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Derechos humanos y enfoque de género4

6 horas

Objetivo

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Estimular el conocimiento para la protección de los derechos humanos entre organizaciones sociales de mujeres y hombres que viven en zonas rurales del país.

Conceptos básicos

Los grupos humanos en todas las épocas han creado pautas de comportamiento o tablas éticas para organizar la vida en sociedad y regular la convivencia. La existencia de códigos de comportamiento, que pueden ser explícitos o implícitos, se observa en la familia, el trabajo (reglamento interno de trabajo), el colegio (manual de convivencia), las ciudades (código de policía) y las urbanizaciones (reglamento de convivencia).

Dichos códigos responden a principios y valores centrales para cada cultura o cada grupo en un momento determinado; las normas de conducta o pautas de comportamiento derivan de estos principios y valores. Su transgresión puede generar sanciones o acciones de control social. Estas pautas de comportamiento suelen ser producto de procesos de acuerdo entre los convivientes, quienes pueden cambiarlas en determinado momento de su historia y crear nuevas pautas, adecuándose a los cambios y necesidades del grupo o comunidad.

La diferencia entre valores y derechos humanos es importante. Mientras los valores son bienes preciados por una persona o un grupo, los derechos humanos son de carácter universal, se fundan en una ética pública (para todas y todos), están reconocidos por el ordenamiento legal, es decir, positivizados, y son exigibles ante el Estado y sus tribunales.

Respecto a los valores, por ejemplo, un grupo puede considerar valiosas para sus miembros la fe, la religión o la ternura, mientras que para otro grupo lo fundamental puede ser el respeto de la palabra empeñada, el valor en el campo de batalla, la honorabilidad y la virginidad. Esto significa que cada grupo y/o persona puede darse su propia tabla de valores de acuerdo a sus creencias y su historia de vida. Valga anotar que los valores no se aprenden de la misma manera que otros conocimientos; pues se apropian a través de la construcción de vínculos emocionales, a partir de experiencias cotidianas en las relaciones próximas y en diálogo con personas significativas en el diario vivir.

Por su parte, los derechos humanos constituyen una tabla de mínimos que aspiran a la convivencia universal y ponen límites al ejercicio abusivo del poder. Son aún una construcción novedosa que es preciso reflexionar, sentir y apropiar para incorporarla a la vida personal y social, dado que, con frecuencia, se procede de historias personales, familiares y sociales que desconocen algunos de estos derechos humanos.

En ocasiones, vivir conforme a los derechos significa ir en contravía de prácticas y creencias tradicionales. Es el caso de la violencia contra las mujeres o el maltrato infantil que hasta hace algunas décadas fueron consideradas maneras “normales” o “naturales” de comportamiento para enseñarles a las mujeres, las niñas y los niños a portarse bien, y hoy se consideran vulneraciones a los derechos humanos.

La humanidad, en un largo proceso que culminó en 1948 en el seno de las Naciones Unidas, donde los gobiernos de los distintos países tienen sus representantes, acordó por consenso una tabla ética que todos los países acogieron: la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Luego, este conjunto de normas universales de convivencia se positivaron (fueron garantizadas jurídicamente) y se fueron ampliando progresivamente de acuerdo a las demandas de hombres y mujeres que buscaban transformar las condiciones políticas, económicas y sociales de una época determinada. Hoy, por ejemplo, además de los derechos humanos generales, hablamos de derechos de grupos específicos: derechos de las mujeres, derechos de la niñez, derechos de la juventud, derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes, entre otros.

Los derechos humanos están incorporados en el ordenamiento constitucional colombiano y son de obligatorio cumplimiento para todas y todos.

Los instrumentos de derechos humanos

Es importante conocer las leyes nacionales que garantizan y restablecen los derechos humanos de las mujeres en el país.

Instrumentos jurídicos nacionales

• Constitución Política de Colombia, que en su Artículo 67 dispone que la educación “formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia”.

• Código de Infancia y Adolescencia (Ley 1098 de 2006).

• Ley 1257 de 2008, por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres.

• CONPES 161 – Equidad de género para las mujeres.

• Acuerdos municipales o planes municipales sobre niñez, juventud y mujeres.

Instrumentos de la Fundación PLAN

• Cumplimiento de todos los marcos internacionales y nacionales.

• La Política de Igualdad de Género.

Fines de los derechos humanos

Los derechos se orientan a la armonización de las relaciones entre los seres humanos y su función es fomentar las actitudes y prácticas sociales de respeto y la valoración de las diferencias, así como la oposición a la discriminación por motivos de raza, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional, étnico o social, condición física o mental, orientación sexual o de género o por otros motivos.

Del preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Naciones Unidas, 1948), se pueden deducir los fines de estos derechos:

@ Evitar actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad. En este sentido los derechos operan como límites al ejercicio arbitrario del poder.

@ El advenimiento de un mundo en el que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias.

@ Que el ser humano no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.

@ Promover el desarrollo de relaciones amistosas entre naciones y comunidades, fomentar la comprensión mutua y la amistad, la tolerancia y la paz.

@ Promover el progreso social y elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de libertad.

Los instrumentos de derechos humanos son herramientas políticas que sustentan la exigibilidad de los mismos ante los estados y sus instituciones, y sirven a los procesos de incidencia de las organizaciones sociales; por eso la importancia de su divulgación y conocimiento. Se busca promover la interdependencia, la indivisibilidad y la universalidad de los derechos humanos, incluidos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, así como el derecho al desarrollo.

