vaticano II, de Puebla, de Medellín, para cumplir con una auténtica labor pastoral. La “denuncia” es “necesaria para que los hombres buenos vuelvan a los buenos caminos”.Para ello, es necesario, renunciar a todo privilegio extraordinario, a todo compromiso con las estructuras de poder”.

Año 7 - Número 14 Programa de Voluntariado Universidad Nacional de Villa María Secretaría de Comunicación Institucional ISSN: 1669-0133/ 1851-2976 (en linea) Arturo Jauretche 1555 - 5900 - Villa María - Córdoba - Argentina voluntariadoeditorial@hotmail.com Página web: http://webnueva.unvm.edu.ar/index.php?mod=voces

Gracias

El Colectivo Editorial de Solidaridad Global, agradece a la Escuela Superior de Bellas Artes “E. Gómez Clara” de la Ciudad de Villa María, por el aporte creativo y solidario de la Prof. Malena Casasnovas y de sus alumnos. A. la Dip. Andriana Puiggrós y al grupo de trabajo de APPeAL . A Clara Inés Raschi La ilustración de la portada, contraportada y portadas interiores de la presente edición, corresponden a la obra del artista alemán Juan Mauricio Rugendas viajero incansable que residió 11 años en Chile.

Staff: Dirección Periodística: Andrés Cañas y María del Rosario Galarza. Edición y Redacción: Andrés Cañas y María del Rosario Galarza. Diseño Diagramación Pablo Alejandro von Düring y Guillermo Fracarolli. Dirección de Relaciones Institucionales: María del Rosario Galarza. Colaboradores: Jesica Ortiz, María José Rinaldi, María Rosalía Pereyra; Franco Vidoret.


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Espirales de Violencia en América latina

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a mundialización de la forma mercancía y de la violencia contra los sectores sociales y regiones más débiles (capitalismo global con dominio financiero) ha enfatizado el vigor, en lo que va de este siglo XXI, de algunos fenómenos históricos que han caracterizado tradicionalmente al subcontinente latinoamericano y que afectan tanto a su ciudadanía como a los grupos más vulnerables de población, a los trabajadores, por ejemplo, en particular los de las áreas rurales, las mujeres y los jóvenes. En el campo de la ciudadanía, parecen asentarse y perfeccionarse, no sin resistencias, las instituciones de los regímenes democráticos restrictivos que, en la situación latinoamericana y en ausencia de un Estado sólido de derecho, evolucionan con rapidez hacia plutocracias excluyentes, clientelares y venales. Reproducen en su escala lo que sus personajes ven/sienten en los Grandes Centros. El triunfo en el ‘mercado electoral’ chileno del multimillonario Sebastián Piñera parece culminar una primera ronda de este renovado asentamiento abierto por la ‘victoria’ en México de Felipe Calderón (2006), la reelección de Uribe en Colombia (2006) y, en el mismo año, la instalación de los políticosempresarios, Arias en Costa Rica y de Alan García en Perú. El movimiento se cierra, por el momento, con los triunfos de Martinelli (Panamá) y Lobo (Honduras), ambos en el 2009 recién finalizado. Se trata de gobernantes y gobier-

nos inscritos en América Latina cuya tendencia es a adscribirse sin reserva ni pudor al estilo y ritmos de la mundialización actual. Ésta no está encabezada por tecnócratas, sino por plutócratas (capital financiero transnacional) y dirigida por políticos racistas y guerreristas para quienes los ciudadanos y los pueblos, e incluso las empresas productivas, son únicamente o clientelas sumisas o víctimas. En un mundo dominado por la arrogante codicia patriarcal, lo ‘normal’ es la guerra, la vulgaridad sexista o “perreo”, la rapiña. La mundialización tiene ‘color’, es blanca, y ‘cultura’: patriarcal y eurocentrada. Esta cultura hace de sus excesos y desvaríos norma planetaria y organiza a quienes pueden consumir para que ‘disfruten’ de un variado happening cuyo referente final es la autodestrucción y la muerte. La región latinoamericana se configura como un espacio propicio para una cultura de devastación impúdica como la actual. Dotada, más que ninguna otra región del planeta, de agua y bosques, acompañados por riquezas minerales e hidrocarburos, su principal ‘deficiencia’, a los ojos del mercado, es una población mayoritaria que ni produce con la eficiencia requerida ni consume con la opulencia necesaria. A lo más se endeuda, pero no paga y algunos de sus sectores exigen una justicia social a la que

solo pueden reconocer por su ausencia. La anterior percepción, peligrosa porque proviene de quienes tienen poder de aniquilación y lo emplean, pasaría por anécdota si no fuese porque dirigentes políticos latinoamericanos y tecnócratas la asumen, aunque en sus discursos, orientados a los foros y plazas públicas, señalen lo contrario. Por ejemplo, en Costa Rica, país de extendida tradición de gobierno ‘democrático’, más de un 33% de los trabajadores no recibe el salario mínimo legal. Consultado el Ministerio respectivo sobre esta situación ilegal contesta que no tiene recursos para pagar inspectores que controlen la situación. Tampoco tiene previsto solicitar esos fondos. Se podría exclamar ¡Y los trabajadores organizados, por qué no protestan! En Costa Rica la expresión “sindicato” es mala palabra. El término


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Espirales de Violencia en América latina ‘sindicalista’ puede ser utilizado incluso como sinónimo de ‘terrorista pasivo’. Lo anterior, con todo su drama jurídico y social, sería también anécdota, si no fuese porque Costa Rica carece asimismo de una política sostenida para crear fuentes de trabajo o empleos (que no es lo mismo) y la expresión “empleo (trabajo) decente” (FAO) ni siquiera se conoce. Costa Rica es un país pequeño, pero en Argentina los trabajadores rurales que no reciben su pago mínimo llegan al 60% (los temporarios, 100%) y en Honduras, recientemente “favorecida” por un golpe de Estado empresarial-militar, el 50% de los trabajadores recibe menos que los cuatro dólares diarios que les fija la ley. Aunque quisieran no pueden protestar contra sus patrones ,porque éstos hoy están invisibilizados por ‘contratistas de mano de obra’ que, median entre ellos y los trabajadores (formales e informales) que tornan su organización y reclamo un acto heroico e inútil. No es solo que la acumulación mundial de capital avance en zancos y a saltos de canguro, sino que al mismo tiempo crea las condiciones de violencia institucional para que la fuerza de trabajo no tenga ni tiempo ni capacidad para defenderse. La violencia contra la fuerza de trabajo, en particular contra mujeres y jóvenes, en América Latina, se inscribe en los procesos de “flexibilización del mercado laboral” (reemplazo de los empleos permanentes por temporales, empleo a destajo e informal, prohibición expresa o en la práctica de los sindicatos, subcontratación, superexplotación de fuerza

laboral femenina, ausencia de empleo decente y de seguros de desempleo, satanización de las convenciones colectivas). La flexibilización de la fuerza de trabajo a su vez se inscribe finalmente en la región con mayor desigualdad socioeconómica de todos los mundos. En América Latina el 10% más rico se apropia del 48% de los ingresos totales. Al 10% más pobre le toca sobrevivir o malmorir con un 1.6%. Ser opulento, trae prestigio. Y el prestigio convoca al dinero. Quienes ya tienen dinero y prestigio, prefieren perder este último e incrementar su riqueza. Por eso andan como andan, además de bien vestidos, nuestras instituciones y personalidades políticas. Así hoy en América Latina la violencia del capital contra la fuerza de trabajo (modernización) se articula destructivamente con una oligárquica y brutal mala distribución de la riqueza. Y quienes desean prestigio, aspiran a ser políticos de nota para atraer dinero. Y quienes ya tienen dinero aspiran a ser figuras políticas para tener prestigio. Y todos, entre el prestigio y el dinero eligen este último aunque sea a costa de sus pueblos y de la Naturaleza. Tres espirales de violencia: mercado labo-

ral, ausencia de emprendimiento común e instituciones y ‘personalidades’ políticas mercantiles. Y algunos se sorprenden de que se hable aquí de “Estados frustrados” y auge del “crimen organizado” y de que los poderosos de allá y acá busquen militarizar todos los desafíos sociales.


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Adolfo Boy: “La OMC, los agronegocios y la biotecnología, ocupan el escenario de la década del 90 y una vez más la promesa se repite: se acabará con el hambre en el mundo. En realidad se ha acabado con la agricultura…”. Dominique Guillet: “Las abejas trashuman hacia la nada. Las abejas desertan por decenas de millones. Las colmenas se vacían en menos de una semana. Es una nueva catástrofe para el mundo apícola (y sin duda para el mundo entero) puesto que ésta se anuncia de amplitud planetaria. Se llama Síndrome del colapso de las colonias”. Javier Rodríguez Pardo: avizora un año de conflictos mineros en la Argentina: “Un total de 165 proyectos de explotación esperan luz verde este año para avanzar en diferentes etapas de exploración, factibilidad, construcción y explotación. (…) El principal es Pascua- Lama, de la Barrick Gold, en el límite con Chile, a 4.500 metros de altura, en San Juan”. José Luís García Cnel ®: “Cómo deber ser un Sistema de Planeamiento de la Defensa Nacional” , propone como campo de indagación el autor, para afirmar que: “La Ley de Defensa Nacional debería proporcionar los lineamientos de un sistema de planeamiento que parta de la determinación de los objetivos de desarrollo nacional, tendientes a alcanzar el bienestar general”.


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Adolfo Boy

La sobreabundancia de noticias, informaciones y mensajes electrónicos, sin lugar a dudas han contribuido al uso indiscriminado de sinónimos que no lo son; es el caso de seguridad y soberanía alimentarias, que en el torbellino de vocablos se enmarcan en los sistemas alimentarios como sinónimo de agronegocios, que nos han traído la biotecnología, según aseguran, para garantizar el derecho a la alimentación, al tiempo que se apropian del insumo fundamental de la agricultura: la semilla.

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a situación de los sistemas alimentarios está mostrando el deterioro causado por el concepto de crecimiento indefinido, que se materializa, con la creación en Méjico (1943) por la Fundación Rockefeller del CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo) y en 1945 cuando se crea la F.A.O.(ONU) para mitigar los efectos del hambre causados por la segunda guerra, concretamente se le asignaba la tarea de ocuparse de ese gran sector que representan las granjas, los bosques y las pesquerías del mundo, y de las necesidades de los seres humanos de sus productos. Desde entonces en nombre de terminar con el hambre del mundo, se han multiplicado, con presupuestos millonarios, programas, institutos, centros de investigación. La OMC, los agronegocios y la biotecnología, ocupan el escenario en la década del 90 y una vez más la promesa se repite: se acabará con el hambre en el mundo. En realidad se ha acabado con la agricultura y en palabras de Ramón Vera Herrera, liquidar la existencia de la agricultura y sus trabajadores, se convertido en una cruzada: En África, las grandes compañías y famosos hombres

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Sistemas Alimentarios Sustentables de negocios, como Bill Gates y Rockefeller, emprenden la Revolución Verde y la promocionan como la gran salvación para el hambre del continente con paquetes tecnológicos que lo último que buscan es la autonomía de los campesinos. Tanto nuestra experiencia como los datos proporcionados por FAO, nos indican que los agricultores son desplazados y sus ingresos, cuando los logran, provienen del comercio, los servicios y dinero en remesas enviadas por los que migraron a países con mayores posibilidades de empleo. De todos modos es la agricultura la principal forma de subsistencia de las familias rurales pobres. Lo escandaloso es que a la FAO le parezca grave que todavía vivan de la agricultura. En su visión deberían haber desaparecido: “los pobres encuentran dificultades para escapar de su situación”. El mismo R.V. Herrera indica que en este escenario, el Fondo de Población de Naciones Unidas afirma que en 2008, por primera vez en la historia, más de la mitad de la población mundial, 3 300 millones de personas, vive en áreas urbanas. Se calcula que serán 5 mil millones hacia 2030. Entre 2000 y 2030, la población urbana se duplicará en África y Asia. Durante más de 20 años, hemos repetido el Informe Brundtland de las Naciones Unidas, con el consabido concepto del desarrollo sustentable (no todos estamos convencidos que sea sinónimo de sostenible), argumentando que el crecimiento económico debe ser ecológicamente sostenible. Sin embargo, Herman Daly, sostiene que la economía es un subsistema dentro de un ecosistema finito (limitado), sin crecimiento y materialmente cerrado, es decir, no entra ni sale materia, de manera que utiliza el ambiente como fuente de materia y depósito de desechos. Desafortunadamente, argumenta Daly; el crecimiento de la actividad humana ha ido tan lejos, que está acabando con la capacidad del ecosistema de soportar la vida humana. Los términos: crecimiento y desarrollo, distan mucho de ser sinónimos, Daly establece la diferencia en forma concreta y concluye que: el crecimiento económico indefinido es imposible. Como consecuencia “debemos abandonar el crecimiento (cuantitativo) en favor del desarrollo (cualitativo)”. En un escrito reciente, Joan Martinez Alier actualiza los pronósticos de Daly y cuestiona que se siga

haciendo referencia al Informe Brundtland: Sabemos sin embargo, que el crecimiento económico no es sostenible ecológicamente. M. Alier es catedrático del Departamento de Economía e Historia Económica de la Universidad Autónoma de Barcelona y explica dos razones por las cuales el crecimiento no es sostenible, primero: La economía industrial agota los recursos y hace desbordar los sumideros de residuos. Se acerca el pico de la curva de Hubbert, a los 90 o 100 millones de barriles por día. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha estado creciendo en los años 2000 a 2 ppm por año, y a este ritmo llegaría a 450 ppm solo en treinta años más. La crisis de sobre-oferta de viviendas del 2008 en Estados Unidos, Gran Bretaña, España financiadas por crédito fácil (deudas que crecen exponencialmente) se une a una crisis por el lado del costo de las materias primas al mantener la OPEP sus límites de extracción, al haber aumentado la demanda en la China e India, y con la ayuda de la escasez física a más largo plazo por la llegada inminente al pico de Hubbert. Por lo tanto, en el 2008 y 2009, las emisiones de dióxido de carbono de algunas economías dismimuyeron, pero la tendencia ha sido creciente en la década anterior tras Kyoto. Habría que bajar las emisiones a la mitad pero la trayectoria ha sido de aumentarlas al doble en 25 años!

En segundo lugar , la energía no es reciclable, y los materiales son reciclables en la práctica solamente en parte. De ahí la continua búsqueda de nuevas fuentes de energía y de materiales en las “fronteras de la extracción”, para sustituir la energía y los materiales que han sido disipados y para asegurarse nuevos suministros. Eso da lugar a movimientos de resistencia en esas fronteras. Estas fronteras, de las que habla M.Alier, las podemos visualizar en Paraguay donde los agronegocios, motorizados por empresarios brasileros, avanza sobre los pequeños agricultores con una violencia inusual, Javiera Rulli describe la realidad: “Los migrantes en las ciudades paraguayas son, casi en su totalidad, campesinos o de origen campesino. Al analizar los destinos migratorios de los familiares de la muestra estudiada en las comunidades, se observa que entre los lugares más frecuentes figuran;… fuera del país Argentina y España”. También el este boliviano, muestra los efectos negativos del modelo de monocultivos, en este caso, introducido por argentinos y brasileros, las consecuencias de dicho crecimiento, no son solo ecológicas, sino funda-


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Sistemas Alimentarios Sustentables tunidades de trabajo ni infraestructuras que alcancen. Los costos materiales y sin duda humanos de esta problemática son muy superiores a los subsidios agrarios de los países industriales. Biotecnología y Seguridad Alimentaria

mentalmente de naturaleza social. En Argentina la situación es descrita por Francisco Loewy , describe la misma realidad y señala la paradoja de que: “Aún incrementando su productividad, el campo argentino se vacía de presencia humana. Languidecen la mayoría de las poblaciones del interior, mientras que en los polos de concentración urbana se acumula sociedad argentina, como a su economía, un absurdo marco de estrechez” una sobrecarga poblacional sin espacio, sin suficientes opor-

La difusión de los eventos biotecnológicos tuvieron -es importante remarcar que ya no son utilizados- como argumentos para su aprobación y aceptación por la sociedad: la menor utilización de agrotóxicos, luchar contra los subsidios europeos y terminar con el hambre del mundo. Sobre el fraude al menor uso de agrotóxicos y los subsidios europeos, no nos referiremos en esta ocasión, pero podrán encontrar numerosos documentos en www.grr.org.ar . Vamos al fundamento de terminar con el hambre del mundo, es decir que, de cumplirse esta promesa, se estaría logrando la tan preciada seguridad alimentaria, siempre con la óptica de que es necesario producir cantidad creciente de alimentos, ya que siempre se partió de la premisa que es la falta de alimentos la causa del hambre. Por el contrario, el premio Nobel de economía de 1998, Amartya Sen, demuestra, con la experiencia de su país natal, India, que el hambre no es el resultado de la falta de cantidad de alimentos, y debe ser focalizado desde la capacidad (entitlements) que las personas tienen de acceder a los alimen-

tos. Dentro de dichas capacidades están las posibilidades de comprarlo o de producirlo, para ser autosuficiente debe tener, como mínimo: tierra y semillas, ejercería, en esas condiciones la soberanía alimentaria, ya que según la propuesta de La Vía Campesina la soberanía alimentaria, se define como el derecho de los pueblos, de sus países o uniones de estados a definir sus propias políticas ecológicamente sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos, garantizando su derecho a una alimentación nutritiva, segura y culturalmente apropiada y a un medio ambiente sano, sin dumping frente a países terceros y con pleno acceso a la tierra, al agua y a las semillas. Estas políticas deben tener como base la pequeña y mediana producción, respetando la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción y comercialización agropecuaria y de gestión de los espacios rurales, donde las mujeres desempeñan un papel fundamental. Se garantiza así la seguridad alimentaria de los pueblos, protegiendo el derecho de los agricultores a producir alimentos, y el derecho de los consumidores a poder decidir lo que quieren consumir, cómo se produce y quién lo produce. No es una demanda exclusiva del ámbito rural. La democratización de los alimentos es un derecho universal. Efectivamente, la consecución de un desarrollo rural sostenible basado en los principios de la soberanía alimentaria tiene un efecto inmediato en el aumento de la seguridad alimentaria a escala planetaria. Al mencionar el derecho de agricultores y consumidores, debemos tener en claro que estamos aceptando la interpretación secular del Iluminismo, que se trata de una licencia, excepción o privilegio otorgado por el poder, esta doctrina, proviene de la concepción religiosa del “derecho divino de los reyes” que al secularizarse la sociedad, quien garantiza el derecho es el estado. La debilidad básica del concepto de derecho, es que este asume una relación, un contexto en el cual el derecho tenga sentido. Para existir, los derechos deben ser reconocidos y garantizados; para ser funcionales, deben tener autoridad legal. En Italia, la primera reunión del G8 sobre agricultura en Cison di Valmarino, en cuya declaración final, con evidente desgano, se aceptan erro-


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Sistemas Alimentarios Sustentables res, pero que nos sorprende al anunciar “un futuro lleno de contradicciones”. En su comunicado Vía Campesina, comenta al respecto: “El G8 no podrá nunca aliviar el hambre en el mundo tomando decisiones a puerta cerrada, en ausencia de los actores principales del debate mundial sobre agricultura:- los millones de campesinos y familias de agricultores, hombres y mujeres, que alimentan al mundo”. Vemos en esta actitud, como los gobiernos (¿estados?) han cedido ante los agronegocios, Vía Campesina, marca su rechazo a esta “privación de derechos” en su escrito enfatiza las contradicciones del comunicado final, cuando dice: “los campesinos tienen que ser los principales protagonistas” suena particularmente vacía cuando la reunión de este fin de semana fue explícitamente planificada para limitar el acceso de las organizaciones campesinas y reducir su visibilidad. El G8 realizó el encuentro en un castillo aislado en las montañas, y el ministro de Agricultura italiano rechazó reunirse con representantes de las organizaciones de la sociedad civil italianas e internacionales que querían expresar sus opiniones. Los agronegocios, han avanzado en coptar “derechos” de manera progresiva e “invisible”, como lo documenta Brewster Kneen en Cargill, Gigante Invisible. Kneen, en su publicación mensual The Ram´s Horn, en un trabajo denominado El derecho a la alimentación, analiza el poder ejercido por las corporaciones al reclamar “Derechos de Obtentor” (Plant Breeders Rights), que es avalado por el estado, y que le quita el derecho al agricultor a guardar y multiplicar su semilla. Hoy, las corporaciones, parecen tener el poder de simplemente acotar y explotar derechos; por el contrario, los reclamos de derechos, de los menos poderosos, deben ser expuestos en los estrados judiciales del poder dominante, es decir, desde una posición de debilidad. De esta manera ,“el derecho, afirma Kneen, se transforma en un sustituto del verdadero objeto del derecho, esto es: el derecho a la alimentación” Conclusiones y propuestas En el contexto de crisis global: energética, económica y en pleno cambio climático, es para nosotros fundante que se admita que ha fracasado la OMC como propuesta de

que el mercado globalizado solucionaba todos los problemas de la humanidad, concretamente reducir a la mitad el hambre del mundo para el 2015, en concordancia con las metas del Milenio. No menos importante es tomar conciencia que es imposible apostar al crecimiento como salida a la crisis universal, ni siquiera en forma temporaria. Si la sociedad logra niveles de sentido común que le permita este cambio de mentalidad, se encenderá una luz de esperanza sobre la humanidad y el destino de nuestro planeta. En caso contrario, el modelo de agricultura de escala petróleo ( p agrocombustibles) -dependiente, para producir commodities e exportación, seguirá desplazando poblaciones rurales hacia las ciudades para vivir en creciente precariedad e inseguridad, creando un escenario de serio riesgo alimentario ante la mayor deforestación, creciente uso de monocultivos y paquetes tecnológicos con mayor uso de agrotóxicos, que necesariamente llevan a la dependencia de alimentos de origen distante, de alto insumo energético en flete, embalaje, frío, ocasionando gran cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) y montañas de basura evitable. La propuesta de la Vía Campesina en el ya mencionado comunicado sobre el G8 reunido en Italia, es bien concreta: Las instituciones existentes de la ONU deberán estar en el centro de la solución de la crisis actual, no el Banco Mundial y el FMI representados por la Alianza Mundial. Cualquier política verdadera para poner en el centro a los campesinos, y la agricultura sostenible rechazaría la agenda de libre comercio y la alianza mundial y permitiría a los estados proteger los derechos de sus pueblos a trabajar y a alimentarse.

Los campesinos, que representan cerca de la mitad de la población activa del mundo, son los primeros en ser afectados por el hambre y la desnutrición. Esta nueva visión de la realidad nos llevará a redescubrir el significado profundo del trabajo, que ante el creciente desempleo, nos plantea necesariamente la contradicción de considerar como sinónimos empleo y trabajo. Resulta evidente que en el presente y futuro próximo, no será posible generar más empleos, sin embargo, sí es posible asignar trabajo para muchos en la producción de alimentos. Pero es preciso reflexionar cual es el valor que tiene en nuestra sociedad el trabajo y en especial el trabajar la tierra para la subsistencia. No hace mucho podíamos leer sobre China, como acicate a mayor producción de commodities: “… el aumento en la calidad de vida de la enorme masa de trabajadores urbanos salidos de la agricultura de subsistencia y “occidentalizados” prevé una mayor demanda en otro tipo de manufacturas y bienes durables…” Similares conceptos son frecuentes entre nosotros, y encierran la idea de que el “progreso” es un empleo urbano, que “obtener el pan con el sudor de la frente” trabajando la tierra es indigno.


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Dominique Guillet

Hoy encontramos que más del 75% de los cultivos que nutren la humanidad y el 35% de la producción de alimento dependen todavía de los polinizadores, es decir, en mayor parte abejas. Pero las abejas estan desapareciendo. El único enemigo verdadero de la abeja, su solo predador a la escala planetaria, es el hombre moderno. Albert Einstein previno a la humanidad: “si la abeja desapareciera de la superficie del globo, el hombre no tendría más que cuatro años a vivir, no más polinización, no más hierba, no más animales, no más hombres”.

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as abejas trashuman hacia la nada. Las abejas desertan por decenas de millones. Las colmenas se vacían en menos de una semana. Es una nueva catástrofe para el mundo apícola (y sin duda para el mundo entero), puesto que, ésta se anuncia de amplitud planetaria. Se llama “síndrome del colapso de las colonias”. En los E.U.A., los expertos apícolas están totalmente desorientados. Hasta invocan un “misterio”. En efecto, las abejas desaparecen “limpiamente” sin dejar cadáveres. Las colmenas llenas de miel y de polen no son saqueadas por otras abejas u otros insectos; es una maldición que se cierne sobre las colmenas. Sin embargo, los expertos apícolas no desesperan de encontrar la poción milagrosa, de salvar, una vez más, su industria puesto que así la califican. Pusieron sobre la huella de las abejas dadas por desaparecidas los mejores detectives-virólogos. El reto es inmenso: no hay abejas, no hay polinización, no hay cosechas, no hay dólares. El bípedo que se autoproclamó amo de la esfera planetaria está muy enojado. Las abejas hacen la huelga de la polinización, las travie-

Réquiem para nuestras abejas

Primera parte


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Réquiem para nuestras abejas sas se niegan a libar. Pues, es que ¿Qué no tendrían ningún reconocimiento las abejas para esta “industria apícola”?; la que las mimó durante decenas de años prodigándoles; 1) un hogar: con bellas colmenas todas cuadradas; 2)las mejores medicinas: los antibióticos más potentes (como la terramicina) y los acaricidas más performantes (Apistan y el muy novedoso Hivastan); 3) alimento a saciedad: sabroso azúcar blanco de remolacha, jarabe de maíz procesado a partir de los mejores caldos transgénicos y, claro está, complementos nutricionales (elaborados, por ejemplo en los E.U.A., a partir de aceite de algodón transgénico, de aceite de soya transgénica, de aceite de colza transgénica…); 4)viajes todo pago sobre miles de kilómetros para descubrir los desiertos agrícolas occidentales; 5) un botín asegurado gracias a los monocultivos tan extensos que se pierden de vista al salir de la colmena; 6) polen y néctar enriquecidos con un cóctel de moléculas aperitivas: fungicidas, insecticidas, herbicidas; Y 7) procreación asistida con una selección de las mejores reinas inseminadas artificialmente. Una catástrofe dentro de poco planetaria En diciembre de 2006, la universidad de Pennsylvania hizo una encuesta involucrando a varios apicultores de la región este de los E.U.A. Estos apicultores (dueños de 200 a 3000 colmenas) habían sufrido pérdidas del 30% y hasta el 90% de su colmenar. Para uno de los apicultores, solamente 9 colonias habían sobrevivido sobre 1200. En el conjunto de los E.U.A, desde el final del otoño de 2006 las pérdidas registradas son del orden del 60 % en la costa oeste hasta el 90 % en algunos estados del este y del sur del país. Según las últimas estimaciones, son cerca de 1,5 millones de colonias que habrían muerto en los E.U.A. y 27 estados están afectados. Recordamos que el número de colmenas era de 6 millones en 1947 y de sólo 2,4 millones en 2005. En Francia, la pérdida de colonias se estima entre 300.000 y 400.000 cada año, y esto desde 1995. El invierno 2005/2006 fue particularmente dramático puesto que desaparecieron entre el 15% y el 95% de las colonias, según los apicultores . En abril 2007,

en la Martinica, un apicultor perdió 200 colonias en el espacio de pocos días. En el Québec, un promedio del 40% de las colmenas se reportaron vacías en el pasado invierno. Sin embargo, algunos apicultores han perdido hasta el 75%, e incluso el 100% de sus colonias. En Ontario, Canadá, el invierno pasado algunos apicultores reportaron desertadas hasta 60% de sus colmenas y, cerca del 40% para el colmenar a nivel nacional . Las cifras avanzadas son de 400.000 colmenas vacías para Polonia, 600.000 colmenas vacías para España. En Alemania, según Manfred Hederer, presidente de la Asociación Alemana de Apicultores, el 25% de las colonias habrían sido diezmadas pero algunos apicultores reportan hasta 80% de pérdidas de sus colmenas. En Taiwán, en abril de 2007, se publicaron los primeros informes de una misteriosa desaparición de abejas. Un apicultor reportó la pérdida de 80 de sus 200 colmenas. En Suiza, algunas regiones lamentan la pérdida del 80% de sus colonias . Las pérdidas nacionales serían de la orden del 30%, pero ciertos apicultores han perdido la tota-

lidad de sus colonias. Había 45.000 apicultores en Suiza en 1900. Sólo quedan ahora 19.000 pero esta cifra está a la baja. Entre las dos guerras mundiales había 350.000 colmenas. Hoy, sólo quedan 190.000. El síndrome del colapso de las colmenas hace estragos en Portugal, Grecia,Austria e Inglaterra. ¿Es el síndrome del colapso de las colmenas un ultimátum? ¿Sería una llamada desesperada de las abejas con el fin de despertar a la humanidad? Síndrome del colapso de la colmena En los E.U.A., este síndrome fue calificado recientemente de “Colony Collapse Disorder” y reemplazó denominaciones tales como “colapso del otoño”, “Enfermedad de mayo”, “Enfermedad de desaparición”,entre otras. En Inglaterra, el síndrome es calificado de “Fenómeno María Celeste” (nombre del barco cuyo equipaje se volatilizó en 1872).


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Réquiem para nuestras abejas ¿Cuáles son los síntomas de este síndrome? En las colmenas ya colapsadas: 1) Ausencia total de insectos adultos en la colmena, con pocas o ninguna abejas muertas dentro o delante de ella; 2)infección considerable de las pocas abejas que se encuentran todavía en la colmena. Todos lo virus conocidos como nefastos para las abejas están presentes, así como hongos. Algunas abejas están afectadas por media docena de virus; 3)presencia de cresa operculada; Y 4)presencia de reserva de alimento dentro de la colmena, miel y polen que primero, no son saqueados de inmediato por otras abejas y segundo, cuando están atacados por parásitos tales como la Falsa Polilla (Galleria mellonella) o el Pequeño Coleóptero de las colmenas (Aethina tumida,) sólo lo son tardíamente. En las colmenas que se están colapsando:1) El número demasiado restringido de las trabajadoras no les permite ocuparse de la cresa: 2) las trabajadoras son principalmente jóvenes adultas: 3) la reina está presente; Y4) el enjambre se niega a consumir alimento traído, tal como jarabe de maíz o suplementos proteínicos.

los paisajes agrícolas que resultan, han evolucionado considerablemente estos últimos años, de tal manera que, ahora los polinizadores muchas veces son demasiado escasos para poder polinizar los cultivos de manera confiable y eficiente. Nuestros resultados aportan un vibrante recuerdo sobre el papel esencial que juegan

Pesticidas y campos de la muerte

Otoños sin frutas En los E.U.A., son 90 las plantas alimenticias que son polinizadas por las abejas. Se estiman a 14 mil millones de dólares el valor comercial de los cultivos polinizados por las abejas. En Florida , la cosecha de manzanas esta comprometida. Solamente para las manzanas (polinizadas al 90% por las abejas), el valor es de 2,1 mil millones de dólares. En todo el planeta, las abejas son las portadoras de polen, ellas son las polinizadoras por excelencia. Según Bernard Vaissière, especialista de los polinizadores del INRA, “Hoy encontramos que más del 75% de los cultivos que nutren la humanidad y el 35% de la producción de alimento dependen todavía de los polinizadores, es decir, en mayor parte abejas. Pero las prácticas de producción y

res. En 2007, dado la emergencia, los E.U.A. llamaron a Australia para la importación masiva de colonias de abejas. La competencia hizo furor en abril entre los vergeles de manzana de los estados de New-York y de Pennsylvania, y los productores de mirtillos en el estado del Maine.

los polinizadores en nuestra vida cotidiana, en particular a nivel de nuestra alimentación puesto que su actividad polinizadora nos permite tener numerosos productos alimenticios esenciales pero también agradables como el café, el chocolate y los frutos de cáscara, y la mayor parte de las frutas y vegetales”. En los E.U.A., sobre las 2,4 millones de colmenas que hay en el país, se alquilan habitualmente 1,5 millones para servicio de polinización. La situación es tan catastrófica que en 3 años el costo de renta de una colmena casi triplicó para llegar a 135 dóla-

Las abejas desaparecían tanto en las regiones agrícolas invadidas por quimeras genéticas como en las regiones agrícolas en las cuales no son cultivadas, o solamente en parcelas experimentales. ¿Existe entonces un denominador común? Según el profesor Emérito Joe Cummins , de la Universidad de Ontario, el denominador común es: “El uso generalizado de semillas envueltas con pesticidas sistémicos tanto para los cultivos convencionales como para los cultivos genéticamente modificados; en particular, la aplicación muy común de una clase, relativamente novedosa, de insecticidas sistémicos, los Neonicotinoides, que son altamente tóxicos hasta en bajas concentraciones, para los insectos incluyendo las abejas. Las envolturas con insecticidas sistémicas protegen las jóvenes plantitas durante la primera fase, más vulnerable, de su desarrollo. Estas envolturas las constituyen insecticidas y fungicidas sistémicos, que actúan muchas veces en sinergia. Los insecticidas de la clase de los Neonicotinoides incluyen la imidacloprida, el tiametoxam, el clotianidine y otros más. La imidacloprida es muy común para la envoltura de semillas de legumbres y de cultivos a campo abierto, en particular el maíz, la colza y el girasol. La imidacloprida se detecta en los suelos, en los tejidos vegetales y en los pólenes usando la espectrometría de masa y la “cromatografía liquida de alto rendimiento”. Las tasas de concentración de insecticida en el polen permiten pensar que las abejas podrían sufrir lesiones cerebrales. Desde el año 2000, los apicultores de Francia e Italia han descubierto que la imidacloprida era fatal para las abejas y sospechan que este insecticida puede provocar el ocaso de las colonias afectando el sentido de orientación de la abeja y su capacidad de regresar a su colmena”.


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Réquiem para nuestras abejas Numerosos estudios realizados en Europa pusieron en evidencia los daños de la imidacloprida:1) Un equipo de científicos descubrió que, el polen producido por plantas procedentes de semillas envueltas con imidacloprida contenía concentraciones significativas del insecticida y, sugirió que el polen contaminado era una de las principales causas del síndrome del colapso de las colonias; 2) análisis de girasol y de maíz procedentes de semillas envueltas con imidacloprida indicaron que grandes cantidades del insecticida eran llevadas por las abejas dentro de las colmenas ; 3)abejas nutridas con soluciones azucaradas conteniendo 500 o 1000 ppb (partes por mil millones) del insecticida no podían regresar a su colmena y desaparecían. Las que eran nutridas con soluciones azucaradas conteniendo 100 ppb (partes por mil millones) del insecticida regresaban sólo después de 24 horas a la colmena; 4)abejas nutridas en laboratorio con soluciones conteniendo imidacloprida perdían sus capacidades de comunicación durante varias horas ; Y 5)un estudio realizado en laboratorio en el año 2006, en Carolina del Norte, E.U.A., pone de manifiesto que la sinergia de los neonicotinoides con fungicidas muy comunes (tales como Terraguard y Procure) acrecentaba en 1000 veces la toxicidad de estos neonicotinoides. Cuando el imidacloprida se usa para luchar contra las termitas, esta sustancia las desorienta totalmente (Los insectos no pueden reencontrar el termitero) y destruye completamente su sistema inmunitario. Según Jerry Hayes, responsable de la sección apícola de los servicios agrícolas

del estado de Florida, el imidacloprida se usa ahora no sólo para la envoltura de las semillas, también en pulverizaciones foliares, en sistémicos y en sinergia con fungicidas. Este pesticida se encuentra sistemáticamente en el polen de las flores. Según la Universidad de Carolina del Norte, el imidacloprida usado para envol-

ver las semillas se encuentra en el polen del maíz, del girasol y de la colza, en concentraciones peligrosas para las abejas. El imidacloprida destruye la memoria y los procesos cerebrales de la abeja, muy particularmente las zonas del cerebro relacionadas con los recuerdos recientes. Puede que la ingestión de polen fresco o almacenado no sea sinónimo de mortandad sino más bien de perturbaciones de los procesos de memoria de las abejas quienes, desorientadas, no encuentran más el camino de la colmena. En los E.U.A., todas las semillas transgénicas de algodón, soya, maíz y colza están envueltas con neonicotinoides. Además, la zona refugio se trata con neonicotinoides. Esta zona refugio es una suerte de campo de la muerte para los insectos y ha sido colocada desde el año 2000 por la Agencia de Protección del ambiente que no tiene ningún

medio de verificar su aplicación y que se remite, para ello, a las empresas de biotecnología. Así, por ejemplo, Monsanto pide a los agricultores transgénicos, sembrar el 20% de su área cultivada con variedades convencionales con el fin de crear unos “refugios” para desalentar la evolución de los insectos resistentes a los transgénicos. Se les solicita usar insecticidas sólo cuando el ¡nivel de infestación pone en peligro la viabilidad económica de su cultivo! Así la variedad OGM de Monsanto, el “YieldGard Corn Borer” (con un gen de Bt) debe sembrarse a razón de 80% de la superficie: los 20% que quedan constituyen un “refugio” para sembrar con cualquier otra variedad que no sea “Bt”. Los agricultores que no respeten esta cláusula pueden ser castigados por Monsanto, ¡quién puede negarles un acceso ulterior a esa tecnología de punta! Para concluir: el agricultor se verá privado de OGMs “Bt” si no acepta hacer un “refugio” con variedades convencionales tratadas a muerte por los insecticidas más tóxicos. De hecho, la primera flaqueza de la abeja es ser un insecto y por lo tanto ser altamente susceptible a los insecticidas . Su segunda flaqueza es su poca capacidad para resistir o para mutar. Por lo menos, los demás insectos “salvajes” han guardado esa capacidad de mutar muy rápidamente; Y, no se privan de hacerlo.


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Pasa lo mismo con las “malas hierbas”. En los E.U.A., las adventicias se han vuelto estrictamente resistentes al RoundUp ( glifosato de Monsanto). Los agricultores no tienen otra opción que usar mezclas de herbicidas para limpiar sus campos. En particular, los campos de soya transgénica son invadidos por amarantos salvajes. El Gaucho y el Regent liberados de la aduana por los expertos europeos “independientes”. En enero de 2006, la Unión nacional de la apicultura francesa (Unaf, 2.000 miembros, y 48% de las colmenas francesas) expresaba sus temores de ver de nuevo autorizados el Gaucho y el Regent TS. Los temores de la Unaf eran muy justificados A fines de enero de 2007, el sitio figaro.fr informa que: “Los resultados de la encuesta multifactorial de la Afssa sobre los desórdenes de la abejas comprobados en Franciaa mediados de los años 1990 todavía no se han visto. No deberían ser vistos antes de mucho tiempo. En efecto, el laboratorio de Sofía-Antipolis está esperando la llegada de un estadístico para tratar el montón de datos acumulados entre 2002 y 2005. El atraso se debe a problemas presu-

puestarios. ¿Problemas presupuestarios en la Afssa? ¿Posiblemente los apicultores deberían cotizarse? ¿Posiblemente la Afssa podría emitir una tómbola o pedir una subvención a Bayer Crop Science? El 2 de febrero de 2007, una propuesta de resolución es presentada a la Asamblea Nacional por el diputado Jacques Remillet, “tendiendo a la creación de una comisión de encuesta sobre las causas del exceso de mortandad en las colmenas francesas”.

kilos por colmena), ésta cayó 10.000 toneladas en 10 años, o sea, una baja de 1000 toneladas por año. De hecho, la producción de miel pasó de 33.000 toneladas a 16.500 toneladas, de 1995 a 2003”. Durante el 16avo Congreso Nacional de la Apicultura Francesa, que tuvo lugar en Bourg-en Bresse del 13 al 15 de octubre de 2006, la unidad abeja de la Afssa indicó que las mortandad de abejas durante el invierno de 2005 ha sido importante (sobre las 18 colmenas encuestadas, se comprobó un promedio de mortandad de 74%).. Enero de 2007: el estudio multifactorial prospectivo 2002/2005 de la Afssa, cuyas conclusiones acaban de ser conocidas, muestra que las causas del exceso de mortandad de las abejas son de origen multifactorial. No se puede invocar una causa única.Se destacan: parásitos (varroa y Nosena Ceranae) y la falta de biodiversidad (sobre todo por falta de alimento de calidad para las abejas: polen). La Afssa indica que 125 colonias de abejas han sido observadas en cinco estados, con cuatro visitas por colmenar por año durante tres años (entre los años 2 003 y 2005). De hecho, el diputado precisa en una nota que los resultados son conocidos pero no publicados.

