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Las distancias que nos separan
protegiendo a él y sus amigos. Mike y los demás entraron a la cabaña y se dispusieron a descansar, no sin antes dejar listo todas las maletas para poder partir de la cabaña mañana temprano, tenían que regresar por lo que faltaba poco para iniciar de nuevo sus clases. Mike se recostó en su cama y miró por la ventana la casa de campo de Lu, algo le produjo incertidumbre en su corazón, las luces de la casa de Lu estaban apagadas, ninguna estaba encendida, apenas se lograban ver las cúspides que tenía en las puntas de la casa. Pero estaba tan cansado que cayó en un plácido sueño muy profundo. Al despertar, Mike observó que una hermosa mariposa blanca volaba en la habitación y se posaba en su espejo, como si la mariposa se mirara a ella misma y bailara viendo su propio reflejo. Mike se levantó y tomó a la mariposa en su mano, ella se posó y esperó a que el la dejara en la ventana para irse. Al bajar Mike escuchó que había voces provenientes del piso de abajo, unas voces interrogantes junto con las de algunas personas que le resultaban conocidas. Inundado por la curiosidad, bajó a la sala y observó que estaban Joseffine, Sara y Luke junto con dos policías que les hacían preguntas. - ¿Qué sucede? Dijo Mike buscando respuestas del por qué estaban dos oficiales en la casa. -Creo que ha pasado algo muy raro. -Mike Williams, acompáñame por favor. Sentenció uno de los oficiales caminando hacia el estudio de la cabaña. Todos miraron a Mike y le dieron paso para que siguiera al oficial. Entró Mike al estudio y el oficial le pidió que tome asiento. -Déjame revisar tu móvil, Mike. -Necesito una explicación urgente, señor oficial. ¿Por qué está usted aquí? -Permíteme hacer una sola pregunta, Mike. -Estoy presto a resolver sus dudas si usted responde a las mías. Dijo Mike con un tono muy serio e impaciente, no sabía nada dde lo que ocurria y eso le hacía tener temor. ¿Y si se trataba de Lú? - ¿Conoces a una joven llama Lucía Miller? -No sé de quién me habla. -Déjame describírtelo mejor. Dijo el oficial presentando un retrato de una hermosa joven con el cabello largo y lacio que sonreía posando a la cámara con un vestido blanco. -Ella es Lu, es la chica con la que hemos estado todos estos días, dígame
que está bien. Por favor señor oficial, se lo ruego. ¿A Lu le ha pasado algo? -Lo que me temía, míralo por ti mismo. Respondió el oficial extendiéndole el retrato junto con unas hojas de periódico un poco arrugadas y viejas. Mike tomó en sus manos el retrato y en efecto, era ella. Se veía mucho más hermosa que ayer, pero sus ojos tenían otra mirada, sus labios tenían otra curvatura y sus manos no eran las mismas que Mike había tomado ayer en la noche. Dio vuelta el retrato y vió que estaba escrito con letra ilegible y un poco borrosa: ´´Lucía Miller, 1946-1968’’ Al mismo tiempo que leyó en el periódico el titular: “Hija de hacendados y futura heredera de la fortuna Miller muere ahogada en el lago Fortuth” De repente todo se volvió oscuro, las manos de Mike empezaron a temblaron y su corazón no seguía el ritmo que su cerebro le ordenaba. Todo se derrumbó, el mundo de Mike había caído. Lágrimas empezaron a correr por las mejillas de Mike, no entendía nada. ¿Por qué en aquella foto decía que Lu había muerto hace ya 50 años? En ese entonces ni siquiera existían las fotografías a color y ese retrato estaba hecho a color y la fecha del periódico era la misma que el día de hoy. Un 22 de abril de 1968 y hoy llevábamos 22 de abril del 2016, Mike necesitaba respirar. No, no necesitaba respirar, necesitaba una explicación. -Hace algunos años, se inició la investigación de la misteriosa muerte de la joven Lucía, el por qué la encontraron muerta a las orillas del lago Fortuth y el por qué su familia decidió dejar todo y salir del pueblo sin dejar rastro. Hasta hace unos días la investigación tuvo éxito al encontrar pistas que nos conlleven a resolver este caso. La señorita Miller era una niña que vivió cumpliendo y obedeciendo las órdenes de sus padres que eran los dueños de todas estas praderas, por decirse el 90 % de la región. Lastimosamente solo tuvieron una hija, y la creían incapaz de manejar estas tierras. Por lo que la obligaron a desposarse con un hombre muy mayor quien pueda poner en marcha la producción de estas tierras. Lucía aterrada por la vida que llevaría al lado de ese hombre, decidió amarrar su cuello a una cadena que envolvía una enorme roca y lanzarse a la profundidad de lago Fortuth. No sin antes dejar esta carta escondida en uno de sus armarios en la casa donde vivía. El oficial extendió la carta que estaba empolvada y manchada de tinta a Mike, quien la tomó y dudo en abrir el sobre que había ahí dentro. Pero reunió todo el valor y leyó lo que había estado escrito a mano con letra cursiva y con tinta negra sobre el papel.
