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LEONARDO SOUZA GARCÍA
IMPACTOS ECONÓMICOS ESPERADOS POR PANDEMIAS
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Ante la velocidad de la pandemia, Tiempo de Derechos se vio en la necesidad de actualizar algunas cifras de casos o de movimientos en los mercados al cierre de la edición, el 17 de abril de 2020. Agradecemos la comprensión de los lectores y del autor (nota del editor).
LEONARDO SOUZA GARCÍA
Investigador en Economía y Política Pública. Especialista con posgrado en economía y gestión de la innovación por la UAM-X. Bioeticista miembro de la Academia Nacional Mexicana de Bioética y Director General en NODUS-OTT.
En las últimas dos décadas, la República Popular China se ha convertido rápidamente en una nación indispensable para el funcionamiento de la economía mundial. Actualmente se localizan en esa región empresas multinacionales como Google, Amazon, Microsoft, GM y Toyota, por tan solo citar algunas de las 300 empresas reconocidas en el ranking de las 500 firmas líderes a nivel mundial. Por su marcado crecimiento industrial, es un país considerado la “fábrica global”, suministrando una gran cantidad de bienes terminados y materias primas que nutren diversos sectores industriales localizados en los cinco continentes.
Las actividades económicas expansivas de China de los últimos años han aumentado su presencia en otras regiones del mundo, a tal grado que inclusive el eventual impedimento de sus actividades puede convertirse en una nueva fuente de impacto económico
83 Mayo 2020 adverso. Recordemos que su producción económica constituye el 18% del PIB 1 mundial y bajo tales dimensiones cualquier desaceleración desembocaría en la evidente reducción de las expectativas de crecimiento de las economías ligadas con su intercambio comercial.
Los analistas internacionales 2 han pronosticado una eventual desaceleración económica ocasionada por las medidas de contención y prevención al contagio del coronavirus, las cuales imponen restricciones a la movilidad e interacción entre personas que imposibilitan muchas de las actividades productivas y de trabajo dentro de las principales ciudades industriales en China. De tal suerte, con el llamado de alerta sanitaria internacional del 27 de enero pasado, las preguntas obligadas apuntan hacia lo siguiente: ¿cuál sería la magnitud de los efectos de desaceleración económica que podemos esperar de China y en qué medida su condición prevista afectaría de manera colateral a otras regiones?
1 El Producto Interno Bruto (PIB) es un indicador de productividad de la economía. 2 Véase Oxford Economics https://www.oxfordeconomics.com/ nota del 5 de febrero del 2020.
Si bien estas preguntas resultan de le- gítimo interés para el resto de la comu- nidad internacional, incluido México, debemos reconocer que a nivel mun- dial nos encontramos aún inmersos en las etapas tempranas del brote del coronavirus, y su evolución es todavía incierta; por lo cual, cualquier esfuerzo de análisis sólo puede ser un intento de mirada al futuro sobre un posible es- cenario de ocurrencia. Una alternativa de aproximación es considerar eventos epidémicos de condiciones similares que sirvan como punto de referencia y nos permitan vislumbrar algunas situa- ciones potenciales de ocurrencia.
Al buscar otro caso de brote infeccio- so surgido de China, los registros nos conducen al evento del SARS ocurrido en 2002 y cuyo acrónimo responde al Síndrome Agudo Respiratorio Severo. En aquel percance, el rango de tiempo en que se extendió la crisis sanitaria fue de ocho meses y la evolución de su di- námica se caracteriza por presentar una fuerte caída en la productividad duran- te el primer trimestre de la duración de la epidemia. Algunos estudios sugieren que el mayor declive ocurre al poco tiempo de decretada la alerta cuando se detienen las actividades económicas por atender las medidas de contención marcadas por las autoridades sanita- rias. Este punto crítico de desacelera- ción económica, el más bajo del perio- do, dura aproximadamente un mes, según el análisis de otros casos de epi- demias, pero resulta de tal magnitud que termina por afectar los indicadores anuales de la economía en su conjunto.
Los datos posteriores indican que las actividades se van restableciendo gra- dualmente hasta lograr su comporta- miento habitual anterior a la crisis, un periodo que dura no menos de ocho meses y usualmente no traspasa los 12 meses. Este mismo patrón de caída sú- bita en la economía y recuperación en menos de un año, es coincidente con los efectos encontrados en otras epide- mias durante el siglo XXI que incluyen el SARS, el MERS 3 y el virus AH1N1. De tal suerte, podemos considerar este esquema ilustrativo un modelo general de ocurrencia esperada para la econo- mía China y para aquellas economías de otros países que en un contexto de globalización acelerado, como lo es el actual, resulten afectadas del mismo mal.
