BALLET
LA BELLA DURMIENTE
FOTO PRODUCCIÓN TEATRO MUNICIPAL DE SANTIAGO 2012
HABÍA UNA VEZ UN SUEÑO...
BALLET Tchaikovsky • Haydée BALLET DE SANTIAGO Directora artística: Marcia Haydée ORQUESTA FILARMÓNICA DE SANTIAGO Director musical: Konstantin Chudovsky
DIRECTORIO Presidente del Directorio Felipe Alessandri Alcalde de Santiago Vicepresidente Mauricio Larraín Directores Jorge Errázuriz María Cecilia Guzmán Jorge González Granic Pablo Rivadeneira Juan Manuel Santa Cruz Consejeros Heather Atkinson Enrique Barros Hernán Granier Máximo Pacheco Gonzalo Parot Carlos Peña
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Directora General Carmen Gloria Larenas Gerente General Leonardo Pozo Directora de Coordinación Artística y Producción Marianne Lescornez Director Técnico Alberto Browne Subdirectora de Comunicaciones Evelyn Aravena Coordinadora Extensión Cultural Paulina Fuentes Asesoría Legal Mujica & Bertolotto
CUERPOS ESTABLES Director Titular Orquesta Filarmónica de Santiago Roberto Rizzi Brignoli Directora Artística Ballet de Santiago Marcia Haydée Subdirectora Ballet de Santiago Luz Lorca Director Residente Orquesta Filarmónica de Santiago Pedro-Pablo Prudencio Director Coro del Municipal de Santiago Jorge Klastornick
Director Emérito Orquesta Filarmónica de Santiago Juan Pablo Izquierdo Director Invitado Principal Orquesta Filarmónica de Santiago Paolo Bortolameolli
AUSPICIADORES
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BIENVENIDOS
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LA BELLA DURMIENTE Música: Piotr I. Tchaikovsky Coreografía: Marcia Haydée Coreólogo repositor: Pablo Aharonian Repositores de roles principales: Luis Ortigoza, Marcela Goicoechea Maestro de baile invitado: Egon Madsen Escenografía y Vestuario: Pablo Núñez Iluminación: José Luis Fioruccio ELENCO Aurora: Romina Contreras Príncipe Désiré: Rodrigo Guzmán Carabosse: Gabriel Bucher Hada Lila: Elizabeth Espinoza Junto a Solistas y Cuerpo de baile del Ballet de Santiago BALLET DE SANTIAGO Directora artística: Marcia Haydée ORQUESTA FILARMÓNICA DE SANTIAGO Director titular: Konstantin Chudovsky
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ROMINA CONTRERAS Y RODRIGO GUZMÁN. FOTOGRAFÍA: PATRICIO MELO
FOTO PRODUCCIÓN TEATRO MUNICIPAL DE SANTIAGO 2012
QUERIDO PÚBLICO La bella durmiente es muy importante para mí, pues es el ballet que me siguió durante toda mi carrera: la primera coreografía que vi, cuando tenía tres años, fue La bella durmiente a cargo de una compañía rusa. Mi contrato como primera bailarina en el Ballet de Stuttgart lo conseguí haciendo variaciones y el último dúo de La bella durmiente. Luego, en 1983, cuando yo era directora y la primera bailarina estrella de aquella compañía, hice mi propia versión de este cuento de hadas, lo que significó el inicio de mi carrera en la coreografía. En ella, el principal cambio que hice fue en el personaje de Carabosse. Aquella hada mala siempre fue una figura que sólo hacia pantomima, pero en mi versión este papel fue creado especialmente para Richard Cragun, quien no solamente era la estrella del Ballet de Stuttgart, sino que también un gran artista, poseedor de una técnica impresionante. Por esto, para mí son muy especiales las funciones que presentará el Ballet de Santiago este 2016, especialmente