En la memoria explicativa

Dos conclusiones merecen ser subrayadas

“Desde hace diez años, la apicultura en Europa y en especial en Francia vive la crisis más grave de su historia. De este modo en Francia, 1500 apicultores paran su actividad cada año desde hace 20. Mientras que el promedio de edad aumenta para llegar hoy a los 65 años, 5.000 empleos relacionados con la apicultura están directamente amenazados. Con una producción de 33.000 toneladas de miel (alrededor de 33

UNO. Los expertos europeos confirman claramente las conclusiones del informe de la Afssa sobre la ausencia de riesgo del insecticida Fipronil para la salud humana: ningún potencial genotóxico o cancerígeno ha sido puesto en evidencia. El mecanismo de inducción de los tumores tiroidianos fue discutido por los expertos y considerado como una reacción específica de las ratas y no significativa para los humanos. Ninguna


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Réquiem para nuestras abejas toxicidad a nivel de la reproducción o del desarrollo ha sido observada. Los estudios neurotóxicos específicos no revelan ningún elemento histopatológico en el sistema nervioso. Sin embargo, siendo el Fipronil tóxico en caso de inhalación, de ingestión o de exposición cutánea intensiva, el informe propone la clasificación T (tóxico), incorporándolo así a la numerosa lista de productos tóxicos de la farmacopea actual. DOS. Según los expertos europeos, el uso del Fipronil vinculado al tratamiento de semillas de maíz y de girasol no representa ningún riesgo para las abejas que liban:ningún efecto contrario relativo a la mortandad de abejas y su sobrevivencia fue observado en el conjunto de estudios llevados a cabo bajo túnel. Además, los expertos notaron que no había ninguna evidencia convincente, permitiendo atribuir los incidentes –de mortandad de abejas- al uso del fipronil, excepto un solo caso, atribuido a una mala calidad de envoltura de girasol. Conclusión: en el año 2004, el ministerio toma una decisión en la vaho científica deseando aplicar el principio de precaución a la espera de las conclusiones científicas (Afssa, Effsa). En tanto las conclusiones liberan los productos incriminados dos años después de su suspensión (Gaucho y Regent). Referente a esto, la entrevista de Hervé Gaymard concedida a la revista VSD, el 18 de noviembre de 2004, revela la presión mediática de la época: en el asunto del Regent y del Gaucho, hubo un fuerte interés mediático que, sin duda, se relacionaba con las elecciones regionales del 2004. Pero el problema es que los estudios científicos dicen hoy que esa mortandad de las abejas no se debería solamente a los pesticidas involucrados y aquí, ni una sola palabra en ninguno de las noticias de las veinte horas. Se aplicó la ley del embudo… ¿Por qué estos nuevos estudios serían menos confiables que los demás que llevaron a prohibir los dos pesticidas? Esto que demuestra que la mortandad de las abejas también se comprueba en estados donde estos productos no fueron utilizados. Sin embargo, siempre según el sitio figaro.fr , precisamos que: “La encuesta de la Afssa revela en particular que en los cinco estados, las diferentes “matrices” (miel, cera, polen) están contaminadas con dosis débiles por productos fitosanitarios agríco-

las (imidacloprida, fipronil, endosulfan, deltametrina, paration-metil y otros). Están contaminadas también por residuos de sustancias (cumafos, y fluvalinata) utilizados por apicultores para luchar contra las enfermedades provocadas por el varroa, un ácaro parásito que invadió las colmenas del mundo entero a partir de los años 90. Un

solo caso de mortandad debido a una toxicidad aguda fue constatado, los análisis revelaron después la presencia de endosulfan y fluvalinata en las abejas muertas. Además, según los investigadores de la Afssa: hemos constatado varias prácticas apícolas inadecuadas. Entre ellas, el uso de productos no homologados para el tratamiento de la varroasa y las anomalías relativas a la alimentación de las abejas, que fueron sospechadas por el estado de ciertas colmenas, las que pudieron tener consecuencias sobre la salud de las colonias. Del principio de precaución… ¡para la

salud financiera de las multinacionales de la agro-química! La primera pregunta que se plantea es saber si se puede confiar en los científicos de la Afssa y en los expertos Europeos. Según la fórmula consagrada, ¿son expertos “independientes” supeditados a la agroquímica? En efecto, todo hace pensar que este informe está a la altura del expediente relativo al escándalo de los pesticidas en Francia desde 1941. El expediente de la apicultura apesta a mentira, apesta a corrupción, apesta a chanchullos, apesta a desinformación. Basta leer el capítulo "El asunto del gaucho, la verdad está en otra parte" de la obra de Nicolino y de veillerette “Pesticidas. Revelaciones sobre un escándalo francés” . Al leer esta obra, está claro que la mafia de los pesticidas, la mafia de la agro-química tomó la agricultura y el pueblo como rehenes en Francia (y sobre todo el planeta). ¿Podemos confiar en la dirección del INRA, en la dirección de la Afssa, en la dirección de la DGAL, en vista de lo que se urde en este país desde hace 60 años? No, mil veces no. ¿Podemos confiar en los expertos europeos que vienen de liberar el Gaucho y el Regent, cuando se sabe que estos señores son de hecho expertos de la Effsa en Bruselas, dirigida ésta desde febrero de 2006 por la Señora Geslain-Lanelle? Con el riesgo de enfadar, estaríamos propensos a decir no, mil veces no. La Señora Geslain-Lanelle encabezó la DGALentre los años 2000 y 2003 y su manejo del expediente Gaucho y Regent, a la época, no fue muy brillante. Para citar Nicolino y Veillerette “Bajo Guillou y Geslain-Lanelle, el manejo del expediente demostró ampliamente que la administración francesa apoyaba los intereses industriales contra los de la salud pública”. No lo dudamos ni un instante. Y esto dura desde hace decenas de


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Réquiem para nuestras abejas años. Prueba de ello, la mortandad de las abejas, la contaminación de la casi totalidad de nuestros ríos y capas freáticas (ver los estudios del Ifen) y Francia que se muere de cáncer y otras enfermedades mutágenas, teratógenas, etc. (ver los trabajos del Profesor Belpomme). Queda un punto importante: según los diputados: “Si las libadoras son tan importantes para la biodiversidad como lo dicen los investigadores y los apicultores, la pregunta del exceso de mortandad de las abejas debe ser tratada por una comisión de encuesta”. Señores Diputados, el exceso inexplicado de mortandad de las abejas (e inexplicable cuando se liberan con visto bueno el Gaucho y el Regent) existe desde 1992. Entonces, ¿Por qué haber esperado 15 años antes de proponer la constitución de una comisión de encuesta? ¿Porque la catástrofe no estaba a este punto tan catastrófica como para poner en peligro la polinización de especies agrícolas? ¿Por qué había cosas que esconder? Otra pregunta esencial: ¿cómo los expertos europeos pueden ahora liberar el Gaucho cuando la imidacloprida, su principio activo, está ahora considerablemente incriminado del otro delAtlántico? ¿Sería posible que los expertos agrícolas de las universidades norteamericanas seann demasiado numerosos para que las multinacionales de la agro-química puedan amenazarles? Referente a este tema, este extracto del obra de Nicolino y Veillerette es muy revelador: “La hecatombe se volvió tan monstruosa que en enero 1999, el ministro

de la agricultura en turno, el socialista Jean Glavany, suspende el uso del Gaucho pero sólo sobre el girasol. Chillidos de Bayer y demanda delante el Consejo de Estado. Y sigue el baile, llevado con maestría. Gerard Eyries, director de marketing de BayerAgro Francia, declare con un sentido del humor muy peculiar: Más pronto conven-

ceremos al ministerio de la inocuidad de nuestro producto sobre las abejas, más pronto podremos poner nuestro producto en el mercado”. Un poco más tarde Bayer publica un folleto extraordinario titulado “A propósito de la salud de las abejas”. Puede verse sobre la cubierta dos abejas en sombra chinesca, sobre fondo de sol poniente. El propósito es bastante grueso, trata de demostrar, con muchas lágrimas de cocodrilo, que las abejas son muy infelices, víctimas de una infi-

nidad de enfermedades y virus. ¡Suerte que tenemos el Gaucho, suerte! Extracto del último capítulo: Es evidente que si la sociedad Bayer no fuese convencida de la inocuidad del Gaucho, ya habría tomado las medidas necesarias. Ni dudarlo. Nuevos estudios van a permitir a Bayer demostrar su buena fe. Con la primera, Jean Marc Bonmatin, un químico del CNRS, demuestra la presencia de imidacloprida –materia activa del Gaucho- en la cabezuela y el polen de un girasol tratado, lo que Bayer no obstante juzgaba imposible. El golpe es rudo, puesto que los apicultores tienen por fin un argumento científico indiscutible. Si el insecticida está en el polen y la abeja liba este último, puede entonces ser la victima del Gaucho. Q.E.D. ¿Qué hará Bayer? Enseñar los dientes y de muy mala manera. En una carta terrible, la multimillonaria amenaza Bonmatin de una demanda por daños y perjuicios por difamación si sigue explicándose en público. Bonmatin que nunca vio algo semejante en su vida, con justa razón se inquieta. Sus trabajos serán controlados siete veces y sus créditos recortados hasta impedir algunas de sus investigaciones. El otro estudio molesto está firmado por Marc Edouard Colin. Es un excelente especialista de las abejas del Inra, instituto público de los mejores. Para su desgracia, entre los años 1998 y 2000, Colin descubre que unas dosis infinitesimales de imidacloprida pueden intoxicar una abeja. Entre 3 y 9 ppb (partes por mil millones), las anomalías aparecen. Bayer, en la época en que todo era felicidad, pretendía que efectos nefastos no podrían aparecer por debajo de…5000 pbb. Una nada, ¿verdad? Colin las pagará. El Inra, que lo emplea desde hace diez años, le ordena cambiar de


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Réquiem para nuestras abejas tema de estudio. La ecotoxicología de la abeja se acabó para él. Dejará el Inra para irse a la universidad de Montpellier. A ver, ¡quién manda aquí! Señor diputado Jacques Remillet y demás Señores diputados, ¿serían estos mismos estudios que calificaron de “vaho científico” en su propuesta de resolución en la Asamblea Nacional? O bien ¿serían todos los demás estudios que han sido publicados desde hace 20 años en cuanto al impacto de los pesticidas sobre la vida de los insectos? Puesto que estudios no faltan. Investigadores del Inra (Institut National de la Recherche Agronomique) han estudiado desde hace mucho los impactos de los pesticidas sobre las abejas y otros insectos polinizadores. Desde el año 1985, JeanNoël Tasei estudiaba el impacto de los pesticidas sobre las abejas solitarias como, por ejemplo, el impacto de la deltametrina sobre la abeja solitaria, megachile rotundota. Según Jean-Noël Tasei, investigador en el laboratorio de zoología del Inra de Lusignan “Su acción puede ser directa, pero muchas veces es indirecta por los residuos depositados sobre las plantas que contaminen el alimento de los insectos melíferos: néctar y polen. Varios síntomas afectan a los adultos, la sobrevivencia de los insectos escondiendo a veces consecuencias subletales de los tratamientos, debilitando su potencial de reproducción. Señalemos todos los estudios llevados a cabo en Francia por los investigadores Bonmatin, Moineau, Charvet . Señalemos todos los estudios llevados a cabo en Francia por los investigadores Colin, Belzunce, Suchail, De sousa, Rahmani, entre otros, algunos de ellos teniendo por tema el impacto en sinergia de diferentes pesticidas.

En Rumania, en el año 2002, investigadores estudiaron el impacto del insecticida clorpirifos cuando su uso diezmó al 80% de las abejas de la región. En Rumania, en el año 2002, investigadores estudiaron el impacto de la deltametrina sobre las abejas. Un estudio se realizó en Italia sobre el impacto de la organoclorina, del organofósforo, del carbammate y de los neonicotinoides sobre las abejas . De hecho, existen cientos de estudios por todo el mundo para demostrar que los pesticidas matan las abejas; pero enriquecen las multinacionales. Recordamos que la imidacloprida la distribuye la firma Bayer bajo diversos y variados nombres: Gaucho, Merit, Admire, Confidor, Hachikusan, Premise, Advantage, etc. Escondan sus abejas: ¡el Fipronil regresa! El Fipronil es la sustancia activa base del Regent comercializado por BASF. Fue inventado por Rhone-Poulenc entre los años 1985 y 1987, vendido después a Bayer quien lo revendió a BASF, una de las empresas líderes de la química internacional. BASF comercializa cada año 2 mil millones de euros de fungicidas, herbicidas e insecticidas.

El expediente del Fipronil es tan escandaloso como el de la imidacloprida. Invitamos a los lectores interesados por la telenovela del Fipronil a consultar el capítulo arriba mencionado de la obra sobre los pesticidas de Nicolino y Veillerette. Pueden también consultar un artículo muy edificante publicado por el sitio “lepoint.fr” . El Fipronil ha sido prohibido en Francia en abril de 2005, cuando todas las existencias se terminaron de vender. Sin embargo, su remanencia es considerable: por varios años. Su ficha técnica establecida por la Agencia de Protección del medio ambiente de los E.U.A. , estipula que su mediavida puede ser de 7 meses en el suelo, del cuarto al cabo de 14 meses, etc. Esto significa que el Fipronil integrado al suelo en la primavera de 2005 queda activo en los campos mínimo hasta la primavera de 2007. Esto significa que sería mejor que se quedaran callados aquellos que pregonan que las abejas siguen muriendo cuando el Fipronil ya no se vende desde el año 2005. La Comisión Europea tenía que renovar en mayo de 2007 el permiso de comercialización del Fipronil dentro de la Unión Europea. El 16 de marzo de 2007, el Comité permanente para la cadena alimenticia y la salud animal de Bruselas, después de examinar los avisos de la Efsa, dio su aval. Si el Fipronil está de nuevo autorizado en este mes, será parte de la lista de las sustancias autorizadas que deberá publicarse el 1 de octubre de 2007. Según el sitio figaro.fr , “La autori-


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Réquiem para nuestras abejas zación lleva varias restricciones y exigencias. Primero, el fipronil estará autorizado únicamente para el tratamiento de semillas, un condicionamiento que los apicultores culpan justamente de todos los males. Las técnicas de envoltura deberán mejorarse con el fin de evitar toda difusión por los polvos (hubo un incidente con un acondicionamiento realizado por Syngenta en el Suroeste de Francia). Las pulverizaciones serán prohibidas y el enterramiento de las semillas envueltas al momento de la siembra deberá ser perfecto para evitar que los pájaros las picoteen. Las semillas envueltas tampoco deberán encontrarse en los ríos y todas las aguas superficiales, puesto que, se demostró su toxicidad para algunos organismos acuáticos.” Bueno, para los pájaros no es preocupante, puesto que, no quedan muchos en ciertas regiones agrícolas, y esto, gracias a los pesticidas de todo tipo que no presentan ninguna inocuidad, claro está. En cambio, difícilmente se puede comprender cómo evitar que la envoltura de las semillas no se encuentren en las aguas superficiales o en las capas freáticas, cuando el agricultor irriga o cuando llueve. El fipronil, hasta si es cierto que tiene tendencia a ligarse fuertemente al suelo, ¿está genéticamente programado para no ceder a la tentación del agua que chorrea? ¿A menos que las semillas modernas estén genéticamente modificadas para poder germinar sin agua? Mencionemos el comunicado de BASF, quien se felicita, sin duda alguna, de la bonanza bien merecida de su capital. En efecto, el fipronil le trae cada año centenares de millones de dólares: “Fundada en un examen científico y al término de un proceso riguroso, (la decisión de autorización) trae una nueva prueba de la inocuidad del

producto para el medio ambiente, para el consumidor y para el agricultor. Confirman las conclusiones de la Afssa en el año 2005 sobre la ausencia de riesgos para la salud humana y los numerosos estudios multifactoriales sobre las causas del desmejoramiento de las abejas, llevados en Francia y en otros países europeos. (…) El fipronil y el regent TS no pueden ser tachados de responsables de la mortandad de las abejas. BASF quiere seguir sus esfuerzos para un diálogo auténtico con todos los actores”. Así pues, el fipronil ¿sería completamente inofensivo? De hecho, no totalmente. Como lo recordaba el diputado Jacques Ramillet: “El mecanismo de inducción de tumores tiroidianos ha sido discutido por los expertos y considerado como siendo una reacción específica de las ratas y no significativa para los humanos…Sin embargo, siendo el fipronil tóxico en caso de inhalación, ingestión o exposición cutánea intensiva, el informe propone la clasificación T (tóxico), incorporándolo así a la numerosa lista de productos tóxicos de la farmacopea actual.” De hecho, es peligroso para las ratas pero no para los humanos. ¿Es porque las ratas son tan diferentes del hombre? Pero entonces, ¿cómo puede autorizarse miles de productos químicos gracias a unos estudios científicos que demuestran que, al cabo de algunas semanas, las ratas no fueron vícti-

mas de trastornos o lesiones después de ingerir estos productos químicos? Estamos nadando en el corazón de una química “cuántica”: los productos son inofensivos pero son también peligrosos. Entienda quién pueda. Para rematarlo todo, el “Comité permanente para la cadena alimenticia y la salud animal” agregó un anexo a su autorización de reponer en venta el fipronil. Este anexo precisa que si otros estudios trajeran nuevas informaciones, la autorización podría ser reconsiderada. Justamente, la Efsa precisa que el impacto del fipronil sobre la cresa no ha sido suficientemente estudiado. Entonces, para resumir, el fipronil es un producto inofensivo y peligroso cuyos impactos no fueron todavía evaluados. ¿Y cuándo lo estarán? Puesto que, el 3 de marzo de 2006, cuando la Efsa comunicó los resultados de sus investigaciones, este organismo precisó el siguiente punto: “The risk to bees can only be concluded once recently submitted data on the risk on bee brood are evaluated”. En claro, esto quiere decir que, al 3 de marzo de 2006, la Efsa no tuvo tiempo de analizar los resultados recientemente obtenidos en cuanto al impacto del fipronil sobre la cresa. Hace ahora 15 meses que la Efsa posee datos no publicados sobre este punto particular de sus investigaciones. Señores Diputados, ¿podrían solicitar a la Efsa la publicación de estos importantes datos? Sino, ¿tendremos que esperar todavía 10 años, el tiempo que la catástrofe sea irremediable y que BASF haya aumentado sus dividendos? Hay que precisar también que la Efsa evoca los altos niveles de toxicidad del fipronil para las abejas en los estudios de laboratorio. De hecho, su decisión está fundada sobre exposiciones a baja concentración (envolturas de las semillas) y en situación de túnel. Lo que quiere decir, como de costumbre, que el impacto del fipronil en situación real (en los campos) en sinergia con otros pesticidas no ha sido evaluado; evidentemente. Sin embargo, esta problemática de las


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Réquiem para nuestras abejas sinergias de pesticidas es seguramente una de las más esenciales a estudiar. Recordamos, por ejemplo, los estudios de la Universidad de Carolina del Norte que ponen de relieve que la sinergia de los neonicotinoides con fungicidas muy comunes (tales como el Terraguard y Procure) acrecienta de 1000 veces la toxicidad de éstos neonicotinoides. En cuanto a la naturaleza de la toxicidad del fipronil en los E.U.A., está claramente demostrada: 1)La Universidad de Oregón considera que esta sustancia es altamente tóxica para los anfibios y para las ratas (lesiones del hígado, de los riñones y de la tiroides). Además, es considerado como completamente tóxica para las abejas ; 2) tanto el Instituto Nacional de la Salud de los E.U.A., como la Biblioteca Nacional de Medicina, precisan que el fipronil es altamente tóxico para las abejas. Además ponen en guardia contra el peligro de bioacumulación del fipronil y de sus metabolitas ; 3) la ficha técnica del sitio “beyondpesticides.org” clasifica el fipronil como altamente tóxico para las abejas. Esta sustancia destruye el sistema nervioso central del insecto vía los canales del ácido gamma amino butírico o GABA ; Y 4) Bayer que todavía poseía el fipronil en el año 2003, pagó 45 millones de daños y perjuicios a 1600 demandantes de la Luisiana quienes lo demandaron al tribunal por la destrucción de sus criaderos de cangrejos de río, a consecuencia del uso del icón a base de fipronil, en las plantaciones de arroz. Cuando Rhone-Poulenc inventó esta molécula, sus investigadores llamaron la atención sobre el hecho de que esta sustancia era propensa a fijarse en las grasas. El fipronil se vuelve entonces cada vez más tóxico a medida que se concentra en las grasas. La eficiencia del Fipronil (matapulgas para perros, comercializado bajo el nombre de Front Line) dura un año gracias al hecho que se fija en las grasas del animal. El fipronil presente en las plantas que

nutren animales se fijará en las grasas de las vacas, y en la leche. Se encontraron residuos en la leche, y los servicios veterinarios alemanes encontraron también residuos en pimientos que provenían de España en el año 2003. Según el profesor Belpomme, profesor de cancerología y fundador de l’ARTAC : “Es uno de los pesticidas que más contamina el agua, y su molécula no es selectiva. No solamente daña las abejas pero también los pája-

ros, los peces y los mamíferos. Y, dentro de los mamíferos, está el hombre. La molécula está almacenada en los tejidos grasosos, se metaboliza y se suelta en la leche cuando se amamanta a los niños. Pero lo que no se puede admitir, es la negligencia del ministerio de la Agricultura y las mentiras de los industriales concernidos. Esta política de dejar las manos libres corre el riesgo de llevar a un asunto semejante al de la sangre contaminada”. En diciembre de 2003, El Profesor JeanFrançois Narbonne, toxicólogo, dio los resultados de su estudio de toxicología del fipronil. Juzgaba esta sustancia neurotóxica, hepatotóxica y nefrotóxica. Según el

profesor Narbonne, los mamíferos expuestos “se comportan entonces como hipertiroidianos con aumento de los metabolismos de los T3 y T4 (las hormones tiroideas), disminución plasmática y aumento de la TSH (hormona tireoestimulina).” Sin duda es lo que explica los trastornos turbadores mencionados por el sitio de “Le Point”: “fines de abril de 2002, la ‘Dépêche du Midi’ anuncia una enorme mortandad de abejas en 24 horas, en ‘Midi-Pyrénées’: 3000 colmenas destruidas de un solo golpe. Las poblaciones de las campiñas sofocan. La gente está pasmada. Edemas, trastornos hepáticos, trastornos oculares” . ¿Se habla siempre del mismo producto que la Comisión Europea de nuevo quiere autorizar? Y eso, con la bendición de la Efsa cuya reciente directora, la Sra. Geslainlanelle, declaró en febrero de 2006: “Me comprometo con hacer de la Efsa una referencia Europea en materia de evaluación de riesgos relativos a la seguridad de productos alimenticios y de alimentos para animales a nivel Europeo como internacional.” (Página 76 de la Obra “Pesticidas. Revelaciones sobre un escándalo Francés”). En diciembre de 2006. PAN (Pesticida Acción Internacional) Europa y otras grandes organizaciones pidieron a Europa de no autorizar el fipronil mientras que todos los estudios de evaluación no se hubieran hecho . No va a ser fácil, puesto que, en Bruselas tienen su sede decenas de lobby profesionales de la industria de los pesticidas que ocupan permanentemente sus escaños en la Comisión Europea.


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Javier Rodríguez Pardo

Un total de 165 proyectos de explotación esperan luz verde este año para avanzar en diferentes etapas de exploración, factibilidad, construcción y explotación.

Un año de conflictos mineros en Argentina

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n un país subastado y ocupado por 74 megacorporaciones mineras, la mayoría canadienses y británicas, 165 proyectos de explotación esperan luz verde este año para avanzar en diferentes etapas de exploración, factibilidad, construcción y explotación. De ellos, 66 corresponden a Jujuy, Salta, Catamarca y la Rioja, 43 operan en San Juan, San Luis, Mendoza y Neuquén, y 56 en Santa Cruz, Chubut y Río Negro. A esta cantidad se suman miles de cateos mineros que prospectan vastas áreas cuantificando yacimientos y su posibilidad extractiva, con absoluta promiscuidad y un laxismo legal inconcebible: la cifra da escalofríos porque es el comienzo de la devastación. De aprobarse todos los informes de impacto ambiental, cohabitaríamos con suelos lunares, ingentes territorios con centenares de cráteres de 4 kilómetros de diámetro y más de 700 metros de profundidad que en la jerga se denominan “open pit”. Sólo seis de las provincias argentinas legislaron impidiendo la actividad minera (Chubut, Río Negro, Mendoza, Córdoba, San Luis y Tucumán). Mientras tanto, el resto de las comunidades cordilleranas se halla en virtual levantamiento popular al reconocer que los minerales diseminados sólo presentan rentabilidad con el sistema a cielo abierto, volando montañas. El método es de una voracidad sin obstáculos: empapar con reactivos químicos las rocas pulverizadas, consumir en un segundo el agua que utiliza una familia tipo en un mes y la energía equivalente a la de toda una provincia. Los yacimientos se registran según la concentración de metales como oro, plata, cobre, uranio, etc., pero igualmente valiosos son los subpro-

ductos que acompañan a éstos y que no son declarados al cruzar la aduana. Al mismo tiempo, las poblaciones expuestas al sistema extractivo denuncian contaminación, destrucción territorial y saqueo, y se sublevan resistiendo el arribo minero. Del otro lado, judicializan la protesta y reprimen. Así están las cosas al comienzo de 2010. Un caso testigo es el del renio. (Crítica de la Argentina, 31/1/2010). Se trata de un subproducto de metales que generalmente franquea la frontera con la declaración de “impurezas de exportación”. El metal se utiliza en aleaciones de aceros especiales para la industria aeronáutica, naval y espacial. Se llega a pagar hasta 25 mil dólares el kilo, lo que significa que es el mineral más caro del mundo, tan indispensable que no se concibe construir un avión moderno o una central nuclear sin incluirlo. Los fabricantes de aviones usan entre 3 y 6% de renio en sus turbinas. La velocidad de las aeronaves depende de él. Además, soporta tempera-

turas superiores a los 3.000º C. Otro caso son las “tierras raras”, 15 elementos de la tabla periódica que a principios del siglo XX no tenían aplicación, de ahí su nombre. Hoy la demanda mundial obliga a China, principal productor, a limitar las exportaciones, previendo el mercado de automóviles eléctricos que irrumpe de manera sostenida y que requiere de aleaciones con el “raro” neodimio. Otro componente de estas “tierras” es el lantano, crucial para las baterías de los autos y en la electrónica y comunicaciones. Son metales que parten regalados hacia los mercados del norte, por no decir que se contrabandean. Todas las transnacionales en el país los exportan sin declararlos en la aduana. “Para qué los querés –le decía el subsecretario de Minería de la provincia de San Juan a un ingeniero del sector– si aquí no tenemos cómo investigarlos ni aplicarlos”. Lo cierto es que en los países del norte, las “tierras raras” llegan a venderse a más de 10 mil


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Un año de conflictos mineros en Argentina dólares la tonelada. En esta línea se halla el coltán, combinación de dos metales, niobio y tántalo, tan críticos como estratégicos. El coltán es indispensable en tecnologías como la telefónica, médica (implantes), electrónica, aeroespacial y bélica. Su demanda y valor produjo, entre otras, la guerra civil en el Congo. Un mineral que en los últimos 15 años soporta la implacabilidad de las transnacionales y los recurrentes debates en las Naciones Unidas debido a explotaciones vandálicas. En nuestro país las mineras ocultan su hallazgo mientras rastrean el continente de manera obsesiva. Varios son los proyectos mineros avanzados para el presente año. El principal es Pascua-Lama, de la Barrick Gold, en el límite con Chile, a 4.500 metros de altura, en San Juan. Las poblaciones aledañas de ambos estados mantienen constantes movilizaciones, decenas de presentaciones judiciales por daños ambientales que impactan en cursos de agua y glaciares. El lobby de la Barrick Gold y del gobierno de José Luis Gioja provocó que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner vetara la ley de protección de glaciares sancionada por el Congreso nacional. Casposo es otro yacimiento sanjuanino de oro y plata que mantiene en rebeldía a asambleístas y autoconvocados. En la misma provincia, Pachón, de Xtrata Kopper, igual que Pascua-Lama, aplicará el tratado binacional minero de implementación conjunta argentino-chileno, convenio que convierte a la Cordillera de los Andes en un virtual tercer país gobernado por transnacionales. En Catamarca se anunció la construcción de Agua Rica –cobre y polimetálica–, afectando a los pueblos de Andalgalá, Belén, Santa María y otros, que se manifiestan en las rutas y bloquean el paso de los vehículos mineros. En Chubut, el proyecto Navidad, autopublicitado el más grande del mundo en plata y plomo, también oculta minerales no revelados. En Chubut rige la ley 5001, que prohíbe la minería a cielo abierto y el uso de compuestos tóxicos; los patagónicos la defienden y prometen evitar una zonificación minera, pergeñada por gobernantes y corporaciones. En Mendoza hay dos pertenencias extractivas en ciernes. Una es Potasio Río Colora-

do, de la brasileña Vale, en Malargüe, pródigo en cloruro de potasio para las fábricas de fertilizantes. Su explotación debería convulsionar al país, pues consumirá un millón de metros cúbicos de gas por día, equivalente a un tercio del que se importa de Bolivia. Utilizará la misma cantidad de energía eléctrica que la provincia de Tucumán. Agotará fuentes de agua y provocará un impacto ambiental insalvable reconoci-

do por el propio Consejo Provincial del Ambiente. A la provincia le dejaría menos del 4% de lo que embolsará la minera. Se precipita un año de conflictos sociales anunciados, con gobernantes y mineros abroquelados, ignorando los reclamos populares y del sentido común.

Peligro silenciado “Toda radiación ionizante es nociva para el tejido normal, dado que daña las células. Una vez absorbida por el cuerpo no hay manera de “limpiarla”. Su poder destructivo se instala en la médula de los huesos, en los órganos reproductivos y en otras zonas vitales del organismo. Sus efectos no son inmediatos, y la exposición produce tumores que aparecen décadas después, cuando es irreversible.” Dr. Gordon Edwards y Dra. Stella Swanson en: “ Uranio: plaga letal sin remedio”. Oímos continuamente a nuestros titulares de salud, voceros del gobierno en cuanto a los males pandémicos que azotan a la Humanidad, advertirnos acerca de los gravísimos peligros que nos acechan desde las gripes aviar y porcina -y les cuento que ya llega al escenario la caballar, y después quién sabe si la del zorro, la del venado, la del caimán combinada con la del cocodrilo, la de la gallina de palo, la de la pulga del osocaballo , entre otras.Aasfixiando el inventario de la zoología conocida- y de cómo debemos estar tan aseados, tan limpios, tan pulcros, que nadie puede dejar de andar, en su bolso o salveque, alcohol en gel para que, cada vez que toquemos un asiento de autobús, una baranda de escalera, dinero, un cuadro, una mano, una botella, un vaso, cualquier artículo de supermercado, el mínimo detalle manual o digital, corramos a esterilizarnos, a pasteurizarnos como la leche

Dos Pinos, recurriendo a la profilaxis, al saneamiento del cuerpo y, por tanto, del espíritu, blanqueado por la bondad de esos alcoholes, aguas oxigenadas y jabones antibacteriales, para no morir -con otra enfermedad parásita a la par: hipertensión, diabetes, u otras cualesquiera- en uno de nuestros hospitales institucionales. Todo lo contrario de cuando crecíamos: llenos de tierra, al aire libre, expuestos a todo; ahora hay grupos de interés que no desean que nuestros organismos produzcan anticuerpos; abogan por cuerpos inseguros, endebles y enfermizos; verbigracia, consumidores de medicamentos. Pero, inconcebiblemente, las autoridades de salubridad y seguridad de los países no nos informan ni nos advierten de lo peor, de aquello que, si comparáramos su nivel de malignidad y daño, esta familia gripal, por ejemplo, se proyecta como un beso de la amada, tal un cariño materno, un abrazo fraternal. Porque los males que se abalanzan sobre el mundo, la minería de oro a cielo abierto y la minería uranífera no tienen parangón en cuanto a su nivel de desastre. Información acerca de su peligrosidad no llega a los pueblos puesto que las esferas econopolíticas así lo consideran, burlándose de los ciudadanos y exponiéndolos cada vez más a esos flagelos verdaderamente letales.


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NTRODUCCIÓN A LA PROBLEMÁTICA DE LA DEFENSANACIONAL II

E L S I S T E M A D E PLANEAMIENTO DE LA DEFENSA NACIONAL EN LA REPÚBLICA ARGENTINA Y LAS HIPÓTESIS DE GUERRA VIGENTES DURANTE EL SIGLO XX 1. ESTRUCTURACIÓN DE LAS PREVISIONES DE LA DEFENSA NACIONAL Hay muchos enfoques con respecto al tema del sistema de planeamiento para la defensa. Por ejemplo, el peronismo que tanto ha influido en la redacción de la Ley de Defensa actual (Nº 23.554) tiene una idea que no va más allá de la “guerra total” de Ludendorff pese a que su líder definió el concepto de guerra integral (Ver Solidaridad Nº 13). Todo el pensamiento peronista, que colaboró en la redacción de la actual Ley, se refiere al empleo de los medios del país en función de una guerra total, no avanza en todo el espectro del conflicto, sino que lo deja solamente superado

a través de su estructura de análisis para el esquema de la agresión puramente militar. El resto del espectro de agresiones no militares es denominado “Seguridad Nacional”, sin ahondar, sin embargo, en sus contenidos, ni darle ninguna estructura para el planeamiento de su superación. Antes de detenernos sobre otro de los indicadores que hacen al diseño de un sistema de defensa, el de los mecanismos constitucionales, conviene analizar cómo debe ser un Sistema de Planeamiento de la Defensa Nacional. La Ley de Defensa Nacional debería proporcionar los lineamientos de un sistema de planeamiento que parta de la determinación de los objetivos de desarrollo nacional, tendientes a alcanzar el bienestar general. Está claro que este objetivo debe ser definido por el Presidente de la República, en el seno del CODENA (Consejo de Defensa Nacional), (usando la terminología derivada de la Ley vigente), pero en íntima relación con el CONADE (Consejo Nacional de Desarrollo), o algún organismo que lo reemplace, ya que ambos deben establecer los objetivos mencionados. Este organismo hoy no existe, como tampoco existe un sistema de planeamiento centralizado para el desarrollo nacional, ni siquiera una estructura estatal para canalizarlo. Una vez determinados los objetivos se deberían establecer las polí-

ticas para alcanzarlos, con los mismos organismos colegiados, debiendo ambos actuar coordinadamente. De la confrontación de estas políticas con políticas en oposición surgirán las hipótesis de conflicto, calificadas como graves, que deberían ser motivo de la planificación de la Defensa Nacional, a través de equipos de trabajo integrados, en todas las áreas del poder de la Nación, y que requieren tratamiento especial para lograr su superación. La realidad nos muestra que desde 1955 el planeamiento nacional ha dejado de funcionar en nuestro país, todo se improvisa o se efectúa como respuesta improvisada al accionar de un oponente o una necesidad extrema, siempre a un costo desmedido y con un resultado aleatorio. Estos conflictos, en el espectro de la Defensa Nacional, corresponden al sector de las agresiones que no requieren el empleo activo del poder militar. Por ejemplo, el conflicto que genera la deuda externa, en que no hay empleo activo del poder militar. Las estrategias para superarlo estarán dadas en los campos económico y político interno y externo, el poder militar está presente como garantía o como amenaza de empleo, pero tiene el rol menos relevante. Ante cualquier medida del estado argentino en el sentido de generar medidas de autonomía, como por ejemplo, la declaración de una moratoria, aunque sólo sea motivada


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Desde la carpa y la trinchera por la imposibilidad de seguir pagando, se generará un conflicto. La Nación debe tener previsiones para esta emergencia, contenidas en las previsiones de los planes de Defensa Nacional. Otro ejemplo, el conflicto de Malvinas, una hipótesis de conflicto grave que hoy es desarrollada, unilateralmente por la Cancillería, cuando todos los campos de acción del Estado deberían operar en forma conjunta y coordinada para superarlo. En consecuencia, cabe reiterar que en las situaciones conflictivas las operaciones militares han dejado de tener una relevancia fundamental, por lo que el sistema de defensa integral y sus previsiones para superarlas es el que corresponde a cualquier país civilizado, que sólo debe emplear el poder militar cuando todas las otras estrategias han fracasado. La hipótesis que llamamos “de guerra”, es la derivación de una hipótesis de conflicto común hacia otra grave, lo que exigirá el empleo activo del poder militar. Cuando tal cosa ocurre en el Planeamiento de Defensa, opera un sistema para solucionarla, llamado Sistema de Planeamiento de Guerra. Este sistema da origen a lo que se llama el Plan Nacional de Guerra. Como necesidad del Planeamiento Nacional de Guerra , el poder militar se establece en función de los requerimientos del mismo, y se concreta en el Planeamiento Militar Conjunto, que dará origen al Plan Militar. En síntesis, los Planes de Defensa Nacional, el de Guerra y el Militar, son los elementos estructurales del Sistema de Defensa Nacional y deberían encontrarse comprendidos para su tratamiento en la Ley de Defensa, así como las organizaciones para realizarlos. La organización y los medios para ejecutarlos, en función de todos los requerimientos que hoy tiene un Sistema de Defensa Nacional, deberían ser sustentadas por esta Ley, ya que sus requerimientos y previsiones se

incorporarán al Plan Nacional de Desarrollo, (hoy inexistente), convirtiéndose el mismo en un Plan de Desarrollo y Defensa Nacional (hoy una utopía). Este Plan dará las bases, a su vez, para el Plan de Funcionamiento y Desarrollo de las FuerzasArmadas y su presupuesto, que debe surgir inexcusablemente de aquí y nunca de las veleidades o caprichos de un mandatario de turno. La relación que existe entre el Planeamiento de Defensa Nacional y el concepto general de las actividades del Estado, está cristalizada en forma irrenunciable, en cualquier sociedad medianamente civilizada. Debe haber una coherencia en el accionar, independientemente del plano ideológico , que permita definir previsiones y organizar

un Sistema de Defensa. El proyecto político es el que proporcionará la ideología y características peculiares del conflicto que se deba afrontar. 1. 1. PLANES DE DEFENSA NACIONAL, DE GUERRAY MILITAR Para completar estos conceptos aclaremos la diferencia entre Plan de Defensa Nacional, Plan de Guerra y Plan Militar. A. PLANES DE DEFENSA NACIONAL: Son los que se establecen en función de los requerimientos que responden a conflictos que no exigen el empleo

activo del poder militar, son conflictos que se generan dentro del Estado, como el de la Deuda Externa en Argentina. También puede ser usado como ejemplo el Conflicto de Malvinas, ya que la decisión política del Estado actual es no llegar al empleo activo del poder militar con respecto a este conflicto. El poder militar no opera sino como amenaza de empleo. La agresión del oponente opera en forma de presión y chantaje como es el caso de Gran Bretaña. El Estado debería ser capaz de generar una organización integral, formándose equipos dirigidos por el Ministro de área en que se generó el conflicto, conformándose con todos aquellos otros miembros del Gobierno que manejan las estrategias y los medios del Estado, representantes del resto de los Ministerios, de las Secretarías de Estado, de las FF AA, de los Gobiernos Provinciales relacionados con el conflicto, o sea, todo aquel que maneje un sector de poder. Cada conflicto debería tener un Plan de Defensa conducido por el equipo integrado, a través del tiempo, en función de las estrategias del oponente enfrentadas con las propias. Este equipo existirá en la medida en que lo haga el conflicto y cada conflicto tendrá su Plan de Defensa diferenciado. En estos planes el poder militar sólo actúa como una amenaza de empleo. Hoy este sistema es inexistente. B. PLAN NACIONAL DE GUERRA: Este Plan debe contener todas las previsiones y requerimien-


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Desde la carpa y la trinchera tos, tanto de personas cuanto de de elementos, que serán los necesarios para desarrollar las operaciones militares que en él se determinan sin que ello afecte continuar -sin mayores obstáculos - el funcionamiento del frente interno. Todas estas medidas deberán estar contenidas en el proceso denominado movilización y deben estar establecidas con la suficiente antelación para no tener que caer en improvisaciones y falencias, como las que tuvimos que soportar durante la Guerra del Atlántico Sur. Estas previsiones deben estar contenidas en el Plan Nacional de Guerra, que es, en resumen, un plan de gobierno por desarrollar en las fases previa, durante y a posteriori de un conflicto armado. Este Planeamiento a su vez, pondrá en marcha al Planeamiento Militar Conjunto, que determinará como se emplearán los efectivos militares en el o los Teatros de Operaciones, en forma conjunta o específica de una sola fuerza en forma aislada. Su contenido establecerá cómo debe realizarse su movilización, su concentración estratégica, su despliegue estratégico, las operaciones de protección y vigilancia de fronteras y las operaciones iniciales. Todos estos contenidos se deben condensar en una Directiva del PEN destinada a los Comandantes del o los Teatros de Operaciones y, los Comandantes que deban operar en forma específica. Todos estos elementos que hemos presentado en forma tan resumida, constituyen el fundamento de la tecnología castrense. La situación actual es precaria, ni siquiera ha podido dictarse una Ley de Movilización. Nada de ello tampoco existió en la Guerra del Atlántico Sur, todo fue desidia e improvisación. El resultado fue obvio. Nuestro poder militar sólo estaba preparado para afrontar las exigencias deriva-

das del Sistema Interamericano de Defensa, orientado por la Doctrina de la Seguridad Nacional que sólo lo preparó para la lucha contra su propio pueblo. C. PLAN MILITAR: Se confeccionará sobre la base de un esquema que parte del PEN, quien imparte la directiva política, la que, en función de una hipótesis de guerra, establece los límites y el alcance de la guerra. Sobre la base de esta directiva política

que hace a la hipótesis, la organización del Planeamiento de Guerra que establezca la ley correspondiente, debe hacer un esbozo de la maniobra estratégica militar de cada teatro de operaciones, cómo será la maniobra: ofensiva, defensiva, etc., diseñando la parte militar de la guerra. La maniobra estratégica militar es tentativa en este primer diseño. Del Plan Nacional de Guerra surge lo que se llama la Directiva Estratégica Militar. Esta Directiva proporciona la orientación al poder militar para que se ponga en funcionamiento el Sistema de Planeamiento Militar Conjunto. Este Sistema de Planeamiento en última instancia , será el que determinará cómo el poder mili-

tar en forma conjunta, o aún en forma específica, hará su movilización, su concentración estratégica, su despliegue estratégico, las operaciones de vigilancia y protección de fronteras y las operaciones iniciales que finalmente se condensarán en una Directiva para el Comandante Militar en operaciones. Este es el Planeamiento Militar en el más alto nivel. 2. LAS HIPÓTESIS DE GUERRA ARGENTINAS DURANTE EL SIGLO XX 2. 1. LAHIPÓTESIS MAR Después de la II Guerra Mundial y en función de una política de contención, (diseñada tomando como base la teoría de los anillos interior y exterior desarrollados por Mackinder para oponerse a la Unión Soviética), los EE UU conformaron un sistema de alianzas políticas militares. En Europa lo hicieron a través de la OTAN , en Asia con el Tratado Central y el SEATO, en Oceanía con el ANZUS y en América Latina y El Caribe, con el TIAR (Canadá estaba incluido en la OTAN), intentando con ello formar el anillo de contención contra su oponente. Creaban de esta manera una alianza estratégica militar que involucraba en forma interconectada, los Teatros de Operaciones de Europa y Asia, con el resto del mundo. Los intereses vitales por defender en el territorio americano impuestos por los EE UU fueron puntuales. En primer lugar el cuidado de que México no llegara a socializarse, ya que: “…el día en que el socialismo o el Fidelismo hagan pié en México, toda la estructura defensiva de los EE. UU tambaleará… (Raymond Arón)”. De allí la política de intervención yanqui en Guatemala, El Salvador. Honduras, etc. . Si bien su objetivo vital apuntó a México, otro de sus objetivos fundamentales fue la no comunización de los países de la región, manteniendo el control absoluto sobre el Canal de Panamá. En toda América del Sur los objetivos fueron similares. La Organización de Estados Americanos (OEA), tratado internacional que vincula a todos los países americanos sobre la base del Acta de Chapultepec (del cual Argentina había sido


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Desde la carpa y la trinchera inicialmente excluida para ingresar luego de pleno), consolidada a través del sistema defensivo (TIAR) concretado en Río de Janeiro, estableció la forma mediante la cual estos intereses vitales de EE UU se vieran a resguardo de amenazas o perturbaciones, siendo esta amenaza la “comunización” de los países americanos. De allí surge lo que se dio en llamar el Plan de Defensa Continental, que aún está en plena ejecución. En laArgentina, una vez firmado el TIAR en Río de Janeiro, ratificado por el Congreso Nacional en 1950, el Plan de Operaciones llamado MAR estableció la forma en que el país debería cumplir los compromisos internacionales asumidos en ese marco. La hipótesis MAR, que ha permanecido en todos los gobiernos del país , es la hipótesis de guerra básica estructural de todo nuestro Sistema y sirve de sustento a todo el Planeamiento Militar Conjunto y se adapta al cambio de enemigo. Del Sistema comunista Internacional derivamos al Terrorismo, Narcotráfico, Armas de Destrucción Masivas, Migraciones y Desastres Naturales. 2. 2. LAHIPÓTESIS PAMPA Consistía en el accionar militar argentino contra Brasil, o su variante contra Chile. Estos fueron ejercicios teóricos del Ejército, a los cuales nunca se sumó la Armada que se mantuvo inalterable en la hipótesis MAR. El peronismo es el que movilizó el primer sistema (hipótesis MAR), luego PAMPA y más tarde CONINTES. En la hipótesis MAR la situación del conflicto se planteaba contra un enemigo extracontinental (que siempre fue la URSS, nunca se pensó en Gran Bretaña, que fue el agresor real en la historia posterior). La PAMPA contemplaba conflictos regionales, mientras que el plan CONINTES consistía en un sistema usado en el caso de situaciones de “conmoción interior”, previstas en la Constitución Nacional y en las atribuciones que ésta le confiere al Poder Ejecutivo y al Congreso. 2. 3. LA HIPÓTESIS CONINTES (CONMOCIÓN INTERIOR DEL ESTADO) Durante la llamada Revolución Libertadora, que derrocó al Gral. Perón, la hipótesis predominante fue la CONINTES, con un enemigo interior, el peronismo. Luego

se la conectó con la MAR, uniendo el enemigo peronista al marxista. Cuando Frondizi asumió el gobierno impartió una Directiva del Planeamiento de Defensa llamada “Orientación del Poder Ejecutivo Nacional sobre Política Exterior” (27 de agosto de 1959). En el año 1958, el mismo gobierno dio las Directivas para el Plan Militar General y la actualización de la hipótesis MAR.