En cuanto a los resultados totales, la afectación económica del SARS pro- vocó una disminución acumulada del 1.1% del PIB anual de China, y 2.5% del PIB en Hong Kong, en aquel año. El to- tal de países afectados fue de 26, entre los cuales no se encuentra México. 4 Los estudios comparativos muestran una disminución aproximada de un 1% del PIB 5 en otras economías para ese mis- mo periodo; no obstante, algunas de las conclusiones señalan lo destacado de la recuperación una vez concluida la epidemia. Inclusive, en los años subse- cuentes, China mantuvo el crecimiento acelerado que la ha caracterizado des- de que se convirtió en potencia indus- trial. Es de esperarse que una economía bien coordinada como la de China ten- ga condiciones suficientes para retomar su rumbo cuando se ve afectada por causas externas como una epidemia y cuya gravedad por enfermedad y tasas de mortalidad parece no afectar dema- siado su fuerza laboral u otros factores productivos.
En 2003, el número de infectados en ese país por el SARS fue de mil 388 y 648 muertes, de una población de mil 288 millones de personas. En este tipo de casos las afectaciones resultan meno- res en comparación con otros percances, como puede ser un desastre natural en donde la pérdida de vidas humanas y la necesidad de reconstruir la infraestruc- tura y los medios de producción daña- dos pueden prologar el tiempo de crisis.
La diferencia con el evento del SARS en 2003 reside en que, a 17 años de dis- tancia, la economía China era capaz de generar 1.6 billones de dólares, pero debido a lo que algunos consideran el “milagro chino”, en 2019, su produc- tividad equivale a 14 billones de dóla-
3 Virus del Medio Oriente. 4 Véase datos de la OMS https://www.who.int/csr/sars/country/table2004_04_21/en/ 5 Véase Keogh-Brow & Smith (2008);Lee &McKibbin (2004)
res, 8.75 veces más, y que es un factor de presión sobre otras economías que pudiesen resultar afectadas vía sus encadenamientos productivos con el gigante de Asia. De ahí la importancia que cobra el monitoreo de su desenvolvimiento y análisis para la toma de decisiones en materia económica, una condición que se vuelve relevante en estos casos y que va más allá de la competencia del sector salud.
Al momento de un brote de alerta sanitaria existe la dificultad de contar con los indicadores macroeconómicos que permitan analizar los efectos en los diversos sectores de una economía. Se trata de métricas que requieren tiempo para conjuntarse y hasta entonces será posible realizar un análisis completo de la situación, el cual suele ser retrospectivo.
El comportamiento de las bolsas de valores resulta un indicador válido para evaluar la percepción de los mercados y con ello obtener alguna lectura de referencia previa a contar con la publicación oficial del PIB trimestral.
Al momento, las bolsas internacionales han mostrado una caída generalizada en cuanto a los mercados de capitales, con una fuerza que no se veía desde el crack de 1987. El 27 de enero, la noticia de la alerta sanitaria afectó las principales bolsas con caídas en un rango de 1.57% en EU. y hasta 2.74% en Alemania. En México las cifras muestran una reducción de un 2.23% estando cercana a la media del resto de mercados de valores. La reacción en la bolsa de China tuvo que esperar debido al cierre por el nuevo año lunar que se celebra en aquella nación y que posteriormente fue extendido por medidas precautorias. El día 3 de febrero la apertura finalmente ocurrió y la bolsa se desploma con cifras del 9%, cercana al límite máximo permitido del 10%. Se trata de la mayor caída en los últimos 13 años en dicha nación. La respuesta inmediata fue una inyección de capital del banco central por 150 mil millones de euros para favorecer el financiamiento a corto plazo, junto con la reducción de la tasa de interés. El comportamiento de las bolsas en todo el mundo responde a la
6 Nota del viernes 31 de enero del 2020 por revista Expansión. Véase https://expansion.mx/economia/2020/01/31/hacienda-evalua-el-impacto-del-coronavirus-en-mexico
aceleración de la propagación del virus provocando desconfianza, algo que es comprensible desde que China anunció la emergencia sanitaria.
