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Mi bella mariposa blanca
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El sol tocaba las colinas del campo en el que un grupo de jóvenes iban a pasar sus vacaciones de verano en una cabaña no muy lejos de la ciudad, pero en la que se respiraba el más puro aire combinado con mariposas y pájaros que adornaban el cielo de la tarde. Un coche que iba repleto por las maletas que llevaban Joseffine, Luke, Sara y Mike quien era el dueño del auto y de la cabaña en la que iban a disfrutar de la calma y tranquilidad de las praderas. Podría decirse que sería un recuerdo más para coleccionar, solo sería un par de días en los que se olvidarían de la universidad y el estrés de las calificaciones. Sin saber que sería el comienzo más dramático y misterioso de un romance para Mike. Al anochecer llegaron los cuatro chicos dirigidos por Mike quien abrió las puertas de la cabaña. La luz no ayudaba mucho por lo que tuvieron que encender las lámparas de la vivienda y se encontraron con un montón de maleza que crecía y escalaba las paredes. La cabaña no había estado en uso por mucho tiempo por lo que el mantenimiento de la misma había estado sin cuidado. Entonces se propusieron limpiar, cortar y sacar todo tipo de maleza que crecía en la cabaña, pero antes debían descansar por lo que el viaje les había dejado agotados a todos. Las habitaciones eran espaciadas y Joseffine Junto con sara escogieron la recámara que daba una hermosa vista a las praderas, Mike y Luke en cambio optaron por poner tiendas de campaña en la terraza. Estaba por dar la media noche cuando todos se acostaron a dormir, las chicas estaban muy emocionadas por las aventuras que podían hacer estando en el campo, los riachuelos y los lagos, las cascadas y el bosque que morían por conocer. Tanta emoción que las dejó completamente dormidas, los chicos aún no terminaban de colocar su tienda de campaña, pues se habían quedado a observar las estrellas y el cielo que estaba despejado. Las constelaciones que se formaban al lado de la luna y las pequeñas nubes que se movían lentamente con el viento. Pero algo más llamó la atención de Mike. -Luke ven a ver esto. Dijo Mike apuntando a un horizonte de la cabaña. -Creo que al parecer tienes vecinos muy cercanos. Le respondió Luke al observar otra casa de campo a dos manzanas de distancia que la cabaña en la que estaban. La edificación tenía una arquitectura de la época victoriana, parecía muy antigua pero las lámparas y luces estaban prendidas.
No le dieron tanta importancia por lo que el sueño les comía vivos. Terminar de ajustar algunos puntos de la carpa, se metieron en ella y no abrieron los ojos hasta que un suave cántico de las aves los despertó. Mike fue el primero en salir de la tienda de campaña y aunque seguía en pijama, que únicamente era unos pantalones y calcetines dejando la parte de arriba al descubierto, observó que el sol estaba casi por el medio cielo, por lo que debían ser las diez de la mañana, los árboles estaban tornados de un verde intenso y las flores que crecían alrededor de la cabaña lucían sus colores con una intensidad única. Se acercó a mirar al piso de abajo, pero sus ojos se desviaron cuando encontraron a una hermosa joven de cabello lacio muy largo que estaba leyendo sobre una mesa en la casa de campo. Al parecer ella sería la nueva vecina que tendrían por estos días. No fue mucho el tiempo que tuvo que pasar para que sus ojos se encontraran con los de Mike, y se quedaron inmóviles, fijos uno con el otro. La distancia que había se hizo corta y el tiempo se detuvo, se detuvo hasta que una cálida brisa los envolvió a ambos haciendo que a Mike le diera un poco de frío y a Lú, que así se