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Pero te conocí

texto cuando tenia algún plan en mente, pero si la llamaba de vuelta de seguro sería para salir o algo, pero hoy no podía fallarle a papá. Pero no podía dejarlo así, ella es mi mejor amiga. -Hola Beck, ¿qué pasó? -Fiesta hoy en casa de Vanessa, ven a mi casa para arreglarnos. -No puedo hoy Beck, mi padre ha dicho que debo volver al entrenamiento si o si, además el me va a llevar en su coche- respondí abrumada -Martina, tu entrenamiento es lo de menos, puedes retomarlo la semana que viene, puedes ir un rato y luego venir a mi casa para luego ir a la fiesta de Vanessa -No lo sé, no quiero tener problemas con mis padres por esto otra vez -Vamos Martina, de seguro va Elías, el nuevo, he visto como lo observas en los recesos Que vergüenza, he sido tan evidente, no quiero decepcionar a mis padres, ni a mi entrenador ni nada, pero de seguro es la única oportunidad para hablarle, y ahora sé cómo se llama, Elías. -Esta bien Beck voy a tu casa entonces, me prestas ropa hoy sí. -Sí claro, te quiero mejor amiga. Ahora ya no sabía como hacer para faltar al entrenamiento, lo mejor sería ir fingir que me siento mal y luego irme. Así que eso hice, Papá me dejo cerca a la cancha entrené un rato y luego salí a tomar un taxi hacia la casa de Beck. Beck y yo nos arreglamos el cabello y nos maquillamos, me puse un top y unos jeans cortesía de mi amiga; Francisco paso por nosotras en su coche junto a Mathías y Esteban, quien no paraba de aludir que declararía lo que siente a la chica que le gustaba, de seguro era Beck a ella le gustaba desde siempre, pero jamás hubo algo entre ellos. -Listos para la fiesta chicos, hemos llegado- Francisco dijo prácticamente gritando por todo lo alto Al llegar y saludar a Vanessa con un beso en la mejilla, le pregunte si había visto al chico nuevo, quien no había llegado y no sabía si iba a venir. Bueno, eso era lo de menos fuimos a bailar y a tomar mucho alcohol para divertirnos, había hablado con mi papá un poco antes para decirle que iría a comer con mis amigos y que llegaría un poco tarde. Ya estaba algo mareada cuando vi entrar a Elías junto a Adisson, no sabia que hacia ella aquí y mucho menos con el chico que me gustaba. Me consternó ver eso cuando Esteban solo se acerco para darme un beso, yo le respondí. Acaso habíamos tomado tanto para hacer eso.

Solo sentí como alguien nos empujo para separarnos, era Beck quien luego se fue corriendo al baño, yo la perseguí hasta alcanzarla. -Martina sabias que me gustaba, tu eres mi mejor amiga y más que nadie lo sabías- Beck empezó a llorar inconsolable, también eran efectos del alcohol, pero sabía que lo que hice le dolía. -Beck lo siento, lo hice por impulso vi a Elías entrando con Adisson y tome demás y no se que paso, el fue quien me beso, no yo. -Lo sé, pero tú le correspondiste. Entonces Beck solo se fue y me quede sola. -Hola ¿tú eres Martina no? ¿Qué haces acá sin tus amigos? Era Elías quien se me acerco de la nada y además sabia quien era yo o mis amigos, como sea, sabia mi nombre. -Si, un gusto y tú eres el nuevo, verdad -Asintió con la cabeza aquel chico de cabello oscuro- Sí, soy Elías -Bueno mis amigos están por allá divirtiéndose y yo vine a estar sola aquí un rato ¿y tú? - respondí tratando de iniciar una conversación -Vine a vender unas cosas ¿no quieres? - dijo mostrándome una serie de píldoras y hierva que tenía en el bolsillo de su chaqueta Lo que había dicho Beck era cierto, pero no lo tome para tanto, seguimos conversando el en verdad era muy interesante. Prometimos vernos en el instituto el próximo lunes. Salí muy de prisa ni si quiera me despedí de mis amigos, lo que había pasado con Esteban me dejo en shock, lo mejor sería alejarme por un tiempo. Ese fin de semana ni si quiera hable con Beck, no respondía mis mensajes ni llamadas, ni siquiera había hablado con los otros chicos. Esteban había dejado un par de mensajes pidiéndome hablar, pero no respondí.