Al cierre de este artículo, sólo por dar algunos datos como ejemplo, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores ya había lo- grado cierta recuperación, pero acumu- laba una caída de 6.86% en lo que va del año; el Dow Jones, por igual, perdía 15.05% en 2020, y el peso frente al dólar ya había perdido 27% de su valor. Para mala suerte de México, dificultades en- tre los países de la OPEP agudizaron más la caída de precios del petróleo que pasó de 56.14 dólares por barril el 31 de diciembre pasado a 14.35 dólares el 17 de abril. Arturo Herrera, Secretario de Hacienda de México, reconoce la afec- tación y la dificultad de la actual crisis del Covid-19, pues “tiene una dimen- sión de salud, económica y financiera. Con respecto a esta última, en países emergentes, ha habido salidas de capi- tal por 95 mil millones de dólares en las últimas semanas, por lo que hay una gran necesidad de liquidez para estabilizar economías y mercados”, pu- blicó el funcionario. Pero todavía falta mucho por verse.
El comportamiento de las bolsas de valores se espera que responda a la par de los cambios en la tasa de mortali- dad y la tasa de propagación del virus. Estos indicadores son parámetros di- námicos y su lectura sirve de medida aproximada sobre la efectividad de las medidas de contención adoptadas por el gobierno Chino y por la comunidad internacional.
En el corto y mediano plazo es de esperarse que continúe un cierto gra- do de volatilidad en los mercados con reacciones sensibles a la emisión de noticias, entre las más significativas las de nuevos casos de personas infecta- das y de fallecimientos, pero también en cuanto a los avances de una vacu- na para combatir el coronavirus y que actualmente no existe a nivel mundial, aunque ya se hacen pruebas. La cien- cia médica se encuentra en una carrera por su desarrollo, pero existe la preo- cupación de que a pesar de lograr una propuesta de formulación efectiva, la vacuna todavía podría tardarse varios años más en estar disponible para la población, debido principalmente a los procesos normativos y de pruebas que exige la regulación internacional en el sector farmacéutico. 7 Esto sig- nifica un desfase de tiempos entre la ventana de surgimiento del problema y la disponibilidad de la solución. Lo cual puede mantener la tensión en los mercados por un tiempo y que podría compensarse en función de la reduc- ción de la tasa de mortalidad en res- puesta a las medidas de contención implementadas.
E ide i s en tie os de glob liz ción
Los estudios de economía de las en- fermedades infecciosas reconocen la relación existente entre el surgimien- to de crisis sanitarias y las afectacio- nes que ello puede implicar para el funcionamiento de la economía. Ha- bitualmente se considera que la con- dición de enfermedad y de muerte por epidemias, producen cambios no- tables en la demografía repercutiendo así de manera directa en la actividad productiva de un país y en sus expec- tativas de crecimiento. 8
Los enfoques suelen considerar un enfoque de costos en el sistema de salud e incorporar costos indirec- tos y cálculos de externalidades. Esta aproximación representa una línea de análisis reiterada al investigar impac- tos económicos. Sin embargo, a partir de los estudios del SARS y del virus H1N1, surgen hallazgos que abren nuevas consideraciones al tema. Uno de los más relevantes constituye que los principales costos de una pande- mia suelen ocurrir en sectores que no se encuentran asociados a la salud. 9 Esto tiene dos implicaciones. La pri-
7 Véase Derek Lowe en https://blogs.sciencemag.org/pipeline/archives/2020/01/27/coronavirus 8 VéaseTassier 2013. 9 Véase Keogh-Brown& Smith (2008); Rassy& Smith (2013); Brahmbhatt & Dutta (2008).
mera es de tipo metodológico, pues cuestiona el uso de modelos tradicio- nales de análisis microeconómicos en la economía de la salud y devela la ne- cesidad de contar con modelos macro- económicos que computen varios sec- tores de forma simultánea para revisar externalidades negativas. El segundo, y de mayor relevancia para el presen- te análisis, es que los costos indirectos de las epidemias, entendiendo por ello la afectación en los sectores ajenos a la salud, pueden exceder notablemente los costos del propio sistema de sa- lud para contener la crisis sanitaria. De esta manera, la atención a las ex- ternalidades económicas consideradas anteriormente se convierte en un tema central y validado por la trascendencia que ello implica en el contexto de glo- balización en que ocurre.
Con el brote del SARS en 2003, algu- nas regiones asiáticas fuera de China, como lo es Surat, en la India, presenta- ron una baja tasa de contagio y por tan- to de mortalidad, pero a pesar de ello la afectación de la economía fue suficien- te para menoscabar los indicadores de productividad y comprometer el creci- miento esperado. Al respecto, el Banco Mundial en su reporte de 2008 sobre el impacto del SARS en la economía, consideró que cualquier epidemia aún con bajo nivel de contagio debe tratarse como un problema potencial de creci- miento para las naciones.
