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REPORTAJE / Astillero de Guarnizo
Astillero de Guarnizo
Génesis de un astillero al servicio de España, la Corona y la Armada
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Desde los tiempos inmemoriales de los antiguos celtas y romanos conocemos por la arqueología la presencia humana en el área del Astillero de Guarnizo y de Potrañes. La cercanía a las montañas de hierro, la ubicación privilegiada a resguardo de las suradas y la disposición de fabulosos bosques de madera de roble para la construcción naval, nos permitían ubicar un escenario para el complejo militar-industrial que en unión con la industria de fundición de la Cavada y Lierganes nos permitían una posición privilegiada para servir a España, la Corona y la Armada. Siguiendo la estela de los historiadores pioneros en este asunto, destacando los trabajos de Nemesio Mercapide, el siempre admirado y recordado Jose Luis Casado Soto, inolvidable Director del Museo Marítimo del Cantabrico, los antiguos historiadores Martín Fernández de Navarrete, Cesáreo Fernández Duro y tantísimos otros investigadores, imposible citarlos a todos. Pese al esfuerzo y trabajo de los anteriormente citados, lo cierto es que hasta la fecha el sistema naval español, la política naval, el poder marítimo español, la industrialización española, sufren de una minusvaloración por desconocimiento de todos estos trabajos, incluso se ha llegado a negar la existencia de una estrategia general de la Monarquía universal Hispánica. Hay múltiples confusiones, desconocimiento, falta de investigación en los riquísimos archivos de España por parte de los que niegan o desconocen la realidad histórica del Real Astillero de Guarnizo y su influencia en la Historia Universal. Aprovechamos el triple aniversario; El 250 aniversario la creación del Cuerpo de Ingenieros de la Armada, el 150 aniversario del Real Club de Regatas de Santander y el 120 aniversario de la fundación de la Real Liga Naval Española quiero englobar el interés por los asuntos relacionados con la Mar para España. Desde la náutica deportiva, la Armada, la marina mercante, pesquera y de protección de las costas y océanos. Recordemos el lema que “España se hizo en la Mar”.
Desde la concesión del Fuero de Santander en 1187 hasta la organización en 1248 de la flota castellana al mando del primer Almirante de Castilla Ramon Bonifaz Camargo para liberar Sevilla, tal como queda reflejado en el escudo de Santander y otras villas cantábricas, es el inicio de la expansión marítima del Reino de Castilla.
La existencia del Real Astillero de Guarnizo, con más de quinientos años de Historia a sus espaldas, su
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participación directa y relevante en la estrategia del poder marítimo español, es la demostración de la de la participación y protagonismo en la Historia Universal. La adecuada comprensión del sistema español de construcción naval que existió en Guarnizo nos permite ver la magnitud de los problemas planteados y de las soluciones ingeniosas para enfrentarse al reto de la complejidad de un mundo cartografiado por España. Frente a los retos inabarcables, en apariencia, el Astillero de Guarnizo, con sus Ingenieros, sus Asentistas, sus profesionales, sus artesanos y todos los que participaron en tan magna gesta, demostraron que el modelo funcionó, y funcionó bien. Sus Galeones Oceánicos diseñados específicamente para este cometido, garantizaron la seguridad de los puertos y rutas españolas, pese a que era la primera vez en la historia que un Estado se enfrentaba a una complejidad naval como la que requirió este vasto imperio del siglo XVI. Se trataba de defender las costas de la vieja piel de toro y, ademas, proteger los intereses marítimos inabarcables desde la Tierra del Fuego hasta la costa este de Norteamérica, desde Santander a Flandes, del Mediterráneo a Filipinas, convirtiendo el Océano Pacifico en el Lago Español, en palabras del historiador anglosajón Oskar Spate.
El periodo que media entre los reinados en España de los Reyes Católicos y del Emperador Carlos, representa una mejora evidente sobre a los anteriores tiempos de la baja edad media. Por lo que respecta a la disponibilidad de información sobre los barcos existentes, resulta que es posible que conozcamos mejor los barcos fenicios, los del Nilo, que los de la época de Felipe II. Solo podemos seguir a los grandes Investigadores como Casado Soto, que nos permitieron aproximarnos de una forma legible, al panorama naval del Renacimiento español.
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El modelo especialmente ideado por la administración del emperador Carlos V. Fue progresivamente mejorado y tuvo una vigencia de más de dos siglos. Carlos V configuró el sistema de flotas y la distribución de las armadas. Felipe II, consolidó este modelo naval, legislando detalladamente, implantada un modelo que se encontró ya diseñado y funcionando. Felipe II dio un paso decisivo, logró mejorarlo y perfeccionarlo, nombrando a Cristobal de Barros, Superintendente de Montes y plantíos, comenzando la construcción de los primeros Galeones Oceánicos de nuevo diseño que ha tenido España, en 1581 fecha que se toma como el inicio moderno del Real Astillero de Guarnizo Posteriormente, Francisco Díaz Pimienta, continua construyendo Galeones para la Carrera de Indias, de mayores dimensiones, lo que les imposibilita pasar por la Barra de Sanlúcar, con los problemas de control de aduanas que planteaba.
Los Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II, no dispusieron de una gran armada real propia permanente. Esto no era por capricho real, tenía su lógica interna. No era viable económicamente. Se optó precisamente por la existencia de diversas escuadras, con objetivos estratégicos muy diversos. La financiación trataba de ser continuada en el tiempo, se utilizaron viejos impuestos como la avería que permitían sufragar una parte de los gastos de defensa.
En todo lo relacionado con la estrategia naval de la Monarquía Hispánica Universal se ha optado por una visión excesivamente crítica y negativista, se ha destacado la falta de medios y los fracasos de muchas de estas armadas y flotas, incluso se ha despreciado hasta el sistema de construcción naval de nuestros Astilleros. Esto opinión no cuadra con la realidad.