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“Mi vida aún no ha acabado, ni acabará el día en que hunda mi alma en el fondo del lago. Mi vida acabará el día en el que mi alma encuentre el verdadero ser que me ame de verdad. Hasta entonces mi alma vagará por las praderas jugando con las mariposas que se tornaran de un blanco puro en honor a mi vestido, el vestido que usaré para siempre hasta el día en que bese a mi amado. Cuando te encuentre, ten por seguro que me habrás liberado y que he hallado en tu alma todo lo que alguna vez de niña soñé. Cuando te encuentre, recuérdame en las mariposas del campo, recuérdame y no me olvides. Cuando te encuentre, todo estaría hecho. Con amor, Lú” Y Mike lo comprendió todo, los sueños que había tenido de niño cuando aparecían mariposas blancas que se convertían en la silueta de una niña corriendo por el campo y luego en una mujer que bailaba con su cabello en el bosque. Comprendió que la necesidad que sintió al pasar precisamente estas vacaciones en la cabaña que habían comprado sus padres hace unos meses. Comprendió el por qué al verla leyendo aquel libro desapareció luego de una pequeña distracción, el por qué los remos no movían el lago y el por qué el agua de la cascada no mojaba el vestido de Lu. Ella era un fantasma, un fantasma que necesitaba ser liberado y que había penado cincuenta largos años en busca de alguien que en realidad viera más allá de lo que hay. Mike había logrado ver en Lu todo sin ni siquiera conocerla, sin ni siquiera saber su nombre ni su edad, ni el por qué sus padres le daban libertad de salir ni el por qué los mosquitos no le picaban. Mike fue la luz que ella estuvo buscando. -Comprendo que estás completamente sorprendido y tal vez, hasta asustado. Pero gracias a ti, creemos que el caso se resolvió por fin y que has sido parte de esto sin ni siquiera saberlo. - ¿Cómo encontraron esta carta? ¿Cómo saben que es para mí? Dijo Mike aun con la voz quebradiza y ocultando su decepción, su rabia, la pena de creer que la chica que besó con intensidad la noche anterior, no era real. -Creo que esto te pertenece. Pronunció el oficial dándole un pañuelo que tenía dentro envuelto el anillo con la nota que le había dado Mike a Lu la noche anterior, además de que estaba también escrito atrás de la misma, con tinta negra otra frase que decía: “Juro amarte toda mi eternidad. Con amor, Lucía Miller.” Entonces era cierto, ella lo conocía desde otra vida, desde hace años ella sabía que Mike sería quien le entregue todo sin pedir nada más simple
como una mirada coqueta y una dulce sonrisa. -Te recomiendo que dejes el lugar junto con tus compañeros, realizaremos una última inspección y cerraremos la cabaña. Tus padres ya están de acuerdo con todo esto. No tienes de qué preocuparte. Mi trabajo ha terminado, un gusto conocerte Mike Williams. Dijo por último el oficial saliendo del estudio. Mike caminó despacio para salir y encontrarse con sus amigos, quienes ya estaban al tanto de todo. -Mike debes ver esto. Pronunció Sara al ver que los oficiales ya se iban, le mostró las fotografías que había tomado. Las fotografías que había tomado Sara a Lu y Mike desprevenidos para ser exactos. Mike aparecía en todas las fotografías sonriendo y riéndose, pero Lu nunca apareció en ninguna, era como si nunca hubiera estado ahí. Por esa razón no quiso tomarse las fotos con los demás, tal vez se darían cuenta mucho más antes. Mike extendió la cámara y la dejó en la mesa. Se cubrió la cara y empezó a llorar, a llorar tanto que se quedó totalmente dormido. Lo último que sintió fueron unos brazos que lo cargaron, luego de esto, todo se volvió oscuridad.