Ricchieri”. En última instancia , en todos ellos se estableció la vinculación total y definitiva entre las exigencias de la hipótesis MAR y de la variante CONINTES prevista por la Constitución. Se institucionalizó tendencialmente lo que era una prescripción constitucional nacida en los momentos de la organización nacio-

Sobre la base de estos dos documentos se unieron las previsiones de las hipótesis MAR y CONINTES y se logró la simbiosis de la Doctrina de la Seguridad Nacional. Para ello en el año 1958 el Ejército realizó el Plan Estratégico “Plumerillo”; en el año 1959 lo que se llamó “Operación Hierro” y a continuación la “Operación Hierro Forjado”; en el año 1961 la “Operación 5 Variante 1” ; y en el año 1962 el “Plan Tte. Gral.

nal, en los que la variante interna era una constante; por eso el Presidente tenía atribuciones especiales. Fue tal la confusión, que en la época del Gral. Onganía se estableció la existencia real y cierta de una hipótesis de guerra surgida del TIAR. Mientras tanto la Argentina seguía participando de la planificación del Sistema de Defensa Interamericano


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Desde la carpa y la trinchera (TIAR), sus cuadros integrando los comandos conjuntos y combinados, y de la Junta Interamericana de Defensa (JID) en el Plan de Defensa Continental. No existía un Plan de Defensa Nacional que se pudiera llamar argentino. El Plan Continental es muy simple en sus objetivos: cada una de las fuerzas armadas de los respectivos países integrantes del TIAR, deben estar distribuidas y organizadas para mantener el control de la población, debiendo una parte simbólica de sus efectivos estar disponibles para realizar operaciones fuera del territorio nacional. La Armada de cada país hará el patrullaje de los océanos junto con las marinas del resto de los países signatarios y con EE UU, y con el apoyo de las respectivas Fuerzas Aéreas. Cada porción de las fuerzas que se reservan para intervenir en el exterior , servirá para el caso de que las fuerzas armadas de un país fueran desbordadas por un agresor exterior, y deberán actuar en forma conjunta y solidaria con las fuerzas de intervención desplegadas por EE UU en América Latina y El Caribe. Este Plan operó en el caso de los misiles cubanos. En esa oportunidad la Argentina envió fragatas para colaborar en el bloqueo contra Cuba, la Fuerza Aérea desplazó algunos aviones , y el Ejército organizó la “Brigada X” . Para ello, esos efectivos fueron desplazados a la zona del Canal del Panamá. Esas estructuras que hacen a la “Doctrina de la Seguridad Nacional” , no se articulan de acuerdo a la capacidad de las fuerzas locales para enfrentar a un agresor externo, sino en función de un compromiso internacional que constituyó la única hipótesis de guerra que poseía el país. Los gobiernos democrá-

ticos que sucedieron a la dictadura han definido la inexistencia de hipótesis de conflicto propia; pero no por un problema de incapacidad gubernamental para establecerlas, sino por la elección de la hipótesis que surge en función de sus compromisos internacionales y que la Ley de Defensa preserva. Tal fue la razón de la insólita aclaración de un Ministro de Defensa en mayo de 1988: “las hipótesis existen pero son secretas”. Nunca en la historia universal hubo hipótesis secretas, salvo que razones espurias así lo exigiesen. Siempre ha existido el derecho a la legítima defensa. La realidad de hoy (año 2010) nos demuestra que la Argentina no reconoce ninguna hipótesis de conflicto y menos de guerra. Pero esa realidad es ficción. Las hipótesis de conflicto se suceden en todos los campos (Deuda Externa, Malvinas, Mar Argentino, Recursos Naturales, Antártida, etc.) y la hipótesis de guerra existente es la que nos liga a través del SIAD (Sistema Interamericano de Defensa), que analizaremos en un

próximo artículo, y la constituye la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, los poseedores de las armas de destrucción masiva, las migraciones y los desastres naturales. En un próximo artículo analizaremos el SISTEMA INTERAMERICANO DE DEFENSA 3. EVOLUCIÓN DE LAS PREVISIONES DE LA DEFENSA NACIONAL EN LAARGENTINA Nuestro país, estrechamente ligado en su evolución intelectual y técnica al Viejo Mundo vivió, en materia de Defensa Nacional, aunque con cierto retraso, similares etapas a las que recorrieron países europeos, en particular Francia. Nuestra movilización militar desde épocas antiguas fue dirigida y realizada por la Fuerza Ejército quien por medio de sus Distritos Militares realizaba la convocatoria y movilización del personal y planificaba las requisiciones de los medios que hicieran falta para lograr el completamiento material de las fuerzas. Los depósitos de Movilización eran una realidad en las unidades del Ejército en los años 1940/1946 y en ellos se aparcaba el material que permitiría remontar a pie de guerra las distintas unidades. La evidencia de los resultados de la II Guerra Mundial promovió en las autoridades nacionales y más particularmente en las FF AA, una fuerte corriente de opinión acerca de la necesidad de organizar la Defensa Nacional en forma más completa y racional. Una de las primeras medidas de Defensa Nacional la constituyó la Ley Nº 12.709 de creación de Fabricaciones Militares el 9 de octubre de 1941. Esta estructura industrial tendía a evitar la dependencia de insumos extranjeros para el equipamiento de las FF AA en caso de movilización. De paso se efectuaba un avance significativo para la conversión de un país con producción primaria (granero del mundo) hacia la imprescindible industriali-


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Reclutamiento de menores

La Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía ha documentado hasta la fecha 2.824 casos de reclutamientos ilegales por parte de los diferentes grupos de las fuerzas paramilitares. El último informe de la Fiscalía señala que los reclutamientos se realizaron entre el 1990 y 2005, tiempo en el que los menores de edad fueron obligados a delinquir y sufrieron malos tratos por parte de los paramilitares. Luego de la desmovilización de los últimos grupos de paramilitares, alrededor de 1.735 efectivos dejaron las armas, tras ser reclutados como menores de edad. Asimismo, durante el proceso de desmovilización, 234 niños fueron enviados a sus casas sin que quedara constancia de ello en ningún registro oficial, lo que dificulta la localización de los responsables de su reclutamiento. El informe señala que los paramilitares reclutaron en mayor número a menores de 12 años, procedentes en su mayoría de Antioquía. Hasta la fecha, 43 de los más de tres mil postulados a la Ley de Justicia y Paz, han reconocido su participación en estos delitos. El grupo paramilitar que más menores reclutó, según el informe, fue el Bloque Norte con 443 niños, seguido por el Élmer Cárdenas con 428, el Bloque Centauros con 137 y el Bloque Catatumbo con 107.

zación. Una idea de la importancia que se asignó al tema es, a título de ejemplo, el hecho que la Universidad Nacional de La Plata, con fecha 10 de junio de 1944 inició lo que se denominó “Curso de Cultura Superior Universitaria - Cátedra de Defensa Nacional” siendo el primer disertante el entonces Ministro de Guerra Coronel Juan D. Perón. Con fecha 1º de septiembre de 1948 se dictó la Ley Nº 13.234 de “Organización de la Nación en Tiempo de Guerra” que es nuestra primera Ley de Defensa Nacional. Fue un documento inspirado en los antecedentes y doctrina francesa. Constituyó el primer y más importante jalón que en materia de Defensa Nacional se implantó en el país. Cumplió, en un primer momento , con la finalidad para la cual fue creada pues permitió organizar a nivel nacional una estructura orgánica de Defensa Nacional que, con distintos vaivenes y algunas parálisis subsistió hasta nuestros días. Tenía, entre otros, el inconveniente de legislar , como su nombre lo indicaba, sobre situaciones en tiempo de guerra, no contemplando pues las exigencias que en toda circunstancias plantea la Defensa Nacional (tratamiento de hipótesis de conflicto). Fue derogada el 6 de octubre de 1966 al ser reemplazada por la Ley de Defensa Nacional Nº 16.970, que a su vez fue reemplazada por la actual Ley Nº 23.551 de Defensa Nacional sobre la cual ya emitimos un juicio de valor. La Ley de Defensa Nacional es una ley madre y de ella es necesario que deriven otras leyes que en su conjunto han de permitir montar el andamiaje de la Defensa Nacional. Son leyes complementarias por ejemplo: - Ley del Servicio Militar. - Ley del Servicio Civil de Defensa. - Ley de Movilización. - Ley de Identificación, Registro y Clasificación del Potencial Humano. - Ley de Zonas de Seguridad. - Ley Orgánica de Producción para la Defensa. - Leyes Orgánicas de las FF AA y de las Fuerzas de Seguridad. - Ley del Servicio Nacional de Inteligencia. - Ley del Secreto de Estado.


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Nicolás Alessio: reflexiona sobre la Carta Encíclica de Benedicto XVI: Caritas in veritate lamentando que ésta no tome partido por las víctimas del sistema capitalista globalizado: “Como siempre, el pensamiento vaticano parece hablar desde un no-lugar. Sin compromisos concretos punzantes, sin pisar la tierra de los mortales. Si bien se reconoce que no hay auténtica economía sin ligarla a los valores éticos, humanistas, no termina de salir del modelo capitalista”. Rubén Dri: nos entrega un tónico refrescante al ofrecer una renovada mirada sobre la cuestión social durante los papados de Juan XXIII y Pablo VI y la propuesta de ambos de construir un nuevo humanismo: “Haciéndose cargo de su responsabilidad Pablo VI publica la Populorum Progressio. Nunca un documento pontificio había calado tan hondo en la problemática social, haciéndose cargo de la misma”. Susana Roitman: “Pese a la abundante literatura casuística sobre Empresas Recuperadas y los esfuerzos de sistematización, queda pendiente un balance más extenso de todas las facetas implicadas en el proceso de recuperación de empresas a casi una década de su eclosión”. Enrico Campofreda: Repasa el lugar del horror que significó la prisión libanesa EL Khiam, hoy convertido en espacio de la memoria: “El Khiam nace después que en marzo de 1978 durante la primera tentativa de anexión del Estado Libanés, las fuerzas armadas israelíes penetraron por decenas de kilómetros en el territorio sur hasta más allá del Litani”: Hoy “Un grupo de ex prisioneros organizados en comisión, han instituido un recorrido guiado que explica a los visitantes la brutalidad perpetrada en este lugar por casi veinte años”.


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to XVI

enedic ial de B

Nicolas Alessio

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Otra oportunidad perdida No había muchas expectativas, al menos, desde los del mundo de los excluidos, desde aquellos que luchamos día a día por otro mundo posible. Y tal vez por eso no nos llama la atención que se perdiera otra oportunidad, de parte de la máxima autoridad de la Iglesia Católica, de ponerse de parte de los empobrecidos. La nueva Encíclica, no toma partido por las víctimas del sistema capitalista globalizado.

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as críticas más punzantes son al “mercado” y son de sentido común, sin ninguna posibilidad de ahondar en las razones ideológicas responsables de esta catástrofe social. No se atiende a esta crisis global para señalar las razones estructurales, sistémicas, ideológicas… simplemente se recurre a la cuestión moral: el individualismo, el relativismo, la falta de solidaridad, el “olvido de Dios”. Por otro lado, el aporte ineludible de la teología latinoamericana, su “opción por los pobres”, no es tenida en cuenta de ninguna manera. Jamás se la nombra. Da pena este sistemático olvido y silencio de lo más auténtico y cercano al Evangelio, como lo es el grito, el clamor que surge de los excluidos del Abya Yala. Clamor que iluminó a todo el pensamiento y la acción cristiana en el mundo y que, de manera no inocente, el Vaticano parece ignorar. Esta negación es injustificable. Sigue hablando de “desarrollo” y no de “liberación”. La perspectiva es obvia, y no es precisamente desde la mirada de los últimos de la historia. Se debe rescatar, sin embargo, el esfuerzo por ligar cien-

cia económica con la ética. Sin embargo, hay que hacer dos fuertes observaciones. Por un lado, ese esfuerzo, no llega al terreno de la ideología, se queda en un anuncio de tipo teórico. Como siempre, el pensamiento vaticano parece hablar desde un no-lugar. Sin compromisos concretos punzantes, sin pisar la tierra de los mortales. Si bien se reconoce que no hay auténtica economía sin ligarla a los valores éticos, humanistas, no termina de salir del modelo capitalista. Como muy bien y pronto los obispos españoles se preocuparon por aclarar, la encíclica no es “anticapitalista”, sin embargo, hay que decir, que, al final, es a favor del capitalismo. De hecho, la encíclica propone enmiendas que corrijan las desviaciones o abusos del mismo sistema, no propone otro sistema. Y, por otro lado, la Encíclica atribuye al magisterio de la Iglesia Católica, la única y verdadera ética posible. Es el “pensamiento único eclesial”. Sin esta “verdad única” no hay humanismo posible. Esa “sola mirada” que cubre su intento hegemónico bajo el ropaje de “servicio” a la humanidad, ha dejado de lado, una vez más, múltiples y variopintas verdades de otros y otras, culturas y religiones. Por todo esto y mucho más, que sería largo de enumerar, se

ha perdido la posibilidad de ser una voz profética, mejor, una vez más, no se ha querido ser profeta en un mundo, excesivamente dramático, que lo exige, lo reclama, lo necesita. El documento vaticano pasará al olvido. No se hará carne en la historia. No tiene mordiente profética. Una pena. Otra oportunidad perdida.


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i Human o v e u N

Rubén Dri

Populorum progressio El siglo XVI es el siglo que puede señalarse como el inicio de la revolución moderna. Una nueva clase social hace su aparición con la voluntad de transformar el mundo a su imagen y semejanza. Es una verdadera revolución, lo cual significa que transforma radicalmente los ámbitos fundamentales de la sociedad humana, el económico, el social, el político, el cultural, el religioso. Juan XXIII

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omo expresión religiosa de esos cambios surge del seno del catolicismo la denominada reforma protestante que formula cuestionamientos profundos a la Iglesia Católica. Ésta, en lugar de abrirse a dichos cuestionamientos, se cerró en sí misma, se abroqueló en su dogma, su moral y su derecho, condenando a todas las expresiones de la reforma como herejías. Pero, como acabamos de ver la reforma no era más que la expresión religiosa del revolución moderna. Ésta siguió su curso y en el lapso de los siglos XVII desarrolló su propia filosofía, el racionalismo y el empirismo que en el siguiente siglo pasó abierta a la lucha política como ideología, con el nombre de Ilustración. De esta manera, se fue construyendo la hegemonía que culminaría con la Revolución Francesa. Con ésta se abre el campo para las denominadas “libertades modernas”, es decir, libertad de conciencia, libertad de expresión, libertad de practicar la religión. Contra todas ellas la Iglesia Católica dio la batalla.

Pablo VI

El siglo XIX se abre con otro desafío, la denominada “cuestión social” que no es otra cosa que el problema que presenta la clase obrera, fruto del capitalismo. La Iglesia Católica, muy comprometida con las monarquías absolutistas –el trono y el altarno entendió la nueva realidad de la clase obrera que se estaba desarrollando aceleradamente, generando las concepciones socialistas, que la cuestionaban radicalmente. A mediados de siglo (1847) Marx elabora el manifiesto del Partido Comunista, seguido por una serie de acontecimientos sociales y políticos, como la fundación de la Asociación Internacional del Trabajo, la publicación del primer tomo del Capital y la realización de la primera experiencia socialista –la Comuna de París-. Sólo en 1891, ocho años después de la muerte de Marx y dos antes de que Lenin comenzara su actividad política el Papa León XIII produce la primera encíclica social, la Rerum Novarum. La manera como la Iglesia se enfrentaba al problema social era diferente a como se había enfrentado al problema de las libertades modernas. En lugar del puro rechazo y negación, avanzó en una propuesta propia. Es la “doctrina social de la Iglesia”. Es decir la Iglesia a través de su

máxima autoridad, el pontífice romano formulaba una nueva doctrina, una doctrina propia para enfrentar fundamentalmente al marxismo” Transformaciones en el siglo XX El mundo que surge de la revolución moderna está dotado de un dinamismo desconocido en las etapas anteriores de la humanidad. La acumulación del capital llevó a las naciones que lograron una supremacía sobre las otras a construir imperios que competían por la dominación de los mercados mundiales. Esa puja las lleva a enfrentarse en una primera conflagración mundial (1914-1918), seguida de una aguda crisis (1930) y de una segunda y más terrible guerra interimperialista (19391945) que se resuelve finalmente con el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre poblaciones indefensas. Las naciones poderosas entran en una frenética carrera para tener acceso a la energía atómica y con ello, al arma más siniestra de destrucción masiva que la humanidad nunca había imaginado. A las bombas atómicas que almacenan dichas naciones les siguen las de hidrógeno. Por su parte las dos


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Populorum progressio el individualismo que dejaba en manos de cada sacerdote la tarea pastoral, elaborando una pastoral “de conjunto”. Al mismo tiempo se intentaba superar la pastoral puramente idealista, espiritualista, que separa al alma del cuerpo, tratando de abarcar a todo el ser humano desde sus necesidades materiales insatisfechas. Juan XXIII y el Concilio Vaticano II

naciones más poderosas, Estados Unidos de Norteamérica y la Rusia de la ex Unión Soviética se lanzan a una frenética competencia por el dominio del espacio. A su vez las naciones de Asia y África, colonizadas se independizan y por todas partes en las naciones que comienzan a denominarse del Tercer Mundo surgen movimientos de liberación que no sólo quieren liberarse de las metrópolis imperiales, sino que pugnan por avanzar hacia sociedades liberadas con relaciones más humanas. Es el socialismo el foco que los atrae. Se adquiere conciencia de que hay países desarrollados y países subdesarrollados, y que los primeros se han desarrollado a costa de los segundos. En éstos pululan los movimientos populares contestatarios, movimientos insurreccionales, revolucionarios. El marxismo se muestra como sumamente atrayente para estos movimientos. Por otra parte, los países desarrollados, la mayoría de los cuales había participado activamente en la matanza de millones de seres que había tenido lugar en la última conflagración mundial, en 1945 funda la ONU –Organización de las Naciones Unidas- a fin de evitar un enfrentamiento directo de las grandes potencias. La guerra había ocasionado la más horrorosa violación de todos los derechos humanos de parte de todos los actores. Para evitar una repetición

de los mismos el asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948 proclamó la “Declaración universal de los derechos humanos”. Mientras tanto en el interior de la Iglesia se producían movimientos en lo teológico, en lo eclesiológico, y en lo pastoral. Se buscaban nuevas respuestas teológicas para las nuevas realidades que presentaba el mundo. La Iglesia tridentina, presidida por el conservador Pío XII aparecía anquilosada, repitiendo viejas fórmulas para problemas nuevos. Una serie de brillantes teólogos como Ives Congar, Karl Rahner, Edward Schillebeeckx, Hans Küng, reformulaban la teología en ese sentido. En América Latina, aparte de la lectura de dichos teólogos, se reformulaba la pastoral, buscando respuestas concretas a los gravísimos problemas sociales que presentaban los sectores populares. Se buscaba superar

A la muerte de Pío XII sube al trono pontificio el cardenal Angelo Giusepe Roncalli que toma el nombre de Juan XXIII, y abre las compuertas para que se expresen las nuevas corrientes que soplaban en el interior de la fortaleza y pugnaban por ir al encuentro de los grandes problemas que agitaban al mundo. Pero ¿cómo hacer para que la Iglesia pudiese dar respuestas a los nuevos problemas, tanto hacia dentro como hacia fuera? La Iglesia de la cual Roncalli es elegido papa es la que fue construida en el Concilio de Trento. Una Iglesia a modo de fortaleza que se defiende de los peligros externos, sean éstos religiosos, políticos, sociales. No era una Iglesia para abrirse al mundo. Ni su teología, ni su pastoral, ni su estructura interna eran las adecuadas. Se necesitaba una verdadera revolución. Para ello, decide convocar a un concilio. El último, realizado en 1871, había tenido lugar en el Vaticano y había terminado la obra de cerrar completamente la Iglesia tridentino. Ese cierre se hizo mediante la proclamación de la infalibilidad pontificia. Con ello parecía que ya no había más lugar para concilios, pues todo podía resolverse mediante las resoluciones emanadas de la autoridad infalible. El concilio pasó a llamarse Vaticano II, lo cual es obvio. Lo abrió Juan XXIII. El aire fresco que traían muchos obispos, asesorados por teólogos que venían pensando los nuevos problemas, frenó el


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Populorum progressio intento de los conservadores atrincherados en la curia vaticana que pretendían hacer del concilio una simple formalidad. El concilio duró de 1962 a 1965. Es el único concilio que no produjo ninguna condena ni formuló ningún dogma, rompiendo, de esa manera, una tradición de milenios de la Iglesia Católica. Una verdadera revolución. La Iglesia entraba en una nueva etapa en la que en lugar de vigilar, condenar, dar órdenes, amenazar con castigos, avanza soluciones, propone líneas de encuentro y de nuevas búsquedas. De los diecisiete documentos aprobados por el concilio dos son los que nos parecen de particular importancia, el De Ecclesia, que define la esencia de la Iglesia y el que lleva como título Gaudium et Spes, que trata de las relaciones entre la iglesia y el mundo. Según la concepción tradicional sostenida por la Iglesia Católica, ésta consistía fundamentalmente en la jerarquía conformada por el Sumo Pontífice y los obispos. A éstos se agregaban los sacerdotes al frente de las parroquias. Debajo estaban los laicos, la parte no activa sino pasiva, la denominada iglesia discente. Esta Iglesia siempre se llamó a sí misma como Iglesia jerárquica, constituyendo la jerarquía su propia esencia. El documento De Ecclesia introduce al respecto un cambio fundamental consistente en que la esencia de la Iglesia, de la jerarquía pasa al pueblo. Efectivamente, el primer capítulo está dedicado al “misterio de la Iglesia” que se ubica en el seno de la Trinidad, para pasar en el segundo capítulo a hablar del “pueblo de Dios” a cuyo servicio está la jerarquía de la que trata recién en el capítulo tercero. A nadie puede escapar la importancia de tal cambio, pues de esa manera el centro se ubica en el pueblo y no en la jerarquía. Llegó el momento en que aires democráticos comenzasen a soplar en el interior de una Iglesia que se había caracterizado por el absolutismo jerárquico en su máxima expresión. La Iglesia que nacía después del Concilio Vaticano

II no podía ser la misma que la anterior y no fue la misma. El documento Gaudium et Spes continúa con la innovación que había inaugurado Juan XXIII en la encíclica Pacem in terris de dirigirse a “todos los hombres”, rompiendo la barreras eclesiásticas; recupera la categoría profética “signo de los tiempos” como clave de la teología, con lo que se rompe la cerrada dogmatización que le impedía abrirse al mundo y sus problemas; distingue entre la propiedad privada y la propiedad pública y sostiene la mutua autonomía e independencia de la Iglesia y el Estado. Paulo VI y la Ecclesiam suam A Paulo VI, nombre que asume Giovanni

Battista Montini, le correspondió llevar adelante el Concilio Vaticano II a la muerte de Juan XXIII en 1963. Como orientación de línea que habría de seguir dio a conocer la Encíclica Ecclesiam suam en la que, tomando en cuenta la realidad de la Iglesia como “pueblo de Dios”, propone como valor central el diálogo en lugar de la obediencia. La Iglesia jerárquica siempre fue la Iglesia de la obediencia. Es la Iglesia que se construye en el siglo IV en articulación con el poder político del imperio romano, en contra de la democracia de la iglesia asamblearia de los primeros siglos. Pero es sobre

todo la Iglesia que terminó de construirse como fortaleza en el concilio tridentino del siglo XVI cuyo cierre se dio en el Vaticano I de 1871. Frente a la dogmática absolutamente cerrada de la Iglesia de la obediencia, Paulo VI en su primera encíclica, presenta el proyecto de una iglesia abierta al diálogo en sus diferentes ámbitos. Como círculos concéntricos que van desde afuera hacia adentro, la iglesia debe dialogar con la humanidad, es decir, con todos los seres humanos, el ateísmo incluido; con los creyentes no cristianos; con los hermanos cristianos separados, que de “herejes” han pasado a ser “hermanos separados” y, finalmente, “al interior de la Iglesia Católica”. Paulo VI y la Populorum progressio El concilio Vaticano II había concluido. La Iglesia había dejado de ser un cuerpo que parecía sin vida. En la década del 60 el Tercer Mundo en general y la juventud del Primer Mundo se habían puesto en movimiento. Por una parte,se produce el fenómeno de la “descolonización” que abarca a diversas naciones de África y del Caribe. Por otra parte, en 1959 tiene lugar el triunfo de la revolución cubana liderada por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara que tiene consecuencias inmediatas para toda América Latina y más allá. Estados Unidos intenta sofocar la revolución en su mismo nacimiento, produciéndose la Invasión en la Bahía de Cochinos que es derrotada, acentuándose de esa manera la influencia de la revolución. La Unión Soviética instala entonces misiles en la Cuba para rechazar cualquier ataque atómico a la isla. Como consecuencia de ello se produce la “Crisis de los Misiles” que nos lleva al borde la guerra atómica. Mientras la lucha de liberación que se lleva a cabo en Argelia está llegando a su triunfo (1962), los Estados Unidos inician su invasión a Vietnam (1964) provocando la intensificación de la lucha de liberación de ese país que venía realizándose desde 1955 en contra de la ocupación francesa. En la década del 60 el capitalismo llega al límite del crecimiento que había comenzado luego de la Segunda guerra Mundial, impulsado por la filosofía keynesiana y, como se sabe, cuando se llega a esa instancia, el capitalismo comienza un nuevo proceso de acumulación. Ello significa una feroz transferencia del capital de


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los sectores populares hacia las corporaciones. Es el comienzo de la implementación de la filosofía neoliberal. Ello no podía no provocar la resistencia de los sectores populares. Frente a ello los dueños del capital con epicentro en Estados Unidos, implantan dictaduras militares. Así, en 1964 se instala la dictadura militar en Brasil y en 1966 en Argentina. Aquí, en Argentina, había un sujeto popular fuerte, con organizaciones sociales que desde el golpe de Estado de 1955 se habían fogueado en las luchas por sus derechos. La dictadura militar se vio, pues, enfrentada a una resistencia popular a la que no sólo no pudo quebrar, sino que tuvo que retirarse derrotada. Mientras se produce esta resistencia, Martin Luther King, lidera la lucha en contra de la discriminación en el centro del imperio; los checoslovacos se levantan en contra de la dominación estalinista; se produce la revuelta de los estudiantes franceses y la de los mexicanos masacrados en Tlatelolco. En el imperio es el movimiento “hippi” el que reacciona en contra de la guerra y, en general, en contra de los valores de la cultura capitalista. En América Latina, por su parte, crecen los movimientos populares revolucionarios. Expresan la conciencia y el sentir de vastos sectores populares que no están dispuestos a seguir soportando la explotación a que se veían sometidos.

Por otra parte, el pensamiento latinoamericano había comenzado a liberarse de lo que Ernesto Jauretche ha denominado como “colonización pedagógica”. Las academias de los países colonizados tienen siempre la tendencia a reproducir el pensamiento del colonizador. Como signo claro de la liberación del pensamiento latinoamericano se plasma la “teoría de la dependencia” y, en los ámbitos del cristianismo, la Teología de la Liberación. El cristianismo latinoamericano no estuvo ausente de la conformación y lucha de los movimientos revolucionarios. Todo lo contrario. En gran parte fueron sus impulsores, interpretando que el cristiano debe ser revolucionario como lo había sido Jesús de Nazaret. El sacerdote colombiano Camilo Torres lo expresaba diciendo: “El deber del cristiano es ser revolucionario. El deber del revolucionario es hacer la revolución”. Frente a esta compleja realidad, los documentos de la “Doctrina Social de la Iglesia” publicados hasta el momento, incluidos los de Juan XXIII, no eran suficientes. Se necesitaba llevar la Doctrina Social hasta sus límites para responder a problemas que se presentaban como extremos. Haciéndose cargo de la situación y de su responsabilidad Paulo VI publica la Populorum progressio. Nunca un documento pontificio había calado tan hondo en la problemática social, haciéndose cargo de la misma. “Hoy el hecho más importante del que todos deben tomar conciencia es el de que la cuestión social ha tomado una dimensión mundial. Juan XXIII lo afirma sin ambages, y el Concilio se ha hecho eco de esta afirmación en su Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo de hoy. Esta

enseñanza es grave y su aplicación urgente. Los pueblos hambrientos interpelan hoy, con acento dramático, a los pueblos opulentos. La Iglesia sufre ante esta crisis de angustia, y llama a todos, para que respondan con amor al llamamiento de sus hermanos” (PP N° 3). Paulo VI parte de la constatación de que la “cuestión social” tiene dimensiones mundiales. No podía ser de otra manera pues el capitalismo, causante de ese problema, ha alcanzado dimensiones mundiales. Pero la encíclica no se queda en la constatación sino que avanza señalando en primer lugar su gravedad, para enfatizar enseguida que es urgente encontrar la solución. Pero, ¿cuál es el problema central que presenta la cuestión social? “Los pueblos hambrientos interpelan hoy, con acento dramático a los pueblos opulentos”. Ya Juan XXIII en la Mater et Magistra había llamado la atención sobre el problema de “las relaciones entre las comunidades económicamente desarrolladas y las comunidades políticas en vías de desarrollo económico: las primeras, consiguientemente, con alto nivel de vida; las segundas, en condiciones de escasez y de miseria” (MM N° 41) instando a ayudar sin caer en “una nueva forma de colonialismo” (MM N° 47). La Populorum retoma el problema, pero le agrega un dramatismo y una urgencia que no aparecían en la Mater et Magistra. Grave, angustioso, dramático presenta la situación de los “pueblos hambrientos” que requieren con urgencia las soluciones adecuadas. Pueblos opulentos y pueblos hambrientos es la contradicción que no deja de crecer, provocando el “escándalo de las disparidades hirientes” (PP N” 9). La encíclica propone un desarrollo que no se reduzca “al simple crecimiento económico”, sino que sea “integral”, es decir, que promueva “a todos los hombres y todo el hombre” lo que implica no separar la econo-


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Populorum progressio mía de lo humano. Lo que de esta manera está expresando es un nuevo humanismo que Paulo VI desarrolla. El nuevo humanismo La idea de un nuevo humanismo expresada también como la idea del hombre nuevo está lejos de ser absolutamente nueva. Lo es en la manera de presentarla y desarrollarla. En sí misma es antiquísima. Se encuentra en numerosos mitos que hablan de la necesidad de renovación. Está presente en los mitos del agua y del fuego, del bautismo y del diluvio. Es necesario morir, desaparecer bajo el agua o ser consumido por el fuego para tenga lugar una nueva creación, un nuevo mundo y un hombre nuevo. “Yavé vio que la maldad del hombre en la tierra era grande” (Gn 7, 5a). El mundo entero necesita renovarse. Está gastado, enfermo, lleno de maldades. Pero antes de nacer de nuevo debe perecer. “Brotaron todos los manantiales del fondo del mar y las compuertas del cielo se abrieron” (Gn 8, 11b). No se trata de una simple lluvia, por más tiempo que ésta haya durado. Son las aguas del caos primordial las que se vuelcan sobre toda la tierra. Es la invasión del caos. Desaparece el cosmos. Es la muerte. Ahora puede nacer el mundo nuevo, el hombre nuevo, la sociedad nueva. “Pongo mi arco en las nubes para que sea una señal de mi alianza con toda la tierra” (Gn 9, 13). Yavé hace nuevamente la alianza que se había roto. El mundo se ha pacificado, se puede volver a vivir. Esto se encuentra en todos los mitos del diluvio. El mito fue recogido con fuerza y sentido innovador por Pablo de Tarso, quien lo legó al cristianismo. Para Pablo el cristiano es el hombre nuevo que ha sido sepultado con Cristo en el bautismo, para resucitar con él. El hombre nuevo es un hombre esencialmente libre, llamado a gozar de la libertad. “O acaso no se han dado cuenta que los que fuimos sumergidos por el bautismo en Cristo Jesús, fuimos sumergidos con él para parti-

cipar de su muerte?. Pues al ser bautizados fuimos sepultados junto con Cristo para compartir su muerte, a fin de que, al igual que Cristo, quien fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, también nosotros caminemos en una vida nueva” (Rom 6, 3-4). En forma terminante continúa Pablo: “Con Cristo fue crucificado algo de nosotros, el hombre viejo” (Rom 6, 6). Ese hombre viejo se encontraba esclavizado a la ley, pero “ahora, al morir a lo que nos tenía aprisionados, hemos quedado libres de esa ley” (Rom 7, 6). El hombre nuevo no está esclavizado a la ley. Se ha liberado. Pablo insiste en ello: “Cristo nos liberó para que fuéramos libres. Por eso, manténganse firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud” (Gal 5, 1), porque “ustedes, hermanos, fueron llamados para gozar de la libertad” (Gal 5, 13). Este ardiente llamado a mantenerse en la libertad pertenece al primer Pablo que se encontraba bajo el hechizo del radical mensaje de liberación de Jesús de Nazaret. El tema es recogido y profundizado por Rousseau, quien hace una distinción en el hombre natural que tiene que haber influido profundamente en la concepción que el Che se forjó del hombre nuevo. Distingue Rousseau entre el “amor a sí mismo” y el “amor propio” (Rousseau, 1990: 235). El amor de sí mismo es natural, constituye la fuente de los esfuerzos por la propia conservación. Todo ser no desviado todavía por la sociedad civil se ama a sí mismo. Si este amor se desarrolla sin las desviaciones que le imprime la sociedad, si es dirigido convenientemente por la razón y modificado por la piedad, florece en humanidad y virtud. El amor a sí mismo se expande en amor a todo viviente. El amor propio, por el contrario, es artificial, adquirido en la sociedad y da lugar a la competencia, a la rivalidad, al conflicto, a las desigualdades. La sociedad civil que nace con la modernidad es para Rousseau el reino de las desigualdades, de la opresión y la corrupción. Desarrolla las peores tendencias del ser humano. La república, por el contrario, nacida con el contrato social, es el reino de la igualdad. En ella el hombre supera las pasiones y la corrupción y busca el perfeccionamiento. En la sociedad civil el hombre obedece a leyes hechas por otros, mientras que en la república obedece a sus pro-

pias leyes. La república es la nueva sociedad, formada por hombres nuevos, los ciudadanos. Pero éstos no han podido renacer sin morir previamente. Efectivamente, mediante el contrato murieron al hombre viejo, dominado por las pasiones. El tema de discusión es si el hombre es por naturaleza malo o bueno. Hobbes lo había definido como malo. Rousseau lo define como bueno por naturaleza, en cuanto se ama a sí mismo y este amor se expande en compasión por todo ser vivo. Pero con el surgimiento de la sociedad civil, se desarrolló el amor propio y con él, la competencia, las rivalidades y la lucha. En lugar del ser se desarrolla el parecer. Lo que importa es parecer. La sociedad es hipócrita. Hegel, heredero de este pensamiento humanista, dirá que “el hombre es bueno por naturaleza porque es espíritu virtual; pero, por otro lado, no es todavía bueno porque todavía no es como debe ser; la inmediatez es aquello que no debe ser y que debe ser superado” (Hegel, 1987: 129). Esto último es lo que se quiere decir cuando se expresa que “el hombre, tal como es por naturaleza, es malo”, expresión verdaderamente impropia. Sólo en la plena realización de la intersubjetividad, es decir, en un pueblo libre, el hombre podrá ser realmente bueno, es decir, realizado. Marx continuará esta forma de pensamiento, desarrollando el tipo de sociedad en la que podrá realizarse el hombre del amor de sí rousseauniano y del hombre


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Populorum progressio bueno hegeliano, es decir, la sociedad socialista. En la sociedad capitalista, “todos los sentidos físicos y espirituales” del hombre han sido reducidos al único “sentido del tener”. En el comunismo se dará “la emancipación plena de todos los sentidos y cualidades humanos”. Esa emancipación será posible porque “todos esos sentidos y cualidades se han hecho humanos, tanto en sentido objetivo como subjetivo” (Marx, 1977: 148). En esta tradición humanista es fundamental tener en cuenta que el hombre es considerado como un ser esencialmente histórico. El es su propia historia, la cual es su propia creación. Ello implica que puede y debe transformarse. El hombre está dotado de amor de sí y amor propio, como dice Rousseau, o es bueno y malo, como afirma Hegel, o está dotado de sentido humano o reducido al sentido del tener, como asegura Marx. El hombre puede y debe cambiar. Esta es la tradición en la que se sitúa el Che Guevara. “Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo”. El comunismo no es solamente una cuestión de medios de producción. Su socialización es un medio. Son necesarios hombres nuevos. Una nueva calidad de hombre, un hombre que será mucho más libre. Aunque toda la encíclica debe ser leída en el marco del nuevo humanismo, lo más esencial del mismo es desarrollado en los números 20 y 21. “Si para llevar a cabo el desarrollo se necesitan técnicos, cada vez en mayor número, para este mismo desarrollo se exige más todavía pensadores de reflexión profunda que busquen un humanismo nuevo, el cual permita al hombre moderno hallarse a sí mismo, asumiendo los valores superiores del amor, de la amistad, de la oración y de la contemplación. Así se podrá realizar, en toda su plenitud, el verdadero desarrollo, que es el paso, para cada uno y para todos de condiciones de vida menos humanas, a condiciones más humanas” (PP N° 20). Para la concepción y realización del nuevo humanismo se necesitan “pensadores de reflexión profunda” y “técnicos”. Éstos últimos son necesarios en la medida en que es necesario aportar todos los adelantos de la técnica moderna para mejorar la condición humana. Éste es el momento práctico del desarrollo. Pero éste debe estar

orientado hacia la realización plena del ser humano. No se trata de que éste sólo pueda alimentarse, vestirse, tener vivienda, sino que pueda desarrollar plenamente todas sus potencialidades humanas. Para ello se requiere la tarea de pensadores de reflexión profunda, filósofos, sociólogos, teólogos, hermeneutas, historiadores psicólogos que en forma interdisciplinaria descubran nuevas dimensiones del ser humano en las que tengan cabida los valores superiores citados. Práctica y teoría dialécticamente conectadas. No es un humanismo que se plantee simplemente desde arriba. Debe brotar de una nueva comprensión más abar-

vencidos para la realización del nuevo humanismo son la acumulación de riquezas en manos de algunos sectores, “el abuso del tener” y el correspondiente “abuso del poder”, pues uno está íntimamente ligado al otro. “Más humanas: el remontarse de la miseria a la posesión de lo necesario, la victoria sobre las calamidades sociales, la ampliación de los conocimientos, la adquisición de la cultura”. El ser humano es la totalidad de lo que denominamos cuerpo y alma, lo material y lo espiritual, que no son

cadora y profunda del ser humano. El nuevo humanismo que propone Paulo VI requiere el paso de los pueblos de condiciones menos humanas a condiciones más humanas. Se trata de un proceso de humanización que se desarrolla en el número 21. “Menos humanas: Las carencias materiales de los que están privados del mínimo vital y las carencias morales de los que están mutilados por el egoísmo”. El nuevo humanismo requiere la superación tanto de las carencias materiales como de las morales. “Menos humanas: las estructuras opresoras que provienen del abuso del tener o del abuso del poder, de las explotaciones de los trabajadores o de la injusticia de las transacciones”. Dos enemigos que deben ser

dos cosas distintas sino sólo dos momentos. Sólo puede realizarse si ambos momentos crecen. Por una parte, condiciones materiales en las que el trabajo, el vestido, la vivienda, el transporte, estén asegurados y, por otra, el acceso a todos lo niveles de la cultura. Democratización plena de las condiciones materiales y culturales, de la riqueza y el poder. “Más humanas también: el aumento en la consideración de la dignidad de los demás, la orientación hacia el espíritu de pobreza (cf. Mt 5, 3), la cooperación en el bien común, la voluntad de paz”. La consideración de al dignidad de los otros ataca directamente


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Populorum progressio a todo tipo de discriminación y, en especial, al racismo. El humanismo significa valorar por sobre toda otra consideración la raíz humana, espiritual, trascendente de todo ser humano que lleva al mutuo reconocimiento. Finalmente Paulo VI incluye como momento fundamental del humanismo que propone el reconocimiento de “los valores supremos”, en especial de Dios, “la unidad de la caridad de Cristo, que nos llama a todos a participar, como hijos, en la vida de Dios vivo, Padre de todos los hombres”. El nuevo humanismo y la propiedad Toda propuesta humanista necesariamente se encuentra con una necesidad que al mismo tiempo aparece como un obstáculo, la propiedad. Efectivamente, el humanismo implica el mutuo reconocimiento de los sujetos entre sí, la mutua valoración como sujetos, como seres humanos con toda su dignidad. Es allí donde interfiere la propiedad. Es allí donde el capitalismo interviene estableciendo jerarquías, discriminación, acumulación de riquezas, abuso del poder. Paulo VI no escabulle el bulto y se apoya en San Ambrosio: “No es parte de tus bienes lo que tú das al pobre; lo que le das le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para todo el mundo y no solamente para los ricos” (PP N° 23). Será Marx casi dos milenios después de San Ambrosio quien, con el instrumento de sus propias investigaciones, descubra que mientras la producción o creación de bienes es colectiva, la apropiación es privada. Ello equivale a valorizar mediante la ciencia lo afirmado por la teología cristiana de raigambre profética que expresa Ambrosio y a la que adhiere Paulo VI. En consecuencia, continúa Paulo VI “la propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto, No hay ninguna

razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera la propia necesidad, cuando a los demás les falta lo necesario” (PP. N° 23). De esta manera queda condenada la propiedad como la sostiene el capitalismo y, sobre todo, la propiedad que se ejerce de manera especulativa en la etapa del capitalismo neoliberal. Pero hay una consecuencia que por primera y única vez algún documento eclesiástico haya sostenido: “El bien común exige, algunas veces, la expropiación, si por el hecho de su extensión, de su explotación deficiente o nula, de la miseria que de ello resulta a la población, del daño considerable producido a los intereses del país, algunas posesiones sirven de obstáculo a la prosperidad colectiva” (PP N° 24). Transitando este camino no resulta extraño que le encíclica condene el “capitalismo liberal que conduce al “imperialismo internacional del dinero” causa de sufrimientos, injusticias y luchas fratricidas, por lo cual “hay que darse prisa” pues muchos son los que sufren y aumenta la distancia entre el progreso de unos y el retroceso de otros. “Hay situaciones cuya injusticia clama al cielo” que provoca la tentación de la violencia. “Sin embargo ya se sabe: la insurrección revolucionaria –salvo en caso de tiranía evidente y prolongada, que atentase gravemente a los derechos fundamentales de la persona y dañase peligrosamente el bien común del país- engendra nuevas injusticias, introduce nuevos desequilibrios y provoca nuevas ruinas. No se puede combatir un mal real al precio de un mal mayor” (PP N° 31). Este parágrafo que levantó mucha polvareda abre la puerta para la legitimación nada menos que de la “insurrección revolucionaria”. De por sí no es una teoría completamente nueva. La legitimidad de la resistencia al tirano se encuentra en Santo Tomás, pero es una de esas doctrinas que la Iglesia prefiere ignorar o que directamente niega. Dando todavía una vuelta de tuerca al compromiso de la Iglesia con la necesidad de los cambios revolucionarios, agrega la encíclica: “Entiéndase bien: la situación presente tiene que afrontarse valerosamente y combatirse y vencerse las injusticias que trae consigo. El desarrollo exige transformaciones audaces, profundamente innovadoras. Hay que emprender, sin esperar

más, reformas urgentes” (PP N° 32). De esa manera, la Iglesia se abría a las corrientes profundamente innovadoras y revolucionarias que latían en su seno y se transformaban en verdadero fermento de transformación, hacia la realización de una sociedad nueva, liberada, formada por hombres nuevos, creativos, transformadores, revolucionarios. En América Latina en general y en Argentina en particular, se vivió en las décadas del 60 y del 70 una verdadera primavera cristiana en la que miles de cristianos, laicos, religiosos, sacerdotes y hasta obispos, participaron activamente en el movimiento popular que protagonizó luchas memorables por llevar a cabo la construcción de una sociedad

Siglas Gal: carta de Pablo a los Gálatas Gn: Génesis MM: Mater et Magistra Mt: Evangelio de Mateo PP: Populorum progressio Rom: Carta de Pablo a los Romanos

nueva y de un hombre nuevo y una mujer nueva. La lucha terminó en la tragedia de la dictadura militar genocida que, en lo referente a los cristianos significó el asesinato de dos obispos, Enrique Angelelli y Carlos Ponce de León, y la prisión, el exilio, la tortura y el desaparición de miles de militantes cristianos que formaban parte del movimiento popular. Pocas veces en la historia los cristianos habían estado tan cerca de llevar a cabo el mensaje de liberación de Jesús de Nazaret y, en consecuencia, habían estado tan identificados con el movimiento de liberación que parte de abajo, de los pobres, allí donde se encuentra el Dios de la vida.