porque en esta ocasión Rodrigo Guzmán, nuestro primer bailarín estrella y quien fuera un memorable Carabosse, interpretará por primera vez el rol de Príncipe Désiré, al igual que el primer bailarín Lucas Alarcón, mientras que Gabriel Bucher encarnará al Hada Carabosse. Además, durante cada uno de los espectáculos de La bella durmiente, tendremos la oportunidad de ver a figuras emergentes de la Compañía, como las talentosas Romina Contreras y Katherine Rodríguez en el papel de Aurora; Emmanuel Vazquez como Príncipe Désiré; Elizabeth Espinoza, Ethana Escalona y Esperanza Latuz en el rol de Hada Lila y, finalmente, Germán Esquibel y Miroslav Pejic, interpretando también a la malvada Carabosse. Espero que, junto a toda la Compañía, disfruten de este hermoso cuento de hadas. Marcia Haydée Directora artística del Ballet de Santiago
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GABRIEL BUCHER. FOTOGRAFÍA: PATRICIO MELO
ARGUMENTO Prólogo En ocasión del bautismo de su hija Aurora, el Rey y la Reina organizan una fiesta a la que también son invitadas seis hadas, quienes obsequian a la princesita regalos y buenos deseos. Además, los diminutos acompañantes de las hadas entregan a Aurora pequeños rosales. De pronto, el cielo se oscurece y, entre relámpagos y truenos, aparece el Hada Carabosse. El mayordomo Catalabutte estudia su lista de invitados y con espanto, comprueba que ha omitido invitar a Carabosse. Llena de ira por el menosprecio recibido, maldice a la princesa vaticinando, que al cumplir 16 años, se pinchará un dedo con el huso de hilar y morirá. La consternación general es atenuada por el Hada Lila, quien promete a los reyes proteger a la pequeña para que nada le suceda. Passacalle Los años transcurren y Aurora crece protegida y acompañada por las hadas. Carabosse, sin embargo, no pierde de vista a la pequeña princesa, esperando el momento en que se cumplirá su maldición. PRIMER ACTO Cumpleaños de Aurora Cuatro príncipes llegan a la fiesta de Aurora para pedir su mano. Los rosales que éstos le regalaron en su bautizo, se han convertido en hermosos cercos. El regalo del Hada Carabosse, un ramo de rosas, causa a Aurora gran alegría, pero no sospecha que en él ha escondido un huso que sorpresivamente le pincha un dedo. El hada maligna cree cumplida su maldición, pues Aurora cae al suelo desvanecida. Sin embargo, el Hada Lila transforma su estado en un profundo sueño. Todos se duermen en el palacio y un cerco espinoso crece y lo rodea. El Hada Lila extiende su bendición y protección sobre todos los durmientes.
SEGUNDO ACTO Escena de caza, visión del Príncipe Désiré y el despertar de Aurora El Príncipe Désiré sale de caza con su séquito. De lejos es siempre observado por Carabosse y el Hada Lila. Esta última, aprovechando que Désiré se aleja y queda solo, le provoca una visión en la que ve a Aurora. Deslumbrado, el príncipe se enamora perdidamente. En ese momento, Carabosse interviene y se enfrenta contra él y el Hada Lila. Esta última resulta victoriosa y lleva a Désiré con Aurora. El príncipe, llevado por su amor, la toma entre sus brazos y la despierta con un beso. Éste y el amor que ambos se profesan, es el poder más fuerte contra la maldad de Carabosse. Los cortesanos despiertan de su centenario sueño. TERCER ACTO Las Bodas de Aurora Nuevamente hay un gran festejo en el palacio: la boda de Aurora con el príncipe Désiré. Los cortesanos se han transformado para este evento en figuras de cuentos de hadas. En el mejor momento de la fiesta bailan Aurora y Désiré un gran pas de deux. El Hada Lila da su bendición a la unión de los amantes, mientras desde lejos son observados con envidia por Carabosse. El mal existirá siempre y estará esperando su próxima oportunidad.
