La Novicia del Aquelarre
El Amor, la más Bella Historia Para ello, con la seguridad requerida y guardando prudencia, aunque siempre vestía de negro, podía moverse entre las multitudes captando en su joven espíritu la belleza de cada rincón del globo. En muchas veces, dado que su juventud se mantenía fulgente y sus encantos estaban intactos, entre las gentes que visitaba, siempre encontraba galanes que perturbaban su tranquilidad, muchos de los cuales quedaban perturbados y la perseguían con la finalidad de conocerla y lograr su amistad. Pasó algún tiempo y de entre los lugares que visitaba recibía impresiones que motivaron en ella profundos suspiros y arrobamientos que denunciaron ante la viejita su enamoramiento. Como ella sabía, más por su experiencia, lo que le ocurría a bella, buscó obtener respuestas directamente de ella y, le contó lo que hacía, los lugares que visitaba, la forma en que disimulaba su presencia, y lo que más llamaba la atención de la querida amiga, se había 38