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Susana Roitman

¿Es posible la democratización de las relaciones laborales? La crisis de finales del 2001 trae aparejada la visibilidad de un abanico de movimientos sociales que se conforman desde mediados de los 90: desocupados, asambleas barriales, movimientos territoriales y pequeños ahorristas despojados movilizan la rebelión de diciembre. Aunque los trabajadores, formales o precarizados, son los perdedores principales del patrón de acumulación que se inicia con el Proceso y que se ahonda en los ´90, el movimiento obrero clásico tiene una participación marginal en el ciclo de protestas abierto. En cambio, en una interesante cantidad de casos, ciento ochenta aproximadamente, los trabajadores afectados por la ola de cierres y quiebras se autoorganizan para impedir la pérdida de sus trabajos constituyendo la pata político-productiva en la diversidad de los rebeldes. El proceso conflictivo y complejo que desemboca en la tenencia y gestión de la empresa por parte de los trabajadores se llama recuperación y las empresas emergentes de ese proceso: Empresas Recuperadas para el Trabajo (ERT).

E

n un marco de efervescencia, la propuesta de las ERT es modificar radicalmente las relaciones sociales en la práctica laboral en vistas a su gestión democrática. En este trabajo nos centraremos en las condiciones de posibilidad de la subversión de las relaciones de trabajo con algunas claves teóricas e históricas. Las empresas que cierran per se, están por cerrar o son cerradas por la Justicia en la crisis que tuvo su clímax en 2001 – 2002 corresponden – hasta donde sabemos en su totalidad - al espectro de la burguesía nacional, una fracción de clase perdedora parcial en el nuevo régimen de acumulación, que Basualdo llama de valorización financiera. Los grandes perdedores son los trabajadores que ven perder dramáticamente su participación en la renta en el período (Basualdo:2006). En un contexto desindustrializador y de caída del mercado interno los cierres y reconversión son una estrategia extendida que abandona el ámbito de la producción de bienes y servicios, propio de su conformación de clase al calor de la dinámica sustitutiva de importaciones. Para los trabajadores, quienes no “tienen otra cosa que ofrecer al mercado más que su fuerza de traba-

jo”, tales situaciones implican la temida pérdida del empleo. En cualquier contexto esta pérdida resulta un quiebre vital. Pero en el 2001, cuando los índices de desocupación más subocupación rondan el 30%, adquiere dimensiones de catástrofe. Es así que la conformación del colectivo recuperador tiene como objetivo, ante todo, detener la caída al abismo. En los procesos de recuperación de la ola recuperadora 20012002 hay un patrón común, ciertas regularidades. En un trabajo anterior describíamos algunos momentos comunes a los procesos de recuperación de empresas que se repiten total o parcialmente y que podemos resumir así. Preludio: en un contexto de neoliberalismo descarnado, las empresas dan señales claras de dificultades en la continuación de la operación. El empresario generalmente opta por proceder a un vaciamiento sistemático frecuentemente ligado a maniobras dolosas. La amenaza del desempleo es una herramienta coercitiva que permite precarizar las condiciones laborales: atrasos en los salarios, suspensiones, despidos parciales, informalidad en el empleo son síntomas de “lo que se viene”. Los trabajadores resisten ante todo al despido y se van fogueando y conformando como colectivo. - Cierre: Se produce o se cierne como amenaza inminente. Los trabajadores toman la empresa para evitar la “bajada de las persianas” en el

marco de innumerables focos de resistencia que se extienden por el país. La clave es continuar con la producción, no quedar del “lado de afuera”. El estado reprime asumiendo la defensa irrestricta del statu quo en nombre de la legalidad. - Deliberación y recreación del colectivo: Los trabajadores debaten casi siempre acompañado por organizaciones sociales, sobre las posibilidades y perspectivas jurídicas, económicas y políticas de la recuperación. Se instala el conflicto en la agenda local, a veces nacional e internacional. En este proceso surgen liderazgos nuevos y también deserciones. El colectivo establece vínculos nuevos, poco habituales en condiciones de trabajo cotidiano. Los trabajadores realizan en pocos días un aprendizaje político de gran magnitud donde se vincula la situación particular con la situación general. - La transición: Se abre una larga y compleja etapa de arreglos institucionales que incluyen los aspectos jurídicos, económicos, financieros y organizativos. El Estado asume un rol condicionado por las circunstancias en un camino sinuoso entre la defensa de la propiedad privada y las demandas, la terquedad de


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¿Es posible la democratización de las relaciones laborales? las resistencias, la aceptación social de las ERT lo cual se manifiesta en discursos políticos ambiguos. (Buffa, Pensa, Roitman: 2005) Sin embargo, trayectorias posteriores difieren notablemente. La casuística y sistematizaciones disponibles refieren la diversidad no sólo de rubros, tamaños y tecnologías, sino también de trayectorias seguidas por las ERT (Ruggeri: 2009). Nos interesa acá discutir acerca de los alcances democratizadores del proceso de trabajo, objetivo planteado en todas las declaraciones de cada empresa individual o en las organizaciones que las coordinan. La gestión democrática y colectiva del trabajo: algunas claves teóricas. ¿En qué consiste la gestión democrática y colectiva de las relaciones laborales? El sociólogo iraní Assef Bayat (1991) caracteriza la situación de “control obrero” y caracteriza múltiples procesos históricos en donde los trabajadores toman la producción en sus manos. Se trata de procesos siempre ligados a condiciones históricas revulsivas: los soviets, los Consejos Obreros de Turín, los procesos autogestivos en el Portugal de los “claveles rojos” son algunos de los momentos de una larga lista, donde los trabajadores deciden romper con la separación de los medios de producción (Marx: 2003) y organizar por sí mismos el proceso de trabajo. Bayat define el “control obrero” como una organización del trabajo en la cual los trabajadores están directamente involucrados en determinar enteramente la operación y dirección de una empresa. Esto incluye la producción y la administración al interior del espacio laboral y en el nivel de las decisiones políticas. Lo cual presupone, primero, una alteración de la división del trabajo existente manera tal que los trabajadores puedan ejercer un control real en la planta (o lugar de trabajo) y segundo, una institución democrática (por ejemplo consejos de trabajadores) para llevar a cabo la coordinación en el nivel macro. Reemplazamos “control obrero” por “gestión

democrática y colectiva de la producción” para evitar la ambigüedad del término control. Ahora bien una gestión de estas características en el contexto capitalista produce una situación que deviene paradójica. Porque el ámbito macro es la liza intercapitalista que exige para que una empresa sobreviva y crezca, una organización del trabajo fundada en el disciplinamiento como señala De Gaudemar (1991) ¿cómo conciliar este mandato de sustentabilidad con la gestión democrática de la producción? Hay, desde luego, una discusión teórica en la literatura sobre las ERT sobre si es posible sostener en el tiempo una gestión democrática. Estas se conectan con algunas discusiones al interior de la Economía Social. En una tesis una investigación sobre economía

social de Brasil, Sardá de Faría (2005) propone dos lecturas marco sobre los procesos autogestionarios, que parecen representativas de un buen número de autores sobre el tema. Parece pertinente para el curso de nuestra argumentación, esbozar brevemente esas dos líneas. La primera es la de Paul Singer, quien considera que un pilar para la transformación social es el cooperativismo, junto con la democracia política y el movimiento obrero, al que se agregan también los movimientos sociales índole distinta: campesinos, desocupados, feministas. Para él, las cooperativas constituyen brechas en la economía capitalista donde el obrero colectivo y el empresario colectivo se fusionan. La Economía Social según


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¿Es posible la democratización de las relaciones laborales? generalización de estos emprendimientos y sus redes. En nuestra opinión ambos planteos deben ser historizados. Hay un proceso de burocratización en el cooperativismo tradicional que pone reparos a la postura de Singer. La postura de Bernardo parece ser un límite formal a la gestión democrática y colectiva de la producción, pero de hecho encontramos una cantidad de emprendimientos que sostienen en el tiempo las “banderas” de la democratización laboral. Conviene entonces indagar en las condiciones de posibilidad que definen el carácter de estas empresas. Singer es “una economía donde no hay capitalistas, solo hay trabajadores y donde los trabajadores asociados son sus empresarios, y el trabajador es al mismo tiempo un obrero colectivo y un empresario colectivo que consigue, de una manera democrática, gestionar sus unidades productivas, permitir que ellas se amplíen, progresen, crezcan y proporcionen resultados económicos algunas veces bastante buenos, otras no tan buenos y cierren como cualquier otra empresa”(citado de Sarda de Faría: 2005, 134). Puesta así la cuestión, surge la pregunta de cómo se coloca la cooperativa en un lugar antagónico al capital, si ella misma va a lidiar como empresa capitalista en el ámbito de la circulación, en el mercado. Por eso Singer considera que el cooperativismo tiene que aliarse con otros dos pilares de la transformación: la democracia política y el movimiento obrero. En cada ámbito por separado y en los tres en conjunto, se deben desarrollar estrategias, para desarrollar una especie de guerra de posiciones que va minando las estructuras del capital. La construcción de redes de esta economía alternativa, permitiría que también en el ámbito de la circulación, del mercado, se modifiquen las reglas de juego y se consoliden instituciones que coexistan con las propias del capitalismo. La segunda posición, es la de Joao Bernardo, un sociólogo portugués, leído con atención en estudios sobre trabajo en Brasil. Conforme a su argumentación, las relaciones de trabajo donde prima la gestión democrática y colectiva de la producción resultan efímeras. Según el autor,

la reorganización autogestiva para profundizarse requiere redefinir no sólo la organización del trabajo, sino también la tecnología, los productos, el destinatario de lo producido y en general el sentido de la producción. Esto es, exige redefinir la productividad, que no es una variable neutra sino portadora de valores. La productividad se define por el qué, el cómo, el para quién y el para qué producir. Aunque se reestructure el proceso productivo en términos democráticos siempre se estará imbricado en cadenas de valor extensas, que definen un todo estructurado y que están regidas por otras reglas. La redefinición de productividad no puede aislarse en una empresa de la definición general impuesta por el sistema, porque entonces no podrá subsistir en el mercado. Bernardo afirma, al contrario de Singer, que el sistema terminará minando las empresas autogestivas por imposición de los productos, las tecnologías y las pautas de consumo. Estas formas que surgen como antagónicas, son cooptadas y apropiadas por el capital para discernir estrategias nuevas en su interminable exacción de plusvalía. Las innovaciones organizativas del posfordismo pueden ser leídas en esta clave. Esto no implica pesimismo o indiferencia frente a las experiencias autogestivas. Son aprendizajes que plantan semillas en la memoria histórica y construyen reflexiones colectivas de cara a una transformación social que tiene un rostro y caminos inciertos, pero que incluyen algún grado de

Empresarios y trabajadores Nuestra hipótesis es que las características de las relaciones sociales en el colectivo de trabajadores de los emprendimientos autogestivos se dirime según como va siendo resuelta a lo largo de su trayectoria, una tensión constitutiva en estos colectivos: la de ser simultáneamente empresarios y trabajadores. Para Singer el empresario y el obrero colectivo se fusionan. Nuestra perspectiva es que la forma contradictoria es inherente a esa relación, más allá de las situaciones particulares. Siguiendo a Bernardo, afirmamos que en el capitalismo cada proceso de producción debe ser pensado con respecto a los otros. Ante todo porque los productos resultantes de un proceso de trabajo solo funcionan como capital en cuanto son “vivificados” por los procesos siguientes, de modo que los procesos de trabajo constituyen un continuo temporal, proyectándose el carácter de práctica a lo largo de generaciones. En segundo lugar, cada proceso de producción depende social y técnicamente de muchos otros, de tal forma que un bloqueo en un proceso particular repercute en bloqueos o restricciones de ámbito más general. De este conjunto de factores resulta que el carácter social de la práctica abarca a la


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¿Es posible la democratización de las relaciones laborales? totalidad de los trabajadores, que constituyen por lo tanto una fuerza de trabajo global y colectiva, aunque internamente diversificada. Es posible referirse a la situación de trabajadores individuales o grupos de trabajadores, pero sólo en función de la fuerza de trabajo en cuanto colectivo. (Bernardo:1991) Pero esta tensión se desdobla en dos en las ERT. El colectivo de trabajadores hereda la doble posición de propietario de los medios de producción y organizador de la producción que caracteriza a sus antecesores y conserva su posición de trabajador en ambas posiciones. Esto plantea algunos interrogantes en dos ejes: En cuanto propietarios-trabajadores: ¿Cómo resolver el tema de la propiedad de la empresa y conservar al mismo tiempo los derechos laborales?. La única opción jurídicamente viable para sostener, a medias, esa doble condición es la cooperativa de trabajo. Pero el asunto no es simple. Ser miembro de una cooperativa de trabajo implica una pérdida de derechos sociales como indemnización, aguinaldo, licencias, vacaciones. La legislación argentina considera al cooperativista más como empresario que como trabajador. Por ejemplo, la norma impositiva exige encuadrar al socio en la categoría de “autónomo” lo que significa oblar mensualmente el monotributo. Por añadidura casi ningún sindicato contempla en sus estatutos la afiliación de trabajadores cooperativistas. Y si la contempla no es clara la forma en que se efectiviza la relación gremial. Lo cierto es que también se pierde cobertura sindical. Esto es, desde la perspectiva de trabajador la cooperativización jurídicamente significa un retroceso con respecto a los pares formalizados y políticamente la pérdida de la posición de trabajador en disponibilidad para el conflicto y la negociación gremial. En compensación se abren espacios de redes de ERT y articulaciones impensadas con movimientos sociales y organizaciones autoconvocadas de distinta índole que florecen en el 2001 y 2002. En cuanto

gestores-trabajadores. ¿Cómo asegurar la horizontalidad en la toma de decisiones, cómo decidir con equidad sobre retribuciones y división de tareas, sin perder la “competitividad” necesaria para subsistir en el mercado?. Sugerimos que en lo que atañe a la gestión democrática y colectiva de la producción hay tres factores que permiten definir la estrategia del colectivo respecto de él en el proceso posrecuperación: a)la trayectoria sociopolítica del colectivo con lo cual nos referimos a las huellas de dominaciones y resistencias inscriptas en la experiencia obrera y las características de los moviliza-

mos un trabajo comparativo de esa empresa con la fábrica de cerámicos Zanon, ubicada en Neuquén sobre los dos aspectos señalados: propiedad y gestión. (Roitman:2008) Ambas empresas son las más grandes del espectro ERT. “Grandes” se refiere tanto al número de trabajadores, como al potencial de ventas, al tamaño de las plantas y al peso relativo de ambas en su sector productivo. Según nuestra hipótesis las trayectorias sociopolíticas, el proceso productivo y el contexto condicionan el desenlace, de manera que cada una se ubicó en términos de propiedad y de gestión en los dos extremos del abanico de ERT. En términos de

dotes del colectivo recuperador orientaciones políticas (en un sentido amplio) de los movilizadotes de la conformación del colectivo; b)el proceso de trabajo o sea los procedimientos, la organización, la tecnología, las relaciones de trabajo, lo que incluye la gestión del conocimiento y el papel de los técnicos, tema central que en razón del espacio no podemos abordar; Y c) el contexto local, que incluye la ubicación geográfica, la estructura socioeconómica y particularmente las condiciones políticas. En una investigación sobre la fábrica de tractores de Las Varillas (Córdoba) Zanello devenida Pauny pos recuperación realiza-

propiedad: Pauny se constituye como Sociedad Anónima de propiedad y gestión compartida entre actores productivos en la cual la cooperativa de trabajadores tiene solo un 33% de las acciones. Además la cooperativa está integrada por un puñado de socios, mientras que el resto de los trabajadores es empleado formal de la sociedad anónima. La cuestión Zanón en cambio propone la “estatización bajo control obrero” en abierto desafío a la propiedad privada, proponiendo que los excedentes se utilicen en beneficio público. Pero la figura propuesta no tiene cabida en el sistema jurídico argentino en donde la propiedad privada es el punto de partida. Ante tal imposibilidad


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¿Es posible la democratización de las relaciones laborales? la constitución de la cooperativa. (Aiziczon: 2006) En términos de trayectoria sociopolítica: aunque en ambos casos el sindicato y los delegados gremiales jugaron un papel relevante en la recuperación, la política sindical defensiva de los 90 de Unión Obrera Metalúrgica en Las Varillas alimenta una cultura obrera muy diferente que la alianza de orientación trotskista y su extendida práctica asamblearia en Neuquén, como señala el excelente trabajo deAiziczon (2006). El contexto ahonda más la distancia entre ambas experiencias. La tarea de los ceramistas desde el ´98, en una ciudad de 265.000 habitantes, incluye acuerdos de lucha con trabajadores desocupados y la conformación de coordinadoras regionales. Los sectores incluidos en ellas van desde el rechazo explícito al neoliberalismo al rechazo igualmente explícito al capitalismo en cualquier versión. Los reclamos producen duros enfrentamientos con el estado. En la geografía de la protesta de los ´90, la región del Alto Valle encabeza la rebeldía. En Cutral Co, nace en 1996 el movimiento piquetero y un año después se produce un levantamiento popular a consecuencia del asesinato de la docente Teresa Rodríguez. En tanto la región centro permanece obediente. Si Rosario y Córdoba son sumisas al modelo, pese a su tradición de rosariazos y cordobazos, no es esperable que la resistencia de Las Varillas tenga un alcance mayor al de la conservación del statu quo. De manera que la ciudad, de solo 16.000 habitantes, sacude su lógica pueblerina sólo ante la “crisis terminal” y lo hace tratando de unir a las “fuerzas vivas”: empresarios, funcionarios, ediles, trabajadores. Se considera que sin apoyo estatal no hay salida y para conseguirlo no se retacea ningún esfuerzo. Comparemos ahora los procesos productivos industriales. En el caso de Zanón se trata de una industria de proceso contrapuesta a la metalmecánica de Zanello. Esta no es una distinción menor. Veamos: La automatización en la industria de proceso está incorporada en el principio de la reacción química. Basta que las temperaturas y las presiones sean las adecuadas, para

trata de sostener sin ambigüedades la posción de trabajador , sin ambigüedades. De allí las preferencias del colectivo por la Sociedad Anónima y 3l “control obrero” respectivamente que contrasta con una abrumadora mayoría, un 90% que no duda en elegir la cooperativa de trabajo. (Aiziczon:2006 ). Conclusiones

que la alquimia de transformación tenga lugar per se. Las industrias de proceso sean procesos fluidos, “liofilizados” por la índole de las reacciones químicas (Vatin: 2004). La automatización metalmecánica es un esfuerzo tecnológico y organizativo. Además, no se trata de una industria materialmente continua. El fordismo intenta que lo sea, pero quizá en eso estriba su debilidad. Ni los talleres artesanales ni los posfordistas se proponen la continuidad física. Los talleres artesanales no garantizan la continuidad productiva por la escasa planificación logística. El posfordismo se propone en cambio asegurar la fluidez extremando la sincronización, el “armado del rompecabezas” entre los centenares de componentes. La complejidad de coordinación requerida para armar un tractor no parece comparable a la producción de cerámicos, aunque el equipamiento de esta última tenga un alto grado de sofisticación y sus innovaciones se basen en investigaciones de química y física de alto nivel. La complejidad del proceso productivo implica también una discusión sobre la apropiación del conocimiento y el papel de los técnicos que excede los límites de este trabajo analizar. De este modo, emergen dos modelos de empresa recuperada. En Pauny el colectivo privilegia sostener su posición anterior, de trabajador formalizado con un patrón inmediato, En Zanón el proyecto es el control obrero y la lucha contra el capital global. Lo paradójico es que en ambos casos se

Pese a la abundante literatura casuística sobre Empresas Recuperadas y los esfuerzos de sistematización, queda pendiente un balance más extenso de todas las facetas implicadas en el proceso de recuperación de empresas a casi una década de su eclosión. Se trata de una tarea de magnitud que debiera encararse en forma colectiva. Desde el punto de vista de ligado a las posibilidades de gestión democrática y colectiva de la producción, hemos planteado dos posiciones teóricas confrontadas, ambas ubicadas en posiciones críticas al capitalismo. En una, la de Singer, se apuesta a los “implantes socialistas” como herramienta de crítica. En la de Joao Bernardo se manifiesta el escepticismo respecto a la transformación en las “fisuras” del sistema. Argumentamos que ambos posturas deben ser historizadas y matizadas y procuramos mostrar como inciden tres factores en el estilo de gestión: la trayectoria sociopolítica del colectivo, el proceso de trabajo y el contexto local. Tal vez, el frágil equilibrio entre la inmersión en las reglas de la competencia y la gestión democrática se puede sostener sólo en un contexto transformador, esto es, mientras se desarrolla favorablemente una “guerra de posiciones” por otra hegemonía, por otra visión de mundo.


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Recuerdos de El Khiam

Enrico Campofreda

Ha sido un Abu Ghraib antes de su tiempo. Entre sus muros han pasado miles de resistentes palestinos, libaneses y simples civiles. Sometidos a abusos y torturas de todo tipo. Ahora se ha convertido en lugar de la memoria.

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aliendo del cubo rojo, una caja de hierro no superior a cincuenta centímetros de alto y aún menos profunda donde estaba en cuclillas, a menudo desnudo, con las manos atadas a la espalda y en sus oídos las martilladas que el joven militar israelí de guardia tenía orden de repetir por horas, minuto a minuto, si levantaba la cabeza el "terrorista" podía ver el horizonte, hacia la Palestina sometida. Es la prisión de El Khiam, sur de Líbano, que desde la liberación de mayo de 2000, un cartel advierte que está abierta. Abierta para las visitas, aunque durante la guerra de los 34 días del 2006, la fuerza aérea israelí, bombardeando el lugar, había tratado de borrar las huellas de su vergüenza. El Khiam nace después que en marzo de 1978 durante la primera tentativa de anexión del estado libanés, las fuerzas armadas israelíes penetraron por decenas de kilómetros en el territorio sur hasta más allá del río Litani. Buscaban el apoyo de las tropas del ELS [Ejército del Sur de Líbano], el ejército local colaboracionista comandado por el mayor Haddad, culpable en el ’82 de haber flanqueado a los falangistas en las masacres de Sabra y Shatila. Con las sucesivas fases del conflicto a principios de los años ochenta en El Khiam fue instituido un lugar de detención y tortura, por donde han pasado miles de resistentes palestinos, libaneses y simples civiles. La tortura del cubo era una de las menos cruentas. Tenían la del palo al cual eran colgados cabeza

abajo los prisioneros, desnudos tanto en verano como en invierno, para ser pateados o golpeados por los soldados mientras el cuerpo oscilaba. Tenían los infaltables barriles, los hierros, los chorros de agua hirviente o helada, las heridas recubiertas de sal y limón, la inhibición del sueño. Un Abu Ghraib antes de su tiempo, incluso si las torturas son un viejo, viejísimo arsenal de cualquier estado canalla. Cuenta un militante de Hezbollah, detenido aquí por cuatro años, que ahora hace de guía en el lugar: “quien llega tiene la posibilidad de ver el enrejado donde los prisioneros eran colgados cabeza abajo con los ojos vendados, pero podemos relatar sobre los cuerpos húmedos que sufrieron descargas eléctricas o de los amenazados, casi al punto de mordida, del gruñido siniestro de los perros. Las presiones psicológicas no fueron para menos: los israelíes traían aquí a nuestras mujeres apresadas en las aldeas, las desnudaban primero y las intimaban a decir donde se escondían nuestros compañeros de lucha si no querían ser violadas. Desgraciadamente hubo incluso violaciones en este lugar maldito”. Hasta el 2000 por aquí han pasado cincuenta mil prisioneros de los cuales cuatrocientos eran mujeres, con una presencia continua de ciento cincuenta personas. “El día de la liberación éramos 144. No había ninguna distinción entre adultos y menores, compartía la celda con un chico de trece años, un anciano de 77 y su mujer de 74, encarcelados sólo por la sospecha de que cerca de su casa podría haberse escondido alguien de la resistencia. Los israelíes ofrecían dinero a quien traicionaba y los apoyaba, más o

menos 5.000 dólares, y han encontrado naturalmente en muchas ocasiones alguien dispuesto a ayudarlos. Estas personas luego de la liberación han podido gozar de la amnistía que ha sido concedida, pero nosotros los ex-prisioneros no hemos sentido deseo de venganza. La Cruz Roja Internacional ha logrado entrar por primera vez a El Khiam en 1995, buscando aportar mejoras al edificio, porque era muy notable la dureza de las condiciones reservadas a los detenidos. Quien se encontraba entre estos muros era considerado un desaparecido, con poquísimas posibilidades de salir vivo”. Un grupo de ex prisioneros organizados en comisión, han instituido un recorrido guiado que explica a los visitantes la brutalidad perpetrada en este lugar por casi veinte años. Se trata, en la mayor parte de los casos, de estudiantes y extranjeros interesados por los acontecimientos histórico-sociales del país. La parcial destrucción israelí de hace tres años ha redefinido el proyecto inicial pero no ha modificado la finalidad. Que prevé una parcial reconstrucción de algunas celdas dañadas, pero manteniendo intactos los escombros que recubren los varios bloques bombardeados. Han sido ya predispuestos paneles externos y pequeñas salas con fotografías y muestras evidencias que ilustran la función fundamental que jugó la resistencia.


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Romina De Luca: “La crisis educativa no es más que la culminación de un largo proceso que viene afectando al sistema educativo cuyo origen podríamos datarlo a mediados del siglo XX”. Román Munguía Huato: Nos deja una reseña de la vida y la obra de Iván Illich de quien, citando a Ramón Xirau, expresa: “Mucho nos deja Iván Illich, este hombre observador, entusiasta, agudo y frecuentemente alegre. Tal vez pensaba, como Quevedo, que nada hay peor que la falta de alegría. Su actitud, vigilante frente a las realidades de este mundo, fue una actitud crítica que exigía un verdadero diálogo con los demás hombres”. Alejandro Dolina: “En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez:”…haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos…” (…) ¿Por qué florecen estos apurones educativos?” Nicolás Arata: “El lugar que la educación debe asignar a la enseñanza de los crímenes asestados contra la humanidad debe ocupar un lugar de primer orden en el discurso pedagógico. No se puede dimitir, no se puede ceder”. Beatriz Cajías: desde su columna Abriendo Sendas retoma la experiencia del Movimiento Estudiantil Autonomista de Bolivia: “A lo largo de todos estos años, bajo la bandera de la autonomía, que comprendía pero también excedía el ámbito exclusivamente universitario, estuvieron presentes las luchas estudiantiles, como constante expresión de resistencia a las dictaduras y al avasallamiento de las libertades”. León Felipe: Poesía.


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La escuela como espacio ausente de educación La educación en crisis

L

a educación, como el arte, la literatura o cualquier otro tipo de actividad humana se desarrolla en una sociedad determinada. Desde hace más de 6.000 años la experiencia de la humanidad es una experiencia de clases. La sociedad tampoco constituye una entidad en el vacío: se encuentra estructurada por relaciones sociales y de todas las relaciones, las de producción, son las que poseen un carácter más profundo, en tanto, determinan la forma de estructuración de la sociedad. Actualmente, vivimos bajo un tipo específico de sociedad: la capitalista. Por ende, cuando hablamos de la educación no podemos abstraernos de ese aspecto más general, no existe una escuela “a secas” sino una escuela capitalista. Buena parte de las cosas que allí ocurran tendrán que ver con las necesidades, voluntades y potencias de la clase que dirige los destinos de la sociedad bajo ese modo de producción, a saber: la burguesía. La crisis educativa actual no es más que la culminación de un largo proceso que viene afectando al sistema educativo cuyo origen podríamos datarlo a mediados del siglo veinte. Si nos dispusiéramos a observar algunos indicadores sociales para enmarcar el devenir educativo, encontraríamos que, la mayor parte de las variables desde fines del siglo XIX hasta mediados del XX van cuesta arriba, comienzan a estancarse -o algunas crecen- hasta la década del setenta y luego entran en pro-

Romina De Luca

Si nos dispusiéramos a hacer un balance de la escuela argentina, hoy, en 2010, seguramente pocos negarían la crisis actual que afecta al sistema educativo. Las divergencias empezarían al tratar de dar cuenta sobre los motivos que explican tal situación. Se trata, entonces, de entender por qué estamos como estamos y, para eso, debemos remitirnos a una explicación profunda que de cuenta de la evolución histórica del sistema educativo. Como punto de partida necesario debemos colocar a la educación en su justo lugar y punto de análisis. ¿De qué hablamos cuando hablamos de educación? ¿Cuál es la relación entre educación y sociedad? ¿Cómo modificamos la situación actual? Éstas son algunas de las preguntas que desarrollaremos en este artículo.


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La escuela como espacio ausente de educación fundo declive. Tomemos algunos ejemplos. Hacia la década del 50 la economía argentina comienza a perder peso en el mercado mundial; primero, en los setenta, cede la primacía en América Latina a manos de Brasil y México, en la actualidad, hasta una economía más chica como la de Chile resulta más atractiva. Desde los sesenta la Argentina ha pasado por crisis cada vez mayores. El salario real -industrial y agrario-, luego de la crisis de 1890 comienza una fase ascendente, hasta 1970, que ni siquiera se ve afectada por la crisis de 1930. A partir, de la década del setenta el descenso es constante. Si nos detuviéramos a analizar el poder adquisitivo de un obrero fabril, observaríamos el deterioro sostenido de su capacidad de compra desde mediados de siglo veinte. Los gastos en educación y salud acompañan esos ciclos de ascenso y declive. Aquí nos ocuparemos de las grandes tendencias que afectaron a la educación en este segundo ciclo, el de declive. En esta segunda fase, la educación, a nuestro entender, aparece atravesada por dos movimientos de diversa índole: su degradación y su descomposición. Fenómenos diferentes pero que a menudo uno se sobreimprime al otro. En primer lugar, nos ocuparemos de una de las problemáticas centrales que afecta a la educación en la segunda mitad del siglo veinte: la descentralización. Intentaremos ver aquí cómo ella expresa, en el plano material, uno de los movimientos profundos que signan el devenir de la educación. Para entender la profundidad del cambio que comienza a operar a mediados de la década del 50 debemos hacer un poco de historia. Por ello, en el siguiente acápite reconstruimos la evolución de la administración educativa a partir de dos grandes ciclos -ascenso y declive- para luego explicar por qué creemos que la descentralización implica un avance en la degradación material de la educación en su conjunto. Veamos. Ascenso y descenso En lo que refiere a la evolución del sistema educativo encontramos que éste se encuentra signado por dos grandes tendencias. Una que se extiende de Sarmiento a Perón y se corresponde con la estructuración centralizada del sistema educativo; la otra de Aramburu a Menem (o Kirchner)

desanda el camino iniciado por los primeros a partir de la implementación de políticas de descentralización educativa. Esta última, como veremos, al recorrer a los más diversos personajes políticos, daría cuenta de una estrategia de clase que busca acondicionar el sistema educativo a las necesidades del capital dando cuenta de uno de los movimientos mencionados en el acápite anterior: la degradación. Es necesario un poco de historia para comprender el cambio. El sistema educativo argentino se expande centralizadamente desde fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Si bien, ya desde la sanción de la Constitución nacional se promulgó el derecho a la educación, la escuela sarmientina -aquella que estructuró el sistema educativo desde sus orígenes- se asentó sobre dos grandes hitos legales: la Ley 1420 de educación común, gratuita y obligatoria sancionada en 1884 y la Ley Lainez -de 1904- aquella por la cual, el Estado nacional salía a socorrer a las provincias en el proceso de creación y construcción de escuelas en el conjunto del territorio. A partir de este momento, la expansión de escuelas en todo el país se multiplicó y la educación primaria se tornó masiva. La escuela sarmientina fue exitosa y como tal se constituyó en sinónimo de educación popular, de incorporación de miles y miles de alumnos al sistema. Ello le valió a la Argentina uno de los mayores

niveles de alfabetismo de toda América Latina. Hacia aproximadamente 1940 la escuela primaria era masiva y su expansión se estabiliza. En cambio, a partir de la segunda mitad del siglo XX, la tendencia centralista de la educación comienza a revertirse. Si previamente la Nación, a pedido de las provincias, se había dedicado a crear establecimientos educativos en jurisdicción provincial a los efectos de asegurar la estructuración del sistema educativo, a partir de 1955 la dinámica es inversa. Ya en 1956, la autoproclamada “Revolución Libertadora” aparece como la primera expresión de la nueva tendencia hacia la descentralización, esto es, de la transferencia de los establecimientos educativos a cargo de la Nación a la égida de las provincias. La restauración del Consejo Nacional de Educación, suprimido bajo el peronismo, ofició como artífice de la nueva tendencia, en tanto, al mismo tiempo que se lo restauraba se le otorgaba la potestad de transferir escuelas. En la Ley Nº 7977, mediante la cual se reestablece el organismo mencionado anteriormente, se sostiene que la “dictadura” peronista, en su afán de absorción de la dirección de los organismos estatales avasalló a todos


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aquellos organismos “cuya estructura descentralizada, federativa y autárquica, admitía una mayor participación ciudadana en el manejo de la cosa pública, haciéndolos menos dóciles a la voluntad del despotismo”. Recordemos que bajo el peronismo se procedió a reforzar el centralismo del sistema educativo. Tal vez uno de los hitos más famosos, mediante la creación del Ministerio Nacional de Educación en el año 1949 bajo la categoría Ministerio Secretaría de Estado. Y se estableció, en forma explícita que: “la acción educativa nacional debe ser desarrollada con unidad de concepción en todo el país, sin que ello importe desatender las necesidades regionales o locales correspondientes”. Por su parte, la Ley de 1956 sostiene que la política educacional debe ajustarse a los principios federativos que, si bien establece que Nación y provincias tienen acciones concurrentes en

materia educativa, “es preciso que aquella se oriente y organice estimulando la acción provincial y teniendo en cuenta, con respecto a las escuelas que crea y dirige, las tradiciones y modalidades regionales”, posibilitando la ingerencia directa de la familia y las comisiones vecinales en el gobierno de la educación primaria. Lógicamente, entonces, fijan como una de las atribuciones del Consejo que “debe tener facultades, a ese fin, para convenir, según ciertas reglas, la transferencia de sus escuelas a las provincias”. En este sentido, el artículo 11º establece que se “podrá transferir a las provincias todas o algunas de las escuelas [...] ad referendum del poder ejecutivo”. No solo ello, además el artículo 5º sanciona la posibilidad de organizar un patronato de cooperación económica “cuya finalidad consistirá en reunir para el Consejo las contribuciones de la generosidad privada destinadas a la construcción, instalación, ampliación y reparación de escuelas en todo el país y a la asistencia social de los escolares necesitados”. La

Libertadora inaugura una tendencia que, en el plano legal, será continuada por Frondizi, Onganía, Videla, Menem y Kirchner. Todas esas gestiones impulsaron la transferencia de establecimientos de la Nación a las provincias. Comúnmente, la historiografía identifica a las políticas de descentralización educativa como vehículo de retiro del Estado en materia educativa. Dichas políticas suelen ser señaladas como las causantes de la crisis educativa actual en tanto habrían sido utilizadas por el Estado específicamente por el neoliberalismo y los gobiernos de facto- para asumir un rol subsidiario en materia educativa al paso que la autoridad privada asumía en el conjunto del sistema educativo niveles de crecimiento alarmantes. En suma, la descentralización es vista como sinónimo de privatización educativa. No tenemos espacio aquí para detenernos en forma exhaustiva sobre este punto. Sólo diremos lo siguiente: En el período de referencia, la gestión privada se expandió en forma constante hasta alcanzar en el conjunto del sistema educativo nacional un control sobre el 25% de la matrícula, de los establecimientos educativos y de los docentes hacia el 2001 con 2.511.151, 9.020 establecimientos educativos y 126.616 docentes. En medio siglo, si bien duplicó su presencia en el sistema no logró quebrar la primacía estatal: recordemos que para ese mismo año, la gestión pública continúa a cargo de las tres cuartas partes de la educación. Si quisiéramos encontrar bajo qué gestión política la educación privada creció más hallaríamos que su expansión recorrió al más diverso personal político: el análisis estadístico realizado por nosotros no encontró correlación alguna entre tipo de orientación político-ideológica y crecimiento de la autoridad privada. En más de una ocasión la gestión privada se expandió con mayor impulso bajo aquellas gestiones que, a menudo, se señalan como contrarias a la educación privada defensoras de la educación pública -Alfonsín, Illía- o crecieron menos bajo aquellas que suelen asociarse con el fenómeno de la privatización Videla, Onganía, Menem-. Vinculado a esto, no encontramos correlación alguna entre el crecimiento de la educación privada y la implementación de políticas de descentralización. El fenómeno al que sí dio lugar la descentralización fue a una creciente provincialización educativa. Pero si bien


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La escuela como espacio ausente de educación la provincialización recibió impulsos puntuales en los momentos de descentralización -Frondizi, Onganía, Videla, Menemninguna de las gestiones anteriores o posteriores a esos momentos revirtió en los hechos concretos los traspasos operados de la Nación a las provincias; aunque sí hubieran desmantelado el traspaso en el plano legal. La ley no se tradujo en devolución de establecimientos por parte de las provincias a la Nación. Ya sea por acción u omisión la provincialización educativa se impuso como la tendencia central de la educación en ese período. Ahora bien, qué tiene que ver esto con la degradación de la educación. Para poder comprender debemos entender cuáles parecen haber sido los motivos para el impulso de ese tipo de políticas. De todas las justificaciones que se han esgrimido para justificar la descentralización tomaremos los argumentos que se han vertido en el Congreso Pedagógico Nacional realizado entre 1984 y 1988 cuando se exponen las conclusiones tanto de la Comisión Asesora como de laAsamblea Nacional en Embalse, Córdoba. Resulta interesante tomar este eje de análisis, en tanto, el Congreso ha sido defendido como un proceso de debate genuino y de defensa de la educación pública que no se habría cuajado en políticas concretas. Además, la ausencia de implementación de políticas de descentralización podría llevarnos a hipotetizar sobre una supuesta oposición o rechazo a las mismas. Veamos: En el Congreso, se parte de un supuesto equivocado en tanto se argumenta que el federalismo fue interrumpido con el inicio de los regímenes de facto hacia 1930 a partir de la imposición, en el plano educativo, de un centralismo autoritario. Sería la restauración democrática la que habría creado un marco institucional para dar lugar a un federalismo real en el sistema educativo. Por ello, se debía dar lugar a una “democratización de la enseñanza”, a “un nuevo estilo de conducción participativa” y de responsabilidades compartidas. La descentralización permitiría eliminar pesadas estructuras superfluas, burócratas improductivos, duplicación de esfuerzos, etc. Se trataba de dar lugar a una utilización óptima de los recursos existentes. La regionalización de la enseñanza debía desarrollarse también en el plano curricular. Es por ello que en el Congreso se establece que los contenidos debían ser flexibles, respondiendo a las

necesidades locales y regionales, de los distintos medios y lugares propiciando el desarrollo (económico) de la región. Los objetivos mínimos comunes debían contemplar en primer lugar, entonces, las “necesidades” de las empresas locales en tanto se establecía que el sistema educativo en todos sus niveles debía contar con orientación laboral y técnicoprofesional según los requerimientos citados. Ahora bien, la descentralización también tenía implicancias más directas. En tanto, se partía de la existencia de muchos sectores que pujaban por los recursos del Estado se apuntaba a transformar a la escuela en una fuente de recursos propios. Su razonamiento se basaba en que la identificación de la comunidad local con su escuela llevaría a una participación económica de la comunidad para su sostenimiento material. Y, si bien se reconocía que los recursos de los municipios eran menores a los de la Nación, mejoraba la capacidad de control de los contribuyentes. Se debían extender las asociaciones de padres, cooperadoras, contribuciones en dinero, bienes o trabajo. Al mismo tiempo, se proponían las escuelas “productivas”: las escuelas técnicas pueden vender su producción, contribuyendo con ello a su sostenimiento. Si no se produce nada, los mismos edificios podían ser alquilados. Los sectores empresarios no quedaban ajenos a esta lógica: ya que uno de los principios básicos es que si una fábrica se beneficia con los resultados de la escuela local, resultaba justo que contribuyeran en mayor medida con su sostenimiento. Para llevar adelante ese acto de “justicia” se podía utilizar la acción coactiva del Estado pero si el mismo se emprendía voluntariamente, la “generosa empresa” debía ser desgravada impositivamente. No extraña, entonces, que los contenidos se pusieran en beneficio del capital. Tal como podemos ver, en un momento en el cual no se implementaron políticas de descentralización educativa


