6 minute read

SERVICIO ESPECIAL

14 Servicio especial

Texto y fotos: P. Enrique BAYO, mccj MUNDO NEGRO

Advertisement

El 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental. En África abundan los mitos y supersticiones que estigmatizan las enfermedades mentales que, a pesar de su alta incidencia, reciben de los sistemas sanitarios africanos una respuesta insuficiente. En este contexto, el Centro Telema de Kinshasa, en República Democrática del Congo (RDC), es un oasis de esperanza para los enfermos de la capital congoleña.

UN LUGAR PARA LOS OLVIDADOS CENTRO DE SALUD MENTAL TELEMA, EN KINSHASA

Por las calles de Kinshasa vagan a su suerte numerosos enfermos mentales. Es fácil encontrarlos e identifcarlos. Caminan solos, medio desnudos, con ropas raídas y sucias y los cabellos despeinados. Viven de la caridad de la gente y están expuestos a agresiones y enfermedades. Si su comportamiento se vuelve violento, pueden desaparecer sin que nadie los eche de menos. En la mayoría de los casos, sus familiares, confrontados con la pobreza crónica que roe la sociedad congoleña, se ven empujados a abandonarlos ante la imposibilidad de hacerse cargo de ellos. Tampoco el Estado asume su responsabilidad.

Kinshasa no es la excepción africana. En muchas otras ciudades del continente se repite la problemática. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 10 por ciento de los africanos sufre algún tipo de trastorno mental, pero el presupuesto para combatir este tipo de patologías es casi inexistente, además son muy raros los servicios de neuropsiquiatría en los hospitales. La OMS recomienda un psiquiatra por cada cinco mil habitantes, pero en muchos países de África subsahariana existe uno por cada cien mil.

Las enfermedades mentales incluyen un amplio abanico de patologías neurológicas y psicóticas. Las primeras afectan a los sistemas nerviosos central y periférico, entre las más frecuentes están las demencias, el ictus, la epilepsia, la esclerosis múltiple o las migrañas. Los trastornos psicóticos causan una distorsión en la percepción de la realidad y se caracterizan por la aparición de ideas y sensaciones anormales, entre ellas, las depresiones, las fobias, las obsesiones compulsivas, la esquizofrenia, los trastornos bipolares, etcétera.

Para aportar esperanza a los enfermos de Kinshasa afectados por estas patologías, las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón fundaron el Centro de Salud Mental Telema, que en lingala signifca «levántate». Las primeras hospitalarias llegaron a Kinshasa en 1989 por petición de la Iglesia local, que se veía impotente y quiso ofrecer

una solución a los enfermos que deambulaban por las calles. Dos años después, en 1991, se inauguraba el Centro Telema en el distrito de Matete de la capital congoleña. Este hospital especializado en salud mental ya se ha quedado pequeño. Cada año se realizan más de 50 mil consultas, y sólo en 2020 se registraron alrededor de 4 mil nuevos pacientes.

La hermana Christine es camerunesa; se graduó como enfermera en su país y se especializó en Psiquiatría en Burkina Faso. Llegó a RDC en 2005, y desde 2018 es la directora de Telema. Según ella, el principal problema que afrontan es la falta de conciencia de la gente respecto a las enfermedades mentales. «Cuando alguien manifesta algún síntoma de trastorno mental, la familia no piensa en primer lugar en venir al hospital. Creen que es un hechizo, un asunto de brujería y van al pastor para que rece y libere al enfermo del mal espíritu, de manera que cuando llegan al hospital se ha perdido un tiempo precioso».

Esta constatación justifca los programas de sensibilización que el Centro realiza a través de un boletín de salud mental, programas de radio y visitas a colegios e iglesias para concienciar a alumnos y feligreses. «El objetivo es evitar la marginación de los enfermos mentales –dice la hermana Christine–, para que comprendan que las enfermedades mentales son como las demás, que tienen sus causas y sus tratamientos efcaces».

