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Plan Macabro: Extender el Genocidio Viral en Costa Rica

Plan Macabro: Extender el Genocidio Viral hasta Costa Rica

SAN JOSÉ-(Especial para The City Newspaper). Como si no fuera suficiente con todo lo que estamos sufriendo con el coronavirus que parece que llegó para quedarse por largo tiempo entre nosotros, los burócratas del gobierno costarricense (en las compañías eléctricas y de acueductos), los “pachucos” con sus fiestas degradantes en sus casas de habitación también degradantes, las actitudes de Jair Bolsonaro y Donald Trump, a nivel internacional, y los nicaragüenses que se han metido “a la brava” a vivir ilegalmente entre los costarricenses y son portadores del covid-19, nos llega ahora una noticia tan espeluznante como las figuras de Daniel Ortega y su horrorosa mujer, Rosario Murillo, y trata de lo siguiente: el presidente Carlos Alvarado recibió una carta firmada por el líder centroamericano de los derechos humanos, Alvaro Leiva Sánchez, quien advierte al mandatario de este país que el dictadorzuelo de Nicaragua (Ortega), está de acuerdo en financiar el éxodo de cientos de nicaragüenses hacia Costa Rica (muchos de ellos contagiados con el virus mortal), y exige que sean recibidos aquí “en una zona especial que garantizaría la asistencia médica y defienda los derechos humanos, el desarrollo integral y la asistencia sanitaria a favor de dichos inmigrantes.” El tono de la carta es impositivo, es una orden que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR), impone al gobierno de Costa Rica, según se desprende del mismo texto.

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Vamos por partes para desmenuzar esta fétida y fatal circunstancia: ¿Quién es Alvaro Leiva Sánchez? Es un nicaragüense, a quien la ex canciller de Costa Rica, la fallida Epsy Campbell, le otorgó el estatus de asilado político en el 2018; según esta mujer, lo hizo porque “la vida de Leiva corría peligro en su natal Nicaragua, al ser perseguido por la dictadura sandinista que desgobierna en esa nación.” En la actualidad, este individuo es el

director de la Misión para Centroamérica y los Estados Unidos, del Canadian Human Rights International Organization; y en Nicaragua ostenta los cargos de secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos y Presidente de la Asociación Nicaragüense para la Defensa de los Derechos Humanos. Se desprende de ello, que se trata de un enemigo declarado de la dictadura de los Ortega/Murillo, debido a sus frecuentes críticas y a la redacción de informes que denunciaban la crisis política y humana, causada por ambos tiranos.

¿Qué es lo que quiere Leiva que haga Costa Rica a favor de los nicaragüenses enfermos? Este individuo ha exigido en su misiva al presidente costarricense, que construya “una zona especial para garantizar la llegada de la población civil de Nicaragua, que es víctima de violaciones de sus derechos humanos, por parte del Estado nicaragüense.” Sería, según su impositiva visión de la realidad actual, “un corredor humanitario” para proteger a sus compatriotas que están disgustados e inconformes con la tiranía que desgobierna a su país.

¿Cuáles otras imposiciones se pueden leer en la carta macabra que recibió el presidente Alvarado? Leiva exige a Costa Rica recibir una primera entrada (oleada), de 13 mil nicas, cantidad que iría creciendo conforme pasen los meses, según deja claramente estipulado el funcionario de la ACNUR. Ese suceso se daría entre julio y septiembre del 2020; y reitera que Costa Rica deberá hacerse cargo de esos grupos masivos, sin observar siquiera ligeramente, cuál es la voluntad del gobierno costarricense en torno a este caso y tampoco la actitud del pueblo de esta nación ante tal incoherencia que plantea y exige Alvaro Leiva.