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como el Congreso Pedagógico, se argumentó fuertemente a favor de ellas. Y, uno de los motivos que sobresalen, tiene que ver con tornar más eficiente la utilización de recursos en el plano educativo y traspasar parte del sostenimiento a las comunidades locales. Se enfatiza sobre la necesidad de recursos alternativos para el mantenimiento de la educación. Si el traspaso no encuentra ese correlato, la educación se deteriorará. Sin embargo, este no es uno de los ejes centrales para dar cuenta de la degradación de la educación. Pero sí da cuenta de que la educación parece ser un servicio cada vez más oneroso. Trabajadores descalificados, educación degradada La educación pareciera atravesar una paradoja: al mismo tiempo que se extienden los años de estudio obligatorios se flexibilizan los mecanismos de evaluación y promoción entre grados. Veamos con un poco más de detalle ambos asuntos. Seguramente uno de los momentos históricos que el lector asocie con el fenómeno de la extensión de la obligatoriedad sea la década del noventa. De

hecho, la sanción de la Ley Federal fue de la mano de un incremento de los años de estudio de siete a diez (artículo 10º). Más recientemente, la nueva Ley de Educación nacional (nº 26.206) extiende la duración de los estudios a trece años -secundario completo- (artículo 16º). Sin embargo, la ampliación de los años de estudio data de una larga historia. Ya en la década de los sesenta, Onganía implementó una reforma del sistema educativo muy similar a la ejecutada en los noventa. En esos años, reformó la estructura del sistema educativo creando una escuela elemental de cinco años de duración y una escuela intermedia de cuatro; ambas obligatorias. Se buscaba desalentar la orientación vocacional temprana, responder a las características psicofísicas de la población escolar de 12 a 15 años y brindar capacitación laboral. Tanto en aquellos años de reforma como más recientemente en los noventa, se argumentó que buena parte de los cambios buscaban acondicionar el sistema educativo a un mundo cambiante: se necesitaba un alumno polivalente, actualización de contenidos, de su forma de presentación, etc. Sin embargo, al mismo tiempo que se fundaba el aumento en la extensión de los estudios en un mundo de complejidad creciente, se establecieron medidas que establecían sistemas de evaluación más laxos. La reforma de Onganía fue de la mano de la implemen-

tación de la “promoción automática”. Ese mecanismo estableció el pase automático entre grados privilegiando la retención de la matrícula en el sistema. Curiosamente, para la misma época estudios realizados por el Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE) advertía sobre el alto desgranamiento del sistema, esto es, la alta deserción, sobreedad y la repitencia; proceso que se agudizaba en el pasaje del primario al secundario. En los años noventa, en muchos distritos se implementó lisa y llanamente la “promoción social”: el pase de grado más allá de los logros cognitivos alcanzados por el alumno. Más recientemente, el Consejo Federal de Educación discutió nuevos criterios para el pasaje entre años, para los mecanismos de evaluación y asistencia. Si bien se habla de no resignarse a una educación de calidad, lo cierto es que se prioriza la retención de la nueva matrícula en el secundario. La provincia de Córdoba se colocó a la “vanguardia” en materia de implementación de nuevas medidas y dispuso que en el 2010 los alumnos promovieran de año con tres previas en lugar de dos. Ambos procesos han ido de la mano de la implementación, a nivel curricular, de reformas profundas. La regionalización de los contenidos en los noventa fue utilizada para prácticamente eliminar cualquier correlato universal y de índole abstracta en la educación. Y si bien ya desde inicios de los sesenta encontramos que la regionalización de la enseñanza comienza a calar hondo en los diseños curriculares todavía se mantenía un correlato universal general. En esta época comienzan a gestarse los Programas Básicos, sintéticos y comunes para que, sin descuidar lo general, cada provincia adaptara el curriculum a sus necesidades. La creación de grandes áreas temáticas de conocimiento también han servido para crear bolsas de conocimiento: lo que antes implicaba una mayor especificidad, detalle y extensión de asignaturas como, por ejemplo, geografía, historia, cívica ahora se nuclea bajo el nombre de “Ciencias Sociales”. El resultado ha sido que la escuela pareciera relegar lo cognitivo. Constituye nuestra hipótesis que la degradación de los contenidos no es más que la forma que asume la escuela para adaptarse a las necesidades del mundo del trabajo. Para comprender tal fenómeno, debemos retomar un plano más general. En


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La escuela como espacio ausente de educación la sociedad en la que vivimos, la función más importante del sistema educativo es la creación de los atributos técnicos de la fuerza de trabajo. Partiendo de la caracterización general de Marx en El Capital, sobre el funcionamiento del sistema capitalista nos concentraremos aquí en una de sus tendencias, a saber: la descualificación de la fuerza de trabajo. La manufactura es la primera forma característica del proceso de producción capitalista. Originariamente esta forma aparece como la combinación de oficios artesanales independientes –de igual o diferente tipo-. Cada artesano que es incorporado a un taller de producción lleva consigo sus “saberes”. En un primer momento, bajo la cooperación simple, el obrero ejecuta y conoce la totalidad del proceso de producción. El desarrollo de la forma manufacturera simplifica, mejora y perfecciona las herramientas descomponiendo la actividad artesanal en partes. El obrero ya no desarrolla la totalidad del proceso productivo sino una porción especifica; de obrero total pasa a ser una forma imperfecta, un obrero parcial. La manufactura revoluciona el modo de trabajo del individuo, mutilando los conocimientos del trabajador promoviendo una habilidad parcializada. La división manufacturera del trabajo desarrolla y multiplica esa mutilación. La forma de Gran Industria el capital consuma este proceso de separación entre ciencia y trabajo, concepción y ejecución, en forma definitiva: el obrero se transforma en un mero apéndice de la máquina. Al trabajador se le contraponen las potencias intelectuales del proceso material de producción, condensadas en el medio de trabajo la máquina- como propiedad ajena que lo oprime. La utilización capitalista del medio de trabajo asesina las capacidades intelectuales de los trabajadores al mismo paso que transforma enormes masas de la población en “población superflua”, esto es, no directamente necesarias para la autovalorización del capital. Las contradicciones de esta forma histórica que es el capitalismo pueden observarse en las políticas educativas, que pueden y deben adaptarse a estos nuevos requerimientos: trabajadores más baratos, es decir, menos educados, para trabajos que no requieren educación compleja. Paul Willis, en un trabajo que ya cuenta con más de treinta años, advertía sobre la falsa creencia de los distintos títulos o certi-

ficados como medios para el ascenso individual. Desde su perspectiva, más que “abrir puertas” los certificados apuntan a crear falsas jerarquías obscureciendo la naturaleza cada vez más sencilla y standard del trabajo. Por su parte, Marina Kabat ha llamado la atención sobre la función disciplinadora de la escuela: el “secundario completo” apunta a conseguir una mano de obra más disciplinada que calificada. Las medidas antes enumeradas parecieran abonar tales perspectivas. En el caso argentino, en el que a esta tendencia general del capital se le suma la peculiaridad de una acumulación incapaz de expandirse sostenidamente a escala ampliada (tendencia a la disolución), se agrega otra peculiaridad: la necesidad de reforzar las funciones tradicionales de tipo ideológicas, con las ya directamente asistenciales, que rebajan la escuela al nivel de olla popular. Es el momento de introducir, brevemente, el segundo movimiento que, a nuestro entender, afecta a la educación: la descomposición. ¿Qué entendemos por descomposición? La ruptura de relaciones básicas en el ámbito educativo. La escuela pareciera haber dejado de ser, principalmente, soporte educativo y su función se reduce a la contención de alumnos bajo su órbita. En los párrafos anteriores veíamos cómo la contención en el espacio educativo parecía imponerse a través de la flexibilización de los mecanismos de evaluación. Contención que cobra tres grandes formas: física, afectiva y alimenticia. En relación a esto último, recordemos que muchas familias

obreras no podrían subsistir sin la comida que les brinda a sus niños el comedor escolar. Otra de las facetas más perversas de este proceso se encuentra signada por la emergencia -y tolerancia- de niveles crecientes de violencia en las escuelas. Este último se dirige peligrosamente a romper todo tipo de vínculos básicos en el espacio educativo: entre alumnos, entre alumnos y docentesdirectivos, entre docentes y directivos. Ruptura que, en los casos más severos, va acompañada del desprecio liso y llano por la vida: masacres entre compañeros, hacia los docentes, etc. La violencia aparece como un fenómeno creciente en la vida educativa que tiende a consolidarse. Y las propuestas oficiales más que dirigirse a resolver los problemas


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La escuela como espacio ausente de educación apuntan a la aceptación de ellos en los peores términos: la propuesta de generalización de los Consejos de Convivencia -que ya han demostrado su fracaso en Capital Federal, región que los impulsó- está a la orden del día. Una lectura perversa del problema es la que señala que no se puede restaurar la disciplina en las escuelas porque eso sería autoritario. Ahora bien, para desarrollar un proceso de enseñanza-aprendizaje ciertos niveles de disciplina son necesarios. Sin embargo, sobre este punto poco se dice. Tampoco que cualquier docente debería exigir, como cualquier obrero, trabajar en condiciones mínimas de seguridad. Lo mismo vale para el conjunto de los alumnos en sus tareas de estudio. La escuela en este punto actúa como termómetro social. La violencia en las escuelas no es un problema privativo de la escuela, no se generan por su propia dinámica sino más bien expresa la pérdida de horizonte social y vital de millones de seres humanos. Cómo salimos La historia suele ser muy pedagógica. Somos conscientes de que hemos presentado aquí un cuadro que puede parecer poco alentador. Sin embargo, si nos disponemos a intervenir sobre la realidad más vale que partamos con un balance correcto. Sólo un cabal conocimiento de cuáles son los problemas de la educación -y cuáles no lo son- nos será de ayuda en esa tarea. Ni añoranzas del pasado, ni falsas ilusiones. La provincialización educativa, la

reforma curricular, la incorporación de áreas de conocimiento -o su disección en nuevas materias específicas que han perdido todas sus especificidades-, el vaciamiento de los contenidos con ropajes regionales, la flexibilización en los sistemas de evaluación y de disciplina, la violencia como fenómeno permanente en el ámbito escolar sólo son síntomas. La educación está en crisis porque la sociedad (capitalista) que le da sentido está en crisis. Por ello, debemos organizarnos para atacar al problema de raíz, es decir, al capitalismo mismo. Cualquier planteo que haga abstracción de ese problema político general está condenado al fracaso. Por eso, el conjunto

de la docencia debería defender no sólo lo corporativo -lucha más que necesaria- sino también aquello que apunta a la eliminación del problema. En este sentido, la lucha intelectual, la disputa por los contenidos abona tal tarea. Resulta paradójico y pernicioso que aquellos que sufren día a día la degradación y descomposición del sistema educativo, como los docentes en sus clases, trabajen con manuales que suponen que vivimos en un mundo maravilloso. Si el docente no repone críticamente con sus alumnos, por ejemplo en las clases de educación cívica, que no existe democracia a secas sino democracia burguesa -la férrea dictadura de una minoría sobre la inmensa

mayoría-, que los derechos humanos se ubican detrás de los de propiedad, en tanto la vida se ubica por detrás de la propiedad privada no avanzaremos en la salida. Además, los sindicatos docentes deberían denunciar el rol del Estado y de sus intelectuales funcionarios quienes intentan convencer a los docentes que la escuela es el espacio desde el cual se puede modificar a la sociedad como si fuera un espacio autónomo. Debemos oponernos a la escuela contenedora, a soportar la violencia en las escuelas, a que nuestra tarea se reduzca a darles de comer a nuestros alumnos. No sólo para evitar la degradación de nuestro trabajo sino porque también en esa oposición contribuimos a no profundizar aún más la degradación de la educación. Desde la escuela podemos generar un espacio de disputa ideológica. En este punto, también se trata de dar la batalla contra todas las formas que asume la falsa pedagogía, esto es, aquella que culpabiliza al docente de la situación actual de la educación. Se trata de combatir la idea de que el docente puede cambiar al sistema y, por ende, debe ser más comprensivo, aggiornarse, adaptarse y aceptar la degradación. En lugar de aceptar esas propuestas debemos preguntarnos como la fracción intelectual de la clase obrera cómo organizarnos unificadamente para enfrentar al verdadero causante de nuestros males en lugar de amoldarnos a él. Así, recuperaremos la verdadera dimensión de la educación, verdaderamente humana y para el conjunto de la humanidad.


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Una educación viva, como forma de convivencia verdadera Iván Illich: un utopista radical

E

n un proceso incesante de mundialización del capital, incluida su profunda crisis económica financiera, se hace más visible la decadencia y el caos social. Estamos inmersos, pues, en una tendencia hacia una mayor degradación de una crisis civilizatoria, uno de cuyos rasgos más perceptibles es la crisis de los valores educativos y culturales, la cual aparece bajo diversas formas contradictorias y amenazantes a las conquistas sociales heredadas desde hace muchas décadas con los derechos humanos; como es el derecho a la educación y a la cultura en general. Iván Illich, sin duda, reivindicó esos derechos sociales y civilizatorios pero él consideraba que la práctica educativa debía darse radicalmente distinta a la del establishment, donde el autoritarismo burocrático alienante no tuviese cabida alguna, y su finalidad se centrara en la búsqueda de la creatividad y la libertad humana. Ramón Xirau filósofo y poeta mexicano de origen catalán, quien conoció a Illich en Cuernavaca, México, uno de los últimos lugares donde éste vivió y prácticamente escribiera sus reflexiones fundamentales- dice que, “Illich había emprendido una verdadera lucha ante lo que veía, con verdad, como la esclavitud -las esclavitudesdel hombre moderno. Así, cuando criticaba la educación escolar y la escolaridad, que él veía justamente como instrumento del dominio ejercido por el mundo industrial. Lo cual

Román Munguía Huato

“Mucho nos deja Iván Illich, este hombre observador, entusiasta, agudo y frecuentemente alegre. Tal vez pensaba, como Quevedo, que nada hay peor que la falta de alegría. Su actitud, vigilante frente a las realidades de este mundo, fue una actitud crítica que exigía un verdadero diálogo con los demás hombres”. Ramón Xirau.

no significa que negara la educación. Lo que Iván Illich deseaba, y trató de realizar con niños de Cuernavaca, era una educación viva o, mejor, una forma de la convivencia, palabra ésta, la de convivencia, esencial para entender la vida y la obra de Iván Illich.”. De un grupo de pensadores de raigambre

humanista, en los años sesentas, particularmente de los setentas, quienes hoy podríamos denominar anticapitalistas -entre quienes sobresalen Edgar Morin, André Gorz, Cornelius Castoriadis-, se encuentra Iván Illich, quien, al igual que los mencionados, tiene sus propios rasgos ideológicos


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Una educación viva, como forma de convivencia verdadera y políticos. Algunos declaradamente socialistas, otros de inclinación anarquista, otros más mezclaban ciertas posiciones filosóficas de la llamada contracultura, pero el hecho es que el rasgo común era el pensamiento crítico y la radicalidad de sus propuestas ante una sociedad industrial que ya dejaba entrever sus profundas contradicciones relativas a los impactos sobre la naturaleza misma, en el desarrollo urbano (caos en el transporte, los servicios públicos), o sobre la seguridad social (la atención médica) o el sistema educativo en general. Illich pretendía demostrar en su crítica a la sociedad moderna cómo “la institucionalización de los valores conduce inevitablemente a la contaminación física, a la polarización social y a la impotencia psicológica: tres dimensiones en un proceso de degradación global y de miseria modernizada. Explicaré cómo este proceso de degradación se acelera cuando unas necesidades no materiales son transformadas en demanda de bienes; cuando a la salud, a la educación, a la movilidad personal, al bienestar o a la cura psicológica se las define como el resultado de servicios o de tratamientos”. Cuando leemos algunos pasajes, por ejemplo, de una de las principales obras de Iván Illich, La Sociedad Desescolarizada (1978), podríamos tener la impresión de estar leyendo el espíritu del gran utopista Charles Fourier. Illich, al igual que Fourier, fue un crítico implacable de la civilización industrializada y de sus nefastas consecuencias contra el medio natural y la sociedad. Así, como Fourier fue un adversario y un crítico incisivo de la industrialización capitalista y de su temprana civilización urbana caótica, Illich también nos legó en sus reflexiones ese espíritu analítico y mordaz de su época, propio de un utopista radical. También quizás podríamos estar leyendo de manera actualizada, a través de Illich, al marxista Paul Lafargue, quien proclamaba El derecho a la pereza (1880), pues en su Introducción a La Sociedad Desescolarizada, Illich sostenía

que se proponía “examinar algunas cuestiones intrigantes que se suscitan una vez que adoptamos como hipótesis el que la sociedad puede desescolarizarse; buscar pautas que puedan ayudarnos a discernir instituciones dignas de desarrollo por cuanto apoyan el aprendizaje en un medio desescolarizado; y esclarecer las metas personales que ampararían el advenimiento de una Edad del Ocio (schole) opuesta como tal a una economía dominada por las industrias de servicio”. Visto de esa manera, estamos ante un pensador que percibía claramente la función de la educación como elemento libertario, humanizando las relaciones sociales cuyo fin sería la relación lúdica del trabajo y la actividad humana. Como todos los pensadores profundos Illich fue producto de su época (y de los movimientos sociales radicales del 68), pero él, quien cuestionó a fondo el aparato escolar formal, paradójicamente también fue resultado de su propia formación educativa y cultural. Su animadversión a la educación burocratizada-autoritaria (“saberes institucionalizados”), probablemente a consecuencia de su largo tránsito por su educación religiosa y universitaria, encontrarían desarrollo sistemático en su propuesta de desescolarizar la sociedad, algo que suena tan descabellado como la idea misma de abandonar la práctica profesional médica institucional, pues Illich, en su libro Némesis médica (1975), niega todo progreso de la medicina y cualquier relación entre

ésta y el aumento de la esperanza de vida. Sus ideas críticas al sistema establecido no quedaron exentas de una visión contradictoria y forjó una interpretación muy polémica en su obra escrita. Es difícil definirlo políticamente como un pensador anarquista, pero muchas de sus ideas están impregnadas relativamente de ese espíritu contra toda forma de poder establecido o por establecerse; imbuido de un profundo antiautoritarismo, reflejaba en sus escritos un rechazo implícito a cualquier forma de burocratización fundida en cualesquiera de las instituciones sociales, especialmente la de la docencia escolarizada y la atención médica. La forma y el contenido de la crítica illichiana irritaba tanto al pensamiento conservador de derecha como de algunos analistas de izquierda; como bien señala Mariano Fernández Enguita: “Un buen ejemplo tanto de la incomodidad como de las limitaciones de la crítica de la izquierda contra Illich se encuentra en un interesante librito publicado en España en 1976: Crítica de Iván Illich, que reunía dos ensayos independientes de dos neomarxistas de entonces, dos brillantes analistas de la educación y de la medicina, respectivamente: H. Gintis (“Crítica del illichismo”) y V. Navarro (“La indus-


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Una educación viva, como forma de convivencia verdadera trialización del fetichismo o el fetichismo de la industrialización”). La crítica de ambos puede resumirse en que Illich trata de explicar la producción desde el consumo (o la sociedad desde la escuela) y no al revés, con lo cual deja de lado el elemento determinante: el capitalismo; dicho en breve, que se aparta de la ortodoxia marxista, lo cual puede ser terrible y definitivo desde el punto de vista de ésta, pero indiferente desde cualquier otro. El artículo de Gintis permite comprender mejor la incapacidad del marxismo y, más en general, de la izquierda de los setenta para adoptar una actitud crítica ante las profesiones y, en última instancia, ante la división del trabajo como un proceso autónomo aunque entrelazado con la acumulación del capital.” Para Fernández Enguita: “La novedad de los planteamientos de Iván Illich reside en dos aspectos. Por un lado, su crítica de la escuela como mecanismo de distribución de conocimiento, situación que provoca la total pérdida de autonomía del individuo. Y, por otra, su análisis del papel de la profesión docente, vinculada a las burocracias. La ostentosa incorrección política de sus propuestas condenó a Illich al olvido”. A estas críticas arriba citadas tenemos que agregar la famosa polémica habida entre Illich y Paulo Freire en los años setenta en torno al tema de lo educativo, la escolaridad y la concientización. Si algo podría cuestionarse de la crítica illichiana es la carencia de un análisis dialéctico de la realidad concreta, en el sentido de una ausencia de las contradicciones de la educación vista en su dualidad compleja, pues al tiempo que es o puede ser un factor alienante, es o puede ser un factor emancipatorio, en el sentido asignado por Freire de comprender la educación como práctica de la libertad. Probablemente Illich percibió muy bien

en los últimos años de su vida los terribles impactos del neoliberalismo en lo que se refiere a la disminución del gasto estatal destinado al sistema educativo formal, y aunque alguien podría pensar que ésta medida es acorde con la propuesta illichiana, nada más lejano y chocante al espíritu de La sociedad desescolarizada, en el cual,

su primer capítulo analiza precisamente “¿Por qué debemos privar de apoyo oficial a la escuela?”. Pero, esta propuesta no tiene que ver con la propuesta ultraderechista de Milton Friedman -uno de los neoliberales más recalcitrantes de escuela monetarista de los Chicago Boys-, quien propugnaba por un sistema de becas escolares con un presupuesto cuyos fondos se canalizarían al beneficiario, permitiéndole comprar su parte de la escolaridad que elija. “Si dicho crédito se limitara a unas compras que se ajustasen a un plan escolar de estudios dice Illich-, tendería a proporcionar una mayor igualdad de tratamiento, pero no

aumentaría para ello la igualdad de las exigencias sociales.” En efecto, tiene razón Illich, y esa es una parte de la política neoliberal de los actuales gobiernos ultraconservadores latinoamericanos con su privatización de la educación pública que está causando verdaderos estragos en la sociedad. De lo que se trata, precisamente, es de establecer la igualdad de las oportunidades sociales, como el derecho a la educación; aunque, como hemos dicho, no la educación en su sentido tradicional tan cuestionada por Illich. Como bien decía el propio Illich: “El que todos tengan iguales oportunidades de educarse es una meta deseable y factible, pero identificar con ello la escolaridad obligatoria es confundir la salvación con la iglesia. La escuela ha llegado a ser la religión del proletariado modernizado, y hace promesas huecas a los pobres de la era tecnología”. Finalmente, como bien señala Fernández Enguita: “Illich nos ayudó a abrir los ojos ante la dinámica opresiva inherente a la institución escolar y los intereses corporativos de la profesión, pero sin proponer otra respuesta que el retorno imposible a un pasado inexistente. No era una utopía, sino una ucronía. La tarea de quienes creen posible otra educación no estriba en imaginar un implausible mundo desinstitucionalizado, sino en democratizar de arriba abajo unas instituciones de las que no sabríamos prescindir”.


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La aventura del conocimiento La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura inexplicablemente la adquisición de conocimientos. En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "... haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos...” Quizás se supriman algunos... ¿detalles? ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas, no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mi me llevó decenios. ¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizás por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.

A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que nos ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco. Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros. Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio. Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro. Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo, eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa. Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente.


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y el aprendizaje Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno. No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable. No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera! El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto. Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir mas lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente. Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos - el soberbio y sus victimas - podrían ahorrarse centenares

Alejandro Dolina

de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea. Hay además cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quién es uno", etc. Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes. Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba. Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida. De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda. Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo: “Aprenda a tocar la flauta en 100 años”. “Aprenda a vivir durante toda la vida”. “Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje”


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Escuela Oí tocar a los grandes violinistas del mundo, a los grandes “virtuosos”. Y me quedé maravillado. ¡Si yo tocase así!... ¡Como un “Virtuoso”! Pero yo no tenía escuela ni disciplina ni método... Y sin estas tres virtudes no se puede ser “Virtuoso”. Me entristecí. Y me fui por el mundo a llorar mi desdicha. Una día oí... en un lugar... no sé cuál... “Sólo el virtuoso puede ver un día la cara de Dios”. Yo sé que la palabra “Virtuoso” tiene un significado equívoco, anfibológico, pero, de una o de otra manera, pensé, yo no seré nunca un “Virtuoso”... y me fui por el mundo a llorar mi desdicha. Anduve... anduve... anduve... descalzo muchas veces, bajo la lluvia y sin albergue... solitario. Y también en el carro itinerario más humilde de la farándula española. Así recorrí España. Vi entonces muchos cementerios, y aprendí cómo se llora en los distintos pueblos españoles. Blasfemé. Viví tres años en la cárcel… no como prisionero político, sino como delincuente vulgar... Comí en el rancho de castigo con ladrones y grandes asesinos... Crucé diversos países y continentes; viajé en la bodega de los barcos, les oí contar sus aventuras a los marineros y su historia de hambre a los miserables emigrantes. He dormido muchas noches, años, en el África Central, allá, en el Golfo de Guinea, en la desembocadura del Muni, acordando el ritmo de mi sangre con el golpe seco, monótono y tenaz del tambor prehistórico africano de tribus indomables. He visto a un negro desnudo

recibir cien azotes con correas de plomo por haber robado un viejo sombrero de copa en la factoría del Holandés. Vi parir a una mujer y vi parir a una gata. y parió mejor la gata; vi morir a un asno y vi morir a un capitán. y el asno murió mejor que el capitán. Y ese niño, ¿por qué ha llorado toda la noche ese niño? No es un niño, es un mono -me dijeron. Y todos se rieron de mí. Yo fui a comprobarlo y era un mono pequeño en efecto, pero lloraba igual que un niño, más desgarrada, más dolorosamente que todos los niños que yo había oído llorar en el mundo. El Sargento me explicó: -Anoche en el bosque matamos al padre y a la madre, y nos trajimos al monito. ¡Cómo lloraba el monito! Estuve en una guerra sangrienta, tal vez la más sangrienta de todas. Viví en muchas ciudades bombardeadas, caminé bajo bombas enemigas que me perseguían, vi varios palacios derruidos, sepultando entre sus escombros niños y mujeres inocentes. Una noche conté cientos de cadáveres buscando a un amigo muerto. Viví en manicomios y hospitales. Estuve en un leprosario (junto al lago petrolífero y sofocante de Maracaibo), me senté a la misma mesa que los leprosos. Y un día me acordé del Cid y les di la mano a todos, sin guantelete, no tenía otra cosa que darles. He dormido sobre el estiércol de las cuadras, en los bancos municipales y he recostado mi cabeza en la soga de los mendigos. Y esta llaga que llevo aquí escondida -desde mozo, hace 60 años-, que sangra, que supura, no se cierra y no puedo enseñarla por pudor. No es herida gloriosa de guerra... ¡Pero hay llagas redentoras! Y una vez... alguien me llevó ciego


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León Felipe

a un lugar de pesadilla... de bicéfalos monstruos. ¿Alguien?... ¿o fue el veneno antiguo y poderoso de mi sangre que está ahí, agazapado como un tigre, se levanta a veces, deforma elAmor y me deja sin defensa en un mundo subyugante, satánico y angélico a la vez, donde se pierde al fin la voluntad y uno ya no puede decir quién quiere que venza, si la luz o la sombra? Sin embargo, aquella vez vencieron y me salvaron los ángeles... Pero yo no fui un soldado valiente. ¡Oh el amor, el amor...! ¡Qué formas toma a veces! ¿Por qué ha de ser así? ¿Por qué este veneno de la sangre está ahí siempre, agazapado como un tigre, y no se va, y a veces se levanta, y lucha... y, ¡ay!, puede más que los ángeles? Volví a blasfemar. Y otra vez, desesperado, quise escaparme por la puerta maldita y condenada y mi ángel de la guarda me tomó por los hombros y me dijo severo: no es hora todavía... hay que esperar. Y esperé. Y sufrí, y lloré otra vez. He visto llorar a mucha gente en el mundo y he aprendido a llorar por mi cuenta. El traje de las lágrimas le he encontrado siempre cortado a mi medida. Viví en Norteamérica seis años, buscando a Whitman, y no lo encontré. Nadie le conocía. Hoy tampoco le conocen. ¡Pobre Walt!, tu palabra “Democracy” la ha pisoteado el Ku-Klux-Klan. y “aquella guerra”, ¡ay!, la perdisteis los dos: Lincoln y tú. Llegué a México montado en la cola de la Revolución. Corría el año 23... aquí planté mi choza, aquí he vivido muchos años,

aquí he vivido, he llorado, he gritado, he protestado y me he llenado de asombro. He presenciado monstruosidades y milagros: aquí estaba cuando mataron a Trotsky y cuando asesinaron a Villa, cuando fusilaron a 40 generales juntos... y aquí he visto a un indito, Fedor Dostoyeski a todo México arrodillado llorando ante una flor. He acompañado a la muerte muchas veces: la vi a la cabecera de mi madre, de mi compañera, de amigos innumerables. He sufrido y sufro el destierro... Y soy hermano de todos los desterrados del mundo. Tengo un amigo judío que estuvo enAuschwitz y me ha enseñado las cicatrices del látigo alemán. He estado en el infierno. En un infierno que Dante y Virgilio no soñaron siquiera. Salí del infierno... y he rezado mucho después. Me sepultaron vivo y me escapé de la tumba. He vivido largos años y he llegado a la vejez con un saco inmenso, lleno de recuerdos, de aventuras, de cicatrices, de úlceras incurables, de dolores, de lágrimas, de cobardías y tragedias. y ahora... de repente, a los 80 años me doy cuenta de que sé tocar muy bien el violín... que soy un “Virtuoso”, que puedo tocar en los grandes conciertos del mundo. Me gusta haber llegado a la vejez siendo un gran violinista... un “Virtuoso”. Pero... con esta definición que oí cierta vez en un lugar... no sé cuál: “Sólo el Virtuoso puede ver un día la cara de Dios”.


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Clío recargada: problemas en torno a la enseñanza de la historia y la transmisión de la cultura

Nicolás Arata

“La primera de todas las exigencias de la educación es que Auschwitz no se repita” sentenció Theodor Adorno en 1966. La vehemencia con que expresó esta afirmación contrastaba con la escasa relevancia que la pedagogía -según sus propias palabrasle había adjudicado hasta entonces a la enseñanza del Holocausto.

L

a voz de uno de los principales intelectuales de la escuela de Franckfurt no vacilaba en afirmar que “cualquier debate sobre ideales de educación es vano e indiferente en comparación con este.” (Adorno, 1966). La transmisión de la memoria del trauma histórico –sostiene Inés Dussel- “comparte los dilemas de toda transmisión cultural y de toda acción pedagógica, sus paradojas éticas y sus encrucijadas políticas, pero tiene características que la distinguen de otras transmisiones. En ella, el dolor humano es el eje central que la define.” (Dussel, 2001: 67). Si la educación debe velar con todas sus fuerzas para que Auschwitz no se repita, ¿bajo qué modalidad deben darse cita la historia y la educación? En la afirmación de Adorno pareciera que la historia fuese la vía privilegiada para la enseñanza de un pasado que bajo ningún punto de vista debería volver a repetirse. La historia, magistra vitae, funcionaría así, como un reservorio de saberes y experiencias del cual pueden extraerse enseñanzas fundamentales para aplicar al presente. Es preciso poner a trabajar esta idea. En primer lugar, Elías Palti advierte que este concepto de la enseñanza de la historia “tiene implícito el supuesto no sólo de que la naturaleza humana es uniforme y constante a través del tiempo, sino también de que las cir-

cunstancias en que los hombres despliegan su accionar, si bien no son estables históricamente, resultan sí, de algún modo y hasta cierto punto, asimilables.” (Palti, 2000: 28). En este sentido, la idea de la historia como un continuum subtiende esta concepción historiográfica. Por esta razón, la misma fue puesta en cuestión por Walter Benjamin, para quien el verdadero espíritu

revolucionario consistía en hacer saltar ese continuum, romper con la imagen “eterna” del pasado y “Dejar que los otros se agoten con la puta del ‘hubo una vez’, en el burdel del historicismo.” (Benjamin; 2005: 28). Por otro lado, Jacques Le Goff nos recuerda que el culto a la memoria no siempre sirve a las buenas causas: “la conmemoración del pasado conoce un punto álgido en la Ale-


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Clío recargada: problemas en torno a la enseñanza de la historia y la transmisión de la cultura mania nazi y la Italia fascista.” (Le Goff, 1988:158). Pareciera que ni el acceso al pasado es tan lineal como algunas veces se suele creer, ni sus efectos suelen ser necesariamente los esperados. El problema de la transmisión y la enseñanza de la historia se revela más vasto que la definición política que la confirma y sostiene o de los procesos de determinación curricular que la transforman en asunto de enseñanza (de Alba, 2006: 79). En este artículo quisiera explorar de un modo sintético, algunas dimensiones asociadas a la problematización de este tema, incorporando una serie de problemas ubicados en un registro intermedio entre la enseñanza de la historia y la transmisión de la cultura, entre la escritura de la historia y las formas en que el pasado relumbra en las disputas del presente. Más que un saber decantado, procuramos plantear algunas ideas en proceso, derivadas del pensamiento que buscan acercar un aporte a un campo de debates que en los últimos años se vio estimulado por la atención depositada en él: me refiero a las producciones orientadas al estudio de la memoria y de la historia reciente. La relación de la sociedad con el pasado ¿Cómo se emplea el pasado en el mundo que habitamos? El problema del trabajo historiográfico (la relación entre historia y grafía) no puede pensarse por fuera de las relaciones que una sociedad establece con su propio pasado. En ese sentido, el tipo de vínculo que mantenemos como sociedad con nuestro pasado presenta una ineludible impronta occidental. Esta marca de origen esta teñida por una tensión que recorre el siglo XX. Quisiéramos ilustrarlo a partir de dos citas. La primera imagen, extraída de la Historia del siglo XX, de Eric Hobsbawm. Éste elabora una imagen para pensar este fenómeno particular: “La destrucción del pasado, o más bien de los mecanismos sociales que vinculan la experiencia con-

temporánea del individuo con la de generaciones anteriores, es uno de los fenómenos más característicos y extraños de las postrimerías del siglo XX. En su mayor parte, los jóvenes, hombres y mujeres de este final de siglo crecen en una suerte de presente permanente sin relación orgánica alguna con el pasado del tiempo en que viven.” (Hobsbawm, 1994: 13). El historiador inglés convoca la atención sobre las dificultades que Occidente mantuvo con su pasado como un “fenómeno característico” de fin de siglo. Pero, si alargamos nuestra mirada hacia el alba del siglo, constataremos que buena parte de la humanidad persiguió un propósito fundacional como objetivo principal de su accionar: “crear el hombre nuevo”, “inventar una sociedad nueva”. Los hombres y mujeres que habitaron el siglo XX dejaron entrever en los documentos de época que la invención del hombre nuevo y la gestación de una sociedad sobre nuevos fundamentos, encerraba una cuestión esencial: crear ese hombre o aquella sociedad equivalía siempre a exigir la destrucción de lo viejo.

El pensamiento del siglo promovió una suerte de “frente a frente dialéctico” entre la destrucción de lo viejo y la fundación de lo nuevo. En este sentido, Alain Badiou sostuvo que el siglo XX estuvo atravesado por la pasión por lo real. Badiou abordaba el Siglo, preguntando: “¿Qué es el siglo?”. Y se respondía: “Es la lucha final”. Para Badiou el siglo XX se empeñó en pensar, bajo el paradigma de la guerra, “el nudo enigmático de la destrucción y el comienzo” (Badiou, 2005: 20). Por esta razón, no es casual que el siglo XX cierre con una posición tan difundida como debatida en torno al “fin de la historia”. Los argumentos de Fukuyama condensaron una posición en torno a la cual se suscribía que la sociedad había tocado a su fin en términos de un modelo social que no podría ser superado: la democracia representativa. La destrucción del pasado equivalía pues, a la clausura de todo futuro. Pero es importante dar vuelta la página del siglo. Tomemos ahora la otra referencia, esta vez extraída de la escritura de Beatriz Sarlo. Ante las puertas del siglo XXI, señalaba que: “Las últimas décadas dieron la impresión de


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Clío recargada: problemas en torno a la enseñanza de la historia y la transmisión de la cultura estatuto del saber histórico. El objeto de la Historia

que el imperio del pasado se debilitaba frente al “instante” (los lugares comunes sobre la posmodernidad con sus operaciones de “borramiento” repican el duelo o celebran la disolución del pasado); sin embargo, también fueron las décadas de la museificación, del Heritage, del pasado-espectáculo, las aldeas potemkin y los theme-parks históricos; lo que Ralph Samuel designó como “manía preservacionista”; el sorprendente renacer de la novela histórica, los best-sellers y los films que visitan desde el siglo XIX hasta Troya, las historias de la vida privada, a veces indescirnibles del costumbrismo, el reciclado de estilos, todo eso que Nietzche llamó, con irritación, la historia de los anticuarios. “Las sociedades occidentales están viviendo una era de autoarqueologización, escribió Charles Maier.” (Sarlo, 2005:11). Lo que anuncia esta cita es: ¡el pasado ha vuelto! Pareciera, y el pulso de algunos debates lo demuestra, que la historia cabalga de nuevo. Aunque esto pueda tener múltiples connotaciones. ¿Qué significa que el pasado haya vuelto? ¿Acaso debe entenderse por ello que existe una revitalización de las tradiciones, las identida-

des nacionales, los relatos fundacionales? Tal vez. Pero no descartamos que ese renovado interés por el pasado que demuestra el siglo XXI puede tener su entonación principal, en aquello que Nietzsche denomino “la historia de los anticuarios”. Aquella modalidad de la historia, estaba precedida, según el filósofo, por una voracidad recolectora, una infatigable recopilación de todo vestigio del pasado y, como su contrapartida, por el hecho de subestimar lo venidero, “pues si algo ha envejecido genera la exigencia de que deberá ser inmortal” (Nietzsche, 2006: 45). Este aparente interés por el pasado, significado como una musealización del mundo (categoría acuñada por Lübbe) funda una paradoja: la imperiosa necesidad de recordarlo todo -en torno a la cual el siglo XXI busca diferenciarse del siglo XX-, podría significar, finalmente, que todo puede ser olvidado. Sin embargo, no se agota allí el problema: ante la pulsión por “recordarlo todo”, el desafío de atravesar las versiones instituidas y producir con ellas nuevos relatos, comporta un desafío de primer orden entre la transmisión y la enseñanza de la historia. Pero, ¿acaso la transmisión de un relato y su enseñanza se rigen por las mismas reglas? ¿Fue esa y no otra, la función de la Historia? Intentemos acercar una inteligibilidad internándonos en uno de los debates actuales del campo historiográfico: el

¿Cuál es el objeto del discurso histórico? Sabemos que el objeto de la historia es abordar el pasado; la Historia trata acerca del pasado. Pero, al mismo tiempo, a la Historia no le incumbe todo el pasado (Adamovsky, 2001: 10). Por eso decimos que la Historia es, al mismo tiempo, más y menos que el pasado. Es menos en la medida en que la Historia, como tarea de reconstrucción, jamás podría narrar palmo a palmo los acontecimientos tal como aquellos tuvieron lugar. Historia y pasado no se pueden mimetizar. Por otro lado, el trabajo del historiador requiere, más bien demanda, un lugar para la creación. Sin ello, la historia está ausente. La imaginación histórica, la tarea de construir relatos, de enhebrar narraciones, supone un esfuerzo orientado a hacer inteligible un acontecimiento, dotándolo de uno o varios significados. Hay un plus de sentido en la historia. En este caso, la historia es el acontecimiento más la inteligibilidad puesta sobre aquél. Sin ánimos de aventurarnos en un terreno que en los últimos años ha mantenido una intensa producción al respecto –nos referimos al de la teoría historiográfica- podemos señalar, junto a otros, que se ha producido un debilitamiento del viejo ideal de cientificidad del discurso histórico. Ello no implica desconocer los aportes fundamentales que las tradiciones historiográficas han realizado o proclamar su agotamiento (nadie se imagina una formación de grado sin la presencia de un conjunto de lecturas clásicas como parte del programa de enseñanza), sino la dificultad de pensar pura y exclusivamente a partir de su herramental teórico. Si coincidimos en señalar que su debilitamiento trae aparejada la imposibilidad de sostener el objeto de la historia como un objeto unificado. Ante la pérdida de hegemonía de una teoría unificante, la historia parece rehusarse a establecer leyes generales y vuelve a tratar singularidades y a intentar pensarlas. “Lo que emerge como ámbito pertinente para la práctica historiadora es el campo de intervención […] Cada intervención de la práctica historiadora determina qué prácticas son relevantes para su análisis, constituye las situaciones singulares con las que opera, de acuerdo con la estrategia que le es propia”


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Clío recargada: problemas en torno a la enseñanza de la historia y la transmisión de la cultura (Campagno & Lewkowicz, 2007: 33). ¿Cuáles son las condiciones para la escritura de la historia? Este interrogante plantea un debate en torno a la pertenencia de la Historia al género de la narración, entendido en el sentido aristotélico de poner en marcha la intriga de las acciones presentadas (Chartier, 2007: 95). Esta afirmación no se aceptó fácilmente por la escuela de los Anales, pues ello suponía negar una historia estructural y cuantificada a favor de una historia de los acontecimientos. La nueva historia cultural intentó zanjar este debate. En tres obras fundamentales de la historia cultural se vuelve sobre este asunto. En primer lugar, Paul Veyne afirmaba que la historia es ante todo un relato y lo que llamamos explicación no es más que la forma que tiene la narración de organizarse en una trama comprensible. Luego, Hayden White hacía lo propio identificando las profundas formas estructurales de la imaginación histórica con las cuatro figuras de la retórica y la poética clásica, es decir la metáfora, la metonimia, al sinécdoque y la ironía. Finalmente , De Certeau sostuvo que el discurso histórico, en sí mismo, pretende dar un contenido verdadero (que depende de la verificabilidad), pero bajo la forma de una narración (Chartier, 2005). Chartier argumentó, apoyado en Ricouer, que toda historia incluso la menos narrativa-, aun la más estructural, está construida siempre a partir de las fórmulas que gobiernan la producción de las narraciones. Las entidades que manejan los historiadores (“sociedad”, “clases”, “mentalidades”, etc.) son “cuasi personajes, dotados implícitamente de propiedades que son las de los héroes singulares o de los individuos ordinarios” (Ibid. 97). En este sentido, no puede sostenerse que se haya producido un resurgimiento de la narrativa pues: “¿Cómo puede haber resurgimiento o retorno allí donde no hubo partida ni abandono?” (Ibid. 98). Hayden White sostiene que la dimensión narrativa de la historia no depende ni de la realidad pasada, ni de las operaciones propias de la disciplina. Según él, la elección que hace el historiador de una matriz tropológica, de una modalidad en la urdimbre de una intriga, de una estrategia explicativa, es idéntica a la del novelista. A lo sumo, “la diferencia entre la historia-ciencia y la historia-relato deberá producirse en el seno del relato, con sus palabras y su uso de las palabras.” (Ran-

ciére, 1993: 12). Ahora bien, sabemos que ese pasado se constituye, toma forma, en la medida en que hay un presente que lo convoca como tal. Los sentidos que estos fragmentos del pasado adquieran para nosotros, no podrían pensarse por fuera de las condiciones que ese presente le confiere al asunto en cuestión. Hay tras esta idea, un

mito epistemológico, y que, por lo tanto, asume que nada de todo lo que ocurrió debe ser considerado como perdido para la historia. Por el contrario, Benjamin reivindicaba la tentativa de fijar la imagen de la historia en las cristalizaciones más humildes de la existencia, en sus desechos -por así decirlo, pues el oficio del historiador es impuro, contaminado de anacronismos-. La imagen del trapero expresa una oportunidad: no importa cual desecho/acontecimiento puede servirle a un historiador para formar una nueva colección/enhebrar un relato. Esto nos conduce a pensar cuál es el modo privilegiado de abordar la historia. La historia como reconstrucción

supuesto epistemológico muy fuerte y arraigado. Hay hechos, experiencias, ideas que merecen ser recordadas mientras que otras ideas, experiencias y sucesos no valen la pena y por ende, son confinados al olvido. Walter Benjamin sugería que el trabajo del historiador estaba emparentado al del trapero. La imagen del historiador proclamada por Benjamin es, en este sentido, el de un coleccionista de trapos, en el sentido que no hace distinción entre acontecimientos grandes y pequeños, que ha resuelto ese