Capítulo 5

Es lunes, Beck no me habla y decidí alejarme de los chicos, vaya forma de empezar la semana, en el receso me encuentro sola, Beck esta con unas amigas suyas y los chicos en otra mesa aparte, Esteban intento acercarse a mi pero me aleje. No me siento tan confiada sin ellos sobretodo sin Beck, no se me hace tan fácil como ella hacer amigos nuevos. -Me puedo sentar contigo -Hola Elías, si por favor- le respondí con una sonrisa Hablamos sobre porque se mudó y porque era algo mayor a los demás.

Teníamos química. -Nos vemos hoy en la tarde- le dije de improviso -Puedo a las 4, en Hyde park cierto -Si, ahí te veo Se termino la jornada de clases y fui rápido a casa para poder cambiarme e ir con Eli. No lo encontraba hasta que lo vi dentro del parque. -Holaaa, hasta que te he encontrado -Hola Marti, ¿Qué quieres? -¿Quiero de que? -Píldoras, hierva, mira.- dijo indicándome su arsenal de drogas El pensaba que quería drogas, estaba equivocado, no quería eso, pensé que esto era algo así como una cita. -No, no vengo a comprar- le respondí algo consternada -¿Entonces?, bueno tengo que entregar esto mejor me voy, te veo en el instituto -Espera, si te compro, me das algo más tranquilo -¿Quieres hierva? -Si, supongo El me gustaba mucho, no quería alejarme quería pasar con él hoy. -¿Te puedo acompañar hoy? -No lo creo Marti, entiendes que esto es algo peligroso, nos pueden encontrar. -No me importa, así pasamos un rato juntos. -Como quieras, te vas a divertir vas a ver que es muy emocionante. No entendía por qué sería emocionante. Pero entonces fuimos a ver a sus “clientes” por todo Londres, en parques y callejones despejados por la tarde y en clubes, bares y restaurantes por la noche, entendía la emoción de eso, estaba en la adrenalina de no dejar que te vean. Mi papel era algo así como la de una intercesora. Seguimos así por semanas, éramos algo así como un dúo, pero esos eran nuestros únicos planes cada viernes o sábado, me alejé de mis amigos, falte a muchos entrenamientos por estar con Elías y tener un poco de su atención. Era sábado por la noche Elías y yo fuimos a un bar del centro para hacer lo que hacíamos siempre, fumábamos un poco antes de ir. Nos sentamos en una mesa del fondo cuando de pronto escuche una voz familiar que provenía de atrás mío. -Tienes lo que te pedí

Al darme vuelva vi que era Adisson, mi hermana, por eso estuvo en la fiesta en casa de Vanessa con Elías por eso no solía estar en casa por las noches, mi perfecta hermana usaba ¿drogas? -Adie ¿Qué haces aquí? ¿Usas drogas? -¿Y tu las vendes?, claro que no las uso, de seguro tú las usas, ¿Qué haces tu aquí? -Acompaño a un amigo, estamos juntos. -Espera a que nuestros padres sepan esto. Adisson se fue y Elías me había contado todo, ella era una cliente bastante recurrente, no había notado eso en ella. -Bueno quita esa cara Martina, quieres probar algo nuevo -Seguro Elias se acercó a mi, nuestros labios se juntaron, para así darme una pastilla, no sabía que era, pero solo le sonreí y tome un bocado del mojito que tenía en la mesa, nunca había probado eso solo un poco de Hierva con Elias antes de salir pero esto era nuevo. -Tu y yo somos por siempre Martina, entiendes -Por siempre- le respondí luego de robarle un beso Seguimos con lo mismo hasta que fue muy tarde, tenía miles de llamadas de mis padres, decidí ir para evitar problemas, habíamos salido del bar hace rato, nos encontrábamos en casa de Elías pero debía irme ya, tomé un taxi y fui rápido a casa no estaba consiente de lo mal que me encontraba. -Martina, tu hermana nos ha contado todo, usas drogas, que ha pasado contigo, en lugar de ver a Rebecca ibas a ver a ese chico que vende drogas- dijo mi madre con la voz rota -No, no uso drogas, estoy bien, es Adisson quien la usa yo no, deben creerme -Pero has mirado en el estado en el que estás Mamá no quiso hablarme más, solo escuchaba gritos de fondo, no paraba de llorar, me quede en la sala de estar con Aiden no comprendía nada, mis papás hacían cientos de llamadas. -Vas a estar bien- me decía Aiden con un tono de voz preocupado Afín había amanecido, me sentía mejor, más lúcida bueno un poco. Adisson había empacado mi ropa mis padres me obligaron a subirme al coche, recuerdo resistirme un poco para luego ceder, me habían llevado a un centro, una clínica pero yo no debía estar ahí, no quería. Me dejaron sola, mis padres habían dicho al insti que fui de vacaciones a casa de mi abuela por una temporada, solo recibía visitas de mi familia y

