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REPORTAJE / Cachupines

Entre geles y mascarillas, la convocatoria realizada por el director de la revista, Mariano Riego y su equipo se convirtió en un rotundo éxito desafiando miedos o temores ante esta pandemia que nos atenaza y que hizo que todo el acto, comida en los jardines y posterior entrega, se desarrollase manteniendo las más estrictas medidas de seguridad, como obligan las pautas sanitarias.

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Presentados por un sobresaliente tándem compuesto por los periodistas Marga Pereda y Fernando Collado, fue a los postres cuando dio comienzo el reparto de galardones, tras una breve introducción de cada uno de los premiados.

CARLOS OSORO, JOAQUIN LEGUINA, POTY Y JAVIER SÁENZ DE COSCULLUELA, LOS GALARDONADOS EN ESTA EDICIÓN Monseñor D. Carlos Osoro Sierra, vicepresidente de la Confederación Episcopal Española, nació en Castañeda en 1945, y fue instructor de Educación Física y diplomado en Magisterio, llegando a ejercer la docencia en el colegio la Salle de Santander a mediados de los años sesenta. Tras cursar estudios eclesiásticos en Salamanca, fue ordenado sacerdote en 1973 en la parroquia de la Bien Aparecida de Santander, siendo Torrelavega su primer destino.

Fue secretario general de la Diócesis de Santander y rector del Seminario de la ciudad, hasta que fue nombrado deán de la catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Pasaría después a ser designado arzobispo de Valencia, arzobispo de Madrid, de Oviedo y de Orense, siendo en la actualidad vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española.

Un emocionado Carlos Osoro recogía su galardón de manos de Rafael Losada, presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, tras lo cual expresó su profundo agradecimiento por esta distinción que le llevó a venir expresamente desde Madrid para recibirla, dado que el día 15 oficiaba los actos en honor a la Virgen de la Paloma en la capital de España.

Monseñor Osoro habló del paisaje y paisanaje de Cantabria. “En estos momentos hay que prescindir de nuestro corralito para hacer algo más grande”, señalaba, en unas fechas en que acaba de publicar una serie de reflexiones sobre la incidencia del Covid 19. Consideró un “regalo” poder volver a su tierra, en donde le surgió un lejano día la fe que hoy le sigue acompañando y tuvo una mención especial para aquella ya lejana fecha de 1977 en la que el obispo Juan Antonio del Val le nombrara rector del entonces reinaugurado Seminario de Corbán.

La especial situación de la pandemia, hizo que el evento se celebrara entre las máximas medidas de seguridad

El ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, fue el siguiente galardonado de manos de Pedro Crespo de Lara. Leguina se mostró también especialmente agradecido a Vivir en Cantabria por este Cachupín 2020, en unos tiempos en que la gestión de los políticos está en el punto de mira.

Primer presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid entre 1983 y 1985, nació en Villanueva de Villaescusa, “en una panadería” como él mismo recalca orgulloso de su cantabricidad. Pasó su infancia en Guarnizo, en una casona de su abuelo, agricultor y

Finalmente el ex ministro Javier Sáenz de Cosculluela recibió su Cachupín de manos de otro premiado anterior, Guillermo de la Dehesa, por su especial vinculación a esta tierra, aunque sea riojano de nacimiento.

Recordó a los presentes que la primera vez que acudió a Cantabria, a Laredo concretamente, lo hizo con 14 años y en auto stop, momento en que se quedó prendado de la belleza del Cantábrico. Fue aquí donde conoció a su esposa y donde se casó, en el santuario de la Bien Aparecida, y en la villa pejina lleva veraneando la friolera de 45 años. En esta tierra, reconoce, ha pasado los mejores momentos de su vida.

Durante sus tres legislaturas al frente del Ministerio de Obras Públicas con Felipe González, impulsó varios proyectos relacionados con nuestra Comunidad, como el Polígono de Raos o la autovía, así como algo que muy poca gente conoce: presentó el Proyecto de Ley de trasplantes de órganos humanos, dado que su vocación y formación siempre ha sido la de legislador. “Pero me tocó hacer carreteras. Y lo hice encantado”, señalaba el ex ministro. Habló Cosculluela de los dos grandes momentos de su vida: el amor y la llegada de la libertad a España, y lo hizo desde una profunda sensibilidad y emoción que transmitió a los presentes, por haber sido reconocido en una tierra que no es la suya.

A pesar de las obligadas mascarillas, no se perdió el calor humano y la cercanía emocional entre los presentes

Clausuró el evento Pedro Crespo de Lara, quien lanzó una gesta a los valores cántabros desde los tiempos de los romanos, arrancando los aplausos de todos los asistentes.

Una edición más de estos premios Cachupín, desarrollada en medio de grandes dificultades por los complicados momentos que vivimos, pero que resultó igualmente exitosa gracias al esfuerzo del director de Vivir en Cantabria, Mariano Riego, y a todo su equipo que no escatimaron medios para superar el reto. Luz Nebreda

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