llamaba esa hermosa joven, se le voltearan las hojas del libro con una velocidad incomprensible. Luke que había salido de la carpa molesto por el resplandeciente sol que les quemaba, le preguntó a Mike si podía usar la bañera. -Esta casa es tuya, querido amigo. Has lo que tu desees. Dijo Mike como si le concediera el poder de ser el nuevo duelo de la cabaña a Luke. -Este sol me está matando, no entiendo como a las chicas les gusta pasar en la naturaleza. Digo, a mí me gusta mucho pero no es que sea tan fan de los mosquitos y roedores que deben haber aquí. La expresión que hizo Luke hizo que Mike se riera por el sarcasmo de la frase que acaba de soltar. Luke tomó su toalla y desapareció por la puerta de la azotea que llevaba a los demás pisos de abajo. Mike seguía apoyado en la pared de la terraza, pero cuando volvió a ver a lo lejos, la chica que lo había cautivado con su belleza ya no estaba, había desaparecido ella y el libro que llevaba en las manos. El día comenzó y como era lo planificado, todos debían ayudar a limpiar la maleza de la cabaña. Las chicas se habían adelantado preparando el desayuno que al parecer era un desayuno a lo italiano, la especialidad de Joseffine. Sara por el contrario había encontrado una cortamaleza y estaba arreglando algunos cables para que el motor del artefacto funcione. Luke por otro lado estaba saliendo de tomarse una relajante ducha fría con
burbujas de jabón. Mike lo único que hizo fue sentarse en la mesa, esperar su turno para devorar y ponerse a arreglar todo lo que su familia había dejado sin mantenimiento desde la última vez. Pasaron unas cuatro horas para que todo estuviera terminado, las paredes sin rastro de plantas creciendo como enredaderas y el piso mostrando hermosos azulejos que al entrar estaban cubiertos de césped. Todos estaban totalmente rendidos, pero Sara tuvo la maravillosa idea de hacer un asado para festejar la primera tarde que llevaban juntos disfrutando como compañeros de la universidad. Todos aceptaron y el plan se puso en marcha, Joseffine y Luke se quedaron en la cabaña a preparar la carne, las especias y todo lo demás que conlleve hacerlo en una cocina. Mientras que Sara y Mike salieron a recolectar leña para hacer una fogata y poder prender la parrilla. Cuando cruzaron unos cuantos metros, vieron que una esbelta joven con un vestido blanco que estaba recolectando leña también. Era la chica que Mike había visto en la mañana, inmediatamente se acercó dónde estaba ella con mucha simpatía. -Cuando venía aquí con mis padres jamás habíamos visto la casa de campo de al frente. Pronunció Mike un poco curioso por saber quién era ella. -Bueno, soy nueva en el lugar así que no llevamos mucho tiempo aquí. Dijo La joven que se levantó al notar la presencia de Mike y Sara. -Soy Mike y ella es mi amiga Sara. Le contestó Mike amistoso dando paso a que Sara haga un gesto de saludo. -Mi nombre es Lú, un gusto ser su nueva vecina. ¿Viven todos juntos? -Encantada de conocerte Lú y no, solo vinimos a pasar las vacaciones unos cuantos días en la cabaña de mi amigo Mike. Sara estaba contenta de conocer a alguien que viva en el campo, así que no le importó que sea una completa desconocida. Mike estaba abstraído en sus pensamientos que notó que la madera que cargaba Lú en los brazos la estaba lastimando. Automáticamente se ofreció a cargar la leña él y dejar libres los brazos de Lú para que descanse. -Estamos haciendo un asado con mis amigos. ¿Qué te parece si nos acompañas? Dijo Mike con las ansias de que Lú dijera que sí. -Tienes mi carga en tus brazos así que no puedo negarme a tan buena oferta. Mike soltó una enorme sonrisa a lo que siguió caminando como si se olvidara de todo a su alrededor acompañado de Lú.