algunos ocasionales de mis amigos a quienes había perdido, pero ninguno de Elías. Quería salir de ahí pero me mantenían sedada y dormida por mucho tiempo. -Aiden, el chico con quien salía no ha preguntado por mi -Papá ha prohibido sus visitas Marti, pero el no ha preguntado por ti. Ya no tenía una razón para salir, mis padres me habían dejado sola, dejaría volver por el colegio o por mis amigos o por el tennis, no lo sé. Ya no quería salir más mis ataques de depresión estaban más presentes.

Capítulo 6

Pasaron meses y cada vez sus visitas eran menos, no sabía nada de Elías. Beck estaba con Gael al parecer todos siguieron con su vida, menos yo, estaba aquí estancada. Beck me visitaba muy a menudo. -Has sabido algo de Elías Beck -No he sabido nada de él desde que nos graduamos -Solo desapareció no he sabido nada el el Me había dejado, jamás vino a visitarme, solo desapareció. No sabía si volver, tendría que repetir un año escolar y ya no podía volver ni seguir aquí, todos habían avanzado menos yo. Mis papás me evitaban y mi hermana había dejado que me hunda en este lugar. No quiero sanar ni seguir aún que estoy a un mes no quiero, no quiero salir al exterior ni a mi vida, nada parece tener sentido. Para que volver al instituto, para que graduarme o seguir con lo que había dejado si todos a quienes quería ya no estarían aquí. "No me importaba lo que eligiera, a fin de cuentas ya estaba muerta"

Fin.

En el transcurso de nuestra existencia siempre nos han dicho que las almas gemelas son el uno para el otro, que al final de todo siempre van a permanecer juntas. De las tormentas que se atraviesen en el camino siempre sale el sol, pero ¿qué pasaría si al final no es el sol quien sale, sino un rayo para acabar con todo lo que somos y creamos con la otra persona?, ¿Si al final de todo esto solo fue una ilusión y un capítulo más añadido a esta historia? Todo comienza en un internado de Seattle donde conocemos a Jena una adolescente de cabello rojizo y piel blanca, está a punto de graduarse para entrar a la universidad, pero no sabe qué hacer. Se ama a sí misma y se acepta como es, todo eso lo aprendió de su madre la Sra. Collen quien educó y sacó a su hija adelante, ya que su padre se marchó cuando se enteró que Jena venía en camino, pero a pesar de eso Jena no le guarda rencor porque en su corazón no existe este sentimiento, nunca ha hablado con su padre y mucho menos lo conoce. En la escuela conoció a su mejor amiga Mey, con quien lleva la mayor parte de su vida, siempre se han apoyado y han cruzado varios desafíos, pero llegará un punto en donde Mey tendrá que ser fuerte y ayudar a Jena a seguir con su vida. En otro lado del mundo más bien dicho en Melbourne-Australia vive André un joven de 18 años quien no se ama así mismo, que su ego es alto y es muy orgulloso, desde los 15 comenzó a consumir alcohol más de lo normal, para poder sanar sus heridas provocadas por su padre el Sr.Rivers quien es muy reconocido por ser uno de los mejores directores de películas de ciencia ficción, es un hombre viudo, su esposa murió por cáncer cuando André apenas tenía 7 años y desde ese momento se ha desquitado con su hijo golpeándolo e insultándolo. Cuando cumplió 19 años se quería ir de intercambio a un internado de Seattle donde conoció a su mejor amigo Kai con quien compartirá un apartamento y convivirá mucho en el internado. ¿Será que su actitud y forma de pensar cambia cuando su camino se cruce con Jena?

