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Editoriales en The City Newspaper

Editoriales

LA OTRA PIEL DE LOS POLÍTICOS

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Es del todo cierto que los políticos se salen del común, son gentes diferentes a quienes vemos todos los días en nuestras casas, barrios, trabajos, iglesias, etcétera; pero debemos dejar claro que no estamos estableciendo que sean "superiores" o más capacitados, que el común de las personas. Simplemente son distintos y veremos algunas razones. Pero, antes de continuar, debemos hacer hincapié que este editorial lo hacemos fundamentados en la candidatura que Laura Chinchilla, la expresidenta de la República de Costa Rica, ha presentado para presidir nada menos que al Banco Interamericano de Desarrollo (BID); es decir, no se trata del Banco Nacional de CR o el BAC, sino que es nada menos que el rector de la economía y finanzas hemisféricas, desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Pero hay que ver que esa mujer costarricense tiene osadía para embarcarse en tal aventura. Pero ella es política, "mamó" la política en el seno de su hogar desde niña, puesto que su padre siempre fue el Contralor de la República, en un puesto del que nadie lo movía, parecía eterno, hasta que la exigencia de las circunstancias lo hicieron retirarse definitivamente. Ella, al crecer, no podía ser otra cosa. Y alcanzó a ser ministra de Seguridad y después se convirtió en la primera mujer mandataria de su país.

Ahora, ¿Cuáles atestados y facultades personales presenta esta señora? Posee una inmensa ambición personal, ese creerse que lo puede todo, que está capacitada para ejercer cualquier puesto en cualquier cargo que le ofrezcan, pero siempre a un altísimo nivel, como su super-ego se lo demanda. Aunque la realidad de Laura Chinchilla es otra, porque fue una presidenta más bien gris, con fuertes trazos de oscuridad en su gestión al frente del gobierno de Costa Rica; incluso, algunas mujeres periodistas con quienes conversamos, dijeron que "era tan pésima gobernante que iba a frustrar que otras damas, en el futuro,

llegaran a ocupar el mismo puesto." Aún así, no hay nadie quien pueda convencer a Laura Chinchilla de que ella solo es una mujer locuaz, muy locuaz (que se entienda también que eso no significa que es una "gran oradora", simplemente la señora habla mucho, abre demasiado su boca, pero su mensaje es vacío, porque locuacidad no es lo mismo que esencia), y para manejar al BID se necesita algo más que deseos de mover la lengua de un lado para el otro.

Y decíamos al principio que los políticos son diferentes al común, precisamente por la inmensa ambición que no la satisfacen con nada; de tal manera, cuando terminan sus períodos presidenciales, ponen sus miradas en los organismos y Universidades internacionales, porque el afán, no satisfecho, es seguir en la retina del gran espectador, algo así como un actor bajo los focos, la pluma de los reporteros y ante las cámaras de la televisión. Esa ambición los impulsa a creerse semidioses del Olimpo griego, dueños de un poder ilimitado que solo en sus imaginaciones existe. Aún recordamos cuando le dijimos a otra política costarricense (Mayi Antillón), quien aparecía en distintos Gabinetes y en distintas carteras ministeriales, si ella tenía esa capacidad para desempeñar tantos cargos públicos y contestó, en medio de una gran sonrisa, que ella podía hacer un gran papel ahí donde la pusiera el presidente. Pero la realidad es otra. Desgraciadamente "ese papel" ha sido siempre nefasto para los intereses del país y pueblo.

De acuerdo a lo anterior y a lo demostrado por la Sra. Chinchilla, le deseamos fracase en su intención por presidir al BID, porque capacidad es lo que le falta precisamente y le enfatizamos que la ambición no lo es todo en la vida, máxime si va desunida de la inteligencia. ¡A quedarse en casa doña Laura! Es lo mejor para todos.

EN MANOS DE LOS IRRESPONSABLES

Parece una pesadilla elevada a la octava potencia y que, al despertar, aún no asimilamos que sea cierta en nuestra realidad diaria: hemos caído en las garras sucias, malolientes y burlistas de los "pachucos", esa ralea que vive dentro de nuestra sociedad, a expensas del país, y desde donde salen todos los males sociales imaginables: delincuencia, vulgaridad, violaciones, pederastia, fanatismo religioso y deportivo, etcétera, etcétera.

¿Por qué nos sentimos atrapados por ellos? Nos remitimos a los hechos: en épocas mortales de pandemia, por el coronavirus que nos enviaron los chinos comunistas, quienes desobedecen las recomendaciones del Ministro de Salud y andan en las calles esparciendo dicho virus, son precisamente esos "pachucos" buenos para nada. Los mismos que desecharon la cultura desde que nacieron y aborrecieron la instrucción moral e intelectual, para deambular por el mundo con sus vicios, malos chistes y sus actitudes envalentonadas, sin basamento alguno.

Han hecho fiestas en sus vetustas y horrendas casas (deprimentes por naturaleza); salen en sus bicicletas o impresentables carros, a consumir licor en los barrios periféricos y no portan mascarillas y mucho menos el gel salvador recomendado.

Simplemente se niegan a todo ello, porque ellos mismos son negación de lo bueno que produce la sociedad, en lo objetivo y lo subjetivo; y con esa rebeldía sin causa, continúan esparciendo el virus asesino, creado por los chinos. ¿Las evidencias? Estas son: los barrios o caseríos donde han estallado los contagios, son donde esos hombrecillos y mujercillas vulgares viven y han puesto en jaque a la ciudad Capital y a las autoridades sanitarias.

Ante tales hechos de irresponsabilidad, las Cámaras de Turismo, Comercio y otras que mueven a la economía del país, deberían cobrarles, de alguna manera, a esos "pachucos", a esos fantoches u hombrecillos callejeros, que presumen de ser muy machos, el inmenso daño que han hecho con sus comportamientos pueriles. O sino, que el Presidente de la República "se amarre el cinturón" y les cobre una elevada multa de unos dos salarios/base, cuando sean pillados esparciendo el virus, o su equivalente en días/cárcel.

Porque no puede ser que unos infrahumanos como estos, nos hayan relegado nuevamente en nuestras casas, robado la paz y difundido la mortal pandemia, que no cesa, que no se detiene ante nada.

CHINA Y SUS GOBERNANTES, NO PUEDEN

QUEDAR IMPUNES

En el caso de que la humanidad no reaccione contra la criminalidad de los chinos continentales, cuando la pandemia sea vencida en definitiva o al menos, atenuada un poco y se pueda salir libremente por las calles sin mascarillas ni caretas protectoras, estará enviando otro mensaje cobarde de que le teme a ese país y sus líderes, del mismo modo como no se actuó valientemente cuando masacraron a miles de estudiantes en la Plaza de Tiannamen, en 1989, cuando exigían libertades y democracia. En aquel entonces, lo que hicieron las superpotencias, detrás de los Estados Unidos, fue "cacarear" únicamente, criticar y después vueltos a callar. Los jóvenes en Beijing se dieron cuenta certera de que estaban más solos que nunca y en caso de otro levantamiento contra el gobierno marxista y el ejército, el derramamiento de sangre y las cárceles estarían prestas para ellos, nuevamente y sin dilación. Era mejor no aventurarse de nuevo en otro proyecto libertario.