PAUSA
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EL BALLET PREFERIDO DE TCHAIKOVSKY Cuando pensamos en ballet, nuestra imaginación tiende, frecuentemente, hacia Rusia. Pero no siempre fue así, en perspectiva, incluso parece extraño que hoy asociemos tanto este género a la gran nación del oriente europeo. Quizás el culpable por excelencia sea justamente Piotr I. Tchaikovsky, el compositor de La Bella Durmiente, y también de dos famosas obras: El cascanueces y El Lago de los Cisnes. Por José Manuel Izquierdo El primer ballet de Tchaikovsky, El lago de los cisnes, fue un fracaso, sin embargo, sentaría las bases para el triunfo posterior del compositor, quien se inspiró en músicos franceses e italianos, como Léo Delibes o Adolphe Adam, y descubrió a través de ellos lo que el género ofrecía: la posibilidad de un flujo constante de melodías y ritmos atractivos. En gran medida, El lago de los cisnes demostró que el ballet no era únicamente música, sino un complejo conjunto de elementos, donde la coreografía y el talento de los bailarines eran centrales. A pesar de esto, fue sólo años más tarde –cuando el gran Marius Petipa diseñó su propia coreografía para este ballet– que la música de Tchaikovsky logró despegar y con ella el ballet ruso en todo su esplendor. Un libreto “como anillo al dedo” Ivan Vsevolozhsky, director de los teatros imperiales de San Petersburgo, se acercó a Tchaikovsky en 1886 para presentarle la posibilidad de escribir un ballet para ellos. La idea original que discutieron, pero no muy convencidos, fue Undine y, en mayo de 1888, el
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director le volvió a escribir para presentarle La bella durmiente, basada en el cuento de Charles Perrault. Según sus palabras, “estaría basada en la época de Luis XIV, con música de fantasía, un poco en el estilo de Lully, Bach o Rameau. ¿Te interesaría escribir la música? El último acto tendría varias danzas, con la participación de otros personajes de Perrault como invitados”. No sabemos si el compositor aceptó inmediatamente, pero al poco tiempo recibió el libreto terminado, probablemente a principios de agosto. Cuando Tchaikovsky pudo revisar el libreto, su respuesta a Vsevolozhsky fue directa: “estoy encantado, sin palabras. No podría calzarme mejor y en este minuto lo único que deseo es ponerme a escribir la música”. No eran palabras vacías, a su hermano le escribió: “el libreto es excelente”, y a su mejor amiga le dijo: “es de un gusto y una poesía tremendas”. Si bien el guion era de Vsevolozhsky mismo, es muy probable que Marius Petipa haya tenido una parte importante en él, dado que fue él quien propuso varios de los personajes y descripciones generales para las distintas escenas. En progresivas conversaciones, Petipa le entregó a Tchaikovsky detalles completos de las coreografías y secuencias –para que el compositor realizara la música con la exactitud necesaria– y se fue desarrollando una transformación en el balance de la historia que sería clave para su éxito como obra. En vez de centrarse en la historia de amor entre los príncipes, el eje está entre el bien –el Hada Lila– y el mal –Carabosse– para quienes el compositor creó temas claves que pueden apreciarse a lo largo de todo el ballet. Con la excepción del último acto, naturalmente, puesto que allí el mal ya ha sido derrotado. El músico llevaba un diario completo de su trabajo y, a diferencia de otros periodos de su vida, durante la composición de La Bella Durmiente, rara vez se observa un comentario de frustración o bloqueo creativo. Una y otra vez señalaba: “buen trabajo hoy, mucho avanzado” o “terminé el adagio, duro
trabajo, pero resultó muy bien”. En la medida en que avanzaba con su música, Tchaikovsky enviaba extractos para violín solo, o piano, para que Petipa pudiera realizar ensayos y ajustes a la coreografía. Petipa parecia igual de entusiasmado y alegre con el trabajo que Tchaikovsky, y la preparación para la siguiente temporada avanzó sin mayores problemas. En mayo de 1889, luego de seis meses, la obra estuvo terminada. Una de las piezas que menos tiempo le tomó componer a Tchaikovsky, quien después escribiría: “me he dado cuenta que me gusta escribir música dentro de un límite de tiempo; la urgencia… y, además, aquel nerviosismo no resulta en una menor calidad de mis obras. Al contrario, creo que La bella durmiente puede ser la mejor entre mis composiciones, pese a haber sido escrita ridículamente rápido”.