Capítulo 1:

André Después de tomar la decisión de irme de intercambio mi padre tomó la suya, venir conmigo , pero, yo ya había tomado una decisión de que no viviré con él en Seattle, sino que iría a un apartamento yo solo. Cuando conocí a Kai todo cambió, con él me siento más confiado de mí mismo y ahora es mi mejor amigo, mientras nos instalábamos en el apartamento, conversamos por lo que habíamos pasado durante tanto tiempo, cosas

positivas y negativas, donde Kai me contó que desde pequeño sus padres no le prestaban la atención que él quería, siempre pasaba solo en su casa debido a que era hijo único, cuando su padre llegaba borracho lo levantaba y lo golpeaba mientras que el suplicaba que ya no lo hiciera porque dolía, después yo también le conté mi historia. Entonces Kai me confesó que me consideraba como un hermano a lo que yo respondí que mientras el viva su padre y cualquier otra persona no le va a poner un dedo encima. Una de las cosas que teníamos en común aparte de que nuestros padres nos golpeaban era que los dos habíamos encontrado en el alcohol la cura para todo el dolor y todo lo que sentíamos y no podíamos desahogarnos con alguien en quien confiar.

Capítulo 2:

Jena Mientras Mey y yo nos acomodábamos en el dormitorio, que por suerte nos tocó juntas, escuchábamos a las demás reír y algunas peleando con la repartidora de cuartos de que cambiara a su compañera. Nosotras solo nos reíamos mientras nos organizábamos para ir a ver cuál sería nuestro salón donde cursaríamos nuestro último año. Aparte a echar un vistazo al campo de fútbol donde los chicos más populares siempre estaban ahí. No éramos muy famosas que digamos solo que nos llevábamos con uno de los chicos populares del equipo de fútbol del internado. Mientras pasábamos por el laboratorio de química, nos encontramos con dos chicos súper extraños así que con Mey apresuramos el paso mientras ellos nos miraban fijamente, me había dado cuenta que Gus se acercaba a nosotros con los demás chicos del equipo de fútbol, se paró en frente de nosotras, nos saludó él y los demás, para después advertirnos que no nos juntarnos con ellos porque eran alcohólicos y no quería que cambie mi forma de ser y pensar por hablar con ellos, por lo que me molesté un poco debido a que yo sé qué tipo de personalidad tengo y no solo por hablar con aquellos muchachos me convertiría en una alcohólica, me marché del lugar junto a Mey, pero en mi pensamiento rondaba la idea de que teníamos que hablar con ellos para ayudarlos a salir de su adicción.

Capítulo 3:

André Habíamos terminado de instalarnos en el departamento, cuando Kai interrumpió en mi habitación para ir a visitar el laboratorio de química porque supuestamente lo habían remodelado, estaba muy cansado, pero este tipo tiene un don de convencer a la gente, así que fuimos hasta el

laboratorio, cuando llegamos se acercaban unas dos chicas caminando una de cabello rojizo y otra con cabello negro, pero la chica de cabello rojizo llamó más mi atención, sin embargo, pasaron rápido como si nos tuvieran miedo, después escuche la voz de un chico que supuse que sería el novio de la pelirroja ya que la saludo primero, entonces Kai interrumpió en mis pensamientos y entramos al laboratorio pero a pesar de eso la mirada y el cabello rojizo de aquella chica no salía de mi cabeza, pasamos como una hora y media si no fue más, porque Kai cada cosa que veía se quedaba mirando como bobo, hasta que me cansé y le dije que lo esperaba en el campo de fútbol, me daba un poco de curiosidad, entonces salí del laboratorio y cerré la puerta. Mientras estaba divagando por el campo de fútbol volví a ver a el tipo que había saludado antes a la pelirroja, estaba entrenado con los demás, sin darle más importancia seguí con mi camino, al llegar a la cafetería fui por un poco de comida, cuando me senté en una de las mesas vi llegar a la pelirroja junto a su amiga, nuestras miradas se cruzaron y por primera vez en mi vida me sentí nervioso. Pasaron pocos minutos y me vi plantado enfrente de las dos chicas, no podía desviar mi mirada de la pelirroja y ella estaba igual, hasta que su amiga nos interrumpió.

