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No todo lo que brilla es oro en El Método Pág
No todo lo que brilla es oro en “El Método”
Ha sido utilizado por grandes actores de Hollywood como Marlon Brando o Al Pacino. Esta técnica de actuación, basada en el sistema creado por el actor y director ruso Stanislavski, se ha convertido en un sello de la actuación estadounidense. El autor de la nota desnuda algunas falencias de “El Método”.
Jorge Eines Director y maestro de actuación
La carencia de técnica sostiene y da sentido al modelo exportado por los Estados Unidos, conocido con el nombre de “El Método”, popularizado por Lee Strasberg. Se exporta más un modelo de producción en donde el trabajo del actor avala los mecanismos de creación impuestos por un sistema. Son los ideales de nuestro tiempo para una profesión que idolatra la alfombra roja. El Método existe mediática y económicamente para degradar la ilusión, la excelencia y el esfuerzo.
Varios problemas
De todo lo espiritual, tratan de salvar la vida interior y con ello se concluye la gran perversión de El método. Emoción y sentimiento como baluartes del acto creador. Sin embargo, existen varios problemas que detallaré a continuación: Primer problema: Exageran los conceptos primarios de Stanislavski, estimulando lo peor de sus estudios iniciales. El combate que el maestro ruso da contra los excesos expresivos, lo convierten en un paradigma de búsqueda y desarrollo de la conducta naturalista. Segundo problema: La verdad de la vida se apodera de la verdad de la escena. Queda muy poco lugar para la construcción desde la imaginación. El actor acaba creyendo que debe resolver en la vida, lo que debería construir en el marco de los ensayos. No comprende que su tarea es crear un objeto artístico; no describir en la escena algo que aprendió en la vida. Tercer problema: El cine. El esfuerzo puntual para conseguir emoción a veces tiene reflejo en una secuencia filmada. El universo del arte del actor acaba comprando un modelo que sólo es aplicable de manera ocasional. Lejos de los ensayos y muy lejos de los escenarios. Cuarto problema: La ausencia de relieve teórico y la obsesión por el sentimiento arrojan a la profesión a resolver los problemas técnicos en el ámbito psicoanalítico. Lo gnoseológico es: “Conócete a ti mismo”, cuando debería haber sido: “Conoce lo que debes trabajar para componer un personaje”. Quinto problema: El Método acaba en doctrina instigadora del éxito. El actor dice “yo”, y está orgulloso de decirlo. El individualismo lo devora casi todo y posterga el vínculo con los compañeros.
Una manera de trabajar para tener razón, no una manera de poder crear con fundamentos técnicos. Sexto problema: La acción para El Método es actividad o movimiento, y nunca secuencia técnica con posibilidad de ser asumida de forma voluntaria y consciente. Séptimo problema: La palabra postergada. Nunca es una forma particular de acción. Se pretende hablar como en la vida para reflejar la espontaneidad de la vida. En definitiva: La emoción en la escena nace de