-Espera, ¿Vives con tus padres? ¿Tus padres te darán su permiso de venir con nosotros? Interrogó Sara después de analizar la situación. No quería meterse en problemas por culpa de una jovencita que se escapa de su casa en el campo. -Mis padres me han enviado precisamente para platicar con ustedes y también invitarlos a mi casa. Pero creo que esta vez se han intercambiado los papeles y creo que esta idea está mucho mejor. Estoy segura que no se molestarán. Concluyó Lú y los tres caminaron hasta llegar a la cabaña de Mike. Sin necesidad de dar tantas explicaciones, Joseffine y Luke quedaron fascinados con tener una nueva amiga que también disfrute de estar con ellos en el campo. Hicieron la carne asada, prendieron una fogata y al anochecer, cantaron canciones con la guitarra que Mike y Sara habían llevado. Las tres chicas estaban al frente de los chicos. Pero lo más interesante era que Mike cantaba mirándola a Lú a los ojos a lo que ella sonreía y cantaba con más ganas cada vez que Mike le regalaba una sonrisa. La tensión de los dos se sentía en el aire por lo que todos se dieron cuenta que algo había entre Lu y Mike. Algo que podía ser un misterioso romance. Al terminar todos recogieron sus cosas y se dispusieron a descansar. Mike decidió acompañar a Lu hasta su casa y hablar con sus padres por la tardanza. Pero Lú insistió en que no había necesidad y que ella podía regresar sola así que Mike terminó dándose por vencido. La luna estaba en su punto, el brillo de la Luna hacia que el vestido blando de Lu resplandeciera. Sus miradas lo decían todo, sus corazones latían y el pulso de los dos se aceleraba, Los dos estaban conscientes de que causaban todo eso en el otro. Mike no se aguantó más y se atrevió a darle un pequeño beso en la mejilla. Lu se sonrojo tanto que tuvo que mirar a otro lado para que Mike no se diera cuenta. Se dieron un abrazo y Lu despareció por el bosque. Al siguiente día Mike había despertado en la cama de la recamara en la que había quedado con Luke, no pasaban de las ocho de la mañana cuando volvió a pensar en la chica que había atrapado su corazón. ¿Era amor a primera vista? Tal vez. ¿Los dos sentían como si fuera amor a primera vista? Sin duda. Todo giraba en torno a poder encontrarse con ella de nuevo. Esta vez, Lu fue quien buscó a Mike, como era de esperarse se encontró con
Joseffine, Luke y Sara. Quedaron de acuerdo cuando Lu les invitó a dar una caminata por el bosque. Se colocaron sus repelentes para sus mosquitos, sus bloqueadores solares y cada uno llevaba puesto gafas de sol y un enorme sombrero. Mike era el que más se cuidaba del sol, pero eso no le impedía estar acompañado de Lu. Salieron de la cabaña y caminaron por el bosque, Joseffine estaba inmensamente feliz por lo que llevó su cámara para tomar fotos a cada cosa que veía. Le tomaba fotos a las ramas que parecían personas con manos muy largas, y a las nubes que tenían forma de serpientes en el cielo. La imaginación les llevo a dar forma a cada cosa que veían. Lu les llevó a dar un paseo por el lago, curiosamente había una pequeña canoa en las orillas. Todos muy entusiasmados subieron a la canoa y empezaron a navegar por el lago. Mike Notó que el agua no se movía con el hundimiento de los remos, pero no pareció interesarle por que la canoa aun así se movía. Los otros chicos notaron lo mismo, pero estaban tan concentrados en la historia que les estaba contando Lu que no le dieron importancia. Lu les hablaba sobre como era su infancia, que el lugar