Pero esta vez los chinos han ido más lejos: han creado una pandemia, debido al desaseo de su mercado en Wuhan, y por causa de esas comidas asquerosas, que solo los habitantes de ese país suelen y pueden hacer; y con el coronavirus han infestado a todo el planeta, a la humanidad entera, la han sumido en el pánico, en miles y miles de muertes y afectado destructivamente a los trabajos, los salarios, la estabilidad social y a la economía de todas las naciones alrededor del planeta. No conformes con eso, los mismos chinos han estado vendiendo (¡!) utensilios para la protección de las personas (así lo hizo a España), pero defectuosos (¡!). Es decir, la pésima calidad de los productos manufacturados en este país asiático, junto a su irresponsabilidad flagrante, siguen prevaleciendo en detrimento de quienes les compran y creen, de buena fe, que resultarán beneficiados.

El ser humano tiene que reaccionar; aunque no como lo hace Donald Trump, por medio de Twitter, quien, además, es un viejo león desdentado, a quien todos los demás animales de la selva no respetan, porque saben que no pasará de sus ridículos rugidos, pero no representa ningún peligro. Ante esa situación, los diferentes pueblos tienen que idear una acción conjunta, ya sea desde el seno de las Naciones Unidas u otro organismo global, y desde el punto de vista jurídico, porque lo hecho por los chinos es un acto de lesa humanidad, cuyos muertos, solo en los Estados Unidos, superan en número a los norteamericanos caídos en la Guerra de Vietnam; o los ciudadanos de Guayaquil, en Ecuador, al sacar a sus familiares fulminados por el Covid-19, en ataúdes y colocarlos en las calles, a la espera de que sean recogidos y sepultados, para citar solo dos ejemplos. Son imágenes dolorosas por las que tienen que responder en Beijing, entre otras muchas más alrededor del mundo. Porque ya basta de callar, de tolerar y volver el rostro al lado contrario, después de la matanza de Tiannamen, la invasión del Tibet (la depuración callada de los ciudadanos tibetanos), y la creación del virus pandémico. Hay que situar a esa raza en su lugar y recordarle que, sin el resto de la humanidad, ellos no son nada y deben someterse al respeto y a la justicia internacionales. Una excitativa ineludible e impostergable.

¡POBRECITO EL EX RECTOR HENNING JENSEN!

(DICHO CON SARCASMO)

La nueva ley que pone fin a "las pensiones de lujo" en Costa Rica, entró en vigencia y así todos los delincuentes de cuello blanco, dejarán de robarle al fisco de la República; lamentablemente dicha ley no es retroactiva, porque así hubiese quitado esos beneficios a la gran cantidad de sinvergüenzas que estafan mes a mes al país.

En estos momentos, el ex Rector de la Universidad de Costa Rica, el hondureño, nacido en el Departamento de Progreso de aquella nación y nacionalizado costarricense -y con nombre danés además-, Henning Jensen, estará dándose cabezazos contra la pared, debido a que él postergó acogerse a la pensión, con tal de no dejar de lado las facilidades que le daba la Rectoría universitaria, que le pagaba todos los viajes de placer que hacía al extranjero, cuando el capricho lo empujaba a hacerlo. Recordemos que este individuo hizo, con dinero de la Universidad, más de 70 viajes al exterior, en los últimos 8 años, por espacio de más de 440 días. Por supuesto que viajó con todos los gastos pagos: hoteles cinco estrellas, cenas con champagne y demás gollerías, porque el hondureño es amante del lujo sin límites.

Además, "el plus" que le daba llamarse "Rector de la UCR", era extraordinario en un país como Costa Rica, donde la gente muy sencilla (y también no muy sencilla), babea por esa clase de fulanos, se derriten cuando ven a un sujeto con esos puestos y lo suben a la estatura del mismo Jesucristo. Un complejo muy extraño del ser costarricense, que aún no hemos logrado descifrar. Lo cierto es que Henning Jensen disfrutó a lo grande su alto cargo en la Rectoría universitaria. Pero, si regresamos al meollo de este tema, decíamos que el hondureño nacionalizado costarricense, Jensen, se debe estar dando cabezazos en la pared, porque debió acogerse a su jugosa pensión por la cantidad de 5,896,957 colones, antes de que la ley que le puso final a las pensiones de lujo, fuera aprobada por los diputados y dejara su jubilación apenas en 2,653,630 colones. Dicha ley es la conocida con el número 9,796, aprobada en el Congreso de la República, en diciembre del 2019.

Es decir, si Jensen se hubiera ido para su casa antes de esa aprobación legislativa, ahora estaría gozando de una jugosa pensión tal y como él cree merecerla, de acuerdo a su inflado ego. ¡Gracias a Dios, el presidente Carlos Alvarado le puso "el cascabel al gato"! Porque no era justo, ni lógico, ni decente, ni plausible, ni decoroso, ni humano, ni digno y mucho menos honrado, llevarse mensualmente esos 5 millones y resto de colones, solo porque fue Rector (un gris Rector), de una Universidad también tan venida a menos en las últimas décadas.

En la mansión donde vive Henning Jensen -también pagada con su abultado sueldo universitario-, quedaron en "el cajón de los sueños" nuevos viajes al exterior, más champagne, lociones y colonias de importación, caviar, lujosas cenas en restaurantes de

ensueño, joyas para su mujer (u hombre, pues no sabemos su condición sexual), licores, escapadas a las playas, cruceros, etcétera, etcétera, etcétera. "El gran globo" de despilfarro que soñaba este individuo, se lo estallaron con la nueva ley. ¡Bien por Carlos Alvarado y su actitud patriótica!

Desgraciadamente, la gran "catizumba" de pensionados de lujo (muchos de ellos declarados comunistas en las décadas de los 70 y 80), sigue vigente y cuando algunos de ellos han muerto, no duden que celebramos esos decesos con un sonoro ¡Gracias a Dios por la muerte de ese delincuente con corbata! Porque solo la muerte puede acabar, en Costa Rica, con esa clase de bastardos, sucios y malos costarricenses, que defraudan al fisco mes a mes, año con año, sin pudor ni arrepentimiento.

