_______________________________________________________________________________________________________________________ The Crone’s Apothecary 31 Octubre 2020 _______________________________________________________________________________________________________________________
_______________________________________ La maldición de Amen-Ra La atractiva princesa Amen-Ra vivió en Egipto unos 5000 años A. C. Cuando murió, su cadáver fue momificado y colocado en un bello sarcófago de madera tallado con singular esmero. Por mandato faraónico el regio ataúd quedó herméticamente guardado en una bóveda, en Luxor, a orillas del río Nilo. Es posible que sus deudos y amigos hayan pensado en aquellos momentos, que con las exequias terminarían los avatares terrestres de Amen-Ra quien pasaría quizás, gracias al misericordioso Osiris, al mundo etéreo de los espíritus pacíficos. Si así fue se equivocaron, pues los extraños hechos que se sucedieron entre el ocaso del siglo XIX y el 14 de abril de 1912 vinculados a esta momia, nos hablan elocuentemente de un terrible poder maligno enquistado en los despojos de su envoltura material. _________________________________________________________________________
“Amen-Ra princesa en Egipto hace 5000 años A.C. perturbada en 1980” A fines de la década de 1890 cuatro turistas ingleses de buena posición económica, a quienes unía una larga amistad, se encontraban de paso por la antigua ciudad de Luxor, donde un grupo de mercenarios egipcios y franceses había exhumado clandestinamente algunos tesoros y el sarcófago de la princesa Amen-Ra. Un intermediario de pocos escrúpulos ofreció vender a los británicos la momia por un precio bastante razonable. Los cuatro se mostraron vivamente interesados en adquirirla y para evitar discusiones, decidieron, como camaradas y caballeros, echar suertes para ver quién sería el favorecido adjudicatario que volviese a Londres con el preciado tesoro. El ganador, uno de los más jóvenes del grupo, desembolsó el importe convenido e hizo los pertinentes arreglos para que le llevaran la reliquia de inmediato al hotel donde se hospedaba con sus compañeros de viaje. Por la noche, varios testigos lo vieron abandonar precipitadamente su
habitación y enfilar hacia el desierto del cual jamás regresó. Al siguiente día, el segundo de los amigos recibió un disparo de rifle que le hizo accidentalmente su sirviente egipcio. La herida fue de tal gravedad que tuvieron que amputarle el brazo izquierdo. El tercero, ya de regreso a Inglaterra, encontró que el banco donde tenía depositado la fortuna familiar con fines de renta, había quebrado. El cuarto cayó enfermo de una extraña y prolongada dolencia. A raíz de ello gastó todos sus bienes en médicos y curaciones y cuando finalmente se reestableció, no pudo conseguir ni aún el más modesto trabajo y terminó vendiendo fósforos en las calles londinenses.
“Cuatro amigos malditos" Entretanto, por los más curiosos meandros, el sarcófago llegó a Gran Bretaña donde fue adquirido por un excéntrico comerciante de la CITY. Sin embargo, el flamante propietario no tardó en donarlo al Museo Británico después que 9