Solidaridad Global Nª 21 Septiembre 2012

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Cuentos cortos Hijos de su tiempo Juan sentía aprecio por Carlos, es más, en algunos aspectos lo admiraba. Respetaba su capacidad y sapiencia laboral; Carlos un hombre de múltiples oficios. Carlos, un moreno de rasgos aniñados, simpático, sonriente y siempre útil. Juan decidió visitar a su ex compañero de celda. Lo encontró en una habitación en penumbras, acostado sobre las frazadas y con la gorra puesta. A poco de conversar entraron a la habitación los hijos de Carlos, dos jóvenes de 16 y 18 años. Juan creyó que la ocasión era oportuna para hablar algo del pasado. “Ustedes deben estar orgullosos de su viejo, se bancó la tortura como un revolucionario, mantuvo los labios cerrados, no entregó a ningún compañero. Se la bancó.” Juan se fue contento… “Y este de que la va”, preguntó el hijo menor. Carlos se acomodó la gorra, le dolían los dientes, siempre le dolían desde aquella tarde que cerró la boca con fuerza pretendiendo mitigar el dolor que le producía la picana y contestó, “Juan vive en las nubes, no entiende nada”. “Es un boludo”, agregó el hijo mayor, “mirá si conociéndote voy a creer que fueras tan gil como para dejarte reventar por cubrir a otro.” Atisbo de esperanza Los bloques de cemento de la cárcel le chuparon los sentimientos a Juan. Anda por la vida como un extraño, extraño ante la gente y los lugares. Solo. Sin embargo desde hace unos meses comenzó a decir que espera algo que le dará sentido a su vida. Eso sí, no sabe si ese algo vendrá del pasado o del futuro. Espera. Respetando y amando la vida Ella es una mariposa bellísima. Rojo sangre, verde menta, amarillo sol, azul turquesa, atenuados con suaves lilas y blancos nieve. Resulta difícil imaginar que antes fue gusano; o quizás nunca fue gusano. Es un pequeño arco iris surcando el aire de la mañana. Él es un caballo, de ojos nobles y corazón generoso. Nunca posó sus cascos sobre pastos tiernos. El vuelo de la mariposa tonifica las patas y agita su corazón. “El asesino desarmoniza la naturaleza”, decía Tejada Gómez. Entonces…que se sucedan los días y las noches, que el sol caliente los cuerpos y siembre vida en los campos, que la luna haga menos tenebrosa la oscuridad. Que la vida siga como debe ser…

Año 9 - Número 21 Programa de Voluntariado Universidad Nacional de Villa María Secretaría de Comunicación Institucional ISSN: 1669-0133/ 1851-2976 (en linea) Arturo Jauretche 1555 - 5900 - Villa María - Córdoba - Argentina voluntariadoeditorial@hotmail.com Página web: http://webnueva.unvm.edu.ar/index.php?mod=voces

STAFF: Dirección Periodística: Andrés Cañas y María del Rosario Galarza. Edición y Redacción: Andrés Cañas y María del Rosario Galarza. Diseño y Diagramación Pablo Alejandro von Düring y Guillermo Fracarolli. Dirección de Relaciones Institucionales: María del Rosario Galarza. Colaboradores: María José Rinaldi, Ana María Bracesco, Alicia Torra.


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uienes asistieron en la localidad de Fontana, Chaco, al “primer homenaje a un ex combatiente indígena” que participó en la guerra de Malvinas tenían en claro que eran parte de un momento histórico que tiene que ver con el complejo proceso de concientización de los pueblos originarios que paulatinamente van fragmentando el cerco de invisibilidad impuesta tras siglos de oprobio. El viernes 8 de junio, la Escuela Bilingüe Intercultural “Cacique Pelayo” de la localidad de Fontana de la Provincia del Chaco, engalanó su modestia para homenajear al qom Eugenio Leiva. El acto fue coordinado por la escuela bilingüe intercultural (UEP N°72, la organización Napalpí) y contó con el aval del Ministerio de Educación y la Municipalidad de Fontana. Además de las autoridades que se hicieron presentes, se encontraba Juan Chico, un indígena militante contra la desmemoria que viene recopilando testimonios orales de abuelitos que sobrevivieron a la matanza de Napalpi y El Zapallar. Es muy tendencioso creer que la historia comenzó con la escritura, la oralidad estuvo siempre, y se la está comenzando a escuchar. Semejante demostraciones de conciencia me lanzan a esbozar las siguientes reflexiones. Tan pocos tienen presente que EEUU, “la gran democracia del norte” que prestó una enorme colaboración a los ingleses durante la guerra de Malvinas, declaró la abolición de la esclavitud muy tardíamente, recién en 1863. En cambio nuestra Revolución de Mayo se adelantó 60 años y en 1813 declaró la libertad de vientres. Y no sólo eso, desde el comienzo sus principales

protagonistas integraron a la vida civil a los indígenas y por ende también en los ejércitos libertadores. Allí marcharon no como carne de cañón, sino como ciudadanos, por eso aquella estrofa de nuestro Himno señala: “ved en el trono a la noble igualdad”. En aquel tiempo no era un slogan ni letra muerta. En ese sentido, el incansable Secretario de la Primera Junta, Mariano Moreno, redactó una serie de leyes y decretos donde “los criollos e indios” podían ocupar los más altos cargos de la administración del Estado, y así mismo en el escalafón militar, teniendo en cuenta únicamente sus aptitudes y capacidades para el puesto, no el color de la piel o su origen. Juan José Castelli por su parte, cuando se encuentra con el EjércitoAuxiliador en el Alto Perú, resuelve conmemorar el primer aniversario de la Revolución nada menos que en Tiahuanaco. Para ello el 25 de mayo de 1811 invitó a las comunidades aledañas a un acto que realizó en la Puerta de Sol. Ciertamente, Castelli había marchado hasta lo que hoy es Bolivia porque la Revolución necesitaba acuñar metálico, la plata de Potosí, pero también estábamos huérfanos de historia. La Revolución tenía apenas un año y Castelli decidió conmemorar esa fecha en el maravilloso complejo de Tiahuanaco uniendo nuestros orígenes como país recién nacido para vincularlo con lo más profundo de la América milenaria. ¡Qué maravilla habrá sido verlo a Castelli en la Puerta del Sol! En ese acto, de una trascendencia que tanto historiador oficial intentó opacar, Castelli decreta la abolición de la esclavitud de los indígenas y deroga el “impuesto al indio”. Con una orientación

similar participó Manuel Belgrano el 9 de julio de 1816 cuando se declara nuestra independencia en la “casita” de Tucumán. En esa “casita” que ojalá se derrumbara de una buena vez, porque esa fachada que generaciones de maestras lobotomizadas por Anteojito vienen obligando a dibujar a sus alumnos no sirve de nada ni importa. Lo único trascendente no es la fachada descascarada sino lo que sucedió dentro. Allí nuestros mejores patriotas con Belgrano a la cabeza propusieron como forma de gobierno una monarquía incaica atemperada con capital en Cuzco. Por eso el Dr. Bartolomé Mitre, quien va a delinear, desmemoria mediante, nuestra Historia Oficial, en la biografía que le dedica a Belgrano destina todo el extenso capitulo XXIX llamado “El Inca” para ridiculizar “la ocurrencia… de tener un rey de patas sucias sacado de una choza”. Para mayor irritación del director de La Nación, el creador de nuestra bandera introdujo en ella al sol flamígero de los incas. José de San Martín es otro que tuvo tan presente a los pueblos originarios


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y que dejó para la posteridad aquella frase con la que tanto racista se atraganta y jamás logra deglutir, aquella que escribió de puño y letra en su famosa Orden General de 1818 cuando señaló: “combatiremos en bolas como Nuestros Paisanos los Indios”. Y no sólo eso, antes de cruzar la cordillera, solicitó “autorización” a los caciques que lo consideraban peñy y lonko, es decir hermano y cacique. Así fue como los mejores hombres de Mayo procuraron vestirnos y abrigamos con símbolos ancestrales. Esa gente excelente murió tan pronto, Moreno en 1811, Castelli en 1812, Belgrano en 1820, Güemes en 1821 y San Martín marchó al exilio en 1824; cuatro años antes lo había hecho Artigas. Paulatinamente el país quedó en manos de grupos que diseñaron un país para pocos enquistado en la renta de la aduana de Buenos Aires dando la espalda al interior y al resto de Latinoamérica. De ese modo no sólo invisibilizaron a los indígenas sino que reintrodujeron la esclavitud tras las

sangrientas “entradas” ejecutadas en la Patagonia y el Chaco con el cruel reparto de indios. Y hoy, cuando se está por cumplir un año del desalojo del acampe qom en la Av. 9 de Julio, un nombre que recuerda aquella gloriosa gesta de la independencia, la Escuela “Cacique Pelayo”, resuelve homenajear al hermano, compañero y ex combatiente de Malvinas, el qom Eugenio Leiva. Treinta años después de la guerra que el

Eugenio Leiva

imperialismo anglosajón llevó al sur de América se realiza este merecido y justo homenaje. Un evento que significa mucho para nosotros, significa una victoria más contra la invisibilidad con la que tantos funcionarios mezquinos han querido sumir a tantos de nuestros compatriotas originarios que, como Eugenio, combatieron heroicamente por esa Patria Grande que más temprano que tarde va a llegar para todos. Este homenaje a un qom que luchó en Malvinas, al igual que quienes lo antecedieron en nuestros ejércitos revolucionarios que cruzaron América para llevar la libertad a sus hermanos, recupera las mejores tradiciones de Mayo. Y nos recuerda que las Malvinas, y el suelo todo de Argentina y América, antes de pertenecer a los países que marcaron fronteras y cortaron tantas veces en forma arbitraria trozos de territorio, son pre existentes a los Estados Naciones; el suelo, la tierra, la Pachamama siempre fue, es y será originaria.


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Julio Gambina: Da cuenta de la última reunión del G20 en Los Cabos, México y afirma: “Lo que hay que salvar es el capitalismo, y por eso las llamadas a la salida de la recesión o desaceleración económica. El G20 se propone aplicar “políticas de crecimiento”, como si cualquier crecimiento fuera bueno en sí mismo”. Luís Tuninetti: Esboza una aguda critica al G20, no así, a la “Cumbre de los Pueblos”. Emilio Trigueros: Pone en alerta sobre la situación energética y señala que aun “no se ha dado el gran salto en la eficiencia que permita limitar el calentamiento de la atmósfera en dos grados en el siglo XXI”. Carmelo Ruiz Marrero: historiza y reactualiza los debates sobre “las semillas”, base alimenticia humana, a favor de declararlas: “Patrimonio de los Pueblos y al servicio de la Humanidad”. Juicio a la Fumigación, Córdoba,Argentina. CEMIDA: Informe sobre la renuncia al Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR) por parte de las naciones latinoamericanas: Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Ecuador. Elsa Bruzzone y José Luís García: Señalan los alcances y acuerdos que genera la instalación del Comando Sur en Chile; asimismo, la resistencia popular que este hecho recoge: el repudio de organizaciones sociales a la instalación en Fuerte Aguayo, Concón de una base militar EE UU. Informan sobre el Comando Sur en Uruguay. “Es un profundo error del gobierno pactar un contrato militar con la armada norteamericana porque lesiona la histórica posición latinoamericanista del Frente”, citan a Juan Castillo. José Luís García Cnl ®, desde La Carpa y la Trinchera: continuación de un mismo asunto, propuesta de una nueva estructura para el Poder Militar.


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Julio Gambina

Resoluciones del G20 en Los Cabos, México La principal decisión asumida en Los Cabos, México, por el cónclave de los presidentes del G20 es la capitalización del FMI por 456.000 millones de dólares. Como parte de ese monto, la zona del euro le aportará al organismo 200.000 millones, de los cuales, los españoles se comprometieron con 18.800 millones. Es sabido que Europa y el euro estuvieron en el centro de los debates, por la crisis y el ajuste que ella supone. Así y todo, los gobernantes de la eurozona transferirán nada menos que 200 mil millones de dólares al FMI… para prestarle a los “países en problemas”. Suena increíble pero es verdad.

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a crisis se manifiesta en crecimiento del desempleo, la marginación, el empobrecimiento, y dificultades de la población de menores ingresos; y la solución es acrecentar la capacidad de préstamos del FMI. Si hay un organismo responsable de la crisis en curso es precisamente el FMI.

Sorprende que países como Brasil e India, con inmensos bolsones de pobreza y atraso, cada uno aportará 10.000 millones de la moneda estadounidense al Fondo; igual que Rusia con una cifra similar. China, otro que concentra inmensa población empobrecida contribuirá con 43.000 millones, y Sudáfrica con 2.000 millones. Imaginemos esos fondos aplicados a políticas alternati-

vas en beneficio de los más necesitados entre los pueblos de esos mismos países. Todos ellos son los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), los “emergentes” que están de moda; los que se supone disputan la hegemonía mundial desde su lugar ascendente en la economía, que obviamente incluye el financiamiento de la crisis.


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Resoluciones del G20... Alguna vez mencionamos que la categoría “emergente” supone una calificación funcional a las necesidades de inversión del capital global. Se es emergente ante la vista del inversor que busca niveles adecuados de rentabilidad. En la crisis “emergen” ciertos países, donde conviene invertir. Son emergentes para los inversores. No es una calificación que destaca virtudes sobre las condiciones de vida de la población, sino que apuntan a virtudes requeridas por los capitales en búsqueda de ganancias, precisamente en momentos de crisis, donde el eje es la dificultad para valorizar a los capitales. Otros emergentes también aportan, tal el caso de Corea del Sur, que aportará 15.000 millones de dólares; México lo hará con 10.000 millones; Turquía con 5.000 millones; y Colombia con 1.500 millones. Por su parte, Japón se anotó con 60.000 millones, y EEUU se abstuvo de aportar en la ocasión, en un claro acto de transferencia de los costos de la crisis mundial al resto del mundo. El G20 recapitaliza al FMI, tal como ya hizo en ocasiones anteriores, ahora con 456.000 millones de dólares. ¿Para qué? Para prestarle a los países endeudados (“países con problemas”), para que puedan cancelar sus deudas con los bancos y aportar al salvataje del sistema bancario en crisis. La voz de los “20”, más allá de altisonantes declaraciones a favor del “crecimiento y del empleo”, volvieron a salvar a los bancos en problemas, y lo hicieron con recursos públicos. El Estado salió nuevamente a resolver los problemas del capitalismo en crisis. ¿No era que había que evitar la participación del Estado en la Economía? ¿Dónde quedó el credo liberal, o neoliberal? ¿Son todos keynesianos? Keynes era un neoclásico, que pensó en la renovación del pensamiento

Todas las fichas al crecimiento

hegemónico ante la crisis para salvar al capitalismo en la década del 30 del Siglo XX; que ahora se manifiesta como un modo de pensar “pragmático” en la coyuntura de la recidiva crisis del capitalismo.

Lo que hay que salvar es el funcionamiento del capitalismo, y por eso las llamadas a la salida de la recesión o desaceleración económica. El G20 se pronuncia por aplicar “políticas de crecimiento”, como si cualquier crecimiento fuera bueno en sí mismo. Es algo a interrogar a los ambientalistas reunidos en Río de Janeiro a propósito de la contaminación de la “cidade maravilhosa”, con la Bahía de Guanabara “poluída” (altamente contaminada), situación similar a lo que ocurre en las grandes ciudades de nuestramérica (de la crónica de María Elena Saludas, participante de la cumbre popular en Río+20). Vale la crónica ya que una de las propuestas del G20 se concentra en la inversión para infraestructura, que suena muy bien a los oídos “keynesianos, desarrollistas, o neo desarrollistas”, que asocian “inversión” con “crecimiento” y “bienestar”. Así se justifica la inversión en infraestructura para saquear las riquezas naturales de nuestramérica, para lo que vale recordar la vieja “conquista”, y por qué no, la nueva aventura por la mega minería a cielo abierto, o la sojización de los países del Mercosur, proceso que entre otras cuestiones, desestabiliza al presidente paraguayo, tal como denuncia Idilio Méndez en su artículo: “Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo”. Es Monsanto la misma empresa que enorgulleció a la presidente de la Argentina en la reciente reunión en


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Resoluciones del G20... incluyen la campaña electoral, como en Grecia, donde el FMI chantajeó para que la Izquierda Radical no triunfara en las elecciones recientes, claro que fue una gestión en la que estuvo acompañado Nueva York con los empresarios estadounidenses, donde se conocieron las inversiones de la transnacional por 150 millones de dólares en las provincias de Córdoba y Tucumán. ¿Estamos contra el crecimiento y las inversiones? No. El problema es que no se trata de cualquier crecimiento, ni de cualquier inversión. Si la inversión capitalista se define por la obtención de ganancia del inversor, resulta conveniente discutir bajo qué circunstancias se define la inversión capitalista, especialmente cuando se alude al capital global. El G20 apunta a la búsqueda de nuevas fuentes de rentabilidad del capital, y no necesariamente a satisfacer necesidades de la población. En los medios de comunicación y en la sociedad se instaló un debate donde los “buenos” son los que recomiendan políticas de crecimiento, entre los que estaría EEUU (Obama necesita un repunte económico para ganar un segundo periodo en las próximas elecciones de renovación presidencial en noviembre) y los países emergentes (recordar el significado de emergente); y los “malos”, los que sostienen políticas de austeridad y ajuste, especialmente Europa, y más precisamenteAlemania. Entre los primeros están los críticos de las políticas neoliberales, aunque no tengan reparos a la hora de otorgarle 456.000 millones de dólares al FMI para facilitar créditos condicionados a los países en problemas. Son condicionamientos que

por el Banco Central Europeo y las autoridades de la Eurozona. No hay buenos y malos en la consideración de la crisis; sólo matices sobre como “resolver la crisis capitalista”, y por eso el “crecimiento”, para restablecer el consumo, sí, pero especialmente la valorización, esencia del desarrollo de la sociedad capitalista. Es necesario que aparezca una voz diferen-

ciada, con críticas al capitalismo en crisis, y que proponga superar, no sólo la crisis, sino el capitalismo. Restaurar la confianza Junto al crecimiento buscado, se puede leer en las Declaraciones finales del G20 que superar la recesión y desaceleración, restablecerá la “confianza”. Es bueno interrogarse ¿confianza en qué, para qué, en quiénes? Entre las medidas sustentadas en la Declaración del G20 se puede leer el estímulo a la búsqueda de acuerdos para una unión bancaria en Europa, para “examinar medidas concretas en vista a una arquitectura financiera más integrada, que incluya la supervisión, la reestructuración y la recapitalización bancarias, así como el aseguramiento de los depósitos”, todo a junto a promover “empleo de calidad”. Confianza en el sistema bancario. El discurso de la regulación bancaria y la arquitectura financiera está dicho luego del salvataje de la banca española por 100.000 millones de euros; de la estafa de banqueros y ejecutivos de cuantiosos ingresos pese a la crisis, al desempleo y a la miseria. Claro, todo para salvaguardar el sistema, los depósitos y los “empleos de calidad”. Resulta poco creíble pensar en las resoluciones del G20 como “medidas necesarias para reforzar el crecimiento mundial y restaurar la confianza”, como si en ello fuera el buen vivir de la población vulnerable. ¿Cuántos recursos públicos han sido ya canalizados al salvataje de bancos y empresas quebradas? Parte de la búsqueda de la confianza se


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concentra en el llamado a una “tregua” en las acciones proteccionistas sobre el comercio mundial, por lo menos hasta el 2014. Es el eufemismo para instalar el discurso hegemónico del capital transnacional por la liberalización de la economía mundial. Es el programa de la OMC, de los Organismos financieros internacionales, y el legado principal de lo que se llamó el Consenso de Washington: la promoción del libre comercio, del libre cambio, de la apertura de los mercados para la penetración de los capitales más concentrados. Cada G20 termina siempre con evocación al programa de máxima: la liberalización de la economía mundial, base de sustentación del programa de salida de la crisis de los ‘70, y que en la región americana se manifestara a través del ALCA, y luego en los tratados regionales o bilaterales por el libre comercio. No en vano una de las noticias que presentó Obama a los anfitriones, fue la invitación a México para ser parte del Acuerdo de Asociación Transpacífica, una negociación comercial plurilateral que involucra además del país azteca, a Nueva Zelanda, Australia, Brunei, Malasia, Singapur, Viet Nam, Chile, Perú y EEUU. Este es un proyecto que involucra a 500 millones de habitantes; un 26% del PBI mundial; un 15% de las exportaciones mundiales y un 18% de las importaciones globales. Es un acuerdo que EEUU utiliza para su proyección sobre el Pacífico en competen-

cia con China. La confianza buscada es para relanzar el proyecto capitalista y superar la crisis. En el próximo tramo brasileño de los debates, “Río+20”, se incorporarán los mensajes de un “capitalismo verde”, con “empleos verdes”. Es un mensaje que busca consenso social ante la conciencia ecologista vigente. Pero ese proyecto verde, de ensoñación de los ideólogos del capitalismo contemporáneo, se asocia a la explotación depredadora de los recursos naturales. ¡Ojo con la confianza a restaurar! La confianza puede hacernos cambiar nuestras riquezas naturales por espejitos de color, verde, por supuesto. La propuesta es por otro modelo productivo y de desarrollo En variados debates me señalan mi pesimismo en las “soluciones” que se ensayan, incluso en “gobiernos progresistas” (que no dejan de ser capitalistas). Son los mismos que me endilgan mi optimismo por la creciente “indignación” de un movimiento social que no tiene claridad sobre el rumbo a seguir, y sólo se afirma en el NO a la realidad que les toca vivir, la del ajuste y la austeridad (Grecia, Italia, Europa en general, ahora, y de Nuestramérica en las últimas dos décadas del Siglo XX). No es menor afirmarse en el NO. A veces

es un grito de dignidad, aunque no se conozcan los SI, y que sin embargo se abren paso entre nuevos desafíos que instala el constitucionalismo renovado en Bolivia, Ecuador, o Venezuela; la propia renovación socialista en Cuba, e incluso las búsquedas de expresiones organizadas del movimiento popular por un movimiento de constituyentes sociales, que emergen en Argentina, Chile, Colombia, entre otras experiencias de organización popular en la construcción de un proyecto emancipador. En ese camino se inscribe la lucha por la soberanía alimentaria, energética, financiera, ambiental. Los NO son el modelo productivo y de desarrollo capitalista contemporáneo, sustentado a la superexplotación de la fuerza de trabajo y la depredación de los recursos naturales. Los SI apuntan a nuevas formas de relación económica, social, política y cultural para reproducir la vida cotidiana en armonía con el conjunto social y los bienes comunes. En definitiva, ni pesimismo, ni optimismo, sino reivindicación del NO y emergencia y difusión de nuevos SI. ¿Resulta simple? Claro que no. Es parte de la búsqueda por una nueva sociedad. El fantasma de los indignados recorre el planeta, y no se trata de “jóvenes interconectados” mediante nuevas tecnologías de comunicación y redes sociales, sino de trabajadores sin empleo, flexibilizados, precarizados, súper explotados, mayoritariamente jóvenes que rechazan el presente sin futuro y reescriben su propia historia emancipadora, liberadora. Si el ciclo inaugurado por el Manifiesto hizo evidente el surgimiento de la práctica y teoría revolucionaria que inspiró históricas luchas de clases entre 1848 y la ruptura de la bipolaridad, el presente es un momento de imaginación creativa en la emergencia de renovadas perspectivas para la teoría y práctica de la revolución.


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La demostración de que no quieren hacer nada

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a Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20 se convertía hace unos meses en el principal evento político económico de varias décadas, finalizado solo quedó la desilusión de la inmensa mayoría del mundo, a pesar de los esfuerzos que los participantes hicieron para remontar esta imagen negativa. A finales de junio finalizaba el evento más trascendente en materia ambiental de los últimos tiempos en medio de fuertes críticas y protestas generadas fundamentalmente por la falta de ambición del acuerdo alcanzado. A medida que se iban desarrollando las negociaciones y se conocían las posturas se presumía una postura poco atinada para los momentos ambientales que vivimos, Río+20 se transformaría en Río – 20 como lo titularon varios medios y especialistas. El documento firmado por los líderes mundiales fue tristemente titulado "El futuro que queremos", donde se supone se manifiesta el compromiso de los gobiernos para adoptar un plan de producción y consumo sostenible cuyo principal escollo constituía la definición de “economía verde” que los países desarrollados pretendían fomentar. Pero lo real es que antes del comienzo formal con los líderes presentes, los negociadores habían redactado un borrador del que ya se conocía su contenido y el escaso compromiso asumido por el sector político para llevar adelante las acciones; la atención de los políticos estaba enfocada en la crisis del euro fundamentalmente y no en el ambiente, pero como el encuentro ya estaba pactado era necesario aprobar algo para “salvar la ropa”; en esta oportunidad hemos perdido una ocasión única para especificar el camino hacia un futuro sostenible.

Las expresiones de Dilma Rousseff al dar el discurso de clausura del encuentro fue más que claro, el documento no era nada concreto: "Este documento es un punto de partida, no un punto de llegada. Lo que tenemos que exigir es que los países avancen a partir de él".

Los antecedentes más importantes de este tipo de reunión se lo encuentra en la Cumbre de Estocolmo desarrollada en 1972 y que marca el comienzo histórico del abordaje ambiental como problema global. Luego de 20 años vendría la Cumbre de Río o Río 92 en la que se dieron importantes avances y redacción de documentos como la Declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la Agenda 21, el Convenio sobre la diversidad biológica, la Declaración sobre los bosques y masas forestales y Convenio Marco sobre el Cambio climático; obligando a los países a celebrar anualmente encuentros (COPs – Convenios de Partes) para abordar el cambio climático. Un muy interesante estudio realizado por la declaración de Río+20 desarrollado por

Luis Tuninetti

la World Wildlige Foundation (WWF) indica que en el documento final de 283 puntos aparecen: 99 veces el verbo “apoyar”, 50 veces el verbo “exhortar”, sólo 5 veces el verbo “haremos”, sólo 3 veces las palabras “deber”. Como se mencionó anteriormente, la gran divergencia fue que los países desarrollados querían imponer el concepto de “economía verde” como una suerte de nuevo paradigma ambiental a

seguir como mecanismo de producción. Los países emergentes no avalaban dicha postura por considerarla ambigua, sin claridad y que debía seguir usándose el concepto de desarrollo sustentable. Un punto paradigmático fue que en una entrevista la Subsecretaria de Planificación y PolíticaAmbiental nacional, Silvia Révora, expresó que “planteamos que ese cambio lo deben liderar los países centrales, que son los que han impuesto ese modelo global de consumo y de producción insustentable,


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La demostración de que no quieren hacer nada que se basa en una falacia: que los recursos naturales son infinitos. Producimos y consumimos como si fuéramos a tener una cantidad infinita de agua, de petróleo, de tierra”, lo cual es totalmente cierto y completamente opuesto al modelo económico imperante en nuestro país, basado en la explotación irracional de los recursos en el corto plazo (sojización y minería por citar alguno). Lo deArgentina no terminó ahí, aun cuando la mayoría de sus pares latinoamericanos criticó fuertemente el acuerdo alcanzado, Révora se refirió a él como: “un éxito de los países en desarrollo, contra quienes querían responsabilizarnos del deterioro ambiental planetario”. Parece completamente opuesta a la de sus pares ideológicos; el presidente de Bolivia Evo Morales, expresó que el acuerdo a su juicio promueve “un modelo económico depredador mientras exigen protección ambiental a las naciones pobres”. Rafael Correa de Ecuador y Raúl Castro de Cuba también expresaron su disconformidad con lo pactado. Otras de las arduas negociaciones fue la transformación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en una agencia especializada de la ONU, lo que hubiera aumentado su poder y presupuesto; lamentablemente no se dio, con la excusa de no "crear una nueva burocracia", algunos países liderados por Brasil y Estados Unidos boicotearon la propuesta. Los puntos más importantes destacados fueron: - Objetivos de Desarrollo Sostenible: Adopción de un conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una suerte de hoja de ruta para que los gobiernos se encaminen hacia el desarrollo responsable. El documento no fue redactado en la cumbre y será establecido por un grupo intergubernamental de 30 representantes de diversos países, deberá ser entregado en septiembre del próximo año. - Fortalecer al Pnuma: Si bien no se convirtió al Programa de las Naciones Unidas

para el Medio Ambiente (Pnuma) en una Agencia como lo es la Organización Mundial del Comercio (OMC), se logró fortalecerla de algún modo, por lo menos en expresiones de deseo. El presidente francés, François Hollande, dijo que el fortalecimiento del Pnuma es “insuficiente” para abordar los asuntos ambientales a escala mundial. - Financiamiento de los acuerdos: Se deberá crear un comité intergubernamental

para establecer una estrategia financiera que permita llevar adelante los acuerdos en los que se involucrará el sector privado. - Derechos reproductivos: finalmente no se abordó esta temática. La defensa de los derechos reproductivos de la mujer fue impulsada principalmente por la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton. - Indefinición de cifras: los países en desarrollo impulsaron la generación de un fondo para cumplir con las metas pactadas, pero el texto no define cifras amparados en la crisis económica internacional.

- Otra vez se vuelve a expresar en potencial la necesidad de eliminar los subsidios a las energías generadoras de cambio climático, pero no establece ningún plan ni plazos, simplemente una declaración de deseo que (como otras veces) no será llevada a la práctica. - En cuanto a los conceptos de “economía verde” y “desarrollo sostenible” no son definidos claramente, ni como llegar a la erradicación de la pobreza, salvo puntos muy vagos o de nivel ejecutivo bajo; en general podría decirse que todo queda librado a la buena voluntad y elección de políticas de cada país. Prácticamente, lo más productivo de la cumbre fue la “Cumbre de los Pueblos”, una cumbre paralela a la oficial. En ella existió un intenso debate e intercambio de experiencias fructíferas; es más, la “Cumbre Empresarial” produjo cientos de compromisos voluntarios de empresas para reducir sus emisiones de gases efectos invernaderos. El saldo lo podemos resumir en algunas cifras: 200 países, 12.000 funcionarios, 10.000 miembros de ONG, 100 jefes de Estado, 4.000 periodistas, 60 toneladas de basura, 1 documento con 283 items y varios miles de millones gastados para no generar nada e intentar salvar sus investiduras políticas. Hace poco leí un chiste que decía “Si la naturaleza fuera un banco, ya la habrían salvado”; la declaración final que presuntuosamente fue denominada “El Futuro que Queremos” no convence a nadie y formará parte de un cúmulo de documentos de buenas intenciones, inutilidad adrede y confesión indirecta de la firme intención política de no hacer nada.


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Emilio Trigueros

La elusiva conciencia de la energía

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odavía no se ha dado el gran salto en la eficiencia energética global que permita limitar el calentamiento de la atmósfera en dos grados en el siglo XXI. El 31 de marzo se celebró la hora del planeta, una buena ocasión para revisar el estado de la lucha contra el cambio climático, un asunto alrededor del cual las opiniones tienden a polarizarse en los extremos. Para unos, la evolución del clima a varias décadas vista, no puede predecirse con certeza; es imposible que las grandes potencias pacten un asunto económicamente tan complejo; además, la humanidad ya se adaptará al cambio cuando se agrave. Para otros, el planeta está abocado a catástrofes encadenadas, nuestro modo de vida supone una irresponsabilidad moral y las futuras generaciones se preguntarán "¿cómo podían seguir tan tranquilos con sus vidas?". Quizás esos arquetipos generen una confusión excesiva e innecesaria: porque la cuestión climática es, ante todo, un asunto de ciencia y razón. Merece la pena distinguir entre lo que ha sucedido y la ciencia explica sin incertidumbre, y lo que puede llegar a ocurrir y la ciencia pronostica, en un rango de probabilidades estimadas mediante modelos matemáticos sobre el pasado. Los hechos incuestionables son simples: las emisiones de CO2 provenientes de combustibles fósiles consumidos en actividades humanas se han triplicado desde 1965 hasta sobrepasar los 33.000 millones de toneladas anuales en 2010; en el mismo periodo, la concentración de CO2 en la atmósfera, medida con instrumentación

directa desde 1960, ha aumentado desde 315 a 390 partes por millón (ppm); medidas de la concentración de CO2 en perforaciones polares han demostrado que ese nivel de 390 ppm está fuera del rango que ha existido en la atmósfera de la Tierra al menos en los últimos 650.000 años; el fundamento de que la estructura molecular del CO2 produzca un efecto invernadero está perfectamente determinado por la física teórica; la temperatura media del planeta subió cerca de 1°C en el siglo XX, más acusadamente en su segunda mitad; la superficie cubierta por la nieve en invierno está disminuyendo; el océano Ártico está perdiendo masa de hielo, igual que los glaciares de montaña; ha aumentado la frecuencia de sequías y

huracanes. A pesar de todo, siempre puede dudarse: ¿Y si esas alteraciones climáticas simultáneas suceden por casualidad, y no debido a la mayor concentración de CO2? Quizás bastaría con responder: "¿Y por qué si no, qué otro fundamento primario del clima se ha alterado en el último siglo?" Pero hay más: el IPCC, un panel de científicos fundado por Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial, lleva 25 años compartiendo mediciones y modelos para determinar si, como parece intuitivo, existe esa causalidad así como para valorar qué futuro nos espera si las emisiones continúan aumentando ilimitadamente. Las proyecciones del IPCC tienen en cuenta tanto factores amortiguadores del calentamiento que produce el CO2 (entre ellos, curiosamente, el efecto pantalla a corto plazo de la contaminación) como factores multiplicadores (la desaparición de masas de hielo aumenta la radiación solar absorbida por la superficie terrestre, por ejemplo); los modelos se ajustan periódicamente a series de datos actualizados. Las conclusiones del IPCC se establecen mediante consenso horizontal, un procedimiento que, de causar algún sesgo, parece creíble que sea hacia una búsqueda demasiado prudente del mínimo común denominador, más que hacia posiciones radicales. La conclusión más importante del IPCC es que, si las emisiones siguen acumulándose al ritmo de la última década, sabemos con certeza que existe un serio riesgo de llegar a un calentamiento medio de 6°C durante el siglo XXI. ¿Cómo es posible que, si se trata de un problema tan evidente, no estemos haciendo nada, y permanezca lejano un acuerdo global? De entrada, es falso que no estemos haciendo nada; países relevantes han dado pasos relevantes. Alemania presentó, en


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La elusiva conciencia de la energía noviembre de 2011, una estrategia nacional para minimizar el consumo de hidrocarburos en generación eléctrica. El plan comprende reducir sustancialmente la producción con carbón, triplicar la generación eólica, construir miles de kilómetros de nuevas líneas eléctricas o financiar investigaciones piloto sobre almacenamiento de electricidad. China, en el nuevo plan quinquenal de marzo de 2011, ha establecido el objetivo de reducir drásticamente el consumo energético que requiere su crecimiento económico: las medidas incluyen desde el cierre de fábricas ineficientes hasta las subvenciones para la compra de los automóviles de menor consumo. Incluso Estados Unidos, tras décadas de inacción, ha fijado estándares de emisiones de CO2 en vehículos fabricados desde 2011, y muchos gobiernos estatales han impuesto a sus empresas eléctricas metas obligatorias de inversión en energías renovables. Detrás de esas políticas, hay una confluencia entre sentido medioambiental y sentido económico: el precio del petróleo y el carbón se ha quintuplicado en diez años, y la dependencia de sus inestables mercados globales supone un riesgo permanente de shocks e inflación para los países importadores. Según proyecciones de la Unión Europea, el peso de la factura energética se elevará desde el actual 10% del PIB mundial hasta el 15% en las próximas décadas, prácticamente con independencia de que se invierta más en tecnologías convencionales o alternativas, puesto que todas las vías serán más caras que en el pasado. "Ya no existe conflicto entre economía y ecología", ha resumido recientemente el ministro alemán de Medio Ambiente. ¿Hasta dónde podemos llegar, con las iniciativas en marcha? Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), si los planes políticos recientes se cumplieran, las emisiones globales de CO2 prácticamente se estancarían a partir de 2020: el calentamiento global en el siglo XXI alcanzaría entonces unos 4°C, frente a los 6°C que supondría la pura continuación de las opciones del pasado.

Recorrer el camino que falta para limitar el calentamiento medio de la Tierra a unos 2°C, objetivo de Copenhague, requerirá, según el análisis de escenarios de la IEA, un gran salto global en la eficiencia energética, que podría alcanzarse con la implementación universal y estricta de políticas conocidas: progresiva limitación de emisiones

en motores de transporte; extensión de una tasa fiscal a la emisión de dióxido de carbono que aumente la rentabilidad industrial de invertir en equipos que ahorren energía; estándares rigurosos en nueva edificación e incentivos a las reformas en viviendas existentes (o la obligatoriedad por ley: se empieza a hablar de una "ITV" para casas antiguas). El amplio debate sobre estos asuntos que se observa en círculos políticos (objetivos 2020 de la Comisión Europea) y empresariales (BP o Exxon abogan por un impuesto mundial al CO2) choca con cierto desinterés ciudadano, al menos en países como España. ¿Por qué esta falta de atención, cuando una familia media gasta fácil-

mente unos tres mil euros al año en energía (luz, calor y movilidad)? Quizás encender un interruptor o arrancar el coche resultan actos tan cotidianos que es difícil concebir que han provocado una alteración planetaria; tampoco ha ayudado la tendencia de los gobiernos a usar la energía como arma política y paradigma de supuestamente exitosas políticas liberalizadoras (aquello de "con nosotros baja la luz"). Evolucionar desde la aspiración imposible a una energía cada vez más barata hasta la era de la energía inteligente y sostenible implicará algo más que palabras bienintencionadas sobre una buena causa. Las empresas eléctricas, percibidas a veces como parte del problema, pueden serlo también de la solución: las eléctricas británicas, por ejemplo, financian al cliente mejorar los aislamientos de su vivienda a cambio de una parte del ahorro conseguido en gasto de calefacción. En cuanto a los ciudadanos, podemos enrocarnos en el escepticismo de que nuestras decisiones personales tienen un impacto infinitesimal en el clima: pero en los asuntos a que prestamos atención y en nuestras modestas decisiones al elegir un coche o una caldera también se juega el tipo de sociedad que creamos, y en la que creemos. Ahora que aspirar a vivir individualmente mejor que la generación anterior se ha transformado en una utopía, quizás resulte que dejar un mundo mejor a la siguiente sea lo que sí tiene sentido. Esforzarnos por conservar estable la atmósfera del planeta donde tuvimos la suerte de crecer como especie, hasta poder concebirnos como humanidad, es una de las formas de hacerlo.


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Carmelo Ruiz Marrero

El gran juego del ajedrez botánico Por todo el planeta hay candentes debates en torno a la semilla, la cual es la base de la cadena alimenticia humana. Los debates no son solamente en torno a las polémicas semillas transgénicas. Son además acerca de la apropiación y privatización de las semillas, transgénicas o no, mediante leyes y tratados de propiedad intelectual, y el poder creciente de corporaciones transnacionales como Monsanto y Syngenta. Los intentos de los poderosos por apropiarse de las semillas no tienen nada de nuevo, como veremos a continuación.

A

lo largo de la historia las naciones e imperios siempre han tenido sus programas agrícolas, que con el pasar de los siglos aumentaron en complejidad y sofisticación. Cuando las sociedades europeas dieron el salto a la industrialización, millones emigraron del campo a la ciudad, de la finca a la fábrica. Se creó así una situación sin precedente histórico: los agricultores pasaron a ser minoría, y por vez primera había una gran masa de gente que no producía alimentos ni tenía conexión alguna con el agro, pero que de todos modos había que alimentar. Esta situación hizo necesario el transformar y revolucionar la agri-

cultura mediante la técnica científica. Los incipientes estados-nación comenzaron a invertir recursos considerables en las ciencias agrícolas y se impuso una división del trabajo con el surgimiento de nuevos profesionales de la agricultura que no eran agricultores- extensionistas, agrónomos, fitomejoradores, veterinarios, y más. El agro iba entonces camino a la masificación e industrialización, y el agricultor iba proletarizándose y convirtiéndose en un trabajador alienado, en un pasivo consumidor de insumos externos y de conocimiento de expertos que venían a decirle qué hacer y cómo. Los programas agrícolas de los imperios siempre han necesitado de una inversión sustancial en la adquisición de variedades

de semilla de todas partes del mundo. Tan temprano como en el año 2800 antes de Cristo, el emperador chino Shen Nung enviaba colectores de plantas a regiones distantes en busca de especímenes de valor agrícola o medicinal, y ya en el siglo XVI había jardines botánicos en Italia, Alemania, Francia, Inglaterra, Suiza y Holanda. Los jardines botánicos, aparte de su función estética, fueron establecidos para recibir y sistematizar las muestras de semillas y plantas de gran valor económico para los imperios coloniales. Según Michael Dorsey, profesor de estudios ambientales de la Universidad de Dartmouth en EEUU, los jardines botánicos “y sus redes asociadas, incluyendo a los botánicos y herbalistas, movieron especies- en


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El gran juego del ajedrez botánico especial aquellas con propiedades medicinales o valor económico- al Viejo Mundo al igual que entre las recién fundadas colonias…” “El rey de España y otros monarcas europeos tenían a su disposición botánicos y farmacéuticos para identificar, recolectar, formular e identificar medicinas de plantas para la familia real. El deseo de expandir sus farmacopeias personales legitimó el financiamiento para los primeros proyectos de exploración, especialmente aquellos dirigidos hacia el Nuevo Mundo. Según Schultes y Reis, el rey de España envió su médico personal a vivir con los aztecas para estudiar sus medicinas, menos de cincuenta años después de los primeros viajes de Colón. De hecho, era raro que un barco

camino hacia el Nuevo Mundo o regresando de él- o camino hacia cualquier lugar fuera de Europa durante la Era de Exploración- no tuviera a bordo una persona conocedora de plantas y potencialmente capaz de explotar sus propiedades medicinales.” Fue así como el banano, oriundo del sureste de Asia, acabó en África y el Caribe. En dirección opuesta viajó el cacao, nativo de Brasil, y ahora se siembra en África y el sureste de Asia. El café es de Etiopía, y hoy día su siembra es importantísima para las

economías de Latinoamérica, el Caribe y el sureste asiático (de hecho, la historia de Puerto Rico hubiera sido bastante distinta sin el café). El algodón es originario de Perú y México, y los colonizadores lo traslada-

1300 Europa había importado de otras regiones el cultivo de cebada, trigo y alfalfa. El teórico y visionario canadiense Pat Mooney, quien en 1985 ganó el Premio Nobel Alterna-

ron a África y la India, y en ambos lugares es actualmente de los cultivos de mayor importancia económica. De Brasil son la piña y el caucho, y de ahí llevaron ambos cultivos a África y Asia. La caña de azúcar, cultivo asociado a la esclavitud más abyecta y a ganancias obscenas de hacendados en el Caribe, viene del sureste de Asia. Este traslado de materia vegetal no comenzó con los viajes de Cristóbal Colón, ya para el año

tivo por su investigación histórica y social sobre las semillas, describió este proceso como un “juego de ajedrez botánico” imperial. Cristóbal Colón regresó de su primer viaje a América con semillas de maíz, que eran algo nunca antes visto en el continente europeo. Se podría decir que las semillas de las Américas que los colonizadores europeos se apropiaron fueron un tesoro más grande que las montañas de oro y plata que se llevaron. Después de todo, los minerales y piedras preciosas sólo pueden ser apropiados una vez, pero una semilla sigue rindiendo una temporada tras otra. Sobre este germoplasma se construyeron las grandes industrias química, farmacéutica, textil, maderera, alimentaria, y más recientemente de biotecnología. No se puede subestimar el impacto profundo que tuvo la llegada de la papa y el maíz a Europa. Ambos proveen más calorías por hectárea sembrada que cualquier otro cultivo que se haya sembrado anteriormente en ese continente. Las clases dominantes usaron estos cultivos para alimen-


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tar a los empobrecidos campesinos y al creciente proletariado industrial que vivía en los tugurios urbanos. Se ha dicho, quizás de manera exagerada, que sin la papa la industrialización de Alemania hubiera sido imposible, pero “los nuevos cultivos de las Américas ciertamente desempeñaron un importante rol en alimentar una población europea que casi se duplicó entre 1750 y 1850, dice el profesor Jack R. Kloppenburg, de la Universidad de Wisconsin. Los imperios coloniales europeos desarrollaron sus respectivos programas de adquisición de semilla, los cuales guardaban celosamente. Los holandeses, por ejemplo, cortaron todos los árboles de nuez moscada y de clavo de especie de las islas Molucas, excepto en tres islas donde tenían sus plantaciones, desde luego con considerable protección militar. Los franceses hicieron de la exportación de semillas de indigo de la isla de Antigua una ofensa capital. Y el Kaiser de Alemania mandó a recolectar semillas de las colonias en África y el Pacífico, y para alojar los especímenes estableció una estación agrícola moderna en Gatersleben, que llegó a ser uno de los mayores depósitos de semilla del mundo. Hoy día la semilla no es menos

importante que en siglos pasados. “Las semillas comerciales, el primer eslabón de la cadena alimentaria agroindustrial, son el punto de partida de las materias primas agrícolas que serán empleadas para producir, además de alimento, forraje y fibras textiles, energía, sustancias químicas de alto valor y productos de consumo final, como por ejemplo plásticos y fármacos”, plantea un informe publicado en 2011 por el Grupo ETC, organización fundada y dirigida por Pat Mooney. “Las mayores empresas semilleras y de pesticidas ya se están montando en el tren de la bioeconomía. Monsanto, Dow y DuPont son algunas de las empresas que se están asociando con las empresas desarrolladoras de las nuevas plataformas tecnológicas que servirán para fabricar los nuevos productos agroindustriales de base biológica.” Informa el Grupo ETC que diez corporaciones controlan 74% de las semillas comerciales, un negocio valorado $27,400 millones. Sólo tres de ellas, Monsanto, Dupont y Syngenta, tienen juntas más de la mitad del mercado semillero mundial. La estadounidense Monsanto tiene una tajada de 27%, más controla aproximadamente 80% del negocio de las semillas transgénicas. Pero los tiempos van cambiando. Hoy hay nuevos actores sociales y una conciencia crítica que no existía hace 20 o siquiera

15 años. En los Foros Sociales, los movimientos de indignados, las tribunas de la soberanía alimentaria, colectivos agroecológicos, y en el seno de nuevas organizaciones, se cuajan visiones alternativas y se lanzan acciones concretas para proteger las semillas agrícolas de quienes pretenden apropiárselas y privatizarlas. Citamos un documento de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo y la Vía Campesina: “Afirmamos que la semilla es muchísimo más que un recurso productivo, que ellas son simultáneamente fundamento y producto de culturas y sociedades a través de la historia. En las semillas se incorporan valores, afectos, visiones, y formas de vida que las ligan al ámbito de lo sagrado. Sin ellas es imposible el sustento y la soberanía de los pueblos. [...] Por tanto, las semillas y el conocimiento asociado a ellas son parte fundamental e insustituible de la soberanía alimentaria de los pueblos. Las semillas no son un patrimonio de la humanidad, sino nuestro patrimonio, de los pueblos campesinos e indígenas, quienes las creamos, diversificamos y protegimos a través del tiempo y las ponemos al servicio de la humanidad. De allí en adelante nuestra campaña quedó establecida como “Las Semillas, Patrimonio de los Pueblos al Servicio de la Humanidad.” Las semillas no son apropiables. Ellas deben mantener en todo momento su carácter de patrimonio colectivo, frente al cual hay deberes ineludibles que cumplir, incluso por sobre el derecho a gozar de él. La Campaña, por lo tanto, se opone a la propiedad intelectual y a toda forma de apropiación de la vida.” Ahora los grandes imperios no están solos en la mesa de juego. Los diversos pueblos y movimientos sociales de la tierra, armados con siglos de experiencia, se disponen a cambiar decisivamente el gran juego de ajedrez botánico.


