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The last heir

Era una mañana fría con neblina que cubría las calles de Londres, en una de las calles más concurridas de los barrios de la alta sociedad en una mansión que era realmente hermosa por fuera con sus jardines y buen mantenimiento al hogar, en una de las ventanas del segundo piso se podía observar a una muchacha ver hacia la calle sumergida en sus pensamientos, cuando no escuchó a las afueras de su habitación unos pasos que corrían a toda velocidad hacia su dirección, haciendo que cuando entraron por la puerta ella saltara de su asiento haciéndola caer sobre su trasero. - ¡Hermana/Alice! - escuchó de las dos personas que habían entrado hace unos segundos, acercándose a ella para ayudar a que se levantara. - ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué tanto alboroto? - decía mientras se masajeaba la parte en la que había recibido el golpe- ¿qué es lo que tienes ahí? – se dirigió a su hermano ya que había notado un sobre en sus manos. -Llegó esto hace unos minutos, es una invitación para el baile de esta noche que lo hará Sir. Darcy el general del ejército- se quedó mirando la carta unos segundos – está dirigido para los Mellizos Smith y la compañía que deseemos llevar. -Y esa compañía obviamente voy hacer yo verdad-lo decía Lizzy una fiel amiga de los mellizos desde que tienen memoria- porque juro que si no me llevan dudo mucho el cómo van a poder entrar después de que lleguen de la fiesta. Los tres jóvenes rieron ya que así era su amistad desde que la recuerdan ya que se habían conocido en un orfanato cuando los mellizos tenían 6 y ella 8 ellos la veían la mayoría de veces como una hermana mayor ya que siempre se encargó de cuidarlos y protegerlos contra los demás niños de ahí, ya que solían molestarlos por su cabellera roja como la sangre, también por sus peculiares ojos ya que los tenían de un tono rosado suave, desde que los conoció tuvo el deseo de protegerlos, cuando se presentaron la primera fue Alice que estiró su mano al igual que Luka, aunque ella quiso saber cómo habían llegado, ellos no pudieron decírselo ya que lo último que recuerdan, era un hombre que les puso un collar de una cruz que por el momento no recordaban como la llamó y al que ni siquiera pudieron ver su rostro por una máscara que tenía, pero dijo que ese lugar los mantendría a salvo. Lizzy (siendo su verdadero nombre Lizeth, pero los pequeños le habían puesto ese apodo) siempre tuvo curiosidad por el collar que tenían, pero siendo una pequeña niña no podría obtener mucha información, los niños tenían curiosidad también el por qué ella estaba ahí, ella les conto que sus

padres la habían abandonado a los 5 ya que no tenían el cómo cuidar de ella, siendo abrazada ese mismo instante por los menores diciendo que ellos lo cuidarían (siendo al revés la mayoría de veces) pero ella solo les devolvió el abrazo y un pequeño beso sobre sus cabezas, haciendo que desde ese día no se separasen. Ahora siendo dos jóvenes de dieciocho años recién cumplidos, de 1,60 misma estatura que la mayor solo por 5 cm hacía que se burlara de ellos aunque siempre con cariño ya que habían conservado su cara de bebe, además de un delicado cuerpo que siempre les molestaba diciendo que eran como muñecas de porcelana, ella estaba ya en sus veinte años siendo una señorita de cabello castaño con sus hermosos ojos color avellana, también teniendo un buen cuerpo y hermoso rostro haciéndola ver con un porte sexy y maduro que hacía que la mayoría de personas que pasaban a su lado la regresaran a ver por lo hermosa que era. Cuando Lizzy cumplió la mayoría de edad se quedó en el orfanato para poder seguir protegiendo de los menores cosa que ellos siempre estarían agradecidos, cuando los mellizos cumplieron dieciséis un hombre llego al orfanato se notaba que era muy mayor por la apariencia que tenía, llego en su búsqueda porque tenía algo importante que debía contarles, por supuesto los menores no lo atenderían sin la presencia de Lizzy cosa que debió aceptar a regañadientes, lo primero que pensó la castaña fue que talvez era su abuelo o el abogado de su familia que recién se enteraba de su existencia y venía a llevárselos. Grande fue su sorpresa cuando él dijo que solo era un mensajero y debía cumplir con un favor que le debía a la persona que lo mando a decir lo que debía hablar con los menores. -Serán los propietarios de una casa en los barrios adinerados al cumplir los dieciocho años -se oyó un grito de sorpresa de parte de los tres adolescentes- como decía-tosió un poco para luego continuar- ni bien cumplan esa edad y salgan de aquí tendrán un lugar para vivir. Entre los tres se regresaron a ver, se podía observar la felicidad en los rostros de los menores, mientras en la mirada de la castaña solo se podía ver la inseguridad hacia lo que acababa de decirles el mayor. -Un momento- todos regresaron a ver a la castaña que estaba con un rostro serio y levantando la mano -cómo es posible que después de tanto tiempo venga y hable sobre como heredaron una mansión porque si no me equivoco por esos barrios lo que más ahí son mansiones gigantes con grandes jardines - le dijo al anciano y vio como este asentía - además...ni