Con frecuencia, se observa resistencia frente a los derechos humanos, en especial de las mujeres, pues se piensa que les dan vía libre para “hacer lo que les venga en gana” o “dedicarse al libertinaje”; también se piensa que se puede atropellar a otras personas en nombre de los derechos individuales.

Estas son ideas erróneas porque los derechos humanos son límites al ejercicio abusivo del poder y terminan en donde empiezan los derechos de otras personas. Por otra parte, es la realización de los derechos lo que preserva la dignidad de las personas; de allí la importancia de los límites en el ejercicio de los derechos, que no es otra cosa que considerar que no se puede dañar a otra persona.

Es menester articular el concepto de daño al principio de la dignidad humana entendida como:

• Autonomía o posibilidad de diseñar un plan vital y determinarse según sus características (vivir como se quiera).

• Ciertas condiciones materiales concretas de existencia (vivir bien).

• Intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e integridad moral (vivir sin humillaciones).

Se habla de daño cuando, por acción u omisión, ocurre un sufrimiento o menoscabo material o moral a la dignidad humana, a sus bienes naturales, en su propiedad o en su patrimonio, o a las cosas que esa persona aprecia, causado por una contravención a la norma. La Ley 1257 de 2008, en su Artículo 3°, desarrolla el concepto de daño vinculado a la violencia contra las mujeres. Artículo 3°. Concepto de daño contra la mujer. Para interpretar esta ley, se establecen las siguientes definiciones de daño: a. Daño psicológico: Consecuencia proveniente de la acción u omisión destinada a degradar o controlar las acciones, comportamientos, creencias y decisiones de otras personas, por medio de intimidación, manipulación, amenaza, directa o indirecta, humillación, aislamiento o cualquier otra conducta que implique un perjuicio en la salud psicológica, la autodeterminación o el desarrollo personal. b. Daño o sufrimiento físico: Riesgo o disminución de la integridad corporal de una persona. c. Daño o sufrimiento sexual: Consecuencias que provienen de la acción consistente en obligar a una persona a mantener contacto sexualizado, físico o verbal, o a participar en otras interacciones sexuales mediante el uso de fuerza, intimidación, coerción, chantaje, soborno, manipulación, amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal. d. Daño patrimonial: Pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores, derechos económicos destinados a satisfacer las necesidades de la mujer.

Igualmente, se considerará daño o sufrimiento sexual el hecho de que la persona agresora obligue a la agredida a realizar alguno de estos actos con terceras personas.

Las mujeres ingresaron tardíamente al universo del reconocimiento de sus derechos. El camino de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres ha encontrado obstáculos en las creencias y prácticas patriarcales, que consideran a las mujeres y las niñas como seres inferiores en capacidades y talentos, y por tanto disminuidas en sus derechos. Desde el siglo XVIII la lucha por el derecho a la ciudadanía femenina ha tenido hitos importantes:

• Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana (1791), redactada por la francesa Olimpia de Gouges.

• Vindicación de los derechos de la mujer (1792), ensayo escrito por la inglesa Mary Wollstonecraff.

• Declaración de Seneca Falls o Declaración de sentimientos (1848), surgida de la primera convención sobre los derechos de la mujer en los Estados Unidos, organizada por Lucretia Mott y Elizabeth Cady Stanton.

• Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), adoptada por las Naciones Unidas.

El siglo XX fue muy importante para la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. A través de la movilización y la organización social de las mujeres se avanzó en la igualdad en diferentes campos del desarrollo: la educación, la participación laboral, los derechos sexuales y reproductivos, en especial el derecho a la anticoncepción y la participación política, incluido el derecho al sufragio. Estos movimientos sociales han contribuido a la profundización y ampliación de la democracia en el mundo.

En la II Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena (Naciones Unidas, 1993), gracias al movimiento internacional de mujeres, fueron reconocidos los derechos de las mujeres como derechos humanos. Hoy el derecho a la igualdad y a la no discriminación se encuentra incorporado al ordenamiento constitucional de nuestros países.

No obstante los avances en el tema de la igualdad, persisten diferencias importantes en la vivencia de los derechos humanos y las libertades entre mujeres y hombres, dado que la sociedad no trata de la misma manera a unas y a otros. Estas brechas en la realización y goce de los derechos se observan en los distintos espacios sociales, de tal manera que se habla de una deuda histórica con las mujeres.

Actividad 1

Mapa de actores: ¿Quién soy yo?

60 minutos

Materiales

» Papel kraft.

» Marcadores de colores.

» Tarjetas en cartulina tipo ficha.

» Pegante.

» Cinta pegante.

Desarrollo

1. Motive al grupo con una bienvenida cálida y amable, presente el objetivo del módulo y el proceso que van a seguir.

2. Entregue a cada persona una ficha y un marcador e indíqueles que escriban en ella la siguiente información:

Nombre de la persona participante: Nombre de la asociación: Rol en la asociación: Expectativa de este encuentro:

3. Indíqueles que usen la tarjeta de manera horizontal y que respondan el último punto con una frase corta.

4. Invite a cada participante a que lea textualmente su tarjeta en voz alta y la pegue en una cartelera que previamente usted ha preparado con el título ¿Quién soy yo?

5. Recoja las expectativas del grupo y señale cuáles se van a cumplir en el proceso y cuáles no. Esto es muy importante para que el grupo tenga clara la ruta de viaje.

Nota: Si alguna persona participante tiene dificultades de lecto-escritura, ofrézcale el apoyo necesario de manera cálida para no excluirla.

Actividad 2:

Reconocimiento

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