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Escuela de Biología - UNC *

Riesgo por deriva de plaguicidas en barrio Ituzaingó Anexo

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l encuentro entre las fronteras agropecuaria y urbana genera una situación conflictiva dentro de la cual un factor de gran importancia es la deriva de pesticidas. En el año 2002 se hizo público el reclamo de los vecinos del barrio Ituzaingó Anexo (Córdoba capital) por las aplicaciones que se realizaban en campos colindantes y la relación que podrían tener con las enfermedades oncológicas del lugar. Se llevaron a cabo estudios no sistematizados sobre el barrio y posteriormente nuevas investigaciones establecieron, entre otras contaminaciones, la provocada por pesticidas. Como objetivo de este trabajo se planteó determinar si existieron zonas dentro del

barrio hacia las cuales los plaguicidas aplicados hubieran derivado, realizando mapas de riesgo que evidencien el patrón de dispersión de estas sustancias en el ejido de Ituzaingó Anexo. A manera de hipótesis se supuso que existió deriva de plaguicidas desde los campos colindantes estudiados hacia dicho emplazamiento. Se construyó un modelo teórico de aplicación de tres tipos de pesticidas (dos fungicidas, un herbicida y un insecticida) en cuatro épocas diferentes del año y se utilizó el programa HYSPLIT para analizar la trayectoria progresiva de dichos agroquímicos. Las imágenes arrojadas por el programa se procesaron para obtener cuatro mapas de riesgo finales que muestran el área de dispersión para cada aplicación. Mediante seis rangos de superposición se manejaron zonas

de riesgo diferencial que permitieron identificar, según el modelo, las superficies del barrio más afectadas. De acuerdo a los resultados se concluyó que entre los años 1997 y 2008 hubo una zona de exposición a plaguicidas provenientes de los campos estudiados dentro del barrio Ituzaingó Anexo. La zona urbana más afectada se localizó en el centro-SE del barrio, y se identificaron como las áreas de mayor exposición a la deriva las primeras manzanas ubicadas sobre la calle colindante con los campos. * Cátedra de Problemática Ambiental Escuela de Biología - FCEFyN – UNC

Sentencia por fumigar en Córdoba

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alió la sentencia en el juicio por fumigaciones en el Barrio Ituzaingó Anexo de la Ciudad de Córdoba: “El Tribunal declaró culpable a Pancello y Parra con tres años de prisión no efectiva en la sentencia del histórico juicio por contaminación clandestina en Bº Ituzaingo Anexo. La condena no efectiva despertó conmoción en las Madres mientras que la Querella reconoció la posibilidad histórica que abre el reconocimiento del delito. La Defensa, por su parte, manifestó su disconformidad y que ira a Casación.” “Por unanimidad, el imputado Edgardo Parra fue encontrado “autor penalmente responsable del delito previsto por el artículo 55 de la ley 24.051 de residuos peligrosos”, mientras que Pancello fue hallado, por mayoría, “coautor” del mismo delito. Para ambos la pena implicó la controvertida “prisión no efectiva”:

Parra deberá realizará trabajos no remunerados, durante cuatro años, de 10 horas semanales para el Estado o en instituciones de bien público relacionadas con la salud y fue inhabilitado por ocho años para realizar aplicaciones de agroquímicos; mientras que Pancello deberá trabajar ocho horas semanales durante cuatro años para el Estado o entidades, al tiempo que lo inhabilitaron por 10 años para usar agroquímicos. Desde la Querella, el Dr. Martínez, destacó la posibilidad de sentar precedentes al ser el primer caso en Argentina donde se juzga la fumigación: “sentar antecedentes del delito es un paso muy grande porque hasta entonces todo se estaba llevando en municipios, en cuestiones civiles, nunca nadie habían sido condenados por este tipo de actividad. Entonces ahora se sabe que se puede tener un final como este o peor”. Por otra parte, desde la Defensa, el Dr Juan ManuelAraoz expresó que no esta

conforme con el fallo y agregó que Agustín consideran que “hay una errónea Rattenbach lectura del derecho penal. No quedamos conformes por eso después que leamos los fundamentos iremos a Casación.” “Que nos devuelvan nuestros hijos” grito una de las madres apenas concluyo la lectura de la sentencia. Conmocionadas por tantos años de espera y ante la prisión no efectiva prefirieron el silencio y esperar las nuevas posibilidades de condena que este histórico fallo abre.” * Fuente Juicio a la Fumigación


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CEMIDA

Naciones Latinoamericanas abandonan el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR) Las Repúblicas de Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua informaron durante la realización de la 42º Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), realizada en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, que abandonaban el llamado TIAR, alianza militar entre los países latinoamericanos con los EE UU firmada en Río de Janeiro el 2 de setiembre de 1947, por considerarlo inútil para los países de la Región. Las cuatro naciones fueron los únicos integrantes del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) que anteriormente lo habían firmado. Cabe recordar que integran también el bloque Cuba, Dominica, San Vicente y Granadinas y Antigua y Barbuda.

E

l Canciller de Ecuador Ricardo Patiño recordó las palabras del Presidente Rafael Correa tras volver a Quito, luego de intervenir en la Asamblea General y en la Cumbre de los Pueblos, simultánea con la reunión continental de la OEA en Cochabamba, quien había manifestado que el TIAR sólo sirvió a los intereses de EE UU y que cuando debió utilizarse a favor de la Argentina durante el conflicto del Atlántico Sur, EE UU junto con Chile y Colombia se alinearon con el agresor británico. Patiño anunció la retirada y advirtió que era hora de lanzar al TIAR “al tacho de la basura” en una posición que coincide con el mensaje dejado por el Presidente ecuatoriano al plenario de la Asamblea General quien también cuestionó el rol que ha desempeñado la OEA durante todos estos años y llamó a su refundación. Los Cancilleres de Venezuela Nicolás Maduro, Ecuador Ricardo Patiño

y Bolivia David Choquehuanca, además del representante permanente de Nicaragua ante la OEA Denis Ronaldo Moncada Colindres, realizaron una conferencia de prensa conjunta en Cochabamba para anunciar la determinación de sus países de abandonar el TIAR. Patiño, en nombre de las cuatro naciones, explicó las razones de tal decisión con los siguientes términos: "Nuestros países han tomado la decisión de enterrar lo que merece ser enterrado, o de tirar al tacho de la basura lo que ya no sirve. El TIAR fue creado en condiciones en que se suponía que podría servir como un instrumento de protección mutua de los países de nuestra América en caso de supuestas agresiones extra continentales y que en el momento más importante en que debió haber sido utilizado, cuando el grave episodio de las Islas Malvinas en la década de los ochenta, no se aplicó. Y no sólo no se aplicó, sino que uno de los miembros, Estados Unidos, respaldó y apoyó a Inglaterra. Desde allí ha dejado de tener sentido y estaba prácticamente sin referencia alguna por parte de alguno de los países de América

para utilizarlo contra todas esas supuestas agresiones de fuera del continente, mientras se producían problemas en el interior del Continente, nuestros países han tomado la determinación de denunciar el referido Tratado. Esta decisión la hemos pensado muy bien, la hemos consensuado muy bien con nuestros gobiernos para limpiar la hojarasca de esta institución de la OEA, que, como han dicho algunos presidentes, tiene la obligación de reinventarse". Según Patiño, los países del ALBA reclaman una organización que pueda servir a los pueblos y no a intereses hegemónicos; que se convierta en defensora y propulsora de los derechos humanos de nuestros pueblos. Y agregó: “Los cuatro países aquí representados damos los pasos para la sepultura del TIAR, como un primer paso para esas transformaciones que la OEA necesita”. El Artículo 4º del TIAR delimita su área de acción a todo el continente americano y a 300 millas a partir de sus costas y determina que "un ataque armado por cualquier Estado contra un Estado Americano, será consi-


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Naciones Latinoamericanas abandonan el TIAR derado como un ataque contra todos los Estados Americanos aclarando que "...cada una de las Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas". Desde su instauración fue invocado en varias oportunidades, sobre todo en las décadas de los años 1950 y 1960, (recordemos las invasiones a la Guatemala de Arbenz en 1954 y a la República Dominicana de Bosch en 1965), aunque siempre movido por intereses de EE UU. Fue invocado por última vez, y justamente por EE UU, el 11 de septiembre de 2001 en la reunión de la OEA en Lima, Perú, cuando el ataque a las Torres Gemelas. En 1982 ante la agresión británica a las Islas Malvinas se intentó hacerlo efectivo; pero EE UU decidió validar su condición de miembro de la OTAN y se puso al lado del Reino Unido con el argumento que Argentina “había iniciado la guerra.” Los gobiernos de Chile (Augusto Pinochet) y Colombia (Julio César Turbay Ayala) lo respaldaron, ante la demanda del resto del continente que pidió apoyar a nuestro país. La consecuencia fue que el TIAR, como instrumento de defensa multilateral, resultó inútil, y esa situación fue una de las causas por las cuales México lo denunció el 6 de septiembre de 2002. De los 34 países actualmente miembros de la OEA, sólo 23 firmaron el referido pacto, de los cuales hoy sólo quedan 18 tras la salida de México y de los cuatro miembros del ALBA; mientras que Perú, pese a que lo denunció en 1990 y 1991, se mantiene aún como uno de los integrantes. Luego de la renuncia de México el gobierno norteamericano lamentó la posición de su país vecino, manifestó su "desilusión” y

ratificó que para EE UU "continúa siendo una herramienta de vital importancia para la seguridad hemisférica" poniendo como ejemplo los ataques contra las Torres Gemelas, el año anterior a la partida de México. En realidad es sólo útil para su propia seguridad, comprometiendo en ella al resto de los signatarios

Luego del anuncio de los cuatro países del ALBA de abandonar el TIAR, el portavoz del Departamento de Estado William Ostick, consideró "desafortunado que los Gobiernos de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela hayan notificado su decisión de retirar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca"; y recordó que esas naciones tendrán compromisos por los próximos dos años, tras los cuales, de acuerdo con la reglamentación, recién se hará efectivo su abandono. La forma en que esas palabras fueron expresadas sonó a una velada amenaza. Nosotros consideramos que lo “desafortunado” es que EE UU haya olvidado los contenidos que enunció en su declaración de independencia los cuales colocaron a la incipiente nación de George Washington a la cabeza de los países en la protección de la libertad, de los derechos humanos y de las causas justas. Hoy bajo el dominio de un “complejo industrial-militar” están a la cabeza de los que avasallan esos derechos junto a sus aliados depredadores los países integrantes de la OTAN y la decadente Gran Bretaña. Lo que parece poco explicable es que la Argentina, desde el año de la traición - 1982 - no haya denunciado este inútil instrum e n t o d e “ AY U D A RECÍPROCA”, como lo han efectuado sus países amigos solidarios regionales. Tenemos fundadas esperanzas de que ello ocurrirá a la brevedad.


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Elsa Bruzzone José Luis García

Autoridades chilenas y norteamericanas inauguraron el 5 de abril el “Centro de Entrenamiento para Personal de Operaciones de Paz en Zonas Urbanas”, construido en el Fuerte Aguayo de Concón. Este emplazamiento militar, que imita una zona urbana con 8 modelos de edificios y tuvo un costo de 500.000 dólares, fue construido con el aporte proporcionado por el COMANDO SUR. “Este es el primer proyecto de su tipo que se levanta en Chile para apoyar la capacitación de personal encargado de ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil”, informa el sitio web del consulado estadounidense.

El Comando Sur en Chile

I

mágenes obtenidas durante los recientes operativos realizados revelan gráficamente las actividades del ejercicio “PKO Américas Pro Mantenimiento de la Paz”. Dos de ellas muestran a la Capitán Nathalie Muñoz de las Fuerzas Especiales de Carabineros instruyendo a estudiantes sobre “tácticas policiales”. Otras imágenes grafican la reducción de civiles con el uso de armamento militar, de similares características a un escenario de “guerra interna”. Los civiles “capturados”, esposados y en formación, visten buzos y capuchas. El origen del “Centro” debe buscarse en el Acuerdo de Cooperación firmado el 2 de septiembre de 2011 entre el Subsecretario de Defensa de Chile Oscar Izurieta y el Jefe del Comando Sur General Douglas Fraser. Cabe recordar que este Comando tiene la misión de “controlar la estabilidad política de Sudamérica por medio de la INSTALACIÓN DE BASES ESTRATÉGICAS en los países del sur y la instrucción militar de sus militares en la ex Escuela de Las Américas”, centro de formación castrense de pésima fama, que sigue funcionando en Fort Benning Georgia, EE UU. Allí se instruyeron militares latinoamericanos y caribeños en técnicas de tortura y amedrenta-

miento contra la población calificada como subversiva. En 2001, ante la presión internacional, cambió su nombre a “Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad”. En 2008, cuando Argentina, Venezuela y Uruguay ya habían cesado el envío de militares a dicha Escuela, Chile envió 195 efectivos de sus Fuerzas Armadas. El “Acuerdo de Adquisición y/o Intercambio de Suministros y Servicios Recíprocos” firmado refuerza las relaciones de Chile con el Comando Sur y, de acuerdo a las explicaciones dadas, permite el despliegue de tropas estadounidenses en suelo chileno en caso de que “el Ejército chileno se viera sobrepasado por alguna situación de emergencia”. Por su parte el General Fraser

añadió que “el Acuerdo es una célula de coordinación militar que no será permanenAgustín te, pero tendrá protocolos de activación Rattenbach ante eventuales desastres naturales o cuando el Gobierno solicite ayuda internacional que incluya componentes militares”. Cabe acotar que la ciudadanía chilena no ha sido informada del contenido de estos acuerdos. Lo acordado se enmarcó en el desarrollo de la III Conferencia de Defensa de Sudamérica (SOUTHDEC 2011). Sus conclusiones sirvieron para fundamentar la instalación de la base, aparentemente, con fines humanitarios. Para comprender mejor el marco de referencia en el que el Comando Sur pregona proteger los intereses del gobierno de los EE:UU en su “área de responsabilidad”, de


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El Comando Sur en Chile México hacia el sur, implementando para ello programas y políticas para militarizar el Continente con el pretexto de hacer frente al narcotráfico y al terrorismo, es imprescindible conocer previamente el contenido del llamado SIAD (Sistema Interamericano de Defensa),cuya síntesis se podrá consultar en nuestra página Web www.cemida.com.ar, de próxima actualización. Conviene recordar que la última actividad desestabilizadora conocida del Comando Sur fue el golpe de Estado al gobierno de Manuel Zelaya en Honduras en 2009. El entonces Presidente, secuestrado por militares, fue trasladado en un avión que aterrizó en la base militar estadounidense de Soto Cano, en el Departamento de Comayagua, centro de Honduras, que luego se desplazó a Costa Rica donde finalmente el mandatario fue exiliado. El hecho fue admitido por el Jefe del Comando Sur Douglas Fraser. El Acuerdo firmado entre el Ministerio de Defensa chileno y el Comando Sur facilita que militares formados en la Escuela de las Américas, puedan intervenir en operaciones internas en un plan de contingencia como, por ejemplo, luego de un terremoto. Pero la intervención militar en estas situaciones no ha terminado bien para la población civil. Basta recordar que durante el Estado de Sitio decretado después del 27 de febrero de 2010 fue asesinado en Hualpén por efectivos militares Daniel Riquelme, hecho por el cual actualmente hay cinco infantes de marina procesados. SOA Watch (Observatorio de la Escuela de las Américas), organización internacional con sede en Washington que denuncia las actividades de la Escuela de las Américas y exige su clausura inmediata, declaró con relación a esta nueva base militar que “es poco oportuno que las Fuerzas Armadas Chilenas, y menos las del Ejército de los Estados Unidos, ayuden en temas de emergencias porque, por su formación, ellos están preparados sólo para la guerra”. Ade-

más recordó que “hay muchas otras malas experiencias que prueban que cuando se usa a militares en conflictos internos, estos terminan asesinando a civiles”. Estos homicidios quedan además en la impunidad porque EE UU no ha aceptado la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI), cuya misión es juzgar los crímenes de guerra, genocidio y los de lesa humanidad. El plan de instalación de la flamante base se inició cuando el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile Alfredo Moreno acompañó al Presidente Sebastián Piñera a la Cumbre Sobre Seguridad Nuclear que se llevó a cabo en Washington. Allí se firmó una Carta de Intención en materia de cooperación entre el Gobierno de Chile y laAgencia Federal para el Manejo de Emergencias de EE UU (FEMA). La declaración conjunta, válida por cinco años, permitirá a Chile y EE UU iniciar un proceso de intercambio

de experiencias e información con el fin de promover la cooperación en el manejo de emergencias. Según el Ministro Moreno, gracias a este Convenio “Podremos conocer el marco jurídico organizacional de la entidad, sus atribuciones, metodología y mecanismos de alerta temprana, prevención, mitigación y reconstrucción en materia de catástrofe” Con este enmascaramiento la Base Militar ya está en funciones fundamentando además su instalación en las conclusiones obtenidas en la III Conferencia de Defensa de Sudamérica “ SOUTHDEC 2011” anteriormente nombrado. Ante estos hechos, organizaciones chilenas comunicaron a la opinión pública: 1. Las organizaciones abajo firmantes rechazamos categóricamente que en el país, con autorización del gobierno de Sebastián Piñera, se haya instalado en el Fuerte Aguayo, en Concón, una base militar de los EE UU. 2. Este emplazamiento “imita una zona urbana, con 8 modelos de edificios, fue construido con un aporte de casi 500 mil dólares proporcionados por el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos” bajo la denominación de que sirve para “ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil”, según indica la misma Embajada norteamericana. 3. Esta base militar de EEUU viola nuestra soberanía al permitir operar a fuerzas militares de otra nación en nuestro territorio. 4. Este Acuerdo insiste en la lógica que las FuerzasArmadas deben intervenir en conflictos sociales o “estabilidad civil” lo que renueva la práctica de la Doctrina de la Seguridad Nacional que potenció la creencia que exis-


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El Comando Sur en Chile te un “enemigo interno” que las FF AA deben combatir. 5. Por tal razón rechazamos categóricamente este entrenamiento para los soldados de América Latina y de Chile. La democracia se defiende con democracia, con cooperación, y no con la punta de un fusil como insistentemente EE UU promueve. 6. Rechazamos este entrenamiento además porque EE.UU no tiene calidad moral para enseñar “Operaciones de Paz” cuando ha promovido golpes de estado, financiado operaciones de desestabilización a países hermanos y promovido la guerra en el mundo. No olvidamos que el 2009 se utilizó la Base Soto Cano en Honduras, con personal militar de EE UU, para concretar el golpe de estado al Presidente Manuel Zelaya. 7. EE UU fue responsable del golpe de estado en Chile y del entrenamiento de los peores violadores de los derechos humanos de nuestro país los que fueron “educados” en la tristemente recordada Escuela de las Américas. No olvidamos, no perdonamos a los que financiaron, armaron, prepararon, a los asesinos de nuestro pueblo. 8. Por todo lo anterior, exigimos a las autoridades el fin inmediato de esta base militar de los EE. UU de nuestro territorio y el retiro de su personal ahora. FIRMADO POR: Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos de Santiago, Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos de Valparaíso, Agrupación de Familiares Ejecutados Políticos de Talca, Agrupación de Familiares Ejecutados Políticos de Temuco,Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos de Iquique Estas declaraciones tuvieron lugar en el contexto de una manifestación social frente al cuestionado recinto, conocido como Fuerte Aguayo y

ubicado en la Comuna de Concón, región de Valparaíso, unos 120 kilómetros al oeste de Santiago. La acción de protesta coincidió ese día con la visita del Secretario de Defensa norteamericano Leon Panetta. De hecho, el titular del Pentágono, ex Director de la Agencia de Inteligencia norteamericana (CIA) no pudo evitar el espinoso tema y en rueda de prensa ofrecida dijo que la base de Concón es un “Centro de Entrenamiento” operado por el gobierno de Chile para Operaciones de Mantenimiento de la Paz; y agregó: "Hay 12 países participando en este esfuerzo de capacitación, de formación de efectivos para las Operaciones de Paz" (se refería a la SOUTHDEC III, ya nombrada) y sí reconoció que Washington "está brindando apoyo a esto, pero es absolutamente un esfuerzo realizado por Chile". Sin embargo, los representantes de las organizaciones de defensa de los derechos humanos alertaron que en el Fuerte Aguayo se aplica "la lógica del enemigo interno" en los entrenamientos observados. La ya instalada polémica por esta base en Chile, escaló en las redes sociales al conocerse que en los ejercicios también participaron las Fuerzas Especiales de Carabineros, según las fotografías publicadas en el sitio de difusión de informaciones del Comando Central del Ejército de EE UU. Asimismo, en algunas imágenes de video, aparecen efectivos de la Policía de Investigaciones participando de la misma instrucción. También alarmó la apariencia con la que se presentaban a los “civiles” que enfrentan a los uniformados: jóvenes con buzos, jeans, poleras y la tradicional “pañoleta palestina” con que algunos aparecen

encapuchados, que hicieron de inmediato recordar los enfrentamientos entre carabineros y manifestantes durante las actuales movilizaciones estudiantiles. Por si quedan dudas el Comandante en Jefe del Ejército Chileno Juan Miguel Fuente Alba señaló la necesidad de un análisis “relacionado con los eventuales roles que podrían asumir las Fuerzas Armadas y el Ejército en particular, dados los complejos y actuales escenarios que se generan en el ámbito de la seguridad, al momento de preservar los valores, intereses y bienes que la propia sociedad busca cautelar”. Y agregó que “podrían surgir nuevas responsabilidades que deberían estar claramente identificadas, comprendidas e implementadas por el Ejército”. Todo ello hace alusión a responsabilidades relacionadas con la necesidad de hacer frente a las llamadas “nuevas amenazas”, según publicó el sitio del Ejército. Quizá las nuevas “amenazas” puedan llegar de la mano de “terroristas” provenientes de la Isla de Pascua o de “narcotraficantes” operando desde la Isla de Juan Fernández. Si así fuera todo queda explicado. Lo que no queda explicado es por qué la Base mira hacia el oriente, donde acaba de quedar frustrado el intento del Comando Sur de operar otra Base de “Apoyo Humanitario” en el aeropuerto argentino de Resistencia (Provincia del Chaco). III Conferencia de Defensa de Sudamérica (SOUTHDEC 2011) Desde el 30 de agosto al 1 de septiembre de 2011, se desarrolló la III Conferencia de Defensa de Sudamérica, SOUTHDEC 2011 en la cual participaron: el Jefe del Estado Mayor Conjunto Chileno, General de División Hernán Mardones, el Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos General Douglas Fraser, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF AA de Argentina Brigadier General Jorge Alberto Chevalier, el Comandante en Jefe de las FFAAde Bolivia Almirante Armando Pacheco Gutiérrez, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF AA de Brasil Mayor Brigadier Mendes,


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El Comando Sur en Chile el Comandante General de las Fuerzas Militares de Colombia Almirante Edgar Augusto Cely Nuñez, el Jefe del Comando Conjunto de las FFAAde Ecuador General Luis Ernesto González Villarreal, el Secretario de Marina de México Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, el Viceministro de Seguridad Pública de Panamá Sr.Alejandro Garuz, el Jefe del Estado Mayor de las FF AA de Paraguay General Jorge Francisco Ramírez Gómez, el Jefe del Comando Conjunto de las FF AA de Perú General Luis Howell Ballena, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de Uruguay General José Bonilla Irigoyen y el Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana Mayor General Henry Rangel Silva. Además, participaron en calidad de Observadores el Comando Norte de EE UU (USNORTHCOM), la Junta Interamericana de Defensa (JID) y el Centro de Estudios Hemisféricos de la Defensa (CHDS). La “crema” estrictamente castrense regional. Esta Conferencia tenía como objetivo aparente generar espacios que permitieran a los Jefes militares discutir temáticas que inciden directamente en la Región, logrando con ello incrementar los niveles de entendimiento, amistad y cooperación en el ámbito de la Defensa, pero la realidad demostró que sus conclusiones, llenas de lugares comunes, sirvieron de fundamento para que los EE UU, con la complicidad del gobierno de Piñera, instalara otra Base Militar del COMANDO SUR en territorio Sudamericano. Temas y Debates de la Conferencia El tema global de la Conferencia fue el de Asistencia Humanitaria y Respuesta a Desastres (AHRD), como seguimiento de la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas (CDMA) celebrada en Bolivia en 2010. Una de las declaraciones de CDMA IX insta a los países miembros a analizar una propuesta titulada “Fortaleciendo las asociaciones en apoyo de la asistencia humanitaria y ayuda en caso de desastres naturales”, tema de competencia de las

autoridades civiles y no las militares. Las presentaciones se centraron en las experiencias y lecciones emanadas de recientes desastres naturales ocurridos en Chile y Haití, y cada participante proporcionó una breve reseña de perspectivas nacionales sobre el tema de la ayuda humanitaria. El Ministro de Defensa de Chile Andrés Allamand, pronunció una alocución de apertura en la que expuso un panorama del desarrollo de la “Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa de Chile” que responde a las amenazas tradicionales y no tradicionales, en el contexto del entorno de seguridad multidimensional en evolución descripto en la conferencia especial de la OEA sobre Seguridad Hemisférica celebrada en 2003. Utilizando lecciones emanadas de la respuesta al terremoto ocurrido en Haití el año pasado, el General Fraser, Jefe del Comando Sur de EE UU, destacó la necesidad de una mejor coordinación entre las fuerzas militares y de defensa nacionales y la continua necesidad de mejorar los niveles de preparación a través de planificación y entrenamiento conjuntos. Reiteró la necesidad de responder a las resoluciones de la CDMA haciendo un llamamiento a la creación de “una plataforma de tecnología común para el intercambio de información y la creación de un mecanismo tal como la Célula de Colaboración para Asistencia Militar cuando sea necesario para dar respuesta a desastres”. Eufemismo que escondía y abría el camino a la resolución principal ya acordada. La conferencia brindó una oportunidad

para realizar una serie de reuniones bilaterales de representantes de la JID (Junta Interamericana de Defensa) con altas autoridades militares y de defensa de Chile, Brasil, Uruguay, Perú, Ecuador y México, así como con el Comandante de SOUTH COM, el Embajador canadiense ante Chile y, finalmente, una sesión de 90 minutos de duración con el Subsecretario de Defensa de Chile, Oscar Inzurieta. Durante esas sesiones se analizó la situación actual de la JID y la necesidad de que recuperara una posición más adecuada dentro de la OEA y del SIAD. Conclusiones SOUTHDEC III fue una Conferencia que sirvió para llevar adelante trabajos e ideas en respaldo de la CDMA 2012. Una de ellas, fuera de agenda, consistió en tomar sus conclusiones como fundamento para el establecimiento de la nueva Base Militar del COMANDO SUR en la Comuna de CONCON, Región de Valparaíso, ubicada a 120 Km de Santiago de Chile, tal como se expresa en su acta fundacional. La principal enseñanza que se obtiene de estos asuntos es que no se debe permitir que el personal militar quede involucrado en el tratamiento de temas que no sean los estrictamente castrenses y que si bien la ayuda humanitaria es un tema atrapante, su consideración y resolución es absolutamente civil y el sector militar sólo debe cumplir las misiones subsidiarias que le dicte el poder político correspondiente. Para el caso de que se intente burlar la buena fe de su asistencia a la reunión, las instrucciones deberían ser el inmediato abandono de ella para no avalar con su presencia desviaciones doctrinarias como las señaladas.


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Elsa Bruzzone José Luis García

Una avanzada del Comando Sur en Uruguay

En los últimos tiempos Sudamérica se ha visto sometida a una especie de ofensiva por parte del llamado COMANDO SUR de los EE UU con sucesivos intentos de INSTALAR NUEVAS BASES MILITARES en la Región, como en el caso que denominamos “EL COMANDO SUR EN EL CHACO” rápidamente abortado gracias a la inmediata y eficaz acción de las autoridades del gobierno argentino. Pero otros casos, en cambio, han tenido pleno éxito como los que denominamos “EL COMANDO SUR EN CHILE” y “ELCOMANDO SUR EN PERÚ”.

H

abría que preguntarse a qué se debe esta ofensiva que despliega el mencionado COMANDO. Quizá sea una contrapartida por la exitosa evolución que va tomando el desarrollo de la CELAC y de UNASUR con su Consejo Sudamericano de Defensa, o el abandono de su adhesión al TIAR por parte del resto de los países del ALBA que aún se mantenían en este Tratado. Quizá aprecian que ha llegado la hora de cerrar el cerco de vigilancia militar sobre los ingentes recursos naturales estratégicos de la Amazonia y del agua potable del Acuífero Guaraní. Sea cual fuere la causa, lo cierto es que estas belicosas actividades ahora se han iniciado en el país quizá menos sospechado: URUGUAY. No se debería dejar de considerar que gran parte del territorio del país hermano se despliega

sobre las aguas subterráneas del ACUÍFERO GUARANÍ. Durante los últimos días hemos asistido a una serie de acontecimientos que han ocurrido en Uruguay y que fueron difundidos por los medios de comunicación del país hermano. He aquí los hechos. Desde el 15 de mayo fuerzas especiales de Mar, Aire y Tierra (SEALs por su acrónimo en inglés) de la IV Flota de la Marina norteamericana (COMANDO SUR) están en Uruguay. Llegaron con el propósito de “entrenar a efectivos del Cuerpo de Fusileros Navales (FUSNA) de la Armada Nacional en Contra Interferencia Ilícita de Buques (CIIB)” por solicitud de la Armada uruguaya la cual fue aprobada por el Ministerio de Defensa y el Presidente. La autorización para el ingreso de los militares norteamericanos con su armamento fue enviada como Proyecto de Ley por el Poder Ejecutivo. Se señaló que esta presencia militar del COMANDO SUR fue tratada en el Par-

lamento de manera urgente. El Proyecto de Ley ingresó a la Comisión de Defensa de Diputados y fue analizado en la sesión del 2 de mayo a la que compareció el Contralmirante Daniel Núñez del Comando General de la Armada del Uruguay quien explicó Agustín que el Río de la Plata seRattenbach puebla cada vez más porque además de la pesca y del tráfico mercante surgen otras actividades como la posible planta regasificadora de gas licuado y las offshore para prospección y extracción de crudo. Dijo que el entrenamiento con los SEALs resulta "fundamental" para la Armada para enfrentar "claras amenazas emergentes en nuestro mar como tráfico de drogas, tráfico de armas, contrabando y el terrorismo a bordo de buques". El Diputado Javier García del partido Nacional reclamó saber qué lineamiento estratégico justificaba el ingreso de los norteamericanos pero, ante la ausencia del Ministro, el Subsecretario de Defensa Passada consideró que tal pregunta no era per-


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Una avanzada del Comando Sur en Uruguay tinente. El Proyecto no fue tratado en la Comisión de Defensa del Senado y pasó al plenario directamente siendo aprobado por el Parlamento a principios de mayo, con los votos de todos los Legisladores del Frente Amplio (FA). Sin embargo, luego de que se conocieron más detalles sobre los ejercicios, comenzaron a aparecer algunas voces discrepantes en referentes del partido del gobierno. El Diputado del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), aliado del FA, Luis Puig , que votó a favor de la autorización como todos los frenteamplistas, anunció que su partido estaba analizando el tema porque “no existió la información previa sobre de quiénes se trataba” y se aprobó “porque venía una propuesta de la Comisión de Defensa, impulsada por los compañeros del FA. Vamos a analizar en detalle estas situaciones”, dijo, en referencia a esta iniciativa y a la prórroga de la permanencia de las tropas uruguayas en Haití “votamos por disciplina pero fundamentando en contra”. Agregó que se pediría a Passada explicaciones "desde el punto de vista del procedimiento y de fondo". Consideró que no hubo "información previa necesaria" pero que, además, la habilitación para el ingreso de tropas de élite debe formar parte de una "estrategia" en materia de Defensa Nacional. Y sostuvo que "Hay que ver qué convenios se están realizando con el COMANDO SUR para el asesoramiento y la instrucción. No podemos excluir de este debate el hecho de que sean tropas de Estados Unidos. El Frente Amplio debe participar del debate de la política defensiva a nivel estratégico y no administrativo. Si no se discute a fondo, en el futuro nos vamos a reservar el derecho a votar sobre estos temas". Por su parte el Profesor Julio Louis en el artículo “¡Ay, General Licandro!” publicado en el sitio web del PVP se pregunta qué hace Uruguay trayendo soldados estadounidenses del COMANDO SUR. Si Brasil se pertrecha en la Amazonia como base defensiva nacional, si los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) también se preparan contra la agresión imperialista y el Consejo de Defensa Sudamericano tiene ese objetivo común, cómo se explica esa presencia. “¡Imagine cual hubiera sido la respuesta del FRENTE

AMPLIO si todo esto lo hubiera hecho un gobierno blanco o colorado!”. Luego de describir una larga lista de países en los que intervinieron los efectivos del SEALs el docente de Historia se pregunta si el Presidente, el Ministro de Defensa Nacional y los Parlamentarios del FA ignoran “la ofensiva militarista” en América, la instalación de bases en “Colombia, Panamá, Aruba, Curazao, Guantánamo, Paraguay, Perú, y recientemente en el Chaco argentino o en Chile cerca de Valparaíso”, o la “actividad golpista” en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Honduras. “La conducta del gobierno avergüenza y se precisa una autocrítica profunda, con relevos de los responsables”, concluye Louis en su artículo. Y desde México el Comité de Base del FA Víctor Licandro hizo circular una carta pública en las redes sociales, titulada “¿Uruguay será cabeza de playa de Estados Unidos en Sudamérica y en el Atlántico Sur?”. La misiva expresa que este hecho “hace perder credibilidad a la política exterior del gobierno con sus positivas posturas a favor de la no intervención y el respeto a la soberanía de los pueblos”, y expresa el “ca-

tegórico rechazo a que Uruguay se preste a ser cabeza de playa de la intervención norteamericana”. Además declaró: "Legalizar la actividad en Uruguay de las fuerzas de élite intervencionistas de Estados Unidos que han provocado la muerte y el sufrimiento de millones de seres humanos, muchos de ellos enAmérica Latina y el Caribe, es una afrenta a esos pueblos y enloda la historia de digna solidaridad de los uruguayos con ellos”. Los efectivos estadounidenses que llegaron a Uruguay están compuestos por un equipo de la unidad SEALs y otro de una unidad especial de botes, que es el personal militar que inserta por la fuerza a los combatientes dentro de los barcos que son blanco de las operaciones. Fueron elegidos porque son "los mejores del mundo". Según el jefe de Relaciones Públicas de la Armada uruguaya Capitán de Navío Sergio Bique, los norteamericanos están trabajando con el FUSNA realizando ejercicios teóricos y prácticos que “priorizan la contingencia de interdicción ilícita de buques”. Para Bique Uruguay tiene, en tanto “país ribereño”, obligaciones a nivel internacional respecto de la “seguridad en la navegación” y eso forma parte “de los adiestramientos”, para prepararse en las “contingencias ilícitas de buques por piratería o por terrorismo”. En primer lugar, los estadounidenses están trabajando en el “mantenimiento de las lanchas” llamadas LRI (Lanchas Rápidas de Interdicción), que son las que transportan a los equipos SECRON (Sección de Reconocimiento), “las fuerzas de operaciones especiales de fusileros navales”, manifestó Bique. Se ha señalado que el Ministerio de Defensa no autorizó la presencia de la prensa en la instrucción que los NAVY SEALs llevan adelante con el FUSNA porque quiere evitar la profundización del debate en el Frente


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Una avanzada del Comando Sur en Uruguay Amplio. El Ministro Eleuterio Fernández Huidobro ordenó que la maniobra de instrucción que laArmada realizará el 18 de junio, con la presencia de parlamentarios y autoridades nacionales, sea "cerrada" y no abierta a la prensa como se había previsto La orden fue "bajarle el perfil" a la presencia de los NAVY SEALs del COMANDO SUR y no autorizar el contacto de los militares con la prensa, así como tampoco difundir las actividades que se llevan a cabo. Como un dato adicional informamos que los SEALs constituyen un cuerpo de tropas especiales de la Armada norteamericana integrado por efectivos con sede en Dam Neck, Virginia, la unidad SEALs de élite, conocida oficialmente como Grupo de Desarrollo Naval Especial de Guerra (DEVGRU por su sigla en inglés) y es parte de un grupo especial de operaciones que se autodenomina "los profesionales discretos". Aunque el Presidente puede ordenar a los

SEALs y otras unidades antiterroristas realizar acciones encubiertas sin supervisión de la CIA, el Presidente Barack Obama los puso bajo el mando de esa agencia de inteligencia y en este caso los ha asignado, significativamente, al COMANDO SUR

aunque normalmente actúan por afuera del protocolo militar clásico y reportan directamente al Estado Mayor Conjunto. Esto les permite realizar operaciones al nivel más alto de la clasificación y a menudo fuera de los límites del derecho internacional. Un ejemplo claro lo constituyó el asesinato de

Osama Ben Laden en Pakistán. En principio el ejercicio de cooperación en defensa suscripto por el ejército uruguayo con una potencia militar extra regional no fue informado al Consejo de Defensa

Sudamericano (CDS) tal como acordaron hacer los Ministros del área en la Cumbre de Quito de 2010 en un intento de armonizar las relaciones entre FuerzasArmadas vecinas. El Embajador argentino en Guatemala Ernesto López expresó “La costa uruguaya es hoy un teatro de operaciones de la fuerza militar más letal de los EE UU: los temibles marines SEALs. El comando que asesinó a Osama Ben Laden entrena al Cuerpo de Fusileros Navales uruguayos. El Consejo de Defensa regional no fue consultado al respecto. De esta manera la costa uruguaya, un punto estratégico de la Cuenca del Plata, hoy es un teatro de operaciones del COMANDO SUR reforzado con la fuerza militar más letal y despiadada de los EE UU.” Un integrante de la mesa chica regional cada vez que hay una cumbre de defensa explica este desajuste entre el poder político y el militar de forma contundente: "El caso de los SEALs es un ejemplo del bajo nivel de conducción política que ejercen algunos integrantes del Ministerio de Defensa y el Gobiernos Nacional sobre las FF AA. Estos cuerpos castrenses se siguen manejando en sus relaciones externas, en particular con los EE UU, en base a un esquema viejo, perimido, propio de las últimas dictaduras militares". Por último, Juan Castillo reconoce que "es un profundo error del gobierno pactar un contrato militar con la armada norteamericana porque lesiona la histórica posición latinoamericanista del Frente. Esto evidencia las contradicciones de nuestra fuerza política". Continuaremos la investigación sobre la evolución de estos acontecimientos y oportunamente los daremos a conocer. Mientras tanto nos preguntamos qué dirían nuestros amigos los Generales Liber Seregni y Víctor Licandro, el Coronel Carlos Zufriategui y el Dr. Héctor Gutiérrez Ruiz sobre estos hechos tan significativos.


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José Luis García Cnl ®

Desde la carpa y la trinchera

U

NA NUEVA ESTRUCTURA PARA EL PODER MILITAR

Presentamos hoy el último artículo prometido cuando iniciamos la difusión de un cursillo sobre una introducción a la problemática de la Defensa Nacional. En el intentaremos informar - como lo anunciamos en el artículo anterior - acerca del accionar determinante del Ministerio de Defensa para proporcionar al país una nueva estructura del poder militar a fin de adecuarlo a las verdaderas necesidades de la nación Algo adelantamos en el artículo referido a la nueva estructura adoptada por el Ejército en el número anterior de esta revista, y ahora intentaremos proporcionar información referida al total de las FuerzasArmadas. Para ello efectuaremos un análisis de la Resolución 1633/2010 del Ministerio de Defensa, por la cual se aprueba la matriz común para la estructura orgánico-funcional de la conducción superior de las Fuerzas Armadas, y que es un compendio de todos los contenidos de las Leyes Nº 22.520 (T.O. Decreto Nº 438/92), Nº

23.554 y Nº 24.498, los Decretos Nº 727 del 12 de junio de 2006, Nº 1691 del 22 de noviembre de 2006. Es necesario tener en cuenta que el Artículo 21 de la Ley Nº 23.554 determina que la organización y el funcionamiento de las Fuerzas Armadas se inspirarán en criterios de organización y eficiencia conjunta, unificándose las funciones, actividades y servicios cuya naturaleza no sea específica de una sola fuerza .Además que el Artículo 5 de la Ley Nº 24.948 indica que tanto en las previsiones estratégicas como en la organización, equipamiento, doctrina y adiestramiento de las fuerzas armadas se dará prioridad al accionar conjunto y a la integración operativa. De la misma manera el artículo 8 de esta última ley prescribe que en la nueva organización a definir se deberán suprimir comandos intermedios carentes de finalidad práctica, y que se deberán reducir al mínimo y normalizar las estructuras administrativas y burocráticas de las fuerzas además de procurar la máxima integración y estandarización del conjunto de reglas, procesos, procedimientos, funciones, servicios y actividades relativos al uso o empleo eficiente de los medios militares, y

que las FUERZAS ARMADAS están dedicadas exclusivamente a alistar, adiestrar y sostener los medios puestos a su disposición. Por otra parte, el Decreto Nº 1691/2006, Directiva de Organización y Funcionamiento de las FUERZAS ARMADAS, determina que el carácter ineludiblemente conjunto del Instrumento Militar implica a la doctrina, el planeamiento, el diseño de fuerzas, el adiestramiento y la operación militar propiamente dicha, razón por la cual insta al avance en la elaboración del Planeamiento Estratégico Militar y de las readecuaciones necesarias de las estructuras orgánico - funcionales de las fuerzas. Por todo ello se determinó que resulta conveniente acordar una matriz común para la Estructura Orgánico Funcional de la Conducción Superior de las Fuerzas Armadas, la que aplicada a la realidad de cada fuerza deberá imponer que sólo las especifidades ciertas justifiquen un apartamiento de un modelo homogéneo y que resulta oportuno adaptar y adoptar principios y criterios generales de


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Desde la carpa y la trinchera organización aplicables a la Administración Pública Nacional que no atenten contra la eficacia y los imperativos particulares de la función militar. Además se ha tenido en cuenta lo que propuso oportunamente el ESTADO MAYOR CONJUNTO, pues no implica drásticas modificaciones en la creación o supresión de organismos, sino más bien ordenamientos para definir con mayor clarid a d e n l o s t r e s E S TA D O S MAYORES GENERALES, los responsables primarios del SOSTENIMIENTO (SJEMG de cada Fuerza), y del ALISTAMIENTO y ADIESTRAMIENTO (un solo COMANDANTE por Fuerza), agrupando las funciones de SOSTENIMIENTO (personal, material, educación, salud, etc.) en una Dirección General para cada área. Por todo ello EL MINISTERIO DE DEFENSAresolvió: 1. Aprobar la Estructura OrgánicoFuncional de la Conducción Superior del Estado Mayor General del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, que obra en los Anexos 2. Las aperturas organizativas inferiores serán completadas por cada Estado Mayor General. 2. Disponer la entrada en vigencia de las Estructuras Orgánico - Funcionales aprobadas para el día 1 de enero de 2011. Para ello, se instruyó a los Jefes de Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas a adecuar la doctrina y reglamentos de sus organizaciones correspondientes. 3. Instruir al Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas a adecuar la doctrina básica conjunta en función de los criterios de estandarización acordados en la Matriz Común de la Estructura Orgánico Funcional de la Conducción Superior de las Fuerzas Armadas. (Anexo 1). 4. Establecer que las modificaciones a las Estructuras Orgánico - Funcionales contenidas en los Anexos 2 deberán ser dispuestas por Resolución Ministerial. Los Jefes de Estado Mayores Generales conservan la

INSPECTORÍAGENERAL

JEFATURADE ESTADO MAYOR

SECRETARÍAGENERAL

DIRECCIÓN GENERALDE PLANES, PROGRAMASY PRESUPUESTOS DIRECCIÓN GENERAL DEADMINISTRACIÓN YFINANZAS

COMISIÓN EVALUADORA DE CONTRATACIONES

DIRECCIÓN GENERALDE ASUNTOS JURÍDICOS

SECRETARÍAAYUDANTE

CUARTEL GENERAL

ANEXO 1A

SUBJEFATURA DE ESTADO MAYOR GENERAL

COMANDO DEADIESTRAMIENTO YALISTAMIENTO

DIRECCIÓN GENERAL DE ORGANIZACIÓN YDOCTRINA

DIRECCIÓNGENERALDE PERSONALYBIENESTAR

DIRECCIÓN GENERAL DE INTELIGENCIA

DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN

DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN YDESARROLLO

DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD

DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIONES E INFORMÁTICA

DIRECCIÓN GENERAL DE MATERIAL

UNIDADES OPERATIVAS UNIDADES OPERATIVAS UNIDADES OPERATIVAS UNIDADES OPERATIVAS UNIDADES OPERATIVAS

DIRECCIÓN GENERAL DE INTENDENCIA

atribución de adecuar las unidades organizativas inferiores, informando previamente al ESTADO MAYOR CONJUNTO y al MINISTERIO DE DEFENSA del ejercicio de esta facultad. Hasta aquí todas las disposiciones. Las Fuerzas Armadas han adecuado sus organizaciones de acuerdo con estas previsiones (Ver Anexos 1 y2) y el futuro nos dirá de su conveniencia, Las vetustas estructuras fracasadas durante el conflicto en el Atlántico Sur quedarán en el olvido. Esperamos un futuro digno de nuestras mejores tradiciones. Una primera visión de cómo funcionarán estas nuevas estructuras lo puede demostrar el llamado EJERCICIO UNIDEF 2011 cuya síntesis de su ejecución presentamos a continuación. Siempre hemos señalado la necesidad de

efectuar cambios estructurales profundos, no sólo en la mentalidad y contenidos de la educación de los cuadros de las FF AA, sino también en todo lo que hace a la modernización, la organización, procedimientos de instrucción, equipamiento y nuevas técnicas de conducción para nuestras Fuerzas Armadas a fin de no sólo capacitarlas para operar sujetándose a las estrictas normas nacionales e internacionales que rigen la conducta de los contingentes militares para asegurar el absoluto respeto de los derechos humanos, objetivo en vías de afianzarse, sino también de la toma de conciencia y adaptación a los requerimientos surgidos de las nuevas amenazas existentes, no sólo en el ámbito nacional sino también en el regional y que es probable tendríamos que enfrentar, ya sea aisladamente o en conjunción con nuestros aliados de la Región.


