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EVANGELIO, IGLESIA Y SOCIEDAD Pastoral Afro

16 Servicio especial

su vida. Nuestra labor misionera en el camino es facilitar la acción de Dios, a fin de que la semilla del Evangelio, que Cristo ha sembrado en ellos durante el camino, cobre fuerza y germine. Luego de

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una experiencia tan rica como es el camino de Santiago, retomar la vida es similar a Pentecostés; una explosión en el corazón que necesita comunicar lo importante que somos para Dios, así como sacar todo nuestro potencial para afrontar los embates de la existencia.

He querido situar nuestro servicio misionero en esta diócesis a partir de las características del camino y sus vivencias, porque, como misioneros, son el pan de cada día. Recibimos por correo agradecimientos de personas con las que sólo convivimos unos minutos, pero que fueron cruciales y ahora viven para la misión que Dios les ha encomendado. Es este el sueño de Comboni, animar a muchos colaboradores para la misión, quienes directa o indirectamente aportan sus talentos para la construcción del Reino de Dios.

Cuando la Familia Comboniana se planteó la posibilidad de esta apertura, tenía muy claro el objetivo de la animación misionera y éste no se ha descuidado. Animamos, no sólo a los peregrinos, también a nuestros feligreses y a la diócesis, en coordinación con el delegado de misiones. La comunidad se estableció en julio de 2013 con tres misioneros. Dos sacerdotes y un hermano fundaron esta aventura en la parroquia de San Tirso. Al inicio se atendía la cabecera municipal y algunas iglesias de aldeas cercanas. Actualmente atendemos la parroquia central y 24 aldeas a las que acudimos periódicamente para no descuidar ninguna.

La comunidad actual está formada por tres sacerdotes de distintas nacionalidades: España, Polonia y México. Nuestras experiencias misioneras pasadas nos permiten dirigirnos en varios idiomas a los peregrinos durante encuentros y eucaristías. Cada día, preparamos muy bien la «misa del peregrino» con el fin de ofrecer un momento especial para el alma, no sólo a quienes nos visitan, sino también para los fieles asiduos a la celebración eucarística.

Como verán, estamos convencidos de que Dios sigue formando y enviando misioneros a su Iglesia; existen personas de buena voluntad que, atendiendo el llamado, se ponen en camino con el Señor, sobre todo para ser enviados a predicar y hacer discípulos en todo el mundo. Misioneros capaces de anunciar buenas nuevas a gente que aún vive entre ataduras de pecado y muerte; «caminantes» dispuestos a desatar las cadenas de la esclavitud y liberar, en nombre de Cristo, para experimentar vida nueva.

La advocación de María en nuestra parroquia es la del Perpetuo Socorro. Ella reúne a nuestra comunidad misionera en oración, como reunió a los once y a otros discípulos del Señor. Ella nos trae la paz y la certeza de que estamos haciendo lo que su Hijo nos pide. En nombre de Jesucristo, y con intercesión de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, seguiremos echando las redes para ganar muchos misioneros para el Reino.

20 Desde Internet

Me han dicho que no soy negra que pa’ eso me falta color como si mi sangre fuera cualquier cosa, sin valor. Nací en Cuajinicuilapa pueblo costeño del sur de Guerrero, tierra amada donde abunda negritud. Orgullosa estoy, por tanto de mi alma cimarrona del espíritu que porto y que nunca me abandona. ¿Y tú, me dices que no? ¿que he de ser como el carbón? ¿para que tu voz apruebe todo esto que yo soy? ¡Pues no, no me da la gana! ¡Que me apruebe tu palabra! lo que he guardado en mi alma supera cualquier patraña. Negrura llevo en la sangre y es de África que llegó negras mi abuela y mi madre. ¡NEGRA SIGO SIENDO YO!

«Que me falta color»

Poema de Aleida Violeta VÁZQUEZ Cisneros, disponible en https://afromexicanas.mx /nuestra-voz/que-me-falta-color/

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