¿Cuáles son los razonamientos que deja conocer el individuo en cuestión y que podrían beneficiar eventualmente a Costa Rica, según su retorcido mecanismo de observar los hechos? Dice este nica irresponsable que la creación del corredor humanitario traería beneficios para este país, porque “permitirá a la población costarricense mayor tranquilidad, en cuanto se elimina o se reduce la posibilidad de contagios, a consecuencia de la migración irregular no controlada, hecho que indiscutiblemente repercutirá en la disminución de expresiones xenofóbicas.” Vamos por partes al analizar este retorcido argumento: 1. La xenofobia aumentaría, pues desde ahora mismo, al conocer esta noticia, el pueblo costarricense ha reaccionado con indignación ante lo descabellado del plan del nicaragüense Leiva. 2. Los ciudadanos de Costa Rica, por el contrario, se sienten más seguros en el tanto no vean deambulando por las calles a los nicaragüenses, quienes son fuertes propulsores de la pandemia. 3. Los contagios aumentarán sin duda alguna, debido a que esos 16 mil o más nicas, podrían escaparse de dicha zona –tal y como han hecho en la zona norte del país-, y agravar más la situación viral. Y 4. La inmigración desde Nicaragua nunca será controlada, con corredor humanitario o sin él, pues el sueño de todo nicaragüense es inmigrar hacia Costa Rica, una actitud generalizada que comenzó en 1979, tras la caída del régimen de Anastasio Somoza.

La misiva sigue con parecidas argumentaciones en las que subrayan que los nicaragüenses serán algo así como “lo mejor que le podría suceder a los costarricenses”, “la panacea que será la solución a todos los males existentes y por existir”, pues serían mano de obra en el agro; además, “dejarían a este país con una excelente posición a nivel internacional (como si eso importara a los ‘ticos’)”, y esa imagen ante el sector turístico, según el nica de la ACNUR, “proyectará a Costa Rica como una nación que tiene bajo control la problemática conjunta de pandemia e inmigración.” Evidentemente se trata de una retahíla de estupideces esgrimidas por ese personaje, quien, a todas luces, anda mal del razonamiento, de sus facultades mentales para analizar y ver la realidad en toda su dimensión y por ello, la respuesta deberá ser contundente y radical y estos términos irrenunciables e innegociables: ¡No a sus pretensiones suicidas! Busque otras soluciones a sus compatriotas lejos de Costa Rica, aquí no los queremos con pandemia o sin ella; el país ya no aguarda esa carga social y económica y si el dictadorzuelo Ortega quiso el genocidio en Nicaragua, al no prever al coronavirus, ahora que asuma las consecuencias de su locura criminal. Aquí no estamos para soportar dolores ajenos, ni abogar por la imagen humanitaria de Costa Rica, de cara al exterior, eso nos importa un comino. ¡A exigir a los infiernos, que a nosotros no nos gustan las imposiciones absurdas ni demenciales, ni de ninguna otra índole tampoco! Así de categórico deberá ser el mandatario Alvarado; porque, de lo contrario, lo que peligraría, además del covid-19, será su imagen presidencial que ya está muy deteriorada por cierto. Quienes amen a Costa Rica, deberán decir “NÓ” ante esa descabellada idea.

Una Respuesta Tranquilizadora

SAN JOSÉ, Costa Rica- Ante la insistencia de los medios de prensa costarricenses a los personeros del gobierno de esta nación, sobre la posible creación de un corredor humanitario que exigió en una carta al presidente Carlos Alvarado, el nicaragüense de la ACNUR, Alvaro Leiva Sánchez, el mandatario fue tajante al rechazar tal medida y manifestó lo siguiente de manera textual: “El Gobierno de Costa Rica señala que considera inviable e irrealista la propuesta sobre la creación de ‘un corredor humanitario’ para asistir a nicaragüenses que buscan salir de su país (…). Por tanto, eso no está contemplado dentro de futuras acciones en la región.”

De esa manera, la Casa Presidencial salió al paso de manera clara y contundente ante las ilógicas y demenciales peticiones del individuo llamado Alvaro Leiva, a quien ya se le había dado, años atrás, estatus de refugiado en este país, tal y como ha informado The City Newspaper en crónicas anteriores. Suena descabellado e indigerible la idea de que Costa Rica y la sanidad costarricense, tengan que hacerse cargo de personas de otra nacionalidad, que, de todas maneras, no aportan nada al progreso ni al sistema de seguridad social de este país. No se trata, de ningún modo, de mantener gratuitamente a elementos extranjeros sin ninguna razón firme ni de peso, solo porque a un individuo totalmente

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