donde ella vivía no había espacios abiertas y que las grandes ciudades eran grises y nadie respiraba aire fresco. En ese momento Mike sintió tristeza por Lu que se levantó y le abrazó. -Quiero cuidarte de todo lo que te ponga triste. Le dijo Mike en un susurro que apenas se podía escuchar a Lu. -Creo que estando contigo ya puedo sentirme segura de lo que pase a mi alrededor. Respondió Lu percatándose de que los amigos de Mike no le escucharan para evitarse las polémicas que pueden crearse al oírlos hablar de tal forma sin conocerse tanto. Los chicos estaban tomando fotos a todas las plantas que veían. Sara se percataba de que cada una de las fotografías saliera de la forma más nítida y clara posible. Al llegar al otro extremo del lago, se dispusieron a llegar hasta la cascada de la que tanto les había hablado Lu. Cruzaron por un riachuelo que tenía piedras de color azul, Joseffine y Luke decidieron tomarse fotografías haciendo poses divertidas para que Sara les captara en cámara. Mike decidió unirse y quiso que Lu también saliera en la fotografía. Pero esto pareció incomodarle a Lu. -Creo que mejor les tomaré la fotografía yo. Dijo Lu al verse acorralada por todos para que también saliera en la
fotografía. -No sería lo mismo si solo salimos nosotros, queremos tener un recuerdo contigo antes de irnos. Le contradijo Joseffine que se había puesto un poco triste al saber que Lu no quería salir en la Fotografía. -No me gustan las fotos, disculpen chicos. Replicó Lu con una sonrisa así que los chicos incluyendo a Mike, posaron sonriendo para la fotografía. Todos hicieron caras graciosas y poses divertidas. Mike pensó que hubiera sido genial que Lu también saliera en la fotografía, por lo que le pidió a Sara que le tome algunas fotos desprevenidas a Lu junto con Mike. Sara siendo cómplice de lo que le pidió Mike, aceptó con el único argumento de que Mike estaría muy contento de tener fotos con Lu antes de irse. Llegaron por fin a la cascada que tanto querían ver, era una hermosa cascada que caía de lo alto de un muro de tierra, no parecía sobrepasar los dos o tres metros de alto y tampoco se veía profunda, por lo que Luke fue el primero en sacarse los zapatos y meterse en el agua, estaba fría por lo que decidió dar pasos relajados hasta que su cuerpo se estabilice. Mike no dudó en quitarse su camiseta y lanzarse al agua, estaba fría, pero es no le importó con tal de sacar buenas fotos junto a Lu. Sara y Joseffine no quisieron meterse al agua por la misma razón de que estaba congelada, así que se unieron a Lu para protegerse de que los chicos las atrapen y las lancen al agua. Al ver que no tenían otra opción, Mike y Luke empezaron a lanzarles agua a las chicas, tanta que quedaron empapadas. Sara había salvado su cámara, pero se había mojado la ropa al igual que Joseffine. Pero lo más raro de todo era que Lu no tenía ni una sola gota de agua en su vestido, el vestido que era el mismo que llevaba ayer. -Mi vestido es impermeable por lo que no me ha caído ni una sola gota, por si se lo preguntan. Dijo Lu retrocediendo unos pocos pasos al notar las miradas curiosas de todos viendo que no se había mojado por las ocurrencias de Luke y Mike. -Qué suerte tienes, ahora nosotras estamos empapadas y se nos ha corrido el bloqueador y no trajimos el repelente. Dijo Sara culpándose por no guardar el repelente de mosquitos en su pequeña mochila. -Creo que es hora de irnos chicos, va a empezar a oscurecerse la noche y tal vez no sepamos como regresar.