EPÍLOGO
Me estoy cocinando unas cuantas fresas con algunas moras, la mermelada es mi especialidad. Nunca había sentido la necesidad de salir a conducir mi nuevo auto como el día de hoy, para ser específicos es martes, un martes 30 de diciembre. Sí, así es, pocas horas de acabar el año, que para ser precisos es el año 2044. Termino de preparar mi mermelada y la coloco en algunos frascos, es nuestra tradición hacer un pequeño picnic antes de que termine el año junto con Sara y Luke. A veces llevan a sus hijos y es que a mí me gusta pasar mucho con mis sobrinos adoptivos. Les encanta la historia en la que su tio adoptivo se enamora de un bello fantasma que lo destina a pasar en vela por estar junto a ella el resto de su vida. Recuerdo que a Joseffine también le gustaba esa historia, hace dos años que ya no está aquí, me pregunto si ya la conocerá, si ya habrá conocido a Lu. Todos esos pensamientos se esfuman de mi mente cuando escucho que suena la alarma de mi auto, tomo rápidamente el mantel y los frascos de mermeladas y corro hacia la puerta. Conducir ha sido mi pasatiempo favorito desde los 26 y ahora que estoy por cumplir los 40 años sigue siendo mi pasatiempo favorito.
En unos minutos me encontraré con Luke y sus dos hijos, Clara y Nick. Unos gemelos traviesos que me vuelven el tío más feliz del mundo. Y el pequeño Jack, el hijo de Sara. Todos de la misma edad, no pasan de los ocho años. Ocho años en los que me piden que les cuente la historia de Lu, mi bella mariposa. Y ya casi 20 años de la última vez que la besé. Una pequeña mariposa blanca entra por mi ventana y se posa en mi volante. -Hola querida mía, hoy estás más hermosa que ayer. Digo y la mariposa vuela por mi auto saliendo por la ventana para esfumarse de nuevo en la ciudad. Todos los días sin falta, una pequeña mariposa blanca me visita en cualquier lugar en el que yo esté. Una pequeña muestra del amor que Lu me juró hace tanto tiempo. Ella es mi mariposa blanca. Enciendo el auto y me dirijo hacia el horizonte, hacia el campo en el que la conocí para comer con mi familia, mi familia que es Sara, Luke, sus hijos y sus parejas. Voy en camino, mi hermosa mariposa.
Fin.