Capítulo 4:

Jena Cuando terminamos nuestro recorrido por todo el internado fuimos a la cafetería las dos teníamos hambre, cuando llegamos en una de las mesas se encontraba uno de los chicos que habíamos visto en la puerta del laboratorio de química, no podría explicar cómo paso, pero cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí como si algo se revolviera en mi estómago, después de un momento el chico se encontraba enfrente de las dos y nuestros ojos no se apartaban, pero Mey me ayudo interviniendo en ese momento. Era la primera vez que me pasaba esto, el interrumpió en mis pensamientos vagabundos diciendo: -No sé cómo comenzar, pero quisiera saber si me puedes dar la oportunidad de ser tu amigo- sonó con un tono nervioso. - Me estás diciendo a mí o a mi amiga – soné con un tono burlón- pero si eso fue para mí sí, claro, ¿por qué no podríamos ser amigos?- Mey me dio con el codo en el brazo recordándome lo que había dicho Gus, pero ya nada de eso me importaba, quería ayudarlo, pensé que sería más difícil acercarme a él, pero el destino me está ayudando. -Era para ti -sonó un poco más seguro de sí mismo.

-Bueno si era para mí, claro que sí – respondí tratando de que no notara que me había alegrado que me hablara, pero no me pude aguantar más y le pregunte -¿Cuál es tu nombre? -después de soltar la pregunta en el aire me puse a pensar en lo que había hecho, pero ya no había marcha atrás. -Oh… mi nombre es André Rivers – respondió un poco contento -Ahora dime tú, ¿Cuál es tu nombre?- sentí un escalofrió por mi cuerpo. -Mi nombre es Jena Collen – respondí ahora yo un poco nerviosa. Mey me conocía tan bien cuando estaba nerviosa, o no sabía que más decir, nos interrumpió y dijo: -Un gusto conocerte André, mi nombre es Mey y soy la mejor amiga de Jena -dijo con un tono burlón. -Un gusto conocerte Mey – respondió un poco apenado y a la vez burlón. Después ,André nos ofreció ir a sentarnos en una mesa para seguir con la charla y así fue, pasamos horas y horas conversando hasta que nos dimos cuenta que ya había oscurecido. Nos levantamos los tres de la mesa y André se ofreció a llevarnos hasta el edificio donde estaba nuestra habitación, mientras caminábamos íbamos conversando como éramos de niños y alguna que otra travesura que hacíamos, pero André no dijo nada, sentía que se estaba sintiendo mal así que cambie de tema preguntándole: -Cuéntanos André ¿Tienes un mejor amigo o amiga? – dije sin pensar más. -Claro que sí, lo conocí antes de llegar de intercambio es un buen tipo y compartimos apartamento -dijo sin dudarlo ni un momento, pero me había dado curiosidad del porque no vivía en el internado, sino en un apartamento, que chico para más extraño. -Perdón por preguntar, pero ¿por qué viven en un apartamento y no en el internado? – dije sin dar rodeos. -En el apartamento es más cómodo y es solo de los dos, cada uno tiene una ducha en su baño, no es como aquí que solo una pared y una cortina los cubre para que nadie los vea cuando se están duchando.-respondió con un tono burlón. Estaba formulando mi respuesta cuando se acercaba el otro chico que estaba con André en el laboratorio, se acercó hasta nosotros y saludo a André con un abrazo, pero este lo aparto de inmediato y le dijo: -Sabes muy bien que no me gustan los abrazos -sonó un poco molesto. -Hay no sabes cuanto te quiero – respondió aquel chico -no me había presentado soy el mejor amigo de este tipo aquí molesto, me llamo Kai, hoy

en la tarde las hemos visto pasar un poco apresuradas por nuestro lado –se habían dado cuenta de que sentíamos miedo y ahora estamos hablando con ellos. -Mmm...bueno estábamos apresuradas en saber cuál era nuestro dormitorio y si nos había tocado juntas – no se me ocurrió otra cosa que decir. Después de un buen tiempo caminando con André y Kai llegamos a el edificio donde quedaba nuestro dormitorio, nos despedimos de los dos chicos y veíamos como se alejaban de nosotros, volteamos y entramos para poder descansar.