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INSPECTORÍAGENERAL

JEFATURADE ESTADO MAYOR GENERALDE LA FUERZAAÉREA

SECRETARÍAGENERAL

DIRECCIÓN GENERALDE PLANES, PROGRAMASY PRESUPUESTOS DIRECCIÓN GENERAL DEADMINISTRACIÓN YFINANZAS

COMISIÓN EVALUADORA DE CONTRATACIONES

DIRECCIÓN GENERALDE ASUNTOS JURÍDICOS

SECRETARÍAAYUDANTE

CUARTEL GENERAL

ANEXO 2 - EA

SUBJEFATURADE ESTADO MAYOR GENERAL DELEJÉRCITO

COMANDO DEADIESTRAMIENTO YALISTAMIENTO

DIRECCIÓN GENERAL DE ORGANIZACIÓN YDOCTRINA

DIRECCIÓN GENERALDE PERSONALYBIENESTAR

I DIVISIÓN DE EJÉRCITO (BRIG. II-XII-DEST. III)

III DIVISIÓN DE EJÉRCITO (BRIG. I-VI-IX-XI)

DIRECCIÓN GENERAL DE INTELIGENCIA

DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN

II DIVISIÓN DE EJÉRCITO (BRIG. V-VII-X)

FUERZA DE DESPEGUE RÁPIDO

DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN YDESARROLLO

DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD

DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIONES E INFORMÁTICA

DIRECCIÓN GENERAL DE MATERIAL

DIRECCIÓN GENERAL DE INTENDENCIA

DIRECCIÓN ANTÁRTICA

DIRECCIÓN DE AVIACIÓN DELEJÉRCITO

DIRECCIÓN DE INGENIEROS E INFRAESTRUCTURA

DIRECCIÓN DE REMONTA YVETERINARIA

GUARNICIÓN MILITAR BUENOSAIRES

Para el logro de estos últimos fines resultó fundamental efectuar, en el ámbito nacional, la reglamentación de la Ley de Defensa Nacional, recién lograda en el año 2006, así como la puesta en marcha de las Directivas emanadas del Ministerio de Defensa, especialmente la Resolución Ministerial 574, que dio origen a la Comisión Ad Hoc de Asuntos Para la Modernización del Sistema Doctrinario de Defensa, y la Resolución 1633/2010 que aprobó la matriz común para la estructura orgánica funcional de la Conducción Superior de las Fuerzas Armadas. De esta manera cada una

de las fuerzas no sólo reestructuró su organización, sino que adecuó su doctrina de empleo para facilitar el accionar de las nuevas estructuras de combate que pueden requerir la formación de Fuerzas de Tareas conjuntas, las que se organizan de acuerdo con la misión por cumplir, y que agrupan efectivos de fuerzas terrestres, navales y aéreas, las que, una vez cumplida su misión, se reintegran a sus unidades de origen. Estas Fuerzas de Tareas son conducidas, a su vez, por Comandos Conjuntos, que están capacitados para el manejo armónico de esos efectivos. En lo que se refiere a lo regional, es una tarea que está encarando el recientemente creado Consejo Sudamericano de Defensa y que parece estar convenientemente encaminada para superar la arcaica OEA y su Sistema Interamericano de Defensa con sus organizaciones, de tan malos recuerdos, entre ellos la Junta Interamericana de Defensa, el Comando Sur y su famosa ”Escuela de lasAméricas”, las vigentes reuniones de los Comandantes de las FF AA regionales. y el despliegue de bases militares de otros países en nuestros territo-


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Desde la carpa y la trinchera rios, siempre próximas a los recursos naturales estratégicos, así como la tolerancia, y muchas veces apoyo, a la existencia de enclaves coloniales militares tales como: Malvinas, Guantánamo, Aruba, Curaçao, Vieques (Puerto Rico ) y otros, no tan abiertos, sino encubiertos, en nuestros propios territorios. Un resultado de estas actividades para lograr el cambio en el orden nacional se evidenció –entre otros con la realización del ejercicio militar conjunto organizado por el Ministerio de Defensa bautizado “UNIDEF 2011” (Unidos Para la Defensa) que tuvo por escenario el área de Bahía Blanca y su zona aledaña durante setiembre de 2011, y que involucró a efectivos militares de nuestro país. Para tener una referencia de sus pormenores reproducimos lo informado por la agencia de noticias DYN: “Cerca de 3.800 efectivos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea de la Argentina, participaron de esta maniobra, que fue presenciada por el Ministro de Defensa, ARTURO PURICELLI, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Brigadier General JORGE CHEVALIER, y otras autoridades militares. Se trató de un ejercicio donde en forma coordinada se pudo observar por ejemplo gran poderío de fuego disparado desde corbetas y destructores de la Armada y de distintas piezas de artillería y bombas lanzadas desde aeronaves. El ejercicio conjunto UNIDEF 2011 se hizo en las instalaciones de la Base Naval de Puerto Belgrano, en las afueras de la ciudad de Bahía Blanca, donde participaron efectivos y diversos materiales del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, como aviones, helicópteros, buques de guerra, tanques y vehículos blindados. Fue una de las maniobras más importantes que se hicieron en los últimos años por la gran presencia de tropas que realizaron operaciones defensivas, anfibias, de conexión y contraataque. Además, fue el primer entrenamien-

INSPECTORÍAGENERAL

JEFATURADE ESTADO MAYOR GENERAL DE LAARMADA

SECRETARÍAGENERAL COMISIÓN EVALUADORA DE CONTRATACIONES SECRETARÍAAYUDANTE

CUARTEL GENERAL

SUBJEFATURADE ESTADO MAYOR GENERAL DE LAARMADA

DIRECCIÓN GENERAL DE ORGANIZACIÓN Y DOCTRINA

DIRECCIÓN GENERALDE PERSONALYBIENESTAR

DIRECCIÓN GENERAL DE INTELIGENCIA

DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN

DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO

DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD

DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIONES E INFORMÁTICA

DIRECCIÓN GENERAL DE MATERIAL

ANEXO 2 - ARA

DIRECCIÓN GENERALDE PLANES, PROGRAMASY PRESUPUESTOS DIRECCIÓN GENERAL DEADMINISTRACIÓN Y FINANZAS

DIRECCIÓN GENERALDE ASUNTOS JURÍDICOS

COMANDO DEADIESTRAMIENTO YALISTAMIENTO COMANDO DE LA FLOTADE MAR

COMANDO DELÁREA NAVALAUSTRAL

COMANDODELA INFANTERÍADEMARINA

COMANDO DELÁREA NAVALATLÁTICA

COMANDO DE LA AVIACIÓN NAVAL

COMANDO DELÁREA NAVALFLUVIAL

COMANDODELA FUERZADESUBMARINOS

BASE NAVAL PUERTO BELGRANO

COMANDODE TRANSPORTESNAVALES

DIRECCIÓN GENERAL DE INTENDENCIA

to de guerra con gran despliegue organizado por el Comando Operacional de las Fuerzas Armadas, organismo creado en 2006 por la reglamentación de la Ley de Defensa nacional 23.554. También, por primera vez en la historia militar argentina se pudo observar en el terreno de combate a una Compañía Conjunta de Comunicaciones, integrada por soldados del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, recientemente creada bajo las órdenes del Coronel del Ejército Horacio Falcón. El objetivo de esta maniobra militar fue que una fuerza de tareas conjunta asignada a un teatro de operaciones debió desarrollar una incursión anfibia para reconquistar un terreno y bloquear el avance del enemigo que ha invadido el territorio propio, hasta el arribo de un componente terrestre para el contraataque de la fuerza invasoras. El Ejército desplegó para esta ejercitación personal y materiales del Comando de la 3º División, Batallón Comunicaciones

181, Brigada Mecanizada X, una Sección de Asalto Aéreo, una Compañía de Comandos 610, helicópteros, baterías de artillería, un Escuadrón de Exploración Blindado y un Escuadrón de Tanques. Por su parte, la Armada aportó un buque destructor MEKO 360, dos corbetas MEKO 140, una corbeta A-69, un buque multipropósito, un buque de transporte, un Batallón de Infantes de Marina, una batería de artillería, un Batallón de Vehículos Anfibios, dos Secciones de Comandos Anfibios, un Batallón de Apoyo Logístico, una Sección de Aviones de Caza y Ataque Súper ETENDART, helicópteros Sea King y aviones de lucha antisubmarina TRACKER. En tanto, la Fuerza Aérea dispuso para el ejercicio aviones IA-58 Pucará, caza bombardero A-4 AR, los supersónicos e interceptores MIRAGE III y una aeronave C130 HÉRCULES.” Hasta aquí el informe. Nos queda claro que luego de sucesivas ejercitaciones de


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Desde la carpa y la trinchera

INSPECTORÍAGENERAL

JEFATURADE ESTADO MAYOR GENERAL DE LA FUERZAAÉREA

SECRETARÍAGENERAL COMISIÓN EVALUADORA DE CONTRATACIONES SECRETARÍAAYUDANTE

CUARTEL GENERAL

SUBJEFATURADE ESTADO MAYOR GENERAL DE LAFUERZAAÉREA

DIRECCIÓN GENERAL DE ORGANIZACIÓN Y DOCTRINA

DIRECCIÓN GENERALDE PERSONALYBIENESTAR

DIRECCIÓN GENERAL DE INTELIGENCIA

DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN

DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO

DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD

DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIONES E INFORMÁTICA DIRECCIÓN GENERAL DE INTENDENCIA

este tipo no sólo se irán consolidando las nuevas estructuras orgánicas sino que surgirán con toda nitidez las necesidades de reequipamiento imprescindible en el sector, que no serán la resultante de una actitud modernista o apresurada, sino las conclusiones que surjan de las fundamentales necesidades de reequipamiento para prevenir la agresión de un probable adversario, muchas veces con capacidades diferentes a las propias, que

ANEXO 2 - FAA

DIRECCIÓN GENERALDE PLANES, PROGRAMASY PRESUPUESTOS DIRECCIÓN GENERAL DEADMINISTRACIÓN Y FINANZAS

DIRECCIÓN GENERALDE ASUNTOS JURÍDICOS

COMANDO DEADIESTRAMIENTO YALISTAMIENTO I BRIGADAAÉREA

VII BRIGADAAÉREA

II BRIGADAAÉREA

IX BRIGADAAÉREA

III BRIGADAAÉREA

BASEAÉREA MAR DEL PLATA

IV BRIGADAAÉREA

BASEAÉREA MORÓN

DIRECCIÓN GENERAL DE MATERIAL

V BRIGADAAÉREA

BASEAÉREARIO GALLEGOS

DIRECCIÓN GENERAL DE LÍNEASAÉREAS DEL ESTADO

VI BRIGADAAÉREA

ESCUADRÓN CHAMICAL

GRUPO DE GUERRA ELECTRÓNICA

amenace la preservación de la población y de sus recursos naturales estratégicos con el requisito ineludible de que su fabricación y mantenimiento se haga preferentemente en el país con la sola colaboración, si ello es posible, de nuestros aliados regionales. Como se aprecia todo un procedimiento que, sumado a otros en plena ejecución y de la misma categoría, son los más indicadas para asegurar la legítima defensa nacional y la regional. La población no debería quedar al margen de estas actividades sino estar plenamente informada ya que el futuro exige la más firme unidad de acción entre el gobierno, sus fuerzas armadas y el pueblo, protagonistas y sostenedores de la soberanía nacional. Ese es el camino.


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Cuando en 1958 asume Juan XXIII al papado, los pobres parecen volver a integrar el discurso oficial de la Iglesia. Más sorprende aún el llamado a un nuevo Concilio. Luís Miguel Baronetto: expresa los alcances y esperanzas del Concilio Vaticano II, señala su legado y habla del porvenir de la Iglesia y de la Sociedad. Lucas Codesido: Coloca el discurso de “liberación” de la Revista Cristianismo y Revolución en la corriente marcada por el Concilio Vaticano II. Hellio Gallardo: Mira América Central desde los jóvenes y afirma: “Se dan, pues, muchos “mundos” con sus respectivos “órdenes” y “desórdenes” enAmérica Central. En ellos se insertan distintos tipos de jóvenes”. Román Munguía Huato: Reflexiona sobre la situación de las “juventudes” mexicanas y aborda el movimiento estudiantil “Yo soy 132”; como fenómeno nuevo y comparativamente con el movimiento estudiantil del 68 mexicano.


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Luis Miguel Baronetto

A 50 años del Concilio Vaticano II En 1870 el Concilio Vaticano I debió suspenderse por la guerra entre Prusia y Francia. Alcanzó para que Pío IX declarara la infalibilidad del pontífice romano. Algunos papas que le siguieron intentaron concluirlo. En 1958, cuando asumió Juan XXIII nadie pensaba ya en que había que terminarlo y tampoco convocar a uno nuevo.

D

espués de la muerte de Pio XII, ante la falta de acuerdo entre los cardenales, resultó elegido como papa de transición el anciano cardenal Angel Roncalli, simpático y bonachón, de 78 años. Tres meses después, en enero de 1959 sorprendió a todos, de adentro y afuera de la iglesia católica, con la convocatoria a un concilio ecuménico para posicionar de una nueva manera a la iglesia católica en el m u n d o moderno. En la Iglesia católica se venían gestando posturas de renov a c i ó n desde varios años atrás, pero a diferencia de épocas anteriores no existía ninguna realidad traumática interna, como las herejías que habían motivado muchos de los concilios a lo largo de la historia de la iglesia. Esta vez la mirada estaba puesta más hacia afuera, en cómo reconciliar a la Iglesia

con la modernidad. Y en función de ello, las nuevas posiciones en debate hacia el interior eclesial. La realidad de la postguerra europea aceleró los pasos porque puso en la escena nuevas realidades como el fin del colonialismo y la emergente presencia de los países del denominado “tercer mundo” deAsia, África yAmérica latina. El acelerado proceso de industrialización de los países centrales, la aparición de la televisión y sus consecuencias culturales, la carrera

armamentista y la declaración de derechos humanos, a raíz de las violaciones padecidas en la llamada segunda guerra mundial y la realidad de pobreza y hambre en grandes porciones de la humanidad.

Juan XXIII Una intuición sorpresiva A partir de aquella convocatoria “intuitiva” del anciano Juan XXIII se puso en movimiento una gran maquinaria para preparar el concilio. Los sectores eclesiales que desde muchos años antes venían impulsando la renovación desplegaron una intensa actividad para sacar el polvo acumulado en siglos, que había desfigurado el rostro de la iglesia. Los aferrados a la tradición también pararon las antenas para contrarrestar la ola renovadora. En el radiomensaje del 11 de setiembre de 1962, Juan XXIII dijo: “La iglesia se presenta, como es y como quiere ser, como Iglesia de todos, en particular como iglesia de los pobres.” Esta expresión fue repetida en la primera sesión conciliar por


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A 50 años del Concilio Vaticano II los cardenales Suenens, de Bélgica y Lercaro de Bolonia, Italia. Los pobres volvían a integrar el discurso oficial de la Iglesia. Fue una definición esencial, aunque en los documentos finales la reafirmación de esta opción no quedaría tan explícita. Por eso se dijo después que el Concilio Vaticano II había respondido más a las realidades europeas, dejando en segundo plano las realidades de injusticias de los países pobres. Al respecto el teólogo e historiador brasileño José Oscar Beozzo ha señalado recientemente que los padres conciliares al plantear la modernidad no diferenciaron entre su “cara atractiva de ciencia y técnica,…con una modernidad que representaba colonización, rapiña, guerras…”. El debate conciliar sirvió sin embargo a un gran movimiento que se desarrolló a lo largo y a la par de las cuatro sesiones, dando luz – entre otras iniciativas - en 1965 al “Pacto de las Catacumbas: Una Iglesia servidora y pobre”, compromiso de vida de unos cuarenta obispos, convocados por el brasileño Dom Helder Cámara, quien luego impulsaría el “Manifiesto de los obispos del Tercer Mundo”, publicado en 1967. Las posturas renovadoras y las conclusiones expresadas en los documentos conciliares serían después profundizadas por cada episcopado en su región, como el caso de los obispos latinoamericanos en Medellín, que siendo en su mayoría conservadores fueron “evangelizados por los obispos de la opción por los pobres, cuando se encontraron en Roma”, afirma el teólogo de la liberación José Comblin. Obispos, teólogos, biblistas y otros intelectuales convocados y autoconvocados en el Vaticano promovieron conferencias y debates, en forma paralela, con temas específicamente relacionados a las realidades sociales, políticas, económicas y religiosas de los países del Tercer Mundo. Entre los expositores se destacó el monje francés Paul Gauthier,

que compartía la vida de los más pobres en Jerusalén y en 1963 le publicaron el libro “Los pobres, Jesús y La Iglesia”, que tuvo enorme repercusión en estos ámbitos. Las “internas” en la Roma del Concilio El cardenal Angel Roncalli, que adoptó el nombre de Juan XXIII, no provenía de la

Curia Romana. Su actividad se había desplegado en el terreno de la diplomacia en diversos países, incluidos los del oriente. Este contacto con el mundo concreto, le permitió absorber las nuevas problemáticas que fundamentalmente en Europa, representaban cambios significativos, De entrada el papa Juan “El Bueno”, como se lo llamó, marcó la cancha señalando el nuevo espíritu que debía predominar en el seno de las deliberaciones conciliares. La Iglesia debía ubicarse como servidora del mundo, no en la vieja postura apologética y condenatoria de todo lo que se generaba fuera de ella, como el progreso científico y las nuevas realidades culturales. El concilio no debía proponerse “condenar errores” ni ser “profeta de calamidades”. Por el contrario debía promover la unidad de los cristianos y

de todos los hombres de buena voluntad que trabajaban por la paz y la justicia en el mundo. Este era el ecumenismo a plasmar. Pero los curiales romanos, que en la práctica habían manejado - y siguen manejando, - los destinos del Vaticano, se armaron para resistir. Formaron comisiones donde se colocaron al frente para redactar los documentos previos. Juan XXIII los había sorprendido, pero enseguida pretendieron manipular la ejecución del Concilio para no alterar demasiadas cuestiones que implicaban posiciones de poder ante el mundo. Pensaban aprovecharse de las improvisaciones del Papa. De hecho Juan XXIII confesó alguna vez, que cuando lanzó la propuesta del Concilio, tenía sólo las ideas fundamentales. No todo lo que debía encararse en las deliberaciones. Más aún, había dicho que el Concilio fue una “inspiración” que la sintió mientras paseaba por los jardines del Vaticano. Los que manejaban los hilos principales pensaban que poco más de un mes bastaba para realizar el Concilio. De los 2500 obispos de los cinco continentes llegados a Roma, una ínfima minoría sabía de qué se trataba y la mayoría no se conocían entre ellos, hecho que pensaba ser explotado por los conservadores de la curia romana, imponiendo esquemas de discusión coordinados por ellos mismos. Otros, los menos, fueron dispuestos a aprovechar la ocasión porque captaron enseguida la propuesta del Papa, que recogía los aires renovadores también impulsados por ellos, junto a teólogos, biblistas y pastoralistas que poco después fueron designados “peritos” consultores del aula conciliar. Mons. Larraín, de Chile y Helder Cámara de Brasil, desnudaron la estrategia conservadora advirtiendo a algunos cardenales de destacada presencia como Doefner, de Alemania, Liénard de Francia, Suenens de Bélgica, y Montini y Lercaro de Italia. Estos hablaron al inicio de las deliberaciones rechazando las comisiones armadas por los curiales romanos y lograron hacer aprobar nuevos temarios con participación más abierta, sin pretender ni provocar ningún tipo de rupturas. De hecho la convivencia de estas dos tendencias se verá reflejada en muchos de los documentos conciliares que debieron conformarse con un lenguaje


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A 50 años del Concilio Vaticano II ambiguo para ser aceptados por todos. Esto sin duda condicionó una posterior aplicación más homogénea y se utilizó – y en la actualidad con más énfasis – para secundarizar definiciones fundamentales a los objetivos conciliares propuestos en el inicio. Pastoral y también doctrinario La composición del aula conciliar incluyó uno 1.000 obispos europeos, con 450 italianos. Otros 1.000 de las Américas, de los cuales más de la mitad era de latinoamérica y el Caribe. Hubo 350 africanos y 400 de Asia y algunos más de Oceanía y los países árabes. Unos 150 de los países socialistas tuvieron dificultades con sus gobiernos para salir de sus países, aunque varios de ellos pudieron participar. Las cuatro sesiones se prolongaron entre octubre y diciembre desde 1962 a 1965. El Papa Juan XXIII había señalado el carácter “pastoral” de este concilio. Esto significaba que el debate no estaría centrado en lo doctrinal, como habían sido la mayoría de los concilios anteriores. Y esto tranquilizaba a los curiales romanos porque no se les cuestionaría su base teórica de sustentación. Se encargarían ellos de acentuar este aspecto para bajarle el precio a las decisiones del Concilio. Además para una institución tan dependiente de la doctrina, definir la misión del concilio de carácter pastoral, reduciendo su ámbito de incidencia a la aplicación práctica, en término concretos significaba tomar sus resoluciones como de carácter no obligatorio ni vinculante. En el esquema tradicionalista lo que no se podía cuestionar era la “verdad”, siempre inmutable, toda ella contenida en la doctrina. La aplicación en la realidad era tema sujeto a los vaivenes de la historia. De allí su carácter secundario. Pero el Concilio si bien se inició con una preocupación predominantemente pastoral, de cómo adecuar el mensaje a los tiempos modernos, en términos concretos implicó también la institucionalización de las nuevas reflexiones teológicas sobre la iglesia y su misión en el mundo, con definiciones doctrinales importantes.

La primera sesión se inició el 11 de octubre de 1962 y concluyó 8 de diciembre de 1962. A diez días de iniciado el Concilio, los obispos participantes dieron a conocer un “Mensaje a todos los hombres”, expresando en pocas palabras las perspectivas que animarían las deliberaciones. Sin duda fue influido por los padres conciliares que

anhelaban colocar con mayor énfasis a los pobres como preocupación central de la Iglesia católica. Decían : “Ante todo debe volar nuestra alma hacia los más humildes, los más pobres, los más débiles, e imitando a Cristo, hemos de compadecernos de las turbas oprimidas por el hambre, por la miseria, por la ignorancia, poniendo constantemente ante nuestros ojos a quienes, por falta de medios necesarios, no han alcanzado todavía una condición de vida digna del hombre.” Y recordaban que los dos problemas en los que había insistido el Papa Juan XXIII en el radiomensaje del 11 de septiembre de 1962 eran la paz entre los pueblos y la justicia social. La mayoría de los participantes comprendió enseguida el mensaje del papa Juan y se puso a tono, aunque nunca fue un grupo homogéneamente renovador. Pero unos 250 obispos, de distintas partes del mundo, de abierta tendencia conservadora, con mucha llegada a la Curia romana, se reunieron aparte para desarrollar estrategias de oposición a los planteos renovadores. Se destacó aquí el francés

Marcel Lefébvre, que después del Concilio, provocaría un cisma conservador, hasta su muerte. En junio de 1963 murió Juan XXIII y fue elegido papa el cardenal Montini, de Milán, que adoptó el nombre de Pablo VI. En septiembre de ese año se inició la segunda sesión conciliar, como estaba previsto. El nuevo papa alentó el debate de la situación tanto exterior como interior, de la iglesia, señalando la posibilidad de avanzar en temas doctrinales, sin que lo pastoral dejase de ser lo principal. El debate se había extendido en tal diversidad de temas que en el mismo discurso de apertura avizoró la posibilidad de una futura sesión. No casualmente los principales documentos del Concilio fueron las cuatro constituciones: “Gaudium et Spes”, sobre la misión de la Iglesia en el mundo moderno, definida como “constitución pastoral” porque procuraba responder como Iglesia a las actuales problemáticas del mundo. Y las otras tres: “Lumen Gentium”, la constitución sobre la iglesia, definida entonces por Mons. Angelelli como “la columna vertebral y la obra maestra del Concilio”, fundamental para entender el resto de los decretos y declaraciones. La constitución “Dei Verbum”, sobre la “revelación divina”, que jerarquizó el rol fundante de la Biblia, relegado desde la reforma de Martin Lutero; e incorporó los avances de las ciencias en relación a ella. Además abrió y promovió la lectura bíblica entre los creyentes. Y la constitución sobre la Liturgia, resignificándola según los tiempos modernos y las distintas culturas, con reformas que le quitaban el ropaje y el polvo de siglos, transparentando no sólo su mensaje sino también su imagen. El 4 de diciembre de 1963 clausuró


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A 50 años del Concilio Vaticano II las deliberaciones valorando como positivo la diversidad de opiniones, indicadora de la profundidad del debate. En efecto en la tercera sesión, desde el 14 de septiembre de 1964 hasta el 21 de noviembre, fueron más evidentes las tensiones entre la mayoría aperturista y la minoría tradicionalista. La cuarta y última sesión se inició el 10 de septiembre de 1965 y concluyó el 7 de diciembre de ese año. En su apertura Pablo VI anunció la creación del Sínodo de Obispos, cuyos miembros serían nombrados por las Conferencias Episcopales y actuaría como órgano consultivo a ser convocado por el papa. Anunció también importantes reformas de la Curia romana, que la ponía a tono, no sin resistencias, con las definiciones aprobadas en las distintas sesiones conciliares. El equilibrio lo ponía Pablo VI al incorporar representantes de los episcopados nacionales en una instancia universal de participación como el Sínodo, pero limitándole a su vez sus facultades al asignarle sólo un carácter consultivo.

Dios, casi sin cabida en la vida de los cristianos, con la gran preocupación de medir con la vara, si se cumplió, las tantas distinciones de los moralistas o las condiciones de los cánones, sin tener presente lo existencial o al hombre, con sus situaciones y sus circunstancias, su realidad presente. Para otros, ha significado desorientación, confusión, cambio de la Iglesia, caer en el protestantismo, negar los principios inmu-

Angelelli, obispo del Concilio Vale la pena, por nuestra cercanía, transcribir un párrafo de lo que escribió en Roma Mons. Angelelli, en ese momento, diciembre de 1965, mientras estaba finalizando el Concilio. Había participado de tres de las cuatro sesiones, con un protagonismo destacable a pesar de ser uno de los obispos más jóvenes en el recinto. Sus escritos, cruzados por la palabra “reservado” fueron encontrados después de su martirio y publicados por primera en 1996, por nuestra revista Tiempo Latinoamericano. Decía allí, reflejando las contradicciones internas, entre “progresistas y tradicionalistas”: “En unos el Concilio ha significado una especie de liberación, de una iglesia asfixiante, cerrada, clerical, ritualista, desconectada del pueblo y comprometida con los grandes, los ricos, los señores del mundo. Demasiado apegada a la ley, al canon, a la norma. La Palabra de

tables, caer en el relativismo, liberalismo en la Iglesia, echar abajo las tradiciones de siglos –cfr. La liturgia, los otros decretos y constituciones. Sentirse solos, desguarnecidos, como si lo que se tenía hasta ahora no tuviese valor, vacíos, incapaces de afrontar este caer de un andamiaje con el que se esta-

ba seguro, actitudes de baluarte para defender muchas cosas que interiormente no se está convencido, pero que por conveniencia es necesario hacerlo para no quedar desnudos y a la vista de todos, tal cual somos.” Las reflexiones para su propia intimidad que escribió el obispo Angelelli intentaban plantear el desafío que se abría a partir de la finalización del Concilio. Sería él, precisamente, uno de los más fieles ejecutores del Concilio, hasta la entrega de la propia vida, cumpliendo el compromiso asumido personalmente ante el papa Pablo VI, cuando le entregó el anillo que llevaría hasta la hora de su muerte en aquel atentado del terrorismo de estado, el 4 de agosto de 1976 en su diócesis riojana. Se esmeraría Mons. Angelelli en estampar en las seis páginas escritas a máquina una visión de la misión de la Iglesia que debía ser superada para adecuarse a la constitución Lumen Gentium, que según óptica, era “la columna vertebral y la obra maestra del Concilio”. Su diagnóstico era una autocrítica profunda: “Amigos de defender nuestros propios derechos siempre creyendo que eran los derechos de Dios. El mundo era el enemigo de nuestra salvación…Mirábamos al hombre como objeto no de amor, sino de conquista triunfalista. Del puro que hace partícipe al impuro…Las páginas del Evangelio eran para ser citadas en ampulosos discursos y sermones, no para ser vivida, comprometida, hecha vida. El protestante, el hereje, el cismático, el ateo, el comunista, el que se debatía en las calles de la ciudad para reivindicar la justicia de su salario o de un pedazo de pan para sus hijos, era el enemigo de la religión, de la Iglesia de los católicos, era el comunista, el enemigo a quien enderezar nuestros argumentos y silogismos”. Resumiendo el teólogo Leonardo Boff ha dicho que las preocupaciones del Concilio, “los cuatro grandes descubrimientos realizados por los padres conciliares”, fueron: el hombre, sin ocuparse de él es imposible encontrar el camino hacia Dios. El mundo moderno: la Iglesia “no quiere ser madre y maestra sino compañera que aprende de él, y también su sierva en la búsqueda de más vida y justicia”. El desarrollo integral: Ante el “gran mito de toda la modernidad”, para que no se reduzca a crecimiento material, el desarrollo debe ser “del hombre todo y de todos los hombres.” Y los signos de los tiempos: la capacidad que debe tener la Iglesia para


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A 50 años del Concilio Vaticano II escuchar la voz, “los gritos que vienen de los tiempos”. Estas temáticas quedaron expresadas en los documentos conciliares aprobados: cuatro constituciones, nueve decretos, tres declaraciones y los “mensajes” al inicio y al final del Concilio, junto a los discursos de apertura y cierre de los papas a cada sesión. En este conjunto de documentos, los obispos dejaron estampados los pensamientos que guiarían la acción de la iglesia en los distintos continentes. Por supuesto, que los efectos dependerían del empuje que cada episcopado le otorgara. EnAmérica latina, lo más concreto fue la Conferencia Episcopal latinaomericana reunida en Medellín, en 1968, que tomando el espíritu conciliar, bajó a la realidad social, religiosa, cultural y político-económica de este continente, definiéndose en términos mucho más concretos en relación a las injusticias provocada por los grupos concentrados del poder económico y la acción del imperialismo que generaba la dependencia principalmente en lo económico y a partir de allí en las demás esferas sociales. Pero además, hacía el interior de la Iglesia, promovió las comunidades eclesiales de base, la lectura popular de la Biblia y la inserción de los cristianos en los ambientes culturales, educacionales, sindicales y políticos. Esta práctica eclesial, fortalecida por el magisterio episcopal, potenciaría la reflexión que cristalizaría en 1972, con “Teología de la Liberación”, el libro del peruano Gustavo Gutiérrez, que sería tomado simbólicamente como el inicio de esta corriente teológica que tuvo repercusión mundial y mereció también observaciones y hasta sanciones del Vaticano. Perspectivas y esperanzas A 50 años de aquel acontecimiento eclesial que tuvo mucha repercusión en otros ámbitos sociales, políticos, culturales y religiosos, varias son las consideraciones que pueden hacerse sobre su vigencia y sus consecuencias. En primer lugar hay que decir, como afir-

ma O. Beozzo, que en estos cincuenta años el mundo ha tenido cambios mayores y más vertiginosos que en los veinte siglos anteriores. Y esta realidad plantea nuevas urgencias y distintos desafíos. El teólogo José Comblin fue todavía más audaz al afir-

mar, poco antes de morir a los 88 años en marzo de 2011, que apenas tres años después de finalizar el concilio, en 1968 se produjo a nivel mundial una revolución cultural tan profunda que dejó desactualizados los avances del Concilio. Una revolución, con manifestaciones estudiantiles, que si bien fueron reprimidas, tuvieron un profundo efecto cuestionador de los sistemas vigentes: Críticas a fondo de las instituciones establecidas y sus sistemas de autoridad. Cuestionamientos a los “grandes rela-

tos” sustentados como verdades. Explosión de la revolución feminista, que en el caso de las mujeres católicas llevó a la “desobediencia” por el uso de la píldora anticonceptiva. Hegemonía de la sociedad consumista, paralela a la pérdida de centralidad del trabajo. Vigencia de un capitalismo descontrolado, ante el cual la Iglesia no reaccionó críticamente. Según el teólogo Comblin estos fueron los principales factores determinantes de la revolución cultural de occidente, no causados por el Concilio, pero que si tuvieron una profunda incidencia en la vida de la iglesia, hacia adentro y en su ubicación ante las sociedades. De hecho, el desprestigio general de la Iglesia, la crisis sacerdotal con 80.000 que dejaron el ministerio, el abandono de los estudiantes en los seminarios, la huída de millones de católicos son algunos de los efectos de esa revolución hacia el interior de la iglesia católica, por más que los conservadores quieran atribuírselo al Concilio, como solapadamente lo han expresado los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. A propósito de esta involución romana, el Padre Comblin menciona el sínodo extraordinario de 1985, convocado por Juan Pablo II - a veinte años de la clausura del Concilio -, como el intento más fuerte por cerrar la puerta a “interpretaciones” del Concilio; y puntualiza la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico, como herramienta clave de esta clausura y retorno al autoritarismo clerical. También señala que la prioridad dada a la lucha contra el comunismo, que en general ya estaba en decadencia, llevó a silenciar la doctrina social de


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A 50 años del Concilio Vaticano II la Iglesia y a avalar las dictaduras militares represoras de los movimientos sociales y políticos que propugnaban cambios a favor de la justicia social para las mayorías empobrecidas. Aunque estas crisis han restado influencia y poder social a las jerarquías eclesiásticas, el factor religioso en la vida de los pueblos, más aún en los empobrecidos, sigue actuando con fuerza en los comportamientos sociales y culturales. Y aunque en minoría siguen proliferando en el mundo grupos cristianos y católicos que aferrándose al evangelio de Jesús, reflexionan y testimonian con su compromiso una iglesia de los pobres que quiere ser fiel a las demandas de la sociedad actual. Una presencia cristiana servidora de la humanidad, que trabaja por la paz y la justicia, porque experimenta que las guerras que provocan los imperios del dinero, matan con balas pero también con hambre. Y para aquel ambicioso objetivo, se plantea una eclesialidad ecuménica, porque necesita de la participación de todos; y reclama hacia el interior de sus estructuras mayor apertura en las decisiones, que por el momento, al menos a nivel global, las máximas jerarquías de la iglesia católica no parecieran estar dispuestas a conceder. Estas que vivieron el Concilio y aportaron a sus nuevas definiciones, se sintieron luego atemorizados por el torrente renovador que avanzó en respuestas a las nuevas problemáticas, muchas de ellas apenas insinuadas entonces, pero hoy con mucha vigencia. En las postrimerías de estos 50 años, nadie puede negar la urgencia en responder a los nuevos temas que plantea la sociedad: El cuidado de la creación y la crisis ambiental, ante la debilidad de los gobiernos en asumir sus compromisos por el cambio climático, que tiene directa relación con la calidad de vida humana, en especial de los pobres; Los cambios culturales provocados por la irrupción de las mujeres, cuyas demandas apenas logran instalarse también porque la opresión religiosa retrae el ritmo. Las

cuestiones de género, matrimonio igualitario, los nuevos tipos de familia, control de la natalidad, aborto, inseminación artificial, muerte digna y otras relacionadas a la bioética son temas a los que en general se le escapa al debate o cuando se da, se termina ratificando doctrinas que no han acusado la incorporación de nuevas realidades. Y hacia el interior eclesial hay que añadir la desigualdad entre laicos y sacerdotes, entre varones y mujeres, con una profunda discriminación porque se le sigue negando el derecho de ejercer funciones de conducción o ministeriales, como el sacerdocio. En este contexto, aparece el celibato obligatorio para la iglesia católica de occidente como una rémora que le viene acarreando graves consecuencias al no estar desvincu-

lado de conductas sexuales perversas. Grupos eclesiales renovadores tanto de los países europeos como latinoamericanos vienen reclamando un nuevo Concilio, no reducido a la participación de los obispos, sino con representaciones de sacerdotes y laicos. También con el aporte de dirigentes de otras religiones y de diferentes especialidades para aportar a los temas en cuestión. No parece ser ésta la corriente que hoy tenga posibilidades de acrecentar su fuerza. Un hecho significativo es la batalla teológica que vienen dando los dos últimos papas por “releer” la definición conciliar de la Iglesia como “Pueblo de Dios”, para volver acentuar la verticalidad y la obediencia debida a

la autoridad divina. La hegemonía en la iglesia católica la tienen los conservadores y los curiales romanos se han encargado de garantizar su continuidad, mediante el estricto control en el nombramiento de los nuevos obispos y cardenales. En Argentina lo venimos padeciendo desde hace bastante tiempo. Pero esa férrea centralidad romana que cree asegurar la unidad mediante imposiciones autoritarias pareciera cerrar los ojos, sin prever consecuencias, a la realidad de que tres cuartos de los católicos están en Asia, África y América Latina. Y sólo una quinta parte está en la Europa del Vaticano . Estas realidades, que plantean agendas diferentes a los centros de poder, como sostiene el teólogo e historiador Oscar Beozzo, sustentan las perspectivas esperanzadoras: Propuestas participativas como se vienen realizando en varios países de América Latina, a través de las Asambleas del Pueblo de Dios, donde participan obispos, sacerdotes y laicos/as en igualdad de condiciones. Reformas litúrgicas que siguen profundizado la inculturación y la inclusión de las mujeres en el ministerio sacerdotal. Reflexiones teológicas que asumen los nuevos paradigmas que emergen de los cambios contemporáneos y que navegando en corrientes subterráneas alimentan las nuevas prácticas del cristianismo de liberación. La historia reconoce el valor de los grupos testimoniales – haciendo memoria del profetismo bíblico -para las transformaciones ya sean religiosas, sociales o políticas. Como la semilla de mostaza, de la parábola evangélica, estos cristianos participan hoy en los diversos movimientos que tanto a nivel local como mundial se movilizan en torno a las justas demandas por la paz y por mayor justicia e igualdad entre los seres humanos, “indignados” por la aplicación despiadada de sistemas de explotación de los pobres y de destrucción del planeta. Para muchos allí está la esperanza que se construye día a día.


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Lucas Codesido

Cristianismo y Revolución (1966-1971) Las armas de la redención, de la teología a la lucha armada “Cristianismo y Revolución” es una iniciativa editorial que presenta una novedosa y radical visión acerca del papel que los cristianos deberán encarnar en las luchas políticas por la emancipación latinoamericana de la década del 60`. La revista aparece en Buenos Aires unos meses después de instalada en el poder la llamada Revolución Argentina con Onganía a la cabeza. En una etapa inaugurada desde otra intervención armada por parte de los militares golpistas en el país.