Enrico Cecchetti, bailarín italiano –y maestro de Anna Pavlova– quedó a cargo del rol de Carabosse. Petipa fue, sin duda, una figura clave en el éxito de La bella durmiente. El anterior ballet de Tchaikovsky había sido un fracaso, por lo que el coreógrafo estaba tomando un riesgo. No obstante, era un peligro calculado: había mucho que los unía, particularmente su amor y respeto por el clasicismo y el espíritu estético del siglo XVIII, que Tchaikovsky proyectaba en su música y Petipa en sus coreografías. Pero en la combinación de ambos se proyectaba algo más: fuera del orden y la forma, tanto compositor como coreógrafo querían comunicar detrás de esto complejas emociones personales, incluso privadas, llevando el ballet a una etapa totalmente distinta en relación con su pasado francés.
Puesta en escena Los meses siguientes fueron de intenso trabajo. Por un lado, Tchaikovsky debía orquestar toda la música y enviarla progresivamente para los ensayos. Fue una tarea particularmente agotadora, pero también llena de entusiasmo: “me he preocupado especialmente de la instrumentación y, para el ballet, he inventado una serie de nuevas combinaciones orquestales que, espero, resultarán para el público tanto hermosas como interesantes”. El ballet, para el compositor, se transformó en una herramienta de exploración, una que llevaría aún más lejos con Cascanueces, pero ninguna otra obra suya le satisfizo tanto como La bella durmiente, de la cual sólo leemos en sus palabras admiración.
El estreno de la obra fue evidentemente un éxito, si bien no del gusto de todos. Es famosa la anécdota de que el Zar Alejandro III llamó a Tchaikovsky, simplemente, para decirle “muy bonita”, y luego retirarse, lo que enfureció al compositor. Pero en los años siguientes, La bella durmiente se transformó en la segunda coreografía más interpretada por la compañía del Ballet Imperial. La versión original tuvo varios cambios, tanto aquellos realizados por Petipa, como por el director de orquesta, Riccardo Drigo, y aún hoy muchas de estas modificaciones están presentes en la partitura (además de algunos números extra creados posteriormente). Como fuera, tanto coreógrafo como compositor sintieron orgullo de esta obra, como un triunfo creativo no sólo de ellos, sino de las posibilidades del ballet como género.
Petipa, por su parte, debía hacer breves ajustes en los ensayos. Estos tenían que ver, principalmente, con recortar escenas que parecían muy largas o detener la acción. De hecho, aún hoy es frecuente cortar algunas secuencias de un ballet que puede durar más de tres horas. Su preferencia por el rol del Hada de Lila se reflejó en que dio el papel a su propia hija, Marie Petipa, cuya carrera no generó otros roles importantes.
