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Sesión 3 Economía, poder y violencia

6 horas

Objetivo

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Reconocer y valorar los diferentes aportes que hacen las personas de la familia a la economía familiar y cómo influyen en la construcción de relaciones familiares protectoras o violentas.

Contenidos básicos

La violencia contra las mujeres sucede en un sistema de dominación en el cual a otras personas, en especial hombres, se les valora, aprecia y reconoce el uso de la fuerza, el control y la dominación sobre ellas, sobre sus vidas, cuerpos, deseos, patrimonio y libertad.

Por violencia contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado.

De acuerdo a lo estipulado en los Planes de Acción de las Conferencias de Viena, El Cairo y Beijing, por violencia económica se entiende cualquier acción u omisión orientada al abuso económico, el control abusivo de las finanzas, recompensas o castigos monetarios a las mujeres por razón de su condición social, económica o política. Esta forma de violencia puede consolidarse en las relaciones de pareja y familiares, en las laborales o las económicas.

¿Cuáles son los diferentes tipos de poder?14

Usualmente asociamos el “poder” a la capacidad de una persona de imponerse sobre otras. Cuando se nos pide que pensemos en personas poderosas, la primera cosa que se nos ocurre es un político, un líder religioso o una persona con fuerza física. Pero esta es una forma muy limitada de entender el concepto. Una definición más completa del poder es: la habilidad o capacidad de comunicar eficazmente una idea, influir en las personas y hacerlas actuar. Esta definición trata el poder como un conjunto amplio de recursos, ideas, conocimientos y herramientas que cualquier persona puede utilizar para influir eficazmente en personas o situaciones.

Los tipos de poder se pueden desglosar en tres categorías: poder sobre, poder interior y poder con

El poder sobre es cuando una persona o grupo tiene la capacidad de imponer sus opiniones, necesidades o deseos sobre otra persona o grupo.

Este tipo de poder puede tener efectos positivos o negativos, dependiendo de cómo se utilice, como lo han demostrado de muchas maneras los políticos. Este tipo de poder representa un reto adicional para las mujeres, porque a los hombres se les anima a ser líderes e imponerse sobre los demás, en tanto que a las mujeres se les enseña a no cuestionar la autoridad que ejercen sobre ellas los hombres.

El poder interior es el sentimiento individual de autoestima, valor y dignidad que permite a las personas actuar. Por ejemplo, una mujer siente el “poder interior” cuando ve que puede expresar sus propias necesidades y deseos a sus amigas, amigos, pareja y familiares. Recurrir a este tipo de poder puede ser particularmente desafiante para las mujeres porque, en general, a las mujeres se las cría para que sean calladas y educadas, mientras que de los hombres se espera que hablen duro y sean imponentes. Esto lleva a las mujeres a ser tímidas y reservadas y con menos posibilidades de sentirse seguras de sus propias capacidades. Esto también puede llevar a que se regañe o excluya a las mujeres que utilizan su poder interior.

El poder con es la fuerza y la capacidad que se obtiene trabajando con los demás; por ejemplo, cuando una asociación de mujeres campesinas se reúne cada semana para aprender cosas nuevas y conversar de los temas que son importantes para ellas. Se trata del poder que nos transmitimos los unos a los otros cuando colaboramos para alcanzar una meta común y cuando combinamos nuestras diversas cualidades, conocimientos e ideas. Este tipo de poder es particularmente importante para las mujeres porque es especialmente eficaz para lograr cambios.

¿Por qué es importante que las mujeres y hombres conozcan y comprendan todos los tipos de poder?

La capacidad de una persona para reivindicar sus derechos depende de cuánto se le valore, de su estatus social y de su poder en relación con los demás miembros de la sociedad15. Debido a la desigualdad de género, en muchos casos se valora menos a las mujeres y éstas tienen un estatus social inferior a los hombres. Generalmente se les excluye en los procesos de toma de decisiones y no pueden acceder a posiciones de poder donde podrían cambiar el curso de los acontecimientos.