ALGUNOS DETALLES DELEZNABLES BAJO EL FRAGOR

DE LA PANDEMIA

A muchísimas personas no les basta con el grave peligro que tenemos sobre nuestras cabezas, una auténtica "Espada de Damocles", presta a caer sobre cada uno de nosotros y acabar con nuestras vidas, en la figura diminuta -y hasta ahora invencible-, del coronavirus que nos regalaron los chinos continentales. Y afirmamos lo anterior porque muchos individuos están molestando, sacando de las casillas al resto de la población, ya de por sí temerosa y en grandes tractos hambrienta. Repasemos algunos casos:

* El Gobierno de Costa Rica sigue insistiendo en implementar los impuestos que tenía planeados desde antes de la llegada del virus y crear otras cargas impositivas sobre un pueblo que, en grandes cifras de ciudadanos, han perdido sus trabajos y presentan situaciones de endeudamiento impresionantes e insolubles.

* Los diputados -siempre fuera de toda cordura desde que fue inventado el parlamento en el sistema democrático-, anunciaron que se van de vacaciones, cuando el país atraviesa por una verdadera guerra, contra un enemigo invisible y muy poderoso, cuyo nombre es covid-19. Así de ilógicos e irracionales han sido. Es como si 52 soldados le dijeran al General, en media batalla, nos retiramos de la trinchera, porque necesitamos descansar. Esa actitud de los legisladores no solo es una muestra absoluta de inmadurez, tan característica de los costarricenses en varios momentos de sus existencias, sino que revela una inmensa irresponsabilidad y cobardía; así como se lee… cobardía, porque "a las balas se le debe poner el pecho" y demostrar el material del cual estamos hechos.

* Acueductos y Alcantarillados (AyA), y la Compañía de Fuerza y Luz, atacaron flagrante y criminalmente al mismo pueblo, cobrándoles recibos por servicios de agua y l

luz, arriba del millón de colones. Hubo facturas que rozaron una auténtica locura, al superar a los 3 millones de colones en algunas de esas facturas. Los altos jerarcas de AyA salieron reiteradamente en la televisión explicando lo inexplicable, "cantinfleando"; es decir, haciendo peroratas ilógicas, sin sentido y que nada explicaban en realidad. Y cuando pedimos que la Junta Directiva de esa entidad fuera destituida, los diputados callaron, del mismo modo irresponsable. ¡Es que tienen que irse! ¿Por qué, bajo cuáles premisas morales y técnicas, deben mantenerse en sus pueblos? Les lanzaron los dardos a los corazones de los costarricenses humildes, justamente en medio de la pandemia mortal. Un acto tan criminal como el peor que se pueda ejecutar.

* El Ministro de Salud, Daniel Salas, es dueño de una tesitura en su voz, que adormece, es soporífero como él solo, no acentúa en las palabras, habla coloquialmente, como un hermano cariñoso que quiere regañar a sus otros hermanos, pero, por el inmenso cariño, no puede ni sabe elevar la voz. Esto quiere decir que tiene que ser más enfático cuando le habla a un sector de los ciudadanos que no quiere comprender que no debe esparcir el virus mortal; y, además de ser más categórico, debería implementar sancioneseconómicas para aquellos que transgredan la salud de sus semejantes. La lista de incongruencias que hemos notado es más extensa; pero, por ahora, bastan solo estas, porque la guerra es de las más cruentas que se hayan librado y no debe haber pausa ni rendición.

LA RENUNCIA DEL CUBANO RODRIGO MARTÍN DE SU

PUESTO EN LA DIRECCIÓN DE SALUD

El poder que tiene una mujer atractiva (y en ocasiones no tan atractiva siquiera), es incuestionable. Y nos remitimos a un solo ejemplo: el Director de Salud de Costa Rica, el cubano Rodrigo Martín venía trabajando bien, sin grandes sobresaltos, y en medio de la pandemia causada por los chinos comunistas, conocida con el nombre de coronavirus o covid-19. El pueblo costarricense lo respetaba, sus informaciones diarias y consejos en las conferencias de prensa desde la Casa Presidencial, eran apreciadas y tomadas muy en cuenta por la ciudadanía; hasta que se cruzó en su camino una mujer... la periodista de Noticias Repretel, Fabiola Herra, en una etapa de su vida cuando la mujer se pone más hermosa, con una mezcla de experiencia y belleza física. Era el "señuelo" para atrapar a un hombre soltero, enamoradizo y de nacionalidad cubana, reconocidos en esa isla por su ardiente manera de ver al sexo opuesto

Sin callarse ni guardarse nada, él, aún más que su novia, le dio gran publicidad a la relación en medio de la terrorífica pandemia que ha cercenado las vidas de miles de personas alrededor del mundo y que ha venido creciendo descontroladamente en Costa Rica. Y hasta ahí llegó el buen juicio del cubanito Rodrigo Martín. Fue cuando le vimos en

algunos programas de entretenimiento en la televisión nacional, hablando, con una amplísima sonrisa que denotaba su felicidad al haber conquistado a la señora Herra, y le vimos demasiado entusiasmado, mucho más de lo normal. Daba la impresión de que había conquistado a un ángel lleno de candor, luz y el amor que enloquece más de la cuenta a los cubanos. Repetimos: ellos son personas desaforadas cuando se enamoran; es decir, le dan rienda suelta a sus emociones más primitivas.

De repente, aparecieron ambos en una barcaza, una lancha -no un yate de lujo como han expresado los ignorantes de la prensa costarricense-, siempre muy felices, viviendo su tórrido romance en medio de la crisis de salud que aqueja y mata al mundo día a día. El famoso "cuidador de la salud" de los costarricenses, no dejaba de mostrar su dentadura, rotundamente feliz al tener en su corazón a la hermosa mujer del telediario matutino del Canal 6. Pero Rodrigo Martín no tenía puesta ni mascarilla ni cubre/boca, y tampoco guardaba la distancia entre él y las demás personas, tal y como ha venido aconsejando y predicando en las conferencias de prensa mencionadas. No había duda, el hombre estaba enloquecido por los encantos de la Sra. Herra. Y es que los cubanos son como los gatos; es decir, no hay nada peor o más molesto que un gato enamorado de su contraparte y ¡hay que sacarlos de sus casas, porque no dejan dormir a sus dueños ni a los vecinos ni a los demás gatos del callejón! Y eso fue precisamente lo que se hizo con el flamante "cuidador de la salud" del pueblo de Costa Rica: se le solicitó su renuncia, por enamorado sin retorno, por contradecir las reglas contra el covid-19, por descontrolado, por irracional, por poner en peligro su propia vida, la de su novia y las de sus "compinches" en la barcaza o "la nave del olvido", porque eso fue exactamente esa panga en el Golfo de Papagayo, en el norte del país: la nave que hizo olvidar a Martín que estamos en medio del virus chino que mata a cualquiera porque sí, porque así es de mortal esa maldición que crearon los orientales de ojos rasgados en la ciudad de Wuhan.

