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El sorprendente resultado de la “Simulación clínica” en la interpretación actoral

El teatro, como disciplina, debiera examinar todo aquello que hace el teatrista. En todas partes que éste se encuentre, el teatro debe ir y conocer cómo se está desarrollando, sea en su mínima o en su máxima expresión. Cecilia Bralic

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Esta novedosa técnica teatral viene siendo utilizada en la Universidad de Costa Rica, con resultados muy positivos, tanto para el actor/actriz como para el personal médico. El autor de la nota cuenta la experiencia que desarrolla hace cinco años la Escuela de Arte Dramático de esa casa de estudios superiores.

Juan Carlos Calderón Gómez Director de la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica

El teatro, en su quintaesencia, aborda básicamente espacios presenciales para el convivio teatral. Así lo ha realizado desde la aparición de los primeros homínidos, atravesado por el hacer de las civilizaciones. La presencia es una condición básica para que el fenómeno energético se establezca en la mirada, en el cuerpo, en la energía del espectador y del equipo creativo. Toda actividad representada de las diferentes culturas se vincula con la teatralidad y, específicamente, con el arte de la presencia, como lo es el teatro. El mundo político, el de la comunicación, el publicitario, el sanitario y hasta los mundos religiosos y deportivos están ligados con estas prácticas de ostensión, de “mostrar y ocultar”, propias de la teatralidad antropológica. El teatro, en particular, y las artes, en general, son un recurso valioso, que ahora es ampliamente utilizado en las diferentes disciplinas y congregaciones sociales.

Es así como el teatro se apropia de diferentes espacios en estos entramados sociales, en donde el escenario es trasladado de las salas de espectáculos a lugares diversos y complejos, bajo situaciones externas no controladas del todo, como ya lo ha desarrollado la performance y las prácticas del Teatro del oprimido, de Augusto Boal, y en otros escenarios pedagógicos desconocidos e insólitos para el arte teatral. Las formas liminares del teatro, el desarrollo tecnológico y la difusión de la actividad teatral han incorporado nuevas alternativas de enseñanza. También, la de proliferación de actividades, como la simulación clínica, el audiolibro, la locución, la ambientación y producción audiovisual, la captura de movimientos para episodios visuales, la producción escénica, la enseñanza en línea y, sobre todo, el diálogo constante con otras disciplinas.

Cambio de paradigma

El desarrollo tecnológico, apresurado por la pandemia de la Covid-19, está cambiando la manera de abordar la formación y la profesionalización de los y las artistas escénicos en Costa Rica y en el mundo en general, como lo establece Diana Taylor, cuando convoca a los investigadores de teatro y del performance a responsabilizarse de los modelos teatrales operantes en las prácticas sociales de simulación.

Ella observa que dichas técnicas, las de simulación clínica, “contribuyen a conceptualizar, ensayar y promulgar una práctica teatral novedosa”. La Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica ha venido desarrollando propuestas diversas y estableciendo relaciones con otras disciplinas, tanto dentro como fuera del campus universitario de la UCR. Con la Escuela de Medicina de la UCR, hace ya cinco años, estudiantes de esa institución artística realizan lo que se conoce como simulación clínica o pacientes estandarizados, como se le conoce en México. Se trata de una técnica en que se reemplaza al paciente por el actor, y se representan casos clínicos en un escenario pedagógico controlado.

Revolución en la enseñanza médica

Eso significa una verdadera revolución en los procesos de enseñanza de la medicina, donde el personaje atendido por el actor-actriz es recibido por la persona estudiante de medicina, para provocar, inicialmente, una interrelación y, posteriormente, un diagnóstico y una posible medicación.

En realidad, el actor/actriz no simula su enfermedad, sino que asume con total convicción su condición y actúa una situación que es ficticia con toda la verdad que se desarrolla, gracias a su sensibilidad y talento. Esto, al punto de hacer olvidar al estudiante de medicina su condición de actor/actriz y de sorprender al resto de sus pares y del personal médico presente en este proceso. El actor/actriz encarna de manera aguda y con destreza absoluta su sujeto de trabajo. Por eso, tenemos que revisar los términos de simulación y estandarización para referirse a esta práctica educativa, ya que la persona (actor/actriz) se convierte en un ser que deslumbra, entretiene, influye, crea y sostiene una relación profesional con su par estudiante; es muchísimo más que una simulación, muchísimo más que una estandarización, es un caso único e irrepetible de creación e interrelación que produce formas significativas de aprendizaje.

El actor/actriz realiza luego una devolución de su percepción de esa cita médica al estudiante, a sus pares y al docente que observan esta representación y viceversa. La persona-estudiante de medicina exterioriza sus percepciones y decisiones con respecto a lo que le aporta el personaje clínico.

Entrenamiento especializado

Esta forma de interactuar con el estudiante-médico hace que el estudiante-actor/actriz desarrolle toda una poética actoral que requiere un entrenamiento especializado y nuevas formas de abordaje en la creación de personajes. Esto, para evitar problemas de agotamiento e intensidad interpretativa, y sobrellevar los tiempos de exposición, ya que, a diferencia del acto teatral, no hay intercambio de energía y de la gratificación final de espectadores que asisten a una sala o a un espacio público.

En época de pandemia, el trabajo de la Escuela de Medicina y de la Escuela de Artes Dramáticas de la UCR no se ha detenido. A través de la pantalla y desde la plataforma de Zoom, esta actividad se desarrolla virtualmente, agregando un grado de complejidad más alto y una concentración mayor en la persona estudiante de artes dramáticas para lograr transmitir, no solo la sintomatología de la enfermedad que sufre su personaje, sino toda la carga emocional que su padecimiento le provoca, además de evidenciarle al estudiante de medicina, toda una radiografía de su clase social, de sus preferencias y de su grado de respuesta inmediata y afectiva.

Asimismo, de su humor y de su nutrición, entre muchos factores que determinan su condición. Es verdaderamente significativo el manejo del actor/actriz de estos antecedentes y de su técnica, para, inclusive, interpretar dos o hasta tres veces seguidas estos personajes, sin desmérito de su calidad interpretativa.

Actores especializados

En México, Chile, Estados Unidos y en Europa se han establecido actores especializados con estas técnicas. Además, se han profesionalizado hasta transformarse en trabajadores remunerados del sistema médico institucional, imprescindibles para el desarrollo de la educación sanitaria en esos países. En Costa Rica ya son varias universidades privadas que desarrollan estos métodos pedagógicos; sin embargo, aún falta proponer, desarrollar y sostener un sistema laboral equitativo que permita la profesionalización de esta actividad liminal de teatro, así como la definición de garantías laborales que vengan a dignificar este trabajo artístico y profesional de interpretación de personajes clínicos.

“Se trata de una técnica en que se reemplaza al paciente por el actor, y se representan casos clínicos en un escenario pedagógico controlado. Eso significa una verdadera revolución en los procesos de enseñanza de la medicina”.

“Tenemos que revisar los términos de simulación y estandarización para referirse a esta práctica educativa, ya que la persona (actor/actriz) se convierte en un ser que deslumbra, entretiene, influye, crea y sostiene una relación profesional con su par estudiante”.

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