E

n junio de 1966 las Fuerzas Armadas se instituyeron como “partido católico” y proclamaron un régimen militar que incluía entre los signos vitales de su plataforma de presentación el de reclamarse los sostenedores de la “nación católica” Argentina, cuya identidad aparecía amenazada por la subversión de los valores cristianos y occidentales que traía la expansión del comunismo ateo. Con esas consignas los militares pretendían consolidar un orden político que reconocía en la Iglesia Católica y su doctrina las fuentes de su propia legitimidad. Un nuevo régimen que además se propuso eliminar por la fuerza las divisiones políticas típicas entabladas en las democracias liberales y trazar un orden corporativo que excluyese la lucha de facciones, reabsorbiendo al mismo tiempo las bases sociales del peronismo. Desde la llegada de Onganía al poder quedan anuladas las prácticas políticas institucionales de la sociedad civil. Esa

prohibición decretada por la dictadura pretende suprimir la posibilidad de promover discursos alternativos al régimen militar. Situación que deriva hacia un contexto de marcada impotencia discursiva en el plano nacional que contrastará notablemente con un clima de ideas vigente en los ámbitos religiosos de la época en donde se destaca la renovación de las ideas católicas como producto del Concilio Vaticano II (1962-1965). El discurso de “liberación” de la revista Cristianismo y Revolución (en adelante CyR) que analizaremos brevemente en este trabajo se sitúa inicialmente en la corriente de renovación conciliar. En un registro más general participa de un “clima de ideas”, o de una “estructura de sentimiento”, según palabras de Raymond Williams, vigente en los ámbitos políticos de los años 60`. La idea de cambio social, una representación acerca de un ascenso de lo humano


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Cristianismo y Revolución (1966-1971) hacia nuevas formas de organización social y en los umbrales de autoconciencia se manifestaba en muchas de las propuestas culturales y políticas de todo el mundo. Este clima de época contenía el reconocimiento de profundas injusticias sociales en el nivel nacional e internacional, el cuestionamiento total o parcial del sistema capitalista, la resistencia al imperialismo, o a las antiguas y modernas formas de colonialismo. El campo de experiencia cristiano, El contexto social de la Iglesia en Argentina Dentro del universo católico de los años 60 donde se estructura el carácter de una publicación como CyR, aparecen una serie de elementos sociales expresados en los años previos que pasaran a mezclarse con aquellos que luego fueron los propios de la renovación conciliar. Un profundo cuestionamiento a las relaciones entre el poder dominante y las jerarquías eclesiales surge en el seno de grupos católicos. A fines de 1966 en la Argentina las divergencias sobre el rol social de la Iglesia se manifiestan en torno del dilema de si institucionalmente debía colaborar con la tentativa de un gobierno católico para imponer la conciliación de clases mediando entre capital y trabajo, o si por el contrario debía expresar una opción por los más débiles conforme al espíritu que el Concilio Vaticano II proponía. La división establecida en ese momento se generó básicamente entre la jerarquía eclesiástica para la cual la unidad confesional de la nación seguía siendo un dogma indiscutible y, por otro lado, algunos obispos y parte del clero que enfatizaban el aspecto comunitario de la Iglesia en detrimento del aspecto jerárquico. Los primeros terminaron apoyando el golpe militar, los segundos se volcaron hacia la militancia popular. Por otra parte, en un nivel mas general muchos sectores de la Iglesia asumirán la renovación conciliar desde las

particularidades de América latina, haciendo hincapié en la situación de pobreza y opresión en el continente. La realización y puesta en marcha de aquellas reformas abrió un abanico de posibilidades, interpretaciones y propuestas de cambio respecto de la relación entre los católicos y la sociedad. Las diversas variantes de catolicismo que se perfilan luego de la renovación conciliar se encontraran nuevamente en la Argentina con otras tantas modalidades de liberalismos, socialismos, nacionalismos; y en el medio aparecerá nuevamente el peronismo. Para los sectores cristianos más progresistas el Concilio permite que en el seno del catolicismo se abran las puertas al diálogo con el socialismo, especialmente en su vertiente humanista. Esta apertura se acentúa en las adaptaciones latinoamericanas y locales que se hacen de los grandes lineamien-

tos teológicos del concilio. En esta nueva perspectiva cristiana los problemas resultantes de relaciones sociales y económicas son caracterizados como los grandes dilemas morales que deben combatirse desde la voluntad humana y la buena fe. Dado que el tipo de ley perteneciente a este mundo se encuentra sumido en la falsedad de la opresión de los poderosos, la justificación de la violencia desde “abajo” como respuesta a la violencia “desde arriba” se volverá en un momento, para alguno de estos, grupos

como un elemento que se deduce naturalmente de aquellas premisas. En la Argentina el catolicismo conciliar no condujo linealmente a una radicalización política por parte del clero ni a una militancia insurreccional o la violencia armada. De todos modos la renovación conciliar en la Iglesia, la teología de la liberación en la teoría y el cristianismo revolucionario en la práctica, si bien no forman parte de un mismo fenómeno, efectúan en el pensamiento religioso una inversión similar a la que el marxismo realizó con la filosofía idealista. Colocan en escena al hombre concreto y sus necesidades, vuelven los pies a la tierra de aquello que estaba en el reino celestial de las ideas. Plantean una vuelta a los orígenes del cristianismo primigenio. Los miembros de CyR Entre los hacedores de la revista se destaca la figura de Juan García Elorrio, como intérprete principal, siendo el director de CyR hasta su muerte en 1970. Elorrio era un ex seminarista que tenía vinculaciones con diversos sectores de la Iglesia; miembros de la juventud de Acción Católica o de la JEC como Fernando Abal Medina, Gustavo Ramus y Mario Firmenich, futuros cuadros de la agrupación Montoneros. Varios testimonios recogidos resaltan la importancia de García Elorrio en este proyecto. “Era un tipo capaz de convencer a una piedra, era un predicador, un cura, pero un cura con fervor político, con fervor pasional…quería ser una especie de patriarca de la revolución” (Ignacio Vélez). “El estilo de mando de García Elorrio no era militar, sino que era clásicamente yo diría…el estilo de mando de una figura digamos con autoridad dentro de una comunidad religiosa. Yo lo equiparía casi casi como el cura de una parroquia” (José Eliaschev). Jorge Luís Bernetti fue su secretario de redacción; y Miguel Grinberg, José Ricardo Eliaschev, John W. Cooke, Eduardo Galeano, Carlos Mugica, Rubén Dri, Raimundo Ongaro, Emilio Jáuregui y Miguel Ramondetti, algunos de sus colaboradores. Según refiere Casiana Ahumada, compañera de Juan García Elorrio y directora responsable de los seis últimos números de la revista, quienes decidían sobre los temas centrales a tratar en cada número de la revista eran García Elorrio y Juan Bernetti. Luego de la muerte de Elorrio en febrero


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Cristianismo y Revolución (1966-1971) de 1970 la definición de la línea editorial recae en Juan Bernetti y Gerardo Druejo. “Liberación” en CyR El primer número de la revista apareció en setiembre de 1966, pasados tres meses de la llegada de Onganía al poder bajo la autodenominada Revolución Argentina. García Elorrio es el encargado de las notas editoriales, que marcan y definen en gran medida los contenidos y el itinerario de los artículos en cada uno de los números, y así lo hizo hasta el momento de su muerte en febrero de 1970 (fallece en un “extraño” accidente automovilístico según refieren algunos de sus compañeros, sospechando un posible atentado) luego de la publicación numero 22. La revista llegó a sacar treinta números en total hasta septiembre de 1971. En el número de presentación su línea editorial propone un llamamiento al compromiso de los cristianos con lo que Elorrio denomina la verdadera revolución. En contraposición con la otra autodenominada revolución, la que el régimen engendró en la figura visible de Onganía y sus “secuaces cursillistas”. Este primer editorial comienza con una declaración de tono universalista en contra de la explotación humana, el materialismo capitalista y la dominación violenta de los pueblos del tercer mundo por parte del imperialismo norteamericano. Luego denuncia las estructuras coloniales aun vigentes, señalando el grado de injusticia y opresión que producen. También relata las luchas llevadas a cabo en Asia, África y América, por negros, blancos y amarillos, que son masacrados por intentar su liberación. En un registro que condensa el choque entre la dominación y su resistencia concluye afirmando el presente de una guerra entre dos mundos: “el que lucha por la justicia y la dignidad humana y su liberación integral, y el que lucha para perpetuar las condiciones en que esa dignidad y liberación no puedan darse jamás”. “El tercer mundo es el que se está gestando a partir de los procesos revolucionarios que se intentan, que se malogran y que se realizan a través de una acción dura y violenta pero profundamente humana a la cual nos incorporamos los cristianos que vemos en ella, como vio Camilo Torres, la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para

todos” (CyR: nº1: sep.1966). Camilo Torres (1929-1966) es el ejemplo de un sacerdote con formación universitaria que eligió el camino de la lucha armada como vía de inserción en el proceso de cambio revolucionario, siendo muerto en combate

pocos meses antes a manos del Ejército Colombiano. El ejemplo de este sacerdote será retomado una y otra vez como paradigma y referencia ineludible durante todo el desarrollo de la publicación. Es importante por la carga significativa que implica para todos los cristianos disconformes con el funcionamiento de la Iglesia Argentina a la hora de pensar la recepción de un público inicial al que este mensaje pretendía llegar. Dentro de esta perspectiva de condena moral y acoplamiento a las luchas entabladas por el tercer mundo en nombre de todas las injusticias humanas CyR encuadra la situación de la argentina y el gobierno militar: “Onganía es el testigo que el régimen engendró y que viene a dar testimonio de su muerte”, “más exacto seria llamarse prerevolucionario, porque sin duda su cometido será….allanar los caminos hacia la verdadera revolución”; “Onganía y sus miniequipos así como son cristianamente preconciliares son políticamente prerevolucionarios, esa es su pre-histórica

dimensión y tarea” (CyR: nº2: sep.1966). En los años sesenta, la revolución era un tema instalado. CyR postula en sus primeras apariciones que los cristianos son a la vez intérpretes y actores del movimiento revolucionario. Proceso que no surge como resultado de la evolución histórica sino como consecuencia de una situación de grave injusticia, y las soluciones para las injusticias se enfrentan a partir del voluntarismo ético de quienes han tomado conciencia de esa situación. El segundo número de CyR asume desde su nota editorial que la militancia revolucionaria es el mejor signo de vocación católica, y asegura que “felizmente, ya aclaró para los que desensillaron el 28 de junio esperando el amanecer de la R.A” en referencia a la postura expectante adoptada por Perón en el comienzo de la Revolución Argentina. Y señala que “desde hace 120 días los argentinos vivimos la experiencia de un punto muerto de un régimen que venia agonizando lentamente y que ahora junta todas sus fuerzas para no morir, para no dar el paso a la nueva vida” (CyR: nº2: oct-nov. 1966). Otra vez aparece el sacerdote Camilo Torres asumiendo la lucha en contra de la pobreza y las persecuciones hacia los verdaderos cristianos que “son las consecuencias lógicas de una lucha sin cuartel contra las estructuras vigentes” y “los signos que autentifican una vida revolucionaria”. Allí se afirma también que la única manera de asumir un compromiso verdaderamente cristiano ante un proceso revolucionario inminente es el de sumarse para cometer esa justicia “de los que buscamos realizar los cielos nuevos en nuestra misma tierra”. Así, la militancia en la fe será militancia revolucionaria en nombre de los pobres y contra un solo enemigo; el sistema y su estructuración injusta de la sociedad. En el transcurso de 1967, y en consonancia con la marcha del país el discurso de CyR se fue radicalizando


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Cristianismo y Revolución (1966-1971) aún mas, la muerte del Che Guevara en octubre de 1967 sumó un referente más al paradigma y prototipo del verdadero revolucionario, junto con Camilo Torres. Al Che se le dedica el número 5 de la revista (noviembre de 1965), y a partir de ese momento las alusiones a la revolución cubana y las discusiones acerca de las estrategias revolucionarias enAmérica Latina se hicieron mas frecuentes. Fue a través de J. W. Cooke que Elorrio y otros miembros del grupo tomaron contacto con el gobierno cubano e incluso viajaron a la isla con fines diversos de índole política. La revista también reflejó a partir de ese momento en algunas notas el esfuerzo de algunos autores por demostrar que existía una compatibilidad entre el socialismo cubano y la fe católica. En 1967 García Elorrio constituyó el “Comando Camilo Torres”, donde se incorporaron numerosos jóvenes católicos, incluso algunos de los futuros líderes de Montoneros como Fernando Abal Medina y Mario Firmenich. El primer acto de este comando fue el 1º de mayo de 1967 en ocasión de la celebración de la misa por el día del trabajador a cargo del Cardenal Caggiano y con una nutrida concurrencia de funcionarios militares. García Elorrio interrumpió la homilía del Cardenal con el propósito de leer una “oración” en la que atacaba al gobierno por la falta de libertades fundamentales a las que sometía a los trabajadores y sus familias, y por “la acción devastadora de un plan económico al servicio del capitalismo, del imperialismo, de las oligarquías y en contra del pueblo”. Luego de los primeros números en donde el llamamiento a la participación de los cristianos en la lucha revolucionaria se alternaba con críticas y denuncias respecto de la jerarquía eclesiástica y su rol de complicidad para con el régimen, el mensaje de la revista se fue ampliando hasta considerar a todos los sectores interesados en transformar la realidad argentina. El cambio se percibe en la apelación cada vez mas frecuente a los sectores que luego iran conformando el pero-

nismo revolucionario. La trascripción de diferentes mensajes del general Perón desde su exilio; cartas dirigidas por este al director de la revista; homenajes a Evita, los recordatorios del 17 de octubre y las necrológicas referidas a los caídos y los mártires del peronismo fusilados en el levantamiento de 1956, agregan un componente simbólico que refuerza la idea de que el peronismo constituye una seña de identidad para todos aquellos sectores comprometidos con el quehacer revolucionario. En julio de 1968 CyR da a conocer una carta que Perón dirige al líder de la CGTA Raimundo Ongaro. “Perón apoya a Ongaro” rezará el titular de la nota. Desde ese momento comienzan a multiplicarse las menciones y reportajes a los distintos referentes de los sindicatos combativos. Hay una mayor atención a los conflictos que protagonizan estos gremios, dando un especial énfasis a la trayectoria de la CGTA y condenando al sindicalismo “participacionista” de la CGT de Vandor. En la nota editorial número 8 se advierte a los que “creyeron que la violencia era un problema de pueblos subdesarrollados, de bandoleros como Camilo Torres y el Che Guevara de aventureros como Fidel Castro y Ho Chi Ming, se sorprenden ahora que esa violencia les reviente adentro del sistema”, en alusión a la resistencia de los sindicatos combativos. Otro lugar destacado en las páginas de CyR será ocupado por aquellos sectores cristianos que empiezan a tener presencia en la transformación de las estructuras de la Iglesia a nivel mundial, latinoamericano y nacional. Aparecen reflexiones en torno al nuevo papel que asume el laicado y las experiencias de compromiso concreto de los sectores católicos con los pobres. También las declaraciones y reportajes a los Sacerdotes Para el Tercer Mundo. Reciben atención las diócesis en las que los obispos tenían una actitud tendiente a la renovación del compromiso cristiano con el mundo. (Así aparecerán Monseñor Novack en Neuquén, Monseñor Devoto en la de Goya, y Angelelli en Córdoba). La diversidad de actores que transitan por las páginas de CyR y el espacio discursivo que se otorga a estas voces, a veces disímiles o superpuestas, generan la sensación de un proceso en gran escala que se configura en el contexto internacional. CyR se encargará de aportar


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Cristianismo y Revolución (1966-1971) el matiz de la cosmovisión cristiana en el que confluyen todas esas frecuencias. La noción de trascendencia y la conciencia de que la revolución debe hacerse desde un imperativo ético porque es buena, traerá justicia, ya está en camino, producirá una sociedad de iguales en la que no haya distinciones sociales económicas o culturales pues los bienes y riquezas serán equitativamente repartidos. Hacia el final Desde 1969, a casi tres años de la aparición de la publicación, el relato de las luchas obreras y estudiantiles, la inserción de los cristianos en ellas y la escalada de violencia represiva por parte del régimen de Onganía, van ocupando el espacio de la revista, antes dedicado al llamamiento a la militancia revolucionaria como signo de verdadero compromiso cristiano. El número 15 de CyR aparecido en la primera quincena de 1969 incluye una sección en la que se da a conocer el “Manifiesto de los Camilos” el primer documento público del Movimiento Camilo Torres que integraba entre otros García Elorrio. Contiene además la radicalización y elevación de la apuesta en la lucha: “ha llegado la hora de la acción revolucionaria. No necesitamos justificar con citas bíblicas, ni con apelaciones evangélicas esta exigencia. No tenemos que recurrir a frases de encíclicas o documentos de obispos para sostener e impulsar nuestro compromiso junto a todos los hombres que luchan por la liberación” (CyR: 15: may.1969). El lenguaje se ha endurecido y llegó la hora de la acción. La revolución está en marcha y el cristianismo y los cristianos ya no necesitan justificar su opción por la violencia o santificar a quienes empuñen las armas: “Los cristianos debemos rechazar todo complejo de superioridad, de excepcionalidad, de inferioridad o de segregación en la tarea común de realizar a través del hombre concreto, la nueva humanidad”. Pasado el Cordobazo, desde junio de 1969 CyR se dedica a describir el papel de los militantes cristianos en los acontecimientos de mayo en todo el país. Aparecen el MSPTM, JOC, Acción Católica, sacerdotes y laicos de Tucumán, Rosario y Córdoba, San Luís y Goya enfrentados a la violencia represiva del régimen. En sus últi-

mos números aparece una sección de “Comunicados” donde predominan los comunicados de las organizaciones guerrilleras peronistas (FAP, Montoneros, FAR) y en menor medida los de tendencia marxista (FAL, ERP). El relato y justificación de la acción revolucionaria de estos grupos pasa a convertirse en el eje central de la publicación hasta que aparece por última vez en septiembre de 1971 (nº30). Una rápida recapitulación de la trayectoria de CyR indica que el camino seguido por la revista fue desde la teología a la política y de allí a la lucha armada. El compromiso con la acción luego de ser consagrada la opción por las armas ahora surge de la realidad concreta. El cristianismo ha cumplido su papel denunciando la grave injusticia de la estructuración injusta de la sociedad y legitimando la insurrección de los fusiles. La palabra deja lugar a la acción, ahora serán las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales, los factores que determinen el mayor o menor grado de compromiso para la militancia revolucionaria. Los revolucionarios cristianos en el cambio de década (1970) habitarán la resistencia del pueblo frente al Régimen. La violencia institucional ejecutada por el gobierno militar ya se muestra abiertamente en forma de torturas, represión, muerte y persecución. Pero como la violencia defensiva del pueblo ya ha sido bendecida CyR deja de publicarse a mediados de 1971. Las organizaciones armadas trajinarán durante la década siguiente los senderos bosquejados en las páginas de CyR. Trágicamente, todavía habrá de configurarse un aparato de represión estatal de dimensiones inéditas (Proceso de Reorganización Nacional). Este imprimiría su violencia sobre toda la sociedad, marcando a sangre y fuego de modo irreversible la vida de varias generaciones de argentinos.


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Helio Gallardo

Una mirada sobre los jóvenes en América Central Preliminar, determinar a los jóvenes y aAmérica Central Hablar sobre “los jóvenes” desde América Latina supone un inconveniente grado de abstracción. Está, en primer lugar, el posicionamiento social. No es lo mismo tener 19 años y residir en áreas rurales que contar con una edad semejante y proceder de una familia urbana. Las distancias se agravan si a la distancia urbano/rural se agrega que se puede ser mujer o varón. Las desventajas, que pueden tomar la forma de fuertes discriminaciones, van para las primeras. Si se es de origen indígena, o más ampliamente, “no blanco”, más desventajas. Sin agotar este eje de separaciones, puesto que no se han tocado los posicionamientos sociales derivados de la propiedad/apropiación de riqueza y sus corolarios en términos de prestigio social, un segundo punto de indeterminación se vincula con la edad en la que se considera a alguien como “joven”. Para Naciones Unidas (OMS), el referente es la edad: entre los 10 y los 24 se es genéricamente ‘joven’. El amplio espectro distingue entre joven en sentido estricto (20-24 años), adolescente medio o tardío (15-19 años) y adolescente o púber (10-14 años). Por supuesto nadie se muestra conforme con esta concepción cronológica o etaria: no es para nada semejante, por ejemplo, el desempleo a las 10 años que a los 24. Tampoco supone los mismos riesgos y desafíos para los padres un embarazo no deseado a los 14 años o a los 24. El abandono del liceo (en Costa Rica huye de él el 20% de los adolescentes debido principalmente a la pobreza y el desempleo) castiga de manera diferente a mujeres y varones y también adquiere significados distintos para alguien de 13 años que para alguien de 24. Una adolescente tardía que se prostituye para sostener a su grupo familiar, incluyendo hermanos pequeños, difícilmente podría ser considerada ‘adolescente’después de un par de años de desempeño en el mercado sexual.

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odavía un tercer punto: se puede ser “joven” como parte de un agregado relativamente pasivo (estudiantes adolescentes urbanos de capas medias, por ejemplo) o se puede serlo como parte de una pandilla o grupo organizado. Aquí se trata de una cuestión de ‘actitud’ social. Puede conceptualizarse diciendo que existen jóvenes que asumen inercialmente las identificaciones que les proveen las instituciones sociales y sus lógicas, y jóvenes que se organizan, legal o ilegalmente, para conferirse autoestima e identidad desde su autonomía. Es decir que buscan producir sus identidades

desde su situación específica de jóvenes y, muchas veces, contra todas o algunas de las determinaciones que les asigna el mundo ‘adulto’. Los conceptos de ‘inercialidad’ y ‘autonomía’ deben acompañarse siempre del calificativo “relativa”. Ni los seres humanos ni los jóvenes son dioses absolutos y sus iniciativas, mejores o peores, son por ello siempre relativas o interpeladas por situaciones subjetivas y objetivas de las que se carece de control total. Inercialidad relativa y autonomía relativa, por tanto. Si por abstracto no resulta factible ni provechoso hablar sin más de “los” jóvenes, tampoco lo es referirse a una “América Central”. Esto sin contar como ‘centroamericanos’ a Panamá (territorio escindido de

Colombia) y Belice (ex colonia inglesa), países y pueblos a los que muchos estudios consideran hoy como parte deAmérica Central. La región centroamericana existe, pero está poblada por contingentes humanos muy variados y también son variadas sus tradiciones institucionales y culturales. Por ejemplo, el régimen democrático restrictivo costarricense, en su última versión, tiene más de medio siglo y posee como antecedente inmediato una guerra civil (1948). El régimen electoral (que no democrático) hondureño actual tiene como antecedente causal un golpe de Estado el año 2009 y su antecedente no inmediato más fuerte es una tradición dictatorial oligárquico/militar que fue desplazada por una Guerra de Baja


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Una mirada sobre los jóvenes en América Central Intensidad regional, inducida por EUA, en la década de los ochenta. Otro elemento significativo que permite mostrar las diferencias internas entre estos países es la presencia de los pueblos originarios o profundos: Guatemala, 53% de la población. En el polo opuesto, El Salvador, 1%. Entre ellos, Nicaragua, el 8.26% y Honduras, 7.7%. Más cercano a El Salvador, Costa Rica, 2.04%. Las cifras corresponden a datos oficiales. Es probable que los grupos étnicos (habría que agregar los sectores afroamericanos, censados en Costa Rica [3%] y Nicaragua [10%]) minoritarios disfracen su ascendencia para evitar discriminaciones. También se dan diferencias en la relación población rural y urbana: Guatemala es todavía rural: un 60% de la población vive fuera de las ciudades. Un 53% de la población es rural en Honduras. En Nicaragua la población rural supera el 44%. En el Salvador es del 40%. En Costa Rica, solo el 34%. En otro ejemplo, el Foro Económico Mundial, distinguió a finales de la primera décad a d e e s t e s i g l o a l a s e c o n omías/poblaciones centroamericanas de la siguiente manera: países muy poco desarrollados: Nicaragua y Honduras. Países en subdesarrollo estable: Costa Rica, El Salvador, Guatemala. Países con fuerte industrialización: ninguno. Países desarrollados: ninguno. El PIB per cápita confirma en parte esta clasificación: Nicaragua: 3.325 dólares. Honduras: 4.461. Guatemala: 5.165. El Salvador: 7.746. Costa Rica: 12.425. Para tener referencias de contraste, México, que tampoco es una economía desarrollada, tiene un PIB per cápita de 15.114 dólares y Chile, en el otro extremo de América Latina y con el prestigio de ser el país “exitoso” del área en el período, 17.076 dólares. Venezuela, bajo la administración de un chiflado extremista enfermo, según nos informa la prensa dominante todos los días, alcanza un PIB per cápita de 13.070 dólares. Por supuesto ninguna de estas cifras dice nada acerca de la distribución de la propiedad ni de la riqueza. La pobreza, el desempleo y la discriminación que afectan a los sectores rurales castigan particularmente a los jóvenes. En Nicaragua, por ejemplo, en estudio de la Fundación Masaya contra la Pobreza en Nicaragua, se señala que en la primera mitad de esta segunda década del siglo XXI la eco-

nomía nicaragüense debe generar unos 650 mil empleos de los que unos 330 mil deberían corresponder a jóvenes rurales. Por supuesto no existen políticas públicas que atiendan significativamente este reto. Si se considera que en Nicaragua sólo el 7% de la población consigue entrar a la universidad (el 1.1% para la población rural; el componente rural del liceo nicaragüense medido en su ingreso es sólo el 13%), salir del liceo o abandonar la escuela en este país equivale a necesitar un empleo que no existe. Cada año en Nicaragua, 65 mil jóvenes rurales requieren de un empleo. Si lo consiguen, será de mala calidad debido a que el sistema educativo exige a los estudiantes rurales, después del cuarto grado, trasladarse lejos de su hogar para terminar la escuela y, después, residir en las ciudades para completar

su educación secundaria. La situación obliga a los jóvenes a emigrar temporalmente o por largos períodos a Costa Rica para tener ingresos mínimos con los que ayudarse a sí mismos y a su grupo familiar. Los estudios costarricenses muestran que han inmigrado legalmente en el país entre 250 y 300 mil nicaragüenses, de los cuales al menos la mitad son mujeres y cuya edad está principalmente entre los 20 y los 39 años. Los inmigrantes menores de 12 años son un poco más del 13%. En otro ejemplo, Guatemala, ya hemos señalado, es un país mayoritariamente rural e indígena, pero también joven. La mitad de su población (alrededor de 8 millones de personas) tiene menos de 18 años. La exclusión en educación afecta a todo el país

pero principalmente a los sectores rurales. Los procesos de exclusión se ligan con varios factores: pobreza, necesidad de que niños y jóvenes trabajen, en especial las niñas, la discriminación étnica y políticas públicas inexistentes o inadecuadas. En Guatemala ser indígena es una causa de rechazo en la escuela. Se trata de un país sólidamente oligárquico y racista. No es raro que Guatemala sea el país centroamericano donde más niños y jóvenes, entre los 7 y los 14 años, trabajan. La Organización Internacional del Trabajo calcula su número público en más de medio millón (66% varones), pero a esa cifra habría que agregar a las niñas y mujeres jóvenes que realizan ‘trabajo oculto’ ya en el hogar propio ya en el servicio doméstico en casas de otros. El porcentaje de la población indígena infantil y juvenil que trabaja supera en 12 puntos a la población no indígena: 56% contra el 44%. Aunque en América Latina está muy extendido el dicho/estereotipo acerca de que el trabajo temprano, duro y precario, ‘forma individuos de bien’ salta a la vista que la ausencia de formación sistemática en aulas propicias fortalece los circuitos de pobreza y consolida las desagregaciones y los conflictos sociales. En Guatemala el 26.6% de la población indígena se encuentra en la miseria y el 76.2% en pobreza. La población no indígena en estos campos obtiene registros de 7.8% y 41.6%. Quienes sufren más la tendencia a perpetuar esta situación, puesto que Guatemala es un país joven, son las niñas y mujeres jóvenes con ascendencia indígena y localización rural. Por supuesto existen distintos grupos indígenas sobre los que se ejerce una diversa discriminación y violencia. No existen tampoco, por lo tanto, “los” indígenas de Guatemala. Se dan, pues, muchos ‘mundos’ con sus respectivos “órdenes” y “desórdenes” enAmérica Central. En ellos se insertan diversos tipos de jóvenes. Sin embargo, estos mundos no funcionan como estan-


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Una mirada sobre los jóvenes en América Central cos. Conforman una totalidad desagregada. Buscando no olvidar esto, haremos referencia a algunos de estos jóvenes en este universo desagregado y conflictivo que configura América Central.

mundo es de los jóvenes y para los jóvenes… siempre y cuando se vinculen con el mercado como consumidores y con la realidad como públicos o espectadores. La vida es algo con lo que se puede juguetear. La realidad es un espectáculo, no hay que

Una precisión conceptual En la parte final de la década de los sesentas del siglo pasado la movilización social de estudiantes y jóvenes en países centrales y periféricos, a quienes se agregaron en algunos países sectores significativos de trabajadores, puso momentáneamente en crisis a Francia y, con ella, al sistema mundial de dominación. La Edad de Oro era la edad en que el oro no reinaba. El becerro de oro está siempre hecho de barro, un lema del Mayo Francés, parecía contener la realidad de otro mundo, sin burocracia ni capitalismo, factible. El alzamiento fracasó. Los grandes derrotados, aunque por diversas razones, fueron las izquierdas históricas tradicionales, en particular la comunista, y los jóvenes. La movilización de jóvenes y estudiantes y su capacidad de convocatoria hicieron que el sistema mundial les tomase en cuenta. Se inventó entonces, contra toda realidad, que el mundo pertenecía a los jóvenes y se crearon para ellos mercados específicos y estratificados. Jeans, camisetas y tenis se transforman en la vestimenta de todos, al igual que el bronceado permanente. Es la época en que la “chispa de la vida” (1975) contenida en una Coca Cola transforma a un anciano, o a cualquiera, en un torbellino de energía, en un bailarín, en amante infatigable, en motociclista audaz. Se ponen de moda los estilos jóvenes y provocadores de Benetton: "United Colors of Benetton", y su ropa para toda ocasión y para quienquiera: "Playlife". Los nombres no son antojadizos. Desde los años setenta se declara que el

fuerte capacidad desagregadora que simula ser integradora, para el que estos jóvenes en cuanto personas no son significativos, al extremo que no importa heredarles un planeta debilitado o incapaz de sostener la vida en él. Es el legado ‘adulto’del período. Cualquier opinión sobre los jóvenes tiene que considerar este imaginario adulto básico acerca de su realidad. Jóvenes de América Central

tomarla rigurosamente en serio. Desde los 70’s los jóvenes son universal y sistemáticamente tratados como públicos y consumidores para quienes se abren mercados convenientemente estratificados. No importa que no se pueda adquirir una camiseta de marca original o unas tenis caras. Hay imitaciones. El mercado para niños y jóvenes está abierto a todos. Los jóvenes ya no son el futuro. Constituyen el principal factor del presente. Este mundo es su mundo. Por supuesto el mundo sigue regido por ancianos políticos, rígidos burócratas, atildados tecnócratas, ancianísimos dirigentes religiosos y feroces, pero experimentados, generales. En el mundo de verdad no existe lugar efectivo para jóvenes, excepto que sean tecnócratas especialistas, es decir jóvenes que han olvidado que su especialidad, ingeniería informática o creación digital, por ejemplo, se inscribe en un mundo más amplio con su correspondiente orden/desorden políticos. Lo que aquí se remarca sumariamente es que desde los 70’s del siglo pasado existe una moda engañosa de ‘interés por los jóvenes’en un mundo económico y político, con

Los cinco países que tradicionalmente han configurado América Central pueden dividirse entre los demográficamente cercanos al porcentaje medio de jóvenes en América Latina (entre 15 y 24 años: 18% de la población), El Salvador y Costa Rica, y los que están por encima de ese promedio. Nicaragua resulta ser el país más joven (22.2%), seguido de Honduras (21%) y Guatemala (20.3%). Si consideramos como referente a Costa Rica, el país con mejor PIB per cápita y el con menores desafíos de emigración, los desafíos de sus jóvenes serían los siguientes: 19% no satisface sus necesidades básicas y un 7% se encuentra en pobreza extrema. El 20% de la población entre 12 y 19 años no asiste a ningún centro educativo y el 13% trabaja en sectores de precariedad laboral donde sus derechos no son respetados. La mayoría de los jóvenes rurales imagina su futuro lejos de sus comunidades originales. La deserción escolar entre los jóvenes más pobres es de 2.5 puntos mayor que entre los jóvenes ligados a familias opulentas. Un grupo importante de las adolescentes que abandonan la escuela/liceo está compuesto por chicas embarazadas o emparejadas tempranamente. En Costa Rica no se entrega, hasta el año 2012, información/formación sexual en escuelas y liceos por oposición de la Iglesia Católica. La iniciación sexual de los jóvenes, con penetración, se inicia entre los 10 y los 13 años (8%) y entre los 14 y 17 años (92%). En la zona rural, para el grupo de entre 10 y 13 años, la cifra de inicio es de 24.7%, lo que podría indicar violación e incesto. Los anticonceptivos son cada vez más utilizados entre los jóvenes (59%). Las adolescentes


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Una mirada sobre los jóvenes en América Central muestran depresión moderada (9%) y severa (9%). Estas cifras bajan entre los varones al 5 y 4 por ciento respectivamente. El pensamiento suicida se presenta entre las adolescentes (12.4%) y los adolescentes (5.2%). En el liceo este pensamiento se eleva al 14% entre mujeres y 7.7% entre los varones. Los intentos de suicidio reportados comprenden a un 8.4% de la población estudiantil. Tan preocupante como esta cifra es que un 84% de los jóvenes escolarizados, en situación ventajosa, por tanto, declaró no tener esperanzas en el futuro. Los jóvenes costarricenses comienzan el consumo de alcohol y tabaco entre los 12 y 13 años y su consumo de drogas ilegales (principalmente marihuana) va en aumento. El consumo de cocaína, por ejemplo, pasó entre el año 2008 y el 2009 del 1.9 por cada 10.000 matriculados a 3.1 para la misma población. Estas son algunas de las cifras de los jóvenes en el país más “exitoso” del área. Puede suponerse que en los países menos ‘exitosos’estas referencias, si se miden, serán más preocupantes. Esto sin considerar fenómenos más específicos como la violencia criminal (Honduras es el país más violento del mundo: 86 asesinados anualmente por cada 100.000 habitantes) o la emigración forzosa legal e ilegal (El Salvador es un país de huída: unos 2.5 millones de salvadoreños viven fuera de su país; la cifra corresponde a ¼ de la población del país). Por supuesto, los indicadores sociales preocupantes van acompañados de la existencia de fracciones diversificadas de jóvenes ‘normales’, usualmente escolarizados y urbanos, que esperan que su educación y prestigio les permita insertarse en los negocios de la familia o incorporarse a círculos tecnocráticos, funcionarios, burocráticos o empresariales locales e internaciones. También existen grupos minoritarios interesados en desafíos como la preservación del medio natural

y la injusticia social y que se organizan y manifiestan en relación con ellos. El sector de jóvenes que no está en nada (los “NiNi”), una quinta parte de los jóvenes para la situación centroamericana, se subdivide en 80% de mujeres (principalmente rurales) y 20% varones. Se recordará que los Ni-Ni propenden a vincularse con el crimen organizado y con el consumo de drogas legales e ilegales. En Costa Rica la población juvenil encarcelada (menos de 25 años) creció en un 300% al entrar la segunda década del siglo. La población adulta lo hizo solo un 30%. Pero cualesquiera sean las intenciones de estos diversos sectores de jóvenes todos ellos reciben las agresiones de la expansión universal de la forma-mercancía (y la sensibilidad hiperempírica que la acompaña), la estrechez de los mercados laborales, la fragmentación de la existencia social, la levedad de los horizontes de esperanza y el mensaje, también mercantil, que una existencia adulta exitosa depende exclusivamente de cada cual. Al igual que el fracaso.

Existe, finalmente, una movilización/movimiento transnacionalizado de jóvenes organizados que son significativos para la realidad de descomposición y violencia que se vive a diario en América Central. Son las maras, un tipo específico de pandillas que se presenta principalmente en El Salvador, Honduras y Guatemala y que

tienen menor impacto por el momento en Nicaragua y Costa Rica. Las maras se originaron en Los Ángeles, Estados Unidos, en la década de los sesenta del siglo pasado entre jóvenes inmigrantes mexicanos que pronto se abrieron hacia cualquier latinoamericano. Las leyes de deportación de ese país, hechas expresamente contra estas pandillas (1996), obligaron a muchos de estos jóvenes a retornar a sus países de origen. Entre 1998 y el 2005 EUA deportó más de 45 mil centroamericanos que habían cumplido sus condenas además de 160 mil inmigrantes ilegales. El Salvador, Guatemala y Honduras recibieron a más del 90% de estos deportados. Los jóvenes maras han reproducido en estos países (que apenas conocían) la brutal violencia que les proporcionó identidad y seguridad en Estados Unidos. Algunas reacciones comunes a la violencia de las maras son: “En Guatemala deberían aparecer nuevamente planes como la G2 o el SIC para acabar con esa escoria. Debería existir nuevamente la limpieza social”. “Marero o pandillero es para mí lo mismo…son unos desgraciados que deberían desaparecer de la faz de la tierra…intimidan a la gente con ese aspecto asqueroso que tienen y claro, valiéndose de un arma…esa gente detiene el progreso de una sociedad, pues las personas ya no sienten libertad para desenvolverse y desarrollarse…algunas personas tratan de justificarlos diciendo que son así porque vienen de hogares desintegrados…y qué culpa tienen las victimas que esos ignorantes no tengan una fami-


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Una mirada sobre los jóvenes en América Central

lia unida?…los derechos humanos alegan derechos para ellos ¿y acaso la gente decente, que trabaja para comer, no tiene derecho de vivir en paz? ¿Y las victimas acaso no tenían derecho de regresar bien a su casa?…para mí son como la lepra…separan en las cárceles a cada mara para que no se maten entre si ¿por qué? por mí que se maten, así dejan de e s t a r f a s t i d i a ndo…por qué no mejor el gobierno nos protege de ellos, en lugar de estar protegiéndolos entre ellos”. De hecho los gobiernos de El Salvador (Francisco Flores, 1999-2004) y Honduras (Ricardo Maduro, 200-2006) utilizaron opiniones como las anteriores y aprobaron leyes especiales “antimaras” que convertían a éstos en delincuentes por su aspecto, permitían apresarlos sin acusación específica y, en general, confinarlos o suprimirlos como ‘animales rabiosos’. Honduras alcanzó especial presencia internacional en esta lucha por exterminar, mediante la violencia extrema y no jurídica, a las maras quemando las cárceles en que éstos estaban recluidos (2003, La Ceiba; 2004, San Pedro Sula). Guatemala, por su parte (Óscar Berger, 20042008) aprovechó la acción de las maras para acentuar la militarización de la “lucha” contra el crimen en su país. Las maras respondieron a estas acciones con una escalada de violen-

cia que comprendió asesinatos indiscriminados en medios de transporte público. Expertos estadounidenses, Thomas C. Bruneau y Richard B. Goetz Jr., han agregado algunos ingredientes, en la línea del presidente Berger y de la geopolítica de Estados Unidos hacia la región, al fenómeno de violencia expresado por las maras y sus clicas (extensiones) centroamericanas. Para ellos, las maras constituyen la principal amenaza a la Seguridad Nacional de toda América Central. Estiman en más de 70.000 el número de sus integrantes. Piensan que han adoptado las tecnologías y técnicas de la globalización para sus crímenes: sitios web, Internet, teléfonos celulares desechables, Google Hearth, Western Union y todos los medios disponibles para

movilizar personas, dinero e información. La acción de las maras cuestiona la capacidad de los gobiernos centroamericanos para “mantener la ley y el orden”. Las maras infiltran las fuerzas policiales, las ONGs (en especial las de derechos humanos) y las agrupaciones políticas. Esto significa que piensan estratégicamente. Son antisistema. Ponen en peligro el régimen democrático al ofrecerse a grupos radicales para lograr objetivos de poder en el mismo movimiento en que sirven a otros sectores del crimen organizado (centralmente el narcotráfico y actividades conexas). Las maras afectan todos los niveles de seguridad ciudadana: “Los ciudadanos no pueden

llevar a cabo sus actividades diarias sin temor a ser robados o asesinados en sus vecindarios. Los negocios tales como comercios pequeños y de transporte no pueden funcionar a menos que les paguen a las pandillas. Secciones completas de ciudades, tales como Ciudad Guatemala y Tegucigalpa, están bajo su control y las pandillas pelean entre sí por controlar el territorio. Cuando mafias más grandes del crimen organizado internacional emplean a las maras, secciones completas de países, tales como Petén en Guatemala, se escapan del control del Estado”. La conclusión del alegato de estos expertos es una pregunta retórica: “Si la combinación de fuerzas policiales y militares no pueden controlar eficazmente a las pandillas, ¿a quiénes pueden acudir los ciudadanos?”. La sugerencia obvia es: una intervención internacional (liderada por EUA). Como se advierte, la presencia de algunos tipos de expresión juvenil en la deteriorada y conflictiva América Central puede alcanzar resonancia y significación mundial. El trato adulto sobre los jóvenes en América Central parece ser una señal de los tiempos.


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Román Munguía Huato

Las juventudes mexicanas Acerca del Movimiento “Yo soy 132” En México, la ola de indignación ciudadana es creciente en los últimos años a partir de las políticas neoliberales de la derecha panista: el hartazgo popular, el “¡Ya basta!”, el “¡Estamos hasta la madre!” contra la corrupción y la impunidad de los gobernantes representativos de un capitalismo salvaje y cínico. Casi al igual que en Estados Unidos, el “uno por ciento” de la población mexicana es solamente la beneficiada por una política social y económica generadora de una súper concentración de riqueza.

M

éxico es un país en cuya población un sector significativo es de jóvenes. De los 104.2 millones de habitantes (datos del año 2005), 30 millones 50,189 son jóvenes entre 15 y 29 años, lo que representan 28.83 por ciento de la población. Es decir, casi una tercera parte de la población nacional está compuesta de jóvenes. La mayoría de los políticos tradicionales demagógicamente afirman que el futuro del país está en los niños y en los jóvenes. Por políticos tradicionales decimos aquellos políticos que viven del sistema político vigente, pertenecientes a los partidos u organizaciones políticas sistémicas del poder dominante que reproducen los valores ético-morales, culturales, económicos y políticos hegemónicos. En pocas palabras, son aquellos que tratan de mantener el estatuto quo, la reproducción del sistema social (the establishment). La juventud mexicana, dentro de su amplia heterogeneidad social, en su mayoría se encuentra en una pro-

funda depresión laboral derivada de una fuerte crisis económica. Siendo más objetivos, habría que hablar de distintos segmentos juveniles correspondientes a las diversas clases sociales, pues nunca será lo mismo la depredación del capital entre las filas del proletariado juvenil que su casi nula existencia entre las filas de los “juniors” y jóvenes acomodados de la clase media alta y de la burguesía criolla. No obstante, hasta cierto punto podemos hablar de algunos problemas comunes para la mayoría de los jóvenes como es el problema de la violencia generalizada o la drogadicción, que muchas veces no distingue rango social. México, al igual que muchos países latinoamericanos, desde hace varias décadas viene arrastrando un bajo crecimiento económico cuyas consecuencias son desastrosas en todos los ámbi-

tos de la vida social. Al menos desde los principios de los años ochenta a la fecha, todo este periodo se conoce como “las décadas perdidas”; las décadas de crecimiento cero. Casi todos los especialistas de la economía doméstica sostienen que esta situación tiene su origen en la


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Las juventudes mexicanas Acerca del Movimiento “Yo soy 132” puesta en escena de las políticas neoliberales, por un lado, y por el otro, en la crisis económica que empieza a latir en el país durante los primeros años de la década de los ochenta. México venía arrastrando una crisis económica que nunca pudo resolver la renta petrolera de la década previa más que momentáneamente. La espiral inflacionaria y las sucesivas devaluaciones monetarias pusieron en shock a la economía nacional. Con ello empezó un proceso de empobrecimiento de vastos sectores poblacionales, incluidas las clases medias, pero especialmente de los trabajadores urbanos y rurales, aunado a un creciente desempleo masivo, que tendrá impacto en un permanente incremento del subempleo o de la llamada economía informal; precarización del trabajo mediante la subsistencia de la venta ambulante o callejera. Este proceso catastrófico lo vendrá a agudizar la aplicación inicial de las políticas públicas neoliberales durante el gobierno (1982–1988) del presidente Miguel de la Madrid Hurtado, un tecnoburocrata quien devolverá la banca “nacionalizada” en el gobierno anterior a sus antiguos dueños. Iniciando, a su vez, todo un plan de rescate con fondos públicos al capital privado, con lo que la deuda pública externa se elevará constantemente más aún. No obstante, la verdadera puesta en práctica de las medidas neoliberales se llevara a cabo durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, cuya presidencia es resultado de un escandaloso fraude electoral. Es durante esta administración (1988–1994), que la esencia de la doctrina neoliberal se hará muy visible, en tanto dictadura del mercado capitalista, y someterá a las políticas de corte social. El proceso de privatización de la cosa pública abarcará diversos sectores económicoproductivos, de servicios sociales (educación, vivienda, servicios públicos urbanos, etcétera) y de la seguridad social (atención médicahospitalaria, pensiones, etcétera). Es necesario tener esto presente para

obtener un panorama más nítido y amplio de la situación actual, consistente en una profunda crisis social, generalizada. Incluida, claro está, las formas de violencia que se han desatado en los últimos años y que

vendedores de droga. Desde luego, dentro de estas decenas de miles de muertos asesinados entre dos fuegos se encuentran miles de jóvenes inocentes. Más aún, la crisis económica ha generado un crecimiento exponencial de un desempleo juvenil nunca visto en las últimas décadas. Estamos hablando de lo que en México se conocen como los “ninis”; es decir, jóvenes que no estudian ni trabajan. Se estima en que en existen casi ocho millones de adolescentes o adultos jóvenes entre 15 y 29 años de edad en esta condición ominosa. Al margen de la cantidad precisa, el hecho es que un fenómeno complejo social de gran amplitud. “Tres de cada cuatro jóvenes mexicanos de 12 a 29 años de edad que no estudian ni trabajan –cifra ubicada en más de 7 millones, según la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)– son mujeres, lo cual expone que los motivos de discriminación de género tienen un peso determinante en el surgimiento de dicho problema.” Por un lado vemos el impacto del desempleo juvenil y por otro , los efectos perversos de la privatización de la educación pública en el nivel medio superior y universitario. En tal sentido, una de las categorías sociales más vulnerables a los golpes de la crisis económica y a las políticas neoliberales, es la juventud. Una mirada al movimiento estudiantil

según las estadísticas habría a esta fechas cerca de 70 mil muertes derivadas de la llamada guerra contra el narcotráfico, es decir, la “guerra” o el “combate” del gobierno federal ya saliente de Felipe Calderón al crimen organizado. Es importante tener en cuenta esta realidad porque muchos jóvenes hoy, ante el grave problema del desempleo y subempleo se enganchan en las filas de los cárteles de narcotraficantes y por ende dentro de sus ejércitos de sicarios o

Dentro de la diversidad de los movimientos sociales aparece uno cuyas causas no siempre tiene que ver con cuestiones de naturaleza económica de manera inmediata sino política. La historia moderna de los movimientos juveniles en México, particularmente el caso de los movimientos estudiantiles, tiene una relación más estrecha con cuestiones políticas y, como veremos, en el más reciente, con cuestiones políticoelectorales. La historia del movimiento estudiantil venía dando muestras de su descontento en todo el país: 1961 en Puebla; 1961, 1963 y 1966 en Michoacán; 1966 en Nuevo León; 1967 Tamaulipas; y durante 1968, en Sonora, Chihuahua y Tabasco. Sin duda, el movimiento juvenil por antonomasia en las cinco últimas décadas es el movimiento estudiantil de 1968 en la ciudad de