En todo caso, Rodrigo Martín ya no está en el gobierno de un país que no es el suyo (porque él pertenece a Cuba); y ojalá haya aprendido la lección de que los amoríos nunca son bien vistos por el gran público, mucho menos en medio de las pandemias; y que debió ser discreto con su noviecita y lo principal: apegarse a sus propios consejos y predicar con el ejemplo. Hoy está desempleado; y ella... señalada. Según vemos, la pandemia china ataca por todas partes y los cubanitos enamoradizos son los que más sufren por culpa de sus deslices en medio de la oscuridad que causa el covid-19. Requiem para una historia de amor que comenzó muy feliz, pero que sufrió un duro e inesperado golpe... el del martillo que ha difundido el presi Alvarado.

LA PRIMERA DAMA Y SUS AMIGOS...

Comprendemos cabalmente que el Despacho de una Primera Dama de la República necesita de muchos asesores, aún más si esa persona se trata de la señora Claudia Dobles Camargo, esposa del presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado. Y decimos "más aún", porque esa mujer, convincentemente, tiene fuelle, es de "armas tomar" y tiene en mente un proyecto de gran envergadura, que consiste en el tren eléctrico para el Valle Central y que impulsará al desarrollo y traerá el modernismo, donde otros mandatarios solo volvieron sus rostros hacia el lado contrario, para evitar meterse en una labor tan gigantesca. Trenes aparte, también comprendemos que esos asesores, antes de entrar al actual gobierno, trabajaban en la empresa privada y con excelentes salarios; lo presumimos porque esa es la realidad costarricense, donde la empresa fuera del Estado, paga muy buenos incentivos y el profesional costarricense se preocupa precisamente de eso... de alcanzar sus títulos profesionales. Esta nación es de gente pensante, antes que beligerante. Eso está más que observado por "griegos y troyanos."

Sin embargo, el problema radica en que, para que esos jóvenes se fueran de la mano con la linda Primera Dama, doña Claudia Dobles, necesitaron que les endulzaran primero los oídos con cifras astronómicas, con mejores sueldos de los que estaban ganando en lo privado. La señora no tuvo más remedio que acceder a esas pretensiones y "el telón ha caído" y hemos descubierto una gollería del tamaño de la Catedral Metropolitana, sita en San José, Capital de Costa Rica. El problema finca también en que todos sabemos que en el seno del gobierno no se trabaja, la burocracia es lenta como caracol con reumatismo; pero veamos las cantidades de dinero que doña Claudia paga a esos jóvenes, con dinero del fisco; o sea... con plata del contribuyente: Silvia Rojas Soto, asesora en Comunicación, percibe 1,550,000 de colones mensuales; además, su novio, llamado Jenner Alfaro Zeledón, también asesor, gana 1,612,000 de colones. Nótese aquí que son pareja y por lo tanto, consuman y practican el nepotismo o los puestos repartidos entre familiares y gentes interrelacionadas.

Otro caso engorroso es el de Jorge Carranza González, quien, además de ostentar una asesoría en el Despacho de la Primera Dama, es director de la Junta Directiva del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi), ente que le paga sus dietas cada vez que sesiona dicha Junta. En Casa Presidencial, ese fulano gana 423 mil colones; también es hijo del cónsul de Costa Rica en Honduras, Didier Carranza Rodríguez, en otro ejemplo claro de los familiares ocupando puestos dentro del gobierno, en claro nepotismo. Dicho cargo en el consulado le paga a este individuo, la suma de 3,178,000 colones al mes, quien tampoco es diplomático de carrera, como lo exige la ley, sino que fue nombrado en aquel país, por el propio presidente Carlos Alvarado.

Los demás nombres que aparecen rodeando a la Primera Dama, son: Lucía Artavia Guzmán (salario de 806,950 colones); Marcela Matarrita Zeledón (806,950 colones); Andrea Victoria Fernández Barrantes (1,407,005 colones); Silvia Elena Rojas Soto

(565,155 colones); María del Rocío Villegas Villegas (1.089,072 colones); Angie Venegas Jiménez (614,350 colones); y Ester Priscilla Scott Zúñiga (558,707,50 colones). Estas cifras no contemplan otras cantidades a las cuales tienen derecho como son los aumentos anuales y gastos por discrecionalidad y confidencialidad, que, por lo general, superan al millón de colones en cada caso. No cabe duda... es para avergonzarse por tal descaro, por tal desfachatez y en épocas especialmente difíciles, cuando miles de personas normales, sencillas, han perdido sus puestos laborales por causa del coronavirus y se ha dado la caída en picada de la economía en el sector privado.

Ante esta panorámica, veremos cuál será la reacción de doña Claudia Dobles, si va a permanecer callada, si los va a seguir acuerpando, amparando y sosteniendo en la Casa de Gobierno o, con hidalguía, les va a pedir sus renuncias. Algo que creemos está en "el cuerno de la Luna"; es decir, una de las tantas circunstancias reales y vergonzantes, que en Costa Rica se transforma en utopía. La prensa nacional también tendrá que insistir; porque si desiste en estos señalamientos... todo quedará en el olvido, algo que sueñan esos funcionarios descarados, para continuar robando el dinero que pertenece al pueblo.

LA MANÍA DE MUCHOS MÉDICOS

Imagínese en esta situación: usted llega de emergencia a un hospital subvencionado con nuestro dinero que pagamos religiosamente a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS); va acompañado por una hija pequeña, quien sufre problemas en uno de sus intestinos. El caso es grave, la niña se queja de dolores agudos, crónicos, mientras no aparece ningún médico ni enfermera para asistirla. Y así pasan las horas sin que nadie haga nada en nuestro favor. Nos mantenemos sentados en un salón de espera, atestado de pacientes, también en espera.

Cerca del anochecer le decimos a uno de los guardias apostado en la puerta principal de urgencias, que nos llevamos a la pequeña porque ningún doctor quiso auxiliarla y trataremos de encontrar una solución afuera, aunque nuestra cantidad de dinero en los bolsillos es casi nula. El hombre se conmueve y va a buscar a un facultativo y aparece un grupo de cinco o seis de ellos, cuando ese mismo guardia nos había dicho minutos antes que no habían cirujanos disponibles.

Para no extendernos en el relato, la niña finalmente es internada y nuestro corazón siente una vaga tranquilidad, el cansancio parece haberse adormecido; en una esquina los doctores discuten entre ellos acerca del caso de la niña, quien yace acostada en una de las camas del salón. Yo me siento junto a ella, le tomo la mano y trato de calmarla y nos envolvemos en una atmósfera de ternura entre padre e hija. De pronto, de la nada, aparece un médico alto de estatura, con cara de señorito a quien sus padres lo enviaron a estudiar al

extranjero seguramente y con gesto de cinismo, sin preocuparle un ápice nuestra preocupación y angustia, nos suelta: "Ustedes están aquí en este hospital gracias a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) -aquel energúmeno parecía un locutor leyendo un comercial ante la televisión-, y cada día que permanezcan aquí la Caja gastará 120 mil colones diarios." Nos saca en cara el costo económico de nuestra emergencia, cuando los asegurados somos quienes pagamos y sostenemos a la CCSS y lo que es peor... ¡Le pagamos su sueldo a ese médico afeminado que nos está insultando en medio de nuestra desgracia!

