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BIBLIA Y MISIÓN Discípulas amadas de Jesús
42 Llamados a la misión
Por: P. José Luis MEJÍA, mccj
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Jorge Decelis
DIOS MIRA EL CORAZÓN
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Muchos jóvenes han realizado un proceso vocacional durante un año. Se acerca el tiempo en que se les preguntará si sienten el llamado de Dios a la vida religiosa o sacerdotal y si quieren dar un «sí» al Señor para iniciar un camino de formación que los prepare a una vida consagrada. Será un tiempo de discernimiento tanto para el joven como para los promotores y formadores de seminarios y casas de formación religiosa.
Este artículo está tomado de la carta que el papa Francisco envió para la semana de la oración por las vocaciones. Puede servirnos también para ver los aspectos que Dios toma en cuenta al llamar a algunos a su servicio.
Dios mandó al profeta Samuel a consagrar a un nuevo rey de Israel para sustituir al rey Saúl. El profeta fue a buscarlo a Belén, entre los hijos de Jesé. El profeta Samuel, pensando en haber escogido al mejor, se lleva una buena sorpresa de Dios y aprende a dejarse guiar por Él para hacer un buen discernimiento.
Cuando llegó a la casa, Samuel «vio a Eliab y se dijo: “seguramente éste es el ungido del Señor”. Pero el Señor dijo a Samuel: “No te fijes en su aspecto ni en su gran estatura, que yo lo he descartado. La mirada de Dios no es como la del hombre: el hombre ve las apariencias, pero el Señor ve el corazón”» (1Sm16,7). Así el nuevo rey será David, el último de siete hermanos.
Muchas veces también nos sorprendemos cuando vemos a jóvenes que a los ojos del mundo no tenían cualidades o capacidades para ser servidores de Dios y llegaron a ser sacerdotes, religiosas o religiosos. Muchas veces, en seminarios y casas de formación para religiosas o religiosos, he encontrado a muchachas o muchachos muy inteligentes, con grandes cualidades y capacidades para la pastoral, la catequesis, la liturgia, el canto, y nos sorprenden con que ya no seguirán