Pronunció Joseffine intentando secarse el cabello. Inmediatamente Luke y Mike salieron del agua y se pusieron sus camisetas, el bloqueador se había diluido en el agua por lo que ahora todos serian presas de los mosquitos. Mike aprovechó para colocarse al lado de Lu y emprender de nuevo el camino de regreso mientras que Sara le tomaba fotografías y le señalaba con el pulgar hacia arriba cuando capturaba una fotografía. Todos iban caminando de regreso con Lu al frente dirigiéndolos al lago para poder rodearlo y llegar hasta la cabaña. Como era de esperarse los mosquitos empezaron a atacar y les molestaban picando la piel de cada uno de ellos. - ¿Por qué a ti no te pican los mosquitos Lu? Preguntó muy arrogante Luke, las picaduras de los mosquitos eran lo que más no le gustaba. -Tal vez sea porque tienen sangre dulce corriéndoles por las venas. Dijo Lu y todos tomaron eso como una gracia y se rieron, incluso Mike que no le daba gracia los chistes malos se rió de la ocurrencia de Lu. Milke notaba que ella lo miraba de una forma única y no se sentía incómodo, al contrario, le gustaba que ella le sonría y le mire de reojo con esos ojos que estaba empezando a querer tanto que lo tenían embrujado. Lu les guió por un camino mucho más corto y no tuvieron que cruzar el lago ni el bosque, aún no caía la noche cuando por fin llegaron a la cabaña. Todos estaban un poco sucios y algo cansados, pero felices porque habían tenido una experiencia única conociendo los lugares encantados que tenían las praderas, sin duda venir a pasar las vacaciones de verano a la cabaña había sido la mejro decisión que pudieron haber tomado, y más para Mike, que deseaba que los días fueran eternos, se sentía muy bien cuando Lu estaba con él, y auqnue fueran pocos días los que se concoían, sentían como si la vida les hubiera premiado cruzar sus miradas en la terraza bajo el cielo que tenía un sol brillante que los envolvía en uno solo. Sara, Joseffine y Luke le agradecieron a Lu por el paseo y entraron a la cabaña, Mike le pidió a Lu que le diera un momento antes de irse a lo que Lu encantada accedió. Se separaron un poco de la cabaña a unos cuantos pasos para tener privacidad, lo que no sabían era que los chicos los espiaban desde la terraza, estaban muy contentos por su amigo Mike, puesto que lo conocían desde la preparatoria y nunca lo habían visto tan embrujado por una chica como lo había hecho Lu. -Hoy fue un día hermoso, hermosa.
Le dijo a Lú tomándola de las manos y acortando el espacio que había entre ellos. -La luna está cubriéndonos totalmente a los dos, pide un deseo. -Quiero que estés conmigo para siempre. -Y yo deseo que nunca me olvides. Un beso cerró las palabras de los dos, sintieron como si sus almas al fin estaban en sintonía y el universo se hubiera puesto en el punto exacto para que se conocieran. Una brisa los envolvió al momento en el que el beso se intensificó y un montón de mariposas blancas salieron volando alrededor de Mike y Lu. Se separaron y aún tomados de las manos, se abrazaron quedándose así por unos instantes, instantes que desearon fueran eternos. -Déjame acompañarte esta noche, no quiero que nada malo te ocurra. Le dijo Mike a Lu con los ojos brillándole como estrellas. -Te prometo que estaré bien, me has liberado. Y antes de que Mike pudiera preguntar por aquella frase tan inoportuna, Lu lo volvió a besar. Esta vez como si quisieran que ese beso fuera el lazo que los uniera para siempre, como si existiera la necesidad de recordarlo mañana, pasado y todos los días en los que existan. -Por lo menos lleva esto contigo, una parte de mí estará contigo siempre, mi bella. Pronunció Mike después de alejarse de Lu para tomar una cajita que guardaba en su bolsillo. Era un anillo que envolvía una nota que decía: “Para mi señorita de ojos de luna y mirada de sol. Con amor, Mike Williams” Lu lo tomó, se puso el anillo y le dio un beso a la nota, luego la guardó en el bolsillo de su vestido. Otro beso intensificó el obsequio. -Juro amarte toda mi eternidad, Mike. Dijo Lu tocando la mejilla de Mike. Se escuchó el sonido de alguien sonándose la nariz en lo alto de la cabaña, era Luke que estaba dejando escapar algunas lágrimas por la escena tan conmovedora. Los habían delatado, pero no importaba, estaban muy felices por Mike y por Lu. -Está todo hecho. Dijo Lu sonriéndoles a los chicos y lanzando un beso volado a Mike. Se despidió de todos con la mano y se alejó de la cabaña. Mike se quedó inmóvil al ver que Lu se alejaba entre las sombras del bosque, sintió la necesidad de ir tras ella, pero una fuerza mayor le obligó a quedarse en donde estaba. Le recorrió por el cuerpo una sensación de calma, pero al mismo tiempo de no ir tras ella, como si algo lo estuviera