Es cuando me acordé de que tengo un carácter infernal cuando de injusticias se refiere y le digo que se "vaya a la mierda", que a mí me rebajan de mi giro una cantidad de dinero mensual importante y que estoy pagando la estadía de mi hija, que nada es gratuito para los dos. El imbécil se va por donde apareció, no sin antes escuchar de mi boca: "¡Y no vuelva por aquí si no quiere que lo denuncie, maldito!" Pues esa fea experiencia nos sucedió a mi hija y a mí, en el Hospital de Niños hace ya muchos años atrás y quedó indeleblemente grabada en mi memoria para siempre.

¿Un médico sin honor? Sin duda. ¿Un médico sin humanismo? Indudablemente. ¿Un cualquiera que se las quiso dar de listo ante un padre angustiado y su niña sufriente? Por supuesto que sí. Uno de esos tantos mal paridos que se roban los sueldos en los hospitales y clínicas de la CCSS y que no sirven para servir y mucho menos para vivir. Yo me he encontrado con varios de ese tipo en mi ya dilatada vida y por más que trato de soportarlos, digerirlos y comprenderlos, no he podido... ni podré.

Esta narración la pongo de manifiesto porque escuché recientemente al Presidente Ejecutivo de la CCSS, Román Macaya, hablar de cifras y espacios físicos que se están llenando por causa de la pandemia china, el coronavirus; el fulano me resultó indeseable hablando de dinero cuando ellos mismos repiten que "es más importante la salud" que la necesarísima reactivación económica del país, en momentos cuando el desempleo y el hambre golpean a los hogares de muchos costarricenses. Su discurso debió ser otro, debió tocar corazones y sentimientos, con un mensaje humano y nunca financiero. Porque, por encima de lo monetario, la CCSS fue fundada en Costa Rica para brindar ayuda, esperanza, curación y vida a los ciudadanos y no para enriquecer o pagar sobresueldos a médicos sin alma, como los que yo he conocido. En un centro médico y en medio de la zozobra, no es válido, no es lícito ni "de recibo" tocar el sórdido tema del dinero. Eso se queda para los financistas, los contabilistas y los desalmados que solo en cifras piensan. En estos momentos priva lo humano sobre lo material, aunque a los señoritos que viven a nuestras costas, no les gusten nuestras posibles respuestas.

CUANDO TODO SE HACE POR DINERO Y LA HONORABILIDAD

ES UN TÉRMINO OLVIDADO

La pandemia que los chinos crearon y han diseminado por todo el mundo, sigue fluctuando y siempre con mayor fuerza que en los primeros días. Ver a las personas morir, a sus féretros acumularse en las calles y aceras de cualquier ciudad de cualquier país, además de aterrorizar a quienes quedamos vivos, debería ser un acto de profundísima reflexión e implorarle a Dios, ese Dios bueno que sabemos que existe y está presto siempre a ayudarnos, para que quite de un tajo al covid-19, el invento de los chinos, tan frío, tan bestial y tan asesino. Pero no. No es así. En lugar de tocar las fibras más profundas de nuestra humanidad, a muchos otros les complace causar más daño sobre el daño ya ocasionado por el coronavirus y se lanzan a hacer ese daño en las gentes, especialmente las pobres y empobrecidas bajo estos sistemas salvajes que están sobre nuestras cabezas.

El mal ejemplo lo ha dado una Institución en Costa Rica, que se encarga de distribuir el agua potable por todo el país y se llama Acueductos y Alcantarillados (AyA), que, de un modo bestial, distribuyó cobros en gran parte de la ciudadanía, con montos excesivos; es decir, hubo quienes pagaban 15 mil colones por mes por concepto de gasto de agua y les cobraron últimamente más de 1 millón de colones. Las filas, en medio de la pandemia china, se hicieron interminables en las aceras aledañas al edificio central de AyA. Adentro, los trabajadores se paseaban por las oficinas y pasillos, muchos de ellos esbozando sonrisas socarronas, como si aquel espectáculo (la preocupación de los afectados), fuera un motivo para divertirse. ¡Se veían tan relajados y sin albergar un ápice siquiera de remordimiento por los daños causados!

Los cobros excesivos, altamente desproporcionados, alucinantes y sumamente exagerados, fueron hechos a lo bestia, con el mayor salvajismo posible, con la misma furia de un asaltante en un callejón de una ciudad cualquiera, por la noche, a un caminante distraído. Hubo madres de familia solas, quienes habían perdido sus trabajos por causa del coronavirus chino, que sostenían en sus manos en las oficinas de AyA, facturas por 5 ó 7 millones de colones por el supuesto consumo de agua. Los trabajadores de esa Institución salían y entraban en medio de bromas, chistes malos y sonrisas irónicas, todavía sin importarles el dolor ajeno. Afuera el covid-19 chino seguía haciendo estragos.

Ante tales bestialidades, las preguntas que revolotean en nuestras cabezas son: ¿Para qué y por qué cobraron esos dineros escandalosos a las personas sencillas? ¿Qué se estaba asegurando el personal de AyA con ese dinero: sus aguinaldos, los sueldos futuros de ellos, cuando el país, la Banca y el Ministerio de Hacienda colapsen por culpa del coronavirus chino? ¿O será que la misma Institución se ha metido en obras que carecen de financiamiento y estaban buscando la forma de terminarlas con el dinero de los pobres y humildes? No sabemos las respuestas, pero que fueron unos desalmados con esos cobros... lo fueron.

Ante tales muestras de deshumanización, las críticas generalizadas del pueblo y la prensa costarricense, los directivos de Acueductos y Alcantarillados (AyA), debieron mostrar un poco de vergüenza, honorabilidad y gentileza y renunciar a los pocos días; pero eso no ha sucedido, no ha sido así, ahí continúan en sus puestos, devengando salarios altísimos, tales sus costumbres. Un periodista le preguntó al Presidente de la República, Carlos Alvarado, por qué no les exigía que entregaran sus puestos, y este joven, sin hacer uso de aquello que tenemos los hombres entre nuestras piernas (testículos), se negó a despedir a la Presidenta Ejecutiva de AyA y a su grupo de subalternos delincuentes. Más bien dijo en su defecto que "los responsables del desaguisado fueron removidos de sus cargos y están bajo investigación para sentar las responsabilidades." ¡Otra mentira de este muchacho llevado equivocadamente a la presidencia de Costa Rica, porque ahí siguen los mismos directivos de AyA, como si todo se tratase de un mal chiste.

El resabio que extraemos de esta situación nos dice que vivimos indefensos en un país des-gobernado por cobardes, ladrones de escritorio, gente deshumanizada y oportunista y que conocen si la palabra "honor" se escribe con "hache" o sin ella. Mucho menos saben la manera de aplicarla en sus vidas y trabajos. Es la basura humana que actúa en beneficio de ella misma y nada más.

