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LA IMPORTANCIA DE IDENTIFICAR EL PATRIMONIO
Identificar el patrimonio arquitectónico de Celaya ha sido una importante labor, profundizando en sus usos y características constructivas e implementando estrategias no sólo de registro sino de cuidado.
Así lo señaló el historiador Rafael Soldara Luna, quien reconoció que esta acción no siempre se realizó, lo que ocasionó una pérdida importante.
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Explicó que una ciudad del Bajío como Celaya con 452 años, es un asentamiento que se ha ido transformando con el paso de los años.
“Recordemos que surge como una Villa de españoles con una serie de características en su trazo, que son determinadas por las condiciones geográficas, orográficas, de la existencia de recursos naturales, de la forma de abastecerse del agua, del aprovechamiento de la tierra, del desarrollo de actividades productivas, por ejemplo, en torno a este sistema de haciendas agrícolas durante la época novohispana”.
“Esto fue definiendo la ciudad, su posición, sus dimensiones, sus calles principales, las peculiaridades de los edificios de carácter civil o religioso, de los habitacionales o de uso público, como tianguis y plazuelas que posteriormente se van a convertir en mercados”.
Ese patrimonio que constituyó Celaya y que originalmente constaba de su centro histórico, 9 barrios y 17 haciendas, no fue registrado sino hasta la década de 1970 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“De ahí surgen estos cerca de 270 registros que incorporaban muchos inmuebles de carácter privado y después del año 2000 se actualiza el catálogo creciendo hasta cerca de 500 registros”
“Por marco legal es patrimonio histórico todo aquel bien que tiene 100 años de antigüedad y le corresponde al INAH implementar un catálogo de bienes culturales tanto de inmuebles como patrimonio mueble y solamente integra en catálogo a bienes que datan hasta el año de 1900”.
“Del patrimonio posterior a 1900 le corresponde al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) la implementación de los catálogos”.
Es muy importante, exaltó, cada cierto periodo hacer una actualización, para ello se tiene que revisar de acuerdo a las autoridades locales la pertinencia de incorporar nuevos edificios, monumentos, estructuras que por su antigüedad, cualidades, historia, significado, características constructivas, ameriten ser conservadas como patrimonio.
La última actualización que se realizó en 2010, una labor que Soldara Luna reconoció como tardía.
“Se adicionaron muchos monumentos como el Panteón Municipal norte y no solamente como entidad sino cada uno de los monumentos que conservaban características relevantes en arquitectura, diseño, composición, antigüedad”.
“En un periodo tardío vamos a encontrar esta cultura para resaltar la importancia de preservar el patrimonio histórico… era impresionante como incluso hasta el año 2010 ni siquiera estaba registrada la Torre Hidráulica, ni en Bellas Artes ni en el INAH, como patrimonio industrial o monumento histórico”.
“Es una tarea permanente y hay un avance en nuestros días en esa labor de registrar y proteger el patrimonio, pero tenemos que reconocer que hay un periodo muy dramático de la primera parte del siglo XX donde se da un proceso destructivo y ahí tenemos la historia negra de la pérdida de patrimonio, perdimos templos, plazuelas, conjuntos arquitectónicos íntegros muy importantes que lamentablemente no se pudieron recuperar”.
“Entre ellos la plaza de toros novohispana en Aldama, el templo de la Cruz, el templo de la compañía de Jesús, casonas novohispanas, Tresguerras decía que Celaya tenía una categoría superior a Querétaro, es importante reconocer que se perdió”.
Recordó que cuando el Arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras fue nombrado Maestro
Mayor de obras por las autoridades de Celaya, tenía la facultad intervenir diseño y aprobación de construcciones nuevas y la mejora de la imagen urbana del entorno urbano, así interviene de manera ardua en el diseño de la ciudad.
“Decía el arquitecto Luis Ortiz Macedo que Celaya fue la única ciudad en México que conservó un estilo arquitectónico neoclásico prácticamente en casi todo el siglo XIX, el cual se perdió en este proceso deconstructivo, porque se destruyó patrimonio y en esos mismos predios se construyeron otras obras también pretendiendo cumplir funciones utilitarias, que fueran aportaciones de arquitectura moderna, en algunos casos se logró alguna aportación pero a costa de una pérdida muy importante”.
Hoy día los inmuebles más antiguos son los que se encuentran en el centro histórico, los conjuntos conventuales y capillas de los barrios, aunque sus construcciones fueron muy trastocadas a lo largo del tiempo.
Como ejemplo puso el edificio que hoy alberga al Museo de Arte en la esquina de las calles Madero y Obregón.
“Su barda perimetral es del siglo XVII, hay otra parte del siglo XVIII, hay construcción del siglo XIX, modificaciones del XX y la reconstrucción en el siglo XXI para albergar el museo de arte”.
Es a través de manuales de conservación, explicó, que hoy en día se orienta a los propietarios, arrendatarios, o poseedores de estos inmuebles para que no se deterioren y también no pongan en peligro la integridad física de las personas que conviven con ellos y los ocupan para diferentes fines.
“Es muy importante que los propietarios estén al pendiente de todas las condiciones estructurales, de uso, de mantenimiento ordinario y cuando se requiera la búsqueda del recurso acudir a la autoridad municipal para que le asesore y se regulen las obras de construcción, en este caso de Desarrollo Urbano a través de la oficina del Centro Histórico”.