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siquiera nos dice la historia detrás de todo esto. -No puedo decirles todo lo que quieran ya que yo solo fui enviado aquí a decirles sobre lo que han heredado - giró su rostro viendo a los menores y luego a la mayor- lo único que puedo decirles es que, son herederos de una gran fortuna ya que sus padres eran gente importante y que lamentablemente murieron misteriosamente ya que nunca se encontró la causa de su muerte, además los pequeños no daban mucha razón más que su edad y sus nombres se buscó a sus parientes más cercanos, pero como no tenían más familia o mejor dicho, nadie quiso hacerse cargo de dos pequeños, sin que metieran mano a la fortuna de ellos, por eso se los envío aquí hasta que puedan usar lo que por obvias razones les pertenece, esperando a que cumpliesen dieciséis para decirles las verdad. Después de eso le dio unos papeles a Lizzy ya que ella se encargaría de no perderlos hasta después de dos años que pudieran usarlos, se despidió diciendo que se cuidarán, cosa que lo dijo de una manera bastante seria, cosa que no pudieron explicarse porque esas simples palabras tenían tanto peso, desapareció por las puertas principales las cuales nunca se lo volvió a ver entrar, haciendo que los tres se preguntaran en donde estaría ese hombre. Cuando los mellizos cumplieron la edad indicada se fueron del orfanato, despidiéndose de todos y yéndose con Lizzy que los esperaba en las grandes puertas para poder irse de ahí a su nuevo hogar en el cual encontraron a una señorita de cabello negro, corto hasta los hombros, diciendo que era la ama de llaves de ese lugar, les mostró a los demás sirviente del hogar, también lo que hacía cada uno de ellos, les enseñó su nuevo hogar puerta por puerta viendo que eran más grande de lo que parecían, así decidieron donde dormiría cada uno de ellos siendo todas las habitaciones del segundo piso. Una semana después de lo sucedido se corrió el rumor sobre la aparición de los herederos de la mansión Smith la mayoría creía que era falso, pero al ver las pinturas de la familia vieron que los pequeños de la pintura eran idénticos a los mayores, fueron muchas las invitaciones que llegaron para las fiestas que hacían la gente adinerada, claro está que ellos primero querían repasar ciertas cosas que hacia la gente de clase alta para no avergonzar la memoria de sus queridos padres. -Creo que deberían comenzar alistarse para la fiesta - entro a la habitación Mari la ama de llaves-ya han cancelado varias y si siguen así no creo que los vuelvan a invitar.

-Mary tiene razón niños, es mejor que se vayan a preparar - los menores la regresaron a ver - yo también lo haré una vez vaya a mis aposentos, recuerden que recién fuimos de compras para tener ropa de gala para estas ocasiones – regreso a ver a la señorita que estaba junto a la puerta – Mary los ayudará a alistarse, cualquier cosa que necesiten me lo piden. -Si Lizzy – dijeron los mellizos al unisono, mientras veían a la castaña salir de la habitación. Alice y Luka hablaron un poco de como debían comportarse, hasta que oyeron un grito de Lizzy ‘’ ¡si siguen así le diré a Mary que prepare su tina con agua helada si no se mueven en este momento!’’ a veces no sabían si ella tenía un sexto sentido que sabía lo que hacían en momentos así, entonces solo se dijeron un ‘’nos vemos abajo’’ dirigiéndose rápidamente a su respectiva habitación. Después de una hora, estaban en la entrada principal ya preparados para irse, Lizzy estaba con un vestido azul con decoraciones de color negro en la falda, su escote en forma que indicara un poco su pecho, además que llevaba un moño alto que hacía que resaltara su pecho y en la parte de la cintura ajustada para así resaltar, Alice tenía un peinado simple que era una media cola, llevaba un vestido rojo que tenía un pequeño poncho que cubría la parte de su pecho, también teniendo una cintura ajustada por el corsé de su vestido y por ultimo Luka llevaba una camisa blanca con un chaleco de tonos rojos bajos y su abrigo con el pantalón siendo color negro, con unas botas altas que le llegaban hasta la rodilla. Esperaron hasta que su carruaje llegó, mientras se subían se despidieron de Mary que les deseaba suerte y que se divirtieran, siguieron despidiéndose por la ventana hasta que el carruaje arrancó, la sonrisa que tenía el ama de llave pasó de una cálida a una siniestra que si la hubieran visto se hubieran asustado por el cambio que eso le dio a su apariencia. Rápidamente fue hacia el bosque que estaba detrás de la casa, corrió por toda una trayectoria que sabía de memoria para llegar al lugar indicado, llegó a una cueva a la que entró hasta donde no llegaba la luz, leyó una frase que estaba inscrita en la pared haciendo que rápidamente se abriera la puerta, pero antes de pasar, fue atacada por un fantasma que no dejaría que entrara a hacer lo que estaba planeando. Era algo espeluznante para ver porque era de restos de animales unidos en uno solo dándole una apariencia asquerosa y temible cuando ella dió un paso, no esperó ni dos segundos cuando la atacó, ella lo esquivó, aunque sufrió de un pequeño corte en su brazo y rostro, se fijó que había una

escritura, pero no alcanzaba a leerla, entonces mientras peleaba con ese ser hacia el intento de acercarse, pero no lograba lo suficiente como para leer lo que decía el escrito. Pasaban minutos que sufrió más cortes en su cuerpo, se fijó de quien se trataba luego de analizarlo por tanto tiempo, había leído sobre él, ese ser había sido castigado por los actos espantosos que había realizado cuando era humano, su castigo, fue el de cuidar las tumbas de los seres que acabarían con los que los habían encerrado ahí sin dejar realizar su caos de maldad por el mundo si se llegaban a esparcir, ‘Él guardián de la puerta’’ tenía como deber que cualquier humano que intentase liberarlos serian cortados a la mitad por su guadaña que se le había sido otorgado para que sea más temible a los ojos de cualquiera que lo vea. Sin embargo, había también el cómo derrotarlo que solo pocas personas lo sabían y era con la sangre de los creadores del sello de la puerta. Mary se dio un manotazo en la cara por haberlo olvidado, sacó de un bolsillo de su traje un frasco pequeño de un líquido que se veía de un carmín brillante, hizo unos movimientos más para tener la atención de esa criatura, viendo que lo había obtenido lanzó en un rápido movimiento ese frasco a la gran roca, solo se oyó el ruido del frasco rompiéndose, salpicando un poco del contenido al guardián que se quedó estático porque ni bien lo tocaron esas pequeñas gotas, aparecieron estacas que atravesaron su cuerpo haciendo que se clavara contra el suelo sin dejar que realizara ningún movimiento. Después de comprobar que no se moviera entró por aquellas puertas encontrando unas gradas de piedras que la guiaban hasta lo más oscuro del lugar, al llegar al final de los escalones vió en el suelo la forma de la cruz patriarcal un poco borrosa pero que aún se podía notar, sacó las pequeñas velas que tenía guardadas en su vestido y las puso en cada punta de la cruz encendiendo una por una. Comenzó un cantico en otro idioma que solo algunos lo sabían, en medio de este, agarró una navaja y corto la palma de su mano haciendo que sangrara y sus gotas cayeran dentro de la cruz, pudo visualizar como de poco a poco se iba rompiendo el piso, cayeron algunas rocas del techo, las velas comenzaron a apagarse una por una el suelo tembló por unos segundos de repente se detuvo. Todo paró como si no hubiera sucedido nada, por varios minutos que se sintieron eternos. Mary pensó que había fallado todo lo que había preparado por años, sin darse cuenta de unas manos que aparecieron detrás de ella, sujetándola

rápidamente por su cintura además de taparle la boca en ese instante supo que el momento había llegado. No se alteró, espero a que hablaran tanto tiempo que espero para verlos resurgir, sabía que la humanidad estaba acabada comenzando por dos adolescentes que ahora estarían disfrutando de una fiesta, mientras pensaba aquello no vio como una dama de una hermosa cabellera castaña con unos ojos rojos como la misma sangre se le acercaba y que solo reaccionó por el fuerte apretón que tuvo en su cuello quedando petrificada al escuchar las palabras que soltó cerca de su oído. -Fuiste útil para nuestra liberación, pero creo que para la última cosa para la que serviréis será siendo nuestro alimento- vió como regresó a ver a las otras dos personas que yacían ahí- 130 años encerrados dejan verdaderamente con hambre ¿no lo cree? -. La pelinegra supo desde un principio que eso sucedería y lo único que pudo decir - Es un honor el servirles como fuente de alimento - dió una sonrisa así permitiendo que hicieran con ella lo que quisieran. Luego de unos minutos solo se oyó como un cuerpo caía sobre el suelo sin ningún cuidado, las tres personas solo se miraron entre si dando una sonrisa macabra saliendo del lugar para terminar lo que no pudieron hace unos años, pero primero terminarían con la descendencia de los que lo habían encerrado en ese asqueroso lugar. A varios metros de ahí en una de las mansiones más prestigiosos de Londres se celebraba una fiesta a lo grande como era costumbre de Sir Darcy cada año, si se preguntaba a alguien nadie podría explicar el porqué de sus fiestas. En el gran salón de la mansión estaban los tres jóvenes cerca de la mesa de bocadillos cogiendo uno de vez en cuando. - Si sigues de glotona nadie se va acercar a hablarte - dijo Luca a su melliza que era la que más postres comía indicando una sonrisa ladina - sabes algo, te dejaremos sola para que socialices un poco hermanita. Cuando Alice reaccionó volteó a ver y ya no encontró ni a su mellizo ni a Lizzy ¿En verdad la habían abandonado? entró un poco en pánico porque vió como unas miradas se dirigían hacia ella, volteó rápidamente y salió por unas puertas que la dirigían al jardín trasero del gran lugar. Siguió un camino para sentarse en unas bancas cerca de una hermosa pileta, pero no se fijó en una piedra que la hizo tropezar para caer en aquel lugar, espero al chapuzón en el agua cosa que no sucedió. Sintió una calidez en una zona de su cintura donde reposaba la mano de aquel muchacho que la hacía sentir reconfortante sintiéndole también en su mano ella no sabía el porqué de aquella calidez, abrió los ojos sin haberse