(ESTAMOS) EN MANOS DE LOS JÓVENES

¡GRACIAS A DIOS!

No se trata de que los jóvenes sean mejores que los viejos o viceversa. Cada edad tiene sus virtudes y defectos, sus ventajas y desventajas; y en cuestiones políticas "hay que saber cuándo llegar y cuándo retirarse." Es así como hemos visto a políticos ancianos, en el caso particular del ex canciller alemán, Konrad Adenauer, quien asumió el mandato de su país siendo muy longevo y le correspondió la descomunal tarea de reconstruir al país después de la Segunda Guerra Mundial; además, convertirla nuevamente en potencia económica global y dar la cara al resto de la humanidad, cuando su pueblo y ejército eran acusados de crímenes monstruosos durante la conflagración armada. ¡Y lo hizo de maravillas! Quizás un joven en el mando de esa nación no lo hubiera hecho mejor. Talvez...

Pero también se da el caso contrario en países donde sus presidentes y líderes políticos han sido también ancianos o pasados de la edad madura y lo que han causado son verdaderos estropajos y han desgraciado las vidas de muchísimos ciudadanos. América Latina está lleno de esos ejemplos con Juan Domingo Perón y Carlos Saúl Menen, en Argentina; Carlos Andrés Pérez, en Venezuela; Balaguer, en República Dominicana; los hermanos dictadores de Cuba, Raúl y Fidel Castro, y un largo etcétera que no acaba. Es

decir: entre más viejos... más inútiles han sido; y lo que es peor...esa inutilidad se ha convertido en una peligrosa arma que ha causado un incalculable daño a sus respectivos pueblos, porque ha ido en contra de la economía, la generación de riqueza, de progreso, empleo y bienestar general.

En Costa Rica, América Central, dos grupúsculos comandados por líderes viejos, la mayoría de ellos terratenientes, oligarcas cafetaleros y "amigotes" componentes de círculos fuertemente cerrados que no permitían ingresar a nadie que no tuviera un apellido rimbombante, de supuesta familia "con clase", y mucho menos si no era potentado capitalista igual a ellos, fueron los que dirigieron al país desde 1948 y no dejaron de regir el presente y el destino de esta nación, hasta que no cayeron bajo el peso de sus propios actos corruptos y por la misma naturaleza que los hizo envejecer y los envió a todos hacia los cementerios por muerte natural o a sus mansiones, encerrados finalmente.

Sin embargo, el lastre que dejaron fue doloroso, especialmente en el mal manejo de la economía y en sus repercusiones: el aumento de la pobreza y la casi desaparición de la clase media. Esos viejos, ya muertos o enclaustrados en sus lujosas casas adquiridas con el dinero que usurparon del Estado costarricense, echaron por la borda al sistema educativo (sino recordemos al liberacionista Antonio Pacheco y su servilismo, su rastrera actitud permanente hacia Oscar Arias); también a la seguridad social, tanto en medicina como en el aspecto delincuencial; es decir, debido a la negligencia de esos viejos, el país, la sociedad general, se fue perdiendo, empobreciendo y haciendo cada vez más violenta a la par de inculta.

Recordamos perfectamente la conversación que sostuvimos con uno de esos longevos, ya retirado de los avatares de la política, después de que se "amamantó" durante décadas de los beneficios que le dio esta misma, quien nos dijo con toda arrogancia que "cinco diputados de ahora (jóvenes), no hacen siquiera la mitad de uno de nosotros." Y al cabo de los años, hemos visto que esos muchachos que llegaron inexpertos a la Asamblea Legislativa, en estos momentos manejan el asunto de las leyes con verdadera pericia y admiración. Y el viejo elitista al que nos referimos, perteneció a uno de los peores gobiernos que ha habido en Costa Rica, que fue el de Rodrigo Carazo Odio (1978/82), y que solo ultrajes, errores de bulto y destrozos causó, no solo en esta nación, sino en todo el istmo centroamericano y talvez más allá, en el hemisferio occidental. Tales las bestialidades que cometió de manera consciente y por culpa de su propia impericia y falta de capacidad. ¡Viejos... viejos de ese talante están llenas las prisiones alrededor del mundo! La vejez no garantiza ni la calidad humana ni la profesional y tampoco la hidalguía ni las buenas intenciones.

Aquellos viejos acantonados en los dos partidos mayoritarios -y en el comunista también-, eran un derroche de arrogancia, de ese creerse que "yo lo puedo todo, lo humano y lo divino juntos", de prepotencia y de menosprecio a quienes éramos jóvenes en sus

épocas y no pertenecíamos a sus círculos de poder. Pero hoy, al observar las noticias por la televisión, no dejo de exclamar: ¡Gracias a Dios son caras nuevas las que están en la política nacional; y los culpables de todos los errores y entuertos que estamos sufriendo actualmente, ya están metidos en sus mansiones, impunes, pero ya no pueden hacer más daño! El error sería sacarlos de sus féretros, "resucitarlos", y darles cargos en los sucesivos gobiernos. Recuerden, entre otras cosas, que el cerebro del hombre se va estrujando, empequeñeciendo, conforme envejece; y si fueron incapaces con menor edad, con el cerebro achicado actuarán peor, indudablemente.

Ya tuvieron sus oportunidades y desgraciaron al país... ¡Ahora váyanse y dejen que las nuevas generaciones tomen el mando!

LOS CORRUPTOS NO RESPETAN A NADA NI A NADIE

En plena pandemia china, cuando muchos costarricenses han muerto en sus casas y hospitales (casi 300), y el desempleo ha golpeado a más de medio millón de personas, quienes sufren hambre, desalojo de sus viviendas de alquiler y otras calamidades más, los corruptos enquistados en el gobierno siguen con sus actos descarados. Repasemos los últimos casos de las infracciones a la moral y al erario del Estado, que estos han cometido en los últimos días...

El presidente ejecutivo de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Román Macaya (volvemos a la problemática extraordinariamente engorrosa de los apellidos en los gobiernos), ha dicho reiteradamente que no supo nada de la compra de 12 millones de mascarillas quirúrgicas para usarlas en los centros médicos, por la bicoca suma de US$4 millones, en medio de una crisis económica alarmante, peliaguda y profunda, casi idéntica a la que causó Rodrigo Carazo a inicios de la década de los 80. Dicha compra se hizo a una empresa sin experiencia en lo que atañe al suministro y distribución de implementos médicos. Ante tal situación, Macaya tiene que irse. Tiene que renunciar si le queda un poco de vergüenza y con él, todos los amiguetes suyos inmersos en ese acto corrupto. El descaro de ese alto funcionario radica en que se alinea con la probidad y finge asombro por tal error cometido por sus subalternos; pero él, en su papel de responsable máximo, tiene que renunciar, levantar el guante que le ha lanzado la prensa y la opinión del país y largarse por donde vino; aparte si se le abre un proceso judicial, que bien se lo merece.