Vida posterior La bella durmiente implicó una renovación y tuvo enorme impacto en la generación posterior. Alexandre Benois y Sergei Diaghilev siempre reconocieron la importancia de esta creación. La bella durmiente, si bien hacía concesiones al pasado, también miraba al futuro en su historia compleja, en su música que no siempre buscaba la simplicidad y el drama a veces
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inesperado en su intensidad. También una generación entera de bailarines y bailarinas vieron en el éxito de esta obra un camino al futuro, y también la instalación de Rusia en el repertorio global. Hacia mediados del siglo XX, el ballet volvió a cobrar vida (y demostró su validez permanente) como parte de la película La bella durmiente, de Walt Disney, de 1959. Aunque el filme dice ser basado en la historia de Perrault, es innegable que su verdadera inspiración es el ballet de Petipa-Tchaikovsky, incluyendo el simple dato de que la protagonista se llama Aurora, que es también el nombre de la princesa en el ballet, pero no en el cuento original. Además, la banda sonora completa fue reconstruida desde la composición de Tchaikovsky, incluyendo la canción principal (Una vez en un sueño); la danza para el Gato con botas del tercer acto se transformó en el tema de Maléfica y el baile para el Hada de Plata se convertiría en el tema de las Hadas Madrinas. Así, la obra alcanzó una popularidad nueva y familias enteras han podido, a través de ella, encontrarse con la música de Tchaikovsky. Para otros, el ballet ha adquirido protagonismo como un eco de la experiencia de Rusia misma. Una obra de la época de los Zares que ha sobrevivido y que, en parte, quizás es un símbolo de una ciudad –como San Petersburgo– cuyo brillo durmió por casi cien años bajo el dominio del régimen soviético. La bella durmiente, por tanto, es una obra que puede leerse de mil maneras y que, si bien hoy no es tan famosa como sus hermanas El cascanueces y El lago de los cisnes para el público en general, su calidad musical es incuestionablemente mayor.
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LOS RECOMENDADOS Si te interesa seguir profundizando en la historia de La bella durmiente, o quieres saber más sobre la obra de Piotr I. Tchaikovsky, te invitamos a revisar la siguiente selección de libros y ballets, que de seguro te interesará.
CLÁSICOS DE INFANCIA El cuento de La bella durmiente ha sido relatado por diferentes autores a lo largo de la historia. En el caso de la literatura, los relatos más famosos sobre la princesa son los entregados por Charles Perrault y los hermanos Grimm. El primero de ellos recogió la tradición oral en un libro titulado Cuentos de mamá Oca, que incluye, además, las historias de Caperucita Roja y El gato con botas. Los Grimm también recopilaron relatos populares, que luego fueron publicados bajo el nombre de Cuentos infantiles y del hogar. Ambos libros se han transformado en clásicos de la literatura universal y, sin duda, continuarán encantando a niños y adultos por igual.
EL INIGUALABLE TCHAIKOVSKY Piotr I. Tchaikovsky es reconocido como uno de los mejores compositores de música para ballet, y en esta colección de Blu-Ray –lanzada por el sello Arthause Musik en 2014– es posible encontrar tres de sus obras más emblemáticas: Cascanueces, La bella durmiente y El lago de los cisnes. Famosos bailarines como Svetlana Zakharova,;Roberto Bolle; Anna Tsygankova y Larissa Lezhninalo, emocionan con la perfección y la pasión de su danza, lo que combinado con un hermoso sonido sinfónico, resulta en un registro audiovisual imperdible.
VERSIÓN CHILENA “Y pasaron los cien años; un rey y otro más subió. La princesa se hizo cuento, como el Pájaro hablador. A aquel bosque negro, negro, hombre ni ave penetró: lo esquivó Caperucita santiguándose de horror…”. Este es uno de los tantos versos que conforman la versión poética que Gabriela Mistral hiciera del cuento La bella durmiente de Charles Perrault, y que fue publicado por El Gráfico de Bogotá en 1928. Editorial Amanuta rescata este poema –y otros como La cenicienta, Caperucita roja y Blanca Nieves, recreados también en verso por Mistral– en la forma de un hermoso libro ilustrado.