Comencemos por situar un contexto. Sabemos, y estamos en condiciones de afirmar, que las preguntas históricas por excelencia son aquellas que vuelven una y otra vez sobre la reproducción tanto como sobre la noreproducción de los sistemas sociales. Una pregunta por el modo de funcionamiento de la sociedad; la otra, por el pasaje de una sociedad a otra. Este par de preguntas, adquieren diversos sentidos si las situamos en el momento de conformación de los estados nacionales o si nos ubicamos en el momento de su ocaso. Si, como mencionábamos, el siglo XX rechazó el valor del pasado, entendiéndolo como una pesada carga, es preciso incluir en este cuadro una posición contrastiva: la herencia cristiana y la herencia clásica de las cuales es tributaria la cultura occidental, han esperado siempre demasiado de su pasado y sus tradiciones. Los griegos y los latinos eran pueblos historiógrafos. De hecho, el cristianismo es una religión de historiadores. Otros sistemas religiosos pudieron fundar sus creencias y sus ritos en una mitología más o menos exterior al tiempo humano. Por libros sagrados, en cambio, los cristianos tienen libros de historia. Esta dimensión historiadora da


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Clío recargada: problemas en torno a la enseñanza de la historia y la transmisión de la cultura cuenta de un intento por preservar aquellos acontecimientos considerados “fundamentales” que hacían a la vida de una comunidad, un pueblo y, más tarde, una Nación (advirtiendo que en ese sistema de relevos se produce un creciente proceso de secularización del relato sobre el pasado). Estas historias se pretendían a si mismas sagradas, objetivas, imparciales, legítimas. Nosotros sabemos que las historias oficiales se fundan sobre olvidos, a los cuales ellas mismas han contribuido a construir. Por esta razón, diremos que el ejercicio historiográfico es el resultado de una reconstrucción. En otras palabras: lo efectivamente sucedido nunca vuelve. Por esta razón, los esfuerzos individuales y colectivos, académicos y políticos forman parte de la tarea por recuperar lo acontecido desde las preocupaciones, intereses e interrogantes que se formulan en tiempo presente. A partir de ello, importa cuestionarse: ¿qué sentidos tiene para nuestras sociedades el acceso al conocimiento del pasado? Esta reconstrucción donde se funda la Historia, puede responder a distintas manifestaciones: reafirmar la identidad de un pueblo, tramitar herencias culturales, enhebrar filiaciones, reclamar justicia, buscar las causas que originan los conflictos del presente. Lo que estamos dispuestos a sostener es que toda reconstrucción histórica es política, objeto de conflicto, recorte de intereses, una modalidad de intervención –una versión, en definitiva- que se lee y se escribe mediado por los contextos de producción y recepción en los que se desarrollan. Dijo Deleuze: “Nunca el pasado se constituiría, si no coexistiera con el presente del que es el pasado” (citado en Pineau et al., 2006: 131). Si el pasado es una reconstrucción, y ésta se toca con ciertos fines que perseguimos en relación a nuestro presente, dicha reconstrucción no está exenta de conflicto. Esto nos lleva a otro punto, donde los caminos comienzan a ser divergentes: no existen más que versiones de la historia. Según el punto

de vista que se adopte, existen innumerables modos en los cuales el pasado ha sido percibido, reconstruido, falsificado, restaurado, inventado, combativo, olvidado o anulado. La maleabilidad que presenta el relato histórico frente a una realidad que es, por definición, “conflictiva” y “dinámica”, plantea la necesidad de volver explícito el lugar desde donde se constituirá la voz del enunciador. Bajo esta perspectiva, se elaboraron historias “sociales”, algunas historias “revisionistas”, otras historias “populares” y tampoco faltaron las “historias de

bronce”. En función de los intereses que persiga el autor que se asoma al ático de la historia, la operación historiográfica le permitirá seleccionar determinados rasgos, elementos, acontecimientos, trasformándolos en sucesos históricos. Nuestra inquietud parte del problema en torno a las múltiples formas de convocar el pasado. Pasado y presente se encuentran en movimiento permanente y se rescriben mutuamente. Las significaciones que se hacen del pasado parten de las preocupaciones presentes. ¿Qué lugar ocupa en nuestras sociedades aquello que nos nombra el pasado? Museos, películas, actos escolares, efemérides, anécdotas familiares, libros, consignas políticas, todas pueden ser soportes para la recuperación del pasado. Pero todas ellas se realizan desde un momento presente. Ello nos reenvía a un asunto de renovado interés en el campo cultural. La relación entre memoria historia y transmisión. Antes nos preguntábamos por el valor del

saber histórico. Ahora, la pregunta se desliza hacia otro registro: ¿qué es lo que hacemos cuando escribimos, hablamos o aprendemos Historia? ¿De dónde proviene el impulso a ese merodeo entre papeles arrumbados en algún rincón del archivo, a la búsqueda del paradero que une la vida y la muerte de un hombre ilustre o de un ignoto? Estas preguntas nos inquietan, lanzándonos con fuerza a una empresa que requiere sentar posición en torno a la relación entre historia, pasado y memoria. La relación entre memoria e historia, por su parte, constituye un verdadero parte aguas. Algunas posiciones historiográficas suelen contraponer la historia, que es interpretación y toma de distancia crítica del pasado, a la memoria, que implica siempre una participación emotiva en él, que es siempre vaga, fragmentaria, incompleta. Otras posiciones, a las cuales adscribiremos, proponen una articulación compleja entre una y otra. Estas proponen un enfoque que no expulsa los recuerdos en nombre de una supuesta objetividad historiográfica. Busca comprender los puntos de contacto y divergencia entre el testigo y el historiador. Sostienen, por cierto, la necesidad de una integración entre memoria e historia, donde el llamado a la memoria colectiva y a las memorias privadas permita al historiador deslizarse desde el terreno de los acontecimientos públicos al mundo de la vida privada, de las “historias vividas”, todas ellas sumergidas en la densa trama de las experiencias cotidianas. Detengámonos en un acontecimiento especialmente significativo para nosotros. La relación con la experiencia argentina reciente está sin duda ligada a la experiencia de la dictadura militar y la construcción de un modelo de sociedad concentracionaria. El 24 de marzo es una fecha que nos convoca a llevar adelante un fuerte y sentido ejercicio de reflexión. Esta reflexión puede tomar, en algunas oportunidades la modalidad de un ejercicio de memoria. También, puede combinarse con algunas ideas sobre en qué consiste recordar. En este caso en particular, recordar, hacer memoria del pasado reciente, es preguntarnos sobre lo común y compartido: ¿qué nos reúne? ¿Qué es lo que nos acomuna? ¿Qué tenemos en común aquellos que nos damos en llamar argentinos? (Trímboli, 2007: 187). Un requisito para que ese pasado pueda representarse como un pasado


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Clío recargada: problemas en torno a la enseñanza de la historia y la transmisión de la cultura común, consiste en que cada uno de los sujetos que forman parte del mismo grupo social deba asumir memorias similares. Aquí se vuelve a introducir el problema de la memoria. Recordar cosas similares no significa, muchas veces, recordar lo mismo. Señala Schmucler que la idea de que existe una “memoria única” es de por sí, una idea despreciable (Schmucler, 2007: 26). La memoria se parece, en ese sentido, mucho más a un campo de batalla donde lo que se disputa es la selección y el significado de los acontecimientos. La memoria está en el campo de lo bélico; la memoria nos permite discernir que muchos son los presentes posibles y no que solo hay un presente que se nos ha ofrecido. Cambiemos por un momento el ángulo del problema. Las relaciones entre historia y memoria, en la perspectiva de quienes tienen por tarea tramitar el legado cultural, presenta otra dificultad. La pregunta a propósito de nuestra historia reciente –en torno a la figura del Terrorismo de Estado- “¿para qué recordar?”, se traduce, desde el lugar del educador en esta otra “¿cómo enseñar lo inenseñable? ¿Cómo transmitir algo que es del orden de lo innombrable? Y si la decisión es enseñarlo, ¿qué hacer con aquellos que no quieran saber de ellas? ¿Gozarían acaso de la facultad a ejercer su derecho a la ignorancia? Referirnos a la transmisión requiere invocar una experiencia común y compartida, que nos asemeja como hombres y mujeres, sujetos de palabra. Nos referimos a aquello que Jacques Hassoun ha señalado como un deseo intrínseco a toda sociedad: la de transmitir a nuestros descendientes aquello que hemos recibido. Si enseñar es ayudar al otro a incorporarse a una tradición, a un linaje: ¿qué tipo de vínculos podemos ofrecer a nuestros alumnos con el pasado reciente? ¿Se trata sólo de recordar? ¿O bien –como señala Arendt- de comprender lo que se recuerda? ¿Y cómo se comprende mejor: ofreciendo una única narración organizada de los hechos o abriéndose a la posibilidad de que existan versiones distintas de la historia? ¿Cómo se articula allí el singular y el plural? ¿Qué riesgos se corre en uno y otro caso? ¿Qué consecuencias trae apare-

jada? ¿Hay que garantizar una única forma del recuerdo sobre lo sucedido? ¿O diferentes formas de recordar enriquecen la experiencia? Por cierto, referirnos a la transmisión no debe conllevar a que la misma sea pensada como un proceso lineal, unidireccional, o neutro. Por el contrario, la transmisión es un acto político y por ende, militante, sufriente. Transmitir no es equivalente a “informar” (Debray, 1997). Armar la cita entre el pasado y el presente es un trabajo interminable. ¿Qué transmitir, cómo transmitirlo y para qué transmitirlo? Son las preguntas que atraviesan la tarea educativa, cuando ésta es entendida como una dimensión de un acto que nos instituye como sujetos históricos. La tarea de los “pasadores” de cultura comienza donde muchos creen que termina: reconociendo en el otro (el alumno, el aprendiz, el joven), un sujeto deseante y no un destinatario pasivo del saber histórico. Derrida lo expresaba de un modo elocuente. La imagen de la transmisión parece producir una doble exhortación: reafirmar lo que viene antes de nosotros: “es preciso hacerlo todo para apropiarse de un pasado” (decía Goethe: “Lo que tus antepasados te han dejado en herencia, si quieres poseerlo, gánalo”) aún sabiendo que ese pasado es inapropiable”. Pero no sólo se trata de aceptar dicha herencia, sino reactivarla de otro modo y mantenerla con vida. No escoger, sino escoger mantenerla con vida. Esa reafirmación que al mismo tiempo continúa e interrumpe, tiene lugar de lleno en la superficie donde emerge el sujeto de la experiencia. Algo nos es dejado por otros, pero eso no alcanza para hacerlo propio. La herencia gobierna dos gestos a la vez: dejar la vida en vida, hacer revivir, saludar la vida, en el sentido más poético. Afirmaba Derrida: “No se puede desear un heredero o una heredera que no invente la herencia, que no se la lleve a otra parte con fidelidad. Una fidelidad infiel.” (Derrida, 002: 46)

A modo de cierre En los apartados previos, intentamos organizar un conjunto de temas que consideramos afines a la enseñanza de la historia. El camino elegido no ha sido el de asumirlos como parte de un problema didáctico, aunque no desconocemos que este punto tiene una especificidad que le es propia (y por cierto, muy importante). Ensayamos otro camino más sinuoso, ubicados en registros más amplios y diversos, pues creemos que allí anidan una serie de problemas aun por identificar que pueden aportar a una mejor comprensión de nuestra labor pedagógica. Más que desplegar una línea de trabajo intentamos ubicar las coordenadas de un campo problemático a explorar. Volvamos a Auschwitz. El lugar que la educación debe asignar a la enseñanza de los crímenes asestados contra la humanidad debe ocupar un lugar de primer orden en el discurso pedagógico. No sólo no nos cabe duda, convencidos estamos de que no se puede dimitir, no se debe ceder. El punto es cómo poner a dialogar esa idea a la par de algunos de los problemas señalados: ¿dónde se dan cita los problemas de la enseñanza de la historia, su escritura y los mandatos sociales ligados a la transmisión de la cultura? Y poder, a partir de ello, enunciar los efectos –si es que esto último fuese posible- de la enseñanza de la historia. Lejos de ser este un problema exclusivamente didáctico, atañe al núcleo de la pedagogía misma: las formas en que convoca al diálogo entre generaciones. Lejos de ser este un problema que concierne exclusivamente a la escuela, atañe al conjunto de las instituciones que tramitan cultura.


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Abriendo sendas MOVIMIENTO AUTONOMISTA EN BOLIVIA Siguiendo el propósito de esta columna, de compartir autores, teorías o experiencias educativas realizadas en América Latina que señalaron caminos para transformar nuestras sociedades, quiero en esta ocasión presentar algunas manifestaciones del movimiento autonomista de los estudiantes bolivianos, en la tercera década del siglo XX, inspirado en el movimiento estudiantil de Córdoba de 1918.

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ra una época en la que el mundo había entrado en una vorágine de cambios y sucesos de trascendencia universal: la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la Revolución Mexicana… Circulaban ideas socialistas y marxistas, en algunos casos con perspectiva indigenista; se definían nuevos roles sociales, económicos y políticos, con una renovada participación de las clases medias y avances en la organización de obreros y clases pobres. En Bolivia, uno de los muchos golpes de estado ocurridos en este país terminaba con el dominio del Partido Liberal que, desde inicios del siglo, había protagonizado la lucha por la modernización de la nación, entre cuyos rasgos se encontraba la construcción de un sistema educativo nacional. A pesar de estos cambios, la Universidad -no solamente en Bolivia- mantenía sus raíces coloniales, su estructura medieval y su visión conservadora. Las autoridades y docentes eran nombrados por favor político, más que por méritos y había escasos aportes científicos o tecnológicos; principal-

mente, la Universidad se mantenía totalmente ajena a su medio y a las transformaciones históricas. Los estudiantes bolivianos tuvieron algunas actividades iniciales; por ejemplo, en1901, se organizó una liga estudiantil, en La Paz, que participaba en la Liga Internacional de Estudiantes; en esta misma ciudad, ya en 1912 se fundaba la federación universitaria local. Estas manifestaciones iniciales eran aisladas e incipientes, carecían de una orientación clara y una posición política definida y las asociaciones y diversos tipos de grupos de estudiantes tenían carácter cultural, más que político. El movimiento estudiantil de Córdoba llegó a Bolivia con varios años de retraso y fue ampliando su influencia poco a poco, tomándose cada vez mayor conciencia de la crisis universitaria y, por ello, de la necesidad de enfrentarla y superarla. Antes aún de avanzar en el proceso autonomista, estudiantes bolivianos asistieron al Congreso Internacional de Estudiantes, realizado en

México en 1921, que pedía la participación de los estudiantes en el gobierno de la universidad, la docencia libre y la asistencia libre. Poco después, en ocasión del tricentenario de la fundación de la primera universidad boliviana, la Universidad Mayor, Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, en 1924, mientras las autoridades realizaban un homenaje muy pobre, los estudiantes publicaban un manifiesto en el cual analizaban la situación crítica de la Universidad y mencionaban la posibilidad de superarla mediante la declaración de la autonomía. En 1925, año del centenario de la fundación de la república, el movimiento estudiantil estuvo presente con protestas y proclamas más decididas y fortaleciendo la aspiración hacia la autonomía universitaria, idea que fue abriéndose camino poco a poco no sólo entre los universitarios, sino también en la opinión pública. Ese año, se organizó la Federación de Estudiantes de


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Cochabamba, que tendrá un rol directivo en las futuras acciones autonomistas. En 1927, el rector de la Universidad chuquisaqueña escribió al Ministro de Instrucción Pública una nota planteando que la autonomía se imponía en Bolivia y prometiendo una próxima propuesta formal al respecto; para elaborarla, el Rectorado convocó a diversos científicos locales; este proyecto fue presentado ante el congreso nacional a fines de ese año, aunque no recibió la atención esperada. Se pensó, entonces, en la necesidad de conformar una asociación nacional más orgánica y, para ello, tuvo lugar la Primera Convención de Estudiantes Bolivianos, en Cochabamba, del 17 al 23 de agosto de 1928, a la que asistieron delegados de siete departamentos del país: Beni, Cochabamba, Chuquisaca, La Paz, Oruro, Santa Cruz y Tarija. En esta convención, se conformó la Federación Universitaria Boliviana (F.U.B.) y se aprobó su Programa de Principios. En este Programa, los estudiantes proclamaban “no ser extraños a las profundas conmociones” de la organización social en todo el mundo y asumían una posición contra “los sostenedores del Privilegio Económico, de la Tiranía Política y del Oscurantismo” y en procura de “el Bienestar Colectivo, de la Libertad y de la Verdad Científica, (que) representan la Renovación, (…) el imperio delAltruismo, de la Paz, de la emancipación del espíritu, (…) causa de las juventudes libres, del proletariado conciente y de los pensadores imparciales y altivos del orbe entero”. El ideario estudiantil tomaba posiciones considerando “las peculiari-

dades del medio social boliviano” respecto a la educación, la cuestión territorial, el sentido de la cultura nacional, la política interna, el orden económico, el orden financiero, el régimen constitucional y legal, la cuestión religiosa, la cuestión militar y la cuestión internacional. Entre los postulados internos, destaca el requerimiento de que “toda la educación (considerada “la fuerza más poderosa para la reorganización fundamental de la patria boliviana”) debería ser entregada a la Universidad, erigida en organismo autónomo, constituida como poder especial del Estado, (gozando) de facultades para recaudar y disponer de recursos económicos propios; para reorganizar y renovar su personal, libre de las influencias de la política partidista…”. En concordancia con esto, “la educación debe propender a la formación integral de la personalidad, (preparando) a todos en el trabajo manual e intelectual simultáneos”, tendiendo a la escuela única que “determina la fusión de las clases sociales” y a la coeducación, “destinada a sustituir la actual moral hipócrita de los sexos”. Metodológicamente, debía “desterrarse definitivamente el memorialismo dogmático” y adoptando la “Pedagogía del Trabajo”, el trabajo autodidáctico, con bibliotecas y laboratorios al alcance de los estudiantes, a quienes debe “ponerse en contacto con el medio ambiente social y con los problemas de la época, evitando la cristalización del espíritu en un mundo de ideas exóticas o muertas”. Respecto a la realidad nacional, por la amplitud y complejidad del contenido de esta proclama, presentaré sólo algunas muestras. En el orden económico, sostiene que: “la única salvación para Bolivia está en la progresiva socialización de la riqueza privada”, a partir de tópicos “mínimos”

como la nacionalización de las minas y del petróleo, la limitación del latifundismo y la dotación de tierras al indio; el fomento de las industrias, la reglamentación del trabajo y la regulación del crédito. En la cuestión religiosa, proponía la separación entre la Iglesia y el Estado, la laicización de todos los actos y funcionarios del orden civil, la nacionalización de los bienes económicos de la Iglesia y el “carácter absolutamente laico de la instrucción primaria fiscal y particular”. El principio de la autonomía universitaria, aprobado bajo los lineamientos de este programa en la Segunda Convención de Estudiantes Bolivianos (Sucre, 2 al 8 de septiembre de 1929) fue incorporado en el Anteproyecto de Reforma Constitucional. Luego del golpe de estado contra Hernando Siles, del 25 de junio de 1930, la Junta Revolucionaria de Gobierno aprobó el Estatuto Educativo el 25 de julio de ese año, incluyendo la autonomía del sistema educativo nacional y, por tanto, la autonomía universitaria. Posteriormente, la autonomía universitaria fue aprobada por el pueblo boliviano en el referéndum de 11 de enero de 1931 e incorporada a la Constitución Política del Estado de 1938, inclusión que se ha mantenido hasta la última Constitución boliviana, promulgada en 2009, después de una votación masiva de apoyo de referéndum nacional. A lo largo de todos estos años, bajo la bandera de la autonomía, que comprendía pero también excedía el ámbito exclusivamente universitario, estuvieron presentes las luchas estudiantiles, como constante expresión de resistencia a las dictaduras y al avasallamiento de libertades. Las universidades han constituido un escenario privilegiado para el debate de las ideas, para la formación de líderes políticos y un actor siempre activo en diversas luchas populares en la búsqueda de un país más democrático y más justo.


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Luis Negretti: “Existen muchas formas de clasificar a los derechos contenidos en las constituciones, pero la más frecuente y gráfica resulta ser la que divide a los derechos cronológicamente en “generaciones”, así encontramos en las constituciones derechos de primera, segunda y tercera generación e inclusive algunos autores señalan una incipiente cuarta generación de derechos”. Erick Gutiérrez: “La Constitución actual de Venezuela es conocida también como “Constitución Bolivariana” porque se inspira en los ideales sociales (igualitarios, inclusivos y humanistas) del Libertador Simón Bolívar, es consecuencia de un proceso denominado “Revolución Bolivariana” y establece lo que nacional e históricamente se conoce como “Quinta República””. Jhonny Jiménez: “La nueva Constitución ecuatoriana, aprobada masivamente en el referéndum del 28 de septiembre de 2008, se la puede comprender en el marco de la lucha social que han promovido los movimientos sociales e indígenas, que promovieron desde un inicio la construcción de un país multiétnico y plurinacional que fomente los derechos humanos, el buen vivir y la democracia…”. Pablo Regalsky: señala las contradicciones del proceso boliviano a partir de reflexionar sobre la Constitución Política del Estado: “Mi argumento es que más allá de las definiciones que contiene el texto y que reflejan la fuerza adquirida por los movimientos indígenas, las nuevas dinámicas que inaugura el actual gobierno le dan a dichas definiciones un carácter paradojal e inesperado”. Esteban M. Dipaola: A partir de la crisis política, social, institucional y económica desatada en el 2001, el autor “pretende abordar la producción en el arte argentino de poscrisis” dentro de lo que denomina “estéticas de la experiencia”. para dar cuenta de “nuevas formas de intervención en las tramas sociales, culturales e imaginales que se vivenciaron en el arte y en los artistas”. Cristina Fasah Celia Marco del Pont: “El que trabaja con stenciles, sabe que es una técnica que no es autónoma, tiene en cuenta los textos, los mensajes y sus significación con la arquitectura”, señala la autora que da cuenta de muros que hablan y de un paisaje urbano plagado de signos. Horacio Sosa: Pone en escena la evidente crisis de identidad, la que puede ser saludable, de uno de los festivales folklóricos más emblemáticos de nuestra patria: el de Cosquin. Une a ello un sentido reconocimiento para: La “Negra” Sosa. Jorge Falcone: “En la mayoría de los pueblos que han atravesado encrucijadas históricas se han producido fuertes movimientos intelectuales para descubrir, y hasta recrear su identidad. El Bicentenario se nos presenta como una oportunidad para generar un movimiento intelectual capaz de ese redescubrimiento”. Jorge Torres Roggero: Revisita la consigna “O Braden O Perón” bajo un sugestivo título “La Ley del Odio”.


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Algunas reflexiones en torno a las constituciones y el derecho constitucional Luis Negretti

Lo primero que debemos destacar es que varios autores han catalogado al Derecho Constitucional de enseñanza imposible o como una hidra de mil cabezas. Asimismo, todos los problemas vinculados a la sociología política y de la política institucional son incluidos por el Derecho Constitucional. Estas expresiones denotan lo difícil que resulta en pocas líneas intentar dar respuesta a los planteos substanciales de discusión frecuente en esta rama del derecho público. No obstante, lo expuesto, en lo sucesivo intentaremos plantear algún esbozo respecto de las problemáticas atinentes a la Constitución y al Derecho Constitucional, tales como ¿Cuál es el contenido del Derecho Constitucional?; ¿Qué es una Constitución?; ¿Cuál es su significado social?; ¿Qué tipos o modelos de constituciones existen? Y ¿Qué derechos protegen las constituciones?

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odemos decir que el contenido del derecho constitucional puede dividirse en dos partes, por un l a d ose referirá a la organización del Estado y las instituciones básicas del ordenamiento y funcionamiento estatal y por el otro ordena las relaciones entre los individuos y grupos sociales entre sí, a cuyo fin establece una

serie de derechos y garantías fundamentales. Este Derecho Constitucional puede asumir dos posiciones metodológicas en lo que refiere a su estudio: una dogmática – constitucional, puntualizando en el derecho positivo, la fuerza y el valor normativo de la Constitución concreta, escrita y situada históricamente o entendiendo a la misma

como una construcción teórica o teoría constitucional, basada fundamentalmente en la aplicación de conceptos y principios propios del derecho constitucional. En este punto creemos que la opción correcta es una síntesis entre ambas posiciones, donde la constitución escrita mantenga su protagonismo, pero observada e interpretada a la luz de los principios fundamentales del derecho constitucional, los precedentes interpretativos, el contexto de aplicación y obviamente los contenidos en el derecho natural. El método a aplicar no resulta una cuestión de menor importancia en tanto lo expresado respecto de las dificultades del Derecho Constitucional y la necesidad de interpretación permanente de la Constitución escrita. A modo de ejemplo, enunciados tales como “Libertad”, “Igualdad”, “Propiedad”, “Soberanía del Pueblo”, “Forma Republicana de Gobierno”, etc. pueden adoptar distintos ropajes según los modos interpretativos y las épocas históricas, sin contar las variaciones derivadas de las inclinaciones políticas e ideológicas del intérprete de turno. Por otra parte la enorme cantidad de normas programáticas (aquellas que necesitan de una reglamentación para ser autoaplicativas) contenidas en los textos constitucionales imponen la necesidad de precisar principios y valores a la luz de los cuales se haga efectivo el contenido de sus preceptos. ¿Qué es una constitución y cuál es su significado social? De la lectura de cualquier manual de Derecho Constitucional podemos extraer una definición de Constitución que palabras más, palabras


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Algunas reflexiones... menos destacarán que es una norma escrita o no, rígida, codificada, que es fundamental, que ordena y estructura al Estado y establece derechos y garantías individuales y sociales. Pero nos interesa puntualmente en este caso intentar desentrañar cuál es el valor social de este texto con las características mencionadas en el párrafo precedente y cuál es el sentido de contar con esas señas particulares. Como decíamos, una de las características esenciales de la Constitución es que es difícil de reformar o más bien muy difícil. La pregunta que cabe a esta altura es ¿por qué una sociedad que elige a sus gobernantes y éstos gozan del consenso de sus electores debe someterse a una norma o documento muy difícil de cambiar? La respuesta a la pregunta realizada puede comenzar a responderse en la intencionalidad de los convencionales constituyentes originarios. Es decir, aquellos que le dieron vida a la norma fundamental, de crear una ley que deliberadamente fuera engorrosa su modificación a los fines de evitar que grupos políticos con mayorías circunstanciales puedan verse tentados a crear poderes tiránicos en tiempo de crisis. Imaginemos que el tiempo de los mandatos o la posibilidad de reelecciones estuviera signada por una norma ordinaria; no hace falta tener mucha inventiva para imaginarnos que los gobiernos de turno intentarían perpetuarse en el poder utilizando la posibilidad de reforma. Asimismo, podemos decir que la Constitución representa un intento de la sociedad de ponerse a sí misma límites a los fines de proteger sus valores esenciales. Una forma de ilustrarnos respecto del valor social de la constitución como límite es traer a colación la metáfora de Ulises.

ciones futuras para no modificar de manera irreflexiva. ¿Qué tipos o modelos de Constituciones existen? ¿Cuál es el nuestro?

La historia contenida en la Odisea de Homero cuenta que Ulises en su viaje por la mar, temiendo que el canto de las sirenas sedujere a sus marinos y los llevara a la muerte dio la orden que todos se taparan los oídos con cera mientras que a él lo ataran al mástil de la nave, precisando que en ningún caso, por más que implorara, lo desatasen a los fines de protegerse de la tentación. A pesar de que Ulises pidió una y otra vez a sus marineros que lo desatarán para acudir al canto de las sirenas, éstos no lo hicieron y todos sobrevivieron. La analogía nos enseña que al igual que Ulises la sociedad ata sus propias manos a los deseos circunstanciales para no ser víctimas de la debilidad y así destruir los valores más deseados. Las pasiones temporales pueden llevarnos a sacrificar principios y valores elementales como la libertad y la justicia. Vida, igualdad, libertad, propiedad, trabajo, ambiente, etc., valores y principios fundamentales contenidos en la Constitución a los cuales la sociedad ata sus manos y las de genera-

Una Constitución no queda suspendida en el tiempo en lo que refiere a su modelo o tipología. El texto de la Constitución Nacional de 1853 puede no haber variado demasiado producto de las sucesivas reformas, pero su contenido e interpretación indudablemente sí. Resumidamente veremos cómo las constituciones en general y la nuestra en particular fueron mutando no tanto en su texto como en su interpretación a lo largo del tiempo, agregando nuevas dimensiones que de alguna manera explican su actualidad. Nuestra Constitución Argentina adoptó inicialmente un modelo que entendía que el poder reside en el pueblo y que debe ser controlado y restringido para asegurar la libertad. Para ello se debe descentralizar el poder ya sea a través de la división de funciones estatales (legislativas, ejecutivas y judiciales) y la descentralización territorial (adoptando el federalismo como forma de Estado que distribuyera competencias entre el poder central y las provincias). En esta visión resulta esencial que ninguna rama del gobierno desborde sus competencias asumiendo las funciones de otra, de esta manera existe no solo una distribución de poder y competencias sino un control entre los órganos titulares de ellas. Nuestra historia de las primeras décadas del siglo XX muestra un cambio derivado de las profundas crisis económicas, los fraudes y las interrupciones de la vigencia de la constitución a través de golpes de Estado y autoritarismo. Paulatinamente va desapareciendo la pacíficamente aceptada idea que el derecho de propiedad, igualdad y libertad de contratación podían dar respuesta a la mayoría de las problemáticas de la vida en sociedad. Aparecieron doctrinas que ponían el acento en la diferencia entre los co – contratantes y como las partes más poderosas podían imponer su voluntad a las más débiles.


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Algunas reflexiones... En el sentido expresado en el párrafo anterior resulta necesario proceder a incorporar a la legislación mecanismos de protección para los más débiles replanteando el concepto de libertad que con anterioridad asumía un contenido de abstención por parte del Estado trocando por una lectura positiva o proactiva para limitar los efectos de las desigualdades sociales. Otro modelo que va añadiendo características nuevas a los textos e interpretaciones constitucionales es el que analizando el último modelo descripto intenta proteger a los individuos de la eventual opresión de la mayoría estableciendo que el gobierno debe respetar los “derechos adquiridos” tanto en lo referente a la propiedad como a la libertad dejándolos a salvo de la intervención estatal, al menos sin una indemnización por ello. Luego encontramos como agregado la necesidad de dar a los actos de gobierno regularidad y confiabilidad, estableciendo un gobierno de leyes y no de hombres. La idea de que cualquier persona pueda estar sometida en sus derechos esenciales a la voluntad de otra es inaceptable. Un nuevo agregado es la idea de que existen esferas excluidas del poder gubernamental, libertades preferenciales que deben protegerse en todo caso, salvo casos absolutamente justificados: Libertad de expresión, derecho de participación política, derecho de autonomía religiosa, derecho a la privacidad, derecho a la identidad, entre otros. Como lo expresáramos, nuestra Constitución Nacional ya sea a través de sus sucesivas reformas como en lo que refiere a la interpretación que la Corte Suprema de Justicia ha ido realizando fue adoptando y variando su modelo de acuerdo a los contextos históricos. ¿Qué derechos protegen las Constituciones? Existen muchas formas de clasificar a los derechos contenidos en las constituciones, pero la más frecuente y gráfica resulta ser la que divide a los derechos cronológicamente en “generaciones”, así encontraremos en las constituciones derechos de primera, segunda y tercera generación e inclusive

algunos autores señalan una incipiente cuarta generación de derechos. Son derechos de primera generación los nacidos en el siglo XVIII, son los llamados derechos civiles y políticos, dentro de los primeros el derecho a la vida, la libertad, la igualdad, la libertad de opinión, de reunión, el derecho de propiedad, de asociación de comerciar, el derecho a la inviolabilidad de la defensa en juicio, la libertad de cultos, etc. En lo que refiere a los derechos políticos fundamentalmente el derecho a elegir a

las autoridades, controlar su gestión, a postularse a cargos de gobierno, etc. Los derechos de segunda generación son los llamados derechos sociales, económicos y culturales. Estos derechos tienen como objetivo fundamental garantizar el bienestar económico, el acceso al trabajo, la educación y a la cultura, de tal forma que asegure el desarrollo de los seres humanos y de los pueblos. Su reconocimiento en la historia de los Derechos Humanos fue posterior a la de los derechos civiles y políticos, de allí que también sean denominados derechos de la segunda generación.

La razón de ser de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales se basa en el hecho de que el pleno respeto a la dignidad del ser humano, a su libertad y a la vigencia de la democracia, solo es posible si existen las condiciones económicas, sociales y culturales que garanticen el desarrollo de esos hombres y esos pueblos. Los derechos de tercera generación también conocidos como Derechos de Solidaridad o de los Pueblos contemplan cuestiones de carácter supranacional como el derecho a la paz y a un medio ambiente sano. El contenido de estos derechos no está totalmente determinado ya que los Derechos de los Pueblos se encuentran en proceso de definición y están consagrados en diversas disposiciones de algunas convenciones internacionales. Encontramos entre ellos el Derecho a la autodeterminación, el Derecho a la independencia económica y política, el Derecho a la identidad nacional y cultural, Derecho a la paz, Derecho a la coexistencia pacífica, Derecho a la cooperación internacional y regional, a la justicia internacional, El uso de los avances de las ciencias y la tecnología, la solución de los problemas alimenticios, demográficos, educativos y ecológicos, El medio ambiente, El patrimonio común de la humanidad, etc. Por último, algunos operadores del derecho pregonan la incorporación en las constituciones de una nueva generación de derechos. Estos derechos de cuarta generación estarían ligados a las nuevas tecnologías, la sociedad de la información y el ciberespacio, ¿Serán estas las cuestiones a incorporar en nuestras constituciones?


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La Constitución Bolivariana de Venezuela Erick Gutiérrez *

S La Constitución actual de Venezuela es conocida también como “Constitución Bolivariana” porque se inspira en los ideales sociales (igualitarios, inclusivos y humanistas) del Libertador Simón Bolívar, es consecuencia de un proceso denominado “Revolución Bolivariana” y establece lo que nacional e históricamente se conoce como “Quinta República”.


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La Constitución Bolivariana de Venezuela

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s la primera y única Constitución venezolana aprobada por el pueblo mediante votación en un referéndum, con un decisivo respaldo popular, que ha permitido el rescate de la dignidad nacional y la consolidación de Venezuela como una patria libre, soberana e independiente, que se refunda como República para generar una democracia participativa y protagónica. Abreviando el proceso de origen de la “Constitución Bolivariana” debe señalarse que el pueblo venezolano fue convocado por primera vez en su historia - a un referéndum consultivo para decidir si aprobaban o no la propuesta del recién electo presidente Hugo Chávez Frías, de convocar a una Asamblea Constituyente (cuyos diputados serían electos popularmente) para refundar al Estado venezolano mediante una nueva Constitución. En referéndum realizado el 25 de abril de 1999, la propuesta presidencial fue apoyada por el 90% de la población votante. Seguidamente, el 25 de julio se eligieron a los diputados Constituyentistas, y los partidarios del “Gobierno Bolivariano” (denominados “Polo Patriótico”) obtuvieron la mayoría de los integrantes de la Asamblea Constituyente: 123 curules de los 131 disponibles (puestos que se disputaron 1.167 aspirantes). Cabe señalar que los Pueblos Indígenas pudieron nombrar autónomamente - por primera vez en la historia - a sus propios diputados constituyentistas. El 7 de agosto la Constituyente asumió su carácter plenipotenciario, pasando a intervenir todos los poderes públicos del Estado, entre ellos el Poder judicial (destituyendo y nombrando jueces y magistrados). Después de un trabajo de aproximadamente seis meses, a partir del 17 de noviembre es sometida a referéndum consultivo la propuesta de Constitución elaborada, aprobada por votación popular el 15 de diciembre de 1999, por 71,19% de los votantes (3.301.475 personas), y luego es promulgada el 20 de diciembre. Sólo ha tenido una enmienda - aprobada con un 54,85% de votos -, en referéndum constitucional el 15 de febrero de 2009, para permitir la reelección continua e indefinida de los cargos de elección popular (incluyendo el de Presidente). Está Constitución se convirtió en la primera - en 170 años de historia republicana en reconocer los derechos de los pueblos

indígenas (incluyendo los lingüísticos y territoriales), reconociendo también las reivindicaciones feministas de las mujeres venezolanas (incorporando la perspectiva y el lenguaje de genero en el todo texto constitucional), el derecho intergeneracional a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, y determinando la naturaleza participativa y protagónica que ha de tener la democracia venezolana. El Contenido La “Constitución Bolivariana” se compone de una Exposición de Motivos, un Preámbulo, 350 artículos, divididos en 9 Títulos, Capítulos, Disposiciones Derogatorias, Transitorias y Finales. En los “Principios Fundamentales” de la Constitución se establece su filosofía política y social, basada en la autodeterminación nacional, la transformación del Estado de “estado de derecho” a “estado de justicia social”, la preeminencia de los derechos humanos, la promoción del bienestar y prosperidad del pueblo, la democracia participativa, la justicia y la paz internacional, y la naturaleza “Bolivariana” de la nueva República. En materia de Derechos Humanos, su catálogo de derechos reconocidos la presenta - en su momento - como una de las más avanzadas y completas del mundo. Además de reconocer los Derechos de los indígenas como derechos colectivos (pertenecientes a Pueblos y Comunidades), tam-

bién se reconocen constitucionalmente - por primera vez - los derechos sexuales y reproductivos, los derechos de los niños, niñas y adolescentes, los derechos de los ancianos y ancianas, los derechos de las personas con discapacidad o necesidades especiales, los derechos de las amas de casa (y el valor económico del trabajo doméstico), y los derechos de los trabajadores y trabajadoras de la cultura y de los deportistas. En ella, las uniones de hecho (de parejas concubinas) surten los mismos efectos que el matrimonio. También se reconocen las múltiples formas de adquisición de la nacionalidad venezolana, la prohibición de la desaparición forzada, la nulidad de actos contrarios a los derechos humanos (y las responsabilidades correspondientes de los violadores de los mismos), los recursos de habeas corpus y habeas data, la protección de derechos e intereses colectivos y difusos, y la jerarquía constitucional y prevalencia interna de los tratados internacionales de derechos humanos. En materia de derechos políticos consagra la democracia participativa y protagónica y los modos de llevarla a cabo: en lo socioeconómico (la autogestión, el cooperativismo, la empresa comunitaria) y en lo político (el referendo, la consulta popular, la revoca-


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La Constitución Bolivariana de Venezuela ción del mandato, el cabildo abierto, la asamblea de ciudadanos con carácter vinculante). Igualmente, otorga el voto a los militares y da al pueblo la posibilidad de reelegir a sus autoridades de manera inmediata. En relación con los Poderes Públicos, rompió esquemas precedentes, al incorporar los Poderes Electoral y Ciudadano, a los tres Poderes preexistentes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial). El Poder Electoral adquiere el rango de Poder independiente (hasta entonces se subordinaba al Poder Ejecutivo), que puede arbitrar en todo proceso comicial (inclusive los de carácter grem i a l y social). El Poder Ciudadano responde a una propuesta origin a l d e l Libertador Simón Bolívar (del “Poder Moral”) expuesta por éste en su discurso para el denominado “Congreso de Angostura ”. Éste Poder está compuesto por tres órganos: Defensoría del Pueblo (el “ombudsman” venezolano), la Contraloría General (órgano anticorrupción) y el Ministerio Público (o Fiscalía General), coordinado a través del “Consejo Moral Republicano” (entidad que puede sancionar los hechos que atenten contra la ética pública y la moral administrativa). También, en el Poder Legislativo, se sustituyó el parlamento bicameral por unaAsamblea Nacional unicameral, eliminando el Senado y los cargos legislativos vitalicios. En relación con el Poder Ejecutivo, elevó la extensión del

periodo presidencial de cinco a seis años. Respecto al Sistema socioeconómico venezolano, establece que el régimen económico del Estado debe sustentarse en principios de justicia social, democracia, protección ambiental, desarrollo humano integral, para asegurar una existencia digna y provechosa para la colectividad. Regula la iniciativa privada - lo que incluye a la inversión extranjera -, promueve la estabilidad monetaria nacional, el Estado se reserva la actividad petrolera, las industrias básicas y los bienes y servicios estratégicos. Declara el agua como un bien público, y promueve la agricultura sustentable, la soberanía alimentaria, y los derechos del sector campe-

sino y pesquero (lo que incluye la prohibición del latifundio y la explotación laboral). Aunque la “Constitución Bolivariana” fue atacada desde el principio por sectores de la “oposición” (opositores al Gobierno Bolivariano o “Chavista”), quienes se negaban rotundamente a su promulgación, hoy en día se han convertido en sus principales defensores. Una realidad que se ha acentuado con los años, es que el Pueblo venezolano (tanto partidarios del gobierno y del “proceso revolucionario”, como sus opositores) han venido superando su “analfabetismo constitucional”: ahora todos los sectores políticos y sociales pueden hacer (y hacen) uso de “su” Constitución Bolivariana.

La Aplicación Después de diez años de aplicación de la “Constitución Bolivariana” es posible corroborar una mayor participación de la gente en la vida pública nacional, a través del marco jurídico que la desarrolla, y que se ha traducido en mayor inclusión social, una elevación de la autoestima colectiva, y una mejora indiscutible en la calidad de vida de la mayoría del pueblo, sin discriminación alguna, hasta hacer desaparecer las desigualdades en materia de educación, salud, empleo, etc. A partir de su promulgación en diciembre de 1999, se inició en el país un proceso acelerado de promulgación de leyes, a través de dos grupos importantes de “Leyes Habilitantes”(de 1999 y 2001), que imprimieron un cambio de rumbo radical en la vida social, política y económica del país. Algunas de dichas leyes fueron: leyes tributarias, de hidrocarburos, de tierras (campesinos), de pesca, del sistema microfinanciero, del Banco de Desarrollo Económico y Social. Con la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario se busca eliminar el latifundio y la terrofagia; y con la Ley de Hidrocarburos, se desmanteló todo el esquema previo desnacionalizador y privatizador de nuestra industria petrolera (y de sus actividades conexas). Con la Ley de Pesca se busca acabar con la “pesca de arrastre” y sus secuelas antiecológicas y de explotación social. Todo el andamiaje legal surgido del “proceso bolivariano” ha permitido impulsar políticas públicas en lo internacional, lo económico, lo político y social, que han generado innegables y sustanciales logros “revolucionarios” en éstos diez años.