En segundo término, Acueductos y Alcantarillados (AyA), la misma que cobró recibos por millones de colones por consumo de agua a millares de costarricenses humildes, no conforme con esa barbaridad canallesca, gastará nada menos que 40,500 millones de colones, cuando miles de ciudadanos no tienen siquiera un pedazo de pan en

sus despensas para paliar el hambre originada por la pandemia que nos vino desde China. La cúpula de AyA contratará a una empresa externa para que efectúe estudios y encuestas para medir los servicios que esa Institución presta y la percepción de la rectoría en Asadas, Municipalidades y los Servicios Públicos de Heredia. Sin duda tienen el cerebro en el trasero y el trasero en la cabeza dichos funcionarios. Es para que la policía judicial intervenga esas oficinas, las allane, y detengan en el acto a esos personeros bajo los cargos de prácticas corruptas y despilfarro del dinero público. Pero si se encuentra que la empresa contratada pertenece a algún familiar de un directivo de AyA, el problema se agigantaría y la corrupción subiría hasta los desagües; porque no sería nada extraño que se contrate a compañías ligadas con gente de AyA.

Finalmente, el presidente de la República y su esposa se fueron de vacaciones a un hotel propiedad de un hijo del ministro de Coordinación y Enlace con el Sector Privado (¿?), André Garnier (nótese nuevamente otro apellido que viene sonando en distintos gobiernos desde que tenemos memoria), y éste, además, le cobró el viaje al mandatario por US$930, en un helicóptero que carece de permiso para su uso comercial. Las preguntas que se desprenden de este otro acto corrupto son: ¿Con cuál dinero pagó Carlos Alvarado el viaje y la estadía en el hotel? ¿Fue dinero de la "caja chica" del Estado o de su propio bolsillo (esto último es improbable desde todo punto de vista)? ¿Cuánto costaron en total esas vacaciones? ¿Por qué aparece como intermediario Garnier y de dónde salió ese "rimbombante" ministro que hasta ahora sabemos de la existencia de su Cartera y a qué se dedica realmente ese extraño y estrafalario ministerio? El presidente Alvarado, por el momento, calla; mientras la indignación crece y crece conforme pasan los días. Los periodistas tenemos la obligación de que "ese fuego" no se apague y se investigue hasta las últimas consecuencias. También, el extraño personaje André Garnier, barbado y de apariencia personal desaliñada, impropia para un alto funcionario gubernamental, tiene que renunciar, irse para sus empresas privadas o las de su hijito y ponerse a la orden de la fiscalía general.

Los tres casos que hemos comentado resumidamente, están ampliamente documentados, de tal manera que no dejan dudas de los ilícitos; ahora le corresponde a la justicia hacer lo que tiene que hacer; entre otras cosas, llamar a declarar a los implicados, exigirles sus renuncias impostergables a sus cargos y elevarlos a procesos judiciales. ¡Pero ya, sobre el ya, sin demora, sin dilación! Y lo lamentable, lo triste, radica en que toda esa basura que han causado, lo han hecho en medio de las matanzas por el coronavirus chino, la crisis económica del país y el hambre de muchísimos hogares. Los corruptos no respetan a nada ni a nadie, en ningún lugar ni época alguna. Eso es evidente.

SANCIONES Y BOICOT CONTRA LA CHINA COMUNISTA, POR FAVOR

Los chinos tienen que darle una explicación al mundo, a la humanidad entera, rendirle perdón y solucionarle el gravísimo problema que han causado al crear y diseminar al coronavirus. Pero, al contrario, la actitud de los chinos se desglosa en lo siguiente: 1. no asumen la culpa por la pandemia (mucho menos sienten nada por los miles de muertos alrededor del mundo); 2. mienten al decir que han creado una vacuna y ofrecen, con todo descaro, venderla a quienes la soliciten, pero primero ofrecen préstamos millonarios en dólares a los gobiernos de países pobres, especialmente latinoamericanos, para que puedan pagar por esas vacunas (nótese la desfachatez); 3. quieren hacer creer al orbe entero de que ya tienen controlado el problema del contagio del covid-19 y la verdad es que se aplaca en algunas de sus ciudades, pero resurge en otras; 4. se quejan porque el gobierno de los Estados Unidos los culpa a ellos por la creación del mortal virus y se fingen indignados; y 5. igual a los nicaragüenses sandinistas, citan al pueblo, masivamente, para que concurran a festejos y demuestren que la pandemia es solo un amargo recuerdo. Así ha sucedido hace pocas fechas en la mismísima ciudad de Wuhan, en cuyo mercado, en medio del desaseo característico de los chinos, apareció por vez primera el coronavirus, y ahí precisamente, en los parques acuáticos, se dieron cita cientos de personas, sin cubrirse sus rostros ni guardar las medidas de distanciamiento, para meterse al agua y fingir que todo era alegría y seguridad.

Es por todo lo que hemos enumerado, que los gobiernos alrededor del planeta deberían unirse en torno a las débiles iniciativas que encabezan Francia, Estados Unidos e Inglaterra (los aliados de siempre), para sancionar a China; porque, si tenemos que llamar con mayor precisión lo que es esta pandemia, debería ser con el nombre de "genocidio", debido a la enorme cantidad de muertos que suceden día a día y por culpa inicial de los chinos, quienes acostumbran comer toda clase de animales, se arrastren, vuelen, corran, naden, trepen o caminen, y los mantienen enjaulados en el peor desaseo posible.

Esa alianza multinacional debería ir en dos direcciones: 1. exigir a los chinos una disculpa a la humanidad entera y al mismo tiempo, ayuden a los países afectados a combatir al coronavirus; y 2. si hacen caso omiso los orientales comunistas, boicotear sus productos, no comprarles, ni venderles y mucho menos recibir a sus ciudadanos en condición de turistas ni en misiones diplomáticas, hasta que cumplan con lo que les es exigido. No sería fácil, porque, hasta donde sabemos, nunca nadie ha aceptado jamás una culpa por un daño hecho y mucho menos de las características de este, con el covid-19. Además, los chinos se creen inteligentísimos, el pueblo más capacitado del mundo, inventores de esto, aquello y lo otro, mientras arguyen que el resto de la humanidad no ha inventado nada (hasta la pasta que comen los italianos, dicen los chinos que Marco Polo les robó las recetas cuando estuvo en China, a ese grado de fantasía y desvergüenza han llegado los tipos de ojos rasgados); y ahora, convertidos en potencia militar y nunca comercial, porque todo lo que venden es

auténtica porquería, se creen con el poder de enfermar a quienes a ellos les dé la gana, tal y como lo han hecho.