Capítulo 5:

Jena Pasamos el recreo los cuatro escuchando las ocurrencias de Kai, pero en mis pensamientos no dejaba de pensar en André, me parece un chico muy misterioso y quería saber más sobre él, después de todo Gus y sus amigos del equipo de futbol nos odiaban y ya ni nos hablábamos, entre Mey, André, Kai y yo, formamos un grupo, donde siempre salíamos los cuatro, asistimos a clases, nos sentábamos juntos. Después de casi tres meses de conocernos y charlar de lo que habíamos pasado, André nos contó sobre la difícil situación que vivía con su padre, después Kai también nos lo contó, se volvió algo de rutina después de clases salir al cine o a tomar un helado entre los cuatro, la mayoría de chicos y chicas del internado, nos miraban raro pero ya nos daba igual porque nos sentíamos cómodos entre todos, pero no todo empezó con color rosa, en la primera clase de lenguaje no podía soportar a André ya que chocábamos mucho con la forma de pensar y de cómo expresar lo que sentíamos, lo raro de todo esto es que nunca me aleje de él y siempre estuve curiosa de conocer este chico que ahora se ha convertido en mi baúl de secretos, es una de las personas que me ha ayudado a saber cómo afrontar a la sociedad que es injusta y es muy calificativa.

Capítulo 6:

André Después de pasar más de 5 meses juntos, aprendí a conocer más a Jena, me enseño mucho a quererme más como persona, a respetarme e incluso ahora me está ayudando a dejar el alcohol a un lado. Una noche que estaba conversando con Kai en la sala del departamento, este me dijo: -André desde que nos empezamos a juntar con las dos chicas he visto que has cambiado mucho con tu forma de ver la vida, antes la detestabas y

ahora es como si tuvieras algún motivo de salir adelante-con un tono de emoción y de satisfacción. -Yo… yo no sé qué decir, desde que Jena llego a mi vida me ha enseñado varias cosas, sabes tengo que contarte algo que nunca pensé que pasaría en toda mi vida, pero… pero creo que Jena me gusta mucho y que quiero estar con ella y no solo como amigo sino como algo más, lo único negativo de esto es que no tengo ni una p**a idea de cómo se hace cuando una persona se quiere declarar a alguien-mi tono de voz sonó muy nervioso y la boca de Kai se abrió hasta que parecía que iba a llegar al suelo. Cuando por fin decidió hablar. -A… an… André pero que es lo que has dicho, como que Jena te gusta, como que quieres ser más que un amigo, pervertido, eso nunca lo vi venir de ti, pero la verdad es que me siento muy feliz de escucharte decir eso, jamás pensé que sería cómplice de algo tan bonito. Aunque yo nunca lo haría-su tono de voz era de felicidad, empezó a saltar en el sofá como un niño que había recibido el regalo que deseaba. -Kai-este tipo no me escuchaba y seguía saltando en el sofá-KAIIIII-grite con mucha más fuerza de la que hubiese querido-esto no lo puede saber nadie, tú me vas a ayudar con todo lo que pienso hacer, me he puesto a investigar en internet y creo que tengo una idea, pero debes jurarme de que no vas a decir a nadie lo que te he dicho que quiero hacer, mucho menos a la mejor amiga de Jena, te lo prohibió.-sonó un poco más amenazante de lo que hubiera querido. Kai se puso firme y puso su mano en el pecho y me dijo: - lo juro señor André que de mi boca no saldrá nada de lo que has dicho.

Capítulo 7:

Jena En esta semana sentí a André muy distante al grupo y muy nerviosos a Mey y a Kai, pero no me atreví a preguntar nada, porque cuando teníamos tiempo libre si conversaba con André, las charlas con él me parecían una de las cosas más lindas que podría tener en el día. Llegó viernes y ese día no me había escrito, ni hablado en todo el día, pensé que se habría molestado por algo así que no insistí, Mey y Kai también estaban distantes, pero no dije nada. El sábado André no me había hablado todavía, aunque Mey y Kai si salimos al cine y a comer, André nunca apareció lo cual, bajo un poco mis ánimos, pero decidí dejarlo a un lado, mi estado de ánimo no debía depender si estaba o no estaba André. Cuando llegó la noche Kai vino a mi casa junto

con Mey, entraron en la habitación y sin decir nada solo me entregaron una caja, me dijeron cámbiate y te esperamos abajo, tienes treinta minutos para arreglarte. Un poco anonadada, tomé la caja en mis manos sin pensar que adentro de esta se encontraría un vestido, me empecé a arreglar, pasaron como cuarenta minutos y salí de la habitación tal como lo habían dicho, estaban afuera esperándome en el carro, subimos los tres al coche y fuimos de camino aún lugar desconocido.