dado cuenta de que los había cerrado encontrándose a un hombre con una máscara que tapaba la mitad de su rostro no sabía por qué se le hacía conocida aquella mascara. Fue levantada de poco hasta que se estabilizó, fijó su mirada en aquellos ojos tan azules como el cielo. - Se lo agradezco...soy un poco torpe al caminar- la figura delante de ella solo asintió y se marchó - ¡espera! - bajó su vista a su vestido para arreglarlo un poco cuando alzó su vista de nuevo - ¿Quién...? - sus palabras se quedaron en su boca ya que cuando alzó su mirada el muchacho ya no estaba. Busco por su alrededor para ver si podía encontrarlo, pero no tuvo éxito, intentó recordar en dónde había visto esa máscara, pero comenzó a tener un dolor de cabeza que era igual a una punzada se acercó a las bancas para calmarse un poco, cuando lo hizo fijo su mirada en el cielo más bien en la luna achicó un poco los ojos notando como en una pequeña parte estaba pintada de un rojo intenso haciendo que abriera los ojos como platos. Dentro de la fiesta dos jóvenes se acercaron dónde estaban Lizzy y Luca uno de ellos pidió bailar una pieza con la primera nombrada, ella aceptó con gusto dejando a Luca acompañado del otro hombre. - Si te soy sincero tus ojos siento que tengo el ligero presentimiento de que ya los he visto antes - habló haciendo que el pequeño pelirrojo voltearla a verlo notando que era castaño y mucho más alto que él - soy Gabriel Johnson un gusto - Luca Smith el placer es mío - noto como él castaño tomo su mano y le dió un beso - si vamos a hablar con sinceridad yo también deberé decir que su mirada ya le he visto en otra parte - solo vió como negaba sobre aquello recién dicho soltando una pequeña risa encantadora. Estaban con copa de vino cada uno en mano rieron y conversaron de todo tema que les llegara, cualquiera que los viera pensarían que son conocidos desde años mientras hablaban Luca no sabía por qué tenía tanta confianza con aquel hombre sentía una calidez en su pecho que no sabría explicar, mientras pensaba eso sintió un pequeño jalón en su mano que era cuando su hermana lo necesitaba aquella sensación siempre la tuvieron desde pequeños pensando que era un vínculo que habían creado, pidió perdón a Gabriel diciendo que volvería luego, aquel castaño le dió una sonrisa ladina diciéndole que no se demorara o iría en su búsqueda en un tono burlesco Luca solo le dió un asentimiento de cabeza riendo un poco, volteando rápidamente su cara para que no notara su pequeño sonrojo.

Dió la vuelta sobre su cuerpo para ir en dirección de las puertas que daban hacia el jardín trasero del lugar, llegó a aquel lugar notando a la distancia a su hermana que miraba al cielo estrellado de aquella noche y se acercó despacio para no asustarla, Alice escuchó unos pasos detrás de ella que hizo que volteara a ver quién era encontrando a su mellizo sentándose a su lado. - ¿Qué tanto observas hermanita? - subió su mirada para ver que tanto miraba su melliza. - Noté recientemente...- se quedó en silencio unos segundos para volver hablar -...ese conjunto de estrellas parece una sartén - habló achicando sus ojos demostrando que hablaba con seriedad. - Acabas...de comparar una constelación con un utensilio de cocina - lo dijo con una indignación en su voz que hizo que la pelirroja lo regresara a ver. Se vieron por varios segundos que no pudieron aguantar las risas, se rieron tanto como cuando eran pequeños y realizaban alguna travesura para luego ser regañados por Lizzy. Después de unos minutos se comenzaron a calmar guardando silencio, regresaron su mirada al cielo estrellado notando cuan hermosa eran las noches así, pero fueron interrumpidos por unos pasos que se acercaban a la dirección en la que se encontraban cuando quisieron ver quien era, pero sopló un viento fuerte que hizo que cerraran los ojos hasta que este parase. Una vez se detuvo volvieron abrir sus ojos notando que una persona estaba frente de ellos cuando Alice lo vió, abrió sus ojos como platos mientras que Luca lo analizaba desde la punta de sus pies hasta que subió el rostro lentamente fijando su mirada en aquella mascara que nunca olvidaría. Quiso decir unas palabras cuando aquel hombre agarró las muñecas de los mellizos con un poco de rudeza jalándolos al interior de la fiesta, sintieron unas miradas sobre ellos y fueron guiados hacia el segundo piso del lugar, oyeron que unos pasos los seguían, quisieron soltarse, pero el agarre era muy fuerte que solo hizo que se rindieran, entraron a una habitación donde fueron soltados, escucharon como se cerraba la puerta a sus espaldas por el sujeto que venía detrás de ellos Al verse los mellizos lo primero que hicieron fue abrazarse esperando lo peor, temblaban tanto esperando su fin. - ¡Chicos! - se escuchó en el lugar una voz que desbordaba preocupación y que sonó conocida a sus oídos. Hizo que los hermanos alzaran la mirada al reconocer aquella voz voltearon su rostro para encontrarlo rápidamente, lanzándose en su dirección para