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La Constitución Bolivariana de Venezuela En materia de política internacional, se revitalizó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que estaba casi moribunda, como organización defensora de los precios del petróleo; y se estrecharon los vínculos bilaterales con todos sus países miembros, así como se establecieron alianzas con: Cuba, Rusia, Irán, Angola, Jamaica, China, India, Lituania, Argentina, Brasil, Uruguay. Por primera vez Venezuela tiene una política exterior propia e independiente, que incluye a África,Asia, Medio Oriente y Europa, rompiendo con la dependencia exclusiva de Estados Unidos que prevalecía en nuestro país, colocando a Venezuela como un referente en el mundo global actual. Gracias a ésta política exterior, Venezuela impulsa una estrategia integracionista con países de varios continentes bajo principios de solidaridad, cooperación y complementariedad económica y social, que le ha permitido por primera vez en la historia nacional poder producir internamente u obtener externamente (gracias a dichas alianzas) en condiciones ventajosas, los siguientes bienes, servicios e industrias: tractores, computadoras, armamentos defensivos, satélites propios, vehículos, teléfonos celulares, taladros petroleros, plantas de cemento, línea blanca, fibra óptica, centrales agroindustriales, petroquímicas, aviones y embarcaciones de gran calado, infraestructura (puentes, puertos, ferrocarriles), programas sociales (las “misiones”), etc. Además, se logran derrotar las políticas neoliberales impuestas como modelo económico en nuestro país por décadas, por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Se paraliza la venta de activos nacionales, tales como las empresas básicas y estratégicas (hidrocarburos, gas, minería, telefonía, agua, electricidad, etc.). Se expulsan de Venezuela las “misiones militares” estadounidenses y se elimina el convenio con la Agencia antidrogas norteamericana (DEA). Se crea la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), y se aprueba por la OEA la Carta Social Americana, propuesta por Venezuela. Se crea el canal televisivo Telesur, la Escuela Latinoamericana de Medicina Integral y la Universidad Iberoamericana del Deporte. Se crean Petrocaribe y Petrosur. También, gracias a los Convenios esta-

blecidos con la República de Cuba, se logró impulsar un innovador y exitoso programa gubernamental denominado “Misiones Sociales”, que han determinado logros nunca vistos en nuestro país: se han creado más de 20 misiones en todo el territorio nacional, destinadas a favorecer la seguridad, la salud, la educación y la justicia social para todos y cada uno de los venezolanos. En materia social, se disminuyó la Pobreza Crítica de un 80% (en 1998) a un 30% (en el 2007). Esto implica que la Pobreza General bajó de un 50% (en 1998) a 33% (en el 2006), y la Pobreza Extrema descendió de 42% (en 1990) a 9,5% (en 2007). Se crea la “Misión Negra Hipólita” para atender a la población vulnerable en situación de calle. Se crea la Misión “Mercal”, que ha instalado una red alimentaria a nivel nacional: 35 Supermercales, 250 Mercales tipo I, 2mil Mercales tipo II, 400 Mercalitos Móviles, 15 mil Mercalitos, con el fin de atender 12 millones de venezolanos, con alimentos a un precio (subsidiado) a veces 60% inferior al que ofrecen las cadenas comercializadoras privadas. A éstos se suman 7 mil Casas de Alimentación populares, que atienden a más de un millón de personas diarias (700 mil familias al mes)

que son de muy bajos recursos (o desempleadas). Se da el fortalecimiento del Poder Popular de las comunidades, a través de la creación de 25 mil “Consejos Comunales”, que implementan procesos de “desarrollo endógeno” a partir de sus propios presupuesto participativos y las labores de contraloría social. En materia educativa, se crean las misiones Robinson, Ribas y Sucre (nombres de “próceres” de la independencia venezolana), que atienden a la población excluida del sistema educativo formal. Gracias a ellas, Venezuela logra convertirse en octubre de 2005, en el segundo país en el continente en ser proclamado por la UNESCO como “libre de analfabetismo” (después de Cuba), con un Índice de Alfabetizados que asciende al 99,6% de la población mayor de 15 años (más de millón y medio de personas). Con la Misión Ribas, miles de venezolanos ingresan y culminan sus estudios de segundo nivel (“bachillerato”). Se crea la Universidad Bolivariana, que junto a las “Aldeas Bolivarianas” de la Misión Sucre, asegura el ingreso y prosecución de estudios técnicos y universitarios - de pregrado y postgrado (junto a un adecuado e inclusivo plan de becas de estudio y trabajo)-, para los sectores populares de todos los estados del país. Junto a ello, se logra la edición de más de 50 millones de libros de distribución gratuita, articulados a programas comunitarios de promoción de la lectura crítica, para elevar el nivel cultural del pueblo. En materia de salud, se crean las Misiones Barrio Adentro I, II y III, para atender la problemática sanitaria mediante un sistema de salud preventivo, rehabilitador y curativo. En la Misión Barrio Adentro I (medicina preventiva comunitaria) se han realizado más de 200 millones de consultas gratuitas (con medicamentos igualmente sin cargo) desde el año 2006. Existen más de 6 mil Módulos de Atención Primaria. Con


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Barrio Adentro II y III, existen 600 Centros de Diagnóstico Integral (con sus respectivos Laboratorios), 800 Salas de Rehabilitación Integral (que utilizan incluso medicinas o terapias “alternativas o complementarias” como la acupuntura, hidroterapia, etc.), 7mil Consultorios Populares, 30 Centros de Alta Tecnología, 460 Ópticas Populares y 20 Clínicas Populares. Esto ha permitido que casi 25 millones de personas (89%) de la población, sean beneficiarios de estos programas. Se establece la extensión del periodo de Lactancia materna para las trabajadoras. El 93% de la población tiene acceso a recursos de agua potable. En materia económica se crean el Banco del Pueblo, el Banco de la Mujer, el Banco de Crédito Popular. Se fomenta la creación de cooperativas de todo tipo, para superar las formas asociativas capitalistas. Crece el Producto Interno Bruto (PIB) de 39 billones de bolívares (1999) a 50 billones (2006), mostrando un crecimiento económico de un 21%. Disminuye la “Deuda Pública” de 48 (2003) a 25 puntos (2006). Queda eliminada la “Apertura Petrolera”

privatizadora, buscando precios justos para nuestro petróleo: el precio del Petróleo venezolano pasó de 7$ por barril (1999) a 60$ por barril (2006). La producción nacional aumentó en un 60%, gracias a una Tasa de Crecimiento de 12,6% promedio, durante 13 Trimestres consecutivos. La Inflación bajó de 106% (1996) a cerca de 9% (2006). La Tasa de Desempleo llegó en el año 2006 a menos de un digito (9,6%). Se aumentó el salario mínimo venezolano a 300 dólares, siendo el más alto de América Latina. Se aumentó el número de pensionados del Seguro Social (con elevación de sus pensiones al salario mínimo). Se dió el rescate estatal de tierras para la agricultura campesina. También, la recuperación de la capacidad tributaria del Estado a través del SENIAT (como segundo ingreso después de la actividad petrolera). En materia cultural, se han generado procesos activos de recuperación y revalorización de nuestro pasado histórico y de nuestras culturas populares (urbana, campesina, negra o afrodescendiente e indígena). Se declara el día 12 de Octubre como “Día de la Resistencia Indígena”. Se crea el Centro Nacional de Historia, el Centro de la Diversidad Cultural, y la “Villa del Cine” (para la producción cinematográfica nacional independiente). Creación de miles de

Medios Alternativos y Comunitarios en todo el país, que democratizan la información, la educación y la cultura. Creación de canales de TV alternativos (Catia TV, Vive Tv, Ávila Tv) y miles de periódicos comunitarios. Creación de la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN). Aprobación de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Tv (Ley ReSorTe). Todos éstos logros (entre muchos otros) son los que han permitido al Presidente Chávez, como líder de este proceso “revolucionario bolivariano”, afirmar que: “Hemos hecho en diez años lo que no se quiso hacer en un siglo. En verdad les digo: no es poca cosa el salto que hemos dado”. (Por lo que, Venezuela pasó) “de ser un oscuro y empequeñecido país subordinado al imperio yanqui, a ocupar lugar luminoso de vanguardia en las luchas de los pueblos del mundo por su liberación”. * Académico Venezolano


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Avances constitucionales en el Ecuador Jhonny Jiménez*

La nueva Constitución ecuatoriana, aprobada masivamente en el referéndum del 28 de septiembre de 2008, se la puede comprender en el marco de la lucha social que han promovido los movimientos sociales e indígenas, que promovieron desde un inicio la construcción de un país multiétnico y plurinacional que fomente los derechos humanos, el buen vivir y la democracia, encontrando en el Gobierno del economista Rafael Correa un espacio para que éstos puedan plasmarse, por lo menos, en la carta magna.

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n los siguientes dos párrafos hacemos un recuento de las luchas socia les de las últimas décadas, para luego describir los avances, que para nuestra opinión, son emblemáticos para el país y la región. En 1990 se realizó el primer levantamiento indígena reivindicando los derechos de los pueblos y nacionalidades indígenas que luego fueron plasmadas, en parte, en las constituciones posteriores. En febrero de 1997 después de una gran movilización ciudadana que paralizó al país, fue destituido el presidente Abdala Bucaram subiendo al poder Jamil Mahuad (agosto de 1998). Fruto de esta lucha se produce la constitución de 1998, la cual incorpora una serie de derechos, pero fortalece la econo-

mía social de mercado, muy acorde con los planteamientos neoliberales implantados en la región desde los años 80. Concretando de esta manera la implantación de un modelo primario extractivista con alta concentración de la riqueza, pero además del deterioro del medio ambiente, el incremento de la pobreza y la desinstitucionalización del país, producto de los ajustes estructurales, la privatización y la desregulación de la economía, produciéndose a fines de 1999 una crisis económica y financiera que llevó a un feriado bancario con resultados catastróficos para todos los ecuatorianos. Frente a la crisis económica, política y social, los movimientos sociales e indígenas convocan a una movilización ciudadana que llevó al derrocamiento de Mahuad en enero del 2000.

Después, viene el capítulo de Lucio Gutiérrez, que llegó al poder en enero del 2003 con el apoyo del movimiento indígena y de los movimientos sociales, al igual que los otros presidentes, ejecutó el modelo neoliberal, traicionando el acuerdo para la implementación del “Programa de Gobierno por un nuevo Ecuador” una vez más favoreció a los grupos de poder y las empresas transnacionales, de hecho se declaró el “mejor aliado de los Estados Unidos”. Los movimientos indígenas y ciudadanos que han reivindicado en forma permanentemente la lucha contra la corrupción, el fortalecimiento de la democracia y el establecimiento de un Estado Social de Derecho, convocaron nuevamente a una gran movilización social que llevó a la salida de Gutiérrez del poder en abril del 2005. Después de un gobierno interino de Palacios, asume el mandato Rafael Correa, llegando al poder realizando una campaña electoral en donde reivindicó una nueva Constitución, que desmantele el modelo neoliberal, la


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partidocracia y la corrupción, fundamentado en el discurso de la revolución ciudadana y el socialismo del siglo XXI. Un aspecto importante de su triunfo es haber logrado recoger las energías sociales relegadas por los anteriores gobiernos. En este marco y con el objetivo de refundar el país se instala la Asamblea Nacional Constituyente contando con una mayoría gobiernista, fruto de la alta popularidad del mandatario. Los cambios propuestos por Alianza País (Movimiento de Correa), no tuvieron problemas a la hora de aprobarse, pero además de la gran movilización ciudadana que se trasladó a Montecristi para plantear sus propuestas, dio como resultado un documento con avances emblemáticos para la humanidad. Uno de ellos es el nuevo modelo de desarrollo, el buen vivir (sumak kawsay), propuesta recogida de los pueblos indígenas de Ecuador y Bolivia, que plantea una nueva relación con los seres humanos y la naturaleza. Contraria a las propuestas de “crecimiento” nacidas de las escuelas keynesiana, marxistas y clásicas, que se fundamentaron en la “modernidad y progreso” promovidas tanto por el capitalismo como por el socialismo.

El sumak kausay que se encuentra repetido por varias veces en la Constitución, está fundamentada en un planteamiento revolucionario, particularmente por los cuestionamientos a las formas de producción y de consumo que son los causantes del deterioro del medio ambiente y el incremento de la pobreza. La propuesta del buen vivir plantea la necesidad de una reproducción ontológica del ser humano y la naturaleza, fomenta la calidad de vida a través de la satisfacción de las necesidades fundamentales, contraria a la propuesta del modelo de crecimiento de mejorar el nivel de vida, la una sustentada en el tener y la del buen vivir en el ser. Esta propuesta marca significativamente la noción de desarrollo imperante en América Latina, que los pueblos indígenas han demostrado, en la práctica la factibilidad de la misma. Una demanda de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) es la declaración del Ecuador, de un país plurinacional y pluriétnico unitario, reconociendo que el país es diverso y diferente. Haber recogido ésta demanda permite avanzar en el constitucionalismo pero además en el fortalecimiento de la democracia y la participación ciudadana. Además de reconocer derechos como la educación intercultural bilingüe, la medicina indígena, el derecho consuetudinario de los pueblos indígenas, de su territorio, entre otros aspectos que ya

han sido recogidos en la Declaración 169 de la OIT de los Pueblos Indígenas y Triviales. Otro planteamiento emblemático y paradigmático para la humanidad son los derechos de la naturaleza (Art. 70 al 74). Si bien es un propuesta que ha sido propuesta por Christopher Stone (Estados Unidos) y Godofredo Stutzin (Chile) y recogida para gobiernos locales. En ninguna constitución del mundo encontramos un planteamiento de este alcance, que la naturaleza sea considerada sujeto y no como objeto del desarrollo, como lo han planteado los modelos de crecimiento y desarrollo imperantes, particularmente con la estrategias extractivitas que han reprimarizado la economía, extrayendo recursos naturales que han afectado gravemente el ecosistema, en particular el bosque megadiverso tropical amazónico. La Constitución permitirá a los ciudadanos a nombre de los derechos de la naturaleza tutelar o demandar el cumplimiento, remediación y sanción a las personas que han afecto el ambiente. Así mismo, incorpora a la economía solidaria como parte del sistema del desarrollo (Art. 283), al mismo nivel que la economía pública y privada. Esto es fundamental, en primer lugar, por la extensa gama de experiencias de economía solidaria que se desarrollan en el Ecuador, que no han encontrado el apoyo del Estado, más bien han sido marginalizadas e invisibilizadas. La economía solidaria, desde su concepción está basada en la asociatividad bajo los principios de solidaridad, la economía de trabajo, el cuidado del medio ambiente, la agroecológica, la satisfacción de las necesidades humanas, la redistribución de la renta, es decir, una propuesta emblemática - civilizatoria frente a la economía superflua de mercado que pone en primer orden la ganancia, en cambio la propuesta constitucional reconoce al ser humano como sujeto y fin del proceso económico. Otro avance constitucional es la soberanía alimentaria (Art. 281) reconociendo el derecho que tienen las personas, pueblos y nacionalidades de fomentar la autosuficiencia en la producción de los alimentos, anima la agroecología y la dinamización de la pequeña y mediada producción. Propuesta que cierra el paso al planteamiento de Naciones Unidas de la seguridad alimentaria, que busca que los pueblos puedan “alimentarse”, sin importar los costos ambien-


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Avances constitucionales en el Ecuador tales y en la salud, planteamiento que ha permitido que los alimentos transgénicos tengan cabida, pero además del incremento de la producción de químicos y sustancias que afectan la salud humana y el medio ambiente. Sin lugar a dudas, un tema que está generando conflicto internacional es el acceso al agua, en el mundo hay una tendencia a la privatización y concentración de éste recurso por parte de las empresas transaccionales y las oligarquías locales, éstas han realizado presión y lobby para que el agua sea considerada como un servicio. En cambio los pueblos demandan que el acceso al agua de calidad es un derecho que permite satisfacer otras necesidades. Así lo plasmó la constitución en el Art. 12 que planea al agua como un derecho que es “patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida.” Por lo tanto, no es privatizable. En el camino del fortalecimiento del Estado Social de Derecho, la constitución da un salto al denominarse Estado Constitucional de Derecho, este cambio refuerza el deber del Estado como garante y promotor de los derechos. Si bien va a la par con la teoría del derecho internacional, particularmente con los civiles y políticos, da un avance en garantizar los derechos de segundos y tercera generación. Cabe recordar que los gobiernos amparados en el principio de progresividad han postergado la realización de los derechos económicos y sociales priorizando el crecimiento de la economía, pero lo que lo que ha hecho en la práctica es la redistribución de la pobreza y concentración de la riqueza. La constitución quiere revertir ésta política priorizando la realización de los derechos económicos y sociales como instrumento para alcanzar el desarrollo del país. En este mismo camino, se incorpora una serie de instrumentos internacionales de derechos, de hecho a éstos los considera como supranacionales, una vez firmados tiene que ser acogidos en la normativa interna, además plasma las demandas de los grupos emergentes que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad como los indígenas, jóvenes, mujeres, afrodescendientes, con otras capacidades, tercera edad que han sido históricamente marginados y excluidos por el modelo económico.

Además, recoge ampliamente los derechos de primera, segunda y tercera generación. A pesar de los cuestionamientos teóricos que se hacen a los derechos humanos concebidos por el occidente, los cuales, manifiestan que fortalece la propuesta liberal de la “modernidad” que se fundamenta en los derechos individuales. Es importante señalar que la ampliación de derechos que realiza la Constitución, acompañada del planteamiento del sumak kawsay permite establecer raíces para fomentar el desarrollo centrado en el ser humano y la naturaleza. Los detractores de la Constitución, manifiestan que ésta es excesivamente garantista, para lo cual necesita incrementar sustan-

blos. Uno de los principios constitucionales de los derechos humanos es la exigibilidad de los mismos, es decir, que se revierten concretamente en garantías constitucionales que permiten que éstos sean realizables, la actual Constitución incrementa sustancialmente éstos instrumentos como: la Acción de Protección, Acción de Hábeas Corpus,Acción de Acceso a la Información pública, Acción de Hábeas Data, Acción por Incumplimiento, Acción Extraordinaria de Protección. Además del fortalecimiento de la Defensoría del

cialmente los ingresos del Estado para ser efectivos los derechos, que es rentista y que lleva a reprimarizar más la economía del país, poniendo en riesgo los mismos derechos que intenta proteger. Además manifiestan, que si el Estado no está en capacidad de garantizar los derechos económicos y sociales, frente a una eventual crisis económica, la Constitución quedaría debilitada. Frente a estos argumentos cabe señalar el deber prioritario del Estado de garantizar los derechos humanos desde su integridad e indivisibilidad, pero además como requisito para alcanzar el desarrollo, única forma para desmantelar siglos de exclusión y marginación que han sido sometidos los pue-

Pueblo (Ombudsman), algunos de ellos no habían sido contemplados en la Constitución del 98, los cuales fortalecer la institucionalidad de protección y cumplimiento por parte del Estado de los Derechos Humanos. Una de los déficits del Estado ecuatoriano es la debilidad institucional, que ha fomentado la ingobernabilidad, la politización de las instituciones, el incremento de la corrupción, la no aplicación de la normativa y sobre todo que el país esté al vaivén de las políticas de las agencias multilaterales (FMI y BM). Lo que preten-


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Avances constitucionales en el Ecuador de la Constitución es fortalecer y dotarle de una nueva institucionalidad que permita cumplir con los objetivos plantados particularmente con el buen vivir. Uno de los objetivos de la Constitución es potencializar la participación ciudadana para el control y veedor de la acción pública, en este camino crea el Consejo Nacional de participación conformados por representantes de la sociedad civil, espacio que tiene la potestad de nombrar a los representantes del control como el Defensor del Pueblo, Controlador de la Nación, a los Superintendentes de Compañías, Telecomunicaciones, entre otros. Por otro lado, crea espacios de control constitucional como la Función de Transparencia y Control Social y la Corte Constitucional, la primera para ejercer control a la Función Ejecutiva de sus actos y políticas, y la segunda para el control constitucional de los actos legislativos, instancias creadas en la misma línea de

fomentar una constitución garantista. En el afán de implementar el modelo del buen vivir fortalece el presidencialismo, dotándole a la función ejecutiva de nuevas funciones, como por ejemplo las del Banco Central, encargada de establecer las políticas crediticias, cambiarias y financieras, elimina la autonomía de ésta institución. Recupera la Secretaria de Planificación, la cual fue desmantelada en los anteriores gobiernos, devolviéndole la capacidad al Ejecutivo de establecer planes de largo aliento, hay que señalar que no abre espacio para la participación de la sociedad civil, la cual tiene una experiencia importante en determinar necesidades y prioridades a la hora de diseñar políticas públicas. Por otro lado, otorga al Presidente el derecho extraordinario del veto a las leyes emanadas en el legislativo, dejando sin posibilidades para que otras voces estén presentes. Cabe recordar que el presidencialismo en estados autoritarios y antidemocráticos puede llevar a menoscabar la democracia y la realización de los derechos humanos, por lo que es una “arma de doble filo” que alerta que debemos estar atentos.

Otro aspecto que hay que resaltar es la declaración del Ecuador como territorio de paz, prohibiendo la instalación y presencia de bases militares extranjeras.Además de la constitución de Japón, la ecuatoriana son las únicas que han adoptado éstas resoluciones que pretenden fomentar la cultura de la paz. Si bien tenemos una Constitución que desmantela una institucionalidad que facilitó la implementación del modelo neoliberal. Ahora le toca al Ecuador la tarea de darle forma a través de la promulgación de las respectivas leyes organizativas, lo que requiere de un esfuerzo de todas y todos, pero además de la comprensión del Legislativo y Ejecutivo de la importancia de la participación de la sociedad para la elaboración de una normativa que interiorice los principios que se emanan de la Carta Magna, de lo contrario se producirá un desencantamiento de la propuesta del socialismo del siglo XXI y el desperdicio de una de las pocas oportunidades para refundar el Ecuador. Es menester señalar, que el planteamiento del buen vivir (sumak kawsay) requiere de


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Avances constitucionales en el Ecuador un esfuerzo mancomunado de todos los ciudadanos, no se puede cambiar los estilos de vida y las formas de alcanzar el desarrollo, si prevalecen propuestas rentistas enraizadas en la explotación de los recursos naturales como la principal fuente de ingresos. Si bien estamos en una etapa de cambio de modelo y por no decir de civilización, tenemos una Constitución que fomenta ello, pero necesitamos que en la práctica y las políticas públicas se concrete, pero además de que la ciudadanía se apropie de ella para que pueda ejercer control ciudadano, es un camino que estamos recién empezandos y que tenemos que ganarnos en el día a día.

* Economista, miembro del Servicio Paz y Justicia del Ecuador.

Infancia indígena y autoderminación de los pueblos La Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, sus causas y consecuencias, Gulnara Shahinian, visitó Ecuador del 25 de enero al 1 de febrero. Durante su misión, la experta en derechos humanos centró su atención en grupos con un "alto grado de vulnerabilidad ante situaciones de explotación que podrían llegar a constituir formas contemporáneas de esclavitud", precisó la ONU en un comunicado. Shahinian evaluó "el impacto del Plan Nacional del Ecuador para la Prevención y la Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil y las medidas adoptadas" así como "otros planes y programas destinados a luchar contra la corrupción de menores, el trabajo doméstico de las niñas y las mujeres", señaló la nota. La Relatora Especial presentará las conclusiones de la visita ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Guillermo Churuchumbi, Coordinador de la Agenda de niñez indígena, ECUARUNARI, ha comentado en la entrevista realizada el martes 13 de octubre de 2009 que “existe una doble exclusión de la niñez indígena relacionada al acceso de educación, salud, recursos, etc. Es un problema estructural del Estado. Antes de la conformación del Estado había diferentes pueblos indígenas que no han sido parte del Estado, ni parte de la sociedad; desde la concepción del Estado dominante se consideraba como cultura salvaje.

Hoy este problema está vigente. La nueva Constitución reconoce la plurinacionalidad y la sabiduría de los pueblos indígenas; todavía es una declaración de principios. En el Gobierno no se visibilizan políticas públicas plurinacionales para combatir las desigualdades económicas, necesita fortalecer la economía propia de los pueblos. Si un padre indígena del Chimborazo no tiene empleo, se ve obligado a la emigración hacia la ciudad. En su lugar de origen hay grandes haciendas, hay grandes acaparamientos de agua por la actividad productiva pero hay mucha pobreza. En la Agenda de niñez indígena consideramos que el trabajo infantil debe ser aterrizado al contexto de la familia y de la comunidad y no ser tratado como niños aislados, el niño es parte de la comunidad y el cumplimiento de los derechos de los niños se debe abordar desde los derechos colectivos. El Estado debe implementar políticas públicas vinculadas a procesos familiares y comunitarios; hoy son centrados en el individuo. Para la Agenda de niñez indígena es fundamental la educación intercultural y también el tema del territorio, cultura e identidad. El territorio es el espacio libre de la contaminación, es espacio de vida familiar y comunitaria donde se realiza la relación con la organización, con la cultura alimentaria, de cuidado familiar, las curaciones médicas. Es pertenencia cultural e identitaria.


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Las paradojas del proceso constituyente boliviano Pablo Regalsky

En este artículo analizo los procesos sociales que dan significado al texto de la nueva constitución boliviana aprobada por la Asamblea Constituyente en Oruro en diciembre de 2007 y que luego es sustancialmente modificado en el Parlamento en octubre de 2008. Dicho texto contiene una serie de principios legales que le dan carácter de programa democrático revolucionario que no deben ser analizados en abstracto. Mi argumento es que más allá de las definiciones que contiene el texto y que reflejan la fuerza adquirida por los movimientos indígenas, las nuevas dinámicas que inaugura el actual gobierno le dan a dichas definiciones un carácter paradojal e inesperado. Asimismo diferencio entre la dinámica del proceso hacia la autonomía territorial protagonizado por los pueblos indígenas y las actuales políticas nacionalistas del gobierno de Evo Morales, entendiendo que existe un clivaje importante entre ambos procesos.

M

ientras el nuevo texto de la Constitución Política del Estado declarativamente plantea un avance excepcional en los derechos a la autodeterminación y autonomía en el artículo 2°, por otro lado refuerza las garantías a la propiedad privada existentes en la anterior constitución, legalizando el acaparamiento de tierras “empresariales” (art.315). Proclama que Bolivia se transforma en un Estado Plurinacional, su artículo 7 declara que la soberanía

reside en el pueblo y el capítulo de organización territorial del Estado reconoce varios niveles de autonomía: departamental, regional, municipal e indígena. Argumento que el texto tiene un contenido ecléctico como resultado del carácter de árbitro que intenta asumir el actual gobierno, procurando equilibrios precarios entre procesos divergentes en curso dentro de la sociedad boliviana, de los cuales destacamos y analizamos tres. El primer proceso se refiere a la movilización social que explota con la Guerra del Agua del 2000, se generaliza con el derrocamiento de Gonzalo Sanchez de Lozada en octubre de 2003 y culmina en

mayo de 2005 con la renuncia del presidente Carlos Mesa. Este proceso tiene su expresión política en el llamado “Pacto de Unidad de las organizaciones indígenas, originarias y campesinas” formado en 2004 intermediarios tradicionales, como los vecinos de los pueblos de provincia. Al contrario de la visión generalizada que supone la existencia en el país de una contradicción polarizada en dos fuerzas, una popular representada por el gobierno del MAS, y la otra oligárquica, representada por los gobiernos departamentales que conforman la denominada “media luna”, entiendo la dinámica actual de la sociedad como cruzada por complejas tensiones y mediaciones que, si bien en un momento dado tienden a la aglomeración en grandes frentes sociales, sin embargo en rápida sucesión, estos dan paso a una aguda fragmentación en los movimientos sociales. El actual ciclo inaugurado con la subida del MAS al


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Las paradojas del proceso constituyente boliviano gobierno en enero de 2006 se caracteriza por la fragmentación y desmovilización social, en paralelo a una franca recuperación y relegitimación de parte de las instituciones del Estado-nación con respecto a la aguda crisis que afectó a este último en 2003. La crisis de estado refleja el hecho de que la coalición social de estado conformada por las clases propietarias y los sectores dominantes, que constituía un bloque estable entre 1985 y 2000, actualmente está fragmentado y no logra definir un programa hegemónico común que le permita reconstituirse, tal como lo fue en su momento el programa neoliberal. La actual situación se puede sintetizar en que existe fragmentación social tanto en los escalones subordinados como en los escalones dominantes de la sociedad en una situación de ingobernabilidad. El gobierno del MAS intenta resolver esta situación proponiéndose la reconstrucción del Estado-nación en un momento en que la mecánica electoral y la crisis internacional le crean un marco extraordinariamente favorable. En el trasfondo de ese conjunto de tensiones y alimentando la crisis del Estadonación se destaca aquello que la corriente sistema-mundo (world-system) denomina un ciclo de declinación civilizatoria, declinación hegemónica que en diversos trabajos ha sido estudiada en sus facetas políticas y/o económicas. Ese trasfondo de declinación hegemónica civilizatoria global del capitalismo occidental en particular hace que, pese a las grandes semejanzas formales con el período pos-revolución de 1952, el actual período de recomposición del Estado bajo las políticas nacionalistas del MAS tenga no solamente expresión en un discurso que difiere relativamente del nacionalismo revolucionario, sino que este gobierno esté marcado por una dinámica completamente diferente a la del nacionalismo post ´52. Las fuerzas sociales que se desarrollan tras el actual escenario tienen una composición en su desarrollo relativo en una relación de fuerzas tal que dará lugar a un desenlace del cual se puede prever que poco tendrá en común con el de la revolución del '52. Aún así es posible apreciar ciertas políticas que tienen una apariencia similar a las del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), como la creciente tendencia del gobierno a apoyarse en el aparato militar y promover una alianza militar campesina

para su sustento, que posibilita la reconstrucción del Estado en medio de una profunda cooptación y burocratización entre la dirigencia campesina indígena y sectores urbano populares. La disputa del control sobre el territorio El Estado boliviano perdió en buena medida el control social sobre el espacio rural (y el monopolio del ejercicio de la violencia) en el Occidente andino del país a partir de 1979 como consecuencia de la ruptura del

Pacto Militar Campesino (PMC). Después de la revolución de abril de 1952, el indio había desaparecido del vocabulario estatal y en su lugar el Estado reclasificaba a la población bajo denominaciones de clase con fines de control social para la construcción de un imaginario de nación boliviana. Se generalizaban formas de socialización y disciplinamiento con la extensión masiva de la escolarización y el servicio militar. Sin embargo, se produjo un fenómeno paradójico y que retrotrae, de alguna


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manera, a la historia colonial. La desaparición de la figura autoritaria de los hacendados debida a la reforma agraria de 1953 permite la reaparición gradual de gobiernos indirectos comunales indígenas, esta vez bajo nuevas denominaciones sindicales comunitarias-campesinas. En el caso de las comunidades libres altiplánicas, este proceso tendió posteriormente a realizarse bajo la figura de reconstitución del ayllu. En un principio, sin embargo, no era posible visibilizarlos porque estaban todavía encubiertos por las políticas corporativas ejercidas tanto desde el gobierno civil movimientista como por los posteriores gobiernos militares en 1979 significa el primer desafío abierto de carácter nacional a la autoridad territorial del Estado. El fortalecimiento de las fronteras étnicas juega un papel fundamental como expresión de la politización de las identidades y de la diferencia cultural (Smith, 1986), donde la recuperación de las nociones de pueblos indígenas y naciones originarias es creciente. La politización de la diferencia cultural no es un campo autónomo que en sí mismo explique la reproducción de estos gobiernos locales ni el creciente rol que desempeñan las redes dentro de las cuales se federan y que pasan a ejercer autoridad territorial en competencia con los órganos jurisdiccionales del Estado. La politización de la diferencia cultural, la etnificación, se puede entender por el hecho de que los gobiernos comunales incluso cuando sus dirigentes estaban sometidos al PMC ejercen jurisdicción efectiva sobre el acceso a la tierra y el agua bajo normas comunales que contradicen el código civil. Esos gobiernos

comunales ejercen control efectivo sobre recursos naturales que son la condición de existencia y de la vida cotidiana de las unidades productivas familiares campesinas. El imaginario de nación que promueve el Estado empieza a ser cuestionado por el hecho de que esas comunidades comienzan un proceso de etnificación y recomposición de sus espacios de poder locales como parte de movimientos que adquieren carácter nacional y de clase, como es el caso de la CSTUCB y las Federaciones campesinas afiliadas a la misma. En el fondo de este proceso de etnificación subyace el principio de control comunal de acceso a los recursos (the commons). Por su parte, la aplicación del ajuste estructural neoliberal desde 1985 y su política de privatización, que suponía desconocer los derechos comunales de acceso a los recursos naturales preexistentes, y la elevación del principio de

propiedad privada, de apropiación privada de los recursos a un principio absoluto, rompe lo poco que quedaba del “pacto colonial” entre el Estado y las comunidades indígenas campesinas. Con ello la política de acumulación por desposesión resquebraja aún más el control hegemónico que pretendía ejercer el Estado sobre la población campesina e indígena a título de representación de la “nación” y como depositario de la soberanía. Autonomías como ruptura y reconstitución del orden estatal Si por abajo se está produciendo ese fenómeno de autonomización creciente de las comunidades campesinas indígenas, por arriba, en las clases dominantes, se produce un desplazamiento que también afecta el orden estatal. Desde hace unas tres décadas se viene produciendo el desplazamiento del eje geopolítico nacional como consecuen-

cia de la inserción de los sectores propietarios e intermediarios del capital en nuevas áreas productivas y extractivas. El actual desplazamiento se produce desde el occidente minero al oriente petrolero y agroexportador. Este cambio no solamente se relaciona a las modificaciones en la localización geográfica de la burguesía y a la reconfiguración de los centros de poder político y económico nacional, sino que además tiene que ver con el surgimiento de Brasil como potencia regional sudamericana. Aunque la salida al Pacífico sigue siendo importante para las exportaciones mineras, las coordenadas exportadoras se desplazan en la actualidad hacia la cuenca atlántica y a un relacionamiento estrecho con la economía brasileña a partir de las exportaciones de gas y soja. Se pueden marcar algunas similitudes y diferencias del actual momento con referencia a un período muy similar de la historia nacional: la guerra federal de 1899 y el levantamiento indígena de Zarate Willka. El alzamiento de Zárate Willka se dio en el marco de una expansión civilizatoria de Occidente de un alcance y velocidad que no tenía precedentes. El momento actual de la confrontación entre los insurgentes indígenas y las elites vinculadas globalmente, por el contrario, estaría marcado por una relación de fuerzas en inversión. La globalización actual sería un punto de inflexión similar a aquel en que anteriores civilizaciones han comenzado su declinación. Reformas del Estado y mercado de tierras: inclusión política indígena y politización de la diferencia cultural La construcción de fronteras étnicas que tiene lugar desde abajo a partir de mediados de 1970, primero en la forma de ejercicio de


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gobiernos comunales indirectos de facto y luego potenciadas por la acción ideológica encabezada desde las entidades matrices indígenas (CSTUCB, CIDOB), representaba un desafío planteado a las formas culturalmente homogeneizantes del Estadonación. Ese Estado-nación que Anderson denomina “una expresión alterada de la conciencia”, una “anomalía” y que hasta pocos años antes era la forma política universal que se había “naturalizado” en la conciencia de masas. De dirigente campesino a funcionario electo El componente fundamental de las funciones jurisdiccionales de la comunidad andina es el control del acceso a la tierra y al agua, acceso que es restringido solo a quienes forman parte de la comunidad indígena y que, por lo tanto, supone una restricción a los derechos de propiedad privada, es decir, a la libertad de acumulación privada. La movida política de la Ley de Participación Popular consiste en que, por un lado reconoce la personería jurídica de las comunidades indígenas y campesinas, pero, por el otro, les desconoce a éstas las funciones jurisdiccionales que ejercían y ejercen de hecho sobre el acceso a los recursos comunales. Pero el hecho del reconocimiento y también el elemento redistributivo a través de los presupuestos municipales tiene su efecto sobre las comunidades. La incorpo-

ración de los dirigentes medios provinciales campesinos e indígenas en la estructura de los gobiernos municipales y su subordinación a través de la utilización de los mecanismos redistributivos del presupuesto municipal, provocan el inicio de un proceso de fragmentación en la hasta entonces sólida estructura piramidal de las organizaciones campesinas. Aquí es donde aparece un nuevo elemento con el surgimiento del Instrumento Político “táctico-electoral” organizado por la CSTUCB en 1995. Inicialmente denominado IP-ASP (Instrumento PolíticoAsamblea por la Soberanía de los Pueblos), luego de algunas crisis internas se transformaría en el IPSP-MAS (Instrumento Político por la Soberanía de los PueblosMovimiento al Socialismo). El MAS tiene gran éxito en las elecciones municipales. Ese mismo éxito electoral supone una paradoja desde el punto de vista de la democracia interna de la CSUTCB y de las comunidades campesinas. Los dirigentes campesinos transformados en funcionarios públicos electos comienzan a evadir, escudados en las leyes que gobiernan el aparato de Estado, los mecanismos de democracia directa establecidos en un principio dentro del MAS como “brazo político de las organizaciones campesinas”. La lucha por la redistribución del presupuesto municipal como parte del proceso de participación

popular abre el camino al localismo y faccionalismo. Comienza una relativa desintegración de las llamadas entidades matrices campesinas e indígenas que tenían el rol de establecer cierta unidad de dichos movimientos por encima de las diferenciaciones étnicas y locales. Sin embargo y paradójicamente, no significa que el Estado recupera el espacio rural dentro del proceso de gobernabilidad manejado por los partidos políticos entonces llamados “sistémicos”. La pérdida de poder de las mencionadas entidades matrices indígenas campesinas conduce, por un lado, a la exacerbación del localismo y el faccionalismo, pero, paralela y paradójicamente, coincide con el surgimiento de un movimiento político campesino que rápidamente adquiere envergadura nacional y arrastra sectores medios y urbanos hacia lo que parecería ser una salida radical a la crisis de estado . Una política de reconfiguración del territorio que, además, está dirigida a convocar a las poblaciones urbanas a ejercer dominio sobre su propio hábitat en el mismo estilo que lo hizo El Alto en 2003.


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El arte de vivir, de sentir, de amar, de mirar, de escuchar…

El arte Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista. Oscar Wilde Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que tener suerte puede ser cuestión de talento. Leonardo Da Vinci Para vivir una vida creativa, debemos aprender a perder el miedo a equivocarnos. Joseph Chilton Pearce Los artistas que buscan la perfección en todo son aquellos que no pueden alcanzarla en nada. Eugéne Delacroix El mundo está lleno de pequeñas alegrías: el arte consiste en saber distinguirlas. Li Tai-po Quienquiera que cultive la fantasía en el arte está un poco loco. Su problema estriba en hacer interesante esa locura. François Truffaut La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia. Aristóteles Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma. George Bernard Shaw Materializar lo espiritual hasta hacerlo palpable, espiritualizar lo material hasta hacerlo invisible: ése es todo el secreto del arte. Jacinto Benavente


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Estéticas de la experiencia

Esteban M. Dipaola

Este trabajo no pretende contener un desarrollo exhaustivo de la variada producción artística que se ha gestado en la Argentina con posterioridad a la crisis institucional, política, social y económica del año 2001. El objetivo es centrarse en las nuevas formas de intervención que el arte, a partir de esos años, tuvo sobre el espacio urbano, y con ello pensar las nuevas modalidades de producción social del arte y de organización de la cultura. En este sentido, es posible reactualizar el debate acerca de la vinculación entre arte y política, pero remarcando ahora el concepto de “experiencia”, es decir, una nueva condición de lo sensible que “impresiona” la producción artística.