El poder es la capacidad de modelar la vida propia y de incidir en el entorno. La falta de poder es una de las principales barreras que impiden que las niñas y las mujeres ejerzan sus derechos y salgan de los ciclos de pobreza. Esto puede ser superado con una estrategia de empoderamiento16. El empoderamiento basado en género implica construir los activos de las niñas y mujeres (sociales, económicos, políticos y personales), fortaleciendo sus habilidades para tomar decisiones sobre su futuro y desarrollando su sentido de auto-estima y auto-valoración, así como la confianza en su propia capacidad para controlar sus vidas.

Actividad 1:

Una historia de poder17

120 minutos

Materiales para la igualdad de género

» Tablero.

» Marcadores.

» Papel kraft.

15 Definición tomada de: PLAN INTERNATIONAL. Plantando Igualdad. United Kingdom, 2012.

16 Definición tomada de: PLAN INTERNATIONAL. Política de Igualdad de Género: Construyendo un Mundo Igualitario para Niñas y Niños. United Kingdom, 2004.

17 Actividad adaptada de: PLAN INTERNATIONAL. Campeonas y Campeones del Cambio: Ser Asertiva. United Kingdom, 2016.

Desarrollo

1. Introduzca la actividad contando al grupo que van a hablar sobre el poder. Pregúnteles: ¿Qué es lo primero que se les ocurre cuando piensan en el poder? Escuche atentamente e intente identificar las tres formas de poder en las ideas que da el grupo. Anote las palabras clave en el tablero o en un pliego de papel.

2. Luego explique al grupo que existen diferentes formas de poder. Presente brevemente el “poder sobre”, el “poder con” y el “poder interior”. Dé ejemplos de cada uno de los tipos de poder.

3. Presente el primer mensaje clave de la actividad usando el tablero o papel:

En su recorrido hacia el empoderamiento es importante que las mujeres entiendan que no todo poder es igual. Ser conscientes de ello puede ayudarles a entender quién tiene “poder sobre” ellas y cómo se pueden apoyar en su “poder interior” y su “poder con”. Así mismo, es importante que los hombres desarrollen una mirada crítica acerca de la manera como socialmente se les han asignado roles que implican tener “poder sobre” otras personas, en especial las mujeres, en aras de reafirmar o demostrar su masculinidad.

4. Explique que les va a leer una historia y pida que escuchen para identificar ejemplos de estas tres formas de poder. Procure leer de forma clara y pausada Los poderes de Arcadia, historia que está al final de la actividad.

5. Cuando haya terminado, inicie una conversación sobre la historia haciendo las siguientes preguntas:

• ¿Se identifican con esta historia? ¿Por qué sí o por qué no?

• ¿Qué ejemplos de “poder sobre” hay en la historia?

• ¿Qué ejemplos de “poder interior” hay en la historia?

• ¿Qué ejemplos de “poder con” hay en la historia?

• ¿Cuáles formas de violencia pudieron identificar?

• ¿Cómo ejercen el poder las mujeres en esta historia?

• ¿Cómo ejercen el poder los hombres en esta historia?

6. Conforme varios subgrupos de conversación y anímeles a compartir historias de su vida en las cuales hayan experimentado las distintas formas de poder. Dé un tiempo prudencial para compartir historias.

7. Cuando el tiempo se acabe, invite a una persona representante de cada subgrupo a compartir una historia, sin decir nombre de la persona que la narró. Pídales que se centren en la forma de poder que la historia ilustra.

8. Facilite una conversación breve sobre las formas diferentes como las mujeres y los hombres experimentan el poder. Pregunte:

• ¿Se les ocurren algunas diferencias entre cómo las mujeres y los hombres experimentan el “poder sobre”?

• ¿Y el “poder con”?

• ¿Y el “poder interior”?

9. Anime al grupo a que empiece a poner atención en cómo se manifiestan las diferentes formas de poder en sus propias vidas.

10. Facilite otro breve debate sobre cómo el reconocer las diferentes formas de poder ayuda a las mujeres a empoderarse y a los hombres a ser críticos con el ejercicio de poder que tradicionalmente se les ha asignado, propiciando poco a poco cambios hacia un ejercicio del poder que beneficie a todas las personas, sin lesionar ni violentar. Haga preguntas como las siguientes:

• ¿Controlar a otras personas es un uso positivo o negativo del poder?

