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1.2. El valor de la información

cantidad de este activo y la facilidad con que puede ser tratado y transferido. Además de esta razón tecnológica, el entorno en el que compiten la mayoría de las empresas es cada vez más complejo, obligando a las organizaciones a alcanzar un mayor grado de sofisticación para poder aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado.

La principal característica de la información es que es un activo intangible, si bien puede ser almacenado en soporte físico en forma de documentos, bases de datos, informes, etc. La información puede ser capturada, analizada, compartida y usada gracias a la característica de separabilidad. La separabilidad de la información se define como el grado en que la información puede ser separada de la transacción que la ha generado conservando su significado (Sampler 1998). Hoy en día muchas empresas disponen de sistemas de información que almacenan y procesan una ingente cantidad de datos, siendo una aportación valiosísima. Su aplicación en procesos rutinarios, en la resolución de problemas estructurados y cerrados, en la aplicación de modelos matemáticos para la toma de decisiones, etc., es vital para un gran número de organizaciones. Fuera de estas aplicaciones que tratan sobre problemas establecidos y delimitados, la gestión de la información en problemas complejos y sin estructurar también es decisiva. Las decisiones que toman los directivos y los trabajadores intensivos en conocimiento en sus actividades diarias requieren de una cantidad y variedad de información cada vez mayor. El incremento de valor de los productos está cada vez más marcado por la intensidad de conocimiento aplicados en estos, en detrimento de las materias primas o capital invertido. Por lo tanto, las corporaciones deben buscar activamente el modo de obtener y utilizar la información en la organización.

La irrupción de las nuevas tecnologías ha supuesto un cambio en la manera en que la información es percibida, la cual se considera una fuente de creación de valor e innovación, y no un coste (Sampler 1998). La información reviste, pues, la consideración de recurso escaso –fundamento tradicional del valor económico–, lo que obliga a los directivos a plantear el problema de la economía de la información, es decir, cómo establecer la relación necesaria entre el valor de la información y su coste de acceso y tratamiento. Tratar la información como activo también permite realizar un análisis de su papel desde el Enfoque Basado en Recursos.

1 .2 . EL VALOR DE LA INFORMACIÓN

Como ya se ha mencionado, la información puede considerarse como un activo intangible de gran valor para la empresa, convirtiéndose en un recurso estratégico clave para muchas empresas. El estudio de los recursos estratégicos suele abordarse desde el denominado Enfoque Basado en Recursos (EBR) (Barney 1991, 1996; Amit y Schoemaker 1993; Peteraf 1993; Barney et al. 2001), que enfatiza que el éxito competitivo de la empresa dependerá de las competencias distintivas que posee, gestionadas eficazmente, y son precisamente aquellas de carácter intangible las más importantes para la competitividad. Así, un recurso

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