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Las juventudes mexicanas Acerca del Movimiento “Yo soy 132” México. Es lugar común decir que dicho movimiento constituye un parteaguas en la historia nacional, lo cual es cierto, pero no se trata aquí de rememorarlo en extenso sino de señalar algunas similitudes con el actual movimiento estudiantil del “Yo soy 132”. Aquel movimiento, masacrado a sangre y fuego por el ejército un dos de octubre por el Estado bajo el régimen presidencial (1964–1970) de Gustavo Díaz Ordaz, cuya filiación política era el Partido Revolucionario Institucional (PRI), surgió no por demandas escolares de naturaleza universitaria, sino por reivindicaciones eminentemente políticas por derechos políticos ciudadanos relativos a la libertad de asociación y manifestación política, por la libertad de los presos políticos, contra las formas de represión y la anulación de cuerpos policiacos, etcétera. No obstante, por así decir, uno de los estertores del movimiento del 68 será un movimiento estudiantil en 1971, también brutalmente reprimido en esta ocasión por bandas paramilitares el 10 de junio, bajo las órdenes del entonces presidente Luis Echevarría Álvarez (PRI), cuyo periodo abarca de 1970 a 1976. “Después de la masacre ocurrida el 2 de octubre y del ascenso de Luis Echeverría al poder, el mensaje era claro, en el sentido de que el recurso del estado a la violencia podía ser ilimitado, y el autoritarismo la moneda de cambio; sin embargo, la legitimidaddel aparato gubernamental comenzó a ser seriamente cuestionada. “En el caso concreto del gobierno mexicano, la represión ha puesto de manifiesto su ineptitud para tratar con una oposición no domesticada, no controlada; ha sido para él más caro el principio de autoridad que la democracia”. Ello daría lugar, entre otras causas, de manera inmediata a la incorporación de decenas de jóvenes a los diversos movimientos guerrilleros surgidos en 1973, como la Liga Comunista 23 de Septiembre, la cual fue aniquilada por el gobierno durante el segundo lustro de esa década. En los años 60 y 70, en México actuaban más de 25 distintas organizaciones guerrilleras, entre cuyas filas militaban jóvenes muy

radicalizados políticamente y en gran medida influenciados por la Revolución Cubana, como sucedió en gran parte de la región latinoamericana. A la postre, en 1986-1987 y en 1999-2000 surgen movimientos estudiantiles en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuyas demandas básicamente son de naturaleza universitaria pero que ya están determinados políticamente por los intentos privatizadores del gobierno federal. Ambos movimientos se manifestarán en sendas huelgas generales universitarias que relativamente logran frenar el proceso de privatización. Por ejemplo, el pliego petitorio del Consejo General de Huelga (CGH) de 1999 consistía en: 1-Abrogación del Reglamento General de Pagos y anulación de todo tipo de cobros por inscripción, trámites, servicios, equipo y materiales; 2. Derogación de las reformas aprobadas por el Consejo Universitario en junio de 1997. Esto significa recuperar el pase automático, eliminar los nuevos límites de permanencia

a los estudiantes de la UNAM y respetar la elección de carrera dando prioridad al bachillerato de la UNAM; 3. Congreso democrático y resolutivo en el que toda la comunidad discuta y decida sobre los problemas que enfrenta nuestra universidad y

cuyas decisiones tengan carácter de mandato para toda la comunidad universitaria y sean acatadas por las autoridades; 4. Desmantelamiento del aparato represivo y de espionaje montado por las autoridades y anulación de todo tipo de actas y sanciones en contra de maestros estudiantes y trabajadores que participamos en el movimiento; 5. Corrimiento del calendario escolar tantos días como los días efectivos de clase suspendidos por el actual conflicto, con la correspondiente anulación de las clases extramuros; 6. Rompimiento total y definitivo de los vínculos de la UNAM con el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior A.C. (CENEVAL) y, en consecuencia, la anulación del examen único de ingreso al bachillerato de las universidades y escuelas públicas, así como del Examen Único de Egreso. (El sexto punto fue agregado el 3 de mayo de 1999 en Asamblea del CGH en el auditorio Ernesto "Che" Guevara); 7. Libertad de todos los presos políticos. (El séptimo punto fue agregado el 1 de febrero de 2000 al ser detenidos 228 estudiantes del CGH). Hay elementos comunes entre el movimiento del 1968 y este del 2012. A una distancia de 44 años las similitudes son todavía disparejas, pues debemos guardar las proporciones en tanto que el primero logra tener directa o indirectamente una trascendencia histórica en la vida política nacional y este segundo todavía no


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Las juventudes mexicanas Acerca del Movimiento “Yo soy 132” sabemos con certeza su verdadero impacto en las estructuras de poder político, especialmente después del primero de julio, cuando se realiza el proceso electoral presidencial, pero que, sin duda, dentro de esta coyuntura si tiene un peso significativo. Debemos mencionar, brevemente, que el 1 de enero de 1994, con el estallido de la insurrección indígena en el estado sureño de Chiapas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el país tendrá una verdadera sacudida política con efectos en la vida nacional. En el EZLN participan contingentes de jóvenes indígenas, pero la influencia de este movimiento armado en las organizaciones políticas en el país que se empiezan a generar alrededor del “despertar neozapatista” tendrá una gran cantidad decenas de miles de jóvenes simpatizantes por esta insurrección histórica que también constituye una parteaguas con la historia mexicana del pasado inmediato. Muchas organizaciones de izquierda, aunque muy débiles por su peso político, en su amplio espectro ideológico-político, están llenas de jóvenes radicalizados por las legítimas demandas del EZLN. Los jóvenes universitarios y la política En las elecciones del año 2000 hay un cambio de forma pero no de contenido en el poder político dominante. La larga dictadura priísta fenece ese año, pero hoy día el muerto que casi goza de cabal salud, amenaza con volver el primero de julio. En el 2000 el Partido de Acción Nacional ( PA N ) d e c o r t e d e r e c h i s t a confesional, derrota al PRI. El PAN mantuvo a lo largo de estos doce largos años la misma política neoliberal en todos los terrenos del intervencionismo estatal. Igual o peor de corrupto que su antecesor y encima con la

ilegitimidad de este último sexenio toda vez que el gobierno de Felipe Calderón resultó electo por un margen porcentual increíble, una diferencia de menos de uno por ciento, lo que da lugar a verdaderas sospechas de otro fraude mayúsculo y escan-

daloso realizado en julio del 2006. Calderón, el entonces candidato panista, se presenta en campaña electoral como “el presidente del empleo”, prometiendo demagógicamente millones de empleos. El fracaso de su política laboral ficticia está hoy a la vista con más de 25 millones de mexicanos en edad de trabajar que carecen de trabajo formal y se encuentran en las filas del ejército de desempleados, en su mayoría jóvenes. Esta situación de un futuro laboral totalmente incierto, especialmente para los profesionales recién egresados o para los estudiantes universitarios, constituye entre otros motivos una de las causas de un profundo malestar social expresado en una honda degradación social tamizada por la violencia. A ello debemos añadir un elemento común muy significativo por su importan-

cia del actual movimiento “Yo soy 132” con el del 68: la presencia ominosa del PRI en ambos casos. Amplios sectores populares urbanos y rurales están hartos del PRI y del PAN, incluido el Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero ante la ausencia de un partido que represente verdaderamente sus intereses, su opción es la de un populismo, de viejo corte nacionalista priísta, representado por Manuel Andrés López Obrador, candidato de una coalición. Para muchos ciudadanos, él representa el mejor o el menos peor de los candidatos, según se vea. Sin embargo, lo cierto es que dentro del hartazgo de un amplio sector poblacional el regreso del PRI sería lo peor que pudiera suceder en el escenario político nacional, en este caso representado por Enrique Peña Nieto. Con lo anterior, queremos decir que, al igual que en el año 68, el movimiento estudiantil se gesta a partir de condiciones políticas inmediatas, pero que en el caso actual es de político–electoral, que tienen un telón de fondo de naturaleza económica neoliberal. El movimiento “Yo soy 132” nace en una institución educativa superior privada, la Universidad Iberoamericana, jesuita, con motivo de la visita el 11 de mayo del candidato priísta Peña Nieto. Los estudiantes se muestran totalmente inconformes con este representante de un partido que históricamente ha sido nefasto para la mayoría del pueblo mexicano y deciden rechazarlo en pleno auditorio. Los motivos principales del rechazo a este candidato son básicamente tres: ser representante del PRI y, por ende Gortari; haber sido uno de los principales responsables de una brutal represión contra la comunidad de los habitantes del pueblo de San Salvador Atento, en el estado de México, pues Peña Nieto fue gobernador de esa entidad; y, el respaldo de los oligopolios de comunicación como Televisa y CanalAzteca. A partir del 11 de mayo, estalla una dinámica de protesta social en la ciudad de México que se va extender por las principales ciudades del país. En cada una de esta grandes ciudades nacen replicas del movimiento estudiantil y se realizan marchas al uní-


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Las juventudes mexicanas Acerca del Movimiento “Yo soy 132” sono con las de la ciudad de México o de manera independiente. Desde luego, este movimiento tiene como referencia histórica el del 68, pues los estudiantes de la Iberoamericana (la Ibero) habían participado dentro del Consejo Nacional de Huelga. Si bien en aquel entonces son los de la UNAM que inician el protagonismo opositor, ahora les corresponde a los de esta universidad privada iniciar una respuesta contestataria y movilizadora muy combativa, pero ello obedece a que Peña Nieto inicia su campaña electoral universitaria en esta institución particular, cuyos estudiantes en su mayoría son de extracción de clase media y media alta hacia arriba, pero con un grado de conciencia crítica elevado hacia el poder político dominante. El “Yo soy 132” significa que el PRI argumento que esos estudiantes eran acarreados y ajenos a la Ibero, pero ellos empezaron a mostrar por las redes que eran estudiantes regulares y mostraban su credencial; se contabilizaron 131 estudiantes que daban la cara con dignidad y valentía ante las amenazas de las huestes priístas. De ahí nace que el simpatizante de tal movimiento manifestara que él también es del movimiento y es el número 132. Está claro que este movimiento es una replica de los movimientos de los indignados del 15 de mayo español del año pasado, el M-15, pero también de los movimientos estudiantiles sudamericanos, especialmente del chileno contra el proceso de privatizador de la educación pública. Manuel Aguilar Mora, dirigente histórico de diversas organizaciones de la izquierda socialista y uno de los participantes del movimiento del 68, escribe lo siguiente: “El 11 de mayo sucedió un acontecimiento que ha repercutido en los planes de los amos de México por imponer en frío, sólo con los mecanismos oficiales del IFE y sin protestas callejeras, al priista Enrique Peña Nieto (EPN) como presidente de la República para el sexenio 2012-18. Aconteció lo único que podría amenazar lo que se ha veni-

do anunciando desde hace tiempo como algo inevitable, a saber, el regreso del PRI a Los Pinos en las elecciones presidenciales del 1° de julio próximo. Irrumpió intempestivamente en las calles la protesta masiva de sectores populares a un mes y medio antes de la cita electoral, protesta detonada ese día por los actos de repudio de los estudiantes de la Universidad Iberoamericana contra la visita a su campus de EPN. A partir de esa fecha la campaña electoral priista dejo

de ser un paseo por el parque del ungido de antemano por los poderes reales como el sucesor de Felipe Calderón, complicándoseles así la situación”. “Como ha sucedido frecuentemente en la historia de los movimientos contestatarios, y en México esto ha sido particularmente el caso, han sido los estudiantes universitarios quienes han iniciado la actual oleada de antipriismo que desde el norte en Baja California hasta el sur en Oaxaca se ha levantado en todo el país con evidentes consecuencias electorales”. “Tan era un potencial vivo y presente, una realidad tan sólo escondida con los delgados y corruptos velos de la operación de la reforma política electoral representada por el IFE, que pronto se expandió como pólvora a las demás universidades de la ciudad de

México y de otros estados y ha tenido consecuencias en la población en general que hoy sólo podemos atisbar en forma embrionaria”. Así, un mes después del estallido del detonador en la Iberoamericana, el 10 de junio, aniversario de la masacre estudiantil del jueves de Corpus de 1971, se presenció algo inédito en las juntas electorales: manifestaciones masivas, de decenas de miles, en especial en la ciudad de México, en contra de Peña Nieto, el candidato para la presidencia de la República apoyado por los sectores fundamentales de los amos de México. De este modo se les presenta a éstos una situación inédita en las jornadas electorales: que antes de ser electo el candidato escogido por un fundamental sector de los amos de México para ser presidente, Peña Nieto ya es impugnado y rechazado en las calles por decenas, centenas de miles de ciudadanos, especialmente jóvenes. “Estas acciones que hoy se multiplican en todo el país, por supuesto han cambiado ciertamente el panorama anunciado desde hace años por los conciliábulos políticos y los medios de comunicación, especialmente del duopolio televisivo (Televisa y TV Azteca), de una fácil, amplia y cómoda victoria del candidato Peña Nieto.” Al margen de la trascendencia que pueda tener el movimiento “Yo soy 132”, su aportación actual es muy valiosa, pues contribuye a un proceso democratizador imprescindible en el México actual. Muchos jóvenes están en pie de lucha por la transformación del país y eso es lo importante para un futuro esperanzador.


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Rosario Galarza sale al encuentro de Marcelo Ruiz, rector de la Universidad Nacional de Rio Cuarto. Hombre cálido, de firmes convicciones y cultura democrática, embarcado con otros en una esperanzadora propuesta programática: “Corriente Nueva Universidad”, afirma: “El aprendizaje más fuerte lo hice y lo sigo haciendo con mis compañeros y compañeras de militancia, con los que ya no están, con los nuevos, con los que vendrán. Apuesta, proyecto y emancipación se aprenden de ese modo, colectivamente”. Dinora Gebennini: Relata la experiencia de la Escuela de Capacitación Sociopolítica de Género, dirigida a mujeres de sectores populares que carecen de requisitos formales para acceder al grado académico. Habla de su propuesta actual y futura. Beatriz Cajias, en su columna habitual Abriendo Sendas propone una mirada a esos ejemplos innovadores, alternativos, revitalizadores de la Educación Latinoamericana que fueron las Universidades Populares. Recordar para recuperar su legado.


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Rosario Galarza

Por una Nueva Universidad

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G: -¿Cuál es tu mirada sobre el Sistema Universitario Argentino actual? MR: -Defiendo y valoro el espacio público y, en particular, el sistema de educación pública en Argentina, siempre partiendo de definir a la educación como un derecho. No obstante es importante sostener miradas críticas, que son siempre también auto-críticas, en particular sobre nuestro sistema de educación superior y el sub-sistema universitario. Quisiera contextualizar correctamente lo que entiendo por “crítica”. La mercantilización de la educación superior es un proyecto y una realidad que se inició hace ya bastante tiempo, con carácter global, planetario, inscripto en las nuevas dinámicas de la mundialización capitalista a partir de los finales de los 70 e inicios de los 80. Es en los años 90 del gobierno menemista que la ideología mercantil, en su versión conservadora lanzan, como sostiene Paviglianiti, una crítica radical al Estado de Bienestar. Se le acusa a este tipo de Estado de ser ineficiente y de obstaculizar el libre mercado. El Estado es reconfigurado; se pasa así a un tipo de Estado subsidiario, que sería el garante de que las relaciones de mercado no sean obstaculizadas. En particular en educación, el conservadurismo plantea que el sistema

Marcelo Ruiz, rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto, es un hombre que transita la senda - entre otras- trazada por Antonio Gramsci, con lúcidos mojones: Teoría y praxis, lucha por la Hegemonía, Intelectual Orgánico del pueblo. Teoría y Praxis. “El aprendizaje más fuerte lo hice y lo sigo haciendo con mis compañeros y compañeras de militancia, con los que ya no están, con los nuevos, con los que vendrán.Apuesta, proyecto y emancipación se aprenden de ese modo, colectivamente”, elucubra Marcelo Lucha por la Hegemonía. Diría que soy parte de la generación de los hijos de desaparecidos y perseguidos por la última dictadura militar. Esta es una huella doble, porque nacimos con la necesidad de saber lo que ocurrió, de pedir justicia y, al mismo tiempo, de recuperar el potencial transformador que aquella generación tuvo. Hay un texto de Romero, que se llama el “Culturicidio. Historia de la Educación Argentina” donde muestra cómo las dictaduras en Argentina instalaron el miedo como experiencia no sólo individual sino también social, como instancia de disciplinamiento social, y al mismo tiempo provocaron una profunda devastación cultural, reconstruyendo con eficacia la hegemonía del bloque dominante. Es importante tener memoria, no sólo corta sino larga memoria acerca de los procesos históricos y sociales para poder comprender el hoy en nuestro país. Sólo es posible comprender la fuerza con la que irrumpe el neoliberalismo en los 80 y 90 en toda la región latinoamericana y, en particular, en nuestro país, a partir de la eficacia simbólica y material que el bloque hegemónico desplegó contra la clase trabajadora y los sectores populares en general”, afirma Marcelo Ruiz. Forjando al intelectual orgánico. Hombre de variadas inquietudes: lógica, matemática, filosofía, genética, literatura, ciencias sociales. En una institución de rígidas estructuras verticales como es la Universidad, cuyas prácticas posibilitaron que se hable de “la palabra autorizada”, Marcelo Ruiz se esfuerza por darle vigencia a la democracia dándole carácter colectivo a la toma de decisiones. Es que el árbol nació en tierra fecunda y fue regado con amor. “Mi madre, que es maestra de música, siempre nos proveía de libros, de las clásicas enciclopedias y también de textos de literatura. El libro refugio y el libro fantasía, juego, imaginación, así te definiría la relación con la lectura. La relación entre literatura, ensayo y política se fue gestando así”, suele recordar el actual Rector. de educación pública por sus características burocráticas también atenta contra las “libertades mercantiles” y por lo tanto se va a desfinanciar a las instituciones públicas y a financiar desde el propio estado a las instituciones privadas, para garantizar la competitividad como reaseguro de la calidad. Paviglianiti identifica tres corrientes del neoconservadurismo: una de ellas sostiene que lo ideal es que los subsidios vayan a las familias o a los individuos y no a las instituciones, otra que el sistema educativo público debe estar destinado a garantizar un piso mínimo reservado sólo a los que no pueden acceder a la enseñanza privada y, la tercera corriente es partidaria de que el sistema

público tiene que ser concebido como sistema de asistencia social directo en tanto sirve para estimular la competencia con el sector privado, y que el sistema público para que no se burocratice debe guiarse por criterios meritocráticos y de alta competencia individual. Hay un artículo muy lúcido de Fernanda Juarros y Judith Naidorf del 2007 que se llama “Modelos Universitarios en Pugna” donde ellas citan dos documentos del Banco Mundial (“think tank” del neoliberalismo) de los años 1995 y 1999. ¿Qué recomienda el Banco Mundial para la


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Por una Nueva Universidad Educación Superior? alentar la diferenciación de las instituciones, incluido el desarrollo de instituciones privadas; incentivar a las instituciones públicas para que alcancen alta diversificación de sus fuentes de financiamiento; redefinir la función del gobierno en la enseñanza superior y adoptar políticas orientadas a otorgar prioridad a los objetivos de calidad y equidad. En los 90 junto a la reducción de los presupuestos para las universidades aparece algo que fue mucho más efectivo y que se dio en el campo simbólico y que va a operar en el campo de la subjetividad, transformando el campo académico (en el sentido que lo piensa Bourdieu). ¿A qué eficacia simbólica me refiero? Pensemos en la tríada eficienciacalidad-excelencia relacionada a la cuarta de las políticas enunciadas por el Banco Mundial que planteé antes, vinculada además a la insistencia en la relación universidad-empresa. Esta tríada concibe a la educación y a la producción de conocimientos como producto, introduce en los procesos evaluativos una métrica (rankings entre universidades, medición de la productividad, etc.) que reduce los procesos cualitativos a indicadores susceptibles de dar cuenta de los “logros de objetivos” e instala la competitividad y el individualismo como reaseguro de la calidad. Es decir, si bien la educación en Argentina, a diferencia de Chile, no se privatizó (estoy convencido que se debió a la resistencia tanto de los trabajadores de la educación como del movimiento estudiantil) pero sin embargo logró instalar, en las universidades, una lógica de las relaciones entre sujetos y con el proceso de construcción de conocimiento de corte

empresarial. En un plano más estructural, Atilio Borón sostiene en su texto acerca de las “Libertades Académicas en tiempos neoliberales. Una mirada desde América Latina” que: Las universidades de América Latina enfrentan hoy desafíos sin precedentes. Éstos derivan de un conjunto de grandes cambios que, en las últimas dos décadas, sacudieron a las universidades hasta sus cimientos. Dichos cambios se relacionan tanto con las grandes transformaciones ocu-

rridas en el ambiente de “extramuros” que rodea a las universidades, cuanto con los cambios que acaecieron en sus estructuras internas, su organización y sus pautas de funcionamiento. En el frente externo, las universidades se han visto ante el desafío planteado por la ola de las denominadas “reformas pro-mercado” que reconfiguraron, en términos social y económicamente regresivos, la estructura misma de las sociedades latinoamericanas. Adicionalmente, otro desafío formidable se origina en el lento pero sostenido progreso del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS, por sus siglas en inglés), el cual le otorgaría rango constitucional a la ya bastante irreversible mercantilización de la educación superior. El control formal que asegurase el puntual cumplimiento de esta nueva normativa recaería nada menos que sobre la Organización Mundial del Comercio. No obstante, aquél también sería ejercido -si bien de modo informal pero no por ello menos eficaz- por las grandes universidades de los países desarrollados y las gran-

des corporaciones que, tal como se observa en América Latina, trafican con la educación presentándose a sí mismas como si fuesen universidades. Por otra parte, a nivel interno las universidades de la región tuvieron que responder a los rápidos y radicales cambios experimentados en el ambiente externo y a las grandes transformaciones que ocurrieron en la ciencia y la tecnología durante la tercera revolución industrial desatada en la segunda mitad del siglo XX. Es claro que la etapa en la Argentina de hoy y de América Latina no es la misma que aquella de los 90, que los debates políticos son otros y, que el neoliberalismo ha sufrido un importante revés. La recuperación organizacional y de conciencia del campo popular vuelve a reinstalar la necesidad de la liberación de América Latina como un único camino para alcanzar la justicia social y ambiental (jaqueada por las políticas imperiales en acuerdo con las oligarquías locales) ampliando los horizontes de la política. Sin embargo estos debates a los que aludo entran con poca fuerza en las instituciones universitarias y en parte se debe a estos cambios profundos que describe Atilio Borón. Creo junto a Juarros y Naidorf que siguen conviviendo en nuestras instituciones dos modelos en pugna, uno asociado a la propuesta neoliberal regido por políticas meritocráticas y tecnocráticas y otro que estaría en las antípodas, el que propugna la democratización de la educación superior. Si te hice esa larga introducción referida a la eficacia simbólica del neoliberalismo fue para mostrar que todavía quedan huellas profundas y no reconocerlas es escapar al problema de fondo. Hay que trabajar fuertemente para democratizar, desmercantilizar y desconolonizar como dice Boaventura de Sousa como modo de enfrentar la propuesta mundial de mercantilización de la Educación Superior, para no volver a la etapa anterior de los 90 y construir alternativas. Hay nuevas experiencias y políticas que desde diferentes espacios institucionales como así también desde las organizaciones


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Por una Nueva Universidad tanto de trabajadores como de estudiantes y desde los movimientos sociales (en sentido amplio) van delineando propuestas que alientan esta perspectiva de democratización, entendiéndola como una universidad comprometida con la democratización social. SG: -¿Cuáles crees que son los motivos por los que no hay voluntad política ni contundente reacción por parte de los actores universitarios, tendientes a discutir abiertamente la problemática en torno a la LES y su derogación o reforma? MR: -Porque esa tensión entre los dos modelos aparece con poca visibilidad y obtura la necesidad de cambios jurídicos. Actualmente ha habido recambios en la conducción política de la Secretaría de Políticas Universitarias, esperamos que se aliente decididamente desde allí la sanción de una nueva Ley. Así como la conjunción entre las luchas históricas de las organizaciones y la voluntad política del gobierno nacional han logrado una política de estado de condena a los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura militar, la ley de medios que tiene un potencial democratizador de la comunicación muy fuerte (y que en las universidades está permitiendo cambiar las políticas comunicacionales), la ley de identidad de género y matrimonio igualitario que implica una importante ampliación de los derechos en el país, etc.; sin embargo está faltando dar este paso del replanteo de los marcos jurídicos que provoque la derogación de la ley del menemismo en educación superior y la sanción de una nueva ley. Ahora bien, el problema más de fondo está centrado en el cambio cultural necesario para poder plantear una nueva universidad, con

dirección popular, democrática, emancipadora. Implica nuevos marcos políticos y profundización de políticas en direcciones opuestas a aquellas meritocráticas y tecnocráticas a las que hacía alusión antes. Cuando hablamos de universidad popular, democrática y emancipadora hacemos alusión a categorías amplias que deben traducirse en políticas específicas. Sería extenso exponer un programa integral en esta entrevista. Voy a mencionar algunos ejemplos: UNO:La eliminación de todo tipo de precarización laboral existente en las universidades. Se está discutiendo en

este momento el convenio colectivo de trabajo para los trabajadores docentes, deberíamos aprobarlo en el CIN rápidamente. Para algunos sectores de poder en las universidades se habla de “academia” y de “derechos laborales” como si fueran problemáticas escindidas, peor aún, para algunos de estos grupos hablar de estabilidad en los cargos es hablar de debilitamiento académico o de violación de la autonomía, ¡es increíble! DOS: Replantear los criterios y las políticas de evaluación que hoy moldean la tarea docente y que sigue estando regida por la evaluación del currículum individual. Esta es una decisión de los ámbitos nacionales y también de las propias conducciones universitarias. De este modo tendríamos una fuerte revalorización de la vinculación comunitaria con las organizaciones sociales del campo popular, no planteada como "extensión" sino como un diálogo real con las organizaciones, dando cuenta de las necesidades que plantean. Implicaría también otorgar un lugar de centralidad en las propias políticas universitarias a la relación universidad-institutos de

formación docente-escuela media para plantearnos de conjunto problemas tan importantes como son la formación docente, el fortalecimiento de la educación en las escuelas públicas del nivel medio, avanzar en propuestas de resolución de la exclusión socio-educativa, etc. TRES: Igualar derechos entre los trabajadores de la educación de los Institutos de Educación Superior No Universitarios y de las universidades, por ejemplo el acceso universal de los trabajadores de los Institutos a la formación de posgrado de las universidades. CUATRO: Revisar nuestras concepciones de ciencia y tecnología; ¿qué tipo de ciencia enseñamos? ¿Para qué y para quienes? ¿Con qué sentidos? Este es un tema central, porque hace también a la profundización de una dirección política que ponga la ciencia y la tecnología a favor de la resolución de las necesidades de las mayorías populares, que fortalezca la investigación y la producción tecnológica para superar la dependencia de América Latina respecto de los países centrales, tal como se sostiene en los principios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). En estos planteos no estoy haciendo chauvinismo ni dicotomizando ciencia básica-ciencia aplicada. Ya Varsavsky lo planteaba con claridad meridiana en los 70 y hoy existe una importante red de científicos (trabajadores de las universidades y de institutos estatales) que avanza en propuestas en estas mismas direcciones. CINCO: Internacionalización de las relaciones entre universidades con un carácter latinoamericano. ¿Qué significa esto? Darle prioridad a las relaciones entre universi-


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Por una Nueva Universidad dades “públicas” de América Latina en el marco de los principios y las políticas tanto de la la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de NuestraAmérica (ALBA). SG:-Hay una idea instalada y homogeneizadora que afirma la realización de la “universalización” del sistema universitario en la Argentina merced a la creación de nuevas universidades, la masificación del sistema, la obligatoriedad de la escuela media, entre otros argumentos. Por otro lado, hay sectores que parados desde una perspectiva crítica señalan la trama neoliberal subyacente en la educación universitaria, la que entienden, mantiene su espíritu privatizador traducido en el concepto: “bien social global”, portador de una inclusión – excluyente. ¿Qué reflexiones te provocan estas posturas? MR: -Sin duda que muchas de las nuevas universidades han permitido el ingreso de sectores de la población que por primera vez pueden asistir a las universidades. Al mismo tiempo hay una preocupación generalizada por el problema de la deserción en los ámbitos universitarios, y se plantean un conjunto de dispositivos para poder resolverlos. Aquí marcaría dos cuestiones importantes. Que la educación por sí misma no resuelve la estructura de desigualdad social, esta idea falaz corresponde a la Teoría del Capital Humano; teoría que parte del supuesto de que la educación tiene la responsabilidad de formar recursos humanos y de garantizar el acceso de estos recursos al sistema de empleo. ¿Por qué digo falaz? Porque omite decir que en la dinámica capitalista los procesos de inclusión-exclusión

se producen en la esfera económica, en los procesos de reproducción del capital que está signado por el reaseguro de la tasa de ganancia. No es cierto que el nivel de calificación sea el garante de la fuente laboral. Recomiendo por un lado la lectura de un texto ya clásico de Bowles-Gintis que se llama la “Instrucción escolar en la América Capitalista” que tiene un marcado tinte reproduccionista de la educación, pero no obstante es muy claro en la relación entre escuela, capital y trabajo; y también el artículo de Adrián Valencia titulado “La reestructuración del mundo del trabajo, super-explotación y nuevos paradigmas de la organización del trabajo” donde demues-

tra la falacia del concepto de sociedad del conocimiento. Llama la atención cómo en algunos discursos pretendidamente progresistas todavía se siga utilizando este concepto, que no sabes si se lo utiliza de manera ingenua o cómplice o bien por un desconocimiento absoluto de lo que se está hablando. Volviendo al primer tema, para hablar de inclusión en un sentido genuino necesitamos: UNO: resolver las desigualdades estructurales del sistema educativo argentino, que si bien se han hecho avances en los últimos años, todavía resta bastante. Las situaciones según provincias son heterogéneas y muy desiguales. DOS:- cambiar la estructura de desigualdad, generando una apropiación de la renta nacional por parte de las mayorías populares, único reaseguro de la justicia social. Esto supone fortalecer las organizaciones del campo popular de tal modo que tengamos capacidad para cam-

biar la estructura de distribución de la riqueza en Argentina y en América Latina en general; sin ellas, sin dichas organizaciones termina conduciendo la presión ejercida por las corporaciones. SG: -Se ha hablado mucho de la articulación entre Escuela Media y Universidad, asimismo, se buscan estrategias para evitar el fracaso de los estudiantes universitarios. ¿La Universidad debe suplir a la Escuela Media? ¿Cómo enfrenta la UNRC esta problemática? MR: -La universidad no puede suplir a la escuela media, debe trabajar sistemática y orgánicamente con la escuela media. Hay una autocrítica que nos hacemos como universidad ya que se intenta resolver por sí sola la problemática de la deserción en el ingreso y permanencia de los estudiantes en las universidades (no digo que no haya que hacerlo, por el contrario hay que trabajar sobre este problema) y se le suele endilgar a la educación media la responsabilidad por la baja “calidad educativa”. Este último discurso es absolutamente irresponsable ya que se desentiende de la responsabilidad de pensarnos como sistema educativo y no como una parte, y en segunda lugar asume una posición de universidad como “faro de la cultura”. Es decir, “seríamos nosotros universitarios que tenemos que decirles a los docentes de la escuela media qué enseñar”. Por supuesto que no acordamos con esta perspectiva. Hoy desde nuestra universidad hemos generado diferentes líneas de acción: UNA: Sostenimiento de los procesos de seguimiento sobre el proceso educativo con los estudiantes, en particular con los que ingresan, también con los que permanecen y también con aquellos que abandonan, para poder comprender los porqué de esa decisión. No obstante tenemos que fortalecer y mucho dichos procesos, considerándolos como política universitaria integral que involucre al conjunto de las Facultades y sus respectivos Departamentos en conjunto con la Secretaría Académica. Estas acciones se dan también en un actual replanteo profundo de las políticas de ingreso, que ha


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Por una Nueva Universidad involucrado la participación tanto de las Facultades como de las organizaciones estudiantiles (Federación Universitaria y Centros de Estudiantes) y el propio Consejo Superior. DOS: Revalorización de la enseñanza de grado, a través de diferentes instancias de encuentros de reflexión e investigación. Por ejemplo las “Jornadas de Intercambio y Discusión de Proyectos de Innovación e Investigación para el Mejoramiento de la Enseñanza de Grado”. Nuestro Consejo Superior ha declarado hace días de alto interés institucional al Taller “Reconocimiento de la Docencia Universitaria” que es un espacio generado para debatir e investigar entre docentes y estudiantes acerca de la práctica docente como una categoría compleja, que involucra no sólo el campo disciplinar específico, sino también lo didáctico-pedagógico y su necesaria dimensión política. TRES: Generación de líneas de investigación sobre la problemática educativa en equipos conjuntos entre docentes de los Institutos de Formación Docente y de la Universidad. Hace a una visión estratégica de vinculación entre los dos subsistemas de la educación superior. CUATRO: Revalorización de los profesorados tanto de los Institutos como de nuestra propia universidad, con políticas concretas de vinculación, nuevamente entre los dos subsistemas de la educación superior y con la escuela media. Actualmente estamos elaborando un primer borrador acerca de estas políticas de conjunto entre la Secretaría Académica de las dos Facultades que agrupan a los profesorados de nuestra universidad y con el Ministerio de Educación de la Provincia para ser presentado ante la Secretaría de Políticas Universitarias y el Ministerio de Educación de la Nación. Es importante que podamos aumentar las matrículas en nuestros (universitarios y de institutos) profesorados porque hay demandas de más profesores desde las instituciones del nivel medio, replantearnos la formación pensando que junto a lo disciplinar específico (matemáticas, lengua, geografía, etc.) se debe conju-

gar la formación didáctica y reconociendo también la importancia de la formación socio-política de tal modo de poder comprender los contextos en los que se enseña. No da lo mismo enseñar en una escuela pública donde acceden sectores medios que enseñar en una escuela rural o en una escuela de un barrio de sectores sociales en situaciones de vulnerabilidad económica y social. SG: -La Plataforma propuesta y que

los llevó a la conducción de la UNRC postula una “Universidad Nueva”. ¿Podrías sintetizarnos los rasgos característicos de la misma? ¿Cuáles de éstos han podido insinuarse y comenzar a materializarse y cuáles se presentan cómo más esquivos a lograrse –aunque no imposibles-? MR: -Es dificultoso darte respuesta en tan pocas líneas. Hace unos días hemos puesto en la web de nuestra universidad un balance de lo hecho y las prospectivas con todo detalle, vinculando los principios, con las políticas y con las líneas de acción; podes acceder a los textos en la dirección http://www.unrc.edu.ar/unrc/ balancegestion.php. Pero para darte una respuesta la voy a hacer si vos quieres en términos más generales, tal vez rozando la metáfora, con dos consideraciones: La primera: vos sabes que nuestra universidad ha generado el “Ciclo de Encuentros De-Coloniales” y que este año realizamos el segundo encuentro que contó con la presencia de militantes de organizaciones sociales y del campo académico (no disocio la producción intelectual de un ámbito y otro, sino lo contrario, pienso que

no hay salida a la crisis profunda que ha marcado a la universidad la mercantilización neoliberal mundial si la universidad y los movimientos sociales no forman parte del mismo horizonte de construcción). Una de las personas que asistió, que forma parte tanto de la universidad como de los movimientos sociales es el profesor Boaventura de Sousa Santos. En la última colación del 17 de agosto, en el mensaje a nuestros queridos egresados, de los cuales nos sentimos muy orgullosos en cada uno de estos actos, hice alusión a esta intervención de Boaventura. Recordaba que el inició de este segundo encuentro se da con la conferencia que Boaventura nos propuso y que llevaba por título ¿Por qué es necesario una epistemología, es decir una teoría del conocimiento (y un conocimiento) desde el Sur? Es decir, se preguntaba acerca de la necesidad de reafirmar un posicionamiento de independencia, desde nosotros, desde el Sur, desde los pueblos oprimidos en la larga historia de la colonización. Y él nos decía que “Quizás la respuesta a esta pregunta se resuma en el proverbio africano que dice que la historia de África ha sido contada siempre por el cazador y que será muy distinta cuando pueda ser contada por el leopardo, o sea, por la víctima del cazador. Las epistemologías del sur son un intento para que podamos pensar otra historia a partir del leopardo, desde la perspectiva de los que han sufrido sistemáticamente las injusticias del capitalismo, del colonialismo, del patriarcado...”. Esperamos que desde la universidad pública estemos contribuyendo


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Por una Nueva Universidad al fortalecimiento de la historia contada por el leopardo. Esta es una primera síntesis de lo que consideramos debe ser la nueva universidad. En segundo lugar creo que la universidad debe alejarse de los siete prejuicios de la Educación Superior que enuncia Pablo González Casanova que son: 1) La educación superior debe ser para una élite y no para las masas; 2) La educación superior disminuye la calidad conforme se imparte a un mayor número de gente; 3) Sólo una proporción mínima es apta para la educación superior (digamos el .01 o el 1%, etc.); 4) Para la educación superior se debe seleccionar a los más aptos; 5) No se debe proporcionar educación superior más allá de las posibilidades de empleo; 6) El estado ya está gastando demasiado en educación superior. La educación superior no debe ser gratuita o semi-gratuita. La deben pagar los padres de los estudiantes y a los pobres “aptos” se les darán becas, y; 7) No se debe querer que todos sean profesionistas. Sería horrible un mundo en el que no hubiera obreros. Esta enunciación constituye una brillante síntesis de la vieja universidad. La nueva debe desmontar estos prejuicios y anunciar alternativas. SG: -Temas como el Medio ambiente, Libertad Sindical, DD HH, Pensamiento emancipador han sido abordados desde el inicio de tu gestión con una preocupación central, que si no supiéramos de la complejidad de la trama universitaria, afirmaríamos casi excluyentes o al menos distintivos. Ejemplo: apoyo a investigadores para detectar y prevenir los efectos de los agroquímicos en la salud humana; reconocimiento de los delegados deATE (Asociación Trabajadores del Estado) en la UNRC; aceptación, a solicitud de

la familia, de resguardar los restos del estudiante de medicina veterinaria de la UNRC José Santiago “Pocho” Amato, detenido-desaparecido en 1976; Ciclos de encuentros “Espacios Des-coloniales” entre otras acciones. ¿Cómo crees deben incidir estos temas en la investigación y docencia de la UNRC, en la vida universitaria en general y en la relación Universidad / Sociedad? MR: -Así ha sido; ahora bien, el desafío es que no queden en acciones de la conducción o declaraciones de los órganos colegiados, que ya en sí mismas son importantes, sino que además debieran traducirse

efectivamente en líneas institucionales de investigación, en contenidos y debates que formen parte de la formación tanto de los estudiantes como de los trabajadores y que se construya un diálogo fecundo entre universidad y movimientos sociales y organizaciones del campo popular. SG: -Ante esta propuesta programática que aparece con “frescura” en nuestro entorno universitario nacional -me hago cargo del concepto polisémico que escojo para introducir la pregunta- ¿cómo hacer para formar profesionales de cara a la necesidad de un nuevo paradigma metabólico social? MR: -La clave está en la reconstrucción del movimiento popular, en hacer visible su

existencia en tanto sujeto portador de las transformaciones. Es una tarea que la universidad debe asumir pero acompañando a dicho movimiento, caso contrario sería caer en una pedantería intelectual. No significa quedar a la “espera”, en todo lo que me has preguntado antes he indicado tareas para transitar desde la universidad caminos que aporten al fortalecimiento del sujeto de cambio. SG: -¿Qué consecuencias se derivan de esta nueva mirada en el planeamiento curricular y cuáles son los sujetos que tienen derecho a intervenir en este asunto? MR: -La formación desde una perspectiva crítica, crítica de este mundo desigual es una tarea permanente a ser ejercida. Constituye tanto una vigilancia epistemológica como política. ¿Quiénes son los sujetos? Los trabajadores de las universidades y sus organizaciones, el movimiento estudiantil y los movimientos sociales (en sentido amplio, las organizaciones del campo popular). Creo que la principal consecuencia de estas acciones debiera ser una repolitización del escenario educativo, entendiendo por política como diría Badiou “la pasión de lo imposible”. El dice, en el texto “Compendio de Metapolítica” que sólo cuando se plantea lo imposible es que la acción verdadera comienza. ¿De qué se trata el imposible de cualquier situación? De asumir la máxima igualitaria. Si el principio de la igualdad es lo imposible, la política no tiene otro fin que volverlo posible. Para ello hay que accionar localmente desde una perspectiva de “solidaridad global”, como lo indica el nombre de la revista que ustedes editan.


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Dinora Gebennini

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L

a Escuela de Capacitación Sociopolítica de Género apunta a dar respuesta a esa necesidad, y tiene la singularidad de integrar desde la perspectiva de género diversos enfoques teóricos, así como incorporar abordajes metodológicos de educación popular que implican modalidades de enseñanza - aprendizaje participativas. Se propone una capacitación dirigida a mujeres de sectores populares, entendiendo este término en su más amplia acepción, que carecen de los requisitos formales para acceder a la formación académica. Se trata de una capacitación sistemática de largo aliento referida a cuestiones de género y promoción de la equidad social, dentro de un contexto explicativo que abarca la realidad nacional y latinoamericana y las alternativas a los problemas relevantes que enfrenta el mundo contemporáneo. Enfoque teórico Éste comprende los siguientes aspectos: Perspectiva feminista, Enfoque nacional y latinoamericano yAbordaje intercultural. A-La Perspectiva feminista implica: 1- Análisis del marco conceptual feminista y de estudios de género; 2- Reconocimiento de la historia de los feminismos latinoamericanos; 3-Recuperación de la

“El movimiento por los derechos humanos de las mujeres se ha consolidado en nuestro país con distintas corrientes, perspectivas y propuestas de acción. La masiva participación de mujeres de sectores populares en los Encuentros Nacionales de Mujeres y en organizaciones feministas ha posibilitado un fortalecimiento personal y grupal, la formación de redes y ha generado una demanda de conocimiento y capacitación. Pero las experiencias puntuales no permiten un trabajo a largo plazo ni el seguimiento del proceso de enseñanza - aprendizaje. Aunque hay un notorio avance de la investigación académica sobre la temática de género y, múltiples experiencias de capacitación a nivel de posgrado, la exigencia de titulación universitaria deja fuera de estas propuestas a amplios sectores de mujeres líderes sociales”.


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Escuela Sociopolítica de Género una experiencia educativa singular historia de las mujeres; 4- Incentivación de vínculos solidarios y asociativos que permitan promover redes sociales. B- El Enfoque nacional y latinoamericano supone: 1-Conocimiento de la historia social, económica y política de nuestro país y del continente, por la democracia y justicia social; 2Análisis de actoras/es sociales y políticas/os y memoria de sus l u c h a s ; 3 Antagonismos sociales, estado, participación popular y derechos humanos; 4Intelectuales y artistas latinoamericanas/os y proyectos de cambio; 5-Derechos humanos de las mujeres y los pueblos indígenas. Derechos civiles y políticos, derechos sociales, económicos y culturales. C- Abordaje intercultural: 1Reconocimiento del abanico cultural existente en nuestro país, en especial en lo referido a las manifestaciones étnicas; 2Conocimiento de los aportes producidos por la diversidad de actores sociales contemporáneos (según la clase, identidad sexual, edad, etc.); 3-Impulso del diálogo intercultural. Enfoque metodológico El enfoque metodológico plantea la integración de la educación popular y la perspectiva holística.

A-La inclusión de los planteamientos de educación popular comprende: 1-La construcción social del conocimiento, recogiendo todos los saberes de las participantes; 2-La articulación de la dimensión teórica con la práctica social; 3-Implementación de una metodología de enseñanza aprendi-

zaje que integre herramientas facilitadoras como técnicas grupales, talleres, grupos de reflexión, expresiones artísticas, etc. B-La incorporación del enfoque holístico intenta: 1-Propiciar el cambio de conciencia personal y social a partir del autoconocimiento, la reflexión y la práctica; 2Profundizar en el reconocimiento de la dimensión ética de los derechos humanos; 3-Trabajar el significado de la equidad social y de género.

Un breve resumen de la experiencia La Escuela Sociopolítica de Género, se inició con una etapa preparatoria que contó con el apoyo de Unifem (hoy Onu Mujeres). Comenzó a funcionar en el mes de octubre del año 2009. Cuenta con el aval de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires quien otorga los certificados y funciona en la sede Barracas del Ciclo Básico Común de la UBA, de acuerdo al convenio firmado con sus autoridades. La carrera tiene dos años de duración divididos en cuatro cuatrimestres y fue hasta el momento de modalidad exclusivamente presencial, con clases semanales y seminarios obligatorios. Las materias del primer año fueron Memoria de los pueblos originarios de América y Feminismos 1, Historia social de América latina y el Caribe y Feminismos 2. En el 2do Año se cursaron las materias Historia Social Argentina y Movimientos de mujeres y Feminismos latinoamericanos y caribeños. Asimismo se realizaron seminarios sobre Familia, Violencia, Presupuestos sensibles al género, Trabajo, Políticas públicas y Derechos Humanos. La primera promoción de egresadas culminó sus exámenes en el mes de marzo de 2012, habiéndosele otorgado el certificado de “Especialización Técnica en promoción sociopolítica de género”. La Escuela juntó el saber de muchas feministas académicas de larga trayectoria y compromiso y la convocatoria inicial despertó el interés de mujeres de diversas pro-


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Escuela Sociopolítica de Género una experiencia educativa singular cedencias y profesiones. La Directora Académica de la Escuela es la reconocida socióloga e historiadora, Dra. Dora Barrancos, quien preside el Consejo Académico, integrado por Mabel Burin, Eva Giberti, Diana Maffía, Irene Meler, Nelly Minyersky y Mónica Tarducci. El Consejo Directivo de esta primera etapa estuvo integrado por la Directora de la Escuela, Dinora Gebennini, Susana Gamba, Mabel Gabarra, Nina Brugo y Ana Gonzalez, quienes forman parte del Consejo Asesor presidido por Blanca Ibarlucia y compuesto por Dolores F e n o y, M o n i q u e Altschul, Olga Hammar, María Elena Naddeo, María Luisa Storani, Cecilia Lipzcyc y Cristina Zurutuza, entre muchas otras personas comprometidas con los derechos de las mujeres.

vieran facilitado su acceso a la Escuela a partir de la incorporación de nuevos conocimientos o de la recuperación y actualización de conocimientos relegados. Se cumplieron con las cursadas semanales en una primera etapa y quincenales posteriormente durante dos años. También se han organizado Seminarios con invitadas externas: Seminario sobre DHH y Violencia contra las mujeres y Políticas Públicas sensibles al Género con la participación de 150 personas. La evaluación tanto del alum-

Las acciones de la Escuela Con el apoyo técnico y financiero de ONU Mujeres se desarrolló el proyecto “Iniciación y Consolidación de la Escuela Sociopolítica de Género” ejecutado entre los años 2009 y 2010, el cual estuvo dirigido al armado de la etapa inicial de la misma. La Jornada inaugural se realizó en el Colegio Nacional Buenos Aires dependiente de la Universidad Nacional de Buenos Aires- con la participación de más de 350 personas. Se presentaron en ella los objetivos y características de la misma, así como los consejos directivo, académico y asesor. Participaron en los paneles destacadas referentes del feminismo y movimiento de mujeres de Bolivia, Paraguay y Brasil y se plantearon las prioridades y desafíos de los movimientos enAmérica Latina en especial lo referido a Género, participación, gobernabilidad y políticas públicas. Se realizó un curso introductorio de contenidos orientadores básicos para que las alumnas

nado como del cuerpo docente de estas actividades fue altamente positiva y superó las expectativas previstas. Se editaron l500 cuadernillos con los contenidos de los Seminarios mencionados. Con el apoyo técnico y financiero de ONU Mujeres se desarrolló el seminario “Promoción de Presupuestos Sensibles al Género”, implementado en 2010 y 2011, que apuntaba a la formación de mujeres líderes en temas de economía y género, y brindarles herramientas para impulsar Pre-

supuestos Sensibles al Género. Culminó la primera promoción de alumnas con un Acto en el Salón Auditorio de la Cancillería Argentina, donde 64 alumnas recibieron su certificado de “Especialización Técnica en Promoción sociopolítica de Género”. Principales Resultados Hay que destacar que la participación y el compromiso demostrado por las alumnas afirman que la propuesta fue adecuada a las expectativas de amplios sectores del movimiento de mujeres; en especial de los sectores populares que desean ampliar sus conocimientos en el marco de la lucha por sus derechos. La complejidad del emprendimiento de la Escuela implicó la creación de un espacio permanent e d e f o r m ación/capacitación que involucra la acción de múltiples actoras/es durante un tiempo prolongado. El mismo requirió procesos de elaboración que abarcan variadas dimensiones: aspectos pedagógicos y didácticos, contenidos, articulación docente en todos sus niveles, organización aúlica, relaciones institucionales y políticas. Esto trajo aparejadas múltiples complicaciones, que se pudieron ir resolviendo con esfuerzos y compromisos múltiples de parte del cuerpo docente y de la Dirección de la misma. Las alumnas fueron quienes en muchas ocasiones marcaron cuales eran las cuestiones que debían ser reformadas o mejoradas. Ellas acep-


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Escuela Sociopolítica de Género una experiencia educativa singular

taron con mucho entusiasmo la propuesta y se comprometieron para realizarla en las mejores condiciones, desarrollando niveles de creatividad no esperados. En la actualidad En el año 2012 el equipo de la Escuela está orientado a encontrar alternativas adecuadas para afianzar

“La identidad común nacida a partir de la pertenencia a la Escuela Sociopolítica de Género señala la autora- permitió la participación en los Encuentros Nacionales de Mujeres y en otras actividades del movimiento de mujeres y feminismos como colectivo”. y dar sostenibilidad al Proyecto vinculadas con la organización de una biblioteca, la búsqueda de un espacio propio para el funcionamiento organizativo, la difusión de sus actividades y la elaboración de productos audiovisuales, entre otras. Se realizará asimismo un taller de formación de formadoras, que acompañe las iniciativas de las egresadas en sus comunidades y desarrolle aspectos

teóricos en género y de gestión. También se prevé la realización de seminarios de profundización en temas referidos al avance en la agenda de género. Ante la certeza de que lo construido debe servir no sólo para la experiencia personal sino para ampliarlo en su proyección social, se ha conformado junto a las egresadas de la Escuela una Red Sociopolítica de Género como espacio de intercambio, debate, opinión y difusión de ideas sobre la realidad de las mujeres de Argentina y del continente. Ese es el camino que se está transitando en esta etapa, que comprende la elaboración de nuevos esquemas organizativos, inclusión de nuevas integrantes al Consejo Directivo y búsqueda de recursos que permitan el desarrollo de todas las potencialidades de la Escuela Sociopolítica de Género.


