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Un discurso ceremonial para matrimonio, Delia Xóchitl Chávez

Delia Xóchitl Chávez

DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURAS POPULARES, INDÍGENAS Y URBANAS SECRETARÍA DE CULTURA

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Manuel Bolom Pale, Sk’inal xikitin: k’opojel yu’un nupunel /Fiesta de la chicharra. Un discurso ceremonial para matrimonio, México: Secretaría de Culturas, Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, 2017; 124 pp.

De Sk’inal xikitin: k’opojel yu’un nupunel/Fiesta de la chicharra: un discurso ceremonial para matrimonio, obra ganadora en 2016 del Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas, nos dice el dictamen del jurado: por “reunir y desencadenar una trama de la vida ceremonial en la que, además de la palabra y las imágenes retóricas, encuentran sentido la música, el atuendo, la bebida y la comida” (Acta de dictamen, julio de 2016), en un libro-disco escrito y grabado en tsotsil y español por Manuel Bolom. Es una bella recreación del ritual que realiza un hombre, en Jocosic, la tierra del poeta, para pedir matrimonio a una mujer. El ritual está conformado por cuatro momentos hilvanados por la interacción del hombre y la palabra: la “Solicitud de palabras” (Primera ceremonia), la “Palabras del joven a sus padres”, la “Solicitud de mano” (Ceremonia de petición) y el “Discurso final”. En el primer momento el hombre interpela a la Divina Señora, entidad que está en el cielo y en la tierra, dueña del firmamento y del mundo, para pedirle que lo unte de palabras sabias para transformar su voz en canto de cenzontle: “Desde lo oscuro de mi corazón he venido a/ mirarte/ he venido a arrodillarme/ he venido a hablarle/ a que me untes de palabras sabias/ a que el espumarajo de las hojas se pegue en/ mi garganta/ a que se transforme en orquídea esta lengua/ y la voz en canto de cenzontle” (74). En el segundo momento –“Palabras del joven a sus padres”–, después de la “Solicitud”, se expresan las sensaciones experimentadas por el joven y los sentidos afloran: “pienso en esa flor que enciende mi cuerpo/ *…+ pétalo de carne/ y hueso, pétalos, pétalos, flores, flores, bellísimas *…+ Papá, mamá/ qué humillante es sentir este jaguar de deseos / esta piel de hormigas sedientas/ y no poder beber a sorbos la noche *…+ A ti te canto mujer/ porque en ti florecen simientes deseos” (87-9). Para el tercer momento –“Ceremonia de petición”–, el hombre no está solo como en la “Solicitud de las palabras”. Ahora se encuentra en la casa de los padres de la mujer amada: “Ay, Don Pedro,/ qué pena/ de haber venido a interrumpir su paz/ su tranquilidad/ ahora que estoy en su sagrada casa/ estoy en su sagrada morada” (96). Con este cambio de espacio se sugiere un desarrollo del ritual que abarca la vida, desde lo individual, lo familiar y lo comunitario, representado en el “Discurso final”. Es posible que sea este tercer momento el que ilustre cómo la palabra es un acto colectivo que, si bien es una habilidad individual, se desarrolla en y con la colectividad, con el/la otra; no basta conocerla y pronunciarla, también hay que saber guardarla, detenerla: “Detener la palabra/ un segundo antes del labio,/ un segundo antes de la voracidad compartida, un segundo

antes de depositar el corazón/ del otro,/ no quiero una oscura prisa,/ no quiero contagio de ala/ por eso estoy ante sus pies/ ante su sagrada casa/ con mi esposa/ con mi compañera/ vengo desde mi sombra para verte/ traigo la niebla de mi llanto puro” (102). Finalmente, en “Discurso final”, la serenidad de las palabras rompe el ansia del hombre, que se siente acompañado en esta vida aleatoria y fugaz donde la memoria es piel que guarda la vida. El discurso comienza dirigiéndose a la comunidad y concluye al ocaso, cuando “la tarde está cerrando sus puertas/ y nos está vaciando la noche encima” (99), cuando a la orilla de la tierra está naciendo la divina señora que desdibuja su contorno, sus jacales y su vida. La palabra de Manuel Bolom es fundamental para el reconocimiento de la otredad, trabajo “individual” que da cuenta del esfuerzo colectivo de los pueblos originarios por mostrar y compartir su mirada de ser en el mundo y colocar su palabra en otro contexto. Como lo ha mencionado el autor en algunas de sus presentaciones, hablar de literatura tsotsil es respetar sus particularidades artísticas, la cultura, la cosmovisión y las prácticas comunitarias; un ejemplo es la utilización de la anáfora que, en este texto, es utilizada para retornar a una práctica cultural, a través de versos duplicados y triplicados en que se muestra que en la cultura tsotsil hay varias formas de nombrar una realidad. Con Sk’inal xikitin: k’opojel yu’un nupunel, su autor propone que haya una generación de nuevos pensamientos, compartidos y recuperados de los pueblos indígenas . Al empezar desde lo cotidiano, Manuel Bolom Pale nos invita a “leer estos horizontes que vienen del pasado como futuro posible y vivir en el presente”1 .

“Sed”. Fotografía. Stephanie García.

1 Entrevista en Canal 22, realizada por Huemantzin Rodríguez el 9 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=rCdWILuyR9o

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