Con el auge de la cosmética ecológica y la concienciación medioambiental, el consumidor busca productos de mayor calidad para el cuidado de la piel. No obstante, el gran olvidado hasta ahora era el cabello, pero por suerte está tomando protagonismo, pues parecía que solo nos preocupaba el cuidado del rostro, así como del cuerpo.
¿Es sano mi champú?
Hasta ahora el ritual de belleza capilar se centraba en utilizar champú, acondicionador, fijadores y en modificar su color a base de tintes químicos.
Estos cosméticos capilares convencionales están elaborados con ingredientes derivados de la industria petroquímica, así como de síntesis. Muchos de ellos son controvertidos por sus efectos secundarios y nocivos, no solo para nuestro organismo, sino también para el planeta. ¿Te has fijado alguna vez en la cantidad de espuma que hay en las playas
cercanas a las ciudades? No somos conscientes de cómo afecta a la fauna y flora una vez viaja el agua de la ducha por el desagüe y llega hasta los ríos o zonas de vertido. Por no comentar la cantidad de envases de champú que se desechan. Por eso cada vez más marcas apuestan por la versión de un champú sólido. Están libres de plásticos y se reduce en tamaño su packaging (además de cundir lo mismo o más) por lo que en un mismo envio se puede transportar una mayor cantidad, reduciendo así su huella de carbono. WWW.TVBIO.ES
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