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Abriendo sendas Las Universidades Populares Latinoamericanas

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uando revisamos la historia de la educación latinoamericana, siempre es posible encontrar ejemplos teóricos y prácticos innovadores y alternativos, que respondieron en su momento a las características específicas de nuestros contextos y se fueron perdiendo en las olas de la homogenización. Recordarlas es el primer paso para recuperarlas y permitir que sigan aportando a solucionar los todavía graves problemas de la educación en nuestros países. Una de estas experiencias son las llamadas “universidades populares”. Este nombre genérico abarca diversas expresiones surgidas en distintos países latinoamericanos, con algunos rasgos comunes. Tienen sus antecedentes en las luchas estudiantiles sucedidas desde 1903 enArgentina, Chile, Perú, Guatemala y México; los primeros congresos internacionales de estudiantes universitarios (Montevideo, en 1908; BuenosAires, en 1910 y Lima, en 1912) ya plantean una nueva universidad, menos elitista y conservadora, un nuevo papel de los jóvenes y una nueva relación de los universitarios con los obreros. Fue precisamente en el congreso de Buenos Aires donde se enuncia por vez primera el término de “Universidad Popular” como sinónimo de extensión universitaria. Durante los siguientes años, la crisis de la educación liberal –particularmente la universitaria– y la emergencia de las clases obreras cobran mayor fuerza; por ello, no es de extrañar que el establecimiento de las universidades populares se encuentre en las definiciones asumidas por la revolución universitaria autonomista, concretada en 1918, en Córdoba, que incluyen los alcances de la extensión universitaria

y la autoeducación obrera, alcanzando mayor auge en el congreso estudiantil realizado en México, en 1921. Diversas publicaciones sobre las luchas estudiantiles de la época recuerdan que las resoluciones de este congreso reiteran, en el marco de un nuevo orden económico y social más justo, que los estudiantes universitarios tienen como deber moral difundir y compartir los conocimientos que ellos habían recibido. Se determina que: “... es una obligación de los estudiantes el establecimiento de universidades populares, que estén libres de todo espíritu dogmático y partidarista y que intervengan en los conflictos obreros inspirando su acción en los modernos postulados de justicia social”. (Citado por Gabriel del Mazo, La Reforma Universitaria, p. 82). A partir de los elementos iniciales, puede caracterizarse a las universidades populares como un escenario generado para contribuir a la formación político-sindical y cultural de los obreros, con amplia participación solidaria y comprometida de los estudiantes universitarios y, en algunos casos, de docentes y autoridades de las universidades. Así, las universidades populares eran expresión de

los cambios sociales y, a la vez, intervenían en ellos, con movilizaciones y presencia en diversas luchas. Las universidades populares significan un cuestionamiento de la cultura enciclopédica vigente entonces en Latinoamérica, pero, más allá de la crítica, impulsan una nueva visión más democrática y vital de la cultura y de su pertenencia a todas las clases sociales y no sólo propiedad de la “clase alta”. Esto puede lograrse al convertir parte de las aulas universitarias en espacios de alcance más amplio, con conferencias y exposiciones sobre temas de interés político, pero también sobre temáticas artísticas, literatura, teatro y convirtiéndose en lugares para eventos sindicales y acciones solidarias de los obreros. Además de las conferencias, las universidades populares imprimen y distribuyen folletos y libros sobre temáticas relacionas con sus conteniCésar dos y actividades concretas, facilitanChávez do el autoaprendizaje de los obreros y el acceso a información antesTaborga vedada


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Abriendo sendas para ellos. Con todos estos medios, las universidades populares contribuyen a la formación de una identidad y una conciencia de clase renovada en los obreros, pero también fortalecen los lazos de éstos con una clase media letrada, encarnada en los universitarios y, luego, profesionales jóvenes que alcanzan posiciones importantes en los ámbitos económicos, políticos y sociales de sus países. Por motivos de espacio, no puedo entrar en detalles de las experiencias concretas que vivió nuestro continente, pero me gustaría por lo menos mencionar algunas de ellas. Por ejemplo, en México, la universidad popular surge después de la Revolución Mexicana, en el gobierno de Francisco Madero, impulsada por el Ateneo de la Juventud, en el que confluían universitarios e intelectuales muy prestigiosos, que principalmente realizaban tres actividades: conferencias, visitas guiadas a museos y lugares históricos, y publicaciones. Personalidades como Justo Sierra y José Vasconcelos fueron actores principales de esta experiencia, bajo el lema: "Si el pueblo no puede ir a la escuela, la escuela debe ir al pueblo”. Lamentablemente, esta experiencia se fue estancando paulatinamente y fue cuestionada posteriormente, con las luchas por la autonomía universitaria, ya iniciadas en Córdoba; después de 1921, los cambios en la universidad nacional hicieron innecesaria la universidad popular. Incluso, la Federación de Estudiantes promovió entre 1922 y 1923 una revisión de la Universidad Popular al fundar la Universidad Obrera como su proyecto de extensión universitaria, despolitizando sus espacios y quehaceres. Sin embargo, poco tiempo después, la Universidad Obrera murió por inanición ideológica y política. Una experiencia muy distinta fue la vivida en Perú, donde surge desde 1920, aprobada en el Primer Congreso Nacional de Estudiantes Peruanos; es desarrollada por los trabajadores, con apoyo de los universitarios, atendiendo temas de cultura general y de derechos sindicales. Víctor Raúl Haya de la Torre fundó en 1921 la uni-

versidad popular a la que da el nombre del pensador anarquista Manuel González Prada, que tuvo importante presencia en la formación política y presencia permanente en las calles, en las luchas populares y que, desde Lima, se extendió después a varias ciudades peruanas. El pensador marxista José Carlos Mariátegui, participó en ellas primero con “conversaciones” sobre diversos temas de política nacional e internacional, bajo el viejo ideal anarquista de dar formación académica a poblaciones consideradas no académicas:

los trabajadores manuales. Luego, Mariátegui profundizó el sentido de las universidades populares como una manifestación de resistencia social frente a la invasión cultural a través de la institución educativa, incluyéndolas en su propuesta educativa de liberación de los trabajadores. Para él, las universidades populares no son una actividad marginal, no son escuelas nocturnas para obreros, sino que tienen un rol de formación de cultura revolucionaria y de clase; por ello, no

reproducen la cultura de la clase dominante, sino que elaboran su propia cultura proletaria. Precisamente, este abierto carácter político llevó a los gobiernos dictatoriales a la persecución y, después, supresión de las Universidades Populares peruanas. Muchos años después, tras el triunfo de la revolución nacionalista en Bolivia, se institucionalizaron las universidades populares. En el Código de la Educación Boliviana, de 1955. se incorporó, por primera vez en la legislación educativa de este país, un capítulo destinado a la educación obrera, “primordial para el sistema educativo (que) tiende a elevar la cultura y la capacidad productiva de la población trabajadora”. Comprendía a obreros analfabetos, aprendices menores de edad y adultos y se basaba “en las necesidades del obrero como individuo, miembro de familia y ciudadano, tomando en cuenta los problemas y características económico-sociales de la nación” (art. 132-134). Uno de los escenarios para esta educación eran las universidades populares, creadas en cada una de las universidades públicas del país, para “la capacitación cultural, político-social y sindical de los trabajadores” (Art. 143). En la Universidad Mayor de San Andrés, de La Paz, alcanzó notoriedad la Universidad Popular “Tupac Katari”, que funcionó hasta la dictadura militar de Hugo Banzer, en la década de los 70’s. Hoy, un siglo después del inicio de estas experiencias, en un escenario de privatización de la educación superior, con la presencia todavía dolorosa de altas tasas de marginalidad y exclusión, con distorsiones de la educación técnica destinada sólo a “saber hacer” y no a la educación integral de los seres humanos que acuden a ella; una universidad mayormente tecnocrática, acrítica y ajena a su entorno político, económico y social; el divorcio y hasta la confrontación entre intelectuales y trabajadores, entre otros rasgos, recuperar el sentido y las búsquedas de las universidades populares podría contribuir a una nueva revolución democrática y educativa enAmérica Latina.


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Helio Gallardo: Afirma que la pregunta ¿Retorna la derecha en América Latina? no es apropiada. Toda vez que existe en nuestros pueblos una sensibilidad cultural, difusa, poco conceptualizada y generalizada que hunde sus raíces en la Conquista y Colonización por la que…” siempre está llegando”. Graciela Treber: Posa su mirada sobre la situación internacional y las prevenciones a tomar por las economías emergentes. Sostiene que las medidas restrictivas impuestas al dólar son insuficientes, que deben ir acompañadas por otras, tales como: “el control a la suba de precios, el acceso al crédito, una profunda reforma impositiva y el fortalecimiento del empresariado nacional”. Salvador Treber: Desestima el cuestionamiento actual al impuesto a las ganancias en nuestro país. Señalando las correcciones necesarias en el asunto, a fin que el mismo cumpla en plenitud los objetivos por los que mantiene su vigencia en todo el mundo. Oriana Seccia: Indaga sobre producciones artísticas juveniles, musicales y literarias, invisibilizadas, sujetas al poder de policía, fuera de todo canon e “independientes”. Alejandro Capriati: Marca las rupturas y continuidades en los modos de hacerse joven en barriadas populares. Lucía Trinidad Fernández: Reflexiona sobre una propuesta vanguardista en los medios masivos: “Peter Capussoto y sus videos”. Jorge Torres Roggero: Repite: “Cada palabra dice lo que dice, y además más y otra cosa”, recordando una lectura escolar nos introduce en los múltiples enfoques de la poesía por el camino de la duda: “Los poetas ¿pá qué sirven?”


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Helio Gallardo

La letra del “ Nocturno a mi barrio” de Pichuco Troilo reza, en lo casi pertinente, cuando algunos le reprochan al músico haberse ido de su barriada: “¡Pero si siempre estoy llegando!” ¿Se ha ido, escapado o evaporado alguna vez la derecha deAmérica Latina? parecería una pregunta tan o más apropiada que el título que encabeza este artículo.

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na primera aproximación conceptual intenta evitar sustancializaciones: en la política existen derechas, en plural, no una sola. En lo político, existe modernamente un posicionamiento básico y estructural de derecha que alimenta a esas derechas situacionales y persistentes. Existen derechas reaccionarias y conservadoras, también modernizantes y ‘democráticas’. Las hay, en América Latina, con inclinaciones ‘nacionalistas’ y otras con sólida vocación de entrega transnacional. Nos brincamos los comportamientos de derecha que se pueden determinar en relación con los desafíos de sexo-género, adultocentrados, étnicos y religiosos, o militar//civil por citar cinco. ‘Derecha’ se puede aplicar asimismo a una sensibilidad cultural. A un ethos, si se quiere. Difusa, por generalizada y poco conceptualizada, pero vigorosa porque compromete las existencias particulares y sus identidades y, por supuesto, alimenta las tramas sociales institucionales. En

este último sentido casi nadie en América Latina se escapa de comportamientos derechizantes. Tienen sus raíces en la Conquista y la Colonia y sus alcances son los que justifican la pregunta alternativa del primer párrafo: ¿Se ha ido, escapado o evaporado alguna vez la derecha deAmérica Latina? El planteamiento equivale a la cuestión: ¿Ha roto, alguna vez y para siempre, consigo misma América Latina? Por supuesto, si somos culturalmente de derecha, no existe una sola América Latina. Es decir ‘América Latina’es un nombre cómodo para designar una zona geográfica, pero no humana, o sea político-culturalmente articulada. El punto afecta a la región y a cada uno de sus países. Nos aproximamos así a un intento de

determinar el posicionamiento político básico de una ‘derecha’ en América Latina. Desalojando discursos que ligan izquierdas y derechas en las sociedades ‘modernas’ con visiones igualitarias u horizontales contra visiones verticales y discriminatorias, o que se distinguen por la búsqueda y uso de poderes cohesionadores (articuladores, en realidad), que sería el criterio ‘de izquierda’, por oposición a poderes discriminadores, cuyo ejercicio determinaría a la derecha, nos interesamos en las condiciones sociohistóricas para que estos ‘poderes’ sociales (socioeconómico, políticocultural, simbólico, local y transnacional) se hagan efectivos con su doble alcance: prácticos y legítimos. Ya adelantamos un punto: las derechas y la derecha nunca se han ido de su barrio latinoamericano porque forman parte significativa de su cultura o sensibilidad domi-


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nante (y de dominación). Sus grandes motores iniciales son la gran propiedad agraria y masculina, el catolicismo patriarcal y autoritario y la superioridad étnica eurocentrada. Los tres motores contienen violencia extrema y legitimada en términos absolutos. Violencia extrema quiere decir una furia ciega respecto de sus alcances y que, por ello, puede resultar autodestructiva. La imagen que muestra a las derechas latinoamericanas yéndose o debilitándose no capta su poderío cultural ni el carácter extremo de sus violencias: para las derechas, ‘conscientes’ o irracionales, es preferible una América Latina completamente destruida que una sin discriminaciones. De hecho, si las discriminaciones se atenuaran o iniciaran el camino hacia su extinción, el Dios que late en el corazón de la cultura de derecha latinoamericana destruiría al subcontinente tal como Yahve destruyó a Sodoma y Gomorra. La cuestión anterior puede parecer pintoresca, además de exagerada. Pero es sencilla de ejemplificar. En un país como Costa Rica, sólidamente conservador, y cuyos dirigentes hablan de una democracia centenaria (tiene, en realidad, algo más de medio siglo), lo que supondría embrionariamente al menos una cultura de derechos humanos, la demanda para legalizar las uniones de homosexuales es objetada eficazmente desde un posicionamiento nuclear: la pareja es naturalmente heterosexual y alterar este dato llevaría a la destrucción de la civilización y de la especie. Contra este argumento, que puede trasladarse a la fórmula “O familia heterosexual… o la muerte”, que puede parecer grotesco, pero que expresa la mayoría de costarricenses, resulta inútil esgrimir razones. En la práctica y en la legislación vence su irracionalidad. El ‘argumento’ se emplea no sólo contra los homosexuales, sino que alcanza a las demandas de las parejas que buscan tener descendencia mediante el procedimiento de fecundación in vitro. Si cumplieran su deseo, ellas, una minoría ínfima, alterarían la voluntad de Dios y destruirían desde su base el orden de su creación.

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El ejemplo referido podría parecer localizado en exceso. Mencionemos entonces una referencia que presente imágenes ‘más políticas’ (aunque las anteriores lo son suficientemente). En la misma Costa Rica, el gobierno sandinista de su vecina Nicaragua en la década de los ochenta fue considerado por la prensa oficial, imposible. No comunista o revolucionario, sino prohibido por irracional e inmoral. Contra él resultaba apropiada entonces cualquier violencia. Todas ellas eran legales y morales. Para quienes, en el Cono Sur, quizás estos ejemplos centroamericanos resulten pintorescos, habrá que recordar que los regímenes de Seguridad Nacional centrados en esa zona arremetieron doctrinalmente contra ‘humanoides’ (terroristas) y no contra seres humanos y que, por tanto, cualquier violencia, incluido el secuestro de niños, en la situación argentina, resultaba legítima y moral. La violencia discriminatoria, criminal e impune, constituye un factor nuclear

del carácter de la derecha latinoamericana. Esta violencia no ha abandonado nunca el espacio latinoamericano. Llegó con la Conquista, se confirmó con la Colonia, se escindió con las ‘independencias’, ha debido disfrazarse a veces y recular en otras, en especial durante el siglo XX, pero suele alcanzar siempre, o casi, cuando enseña su perfil más obsceno, legitimidad entre muchos y mayoritarios sectores de la población. La derecha latinoamericana posee uno o varios ganchos culturales que le permiten no sólo sobrevivir sino permear y cooptar a otros sectores y actores sociales. La pregunta de este artículo se ha transformado parcialmente ahora en ¿la extrema violencia discriminatoria de derecha está retornando a América Latina? ¿Son señales de este retorno, los golpes de Estado en Honduras y Paraguay, la ofensiva estadounidense, inicialmente fallida, para ‘tutelar’ empresarialmente los regímenes democráticos, el fraude electoral en México y su ingreso a un ‘bipartidismo’ agenciado por corruptos, la dificultad para encontrar un relevo no neoliberal al kirchnerismo en Argentina, la introducción sistemática de sentimientos de inseguridad en la población para estimular la criminalización y militarización de la pobreza, de los movimientos sociales populares y de los flujos migratorios, la insistencia, incluso en los proyectos ‘progresistas’, para exportar commodities (extractivismo) con bajo valor de retorno, la tendencia al aislamiento de los líderes sospechosos de “populismo” o su rechazo frontal cuando parecen no cooptables? Son señales muy variadas que quizás acepten, como la herencia cultural de América


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Latina, un posicionamiento común aunque complejo. La mundialización es de derechas La mundialización en curso, abierta en la década de los setentas del siglo recién pasado, tiene un rostro atractivo: su descanso en el frenesí del cambio tecnológico, en especial de las comunicaciones, le otorga un aire de fiesta. Por primera vez en la historia de la humanidad, es factible, incluso para quienes tengan ingresos menguados, existir en el mundo todo aunque no se sea ciudadano efectivo en parte alguna. El rostro seductor esconde sin embargo una lógica brutal por unilateral: la de la acumulación de capital con predominio del gran capital financiero. Desde ella se ataca sistémicamente a los trabajadores y sus ahorros (allí donde existen), los salarios, la producción de empleo digno (aumenta el trabajo infantil, por ejemplo), se empobrece a sectores de las capas medias y a los jubilados. Esta lógica es de derechas porque utiliza sus capacidades para desagregar a las poblaciones, tornarlas inermes y discriminar a secciones de ellas como ‘población sobrante’. Se trata de una desagregación mundial que afecta tanto a las poblaciones de Europa y Estados Unidos como de América Latina o a China, por citar cuatro regiones. Se puede estar con esta desagregación o contra ella. Ambos caminos presentan un horizonte de ruinas. Un factor dramático de este horizonte ruinoso es la destrucción quizás ya irreversible del hábitat natural, desafío que ha ganado publicidad en la última década pero respecto del cual no se proponen ni ejecutan políticas públicas globales y efectivas. Desde la primera Cumbre de la Tierra con participación de los mandatarios de las economías más poderosas (Río de Janeiro, 1992) hasta la ‘Cumbre’ Río+20 (2012), sin la presencia de Barak Obama, Ángela Merkel ni David Cameron, el discernimiento político del desafío ha retrocedido y se ha oscurecido. Las organizaciones

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ecologistas calificaron el último encuentro internacional (Río+20) como un “fracaso colosal”. El dramatismo lo aporta el que el desafío que habría que enfrentar colectivamente es la capacidad del planeta Tierra para sostener la vida en él. Para la constitución del desafío ambiental se combinan básicamente tres procesos complejos: el modelo económico-cultural, la polarización social mundial y local que ese modelo contiene, y el costo en términos de hábitat social y ‘natural’de los dos factores anteriores. Como parte del circuito, la factura en contra del hábitat retorna sobre el modelo económico-cultural reforzándolo y acentuando el carácter de bomba-detiempo de la articulación entre los tres procesos. Fijemos la atención sólo sobre el tercer factor, ya que sobre la economía política y su costo social desagregador existe suficiente literatura. La factura sobre el hábitat, que puede acabar con la capacidad del planeta para sostener la vida en él, posee dos componentes articulados: el costo ambiental ‘natural’y el costo ambiental socio-cultural. El segundo remite a un proceso de estupidización colectiva que bloquea tanto el discernimiento de los desafíos ambientales como su transformación en problemas que deben resolverse urgentemente. En el proceso de estupidización concurren fenómenos como la expansión universal de la forma mercancía y su ethos cultural presentis-

ta/inmediatista. Esto quiere decir que pierde peso cultural y personal la voluntad de pensar totalidades sistémicas y sus lógicas estructuradoras. El ‘discernimiento’ se agota en las presencias inmediatas de las cosas bajo su omnipresente y fugaz, aunque

brillante muchas veces, empaque mercantil: todo puede accederse, usarse y botarse. En la publicidad televisiva de las economías centrales se enseña claramente el rasgo: las imágenes de la bota deportiva o del auto último modelo se muestran en unos primeros planos que anulan todo contexto e invisibilizan los procesos. La imagen saturadora va acompañada de un texto igualmente totalitario y performativo: el mensaje es evidente: no hay espacio para discernir (pensar)ni tampoco se requiere: se debe comprar y usar ya. El reinado de las mercancías anula el contenido humano de las producciones sociales y afecta el discernimiento estratégico, o sea acerca del ‘sentido’ de la existencia y del mundo. Tiempo y espacio, ya contraídos o anulados por las tecnologías de comunicación en ‘tiempo real’, dejan lugar a un inmediatismo hiperempírico que en la especie humana resulta letal. Al empobrecimiento del discernimiento lo acompaña una sólida desviación de la libido hacia el consumo, la destrucción y la guerra (muchas veces presentada como competencia en sus alcances polisémicos). Competir (véase los juegos electrónicos) tiende a hacerse vínculo o sinónimo de destruir. El carácter potencialmente erótico y articulador de la libido se hace arma de destrucción, ensimismamiento y autodestrucción. Cuerpos y espíritus privados internamente de solidaridad y compasión (devienen solo ‘gestos’) pierden la necesidad de sentir la integración personal como un valor, es decir como algo deseable. Lanzados opulenta o miserablemente a la ‘conquista del mundo’, los individuos no advierten que su conquista (es decir el triunfo) equivale a su autodestrucción o al suicidio personal y colectivo. No es claro si los banqueros, tecnócratas y políticos comprenden el proceso o es que las lógicas que lo impulsan han escapado de todo control. Las violencias inherentes al sistema se publicitan como ‘la más alta racionalidad posible’. La presentación hecha en el párrafo anterior es sólo un alcance de por qué la mundialización actual es de derecha sin ser ‘tradicional’. Por el contrario, es moderna y se apoya en las muy dinámicas tecnologías de punta. En América Latina, una zona periférica o tercermundista de la acumulación de capital, una mundialización de derecha (que estimula las guerras entre las culturas


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y grupos étnicos, la reaparición de la tortura contra los vencidos, y el dominio de las cosas (trabajo muerto) sobre el trabajo vivo, etcétera), viene como petición a la carta para las sensibilidades oligárquicas, neoligárquicas y tecnocráticas, se puede incluir entre estas últimas a los militares, radicadas en América Latina y que constituyen a los sectores dominantes y conservadores (aunque ellos mismos se auto designen como modernizadores eficientes). Es el mundo que han deseado siempre. Un mundo en el que cada cual ocupa el sitio que le corresponde porque así está prescrito en el ‘orden de las cosas’. La violencia de la mundialización es enteramente compatible con la violencia tradicional que puede llegar a ser absoluta en América Latina. Y sostiene una relación perfectamente funcional con economías extractivistas que realizan la mayor parte de su valor fuera de los espacios geográficos que lo generan. Algunos de los resultados son un capitalismo de endeudamiento y la insostenible por pésima y explosiva o disfuncional distribución interna de la riqueza producida. Con ello, por referir otro elemento, la no factibilidad de generar empleos de calidad para la población, en especial para los jóvenes. En el mismo movimiento, sin embargo, aparecen los muy buenos negocios aunque para pocos (por eso es que hay que posicionarse en la cabeza de los gobiernos y de los bancos locales o de sus extensiones transnacionales), y también las réplicas, que a veces se limitan a ser protestas, con contenido popular y humano o ciudadano. Para América Latina los buenos negocios para pocos significan conflictos en el seno de los grupos con capacidad de acceso a posiciones privilegiadas (estatales, geopolíticas, tecnocráticas, eclesiales, culturales). Para ellos, estar en posiciones de mando equivale a tener una mayor participación en las ganancias directas o indirectas de los buenos negocios globales, aunque no puedan conferirles su carácter. Por supuesto esto contiene un enrarecimiento o envilecimiento de la acción política como tal. El mecanismo sólo puede funcionar en ausencia de ciudadanía efectiva. Las regulaciones de ley no bastan porque son porosas o porque quienes las administran ingresan de alguna manera clientelar a los buenos negocios. Pero de esto, del adormecimiento y desvirtuación de la ciudadanía (allí donde ella

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existe) se encargan los mercados, ya por medio de sus efectos hiperempíricos, ya porque plantean esfuerzos de sobrevivencia que exigen todas las preocupaciones y todos los minutos de la gente. América Latina posee asimismo tradicio-

nes de resistencia, contestación, movilización y lucha popular. Esta tradición, de menor incidencia cultural por contestataria que la oligárquica, por supuesto no cae incontaminada del cielo y debe establecer cada vez una tensión entre sus componentes corruptores (desviaciones como el autoritarismo mesiánico, por ejemplo, o el personalismo, el doctrinarismo, el ritualismo, etcétera) que se trasladan desde el ethos dominante local o que son transferidos sin crítica desde referentes prestigiosos y situacionalmente ajenos al ámbito latinoamericano. Si este fenómeno afecta a las movilizaciones estrictamente populares (luchas campesinas e indígenas, por ejemplo, o las obreras organizadas), con mayor razón debe ser considerado como un desafío por las agrupaciones ciudadanas o sociales (mayoritariamente urbanas) que se declaran modernizantes o progresistas y cuyas dirigencias provienen de los diversos estratos de los sectores medios. En este último caso las tensiones provienen de al menos dos núcleos (si no se considera factores psicológicos individuales): el ethos dominante, que opera en el mismo sentido corruptor con que afecta a los grupos de extracción popular, pero con diversos alcances, y las que provienen de los esfuerzos de cooptación internos o transnacionales. Ejemplos reciente de esta situación, aunque con dis-

tinto carácter, son los gobiernos de Lula en Brasil (2003-2011) o del Frente Sandinista en Nicaragua, personalizado en la figura de Daniel Ortega (2007 hasta hoy). Los esfuerzos y mecanismos de cooptación, que pueden estar muy estrechamente ligados con la interpelación, objetiva o subjetiva, del ethos de dominación, se agudizan particularmente en esta fase de mundialización en curso. Debe recordarse que las economías latinoamericanos expresan un peculiar capitalismo centrado en el endeudamiento y que por ello resultan extremadamente vulnerables ante los circuitos financieros transnacionales e internacionales. Así, un partido o movimiento que se presenta inicial y genuinamente como ‘progresivo’ en determinado momento puede adquirir, súbita o gradualmente, un comportamiento de ‘derechas’ o incubar una derechización sectorial en su seno. El justicialismo argentino podría ejemplificar esta referencia. No así las agrupaciones que configuraron los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia en Chile (1990-2010) cuyo ‘izquierdismo’ le fue conferido periodísticamente por los nombres de algunas de sus organizaciones, por el hecho de que eran civiles que reemplazaban a militares furiosamente derechistas, y por una moderada inclinación por cautelar derechos humanos. Esta concertación no requería ser cooptada por cantos de sirena derechistas. Fue siempre de derecha, en el sentido de que confirmaba y acentuaba a Chile como el país de discriminaciones que fue configurado por la dictadura empresarial-militar de Seguridad Nacional. Aunque se trata de una observación gruesa (lo que significa que amerita más análisis diferenciador de tensiones internas y sectores), se puede ejemplificar con el trato que esos gobiernos de la Concertación dieron a las demandas de los sectores mapuches y estudiantil secundario público para acabar con la discriminación de que eran, y siguen siendo,


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objeto. Rotunda negativa. A los primeros se les aplicó incluso una ley contra el terrorismo dictada por la dictadura empresarial-militar. La mención de la situación chilena facilita introducirse al menos a otra

situación que contribuye a opacar la dificultad contenida en la pregunta: ¿Retorna la derecha enAmérica Latina? Se trata de la cuestión democrática. Durante la segunda parte del siglo XX América Latina combinó regímenes democráticos restrictivos (centrados en la realización de elecciones periódicas), como el de Costa Rica, o de partido único o estatal, como México, con dictaduras militares o familiares abiertas (situación centroamericana) o personalizantes, como en Paraguay (el general Stroessner y su partido Colorado eran reelectos [1954-1988] una y otra vez), y, desde 1964 y hasta 1990, localizadas principalmente en Sudamérica, por las dictaduras empresarial-militares de Seguridad Nacional. Al hacer éstas del terror de Estado un factor sistémico de su dominio político, reintrodujeron y revaloraron, por contraste, en la agenda política los temas del Estado de derecho, derechos humanos y del régimen democrático de gobierno. El tema de una ciudadanía efectiva no contó con la misma suerte. Para un imaginario poco informado o que no quiere estarlo, como el periodístico, fue cómodo posicionar al régimen democrático como ‘de izquierda’ y al terror de Estado como ‘de derecha’

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(no siempre con un alcance peyorativo, porque este terror de Estado habría facilitado poner ‘orden’ en sociedades caóticas). De esta manera los triunfos civiles en las urnas (bautizados, como correspondía a la ignorancia programada como un “retorno de la democracia” o un acceso a ella para la situación centroamericana o haitiana) facilitaron hablar de ‘izquierdas' que no lo eran. Eran llanamente civiles y partidos que sucedían a feroces dictaduras empresarial-militares, pero que no necesariamente gobernarían para arti-

cular positivamente a sus poblaciones, sino que podían, y quisieron, optar por mantener las políticas públicas que generaban y reproducían discriminaciones. Hubo elecciones, hubo gobiernos civiles, hubo recambios de gobierno previstos por la legislación, pero no se dieron, o aparecieron como chispazos, cambios significativos en la línea derechizante de políticas discriminatorias y socialmente represivas y en la ausencia de ciudadanía efectiva. Se llamó a este estilo neoliberalismo y su carta de intenciones fue conocida como Consenso de Washington (1989-1990). Así como un sector mayoritario de la población chilena debió soportar a los gobiernos civiles de la Concertación, Argentina debió sobrellevar y resistir durante 10 años al ‘justicialista’ Carlos Ménem, gobernante “estrella” del área a criterio del FMI. Civiles o ‘justicialista’ ninguno de estos gobiernos fue de izquierda o centro-izquierda. Fueron gobiernos de derecha porque esa era la exigencia del período ‘consensual’y porque los fragmentados sectores populares salían de derrotas

y aplastamientos y estaban, muchas veces, además de golpeados, diezmados y fracturados, aterrorizados. Sucesos en el siglo XXI La novedad de la transición entre siglos fue avisada por Venezuela. El Polo Patriótico de ese país logra llevar en 1988 a la presidencia a Hugo Chávez quien, al año siguiente, sometió a un referéndum una nueva Constitución que permitiera avanzar en una Revolución Bolivariana. Fue el primero de los gobernantes claramente no deseados (algunos de ellos se transformarán después en indeseables) por el establishment geopolítico y económicocultural impuesto por EUA al subcontinente y protagonizado localmente por las oli-

garquías y neoligarquías sitas en el área. Lo seguirán cronológicamente Lula (2003), Néstor Kirchner (2003), Evo Morales (2005), Tabaré Vásquez (2005), Manuel Zelaya (quien de candidato del statu quo se transformará en presidente prescindible), Manuel López Obrador (quien casi arriba a la presidencia de México en el 2006), Daniel Ortega (2007), Fernando Lugo (2008) y José Mujica (2010). Si se imagina la política como una única línea ideológica que posee un centro y una derecha y una izquierda, todas estas personalidades, y muchas de las fuerzas electorales que les permitieron ganar, son de izquierda en relación con sus predecesoras. Fueron electos, especialmente los primeros, por el fracaso de los lineamientos neoliberales para transitar hacia el crecimiento económico con alguna justicia social. Pero si uno se imagi-


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na la política de izquierdas como centrada en los rupturistas valores de la articulación (integración) social inclusiva y la configuración de una ciudadanía efectiva, y la cultura correspondiente, la caracterización izquierdizante, e incluso social, deja de ser igualmente clara. Es cierto, son temas mayores y las realidades que se descargan sobre cada uno de estos gobernantes son diversas. Se podría transar diciendo que varios de ellos son de alguna manera de izquierda y también que, de otras maneras, no lo son.Tal vez la época (población y sus formas de organización e identitarias incluidas) no permite ser de izquierdas.Al menos enAmérica Latina que es económicamente una región periférica cuyo pasado políticocultural reciente incluye las dictaduras oligárquicas a secas, las especiales dictaduras de Seguridad Nacional, los regímenes democráticos restrictivos y el Consenso de Washington. Y cuya sensibilidad fundante sigue siendo, sin que sea factible medir su erosionamiento potencial, la gran propiedad excluyente y patriarcal, el desprecio/intolerancia étnico y social y el clericalismo católico. ¿Retorna entonces la derecha? Pues no, porque nunca se ha ido. Pero se anima, eso sí, a dar golpes de Estado, a anatematizar cualquier política de integración social como “populismo”, a insistir en que la justicia comienza y termina en las leyes del mercado global, y que el ALBA, Cristina y López Obrador, por citar tres referentes, son corruptos y demenciales. Por algún motivo, que aquí no se analizará, Lula no fue, para la prensa dominante en el subcontinente y en el mundo, ni corrupto ni demencial. Tampoco, aunque ya sabemos que no pertenecen al grupo de los no deseados, lo fueron Aylwin ni Frei ni Lagos en Chile. Menos Bachelet. Esto quiere decir que algunos de los políticos no deseados inicialmente fueron recorriendo un camino que los torna aceptables y, en cierta manera (el sistema siempre duda si el político tiene pasado sindicalista), legítimos.

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Examinemos sumariamente, para terminar este esbozo, la cuestión de los golpes de Estado. Como se recordará, la Constitución chilena de 1980 incorporó a la legalidad los golpes de Estado militares. Fue una ocurrencia mundial inédita. Esta legislación quiso ser asumida por los militares brasileños, pero no tuvieron éxito en el intento. En Chile, reformas constitucionales de la década de los noventa eliminaron la posibilidad de un golpe de Estado constitucional. Pero tras el punto estaba la sensibilidad de derecha: la Constitución debe expresar el verdadero orden del mundo. Si un presidente (civil) lo rompe, es deber de los militares interrumpir su gobierno y retornar al país a la Verdad, la Belleza y el Bien. Lo que se quiso, quizás ingenuamente, fuera un verdadero golpe de gracia contra los golpes de Estado y los regímenes de facto fue la iniciativa de los gobiernos civiles en el seno de la OEA para aprobar un Carta Democrática Interamericana. Lo consiguieron en septiembre del 2001. Aunque en esta Carta ‘la’ democracia (representativa) aparece como respuesta para todos los males habidos y por haber aquí sólo interesa su artículo 21. Dice: “Cuando la Asamblea General, convocada a un período extraordinario de sesiones, constate que se ha producido la ruptura del orden democrático en un Estado Miembro y que las gestiones diplomáticas han sido infructuosas, conforme a la Carta de la OEA tomará la decisión de suspender a dicho Estado Miembro del ejercicio de su derecho de participa-

ción en la OEA con el voto afirmativo de los dos tercios de los Estados Miembros. La suspensión entrará en vigor de inmediato.// El Estado Miembro que hubiera sido objeto de suspensión deberá continuar observando el cumplimiento de sus obligaciones como miembro de la Organización, en particular en materia de derechos humanos.// Adoptada la decisión de suspender a un gobierno, la Organización mantendrá sus gestiones diplomáticas para el restablecimiento de la democracia en el Estado Miembro afectado”. Menos de un año después, en abril del 2002, empresarios y militares intentaron un golpe de Estado en Venezuela contra Hugo Chávez. Fracasó debido a la reacción popular y al apoyo de militares leales. Pero la OEA ni se reunió ni condenó el golpe. Por el contrario, varios de sus Estados miembros, México, Colombia y El Salvador apoyaron al gobierno golpista. EUA mostró su preocupación por los “actos de violencia que han causado una cantidad de víctimas” y expresó “su deseo de que la excepcional situación que experimenta Venezuela conduzca en el plazo más breve a la normalización democrática plena”. Esta declaración, que no menciona para nada el golpe de Estado, fue respaldada y ampliada por la prensa estadounidense (CNN y The New York Times, por ejemplo) que apoyó al que parecía naciente gobierno golpista. Los enemigos de Chávez en el interior de Venezuela hablaron no de golpe de Estado sino de “vacío de poder”. Es una muestra del hipócrita pero a la vez convincente uso del habla dominante en América Latina. Como el ‘vacío de poder’se frustró, los enemigos de la administración Chávez retornaron, aunque después de un largo y autoimpuesto receso, a la pugna electoral.


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Pero no abandonarán su violencia. Ellos tienen sus razones para considerarla legítima y hasta obligatoria. En realidad, para ellos los violentos son los ‘otros’. Las derechas no hacen más que defenderse. Cualquiera sea el caso, el ‘vacío de poder’ venezolano ya había demostrado que para algunos Estados, en la práctica, incluyendo al más poderoso del continente, los papeles que se firman en la OEA carecen de todo valor si de enfrentar a quienes se considera enemigos del establishment se trata. El segundo episodio claramente golpista se produjo en Honduras en junio del 2009. Un comando militar secuestró al presidente Zelaya, lo mantuvo cautivo por algunas horas en una base aérea y por fin, avión mediante, lo depositó en Costa Rica. Los golpistas tampoco hablaron de golpe de Estado alguno. Le llamaron a su acción “sustitución constitucional”. El constitucionalmente ‘sustituido’ Zelaya no es exactamente de izquierda. Su delito fue intentar modernizar en algo el país para ponerlo a la altura de los ‘buenos negocios’de la época. Eso entraba en conflicto con la forma ‘tradicional’, o sea oligárquica, de hacer buenos negocios. Honduras es una de las tres sociedades más pobres de América Latina y el Caribe. Las otras son Haití y Nicaragua. El 60% de la población hondureña está en situación de pobreza y de ella más de un 36% en la miseria. El 20% más opulento de la población capta 33 veces más riqueza que el 20% más empobrecido. Si se le compara con Uruguay, por ejemplo, en el país sudamericano esta diferencia es de 10 veces. El golpe de Estado en Honduras mostró patéticamente que el sector de políticos

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civiles en la OEA, sean o no de izquierdas, no tiene la capacidad para alcanzar sus fines explícitos si EUA y Canadá no están de acuerdo con las acciones a realizar. En Honduras el golpe de Estado, que fue apoyado por la administración Obama, fue exitoso. Zelaya no pudo ser reinstalado en su cargo. Honduras no fue aislada. Los gobernantes ilegítimos y su policía y militares reprimieron duramente la protesta interna y, finalmente, el gobierno espurio, de acuerdo a la legislación hemisférica, abrió paso a nuevas elecciones ‘democráticas’. Otro punto interesante del golpe de Estado en Honduras fue el papel activo que desempeñaron en la legitimación de la ‘sustitución constitucional’ los aparatos clericales cristianos, en especial la Conferencia Episcopal católica y algunos pastores protestantes. Su papel confirma la tesis de que entre los motores que sostienen la multiforme violencia de la derecha latinoamericana se encuentra un

poderoso factor clerical que se apoda a sí mismo ‘cristiano’. Hoy en día, julio del 2012, Honduras destaca por ser el país de América Latina donde se asesina a más periodistas. La violencia no se ensaña únicamente contra los periodistas. Honduras disputa con México el título de ser el país más peligroso del mundo (superando las guerras que se dan en Afganistán e Irak): su tasa de homicidios es de 82.1 por cada cien mil habitantes. La violencia recrudeció con la dictadura golpista inicial y se ha mantenido durante el gobierno ‘constitucional’ de Porfirio Lobo. El Estado hondureño fue reinstalado en la OEA con todos sus derechos el año 2011. Por supuesto sus representantes en ese organismo confirman su total compromiso con los principios de la Carta Democrática Interamericana. El tercer golpe de Estado explícito es el reciente en Paraguay, contra Fernando Lugo. Aquí se recurrió a un procedimiento jurídico con inspiración empresarial y política y con horizonte electoral. Se acusó en el Senado al presidente electo de “mal desempeño en sus funciones” y velozmente (24 horas) se le expulsó del cargo. Lugo, aislado e institucionalmente sitiado, no se defendió en exceso. Según un sondeo de opinión, probablemente interesado, un 54% de la ciudadanía apoyó su destitución. La Conferencia Episcopal Paraguaya buscó jugar un papel en la salida de Lugo pidiéndole abandonar su cargo sin resistirse. En esta situación, la OEA, por medio de su Secretaría General, con mayor capacidad relativa que en el caso hondureño porque Paraguay puede recibir sanciones económicas ya que es parte del Mercosur y de Unasur, aunque esto puede jugar también a favor de los golpistas, parece dispuesta a dar largas al asunto (las próximas elecciones en Paraguay son el próximo año) para evitar mostrar otra vez su incapacidad operativa ante estos desafíos. En todo caso la Carta Democrática Interamericana es política letra muerta desde los sucesos de Honduras. En términos


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más directos, empresarios, oligarcas y militares entienden, desde el año 2009, que de nuevo pueden brincarse los procedimientos institucionales si el Gran Poder hemisférico y mundial lo consiente. Si lo apoya, no existe problema alguno. Nada excepcionalmente novedoso. La situación de Lugo ya estaba anunciada en el intento chileno de incorporar los golpes de Estado en la Constitución y en la práctica de países como Bolivia, Ecuador y Panamá. La cuestión democrática e institucional permite introducir otra discusión sobre el retorno de esta derecha que no se ha ido nunca porque es parte de la estructura de las sociedades latinoamericanas. ¿Por qué son factibles y pueden tener éxito los golpes de Estado derechistas contra gobernantes indeseables? Una parte de la respuesta dice: porque lo que en último término determina qué y quién es ‘indeseable’ en este mundo es la lógica geopolítica y económica de la mundialización en curso. Por el momento, este poderío resulta políticamente incontrarrestable. Lo que sólo quiere decir que no se ha trabajado lo suficiente ni bien como para encontrar una respuesta a ese desafío. Recuperando el sentido de este artículo: si existen izquierdas, no están trabajando bien porque no terminan de discernir al enemigo. Cuando esto ocurre, tampoco se tiene buena vista para reconocer a los amigos y su carácter. Una segunda parte de la respuesta se sigue de la cuestión: ¿cómo es posible que surjan, en países dependientes, candidatos indeseados por el establishment, y que además triunfen?Aquí el primer indicador señala que el posicionamiento neoliberal, que es claramente de derechas, no puede cumplir con lo que promete: crecimiento económico sostenido y mejor calidad de la existencia, incluyendo en esto último derechos humanos. Los candidatos indeseados se favorecen, además, con la geopolítica que, complejamente, decretó, en la década de los ochenta, la democracia (asumida como poliarquía restrictiva) para toda la región.

