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Navidad en Oriente.

María Adela Díaz Párraga.

La Navidad en Oriente, empieza cuando termina en Occidente. Así que, si a primeros del año próximo todavía les ha quedado ganas navideñas, pueden darse una vuelta por aquellos países, de los que eran nativos nuestros Reyes Magos. Como Egipto, que fue el país que eligió José, para salvar a Jesús y María del feroz rey Herodes. En esas tierras, los cristianos coptos celebran una Navidad un poco diferente a la nuestra, pero iluminada con el Nacimiento del Niño, aunque éste en aquellas tierras, no llega hasta el 7 de enero. Y como anticipo a esta feliz fecha, celebran un largo ayuno de cuarenta días, en el que no pueden comer carne, lácteos ni aves de corral

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Pero si que pueden ir preparando los manjares que disfrutarán cuando acabe la abstinencia: las kahk, deliciosas pastas de mantequilla y azúcar, que regalan a vecinos y amigos. Y decoran las casas con luces, pesebres, árboles de navidad… Y todos esos adornos, se compran en mercadillos destinados a la beneficencia, ya que lo que en ellos se recaude, está destinado a los más pobres. Tampoco se intercambian regalos, porque el dinero que tendrían que gastarse en ellos, lo dedican a comprar comida y ropa a los necesitados.

La noche del 6 de enero, las familias se reúnen disfrutando sus buenos banquetes, celebrando la Fiesta del Cordero. Se estrena ropa, hay Misa de Gallo en las iglesias para bendecir el año nuevo, y se reza para tener suerte y riqueza en el año que empieza. A la misa que se celebra en la Catedral de San Marcos en El Cairo, acude el papa copto.

Se envían tarjetas navideñas, y se da a los niños el Adaya, el aguinaldo.

La comida de Navidad vuelve a reunir a las familias, que después de cuarenta días sin probar la carne, es para desearla. Aunque la primera comida que se hace después de esos días, es la Tarbela, un caldo de arroz, que no está nada mal. La Fatta se hace con carne, pan, ajo y arroz. Y en todos los fogones, reina su majestad el cordero. El Ful Medames, son habas cocidas en vasija de cobre, aderezadas con aceite, ajo, cebolla, perejil y zumo de limón. Fesikh, pescado que han curado en sal, como nuestros salazones. Y dulces, claro, que son golosos los orientales, y de ellos hemos heredado nuestra afición confitera. Deliciosos dulces de dátiles, el Babusa, un postre de sémola, y pastelitos de mil clases.

Antiguamente, la Nochevieja se celebraba al llegar la crecida del Padre Nilo, fuente de vida para los egipcios, y el año nuevo comienza con la luna nueva en creciente. El Muezzin anuncia el año nuevo desde lo alto del alminar, y la tradición dice, que hay que mirarla mientras va creciendo, y así, el año será feliz y abundante. Las costumbres son esas tradiciones que reflejan valores y acciones bien establecidas. No están amparadas por la fuerza de la ley, ni siquiera de las reglas, pero, informalmente son un control social.

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