Prólogo
Las historias clichés son algo común de dos jóvenes enamorados, pero de distintos rangos. Él es un chico que lo tiene todo y ella que sobrevive con lo que obtiene cada día, pero podríamos decir que es una historia un poco diferente. Cada persona tiene diferentes formas de desahogarse de sus problemas, por medio de alcohol, llorando o hacerse daño así mismo para poder olvidar esas circunstancias difíciles de la vida, sin embargo, en algún momento llega alguien que hace que cambiemos nuestra forma de pensar. Jane Smith se encontraba en su habitación en uno de los departamentos de Concourse, El Bronx. Aquella chica quería que su madre estuviera en ese preciso instante junto a ella. Lamentablemente cuando ella tenía 7 años su madre falleció dejándola sola con su padre, él cuál ha hecho que la vida de Jane sea complicada desde aquel día. Mientras tanto Adam Brooks estaba disfrutando del sol, se encontraba solo en una de las casas de Carnegie Hill, él lo tenía todo y podía hacer lo que él quiera, sus padres nunca estaban, pero le hacía falta esa sensación de que él no está solo, poder sentir un sentimiento de amor para encontrar un sentido de la vida, él cree que por tener todo puede dar órdenes a cada persona que se atraviesa por su camino, eso fue lo único que sus padres le enseñaron. En medio de toda esta locura, aquellos jóvenes se dan a ver cada instante de sus vidas, las formas para poder olvidar esa soledad, pero a pesar de evitar aquel sentimiento cada vez este se hace más fuerte y llega el día en que estos se conocen y a pesar de las rivalidades de los dos, de ser uno mejor que otro, logran tener una amistad. Estos dos jóvenes con distintas vidas, cada uno con sus diferentes maneras de lidiar sus problemas, llegan a sentir amor, sin embargo, siempre existe un pero en cada momento de la vida. Jane mantenía una vida controlada por el día dirigiéndose a su escuela, para poder tener un mejor futuro, eso era lo que ella pensaba, también dirigiéndose a su trabajo en una cafetería para poder mantenerse. Sin embargo, en la noche se refugiaba en cada discoteca para olvidar aquel dolor de haber perdido su madre. Las matemáticas eran su fuerte, la mejor de la clase en esa materia, participó en un concurso y le ofrecieron una beca en una de las mejores escuelas, esa fue la mejor oportunidad que ella obtuvo. Adam de igual manera su vida era tranquila en el día, siempre fue el mejor de la clase, le encantaba ser el centro de atención de aquella escuela.
Además, este era considerado el popular y el galán de la escuela, a pesar de ser un engreído, un odioso que molestaba a todo que era inferior a su clase social. Le encantaban las fiestas, cada noche salía a tomar para dejar ese sentimiento de soledad, que cada vez se hacía más grande al saber que no hay nadie en esa casa ni para darle un abrazo que dure un minuto. En una de las salidas de aquellos jóvenes, los dos por distintos caminos se encontraron, una casualidad del destino. Pero que chico tan guapo pensó ella al verlo, por otra parte, Adam pensó igual, ella era muy linda para sus ojos. Adam por mantener su ego en alto le hizo una mueca justo en el instante en que estos cruzaron miradas, solo con esa mueca a Jane le terminó cayendo mal, para ella él ya era un engreído y un idiota, era todo menos una persona amable.
Jane
Quién diría que me ganaría una beca, ni en mis sueños más profundos los había pensado y al menos dejaría mis vicios por 5 días. Salí de mi habitación para dirigirme a la primera clase en este lugar, nadie se daba cuenta de mi existencia, la verdad no me importaba, yo solo quería aprender para poder tener un mejor futuro y en dónde este mi madre, ella pueda sentirse orgullosa de mí. Mientras caminaba por aquellos pasillos, alguien choco conmigo. — Perdón, no te había visto – dijo él y siguió su camino. Yo solo asentí y proseguí a llegar a mi primera clase, lo malo de estar en lugar es que no podre salir y poder olvidar ese dolor, me hacía falta mucho mi madre. Al llegar al salón me senté en el último asiento y a esperar a que llegué el maestro. Mientras veía como mis compañeros saludaban a quienes conocían, únicamente logré reconocer a alguien, era el chico que había chocado conmigo, se había sentado unos cuántos asientos delante de mí. La clase había empezado, pero alguien interrumpió la clase, mis ojos eran de sorpresa, era el engreído e idiota de la fiesta y para faltar se había sentado a mi lado. Al menos él no se había dado cuenta de la persona que estaba a su lado y llegó el final del día, por el momento puedo decir que esto va a ser fácil.
Adam El primer día de clase había llegado tarde, me quedé dormido y como no si llegué a las 3 a.m. a la habitación de este lugar, en dónde me habían dejado mis padres. Me había ido a una fiesta, otra vez mis padres no iban a estar y a pesar de que ya es costumbre cada vez me dolía más y cada vez perdía
más las esperanzas de que ellos se acuerden de mí. Dormir 4 horas no es bueno, me dolía demasiado la cabeza, parecía un mapache andante, las ojeras que me cargaba eran demasiado grandes, sin embargo, no se me va lo guapo. Una vez encontré mi salón me disculpe por llegar tarde y busque lo más rápido un lugar para sentarme. Me concentre en la clase, sin prestar atención a quien estaba a mi lado, no me interesaba nada más seguir siendo el mejor de la clase y el galán de toda esta escuela, no por nada perezco un dios griego.