Telema es también un centro multiplicador de salud mental y organiza sesiones de formación para el personal sanitario de otras instituciones médicas de la ciudad, a través de las cuales aporta un valioso conocimiento en neuropsiquiatría.

En Kinshasa existen clínicas privadas de psiquiatría –solo al alcance de pacientes con posibilidades económicas– y también el Centre Neuro Psycho Pathologique (CNPP) de la Universidad de Kinshasa, pero con una actividad muy reducida en la actualidad. Este hecho convierte al Centro Telema prácticamente en el único de la ciudad que se hace cargo de los enfermos mentales. «Nosotras vinimos a Kinshasa para

Servicio especial 15

Esquila Misional febrero 2022

16 Servicio especial

estar cerca de los pobres –afrma la hermana Christine–. Todo el mundo tiene acceso porque una consulta nunca cuesta más de tres mil francos congoleños –menos de 50 pesos mexicanos–, y cuando las familias no disponen de medios para pagar los medicamentos, también las ayudamos».

La disponibilidad de medicamentos es el «talón de Aquiles» del centro. Las medicinas para las patologías neuropsiquiátricas están muy controladas y no todos los proveedores pueden facilitar su importación. Gracias a la colaboración de varias frmas farmacéuticas y numerosos bienhechores internos y externos, la farmacia de Telema afronta las necesidades de sus pacientes. No obstante, durante la pandemia, les faltaron medicamentos.

Una casa asociada a las hermanas hospitalarias acoge a tiempo completo a varias mujeres y niños con trastornos mentales, pero la prioridad de Telema no es aislar a los enfermos en hospitales o en instituciones de acogida, sino trabajar de forma comunitaria para ayudarlos a insertarse en la sociedad. Esto supone un trabajo enorme de concienciación de las familias para que aprendan a convivir con sus enfermos y se hagan cargo de ellos, a pesar de que los tratamientos son prolongados y exigen mucha paciencia. «No es fácil, sobre todo cuando la enferma es la mujer, porque fácilmente es expulsada de su hogar y tiene que regresar con su familia biológica. Esto explica en parte que las mujeres se vean más afectadas por los trastornos mentales. Sin embargo, los hombres enfermos que acuden al centro suelen venir acompañados por sus esposas, siendo lo contrario rarísimo», señala la hermana Christine.

Para asegurar su funcionamiento, el hospital cuenta con unos 25 profesionales sanitarios, incluidas las hermanas hospitalarias. «Todo el personal tiene preparación específca en Psiquiatría. Incluso quienes trabajan en los talleres ocupacionales han recibido esta formación. Además, exigimos a nuestro personal un mínimo de formación religiosa porque deseamos que, quienes laboren aquí se impregnen de nuestro carisma y espíritu de trabajo. En el caso de los enfermos, todos son recibidos sin ninguna distinción», dice la hermana.

En un ala del Centro se encuentra el taller ocupacional, donde una treintena de personas realiza trabajos manuales de costura, bisutería, bordados y confección de todo tipo de objetos con un doble propósito: terapéutico y de autofnanciación. Los productos estrella del taller son sus famosas muñecas de trapo. Delphine, una de las personas que las confecciona, asegura que gustan mucho y que se venden muy bien.

Inaugurado en 1973 en el distrito de Mont-Amba, el CNPP fue el primero especializado en salud mental de toda África central. Fue construido en diferentes módulos, con capacidad para 500 enfermos internos y con un centro asociado de investigación en enfermedades mentales. Durante muchos años funcionó bien, pero la crisis congoleña lo afectó enormemente. El personal sanitario está mal pagado y el deterioro de sus instalaciones es evidente por falta de mantenimiento. El doctor Simon Bokongo Lokoso, neuropsiquiatra del CNPP, reconoce que el centro funciona apenas a un 10 por ciento de su potencialidad. El centro Telema y el CNPP son los únicos centros de salud mental existentes en RDC. Su presencia es insufciente para afrontar el inmenso desafío de las enfermedades mentales.

This article is from: