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Las Espeluznantes Noches de Nicaragua

manera, como a ellos se les tendría que ocurrir, con los medios que deseen, porque de todas maneras se trata de su país, al que desdeñan y prefieren pedir limosna en el extranjero antes que encontrar soluciones.

Yo al perro lo mato, porque amo lo mío, atesoro mis logros y el bienestar de mi familia. No tengo otra opción.

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Las Espeluznantes Noches de Nicaragua

TERRITORIO NACIONAL-(Especial para The City Newspaper) Hoy, más que nunca, hace falta que una fuerza militar multinacional e interventora, entre a este país y salve a su población del covid-19 y de la dictadura que lo tiene atenazado desde hace décadas y esparce dentro de sus fronteras el hambre, la miseria, la falta de oportunidades y ahora… la pandemia que nos llegó desde la China comunista, desde Wuham, para ser exactos. ¿Y por qué afirmo la anterior de manera tan categórica? Leamos la respuesta que nos da la agencia española EFE, testigo directo de lo que está sucediendo en estas fechas en Nicaragua: “Al principio eran rumores, después aparecían en videos furtivos grabados de noche con teléfonos celulares, pero pronto estaban ahí, de día y de noche, los llamados ‘entierros express’, féretros trasladados directamente del hospital al cementerio, y que, en medio de la pandemia del covid-19, han causado temor en Nicaragua.” Y pensar que este despacho de prensa que acabamos de leer, le ha dado la vuelta al planeta entero. “Entierros express”; es decir, lo que comenzó como un pequeño y corto rumor de aldea, hoy en día son hechos harto conocidos por la mayoría de los nicaragüenses; o sea, sus compatriotas mueren como moscas por culpa de una dictadura que ha ayudado a expandir el coronavirus, como ningún otro gobierno lo ha hecho alrededor de la Tierra (quizás el de Bolsonaro, en Brasil, se asemeje mucho al de Ortega y su mujer). Y los testigos vuelven a describir las escenas dantestas, de esta manera: “Los ‘entierros express,’ sin registros previos a la pandemia en Nicaragua, son caravanas compuestas generalmente por una camioneta del Ministerio de Salud (MINSA), que carga un ataúd, custodiada por una patrulla policial y civiles armados en motocicletas (de las ‘turbas divinas’ afectas al régimen), que evitan fotos o grabaciones, y que salen de los hospitales a los cementerios, donde el féretro es enterrado en sigilo, por hombres vestidos con trajes impermeables blancos.” Así según cita de un periodista español. Esa es la realidad en este país, actualmente.

Daniel Ortega y su “infalible” consejera, su mujer Rosario Murillo, han creído que es más fácil para su desgobierno, enterrar a los ciudadanos, víctimas potenciales y fáciles del covid-19, que gastar millones dólares (que permanecen en sus arcas privadas fuera de

Nicaragua); y, del mismo modo, no mostrar al mundo que los pocos hospitales que aquí existen, dan pena, por su falta de capacidad técnica y humana, para atender a los contagiados con el virus chino. Sino leamos estas otras declaraciones de una vecina de la ciudad de Granada, quien solicitó permanecer en el anonimato: “Ayer vi pasar por mi casa a un muerto en una bolsa, por mi calle, en una Hilux del MINSA. ¡Qué cosa más espantosa! No es el primero en pasar, de madrugada también. O sea, mi calle es corredor de muertos por covid-19.” Por su lado, los miembros del Comité Científico Interdisciplinario, creado “al vuelo” en este país, para orientar la escasa información que el régimen permite que circule, han advertido que los “entierros express” causan preocupación e incertidumbre, porque se combina el vacío que deja un ser querido, con el choque cultural que causa un féretro sin dolientes.” ¿Pero cuál ha sido la respuesta dada por alguno de los dos dictadores? Quien ha salido al paso ha sido la mismísima Rosario Murillo, que dijo lo siguiente al pueblo y a los periodistas de la prensa internacional, y, que a todas luces, es un insulto a la inteligencia de las personas. Leamos: “pretenden crear, seguir creando, realidades falsas y usando videos de otros países, pretendiendo hacer creer que son videos de Nicaragua. Esos entierros que dicen son en Managua y Chinandega, no son aquí, sino en New York, o fotos que corresponden a París. No hay que alarmarse, esas imágenes son de Europa.” Sin comentarios de nuestra parte. Ese es el espíritu de la dictadura que tiene por el cuello a los nicaragüenses, mientras los ataúdes siguen transportándose “express” en las espeluznantes noches de Nicaragua.

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