PRUEBA OFF ROAD ANTIVUELCO. La jaula de seguridad, oculta parcialmente por el techo, es de serie y supone una buena garantía.
YAMAHA YXZ 1000R
DESDE 23.150 € YA A LA VENTA
LÁNZATE A LA ARENA S
e llama YXZ 1000R y es uno de los pocos ATV o 'side by side' –como prefieran– diseñado exclusivamente para la conducción deportiva. Por este motivo, cuando Yamaha nos invitó a probarlo en el desierto de los Monegros pensamos: "¿Cambiar el circuito y nuestras habituales carreteras de montaña para dar botes con un pequeño 4x4 de 700 kilos y casi 130 caballos?". ¡Sin duda! Pero nuestra primera misión, una vez desplazados al secarral aragonés, era la de distinguirlo de sus competidores, vehículos firmados por Polaris o BRP y empleados también en las labores propias del campo. Suponíamos que no bastaba con ofrecer una estética más agrevisa, un techo rígido de serie o un propulsor más potente y parece que estábamos en lo cierto.
Alma de raids Bajo su apariencia de vehículo off road convencional, este YXZ esconde detalles de calidad como sus bifaros delanteros y su piloto central posterior –ambos de led–, unos plásticos y guarnecidos agradables al tacto y una completa estructura de barras antivuelco, eso por no hablar de sus amortiguadores Fox de gran recorrido 54
CAR
DRIVER FEBRERO 2016
Por su nombre y su mecánica parece que estuviéramos a punto de subirnos a una moto deportiva pero nada más lejos de la realidad. Un pequeño y diabólico 4x4 nos esperaba impaciente en Monegros
y sus potentes frenos de disco. Efectivamente, el aparato parecía hecho para correr pero fue en el interior –tras abrir la puerta por dentro pues no hay ventanillas– cuando descubrimos su gran arma: el cambio secuencial. Una larga palanca queda junto a la mano derecha, a escasos centímetros del volante y parece gritarnos "cógeme". Resulta irresistible manejarla
RATONERO. El 4x4 con bloqueo del diferencial nos permite superar zonas complejas.
hacia delante y hacia atrás comprobando cómo engrana súbitamente la velocidad requerida incluso en parado. Gracias a este elemento, el ATV de Yamaha puede considerarse una especie única. Basta colocarse los guantes, abrocharse las botas y bajarse la visera del casco para teletransportarse a la salida de en un tramo de la Baja Aragón. Con el sonido del motor tricilíndrico rugiendo a nuestra espalda, metemos primera, aceleramos a fondo y salimos levantando una enorme nube de polvo. El disfrute está servido pero es mayor cuando comprobamos que unos toques rápidos bastan para subir y bajar de marcha, permitiéndonos acelerar y reducir con facilidad. Después le coges el punto a una suspensión capaz de 'comerse' obstáculos que nunca imaginaste salvar y al final terminas la jornada con una única preocupación: saber el tiempo marcado en la imaginaria línea de meta.
# JOSÉ CARLOS LUQUE