Capítulo 8:

André Pasaron varios días desde la última vez que había visto y hablado con Jena, la extrañaba demasiado, pero quería que está sorpresa sea algo magnífico, con todo lo que me faltaba por hacer, me sentía estresado, pero todo vale por aquella niña tan linda que había llegado a mi vida, a enseñarme muchas cosas y a cambiar mi forma de pensar. Hasta que al fin llegó el esperado día, donde me declararía a Jena, Kai y Mey me ayudaron con todo, e incluso se ofrecieron a traerla hasta mí, me había pasado toda la tarde de este día preparando lo que sería el mejor recuerdo que quisiera ofrecerle; comprando rosas y muchas cosas “cursis” que en mi vida pensé comprar. Busqué el lugar perfecto para ella, un vacío en medio del bosque, lleno de árboles por florecer y el trinar de las aves; hacía el conjunto ideal. Por primera vez en mi p**a vida me puse un traje negro con una camisa blanca, me sentía raro conmigo mismo, pero todo por esa niña, después de esperar un gran rato al fin vi llegar el carro de Kai donde venía Jena y su mejor amiga. Bajó del carro Mey y después Kai abrió la puerta donde en pocos minutos vi a la niña más hermosa ante mí, llevaba el vestido que su mejor amiga me había ayudado a escoger, ya que ella la conocía un poco más que yo. Jena pasó por el camino de pétalos de rosas que había hecho, y al borde algunos globos de corazón que llevaba su nombre, al final estaba la mesa donde cenaríamos y los árboles estaban decorados con luces para que no estuviera oscuro, su cara era de asombro, Kai y Mey se volvieron a subir al carro y se marcharon. Mientras Jena llegó frente a mí, tomé de sus manos y le di un pequeño beso en la frente, no sabía lo que estaba pasando yo no era así, pero ella me hacía hacerlo. Después de un momento de silencio, salí de mis pensamientos y dije: -Ho… hola, te ves demasiado hermosa-mí voz tuvo un tono de

nerviosismo, pero solo podía ver a la chica que tenía en frente nada me importaba. -Hola André es bueno verte después de días de estar distanciados, me habías hecho falta-después de oír aquellas palabras mi corazón salto de emoción, pero su mirada era tímida como si recién hubiera caído en cuanta de que es lo que ha dicho. -No sabes lo feliz que me siento al saber que me has echado de menos, yo también te he echado de menos, pero todo esto tiene una razón de ser, todo lo que está aquí lo he hecho especialmente para ti, no sabes lo bien que me siento cuando estoy contigo todo mi mal humor se esfuma en el viento, eres una de las razones por la cual aún sigo de pie, por la cual tengo una nueva manera de ver la vida, un motivo para sonreír y todo esto es gracias a ti- de pronto escuche un sollozo, al instante alce a ver a Jena quien se encontraba muy cerca de mí y sus manos entrelazadas con las mías. Pasaron como diez minutos, donde solo nos quedamos viendo a los ojos, solté una de mis manos y pasé mi dedo pulgar por su rostro para limpiar las lágrimas que había derramado. Al instante note que estaba haciendo demasiado frío, me saque el abrigo y se lo puse en sus hombros para que se los cubriera, entonces Jena alzo la mirada y me dijo: -A…André, gracias…mmm- se aclaró la garganta- hasta el día de hoy nadie había tenido este tipo de detalles conmigo y mucho menos decir todo lo que me has dicho, has tocado mi punto débil, yo también estoy agradecida por dejarme que este a tu lado y ayudarte a superar, te considero uno de mis mejores am…- la corte de inmediato, no quería que terminara aquella frase y así no la deje continuar cuando le ofrecí sentarse en una de las sillas que había en el lugar, había llevado su plato favorito “pasta”, terminamos de comer y la verdad es que me sentía muy nervioso, cuando al fin decide decirle aquella pregunta. Me puse de pie y junto a ella dije: -Jena… sé que es muy poco tiempo el que nos conocemos, sé que tú te mereces más que esto, sé que no podré ser un chico perfecto, pero lo intentaré solo por ti. La verdad es que desde el día en que te conocí me pareciste una chica muy linda, así que el día de hoy quiero decirte que no te quiero solo como una amiga, sino como algo más- bajé mi mirada pero la subí enseguida, mi mirada se encontró con la de ella y ya no pude soportarlo más y solté la pregunta-¿Quieres ser mi novia?-las palabras se quedaron en el viento, como vi que no respondía dije- Si tu decisión es no, la respetaré, pero si tu decisión es si, te aseguro que trataré de ser el mejor

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