Desgraciadamente, el único que ha mostrado sensatez en este sentido, ha sido Donald Trump, quien, cada vez que habla de la problemática pandémica, insiste en recordarnos que fue un lío creado por los chinos; incluso le dice "la pandemia china", con toda justicia y precisión. Es decir, de lo poco admirable que es Trump, este punto es uno de esos: cuando señala directamente a la China comunista por todos los males que nos aquejan en estos momentos. Y decimos "desgraciadamente", porque cada palabra dicha por Trump pierde validez y peso, debido a su pésima gestión al frente de la Casa Blanca, en Washington, y por su personalidad errática por naturaleza. Pero si Angela Merkel, Emmanuel Macron, Boris Johnson y el mismísimo Vladimir Putin se hicieran eco de las acusaciones a China, que dirige continuamente Trump, el boicot y las sanciones podrían nacer, crecer y hacerse realidad, porque hay que sentar un precedente. Más aún si recordamos que en este mundo, empequeñecido por los adelantos modernos, cualquier virus que surja lejos de nuestras vidas, tarde o temprano nos llegará para causarnos el daño, de igual manera como lo está haciendo ahora.

Con unas sanciones fuertes, firmes, inflexibles y sólidamente sustentadas, política y científicamente, China entenderá que no deberá jugar nunca más con las vidas de los seres humanos, que deberá respetarlos, que sus líderes deben aprender a cerrar sus bocazas y, fundamentalmente, a ser humildes y reconocer que los chinos no son nadie sin el resto de los ciudadanos del mundo. Es imperativo que los gobiernos se unan y les den esa lección que nadie les ha dado nunca a los monitos amarillos y de ojos rasgados, creadores de la pandemia que está matando a miles en todas partes.

DESENTIERRO DE CADÁVERES Y RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS

En particular siempre he sentido gran respeto (y una gran dosis de temor), ante el mundo del más allá y fundamentado en ello, siempre he creído que a los muertos, a los espíritus que volaron hasta Dios o hasta el hades, hay que dejarlos quietos donde están, porque, si los traemos de regreso, a ver quién soporta las consecuencias.

Pero "hay muertos de muertos" en esta dimensión y en la otra, donde todo es etéreo y misterioso. En lo que compete a nuestra tercera dimensión que es donde vivimos, despertar a ciertos muertos tampoco es garantía de felicidad, seguridad, ni arreglo a nuestros problemas, por mínimos que éstos sean. Lamentablemente, Carlos Alvarado, presidente joven de Costa Rica y sin ninguna experiencia política antes de ganar las elecciones pasadas, no sabía que resucitar cadáveres solo problemas le iban a acarrear. Y los muertos en la política suelen ser peores que los que están flotando en la inmensidad del más allá.

Para ilustrar lo anterior, nos remitimos a un ejemplo actual: Marcelo Prieto, oscuro político de la década de los 80 en el Partido Liberación Nacional (PLN), nunca tuvo un papel descollante, tampoco tuvo "luz propia" con la cual pudiera iluminar su propio sendero y se apagó igual a las cosas insignificantes de la vida, que suelen desaparecer de repente, sin ninguna explicación de fondo. Fue embajador en uno de los países más corruptos de América, en México; pero antes fue un feo diputado en la Asamblea Legislativa de Costa Rica y eso fue todo en la carrera política de este individuo. La verdad, muchos no nos acordábamos de semejante fulano, hasta que Carlos Alvarado, en un viaje astral hasta algún cementerio, a mitad de la noche, pronunció las palabras propias de un conjuro y levantó al cadáver Prieto de su tumba abandonada, húmeda, oscura, llena de maleza y fantasmagórica; y lo nombró nada menos que Ministro de la Presidencia, un cargo extremadamente sensible, pues tiene que vérselas con las fracciones legislativas, con los partidos de oposición y dar la cara ante los ciudadanos para evacuar preguntas y explicar situaciones que tienen que ver con el funcionamiento del gobierno. ¡Menuda tarea para un "aparecido" entre la densa niebla sepulcral!

Repito: yo siempre he creído que a los muertos hay que dejarlos descansar en paz, porque no me gustan sus maldiciones si los llamamos de nuevo a esta vida; y Carlitos Alvarado ya está sufriendo las consecuencias de la maldición que trajo Marcelo Prieto desde su sepulcro, porque nadie lo soporta, nadie lo quiere, nadie lo acepta y todo el mundo le recrimina su desacertada manera de hablar. En otros términos, es dueño de un anticarisma que crispa los vellos de nuestra piel. El fulano si habla,,, "la embarra"; si calla, todos critican su fea apariencia física y su horrorosa manera de sentarse y de vestirse. Es un desgraciado que cayó en mayor desgracia ante los ojos del pueblo costarricense. Es justamente la cara que nadie quiere ver, mucho menos en tiempos de pandemia china.

En días recientes, Prieto manifestó estas desacertadas declaraciones: "Yo siento que hay un cierto autismo en algunos sectores del país (...)", lo dijo en el contexto de la pésima comunicación que tiene este gobierno de Alvarado con el resto de la población; pero el ministro de la Presidencia insultó de paso a un sector de costarricenses que padecen autismo (incluyendo a un hijo de quien escribe este editorial). Es como si yo dijese: "Da la impresión de que el Síndrome de Down se ha extendido entre muchas personas que no entienden lo que hacemos ni decimos." Por ejemplo. Prieto ha demostrado una total insensibilidad ante los nutridos grupos de autistas que hay en Costa Rica (más de 65 mil), y una ignorancia absoluta acerca de lo que es el autismo, y eso lo notamos cuando dijo "hay un cierto autismo". ¡Es que no hay autismo por partes, tampoco es relativo ni se puede cifrar en dosis! Sino que es una condición que abarca absolutamente todo a quien la padece, es la naturaleza del individuo, es indisoluble, porque se compone de los genes que a su vez dan forma a la personalidad. Fue un infame comentario de un hombre infame, quien se las da de político, pero más bien representa a los antivalores de la antipolítica. Y el presidente Carlos Alvarado, fiel a su manera de ser... calla nuevamente, talvez porque su juventud y su formación intelectual incompleta, no le permiten decir nada ni a favor de su protegido, Marcelo Prieto, ni en su contra. Simplemente cuando Alvarado guarda silencio es porque su mujer, seguramente le aconseja que se aleje del fuego de la discusión; o el tipo es incapaz de razonar nada por sí mismo.

Pero han quedado claras dos situaciones: 1. Que Marcelo Prieto sigue siendo el mismo fantoche de siempre, el que dejó la política hace décadas atrás y el que ha regresado ahora; y 2. al ser un cadáver político ha traído consigo la maldición de ultratumba, traducida en carencia de valores, de respeto a los ciudadanos (especialmente a los autistas), y vacío absoluto donde se supone que debería estar su cerebro. Eso le pasa al mandatario Alvarado por creer en sus amigotes de tragos y por volver la vista a un pasado que nadie quiere revivir.

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