• ¿Alguna vez pensaron en su propio “poder interior”? ¿Qué harán para seguir desarrollando este tipo de poder?

• ¿Cómo los hombres pueden usar su “poder interior” para ser solidarios con las mujeres?

• ¿En este grupo cuál puede ser un ejemplo de “poder con”?

• ¿En la pareja cuál puede ser un ejemplo de “poder con”?

• ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestro “poder con” y nuestro “poder interior” sigan creciendo?

Al final, recuerde y refuerce los siguientes mensajes:

@ La violencia se utiliza como una forma de ejercer “poder sobre” para resolver conflictos o mantener privilegios.

@ Cuando a las mujeres les controlan el dinero, las actividades que realizan, las personas con las cuales comparten, los horarios y las rutinas; las están violentando.

@ Para poner un alto es necesario reconocer este ejercicio de poder, contar con una red de apoyo que las reconozca y valore, y sobre todo cuidar sus talentos y sabiduría.

@ Vivir sin violencia es un derecho, una garantía para la libertad y la dignidad.

Los poderes de Arcadia

Cuando Arcadia tenía 20 años, su padre se enfermó y murió. Dejó solos a Arcadia, a su madre y a sus cinco hermanos menores. Todos lamentaban la pérdida de su esposo y padre, y también sabían que tendrían que enfrentar muchos retos sin su presencia.

Pocos días después del funeral, el tío de Arcadia llegó a su casa y le dijo a su madre que tendrían que dejar la casa y la tierra donde vivían. Dijo que no tenían derecho de vivir allí, ya que había muerto su hermano. O que tendrían que trabajar para poderse quedar.

Cada día Arcadia y su mamá se levantaban muy temprano para trabajar en el campo. Arcadia ordeñaba y recogía lo cultivado antes de irse al instituto técnico. Había muy poca comida disponible en casa y cada vez que salía a estudiar debía realizar una larga caminata con el estómago vacío.

En el instituto donde estudiaba Técnico Agropecuario tenía problemas para concentrarse porque estaba constantemente cansada y con hambre. Una vez se quedó dormida en clase y su profesora se molestó mucho. La obligó a ponerse de pie delante de la clase, y entonces le golpeó la mano con un trocito de madera, y le dijo que volviera a casa y que no volviera hasta que pudiera prestar atención en la clase.

Arcadia esperaba pasar sus exámenes ese año, pero su profesora seguía desanimándola. “Mejor ni te presentes a los exámenes, una mujer tan perezosa como tú nunca lo va a lograr”, le dijo. Arcadia se entristeció mucho con las palabras de su profesora. Sus amigas se conmovían al ver lo triste que estaba. Temían que Arcadia ni lo intentara.

Así que todas fueron a hablar con ella. “Arcadia, no debes rendirte, hemos visto que eres una mujer muy inteligente, por favor, presenta el examen”, le dijo su amiga Celia. Y su amiga Mary dijo: “ No hagas caso a lo que dice la profesora, ¿qué sabe ella? ¡Nosotras te conocemos mejor y creemos en ti!”.

Cuando Arcadia iba de camino a casa, pensó en las palabras de sus amigas y empezó a recuperar la confianza en sí misma. Al día siguiente empezaban los exámenes y tenía que prepararse. Cuando llegó a casa, le contó a su mamá lo sucedido. Su madre respondió: “Arcadia, ¿cómo puedes dejar a tu pobre madre hacer toda la cocina y la limpieza? Además tu tío siempre me pregunta por cuánto vendimos el café y las naranjas, y se queda con 60% del dinero de la venta. Si no se lo doy me amenaza con golpearme y dejarnos en la calle, ya no sé qué hacer, sabes muy bien que no lo puedo hacer sin tu ayuda”.

Pero Arcadia dijo: “Mamá, el dinero es nuestro, nosotras trabajamos la tierra y vendemos los productos, él recibe dinero del ganado, la próxima vez que la amenace dígale que lo va a denunciar, ¡eso no es justo! Si yo paso el examen, puedo tener mejores oportunidades, podemos pedir un préstamo y formalizar nuestra microempresa”.