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Se pensó, por supuesto, que esta democracia tendría como base económica un también uniforme Consenso de Washington cuya operación automática se seguiría de un Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Como es sabido, este programa fracasó. Los dos factores, articulados con los que se siguen de realidades específicas (en Venezuela los conflictos entre los grupos poderosos y su corrupción derrumban el statu quo pre Chávez, por ejemplo; en Bolivia sólo Evo Morales podía sostenerse como presidente legítimo, etcétera), conducen al triunfo en las urnas, que es un triunfo político, pero no todo el triunfo político, a los indeseados. Por indeseados, éstos son considerados ‘de izquierda’. El drama es que estos indeseados de izquierda tampoco pueden cumplir, al menos en un plazo corto o mediano, como son los períodos presidenciales, objetivos mínimos de crecimiento con alguna equidad y, más allá, con los requerimientos efectivamente de izquierda de integración nacional y social como paso requerido para las tareas de emancipación. Como este programa no puede realizarse en plazos cortos porque incluye procesos culturales, a lo que se añade, y no como mera circunstancia, que algunas realidades internas tienen una sólida tradición de efervescencia (situación de Bolivia, por ejemplo), los indeseables

para el sistema tampoco pueden alcanzar sus metas (sean éstas o no de izquierda). La senda de ‘retorno’ de la derecha, vía elecciones, vía golpes de Estado, vía remociones constitucionales o trucos 'legales', queda así pavimentada. Una precaria y falsa alternabilidad, como en México, puede ser inaugurada. El misterio del obsceno ‘retorno’ de la derecha latinoamericana descansa en lo inmediato en la no factibilidad del crecimiento sostenido con integración social para la realidad del área. Pero en el largo aliento se apoya en una cultura cuyas bases son la gran propiedad agraria y masculina (el culto al patrón a quien se disfraza como “señor”), el catolicismo clerical y patriarcal (que determina lo sagrado y lo obsceno, es decir lo que debe causar repulsión) y la superioridad étnica eurocentrada (que funciona internamente como etnocidio e internacionalmente como obsecuencia con los poderes establecidos). La tendencia sin solución de continuidad a militarizar los conflictos sociales, o sea a aplastarlos sin atacar sus causas, es un corolario de esos tres factores. Los pueblos latinoamericanos continúan siendo, en el siglo XXI, poblaciones fracturadas para quienes los ‘otros’ son peligrosos, enemigos virtuales y, en situaciones de crisis, enemigos reales. Una violenta derecha discriminadora, parlamentaria o no, resulta entonces enteramente funcional para la reproducción de un sistema que entre sus lógicas, locales, globales, contiene la producción de no personas o, en el habla de los paramilitares colombianos, “desechables”. Qué puede y debe hacerse con los desafíos que plantea este al parecer ‘eterno retorno’ de la derecha en América Latina es algo que no puede discutirse en este artículo.


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Graciela Treber

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n estos últimos meses el tema del dólar ha sido llevado a las primeras páginas de los medios ya sean ellos escritos, radiales o televisivos. Es interesante tratar de dilucidar cuales han sido algunas de las causas, sin pretender en pocas palabras agotar el tema. de por si complejo y en el que confluyen cuestiones tanto económicas como psicológicas, históricas, sociológicas, sociales y políticas Una porción de la población argentina, debido a experiencias pasadas de periodos inflacionarios e hiperinflacionarios, tiene tendencia a refugiarse en la moneda norteamericana como resguardo del valor de sus ahorros. Recordemos “El rodrigazo” (1975) antesala de negros años vividos de gobiernos sangrientos de facto, y posteriormente durante la recién llegada democracia periodos profundamente inflacionarios que terminaron en la hiperinflación de 1989. Luego, durante los negros años noventa – década de 1990 al 2001- con la llegada del llamado “plan Cavallo se estableció la convertibilidad, lo que

internalizó en la población la idea de que las transacciones podían realizarse indistintamente en pesos o dólares, y eso provocó que sea natural la equivalencia dólar –peso. Es de hacer notar que en la última década y especialmente desde el 2003 a la fecha, quienes decidieron mantener sus ahorros en dólares han perdido frente a otras alternativas de colocaciones. Otra porción, muy minoritaria, por cierto, tiene apego a realizar negocios financieros y obtener ganancias a partir de las fluctuaciones de ese signo monetario. Ahora bien, la gran mayoría de la población argentina centra su preocupación en otros aspectos del funcionamiento de la economía y posiblemente nunca en su vida ha visto un dólar. Esos son los sectores, que quedan patentizados en la encuesta nacional de hogares, cuando encontramos que en

el año 2003 el diez por ciento de los hogares más pobres recibían ingresos casi treinta veces inferiores al diez por ciento de los hogares más ricos y hoy esa relación que se ha mejorado sensiblemente, es de casi quince veces. Evidentemente, en la economía argentina se esta desarrollando una puja distributiva que en estos últimos ocho años ha significado un reacomodamiento de los sectores de empleo formal. Si repasamos la historia de las devaluaciones argentinas las mismas se han desencadenado justo luego de un posicionamiento más favorable del sector asalariado y siempre han significado un deterioro final en su posición. No es una cuestión menor la participación que en esta alarma han tenido algunas medidas tomadas por el gobierno nacional sobre


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controles a la libre adquisición de monedas extranjeras. Tampoco es menor recordar que durante todos estos años han estado ocurriendo importantes fugas de divisas y que ante la realidad de una crisis financiera internacional que hoy esta poniendo en tela de juicio la mismísima existencia del EURO como moneda de referencia, y la exigencia del gobierno nacional a que los grupos empresarios inviertan nuevamente y fuertemente en el país se desee enviar el mensaje que este esfuerzo también debe ser acompañado por los ahorristas particulares. Es decir, ahorrar justamente en nuestra moneda y mantener ese ahorro dentro del país y volcarlo al flujo corriente de alguna manera a través de la bancarización y no alentar la fuga al exterior o la permanencia de ahorros ociosos guardados.Ya sea por medidas precautorias en función de la situación internacional, por intención de no disminuir las reservas y hacerse de divisas que le permitan hacer frente a los compromisos internacionales sin recurrir a ellas, o por la intención manifiesta de que se comience a “pensar en la moneda nacional”, el gobierno ha tomado algunas medidas restrictivas respecto a la compra indiscriminada de dólares que tienden a que quienes lo adquieran puedan justificar impositivamente su facultad de hacerlo.Por otra parte, legalmente no existe hoy desdoblamiento del mercado cambiario por lo menos desde el punto de vista formal y las operaciones en ese mercado pretendidamente paralelo son muy reducidas. Hoy los indicadores de la economía real, con fuertes índices de crecimiento y bajos índices de desocupación, buena situación de las reservas y bajo endeudamiento no

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ameritan situación para que se produzcan corridas bancarias ni devaluatorias.Sería muy saludable e implicaría un real cambio cultural que todas las transacciones se realizaran en moneda del país, y que el dólar se reserve exclusivamente para las operaciones de comercio exterior o para quienes demostrando y justificando sus ingresos realicen viajes al exterior, tal como ocurre por ejemplo en Brasil. Sí se percibe, una marcada intención de ciertos medios de instalar la real existencia de ese dólar paralelo quizás impulsando que se fuerce una pretendida devaluación tal como solicitan algunos sectores, devaluación que como se ha dicho antes será siempre en perjuicio de los sectores más desprotegidos. Si bien las crisis financieras internacionales están preanunciando un cambio en las relaciones interacciónales en las que posiblemente se avance en relaciones bi o multi laterales en las que se utilicen monedas de los países involucrados en las mencionadas transacciones, este cambio de paradigma es

un proceso. EE.UU. ha vivido una etapa recesiva y de crisis financiera con gran desequilibrio de su Balance de pagos y elevada deuda, es aun prematuro sospechar que será pronta la desaparición total de su moneda DÓLAR como referente de cambio en la economía mundial. Ante esta situación internacional las economías emergentes deben tomar medidas que evite que las mencionadas crisis de los países llamados “centrales” sean exportadas y afecten esas economías en crecimiento, tal como ha sido de practica en buena parte de la época del capitalismo moderno Pensando en esa dirección, las medidas tomadas no pueden ser las únicas y se deberán afrontar también las relativas a controlar la suba de precios y del acceso al crédito, así como una profunda reforma impositiva y el fortalecimiento de un sector empresario nacional.


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Salvador Treber

La Imposición a la Renta o Ingreso Neto (mal llamado “A las Ganancias”) en nuestro país constituye un instrumento imprescindible para mejorar el esquema distributivo; sin perjuicio de mantener una adecuada adaptación a la realidad circundante.

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n las economías de base capitalista, la imposición a la renta neta de las personas físicas y las empresas constituye uno de los instrumentos más eficaces para disminuir en alguna medida la concentración de la riqueza; tendencia natural del sistema cuando se permite que operen en plenitud las denominadas “leyes del mercado”. Ello explica que exista en muchos países del mundo no sólo con el objetivo recaudatorio sino, muy especialmente, para atenuar la referida tendencia hacia la polarización en la cima y en desmedro de las demás franjas que se escalonan en el resto de la pirámide distributiva. El Anuario Estadístico del Banco Mundial (año 2010) consigna que rige en 105 países con alícuotas progresivas. Para las personas físicas en Dinamarca ascienden hasta un nivel máximo de 62%; 57% en Suiza; 50% en Bélgica y Japón; 45% en Irlanda, Israel, China, Australia y Alemania; 42% en Portugal; 40% en Francia,

Grecia, Noruega, España, Reino Unido y Chile; lo cual ratifica la utilización de este gravamen asignándole un peso significativo. En nuestro país la historia sobre su existencia se remonta al año 1932 y, en principio, se optó por tomar como “modelo” la inglesa sobre la materia (income tax). En su comienzo fue una imposición personal pero posteriormente se incorporó la relativa a sociedades de capital y por medio de sendos regímenes se extendió a las ganancias de carácter eventual e incluso a las catalogadas de extraordinarias. Lo cierto es que en sus ochenta años de vigencia fueron introduciéndose normas consagradas por la experiencia y evolución internacional que hubo en su régimen legal; y eliminando otras por la misma causa. En los países del OCDE han logrado legislarlo de tal forma que lo sustancial recae sobre las personas físicas y sólo en una medida complementaria sobre las empresas por entender que en este caso se facilita la traslación a los consumidores finales mediante el “efecto precio”. En cambio, procuran abarcar la totalidad de ingre-

sos generados en los diversos países donde operen e incluyen conceptos tales como la renta de valores mobiliarios. Obviamente, por medio de acuerdos se reconocen recíprocamente compensaciones entre ellos para evitar la doble imposición. EnArgentina, por el contrario, la mayor proporción de dicha recaudación surge de las empresas (3/4) y se convierte en complementaria (1/4) que recae en las personas físicas; razón por la cual su efecto global sobre el circuito económico lo torna mucho menos redistributivo al facilitar el mencionado efecto de traslación. Una rápida revisión pone de manifiesto que nuestra legislación sobre la materia ha sido objeto de reiterados cambios que, en cada momento, procuraron adecuar sus normas a las aplicadas en los grandes centros económico-financieros y, a la vez, ser funcionales a los lineamientos de la respectiva política económica. Actualmente, la tasa única con que se grava a las sociedades de capital es idéntica a la marginal máxima (35%), ínsita en la tabla de sucesivas escalas o tramos de progresividad que establece el artículo 90º de la Ley de Impuesto a las


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Ganancias. La incidencia del proceso inflacionario Uno de los aspectos que crea más problemas es la oportuna actualización del conjunto de deducciones autorizadas que que-

dan exentas del referido impuesto, exigiendo un diligente seguimiento y una actualización periódica; especialmente cuando las economías internas están sometidas a procesos inflacionarios y éstos no logran ser erradicados. Ello hace que la carga avance sobre cierta franja de rentas que tienen por objeto atender consumos vitales, como son el mínimo legal no imponible y una serie de conceptos adicionales a éste. La historia de retrasos en este aspecto es evidente en Argentina pues desde 2007 en adelante tiene elevadas tasas de incrementos del nivel general de precios. No debe extrañar, por tanto, que los reclamos en tal sentido se hayan generalizado pero nunca antes este tema ha sido motivo de medidas de fuerza y mucho menos de los sectores gremiales. Es cierto que el referido impuesto ha pasado a gravar las remuneraciones de los contribuyentes tanto solteros como casados, con o sin cargas de familia, a partir de montos relativamente bajos; razón por la cual sufren retenciones en la base alrededor de 1,8 millones de contribuyentes asalariados o cuentapropistas, por supuesto los mejor remunerados. Es también lógico que tal situación haya venido creando un creciente malestar que se traduce en planteos cada

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vez más estridentes. La “novedad” es que el titular de la CGT haya aprovechado esta circunstancia para convertirlo en una virtual bandera reivindicativa que coadyuve a avalar su postulación a un nuevo período en el ejercicio de dicho cargo. El Gobierno, por su parte, ha demorado i m p r u d e n t emente una decisión en esta materia, quizá debido a sus dificultades financieras para atender las obligaciones presupuestarias; pero, evidentemente, no eligió el mejor camino para evitar enojosos conflictos que podrían haberse obviado. Los requerimientos varían en su tono y contenido, desde los que exhiben una gran ignorancia sobre el tema y “maldicen” al impuesto pretendiendo su eliminación total, hasta los que acumulan argumentos y se circunscriben a reclamar un adecuado incremento de las antes mencionadas deducciones o aquellos que lo desnaturalizan refiriéndose a un supuesto “impuesto al Salario”. Las críticas más airadas provienen de la oposición pero difieren según quiénes las postulen; aunque todos apuntan al doble propósito de mejorar su imagen y poner en aprietos la gestión del Presupuesto Nacional. La faceta más vulnerable que nadie invoca Un análisis algo más detallado permite

advertir que la máxima fuente de inequidad es la generada por el estatismo de la tabla que determina las escalas de progresividad (Art. 90º de la ley) que rige sobre los ingresos de las personas físicas y se mantiene invariable desde el año 2000. En consecuencia, los escalones de renta neta gravada establecidos en éste, al no haber sido debidamente actualizados hasta la fecha, “achatan” automáticamente la mencionada escala y pasan a asignar virtual trato de “grandes contribuyentes” a una gran mayoría de asalariados y titulares de rentas unipersonales -bajas y medias- que, en el mejor de los casos, apenas les permiten cubrir las necesidades primarias de una familia tipo. En función de ese insólito retraso, transcurridos unos pocos años, hasta un ingreso modesto puede pasar a ser alcanzado por alícuotas elevadas; con lo cual se violan los principios más elementales de justicia tributaria y distributiva. Dado que, según lo plantea reiteradamente el Gobierno nacional, tiene muy en cuenta el segundo aspecto -es decir- la mayor equidad social, tal actitud se convierte en una flagrante rémora que exige una inmediata corrección.

La tabla del art. 90º de la ley del impuesto a las Ganancias, en su máximo escalón, el séptimo, fue fijado hace doce años en $120 mil. Esa cifra entonces permitía adquirir la misma cantidad de dólares esta-


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dounidenses, pero en este momento esa relación está totalmente distorsionada en perjuicio de los mencionados contribuyentes de bajos o medianos ingresos sin afectar en nada a los más grandes. Su inamovilidad desnaturaliza su contenido, constituyendo una verdadera inequidad. El Banco Mundial consigna que para el año 2009 los $120 mil eran equivalentes a US$32.434; cuando para el Reino Unido ascendía a US$66.047; Francia a US$92.983 y Chile a US$109.484. La búsqueda de una medida de la distorsión Alos efectos de advertir el grado de desactualización se inserta a continuación un cuadro que parte de las escalas en vigencia desde el año 2000, procediendo a ajustarlas mediante el uso del Índice General de Precios al Consumidor (Indec) e índices de fuente privada (promedios); por entender que la principal corrección debe hacerse adecuando los diversos escalones de la referida tabla. A los efectos de dar una idea del grado de distorsión que registra, se cotejan las paridades en los diferentes tramos para poder apreciar en su real magnitud a través de la cantidad de dólares que permitan adquirirse en cada caso. Apelando una vez más a datos del Anuario de Indicadores 2010 que elabora el Banco Mundial, en el mundo los titulares de rentas ubicados en el quintil de la cúspide (20%) de la pirámide distributiva perciben 53% del PIB total ecuménico. En Argentina 93,4% del total no está incluido en esa franja privilegiada que, además, en todos ámbitos suele apelar a diversos subterfugios para escapar a buena parte de la carga que les significaría dicho gravamen. Por si fuera poco, los que excedan el límite superior ($120.000 o sus equivalentes ajustados) no tienen más incrementos de alícuotas aunque la superen ampliamente ya que todo lo que exceda esa cifra, se liquida a la tasa proporcional de 35%.

Esta realidad explica y a la vez revela dónde se concreta la gran evasión que se reconoce en el impuesto a las Ganancias, la que actualmente asciende, según la misma fuente, a 49,5%. Los únicos que no tienen posibilidad de defensa alguna son los que trabajan en relación de dependencia (en blanco) ubicados en escalas que antes eran bajas o medias. En el año 2000 el marco era relativamente elevado (equivalente a US$ 120 mil anuales), pero ahora medidos en

esa forma apenas llegan a 30% de ese importe. Durante el transcurso de esos doce años sólo algunos rubros (v. gr., deducciones y bases para retenciones) fueron actualizadas en cierta medida, aunque no los libera de sufrir un tratamiento semejante al de los que moran la cima. Los empleadores cumplen con las normas y retienen mensualmente lo que deriva de aplicar la mencionada tabla que viene trasladando absurdamente a escalones superiores pues la situación real de por lo menos la mitad de los actualmente alcanzados no ha cambiado sustancialmente; pasando a gravitar como si dicho impuesto fuera un impuesto al consumo adicional, de claros efectos confiscatorios. Es oportuno que los funcionarios responsables del Gobierno y los legisladores nacionales tomen cartas en el tema y procedan a corregir las iniquidades vigentes en materia de impuesto a las Ganancias que hemos expuesto y que establezcan una metodología del ajuste anual para que rija en el futuro. De otra manera, seguirán primando las arbitrariedades e injusticias u “olvidos” por sobre la buenas intenciones proclamadas pero no concretadas efectivamente en hechos y normas legales. La disminución de la recaudación que ello supone (alrededor de $3.500 millones en el año) se puede compensar con creces si se crean nuevos escalones por encima del actualmente más alto (hay muchos países que superan largamente 35%). También se deben revisar las exenciones objetivas y subjetivas que incluye el artículo 20º de la ley pues hay algunas verdaderamente inadmisibles (v. gr. ganancias financieras) y alcanzar a los integrantes del Poder Judicial, quienes se han autoexcluído. Seguramente, cuando se introduzcan estas variantes nuestro impuesto a las Ganancias comenzará a cumplir en plenitud los objetivos por los cuales rige en todo el mundo.


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Oriana Seccia

Producciones artísticas independientes juveniles Un pequeño tour problemático Como todos los días, abro mi casilla de mail. Allí encuentro un correo, de remitente desconocido, que me invita a participar de una publicación: “Nos gustaría contar con un trabajo sobre producciones artísticas independientes juveniles. Tema que sabemos es de tu interés e indagación.” La frase es acertada, efectivamente hacia allí se orienta mi interés como investigadora. Sin embargo, he de confesarlo, es un interés proble-

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or empezar, porque este tipo de producciones artísticas, en algún punto, se articulan a partir de la crisis de la autonomía del campo en el cual se inscriben. Es decir, resulta muy difícil hablar en la contemporaneidad de algo así como un campo artístico con fronteras claramente delimitadas, y con un funcionamiento que ordena jerárquicamente a sus productos en base a un canon. Por ejemplo: si efectivamente pueden leerse los debates entre Florida y Boedo a principios del siglo pasado como luchas por establecer el canon literario en la conformación del incipiente campo literario autónomo en Argentina, resulta en cambio hoy en día mucho más difícil trazar dichas fronteras. Es decir, siempre es posible leer los procesos contemporáneos a la luz del pasado y – en nuestro caso – pensar a la música y literatura “independiente” (ya habrá ocasión para detenernos en esta clasificación) como estrategias de subversión (Bourdieu, 1998) dentro del campo. Sin embargo creemos que los cambios ocurridos al interior de la esfera del arte a partir de la

democratización de la técnica (Benjamin, 1989; Harvey, 2008; Brea, 2007), ha producido nuevas formas de recepción, producción y circulación de los capitales que ponen en crisis la propia idea de un campo artístico (Bourdieu, 1998) relativamente autónomo, cuyo afuera claramente sería “industria cultural” (Adorno y Horkheimer, 2001). Lo que algunos han llamado posmodernidad para referirse a nuestro presente histórico (Harvey, 2008; Lyotard 1991) ha traído modificaciones a las expresiones estéticas y a las teorías que las consideran. En este sentido, empieza a hablarse de posvanguardia (Huyssen, 2002; Burger, 1987) y de desdibujamiento entre las distintas disciplinas artísticas, e incluso la propia frontera de lo que se considera arte (Danto, 1999). Con la introducción cada vez más creciente de medios de producción y reproducción electrónicos en la producción artística, ciertas categorías como creador e intérprete, u obra, se desestabilizan, dejando de ser evidentes. Consideraciones generales Aún así, cabría preguntarse qué es lo “in-

dependiente” que varias de las producciones que presentaremos se atribuyen a sí mismas para definirse. Por un lado, ninguna de las producciones musicales y/o literarias de las que trataremos forma parte del mercado musical y editorial mainstream. En este sentido, a pesar de estar obviamente inscriptas en la economía de mercado, en general los recursos con los que cuentan son infinitamente menores, dando ello origen a distintas prácticas que autosustentan las producciones; prácticas que son tan amplias como el espectro de las producciones que se engloban bajo “lo independiente”: ediciones autogestionadas, difusión de los eventos realizadas por los mismos artistas vía redes sociales, recaudación de fondos mediante fiestas o gorras durante las presentaciones en vivo, superposición en el mismo artista de la categoría de productor e intérprete… En este sentido, cabe señalar a la FLIA como caso iluminador de esta forma de producción y circulación de las producciones artísticas. La Feria del Libro Independiente (FLIA) es un festival donde partici-


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Producciones artísticas independientes... pan editoriales independientes e individuos presentando sus libros y fanzines, diseñadores ofreciendo sus productos, y donde en vivo se realizan performances musicales, lecturas, y declamaciones políticas (generalmente de denuncia). Este festival se autodefine en su página de internet como “un espacio alternativo, un encuentro importante para mucha gente que impulsa y genera otra forma de hacer, vivir y consumir cultura. Un espacio de libre participación, sin sponsors, ni marcas.” (http://www.flia.org.ar). Esta suerte de pluralismo confrontativo propio de la Feria puede verse en la diversidad de disciplinas que ofrecen sus productos allí (literatura y música, pero también diseño e historietas), y también en la indefinición o definción flotante que los propios organizadores liberan de las siglas que la nombran: FLIA; Feria del Libro Independiente y A: alternativa, autogestiva, anarquista… (dentro del sentido común, identitario, que abre estos posibles, asimismo se excluye el adjetivo que tal vez sería el primero en aparecer en otros nombres de organizaciones: argentina). En la actualidad, la FLIA festejó su 20° edición en la Capital Federal en el mes de mayo, y se ha extendido a diversos puntos del país como La Plata, Rosario, Córdoba, y se encuentra a punto de celebrar la primera FLIA uruguaya. Como sostuvimos, la Feria se produce autogestivamente, realizándose con una frecuencia variable que no supera los 6 meses de intervalo. Inicialmente, la Feria surgió como una contra-feria de la oficial en La Rural. Sin embargo, al tiempo se decidió en una de sus asambleas que había que “reorientar la FLIA en su propia dirección, a distancia de la oficial pero no marginalmente, es decir no ubicarse deliberadamente en el margen de un centro”, sostiene Matías Laje, uno de los escritores/editores que participó de varias ediciones de la Feria desde sus c o m i e n z o s ( v é a s e http://www.revistatoro.com.ar/semb lantes.htm). Más allá de la claridad o

no que puedan tener los participantes sobre su propia práctica, lo que nos interesa señalar a través del caso de la FLIA es que las producciones independientes no disputan el campo del mainstream, como si se tratase en ellas de estrategias de subversión del campo, sino que creemos que se trata en ellas más de crear otro campo, con sus propios artistas “estrellas”. De este modo, consideramos que eventos como la FLIA se tratan, en todo caso, de estrategias de visibilización ante un público joven. Por otra parte, al hablar de producciones artísticas independientes juveniles resulta crucial detectar el contexto epocal en el que se enmarcan o, mejor dicho, detenerse en el hecho que marca, sobre todo para las producciones musicales y teatrales, las formas de exhibición ante el público en la Cuidad de Buenos Aires: la tragedia de Cromagnon. Con la clausura de varios espacios “under”, como forma oficial de “prevención”, estos productores tuvieron que buscar nuevas formas de presentarse ante el público. En este sentido, resulta paradójica – por no decir acorde a la política de concentración económica impulsada por el actual Jefe de Gobierno - la reacción por parte del Gobierno de la Ciudad ante la tragedia: en vez de penalizar y perjudicar a grandes empresarios del mundo musical como Chabán, efectivamente se realizó una persecución – y clausura en varios casos - de los espacios autónomos que, de hecho, no podían cumplir con los costos y exigencias de las habi-

litaciones. Habilitaciones por otra parte imposibles, ya que no existe actualmente en la legislación de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, la figura de centro cultural, que es la que más se ajustaría a estos espacios en los que se visibilizan las bandas musicales emergentes e independientes de los grandes sellos. Como respuesta política a esta problemática, varios centros culturales autónomos aunados bajo el colectivo MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos; véase www.festivalmeca.blogspot.com) presentaron el año pasado un proyecto de ley a la legislatura porteña que pretende crear una ley que regule y ampare a los centros cultuales, sobre todo para contrarrestar las políticas de clausura de estos espacios, pequeños económicamente, cada vez más usual desde la gestión Macri en la Capital Federal. Esta legislación restrictiva obligó a muchas bandas a generar nuevas estrategias: algunas de ellas simplemente pasaron a presentarse en lugares habilitados, y por ende aumentaron las entradas a sus shows, otras optaron por tocar en fiestas en boliches habilitados, otras redujeron sus presentaciones, limitándose a festivales colectivos, mientras que otras, más débiles, efectivamente quedaron fuera de escena. Asimismo, también surgieron nuevos lugares clandestinos a los cuales se accede pidiéndole la dirección directamente a los organizadores, quienes cuidan celosamente la difusión de la misma para evitar grandes concentraciones de gente que puedan llevar a una confrontación con la policía, y, en el peor de los casos, a una clausura debido a las multas, impagables para la capacidad de estos espacios. Más allá de las trayectorias individuales de estos artistas independientes, efectivamente se expresa dentro de esta difusa comunidad el reconocimiento de un presente “post-cromagnon”. Hechas estas consideraciones generales, abordemos, sin más dilación, de qué se tratan, en qué consisten algunas producciones artísticas independientes juveniles contemporáneas. ¿Qué tematizan? ¿Cómo? Contenido y forma Por empezar, resulta necesario detenerse en la notoria hibridación de los géneros, ya sea en la creación de (no tan) nuevos géne-


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Producciones artísticas independientes... ros como los VJ´s o como la “poesía oral”, o también en la presencia de unos dentro de otros, por ejemplo, de la música en la literatura. Esta hibridación da cuenta tanto de una búsqueda de experimentación formal para contar experiencias que antes no eran visibles en el caso de las producciones literarias, como así también forma parte de la

desintegración de un campo que lograra unificar y regular las expresiones estéticas, convirtiendo así en válidas, o por lo menos posibles, a producciones que hasta llegan a olvidar, declaradamente, viejos y claros parámetros de lo estético (por ejemplo, ello se hace patente en la pérdida de una exigencia respecto de la extensión de las producciones literarias: un libro compuesto por cinco páginas puede tranquilamente circular como tal). En lo que refiere a la experimentación formal novedosa, pueden celebrarse obras como las de Mariano Blatt, poeta y editor. En sus libros Hielo locura (Ediciones Stanton, 2011) o Increíble (Ediciones Stanton, 2007) la inclusión de una cotidianeidad que aún no había sido narrada - aquellas andanzas amorosas-amistosas de un yo lírico joven, que va a la cancha, que se fuma un porro con amigos y amantes, figuras éstas muchas veces superpuestas-, abre una forma nueva de escribir, donde el tiempo aparece entre suspendido y cíclico, donde el presente adquiere un carácter vívido. Sostiene Blatt en la “Nota del autor” que sucede a Increíble: “Yo quería escribir un libro, pero solamente escribía poemas. Por suerte, hablando con Gerardo Jorge, mi editor, pude entender por qué no era estrictamente necesario escribir un libro para

poder hacer un libro … Y me hizo dar cuenta de algo que está muy a la vista, que probablemente todos ya sepan y con lo que incluso yo estaba de acuerdo sin haberlo notado: que no existe ninguna construcción de pensamiento que no se pueda modificar cuando cada uno lo necesite.” Independientemente del tinte idealista de estas palabras, ellas cristalizan muy bien cómo la generación joven se aproxima a la producción literaria, aproximación relacionada con la fluidización del campo de la que hablamos con anterioridad. Efectivamente, esta caída de un canon ordenador profundiza la multiplicidad de formas de pensar qué es la literatura y cómo crearla, presentes como respuestas en todo sistema literario anterior (a pesar de que todo sistema – como talcontenga en sí producciones diferentes y asincrónicas entre sí). De este modo, esta libertad formal – esta no preocupación porque los textos puedan ser fácilmente encasillados en un género – se radicaliza en novelas como Gordo de Sagrado Sebakis (Milena Caserola, 2011), al mismo tiempo que algunas producciones se siguen enmarcando en las formas del relato modernista, como la novela Agosto de Romina Paula. Esta multiplicidad formal de las producciones independientes, sin embargo, no parece ser tan amplia en lo que refiere la fábula, a los temas plasmados (discúlpesenos esta suerte de dualismo entre forma y contenido – este será sólo sostenido por propósitos heurísticos, que rápidamente demostrarán la inseparabilidad de ambos). Gran parte de la producción narrativa cuenta una historia en primera persona, donde los referentes extra-literarios – lugares, programas de televisión, bandas de música – juegan un rol importante en la narración y la unidad de sentido (generalmente fluctuante y abierta) creada por el relato. Así, un rasgo común que se presenta en esta literatura es su carácter fuertemente generacional – la juventud hoy se extiende hasta los treinti largos -, donde en medio de

la dispersión formal y temática aparecen ciertas recurrencias: relatos enmarcados en círculos experienciales marcadamente de clase media, muchos hablando de consumo de drogas en fiestas, de formas de sexualidad amplias, por fuera de los binomios homo-heterosexual o pareja-soltero, como así también de programas de televisión que marcaron la niñez y la adolescencia de esa generación. De esta manera, los 90´s aparecen como una pulsión que persiste (Dipaola, 2012), no sólo bajo la forma de una crítica políticoeconómica de aquellos años de libertinaje moral y económico que culminaron con el estallido social del 2001, sino también como tiempo vital constitutivo, cargado de afectividad y referencias que hacen a las identidades jóvenes hoy en sus sucesivas afirmaciones. Así, la dimensión temporal que se hace fuertemente presente, que es producida en gran parte de estos relatos, es una concepción de la historia cuyos límites y

bordes se circunscriben a la propia vida, haciendo desaparecer un vínculo con un pasado más amplio, y agotando el futuro en el propio presente. Y he aquí nuevamente la hibridación entre los géneros de la que habláramos: gran parte de esta literatura está atravesada por la temporalidad de la música electrónica – pura inmediatez


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Producciones artísticas independientes... tímbrica, sin narración – o por el formato canción-breve a lo punk rock o indie. Pasemos a la música, entonces. Nuevamente, aquí el abanico de las producciones independientes es amplísimo. Más allá del formato usual de banda de rock, entre los que pueden destacarse a La cosa mostra o Los reyes del falsete, puede vislumbrarse un surgimiento de numerosos cantautores, como Lucio Mantel – con una apuesta a una instrumentación acústica en torno a su guitarra y su voz-, u otros como Ignacia, donde la introducción de sintetizadores y un acercamiento pop a los recursos de la música electrónica se hacen presentes. Por otra parte, también es posible agrupar toda otra serie de producciones que abandonan el formato canción más clásico, para volcarse a la improvisación y hacia la música electrónica, donde el set desplaza a aquel formato. En este sentido, cabe destacar el trabajo de Villa Diamante, quien mezcla sonidos provenientes de la cumbia con la música electrónica, y quien es parte central de las fiestas Zizek en Niceto club; fiestas que se vienen realizando hace ya más de cinco años, y por donde han pasado buena parte de los artistas emergentes del género. Entre ellos, y como representante de la hibridación genérica de la que venimos hablando, es notorio el trabajo de Chancha Vía Circuito, quien en sus performances en vivo y en su disco Río arriba (ZZK Records, 2010) mezcla en formato electrónico influencias del folkore, la cumbia e incluso el reggaetón. Esta suerte de mezcla de materiales provenientes de distintas fuentes y tradiciones es llevado al extremo por Rinha do Gallos o R355, quienes mediante el uso de sintetizadores y samplers crean improvisaciones

donde discursos hablados, fragmentos musicales o fragmentos de ruido, rompen con cualquier intento de “narración” musical para liberar al sonido en su pura materialidad y potencia, sin síntesis posible. De esta manera, sería posible hablar de dos series en la escena independiente musical: una más “narrativa”, donde persiste el formato banda y las figuras de los cantautores, y otra donde el formato canción se rompe para dar lugar a la improvisación y a una experimentación menos clasificable en términos de género. Sin embargo, tal aproximación resulta esquemática frente a una actitud generalizada en la escena independiente de abrazar la contaminación de las fronteras entre los géneros, como sucede en el caso de Operadora, quien canta temas que tal vez hacen recordar a algunos de Los encargados, pero que asimismo introduce de manera mucho más radical medios de composición propios de la electrónica contemporánea y la improvisación. De hecho, este pluralismo también puede verse expresado en la conformación de colectivos de artistas como MARDER, donde conviven bandas musicales de distintos géneros e incluso variadas disciplinas que exceden lo estrictamente musical, como lo pueden ser el diseño y la fotografía. Esta valoración por el cruce de disciplinas se expresa en el

producciones independientes juveniles: en ciclos tales como “Más poesía, menos policía”, donde conviven la música y la literatura, o en experiencias más novedosas como los “Slams de poesía oral” (http://www.slam-argentina.com/). Este formato, originado en Estados Unidos en 1985, resignifica a la poesía en tanto dispositivo estrictamente textual-literario, ya que consiste en una competencia donde los poetas se desafían entre sí, utilizando en su ayuda disciplinas como la música y la actuación, para lograr ganar el aplauso del público, quien es el encargado de seleccionar al campeón. Por otra parte, esta marcada valoración de la instancia performática cabría ser leída como una estrategia de visibilización por parte de este tipo de producciones; visibilización que se vuelve tanto más necesaria a medida que - con la pérdida de autonomía o límites definidos del campo anteriormente mencionada- los productos estéticos han dejado de consumirse o se consumen menos de manera autónoma. Es decir, en lo concerniente a este tipo de producciones ha caído en desuso la escucha, en soledad, atenta, del disco como una unidad. En cambio, proliferan nuevas formas de difusión de esta música, muchas de ellas de acceso gratuito vía internet, como lo pueden ser los myspace, soundcloud o bandcamp, donde en general lo que se escucha son temas sueltos. Rupturas y continuidades

objetivo del colectivo: “crear acontecimientos estéticos interdisciplinarios” (http://www.mmaarrddeerr.com .ar). Esta valoración de la instancia acontecimental del en vivo - y de la superposición disciplinar se hace notoria en varios eventos en los que se presentan efectivamente este tipo de

Llegados a este punto, cabría preguntarnos: ¿cuánto de esto es nuevo? ¿Cuánto viene de épocas anteriores y el hecho de esté sucediendo en el presente hace olvidar sus vínculos con el pasado? Por empezar, el hecho de que varios de estos artistas se llamen y se reconozcan a sí mismos como “independientes”, de manera tan naturalizada, es nuevo. En este sentido, cabe marcar las diferencias entre lo independiente y una idea de vanguardia o contracultura. Si es verdad que tanto las vanguardias históricas como lo independiente


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Producciones artísticas independientes... fueron llevados adelante por gente joven, es decir, más allá de lo estrictamente etario, nos interesa pensar esta categoría en su dimensión simbólica, que así resulta inescindible del hecho de que quienes entran a un campo, son “nuevos” en él – en el caso de las vanguardias, éstas se caracterizaron por su actitud confrontativa ante un canon establecido. Asimismo, las vanguardias históricas entablaron vínculos – problemáticos – con la vanguardia política. En el caso de las producciones juveniles independientes es posible marcar algunas diferencias a este respecto. Por un lado, la ausencia de una dimensión de articulación explícita por parte de los productores de su actividad con la esfera política. De hecho, dentro del campo que intentamos visibilizar en estas páginas, en términos generales sólo los artistas vinculados a la FLIAsiguen pensando a sus producciones bajo el paradigma de la vanguardia, a la vez política y cultural. En la mayoría de los casos, ante la difuminación de un campo artístico con fronteras claramente delimitadas, el enfrentamiento a un “enemigo” ya no es el principal rector de la práctica artística, que explora desde los márgenes, sin intenciones de disputar un centro. En cambio, encontramos la anteriormente mencionada experimentación formal, sin mucho apego a las fronteras genéricas. Así, surgen formas novedosas de producción, circulación y visibilización, que parecen heredar las palabras de Osvaldo Lamborghini: “primero publicar, después escribir”. Por otra parte, cabría preguntarse si es posible calificar a estas producciones como “contraculturales” - adjetivo heredero de una idea de vanguardia disminuida en sus aspiraciones revolucionarias-; adjetivo que algunos de estos artistas parecen tomar como calificativo de su propia obra. Esta noción ha sido problematizada por la crítica (Reynolds, 2011; Diederichsen, 2005) por varios motivos, entre los cuales no resulta menor el hecho de que la cultura ha devenido mercancía (hecho, por otra parte, que queda naturalizado en los análisis sociales que hablan lisa y llanamente de “consumos culturales” al referirse a la producciones estéticas). En este sentido, tal vez resulta más apropiado pensar estas producciones como un “mainstream disminuido” (Reynolds, 2005), que escapa a las grandes tiendas, y en cambio circula por pequeñas boutiques,

como lo puede ser la librería Cobra, en el barrio de Caballito. Asimismo, como exponente de esta lógica de circulación de las producciones independientes, resulta de gran importancia para el “campo” actual la reciente apertura de la disquería Mercurio, en una galería del barrio de Palermo. Allí cinco artistas reconocidos de la escena independiente (Lucy Patané de La cosa mostra y el colectivo Marder, LoloAnzoátegui, creador de las fiestas Dengue Dancing, Marina

su historia, pero en circunstancias no elegidas a su libre artbitrio…

Fages de El Tronador y también parte del colectivo Marder, Lucas Caballero de Los Guauchos, y Villa Diamante) se han propuesto abrir un lugar donde los pequeños artistas locales puedan hacer visibles y disponibles en formato disco sus producciones, como así también abrir un lugar de encuentro con sus pares y con el público. Así, si bien el término contracultura puede quedarle grande a este campo cultural emergente, no por ello éste deja de crear nuevas formas de hacer, ver y producir arte. En este nuevo contexto, el artista se transforma tanto en productor de arte como de las condiciones necesarias para hacerlo circular. En una conversación con Lucy Patané, ella se refirió a esta figura de artista como “agitador cultural”. Nos parece efectivamente ésta una forma precisa de referirse al modo en que los hombres se hacen cargo de hacer

ción a las formas de subjetivación que producen en los jóvenes de clases medias, sobre todo teniendo en consideración que nos encontramos ante una época signada por un nuevo tipo de individualismo. Según Abdo Ferez, éste “se sustenta en la exigencia, para el sujeto, de experimentarse como auténtico, capaz de sustentar y mantener a las vez opciones plurales de vida y que esas opciones (que se pretende que sean el exclusivo fruto de su decisión) queden por siempre abiertas, disponibles para ser reformuladas de plano, cuando ese individuo (y su inserción en el mercado) así lo requieran” (Abdo Ferez, 2011). En este marco, las elecciones estéticas, bajo la forma de consumos musicales o literarios, adquieren un nuevo valor

Concluimos Finalmente, he de volver a la escena inicial que originó este escrito. Son las producciones artísticas independientes juveniles de hecho parte de mi investigación. Sin embargo, yo suelo intentar pensar a éstas en rela-


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Producciones artísticas independientes... para componer al yo, y así afirmar un sentido de pertenencia, junto con un horizonte de sentido social. En este aspecto, cabe remarcar que muchas de las producciones de las que venimos hablando expresan fuertemente una posición de enunciación propia de las clases medias, enunciación que en sí misma crea ese horizonte de sentido que implica ser parte de una clase: adherir y también producir una matriz simbólica de percepción. Esta matriz, como toda perspectiva, dibuja objetos como visibles y – en una misma operación – excluye a otros como tales. En esta línea, esta posición de enunciación medioclasera que se presenta en las producciones que venimos describiendo, muestra ciertos rasgos particulares, que cabe destacar. Por ejemplo, la letra de la canción “John Henry” de los 107 Faunos dice: “No sé qué está pasando pero a todos mis amigos les va mal / Pedro, José y Julián, los mejores en lo suyo / No sé cómo entender la libre competencia del mercado laboral / El fracaso de los otros es un triunfo tuyo” (“107 Faunos”, Discos Laptra, 2008). Vemos cómo queda plasmada aquí, en su naturalidad, un habitus de clase media: aquel que se muestra crítico ante el funcionamiento del mercado y la supuesta libre competencia, pero que también puede afirmar –aproblemáticamente – “los mejores en lo suyo”, marcando así una frontera entre un nosotros y un ellos (innominado). Es decir, aquí puede notarse cómo quedan naturalizadas e interiorizadas ciertas posiciones en el espacio social, donde el rasgo meritocrático acentúa la interiorización de un efecto estructural. Y no se trata aquí de asignar un autor (una subjetividad desde la que emanaría el sentido) ni de tomar la letra en su literalidad, sino que se trata de detenerse en el efecto que es producido mediante esta canción: de ver cómo es aceptada y coreada como un himno, como no marcado. Digamos: no hace ruido; se canta, pega, y repite con la naturalidad de lo propio. De todos modos, también cabe ver en estas producciones una reformula-

ción de la identidad de clase media, uno de cuyos lugares de cristalización fue asumir la crítica como decepción (Minici, 2012). En este sentido, y rompiendo con ello, la novela Gordo de Sagrado Sebakis (Milena Caserola, 2011) toma un lugar de enunciación – construyendo un yo ficcional que precisamente intenta borrar las marcas de la ficción – que muestra un desgarramiento de

la autorrepresentación de purismo moral que generalmente la clase media tenía de sí, a la vez que plasma las derivas y fracturas económicas a la que la clase se vio expuesta durante la década menemista y los años de crisis generalizada con los que concluyó. Sin embargo, resulta necesario detenernos aquí. Hemos intentado, en estas breves páginas, dar una suerte de panorama de las producciones artísticas independientes

juveniles y, a través de ellas, ver cómo se reformula el “campo” de las producciones estéticas y también las narraciones – ficcionales, pero asimismo identitarias – que se canalizan y producen mediante ellas. Estas producciones se enmarcan en un contexto de individualización creciente normada socialmente - de la propia vida, donde las “muchas vidas en una” se erigen como ideal y como valor político. Así, la individualización resulta el punto de partida de la politicidad actual, en vez del viejo “bien común” desde el que solía empezarse a argumentar. En las producciones que reseñamos la política aparece efectivamente de este modo: ausente en su mención explícita, presente como programa de experimentación singular. Por otra parte, si en el pasado ciertos teóricos pusieron en el requisito de la autonomía del arte la posibilidad real de su politicidad, cabría preguntarse cómo este tipo de política del arte se puede hacer aún presente hoy, cuando las obras han perdido el halo que las separaba de la sociedad – antítesis social de la sociedad, decía Adorno. ¿Cómo sería ello posible, reiteramos, cuando el campo de lo representado en estas producciones, musicales y literarias, en general no incorpora personajes ni representaciones que excedan el horizonte de experiencia de las clases medias -recordemos la casi regla de narraciones escritas en primera persona, que se mueven en estrechos círculos sociales en esa literatura, etc..-? Ante la pregunta - y tal vez con la potencia del anacronismo - algunas bandas de rock experimental como Honduras se posicionan ante esta proliferación artística que intentamos mostrar y los modos de consumo que ellas conllevan, y cantan: “Y si no es lo que esperabas y no hay fiesta después del recital / volvé a tu casa acá no hay nada para vos”. (“Célula dormida”, Azione Artigianale, 2010).


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Alejandro Capriati

Rupturas y continuidades en los modos de hacerse joven ¿Qué hay de novedoso en las prácticas culturales y en las experiencias nocturnas de las generaciones más jóvenes? ¿Las prácticas culturales y los espacios de sociabilidad juveniles constituyen experiencias facilitadoras de procesos reflexivos, “de ampliación de conciencia”, acerca de las propias condiciones y perspectivas de existencia? ¿En qué medida estas prácticas y espacios juveniles tienen la potencialidad de modificar la reproducción de desigualdades sociales?