Debemos mantener el Norte y observar el esfuerzo descomunal que debió hacer la Corona para financiar la construcción de armadas y su mantenimiento. Casado Soto nos recuerda dos datos: la Armada Real de las Galeras de España costaba al año cerca de doscientos mil ducados. Si la cifra la multiplicamos por todas las armadas y asientos que había en el Imperio, más el
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coste adicional de las grandes empresas de conquista en el Norte de África, la cantidad resulta absolutamente astronómica.
Los ataques continuaron en esta centuria en todos los frentes posibles, previstos o no. Era absolutamente imposible predecir dónde y cuándo atacarían los corsarios, como era también absolutamente inevitable que pudieran tomar, en una u otra ocasión, navíos que viajaban solos o atacar por sorpresa algún puerto. Defender toda la extensión de territorios y mares de la Monarquía Universal Hispana de eventuales ataques corsarios era una empresa complicada e imposible.
En realidad, se ha cometido una injusticia con los grandes logros conseguidos por el Astillero de Guarnizo en el diseño y construcción naval, de la Corona y de la propia Armada que nos permitieron que España sostuviese la hegemonía en los mares durante más de un siglo. Los Galeones Oceánicos construidos Guarnizo cumplieron su cometido perfectamente. Participaron en la Carrera de Indias y en la Empresa de Inglaterra de 1588. Todos volvieron a la Bahía de Santander y continuaron muchos años después prestando servicios en la Carrera de indias. Un dato que nos permite contemplar con orgullo, la forma de diseñar de los antiguos Ingenieros y Constructores, la técnica depurada para construir que tenían nuestros antepasados, los excelentes Maestros carpinteros de ribera con los que se contaba en el Astillero de Guarnizo.
Para contemplar adecuadamente estas pinceladas del poder marítimo español del siglo XVI, tengo que citar la fantástica conferencia que nos dio el Capitán de la Marina Mercante y de Fragata, gran investigador Luis Jar Torre, en el Museo Marítimo del Cantabrico, titulada ”Una carta en malas manos. Drake y el portulano de Santander, cuando en 1589 Drake tenía la orden de la Reina de Inglaterra de atacar, saquear y destruir Santander y el Astillero de Guarnizo, el sitio donde se construyen barcos. Demostró la existencia de una red de espionaje inglesa, preocupada por el poder naval español que le hizo desistir de ese plan de ataque previsto. La aventura de la Contra armada de Drake terminó en un colosal fracaso para Inglaterra del que tardaría en reponerse medio siglo.
“Segunda Carta de Drake”, con la bahía de Santander orientada “Oeste arriba”; está disponible en varias resoluciones, incluyendo una de 6.295 x 4.950 píxeles.
Obsérvese que las sondas se interrumpen a partir del castillo de San Martín, y la anotación al fondo de la ría de Astillero indicando el lugar donde pueden estar
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Combate entre el navío Real Felipe y el Namur durante la Batalla de Tolón (Museo Naval de Madrid) reparando los buques de la “Invencible”. Bajo la escala se indica la altura de las mareas (vivas y muertas) (Edición propia de una copia descargada de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU.). De la obra de Luis Jar Torre. DRAKE Y LOS PORTULANOS DE SANTANDER DE 1589. Publicado en la Revista General de Marina de Junio de 2019.
Los barcos españoles capturados por los piratas fueron en una cuantía mínima y en muchas ocasiones tuvieron tan mala fortuna que perecieron en el intento. Todo este poder marítimo y fortaleza en la mar, en una parte importante se debió a los Galeones construidos en el Astillero de Guarnizo que eran unas auténticas plataformas de potencia de fuego impresionantes, verdaderas fortalezas y plataformas flotantes de artillería.
Un ejemplo de la calidad constructiva de Guarnizo fue el Real Felipe, un navío de línea de tres puentes y 114 cañones botado en Guarnizo en 1732. Se llamó así en honor al rey Felipe V. Se enfrento en la Batalla de Tolon al vivísimo fuego Ingles que hacían los cinco navíos británicos que le produjeron, desde el principio, grandes averías, quedando enteramente desmantelado durante la acción, sin vela alguna, cabuyería, ni vergas mayores, herido mortalmente su comandante Geraldino, herido también Navarro y con muchas bajas en la dotación. Pero resistió el feroz ataque y salió remolcado por el Infanta Isabel, otro navío construido también en Guarnizo. “El orgullo de Guarnizo” del libro del gran Pintor naval Carlos Parrilla Penagos, Una visión pictórica de la Real Armada del Siglo XVIII. Vista del Real Felipe por su costado de estribor navegando por la bahía de Santander entre la ciudad y el arenal de El Puntal El ejemplo de auténtico poder naval del que tanto hablaba el Almirante Mahan, en su conocido libro “ La Influencia del Poder naval en la Historia”, que contiene numerosos olvidos en relación con nuestra Historia Marítima, fue el que se desarrolló en España en estos siglos de gloria. Nos permitió proteger nuestras rutas comerciales y nuestras ciudades por todo el mundo. La pervivencia de nuestras provincias ultramarinas hasta la Constitución de Cádiz de 1812. Basta con la lectura de los primeros artículos de la Constitución conocida como la Pepa, para darse cuenta que 224 años después del presunto desastre de la mal llamada Armada Invencible de 1588, el Imperio se mantenía intacto, extendiéndose hasta Alaska. Todos los que lo hicieron posible merecen el homenaje, el reconocimiento y el recuerdo.
Francisco Javier Arruza Arriarán
Secretario del Patronato de la Fundación Leonardo Torres Quevedo en Fundación Leonardo Torres Quevedo