Coreografías del lugar «Yo enfrento a la ciudad con mi cuerpo...»
Pallasmaa, 41 Las coreografías son el comportamiento de las personas en un lugar determinado. Estos movimientos nos revelan prácticas asumidas por las personas, ya sea por razones culturales, climáticas, sociales, y/o de diseño, que particularizan el modo de apropiación y de uso del espacio. Al observar estos comportamientos en los espacios públicos, se revela no sólo la multiplicidad de razones que inciden en éstos, sino el peso que tiene cada una de ellas en cada grupo social (nivel-socioeconómico, edad y género). En el espacio público las coreografías surgen del diálogo constante que se establece entre el cuerpo, la mirada y el espacio físico en el que me sitúo, siendo, en algunos casos, un diálogo preestablecido por el diseñador, pero abierto a la improvisación, lo que le otorga un significado particular e íntimo a ese lugar. Si bien «todos nuestros movimientos están sometidos a las mismas leyes físicas que rigen las formas construidas y estas formas poseen la capacidad de contenerlos, limitarlos y dirigirlos físicamente» (Yudell, 69), la manera en cómo son percibidas estas formas preestablecidas, difiere de una persona a otra, ya que el conocimiento que tenemos de las cosas afecta el modo en que las vemos y nos relacionamos con ellas. El espacio púbico posee una estructura que orienta los comportamientos de las personas en él, sin embargo, su carácter público ofrece la posibilidad de transgredir dicha estructura. Ahora bien, las coreografías de las personas en el espacio público no sólo están conducidas por la estructura implícita en el diseño de éste y sus normas, sino gobernadas por las reglas que se establecen y, en algunos casos, cohabitan en lo público. ... Recordemos […] [el] juego [de la] retícula simétrica dibujada con tiza sobre el suelo, la «estructura»
Universidad de las Américas Puebla
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