L

ejos de dar una respuesta acabada a estas preguntas, aporto cuatro hipótesis para pensar el carácter complejo y contradictorio de los procesos que configuran las modalidades juveniles emergentes, particularmente en el escenario musical nocturno en una barriada popular. En concreto, estas hipótesis se concentran en la experiencia de ser joven residente en una barriada popular, en el mundo musical y en las iniciativas culturales grupales, y en las escenas y espacios de sociabilidad nocturnos. Estas líneas de trabajo son resultados de una investigación social cualitativa en la cual se privilegió triangular las entrevistas semiestructuradas y la observación participante; complementariamente, se analizó la producción musical de ciertos grupos. El trabajo de campo se desarrolló entre junio de 2007 y septiembre de 2009, período en el cual participé de la vida cotidiana, cultural y nocturna de distintos grupos de jóvenes residentes en barrios relegados del Gran BuenosAires. 1. De “generación perdida” a generaciones posibles Las experiencias relativas al uso de la ciudad, a la formación educativa, al empleo y a la participación social permiten distinguir modos en los cuales el espacio social funciona como factor generador de restricciones y oportunidades. Residir en una barriada popular no sólo significa vivir en un área con malas o pésimas condiciones de habi-

tabilidad y escasa disponibilidad de servicios, sino que refiere a una experiencia urbana estigmatizante. Sobre los prejuicios habituales de su localidad (“barrio peligroso”, “zona caliente”), se superponen lógicas discriminatorias que convierten a sus residentes, especialmente varones jóvenes, en sujetos sospechosos cuando circulan fuera de su entorno barrial. La existencia de prejuicios y los procesos de estigmatización ponen de relieve las barreras que separan espacios y grupos sociales; barreras que pueden ser interpretadas, coincidiendo con el análisis de Svampa (2009), como expresión de un quiebre de solidaridades en el cual las distancias sociales y culturales entre la ciudad y los suburbios parecen cada vez más grandes.

La experiencia de ser joven en una barriada popular refiere a diversas realidades educativas y laborales: el abanico de situaciones educativas es tan heterogéneo como interrumpir la formación en el ciclo primario, cursar el ciclo secundario sin planes de continuar estudios terciarios o estudiar una carrera universitaria con apoyo financiero de los padres. En lo que se refiere a la inserción laboral, se distinguen quienes cuentan con un empleo formal, quienes trabajan en el mercado informal y quienes están sin empleo. La heterogeneidad de situaciones no puede obliterar la comprensión de las inequidades relativas al acceso a recursos educativos, opor-


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Rupturas y continuidades... tunidades laborales y condiciones de empleo. En términos generales, las experiencias educativas se caracterizan por su condición interrumpida (por no haber terminado el ciclo secundario) o postergada (por no

continuar su formación luego del ciclo secundario pese a tener intenciones), y las laborales se definen por la precariedad del puesto de trabajo como así también por la falta de perspectiva de crecimiento. Estas experiencias develan otro rasgo distintivo de este segmento joven, dictado por las dificultades para contar con recursos para generar proyectos de vida anclados en la formación y el empleo. La explicación tradicional que asocia mayor desigualdad a mayor violencia no ayuda a comprender la complejidad del entramado social en sociedades como las latinoamericanas (Gutiérrez, 2009). La desigualdad no es más que el punto de partida de una explicación certera: segmentos juveniles sin perspectivas de progreso no son argumentos suficientes para explicar cómo la violencia se incorpora en los cuerpos y lenguajes de los sujetos jóvenes (Rincón, 2009; Reguillo, 2008; Souza, 1994). No obstante las condiciones de

privación y las experiencias estigmatizantes, las y los jóvenes continúan apostando por el estudio, el trabajo y/o la participación. Si bien se debaten entre una instrucción formal devaluada que no garantiza un futuro mejor y un empleo que una y otra vez

confirma inestabilidad y precariedad, es un error describirlos como una “generación perdida”: sin intereses personales ni iniciativa grupales, desinteresada y apolítica, predispuesta en sus actividades recreativas al abuso de drogas y a la violencia, entre otros diagnósticos tremendistas. El análisis de las prácticas socioculturales, relativas a los usos de la música y sus espacios de sociabilidad, permite reconstruir maneras de estar en el mundo, reconociendo experiencias y espacios grupales y colectivos, de escucha, producción y encuentro. Para captar en su complejidad las prácticas socioculturales es necesario revisar las tipologías juveniles derivadas de las categorías de la crítica musical (estilos y géneros musicales) en tanto dificultan la comprensión no sólo de las identificaciones culturales, sino también de los modos de habitar el escenario nocturno. Una barriada popular está habitada por distintas culturas musicales, relativas al rock, al reggae y a la música tropical; la noción de “culturas musicales” refiere a universos heterogéneos de expresiones y prácticas vinculadas a ciertos géneros y estilos musicales, prove-

nientes de tradicionales locales, regionales o globales. 2. Las culturas musicales como herramientas para la defensa de derechos Situaciones de la vida afectiva, recreativa y política son musicalizadas, es decir, vivenciadas con un trasfondo musical. La música puede ser terapéutica en ciertas circunstancias (un recurso para tranquilizarse, evadirse y expresarse), una forma de entretenimiento en otro contexto (el placer de escuchar música, la felicidad de hacer música con otros, la energía de estar disfrutando de música en vivo junto a otros), como así también un modo de conocimiento y expresión acerca de asuntos personales y cuestiones sociales (por ejemplo, en las canciones elaboradas por distintos grupos musicales barriales se narran tanto historias de amor y situaciones de desconcierto como crónicas de la exclusión y denuncias de injusticias). Las y los jóvenes se nutren de las distintas expresiones estilísticas vinculadas a cada género y estilo para ubicarse en el mundo social. Con mayor y menor riqueza poética, con mayor y menor experimentación sonora, las culturas musicales ponen a disposición un conjunto amplio y heterogéneo de relatos, con tramas más o menos complejas, que las personas se apropian en un proceso no exento de conflictos. Entre las culturas musicales de una barriada popular circulan relatos comunes que constituyen espacios simbólicos fecundos para la denuncia, defensa e invención de derechos. Me detengo, especialmente, en dos tópicos presentes en las distintas culturas musicales (vinculadas al rock, al reggae y a la música tropical). Estos tópicos refieren a aspectos centrales de las experiencias juveniles, como la denuncia de situaciones de violencias vinculadas a la policía y el reclamo a fumar marihuana sin persecuciones.


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Rupturas y continuidades... Con propuestas musicales y estilos narrativos heterogéneos, muchas canciones evidencian la conflictiva relación entre la población joven y la policía. Un ejemplo paradigmático refiere a la denuncia de casos de violencia y abuso policial con uso de armas de fuego conocidos como “gatillo fácil”. Dicha expresión es utilizada como título de canciones con ritmo de cumbia, punk rock o heavy metal. Las culturas musicales juveniles reconocen, impugnan y denuncian una situación de vulnerabilidad que atraviesa a la población joven, especialmente de sectores populares. En torno al consumo de marihuana, circulan diversas canciones que, además de exigir el derecho a consumir sin ser penalizado, demandan su legalización y abogan por el auto cultivo. En festivales por la defensa de derechos humanos, en recitales por el reclamo de justicia ante episodios de violencia política o policial, estos relatos se materializan y hacen cuerpo con el compromiso de artistas y del público. Si bien las culturas musicales no están articuladas orgánicamente con agrupaciones políticas o movimientos sociales, sus mejores relatos y fantasías, parafraseando a Frith (1980), se convierten en una crítica de la realidad. Sin desconocer que la música es una forma de entretenimiento como así también una terapia personal, ciertas expresiones de las culturas musicales juveniles pueden ser pensadas como culturas ciudadanas a partir de la circulación de relatos (en las canciones), que denuncian situaciones de violencia y promueven aspiraciones de igualdad y justicia. La dimensión política de las culturas musicales juveniles no niega la capacidad de goce como tampoco confunde culturas musicales con movimientos sociales. Las prácticas culturales, retomando con la propuesta de Reguillo (2000), pueden ser leídas como formas de actuación política no institucionalizada, en la cual las personas jóvenes despliegan su visibilidad como actores sociales y, a veces, se reconocen como tales. Este proceso, analizado desde una perspectiva histórica, puede ser pensando como una actualización de la tradición crítica y contestataria de ciertas expresiones del “rock nacional” (Vila, 1985; Alabarces y Varela, 1988; Semán y Vila, 1999; Pujol, 2005).

La música también es la materia y el len-

y obstáculos. Si bien esta toma de la palabra no manifiesta principios ideológicos ni pronuncia un discurso de derechos, genera testimonios perso-

guaje con el cual las y los jóvenes llevan adelante sus proyectos culturales. Las iniciativas musicales barriales generan un micro espacio de sociabilidad, de encuentro, aprendizaje y producción, que brinda un refugio frente a las presiones y miserias de la vida cotidiana. Armar y sostener proyectos grupales, tomar la palabra y producir canciones propias, intervenir en el espacio local, actividades típicas para hacer música en una barriada popular, ponen en escena un modo de ser joven que defino como “protagonistas culturales”. La experiencia de formar parte de un grupo de música, especialmente el hecho de tocar en vivo y grabar un disco, les permite a sus integrantes concebir su propia imagen de un modo positivo. En estas actividades, coincidiendo con el análisis de Dayrrel (2002), sus integrantes encuentran la posibilidad de pensarse como sujetos de un proyecto, afirmándose en una sociedad que los condena al anonimato y les restringe el desarrollo de sus potencialidades en otras esferas de la vida social. Hacer canciones constituye la herramienta cultural que tienen a mano para hablar públicamente de sus deseos, desconciertos

nales que no sólo hablan de fracasos cotidianos sino también brindan un relato a partir del cual pensarse de un modo alternativo a la resignación. Más allá de las diferencias de estilo, las iniciativas comparten un modo de tomar la palabra a partir del testimonio personal. Toma de la palabra que pone en discusión el uso de la voz autorizada; esta elaboración de un propio discurso puede ser pensada como un cuestionamiento de la jerarquía de credibilidad, recuperando la noción de Becker (1967), que los tiende a privar del derecho a ser escuchados. Estas iniciativas producen nuevas mediaciones que elaboran imágenes alternativas a los estereotipos de violencia y criminalidad asociados a las barriadas populares, retomando el análisis de Ramos y Ochoa (2009). Por otro lado, tocar en vivo y participar en la organización de eventos constituyen modos de intervenir en el espacio local que tienen distintas consecuencias: además de generar un espacio de diversión nocturna y

3. Las iniciativas musicales barriales como generadoras de protagonistas


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Rupturas y continuidades... expresión musical alternativo a las opciones dominantes, tiende redes entre grupos de jóvenes de barrios vecinos y establece contactos con jóvenes de otras zonas del espacio social, interrumpiendo la reproducción de prejuicios entre grupos y agrietando la segregación socio espacial. El “festival local” refiere a un espacio de sociabilidad organizado y/o sostenido por los grupos musicales barriales, para quienes es indispensable compartir el escenario para asegurar un mínimo de público y afrontar los costos. En la organización de estos eventos musicales, conformados con la participación de decenas de grupos con propuestas musicales diversas (desde sonoridades “heavy”, “hardcore”, hasta “reggae”, “ska” o “rockabilly”), la cuestión de las afinidades musicales no es un asunto prioritario; incluso, en ciertas ocasiones, se privilegia la selección de grupos con propuestas musicales heterogéneas para captar mayor público y no saturar al oyente con sonoridades similares. Los festivales locales conforman un espacio de sociabilidad caracterizado por experiencias emotivas intensas en los cuales varones y mujeres se divierten bailando, escuchando, tomando y fumando. 4. Los festivales locales como un espacio de buena convivencia La noche no es simplemente el momento que empieza al final del día. Es un escenario donde tienen lugar diversas actividades, donde se juegan papeles específicos, con reglas, expectativas y actitudes diferentes de las asociadas al diurno. Los modos de habitar el escenario nocturno ponen de manifiesto la participación en lugares distintos. “Ir a bailar”, “asistir a recitales”, “juntarse en una casa”, “reunirse en una esquina”, refieren a actividades que las mujeres y los varones jóvenes llevan adelante con mayor o menor frecuencia.

Por ello, los “rockeros” se convierten al otro fin de semana en “bailanteros”, del mismo modo que las mujeres jóvenes que prefieren estar tranquilas en sus casas mirando una película se transforman en jóvenes protagonistas cuando tocan junto a sus grupos de música. Las experiencias nocturnas, sin distinción de la opción recreativa, tienen como propiedad distintiva la promesa de fiesta, la celebración de la amistad, las expectativas de romance, como han señalado distintas investigaciones desde múltiples perspectivas. Junto a dichas promesas, más o menos alcanzadas, en el escenario nocturno es posible identificar escenas que obstruyen la circulación y limitan la capacidad de acción de ciertos sujetos. La reflexión crítica de las escenas que conforman el escenario nocturno permite identificar no sólo los encuentros festivos, sino también las dificultades, inconvenientes y agresiones que forman parte de las experiencias juveniles. Por ejemplo, la discriminación y, el eventual trato agresivo del personal de seguridad privada, continúa siendo una escena cotidiana para ciertos jóvenes. Otro obstáculo que atraviesan las experiencias nocturnas de las chicas y los chicos es la dificultad de trasladarse durante la noche y la madrugada debido a la interrupción del servicio de transporte público, carencia potenciada con un rasgo característico del escenario nocturno: la falta de protección policial. Las experiencias de intimidación policial al transitar lugares en los cuales no son bienvenidos, la penalización de la tenencia de drogas para consumo personal y la modalidad represiva de la intervención policial en eventos multitudinarios, constituyen algunas de las razones

por las cuales la policía es representada como una institución cuyo principal objetivo es intimidarlos. Por otro lado, la posibilidad de una pelea o un enfrentamiento, especialmente entre varones, empaña el clima del escenario nocturno. Actos tan simples como un roce o un empujón involuntario entre dos varones en un local bailable, un recital o un bar pueden ser razones suficientes para producir una escena en la cual sus protagonistas parecen quedar atrapados en el lenguaje de la violencia. Si bien las agresiones físicas entre varones forman parte de una escena siempre a punto de estallar en el escenario de la noche, su resolución difiere en función del espacio de sociabilidad nocturno; es decir, un altercado puede resolverse en términos amistosos o bien puede desatar una pelea cuerpo a cuerpo o un enfrentamiento grupal. Los niveles de agresividad no sólo son heterogéneos sino también imprevistos; hasta que la escena no termina no es posible conocer la escalada de la violencia ni el daño posible sobre los cuerpos. El espacio de los festivales de música locales puede ser caracterizado como “conmutadores”, adaptando el uso de Kornblit (2009), en tanto tiene la capacidad de producir interrupciones en ciertos modos de reproducción de la violencia característicos del habitar nocturno, especialmente en lo relativo a la agresión física entre varones. En los festivales locales se pone en juego una “lógica de buena convivencia” que tiende a impedir el ejercicio de la violencia física, a través de frases de cortesía o por medio de las redes entre organizadores, músicos e invitados. Ya sea por la urgencia de proteger los pocos espacios disponibles para tocar música en vivo, o por la imperiosa necesidad de compartir la noche con otros grupos, en este espacio de sociabilidad nocturna impera una lógica distinta de la agresión física. Esta lógica adquiere su mayor sentido si se la contrasta con los locales bailables, sean “boliches” o “bailantas”: si bien el espacio de los festivales locales no es la realización acabada de la no violencia, como tampoco el espacio de los locales bailables constituye una guerra de todos contra todos, sostengo que en los primeros


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Rupturas y continuidades... impera una “lógica de buena convivencia” que tiende a impedir de diversos modos que un simple roce, más o menos evitable, o incluso una mirada desafiante, se convierta en una pelea cuerpo a cuerpo o en un enfrentamiento grupal. Por otro lado, el espacio de los festivales locales produce conexiones novedosas entre grupos de jóvenes de diferentes zonas del barrio al desactivar la hipótesis de enfrentamiento; esta conexión se produce en un escenario social en el cual el límite subjetivo del propio barrio, como espacio que brinda seguridad, se reduce a unas pocas cuadras. Incluso estas conexiones cuentan con la potencialidad de transformar el sentido de las relaciones: en ciertas ocasiones, este espacio logra reconvertir relaciones marcadas por altercados y prejuicios (derivadas de peleas en locales bailables o campeonato de fútbol, prejuicios relativos a diferencias entre los barrios, etcétera). Por ello, el festival local es uno de los espacios en los cuales la pertenencia barrial no funciona como una frontera que genera enemistad; por el contrario, en este espacio se encuentra un segmento de la población joven de la localidad en una lógica de buena convivencia. Asimismo, el festival local tiende relaciones de reciprocidad entre grupos de música de distintos barrios y localidades a partir del intercambio de invitaciones. Las conexiones con grupos de otras localidades constituyen un desafío a una lógica que los tiende a segregar en sus propios barrios, ampliando sus redes de relaciones (Dayrell, 2002).

no igualitarias, a la discriminación y la agresión. En primer lugar, en algunas expresiones de las culturas musicales de una barriada popular se producen relatos, afectivos y eróticos, que actualizan patrones de género asimétricos y contenidos misóginos. En segundo lugar, ciertos espacios de sociabilidad nocturnos de una barriada popular conservan contornos homofóbicos, es decir, constituyen lugares que, de un modo más o menos generalizado, tienden a discriminar, explícita o implícitamente, a personas no heterosexuales. En tercer lugar, la violencia física entre varones, evitada en ciertas circunstancias, sigue siendo asumida como el modo dominante de resolver diferencias entre individuos o grupos en el escenario nocturno. La agresión física no

nes residentes, que generan, retomando los términos de Ramos y Ochoa (2009), alternativas de subjetividad, sociabilidad y representación para la población joven en oposición a las lógicas dominantes de los conflictos urbanos. A fin de cuentas, se trata de permitirse pensar que las culturas musicales juveniles, del mismo modo que las experiencias nocturnas, pueden ser transgresoras acerca de ciertas cuestiones y guardianas del orden en otros aspectos. Así, mientras la denuncia de injusticias y la generación de proyectos culturales invitan a hablar de “culturas ciudadanas” y “jóvenes protagonistas”, la persis-

Procesos contradictorios, posibilidades de transformación

llega a ser considerada un signo de debilidad o de inferioridad, por el contrario, en última instancia, es entendida como una prueba de virilidad. Los modos de ser joven emergentes ponen de manifiesto tendencias contradictorias en un escenario de vulnerabilidad estructural. Las culturas musicales, las iniciativas musicales barriales y los festivales locales, parafraseando a Paiva (2006), pueden ser interpretados como relatos, experiencias y espacios facilitadores de un proceso psicosocial -personal, grupal y colectivo- de ampliación de conciencia. En las barriadas populares existen culturas e iniciativas, motorizadas por sus propios jóve-

tencia de patrones de género jerárquicos sugiere la figura de “jóvenes conservadores”. Junto a la actualización de patrones de género jerárquicos y la reproducción de violencias de diverso tipo, aparecen también prácticas, producciones y espacios que impugnan y trasgreden lo heredado. Las modalidades juveniles emergentes no manifiestan transformaciones radicales, sino fisuras que, con distintas intensidades, logran afectar el ordenamiento social establecido; las sociedades no cambian intempestivamente y sus mutaciones

El análisis de las prácticas socioculturales permite identificar procesos contradictorios en la configuración de los modos de ser joven. Por un lado, se observan proyectos que generan nuevos mediadores culturales, culturas musicales que hablan de derechos y espacios de sociabilidad que instauran lógicas de buena convivencia.Agrupo estos procesos como “rupturas”, en tanto cuestionan, de maneras diversas y con dispar intensidad, formas de la desigualdad social y de la violencia. Por otro lado, se constatan “continuidades” en las modalidades juveniles relativas a la reproducción de relaciones de género


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Rupturas y continuidades... no operan de modos lineales (Cosse, 2010). Con sus limitaciones, las culturas musicales juveniles, los grupos de música barriales y los festivales locales contribuyen a la configura-

ción de modos de ser joven alejados del imaginario dominante acerca de la juventud residente de barrios populares como despolitizada, sin proyectos y violenta. Sin hablar siempre explícitamente de política, las culturas musicales hacen visibles ciertas relaciones de poder y nodos conflictivos. Si bien los grupos de música se arman, simplemente, por el placer de hacer música, ponen de relieve la existencia de proyectos grupales. Sin ningún tipo de proclama anti violencia, los festivales locales constituyen espacios que generan alternativas novedosas a las agresiones entre varones, restituyendo las promesas de celebración entre viejos conocidos y perfectos extraños. No necesitamos acostumbrarnos a las violencias: existen prácticas, relatos y espacios que muestran la posibilidad de producir rupturas en su reproducción, fisuras que permiten vislumbrar esperanzas de que el sentido de la solidaridad sea más fuerte que la razón de la violencia. Precauciones y desafíos en el estudio de la condición juvenil A modo de cierre comparto precauciones metodológicas y desafíos

teóricos cuando se aborda el estudio de la condición juvenil. Si el punto de partida del análisis crítico de la condición juvenil pasa, precisamente, por desarmar la noción de “juventud”, el punto de llegada no tiene que volver a producir una definición acerca de cuáles serían las nuevas características esenciales de la juventud ni determinar un nuevo rango etario. Por el contrario, el rango etario debe ser especificado como resultado del análisis, siempre provisorio, no como punto de partida. En su acepción más simple, la condición juvenil está vinculada con determinadas edades, produciendo cierto ordenamiento social, con sus jerarquías y acceso a derechos y privilegios. Si bien la línea contemporánea de estudios sobre juventudes subraya la necesidad de explorar las experiencias juveniles en su relación con el presente y dejar de pensar la juventud en función del futuro, no se debe olvidar que ésta constituye una etapa no permanente en la cual la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades inciden no sólo en el presente sino también en la amplitud de oportunidades disponibles para más adelante. Dejar de pensar en ello, en nombre de postulados teóricos, va a contramano de las experiencias de las mujeres y los varones jóvenes quienes, a pesar de los obstáculos, intentan seguir estudiando porque saben que la formación es el medio más idóneo para mejorar su situación personal en el futuro. Por otro lado, dichos postulados corren el riesgo teórico de perder de vista que una de las principales problemáticas juveniles reside en las restricciones estructurales en el acceso a recursos y oportunidades. Por otro lado, es indispensable pensar en

varones y mujeres jóvenes sin presuponer orientaciones, prácticas e identidades de género heterosexuales. Se trata de abordar las relaciones entre mujeres y varones, como así también los vínculos intra-genéricos, cuestionando un enfoque anclado en posiciones binarias y heteronormativas. Este abordaje del género como relación, y no solamente como atributo de sujetos, conceptualiza los papeles, experiencias y relaciones de género como elementos constitutivos de los fenómenos sociales, en superposición con relaciones de clase, etnia y otros clivajes de la vida social. Estas reglas no constituyen una innovación, sino una articulación de distintas perspectivas, con preocupaciones diversas. Para enriquecer el estudio de las distintas aristas de la condición juvenil, el análisis transdisciplinario permite captar los diversos modos de ser joven en contextos estructurales complejos y en diferentes espacios. Además de la tradición de estudios sobre juventudes, la sociología comparada de la marginalidad urbana, los estudios culturales y la sociología de la cultura, la antropología urbana y los estudios de género, cuentan con teorías y herramientas apropiadas para analizar las prácticas y significados en torno a la experiencia de ser joven y sus modalidades más o menos típicas. Retomando el desafío planteado en las últimas décadas en los estudios latinoamericanos sobres juventudes, es necesario profundizar una perspectiva comparada, local y regional, que genere teorías sobre las experiencias juveniles frente a las transformaciones recientes en la sociedad contemporánea.Así, una mirada atenta a lo que acontece en otras ciudades y periferias de la región permitirá no sólo superar el análisis “localista”, sino también captar contrastes y similitudes, generando explicaciones regionales de las transformaciones globales.


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Lucía Trinidad Fernández

Peter Capusotto y sus videos, ¿un manifiesto después del fin de los manifiestos? La distinción entre Industria Cultural y Vanguardia concentró varios de los esfuerzos teóricos sobre el arte de la última modernidad. Las teorías contemporáneas, en cambio, dan por superada tal distinción a partir de la evidencia de los numerosos cruzamientos que se han realizado entre ambas categorías originalmente contrapuestas, haciendo de tal distinción antagónica una cuestión demodé. Sin embargo, en la obra de Peter Capusotto y sus Videos, esta distinción es el gran continuum que integra los diferentes momentos de la obra, siendo la obra misma una vanguardia inserta en los medios de masas.

L

a obra “Peter Capusotto y sus videos” aparece en la escena mediática argentina como un manifiesto implícito sobre arte y política en sus formatos televisivo y radial –incluyendo sus reproducciones en la Web-, explicitándose sus premisas en la versión fílmica 3D. Bajo el supuesto de que los autores dialogan y discuten con algunas teorías del arte a través de la obra misma, vamos a ir desplegando una lectura posible de este fenómeno que, a pesar de sus evidentes argentinismos, está logrando atravesar las fronteras nacionales. ¿Qué aporta la obra de Capusotto y Saborido al mundo del arte y sus conceptualizaciones? ¿Cómo habita y se actualiza la distinción indus-

t r i a c u l t ural/vanguardia en la obra Peter Capusotto y sus videos? ¿Qué desafíos le impone a la teoría crítica modernista y a las teorías contemporáneas sobre el arte? ¿De qué manera el humor funciona como materia y herramienta para la reflexión crítica y la autoobservación? Arte y política nenene. ¿Un manifiesto humorístico? Peter Capusotto y sus videos, un programa de rock, logra a través de sus piruetas n a r r a t i v o humorísticas tematizar su propia existencia


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Peter Capusotto y sus videos... como propuesta vanguardista dentro de un medio de masas. El formato televisivo, trasmitido en la TV Pública como en canales musicales de cable (MuchMusic y VH1) integra tres momentos dialógi-

que en sus orígenes había sido llamada a ser un movimiento vanguardista y a su vez masivo –confluencia del pop de los 60-, a través del cual la juventud se enfrentaba a las premisas conservadoras de las generaciones previas, pero que su devenir la ha

cos: 1) Las presentaciones de Peter Capusotto -que es y no es Diego- que enmarcan histórica y políticamente a los sketchs; 2) los sketchs, con la construcción de los personajes humorísticos; 3) los videos de rock auténticos que sirven de contrapunto respecto de los personajes humorísticos. Aunque gran parte de la difusión de la obra haya sido mediante Internet (principalmente a través de la página YouTube), consideramos que en este medio quedan recortados algunos de estos segmentos cuyo diálogo permite realizar una lectura más acabada de la obra. En esta ocasión vamos a centrarnos primero en su formato televisivo, donde implícitamente parecieran esbozarse algunos posicionamientos para luego pensar en la última producción del ciclo en su formato para cine en 3D. Al tomar al Rock como materia prima artística -y como excusa-, la obra problematiza su propio carácter en tanto producción artística y su relación con lo político. Esta corriente musical les sirve a los autores ya

encontrado integrada casi completamente a la maquinaria de la industria cultural (Huyssen, 2006). “Aquí llega el rock. Ese rock que cada tanto debe detener su vuelo para buscar el cotidiano alimento que le permita sobrevivir. Ese rock que siempre está atento a la amenaza de ese hombre que viene con su jaula para encerrarlo y llevarlo a la ciudad. Pero el rock escapa a esas manos. Esas mismas manos, que son las que le ponen de señuelo ese cotidiano alimento con que el rock se tiene que alimentar. Una vez más, intentará atraparlo. Pero el rock vuelve a escapar. Siempre volverá a escapar. O por ahí ya lo atraparon y nosotros no nos enteramos o no nos dimos cuenta.” (Peter Capusotto y sus Videos. Canal 7, 3108-2009). Es esta tensión entre el vanguardismo y la inmersión en los circuitos del mercado que la industria cultural ofrece a los artistas la que es problematizada en la obra y sobre la cual la obra intenta responder habitando la misma tensión. Capusotto y Saborido introducen dentro de un medio de masas ideas,

problemas y contenidos que suelen circular por medios de comunicación alternativos y desde una estética que contrasta con los cuidados y costosos detalles de producción vistos usualmente en la pantalla chica. Lo político aparece transversalmente en toda la obra, ya sea explícitamente en referencia a ciertas corrientes o actores políticos personificados, o implícitamente como política de la subjetividad. Para la construcción de los primeros, Capusotto y Saborido apelan al procedimiento de la transposición, destacándose entre estos personajes Bombita Rodríguez, Violencia Rivas, Luis Almirante Brown y Micky Vainilla. La transposición de sentidos es un procedimiento clásico del lenguaje humorístico, donde se realiza un desplazamiento de ciertos rasgos y caracteres atribuidos típicamente a una cosa, espacio o persona y se los aplica sobre otro elemento. El efecto de lo cómico emerge a partir de una ruptura respecto a una expectativa de sentidos atribuidos típicamente. Estos personajes, que se construyen aplicándoles a los artistas -que suelen parecer neutrales o políticamente nulos- unas ideas y contenidos de politicidad explícita, ponen en evidencia lo falso de aquella pretendida neutralidad. Lo velado y naturalizado de lo ideológico es aquí lo que se trabaja y por contraposición hacen de aquellos caracteres originales y masivos personajes conservadores. En el caso de Bombita Rodríguez, la apelación a la figura de Palito Ortega lo evidencia como conservador, apareciendo también la referencia a Olmedo como el machista cuya virilidad objetualizante se pone en cuestión, dejando de ser aquella referencia sacralizada del humor argentino. El género y los ordenamientos sociales sobre el amor son los temas de Violencia Rivas, quien deconstruye las normalizaciones de toda una generación a partir de los consumos artísticos: donde originalmente había odas al casamiento, el amor eterno y el salvataje de la vida de una mujer mediante el encuentro de su media naranja, Violencia Rivas violenta con sus canciones anarco-punks todos estos supuestos. En el caso de Micky Vainilla, se apela a los nuevos fascismos contemporáneos llenos de purpurina que habitan la música pop, alegre y divertida. A la inversa, Luis Almirante Brown –en clara referencia a Luis Alberto Spinetta-,


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Peter Capusotto y sus videos... aparece como aquel músico auténtico cuya poética debe mixturarse con chabacanerías del lenguaje para lograr un acceso a las masas. El procedimiento es bien interesante, puesto que se está jugando con la tensión que existe entre ser un artista de culto con un público relativamente reducido y, por el otro lado, hacer que la poética más sofisticada dispute en los terrenos del main stream la construcción de sentidos. Podríamos decir que se trata aquí de una referencia a los propios intentos del programa de tener una propuesta de contenido complejo y sofisticado y, a su vez, lograr ciertos nexos comunicativos con un público deshabituado a estos lenguajes. Por otra parte, aquellos personajes donde aparece una crítica a la construcción de subjetividades sujetadas (entendida aquí como políticas de subjetividad) están basados en un procedimiento de amplificación, mediante el cual se exacerban ciertos rasgos reconocibles de ciertos tipos sociales hasta hacer evidente la reproducción de un estereotipo. A través de los personajes Pomelo, Juan Carlos Pelotudo, el Emo y Latino Solanas los autores invocan la fetichización del gesto transgresor o identitario que suele acompañar la experiencia estética del rock. La cosificación del modo de vida rockero, más comercializado que la producción musical, es puesta en evidencia a partir de la reiteración idéntica de ciertas actitudes. A Pomelo no le importa cantar o componer tanto como reiterar el gesto de romper cualquier elemento que encuentre a su alrededor ya que es esto lo que lo hace estrella de rock. Juan Carlos Pelotudo quiere aprender a tocar la guitarra a través de los cursos de guitarra de Roña Castro vía fax con el solo fin de conseguir “minitas”. El Emo reduce su cuestionamiento sobre el mundo a la angustia de tener que optar entre dos propuestas de consumo: pebete o pan francés; coca-cola común o light. Y Latino Solanas, es la reproducción de una identidad supuestamente local mediante los imperativos de los medios de comunicación norteamericanos. “Más allá del intento del show de las Tortugas Incas, es muy difícil para todos los latinos expresar o hacerse notar en esa expresión de lo que pasa en nuestro continente. Por suerte, hay hermanos latinoa-

mericanos viviendo en New York, en “Uhaiu”, en “Cunnecticut” y, gracias entonces a nuestros hermanos anglosajones de los Estados Unidos que toman de ellos la cultura latina, la envasan y la difunden, poco a poco hoy en nuestro barrios podemos ver lo latino presente en los jóvenes”(Presentación a Latino Solanas, Peter Capusotto y sus Videos. Canal 7, 31/08/2009). La heteronomía de estos últimos personajes cuestiona el devenir cosificado del mundo del rock, su inmersión en una industria cultural que toma la creatividad de los movimientos culturales de resistencia y los traduce en objetos de consumo. Sin embargo, la propuesta va más allá que la simple dicotomía en polos opuestos: entre los videos originales que hacen la vez de contrapunto a estos personajes, también podemos encontrar videos de Nirvana, banda

haber disputas posibles que se pueden masificar a través de esos medios. A fines de enero de 2012, la dupla Saborido-Capusotto llevó a la pantalla grande los personajes del programa, lo que presentaban como “la misma bosta pero en 3D”. La película obtuvo críticas disímiles: por un lado, se decía que la hora y media de película contrastaba con la efectividad de los cortos sketchs que podían verse reiteradamente por Internet. Por el otro, se le hacían los mismos elogios a los personajes de siempre. Sin embargo, un detalle que parece haber pasado desapercibido es el hecho de que se hiciera explícita una forma de manifiesto. Dice Violencia Rivas en uno de los trailers: “Es imposible que el ser humano

Pedro Saborido y Diego Capusotto que irrumpió en el main-stream y devino expresión de toda una generación disconforme con la mercantilización exacerbada y la estética superflua del rock de los 80’s. Esta presencia nos permite leer en el programa que la participación en los medios de masas no supone necesariamente una heteronomía cosificante, sino que pareciera

pueda estrenar una nueva forma de vida, alejada de la idiotez de esta civilización enferma. Lo único que se puede estrenar, entonces, es una película. En este caso, Peter Capusotto y sus 3 dimensiones: una película en 3D en contra del entretenimiento para distraerse una hora y media y


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Peter Capusotto y sus videos... después volver resignadamente a la estupidez de todos los días”.

res están pensando en la necesidad de atravesar las instancias de los dispositivos masivos, una crítica posible al otro lado, a las

Esta referencia “en contra del entretenimiento” se reitera varias veces en la película. En la sala de cine, uno está constantemente a la expectativa del uso del efecto 3D de forma espectacular (esa especificidad del 3D que interviene sobre el espacio del mismo espectador). De antemano, se espera que los animalitos domésticos de Violencia Rivas sean arrojados por nuestras cabezas haciéndonos moverlas para evitar el virtual impacto. Sin embargo, este efecto aparece recién con el último animalito de los tantos que nos arroja nuestra querida anarco-punk. En ese momento, se hace evidente que Capusotto y Saborido llevaron el ciclo al formato cinematográfico como una mera excusa para poner en manifiesto –ahora bien explícitamente- que la intención política era colocar una obra de vanguardia que fuera política y estéticamente antagónica a los productos culturales que suelen consumirse en las salas de cine, en los espacios del mero entretenimiento. También se puede leer que los auto-

vanguardias que construyen nuevos lenguajes, contenidos y relaciones c o n t r a hegemónicas pero que circulan por medios pequeños (tal vez piensen en marginales) y que no estarían logrando poner en jaque a la cultura hegemónica. De esta forma, los autores, desde la obra misma, reactualizan las discusiones que se daban por superadas colocándose en los bordes de los dos lados de la dicotomía. Humor, vanguardia e industria cultural Adorno y Horkheimer fueron los mayores exponentes de la distinción entre Vanguardia e Industria Cultural en el marco histórico de la ampliación de los alcances de los medios de masa a mediados del siglo XX. La industria cultural aparece como el

medio que cristaliza la razón instrumental de la ilustración: identificadora, totalizante y negadora de la heterogeneidad, es decir, aparece como pura ideología. El arte de vanguardia, en cambio, está llamado –especialmente en la obra de Adorno- a ser el modelo para la filosofía y la dialéctica negativa ya que en las obras auténticas no hay concepto identificable y la organización otra de los elementos de la vida aparecen en una relación que, al ser diferente, catalizan el movimiento dialéctico al negar lo que se considera como dado en la realidad. En el marco de la industria cultural, el humor aparece para estos autores como la instancia donde el sujeto se divierte al identificar y encontrar afirmada su existencia cotidiana. Sin embargo, los autores reconocen que la materia del humor debe ser controlada para que no estalle en movimiento dialéctico, distinguiéndose una risa recon-


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Peter Capusotto y sus videos... ciliada y una risa terrible a partir de su vínculo con el poder: “La risa, reconciliada o terrible, acompaña siempre el momento en que se desva-

ambigua, tal vez porque contenga indiferenciadamente las cualidades de reconciliada y terrible en las mismas premisas. Por un lado, la risa evidencia la mecanicidad de lo normado (el automatismo); por el otro,

guardia. El desafío a las teorías contemporáneas sobre el arte Desde la emergencia del arte pop, que rompe tanto con el Arte con mayúsculas como con la distinción entre vanguardia e industria cultural, las teorías sobre el arte dan por cerrada la era del modernismo y hablan del paso al posmodernismo. Por un lado, este cambio de época estaría precedido por el fracaso de la empresa vanguardista: “No solamente es la vanguardia algo que pertenece al pasado, sino que además resulta inútil resucitarla, cualquiera sea la excusa para hacerlo. Sus invenciones y técnicas artísticas han sido absorbidas y capturadas por la cultura de masas occidental en todas sus formas, desde el cine de Hollywood, la televisión, la publicidad, el diseño industrial y la arquitectura, hasta la estatización de la tecnología y la estética de consumo.” (Huyssen, 2006:39)

nece un miedo. Ella anuncia la liberación, ya sea del peligro físico, ya de las redes de la lógica. La risa reconciliada resuena como el eco de haber logrado escapar al poder; la terrible vence el miedo parándose a las instancias que hay que temer. Es el eco del poder como fuerza ineluctable.” (2007: 151). Ahora bien, ¿qué es lo que hace que la risa sea afirmativa o negativa respecto del poder? Henry Bergson, desde la filosofía vitalista, se preocupó especialmente por reconocer las particularidades de lo cómico y su función social. Bajo esta mirada, lo cómico se diferencia de las otras artes por tematizar las generalidades, lo típico, lo cotidiano y sobre esta materia despliega su gran capacidad correctiva. El humor puede tanto corregir las desviaciones respecto a lo esperado, así como poner en evidencia aquello que mecánicamente se repite en oposición a lo flexible de lo vital. La interpretación de la función social que cumplen la risa y la comicidad en Bergson puede ser

reprime las distracciones de los sujetos, signos de insociabilidad, respecto de aquello normado. Más allá de que en ambas propuestas la función social de la risa quede más bien asociada a lo normado que a su resistencia, en este caso, nos concentramos en la función dinámica que el humor representa: al poner en evidencia la rigidez, los automatismos gestuales, y poner en movimiento aquellos conceptos que habían podido devenir absolutos, la risa tiene la capacidad de devenir negación de lo fijado. Por un lado, la risa reconciliada emerge como movimiento dialéctico hacia lo noidéntico/identificable, la permeabilidad de aquello que se presenta como absoluto. Se puede burlar de lo dado, liberando todo aquello que le es heterogéneo, construyendo una multiplicidad que se unifica de manera no-violenta. Mientras que la risa terrible deviene ideología, la risa reconciliada hace de su material estético un momento de van-

Por otro lado, a esta transformación se la identifica como un cambio epistemológico en el campo de la historia y de la crítica de arte, donde dejaría de poder pensarse como legítima cualquier pretensión de verdad absoluta. El Fin del Arte, tal como lo conceptualizó Danto, se plantea a partir de la imposibilidad de poder pensar en las expresiones artísticas en tanto movimientos, tendencias y pretensiones de verdad, sucedidas una tras otra en tanto superaciones: “Declarar que el arte ha llegado a un fin significa que este tipo de crítica ya no es lícita. Ningún arte está ya enfrentado históricamente contra ningún otro tipo de arte. Ningún arte es más verdadero que otro (…) no puede haber ahora ninguna forma de arte históricamente prefijada, todo lo demás cae fuera del linde (…) El manifiesto define cierto tipo de movi-


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Peter Capusotto y sus videos... miento, cierto estilo, al cual en cierto modo proclama como el único arte que importa. (…) Cada uno de los movimientos se orientó por una percepción de la verdad filosófica del arte: el arte es esencialmente X y todo lo que no sea X no es –o no es esencialmente- arte” (Danto, 2009: 49-50) A la luz de estas perspectivas, la obra de Capusotto y Saborido podría parecer anacrónica ya que en ella sobreviven los conceptos de arte “auténtico” vs. arte “falso”. Ahora bien, a estas interpretaciones contemporáneas, la obra podría responderle acusándolas de haber desincentivado la problematización sobre lo político, sobre los dispositivos de circulación, sobre los contenidos, retornando a ciertas pretensiones de neutralidad cuando siguen existiendo –aunque tal vez invisibilizadamente- las disputas políticoconceptuales en el mundo del arte. Incluso, podemos imaginarnos (fantasiosamente, sólo como excusa para seguir reflexionando) que los autores deciden problematizar ciertas figuras del mundo musical pop de las décadas del 60 y 70 –como lo serían Bombita Rodríguez y la joven Violencia Rivas- como parte del cuestionamiento a las transformaciones que desde entonces se vienen evidenciando en el arte. Por otro lado, vemos que hay un procedimiento que Capusotto y Saborido realizan y que los estaría ubicando en un medio punto entre las teorías contemporáneas y el modernismo de Adorno y Horkheimer. Cuando se plantea casi como una necesidad la irrupción de la obra vanguardista en la esfera de la cultura de masas, así como la mixtura en el uso de lenguajes de las artes que circulan en ambas (presencia de referencias a la cultura masiva mixturada con complejas y sofisticadas conceptualizaciones), se está rompiendo con la idea de estos últimos autores de que toda producción cultural inserta en los medios de masas es afirmativa o que, si en algún momento habría pre-

tendido ser negación de lo dado, su inserción en la industria cultural no sería más que la evidencia de que ya no significaría ningún peligro para esta. Tal vez, lo que permita a Peter Capusotto y sus videos realizar este entrecruzamiento sean los procedimientos humorísticos mediante los cuales logran realizar críticas y posicionamientos en contra de la industria cultural, pero sin responder desde una perspectiva epistemológica con pretensiones de verdad absoluta. Lo que el humor pone en movimiento al deslindar los conceptos de su sentido original no es más que eso: movimiento allí donde las cosas se habían fijado interrumpiendo su devenir. En los procedimientos construidos por los autores, no hay verdad que pudiera conceptualizarse y donde asentarse. En todo caso, podemos considerarlo como una advertencia hacia ambos lados de las dicotomías que, claramente, para Capusotto y Saborido sobreviven. A los vanguardistas que se distancian infinitamente de los lenguajes y modos de circulación masivos les advierte lo inocuo que pueden resultar sus procedimientos al no disputarle ni contenidos, ni públicos, ni espacios de difusión a la industria cultural. Y a aquellos que dan por perdida la empresa vanguardista –sea políticamente o en términos de lenguajes- y que sostienen que los monstruos de la industria cultural y el arte contemporáneo son capaces de absorber y neutralizar cualquier intento de transformación social que el arte pretenda –sea en términos de relaciones políticas o políticas de sentido-, les recuerda que las resistencias a estas instituciones sobreviven y que, en todo caso, se trata de volver a poner sobre el tapete la relación que se construye en el arte con lo político.


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Los poetas, ¿pa´qué sirven?

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interior. Y la revolución, en el fondo es poesía colectiva [...] La poesía brota de las profundidades. Y la revolución brota de las profundidades". (Cesaire,1970,4) Las anteriores reflexiones nos conducen por el pedregoso camino de la política y el poder cuyo acto de presentación consiste en marcar territorios, delimitar, adscribir a una parte. Para ello necesita trazar un surco, abrir una zanja : Alsina separa con una zanja la civilización y la barbarie; los inmigrantes surcan (imprimen surcos) la lisura de la pampa que desde entonces recibirá el nombre de pampa gringa; los ingenieros ingleses trazan terraplenes por donde el tren pondrá nombres de estaciones y borrará la memoria de viejos pagos. Son todas operaciones

de separación entre el lado de adentro y el lado de afuera mediante una incisión que viene desde arriba, como la escritura, el papel escrito, firmado y sellado. Desde entonces, los del interior serán re-signados: ahora serán lo contrario de lo que eran, pajueranos. Es que la apropiación de tierras, de regiones, de pagos, de nombres, es el efecto de un poder. III

Juan Larrea

Ahora bien, la pregunta que la crisis formula es la siguiente: ¿Y la palabra poética, qué poder tiene? Ciertamente adolece de poder político. Desde las épocas de Platón el poeta está del lado de afuera de la "república": es un pajuerano. Como a Fierro, lo han arrojado a la frontera. Esa es su morada porque la palabra poética siempre es fronteriza, va y vuelve de la conciencia letrada a la conciencia difusa. Es la cifra secreta de un desgarramiento, y su territorio es una comarca desconocida para los fines de la comunicación y de la práctica del dominio. Exiliada en el subsuelo, en lo innombrable y secreto, la palabra poética, como el Bautista, predica en el desierto ofertando a

los hombres el don que el poeta trae de sus exploraciones por la noche y el silencio. Por lo común, una general sordera posterga la recepción para después de la celebración de los esponsales del poeta y la muerte. Juan Larrea, el vanguardista español que vivió y murió, ignorado y hasta combatido, en nuestra Córdoba del Tucumán, escribió obras fundamentales sobre el destino de América a través de una muy particular interpretación del Apocalipsis, de Novalis, de Rubén Darío, de Cesar Vallejo y el surrealismo. Auscultaba el futuro deletreando el Verbo que habla sin cesar desde el ab-surdo (bueno para sordos, "por lo mucho que ofenden el actual oído común"), y "desde situaciones lejanísimas en el tiempo espacio a la conciencia de la razón teórica" (Larrea, 1971: 500 y sigs.) Habría otros y múltiples enfoques de poesía, todos fundados, todos emergiendo de la práctica viva del acto poético, todos explorados en los mil rostros neutros de la palabra. Pero, como un cierre relámpago, el espacio se obtura y nos deja copiados en este instante que juzgamos eterno.

Artes Plásticas La ilustración de la portada y portadas interiores de la presente edición, corresponden al artista plástico Horacio Butler.



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