Esto se puede explicar por el incre- mento en la globalización en términos de una mayor diversidad de las rela- ciones económicas como también por la intensidad de los intercambios de información a nivel mundial que en- contramos de manera marcada en el siglo XXI. Por un lado, la economía mundial se encuentra mayormente integrada e interdependiente de los desempeños de muchas naciones. Las ocasiones en que una crisis económi- ca permanece aislada en su territorio sin contagiar a terceros resulta cada vez más remota. Las cadenas globales de producción y los mercados interco- nectados de capital financiero se han expandido notablemente y conceden una ventaja de dinamismo a la econo- mía internacional, pero al mismo tiem- po son fuente de preocupación cuando algún país se proclama en situación de recesión y crisis.
Por otro lado, la intensidad de la comunicación de los medios sociales y su conectividad con el resto del mun- do sirve de mecanismo de amplifica- ción en momentos de alerta sanitaria. La democratización de la información con el internet y la aparición de nue- vos medios como Facebook, Twitter y Youtube, han permitido que cualquier usuario tenga una opinión en las re- des de comunicación, pero al mismo tiempo significa una fuente potencial de ruido, distorsión y amplificación de mensajes personales de pánico que pueden convertirse en colectivos. 10 Esto genera un nuevo fenómeno que altera la percepción social del riesgo de la población, pero también implica consecuencias en el comportamiento general de los mercados.
Los reportes de los efectos provo- cados por el SARS señalan de forma interesante que una gran cantidad de afectaciones económicas derivan de las reacciones que tiene la población para intentar protegerse del riesgo de contagio. 11 Es decir, el público decide evitar actividades que suponen algún contacto con portadores del brote. Esto implica una gran cantidad de opciones posibles que abarcan desde cancelacio- nes de viajes, de estancias o de eventos multitudinarios, hasta el rechazo de mercancías e inclusive de insumos aso- ciados con sitios de brotes confirmados o con potencial de ocurrencia. Las me- didas de precaución suelen aumentar en función del tipo de riesgo al cual se enfrentan, en caso de tratarse de una alerta de enfermedad infecciosa, la si- tuación suele involucrar la posibilidad de un riesgo de mortalidad.
Para el coronavirus, la tasa de leta-
lidad reportada hasta el momento por la Organización Mundial de Salud es del 6.7% 12 a la que se suma la ausencia de una vacuna específica en caso de contraer la enfermedad. Un comporta- miento de este tipo llevado de manera masiva provoca una caída sustantiva en la demanda 13 de bienes y servicios para cualquier economía.
Para comprender estos eventos ad- versos que pueden amplificar su im- pacto al convertirse en una respuesta de pánico debido a la alerta sanitaria y las incertidumbres que le rodean, se han desarrollado modelos analíticos basados en teorías de información en cascada. Su función es ayudar a evaluar el papel de la percepción del riesgo, las asimetrías y barreras de información disponible que finalmente perfilan hacia cierto compor- tamiento económico extremo.
Al comienzo de una crisis sanitaria la información es escasa y las redes so- ciales comienzan a difundir informa- ción de cualquier fuente. Su contenido incluye tanto mensajes de origen oficial como también de emisoras no autori- zadas que suele ser la mayor parte del contenido emitido. Como dato de refe- rencia, durante la epidemia del SARS, la población China emitió en dos días alrededor de 126 millones de mensajes de texto, y se calcula que billones más fueron enviados durante toda la crisis. 14 Las noticias recibidas validan y contra- dicen la información generando así un entorno de incertidumbre para la toma de decisiones, sobre todo si sabemos que el evento de crisis se encuentra aún en marcha y cada nueva informa- ción puede cambiar la comprensión del evento, e inclusive podría contradecir la propia postura asumida anteriormente e inducir la toma de nuevos criterios y medidas para protegerse de la en- fermedad. En tal situación, la toma de decisiones se ve impedida de claridad. Al tratarse de una alerta nacional de epidemia infecciosa existe además una percepción alta de riesgo a la integri- dad física del propio sujeto en caso de contraer la enfermedad y de no existir una vacuna disponible. El error puede resultar costoso y se suma al evento el estrés emocional, flujos de información cambiante y no siempre verificable, lo cual tiende a producir una toma de decisiones basada en subjetividades y a emular las decisiones adoptadas por otras personas como una forma heu- rística en la incapacidad para resolver la asimetría de información que impli- ca el caso. 15 El pánico puede surgir en cualquier momento y dada la interco- nectividad de la información se puede amplificar en las redes sociales. Esto finalmente alimenta la posibilidad de reproducir numerosos errores y llevar a la población hacia comportamientos subóptimos que reducen el bienestar colectivo.