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esde los años noventa en este país, las transformaciones culturales y económicas han producido efectos sobre toda la estructura de solidaridad social, provocando fuertes mutaciones en los lazos entre individuos.Además, los efectos de la globalización han saturado a la cultura de información e imágenes, iniciando una novedosa

“producción imaginal de lo social” (Dipaola, 2009a). Pero es a partir de los acontecimientos de diciembre de 2001, con la gente saliendo a tomar las calles frente a una situación socio-económica caótica y con la renuncia del Presidente Fernando De la Rúa como inicio de un derrotero institucional en al que se sucedieron cinco presidentes en tan solo una semana, que la producción artística


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comienza a hacer su propia reelaboración del trauma. Así, el año 2002 mostrará “signos de la reconstitución de una trama social en la que el arte participaba activamente” (Giunta, 2009: 20). Bajo estos aspectos, nuestra perspectiva pretende abordar la producción en el arte argentino de poscrisis dentro de lo que denominamos “estéticas de la experiencia”, intentando expresar con ello la concreción de nuevas formas de intervención en las tramas sociales, culturales e imaginales que se vivenciaron en el arte y en los artistas. Dos conceptos preliminares Cuando hablamos de estéticas de la experiencia debe concebirse la idea de un retorno. Es decir, si las circunstancias en que se desarrolló la producción artística post 2001 en Argentina tuvieron especial relación con el carácter traumático derivado de la crisis, es necesario

aducir, sin embargo, que ese efecto-trauma no proviene de la lógica de un “retorno de lo real” (Foster, 2001), sino que hay que empezar a vislumbrar un retorno de la experiencia. Comprender la producción artística desde esta condición del retorno de la experiencia implica la referencia a dos nociones articuladas. Primero, la idea de “lo sensible” y, en segundo término, la categoría de “circulación”. La articulación de ambos conceptos permite apreciar aquello que se entiende por retorno de la experiencia. Pues el primero observa la materialidad de la práctica y de los objetos artísticos y el segundo expresa la manera en que esa producción atraviesa e interviene sobre toda la experiencia social. Las particularidades de cada uno de estos conceptos pueden ser reactualizadas desde las prescripciones aportadas por Karl Marx. En su obra es posible comprender algunos lineamientos de una posición estética no sólo respecto al arte, sino también en cuanto a las relaciones sociales. En primer lugar, la idea de “lo sensible” en Marx adquiere un estatuto complejo, pues eso que se define como “lo sensible” es en sí mismo un objeto especial y que es, en verdad, “sensible suprasensible”. Ciertamente, nos referimos a la “mercancía” tal como la define en “El carácter fetichista de la mercancía y su secreto” (Marx, 1976). En este aspecto, la mercancía es corpórea e incorpórea al mismo tiempo. Terry Eagleton (2006) hace notar esa magnitud expresiva de la relación entre lo incorporal y lo corporal en Marx. Para él, en El Capital hay un principio estético fundamental y fundante que tiene que ver con la disposición material del cuerpo del trabajo. Dice: “El Capital actúa como el cuerpo sucedáneo del capitalista, proporcionando una forma vicaria de sensibilidad; y si la esencia fantasmagórica de los objetos es el valor de cambio, su valor de uso material, tal como Marx comenta de nuevo en los Grundrisse, es el que les confiere existencia corpórea” (Eagleton, 2006: 267). De acuerdo con esto, hay primero un principio estético: la disposición material del cuerpo del trabajo. Pero a su vez, y como consecuencia de ello, hay una composición de la experiencia estética a partir de una materialidad de lo sensible que trama las relaciones entre sujetos. La mercancía como entidad “aparente” organiza las relaciones materiales entre los individuos, y, de este

modo, los sentidos son ya a la vez objetivos y subjetivos: “tanto modalidades de la práctica material como riqueza de la experiencia” (Ibid: 272-273). Entonces, lo sensible marxiano condensa ese retorno de la experiencia, pero, al mismo tiempo, toma su verdadera vitalidad en conjunción con la segunda categoría que mencionáramos, es decir, la “circulación”. Si la mercancía es la apariencia reguladora de lo social, es necesario notar que la condición fundamental de ella, según Marx, es su permanente circulación. Se conoce bien que hay siempre un “doble proceso de metamorfosis” de las mercancías, tanto en su “forma simple” (MDM) como en su “forma desarrollada” (DMD) (Marx, 1976: 143 y ss.). Esas metamorfosis son descritas por Marx como múltiples y en continua serialización (Ibid), por lo cual las mercancías se transforman en el devenir entre unas y otras, y “el proceso total se representa como circulación de mercancías” (Ibid: 153). Particularmente, aquí sólo nos interesa rescatar el punto de intersección en el que aquella noción de “lo sensible” como retorno de la experiencia se conjuga con esta otra de la circulación permanente. Esto nos revela el carácter de una estética plural, y en tanto desde el comienzo referimos a estéticas de la experiencia, es claro que tal retorno condice con una pluralidad de la experiencia. Lo que subrayó Marx en sus análisis del modo de producción capitalista, ha sido, precisamente, la multiplicidad en que devienen las relaciones sociales en el mundo de las mercancías. Así, en sus experiencias los individuos se definen por su constitución en “formas múltiples” (Balibar, 2006: 36). En otros términos, por “un contenido que desborda incesantemente a la forma” como señalaba el propio Marx en El 18 brumario. Desde este breve compendio acerca de lo sensible y de la circulación como principios de una estética de la experiencia que se presenta como múltiple, procuraremos abordar algunas de las prácticas que empezaron a emerger y circular con el arte de poscrisis en laArgentina. Estéticas visuales / Estéticas urbanas Lo que definimos como la “producción imaginal de lo social”, busca entender novedosas formas de composición visual que


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Estéticas de la experiencia tramas visuales y sus correspondientes estéticas, consignaron una novedosa manera de percibir la experiencia y, particularmente, las estéticas de la experiencia. Pues ese retorno de la experiencia que referimos por contraposición a la célebre postulación del “retorno de lo real”, revela una dimensión diferente de asunción del trauma. La apropiación de lo sensible, de la materialidad propia de las prácticas artísticas y su expresión en formas de circulación que, en verdad, eran propias de las nuevas formas de organización cultural y social, determinaron políticas y estéticas del trauma poscrisis que diseminaron la producción imaginal de lo social. Las imágenes y su visualidad no correspondían ya a un estatuto ideal o a su simple determinación como obra de arte, sino que intervenían sobre la misma experiencia, modificándola, produciendo en ella continuas metamorfosis, haciéndola múltiple. A su vez, esas estéticas visuales y adquiere el espacio urbano, pero también las propias relaciones entre los individuos que lo cohabitan. Esto conlleva pensar nuevas formas de interacción social y, simultáneamente, transformaciones en el arte y en el espacio. Con posterioridad a los acontecimientos de diciembre de 2001, una forma distinta de intervención sobre la cultura y sobre la ciudad se evidenció en las prácticas, producciones y actividades artísticas. El trauma de la crisis había dejado sus efectos sobre la trama urbana y también en la organización de la cultura. En esas condiciones, “la ciudad se colectivizaba y también las formas de producción artística” (Giunta, 2009: 26). Comenzaron a emerger “colectivos de artistas” que relegaron la vieja imagen del artista individual y aislado, y esos mismos grupos empezaron a ocupar las calles con sus obras y sus performances; “el ámbito del taller fue reemplazado por el de la calle” (Ibid: 54). Así, el arte adquiría una modalidad de circulación política, y, a su vez, la política subsumía su forma sensible en los objetos que atravesaban el campo artístico. Las principales obras e intervenciones

sobre el espacio urbano representaban imágenes de la crisis, figuraciones y signos de unos acontecimientos que todavía se estaban produciendo y cuyas consecuencias aún no eran totalmente asimilables. De esa manera, se conformaba una estética de la experiencia cuyo retorno era una permanente producción visual de lo cotidiano. Lo sensible, eso que efectivamente estaba sucediendo, asumía su expresión suprasensible en una continuidad de imágenes múltiples y pluralmente relacionadas. Colectivos de artistas como los de “Proyecto Venus”, buscaban interpretar los nuevos modos de circulación de la experiencia social y cultural a partir de lo que la propia experiencia ponía en juego. Así, lo que los artistas evidenciaban era una nueva forma de lo sensible en donde la circulación era permanente. De ahí que los mismos colectivos se definieran como espacios de intercambio de saberes, habilidades, conocimientos, bienes, etc. En tales circunstancias, las prácticas artísticas emergentes junto al propio devenir de los sucesos, fueron transformando las formas de apropiación de la ciudad y de las imágenes que sobre ella se gestaban. Nuevas


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esa producción de imágenes de la crisis y sus efectos, podían comprender representaciones globales, fue el caso de “La traslación de una cacerolada”, del artista Santiago Sierra, cuyo registro sonoro de las cacerolas en las calles de Buenos Aires, fue ampliado y representado a otras ciudades del mundo, como Londres, Frankfurt, Viena, Madrid, etc. Así, “la crisis argentina se internacionalizaba en la escena del arte” (Ibid: 31) y las estéticas visuales que emergían de las calles porteñas se diseminaban de acuerdo a una nueva forma de circulación global. Otras cartografías de poscrisis: notas literarias Si comprendíamos como fundamental, en la concepción de una estética en Marx que nos sirviera para pensar ese retorno de la experiencia que aludimos, la concepción de la mercancía, es necesario evidenciar las formas en que las

prácticas artísticas han venido apropiándose de esa lógica del flujo propia de lo mercantil y la han reelaborado como devenir de la experiencia. Esto lo expusimos considerando algunas de las propuestas artísticas del período post 2001, y de la dinámica de intervención que tuvieron en el espacio urbano. Pero, justamente, en esas producciones visuales se conforma una imagen de la ciudad y de la crisis. Beatriz Sarlo sugiere que a partir de entonces “la mercancía entró en un nuevo régimen óptico” que hace de la ciudad una “producción visual” y, a su vez, su respectiva circulación “define formas de uso de la ciudad y produce innovaciones definitivas en el espacio” (Sarlo, 2009). Por su parte, Fredric Jameson argumentaba que “la imagen es la mercancía del presente” (Jameson, 2002), y Olivier Mongin aseguraba que la ciudad es un “circuito de imágenes” que hace que los flujos urbanos se vuelvan cada vez más diseminados, produciendo una experiencia de la ciudad como continua circulación (Mongin, 2006). Por ello, “los individuos experimentan más un sistema de imágenes que un lugar determinado” (Belting, 2007). De esta manera, reactualizar el debate marxiano sobre la circulación de mercancías, hace posible pensar el régimen visual en el que éstas han ingresado y la manera definitivamente plural que ahora poseen en su devenir. Es decir, la mercancía ya no es simplemente el objeto que se ofrece en el intercambio (si es que alguna vez fue sólo eso), es, más profundamente, aquello mismo que produce formas determinadas de percibir, hacer

y vivir la experiencia. Entonces, esa múltiple circulación de las mercancías transforma la producción visual de la ciudad, así como también el registro de su memoria y sus cartografías. El espacio urbano comienza a definirse más que por sus coordenadas geográficas, por sus desplazamientos, sus intercambios y sus tránsitos, y las prácticas artísticas que intervienen sobre él diagraman siempre nuevas experiencias de recorridos. Nuevas cartografías de lo urbano y de los sucesos y la memoria de la crisis del año 2001 en Argentina se aprecian también en la literatura argentina emergente desde estos últimos años. La experiencia visual de la ciudad es resignificada y las imágenes del espacio son representadas mediante la circulación y los intercambios. En Ocio de Fabián Casas se compone una estética de la ciudad a través de una escritu-


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Estéticas de la experiencia ra que localiza a los personajes mediante imágenes de sus tránsitos, de sus lazos de contacto, e incluso de los olores y sabores que sienten. Son las galerías, los bares, las plazas, los nuevos centros comerciales, etc., los distintos espacios desde donde se forman los contactos y devienen las formas de circulación, y ya no de lugares precisos o de coordenadas de ubicación espacial fija. Anteriormente, todavía en los años noventa, Martín Rejtman en los cuentos incluidos en su libro Rapado, ya evidenciaba esas formas de construcción visual del espacio urbano mediante la circulación de objetos que asumían el carácter de mercancías, aunque fueran insignificantes. Los personajes de los cuentos de Rejtman (como también los de sus películas) conforman sus relaciones mediante los intercambios y la permanente circulación: los objetos que portan pasan de unos a otros sin nunca detenerse. De ese modo, se conforma una visualidad de la ciudad definida por las formas de transitarla y de producirla entre los intercambios. En estos aspectos, la literatura surgida con posterioridad a la crisis del año 2001, resignifica también los mapas que posibilitan sus múltiples interpretaciones. Las imágenes de los acontecimientos vividos en aquellos años inauguran en estos relatos distintas formas de interpretar las miradas sobre nuestro pasado reciente. Así, en dos novelas de Romina Paula, ¿Vos me querés a mí? y Agosto, puede observarse el registro de imágenes que recomponen los diagramas de lo cotidiano durante los años noventa, pero bajo una mirada actual, que después de los acontecimientos del 2001 ha transformado sus experiencias visuales. La memoria, al igual que las prácticas artísticas, también deriva, así, en una cartografía de rasgos múltiples y plurales evocaciones, que, singularmente, también expresa ese retorno de la experiencia bajo la forma de lo sensible. Tal vez, el gesto más dinámico y radical de esas nuevas cartografías diseminadas de poscrisis en la literatura, sea la exposición que de la memoria histórica de la ciudad de Buenos Aires realiza Pola Oloixarac en su novela Las teorías salvajes: Al acariciar con el dedo el mapa de Bue-

nos Aires podían verse los mataderos rojos de Liniers, el río rojo desbordando sobre la línea que solía ser Juan B. Justo y las líneas punteadas de la cuarentena de viruela y peste amarilla durante 1871. (…) En la lomita de la Biblioteca Nacional podía verse la casa que compartían Perón y su esposa y la actual estatua de Juan Pablo II abalanzándose sobre la de Evita. (…) Había fotos del antiguo Italpark (…) Hacia el centro del dibujo había un chino llorando durante un saqueo (…) los tiroteos de Juan B. Justo y Santa Fe durante el levantamiento carapintada. (…) Collage de las diversas multitudes agolpadas frente a la casa de gobierno a lo largo del siglo a favor de Yrigoyen, a favor de su caída, acompañando la irrupción de las masas, llenando la plaza de peronistas, de antiperonistas, de tanques, carpas, papelitos, trabajadores, abuelas y travestis (Oloixarac, 2008: 246). Oloixarac conjuga la idea de una cartografía urbana en movimiento con la de otra cartografía histórica resignificada y reintepretada en el devenir de los sucesos. En ese sentido, es que resulta posible decir que las cartografías de la poscrisis representadas en la literatura conforman también un devenir de lo sensible en una experiencia que retorna como su permanente transformación. Conclusiones Los acontecimientos de diciembre de 2001 fueron el corolario de toda una serie de transformaciones estructurales en lo económico y en lo cultural. Pero sus efectos traumáticos derivaron en una readecuación de las prácticas ciudadanas. Bajo el manto de una experiencia política como la de los años noventa, donde el desinterés en la participación crecía con el transcurrir de los años, emergió en la poscrisis un despliegue de prácticas sociales y culturales que tomaron posición en la calle, es decir, afrontaron sus condiciones de visibilidad. En ese contexto, las estéticas visuales y su producción de imágenes evidenciaron el ejercicio de una nueva trama cultural sostenida en lo que hemos denominado un retorno de la experiencia. Nuevas formas de sensibilidad y sociabilidad, expuestas en las prácticas y las intervenciones concretas sobre el espacio social y urba-

no, permiten aprehender tal retorno de la experiencia como un nuevo carácter performativo que asumieron las prácticas artísticas para definir y representar sus propias ideas e interpretaciones sobre el país y el mundo. Esto condujo a una proliferación inusitada de imágenes sobre la crisis, pero también sobre la ciudad que acabó por multiplicar las definiciones de los sucesos históricos, y también por diseminar las cartografías imaginales de la ciudad. De esa manera, el arte argentino de poscrisis compuso nuevas formas de circulación y nuevas condiciones de organización de la cultura. Durante algunos años, los artistas dejaron los espacios cerrados y simbólicos de las galerías, para reintegrarse a las calles y producir lo visual con los elementos que nunca habían dejado de ser visibles: la circulación urbana, los espacios de interacción (centros comerciales, plazas, etc.), las imágenes publicitarias. Una nueva producción


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imaginal de lo social se gestaba como estéticas de la experiencia. En sintonía, la literatura de la época también reflejó los acontecimientos, desprendiendo la memoria del trauma dejado por la crisis, y rearticulando sus efectos en nuevas formas de comprender la circulación de la experiencia sensible mediante las múltiples imágenes con las que conformamos nuestras relaciones e interacciones. En definitiva, esas “estéticas de la experiencia” que surgen después del 2001, deben ser pensadas como permanente circulación y multiplicación de tramas visuales, y, en ese sentido, es posible analizarlas desde aquella célebre concepción de Karl Marx, “sensible suprasensible”, pues las imágenes, al igual que las mercancías más aún si consideramos a la imagen como la mercancía característica de nuestro tiempo, se realizan efec-

tivamente en la experiencia en tanto ésta se disemina en una permanente circulación. Las prácticas artísticas originadas con los efectos de la crisis, en parte, supieron comprender ello y, entonces, produjeron sus propios efectos sobre las formas de circulación visual de lo social.

La calle como escenario Según el artista boliviano Sergio Caballero, en las intervenciones urbanas, el artista llega con un reto para el espacio donde va a ejecutar su obra, porque tiene que estudiar el entorno y plantear luego su propuesta. En una intervención urbana “ya no se escenifica la calle, puesto que ésta es el escenario del artista”, explicó. Por su parte, el Gadir Lavadenz miembro de “4ta Naturaleza” explicó que con su arte buscan impactar a su público para que tomen conciencia de la realidad, y en particular sobre su medio ambiente (tema central de sus obras). Es importante que sepan que el medio ambiente no sólo es la naturaleza sino también las calles y todo lo que hay en ellas.


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Muros que hablan

Cristina Fasah Celia Marco del Pont

Llagas en la impronta de los muros de mi ciudad, imágenes pintarrajeadas desteñidas por soles y lluvias. Selva de mensajes, de emociones de almas ensimismadas que distraen el andar cotidiano y pizarrón para todas las voces del mundo.

L

os signos del paisaje urbano mutan permanentemente, afiches, graffitis, superpuestos, tacha dos, fragmentados, inconclusos, uno a uno, van generando lenta pero inexorablemente, el gran repertorio visual con el que convivimos. La piel sobre la arquitectura urbana que se recambia y recrea nuevas imágenes comunicacionales. Una nueva impronta se suma a nuestra visión cotidiana, nacido de madre serigráfica y padre anarquista, (desde el siglo XIX), empieza con la gráfica política en diarios y afiches hasta llegar al stencil, éste surge como una serie inconclusa de una forma más de la necesidad de decir cosas que afecta a los humanos desde una perspectiva crítica y reflexiva de lo cotidiano. El graffiti es un lenguaje que por sus características formales y tecnológicas condicionó el mensaje. La utilización del aerosol y la clandestinidad de la pintada callejera, determinaron que su significado se asociara por el contenido y por la forma a situaciones ocultas, de tribu urbanas, políticas, herméticas, satíricas, de denuncia, de comunicación visual porque el hecho de pintar muros en donde el mensaje-concepto, es para la gente un comunicado de ideas en

la calle de una ciudad, de todas las ciudades, porque es una acción generalizada en nuestra época, que se multiplica y que se expande por medio de una mixtura de recursos visuales y gráficos, constituyendo identidades que fluyen en necesidades de comunicar problemas sociales más allá de los masmedias privados e institucionales. Podemos rastrear los orígenes en nuestro país desde las culturas pre colombinas, que si bien tienen un sentido con lo ritual y sagrado, también hacen referencia a la identidad, ya que la estampación en cavernas (antiguos muros) de manos dan cuenta de ello. En el contexto actual aparece una versión más trabajada técnicamente, de significación diferente y distintos términos de clandestinidad: el stencil. Podemos precisar que un stencil en español significa: plantilla, la misma recortada puede ser de acetato, cartón o de radiografías que no se utilizan, esta plantilla se puede asentar sobre una pared y aplicarle una capa de pintura en aerosol, con pinceles y con rodillos, para luego ser retirada, dejando el diseño deseado. Esta técnica gráfica involucra un proceso de tres pasos: diseño de imagen, de creación personal, colectiva o apropiada a través de la red que estimula el intercambio de diseños y denuncias que van más allá de problemáticas locales, sino que atañen a situaciones globales, ecológicas, ambiéntales o de política internacional, entre otras. Realización de la plantilla que implica un recorte del diseño, dejando libre planos y líneas, que permiten observar la forma vacía, para la aplicación del tercer paso que sería pintar la imagen deseada. Esta tecnología de bajos recursos limita las representaciones a imaginarios de una gran síntesis y pocos detalles, en donde los colores limitados y en especial el negro es el


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Muros que hablan pregnante para la definición de la forma. El trabajo con stenciles parte de una síntesis formal, que implica una etapa previa para optimizar el proyecto. No sólo generar la armonía de las formas, sino tener en cuenta las limitaciones del medio, esto implica que deben estar unidas las zonas internas entre sí para que la plantilla se mantenga rígida en su totalidad. ¿Quiénes trabajan con stenciles? el proceso de estas piezas es más tarea de diseñadores y artistas, que de autodidactas, con lo cual se genera la figura particular del diseñador-anarco-combatiente-denunciante, una persona que sale sola o en grupo durante manifestaciones y piquetes, o en horarios tardíos para dejar su impronta en la arquitectura urbana. En la ciudad de Córdoba, hemos relevado el trabajo de algunos grupos como: Departamento Seis grupo de artistas plásticos, el grupo político estudiantil El Anden cuyos stenciles pueden observarse en ciudad universitaria, grupos estudiantiles de escuelas secundarias y terciarias. Lo que resulta atractivo en esta técnica es, la repetición, que en algunos casos se constituyen como series y en otros generan relatos o narraciones secuenciales de alto impacto. A veces las series son variaciones de la misma pieza que el autor juega con la dinámica personal, y en otras la multiplicación de la misma imagen se establece como un mensaje obsesivo que sostiene su poder en la insistencia. El que trabaja con stenciles, sabe que es una técnica que no es autónoma, tiene en cuenta los textos, los mensajes y su significación con la arquitectura. No sólo se articula con el contexto, sino que varias veces potencia y dialoga su comunicación, estableciendo vínculos semánticos y retóricos en el lugar hallado, re- significa el entorno o el objeto donde interviene. Los grupos stencileros no son anónimos, se reconocen por sus estilos aunque no figuren sus nombres reales, sus seudónimos, intentan manifestar su autoría a partir de los temas que abordan, la síntesis de sus imágenes y a veces los colores que se utilizan. Grupos como Bansksy tienen difusión internacional y sitios Web, donde se pueden apreciar sus obras recientes y también las históricas. Son los grandes protagonistas del stencil en el centro de Inglaterra, sus


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Muros que hablan diseños reflejan la realidad, permitiéndose ironizar tanto de la policía como de la reina al igual que toda situación que se les presente. Esta manifestación artística perteneciente al arte callejero, es una expresión cultural milenaria, del tiempo de los egipcios, surgió en Europa donde se usaba como una técnica política, para expresar propagandas, antes de convertirse más en la volá artística de cada persona. Es un arte al cual todos pueden acceder, no hay que pagar para verlo, además se pueden hacer imágenes más acabadas en poco tiempo, cada uno expresa el mensaje que quiere, adaptándose a la cultura de cada país, y a cualquier tendencia.

Los orígenes El uso de plantillas (stencil), a menudo con un mensaje político, cobra especial relevancia en París en la segunda mitad de los años 60. Sin embargo, no es hasta mediados de los años 90, con la aparición de artistas como el norteamericano Shepard Fairey y su campaña "Obey" (Obey Giant) (Obedece al gigante), ideada a partir de la imagen del personaje de circo Andre The Giant y llevada a cabo mediante el uso de posters y plantillas, cuando las diversas propuestas de este tipo cobran auge en distintas partes del mundo y son percibidas en su conjunto como parte de un mismo fenómeno o escena. El mensaje original de esta campaña fue nulo, se erigió haciendo referencia a sí mismo, sin otro significado de por medio. Sin embargo, desde mediados de los noventa ha sido una de la imágenes de cultura urbana más veces retomada por otros artistas. Se ha parafraseado a manera de homenaje y otras como ironía, pero ha servido como base importante para el desarrollo del arte callejero en todas las capitales del mundo.


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¡Aquí Cosquín! ¡Capital de la Crisis! Horacio Sosa

En el balance final que hace Cristian Vitale, cronista del festival para Página 12, habla de “luces y sombras”, de “…claroscuros y contrastes”, del “feliz eclecticismo” del encuentro, es decir de dos corrientes, la principal o “...mainstream” (las figuras que ostentan el carácter de consagradas y de tener una convocatoria masiva, no una sin la otra, arco que puede ir desde el Chaqueño Palavecino hasta León Gieco -lo de estos paréntesis es mío-), y la que encarnan aquellos artistas -agrega Vitale“..que construyen desde abajo, por ese caminito al costado del mundo, cuyas obras son las que perdurarán en el tiempo y que no se dejan tentar por las trampas del EAP (Estrellato Al Pedo)” (desde Jorge Fandermole hasta Juan Quintero pasando por Franco Luciani, Bruno Arias, Paola Bernal, Ricardo Vilca,

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itale habla también de las “pequeñas trifulcas de alcoba”, “...las de siem-

pre ”. (“…Un artista que se elige a dedo, otro que se impone a presión telefónica, tremendas dificultades para probar sonido -sobre todo los primeros días, el rosqueo para elegir consagración y menciones, enci-

mamiento de artistas, tiempos justos o la tensión habitual entre los distintos actores de escena iluminadores, sonidistas, conductores y jefes de escenario, que en algún momento devino en cierta trompada de locutor”.) algo que es -continúa el cronista- “…natural y típico” de un festival con semejantes proporciones, ampliadas en esta edición porque “las 9 noches coscoínas” esta vez fueron 12 para albergar una programación crecida con el aporte de delegaciones de numerosos países latinoamericanos y con la expectativa generada por la participación de figuras “extra-folklóricas” como Pablo Milanés y Gal Costa, “…un desencanto” el primero, y “…uno de los más altos momentos de la totalidad”, la segunda, que además agrega- “…abrió una linda puerta al futu-

ro”. Respecto de las mencionadas trifulcas quiero decir que sé de ellas: yo toqué en dos oportunidades en el escenario de Cosquín, la primera vez como guitarrista de la rosarina Ethel Koffman, y la segunda como integrante de Posdata, junto a Pancho Alvarellos, y sé de la mala adrenalina de subir siempre a las apuradas y sin probar bien el sonido. No coincido con lo “natural” de estas situaciones, eso se soluciona con una adecuada organización previa de la puesta técnica y artística del espectáculo. En referencia a las presiones de los lobby (compañías discográficas, productoras, medios) a favor de la inclusión de un artista en la programación, o en el horario de televisación, o alguna otra ventaja por el estilo, son la regla y no la excepción, y eso hay que volver a decirlo: en los fueros artísticos también tallan las cuestiones de poder y muchísimas veces entran en flagrante contradicción con los discursos “políticamente correctos” de los artistas que son beneficiarios de esas operaciones. También es cierto que hay privilegios que la gente ni siquiera visualiza como tales ni es consciente que ha incidido en su constitución, puesto que la comisión que arma la programación ya deci-


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¡Aquí Cosquín! ¡Capital de la Crisis! dió que tal o cual artista cierre la transmisión televisiva, en orden a su fama, su convocatoria, su carisma, y a veces incluso, en orden a su calidad musical (siempre a juicio de la comisión). Es decir, que las variables del mercado artístico donde intervienen las discográficas y sus campañas publicitarias, los medios de comunicación -beneficiarios de aquellas campañas y con sus propios intereses político-ideológicos-, las productoras que representan a los artistas, y el público que viene a ser el consumidor no pasivo de los productos, inciden en la construcción de una pirámide que se materializa en la programación de cada noche del festival. Pero vamos al punto… Pero más allá de todo esto, y teniendo en cuenta que se me solicitó un artículo sobre el Festival de Cosquín sin otras precisiones, aquí va lo que me parece importante reflexionar sobre este evento tan tradicional como disparador de polémicas, aclarando que no he ido a la Plaza Próspero Molina en las últimas ediciones -y esta última no ha sido la excepción-, que sólo vi fragmentos de actuaciones de algunos músicos amigos y hasta familiares (Jorge Fandermole, Paola Bernal con Titi Rivarola, Minino Garay, mi hermano Palín Sosa, batero de Los Nocheros, y la lista sigue) en ese zapping televisivo que todos los eneros nos hace encontrar -aunque sea a través de una pantalla- con este lugar tan poblado de cambios como de permanencias. Hace un momento nomás yo mismo hablaba de figuras “extrafolklóricas”… ¿Sólo Pablo Milanés y Gal Costa son susceptibles de esa denominación? ¿León Gieco no es también extrafolklórico, su look de armónica y guitarra acústica no parece más la de un Bob Dylan local, o será folklórico por su condición de connacional, por su pertenencia afectiva y política a nuestra historia cercana, o por su uso inteligente de ritmos de extracción telúrica? ¿El mismo Víctor Heredia no expresa -a pesar de haber sido revelación del festival hace larguísimas décadas- una estética de canción más ligada a la idea de fusión o de proyección? ¿Por qué se incluyó el tango en varias ediciones del festival alegando como fundamento que se trataba de un folklore de ámbito urbano? ¿Y si esto es así, no puede

ya decirse acaso que el rock nacional también es una especie urbana, con evidente arraigo en amplias capas de la población con un arco etario que va de los 15 a los 60 años y que ha producido hechos musicales de envergadura artística que ya identifican a la cultura argentina (reflexionar si no, más allá de lo político, sobre el significado de la publicidad oficial del Bicentenario donde se elogia al Rock Nacional como una de las creaciones culturales trascendentes de la identidad nacional, hecho que se encadena al ciclo de recitales de legendarios rockeros que se hiciera en la Casa Rosada). ¿Por qué Peteco Carabajal canta “Mediterráneo” de Joan Manuel Serrat y nos parece muy bien? ¿Podrá cantar alguna vez el propio Spinetta “Muchacha ojos de papel” o “Laura va” en el escenario Atahualpa Yupanqui? ¿Por qué no? ¿Sería menos folklórico que las milongas de Argentino Luna? ¿Quién comenzó con esto y cuándo? ¿Cuándo comenzaron a hacerse difusos los límites entre una cosa y la otra? La gigante Mercedes, la fundadora Nunca terminaremos de reconocer todo lo que ha contribuido a esto la gigante tucumana, Mercedes Sosa. Cuando ella retorna al país en el '83 y realiza los hoy míticos conciertos en el Gran Rex de la ciudad de

Buenos Aires, estaba fundando esta historia, cuando la dictadura -ya en irreversible caída- persistía en el poder. En esos conciertos -todos lo recordamos- legitimó un “canon” de canciones que a partir de ahí ya no serían más rockeras o folklóricas: “Cuando ya me empiece a quedar solo” de Charly García, “Sólo le pido a dios” de León Gieco, “Soy pan, soy paz, soy más” de Piero, y otras tantas que vinieron después: “Vengo a ofrecer mi corazón”, “Parte del aire” o “Dale alegría a mi corazón” de Fito Páez”, “María, María” y ”Los bailes de la vida” o “Sina” de los brasileños Milton Nascimento y Djavan respectivamente. Recordemos, además, que fue Mercedes Sosa quien invitó a Charly García a compartir el escenario de Cosquín. También Carlitos Mona Jiménez estuvo hace unos años en Cosquín y en esta edición hizo lo propio Chébere junto a los Cuatro de Córdoba. Pasó que la popularidad del cuarteto hizo que se instalara el debate. La consabida pregunta: ¿no es acaso popular el cuarteto? Algunos responden “…¡¡¡será popular pero no es folklore!!!”. Y volvemos al principio: ¿qué es folklore y qué no lo es, hoy? No, hace dos, tres


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¡Aquí Cosquín! ¡Capital de la Crisis! había hecho mucho tiempo antes, posiblemente a finales de los '60), podrá percibir la increíble armonía de intenciones donde confluyen códigos estéticos tan diferentes, caros a generaciones distintas, con experiencias históricas disímiles, pero con una voluntad de convivencia artística fundada en una misma visión testimonial y crítica de la sociedad que nos toca en suerte sufrir y disfrutar. Si lo escuchó, coincidirá conmigo. Si aún no lo hizo, hágalo y verá si eso no es estar juntos…¡¡Y que viva la mezcla!!

Los inicios o cuatro décadas, sino hoy. Y no es que esté propiciando que haya cuarteto en Cosquín, nada más alejado de mi planteo. Para mí, el cuarteto tiene como fuero natural y excluyente la institución social del “baile”, responde a esa funcionalidad y sus códigos culturales van desde una coreografía hasta un lenguaje o argot propios y de específicos sectores sociales. La crisis saludable Es evidente que hay una crisis de identidad -saludable a mi entender- , donde los dogmas -cerrados por definición- ya no tienen ni tendrán cabida: ni la asociación de las palabras “rock nacional” es una contradicción como dicen los conservadores ( olvidando que “folklore” conlleva el vocablo inglés “folk” que viene del “volk” alemán y que significa “pueblo”), ni las aperturas tampoco serán tan grandes como para imaginar que ya no habrá festivales folklóricos y rockeros por separado. No es imaginable ver a La Renga, Viejas Locas, o al Pelado Cordera y su Bersuit en la programación del Festival de Cosquín, aunque sí a Pedro Aznar mostrando su heterodoxa musicalización de un poema de Yupanqui -lo que sí

sucedió el año pasado- o un imaginario Spinetta cantando su zamba “Barro tal vez” (cantado con Mercedes en el último disco de la tucumana) o una menos folklórica (¿o más?) “Todos estos años de gente”, o algo que también sucedió el año pasado: Divididos haciendo su versión de “El arriero” de Don Atahualpa. Es cierto, no veremos la programación del productor Palazzo del Cosquín Rock (aunque es en la Comuna San Roque) en la Próspero Molina del llamado festival de folklore, pero es cierto que este último tiene hoy una fisonomía menos diferente a la del Festival de Peñas de Villa María, aunque en este último caso, el interés fue siempre -me parece- hacer una oferta “apta para toda la familia”, abarcadora de todos los gustos, más que por adherir a una proyección donde los límites de los géneros se desdibujen en aras de un concepto creativo. Hay que decir, en un estilo “gauchesco” que muchos entenderían apropiado a la temática de esta nota -aunque no es mi caso- que no es lo mismo estar juntos que amontonados, pero adhiriendo a esa idea, digo lo siguiente: cualquiera que escuche el texto hablado -rapeado o “hiphopeado”, diría yo- que el líder de Calle 13 unió a la canción de Tejada Gómez y Angel Ritro, “Hay un niño en la calle”, cantado nuevamente por Mercedes Sosa antes de morir (lo

Todo comenzó en la década del '60, cuando se celebró el I Festival Folklórico, y todo ocurrió en Cosquín, aunque la Argentina entera tomó dimensión del este suceso. En aquellos años, un grupo de ciudadanos arriesgaron a proyectar la imagen de la ciudad con el objeto de promover el turismo e incentivar la economía local. Fue así que, entre el 21 y 29 de Enero de 1961 se llevó a cabo el 1° Festival Nacional de Folklore, contando con delegaciones de todo el país y con artistas de renombre. Las expectativas del grupo organizador se vieron superadas y allí se gestó la idea de hacer del Festival de Cosquín, la meca nacional del Folklore. Para muchos musicólogos, el I Festival de Cosquín fue el detonante del "boom del folklore" vivido en los '60: en las grandes urbes los jóvenes comenzaron a descubrir la riqueza de esta música que entraña nuestras raíces. A partir de la segunda edición, los medios de Capital Federal comenzaron a transmitir el evento, lo que le proporcionó un gran impulso.


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“Memoria e historia arrastran un milenario pleito sobre la verdad. El pasado es siempre un botín para los poderes representacionales. Y más cuando el pasado se reviste como en el caso argentino con lo indimensionable de lo trágico.” (Casullo; 36: 2006).

n la mayoría de los pueblos que han atravesado encrucijadas históricas se han producido fuertes movimientos intelectuales para descubrir, y hasta recrear su identidad. El Bicentenario se nos presenta como una oportunidad para generar un movimiento intelectual capaz de ese redescubrimiento y recreación de identidad nacional que permita a la Argentina encarar con esperanza un futuro prometedor. El acontecimiento histórico que se conmemora este año se erigió como el “mito nacional” primigenio y más portentoso de nuestra historia. Sólo el conocimiento del pasado permite conocer la verdad del presente. Por ello, reexaminarlo, señalar los diferentes modos en que fue comprendido e identificar algunos de sus eventuales legados puede resultar una

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El documental y la Argentina del Bicentenario

Jorge Falcone

tarea útil y relevante. En primer lugar, advertir que la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo debería acompañarse de una madura conciencia de que nuestra nación no nace el 25 de mayo de 1810. Lamentablemente, por variadas y complejas causas que se podrían esbozar desde el campo de la historiografía, durante décadas se han abordado los siglos anteriores a la revolución desde una mirada simplista o cargada de prejuicios que reducen e incluso deforman la verdad histórica. Cabe reconocer el esfuerzo historiográfico realizado por valorar el pasado prehispánico, estudiando las poblaciones originarias que habitaron el territorio argentino y americano.


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El documental y la Argentina del Bicentenario pueblos del Río de la Plata. La Revolución de Mayo, como todo desarrollo histórico, contuvo elementos de ruptura y de continuidad. Atendiendo a estos últimos, puede señalarse la persistencia, hasta varios años después de impulsada la Junta, de muchas de las formas de dominación social presentes en la etapa colonial. Y el mantenimiento El origen fundamental de la Revolución de Mayo -y de los otros movimientos convulsivos que sacudieron al continente americano a partir de los inicios de la década de 1810- estuvo en la grave crisis metropolitana, más específicamente, en la debacle/desmoronamiento de la monarquía hispánica, ocurrida en 1808, tras la invasión napoleónica a la Península Ibérica. Esto empalmó con una coyuntura local existente desde 1806-1807, cuando las invasiones inglesas a Buenos Aires, permitieron conocer a los habitantes locales el peso de la flota y el comercio británico, y abrir paso a una militarización de la sociedad, lo que terminó verificando la precariedad del dominio español en la región. Si nos limitamos a las jornadas mismas de mayo de 1810, el resultado más efectivo de la revolución fue la deposición de las autoridades virreinales y su reemplazo por una Junta formada por elementos criollos. Ellos, de modo mayoritario, no sólo no quisieron convertir al evento en un acto formalmente independentista sino que incluso reafirmaron la soberanía del rey español. La conformación de este organismo fue sucedida, en los años posteriores, por la de otros gobiernos provisorios, que postergaron la definición y organización de un nuevo Estado para los

o la alteración apenas cosmética de ciertas estructuras políticas, administrativas y jurídicas heredadas de la experiencia virreinal. Para Felipe Pigna, Mayo fue una revolución, "Dentro de ese conglomerado heterogéneo estaban quienes querían la independencia a rajatabla: Moreno, Castelli, Monteagudo, San Martín o Belgrano” El carácter revolucionario y de quiebre de 1810 (y de los años que siguieron), por otra par-

te, puede encontrarse en el hecho de que los propios actores de la época así parecieron experimentarlo. Pero también en una serie de diagnósticos que cobran cuerpo en un análisis de más largo plazo que debe extenderse hasta la década de 1820. Durante mucho tiempo, la visión dominante de la Revolución de Mayo fue la de entenderla como un movimiento emancipatorio de los criollos contra las arbitrariedades e injusticias de la opresión colonial española. Dicha revolución se habría convertido en partera de la nueva Nación, cuyo germen ya habría estado presente en las coyunturas previas a la ruptura del vínculo con la metrópoli. En buena medida, esta mirada (sobre todo, erigida por el liberal-mitrismo entre mediados y fines del siglo XX), constituyó el sentido común histórico de la sociedad y fue la que generalmente se sostuvo desde el Estado. Pero a lo largo del último siglo se desplegó una impugnación a este planteo por parte de una constelación de historiadores constitucionalistas, de la Nueva Escuela Histórica y de más recientes espacios de elaboración. Ellos cuestionaron la existencia de una idea firme de Nación argentina en los acontecimientos de Mayo y en todo el período previo a la formación del Estado y a la estructuración de las provincias. Es decir, se señaló el anacronismo de dar por supuesta una Nación argentina en la primera mitad del siglo XIX, cuando en realidad la encontraríamos realizada al culminar la segunda


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El documental y la Argentina del Bicentenario parte de ese siglo, como efecto antes que como causa, de la definitiva organización del país. Este cuestionamiento a Mayo como un “mito de orígenes” alertó sobre la necesidad de no desvirtuar el significado de época de palabras como pueblo, Nación, Estado, patria, recordándose que hasta la difusión del romanticismo, luego de 1830, el concepto de nacionalidad era casi inexistente, mientras que el de Nación era sinónimo del de Estado. En todo caso, poco antes y poco después de 1810, convivieron tres tipos de identidades colectivas: la americana, la urbana-provincial y la rioplatense o argentina. Quizás como ninguna otra fecha conmemorativa, la Revolución de Mayo, en tanto hecho germinal del país, fue evocada al momento de los “aniversarios”. Y dentro de este tratamiento ceremonial, los centenarios ocupan un lugar único. Analicemos el carácter que asumió el primero de ellos. En 1910, los festejos del Centenario se produjeron en el contexto de una Argentina que venía experimentando, desde hacía tres o cuatro décadas, una impresionante transformación en todos los órdenes. Sobre todo, a partir del fuerte crecimiento de una economía agro exportadora basada en la gran propiedad terrateniente y la dependencia del imperialismo británico, la llegada de una masiva inmigración ultramarina, un incesante fenómeno de urbanización y la estructuración de una nueva sociedad burguesa en la que encontraron cauce variados y, por momentos, violentos, conflictos de clases protagonizados por trabajadores o sectores medios.

En ese marco, la clase dirigente, en particular, la vieja elite liberalconservadora que mantenía un duradero orden oligárquico en el país pero que ya preparaba su reformulación en clave reformista, preparó las festividades del Centenario como un modo de legitimación de su proyecto y de su dominio. El optimismo celebratorio y la construcción mítica del pasado nacional fueron de la mano con la identificación de ciertos actores (extranjeros “desagradecidos”, obreros díscolos o anarquistas), a los cuales se les descargó una sistemática represión, pues aparecían como amenazas perturbadoras para nuestro fulgurante y envidiable destino nacional. La trayectoria y el futuro de la Nación volvieron

al primer plano de análisis. El escenario histórico de este nuevo centenario, el segundo, es muy distinto al de 1910. Los desvelos instalados por aquella reacción nacionalista ya no son los nuestros. Los desvaríos de una clase dirigente ensoberbecida y confiada en un destino argentino excepcional tampoco merecen la menor nostalgia. Hoy carece de sentido pensar desde los circunstanciales peligros que estorbaron el devenir de nuestra “grandeza nacional”, pues sería más apropiado hacerlo desde el actual cuadro de un proyecto de país en buena medida fallido e

inconcluso. Esto tiene impacto en el campo historiográfico. Si los eventos de Mayo simbolizan el inicio de la ruptura de algunas de las cadenas que oprimían el cuerpo de una nueva Nación en potencia, puede ser oportuno pensar hoy cuáles son las nuevas cadenas que entorpecen el desarrollo nacional y la conquista de una sociedad justa. La vigencia de un relato impuesto por el poder se verifica en incontables manifestaciones de la vida pública, por debajo de cualquier discurso pretendidamente progresista. Durante la década infame, ya decía el genial Discepolín “que no hay ninguna verdad que se resista frente a dos pesos moneda nacional”. Y si de analizar nuestra divisa monetaria emblema de un poder contante y sonante - se tratara, bastaría con constatar que el patricio que alambró la pampa exterminando al criollo y al indio hoy vale 100$, mientras que el patriota abandonado por la metrópoli portuaria que liberó medio continente hasta entregar su campaña emancipadora a Bolívar… sólo vale 5$. A 200 años de aquel 25 de mayo de 1810, la principal asignatura pendiente es ni más ni menos que la Independencia.


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La Ley del Odio

.- El 9 de octubre de 1945 Perón renunció a los cargos de Vicepresidente, Ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión. Anoticiados de su caída, estudiantes y señoras improvisaron manifestaciones por la calle Florida: “¡Ya se fue!” Hacia el mediodía un grupo de obreros visitan al coronel en su casa. Le dicen: “Usted ya ha cumplido con el ejército…¡Ahora es nuestro! ¡Ahora es el líder de los obreros!” Deciden allí que Perón se despida de los trabajadores con un acto en la Secretaría de Trabajo. A las 19 horas, 70.000 personas llenaron las inmediaciones del edificio al grito de “¡Perón Presidente! En memorable discurso, el coronel reafirmó: “Los trabajadores deben confiar en sí mismos, y recordar que la emancipación de la clase obrera está en el propio obrero”. Durante la desconcentración, los que vivaban a Perón se cruzaban con los que vociferaban “¡Ya se fue!” Hubo disparos contra los peronistas desarmados. La “gente bien” se enfurecía ante su actitud alegre, su aire de victoriosa derrota. No los entendían y, como no podían entenderlos, los odiaban. Ya en el primer Centenario, J.V. González llegó a considerar al odio como un resorte sicológico de nuestra historia. 2.- Según algunos historiadores, junto con la Revolución de Mayo, surgieron dos Argentinas: a) la de una oligarquía que se reservó el uso de la razón, de los beneficios de la libertad y la civilización; b) la de “los pueblos” que se encolumnaron tras los caudillos porque para ellos eran menos tiránicos que el “código” de los patrones y los “doctores”. En consecuencia, la historia argentina se debate entre la “lucha por la ley” y

Jorge Torres Roggero

“la lucha por la libertad”. Dos conceptos en pugna: una legalidad a medida del opresor de adentro y de afuera frente a una libertad nacida de las profundidades cuyo rostro caótico asusta a minorías incapaces de entender al pueblo porque para ello deberían dejar de explotarlo y renunciar a sus privilegios. 3.- Perón estaba preso. La Unión Democrática (radicalismo, socialismo, democracia progresista, comunismo) optó por la “ley”: exigir la entrega del gobierno a la Corte. Su acto de presentación fue en el Luna Park. Lo presidían tres gigantescos retratos: Churchill, Roosevelt y Stalin. No faltaron las “fuerzas vivas”: Bolsa de

Comercio, Sociedad Argentina de Escritores, Confederación Argentina del Comercio, la Industria y la Producción, Confederación de Sociedades Rurales, F.U.A., Cámara de Comercio Británica, abogados de empresas extranjeras, damas elegantes de la Junta de la Victoria, Colegios de Abogados y de Ingenieros y la prensa casi sin excepción. 4.- En los días previos a las elecciones del 24 de febrero de 1946 se desataron la impaciencia y el desprecio. Tamborini, el candidato de la U.D. se jactaba de no pertenecer al grupo obrerista del radicalismo irigoyenista. Carentes de diarios, periódicos y órganos de propaganda, los peronistas escribían las paredes con tiza y carbón y pegaban fajas con la consigna: “O Braden o Perón”. La noche del 24 de febrero, en base a datos provisorios, la U.D celebró el triunfo. 5.- Pero faltaban escrutar los suburbios y los departamentos de campaña. Los descamisados, los que marcharon el 17 de octubre cantando y bailando, habían defendido sus consquistas una vez más. Sin embargo, ¿ está la ley del odio condenada a repetir su historia? La legalidad oligárquica padece, cada tanto, síndromes histéricos de “institucionalidad” que la impulsan inexorablemente al insulto, la descalificación y la crueldad. A mediados del S.XX, vivaban al cáncer; ya en el siglo XXI, rinden culto a la carótida (“ Lo intentaste carótida. Gracias lo mismo”). Los monstruos de la razón. Pero la ley del corazón, fundamento de la solidaridad y la alegría del pueblo como sujeto histórico, es inmarcesible, “es un canto de libertad y una risa de libertad y una danza caliente de libertad” (Marechal)”.

ISSN: 1669-0133 ISSN:1851-2976 (en línea)


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