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BALLET DE SANTIAGO
BALLETDESANTIAGO.COM
DIRECTORA ARTÍSTICA MARCIA HAYDÉE Subdirectora Luz Lorca
María Dolores Salazar Cristopher Montenegro
Asistente de Dirección Luis Ortigoza
Cuerpo de Baile Kamilia Aenishanslin Carlos Aracena Felipe Arango Camila Aranda Lorena Borja José Luis Campos Luciano Crestto Catalina Duarte Ethana Escalona Enzo Fuentes Lara Gonçalvez Simón Hidalgo Carlos Inostroza Camila Justiniano Milenka Kisilak Ioulia Koutenkova Esperanza Latuz Sebastián Lizama Felipe Lorca Francisca Montenegro Yerko Navia Deborah Oribe Sonia Ossandón Alexis Quiroz Matias Romero David Saavedra Noelia Sánchez Constanza Sánchez Laleska Seidel Mauricio Serendero Mariselba Silva Belén Videla
Coreólogo y Maestro de Baile Pablo Aharonian Coreógrafo y Maestro de Baile Eduardo Yedro Maestros de Baile Marcela Goicoechea Cyril de Marval Primeros Bailarines Estrella Rodrigo Guzmán Natalia Berríos Andreza Randisek Primeros Bailarines José Manuel Ghiso Lucas Alarcón Romina Contreras Katherine Rodríguez Emmanuel Vázquez Solistas Gustavo Echevarría Esdras Hernández Montserrat López María Lovero Miroslav Pejic
Aspirantes Iván Araya Sebastián Bergmann Carlina Concha Diego Rivas Pianistas Natalia Aquiles Albena Dobreva Patricio Meneses Secretaria Alejandra Espinosa Sonidista Celin Monsalve Kinesiólogo Roberto Saldivia
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16 ELIZABETH ESPINOZA Y GABRIEL BUCHER. FOTOGRAFÍA: PATRICIO MELO
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ORQUESTA FILARMÓNICA DE DIRECTOR TITULAR ROBERTO RIZZI BRIGNOLI SANTIAGO DIRECTOR RESIDENTE PEDRO-PABLO PRUDENCIO Primeros violines Richard Biaggini, Concertino Alexander Abukhovich, Concertino Tiffany Tieu, Ayte. de Concertino Arcadia Aquiles Pablo Leiva Nikolay Staykov Svetlana Tabachnikova Julio Zapata Juan Guillermo Acuña Viviana Angulo Pablo Vidal Byron López Robert Ramos Segundos violines Francisco Rojas, Solista Mauricio Vega, Solista Macarena Ferrer, Ayte. Solista Marine Augustin-Lucile Juan Canales Omar Cuturrufo Zdzislaw Czarnecki Juan Encina Eduardo Roa Roderick Labrador Violas Evdokia Ivashova, Solista Vilius Zalkin, Solista Rodolfo Zapata, Ayte. Solista Margarita Krivorotko Leonardo Rojas Sarah Scanlon Oswaldo Guevara Violonchelos Katharina Paslawski, Solista Olga Levkina, Solista Carlos Herrera, Ayte. Solista
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Rodrigo Bignon Washington Bravo Marisol Candia Cristián Peralta Contrabajos María Teresa Molina, Solista José Miguel Reyes, Solista Pablo Fuentealba, Ayte. Solista Bastián Borje Javier Cordero Flautas Carlos Enguix, Solista Eduardo Perea, Ayte. Solista Gonzalo García Beatrice Ovalle, Flautín Oboes Jorge Pinzón, Solista Claudia Fonseca Tatiana Romero, Corno Inglés Clarinetes Jorge Levín, Solista Hernán Madriaza, Clarinete Bajo Fagotes Zilvinas Smalys, Solista Jaime Marabolí, Ayte. Solista Monzerrat Miranda Fiona Troon, Contrafagot Cornos José Luis Guede, Solista John Tyler Dodge, Ayte. Solista Edward Brown Eugenio Cáceres Javier Mijares Rodrigo Núñez
Trompetas Eugene King, Solista Rodrigo Arenas, Ayte. Solista Javier Contreras Maciej Wollenski Trombones Mauricio Arellano, Solista Matías Tapia, Ayte. Solista Sebastián Torrejón Isaac Sanabria, Trombón bajo Tuba Pablo Briones Arpa Alida Fabris Percusión Yaroslav Isaeu, Solista Timbal Mario Góngora Diego Marabolí Piano / Celesta / Órgano Jorge Hevia Albena Dobreva Jefa administrativa Victoria Hidalgo Inspectora Carmen Díaz Archivo musical Angélica Rivera Ana Bañados Marcos Vargas Utileros Francisco Briceño Fernando Latorre
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