Por estos mecanismos, una economía puede verse afectada a pesar no haber te- nido fuertes bajas en su población por ca- sos de contagio y muerte. Las decisiones económicas del resto de la población pue- den generar especulaciones y medidas de protección que al reproducirse de manera masiva pueden afectar los sectores econó- micos. Con todo y el bajo nivel de muertes percibidas en el coronavirus, las especula- ciones comenzaron a ser una realidad, al menos según los datos disponibles.
Las bolsas de valores a nivel inter- nacional han dado muestras de ner- viosismo y entre las actividades más castigadas en cuanto a la confianza del mercado ha sido turismo, que incluye hoteles, restaurantes, casinos, cruceros, etcétera; el sector del entretenimiento y del transporte.
Retomando los datos del caso del vi- rus H1N1 en México, uno de los princi- pales sectores afectados fue el turismo, se perdieron casi un millón de visitan- tes, se cancelaron 35% de los vuelos comerciales y las pérdidas económicas totales ascendieron a 2.8 mil millones de dólares en un periodo de cinco me- ses. Durante el punto crítico del primer mes, las pérdidas sumaron 665 millo- nes de dólares.
12 Parámetro mencionado por las autoridades sanitarias de China y compartido a nivel internacional. Vigente al 5 de febrero del 2020. 13 Véase Lee & McKibbin, (2003). 14 De acuerdo con Pomfret (2003) entre febrero 8 y 10 del 2003 se transmitieron mensajes que refieren a una gripe fatal en Guangzhou. 15 Véase Brahmbhatt & Dutta (2008).
Cabe destacar que las principales afectaciones provienen de la percepción del riesgo de turistas extranjeros. 16 El tiempo de recuperación en ese entonces fue de un periodo máximo de ocho meses, con mayores afectaciones a los sitios de playa y a la Ciudad de México. El país no tiene registros para conocer los efectos de campañas de recuperación del turismo, pero se tuvieron medidas fiscales de compensación por 1.7 de millones de dólares, de las cuales se tienen dudas sobre su efectiva distribución y efecto compensatorio. 17
Nuev s consider ciones
en control del riesgo
Lo mencionado hasta el momento enfatiza la importancia del manejo de la percepción social del riesgo en momentos de una epidemia capaz de propagarse hacia varios países; no obstante, cabe recordar que la internet y las redes sociales no tienen en la actualidad un mecanismo de gobernanza o de control que pueda poner orden en una estructura, emergente, masiva y descentralizada. La voz de las autoridades tiene el mismo peso que cualquier otro comentario que lucha por ser atendido en la red. Naturalmente este fenómeno significa un nuevo reto para las prácticas de comunicación.
En cuanto a las recomendaciones, se sugiere que las autoridades pongan mayor énfasis en la comunicación sobre la epidemia. La situación en que un gobierno opta por la estrategia de “esperar y ver” puede ser contraproducente, dado que, en épocas de alta intensidad de medios sociales, la población civil puede comenzar a generar especulaciones y versiones no oficiales del caso y de las sugerencias de acción a seguir.
Las estrategias de comunicación deben procurar una información clara y objetiva, con la intención de convertir a la población en condiciones de incertidumbre y susceptibles de pánico hacia el grupo de confianza. Numerosos estudios muestran que la credibilidad de las autorida
16 Véase Smith (2006). 17 Véase Rassy & Smith(2013).
89 Mayo 2020 des es indispensable para el control de la percepción de riesgo, de lo contrario, toda información, aunque verdadera, puede ponerse en duda si proviene de una autoridad percibida con desconfianza.
Por otro lado, dado que las enfermedades infecciosas representan un impacto mayor para países en desarrollo, su prevención no sólo se limita al cuidado de la salud, sino puede mostrar efectos mayores en el ingreso y afectar las medidas de desarrollo y crecimiento programadas. Esto hace necesario contar con tomadores de decisiones en materia económica con conocimiento de los encadenamientos productivos y los comportamientos de los sectores implicados para entonces intervenir en comunicaciones efectivas que mantengan la confianza de los mercados. Cabe mencionar que los primeros momentos de comunicación son clave, pues percepciones de riesgo en sectores como el turismo son difíciles de controlar una vez que se pierde la calma y esto complica las gestiones de crisis.
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