abrazarse, cuando iban a comenzar a hablar escucharon un fuerte golpe. - Imbécil ¿qué crees que haces? -Luca al verlo bien se quedó impactado al ver de quien se trataba la voz - pudiste hacer que se lastimaran. - Si así lo quieres- dijo frotándose el lugar en el que había recibido el golpe - para la otra vas tu y miras si puedes hacerlo idioNo logro terminar ya que la tercera persona que estaba a su lado siendo un pelinegro casi de la misma altura que los otros dos hombres dió una tos falsa para que se detuviesen - si lo recuerdan tenemos cosas más importantes por las que hablar si no lo olvidaron. Los dos jóvenes se detuvieron regresando su mirada a los tres jóvenes frente a ellos, los mellizos al tener aquella atención se escondieron detrás de Lizzy como la castaña no hablaba los mellizos pusieron su vista hacia ella, lo noto y bajo su mirada para ver a los hermanos. - Deben poner atención a las palabras de ellos - dió un pequeño suspiro y volvió hablar - yo ya los escuché tal vez vaya a ser muy impactante para ustedes. Cuando el pelinegro iba a hablar se escuchó un fuerte grito en el gran salón para que segundos después todas las luces se apagaran dejándolos en la oscuridad lo único que escucharon fueron más gritos y pasos de personas que corrían hacia la salida, en ese momento los cuatro adultos hicieron un círculo alrededor de los mellizos, en ese momento las puertas y ventanas fueron abiertas con demasiada brusquedad que casi se rompieron en pedazos. - Los encontré – se oyó una voz distorsionada pero que se podía notar que era de mujer. De la nada los tres jóvenes salieron volando hacia las paredes dos siendo capturados por unas cadenas que salían de las paredes y el pelinegro al momento de ser jalado se golpeó la cabeza quedando inconsciente enseguida de notar todo lo que paso Lizzy se balanceó contra los mellizos para protegerlos salió disparada contra la parde con tanta fuerza que quedo débil además de aturdida escuchando de lejos ´´ ¡Lizzy! ´´ gritado con tanta desesperación de sus pequeños pelirrojos. Los mellizos hicieron el intento de querer socorrerla, pero unos brazos por detrás los tuvieron interrumpiendo su plan de ayudar a la castaña forcejearon lo que más pudieron, pero en los brazos que estaban ni siquiera se inmutaban a sus golpes cuando vieron una sombra acercarse hacia ellos tenía la sonrisa más aterradora que recordaban de vagos recuerdos haberla visto en algún lugar.

Mientras más se acercaba más se sentían débiles sus vistas se volvían más borrosa sin poder distinguir nada de su alrededor oían poco de lo que sucedía a su alrededor comenzaron a temblar ya que la sensación que tenían sobre aquella sombra no era para nada buena solo podían recordar cosas aterradoras que habían enterrado en lo más profundo de sus mentes, lo último que recuerdan es oír ser llamados con tanta desesperación y tan doloroso que parecía que desgarraba la garganta de sus portadores. - ¡Alice! / ¡Luka! / ¡Chicos! –No podían escapar lo único que podían sentir era terror y desesperación sin saber el porque de todo lo que sucedió la inconsciencia se hizo paso haciendo que los mellizos se desmayaran, luego un profundo silencio que lo único que se escuchó fue un grito de desesperación…

Fin.

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