Su madre quedó convencida, las palabras sobre cómo responder a las amenazas de su cuñado la tranquilizaron y la idea de tener independencia económica la emocionó. Entonces le permitió a Arcadia concentrarse en sus estudios durante el resto de la semana.

Arcadia estudiaba todos los días hasta muy tarde y centraba toda su energía en aprobar los exámenes. Al mismo tiempo apoyaba a su mamá con las cuentas de la venta del café y la naranja, cuyas ganancias invertían en un grupo de ahorro solidario al cual comenzó a asistir con su mamá. Rodeada de mujeres campesinas solidarias e inteligentes, se sentía muy bien.

Las amigas de Arcadia se ponían muy contentas cuando la veían así. Tres semanas más tarde llegaron los resultados del examen. Cuando la profesora nombró a todos los alumnos que habían aprobado, se sorprendió al ver el nombre de Arcadia en la lista: “Quizás me equivoqué al juzgar tu actitud. ¡Enhorabuena, lo has hecho muy bien!”.

Arcadia se fue corriendo a casa para enseñarle a su madre los resultados del examen. Su madre se puso muy contenta, pero le pidió que se sentaran a hablar: “Arcadia, siento mucho decírtelo, pero no vamos a poder seguir pagando los gastos de tu educación. Estoy orgullosa de ti por haber aprobado tu examen, pero me temo que aquí es donde acaba tu educación. No veo más opciones”. Arcadia estaba desolada: “Pero madre, ¿qué haré todo el día si no continuo en el instituto?”. Su madre respondió: “Pues tenemos que preguntarles a mis cuñados, ya que vivimos en su tierra, pero quizás quieran que te enviemos a la ciudad para ayudar en casa de tu tía o de otra señora que pueda darte techo y comida”.

Arcadia no dijo nada a su madre y tampoco se molestó, porque sabía que, por ahora, su madre no podía cambiar la situación. Intentó no mostrarle su tristeza, siguió haciéndose responsable de algunas actividades en casa y la continuó apoyando en la venta de productos en el mercado local.

Un día en el mercado Arcadia vio a su amiga Celia. “¿Te has matriculado para el año que viene?” le preguntó ella. Arcadia se sintió avergonzada, pero le contó la verdad a su amiga: su madre no tenía dinero para los materiales del curso siguiente, por lo cual no iba a poder asistir al instituto y finalizar su formación técnica. Celia sintió pena por ella, pero no estaba dispuesta a rendirse. “Deberíamos acudir a nuestra profesora y pedirle ayuda, ¡se puso muy contenta con tus resultados!” dijo Celia.

Arcadia no estaba segura de si había algo que la profesora pudiera hacer, pero su amiga estaba tan convencida que accedió a hacer la consulta. Cuando llegaron a casa de la profesora, ésta se sorprendió al verlas. A Arcadia le daba mucha pena explicar su problema, así que Celia lo hizo. La profesora respondió diciéndoles que existía una organización en la zona que podía pagar la matrícula del curso y otros materiales. Dijo que iría a hablar para ver si podían ayudar a Arcadia. Las jóvenes quedaron muy esperanzadas.

Una semana más tarde, cuando Arcadia estaba barriendo delante de su casa, vio llegar a su profesora con un hombre de la organización. La madre de Arcadia se sorprendió cuando la profesora le contó porqué estaban allí. “Arcadia, ¿le contaste nuestros problemas a todo el pueblo?”, preguntó alarmada. Pero la profesora contestó: “No, por favor, no se preocupe, simplemente pasó por mi casa con su amiga Celia. Realmente me gustaría ver a Arcadia seguir en el instituto porque tiene un futuro brillante y esta organización la puede ayudar”.

La madre de Arcadia se sintió aliviada y muy orgullosa. “¡Buen trabajo Arcadia! Volverás al instituto, además los de la organización también me pueden ayudar a tener información acerca de las cosas que debo hacer cuando mis cuñados me amenacen o insulten. ¡Estoy segura que saldremos adelante juntas!”.

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