Jane
La semana había pasado tranquila, nadie se había dado cuenta de mi existencia y lo mejor de todo que el engreído ese tampoco, por casualidad me enteré de que se llama Adam, lindo la verdad. Y como no recordar el día que hice a mi primer amigo. — Hola, mucho gusto soy James - dijo él, fue muy sorprendente que alguien me haya hablado, el único que sabía de mi pobre existencia en este lugar. — Hola, eh soy Jane – dije me había puesto muy nerviosa, me era muy complicado hablar con las personas, en especial cuando no estoy bajo los efectos del alcohol. Y así fue como hice un amigo, le conté todo sobre mi vida y las complicaciones por las cuales pasé. De igual manera él lo había hecho, era gay, él era como una amiga y amigo al mismo tiempo, querida era su palabra favorita. Estaba feliz, mis días de fiestas habían terminado y parecía que el dolor iba disminuyendo poco a poco. Pensar que estudiar aquí iba a ser fácil era tonto, por algo era la mejor escuela de New York, muchos de mis compañeros eran muy inteligentes, pero no me superaban, sin embargo, Adam a pesar de ser una molestia era muy pilas, sabía mucho. Los maestros se estaban dando cuenta de mis capacidades, y Adam era muy molesto, siempre quería ser el centro de atención, pero no lo iba a dejar.
Adam
Esa chica es un estorbo creo que se llamaba Jane, seré un fiestero, pero soy responsable y nadie va a quitar mi lugar de ser el mejor, en una semana ya había colmado mi paciencia. Había llegado el fin de semana e iría a una fiesta, necesitaba descansar de toda esta semana. Ya en la noche disfrutaba de un buen vaso de whisky y la vi a ella, no lo podía negar Jane era muy guapa, me acerqué a ella. — Hola Jane, mucho gusto soy Adam.
— Hola Adam que es lo que quieres, interrumpes mi noche. — Nada Jane pasaba a saludarte y a decirte que te quites de mi camino, por tu culpa la mayoría piensa que hay alguien mejor que yo. Ella no dijo nada, solo hizo una mueca y se fue a otro lugar. No le tome importancia y me fui a disfrutar de la noche, esperar a que se acabe la noche y el fin de semana.
Jane
Había pasado un largo tiempo desde que él me hablo en esa fiesta, Adam había complicado mi estadía y las ganas de dejar todo y regresar a mi antigua vida eran muy grandes. James me había ayudado a soportarlo, Adam no dejaba de molestarme y es lo que más me estresaba, por culpa de él me quiero ir de aquí. En una ocasión él se había acercado y me fue a reclamar por que había llegado ser la mejor de la clase, lo había superado. El muy pendejo me empujó y con eso, colmo mi paciencia y le devolví con las mismas, una cacheta para que sepa que no lo voy a dejar, mi odio hacia él era cada vez más grande. James me había logrado calmar y el muy payaso me dijo del odio al amor, solo hay un paso. No lo creo, además somos de diferentes mundos y él no aceptaría estar con alguien que sea menos de su rango social, era obvio solamente con verlo. Nos enviaron un trabajo en parejas y el maestro hizo los grupos, me tocó con Adam. Lo bueno es que los dos somos unos cerebritos y podríamos tener la mejor nota. — Jane, te parece si hacemos el trabajo el día de mañana — se había acercado a hablarme, pero no de una manera de que tenga ganas de trabajar conmigo. — Está bien, en donde está ubicada tu casa— le había preguntado, iría a la casa de este engendro, claro está que mi nota es más importante.
Adam
Debíamos ser los mejores, por algo estamos en los primeros lugares y a pesar de que me caiga mal, la debía soportar. Nos reuniríamos después del almuerzo, espero llegue rápido porque odio esperar y deseo poder terminar rápido para poder irme a una fiesta el día de hoy. Jane había llegado a mi casa se sorprendió al verla, no lo puedo negar es demasiado grande y elegante. Comenzamos con la investigación de ese proyecto, 3 horas para poder concluir y que cada información sea perfecta, además de precisa.